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LA UNIÓN CATÓLICA
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f! - LM «awrlcloau aon por yA»M
AÑOIl
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Bn Uadrld, 1 p«a«U EO c4nttai08 al mas.
ProTlnoiu, 6 pesatu al trlmtstT* y 1 0 al aio.
Caba y Puerto Rice, 1 8 petetao al itrnaatra.
7iUplna«, a 3 pewtu al samastr*.
Bxlranjaro, l a pM«t«saUrlmMtrt.
LOS NUEVOS CRUCEROS
Con motivo del dictamen emitido últimamente, y después de larguísimas dilacione*,
por el Consejo de Gobierno del ministerio de
Jklarina, proponiendo la constraccion de tres
grandes cruceros á favor de una Sociedad establecida al efecto en Bilbao, han surgido,
como era de esperar v nosotros anunciamos
hace algunos meses, graves manifestaciones
de desagrado, que con tiempo y buena voluntad hubieran podido evilarse por todos los que
«e han presentado al concurso y han visto deIraudadas sus esperanzas con aquel dictamen,
que nosotros lio vacilamos efi suponer que ha
sido inspirado en los más severos principios de
rectitud y justicia, considerando, por lo tanto,
improcodenle, en cierto sentido, las gestiones
practicadas por algunas localidades que, sin
«JOtiyo racional, Ijan considerado lastimados
sus intereses, con no haber sido favorecidas
por el dictamen emitido, así por el Centro Técnico de la Armada, como por el Consejo de
Gobierno del departamento á cuyo frente está
el Sr. Rodríguez. Arias.
En el orden legal, la resolución del ministerio de Marina es perfectamente justa, y de
consiguiente, los no favorecidos en el cuncurso no tienen otro remedio que resignarse con
su triste suerte y coa su desgraciadísima situación, y dejar que se utilice del beneficio
otra empresa, que en buena lid ha ganado para sí un negocio que le proporcionará una utilidad de tres ó cuatro millones de pesetas limpios de polvo y paja, mas otros seis millones
de pesetas, á que, á bajo precio, puede avalorarse el astillero de que se hará legitima poseedora y dueña, por un rasgo de géneros dad
por parte del Gobierno fusionista; rasgo que
no tiene justificación posible, en ningún orden
de consideraciones, mal que les pese á los órganos del partido fusionista en la prensa, y á
sus inspiradores de las regiones oficiales.
En efecto; si con la construcción de esos
tres grandes cruceros, adjudicados á la industria privada, ésta adquiriese medios para aclimatarse ^n nuestra infortunada patria, poniéndose á la altura de sus similares de Francia, Inglaterra y Alemania, seriamos los primeros en aplaudir la generosidad del Gobierno, pues nada significarian los nueve millones
de, pesetas de más que en este ensayo se gastasen, ante las ventajas que por este medio se
obtendrían. Pero ¿van á obtenerse esos resultados con el inmenso sacrificio que se impone
á los contribuyentes'?
De ningún modo, y el tiempo se encargará
de darnos la razón. En realidad, empezando
por el presidente del Consejo de ministros y
acabando por el célebre almirante civil del ministerio de Marina, todos saben que con la adjudicación de los grandes cruceros no se favorecerá en nada el desarrollo material de nuestras industrias navales, porque su estado actual de atraso no les permite s tisfacer los
pedidos de los materiales que demanda este
género de construcciones. Así sucederá que
materiales ingleses serán los que se gasten en
las nuevas construcciones, como ingenieros y
operarios ingleses serán los que dirijan y lleven á cabo los trabajos. El tínico resultad)
cierto y positivo que se obtendrá con la ctn5truccion de los buques de referencia, será el
de que se gasten nueve millones de pesetas de
los contribuyentes para tener el orgullo y satisfacción de decir que en Hspaña hemos construido tres grandes cruceros, con el concurso
personal y material de Inglaterra, quesera
la que se lleve los cuartos, en compañía de
algunos compatriotas listos que han tenido
el patriotismo heroico de asociarse á una empresa que, a prior i y con exactitud matemática, pabe las utilidades que va á obtener,
como antes de ahora se ha demostrado en la
prensa por escritores muy competentes.
A estas condiciones queda reducida, traducida al lenguaje vulgar, la cacareada construcción de los tres grandes cruceros que se van á
adjudicar á la Industria nacional, según todos
los hechos permiten asegurarlo, y de un modo
especial, según lo que han indicado á los comisionados de Cádiz los ministros con quienes
han hablado.
Y no decimos más, porque con lo dicho
basta y sobra para que los lectores formen juicio acerca de la «importancia» real que entrañará la adjudicación á la industria nacional de
la construcción de tres grandes cruceros. ¿Qué
signilica un sacrificio más, de nueve-millones
de pesetas, para el desahogado y favorecido
contribuyente español, que nada en la abundancia?
Ahora lo que importa, por otra parte, es
que las poBlaciones que no han sido favorecidas por el concurso, dediquen sus esfuerzos á
ponerse en condiciones para construir en adelante buenos buques para el Estado, en forma
de que los hechos prueben que han tenido algún fundamenta sus quejas de ahora. Cádiz
tiene muchos y considerables medios, y también los tiene el Ferrol. ¿Por qué no han de
poder hacer lo que ha logrado Bilbao?
Por lo demás, las prodigalidades del Gobierno fusionista, cuando la agricultura está
sin vida, la industria se vé obligada á cerrar
sus fábricas y el comercio perece en la inacción, deben ser un consuelo y una esperanza
para los contribuyentes. Un consuelo, porque
si hoy da nueve millones de pesetas, con el
pretexto que se ha indicado, puede esperarse
que repetirá el caso cuando le acomode, toda
MIÉRCOLES 5 ÜE SKTIEMBRE DE IfJS-.
Oficinas: Caüe de ia Greda, núm. 8, Madrid
TKLJkFONO NUM 1.09S
V
I^ITMTUÍ-Ait,?O
•VMtucicnsí ¿ >nc rjixidssao: i^a u Adniuut^acloi, r«Ue d«U 0U3Á, l i s . ^, doado tasebl«n •« racimas acnacius «spa2ola« y «xtraD]*tot, & pracioa eosTanctoaalas
u eoxMsroiiBsiaiA MSB S xit^xi ai a>nfltffKABOK.
al asesinato. Lejos de ser un pueblo sin religión,
invade los templos en todas las solemnidades,
toma parte, con devota connpostura en lodas las
procesiones, y los Párrocos nunca encuentran
quien se niegue á recibir los S intos Sacramentos. Dígase sino entre las ciudades de E«paña
dónde con más solemnidad se celebra ¡a procesión del Corpus llevado el f-'acramento en una
maravillosa carrozt' de plata, 1 >gada por la piedad de sus mayores, y la que, puesta á pública
subasta en d a s infaustos, na ;id quiso adquirir,
ni éun medio de balde. Ulgwso dónde, un pueblo
la . pobre como este, sabe elev-ar la cifra de los
dona ivos sobre la cifra de los demás pueblos,
ya en públicas calnmidades, ya en los aniversarios pontiticios Señálese otro pueblo que, conio
éste, sostenga escuelas de niños y ninas, dirigidas por religiosos, en número de 2 600 alumnos
y sin otras subvenciones quo una rifa espontánea, popular á !a que todos contribuyen con su
lote y su óbolo.
No es Cádiz el que há poco elevó sobre sus
antiguos pedestales las estatua-? de sus Santos
Patrono?, derribadas por la revolución. ¿No es
uno de los contados pueblos que sostiene con
esplendor el jubi eo circular en todo el año, sufragados los gastos por la piedad común? ¿No es
Carta de Cádiz
donde recientemente, y á una simple indicación
de su Prelado v ose obligada una compaoi-i draSr. Director de LA UNION CATÓLICA,
mática á levantar el campo, por falta de entraCádiz 2 de Setiembre de 1888.
¿Se ha olvidado el tierno espectáculo que
Mi estimado am'go: El último y sacrilego co- d&&i
ó este pueblo en la última invasión colérica,
nato del irisignidcanie grupo de Itbre-pensadores dhumillándose
bajo la mano de Dios, llenanao los
de esta ciudad, al parodi.^r un entierro civil há
durante un mes, entonando cánticos de
pocos dias, lejos de ha lar eco en esta católica templos
penitencia á una voz y en acción de gracias,
ciudad, ha puerto una vez más de relieve su im- asistiendo
una comunión general loOo sonoras
potencia y hecho asomar á los labios de todo el y casi otrosá tantos
caballeros? ¿No es Cádiz la
pueblo una sonrisa burlona.
que cuenta en su seno innumerables cofradías
Gracias á Dios, y dicho sea en honor de Cá- piadosas y de beneficencia, conferencias de San
diz, mientras por desgracia para nuestra Espa- Vicente, de hombres y señoras, congregación
ña, no falta en sus más ricas y populosas ciuda- de la vela al Santísimo H jis de Maiia, de Nades un decente y hasta suntuoso ediflc o, donde zaretl'de Madres cristianas, del Apostolado de
se congregan los secuaces de la impiedad, con- la Oración y tantas y tantas otrasT Pues estas
tándose entre sus adeptos buen golpe de herma- Congregaciones no se componen ciertamente
nos que ostentan titules académicos, diplomas de gallegos, santanderinos y genoveses, sino de
de profesor, ó credencialts de elevados puestos,
h'jos de Cádiz religiosísimos y pertenecientes á
aqui en Ja que se ha dado en llamar cuna del familias no menos religiosas. Por último, y para
liDeralismo y centro de la masonería, los libre- decirlo do una vez: sabido es que aqui no hay
pensadores han venido tan á menos en número obra buena que no prospere, ni instituto religioy fortuna que, reducidos & una docena, vestidos so que no se inslale, ni celo que no fiuctiílque.
con nada de levita y muy poco de corbata,
Que hay masones so dice; y ¿dónde no los hay,
reúnense en Ja habitación menos decente de la Sobre todo si el Gobierno nos los manda provismás ruin casa, situada en et último callejón de tos de credenciales!' ¿Y dónde se esconde tanto
la ciudad. Y esto se sabe únicamente porque Ja número que no se les véV Que ha deca,ído la ripolitécnÍ4:a ostenta en su único & manera do bal- queza y está postrado el comercio; peío la de-icón, un despintado tablero que en borrosos ca- gracia lejos de ser un baldón, es un título de
racteres dice: «Círculo Guillen,» como pudiera virtud cuando pacientemente ^e sube, y no
decir Posada del Peine.
siempre la envía Dios como castigo á los pueAlgo cariacontecidos debia traer á sus aca- blos prevari-^adores, aiao también como cridémicos tanta indiferencia por part« dé un pue- sol en que aquilaten su virtud los buenos. Verblo culto, en pro de sus ideales, cuando en mala dad que no es Cádiz un monasterio en que á tohora fraguaron una que lueso sonada. Y efecti
das horas resuenan sus divinas alabanzas, que
vamente: á falta de un socio que quisiera mo- harto contacto ha tenido y tiene con la civilizarirse para servir de protagonista fúnebre, die- ción moderna: mas presentarla con la fisonomía
ron menguada escolta al cadáver de una pobre odiosa de an pueblo inmoral, inepto y descreído,
mujer que resultó católica hasta el último sus- cuando lo que inspira es simpatía y compasión,
piro do su vida y al que la Iglesia d ó, como de- es una notoria injust cia y un sangriento ultraje
Liia, sepu tura cristiana. Y valiente planchase que cuando procede de un español puede cahritiraron los del mandil; pero ni el cielo se conmo- carse, además, de acción fratricida y de leso i>avió ni se trastornaron los elementos, ni las tro- triotismo.
pas se pusieron sobre Jas armas. Seguramente
Soy de usted afectlsiiDO seguro servidor y
que en otra ciudad que no fuera Cádiz, y permito se señale hacia el Norte, no hubieran faltado amigo q, b, s. m—X.
comisiones respetables, manife>taciones ruidosas, campañas en la prcbu, y hasta a1t:;un diputado que se encargara de interpelar al ministro EL LIBERALISMO Y«LAC1VILTA CiTTLOlCA»
del ramo. Mas aqui ha sido tan suave y blanda
La Cifiltá Cattolica, ^n su cuaderno da 1." de
la protesta, como que la firma un Sr. Mantecón, Setiembre, comentando la Encíclica Libertait de
en un comunicado inserto en un periódico mi- muestra que el liberalismo es la rebelión de la
núsculo. Ni una palabra, ni una linea, ni una voluntad humana contra la voluntad d-vina, lo
conversación sobre el asunto en las barberías mismo que el racionalismo es Ja rebelión del
al dia siguiente, Keto no podia suceder más que entendimiento humano contra la menta divina.
en un pueblo católico de fó arraigada, es decir,
bien, en lo qua respecta al liberalisen el Cádiz de hoy que es el de ayer y el de mo, tAhora
dice ha Cicil'á Cattólkii, esta rdbelioa puede
siempre
limitarse al individuo, ó extenderse á la l'ami ia
Es el Cádiz que dui'ante siglos empleó sus ri- y á la sociedad entera; por esto en el liberalisquezas en levantar en todas sus calles inagiiid- mo el «on .«erv/a»» toma la triple founa indivieos templos cristianos, en edificar espaciosos dual, familiar y social, según que Dos es destermonastHrios á todas las Ordenes religiosas y so- rado del individuo, de la familia ó de lasocelemnizar el culto católico con inusitada pompa. dad. Es claroquí el orden consiste, en princiEs el Cádiz que en la guerra do sucesión lanzó pio en la subordinación de todas las criaturas
un grito de horror ai presenciar los sacrilegos A Dios, primero y universal motor; por consiultrajes pe peirados en cosas y personas por las guiente, una vez que íe elimina del género hutropas aliadas del archiduque en Puerto de San
mano esta subordinación, ocupa su puesto el
la María, indignación y horror que alentó el es - desorden univarsal, y ti liberalismo es l i causa
fuerzo con que rechazó el pueblo á los que pre- de este desorden » —
tendieron asaltar también s^s murallas. Es el
En otro lugar añade LaCiciltá Cattóíica:
Cádiz que al verse más tarde invadido por una
—«Si se toma el liber.ilismo en la s gnificacion
tropa de advenedizos y trashumantes legislado- que le toma León XIII y nosotros tamb en con
res, lejo-* de aplaudir sus blasfemos discursos él, tal cual se indica por la palabra de absoluta
de San Felipe, ñeco i aron aquéllos llenar las rebelión contra Dics, n -n serviam, es claro que el
tribunas públicas de cojos y mancos venidos de liberalismo es peor que el protestantismo y el
Málaga y otros puntos para que formaran la cla- cisma.
que, siendo el Cabildo Catedral gaditano el pri>Ea efecto; la herejía y el c'sm i no son una
mero á resistir los impíos decretos de tas Cons- rebelón
absoluta contra la voluntad divina, y
tituyentes Es ei Cádiz que durante nuestras dis- los
protestantes
y los cismáticos pueden á veces
cordias civiles y e I tanto quí Mendizáb&l fundía hallarse en ignorancia
de que la Iglecampanas y demolía templos, Cádiz, repito, en- sia Romana sea, como invencible
lo
os
de
hecho,
la rerdatregaba el oro á manos llenas para edificar una dera Iglesia de Dios; mientrAS que el liberal
que
Catedral, que subsiste como una doble maravi- dice i Dios non serviam. no puede tener ignoranlla del arte y de los difíciles tiempos en que fué cia invencible de que Dios tiene derecho al serconstruida E^ el Cádiz que el dia de la exclaus- vicio y á la adoración de los hombros,>) —
tración no consintió que un solo religioso salieAplicando luego este principio al orden sora de su recinto, acog.úndoles las familias más
acomodadas como individuos de ellas, y entre cial y al verdadero fin que persiguen los liberalas que casi todos permanecieron hasta el dia les, dice La CiviUá Cattoliva:
iTodos los que emplean las palabras litera
de su fallecimiento, £s el Cádiz que trabajando
por los emisarios do Inglaterra y cerca de Gi- lismo y liberal, no las teman en su sign üc-icion
braltar, durante las últimas décadas y mientras extricia y plena. No todos consideran el libera
la religiosa Sevilla y otras ciudade's consentian lismo, como el monstruo que es en realidad. No
escuelas y templos protestantes, y aún los con- entra en el espíritu de las gentes superficiales O
sienten, Cádiz, digo, no dio hospitalidad á un mi- simplemente iniciados, que el liberalismo ae renistro del error ni á un t-imple tra'dactor de Bi- duce á la rebelión contra Dios, según la fórmula
blias. Este Cádiz do ayer es ol mismo de hoy, sin satáBÍca non nerriam.
«Pero entra perfectamente en el espíritu, en
qua valgan para dudar do su fé y religión los
tristes recuentos de una revolución en que unos el corazón y en la acción de los jefas de sectas,
pocos se impusieron en todas parles á los mu- de los fracmasones, da los veríiad<»ros impíos,
chos, repitiendo en todas las ciudades idént cas enemigos de Dios y de la Ig!-sia. Y cuando oí
Papa dice que el liberalismo es tal, y le entienescenas.
de de esta suene, nosotros también debemos enHoy Cádiz, lejos de ser un pueblo de seotarios letideria de la misma manera, y no dejarnos eny de holgazanes, como por algunos periódicos se gañar por vanas palabras do necios.
na dicho, es una población do las más moriger^,«Por lo mismo que ol liberalismo es tal, vedas, como con harta elocuencia lo dicen las es- mos que cuando, por arti/icio ó por violencia, se
tadísticas criminales, sufriendo pacientemente ha apoderado del Gobierno de un EstHdo, dolas clases obreras ol hambre cen que las ha si- clara una guerra inex>irable para onrítn'r al
tiado la centralización moderna, sin que en su Cp.stianismo y para impedir que so tñanifiesie
miseria extienda la mano «1 robo, al suicido ni la verdadera Beligion, favorecendo más bien
vez que no se le va á la mano. Una esperanza,
porque si aliora apenas tienen los que ganan
el pan con el sudor de su rostro, algo que comer y camisa limpia que ponerse, si á los fusionistas les dura un poco más la Jauja, dentro de uno€í años no tendrán ni pan, ni camisa,
y entonces podrán dedicarse á pedir limosna á
ios nuevos poseedores de cuantiosas fortunas.
Además, gracias al partido liberal, podrán
todos los ciudadanos emitir su voto cuando las
elecciones, y no pocos tendrán derecho á ser
jurado, y es posible que sobre todos estos derechos les presten unos garbanzos en las tiendas y unas arrobas de pan en las tahonas. ¡Y
vaya si serán felices!
La verdad es que las cosas van bien, bien,
muy bien, y que los que se quejan lo hacen de
vicio, según á todas horas repite el Sr. Moret
desde su tribuna de La Iberia En efecto; lo
que es al Sr. Moret y á su periódico, no les vá
mal. Lógico y natural parece, después de todo,
que deseen que les dure.
NUM. 37-
toda clase de superstición En manos de los liberales, la libertad se cambia en licencia despí»
tic», no son más que cadenas para la Iglesifl,
desprecio y persecución para los católicos.
»'-on un Gobierno liberal, la libertad del sufragio, ya con relación á I-H adminifatracion municipal, ya con relacen á la política, es una irrisión, un insulto; porque disponiendo el Gob orno de todos los medios (cuya bondad no le preocupa) excluye Cüinpleíaoiente de esteréginen
á todo el que se rntestre firme en los verdaderos principios católicos, ó no hace participe del
mÍMno sino á aquellos que él cree inclinados á
cambiar de bandera y á dejarse seducir.
))Con razón, pues, en su Encíclica magistral,
el Padre Santo denunc aba la maldad del liberalismo. La palabra do orden racional cri-tiano
no puede, en lo sucesivo, ser otra más que tst»:
/ Tira la libertad! ¡Abajo el libtfalismo!»'CocQO 80 vé, lo dicho por La Civilfá Catto'ica
coincide con lo que antes de ahora hemos escrito sobre este asunto.
Recortes
La RepübUca publica diariamente á la cabeza de su número las cantidades recaudadas
é ingresadas en tesorería para sufragar los
gastos de la acción de los periódicos asociados.
t
Lo recaudado hasta ahora asciende á pesetas 7.310,07, y lo ingresado en tesorería, á cargo del señor marqués de Santa Marta, á contar de-sde el 31 de Agosto liltirao, asciende
á 3.550,-l(5.
A propósito de todo esto dice IM Justicia:
—«¡Pena da decirlo! La. nuncridonnacional'tiún
no ha logrado cubrir la cantidad pedida; la generosidad y noble desprendimiento del seuor
marqués de Santa Marta, que ostenta á nuestros
ojos, como el mejor de sus títulos, el de buen ciudadano, demócrata convencido y gran patriota,
pormitiri á los partidario* de la acción popular,
eco de la voz de todo un pueblo, cubrir con holgura las obligaciones que il ejercicio de aquella
acción le imponía, no¡ hay, pues, conflicto alguno; pero justo e< preguntarlo: ¿ha respondido el
país al generoso esfuerzo hecho por la prensa
para defender el más legítimo de sus intereses,
el interés supremo de la justiciad
«Creemos que no.»—
Nosotros también.
¡Hs que en «el país» hay muchisimos que
ven más claro de lo que á los periodistas asociados convendría!
Entre integristas y leales.
Ha dicho el Sr. Palacios, en carta de Btirgos, que ha publicado Lo Fé:
—«La casi totalidad de los buenos tradicionalistas de esta provincia, que por mi constancia y fidelidad, por ser, como oficial genera', el
jefe de más graduación militar de la misma..»-Y dice La Fidelidad Castellana, de Burgos:
—(iNos vemos obligados á decir con toda sinceridad, que ni el Sr. Palacios fué tal Oficial General del Ejhdtn. ni aun siquiera oficial superior, ni subalterno, ni podia serlo.»—
¿el ejército carlista, se entiende.
Rogamos ahora á quien tenga tiempo de
sobra, que dedique unas horas á averiguar
quién tiene razón.
Aunque es probable que la tengan los dos.
De La Fidelidad Castellana, de Burgos:
—a alguien n,s dice que no ha mucho publicó
La Fe una carta de un Sr, Arroyo, ó cosa así,
qu-> decía haber sido muy obsequiado por los
tradicionalislas de Burgos, donde era muy conocido, y donde en unión con el Sr. Solana había difun ido él la \ni, y hecho ver A todos que
los leales eran los únicos depositarios de la justicia y de la verdad.
«Supimos por amigo? muy queridos la estancia en ésta del Sr, Solana qua no so dio mucho
á ver, pero ni tuvimos noticia de eso ndlátere,
ni A pesar de ser tan conocido en Burgos no»
han dado razón de él. No sabemos en qué taberna se le prodigarían los obsequios á que él se
refiere, porque no acostumbramos á concurrir a
esta clase da establecimientos » Quien quiera honra que la gane.
Y sino qjne entre en ttjsipusion con los integristas.
La Iberia no es ministerial del-Sr. Rodríguez Arias.
En efecto; dice en sn ntímero de hoy:
—«ái en España hemos de tener marina, los
hombres que hoy están encargados de su reconstrucción deben no olvidar lo urgente que es adquirir pronto el materifU ilutante en armonía
con nuestras necesidades, "para que empiece
cuanto antes la instrucción vacdadera que tanto
necesita el personal,, que boy éft gieula morir
lleno de apatía y falto de todo estímulo.
«Despierten nuestros almirantes y acuérdense quo ha pasado tiempo suficiente para adquirir el material flotante tan deseado desde que
las Cortes autorizaron la inver.sion de 250 millones de peseras con destino & tal objeto.
>Nada se ha hecho hasta ¡loy que sepamcs,
puesto quo el •Pelayo,» «Rema Regente» y «DeS'
tructor» fueron mandudos construir con anterioridad á la ley de reconstrucción de la futura
escuadra; y, ¡ojalá que mal entendidas consideraciones no dpjen i Es .aña sin buques útiles
para la guerra!»—
Consuélese La Iberia.
Si las cosas sigueu por el camino que. llevan, se construirán buques, pero no tendretaos
escuadra.
A lo más se repetirá lo que ha sucedido con
la «Navarra» y con los cruceros «Isla de Cuba»
é «Isla deLuzon,»
(}ue apenas pueden tenerse á flote.
Desde San Sebastian les dice e! Sr. Castt •
lar á sus adeptos de Madrid:
—«Cuan'o ustedes hagan por iropu'sar en su
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