¡INAUGURAMOS! - Teatre Lliure

© Ros Ribas
¡INAUGURAMOS!
GRÀCIA
30 de septiembre de 2010
calle Montseny, 47
¡Inauguramos!
La Fundació Teatre Lliure – Teatre Públic de Barcelona inaugurará la sala
de Gràcia el jueves 30 de septiembre de 2010, tras siete años de cierre y tres
de obras de rehabilitación y acondicionamiento del edificio a las nuevas
necesidades teatrales. El proyecto de rehabilitación, a cargo del arquitecto
Francesc Guàrdia, se adjudicó a la empresa constructora Aralan Servicios y
Proyectos S.L. en su primera fase, y a la empresa Becsa-Incoex en la
segunda.
El nuevo Lliure de Gràcia cuenta además con una colaboración del artista
plástico Frederic Amat, patrón de la Fundació: una instalación permanente en
la escalera del teatro, tradicional punto de encuentro y de contacto, titulada
Pluja de sang, formada por un degradado de lágrimas de cerámica roja.
La Fundació Teatre Lliure – Teatre Públic de Barcelona inició en diciembre
de 2007 las obras de rehabilitación y adecuación de la histórica sala del barrio
de Gràcia, sede fundacional de la institución. Las obras han consistido en la
mejora de las instalaciones del teatro, seguridad, insonorización, servicios y
también en la reforma de la platea y del espacio técnico para la posterior
apertura del teatro.
El proyecto de rehabilitación previó hacer compatible el uso no convencional
del espacio teatral, polivalente y variable en cada propuesta escénica, con las
actuales exigencias de acústica, seguridad, modernas instalaciones y
accesibilidad. La rehabilitación ha realizado las siguientes actuaciones:
•
Resolver los problemas estructurales del antiguo edificio renovando la
cubierta y el forjado de la sala.
•
Insonorizar la sala.
•
Reconstrucción del peine de la sala para ofrecer garantías de seguridad.
•
Suprimir las barreras arquitectónicas y hacer accesible el edificio con la
instalación de un ascensor adaptado.
•
Renovar los servicios destinados al público e incorporar servicios
adaptados.
•
Renovar los camerinos y la sala miralls.
•
Adecuar el edificio a la normativa contra incendios.
•
Renovar las instalaciones obsoletas.
•
Insonorizar los aparatos de climatización instalados en la cubierta del
edificio.
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Las obras, con un presupuesto total de 3.500.000€ han sido financiadas con
ingresos propios de la Fundació y con una ayuda del Ajuntament de
Barcelona, el Ministerio de Economía y Hacienda y el Ministerio de Cultura
por valor de 1.400.000€.
La sede de Gràcia (que cuenta con una superficie de 2.152 m2) se convierte
así en la segunda sala del Teatre Lliure, completando la actividad que ya se
estaba haciendo en la Sala Fabià Puigserver del antiguo Palau de l’Agricultura
de Montjuïc. El Espai Lliure se destinará desde ahora básicamente a su
función original de sala de ensayo.
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Rehabilitación del Teatre Lliure de Gràcia
En 1976, la que sería la compañía del Teatre Lliure se instaló en el local de la
cooperativa La Lleialtat de Gràcia. Con imaginación y creatividad logró suplir
los recursos económicos de que carecía. Transformó, conforme a sus
planteamientos, una sala convencional en una sala abierta de modo que
permitiese configuraciones variables.
Desde entonces la sala ha funcionado
manteniéndose su estructura inicial.
con
pocas
modificaciones,
Tras casi treinta años de actividad ininterrumpida, se precisa una intervención a
fondo. Es necesario consolidar el edificio, mejorar su funcionamiento, renovar y
adecuar todas sus instalaciones e incorporar los adelantos técnicos en
equipamiento teatral que han ido produciéndose en estos años.
Debido al gran valor emblemático de este teatro, es necesario llevar a cabo una
renovación que no desvirtúe sus características.
La antigua cubierta a dos aguas de uralita ha sido sustituida por una cubierta
de bóveda de cañón recubierta de zinc. Mientras que por fuera identifica al
teatro en medio de los tejados del barrio de Gràcia, por dentro encierra el
nuevo telar, perfectamente equipado, que cubre todo el ancho de la sala.
El suelo de la sala consta de una plataforma elevadora que comunica con el
almacén y la planta baja, y facilita el acceso a los decorados desde la calle.
Por su parte, los camerinos también han sido renovados, haciéndolos más
confortables y amplios mediante una zona de duchas.
La sala miralls se mantiene en el mismo lugar, iluminada por un gran ventanal
que recuerda a la antigua galería.
Cuando los espectadores entran al teatro, lo primero que se encuentran es el
vestíbulo ampliado. Después, subiendo las escaleras de siempre se accede a
la sala. Un ascensor facilita el acceso a la sala y al bar desde el vestíbulo.
Dentro de la sala, el espacio es tan oscuro como lo era en el antiguo teatro. Las
cuatro puertas que dan a la sala miralls se encuentran en el mismo lugar. Las
paredes están revestidas de madera y el telar, también de madera, ocupa todo
el techo de la sala.
Para terminar, las antiguas tarimas han sido sustituidas por unos módulos que,
combinados y apilados, configuran las variaciones características del espacio
teatral de una sala abierta como ha sido tradicionalmente el Lliure.
Francesc Guàrdia, arquitecto
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Breve apunte histórico
El Teatre Lliure abrió sus puertas el 2 de diciembre de 1976 en un local de
Gràcia, alquilado a la cooperativa de consumo La Lleialtat. Medio año después,
el 22 de mayo, un grupo de actores, directores y técnicos se habían constituido
en cooperativa para echar adelante un proyecto de compañía y teatro estables,
tras una larga o corta experiencia en el teatro independiente. Aquella noche
inaugural se produjo un hecho insólito: antes de empezar el espectáculo –Camí
de nit 1854, escrito y dirigido por Lluís Pasqual– el público, espontáneamente,
dedicó la primera ovación a la sala y a la aventura que se iniciaba. La
remodelación de la sala, con su nueva concepción de espacio polivalente y
transformable, valió poco después a su autor, Fabià Puigserver, el Premio FAD
de interiorismo, y a partir de los sucesivos estrenos un nuevo público, en
aumento y entusiasta, se encontraba cada vez con una diferente disposición
que le permitía entrar en una magia siempre renovada.
La sala, a la que se accedía inicialmente por la calle Leopoldo Alas nº 2, fue el
modelo de un nuevo concepto de espectáculo y una relación diferente con el
público. Cuando la cooperativa La Lleialtat tuvo que renunciar a su función
primordial, cerrando la tienda que mantenía abierta en la calle Montseny, se
realizó una nueva remodelación abriendo un amplio vestíbulo y adaptando
varias dependencias, que ofrecía un mejor acceso al público. También se
restauró la fachada con un cromatismo que contribuía a la dignificación del
barrio, entonces en plena expansión como espacio de ocio de los barceloneses
durante todo el año, un hecho al que la implantación del Lliure no había sido
ajena.
Las transformaciones siguientes de la sala se produjeron en 1991, aún
diseñadas por un Fabià Puigserver ya muy enfermo, que decidió ensayar en él
algunas de sus propuestas para la remodelación del Palau de l’Agricultura:
paredes forradas de madera –primero de color natural, muy pronto teñidas de
oscuro para evitar la reverberación de la luz espectacular– y butacas rojas, aún
muy simples. En la larga tramitación del proyecto de futuro y la realización de
las obras en la nueva sede de Montjuïc, el espacio de Gràcia continuaba
atestiguando la vitalidad del proyecto, con una tendencia a la expansión que
hacía presentar también producciones en otros espacios.
Esperando el traslado a las nuevas instalaciones, una última reforma en la sala
amplió la capacidad de la galería o anfiteatro, una decisión que no fue muy
afortunada puesto que agravó algunas de las patologías de un edificio que no
había sido objeto de intervención estructural alguna desde su construcción. De
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este modo, durante la dirección de Josep Montanyès se detectaron algunos
problemas y amenazas que decidieron a su sucesor, Àlex Rigola, a no asumir
ningún riesgo y tomar la decisión de cerrar al público la sala al inicio de su
primera temporada como director y programador. Después de las
representaciones de Et diré sempre la veritat, finalizadas el 2 de noviembre de
2003, la sala se cerró a la espera de unas obras de remodelación que,
inicialmente, se presentaron bastante inviables. Posteriormente, una nueva
fase en las relaciones entre la Fundació Teatre Lliure - Teatre Públic de
Barcelona y las administraciones públicas que le dan apoyo permitió que se
apostara seriamente por la recuperación del mítico espacio de Gràcia en el que
se había iniciado un capítulo nuevo e importante de la historia teatral y
escénica del país. La generosa cesión del edificio a la Fundació por parte de la
cooperativa La Lleialtat, con el diligente entusiasmo de su presidente Joaquim
Gubern, fue un hito fundamental en este proceso y aseguró la continuidad de la
programación en este espacio para acoger producciones de un formato
mediano, imposible en el edificio de Montjuïc, y recuperar la magia que se
desprende de aquellas paredes, que se ha respetado al máximo en la
rehabilitación integral realizada.
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Los planos ANTES de la rehabilitación
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Los planos DESPUÉS de la rehabilitación
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