CAPITULO XXXIII

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CAPITULO
(AÑO DE
XXXIII
1544)
Llega á México el licenciado Tello do Sandoval nombrado visitador. — Primeros trabajos de los dominicos en favor de los indios.— Sermón
de fray Antonio de Montesinos. — Vinje de fray Antonio á España — Su entrevista con el rey.—Opiniones contrarias a la libertad de los
indios. — Gran junta reunida por el emperador para resolver en esta cuestión. — Pnblícanse las .Vut cas Lei/en. —Es nombrado para
llevarlas ó Nueva España el licenciado Tello de Sandoval. — Los encomenderos reciben á Tello con gran desconfianza.- Manifestación
hecha por los vecinos de México. — Oblígalos el visitador á nombrar una comisión. — Pregónanse en la ciudad las Nuecas
Leyes.—
Disgusto de los vecinos. — Cálmalos fray Juan de Z u m á r r a g a . — .Apelación que presenta el procurador de la ciudad. — Nómbrase comisión que vaya á llevar al rey la apelación. — Tello de Sandoval manda reunir una junta de obispos y prelados para tratar del negocio.
— Pide su parecer á las órdenes religiosas. — Curtas que llevó á España lo comisión —Comienzan ó poner en práctica algunas de las
Nueoas Leyes.— Lo que pasó en el Perú con motivo de las Nueoas Leyes. — Tiénese noticia en México de que se acercaba el obispo Las
Casas. — .Alboroto que causa esta nueva. — Entra en México el obispo. — Quién era él — Su familia
Su juventud.— Sus primeros trabajos en pro de los indios. — Ordénase sacerdote —Toma el hábito de Santo Domingo. — Concurre a la junta reunida por el emperador — Niégase á aceptar el obispado de Cuzco. — Comprométenle á aceptar el de Chiapus. — Su viaje ú Nueva España. — Recibenle
mal los vecinos de la Española. — Llega á A'ucatán — Naufragio de algunos de los sacerdotes que le a c o m p a ñ a b a n . — Llega ú Ciudad
Real — Ordena que no se dé la absolución á los que tienen indios esclavos. — Dislurbios que esto ocasiona. — Sigue el obispo para
Guatemala. — Trátale mal la Audiencia de Confines. — Emprende el viaje á México para asistir á la junta citada por Tello de Sandoval.
—Doctrinas que profesaba y predicaba Las Casas respecto á la conquista de las I n d i a s . - S u libro titulado De anuo cocationis riiodc —
.tcúsanle de haber escrito en descrédito de los conquistadores. — Lo que escribieron otros religiosos. — .Ataques del pudre Motolinla á
Las Casas. — Lo que escribió contra los conquistadores Motolinla. — Reúnase en México la junta citada por el visitador. — Decisiones
de esa junta. — Juicio acerca de esas decisiones.
Poco tiempo después de haber vuelto doh Antonio
de Mendoza de
la reconquista
y pacificación
de la
Nueva Galicia, llegó á México, el 8 de marzo de 1544,
el licenciado Francisco Tello de Sandoval,
nombrado
los religiosos
dominicos
desde
el
anatemas contra los conquistadores
pulpito
terribles
que esclavizaban á
los indios y contra los reyes y gobernantes que tal
consentían;
interponíanse
los
franciscanos
entre
los
visitador de la Nueva E s p a ñ a , y encargado de esta-
verdugos y las victimas; representaban los padres j e r ó -
blecer en ella las leyes sobre libertad y buen trato de
nimos sobre la necesidad, urgente y de conciencia, que
los indios que el emperador habia promulgado en Barce- I tenia el emperador
lona, y que fueron llamadas Las
en las colonias
como
en
la
Nuevas
Leyes,
metrópoli,
tanto
y tanto
en
La llegada del visitador Tello de Sandoval era el
de
un
gran
que
de las islas; y cada día
llegaban á la corte noticias alarmantes y terribles de la
r á p i d a despoblación de los nuevos dominios españoles,
aquellos dias como en los siglos posteriores.
resultado
de poner coto á las t i r a n í a s
pesaban sobre los naturales
movimiento politico-religioso
acaudillado por los frailes de la orden de Santo Domingo
debida al mal tratamiento que los vencedores daban á
los vencidos.
Los dominicos, con extraordinario valor y con gran
y secundado por los principales personajes de la corte
inteligencia,
de España, que señaló el principio de una de las épocas
conquistas, á la cabeza del partido que entre los espa-
más criticas y penosas de la administración vireinal en
ñoles e x i g í a , m á s que imploraba, el derecho de libertad
México.
y de humano trato de los conquistados.
Desde los primeros dias del descubrimiento de las
Indias por Colón, comenzaron
los Reyes Católicos á
dictar leyes que protegieran la libertad de los indios,
y que aseguraran el humano tratamiento á que
eran
acreedores: pero aquellas leyes fueron infructuosas;
la
codicia podia más que el derecho, y el i n t e r é s particular
más que las disposiciones de los monarcas.
Lanzaban
caron frente
se
pusieron
á frente
desde el principio
de
las
Ellos se colo-
de los conquistadores,
de los
encomenderos y hasta de los monarcas mismos,
para
proclamar que la espada no debía abrir el camino del
Evangelio, n i la esclavitud y la dura explotación de los
vencidos podían ser las armas de cristiana conquista n i
de católico monarca.
A cada paso a r m á b a s e un escándalo en alguna de
336
MÉXICO Á TRAVÉS DE DOS SIGLOS
las colonias, que r e p e r c u t í a en la corte de los Reyes
reza, su modestia y la claridad de las razones en que
Católicos 6 del emperador Carlos V , y que tenía por
apoyaba su opinión impresionaron al monarca que desde
origen un sermón ó un escrito de algún fraile dominico.
aquella conferencia
E n 1.511, fray Antonio de Montesinos hizo estremecer
fraile inquieto, revoltoso y audaz, y en su sermón una
al almirante Diego de Colón, á los gobernantes y á los
diatriba venenosa sin fundamento contra los encomen-
dejó de ver en Montesinos á un
encomenderos de la E s p a ñ o l a con un s e r m ó n , en el que,
deros y gobernantes de las Indias.
marcando el sendero que debían seguir los frailes de su
trascendental importancia pareció al rey la queja del
orden, y en el que aparecer debía la gigantesca
fraile, y grave asunto de Estado lo que al principio sólo
figura
Negocio de grave y
de fray Bartolomé de Las Casas, lanzó terribles invec-
fué causa de pasajera indignación; y despidió
tivas contra el modo de proceder en la conversión de los
Antonio
indios, y contra el sistema de repartimientos y enco-
haberle escuchado y con diligencia m a n d a r í a entender en
miendas, sin mostrar embozo n i timidez para envolver-
aquella materia."
en
su
desaprobación
á
los mismos
monarcas
espa-
ñoles L
de
Montesinos diciéndole:
«que
á
le
fray
placía
L a conciencia de los monarcas españoles no llegó á
estar tranquila por el camino que llevaban las cosas en
Aquel
sermón
fué verdaderamente
la
señal
combate; y desde aquel momento las encontradas
del
opi-
niones, que sordas y latentes se agitaban en el cerebro
el gobierno de las Intiias; pasaban los años y las quejas
y
las
tierras
acusaciones y
iban
la despoblación
en aumento
en
vez
de las nuevas
de
disminuir. Ya,
de los partidarios de dominicos y encomenderos, esta-
en 1543 a p a r e c í a en la escena pidiendo remedio contra
llaron como una tempestad que m á s ó menos intensa-
los
mente siguió rugiendo por cerca de medio siglo.
Bartolomé de Las Casas, el sacerdote m á s virtuoso, más
Alarmóse la corte por las noticias que de la Espa-
excesos cometidos en las Indias, el padre
fray
sabio y m á s benemérito de todo el Nuevo Mundo, como
ñola recibió del sermón de fray Antonio de Montesinos;
le llama el ilustre escritor esjíañol
indignóse el monarca y manifestó su disgusto al p r o v i n -
Quintana
á quien secundaban,
don Manuel J o s é
si no igualando su
cial de la orden en Castilla; pero n i el noble fraile, n i
energía y su actividad, si imitando su constancia y su
la
franqueza, fray Juan
enérgica
combate;
comunidad, esquivaron
el cuerpo
antes, procurando afrontar
en el
y precipitar el
momento de la batalla, hicieron salir para E s p a ñ a á
atrevidas
por
y justificadas
sus
hermauos
nicos en las islas y el continente.
No faltaban, por supuesto,
en la corte y en las
dominicos, las
colonias hombres que sostuvieran que los indios debían
que,
lanzadas
reducirse á la esclavitud haciéndose perpetuas las enco-
población
española,
miendas,
proposiciones
desde el pulpito de una naciente
Matías de Paz,
fray Pedro de Angulo y otros muchos religiosos domi-
fray Antonio de Montesinos á presentarse al r e y , y á
sostener, apoyado
de Torres, fray
que
era
tanto
como declarar
que
aquellos
iban á ser la bandera de los protectores de los desgra-
indios no entraban como vasallos del rey de E s p a ñ a á
ciados americanos.
formar parte de la m o n a r q u í a , sino que debían perma-
Fray Antonio de Montesinos tropezó con grandes
dificultades, pero al fin llegó á hablar al rey.
necer como siervos de los vasallos.
Su ente-
Fueron
los
primeros
que
informaron
contra
la
libertad de los indios, Francisco de Garay, Juan Ponce
' Fragmentos del sermón predicado por el padre Montesinos
en Santo Domingo, según se halla en los capítulos I I I y I V , líhro I I I
de\e Historia general del padre I.us Casas (Manuscrito perteneciente á la colección del señor don Antonio Uguina).
«Ego vom clamantis in deserto (título). Paraos todos á conocerme, he subido aquí yo, que soy voz de Cristo, en el desierto de
esta isla, y por tanto conviene que con atención, no cualquiera, sino
con todo vuestro corazón y con todos vuestros sentido.s la oigáis; la
cual voz os será la m á s nueva que nunca oísteis, la m á s áspera y
dura que j a m á s no pensasteis oir. Esta voz es que todos estáis en
pecado mortal, y en él vivís y morís por la crueldad y tiranía que
usáis con, estas inocentes gentes. Decid, ¿con qué derecho y con
qué justicia tenéis en tan cruel y terrible servidumbre aquestos
indios? ¿Con qué autoridad habéis hecho taV detestables guerras ú
estas gentes que estaban en sus cosas y tierras mansas y pacíficas
donde tan infinitas de ellas con muertes y estragos nunca oídos,
habéis consumido? ¿Como los tenéis tan presos y fatigados, sin
darles de comer ni curarlos en sus enfermedades, que de los e.xcoaivos trabajos que les dais incurren y se os mueren, y por mejor
decir los matáis por sacar y adquirir oro cada día? Y ¿qué cuidado
tenéis de que los doctrinen y conozcan á su Dios y creador, sean
bautizados, oigan mi.sa y guarden los fiestas y domingos? Estos,
¿ n o son hombres? ¿no tienen almas racionales? ¿No sois obligados
á amarlos como vosotros mismos? ¿Esto no entendéis? ¿Esto no
sentis? ¿Cómo estáis en tanta profundidad de sueño tan letárgico
dormidos? Tened por cierto que en el estado en que estáis no os
podéis mas salvar que los moros ó turcos, que carecen y no quieren
la fé de Cristo» — QUINTANA. — Apéndice á la Biografía
de fray
Bartolomé de las Casas,
de León y un Pero García de C a r r i ó n , diciendo que no
eran capaces de la fe, y que por no poderse regir por si
misniQs no sólo como nación sino como individuos, necesitaban siempre tutor ó amo 2.
Por el año de 1542, el emperador Carlos V , un
poco
más
libre
de
guerras
y
cuestiones
políticas,
habiendo adquirido ya por su edad y experiencia mayor
aplomo, y sintiendo, por las repetidas quejas que de las
Indias le llevaban, la urgente necesidad de poner un
remedio pronto y eficaz
al terrible desorden
que
se
enseñoreaba de aquellas apartadas colonias, hizo reunir
una gran junta á la que concurrieron los m á s notables
teólogos, juristas y hombres de Estado, con el objeto de
oir las opiniones que sobre buen gobierno de las Indias
y libertad y buen trato de los naturales
de aquellas
tierras se emitieran por personas que representaban lo
' Q U I N T A N A . — Vida de los españoles celebres.—Vida
de fray
Darlolomé de Los Casas.
* LAS CASAS. — Historia yene/ al de las Indias,
libro I I I , capítulo V I H .
337
MÉXICO Á TRAVÉS DE LOS SIGLOS
más selecto de la sociedad,
en ciencia, conciencia y
tales, cofradías ó otras semejantes." — Que se moderaran
los repartimientos excesivos, y de lo que se quitara se
experiencia.
Contribuyó poderosamente á llevar al rey por aquel
diese para el sustento de los primeros conquistadores.—
camino el cardenal Loaiza, presidente del Consejo de
Que en lo sucesivo no se encomendasen ya indios, sino que
Indias, confesor del emperador, varón singular por su
en muriendo los encomenderos, su repartimiento pasase
saber y honradez en el manejo de los negocios públicos
á la corona.—Que los oidores cuidasen de la instrucción
y que habiendo sido general de la orden de los d o m i -
y buen trato de los indios que dejasen de ser encomen-
nicos, como ellos profesaba
las nobles y caritativas
dados.—Que
los tributos que debían cobrar los enco-
ideas que lanzaron á esos religiosos á la defensa de la
menderos fuesen tasados por los gobernadores, con el
libertad y de la vida
objeto
de
los indígenas
del Nuevo
de
servicio
Mundo.
A esa gran junta fué llamado también fray B a r t o -
que
por
no fuesen
naborios
excesivos.
declarándose
Prohibióse
también
que
el
los
indios de las islas de San Juan, Cuba y la Española,
lomé de Las Casas y a l l i , como en teatro más á p r o p ó -
fueran
sito para su actividad, su inteligencia, su energía y su
residían."
tratados
como
los
españoles
que
E n las adiciones de Valladolid se a g r e g ó :
ardiente empeño en proteger á los indios, el ilustre
en
ellos
«Que á
fraile habló, escribió, gestionó y puso en juego cuantos
los conquistadores que no tuvieran indios, ó á los hijos
arbitrios le presentaban
legítimos de los conquistadores que estuviesen pobres,
su claro talento ó las oportu-
nidades de la situación para alcanzar de aquella junta
se les dieran empleos
resoluciones favorables á la libertad de los indios.
cuyos productos pudieran v i v i r ; y siendo menores de
de corregidores, ú otros con
Para honra de la E s p a ñ a del siglo x v i , aquellos
edad se les diese una parte de los tributos, de los
ho.ubres reunidos por Carlos V y que discutían muchas
repartimientos que dejaron sus padres. — Que no pudie-
veces en su presencia, no sólo llevados por el impulso
sen los encomenderos
noble, aunque ciego, de la caridad, sino meditando y
donde tenían su repartimiento sin licencia del virey.—
resolviendo madura y sesudamente todos los puntos que
Que los indios fuesen tan bien tratados como personas
á su decisión fueron sometidos, consultaron al rey una
libres y vasallos del rey de E s p a ñ a . — Y que los presi-
ausentarse de la provincia en
colección de disposiciones que gustoso aceptó el monarca
dentes y oidores de la Audiencia cuidasen de la tasa de
y á las que dió su sanción y fueron publicadas en la
los tributos, y que el encomendero que cobrase m á s de
ciudad de Barcelona á 20 de noviembre de 1.542, y
lo que estaba tasado se le privase inmediatamente de la
después, acrecentadas y corregidas, volvieron á p u b l i -
encomienda ' . "
Además r e g l a m e n t á r o n s e por estas leyes las a t r i -
carse en Valladolid á 4 de junio de 1543.
que contenían esas
buciones y trabajos del Consejo y las Audiencias; y se
leyes, relativas á la libertad de los indios, eran: «Que
ordenó también por ellas que en el P e r ú hubiese un
Las principales disposiciones
los del Consejo tuvieran especial cuidado de la conser-
virey y cuatro oidores que residiesen en la ciudad de
vación, buen gobierno y tratamiento de los indios.—
los Reyes, y creóse la Audiencia de los Confines nom-
Que el fiscal cuidase de saber cómo se guardaban estas
brándose al licenciado Maldonado, oidor que era de la
ordenanzas.—Que las Audiencias se informasen de los
de México, para su presidente.
De tan alta importancia se creyeron estas leyes y
malos tratamientos hechos á los indios.—Que por n i n guna causa se pudiera hacer esclavos á los indios en lo
tan
sucesivo, ni por causa
bien se comprendieron las grandes
dificultades y
titulo
de
obstáculos conque liabia de tropezarse
rebelión, ni por rescate, n i de otra manera.—Que
los
miento, que se nombraron comisionados especiales para
indios esclavos se pusiesen en libertad, si los poseedores
cuidar de su publicación y observancia en las colonias,
no mostraban titulo legitimo, encargando de esto á las
armándoles de grandes y extraordinarias facultades para
Audiencias para que lo hiciesen «sin tela de juicio,
llevar á cabo aquella difícil y peligrosa reforma, y el
de
guerra,
ni á
en su cumpli-
sumaria y brevemente y sólo la verdad sabida."—Que
emperador designó para cumplir tan delicada misión en
los indios no fuesen obligados á cargar contra su v o l u n -
Nueva E s p a ñ a , al licenciado Francisco Tello de San-
tad y sin pagarles por aquel trabajo, cuidándose de que
doval.
la carga, en donde esto no pudiera evitarse, n i fuese
Era
el licenciado Francisco
Tello de Sandoval,
excesiva ni trajese peligro de su salud ó de su vida.—
canónigo de la iglesia de Sevilla, inquisidor apostólico
Que ningún ludio fuese llevado á p e s q u e r í a de perlas
de la ciudad y arzobispado de Toledo, y miembro del
contra su voluntad, so pena de muerte á quien i n f r i n -
Supremo Consejo de Indias, cuando fué encargado de la
giese esta disposición.—Que se quitasen todas las encomiendas
é
indios
que
tuvieran
«los
visorreyes ó
gobernadores ó sus lugares tenientes ó cualquier oficiales
nuestros ansi de justicia como de nuestra hazienda, p r e lados, casas de religión ó de nuestra hazienda, hospi-
' «Leyes y ordenanzas nuevamente hechas por Su Magestad,
para lu gobernoción de las indias y buen tratamiento y conservación
d é l o s Indios: que se han de guardar en el Consejo y Audiencias
Reales que en ellas residen: y por todos los otros governadores,
juezes y personas particulares dolías. — Impressas en Madrid en
casa de Francisco Sánchez. Año MDLXXXV.»
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M É X I C O Á T R A V É S D E LOS SIGLOS
Nuevas
Leyes;
encuentro á media legua de la ciudad, el v i r e y , la real
cuanto
creyese
Audiencia, los oficiales reales, el cabildo de la ciudad
conveniente en el desempeño de su misión; nombrado
y el de la Catedral y más de seiscientos vecinos espa-
visitador
ñoles ricamente vestidos y en caballos
publicación
y
ámpliamente
cumplimiento de
autorizado
para
las
hacer
del virey Mendoza, de la Audiencia, y de
todos los oficiales reales de Nueva E s p a ñ a ; facultado
para entrar en el acuerdo todas las veces que quisiera,
soberbiamente
enjaezados.
E n medio de tan lucido acompañamiento entró el
y para visitar la ciudad de México y las demás de
visitador
Nueva E s p a ñ a informando á la corte de cuanto creyese
Domingo, donde tenia preparado su alojamiento, y á
á la ciudad y hasta el convento de Santo
necesario suprimir, reformar, aumentar ó variar, tanto
cuya puerta se p r e s e n t ó para recibirle el obispo fray
en lo civil como en lo eclesiástico, en la colonia, y
Juan de Z u m á r r a g a .
provisto, por último, con el nombramiento de inquisidor
C r e c í a n , sin embargo, en la ciudad, el descontento
apostólico de la Nueva E s p a ñ a , que le había confiado
y las murmuraciones; comentábanse
don Juan de Tavera, cardenal de la Santa Iglesia de
las Nueoas Leyes
Roma,
los españoles residentes en las Indias, y los vecinos y el
título de San Juan Anteportamlatinam, arzo-
desfavorablemente
presentándolas como ruina de todos
bispo de Toledo, primado de las E s p a ñ a s , canciller
ayuntamiento proclamaban sin embozo su disgusto y su
mayor de
resolución
Castilla é inquisidor apostólico general de
de
no acatar aquellas
disposiciones,
para
todos los reinos y señoríos de los reyes de E s p a ñ a ' , de
ellos tan perjudiciales, discurriendo medios de impedir
manera
su publicación y atajar su cumplimiento.
que,
personaje
más altamente
caracterizado,
investido de mayores facultades y llevando en su mano
más difícil
y
trascendental
encargo, no liabia pisado
hasta entonces las playas de Nueva E s p a ñ a .
San
Juan
de Ulúa
c é d u l a s ; en esto se conformaron todos, y el lunes 10,
al tercer
Desde el día 12 de febrero de 1.544, en que arribó
á
E l m á s natural y m á s pronto era apelar de aquellas
el licenciado Sandoval,
hasta
día de llegado el visitador, comenzaron á
reunirse alcaldes, regidores y vecinos, y ya que en gran
número
se
encontraron,
dirigiéronse
al convento de
el 8 de marzo en que llegó á México, los indios, que por
Santo
el disgusto de los encomenderos
aumentándose en el camino á tal grado la muchedumbre,
habían comprendido
Domingo llevando al escribano
de
cabildo y
cuán favorable era para ellos aquella v i s i t a , salían por
que en llegando al monasterio no pudo caber, siendo tan
todas partes
grande el edificio, en salas, claustros y patios.
á
encontrar
al licenciado, regando
su
camino de flores, poniéndole por todo él vistosos arcos
E l licenciado Tello de Sandoval turbóse y disgus-
y enramadas y procurando á porfía divertirle y obse-
tóse con aquella ruidosa y amenazadora manifestación;
quiarle con m ú s i c a s , bailes y pantomimas.
pero procurando mostrar rostro sereno y ánimo t r a n -
No con la misma satisfacción esperaban en México
los encomenderos
quilo ,
con
gran
mesura
dirigióse
á
aquella
gente
la llegada del licenciado Tello; mar-
diciéndole: que pues él no había presentado sus poderes
cadas eran las señales de disgusto que daban, y hostiles
n i les constaba el fin de su venida, no sabia de qué
preparativos
agravio p r e t e n d í a n apelar; que les rogaba se retirasen
hacían
vestidos de luto y
para
recibirle, determinando
con señales
encontrarle los españoles residentes
que
de duelo saliesen
á
en la capital dos ó
tres leguas antes de llegar á la ciudad.
tranquilamente, pues nada podia tratarse
tres personas que con él se entendiesen,
Supo Mendoza tal acuerdo, y comprendiendo que
en aquella
forma, sino que ellos nombrasen una comisión de dos ó
explicándole
lo que el cabildo y la ciudad q u e r í a n .
llevarlo á efecto seria ofender al r e y , i r r i t a r al visitador
R e t i r á r o n s e entonces y nombraron inmediatamente
y precipitar los acontecimientos en una via que podia
para tratar aquel negocio al procurador mayor de la
tener por término la guerra entre e s p a ñ o l e s , el alza-
ciudad,
miento entre los naturales del país y la pérdida de todo,
Miguel López de Legazpi.
ó cuando menos de gran parte de la t i e r r a conquistada,
p r o c u r ó , presentando
é s t a s como razones,
calmar los
ánimos y preparar digna entrada arcomisionado real.
Llegó el licenciado Tello, el sábado 8 de marzo de
1544,
á la capital de Nueva E s p a ñ a , y salieron á su
' Cedulario de Puya, tomo !.—«Que el Licenciudo Sandoval
haga conforme á las instrucciones provisiones que truxo, justicia.»—
Página 446.— « Para que las veces que quisiere el Licenciado Sandoval entrar en el acuerdo entre.» — Página 4.i7. — « P a r a que el
Licenciado Tello de Sandoval visite al visorey e govcrnador de la
Nueva Esiiaña. como ha usado sus cargos.» — P á g i n a 448. — « Para
que el Licenciado Sandoval visite la ciudad de México e otros pueblos e informe del estado en que están las cosas.» — Página 460.—
« Poder de inquisidor apostólico desta Nueva Espaiia al Licenciado
Francisco Tello de Sandoval.» — Página 4 5 2 . — « P a r a que se dé
todo favor «I Licenciado Sandoval.» - Página 454.
á dos regidores
y al escribano
de cabildo,
No perdieron tiempo esos diputados, y á las dos de
la tarde de aquel mismo día estaban ya en el alojamiento del visitador.
Recibióles éste con mucha c o r t e s í a ; pero comenzó
la conferencia, reprendiéndoles el gran alboroto que en
aquella
mañana
habían
hecho.
Exageróles
su delito
como ofensa al rey y peligro para los intereses de la
corona y entrando después al fondo del negocio que alli
les r e u n í a dijoles: que pues no habia venido a destrum
la t i e r r a sino á procurar el favor de los que en ella
moraban, españoles ó indios, si se creían perjudicados,
representasen al rey que él sería el mejor intercesor en
aquella súplica.
339
M É X I C O Á T R A V É S D E LOS SIGLOS
Satisfechos se retiraron los comisionados suponiendo
pales religiosos, para que ellos discutiesen y aconsejasen
que todo habia tenido término favorable para los enco-
lo más conveniente y útil
menderos, y
al
obispados; porque desde el tiempo de los Reyes C a t ó -
pueblo protestando á los menos conformes que no había
licos, gran afecto habían tenido los monarcas españoles
ya nada que temer.
á tomar consejo de esas j u n t a s , formadas de los hombres
procuraron
empeñosamente
calmar
Grecia la confianza á medida que pasaban los dias
sin hacerse la publicación
de las Nuevas
Leyes,
y
al buen gobierno de
sus
más esclarecidos por su saber y por su experiencia,
creyendo sabiamente que era el mejor medio de acertar
estaban ya los ánimos tranquilos cuando el lunes, 24 de
en las cuestiones
marzo, fueron pregonadas
inteligencia tan avanzada en las cosas de gobierno, que
solemnemente con asistencia
difíciles;
y rasgo
es
este de
una
los congresos científicos que Augusto Comte señala como
del virey, el visitador y la Audiencia.
Acudió á la novedad crecida multitud de vecinos, y
directores de las naciones en la época más avanzada á
no bien acababa de darse el último p r e g ó n , cuando el
que puede llegar la sociedad, se procuraron establecer
procurador mayor de la ciudad, rompiendo penosamente
por
entre la muchedumbre, llegó
dificultad se presentaba en la marcha del gobierno.
hasta
donde estaban
el
virey y el visitador, y p r e s e n t ó la apelación que traia
preparada.
los
reyes
de
Flspaña
cada
vez que una
grave
Tello de Sandoval procedió á pedir su parecer á las
comunidades religiosas sobre el punto de encomiendas y
Comenzó á dar con esto muestra de inquietud el
pueblo alli reunido; levantóse
nn murmullo que iba
siendo casi amenazador, y el licenciado Tello deseando
cortar el alboroto y el escándalo
que
se
anunciaba,
repartimientos,
haciendo
que se
convocara al mismo
tiempo una j u n t a de obispos en la capital de Nueva
ÍTspaña.
Quizá por la suma gravedad de las circunstancias
dirigió la palabra á los presentes disculpándose de haber
ó porque el temor que á Tello Sandoval infundían
hecho pregonar las leyes por no tener medio de eludir
amenazas de los encomenderos, hubiera contagiado á
el paso siendo orden expresa del emperador; insistió en
los frailes dominicos, resultó una cosa inesperada y fué,
las
sus ofrecimientos de no ejecutar de esas leyes lo que
que esos dominicos que con tanta energía y constancia
en perjuicio fuera de los conquistadores y vecinos de la
habían defendido la libertad de los indios y combatido
ciudad; protestó repetidas veces que sólo deseaba y pro-
el sistema de repartimientos y encomiendas, sin i n t i m i -
curaba el bien de los españoles en México, y como fin d é
darse n i por el disgusto del rey n i por la
su largo discurso concluyó prometiendo, bajo juramento
osadía de los encomenderos de la Flspañola, en México,
soberbia
soleiuue, escribir al rey en favor de conquistadores y
dieron un parecer
pobladores, para que n i les disminuyese rentas y hacien-
encomenderos y tan
das, ni perjudicase
sus fueros y capitulaciones, sino
habían sostenido en los p ú l p i t o s , en sus escritos, y en
antes bien les ayudase con nuevas mercedes y mandase
las juntas de la metrópoli por medio de sus m á s ilustres
repartir entre ellos las encomiendas vacas de la Nueva
varones, que sólo puede atribuirse el juicio que emitieron
España.
entonces á esa gran p e r t u r b a c i ó n que los juristas definían
Fray .Tuau de Z u m á r r a g a ,
que presente
estaba,
mirando que la gente parecia poco satisfecha de lo que
el visitador les
había
prometido,
habló
al
pueblo
tan favorable á las miras de los
contrario á lo que ellos mismos
como miedo que cae en ánimo de varón constante.
De los franciscanos es de e x t r a ñ a r s e el parecer por
lo mucho que alardeaban su amor á los indios y su
esforzándose en convencerle de cuanto liabia dicho el
empeño
licenciado Tello y de la verdad de
dieron muestras n i de grande valor c i v i l n i de trascen-
las
promesas
y
ofrecimientos de é s t e ; y concluyó invitando á todos los
presentes á concurrir al siguiente d í a , que era el de la
por proteger á la raza vencida; pero
dental elevación de miras.
Decían los franciscanos, en resumen, que era preciso
Encarnación de Cristo, á la iglesia mayor á la misa que
conservar y aumentar el número de españoles
diría el visitador y en la cual él p r e d i c a r í a .
Nueva E s p a ñ a
Ketirárouse todos confusos y desasosegados viendo
nunca
en la
« p o r q u e demás de ser ellos cristianos y
murallas de la fé, son menester
en la tierra para la
las cosas tomar un mal camino, y al siguiente día
amparar y defender en lo que conviene al patrimonio
concnrrieron á la iglesia mayor, en donde fray .Tuau de
real de C a s t i l l a ; « que estos españoles necesitaban de los
Zumárraga
consuelo,
repartimientos para mantenerse y hacer alguna hacienda;
Asi se calmaron un tanto los enco-
pero que si al morir ellos, los indios quedaban libres,
menileros, y entre tanto los diputados, en unión del
la encomienda se ponía en nombre de la corona y las
visitador, estudiaban empeñosamente el modo de poner
mujeres é llijos de los encomenderos quedarían pobres
el remedio á tan critica situación ' .
y sin modo de subsistir;
en
su
fuiinio y esperanza.
sermón
iirocuró
darles
concluyendo por
declararse
Entre las instrucciones que Tello de Sandoval habia
contra las Nuevas
Leyes y deseando que el rey a u t o r i -
recibido en la corte era una, ([ue lu-ocurase hacer jTintas
zase ámpliamente
á sus gobernantes
de los obispos, prelados de las órdenes y de. los p r i n c i -
para arreglar satisfactoriamente aquel asunto.
'
REMESAL - L Í I J . V J J . cap. X I I .
en la provincia,
Firmaron
este parecer en el convento de San Fl-ancisco en México,
340
MÉXICO
Á TRAVÉS
el 15 de ma3-o de 1544, fraj' Martín Hoiacastro, comisario
general;
fray
Francisco
de
Soto,
provincial;
fray
Antonio de Ciudad Rodrigo, fray Juan de Rivas, fray
D E LOS SIGLOS
SU autor porque los indios fuesen reducidos á perpetua
esclavitud y por el pedantesco y alambicado estilo en
que e s t á escrita.
Francisco J i m é n e z , fray Diego de Almonte, fray F r a n cisco de Victoria y fray Alonso de Herrera ' .
« P o r lo qual, dice. Sacra Cesárea Católica Magest a d , aunque con estos naturales, por ser próximo, se
Reducíase la consulta del visitador á tres cuestiones:
requería
toda
benignidad y clemencia,
esceptándolos
la primera, si era conveniente al servicio de Dios y de
de hoy m á s que no se hagan esclavos en ninguna de
Su Majestad y al aumento y perpetuidad de la tierra,
las maneras de impusicion, servidumbre y cautiverio,
que hubiera pueblos de indios encomendados; la segunda,
que están notadas en ley de escriptura y aprobadas
si las Nuevas Leyes
en ley e v a n g é l i c a , pero en solo este caso conviene que
en lo relativo á esto eran nece-
sarias ó podia excusarse su cumplimiento; y la tercera,
sean
si
merescieren muerte criminal cometidos contra españoles.
por
no estar
encomendados
los indios se
h ar í an
holgazanes o podrían seguirse otros inconvenientes.
esclavos
los
que
Porque de otra manera,
se
levantaren
ó por
delitos
seria acrescentar ponzoña en
Los frailes dominicos contestaron á la primera que
el cuchillo para que la herida fuese mortal y con más
era preciso conservar las encomiendas, porque sin ellas
fiicilidad se levantasen, por ser gente bestial, ingrata,
no podrían
subsistir los españoles
que
defendían
la
tierra y perpetuaban la fe cristiana; que con ellas se
de mala inclinación, mentirosa,
amiga de
y al presente muy desvergonzada
novedades,
y atrevida; y tanta
hadan ricos los e s p a ñ o l e s , y habiendo hombres ricos
en tan escesivo modo, que si el temor de las nuevas
en
grandísimo
le3-es y justicias no los opresase y la poderosa mano de
aumento, y el culto divino, con esos ricos, estaría mejor
Dios no los tuviese no h a b r í a un solo soplo en todos
servido,
nosotros."
la tierra las
rentas
reales
tendrían
porque los indios, como pobres, no podían
hacer limosnas á la Iglesia; por lo cual, respecto á la
segunda c u e s t i ó n , opinaban que de no revocar.-e
las
A' agrega pidiendo la reforma de las nuevas leyes:
«
y pues V . M . en forma de justicia, dador y refor-
Nuevas Leyes v e n d r í a la pobreza, r e i n a r í a la descon-
mador de leyes, ansi esta ordenanza como las demás
fianza y todos los españoles p r o c u r a r í a n volverse á su
debe mandar reformar, pues tenemos por
patria, quedando la tierra sin guarda y la religión sin
que nunca el siervo hace huen jornal n i labor, si no le
apoyo; y en cuanto á la tercera c u e s t i ó n , opinaron que
fuere puesto el pié en el pescuezo; n i estos naturales
los indios, como flojos y no codiciosos, se
serán cristianos n i e s t a r á n subjetos al dominio de V . M . ,
contentaban
esperiencia,
con el mantenimiento del d í a , y el único modo de
si unas veces no fueren opresos con la lanza y otras
sacarlos de esa ociosidad y abandono
favorecidos con el amor y justicia
miendas.
Este
parecer
lo
eran las
suscribieron
enco-
en
Santo
E l visitador puso también una larga carta al rey
Domingo de México, el 4 de mayo de 1544, fray Diego
refiriéndole
de la Cruz, prior; fray Domingo de Betanzos,
dificultades y peligros que presentaban
prior;
todo lo sucedido
en Nueva E s p a ñ a , las
la ejecución de
fray Hernando de Oviedo, fray Tomás de San Juan, fray
las Nuevas Leyes
Gonzalo de Santo Domingo, fray J o r d á n de Bustillos,
reformadas; hablaba mucho en favor de
fray Alonso de Santiago, fray Juan de la Magdalena,
y pobladoj-es, y en veinticinco capítulos presentaha las
fray .luán Lupus y fray Domingo de la Anunciación 2.
condiciones conque podrían
Suspendió el visitador la ejecución de algunos de
los capítulos mientras el rey disponía el remedio
de
aquellos males, y nombráronse en comisión para i r á
tratar del asunto con el monarca,
en nombre de los
Partidos que fueron los comisionados, el visitador
encomenderos,
Francisco
de
Soto,
de
San
Francisco,
y
fray
Francisco de S a n r o m á n , de San A g u s t í n .
Escribieron al emperador cartas sobre este negocio
los principales personajes de la colonia, opinando en
lo general por la derogación y suspensión de las Nuevas
Leyes,
y fué entre esas cartas una del presbítero Pedro
Gómez de Maraver, después primer obispo de la Nueva
Galicia, notable por el furioso empeño que
mostraba
' Documentos inéditos de Indias, tomu V I I , pág. 526.
> Ibid., ibid,, tomo V i l , púg. 532.
encomendarse los indios,
procuró poner en ejecución algunos de los capítulos de
las Nuevas
de México, fray Domingo de la Cruz, de Santo Domingo;
conquistadores
menderos.
Gonzalo López y Alonso de Villanueva, como procuradores , y á los tres provinciales de las órdenes religiosas
en que podían ser
favoreciendo su conservación y el bien de los enco-
reyes de Nueva E s p a ñ a , del virey y del visitador, á
fray
y los términos
Leyes
que no herían directamente á los
como era el que ordenaba se quitasen
1 Dirígiéndoso oí emperador dice el mismo Gómez Maraver en
su cario : e i Oh Cesar invictísimo, defensor de la feo. cnudilio de los
crislionos. alferes de Cristo, refugio de los opresos, tutor de los
huérfanos, remedio de los pobres, favor de los buenos, venganza de
los malos. Rey de los Reyes, monarca del orbe, gran Emperador
do los Principes, y finalmente podre universal de todos, de cuya
dichosa vida canta el te.xto divino! «En tu mono, señor, es la virtud
y lu potencia ; en lu mano la grandeza y el iiii|ierio; tuyos son ios
riquezas, tuya es la gloria, tú enseñoreas á todos;» y como persona
ton preeminente y segunda causa después de Dios, de quien V. M.
tiene la dependencia y el poder de la tierra, rozón es se muevan
esos clemenlísimos e n t r a ñ a s á compasión y misericordia de ios
moles que se esperón, incendios, robos, rebeliones, fuerzas, muertes
y dcslruicion universal en t o d o » — Curta del presbítero Gómez
Mnrover ó S.
ponderando los males de la Nueva España y abogando porque se reduzcan á esclavitud los indios en cieitos cosos.Documentos inéditos de Indias, Lomo V I H , púg. 199.
341
M É X I C O Á TRAVÉS D E L O S S I G L O S
las encomiendas á los gobernadores,
oflciales reales y
prelados. Esto dió lugar á muchos disgustos,
porque
un hombre honrado que, como la encamación del remordimiento y el representante de la conciencia, aparece
también eran muchos los despojados, y hubo entre ellos
á
cada paso delante
de los que
han
extraviado el
quienes renunciasen el cargo antes que perder la enco-
sendero de la moral y de la justicia de una sociedad,
mienda; pero este paso del visitador no fué mal visto
e n t r e g á n d o s e al vicio y á la corrupción; por eso todos
por los vecinos y no produjo turbación alguna.
los odios se condensan contra aquel hombre, y no hay
Cuerda y prudente fué la conducta observada por
Tello de Sandoval en aquellas difíciles
circunstancias,
arma, por infame que sea,
que parezca,
n i empeño, por reprobable
que no se use ó ponga en juego para
y merced á ello pudo atajarse la tempestad que amena-
hacerle desaparecer ó para mancharle, ya
zaba envolver á la colonia, cansando grandes trastornos
caer en el cieno de la común prostitución, ya procurando
haciéndole
y quizá mayores perjuicios á los indios.
empañar su fama y su nombre con supuestos delitos ó
Blasco Núñez Vela fué enviado por el emperador
vicios que en algo le puedan asimilar á sus enemigos,
al Perú y nombrado virey para promulgar y poner en
y n i la seducción se excusa, n i la calumnia deja de
ejecución las Nuevas Leyes;
prodigarse, que no hay ánimo tranquilo n i en tirano
pero Blasco Núñez no era
nn canónigo como el licenciado Tello de Sandoval, sino
n i en criminal,
hombre de guerra, extremado
hombre honrado,
cortesano
y
destrísimo
jinete que mereció la preferencia del emperador
para
severos testigos
de tan
criminales
desaciertos.
E r a Bartolomé de Las Casas ó Casaus
la comisión que se le confiaba, en competencia con el
famoso don Antonio de L e y v a , uno de los candidatos
mientras vivan el noble patricio ó el
de nn caballero
francés
descendiente
que en el cerco de Sevilla
prestó grandes servicios al rey don Fernando el Santo
del Consejo para virey del P e r ú .
Blasco Núñez, que no contaba con la prudencia de
y que mereció por eso que después de ganada la ciudad
Tello de Sandoval, quiso al principio usar de grande
le señalase
energía, y mirando que esto producía descontentos
caballeros que alli quedaban gobernando.
y
el monarca por uno de los
veinticuatro
sublevaciones, comenzó á dar muestras de debilidad.
Francisco de Casaus, padre de B a r t o l o m é , pasó á
Asi alentó la rebelión de Gonzalo de Bizarro, y tras
las Indias en compañía de Cristóbal Colón; hizose rico
un gobierno inquieto y peligroso vino Blasco á perder
en ellas y volvió á Sevilla, su patria, llevando como
vida en la batalla de Anaqnito, dada contra Bizarro,
una curiosidad un joven indio en calidad de esclavo,
en la que cayó herido y prisionero y fué degollado en el
que regaló á su hijo, entonces estudiante y mozo de
mismo campo por un negro,
la cabeza del desgraciado
que
llevó
arrastrando
virey por las calles de la
ya
Por esos dias Isabel la Católica llegó
esclavos
entender
que
de
las
Indias
entraban
á
E s p a ñ a como regalo ó como m e r c a n c í a , y entonces fué
ciudad de Quito.
Estaban
diez y ocho a ñ o s .
á
tranquilos
en
México
gobernantes,
encomenderos y vecinos, cuando repentinamente
llegó
cuando exclamó
indignada:
Colón para repartir
u¿Quien
mis vasallosf
dió
licencia
á
'."
la noticia de que hacia la ciudad se encaminaba el
Los pregoneros reales anunciaron en Sevilla que
temido obispo de Cliiapas, fray Bartolomé de Las Casas.
todos los que tuviesen indios esclavos venidos de manos
aun el obispo
del almirante los entregasen para que se volviesen á su
estaba á ocho jornadas de distancia, causó en México
t i e r r a , «so pena de la v i d a , " y perdió con esto su paje
Aquella noticia, que se tuvo cuando
tan terrible alarma que dice Remesal que « s e alborotó
el joven Bartolomé Casaus, pues tuvo que devolverle
toda la gente como si hubieran de ver nn ejército de
para que fuese repatriado.
encen-
P a s ó por primera vez á las Indias, ya con el título
dióseles tanto la sangre en su odio y aborrecimiento,
de licenciado, Bartolomé de Las Casas, como se le
que temiendo el visitador y virey alguna alteración 6
apellidó
enemigos, estando desarmados y desnudos, y
desgracia, le escribieron que se detuviese
hasta que
ellos le avisasen, que seria cuando entendiesen
gente estaba algo desapasionada."
que la
Obedeció Las Casas,
y pasados algunos dias entró en México á las diez del
generalmente,
siguiendo
á fray
Nicolás
de
Ovando, del hábito de A l c á n t a r a , nombrado por el rey
gobernador
de la E s p a ñ o l a
en el año dé" 1502,
en 1510 tomó las órdenes sacerdotales celebrando
y
su
primera misa en la ciudad de la Vega de la misma isla.
día, y no sólo no hubo quien se atreviese á insultarle,
Cincuenta y un años de su vida empleó Las Casas,
sino que todos le miraron con respeto, sin faltar quien
á quien con razón se ha dado el nombre de «Apóstol
dijese: Este es el obis2)o sanio,
los indios "
de las I n d i a s , " en continuos trabajos y en constantes
terdadero
padre de
sufrimientos por proteger y favorecer á los desgraciados
Razón tenían los encomenderos
de México en su
odio y temor al obispo Las Casas, porque en las épocas
americanos.
Como protector de ellos nombrado oficial-
mente por el rey ó sin m á s investidura que la que le
de corrupción y cuando la mayoría de nn pueblo se
prestaban su ardiente caridad y el traje sacerdotal del
prostituye, nada es tan terrible como la presencia de
p r e s b í t e r o , el hábito religioso del dominico ó la pobre
'
REMESAL — Lib. V I I , cap.
X V I , núm.
4.
'
REMESAL. — L i b . I I , cap.
X . núm.
3.
342
M É X I C O Á T R A V É S D E LOS SIGLOS
pontifical
y el báculo de madera de su obispado de
recién
llegados
dominicos porque no la comiese el
Chiapas, n i un momento desmayó en la santa empresa
obispo, n i dió un pan de limosna porque de él no
que habia tomado á su cargo.
participase Las Casas.
Blanco y centro del odio de los encomenderos y del
Quiso é s t e , sabiendo lo que acontecía, pasarse al
que participaban también todos los españoles residentes
convento de San Francisco por no perjudicar á sus
en las Indias, las ciudades españolas de la América le
hermanos los tlominicos; pero impidióselo la reflexión
recibian como á un enemigo.
de que á otro convento iba á llevar la desgracia que
obispado
de
Chiapas,
en
E n la misma capital del
Ciudad Real,
los
levantaron un tumulto contra é l , y aunque
arrepentidos
volvieron
á
darle satisfacciones,
vecinos
sobre él pesaba y permaneció en Santo Domingo. Los
después
frailes entonces nombraron á dos religiosos para que
nunca
salieran á pedir limosna por las casas, y con lo poco
durante su vida fué para ellos querido el obispo Las
que ellos alcanzaban y algo que tomaron del bastimento
Casas.
de los navios socorrieron su necesidad.
En
1522 fray
Domingo de
Betanzos,
que
tan
importante servicio debia prestar después á los n a t u rales del Nuevo Mundo,
despachando
la misión
que
embarcarse
y
llegaron,
después
tormentas, á Campeche
en
de
Volvieron á
sufrir
terribles
donde el cura, que era
clérigo, los pocos españoles que alli habia y los natu-
alcanzó en Roma de Paulo I I I la bula que declaró á los
rales de la tierra recibieron al obispo con
indios capaces de sacramentos,
muestras de cariño.
tuvo también para los
De Campeche á Chiapas determinaron el obispo y
dominicos el mérito de haber conseguido que el licenciado Bartolomé de Las Casas tomara el hábito
de
grandes
los religiosos dirigirse por mar á Tahasco, y no pudiendo
i r todos reunidos n i llevar el bagaje que traían consigo
religioso de esa orden L
Después de la famosa junta que propuso las Nueras
de libros, ropa, órganos y otras cosas de la iglesia y
diósele á fray Bartolomé el obispado de Cuzco,
además dos campanas que habían comprado en Cam-
que no a c e p t ó , pero en seguida, ya acabando el año
peche, dividióse la misión saliendo primero diez r e l i -
de 1543, obligóle el emperador á aceptar el de Chiapas,
giosos con treinta y tres españoles, llevando una parte
Leyes,
que, erigido en 1538, habia perdido á su primer obispo
del
el licenciado don Juan de Arteaga antes de que tomara
zozobrar las barcas en que iban los viajeros y a h o g á -
equipaje.
posesión de su diócesis 2.
ronse nueve religiosos y v e i n t i t r é s españoles.
Después
Consagróse Las Casas como obispo de Chiapas en
Desgraciadamente
de grandes
una
trabajos
tormenta
hizo
llegaron el obispo
la iglesia mayor de Sevilla, y emprendió el viaje para
Las Casas y sus compañeros á Ciudad Real y comenzó
su obispado saliendo en 1544 de Sanlúcar de B a r r a -
inmediatamente la lucha con los encomenderos y vecinos,
meda, llevando en su compañía una misión de treinta y
porque el obispo, fiel en su propósito, prohibió que se
cuatro
sacerdotes dominicos, cinco diáconos y cinco
diese la absolución á cristianos que tuviesen indios en
Como tan públicos eran en las Indias los trabajos
por el deán de la catedral, en conseguir que el obispo
esclavitud.
legos.
E m p e ñ á b a n s e los de la ciudad,
alentados
y empeño del obispo Las Casas en favor de los n a t u -
revocase
rales y en contra del sistema de encomiendas y repar-
ocasión fué ésta de tan grande alboroto, que llegaron
las instrucciones dadas á los confesores,
y
timientos y el influjo que con su palabra había ejercido
en masa los revoltosos hasta donde el obispo estaba, no
para la expedición de las Nuevas
faltando quien hiciese intento de matarlo; negándose
sublevaron los ánimos
de
Leyes,
pobladores
que tanto
españoles
del
en toda la ciudad no sólo á dar limosna para él y los
Nuevo Mundo, vecinos y encomenderos de la Española,
dominicos,
sabiendo la llegada del obispo que tocaba en la isla, de
mientos que necesitaba é impidiendo que les llegasen
sino rehusándose
á
vender los manteni-
paso para el continente, mostraron tan descubiertamente
los (jue de los pueblos de los indios les venían.
el odio que le profesaban, que nadie le visitó; nadie
Sin mostrar desaliento por lo que pasaba, siguió
quiso darle la bienvenida, y competían todos en m a l -
Las Casas su viaje en busca de la Audiencia de los
decir de él y en manifestarle su mala voluntad.
vecino llevó,
como era costumbre,
Ningún
comida para los
Confines á solicitar de ella, no sólo el cumplimiento de
las Nuecas Leyes,
sino que los españoles dejasen libres
á los religiosos para predicar el Evangelio á los indios
• LAS CASAS, — //i'jiío/ ia de las Indias, l i b . I I I , cap. C L . X .
' El licenciado don Juan de Arteaga fué electo pura obispo de
Chiapas en 1541; llegó enfermo al puerto de Veracruz, y sin embargo
caminó hasta Puebla, en donde tuvo necesidad de detenerse porque
más se agravaba su enfermedad. Una noche, agitado por la ardiente
sed de una calentura, sin avi.sur á nadie levantóse á buscar agua.
« Estaban ó la ventana del aposento, dice Remesal, a serenar diversos
vasijas con diferentes aguas, no le dió lugar la sed á mirar lo que
tomaba, y por asir de la de agua simple, que era la que buscaba v la
que habia menester, echóse ó pechos una redoma do agua de solimán. No conoció el Obispo el daño por la mortificación del gusto,
obró el veneno, y murió á los 8 de setiembre del año de 1541.»
sin
intentar la leducción
de éstos \)or medio de la
guerra.
Mal recibió la Audiencia de los Confines la solicitud
de Las Casas y á tal extremo llegó su cólera por la
insistencia del obispo,
le
dijo
en muy alta
que
voz:
hombre,
mal fraile,
merecíais
ser castigado.'-
el presidente
a.S'ois un
Maldonado
bellaco,
mal
mal obispo, desocryonzado que
Las Casas, que gran empeño
343
MÉXICO Á TRAVÉS DE LOS SIGLOS
y trabajo había .puesto para conseguir el nombramiento
Chiapas á un movimiento de conquista que dirigía y
(le Maldonado para
de
alentaba el espíritu aventurero, fanático y codicioso del
presidente
de
la
Audiencia
Confines, cuando tantos se oponían á é l , al escuchar
siglo, debió parecer entonces tan e x t r a ñ a y tan atenta-
aquellas injuriosas palabras contentóse con responder:
toria á los derechos de los monarcas y de los pueblos
« J o lo merezco muy lien todo eso que U. S. dice,
señor ¡icenciudo Alonso de Maldonado."
cristianos,
heróica y conforme á los sagrados derechos plenamente
Era tan aborrecido el nombre de Las Casas por
reconocidos de la independencia y autonomía de las
todas partes, que los cabildos, las audiencias y hasta
naciones; por eso la figura de Las Casas crece y se
los franciscanos
destaca con mayor majestad
escribiendo
al
levantaban
emperador
piedra de escándalo
informaciones
y
contra él,
presentándole
como la
y la causa de p e r t u r b a c i ó n
en
como ahora nos parece
en la historia á medida
que los siglos pasan, que la humanidad progresa y que
la sociedad, proclamando las doctrinas que encierra el
libro De único decotionis
todas las colonias.
noble, ilustrada,
modo, rinde inconsciente un
En el P e r ú abiertamente le declaraban autor de las
hermoso tributo de gratitud y de respeto al hombre inte-
Nueras Leyes y origen de los terribles acontecimientos
ligente y valeroso, que hace m á s de trescientos años
que allí pasaban.
U n caballero de Santiago de Guate-
mala escribia á Ciudad E e a l :
« E l Obispo buelve á
sostenía, en medio de sus enardecidos enemigos, que n i
las creencias religiosas se imponen por la fuerza, n i hay
essa tierra para acabar de destruir essa pobre ciudad."
derecho en el mundo para esclavizar la conciencia y el
Toda la doctrina del obispo de Chiapas, respecto
pensamiento, y n i el pretexto de la propagación del
á la conquista y conversión de los indios; todo el móvil
cristianismo justifica la usurpación de los reinos y la
de sus acciones, de sus discursos y de sus escritos;
esclavitud de sus naturales.
toda la explicación de su conducta, se pueden encontrar
Injustamente algunos distinguidos escritores ^ culpan
condensadas, reconcentradas, tomando forma y consti-
á fray Bartolomé de Las Casas de haber en sus escritos
tuyendo el programa de su vida, en su libro titulado:
exagerado las crueldades de los conquistadores en el
De único cocationis
Nuevo
modo. E n él desarrolló Las Casas
Mundo,
ocasionando con eso el descrédito de
el pensamiento que le dominó y que le guiaba para
la nación española y dando armas á sus enemigos para
emprender aquellas terribles y constantes luchas, y por
pintarla con los m á s negros y repugnantes colores.
él se comprende lo que anhelaba para los indios y para
acusación,
que el patriotismo disculpa, toma tan sólo
origen
el poco
el rey de E s p a ñ a .
en
Tal
conocimiento que esos escritores
Ese libro, era como el código de las doctrinas de
tenían de los archivos y documentos de aquella época,
un partido á cuya cabeza se bahía colocado, por su
pues fué Las Casas, sin duda, uno de los que menos
virtud, por su saber, por su inteligencia y su energía
rasgos
fray Bartolomé de Las Casas; todos los demás escritos
conquistadores; pero como son
del obispo no pueden considerarse sino como pruebas,
más en todas
unos, de la verdad y justicia de las conclusiones asen-
obras las m á s á menudo consultadas y citadas, á él se le
tadas en el libro De único vocationis
modo, ó como
culpa de haber presentado las m á s terribles acusaciones
medio, otros, de conseguir el reconocimiento oficial y
y de haber dicho lo que otros no se atrevieron á decir;
público de esas conclusiones.
pero nada hay m á s injusto que este cargo.
Las Casas proclamaba en
de
barbarie
y
de
ferocidad atribuyen á los
sus
escritos los que
las manos han andado; como son sus
ese libro, que tantas amarguras causó á su autor, que
Apenas se e n c o n t r a r á una sola cai-ta dirigida á los
el único y solo modo que la Providencia Divina instituye
monarcas españoles y referente á la r á p i d a despoblación
y aprueba para la conversión de los infieles, sin dife-
de las islas y del continente americano 6 señalando
rencia de errores ó sectas, es persuadir al entendi-
caminos para la mejor gobernación de las Indias, en
miento con la razón y atraer suavemente la voluntad
que no se vean estampadas contra los conquistadores
por el cariño y huen tratamiento; reprueba enérgica y
acusaciones y cargos tanto 6 m á s graves que los que se
duramente el medio de la guerra
empleado por los
cree vulgarmente ser parto de l a acalorada imaginación
la conversión de los indios,
del obispo de Chiapas y de su exagerado celo en favor
españoles para alcanzar
declara esa
guerra
temeraria,
tiránica y no vacila
injusta,
en protestar
que en nombre de la religión
perversa
y
contra el atentado
cristiana se
cometía,
de los desgraciados americanos.
F r a y Pedro de C ó r -
doba, en carta que escribe al emperador desde Santo
Domingo de la E s p a ñ o l a , pinta tan triste la situación
y
de los vencidos, que «las madres, dice, con sus manos
señores de las islas y el continente del Nuevo Mundo.
han muerto sus propios hijos por no los poner n i dejar
despojando de sus
tierras y vasallos á los reyes
Aquellas doctrinas, que han venido á ser en nuestra
debajo de tan dura servidumbre;" y agrega, después de
de las
haber referido todos los sufrimientos y muerte de aque-
naciones, eran en el siglo x v i una utopia apenas soste-
llos i n d í g e n a s : « y por no dar pena á Vuestra Alteza le
época principios incontrovertibles del derecho
nible y comprendida apenas por algunas inteligencias
privilegiadas; la ruda y tenaz oposición del obispo de
' DON MODESTO DE LAFUENTE. — Historia general de España.
— DON MANUEL JOSÉ QUINTANA. — Vidas de españoles
célebres.
344
M É X I C O Á T R A V É S D E LOS SIGLOS
digo ansí que yo no leo n i hablo que nación ninguna, n i ' obispo de México, fray .luán de Z u m á r r a g a , en 27 de
aun de infieles,
tantos males n i crueldades hicieran
agosto
de 1527
corrobora lo que
contra sus enemigos, por el estilo y manera que los • crueles tratamientos á los naturales
cristianos han hecho contra estas tristes gentes
Lo
mismo, aunque en más blando estilo y en más disimulafray
Bernardino de
Manzanedo,
uno
de
los
padres
Horroriza verdaderamente
malos y
del pais habiau
dicho cuantos escribian al rey • y el oidor licenciado
don
Vasco de (juiroga,
dos términos dice al rey en su memorial el año de 1518 I Indias
jerónimos que fueron de gobernadores á las Indias.
sobre
en su carta
y en su Infnrmoñon
al Consejo de
al mismo Consejo •',
relata las horrorosas crueldades cometidas con los naturales de Nueva E s p a ñ a reducidos á la servidumbre, y
lo que refieren acerca
refiere que el hierro de servidumbre se ponia en la
de las crueldades de que eran víctimas los indios, los
Nueva Galicia hasta á los niños que estaban en la lac-
padres dominicos residentes
tancia y cuyo rostro apenas podia contener la candente
en la E s p a ñ o l a
carta dirigida á M r . de Xevres
•'Fr.
en
Firman esa
una
carta
Tilomas Asanus, provintiop S. Crucis provinciales
i n m e r i t i i s . — F r . Lateranus de Beanit pave. — F r .
de
marca de la esclavitinl.
E l licenciado Alonso de Zorita,
oidor de la Audiencia de Nueva E s p a ñ a , en su largo
informe al Consejo de Indias, acerca de los tributos que
V a l l o n i i s . — E r . Job. de T a v i r a . — F r . Dominicus Velaz-
se cobraban en México antes y después tle la Conquista ^,
quez.—Er.
Domingo de Betanzos.—Fr. Tho. de Ber-
hace tan sombría descripción de los sufrimientos de la
langa, s u p r i o r . — F r . Antonio Montesinus.—Fr. Paulus
raza vencida, que no podrá encontrar semejante en los
de T r u x i l l o . — F r . Thoinas Ortiz. — F r . Petras de Cor-
escritos de Las Casas, y de ello da idea este párrafo
do va,
tomado entre otros muchos:
Fr.
provincialis.—Fr.
Laurentius
de
Retes.—
« Y aconteció que indios,
Tilomas de Sancto lacobo.—Fr. Petrus del... ^"
que iban cargados, mataban las criaturas que llevaban
Muchos de los nombres de los signatarios de esta carta
en los pechos, y decían que no podían con ellos y con
fueron
la carga, y que no querían que viniesen sus hijos á
después muy conocidos en la historia de las
Indias, y entonces aun fray Bartolomé de Las Casas no
pasar el trabajo que ellos pasaban.
era dominico n i pudo haber infinido en el ánimo de los
decir á un procurador de aquella Audiencia que, siendo
Y en Guatimala oi
padres de esa orden, porque en esa misma carta le
soldado y yendo á una entrada ó conquista, vió que
citan como testigo los religiosos, diciendo: « T o d a s las
atravesando
cosas dichas M . I . S. y otras muchas que se podrian
soldado la daga, y se metió en el cieno; y que como
decir y por evitar mayor prolixidad no se ponen aqiii,
no la podia hallar, acertó á llegar una india con su
una ciénega ó pantano, se le cayó á un
sabe muy bien Bartolomé de Las Casas, clérigo que
carga y una criatura en los pechos, y le tomó la cria-
allá e s t á , el cual es persona de verdad y v i r t u d y espe-
tura y echóla en el lugar donde se cayó la daga, por-
cial siervo y amigo de Dios, y celoso de su l e y , el cual
que era ya noche; y la dejó alli plantada, y otro dia
encomendamos muy afectuosamente á V . S. suplicándole
voltió á buscar su daga, y decía que habia dejado la
le dé mucho c r é d i t o , porque es persona que lo merece,
criatura por señal.
al cual ninguna otra cosa mueve en los negocios de los
llevaban en colleras, y el tratamiento que les hacían
indios sino deseo del cumplimiento del servicio de Dios
por
todo el camino, y como cansándose el indio ó india
y de S. A . "
con
la carga, le cortaban la cabeza por no pasar á
L a carta que al monarca español escribió el electo
desenfardar
la
Y no hay para qué decir como los
cadena,
y
repartían
la carga
á los
demás."
' Carta al rey del jiadre fray Pedro de Córdolia. viee-provincial
de la orden de Santo Domingo. — Dociimeníos iniklHos de Indias,
lomo X I , png. 217.
' Entre otroa episodios espantoso?, cnenlan los dominicos
á Mr. Xevres:
—«Item, yendo ciertos cristiunos, vieron una india que tenia un
niño en los bra/.o?, que crialtu, o poique un perro quedos llevaban
consigo habia hambre, tomaroiu el niño vivo de los brazos de In
madre, echáronlo al ¡ierro e asi lo despedazo en presencia de su
madre »
—«y fueron tantos ios crueldades que pasaron, que solo el dia
del Juicio se podrán conocer; lomar de noche en un buhio, ques
una cusa de poja, quinientos y mil deiios, e gu.ardar ios |)uerlns, e
¡ponerles luego de día á cuchilladas, como estaban, desnudo?, acuchiiiarios c irse; á ios que tomalian por el camino, cortalian á m á s
las manos, e iabrnhanlos, e enviábanlos diciendo: «id con cartas
á los otros » Hacían parrillas de madera e quemábanlos vivos, e por
que no diesen gritos, metíanlos palos en lu boca: envolvíanlos en
¡laja, e poníanlos fuego, para ver como ¡lian ardiendo: iiiandálionios
despeñar de altos peñas, e ellos, de miedo que habían de ios cristianos lo hucian.» — Docantcníos
inéditos del Archico de Indias,
lomo V I I . pág. 397.
a Están así esos nomiires en el documento respectivo publicado
en el lomo V i l . pág, 397 de los Documentos inéilitos del Are/tico
de Indias.
Todos estos hechos, que se presentaban generalmente m á s bien para explicar la r á p i d a despoblación de
las Indias, que como una acusación á los españoles,
tenían en boca de todos esos y otros muchos españoles
que escribian al monarca una expresión más ruda y un
tinte m á s sombrío que en los escritos del padre Las
Casas, pues los episodios repugnantes se multiplicaban,
acompañados de pormenores que hacían más pavoroso el
cuatiro, y quizá
sólo
por
venir de
personas menos
autorizadas, no causaban el efecto que aun boy producen
las atrevidas representaciones
• Documentos
gina 104.
" 14 de agosto
Indias, tomo X l i l .
^ Documentos
gina 333.
' Documentos
inéditos
del obispo de Chiapas al
del Archico
de Indias,
lomo X i i i , pá-
de 1.531. — Docíí/iic/ííos inéditos del Archioo de
pág. 420.
inéditos del Archico de Indias, tomo X, p á inéditos
del Archioo de Indias,
tomo 11, púg. 1.
345
MÉXICO Á TRAVÉS D E LOS SIGLOS
emperador; pero n i lo que él dice es el resultado de su
en
exaltado empeño en favor de los indios, n i fué él quien
p r e c a u c i ó n en un monasterio L
aconsejar
al monarca que le mande
encerrar
por
E n medio de esa tempestad de iniurias, Motolinia
dió el modelo ni el ejemplo de aquellas quejas.
Dividióse el clero de Nueva E s p a ñ a con motivo de
procura desmentir á Las Casas en todo lo que éste dijo
y unos religiosos
sobre malos tratamientos á los indios. «A los estan-
tomaron el partido de la monarquía excitando á los
cieros (dice) calpixques y mineros, llamados verdugos,
la promulgación de las Nuevas Leyes,
gobernantes
al cumplimiento de
las
ordenanzas del
encomenderos, no sólo oponiéndose
las Nuevas Leyes,
desalmados,
inhumanos
y
crueles,
y
dado caso que
á los
algunos baya habido codiciosos, ó mal mirados, cieriiv-
á la práctica de
mente hay otros muchos buenos, cristianos y piadosos e
emperador, y otros se aliaron descubiertamente
sino representando
ante el empe-
limosneros,
y
muchos
dellos
casados
viven
bien."
rador y escribiendo á las personas de mayor influencia
Y agrega m á s adelante:
en la corte, para alcanzar la derogación de las orde-
los indios desta Nueva E s p a ñ a están bien tratados,
nanzas, que babía becbo ya pregonar
tienen menos pechos y tributo que los labradores de la
en México
el
Distinguióse entre estos últimos í r a y
que
sorda
y
solapadamente
Toribio
hacía
de
cruda
guerra al obispo Las Casas, disfrazando, bajo las apariencias de empeño
residentes
por
en México
y
y
vieja E s p a ñ a , cada uno en su manera."
visitador Tello de Sandoval.
Motolinia,
«Y sepa V . M . por cierto, que
el
bien
de
los
españoles
de ferviente anhelo
por la
Hablando al rey de la causa de la despoblación de
la t i e r r a , dice: «
de diez años á esta parte falta
mucha gente destos naturales, y esto no lo han cahsado
malos tratamientos,
porque b á muchos años que los
indios son bien tratados,
mirados y defendidos,
más
conversión de los naturales y su reducción á la vida
banlo cahsado muy grandes enfermedades y pestilencias
de civilización, la rencorosa envidia que alimentaba y
que en esta Nueva E s p a ñ a ha habido, y cada dia se van
que le hacia ver como malo y odioso cuanto predicaba
mucho apocando estos naturales; qual sea la cabsa Dios
6 hacia el obispo de Chiapas.
es el sabidor, porque sus juicios son muchos y á nosotros
Esta mala voluntad del
fraile, ni tan oculta n i tan disimulada que no fuese
conocida por los encomenderos,
le dió entre ellos tanto
escondidos."
Refutando lo que Las
Casas refiere respecto
al
prestigio y tan gran popularidad, que su viaje á Guate-
crecido número de esclavos herrados, indios, y del duro
mala fué verdaderamente
trato que sufrían,
una marcha triunfal,
pedían al emperador repetidas
y le
veces como obispo, al
en medio de asegurar Motolinia que,
n i ese trato era tan cruel, n i el número de
esclavos
mismo tiempo que llovían sobre Las Casas los despre-
tan grande, sino muy reducido; n i tan común el uso del
cios, las calumnias y las acusaciones.
hierro para marcarles, exclama: «Y no es razón que el
A esto debe
atribuirse la fama de ilustre varón que por tantos años
de Las Casas diga quel servicio de los cristianos pesa
acompañó en la América el nombre de fray Toribio de
m á s de cien torres, y que los españoles
Motolinia y el olvido y la ingratitud que también por
menos los indios que las bestias, y aun quel estiércol
estiman en
muchos años eclipsaron la memoria y los hechos de fray
de las plazas; p a r é c e m e ques gran cargo de conciencia
Bartolomé de Las Casas.
atreverse
Sin embargo,
mientras el obispo combatía en la
á decir t a l cosa á Y . M . , y hablando
grandísima
temeridad,
dice:
quel servicio
que
con
los
Nueva España en pro de sus doctrinas, apenas i n d i r e c -
españoles por fuerza toman á los indios, que en ser
tamente le atacaba Motolinia, conformándose, como en
incomportable y durísimo, eccede á todos los tiranos del
su despedida á los vecinos de Guatemala,
con encu-
mundo, sobrepuja é iguala al de los demonios; aun de
biertas y poco atrevidas alusiones; pero cuando vió á
los vivientes sin Dios e sin ley, no se deberla decir t a l
su enemigo fatigado de la lucha, herido profundamente
cosa; Dios me libre de quien t a l osa d e c i r . — E l yerro que
en su corazón por tantas y tan amargas decepciones y
se llama de rescate de Y . M . vino á esta Nueva E s p a ñ a
retirado huyendo del ruido mundanal en una silenciosa
el año de 1524 mediado Mayo; luego que fué llegado á
celda del convento de San Gregorio de Valladolid,
México, el capitán Don Hernando Cortés, que á la sazón
«ese
hombre audaz se armó de todo el furor que suministra
gobernaba,
la personalidad exaltada, y en una representación
letrados que habla en la ciudad, e yo me alié presente
que
ayuntó en S. Francisco con Frayles,
los
dirige al Rey á principios del año de 1555, con achaque
e v i que le pesó al Gobernador por el yerro que venia y
de defender á los conquistadores, gobernadores,
lo contradijo y desque m á s no pudo limitó mucho la
enco-
menderos y mercaderes de indios t r a t ó á Casas como al
licencia para herrar esclavos, n
Motolonía en ese memorial
A pesar de todo el respeto á que es acreedor el
llamaba á Las Casas «hombre pesado, inquieto, i m p o r -
obispo Las Casas, y de que los términos en que la
último de los hombres
tuno, bullicioso,
injuriador y perjudicial," a p ó s t a t a por
haber renunciado la mitra de Chiapas, y no se detiene
' DON MANUEL JesÉ QUINTANA. — Vidas de los españoles
bres. — Vida de fray Bartoiomé de Las Casas
céle-
' Carta de fray Toribio de Motolinia ol emperador, fecha en
Tiaxcoia ú 2 de enero de \bbb. — Colección de documentos para
la historia de México, publicados por don Joaquín García Icazbalceta, tomo I , pág. 253.
346
MÉXICO k
TRAVÉS D E LOS SIGLOS
caita de Motolinia al rey e s t á escrita, dan claro indicio de
eran tan continuos, que apenas pagaban uno les o b l i -
gran exaltación de á n i m o , que es por lo general
segura
gaban á otro, para poder ellos cumplir vendían los hijos
la fama de
y las tierras á los mercaderes, y faltando de cumplir el
varón sencillo y evangélico de que ha gozado el religioso
muestra de parcialidad y poca reflexión;
tributo hartos murieron por ello, unos con tormentos y
franciscano,
otros en prisiones crueles, porque los trataban bestial-
podia, inclinando el ánimo en su favor,
hacer que su testimonio se tomase por de gran precio y
mente y los estimaban en menos que las bestias
se creyese que realmente, además de exagerar el obispo,
" L a sesta plaga fué las minas de oro, que además
«infamaba atrevidamente á la nación española y á su
de los tributos y servicios de los pueblos á los Españoles
p r í n c i p e , " como dice el mismo Motolinia; pero un esci ito
encomendados, luego comenzaron á buscar minas, que
de este mismo religioso aparece
sólo
los esclavos Indios que basta boy en ellas han muer lo
inspirado por r u i n y violenta preocupación pudo haber
no se podrian contar; y fué el oro desta tierra cotno
probando,
que
escrito esa carta al emperador, contradiciendo abierta-
otro becerro por Dios adorado porque desde Castilla le
mente lo que él mismo babía publicado en años ante-
vienen á adorar pasando tantos trabajos y peligros, y ya
riores, y descubriendo al mismo tiempo cuán poco digno
que lo alcanzan, plegué á Nuestro Señor que no sea para
de. respeto y de fe es ese hombre, que sigue sin embozo
su condenación.
el impulso ciego de sus intereses
6 de sus
pasiones.
Dice Motolinia en el capítulo I , tratado I de su
de los indios de la Nuera
Historia
España
séptima plaga fué la ediñcacion de la gran
años
andaba más gente que en la edificación del templo de
«Hirió Dios y castigó esta t i e r r a , y á los que en
ella se hallaron, así naturales
"La
ciudad de México, en la cual en los primeros
como estrangeros,
con
Jerusalen; porque era'tanta la gente que andaba en las
obras, que apenas podia hombre romper por algunas calles
y calzadas, aunque son muy anchas; y en las obras á unos
diez plagas trabajosas.
tomaban las vigas, otros caían de alto, otros tomaban
cuarta plaga fué de los calpixques ó estan-
debajo los edificios que desbacian en una parte para
cieros, y negros, que luego que la tierra se r e p a r t i ó ,
hacer en otra, en especial cuando deshicieron los templos
los
principales del demonio. A l l i murieron muchos Indios y
"La
conquistadores
pusieron
en
pueblos á ellos encomendados,
sus
repartimientos y
criados ó negros
cobrar los tributos y para entender
para
en sus granjerias.
tardaron muchos años basta los arrancar de cepa, de los
cuales salió infinidad de piedra.
Estos residían y residen en los pueblos, y aunque pol-
"Es la costumbre de esta t i e r r a , no la mejor del
la mayor parte son labradores de E s p a ñ a , banse ense-
mundo, porque los Indios hacen las obras, y á su costa
ñoreado de esta tierra y mandan á los Señores principales
buscan los materiales, y pagan los pedreros y carpin-
naturales de ella como si fueran sus esclavos; y porque
teros, y si ellos mismos no traen que comer ayunan.
no querría descubrir sus defectos, callaré lo que siento
Todos los materiales traen á cuestas; las vigas y piedras
con decir, que se hacen servir y temer como si fuesen
grandes traen arrastrando con sogas, y como les faltaba
señores absolutos y naturales, y nunca otra cosa hacen,
el ingenio y abundaba la gente, la piedra ó viga qi e
sino demandar, y por mucho que les dén nunca e s t á n
había menester cien hombres, t r a í a n l a cuatrocientos; y
contentos, que á doquiera que están todo lo enconan y
tienen de costumbre de i r cantando y dando voces, y los
corrompen, hediondos como carne d a ñ a d a , y que no se
cantos y voces apenas cesaban n i de noche n i de dia,
aplican á hacer nada sino á mandar;
son zánganos que
comen la miel que labran las pobres abejas, que son los
por el gran fervor que t r a í a n en la edificación del pueblo
los primeros dias.
Indios, y no les basta lo que los tristes pueden dar, sino
que son importunos. E n los años primeros eran
tan
absolutos estos calpixques en maltratar á los ludios y en
cargarlos y enviarlos lejos de su tierra y darles otros
muchos trabajos, que muchos Indios murieron por su
causa y á sus manos, que es lo peor.
"La
quinta
plaga
fué
los
" L a octava plaga fué los esclavos que hicieron pata
echar en las minas.
años
F u é tanta la prisa que en algunos
dieron á hacer
entraban
en
México
esclavos,
que
tan grandes
de
todas
partes
manadas como
de
obejas, para becbatles el hierro; y no bastaban los que
entre los Indios llamaban esclavos, que ya según su ley
grandes
tributos
y
cruel y b á r b a r a algunos lo sean, pero según ley y verdad
servicios que los Indios h a c í a n , porque como los Indios
casi ninguno es esclavo; mas por la prisa que daban á
t e n í a n en los templos de los ídolos y en poder de los
los Indios para que trajesen esclavos en tributo, tanto
Señores y principales, y en muchas sepulturas,
número
gran
de
ochenta
en
ochenta
dias,
acabados los
cantidad de oro recogido en muchos años comenzaron á
sacar de ellos grandes tributos; y los Indios con el gran
temor que cobraron á los españoles del tiempo de la
guerra,
daban cuanta t e n í a n ;
mas
como los tributos
' Documentos para la hisluria de México , publicados por
García Icazbalceta, tomo i , pág 14 y siguientes.
En lo caria ai emperador dice Motolinia:
«.. y no es razón quel de Las Casos digo quel servicio de ios cristianos peso mns que cien (erres, y que ios Espnñoies eslimun en
menos ios indios que los voslius, y uunquei estiércol de ios plazas;
pareceme ques gran cargo de conciencia atreverse á decir tal cosa
á V. M. — Documentos para la historia de México, publicados por
Garda Icazbalcelo, tomo I , pág 274.
347
MÉXICO Á TRAVÉS D E LOS SIGLOS
esclavos traían los hijos y los macehuales, que es gente
Las Casas no se limitaba á la denuncia n i á la queja;
baja, como vasallos labradores, y cuantos m á s haber y
indicaba el remedio, anatematizaba la conquista armada;
juntar podían, y traíanlos atemorizados para que dijesen
usaba de las terribles facultades que tenía como obispo
que eran esclavos.
Y el e x á m e n , que no se hacia con
para prohibir á su clero que absolviese en el tribunal
mucho escrúpulo, y el hierro, que andaba bien barato,
de la penitencia á los que tuvieran esclavos indios, y
dábanles por aquellos rostros tantos letreros, a d e m á s del
como todos los hombres satisfechos de la verdad y de la
principal hierro del Rey, tanto que toda la cara t r a í a n
justicia de su doctrina, era tan severo é intransigente,
escrita, porque de
cuantos
era comprado y vendido
que la menor condescendencia de parte de un gober-
llevaba letreros, y por esto esta octava plaga no se tiene
nante,
por la menor.
principios á ese gobernante.
le bacía
luego mirar
como enemigo
de
sus
Las Casas no se contentaba con obtener de los
nLa novena plaga fué el servicio de las minas, á
las cuales iban de sesenta leguas y m á s á llevar mante-
monarcas ó del Consejo de Indias una disposición
nimientos los Indios cargados; y la comida que para si
favor de sus protegidos; quería él mismo vigilar y exigir
en
mismos llevaban, á unos se les acababa en llegando á
el exacto cumplimiento de esa disposición; no se daba
las minas, á otros en el camino de vuelta á n t e s de su
por satisfecho conque los reyes ampararan á los indios
casa, á otros detenían los mineros algunos dias para que
en su l i b e r t a d , en su vida y en sus propiedades;
Ies ayudasen á descopetar,
hacer
hacer que el mundo reconociera como principios del
casas y servirse de ellos, á donde acabada la comida, ó
derecho y como consecuencias de la religión cristiana,
se morian allá en las minas ó en el camino; porque
que la guerra que se bacía en son de conquista á los
dineros no lo tenían para comprarla, n i habla quien se
americanos era injusta; implo el empeño de convertirlos
la diese. Otros volvían tales que luego morian; y de
por la fuerza é inicuos el despojo de los señores de la
estos y de los esclavos que morian en las minas fué
tierra y la esclavitud de sus naturales.
ó los ocupaban en
tanto el hedor, que causó pestilencia y en especial en
las minas de Oaxyecac
en las cuales media legua á la
quería
L a verdad de sus doctrinas y el prestigio que les
comunicaba el c a r á c t e r apasionado é inflexible de Las
redonda y mucha parte del camino apenas se podia pasar
Casas,
sino sobre hombres muertos ó sobre
cuantos deseaban poner un remedio á las cosas del
huesos;
y eran
fueron
parte
y
no
pequeña
para
alentar
á
tantas las aves y cuervos que venían á comer sobre los
Nuevo Mundo, y para ñliar en aquellas banderas
cuerpos muertos que hacían gran sombra al sol, por lo
principales personajes
de l a m o n a r q u í a española que en
qual despoblaron muchos pueblos, así del camino como
las juntas mandadas
celebrar por el emperador r i v a l i -
de la comarca: otros indios bulan á los montes y dejaban
zaban en empeño para encontrar la acertada resolución
sus casas y haciendas d e s a m p a r a d a s . «
de tan difíciles problemas religioso-políticos.
á los
Todo esto que escribió Motolinia, el mismo que en
Con la resuelta decisión que siempre, y m á s que
su carta al emperador niega cuanto dice Las Casas y le
nunca creyendo que Uegádose babía la ocasión oportuna
trata de infame calumniador, basta para comprender que
de obtener el cumplimiento de las Nuevas leyes,
entró
ese hombre era un hipócrita envidioso á quien Quintana
Las Casas en México, llamado por la j u n t a que conforme
arrancó resueltamente el falso atavio de v i r t u d y de
á las instrucciones del emperador b a b í a mandado reunir
santidad
el licenciado Tello de Sandoval.
Las Casas no había dicho contra los conquistadores
Fuese á posar a l coiivento de los dominicos; pero
y encomenderos m á s de lo que el emperador y la corte
desde el siguiente dia de su llegada, comenzaron las
habían oído repetir muchas veces á los religiosos y
alarmas é inquietudes en la ciudad, porque habiendo el
visitadores del Nuevo Mundo, y el m á s injusto y vene-
virey y los oidores enviádole á felicitar por su llegada,
noso de los enemigos del obispo, el padre Motolinia, no
el obispo contestó por medio del mismo mensajero: « q u e
formó una excepción,
los
pluma salieron
sino muy al contrario, de su
terribles
acusaciones;
pero
lo
que
señores le perdonasen
porque
estaban
que no los i r l a á
descomulgados
por haber
visitar
mandado
convertía á Las Casas en el jefe de todos aquellos que
cortar la mano en la ciudad de Antequera (Oaxaca) á
reclamaban libertad y buen trato para los indios; lo
un clérigo de grados ' . n Disculpáronse sobre el caso
que hacia del obispo el blanco de todos los odios y todas
el virey y los oidores;
las persecuciones y el adversario m á s poderoso de los
supieron de aquella diferencia, y no fueron pocos, el
gobernantes y encomenderos, que miraban como letra
escándalo,
pero
los vecinos y el clero
las murmuraciones y el desasosiego en la
muerta las enérgicas y repetidas disposiciones de los
ciudad, culpando todos, como era n a t u r a l , al obispo, y
monarcas españoles
tomando de esto prueba para decir que todo lo turbaba
en favor de los indios,
era
que
1 Oaxaco
• QUINTANA — Vicia de fray Bartolomé de Las Casas. — Quintana segurameate no tuvo presente este dato ai juzgar á Motolinla,
pues no menciona la contradicción repugnante que liay entre ios
dos escritos mencionados en el texto.
y trastornaba.
R e u n i ó s e por fin la j u n t a y concurrieron á ella los
obispos de México, Tlaxcala, Michoacán, Oaxaca, G u a '
R E M E B A L . — Lib. V I I , cap, X V I , núm. 4.
348
MÉXICO
t é m a l a y Chiapas, los prelados de las ó r d e n e s
Á T R A V É S D E LOS SIGLOS
religiosas
y los hombres más distinguidos por sus virtudes y saber,
Contra estos tiene la Iglesia cuatro vías para hacerles
guerra, jure
recuperationis
para recuperar la tierra;
asi eclesiásticos como seculares, que babía entonces en
—jure
la ciudad y en la Nueva E s p a ñ a .
vindictm para castigar los agravios hechos á la cris-
Durante muchos días estuvieron reuniéndose aquellas
personas; acaloradas y luminosas fueron las discusiones;
dej/ensionis
tiandad;— de jure
para defenderse de
para
ellos;—/IÍW
libertar á los cristianos que
tienen presos ó cautivos.
la cuestión político-religiosa t r a t ó s e con la m á s ámplia
" L a tercera especie de infieles, son los herejes ó
libertad, y todos vinieron por fin á convenir en estos
apóstatas,
principios, en los que aparece triunfante la doctrina del
Iglesia y del Sumo Pontífice.
obispo Las Casas:
Iglesia el derecho de castigo, privándoles de sus bienes
« T o d o s los ínfleles de cualquiera secta ó religión
que fueren, y por cualquier pecados que tengan,
cuanto
al derecho natural y divino, y el que llaman derecho de
los cuales de derecho
son súbditos
de la
Contra estos tiene la
espirituales ó temporales, de sus Estados, honras, jurisdicción Real ó imperial, declarando vacantes los Reynos
de los herejes.
las gentes, justamente tienen y poseen señorío sobre sus
"Y la cuarta especie es la de aquellos infieles, que
cosas, que sin perjuicio de otro adquieren, y también
no tienen tierras usurpadas que hayan sido de la Iglesia,
con la misma justicia, poseen sus Principados,
ni en algiin tiempo le hicieron daño, n i injuria, n i mal
Reynos,
Estados, Dignidades, Jurisdicciones y Señoríos.
ninguno, n i tienen propósito de hacérselo, y n i en lo
" L a causa única y final de conceder la sede Apos-
presente n i en lo pasado han sido súbditos del imperio
tólica, el Principado supremo y superioridad Imperial de
cristiano,
las Indias á los reyes de Castilla y L e ó n , fué la p r e d i -
Mundo.
como son los Reyes y señores
del Nuevo
Con estos nada tiene que hacer la Iglesia sino
cación del Evangelio, y dilatación de la E é y Religión
procurar con ejemplo y buenas doctrinas atraerlos á la
cristiana y la conversión de aquellas gentes naturales de
fé; y ellos tienen y usan legítimamente el libre imperio
aquellas tierras, y no por hacerlos mayores señores n i
señorío de sus reynos y estados.
más ricos principales de lo que eran.
se infiere que la guerra que á esta clase de infieles se
"La
Santa sede Apostólica en conceder
el dicho
De lo que rectamente
hace, con objeto de obligarlos á recibir la F é de Cristo,
principado supremo-, y superioridad de las Indias á los
es tan temeraria,
Reyes Católicos de Castilla y L e ó n , no entendió privar
donable usurpación despojarles de sus estados Rejmos, y
á los Reyes y Señores naturales de las dichas Indias de
Señoríos, reduciéndolos á la esclavitud."
sus
Estados y Señorios
y
Jurisdicciones,
injusta, perversa y tirana é imper-
honras n i
Estas declaraciones, aun cuando estériles se pudie-
dignidades, n i entendió conceder á los Reyes de Castilla
ran considerar por sus resultados inmediatos, tuvieron,
y León alguna licencia ó facultad por la cual la dilatación
sin embargo, benéfica influencia, pues en ellas se apoya
de la F é se impidiese, y al Evangelio se pusiese algún
Las Casas, á su vuelta á la corte, para continuar en sus
estorbo y ofendículo;
activas gestiones en favor de los indios; y los encomen-
de manera
que
se
impidiese ó
retardase la conversión de aquellas gentes.
deros y los vecinos de las ciudades del Nuevo Mundo,
"Los Reyes de Castilla y de L e ó n , d e s p u é s que se
ofrecieron
y obligaron, por su propia policitación,
tener cargo de proveer,
á
vieron al obispo apoj-ado en respetable parecer de tantas
personas distinguidas por su carácter y por su saber.
como se predicase la f é , y
Las resoluciones de aquella junta son una de las
convirtiesen las gentes de las Indias son obligados de
más claras pruebas del espíritu levantado é indepen-
preceto divino á poner los gastos y espensas que para
diente de las personas que la formaron; las proposiciones
la consecución del dicho fin fueren necesarios.
aprobadas por la j u n t a implican una enérgica reprobación
Conviene
á saber para convertir á la F é aquellos infieles basta
de la conducta, no sólo de los conquistadores,
que sean Cristianos ' . "
de los monarcas e s p a ñ o l e s , y envuelven una interpre-
sino aun
Además de esto la junta asentó por ciertos, a v e r i -
tación de la bula de Alejandro V I , que dividió el Nuevo
guados é incontrovertibles, los principios y conclusiones
Mundo entre los reyes de E s p a ñ a y los de Portugal,
contenidos en el libro De único vocationis modo y que
muy diversa de la que basta entonces esos soberanos le
eran en compendio: «
h a b í a n dado.
infieles:
que cuatro diferencias hay de
L a primera, los que viven
sujetos
á los Reyes
vivían
en
cristianos,
entre
Castilla y se llamaban moros
que
constituciones políticas consignaban como un derecho la
mondejares;
libre emisión del pensamiento, la energía y la indepen-
/acto,
dencia de c a r á c t e r de aquellos hombres les hacia dueños
las lej'es justas que les pusieren.
de ese derecho; no habia libertad de conciencia, en cam-
estos son subditos de esos reyes, de jure
obligados á guardar
Si en esa época las leyes no garantizaban, ni las
cristianos,
como los moros
et de
— L a segunda, los infieles que tienen tierras y señorios
bio
de los cristianos, contra derecho, por fuerza y violencia,
ensanchando
como los turcos y moros de la Tierra Santa y U n g r í a .
sus autores la persecución, ejemplo dieron, digno de ser
'
UtMES
L — Lib. v i l , c a p . XVT, n ú m . 5.
habia conciencias libres, y los reyes de España,
todas esas doctrinas,
sin desatar contra
imitado por muchos gobernantes de siglos posteriores.
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