CAPITULO (AÑO DE XXXIII 1544) Llega á México el licenciado Tello do Sandoval nombrado visitador. — Primeros trabajos de los dominicos en favor de los indios.— Sermón de fray Antonio de Montesinos. — Vinje de fray Antonio á España — Su entrevista con el rey.—Opiniones contrarias a la libertad de los indios. — Gran junta reunida por el emperador para resolver en esta cuestión. — Pnblícanse las .Vut cas Lei/en. —Es nombrado para llevarlas ó Nueva España el licenciado Tello de Sandoval. — Los encomenderos reciben á Tello con gran desconfianza.- Manifestación hecha por los vecinos de México. — Oblígalos el visitador á nombrar una comisión. — Pregónanse en la ciudad las Nuecas Leyes.— Disgusto de los vecinos. — Cálmalos fray Juan de Z u m á r r a g a . — .Apelación que presenta el procurador de la ciudad. — Nómbrase comisión que vaya á llevar al rey la apelación. — Tello de Sandoval manda reunir una junta de obispos y prelados para tratar del negocio. — Pide su parecer á las órdenes religiosas. — Curtas que llevó á España lo comisión —Comienzan ó poner en práctica algunas de las Nueoas Leyes.— Lo que pasó en el Perú con motivo de las Nueoas Leyes. — Tiénese noticia en México de que se acercaba el obispo Las Casas. — .Alboroto que causa esta nueva. — Entra en México el obispo. — Quién era él — Su familia Su juventud.— Sus primeros trabajos en pro de los indios. — Ordénase sacerdote —Toma el hábito de Santo Domingo. — Concurre a la junta reunida por el emperador — Niégase á aceptar el obispado de Cuzco. — Comprométenle á aceptar el de Chiapus. — Su viaje ú Nueva España. — Recibenle mal los vecinos de la Española. — Llega á A'ucatán — Naufragio de algunos de los sacerdotes que le a c o m p a ñ a b a n . — Llega ú Ciudad Real — Ordena que no se dé la absolución á los que tienen indios esclavos. — Dislurbios que esto ocasiona. — Sigue el obispo para Guatemala. — Trátale mal la Audiencia de Confines. — Emprende el viaje á México para asistir á la junta citada por Tello de Sandoval. —Doctrinas que profesaba y predicaba Las Casas respecto á la conquista de las I n d i a s . - S u libro titulado De anuo cocationis riiodc — .tcúsanle de haber escrito en descrédito de los conquistadores. — Lo que escribieron otros religiosos. — .Ataques del pudre Motolinla á Las Casas. — Lo que escribió contra los conquistadores Motolinla. — Reúnase en México la junta citada por el visitador. — Decisiones de esa junta. — Juicio acerca de esas decisiones. Poco tiempo después de haber vuelto doh Antonio de Mendoza de la reconquista y pacificación de la Nueva Galicia, llegó á México, el 8 de marzo de 1544, el licenciado Francisco Tello de Sandoval, nombrado los religiosos dominicos desde el anatemas contra los conquistadores pulpito terribles que esclavizaban á los indios y contra los reyes y gobernantes que tal consentían; interponíanse los franciscanos entre los visitador de la Nueva E s p a ñ a , y encargado de esta- verdugos y las victimas; representaban los padres j e r ó - blecer en ella las leyes sobre libertad y buen trato de nimos sobre la necesidad, urgente y de conciencia, que los indios que el emperador habia promulgado en Barce- I tenia el emperador lona, y que fueron llamadas Las en las colonias como en la Nuevas Leyes, metrópoli, tanto y tanto en La llegada del visitador Tello de Sandoval era el de un gran que de las islas; y cada día llegaban á la corte noticias alarmantes y terribles de la r á p i d a despoblación de los nuevos dominios españoles, aquellos dias como en los siglos posteriores. resultado de poner coto á las t i r a n í a s pesaban sobre los naturales movimiento politico-religioso acaudillado por los frailes de la orden de Santo Domingo debida al mal tratamiento que los vencedores daban á los vencidos. Los dominicos, con extraordinario valor y con gran y secundado por los principales personajes de la corte inteligencia, de España, que señaló el principio de una de las épocas conquistas, á la cabeza del partido que entre los espa- más criticas y penosas de la administración vireinal en ñoles e x i g í a , m á s que imploraba, el derecho de libertad México. y de humano trato de los conquistados. Desde los primeros dias del descubrimiento de las Indias por Colón, comenzaron los Reyes Católicos á dictar leyes que protegieran la libertad de los indios, y que aseguraran el humano tratamiento á que eran acreedores: pero aquellas leyes fueron infructuosas; la codicia podia más que el derecho, y el i n t e r é s particular más que las disposiciones de los monarcas. Lanzaban caron frente se pusieron á frente desde el principio de las Ellos se colo- de los conquistadores, de los encomenderos y hasta de los monarcas mismos, para proclamar que la espada no debía abrir el camino del Evangelio, n i la esclavitud y la dura explotación de los vencidos podían ser las armas de cristiana conquista n i de católico monarca. A cada paso a r m á b a s e un escándalo en alguna de 336 MÉXICO Á TRAVÉS DE DOS SIGLOS las colonias, que r e p e r c u t í a en la corte de los Reyes reza, su modestia y la claridad de las razones en que Católicos 6 del emperador Carlos V , y que tenía por apoyaba su opinión impresionaron al monarca que desde origen un sermón ó un escrito de algún fraile dominico. aquella conferencia E n 1.511, fray Antonio de Montesinos hizo estremecer fraile inquieto, revoltoso y audaz, y en su sermón una al almirante Diego de Colón, á los gobernantes y á los diatriba venenosa sin fundamento contra los encomen- dejó de ver en Montesinos á un encomenderos de la E s p a ñ o l a con un s e r m ó n , en el que, deros y gobernantes de las Indias. marcando el sendero que debían seguir los frailes de su trascendental importancia pareció al rey la queja del orden, y en el que aparecer debía la gigantesca fraile, y grave asunto de Estado lo que al principio sólo figura Negocio de grave y de fray Bartolomé de Las Casas, lanzó terribles invec- fué causa de pasajera indignación; y despidió tivas contra el modo de proceder en la conversión de los Antonio indios, y contra el sistema de repartimientos y enco- haberle escuchado y con diligencia m a n d a r í a entender en miendas, sin mostrar embozo n i timidez para envolver- aquella materia." en su desaprobación á los mismos monarcas espa- ñoles L de Montesinos diciéndole: «que á le fray placía L a conciencia de los monarcas españoles no llegó á estar tranquila por el camino que llevaban las cosas en Aquel sermón fué verdaderamente la señal combate; y desde aquel momento las encontradas del opi- niones, que sordas y latentes se agitaban en el cerebro el gobierno de las Intiias; pasaban los años y las quejas y las tierras acusaciones y iban la despoblación en aumento en vez de las nuevas de disminuir. Ya, de los partidarios de dominicos y encomenderos, esta- en 1543 a p a r e c í a en la escena pidiendo remedio contra llaron como una tempestad que m á s ó menos intensa- los mente siguió rugiendo por cerca de medio siglo. Bartolomé de Las Casas, el sacerdote m á s virtuoso, más Alarmóse la corte por las noticias que de la Espa- excesos cometidos en las Indias, el padre fray sabio y m á s benemérito de todo el Nuevo Mundo, como ñola recibió del sermón de fray Antonio de Montesinos; le llama el ilustre escritor esjíañol indignóse el monarca y manifestó su disgusto al p r o v i n - Quintana á quien secundaban, don Manuel J o s é si no igualando su cial de la orden en Castilla; pero n i el noble fraile, n i energía y su actividad, si imitando su constancia y su la franqueza, fray Juan enérgica combate; comunidad, esquivaron el cuerpo antes, procurando afrontar en el y precipitar el momento de la batalla, hicieron salir para E s p a ñ a á atrevidas por y justificadas sus hermauos nicos en las islas y el continente. No faltaban, por supuesto, en la corte y en las dominicos, las colonias hombres que sostuvieran que los indios debían que, lanzadas reducirse á la esclavitud haciéndose perpetuas las enco- población española, miendas, proposiciones desde el pulpito de una naciente Matías de Paz, fray Pedro de Angulo y otros muchos religiosos domi- fray Antonio de Montesinos á presentarse al r e y , y á sostener, apoyado de Torres, fray que era tanto como declarar que aquellos iban á ser la bandera de los protectores de los desgra- indios no entraban como vasallos del rey de E s p a ñ a á ciados americanos. formar parte de la m o n a r q u í a , sino que debían perma- Fray Antonio de Montesinos tropezó con grandes dificultades, pero al fin llegó á hablar al rey. necer como siervos de los vasallos. Su ente- Fueron los primeros que informaron contra la libertad de los indios, Francisco de Garay, Juan Ponce ' Fragmentos del sermón predicado por el padre Montesinos en Santo Domingo, según se halla en los capítulos I I I y I V , líhro I I I de\e Historia general del padre I.us Casas (Manuscrito perteneciente á la colección del señor don Antonio Uguina). «Ego vom clamantis in deserto (título). Paraos todos á conocerme, he subido aquí yo, que soy voz de Cristo, en el desierto de esta isla, y por tanto conviene que con atención, no cualquiera, sino con todo vuestro corazón y con todos vuestros sentido.s la oigáis; la cual voz os será la m á s nueva que nunca oísteis, la m á s áspera y dura que j a m á s no pensasteis oir. Esta voz es que todos estáis en pecado mortal, y en él vivís y morís por la crueldad y tiranía que usáis con, estas inocentes gentes. Decid, ¿con qué derecho y con qué justicia tenéis en tan cruel y terrible servidumbre aquestos indios? ¿Con qué autoridad habéis hecho taV detestables guerras ú estas gentes que estaban en sus cosas y tierras mansas y pacíficas donde tan infinitas de ellas con muertes y estragos nunca oídos, habéis consumido? ¿Como los tenéis tan presos y fatigados, sin darles de comer ni curarlos en sus enfermedades, que de los e.xcoaivos trabajos que les dais incurren y se os mueren, y por mejor decir los matáis por sacar y adquirir oro cada día? Y ¿qué cuidado tenéis de que los doctrinen y conozcan á su Dios y creador, sean bautizados, oigan mi.sa y guarden los fiestas y domingos? Estos, ¿ n o son hombres? ¿no tienen almas racionales? ¿No sois obligados á amarlos como vosotros mismos? ¿Esto no entendéis? ¿Esto no sentis? ¿Cómo estáis en tanta profundidad de sueño tan letárgico dormidos? Tened por cierto que en el estado en que estáis no os podéis mas salvar que los moros ó turcos, que carecen y no quieren la fé de Cristo» — QUINTANA. — Apéndice á la Biografía de fray Bartolomé de las Casas, de León y un Pero García de C a r r i ó n , diciendo que no eran capaces de la fe, y que por no poderse regir por si misniQs no sólo como nación sino como individuos, necesitaban siempre tutor ó amo 2. Por el año de 1542, el emperador Carlos V , un poco más libre de guerras y cuestiones políticas, habiendo adquirido ya por su edad y experiencia mayor aplomo, y sintiendo, por las repetidas quejas que de las Indias le llevaban, la urgente necesidad de poner un remedio pronto y eficaz al terrible desorden que se enseñoreaba de aquellas apartadas colonias, hizo reunir una gran junta á la que concurrieron los m á s notables teólogos, juristas y hombres de Estado, con el objeto de oir las opiniones que sobre buen gobierno de las Indias y libertad y buen trato de los naturales de aquellas tierras se emitieran por personas que representaban lo ' Q U I N T A N A . — Vida de los españoles celebres.—Vida de fray Darlolomé de Los Casas. * LAS CASAS. — Historia yene/ al de las Indias, libro I I I , capítulo V I H . 337 MÉXICO Á TRAVÉS DE LOS SIGLOS más selecto de la sociedad, en ciencia, conciencia y tales, cofradías ó otras semejantes." — Que se moderaran los repartimientos excesivos, y de lo que se quitara se experiencia. Contribuyó poderosamente á llevar al rey por aquel diese para el sustento de los primeros conquistadores.— camino el cardenal Loaiza, presidente del Consejo de Que en lo sucesivo no se encomendasen ya indios, sino que Indias, confesor del emperador, varón singular por su en muriendo los encomenderos, su repartimiento pasase saber y honradez en el manejo de los negocios públicos á la corona.—Que los oidores cuidasen de la instrucción y que habiendo sido general de la orden de los d o m i - y buen trato de los indios que dejasen de ser encomen- nicos, como ellos profesaba las nobles y caritativas dados.—Que los tributos que debían cobrar los enco- ideas que lanzaron á esos religiosos á la defensa de la menderos fuesen tasados por los gobernadores, con el libertad y de la vida objeto de los indígenas del Nuevo de servicio Mundo. A esa gran junta fué llamado también fray B a r t o - que por no fuesen naborios excesivos. declarándose Prohibióse también que el los indios de las islas de San Juan, Cuba y la Española, lomé de Las Casas y a l l i , como en teatro más á p r o p ó - fueran sito para su actividad, su inteligencia, su energía y su residían." tratados como los españoles que E n las adiciones de Valladolid se a g r e g ó : ardiente empeño en proteger á los indios, el ilustre en ellos «Que á fraile habló, escribió, gestionó y puso en juego cuantos los conquistadores que no tuvieran indios, ó á los hijos arbitrios le presentaban legítimos de los conquistadores que estuviesen pobres, su claro talento ó las oportu- nidades de la situación para alcanzar de aquella junta se les dieran empleos resoluciones favorables á la libertad de los indios. cuyos productos pudieran v i v i r ; y siendo menores de de corregidores, ú otros con Para honra de la E s p a ñ a del siglo x v i , aquellos edad se les diese una parte de los tributos, de los ho.ubres reunidos por Carlos V y que discutían muchas repartimientos que dejaron sus padres. — Que no pudie- veces en su presencia, no sólo llevados por el impulso sen los encomenderos noble, aunque ciego, de la caridad, sino meditando y donde tenían su repartimiento sin licencia del virey.— resolviendo madura y sesudamente todos los puntos que Que los indios fuesen tan bien tratados como personas á su decisión fueron sometidos, consultaron al rey una libres y vasallos del rey de E s p a ñ a . — Y que los presi- ausentarse de la provincia en colección de disposiciones que gustoso aceptó el monarca dentes y oidores de la Audiencia cuidasen de la tasa de y á las que dió su sanción y fueron publicadas en la los tributos, y que el encomendero que cobrase m á s de ciudad de Barcelona á 20 de noviembre de 1.542, y lo que estaba tasado se le privase inmediatamente de la después, acrecentadas y corregidas, volvieron á p u b l i - encomienda ' . " Además r e g l a m e n t á r o n s e por estas leyes las a t r i - carse en Valladolid á 4 de junio de 1543. que contenían esas buciones y trabajos del Consejo y las Audiencias; y se leyes, relativas á la libertad de los indios, eran: «Que ordenó también por ellas que en el P e r ú hubiese un Las principales disposiciones los del Consejo tuvieran especial cuidado de la conser- virey y cuatro oidores que residiesen en la ciudad de vación, buen gobierno y tratamiento de los indios.— los Reyes, y creóse la Audiencia de los Confines nom- Que el fiscal cuidase de saber cómo se guardaban estas brándose al licenciado Maldonado, oidor que era de la ordenanzas.—Que las Audiencias se informasen de los de México, para su presidente. De tan alta importancia se creyeron estas leyes y malos tratamientos hechos á los indios.—Que por n i n guna causa se pudiera hacer esclavos á los indios en lo tan sucesivo, ni por causa bien se comprendieron las grandes dificultades y titulo de obstáculos conque liabia de tropezarse rebelión, ni por rescate, n i de otra manera.—Que los miento, que se nombraron comisionados especiales para indios esclavos se pusiesen en libertad, si los poseedores cuidar de su publicación y observancia en las colonias, no mostraban titulo legitimo, encargando de esto á las armándoles de grandes y extraordinarias facultades para Audiencias para que lo hiciesen «sin tela de juicio, llevar á cabo aquella difícil y peligrosa reforma, y el de guerra, ni á en su cumpli- sumaria y brevemente y sólo la verdad sabida."—Que emperador designó para cumplir tan delicada misión en los indios no fuesen obligados á cargar contra su v o l u n - Nueva E s p a ñ a , al licenciado Francisco Tello de San- tad y sin pagarles por aquel trabajo, cuidándose de que doval. la carga, en donde esto no pudiera evitarse, n i fuese Era el licenciado Francisco Tello de Sandoval, excesiva ni trajese peligro de su salud ó de su vida.— canónigo de la iglesia de Sevilla, inquisidor apostólico Que ningún ludio fuese llevado á p e s q u e r í a de perlas de la ciudad y arzobispado de Toledo, y miembro del contra su voluntad, so pena de muerte á quien i n f r i n - Supremo Consejo de Indias, cuando fué encargado de la giese esta disposición.—Que se quitasen todas las encomiendas é indios que tuvieran «los visorreyes ó gobernadores ó sus lugares tenientes ó cualquier oficiales nuestros ansi de justicia como de nuestra hazienda, p r e lados, casas de religión ó de nuestra hazienda, hospi- ' «Leyes y ordenanzas nuevamente hechas por Su Magestad, para lu gobernoción de las indias y buen tratamiento y conservación d é l o s Indios: que se han de guardar en el Consejo y Audiencias Reales que en ellas residen: y por todos los otros governadores, juezes y personas particulares dolías. — Impressas en Madrid en casa de Francisco Sánchez. Año MDLXXXV.» 338 M É X I C O Á T R A V É S D E LOS SIGLOS Nuevas Leyes; encuentro á media legua de la ciudad, el v i r e y , la real cuanto creyese Audiencia, los oficiales reales, el cabildo de la ciudad conveniente en el desempeño de su misión; nombrado y el de la Catedral y más de seiscientos vecinos espa- visitador ñoles ricamente vestidos y en caballos publicación y ámpliamente cumplimiento de autorizado para las hacer del virey Mendoza, de la Audiencia, y de todos los oficiales reales de Nueva E s p a ñ a ; facultado para entrar en el acuerdo todas las veces que quisiera, soberbiamente enjaezados. E n medio de tan lucido acompañamiento entró el y para visitar la ciudad de México y las demás de visitador Nueva E s p a ñ a informando á la corte de cuanto creyese Domingo, donde tenia preparado su alojamiento, y á á la ciudad y hasta el convento de Santo necesario suprimir, reformar, aumentar ó variar, tanto cuya puerta se p r e s e n t ó para recibirle el obispo fray en lo civil como en lo eclesiástico, en la colonia, y Juan de Z u m á r r a g a . provisto, por último, con el nombramiento de inquisidor C r e c í a n , sin embargo, en la ciudad, el descontento apostólico de la Nueva E s p a ñ a , que le había confiado y las murmuraciones; comentábanse don Juan de Tavera, cardenal de la Santa Iglesia de las Nueoas Leyes Roma, los españoles residentes en las Indias, y los vecinos y el título de San Juan Anteportamlatinam, arzo- desfavorablemente presentándolas como ruina de todos bispo de Toledo, primado de las E s p a ñ a s , canciller ayuntamiento proclamaban sin embozo su disgusto y su mayor de resolución Castilla é inquisidor apostólico general de de no acatar aquellas disposiciones, para todos los reinos y señoríos de los reyes de E s p a ñ a ' , de ellos tan perjudiciales, discurriendo medios de impedir manera su publicación y atajar su cumplimiento. que, personaje más altamente caracterizado, investido de mayores facultades y llevando en su mano más difícil y trascendental encargo, no liabia pisado hasta entonces las playas de Nueva E s p a ñ a . San Juan de Ulúa c é d u l a s ; en esto se conformaron todos, y el lunes 10, al tercer Desde el día 12 de febrero de 1.544, en que arribó á E l m á s natural y m á s pronto era apelar de aquellas el licenciado Sandoval, hasta día de llegado el visitador, comenzaron á reunirse alcaldes, regidores y vecinos, y ya que en gran número se encontraron, dirigiéronse al convento de el 8 de marzo en que llegó á México, los indios, que por Santo el disgusto de los encomenderos aumentándose en el camino á tal grado la muchedumbre, habían comprendido Domingo llevando al escribano de cabildo y cuán favorable era para ellos aquella v i s i t a , salían por que en llegando al monasterio no pudo caber, siendo tan todas partes grande el edificio, en salas, claustros y patios. á encontrar al licenciado, regando su camino de flores, poniéndole por todo él vistosos arcos E l licenciado Tello de Sandoval turbóse y disgus- y enramadas y procurando á porfía divertirle y obse- tóse con aquella ruidosa y amenazadora manifestación; quiarle con m ú s i c a s , bailes y pantomimas. pero procurando mostrar rostro sereno y ánimo t r a n - No con la misma satisfacción esperaban en México los encomenderos quilo , con gran mesura dirigióse á aquella gente la llegada del licenciado Tello; mar- diciéndole: que pues él no había presentado sus poderes cadas eran las señales de disgusto que daban, y hostiles n i les constaba el fin de su venida, no sabia de qué preparativos agravio p r e t e n d í a n apelar; que les rogaba se retirasen hacían vestidos de luto y para recibirle, determinando con señales encontrarle los españoles residentes que de duelo saliesen á en la capital dos ó tres leguas antes de llegar á la ciudad. tranquilamente, pues nada podia tratarse tres personas que con él se entendiesen, Supo Mendoza tal acuerdo, y comprendiendo que en aquella forma, sino que ellos nombrasen una comisión de dos ó explicándole lo que el cabildo y la ciudad q u e r í a n . llevarlo á efecto seria ofender al r e y , i r r i t a r al visitador R e t i r á r o n s e entonces y nombraron inmediatamente y precipitar los acontecimientos en una via que podia para tratar aquel negocio al procurador mayor de la tener por término la guerra entre e s p a ñ o l e s , el alza- ciudad, miento entre los naturales del país y la pérdida de todo, Miguel López de Legazpi. ó cuando menos de gran parte de la t i e r r a conquistada, p r o c u r ó , presentando é s t a s como razones, calmar los ánimos y preparar digna entrada arcomisionado real. Llegó el licenciado Tello, el sábado 8 de marzo de 1544, á la capital de Nueva E s p a ñ a , y salieron á su ' Cedulario de Puya, tomo !.—«Que el Licenciudo Sandoval haga conforme á las instrucciones provisiones que truxo, justicia.»— Página 446.— « Para que las veces que quisiere el Licenciado Sandoval entrar en el acuerdo entre.» — Página 4.i7. — « P a r a que el Licenciado Tello de Sandoval visite al visorey e govcrnador de la Nueva Esiiaña. como ha usado sus cargos.» — P á g i n a 448. — « Para que el Licenciado Sandoval visite la ciudad de México e otros pueblos e informe del estado en que están las cosas.» — Página 460.— « Poder de inquisidor apostólico desta Nueva Espaiia al Licenciado Francisco Tello de Sandoval.» — Página 4 5 2 . — « P a r a que se dé todo favor «I Licenciado Sandoval.» - Página 454. á dos regidores y al escribano de cabildo, No perdieron tiempo esos diputados, y á las dos de la tarde de aquel mismo día estaban ya en el alojamiento del visitador. Recibióles éste con mucha c o r t e s í a ; pero comenzó la conferencia, reprendiéndoles el gran alboroto que en aquella mañana habían hecho. Exageróles su delito como ofensa al rey y peligro para los intereses de la corona y entrando después al fondo del negocio que alli les r e u n í a dijoles: que pues no habia venido a destrum la t i e r r a sino á procurar el favor de los que en ella moraban, españoles ó indios, si se creían perjudicados, representasen al rey que él sería el mejor intercesor en aquella súplica. 339 M É X I C O Á T R A V É S D E LOS SIGLOS Satisfechos se retiraron los comisionados suponiendo pales religiosos, para que ellos discutiesen y aconsejasen que todo habia tenido término favorable para los enco- lo más conveniente y útil menderos, y al obispados; porque desde el tiempo de los Reyes C a t ó - pueblo protestando á los menos conformes que no había licos, gran afecto habían tenido los monarcas españoles ya nada que temer. á tomar consejo de esas j u n t a s , formadas de los hombres procuraron empeñosamente calmar Grecia la confianza á medida que pasaban los dias sin hacerse la publicación de las Nuevas Leyes, y al buen gobierno de sus más esclarecidos por su saber y por su experiencia, creyendo sabiamente que era el mejor medio de acertar estaban ya los ánimos tranquilos cuando el lunes, 24 de en las cuestiones marzo, fueron pregonadas inteligencia tan avanzada en las cosas de gobierno, que solemnemente con asistencia difíciles; y rasgo es este de una los congresos científicos que Augusto Comte señala como del virey, el visitador y la Audiencia. Acudió á la novedad crecida multitud de vecinos, y directores de las naciones en la época más avanzada á no bien acababa de darse el último p r e g ó n , cuando el que puede llegar la sociedad, se procuraron establecer procurador mayor de la ciudad, rompiendo penosamente por entre la muchedumbre, llegó dificultad se presentaba en la marcha del gobierno. hasta donde estaban el virey y el visitador, y p r e s e n t ó la apelación que traia preparada. los reyes de Flspaña cada vez que una grave Tello de Sandoval procedió á pedir su parecer á las comunidades religiosas sobre el punto de encomiendas y Comenzó á dar con esto muestra de inquietud el pueblo alli reunido; levantóse nn murmullo que iba siendo casi amenazador, y el licenciado Tello deseando cortar el alboroto y el escándalo que se anunciaba, repartimientos, haciendo que se convocara al mismo tiempo una j u n t a de obispos en la capital de Nueva ÍTspaña. Quizá por la suma gravedad de las circunstancias dirigió la palabra á los presentes disculpándose de haber ó porque el temor que á Tello Sandoval infundían hecho pregonar las leyes por no tener medio de eludir amenazas de los encomenderos, hubiera contagiado á el paso siendo orden expresa del emperador; insistió en los frailes dominicos, resultó una cosa inesperada y fué, las sus ofrecimientos de no ejecutar de esas leyes lo que que esos dominicos que con tanta energía y constancia en perjuicio fuera de los conquistadores y vecinos de la habían defendido la libertad de los indios y combatido ciudad; protestó repetidas veces que sólo deseaba y pro- el sistema de repartimientos y encomiendas, sin i n t i m i - curaba el bien de los españoles en México, y como fin d é darse n i por el disgusto del rey n i por la su largo discurso concluyó prometiendo, bajo juramento osadía de los encomenderos de la Flspañola, en México, soberbia soleiuue, escribir al rey en favor de conquistadores y dieron un parecer pobladores, para que n i les disminuyese rentas y hacien- encomenderos y tan das, ni perjudicase sus fueros y capitulaciones, sino habían sostenido en los p ú l p i t o s , en sus escritos, y en antes bien les ayudase con nuevas mercedes y mandase las juntas de la metrópoli por medio de sus m á s ilustres repartir entre ellos las encomiendas vacas de la Nueva varones, que sólo puede atribuirse el juicio que emitieron España. entonces á esa gran p e r t u r b a c i ó n que los juristas definían Fray .Tuau de Z u m á r r a g a , que presente estaba, mirando que la gente parecia poco satisfecha de lo que el visitador les había prometido, habló al pueblo tan favorable á las miras de los contrario á lo que ellos mismos como miedo que cae en ánimo de varón constante. De los franciscanos es de e x t r a ñ a r s e el parecer por lo mucho que alardeaban su amor á los indios y su esforzándose en convencerle de cuanto liabia dicho el empeño licenciado Tello y de la verdad de dieron muestras n i de grande valor c i v i l n i de trascen- las promesas y ofrecimientos de é s t e ; y concluyó invitando á todos los presentes á concurrir al siguiente d í a , que era el de la por proteger á la raza vencida; pero dental elevación de miras. Decían los franciscanos, en resumen, que era preciso Encarnación de Cristo, á la iglesia mayor á la misa que conservar y aumentar el número de españoles diría el visitador y en la cual él p r e d i c a r í a . Nueva E s p a ñ a Ketirárouse todos confusos y desasosegados viendo nunca en la « p o r q u e demás de ser ellos cristianos y murallas de la fé, son menester en la tierra para la las cosas tomar un mal camino, y al siguiente día amparar y defender en lo que conviene al patrimonio concnrrieron á la iglesia mayor, en donde fray .Tuau de real de C a s t i l l a ; « que estos españoles necesitaban de los Zumárraga consuelo, repartimientos para mantenerse y hacer alguna hacienda; Asi se calmaron un tanto los enco- pero que si al morir ellos, los indios quedaban libres, menileros, y entre tanto los diputados, en unión del la encomienda se ponía en nombre de la corona y las visitador, estudiaban empeñosamente el modo de poner mujeres é llijos de los encomenderos quedarían pobres el remedio á tan critica situación ' . y sin modo de subsistir; en su fuiinio y esperanza. sermón iirocuró darles concluyendo por declararse Entre las instrucciones que Tello de Sandoval habia contra las Nuevas Leyes y deseando que el rey a u t o r i - recibido en la corte era una, ([ue lu-ocurase hacer jTintas zase ámpliamente á sus gobernantes de los obispos, prelados de las órdenes y de. los p r i n c i - para arreglar satisfactoriamente aquel asunto. ' REMESAL - L Í I J . V J J . cap. X I I . en la provincia, Firmaron este parecer en el convento de San Fl-ancisco en México, 340 MÉXICO Á TRAVÉS el 15 de ma3-o de 1544, fraj' Martín Hoiacastro, comisario general; fray Francisco de Soto, provincial; fray Antonio de Ciudad Rodrigo, fray Juan de Rivas, fray D E LOS SIGLOS SU autor porque los indios fuesen reducidos á perpetua esclavitud y por el pedantesco y alambicado estilo en que e s t á escrita. Francisco J i m é n e z , fray Diego de Almonte, fray F r a n cisco de Victoria y fray Alonso de Herrera ' . « P o r lo qual, dice. Sacra Cesárea Católica Magest a d , aunque con estos naturales, por ser próximo, se Reducíase la consulta del visitador á tres cuestiones: requería toda benignidad y clemencia, esceptándolos la primera, si era conveniente al servicio de Dios y de de hoy m á s que no se hagan esclavos en ninguna de Su Majestad y al aumento y perpetuidad de la tierra, las maneras de impusicion, servidumbre y cautiverio, que hubiera pueblos de indios encomendados; la segunda, que están notadas en ley de escriptura y aprobadas si las Nuevas Leyes en ley e v a n g é l i c a , pero en solo este caso conviene que en lo relativo á esto eran nece- sarias ó podia excusarse su cumplimiento; y la tercera, sean si merescieren muerte criminal cometidos contra españoles. por no estar encomendados los indios se h ar í an holgazanes o podrían seguirse otros inconvenientes. esclavos los que Porque de otra manera, se levantaren ó por delitos seria acrescentar ponzoña en Los frailes dominicos contestaron á la primera que el cuchillo para que la herida fuese mortal y con más era preciso conservar las encomiendas, porque sin ellas fiicilidad se levantasen, por ser gente bestial, ingrata, no podrían subsistir los españoles que defendían la tierra y perpetuaban la fe cristiana; que con ellas se de mala inclinación, mentirosa, amiga de y al presente muy desvergonzada novedades, y atrevida; y tanta hadan ricos los e s p a ñ o l e s , y habiendo hombres ricos en tan escesivo modo, que si el temor de las nuevas en grandísimo le3-es y justicias no los opresase y la poderosa mano de aumento, y el culto divino, con esos ricos, estaría mejor Dios no los tuviese no h a b r í a un solo soplo en todos servido, nosotros." la tierra las rentas reales tendrían porque los indios, como pobres, no podían hacer limosnas á la Iglesia; por lo cual, respecto á la segunda c u e s t i ó n , opinaban que de no revocar.-e las A' agrega pidiendo la reforma de las nuevas leyes: « y pues V . M . en forma de justicia, dador y refor- Nuevas Leyes v e n d r í a la pobreza, r e i n a r í a la descon- mador de leyes, ansi esta ordenanza como las demás fianza y todos los españoles p r o c u r a r í a n volverse á su debe mandar reformar, pues tenemos por patria, quedando la tierra sin guarda y la religión sin que nunca el siervo hace huen jornal n i labor, si no le apoyo; y en cuanto á la tercera c u e s t i ó n , opinaron que fuere puesto el pié en el pescuezo; n i estos naturales los indios, como flojos y no codiciosos, se serán cristianos n i e s t a r á n subjetos al dominio de V . M . , contentaban esperiencia, con el mantenimiento del d í a , y el único modo de si unas veces no fueren opresos con la lanza y otras sacarlos de esa ociosidad y abandono favorecidos con el amor y justicia miendas. Este parecer lo eran las suscribieron enco- en Santo E l visitador puso también una larga carta al rey Domingo de México, el 4 de mayo de 1544, fray Diego refiriéndole de la Cruz, prior; fray Domingo de Betanzos, dificultades y peligros que presentaban prior; todo lo sucedido en Nueva E s p a ñ a , las la ejecución de fray Hernando de Oviedo, fray Tomás de San Juan, fray las Nuevas Leyes Gonzalo de Santo Domingo, fray J o r d á n de Bustillos, reformadas; hablaba mucho en favor de fray Alonso de Santiago, fray Juan de la Magdalena, y pobladoj-es, y en veinticinco capítulos presentaha las fray .luán Lupus y fray Domingo de la Anunciación 2. condiciones conque podrían Suspendió el visitador la ejecución de algunos de los capítulos mientras el rey disponía el remedio de aquellos males, y nombráronse en comisión para i r á tratar del asunto con el monarca, en nombre de los Partidos que fueron los comisionados, el visitador encomenderos, Francisco de Soto, de San Francisco, y fray Francisco de S a n r o m á n , de San A g u s t í n . Escribieron al emperador cartas sobre este negocio los principales personajes de la colonia, opinando en lo general por la derogación y suspensión de las Nuevas Leyes, y fué entre esas cartas una del presbítero Pedro Gómez de Maraver, después primer obispo de la Nueva Galicia, notable por el furioso empeño que mostraba ' Documentos inéditos de Indias, tomu V I I , pág. 526. > Ibid., ibid,, tomo V i l , púg. 532. encomendarse los indios, procuró poner en ejecución algunos de los capítulos de las Nuevas de México, fray Domingo de la Cruz, de Santo Domingo; conquistadores menderos. Gonzalo López y Alonso de Villanueva, como procuradores , y á los tres provinciales de las órdenes religiosas en que podían ser favoreciendo su conservación y el bien de los enco- reyes de Nueva E s p a ñ a , del virey y del visitador, á fray y los términos Leyes que no herían directamente á los como era el que ordenaba se quitasen 1 Dirígiéndoso oí emperador dice el mismo Gómez Maraver en su cario : e i Oh Cesar invictísimo, defensor de la feo. cnudilio de los crislionos. alferes de Cristo, refugio de los opresos, tutor de los huérfanos, remedio de los pobres, favor de los buenos, venganza de los malos. Rey de los Reyes, monarca del orbe, gran Emperador do los Principes, y finalmente podre universal de todos, de cuya dichosa vida canta el te.xto divino! «En tu mono, señor, es la virtud y lu potencia ; en lu mano la grandeza y el iiii|ierio; tuyos son ios riquezas, tuya es la gloria, tú enseñoreas á todos;» y como persona ton preeminente y segunda causa después de Dios, de quien V. M. tiene la dependencia y el poder de la tierra, rozón es se muevan esos clemenlísimos e n t r a ñ a s á compasión y misericordia de ios moles que se esperón, incendios, robos, rebeliones, fuerzas, muertes y dcslruicion universal en t o d o » — Curta del presbítero Gómez Mnrover ó S. ponderando los males de la Nueva España y abogando porque se reduzcan á esclavitud los indios en cieitos cosos.Documentos inéditos de Indias, Lomo V I H , púg. 199. 341 M É X I C O Á TRAVÉS D E L O S S I G L O S las encomiendas á los gobernadores, oflciales reales y prelados. Esto dió lugar á muchos disgustos, porque un hombre honrado que, como la encamación del remordimiento y el representante de la conciencia, aparece también eran muchos los despojados, y hubo entre ellos á cada paso delante de los que han extraviado el quienes renunciasen el cargo antes que perder la enco- sendero de la moral y de la justicia de una sociedad, mienda; pero este paso del visitador no fué mal visto e n t r e g á n d o s e al vicio y á la corrupción; por eso todos por los vecinos y no produjo turbación alguna. los odios se condensan contra aquel hombre, y no hay Cuerda y prudente fué la conducta observada por Tello de Sandoval en aquellas difíciles circunstancias, arma, por infame que sea, que parezca, n i empeño, por reprobable que no se use ó ponga en juego para y merced á ello pudo atajarse la tempestad que amena- hacerle desaparecer ó para mancharle, ya zaba envolver á la colonia, cansando grandes trastornos caer en el cieno de la común prostitución, ya procurando haciéndole y quizá mayores perjuicios á los indios. empañar su fama y su nombre con supuestos delitos ó Blasco Núñez Vela fué enviado por el emperador vicios que en algo le puedan asimilar á sus enemigos, al Perú y nombrado virey para promulgar y poner en y n i la seducción se excusa, n i la calumnia deja de ejecución las Nuevas Leyes; prodigarse, que no hay ánimo tranquilo n i en tirano pero Blasco Núñez no era nn canónigo como el licenciado Tello de Sandoval, sino n i en criminal, hombre de guerra, extremado hombre honrado, cortesano y destrísimo jinete que mereció la preferencia del emperador para severos testigos de tan criminales desaciertos. E r a Bartolomé de Las Casas ó Casaus la comisión que se le confiaba, en competencia con el famoso don Antonio de L e y v a , uno de los candidatos mientras vivan el noble patricio ó el de nn caballero francés descendiente que en el cerco de Sevilla prestó grandes servicios al rey don Fernando el Santo del Consejo para virey del P e r ú . Blasco Núñez, que no contaba con la prudencia de y que mereció por eso que después de ganada la ciudad Tello de Sandoval, quiso al principio usar de grande le señalase energía, y mirando que esto producía descontentos caballeros que alli quedaban gobernando. y el monarca por uno de los veinticuatro sublevaciones, comenzó á dar muestras de debilidad. Francisco de Casaus, padre de B a r t o l o m é , pasó á Asi alentó la rebelión de Gonzalo de Bizarro, y tras las Indias en compañía de Cristóbal Colón; hizose rico un gobierno inquieto y peligroso vino Blasco á perder en ellas y volvió á Sevilla, su patria, llevando como vida en la batalla de Anaqnito, dada contra Bizarro, una curiosidad un joven indio en calidad de esclavo, en la que cayó herido y prisionero y fué degollado en el que regaló á su hijo, entonces estudiante y mozo de mismo campo por un negro, la cabeza del desgraciado que llevó arrastrando virey por las calles de la ya Por esos dias Isabel la Católica llegó esclavos entender que de las Indias entraban á E s p a ñ a como regalo ó como m e r c a n c í a , y entonces fué ciudad de Quito. Estaban diez y ocho a ñ o s . á tranquilos en México gobernantes, encomenderos y vecinos, cuando repentinamente llegó cuando exclamó indignada: Colón para repartir u¿Quien mis vasallosf dió licencia á '." la noticia de que hacia la ciudad se encaminaba el Los pregoneros reales anunciaron en Sevilla que temido obispo de Cliiapas, fray Bartolomé de Las Casas. todos los que tuviesen indios esclavos venidos de manos aun el obispo del almirante los entregasen para que se volviesen á su estaba á ocho jornadas de distancia, causó en México t i e r r a , «so pena de la v i d a , " y perdió con esto su paje Aquella noticia, que se tuvo cuando tan terrible alarma que dice Remesal que « s e alborotó el joven Bartolomé Casaus, pues tuvo que devolverle toda la gente como si hubieran de ver nn ejército de para que fuese repatriado. encen- P a s ó por primera vez á las Indias, ya con el título dióseles tanto la sangre en su odio y aborrecimiento, de licenciado, Bartolomé de Las Casas, como se le que temiendo el visitador y virey alguna alteración 6 apellidó enemigos, estando desarmados y desnudos, y desgracia, le escribieron que se detuviese hasta que ellos le avisasen, que seria cuando entendiesen gente estaba algo desapasionada." que la Obedeció Las Casas, y pasados algunos dias entró en México á las diez del generalmente, siguiendo á fray Nicolás de Ovando, del hábito de A l c á n t a r a , nombrado por el rey gobernador de la E s p a ñ o l a en el año dé" 1502, en 1510 tomó las órdenes sacerdotales celebrando y su primera misa en la ciudad de la Vega de la misma isla. día, y no sólo no hubo quien se atreviese á insultarle, Cincuenta y un años de su vida empleó Las Casas, sino que todos le miraron con respeto, sin faltar quien á quien con razón se ha dado el nombre de «Apóstol dijese: Este es el obis2)o sanio, los indios " de las I n d i a s , " en continuos trabajos y en constantes terdadero padre de sufrimientos por proteger y favorecer á los desgraciados Razón tenían los encomenderos de México en su odio y temor al obispo Las Casas, porque en las épocas americanos. Como protector de ellos nombrado oficial- mente por el rey ó sin m á s investidura que la que le de corrupción y cuando la mayoría de nn pueblo se prestaban su ardiente caridad y el traje sacerdotal del prostituye, nada es tan terrible como la presencia de p r e s b í t e r o , el hábito religioso del dominico ó la pobre ' REMESAL — Lib. V I I , cap. X V I , núm. 4. ' REMESAL. — L i b . I I , cap. X . núm. 3. 342 M É X I C O Á T R A V É S D E LOS SIGLOS pontifical y el báculo de madera de su obispado de recién llegados dominicos porque no la comiese el Chiapas, n i un momento desmayó en la santa empresa obispo, n i dió un pan de limosna porque de él no que habia tomado á su cargo. participase Las Casas. Blanco y centro del odio de los encomenderos y del Quiso é s t e , sabiendo lo que acontecía, pasarse al que participaban también todos los españoles residentes convento de San Francisco por no perjudicar á sus en las Indias, las ciudades españolas de la América le hermanos los tlominicos; pero impidióselo la reflexión recibian como á un enemigo. de que á otro convento iba á llevar la desgracia que obispado de Chiapas, en E n la misma capital del Ciudad Real, los levantaron un tumulto contra é l , y aunque arrepentidos volvieron á darle satisfacciones, vecinos sobre él pesaba y permaneció en Santo Domingo. Los después frailes entonces nombraron á dos religiosos para que nunca salieran á pedir limosna por las casas, y con lo poco durante su vida fué para ellos querido el obispo Las que ellos alcanzaban y algo que tomaron del bastimento Casas. de los navios socorrieron su necesidad. En 1522 fray Domingo de Betanzos, que tan importante servicio debia prestar después á los n a t u rales del Nuevo Mundo, despachando la misión que embarcarse y llegaron, después tormentas, á Campeche en de Volvieron á sufrir terribles donde el cura, que era clérigo, los pocos españoles que alli habia y los natu- alcanzó en Roma de Paulo I I I la bula que declaró á los rales de la tierra recibieron al obispo con indios capaces de sacramentos, muestras de cariño. tuvo también para los De Campeche á Chiapas determinaron el obispo y dominicos el mérito de haber conseguido que el licenciado Bartolomé de Las Casas tomara el hábito de grandes los religiosos dirigirse por mar á Tahasco, y no pudiendo i r todos reunidos n i llevar el bagaje que traían consigo religioso de esa orden L Después de la famosa junta que propuso las Nueras de libros, ropa, órganos y otras cosas de la iglesia y diósele á fray Bartolomé el obispado de Cuzco, además dos campanas que habían comprado en Cam- que no a c e p t ó , pero en seguida, ya acabando el año peche, dividióse la misión saliendo primero diez r e l i - de 1543, obligóle el emperador á aceptar el de Chiapas, giosos con treinta y tres españoles, llevando una parte Leyes, que, erigido en 1538, habia perdido á su primer obispo del el licenciado don Juan de Arteaga antes de que tomara zozobrar las barcas en que iban los viajeros y a h o g á - equipaje. posesión de su diócesis 2. ronse nueve religiosos y v e i n t i t r é s españoles. Después Consagróse Las Casas como obispo de Chiapas en Desgraciadamente de grandes una trabajos tormenta hizo llegaron el obispo la iglesia mayor de Sevilla, y emprendió el viaje para Las Casas y sus compañeros á Ciudad Real y comenzó su obispado saliendo en 1544 de Sanlúcar de B a r r a - inmediatamente la lucha con los encomenderos y vecinos, meda, llevando en su compañía una misión de treinta y porque el obispo, fiel en su propósito, prohibió que se cuatro sacerdotes dominicos, cinco diáconos y cinco diese la absolución á cristianos que tuviesen indios en Como tan públicos eran en las Indias los trabajos por el deán de la catedral, en conseguir que el obispo esclavitud. legos. E m p e ñ á b a n s e los de la ciudad, alentados y empeño del obispo Las Casas en favor de los n a t u - revocase rales y en contra del sistema de encomiendas y repar- ocasión fué ésta de tan grande alboroto, que llegaron las instrucciones dadas á los confesores, y timientos y el influjo que con su palabra había ejercido en masa los revoltosos hasta donde el obispo estaba, no para la expedición de las Nuevas faltando quien hiciese intento de matarlo; negándose sublevaron los ánimos de Leyes, pobladores que tanto españoles del en toda la ciudad no sólo á dar limosna para él y los Nuevo Mundo, vecinos y encomenderos de la Española, dominicos, sabiendo la llegada del obispo que tocaba en la isla, de mientos que necesitaba é impidiendo que les llegasen sino rehusándose á vender los manteni- paso para el continente, mostraron tan descubiertamente los (jue de los pueblos de los indios les venían. el odio que le profesaban, que nadie le visitó; nadie Sin mostrar desaliento por lo que pasaba, siguió quiso darle la bienvenida, y competían todos en m a l - Las Casas su viaje en busca de la Audiencia de los decir de él y en manifestarle su mala voluntad. vecino llevó, como era costumbre, Ningún comida para los Confines á solicitar de ella, no sólo el cumplimiento de las Nuecas Leyes, sino que los españoles dejasen libres á los religiosos para predicar el Evangelio á los indios • LAS CASAS, — //i'jiío/ ia de las Indias, l i b . I I I , cap. C L . X . ' El licenciado don Juan de Arteaga fué electo pura obispo de Chiapas en 1541; llegó enfermo al puerto de Veracruz, y sin embargo caminó hasta Puebla, en donde tuvo necesidad de detenerse porque más se agravaba su enfermedad. Una noche, agitado por la ardiente sed de una calentura, sin avi.sur á nadie levantóse á buscar agua. « Estaban ó la ventana del aposento, dice Remesal, a serenar diversos vasijas con diferentes aguas, no le dió lugar la sed á mirar lo que tomaba, y por asir de la de agua simple, que era la que buscaba v la que habia menester, echóse ó pechos una redoma do agua de solimán. No conoció el Obispo el daño por la mortificación del gusto, obró el veneno, y murió á los 8 de setiembre del año de 1541.» sin intentar la leducción de éstos \)or medio de la guerra. Mal recibió la Audiencia de los Confines la solicitud de Las Casas y á tal extremo llegó su cólera por la insistencia del obispo, le dijo en muy alta que voz: hombre, mal fraile, merecíais ser castigado.'- el presidente a.S'ois un Maldonado bellaco, mal mal obispo, desocryonzado que Las Casas, que gran empeño 343 MÉXICO Á TRAVÉS DE LOS SIGLOS y trabajo había .puesto para conseguir el nombramiento Chiapas á un movimiento de conquista que dirigía y (le Maldonado para de alentaba el espíritu aventurero, fanático y codicioso del presidente de la Audiencia Confines, cuando tantos se oponían á é l , al escuchar siglo, debió parecer entonces tan e x t r a ñ a y tan atenta- aquellas injuriosas palabras contentóse con responder: toria á los derechos de los monarcas y de los pueblos « J o lo merezco muy lien todo eso que U. S. dice, señor ¡icenciudo Alonso de Maldonado." cristianos, heróica y conforme á los sagrados derechos plenamente Era tan aborrecido el nombre de Las Casas por reconocidos de la independencia y autonomía de las todas partes, que los cabildos, las audiencias y hasta naciones; por eso la figura de Las Casas crece y se los franciscanos destaca con mayor majestad escribiendo al levantaban emperador piedra de escándalo informaciones y contra él, presentándole como la y la causa de p e r t u r b a c i ó n en como ahora nos parece en la historia á medida que los siglos pasan, que la humanidad progresa y que la sociedad, proclamando las doctrinas que encierra el libro De único decotionis todas las colonias. noble, ilustrada, modo, rinde inconsciente un En el P e r ú abiertamente le declaraban autor de las hermoso tributo de gratitud y de respeto al hombre inte- Nueras Leyes y origen de los terribles acontecimientos ligente y valeroso, que hace m á s de trescientos años que allí pasaban. U n caballero de Santiago de Guate- mala escribia á Ciudad E e a l : « E l Obispo buelve á sostenía, en medio de sus enardecidos enemigos, que n i las creencias religiosas se imponen por la fuerza, n i hay essa tierra para acabar de destruir essa pobre ciudad." derecho en el mundo para esclavizar la conciencia y el Toda la doctrina del obispo de Chiapas, respecto pensamiento, y n i el pretexto de la propagación del á la conquista y conversión de los indios; todo el móvil cristianismo justifica la usurpación de los reinos y la de sus acciones, de sus discursos y de sus escritos; esclavitud de sus naturales. toda la explicación de su conducta, se pueden encontrar Injustamente algunos distinguidos escritores ^ culpan condensadas, reconcentradas, tomando forma y consti- á fray Bartolomé de Las Casas de haber en sus escritos tuyendo el programa de su vida, en su libro titulado: exagerado las crueldades de los conquistadores en el De único cocationis Nuevo modo. E n él desarrolló Las Casas Mundo, ocasionando con eso el descrédito de el pensamiento que le dominó y que le guiaba para la nación española y dando armas á sus enemigos para emprender aquellas terribles y constantes luchas, y por pintarla con los m á s negros y repugnantes colores. él se comprende lo que anhelaba para los indios y para acusación, que el patriotismo disculpa, toma tan sólo origen el poco el rey de E s p a ñ a . en Tal conocimiento que esos escritores Ese libro, era como el código de las doctrinas de tenían de los archivos y documentos de aquella época, un partido á cuya cabeza se bahía colocado, por su pues fué Las Casas, sin duda, uno de los que menos virtud, por su saber, por su inteligencia y su energía rasgos fray Bartolomé de Las Casas; todos los demás escritos conquistadores; pero como son del obispo no pueden considerarse sino como pruebas, más en todas unos, de la verdad y justicia de las conclusiones asen- obras las m á s á menudo consultadas y citadas, á él se le tadas en el libro De único vocationis modo, ó como culpa de haber presentado las m á s terribles acusaciones medio, otros, de conseguir el reconocimiento oficial y y de haber dicho lo que otros no se atrevieron á decir; público de esas conclusiones. pero nada hay m á s injusto que este cargo. Las Casas proclamaba en de barbarie y de ferocidad atribuyen á los sus escritos los que las manos han andado; como son sus ese libro, que tantas amarguras causó á su autor, que Apenas se e n c o n t r a r á una sola cai-ta dirigida á los el único y solo modo que la Providencia Divina instituye monarcas españoles y referente á la r á p i d a despoblación y aprueba para la conversión de los infieles, sin dife- de las islas y del continente americano 6 señalando rencia de errores ó sectas, es persuadir al entendi- caminos para la mejor gobernación de las Indias, en miento con la razón y atraer suavemente la voluntad que no se vean estampadas contra los conquistadores por el cariño y huen tratamiento; reprueba enérgica y acusaciones y cargos tanto 6 m á s graves que los que se duramente el medio de la guerra empleado por los cree vulgarmente ser parto de l a acalorada imaginación la conversión de los indios, del obispo de Chiapas y de su exagerado celo en favor españoles para alcanzar declara esa guerra temeraria, tiránica y no vacila injusta, en protestar que en nombre de la religión perversa y contra el atentado cristiana se cometía, de los desgraciados americanos. F r a y Pedro de C ó r - doba, en carta que escribe al emperador desde Santo Domingo de la E s p a ñ o l a , pinta tan triste la situación y de los vencidos, que «las madres, dice, con sus manos señores de las islas y el continente del Nuevo Mundo. han muerto sus propios hijos por no los poner n i dejar despojando de sus tierras y vasallos á los reyes Aquellas doctrinas, que han venido á ser en nuestra debajo de tan dura servidumbre;" y agrega, después de de las haber referido todos los sufrimientos y muerte de aque- naciones, eran en el siglo x v i una utopia apenas soste- llos i n d í g e n a s : « y por no dar pena á Vuestra Alteza le época principios incontrovertibles del derecho nible y comprendida apenas por algunas inteligencias privilegiadas; la ruda y tenaz oposición del obispo de ' DON MODESTO DE LAFUENTE. — Historia general de España. — DON MANUEL JOSÉ QUINTANA. — Vidas de españoles célebres. 344 M É X I C O Á T R A V É S D E LOS SIGLOS digo ansí que yo no leo n i hablo que nación ninguna, n i ' obispo de México, fray .luán de Z u m á r r a g a , en 27 de aun de infieles, tantos males n i crueldades hicieran agosto de 1527 corrobora lo que contra sus enemigos, por el estilo y manera que los • crueles tratamientos á los naturales cristianos han hecho contra estas tristes gentes Lo mismo, aunque en más blando estilo y en más disimulafray Bernardino de Manzanedo, uno de los padres Horroriza verdaderamente malos y del pais habiau dicho cuantos escribian al rey • y el oidor licenciado don Vasco de (juiroga, dos términos dice al rey en su memorial el año de 1518 I Indias jerónimos que fueron de gobernadores á las Indias. sobre en su carta y en su Infnrmoñon al Consejo de al mismo Consejo •', relata las horrorosas crueldades cometidas con los naturales de Nueva E s p a ñ a reducidos á la servidumbre, y lo que refieren acerca refiere que el hierro de servidumbre se ponia en la de las crueldades de que eran víctimas los indios, los Nueva Galicia hasta á los niños que estaban en la lac- padres dominicos residentes tancia y cuyo rostro apenas podia contener la candente en la E s p a ñ o l a carta dirigida á M r . de Xevres •'Fr. en Firman esa una carta Tilomas Asanus, provintiop S. Crucis provinciales i n m e r i t i i s . — F r . Lateranus de Beanit pave. — F r . de marca de la esclavitinl. E l licenciado Alonso de Zorita, oidor de la Audiencia de Nueva E s p a ñ a , en su largo informe al Consejo de Indias, acerca de los tributos que V a l l o n i i s . — E r . Job. de T a v i r a . — F r . Dominicus Velaz- se cobraban en México antes y después tle la Conquista ^, quez.—Er. Domingo de Betanzos.—Fr. Tho. de Ber- hace tan sombría descripción de los sufrimientos de la langa, s u p r i o r . — F r . Antonio Montesinus.—Fr. Paulus raza vencida, que no podrá encontrar semejante en los de T r u x i l l o . — F r . Thoinas Ortiz. — F r . Petras de Cor- escritos de Las Casas, y de ello da idea este párrafo do va, tomado entre otros muchos: Fr. provincialis.—Fr. Laurentius de Retes.— « Y aconteció que indios, Tilomas de Sancto lacobo.—Fr. Petrus del... ^" que iban cargados, mataban las criaturas que llevaban Muchos de los nombres de los signatarios de esta carta en los pechos, y decían que no podían con ellos y con fueron la carga, y que no querían que viniesen sus hijos á después muy conocidos en la historia de las Indias, y entonces aun fray Bartolomé de Las Casas no pasar el trabajo que ellos pasaban. era dominico n i pudo haber infinido en el ánimo de los decir á un procurador de aquella Audiencia que, siendo Y en Guatimala oi padres de esa orden, porque en esa misma carta le soldado y yendo á una entrada ó conquista, vió que citan como testigo los religiosos, diciendo: « T o d a s las atravesando cosas dichas M . I . S. y otras muchas que se podrian soldado la daga, y se metió en el cieno; y que como decir y por evitar mayor prolixidad no se ponen aqiii, no la podia hallar, acertó á llegar una india con su una ciénega ó pantano, se le cayó á un sabe muy bien Bartolomé de Las Casas, clérigo que carga y una criatura en los pechos, y le tomó la cria- allá e s t á , el cual es persona de verdad y v i r t u d y espe- tura y echóla en el lugar donde se cayó la daga, por- cial siervo y amigo de Dios, y celoso de su l e y , el cual que era ya noche; y la dejó alli plantada, y otro dia encomendamos muy afectuosamente á V . S. suplicándole voltió á buscar su daga, y decía que habia dejado la le dé mucho c r é d i t o , porque es persona que lo merece, criatura por señal. al cual ninguna otra cosa mueve en los negocios de los llevaban en colleras, y el tratamiento que les hacían indios sino deseo del cumplimiento del servicio de Dios por todo el camino, y como cansándose el indio ó india y de S. A . " con la carga, le cortaban la cabeza por no pasar á L a carta que al monarca español escribió el electo desenfardar la Y no hay para qué decir como los cadena, y repartían la carga á los demás." ' Carta al rey del jiadre fray Pedro de Córdolia. viee-provincial de la orden de Santo Domingo. — Dociimeníos iniklHos de Indias, lomo X I , png. 217. ' Entre otroa episodios espantoso?, cnenlan los dominicos á Mr. Xevres: —«Item, yendo ciertos cristiunos, vieron una india que tenia un niño en los bra/.o?, que crialtu, o poique un perro quedos llevaban consigo habia hambre, tomaroiu el niño vivo de los brazos de In madre, echáronlo al ¡ierro e asi lo despedazo en presencia de su madre » —«y fueron tantos ios crueldades que pasaron, que solo el dia del Juicio se podrán conocer; lomar de noche en un buhio, ques una cusa de poja, quinientos y mil deiios, e gu.ardar ios |)uerlns, e ¡ponerles luego de día á cuchilladas, como estaban, desnudo?, acuchiiiarios c irse; á ios que tomalian por el camino, cortalian á m á s las manos, e iabrnhanlos, e enviábanlos diciendo: «id con cartas á los otros » Hacían parrillas de madera e quemábanlos vivos, e por que no diesen gritos, metíanlos palos en lu boca: envolvíanlos en ¡laja, e poníanlos fuego, para ver como ¡lian ardiendo: iiiandálionios despeñar de altos peñas, e ellos, de miedo que habían de ios cristianos lo hucian.» — Docantcníos inéditos del Archico de Indias, lomo V I I . pág. 397. a Están así esos nomiires en el documento respectivo publicado en el lomo V i l . pág, 397 de los Documentos inéilitos del Are/tico de Indias. Todos estos hechos, que se presentaban generalmente m á s bien para explicar la r á p i d a despoblación de las Indias, que como una acusación á los españoles, tenían en boca de todos esos y otros muchos españoles que escribian al monarca una expresión más ruda y un tinte m á s sombrío que en los escritos del padre Las Casas, pues los episodios repugnantes se multiplicaban, acompañados de pormenores que hacían más pavoroso el cuatiro, y quizá sólo por venir de personas menos autorizadas, no causaban el efecto que aun boy producen las atrevidas representaciones • Documentos gina 104. " 14 de agosto Indias, tomo X l i l . ^ Documentos gina 333. ' Documentos inéditos del obispo de Chiapas al del Archico de Indias, lomo X i i i , pá- de 1.531. — Docíí/iic/ííos inéditos del Archioo de pág. 420. inéditos del Archico de Indias, tomo X, p á inéditos del Archioo de Indias, tomo 11, púg. 1. 345 MÉXICO Á TRAVÉS D E LOS SIGLOS emperador; pero n i lo que él dice es el resultado de su en exaltado empeño en favor de los indios, n i fué él quien p r e c a u c i ó n en un monasterio L aconsejar al monarca que le mande encerrar por E n medio de esa tempestad de iniurias, Motolinia dió el modelo ni el ejemplo de aquellas quejas. Dividióse el clero de Nueva E s p a ñ a con motivo de procura desmentir á Las Casas en todo lo que éste dijo y unos religiosos sobre malos tratamientos á los indios. «A los estan- tomaron el partido de la monarquía excitando á los cieros (dice) calpixques y mineros, llamados verdugos, la promulgación de las Nuevas Leyes, gobernantes al cumplimiento de las ordenanzas del encomenderos, no sólo oponiéndose las Nuevas Leyes, desalmados, inhumanos y crueles, y dado caso que á los algunos baya habido codiciosos, ó mal mirados, cieriiv- á la práctica de mente hay otros muchos buenos, cristianos y piadosos e emperador, y otros se aliaron descubiertamente sino representando ante el empe- limosneros, y muchos dellos casados viven bien." rador y escribiendo á las personas de mayor influencia Y agrega m á s adelante: en la corte, para alcanzar la derogación de las orde- los indios desta Nueva E s p a ñ a están bien tratados, nanzas, que babía becbo ya pregonar tienen menos pechos y tributo que los labradores de la en México el Distinguióse entre estos últimos í r a y que sorda y solapadamente Toribio hacía de cruda guerra al obispo Las Casas, disfrazando, bajo las apariencias de empeño residentes por en México y y vieja E s p a ñ a , cada uno en su manera." visitador Tello de Sandoval. Motolinia, «Y sepa V . M . por cierto, que el bien de los españoles de ferviente anhelo por la Hablando al rey de la causa de la despoblación de la t i e r r a , dice: « de diez años á esta parte falta mucha gente destos naturales, y esto no lo han cahsado malos tratamientos, porque b á muchos años que los indios son bien tratados, mirados y defendidos, más conversión de los naturales y su reducción á la vida banlo cahsado muy grandes enfermedades y pestilencias de civilización, la rencorosa envidia que alimentaba y que en esta Nueva E s p a ñ a ha habido, y cada dia se van que le hacia ver como malo y odioso cuanto predicaba mucho apocando estos naturales; qual sea la cabsa Dios 6 hacia el obispo de Chiapas. es el sabidor, porque sus juicios son muchos y á nosotros Esta mala voluntad del fraile, ni tan oculta n i tan disimulada que no fuese conocida por los encomenderos, le dió entre ellos tanto escondidos." Refutando lo que Las Casas refiere respecto al prestigio y tan gran popularidad, que su viaje á Guate- crecido número de esclavos herrados, indios, y del duro mala fué verdaderamente trato que sufrían, una marcha triunfal, pedían al emperador repetidas y le veces como obispo, al en medio de asegurar Motolinia que, n i ese trato era tan cruel, n i el número de esclavos mismo tiempo que llovían sobre Las Casas los despre- tan grande, sino muy reducido; n i tan común el uso del cios, las calumnias y las acusaciones. hierro para marcarles, exclama: «Y no es razón que el A esto debe atribuirse la fama de ilustre varón que por tantos años de Las Casas diga quel servicio de los cristianos pesa acompañó en la América el nombre de fray Toribio de m á s de cien torres, y que los españoles Motolinia y el olvido y la ingratitud que también por menos los indios que las bestias, y aun quel estiércol estiman en muchos años eclipsaron la memoria y los hechos de fray de las plazas; p a r é c e m e ques gran cargo de conciencia Bartolomé de Las Casas. atreverse Sin embargo, mientras el obispo combatía en la á decir t a l cosa á Y . M . , y hablando grandísima temeridad, dice: quel servicio que con los Nueva España en pro de sus doctrinas, apenas i n d i r e c - españoles por fuerza toman á los indios, que en ser tamente le atacaba Motolinia, conformándose, como en incomportable y durísimo, eccede á todos los tiranos del su despedida á los vecinos de Guatemala, con encu- mundo, sobrepuja é iguala al de los demonios; aun de biertas y poco atrevidas alusiones; pero cuando vió á los vivientes sin Dios e sin ley, no se deberla decir t a l su enemigo fatigado de la lucha, herido profundamente cosa; Dios me libre de quien t a l osa d e c i r . — E l yerro que en su corazón por tantas y tan amargas decepciones y se llama de rescate de Y . M . vino á esta Nueva E s p a ñ a retirado huyendo del ruido mundanal en una silenciosa el año de 1524 mediado Mayo; luego que fué llegado á celda del convento de San Gregorio de Valladolid, México, el capitán Don Hernando Cortés, que á la sazón «ese hombre audaz se armó de todo el furor que suministra gobernaba, la personalidad exaltada, y en una representación letrados que habla en la ciudad, e yo me alié presente que ayuntó en S. Francisco con Frayles, los dirige al Rey á principios del año de 1555, con achaque e v i que le pesó al Gobernador por el yerro que venia y de defender á los conquistadores, gobernadores, lo contradijo y desque m á s no pudo limitó mucho la enco- menderos y mercaderes de indios t r a t ó á Casas como al licencia para herrar esclavos, n Motolonía en ese memorial A pesar de todo el respeto á que es acreedor el llamaba á Las Casas «hombre pesado, inquieto, i m p o r - obispo Las Casas, y de que los términos en que la último de los hombres tuno, bullicioso, injuriador y perjudicial," a p ó s t a t a por haber renunciado la mitra de Chiapas, y no se detiene ' DON MANUEL JesÉ QUINTANA. — Vidas de los españoles bres. — Vida de fray Bartoiomé de Las Casas céle- ' Carta de fray Toribio de Motolinia ol emperador, fecha en Tiaxcoia ú 2 de enero de \bbb. — Colección de documentos para la historia de México, publicados por don Joaquín García Icazbalceta, tomo I , pág. 253. 346 MÉXICO k TRAVÉS D E LOS SIGLOS caita de Motolinia al rey e s t á escrita, dan claro indicio de eran tan continuos, que apenas pagaban uno les o b l i - gran exaltación de á n i m o , que es por lo general segura gaban á otro, para poder ellos cumplir vendían los hijos la fama de y las tierras á los mercaderes, y faltando de cumplir el varón sencillo y evangélico de que ha gozado el religioso muestra de parcialidad y poca reflexión; tributo hartos murieron por ello, unos con tormentos y franciscano, otros en prisiones crueles, porque los trataban bestial- podia, inclinando el ánimo en su favor, hacer que su testimonio se tomase por de gran precio y mente y los estimaban en menos que las bestias se creyese que realmente, además de exagerar el obispo, " L a sesta plaga fué las minas de oro, que además «infamaba atrevidamente á la nación española y á su de los tributos y servicios de los pueblos á los Españoles p r í n c i p e , " como dice el mismo Motolinia; pero un esci ito encomendados, luego comenzaron á buscar minas, que de este mismo religioso aparece sólo los esclavos Indios que basta boy en ellas han muer lo inspirado por r u i n y violenta preocupación pudo haber no se podrian contar; y fué el oro desta tierra cotno probando, que escrito esa carta al emperador, contradiciendo abierta- otro becerro por Dios adorado porque desde Castilla le mente lo que él mismo babía publicado en años ante- vienen á adorar pasando tantos trabajos y peligros, y ya riores, y descubriendo al mismo tiempo cuán poco digno que lo alcanzan, plegué á Nuestro Señor que no sea para de. respeto y de fe es ese hombre, que sigue sin embozo su condenación. el impulso ciego de sus intereses 6 de sus pasiones. Dice Motolinia en el capítulo I , tratado I de su de los indios de la Nuera Historia España séptima plaga fué la ediñcacion de la gran años andaba más gente que en la edificación del templo de «Hirió Dios y castigó esta t i e r r a , y á los que en ella se hallaron, así naturales "La ciudad de México, en la cual en los primeros como estrangeros, con Jerusalen; porque era'tanta la gente que andaba en las obras, que apenas podia hombre romper por algunas calles y calzadas, aunque son muy anchas; y en las obras á unos diez plagas trabajosas. tomaban las vigas, otros caían de alto, otros tomaban cuarta plaga fué de los calpixques ó estan- debajo los edificios que desbacian en una parte para cieros, y negros, que luego que la tierra se r e p a r t i ó , hacer en otra, en especial cuando deshicieron los templos los principales del demonio. A l l i murieron muchos Indios y "La conquistadores pusieron en pueblos á ellos encomendados, sus repartimientos y criados ó negros cobrar los tributos y para entender para en sus granjerias. tardaron muchos años basta los arrancar de cepa, de los cuales salió infinidad de piedra. Estos residían y residen en los pueblos, y aunque pol- "Es la costumbre de esta t i e r r a , no la mejor del la mayor parte son labradores de E s p a ñ a , banse ense- mundo, porque los Indios hacen las obras, y á su costa ñoreado de esta tierra y mandan á los Señores principales buscan los materiales, y pagan los pedreros y carpin- naturales de ella como si fueran sus esclavos; y porque teros, y si ellos mismos no traen que comer ayunan. no querría descubrir sus defectos, callaré lo que siento Todos los materiales traen á cuestas; las vigas y piedras con decir, que se hacen servir y temer como si fuesen grandes traen arrastrando con sogas, y como les faltaba señores absolutos y naturales, y nunca otra cosa hacen, el ingenio y abundaba la gente, la piedra ó viga qi e sino demandar, y por mucho que les dén nunca e s t á n había menester cien hombres, t r a í a n l a cuatrocientos; y contentos, que á doquiera que están todo lo enconan y tienen de costumbre de i r cantando y dando voces, y los corrompen, hediondos como carne d a ñ a d a , y que no se cantos y voces apenas cesaban n i de noche n i de dia, aplican á hacer nada sino á mandar; son zánganos que comen la miel que labran las pobres abejas, que son los por el gran fervor que t r a í a n en la edificación del pueblo los primeros dias. Indios, y no les basta lo que los tristes pueden dar, sino que son importunos. E n los años primeros eran tan absolutos estos calpixques en maltratar á los ludios y en cargarlos y enviarlos lejos de su tierra y darles otros muchos trabajos, que muchos Indios murieron por su causa y á sus manos, que es lo peor. "La quinta plaga fué los " L a octava plaga fué los esclavos que hicieron pata echar en las minas. años F u é tanta la prisa que en algunos dieron á hacer entraban en México esclavos, que tan grandes de todas partes manadas como de obejas, para becbatles el hierro; y no bastaban los que entre los Indios llamaban esclavos, que ya según su ley grandes tributos y cruel y b á r b a r a algunos lo sean, pero según ley y verdad servicios que los Indios h a c í a n , porque como los Indios casi ninguno es esclavo; mas por la prisa que daban á t e n í a n en los templos de los ídolos y en poder de los los Indios para que trajesen esclavos en tributo, tanto Señores y principales, y en muchas sepulturas, número gran de ochenta en ochenta dias, acabados los cantidad de oro recogido en muchos años comenzaron á sacar de ellos grandes tributos; y los Indios con el gran temor que cobraron á los españoles del tiempo de la guerra, daban cuanta t e n í a n ; mas como los tributos ' Documentos para la hisluria de México , publicados por García Icazbalceta, tomo i , pág 14 y siguientes. En lo caria ai emperador dice Motolinia: «.. y no es razón quel de Las Casos digo quel servicio de ios cristianos peso mns que cien (erres, y que ios Espnñoies eslimun en menos ios indios que los voslius, y uunquei estiércol de ios plazas; pareceme ques gran cargo de conciencia atreverse á decir tal cosa á V. M. — Documentos para la historia de México, publicados por Garda Icazbalcelo, tomo I , pág 274. 347 MÉXICO Á TRAVÉS D E LOS SIGLOS esclavos traían los hijos y los macehuales, que es gente Las Casas no se limitaba á la denuncia n i á la queja; baja, como vasallos labradores, y cuantos m á s haber y indicaba el remedio, anatematizaba la conquista armada; juntar podían, y traíanlos atemorizados para que dijesen usaba de las terribles facultades que tenía como obispo que eran esclavos. Y el e x á m e n , que no se hacia con para prohibir á su clero que absolviese en el tribunal mucho escrúpulo, y el hierro, que andaba bien barato, de la penitencia á los que tuvieran esclavos indios, y dábanles por aquellos rostros tantos letreros, a d e m á s del como todos los hombres satisfechos de la verdad y de la principal hierro del Rey, tanto que toda la cara t r a í a n justicia de su doctrina, era tan severo é intransigente, escrita, porque de cuantos era comprado y vendido que la menor condescendencia de parte de un gober- llevaba letreros, y por esto esta octava plaga no se tiene nante, por la menor. principios á ese gobernante. le bacía luego mirar como enemigo de sus Las Casas no se contentaba con obtener de los nLa novena plaga fué el servicio de las minas, á las cuales iban de sesenta leguas y m á s á llevar mante- monarcas ó del Consejo de Indias una disposición nimientos los Indios cargados; y la comida que para si favor de sus protegidos; quería él mismo vigilar y exigir en mismos llevaban, á unos se les acababa en llegando á el exacto cumplimiento de esa disposición; no se daba las minas, á otros en el camino de vuelta á n t e s de su por satisfecho conque los reyes ampararan á los indios casa, á otros detenían los mineros algunos dias para que en su l i b e r t a d , en su vida y en sus propiedades; Ies ayudasen á descopetar, hacer hacer que el mundo reconociera como principios del casas y servirse de ellos, á donde acabada la comida, ó derecho y como consecuencias de la religión cristiana, se morian allá en las minas ó en el camino; porque que la guerra que se bacía en son de conquista á los dineros no lo tenían para comprarla, n i habla quien se americanos era injusta; implo el empeño de convertirlos la diese. Otros volvían tales que luego morian; y de por la fuerza é inicuos el despojo de los señores de la estos y de los esclavos que morian en las minas fué tierra y la esclavitud de sus naturales. ó los ocupaban en tanto el hedor, que causó pestilencia y en especial en las minas de Oaxyecac en las cuales media legua á la quería L a verdad de sus doctrinas y el prestigio que les comunicaba el c a r á c t e r apasionado é inflexible de Las redonda y mucha parte del camino apenas se podia pasar Casas, sino sobre hombres muertos ó sobre cuantos deseaban poner un remedio á las cosas del huesos; y eran fueron parte y no pequeña para alentar á tantas las aves y cuervos que venían á comer sobre los Nuevo Mundo, y para ñliar en aquellas banderas cuerpos muertos que hacían gran sombra al sol, por lo principales personajes de l a m o n a r q u í a española que en qual despoblaron muchos pueblos, así del camino como las juntas mandadas celebrar por el emperador r i v a l i - de la comarca: otros indios bulan á los montes y dejaban zaban en empeño para encontrar la acertada resolución sus casas y haciendas d e s a m p a r a d a s . « de tan difíciles problemas religioso-políticos. á los Todo esto que escribió Motolinia, el mismo que en Con la resuelta decisión que siempre, y m á s que su carta al emperador niega cuanto dice Las Casas y le nunca creyendo que Uegádose babía la ocasión oportuna trata de infame calumniador, basta para comprender que de obtener el cumplimiento de las Nuevas leyes, entró ese hombre era un hipócrita envidioso á quien Quintana Las Casas en México, llamado por la j u n t a que conforme arrancó resueltamente el falso atavio de v i r t u d y de á las instrucciones del emperador b a b í a mandado reunir santidad el licenciado Tello de Sandoval. Las Casas no había dicho contra los conquistadores Fuese á posar a l coiivento de los dominicos; pero y encomenderos m á s de lo que el emperador y la corte desde el siguiente dia de su llegada, comenzaron las habían oído repetir muchas veces á los religiosos y alarmas é inquietudes en la ciudad, porque habiendo el visitadores del Nuevo Mundo, y el m á s injusto y vene- virey y los oidores enviádole á felicitar por su llegada, noso de los enemigos del obispo, el padre Motolinia, no el obispo contestó por medio del mismo mensajero: « q u e formó una excepción, los pluma salieron sino muy al contrario, de su terribles acusaciones; pero lo que señores le perdonasen porque estaban que no los i r l a á descomulgados por haber visitar mandado convertía á Las Casas en el jefe de todos aquellos que cortar la mano en la ciudad de Antequera (Oaxaca) á reclamaban libertad y buen trato para los indios; lo un clérigo de grados ' . n Disculpáronse sobre el caso que hacia del obispo el blanco de todos los odios y todas el virey y los oidores; las persecuciones y el adversario m á s poderoso de los supieron de aquella diferencia, y no fueron pocos, el gobernantes y encomenderos, que miraban como letra escándalo, pero los vecinos y el clero las murmuraciones y el desasosiego en la muerta las enérgicas y repetidas disposiciones de los ciudad, culpando todos, como era n a t u r a l , al obispo, y monarcas españoles tomando de esto prueba para decir que todo lo turbaba en favor de los indios, era que 1 Oaxaco • QUINTANA — Vicia de fray Bartolomé de Las Casas. — Quintana segurameate no tuvo presente este dato ai juzgar á Motolinla, pues no menciona la contradicción repugnante que liay entre ios dos escritos mencionados en el texto. y trastornaba. R e u n i ó s e por fin la j u n t a y concurrieron á ella los obispos de México, Tlaxcala, Michoacán, Oaxaca, G u a ' R E M E B A L . — Lib. V I I , cap, X V I , núm. 4. 348 MÉXICO t é m a l a y Chiapas, los prelados de las ó r d e n e s Á T R A V É S D E LOS SIGLOS religiosas y los hombres más distinguidos por sus virtudes y saber, Contra estos tiene la Iglesia cuatro vías para hacerles guerra, jure recuperationis para recuperar la tierra; asi eclesiásticos como seculares, que babía entonces en —jure la ciudad y en la Nueva E s p a ñ a . vindictm para castigar los agravios hechos á la cris- Durante muchos días estuvieron reuniéndose aquellas personas; acaloradas y luminosas fueron las discusiones; dej/ensionis tiandad;— de jure para defenderse de para ellos;—/IÍW libertar á los cristianos que tienen presos ó cautivos. la cuestión político-religiosa t r a t ó s e con la m á s ámplia " L a tercera especie de infieles, son los herejes ó libertad, y todos vinieron por fin á convenir en estos apóstatas, principios, en los que aparece triunfante la doctrina del Iglesia y del Sumo Pontífice. obispo Las Casas: Iglesia el derecho de castigo, privándoles de sus bienes « T o d o s los ínfleles de cualquiera secta ó religión que fueren, y por cualquier pecados que tengan, cuanto al derecho natural y divino, y el que llaman derecho de los cuales de derecho son súbditos de la Contra estos tiene la espirituales ó temporales, de sus Estados, honras, jurisdicción Real ó imperial, declarando vacantes los Reynos de los herejes. las gentes, justamente tienen y poseen señorío sobre sus "Y la cuarta especie es la de aquellos infieles, que cosas, que sin perjuicio de otro adquieren, y también no tienen tierras usurpadas que hayan sido de la Iglesia, con la misma justicia, poseen sus Principados, ni en algiin tiempo le hicieron daño, n i injuria, n i mal Reynos, Estados, Dignidades, Jurisdicciones y Señoríos. ninguno, n i tienen propósito de hacérselo, y n i en lo " L a causa única y final de conceder la sede Apos- presente n i en lo pasado han sido súbditos del imperio tólica, el Principado supremo y superioridad Imperial de cristiano, las Indias á los reyes de Castilla y L e ó n , fué la p r e d i - Mundo. como son los Reyes y señores del Nuevo Con estos nada tiene que hacer la Iglesia sino cación del Evangelio, y dilatación de la E é y Religión procurar con ejemplo y buenas doctrinas atraerlos á la cristiana y la conversión de aquellas gentes naturales de fé; y ellos tienen y usan legítimamente el libre imperio aquellas tierras, y no por hacerlos mayores señores n i señorío de sus reynos y estados. más ricos principales de lo que eran. se infiere que la guerra que á esta clase de infieles se "La Santa sede Apostólica en conceder el dicho De lo que rectamente hace, con objeto de obligarlos á recibir la F é de Cristo, principado supremo-, y superioridad de las Indias á los es tan temeraria, Reyes Católicos de Castilla y L e ó n , no entendió privar donable usurpación despojarles de sus estados Rejmos, y á los Reyes y Señores naturales de las dichas Indias de Señoríos, reduciéndolos á la esclavitud." sus Estados y Señorios y Jurisdicciones, injusta, perversa y tirana é imper- honras n i Estas declaraciones, aun cuando estériles se pudie- dignidades, n i entendió conceder á los Reyes de Castilla ran considerar por sus resultados inmediatos, tuvieron, y León alguna licencia ó facultad por la cual la dilatación sin embargo, benéfica influencia, pues en ellas se apoya de la F é se impidiese, y al Evangelio se pusiese algún Las Casas, á su vuelta á la corte, para continuar en sus estorbo y ofendículo; activas gestiones en favor de los indios; y los encomen- de manera que se impidiese ó retardase la conversión de aquellas gentes. deros y los vecinos de las ciudades del Nuevo Mundo, "Los Reyes de Castilla y de L e ó n , d e s p u é s que se ofrecieron y obligaron, por su propia policitación, tener cargo de proveer, á vieron al obispo apoj-ado en respetable parecer de tantas personas distinguidas por su carácter y por su saber. como se predicase la f é , y Las resoluciones de aquella junta son una de las convirtiesen las gentes de las Indias son obligados de más claras pruebas del espíritu levantado é indepen- preceto divino á poner los gastos y espensas que para diente de las personas que la formaron; las proposiciones la consecución del dicho fin fueren necesarios. aprobadas por la j u n t a implican una enérgica reprobación Conviene á saber para convertir á la F é aquellos infieles basta de la conducta, no sólo de los conquistadores, que sean Cristianos ' . " de los monarcas e s p a ñ o l e s , y envuelven una interpre- sino aun Además de esto la junta asentó por ciertos, a v e r i - tación de la bula de Alejandro V I , que dividió el Nuevo guados é incontrovertibles, los principios y conclusiones Mundo entre los reyes de E s p a ñ a y los de Portugal, contenidos en el libro De único vocationis modo y que muy diversa de la que basta entonces esos soberanos le eran en compendio: « h a b í a n dado. infieles: que cuatro diferencias hay de L a primera, los que viven sujetos á los Reyes vivían en cristianos, entre Castilla y se llamaban moros que constituciones políticas consignaban como un derecho la mondejares; libre emisión del pensamiento, la energía y la indepen- /acto, dencia de c a r á c t e r de aquellos hombres les hacia dueños las lej'es justas que les pusieren. de ese derecho; no habia libertad de conciencia, en cam- estos son subditos de esos reyes, de jure obligados á guardar Si en esa época las leyes no garantizaban, ni las cristianos, como los moros et de — L a segunda, los infieles que tienen tierras y señorios bio de los cristianos, contra derecho, por fuerza y violencia, ensanchando como los turcos y moros de la Tierra Santa y U n g r í a . sus autores la persecución, ejemplo dieron, digno de ser ' UtMES L — Lib. v i l , c a p . XVT, n ú m . 5. habia conciencias libres, y los reyes de España, todas esas doctrinas, sin desatar contra imitado por muchos gobernantes de siglos posteriores.