docencia positiva

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Aguilar-Morales, J. E. & Aguilar-Morales, E. O.
2014
Docencia positiva: un modelo para realizar
intervenciones educativas.
e-Magazine Conductitlán
1(1) 83-91.
Abril –Septiembre
ISSN: 2007-9397
DOCENCIA POSITIVA: UN MODELO PARA REALIZAR INTERVENCIONES
EDUCATIVAS13
POSITIVE TEACHING: A MODEL FOR EDUCATIONAL INTERVENTIONS
Jorge Everardo Aguilar-Morales14 y Edgar Omar Aguilar-Morales
Asociación Oaxaqueña de Psicología A. C.
México
RESUMEN
El desarrollo de la psicología científica ha alcanzado un nivel de madurez que permite en la actualidad una comprensión
más amplia de los fenómenos conductuales, así como el desarrollo de intervenciones más globales, integrales e
incluyentes. En el campo educativo existen numerosas experiencias exitosas en donde se ha utilizado la psicología
basada en la evidencia para la enseñanza y para la construcción de ambientes de interacción positiva. La información
abundante exige un modelo para clarificar las intervenciones que se realicen tanto en un nivel conceptual como práctico.
En este documento se presenta una propuesta realizada por los autores. Se presentan los objetivos de las
intervenciones, las herramientas a utilizar y los resultamos que esperamos.
ABSTRACT
In education there are numerous success stories where we have used the evidence-based psychology for teaching and
for building positive interaction environments. The wealth of information requires a model to clarify that actions
undertaken on both a conceptual and practical level. A proposal made by the authors is presented in this paper. The
objectives of the interventions are presented, the tools to use the results that were spected by us.
PALABRAS CLAVE
Docencia, intervenciones conductuales, inclusión
KEYWORDS
Teaching, behavioral interventions, including
13
14
Recibido el 17 de marzo y aceptado el 25 de marzo del 2014.
E-mail: [email protected]
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El desarrollo de la psicología científica ha alcanzado un nivel de madurez tal que permite en la
actualidad una comprensión más amplia de los fenómenos conductuales, así como el desarrollo de
intervenciones más globales, integrales e incluyentes.
Más aún, las intervenciones psicológicas basadas en la evidencia pueden ahora ser vinculadas con
el desarrollo filosófico de otras disciplinas y de otras culturas. Por ejemplo la filosofía de los derechos
humanos, la sabiduría de los pueblos nativos de Norteamérica (Mattaini, 2008) o la filosofía y las
prácticas orientales, especialmente el budismo (Hayes, 2002).
En el campo educativo existen numerosas experiencias exitosas en donde se ha utilizado la
psicología basada en la evidencia para la enseñanza y para la construcción de ambientes de
interacción positiva.
La información abundante exige un modelo para clarificar las intervenciones que se realicen tanto en
un nivel conceptual como práctico.
Los autores hemos desarrollado un modelo de intervención en instituciones educativas que
denominamos “Docencia Positiva”.
Se trata de un modelo basado en una perspectiva conductual y en la mejor evidencia científica
disponible, que orienta nuestros objetivos y nuestras estrategias de intervención en escenarios
educativos.
Así, cuando se habla de un modelo de docencia positiva nos referimos a un tipo de intervención
educativa o actuación profesional en escenarios educativos que se basa en dos criterios básicos: (a)
la filosofía de los derechos humanos y el respeto a los derechos fundamentales de las personas y
(b) el uso de la psicología científica y de intervenciones basadas en la mejor evidencia científica
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actualmente disponible para construir ambientes amigables, incluyentes y sin violencia para el
aprendizaje.
En nuestro sistema de Docencia Positiva, cuando hablamos del respeto a los derechos
fundamentales de las personas, lo que queremos decir es que en todas nuestras intervenciones
profesionales promovemos los aspectos que se señalan en la Figura 1.
Los valores contenidos
en la legislación
educativa nacional y los
acuerdos
internacionales sobre el
tema.
La filosofía de los
derechos humanos
Figura 1. Documentos que describen los derechos fundamentales de las personas.
Así cuando trabajamos en cualquier institución educativa, nos ponemos como objetivo: (a) el
desarrollo pleno de las potencialidades humanas y (b) la construcción de ambientes familiares,
laborales y sociales armónicos, incluyentes y sin violencia
aprendizaje
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que resulten amigables para el
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De la misma manera cuando hablamos de la búsqueda del desarrollo de todo el potencial de los
seres humanos, de manera concreta estamos hablando de una formación integral que asegure que
todas las personas logren los objetivos mencionados en la figura 2.
Logren su
desarrollo
personal
Cuiden y
respeten la
naturaleza
Puedan
vivir en
comunidad
Figura 2. Objetivos incluidos en el desarrollo integral de los estudiantes.
Para lograr lo anterior en nuestro modelo de Docencia Positiva, enseñamos a docentes, directivos,
madres y padres de familia a utilizar los avances más recientes de la psicología basada en la
evidencia para comprender las causas del comportamiento. Ver figura 3.
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Explicar nuestro
comportamiento
Prevenir y resolver
problemas de conducta
en escenarios educativos
Construir ambientes de
interacción positiva
Lograr objetivos de
aprendizaje y metas
organizacionales.
Figura 3. Objetivos en la formación de directivos, docentes y padres de familia.
En este modelo de docencia positiva, hay un reconocimiento explícito de que el comportamiento solo
puede ser explicado a partir de factores contextuales y ecológicos. Ver figura 4.
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El
comportamiento
de las personas
es aprendido.
Las personas se
enseñan unas
otras.
La conducta está
determinada por
la interacción de
las personas con
su medio
ambiente y que
por lo tanto
El cambio en las
conductas de las
personas solo se
logra en la
medida de que
realicemos
cambios
contextuales y
ecológicos
Figura 4. Premisas básicas de las intervenciones.
De la misma manera se reconoce con claridad las estrategias que han demostrado
experimentalmente su utilidad para la construcción de ambientes de interacción armónicos
(Mattaini, 2001). Ver figura 5.
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El registro y
reconocimiento
de las
contribuciones
positivas y de
los logros.
El
comportamiento
respetuoso y
alejado de las
humillaciones.
La utilización de
estrategias no
coercitivas para
el ejercicio del
poder y
El uso de
estrategias
colaborativas en
la solución de
conflictos y en la
restauración de
las relaciones
interpersonales.
Figura 5. Estrategias básicas para construir ambientes de interacción armónica (Basado en Mattaini,
2001)
A partir de estos supuestos básicos se proporciona a los directivos de las instituciones educativas
herramientas de gestión del comportamiento organizacional, que han resultado ser útiles para: (a)
mejorar el desempeño del personal docente y para favorecer un clima de convivencia armónica
entre profesores, estudiantes y padres de familia.
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Con el personal docente se trabaja para: (a) desarrollar procesos de diseño curricular; (b) planear
experiencias de enseñanza-aprendizaje; (c) utilizar estrategias de enseñanza basadas en la
evidencia y (d) evaluar los procesos educativos
Finalmente en el modelo de Docencia Positiva propuesto, se busca que todos los actores educativos
desarrollen habilidades para: (a) prevenir problemas de conducta; (b) identificar los problemas que
de conducta de manera temprana; (c) resolver problemas de conducta de frecuente aparición en el
aula o el hogar; (d) identificar aquellos problemas de conducta que requieren atención especializada;
y ( e) fomentar el desarrollo de conductas deseables.
Para lo cual se propone todas aquellas intervenciones psicológicas que tienen soporte empírico.
Por lo que a partir de las necesidades específicas de formación se puede utilizar, por ejemplo: un
proceso de diseño curricular basado en funciones profesionales (Kenkel & Peterson, 2009);
estrategias de enseñanza basadas en la evidencia (Malott y Moran, 2004); herramientas de Gestión
del Comportamiento Organizacional –OBM (Wilder, Austin y Casella, 2009), en las actividades
relacionadas con la administración escolar; coaching conductual como la estrategia de capacitación
y formación continua de todos los actores educativos, procesos de asesoría analítico funcional para
la prevención y manejo de problemas de conducta en el aula, etc.
El modelo de intervención referido puede clarificar los objetivos de las intervenciones, las
herramientas a utilizar y los resultados esperados. Sin duda este modelo requiere el desarrollo de
módulos de intervención y diagramas que permitan visualizar con claridad los pasos a seguir en
cada intervención específica.
Pero en este momento permite conseguir una mayor claridad
conceptual y metodológica.
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REFERENCIAS
o Mattaini, M. (2008) Evidence-Based Tools for a Culture of Nonviolence. Recuperado de
http://www.peacepower.info/Home.html
o Hayes, S. C. (2002) Acceptance, Minfulness, and Science. Clinical Psychology: Science an
practice, 9(1), 101-106.
o Kenkel, M. B. & Peterson R. L. (2009) Competency-Based Education for Professional
Psychology. USA: APA.
o Moran, D.J. y Malott, R. W. (2204) Evidence-Based Educational Methods. USA: Elsevier,
Academic Press.
o Wilder, D., Austin, J., Casella, S. (2009). Applying Behavior Analysis in Organizations:
Organizational Behavior Management. Psychological Services, 6(3), 202-211.
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