Sistema óseo Es un conjunto de órganos cuya función principal es permitir al cuerpo humano la realización de movimientos. Como consecuencia de ello, el ser humano puede relacionarse con los demás miembros de su especie. Otras funciones del aparato locomotor son: -Dotar al cuerpo de su configuración o apariencia externa. -Darle rigidez y resistencia. -Proteger las vísceras u órganos internos. Los elementos que componen el aparato locomotor son los huesos, las articulaciones y los músculos. Huesosen Son elementos más complejos del aparato locomotor. Son estructuras partes duras que posibilitan la unión entre sí de dos o más huesos. Articulaciones Son elementos más complejos del aparato locomotor. Son estructuras en partes duras que posibilitan la unión entre sí de dos o más huesos Son la parte rígida del aparato locomotor. Su conjunto constituye el sistema óseo o esqueleto. Existen aproximadamente 206 huesos en el cuerpo humano. (Sin contar los huesecillos supernumerarios sesamoideos y wormianos, cuyo número varía de un individuo a otro.) Básicamente, los huesos se componen de agua y sustancias minerales formadas a partir del calcio y del fósforo, además de una sustancia llamada osteína. El hueso no es un órgano estático, sino que se halla en continua formación y destrucción. Para ello posee osteoblastos, células formadoras del hueso, y osteoclastos, células que lo destruyen para impedir un excesivo grosor del mismo. En caso de fractura, los osteoclastos destruyen los fragmentos de hueso los osteoblastos generan tejido óseo nuevo. El desarrollo y fortalecimiento del hueso dependen de la vitamina D y de la vitamina D2 o calciferol, que regula el metabolismo del calcio, imprescindible para el funcionamiento de las músculos. El calciferol lo podrás encontrar, sobre todo, en el aceite de hígado de bacalao, el atún, la leche y los huevos. También los rayos ultravioleta del sol favorecen la absorción de vitamina D. Músculos Forman la parte activa del aparato locomotor. Están unidos a los huesos mediante las inserciones musculares. Poseen actividad propia, la contracción muscular, que se origina como respuesta a los estímulos nerviosos. Existen más de 400 músculos, de tamaño y potencia muy variables. Este número tan elevado permite la realización de gran cantidad de movimientos, algunos de gran precisión, como los realizados por la mano. Articulaciones en Son elementos más complejos del aparato locomotor. Son estructuras partes duras que posibilitan la unión entre sí de dos o más huesos. Articulaciones Son elementos más complejos del aparato locomotor. Son estructuras en partes duras que posibilitan la unión entre sí de dos o más huesos. Gracias a la existencia de las articulaciones es posible el desplazamiento de los huesos sin demasiado desgaste por el rozamiento excesivo entre ellos. Las articulaciones poseen componentes Ligamentos, cápsula articular, cartílago, y meniscos. Existen asimismo articulaciones de diversos tipos; con gran variedad de movimientos, como las del hombro o de la mano, y, por el contrario, otras rígidas, sin movimiento alguno, como las que unen entre sí los huesos del cráneo. Sistema óseo Esqueleto Está formado por el conjunto de huesos, que son unos órganos blanquecinos, duros y resistentes. Están situados en medio de las partes blandas, a las que sirven de apoyo, y en ocasiones presentan cavidades que alojan y protegen a las vísceras. El esqueleto humano está compuesto principalmente por la columna vertebral, situada verticalmente en la línea media, que en su extremo superior sostiene el cráneo. Su extremo inferior forma el sacro y el cóccix, que representa el rudimento de la cola de los animales. De la parte media de la columna vertebral parten lateralmente las costillas, que se articulan por delante con el esternón. El espacio que queda entre ambos es el tórax, que aloja vísceras tan importantes como el corazón y los pulmones. Por último, en la parte superior del tórax y en la parte inferior de la columna se hallan implantados, respectivamente y de forma simétrica, los dos pares de miembros: los superiores o torácicos y los inferiores o pélvicos. Crecimiento del hueso En el memento del nacimiento los huesos no se hallan totalmente calcificados. Durante la infancia y la adolescencia tiene lugar el crecimiento corporal, gobernado fundamentalmente por el crecimiento de los huesos. Éstos presentan en sus extremos una zona, llamada cartílago de crecimiento, a partir de la cual se va formando el tejido óseo nuevo que determina el crecimiento en longitud de los huesos. Entre los 20 y los 25 años se produce la total osificación del cartílago de crecimiento y éste se detiene. El proceso está regulado por factores genéticos y hormonales. El hueso no posee únicamente una función de sostén y crecimiento, sino que durante toda la vida se encarga de la regulación del metabolismo del calcio, fundamental para el funcionamiento de los músculos y del medio interno. Ello se consigue gracias a que el hueso no es un órgano estático, sino que se halla en continua formación y destrucción. Para ello existen células formadoras de hueso, los osteoblastos, y células destructoras, osteoclastos. En condiciones normales debe existir un equilibrio total entre los procesos de formación y destrucción ósea. Los huesos del esqueleto Huesos de la cabeza La cabeza ósea se divide en dos partes: Posterior o cráneo: caja ósea que contiene el encéfalo. Anterior o cara: aloja la mayoría de los órganos de los sentidos y sostiene los de la masticación. El cráneo está formado por ocho huesos planos muy resistentes. Los dos parietales se sitúan en las áreas laterales superiores. Los dos temporales se ubican en la parte inferior y protegen los órganos del oído y del equilibrio. Se distinguen en ellos tres porciones: Porción escamosa, aplanada lateralmente en forma de circulo irregular, que contribuye a formar la bóveda craneal. Porción mastoidea, que presenta en su interior cavidades de contenido aéreo, las celdillas mastoideas. Porción petrosa o peñasco, que aloja en su interior los órganos del oído y del equilibrio. El hueso frontal da forma a la frente, sirve de base al cráneo y presenta dos profundas cavidades u órbitas, donde se alojan los globos oculares. A los dos lados de su línea media y en su espesor se encuentran los senos frontales, cavidades rellenas de aire que comunican con las fosas nasales. El occipital es un hueso situado en la parte posterior e inferior del cráneo. Presenta un gran orificio interior, el agujero occipital, que comunica el cráneo con la médula espinal de la columna vertebral, y a través del cual pasan las principales vías nerviosas. El etmoides es un pequeño hueso que forma parte de la pared externa de las fosas nasales, y el esfenoides, en la parte anterior y mediante la base del cráneo, aloja la glándula hipófisis. Los huesos de la cara se pueden dividir en dos porciones o mandíbulas. La superior está formada por dos huesos fijos, los maxilares superiores, y la inferior, por un hueso articulado, el maxilar inferior, cuya principal función es la masticación. Huesos del cráneo Hueso etmoides Pequeño hueso situado en la línea media del cráneo, que forma parte de la pared externa de las fosas nasales y emite unas prolongaciones a cada lado, los cornetes. Está en contacto con los centros nerviosos mediante su lámina cribosa, a través de la cual pasan los filetes olfatorios. Hueso esfenoides En la parte anterior y media de la base del cráneo, presenta: Una parte central o cuerpo, que aloja la glándula hipófisis en una excavación situada en su cara superior, llamada silla turca. En el espesor del mismo se encierran los senos esfenoidales. Dos prolongaciones a cada lado, las alas, que forman parte de las órbitas y de la base craneana. Hueso occipital Situado en la parte posterior e inferior del cráneo, presenta un gran orificio inferior, el agujero occipital, que comunica el cráneo con el conducto espinal de la columna vertebral, y a través del cual pasan las principales vías nerviosas. El hueso occipital está articulado con el atlas, que es la primera vértebra cervical. Huesos de la cara Se pueden dividir en dos porciones, llamadas mandíbulas. La superior, formada por un solo hueso, el maxilar superior, y la inferior, más complicada, formada por 6 huesos pares, maxilar inferior, malar, unguis, cornete inferior, hueso propio de la nariz, y palatino, y uno impar, el vómer. Maxilares superiores Son dos huesos de forma cuadrilátera, unidos en su parte central. Poseen cavidades en su interior, los senos maxilares, que comunican con las fosas nasales. Forman parte de importantes estructuras de la cara Cavidad bucal, formando el paladar óseo. Órbita, en su parte inferior e interna. Fosas nasales, de las que contribuyen a formar la pared externa. Maxilares inferiores Situados en la parte inferior de la cara, son dos huesos unidos entre sí en forma de herradura. Su principal misión es la masticaci6n. Presentan una porción horizontal central, el cuerpo, y dos partes laterales o ramas, cuyos extremos redondeados, los cóndilos, se articulan con el hueso temporal, permitiendo abrir y cerrar la boca. En ellos se implantan las piezas dentarias inferiores. Fosas nasales Son dos cavidades alargadas, situadas a derecha e izquierda de la línea media de la cara, con dos aberturas, anterior y posterior. Están separadas entre sí por el tabique nasal, constituido por los huesos vómer y etmoides. Su pared externa presenta tres láminas óseas, los cornetes, y tres orificios, los meatos, que las comunican con los senos. Huesos de la columna vertebral La columna vertebral, el eje o soporte de nuestro cuerpo, está formada por 33 o 34 vértebras, elementos óseos superpuestos en forma regular. Las vértebras, que en su conjunto delimitan el conducto raquídeo, donde se aloja la médula espinal, presentan un agujero central y unas pequeñas protuberancias, las apófisis, en donde se unen los músculos. Las vértebras se distribuyen de la forma siguiente: ·7 cervicales: son las menos gruesas y las de mayor movilidad. La primera cervical, el atlas, es una vértebra incompleta, y la segunda, el axis, permite la rotación lateral del cuello. ·12 dorsales: corresponden ala zona de la espalda y presentan mayor grosor y menor movilidad que las cervicales. ·5 lumbares: corresponden a la zona de la cintura. ·5 sacras: soldadas entre sí, forman el sacro, hueso muy resistente que sirve de base a la columna vertebral. · 4 o 5 coccígeas: también se hallan fuertemente unidas entre si para formar el cóccix. las vértebras Vista de perfil, la columna presenta una serie de curvaturas. Las de concavidad posterior se denominan lordosis y las de convexidad posterior, cifosis. En condiciones normales existen cifosis a nivel dorsal y sacro coccígeo y lordosis a nivel cervical y lumbar. La parte superior de la columna está articulada con el cráneo en el hueso occipital. Las vértebras presentan un agujero central, y en su conjunto delimitan el conducto espinal o raquídeo, en el que se aloja la médula espinal y que comunica con la base del cráneo mediante el orificio occipital. Entre dos vértebras y a cada lado se delimitan los agujeros de conjunción, por los que salen del raquis los nervios raquídeos. Las vétebras Son huesos cortos, con tejido esponjoso en su interior. Su forma varía según a que parte de la columna pertenezcan, pero presentan una serie de caracteres comunes: Cuerpo. Ocupa la parte anterior y tiene forma cilíndrica. Presenta dos caras, una superior y otra inferior. Apófisis espinosa. Parte impar y media, dirigida hacia atrás, en forma de una larga espina, de donde recibe su nombre. Apófisis transversas. En número de dos, derecha e izquierda. Se dirigen transversalmente hacia afuera. Apófisis articulares. Son dos eminencias destinadas a la articulación de las vértebras entre sí. Son en total cuatro, dos ascendentes y dos descendentes. Agujero vertebral. El agujero vertebral está comprendido entre la cara posterior del cuerpo vertebral y la apófisis espinosa. Tiene forma triangular. Se describen a continuación las características peculiares de las vértebras de cada región. Vértebras cervicales Corresponden a la zona del cuello y son siete. Son las menos gruesas y las que gozan de mayor movilidad. La primera vértebra cervical o atlas es un vértebra incompleta, pues no posee verdadero cuerpo vertebral. Los demás elementos, principalmente las apófisis, están reducidos. Se articula con la segunda vértebra cervical o axis. El axis presenta en la cara superior de su cuerpo una eminencia vertical, la apófisis odontoides, destinada a articularse con el atlas, permitiendo la rotación lateral del cuello. Vértebras dorsales Son doce y están colocadas a continuación de las cervicales, en sentido descendente. Corresponden a la zona de la espalda y presentan mayor grosor y menor movilidad que las vértebras cervicales. Aparato locomotor Las diez primeras vértebras dorsales tienen, al articularse con las costillas, unas carillas articulares que las diferencian de las demás vértebras. Vértebras lumbares Son cinco, situadas entre la Porción dorsal y el sacro. Son las más gruesas y gozan de bastante movilidad. Corresponden a la zona de la cintura y presentan apófisis espinosas muy desarrolladas y horizontales. Sacro Comprende las cinco primeras vértebras sacro coccígeas, soldadas entre sí. Aplanado de delante a atrás y mucho más voluminoso por arriba que por abajo, el sacro es considerablemente más ancho en la mujer que en el varón, con el fin de facilitar el parto. El conducto sacro recorre el sacro en toda su longitud. Es la continuación del conducto raquídeo o espinal. De cada lado parten cuatro conductos transversales por los que salen los nervios sacros. Cóccix Como el anterior, es un hueso impar que ocupa la línea media, formado por la unión de cuatro o cinco vértebras rudimentarias. Presenta forma triangular, aplanada de delante a atrás. Dispuesto a continuación del sacro y articulado con el, forma la extremidad inferior del eje vertebral y equivale al rudimento de la cola de los animales . Huesos del tórax El tórax es la parte superior del tronco, y el esqueleto que protege esta parte del cuerpo, donde se alojan los pulmones y el corazón principalmente, se denomina caja torácica. Además de ofrecer protección a las vísceras situadas en su interior, el tórax es una pieza fundamental de la mecánica o de los movimientos respiratorios. Los principales huesos que dan forma a la caja torácica son las costillas y el esternón. Las costillas están formadas por 24 huesos largos y estrechos; unidos en la espalda a la columna vertebral. Las siete primeras se denominan costillas verdaderas porque se articulan con el esternón a través de su respectivo cartílago. Las cinco Ultimas, o costillas falsas, no se articulan directamente con el esternón, sino que sus respectivos cartílagos se unen entre sí. De ellas, la undécima y la duodécima se denominan costillas flotantes, porque se encuentran libres en toda su extensión. El esternón es un hueso largo y piano, de unos 15-20 cm de longitud, situado en la parte delantera del tórax. Se articula con las dos clavículas del hombro y con las siete costillas verdaderas. Huesos de las extremidades superiores El miembro superior está formado por cuatro segmentos: Hombro: se encuentra, propiamente, en la parte superior del tórax. Lo constituyen dos huesos, la clavícula por delante, y el omóplato o escápula por detrás, que es el lugar de inserción de importantes elementos musculares y ligamentos. Brazo: sólo hay el húmero, un hueso largo cuya epífisis inferior contribuye a la articulación del codo. Antebrazo: lo constituyen dos huesos dispuestos paralelamente entre sí. Eln hueso largo, ligeramente encorvado, que se articula con el humero a la altura del codo. El radio, situado por fuera del cúbito, también se articula con el húmero. Para efectuar el movimiento de rotación de la muñeca, el radio se cruza con el cúbito formando una X. Muñeca, mano y dedos: existen un total de 27 pequeños huesos, agrupados en carpianos, metacarpianos, falanges. Huesos de las extremidades inferiores El miembro inferior se divide en cuatro segmentos: Pelvis o cadera: está formada por la unión de los dos huesos coxales, el sacro y el cóccix. La pelvis masculina es más gruesa que la femenina, pero esta es más ancha y está más inclinada para facilitar el paso del feto en el parto. Muslo: sólo lo constituye el fémur, el hueso más largo del cuerpo humano. Pierna: está formada por dos huesos largos, la tibia y el peroné, que se articulan con la rodilla y con el tobillo. En la rodilla, un hueso corto, aplanado y redondeado, la rotula, permite la flexión y la extensión de la pierna. Pie: comprende 26 huesos, dispuestos en tres grupos. Entre los huesos del tobillo está el de mayor tamaño del pie, el calcáneo, que forma el talón. Los metatarsianos y las falanges son semejantes a los de la mano, pero están menos desarrollados a causa de su menor movilidad. La palabra clavícula precede del latín clavicula, "llavecita", ya que su forma recuerda la tranca con la que se cerraban las puertas. Tibia también es una palabra que precede del latín, tibia, puesto que tiene una forma similar a la tibia, un antiguo instrumento musical semejante a una flauta. El sistema Circulatorio. Los alimentos ingresan al sistema circulatorio en el proceso de absorción; a través de éste los nutrientes se transportan a través de la sangre a todas las células de nuestro cuerpo, en conjunto con el oxígeno (02), el dióxido de carbono (CO2) y los desechos que produce la célula. Los componentes del sistema circulatorio son : la sangre, corazón y vasos sanguíneos a. Componentes de la sangre. La sangre humana formada por el plasma sanguíneo, g1óbulos rojos o eritrocitos, los glóbulos blancos o está los leucocitos y las plaquetas. Su temperatura es de los 36ºC, y una persona adulta tiene un promedio de unos 5 litros de sangre, lo cual corresponde al 8% del peso de su cuerpo. El plasma sanguíneo, componente líquido El plasma sanguíneo es el componente líquido de la sangre, es decir, una solución que contiene 90-92 % de agua y transporta sus elementos sólidos (glóbulos y plaquetas). Además, presenta una gran variedad de sustancias en disolución, como azúcares, proteínas, grasas, sales minerales, etc. que se pueden agrupar en tres categorías: • Proteínas: Son albúminas, globulinas y fibrinógeno. El fibrinógeno es el responsable de la formación de coágulos, y la parte de plasma que no lo contiene se denomina suero sanguíneo. • Sales inorgánicas: Se encuentran disueltas en forma de aniones (iones cloro, bicarbonato, fosfato y sulfato) y cationes (sodio, potasio, calcio y magnesio). Actúan como una reserva alcalina que mantiene constante el pH y regula el contenido de agua. • Sustancias de transporte: son moléculas que proceden de la digestión (glucosa, aminoácidos) o de la respiración (nitrógeno, oxígeno), residuos del metabolismo (dióxido de carbono, urea, ácido úrico), o bien sustancias absorbidas por la piel, las mucosas, los pulmones, etc. Los glóbulos rojos o eritrocitos. Son células de color rojo capaces de captar gran cantidad de oxígeno. En cada milímetro cúbico de sangre existen entre 4,5 a 6 millones. Esta enorme abundancia hace que la sangre tenga un color rojo intenso. Cuando una persona padece de anemia, la cantidad de glóbulos rojos baja de los niveles normales, según la edad y sexo. Glóbulos rojos:células «no vivas», pero imprescindibles. Los glóbulos rojos, también denominados eritrocitos o hematíes, son células sanguíneas en forma de disco bicóncavo: un diámetro de 6-9 micras y un espesor de 1 micra, que aumenta progresivamente hacia los bordes (2,2 micras). El ser humano cuenta con 4,5 o 5 millones de eritrocitos por mm3, que constituyen el 45 % del volumen de la sangre. Los eritrocitos se producen en la médula ósea a partir de una célula madre y mediante un proceso de eritropoyesis. Esta producción es continua porque, cada segundo, los macrófagos del bazo destruyen unos dos millones de hematíes envejecidos que hay que reemplazar. Se puede considerar que los glóbulos rojos son células «no vivas», ya que carecen de núcleo y de mitocondrias, pero esto no les impide realizar su función: el transporte de oxígeno. En su interior, los glóbulos rojos están formados básicamente por hemoglobina, una proteína constituida por cuatro cadenas de aminoácidos. Cada cadena se asocia a un grupo molecular, el grupo hemo, cada uno de los cuales cuenta con un átomo de hierro, que fija una molécula de oxigeno y la trausDorta desde los pulmones hasta los tejidos. Glóbulos blancos: los guerreros de la sangre A diferencia de los hematíes, los glóbulos blancos o leucocitos presentan una estructura nuclear completa. Su núcleo puede ser esférico, en forma de riñón o polilobulado. Miden entre 6 y 20 micras y su número oscila entre 5.000y 10.000 por mm3 de sangre. Órganos productores de glóbulos blancos Existen distintos órganos productores de glóbulos blancos, repartidos por el cuerpo: la médula ósea, el bazo, el timo, los ganglios de las axilas, las amígdalas y las placas de Peyer, en la mucosa intestinal. Su función es esencialmente defensiva frente a las infecciones, ya sea mediante la absorción y destrucción de bacterias (fagocitosis), o bien a través de procesos inmunológicos. Dentro de los leucoci tos se disting uen dos grand es grupos, los granulocitos y los agranulocitos, según presenten o no granulaciones en su citoplasma. Los primeros presentan un núcleo con formas muy diversas y actúan por fagocitosis. Los más numerosos y activos son los neutrófilos (70% del total), además de los basófilos (1 %) y de los eosinófilos (4%). Los leucocitos sin granulaciones son los monocitos, de mayor tamaño y gran actividad fagocítica, y los linfocitos, que se dividen en pequeños (el 90%) y grandes (10% restante). Las plaquetas. Son fragmentos de células sin núcleo. Hay entre 250.000 y 350.000 en cada mm3 de sangre y su función es la coagulación de la sangre. Coagulación y hemofilia Si pones en un tubo de poco de sangre, o 15 minutos se formar una masa homogénea, el Posteriormente, el contrae y se separa de amarillento y el suero sanguíneo. diferencia del plasma contiene fibrinógeno. proteína del plasma el proceso de se transforma en ensayo un después de 10 espesa hasta pastosa y coágulo. coágulose un líquido transparente, El suero se en que no Esta es una que, durante coagulación, fibrina gracias a la acción conjunta de la protrombina, una sustancia fabricada en el hígado, y de la tromboplastina, presente en las plaquetas. El coágulo es, por tanto, una red de fibrina en la cual quedan aprisionados los glóbulos de la sangre y que actúa a modo de tapón en las heridas. La hemofilia es una enfermedad genética que consiste en la incapacidad de la sangre para coagularse. Por tanto, en los hemofilicos, incluso pequeñas heridas pueden originar abundantes y hasta mortales pérdidas de sangre. Esta anomalía hereditaria sólo se manifiesta en los hombres, ya que las mujeres únicamente son portadoras del gen, pero no están expuestas a sus consecuencias. COÁGULO DE SANGRE b. Funciones de la sangre La sangre realiza varias misiones de gran importancia para el funcionamiento del organismo humano. Las más importantes son: 1.- Transporte de nutrientes. La sangre transporta las sustancias alimenticias desde el intestino delgado hasta todas las células del cuerpo. Esa misión la realiza el plasma sanguíneo. 2.- Defensa frente a agentes infecciosos. La sangre realiza una función defensiva contra los microbios y otras sustancias que pueden causar enfermedades. Esta función la realizan tos glóbulos blancos. 3.- Coagulación. La sangre es la encargada de taponar las heridas, tanto externas como internas que se producen en el cuerpo. Esta función la realizan las plaquetas que, al unirse, bloquean las heridas y coagulan la sangre que fluye por ellas. 4.- Calefacción. La sangre es un sistema de calefacción para el cuerpo humano. Normalmente, la sangre se encuentra a una temperatura de 36º y calienta todas las zonas del cuerpo a las que llega. Cuando una zona se enfría, la sangre fluye hacia ella y se enrojece; de esta forma se consigue que las que están expuestas al frío se calienten. c. Estructuras que forman el sistema circulatorio. El corazón. Es un órgano muscular, del tamaño de un puño, situado en el tórax, entre los dos pulmones y ligeramente desplazado a la izquierda, por delante del esófago y apoyado sobre el diafragma. Tiene un volumen similar al de un puño. En su parte interna está dividido en cuatro cavidades o espacios: dos aurículas y dos ventrículos (izquierdos y derechos); entre las aurículas y los ventrículos de cada lado hay válvulas que regulan el paso de la sangre. Del corazón salen arterias y venas. Su función es impulsar la sangre a todo el cuerpo, permitiendo así que cada órgano del cuerpo reciba la cantidad de oxígeno y nutrientes que necesita. Este impulso se transmite a través de las arterias y ello nos permite contar los latidos de las arterias superficiales del cuerpo. Vista anteroposterior Vista oblicua anterior derecha Vista lateral Vista oblicua anterior derecha Vasos sanguíneos. Son tubos encargados de transportar la sangre; corresponden a arterias, venas y capilares. ¿Qué características presentan los siguientes vasos sanguíneos? Arteria. Su forma es tubular, de pared gruesa formada por diferentes capas ubicadas en todo el cuerpo. Las arterias principales salen del corazón, como la arteria aorta y la arteria pulmonar. La función principal que cumplen es la de llevar la sangre oxigenada a todo el organismo desde el corazón. Venas. También tienen forma tubular, sus paredes son más delgadas que las de las arterias y se encuentran a lo largo y ancho de todo el cuerpo. Las venas principales son la vena cava y la vena pulmonar. La función de las venas es transportar el dióxido de carbono (C02). Capilares. Sus paredes son mucho más delgadas que las venas y arterias, debido a que llegan a todo nuestro cuerpo en grandes cantidades. Por ello es que cuando se nos produce una herida, sangramos. Los capilares permiten la unión entre venas y arterias. Su función es vital, ya que a: través de ellos se produce el intercambio de nutrientes con las células: oxígeno, dióxido de carbono y desechos. En los esquemas se les representa con el color rojo a los que resultan de la ramificación de las arterias, porque transportan sangre con un alto contenido de oxígeno (02) y, de color azul, a los que formarán las venas, las cuales llevan sangre con un alto contenido de dióxido de carbono (C02). Bazo El bazo es un órgano abdominal, de forma ovoide y color rojizo, que pesa unos 200 g. Está profusamente irrigado por vasos sanguíneos y puede modificar su volumen mediante la acumulación de sangre en su interior o pulpa esplénica. Aunque no es un órgano vital, en casos de emergencia es capaz de liberar la sangre que ha retenido, con lo que aumenta el riego sanguíneo y la oxigenación de los tejidos. Al bazo también se le llama cementerio de los glóbulos rojos porque se encarga de eliminar cada segundo unos dos millones de glóbulos rojos envejecidos. El bazo también interviene en la linfopoyesis o formación del tejido linfático. d. Circulación de la sangre. La circulación sanguínea del cuerpo humano es cerrada, doble y completa: cerrada, porque no se comunica con el exterior, como en los insectos, doble, porque posee dos circuitos; y completa, porque la sangre venosa y la sangre arterial no se mezclan nunca. La circulación de la sangre ocurre así: 1. La sangre recoge oxígeno en los pulmones y llega al corazón a través de las venas. 2. El corazón impulsa la sangre con oxígeno que llega a todos los órganos del cuerpo a través de las arterias. 3. La sangre con dióxido de carbono vuelve al corazón a través de las venas. 4. El corazón impulsa la sangre con dióxido de carbono hasta los pulmones a través de la arteria pulmonar. La sangre recoge el oxígeno y se repite el ciclo. La circulación que realiza la sangre entre el corazón y los pulmones recibe el nombre de circulación menor: y el recorrido que realiza la sangre entre el corazón y el resto del cuerpo recibe el nombre de circulación mayor. El Sistema digestivo El hombre es un animal heterótrofo porque no posee la capacidad de sintetzar los nutrientes que necesita. Esta modalidad de nutrición requiere una organización estructural y funcional que permita la incorporación, degradación y asimilación de las sustancias nutritivas: el sistema digestivo. ¿Qué función cumple el sistema digestivo en la nutrición en el hombre? SISTEMA DIGESTIVO: es un conjunto de estructuras que hacen posible la de gradación de los alimentos en sustancias más simples que pueden ser transportadas, incorporadas y utilizadas por las células. ¿Qué estructuras posee el sistema digestivo para cumplir sus funciones? Las estructuras que posee el aparato digestivo son: La boca El esófago El estómago El intestino delgado El intestino grueso Las glándulas anexas Páncreas Salivales Hígado a. La boca. Situada en la parte inferior de la cara, tiene la forma de una cavidad hueca por donde se ingieren los alimentos. Las partes principales de la boca son los dientes, la lengua y las glándula salivales. A través de ella ingresan los alimentos, es decir, se realiza la ingestión. Los dientes son las piezas que realizan la masticación. Cada diente consta de tres partes: la raíz. el cuello y la corona: En la parte interna de un diente hay pequeños capilares sanguíneos y terminaciones nerviosas que constituyen la pulpa dentaria. La parte externa o corona esta cubierta por una sustancia muy dura llamada esmalte. El ser humano tiene dos tipos de dentadura: la temporal que va de los seis meses a los seis años aproximadamente y que consta de veinte piezas dentarias, y la definitiva que comienza a aparecer a partir de los seis años. Consta de treinta y dos piezas. Para mantener dientes sanos es necesario mantenerlos limpios y cepillados de restos de comidas, para evitar la putrefacción (caries dental). La bacteria acidogénica oral, que siempre está presente en la boca. Durante el desarrollo de los maxilares, el hombre tiene dos conjuntos de dientes. Uno temprano, decidual o "de leche" (sin premolares) y uno definitivo (adulto). En el momento de la erupción de estos dientes varía, pero usualmente se conforma el siguiente panorama: Dientes deciduales Erupcionan a los Incisivos mediales 6 - 8 meses Incisivos laterales 8 - 10 meses Primeros molares 12 - 16 meses Caninos 16 - 20 meses Segundos molares 20 - 30 meses Dientes deciduales Erupcionan a los Primeros molares 6 -7 años Incisivos mediales 6 -8 años Incisivos laterales 7 - 9 años Caninos 9 - 12 años Primeros/segundos premolares 10 - 12 años Terceros molares (del juicio) 17 - 21 años Maxilares La masticación de los alimentos. La masticación consiste en romper y triturar los alimentos con los dientes, los cuales pueden ser de tres clases incisivos que se encargan de cortar los alimentos y que tienen una forma afilada parecida a los bordes de una tijera; los caninos que sirven para desgarrar los alimentos; y los molares, cuya forma aplanada y su gran potencia permiten triturar los alimentos. Mezcla de los alimentos con la saliva. Los alimentos deben mezclarse con suficiente cantidad de saliva, líquido fabricado por las glándulas salivales, de manera que éstos puedan empaparse bien y así facilitar la digestión. La lengua es un órgano musculoso dotado be una gran movilidad. Contribuye con sus movimientos activos a empapar o remojar los alimentos con la saliva; éstos, ya masticados y remojados, forman el bolo alimenticio. el cual es empujado por la lengua hacia la faringe y posteriormente hacia el esófago, ayudado por los movimientos rítmicos de los músculos que forman la pared del esófago. Caries dental Los dientes son susceptibles de sufrir un proceso de putrefacción (caries dental). La bacteria acidogénica oral, que siempre está presente en la boca, reacciona con los hidratos de carbono para formar ácidos capaces de disolver el esmalte. La desintegración del esmalte permite la penetración de otras bacterias en la dentina. Con el tiempo, la caries origina una cavidad, o agujero, en la estructura del diente. La extensión de la caries produce la infección del tejido de la cavidad pulpar que al final conduce a necrosis o formación de abscesos, que si no se detiene pueden llegar a afectar al maxilar. El proceso de las caries se acompaña de la formación de gases putrefactos. Si se obstruye la entrada en la cavidad pulpar, se produce un dolor severo a medida que aumenta la presión de los gases. En muchos casos, el diente se puede tratar con terapia del conducto radicular que elimina el material infectado que se encuentre en él. En los casos graves el diente se extrae. Es necesario que el tratamiento dental sea precoz para evitar complicaciones serias, ya que los dientes, a diferencia de la mayoría de otros órganos, no son capaces de regenerarse. Sin embargo, es posible restaurar el diente; para ello, se elimina el material necrosado de los dientes y se sustituye con un material inerte de relleno. El relleno puede ser de oro, plata, amalgama, porcelana, cemento sintético o plástico. Algunas veces los dientes dañados o enfermos se enfundan, es decir, se coloca una corona nueva o se cubren con un material apropiado. En los últimos años, es muy habitual el implante de dientes falsos en el lugar de losdientes dañados. La higiene dental adecuada y las revisiones periódicas ayudan a prevenir que los dientes enfermen. Una dieta bien equilibrada con un aporte mínimo de hidratos de carbono puede reducir las infecciones dentales. El cepillado de los dientes después de las comidas para eliminar los residuos de alimentos ayuda a reducir las caries. Los dientes se deben cepillar en la dirección de su crecimiento para evitar la irritación de la encía. Descubrimientos recientes En 1949, los científicos demostraron que la aplicación directa sobre la superficie de los dientes de una solución de fluoruro de sodio al 2% reduce en un 40% la caries dental. Los experimentos indican que la adición de una parte de fluoruro en un millón de partes de agua potable disminuye hasta un 65% la incidencia de caries. Aunque con una fuerte oposición por parte de varios grupos, se ha demostrado que la fluoración frena de forma eficaz el desarrollo de caries dental en los niños. b. El esófago Está ubicado a continuación de la cavidad bucal y su formar corresponde a un tubo alargado y hueco de paredes musculares. Cumple la función de conducir el alimento hacia el estómago, lo que puede hacer gracias a que sus paredes musculares se mueven rítmicamente empujando el bolo alimenticio formado en la boca. El movimiento de los alimentos en todo el sistema digestivo se realiza de igual forma que en el esófago y recibe el nombre de movimiento peristáltico. c. El estómago El estómago es una continuación del tubo digestivo. Está dividido en fondo, cuerpo y antro.Externamente se encuentra cubierto por el peritoneo visceral. Tiene capas de musculatura longitudinal, circular y oblicua que facilita los movimientos necesarios para mezclar los alimentos con los jugos gástricos. Internamente, está formado por una mucosa en la que se localizan las glándulas gástricas formadas por dos tipos de células: las principales, que producen pepsinógeno y las parietales,que secretan ácido clorhídrico. Estructura del estómago Está situado en la cavidad abdominal, bajo el hígado, al costado izquierdo del cuerpo. Es un ensanchamiento del tubo digestivo que continúa inmediatamente después del esófago y tiene la forma de una bolsa curvada. Tú puedes palparlo si hundes un poco tus dedos por debajo de las costillas izquierdas. Las paredes del estómago son musculosas, y su elasticidad les permite ensancharse cuando es necesario almacenar una gran cantidad de alimento. El estómago presenta dos orificios o válvulas de comunicación el cardias que lo comunica con el esófago, y el píloro que lo comunica con el intestino delgado. El cardias da paso al bolo alimenticio desde el esófago al estómago y se cierra para impedir que retroceda. El píloro se abre para permitir el paso de la masa alimenticia del estómago al intestino delgado y se cierra para impedir su retroceso. Los movimientos del estómago. Los músculos del estómago son muy potentes y producen un movimiento ondulatorio que hace que los alimentos se mezclen con los jugos gástricos; así los alimentos que antes eran sólidos se transforman lentamente en una masa líquida y espesa llamada quimo. No todos los alimentos, son digeridos en el estómago al mismo al mismo tiempo algunos alimentos tardan más que otros. Por ejemplo, la carne de vacuno y las grasas demoran varias horas en digerirse; en cambio las frutas y verduras pasan al intestino en una o dos horas. La digestión en el estómago. En el estómago se realiza la fase de la digestión, en la: cual los alimentos sufren grandes transformaciones. Los jugos gástricos secretados por el estómago y ayudados por los movimientos estomacales, desmenuzan los alimentos y los separan en sus elementos más simples, es decir, en azúcares, proteínas, grasas y vitaminas. Poco a poco se va formando en el estómago el quimo, el cual está formado por una disolución acuosa de azúcares y proteínas junto con las grasas que aún no han sido digeridas del todo. A veces, ocurre que el alimento del estómago se devuelve a la boca a medio digerir. Este fenómeno recibe el nombre de vómito, y se produce porque no se cierra: bien el paso entre el esófago y el estómago. Los alimentos transformados en quimo, deben pasar luego al intestino delgado a través del píloro. d. Las glándulas anexas El hígado y el páncreas son glándulas anexas al tubo digestivo. Se trata de dos vísceras cuya función digestiva principal es fabricar una serie de jugos que contribuyen a que la digestión se realice en forma eficiente. El páncreas es un órgano complejo. Mide unos 15 cm de longitud, 4 de ancho y unos 2 cm de espesor. Sus funciones exocrinas son producir enzimas y bicarbonato de sodio. Las enzimas producidas en los acinos pancreáticos facilitan la digestión de los nutrientes de naturaleza proteica, lipídica o de hidratos de carbono en el duodeno. El bicarbonato neutraliza el pH ácido del quimo estomacal y ofrece el ambiente químico adecuado para la acción enzimática. La función endocrina se realiza en un grupo de células llamadas Alfa y Beta, las cuales producen glucagón e insulina, respectivamente. • El hígado. Es uno de los órganos más voluminosos. Se ubica en el costado superior derecho de la cavidad abdominal, cubriendo parcialmente al estómago. Es uno de los órganos que cumple más funciones en el organismo, algunas de las cuales son: — Producir y secretar la bilis, sustancia que hace soluble las grasas, facilitando la digestión. Este proceso se conoce con el nombre de emulsión de grasas. — Almacenar glucosa, en la forma de glucógeno, un hidrato de carbono más complejo. — Almacenar hierro y vitaminas. — Sintetizar muchas proteínas presentes en la sangre, como por ejemplo las albúminas. — Detoxificar medicamentos y venenos que ingresan al cuerpo. — Eliminar glóbulos rojos viejos (seniles). — Participar en el metabolismo de grasas, hidratos de carbono y proteínas. Las células hepáticas secretan continuamente bilis en pequeñas cantidades, la que es conducida hasta el duodeno a través de conductos específicos: el conducto hepático común y el colédoco. En el hombre, hay un pequeño saco membranoso encargado de almacenar parte de la bilis producida por el hígado: la vesícula biliar. En este lugar la bilis se concentra y puede ser liberada al intestino delgado a través del conducto cístico, y luego por el conducto hepático común. Las secreciones hepáticas no contienen enzimas digestivas, a diferencia de la saliva y los jugos gástricos. Sin embargo, la bilis desempeña la importante función de emulsionar los lípidos presentes en los alimentos y, de esta forma, facilitar la digestión intestinal. e. El intestino delgado Situado en la cavidad abdominal, un tubo alargado y hueco con paredes mAs delgadas que las del estómago. Mide unos 7m de longitud. Es la estructura más larga del sistema digestivo. Tú puedes reconocer su ubicación en tu cuerpo con sólo pasar tu mano alrededor del ombligo. Se divide en tres partes: duodeno, yeyuno e íleon. El duodeno es la parte más cercana al estómago; el yeyuno, la porción media, y el íleon es el tramo final, el que está más cerca del intestino grueso. Al igual que el estómago, el intestino delgado tiene unos músculos muy potentes que al moverse hacen que los alimentos vayan avanzando. La mucosa del intestino delgado, es decir, su pared interior, no es lisa, sino que presenta: una gran cantidad de pequeños "pelitos" llamados vellosidades intestinales. Las vellosidades intestinales están regadas internamente por pequeños vasos sanguíneos, tanto arteriales como venosos. La digestión en el intestino delgado. El hígado y el páncreas vierten los líquidos que fabrican en el intestino delgado. La bilis contribuye a disolver las grasas, lo que facilita su asimilación. Por su parte, los líquidos fabricados por el páncreas completan la digestión de las proteínas y de los azúcares que había comenzado en el estómago. Así pues, con la colaboración indispensable de la bilis y del jugo pancreático se completa en el intestino delgado la digestión de los alimentos, los cuales quedan de ese modo preparados para ser absorbidos. La absorción de los alimentos. Una vez digeridos los alimentos, sus componentes deben pasar a la sangre para ser distribuidos a todos los órganos del cuerpo. El paso de los alimentos a la sangre a través de las vellosidades intestinales se llama absorción. La absorción de los azúcares y las proteínas es bastante sencilla. Sin embargo, las grasas mezcladas con la bilis pasan primero a los vasos linfáticos para entrar luego al torrente sanguíneo, las grasas mezcladas con la bilis y disueltas parcialmente en agua forman un líquido blanco y espeso llamado quilo. f. El intestino grueso Se ubica en la cavidad abdominal. Comienza el costado inferior derecho de nuestro cuerpo, hasta cerca de las costillas, cruza al costado izquierdo y luego baja hasta llegar al punto de salida que es el ano. Al inicio de él se encuentra el apéndice con forma de tubo hueco más ancho, más corto y de paredes mas gruesas que el que el intestino delgado. Tiene aproximadamente un metro de largo y sus distintos tramos reciben el nombre de, ciego, colon y recto. El ciego y el íleon El ciego es una parte del intestino grueso que tiene forma de saco y que se prolonga en el colon, que es parte más larga del intestino grueso. Finalmente, el recto comunica con el exterior a través del ano. Respecto de la eliminación de desechos, no todas las sustancias que forman los alimentos son utilizados o aprovechados; algunas de ellas, llamadas nutrientes, son absorbidas por el torrente sanguíneo a nivel del intestino delgado. El resto de lo consumido pasa al intestino grueso, conocido también como colon, lugar donde se produce la absorción del agua que ingresa al sistema: circulatorio. Al perder esa masa semi líquida el agua que llegó al intestino grueso se transforma en una más sólida. En todo el proceso digestivo se han ido agregando líquidos que han permitido la transformación de los alimentos; este nuevo paso del agua al sistema circulatorio es beneficioso para el organismo, porque así se evita que sea eliminada totalmente como desecho fecales y se produzca la deshidratación. ¿Cómo explicamos entonces la diarrea o colitis? En algunos ocasiones, por no lavarse bien las manos y llevárselas a la boca, o tal vez, por consumir algún alimento contaminado, ingresan a nuestro sistema digestivo algunos microbios patógenos (que producen enfermedades) y éstos provocan una irritación de la pared interna o mucosa del intestino grueso. Por efecto de la irritación de la pared, el agua no alcanza a ser reabsorbida, el contenido es más líquido y el paso de los desechos (heces fecales) es más rápido que lo normal. El peligro a que se expone una persona con diarrea frecuente es la deshidratación, ya que está eliminando el agua: como desecho. En síntesis podemos decir que todos los alimentos pasan por cuatro etapas a través del tubo digestivo. Ingestión. Corresponde a la entrada de los alimentos en nuestro cuerpo. Los alimentos se mastican en la boca y pasan por el esófago hasta el estómago. Digestión. Es la transformación de los alimentos en sustancias nutritivas simples. Esta transformación se realiza en el estómago y en el comienzo del intestino delgado. En ella participan los jugos que producen el estómago, el hígado y el páncreas. Absorción Es el paso de las sustancias nutritivas a la sangre y se produce en el intestino de.lgado. Defecación. Corresponde a la expulsión de los residuos alimenticios al exterior. La parte de los alimentos que no se aprovecha pasa al intestino grueso y de allí se expulsa al exterior. El Sistema Nervioso. Una propiedad elemental de toda sustancia viva es la facultad de reaccionar ante cualquier estímulo que actúe sobre la misma. En los animales pluricelula res (es el caso del hombre), debido a la perfección de su diseño y a la ley de distribució n de trabajo del organismo , cada grupo de células se diferencia en un sentido determina do: unas para funciones digestivas, otras para las respiratorias, otras para las reproductoras, etcétera. Nuestro organismo es una unidad, pero ello sería imposible si todos sus sistemas y órganos no estuvieran interrelacionados para formar un todo armónico. Regular el funcionamiento de los distintos órganos y sistemas entre sí y facilitar el intercambio del organismo con el medio es el papel del sistema nervioso. Todos los movimientos voluntarios o reflejos, toda sensibilidad consciente o inconsciente, todos los procesos psíquicos están producidos y determinados por el sistema nervioso. El sistema nervioso está constituido fundamentalmente por un conjunto de células nerviosas llamadas neuronas, provistas de unas prolongaciones más o menos largas llamadas, respectivamente, dendritas o axones, mediante las que se interrelacionan. Es decir, que cada dendrita está conectada con otra dendrita de una neurona colocada a su lado, o con el axón de una neurona situada más lejos. De esta manera forman un complejo entramado que podría asemejarse a los circuitos impresos de una computadora. El sistema nervioso está subdividido en: sistema nervioso central, compuesto por la médula espinal y por el encéfalo, que a su vez se subdivide en cerebro, cerebelo y tronco cerebral; sistema nervioso periférico, es decir, los nervios que salen de la médula espinal y del cráneo y recorren todo el organismo; y sistema nervioso autónomo, constituido por el sistema simpático y el parasimpático, que rigen el control involuntario o automático. Neurona Las neuronas son los elementos básicos del sistema nervioso. En ciertas regiones del sistema nervioso central forman la sustancia gris, pero también están presentes, en menor número, en la sustancia blanca. Fuera del sistema nervioso central, se hallan en los nervios raquídeos y en los pares craneales. Cada neurona se caracteriza por tener un cuerpo y, por lo menos, una prolongación muy larga llamada cilindroeje o axón o neurita (este tipo de neuronas son características del sistema nervioso periférico). Otras neuronas poseen, además del axón, múltiples prolongaciones menos importantes, llamadas dendritas, que sirven para interconectarlas con las demás neuronas. Neuronas: chips prodigiosos El tejido que forma el encéfalo y la médula espinal se compone de células nerviosas o neuronas, que cuentan con un cuerpo central, el soma, y unas prolongaciones o raíces, las dendritas, en un número muy variable. Sólo una fibra de cada neurona, el axón, es más larga y gruesa que las otras. Cada dendrita está conectada con otra dendrita de una célula nerviosa colocada a su lado, o con el axón de una célula situada más lejos. De esta manera se constituyen extensas ramificaciones nerviosas: es un complejo entramado, parecido a una computadora, en el cual las neuronas representan los chips o circuitos impresos. En el cerebro, los cuerpos de las neuronas componen la corteza o sustancia gris, mientras que los axones forman el tejido de la sustancia blanca. En la médula espinal, es la sustancia blanca, formada por las prolongaciones de las neuronas, la que se encuentra en la parte más exterior. Meninges El encéfalo y la médula espinal ocupan, respectivamente, la cavidad craneal y parte del conducto raquídeo, verdadero estuche óseo protector. Pero en vista de su fragilidad e importancia funcional, están además envueltos en un sistema especial de "amortiguadores", representados por tres membranas, las meninges. Éstas son la duramadre, en contacto con el hueso; la aracnoides, en la zona intermedia, que delimita con la anterior la cavidad subdural; y la piamadre, en contacto con el sistema nervioso y que delimita con la aracnoides la cavidad subaracnoidea, por donde circula el líquido cefalorraquídeo. La infección de las meninges por una bacteria patógena dará lugar a lo que se conoce como meningitis. Circulación del líquido cefalorraquídeo El líquido cefalorraquídeo es limpio y claro, y llena el sistema ventricular del cerebro y las cavidades subaracnoidea. Su misión principal es servir de fluido amortiguador de los posibles traumatismos que pueda sufrir el sistema nervioso central y la médula espinal, así como nutrir ciertas células nerviosas y eliminar los desechos metabólicos de algunas de ellas. En los plexos coroideos de los ventrículos laterales del cerebro se inicia la síntesis del líquido cefalorraquídeo, más exactamente en los ventrículos tercero y cuarto. Está separado del torrente sanguíneo y del sistema nervioso por la aracnoides y la piamadre, respectivamente, sintetizándose una cantidad aproximada de 1.500 cm3 cada 24 horas. Circula hacia los otros dos ventrículos cerebrales y a lo largo de todo el espacio subaracnoideo. Su absorción se produce a nivel de la duramadre, que lo filtra hacia la corriente venosa. Vascularización encefálica La vascularización arterial del encéfalo proviene de las arterias carótidas que, a nivel de la base del cráneo, constituyen el denominado polígono arterial de Willis, complejo sistema que distribuye la sangre arterial por todo el territorio encefálico. Este sistema permite que, en caso de obstrucción de alguna de las arterias, el encéfalo pueda seguir siendo alimentado por las colaterales. El cerebro es muy sensible a los aportes de oxígeno, y bastaría una obstrucción total de la sangre arterial durante dos o tres minutos para que se produjeran daños irreversibles en él y, por tanto, en el individuo. El pensamiento y el habla El cerebro dispone de centros nerviosos que también controlan las facultades propiamente humanas: la inteligencia, el habla, la memoria, etc. Puede sorprenderte saber que estas importantes funciones no dependen de toda la masa cerebral, de apenas 1,5 kg de peso: sólo en la corteza cerebral, compuesta por sustancia gris, llegan los estímulos que transmiten las vías nerviosas y residen las facultades humanas. Esta sustancia, de sólo 1,5 a 4,5 mm de espesor, cuenta con más de 10 000 millones de neuronas, una cantidad asombrosa pero que únicamente representa el 10% del total de células existentes en el encéfalo. Las áreas sensitiva y motora de los músculos voluntarios se encuentran en los lóbulos parietal y frontal, respectivamente. Los centros nerviosos de los sentidos se localizan en lóbulos concretos, y junto a cada uno de ellos existe un archivo o centro de la memoria: por ejemplo, el centro de la memoria visual podrías compararlo con un archivo fotográfico, en el que existe una ficha con la imagen de cada objeto que conocemos y su nombre. Algunas facultades intelectuales se localizan en los lóbulos frontales, y otras no tienen localización exacta. El pensamiento y el habla, es decir, la capacidad de convertir ideas en palabras, son exclusivos de los seres humanos. El centro del lenguaje se encuentra en el hemisferio izquierdo del cerebro, y es en este centro donde se forma la idea que cada palabra expresa. Otros centros cercanos contienen los "archivos" del significado de las palabras, "buscan" las palabras que precisamos para expresar lo que queremos decir. El siguiente paso es la materialización de la idea a través de los impulsos nerviosos, que hacen actuar los órganos de la fonación (lenguaje hablado) o conducen los músculos del brazo y de la mano (lenguaje escrito). Encéfalo El encéfalo es la parte del sistema nervioso central que se encuentra dentro de la cavidad craneal. Está formado por diferentes órganos: . Cerebro: Es su parte más voluminosa y ocupa casi todo el cráneo. Lo constituyen dos mitades o hemisferios, separados por la cisura interhemisférica, y divididos ambos lateralmente por la cisura de Rolando y por la cisura de Silvio. De esta manera, en el cerebro se distinguen cuatro partes o lóbulos: frontal, parietal, temporal y occipital. El cerebro cuenta con diversas capas. La corteza cerebral o sustancia gris es la más externa, formada por los cuerpos de las células o neuronas. La sustancia blanca constituye el resto del tejido cerebral y se compone de dendritas o prolongaciones de las células. El cuerpo calloso, ubicado en la parte interna, entre los dos hemisferios, lo forman numerosas vías nerviosas. Finalmente, los ventrículos cerebrales son cuatro cavidades intercomunicadas por las que circula líquido cefalorraquídeo. . Cerebelo: Es un pequeño órgano situado debajo del lóbulo occipital del cerebro. Básicamente, el cerebelo se encarga de coordinar el equilibrio y los movimientos del aparato locomotor. . Protuberancia: También se ubica debajo del lóbulo occipital del cerebro, por delante del cerebelo. Actúa como estación de transmisión de las vías sensitivas y de las vías motoras. . Bulbo raquídeo: Es una prolongación de la protuberancia y conecta directamente con la médula espinal. Regula importantes funciones involuntarias del organismo a través del centro respiratorio (frecuencia de la respiración), del centro vasomotor (contracción y dilatación de los vasos sanguíneos) y del centro del vómito. Debido a su gran importancia, el encéfalo está muy bien protegido. Además del cráneo, que constituye una sólida estructura ósea, cuenta con tres membranas muy delgadas o meninges: la duramadre, la aracnoides; y la piamadre, que evitan el contacto directo con los huesos del cráneo, Los ventrículos cerebrales también segregan líquido cefalorraquídeo, que sirve para amortiguar posibles golpes en la cabeza. Médula espinal La médula espinal forma, junto con el encéfalo, el sistema nervioso central y constituye su vía de comunicaci ón al extenderse desde el bulbo raquídeo hasta las vértebras lumbares a través de la columna vertebral. Básicament e, su tejido se compone de células nerviosas o neuronas, que cuentan con prolongaciones que las comunican con otras neuronas, formando las vías y los centros nerviosos, y de fibras nerviosas, prolongaciones de las células que salen de la médula espinal y pasan por los orificios intervertebrales. La médula espinal presenta un doble sentido de circulación: la circulación sensitiva conduce estímulos hacia el encéfalo, y la circulación motora transmite las órdenes del encéfalo, a través de las fibras nerviosas, a todo el organismo. El sistema reproductor humano Las células nacen, crecen, se reproducen y mueren, por lo que la perpetuación de una especie erige la sustitución de unos seres por otros. Este proceso mediante el cual un ser da origen a otros seres semejantes es lo que se denomina reproducción. En la especie humana, la función de reproducción es sexual: el nuevo ser tiene su origen en una célula, llamada huevo o zigoto, que proviene a su vez de otras dos células, los gametos, que se han fusionado para formar dicho huevo. Los órganos reproductores o genitales están adaptados para llevar a cabo la unión de los gametos y la formación y desarrollo del zigoto hasta la constitución de un nuevo ser humano. Los aparatos reproductores masculino y femenino, que "fabrican" los gametos y posibilitan la fecundación presentan notables diferencias. Sin embargo, ambos tiene unos órganos que han de cubrir necesidades comunes, las gónadas (donde se forman los gametos), las vías genitales (conductos que llevan los gametos al lugar de la fecundación) y los genitales externos (órganos que permiten la uniónsexual encuentro entre los gametos). Aparato genital masculino El aparato genital está destinado a la formación de nuevos individuos con objeto de asegurar la continuidad de la especie. Está formado por distintos órganos: el testículo, la próstata, el pene y una serie de conductos que conducen el esperma. Testíc ulo Es la glándul a germin al masculi na. Tiene forma ovoidal , siendo sus dimens iones unos 4 cm de largo, 2 cm de ancho y 3 cm de grueso. Es un órgano par que está situado en la parte anterio r de la región perineal, por debajo del pene, en el interior de las bolsas escrotales, suspendido del cordón espermático. La capa externa del testículo o túnica albugínea lo rodea completamente. Su superficie externa es lisa. Interiormente está dividido en lobulillos, en cuyo interior se encuentra el parénquima testicular y, en el seno de los mismos, los túbulos seminíferos, que se reúnen para formar el conducto recto. Estos conductos rectos confluyen en una estructura denominada cuerpo de Highmore para formar la rete testis, de la que nacen los conos eferentes que penetran en el epidídimo. Los testículos tienen una función exocrina. Información de espermatozoides, efectuada por las células del epitelio germinal de los túbulos seminíferos, y una función endocrina, la secreción de testosterona. Epidídimo Es una estructura tubular, situada en el polo posterior del testículo, cuyo largo conducto enrollado permite el almacenamiento, tránsito y maduración de los espermatozoides. Se continúa con el conducto deferente. Conducto deferente Se extiende desde el epidídimo hasta las vesículas seminales. Tiene de 50 a 60 cm de largo y su misión es impulsar a los espermatozoides hacia la uretra. Desde el epidídimo asciende por el conducto inguinal, penetra en el abdomen, bordea la vejiga de la orina y termina a la altura de la próstata, en el conducto eyaculador. Vesículas seminales Son un órgano tubular cuya misión es segregar un líquido gelatinoso que activa la locomoción de los espermatozoides. Están situadas encima de la próstata y desembocan en el conducto eyaculador, junto a los conductos deferentes. Conducto eyaculador Resulta de la unión de las vesículas seminales y el conducto deferente. Pene Es el órgano copulador del varón. Su cuerpo es cilíndrico y la extremidad distal está constituida por el glande, en cuyo vértice se encuentra el meato uretral. El prepucio es la parte del pene que cubre el glande cuando el órgano no está erecto. Tiene una longitud de unos 10-12 cm en estado de flaccidez y de 15-16 en estado de erección. Interiormente distinguimos los cuerpos cavernosos y el cuerpo esponjoso de la uretra, formaciones eréctiles ambas cuya disposición y estructura posibilita que el pene se alargue durante la erección. Cubiertas del testículo Las bolsas se componen de seis túnicas superpuestas que, de fuera hacia dentro, son: el escroto, piel delgada, oscura y elástica; posee glándulas sudoríparas y sebáceas y folículos pilosos; el dartos, capa muscular: la fascia de Cooper, una túnica celulosa; el músculo cremáster; la fascia espermática, que envuelve el cordón espermático y el testículo; y la fascia vaginal, serosa, continuación del peritoneo. Próstata Es una glándula de secreción externa. Tiene forma de castaña y está situada detrás de la sínfisis del pubis, bajo el cuello de la vejiga, delante de la ampolla rectal. Es atravesada por la uretra. Segrega el líquido prostático, que durante la eyaculación es mezclado con los espermatozoides procedentes de las vesículas seminales. Perineo Recibe este nombre la región anatómica que comprende el suelo de la pelvis y las estructuras adyacentes que ocupan el espacio limitado anteriormente por la sínfisis del pubis, lateralmente por las tuberosidades isquiáticas y posteriormente por el cóccix. El recto lo atraviesa por detrás y la uretra y los órganos genitales por delante. Aparato genital femenino El aparato genital femenino está constituido por distintos órganos destinados a producir los óvulos, posibilitar la fecundación de los mismos por los espermatozoides, contener y nutrir al feto durante la gestación y expulsarlo en el acto del parto. Se halla profundamente situado en la excavación pelviana y se compone del ovario, las trompas de Falopio, el útero y la vagina. También corresponden a este aparato las mamas, órganos encargados de alimentar al nuevo ser en las primeras etapas de su vida. Ovario Los ovarios o glándulas genitales de la mujer son dos formaciones glandulares situadas en la pelvis, por detrás del útero, en un pliegue del peritoneo denominado ligamento ancho. Su forma es la de una almendra, variando sus dimensiones y color con la edad y con la fase del ciclo ovárico. Están conectados al útero por las trompas de Falopio, cuyo extremo fimbriado los recubre parcialmente. El ovario posee una importante función endocrina, la secreción de las hormonas denominadas estrógenos y progesterona, que actúan sobre el aparato genital, y especialmente sobre el útero, preparándolo para la fecundación, nidación y nutrición del embrión. Son las gónadas femeninas. Estas dos glándulas, de forma almendrada, se encuentran detrás del útero y se fìjan a la parte baja del abdomen mediante una serie de ligamentos. Se conectan al útero por las trompas de Falopio. Cada ovario tiene dos zonas: · Zona cortical o germinativa: Presenta unas cavidades, los folículos, que contienen las células sexuales en distintos grades de madurez. Los folículos maduros se abren al exterior y liberan un óvulo. · Zona medular o vascular: Situada en el centro del órgano, está formada por tejido conjuntivo muy irrigado e inervado. El ovario posee una importante función endocrina porque segrega unas sustancias, los estrógenos y la progesterona, que actúan sobre el útero y lo preparan para la fecundación y la nutrición del embrión. Trompas de Falopio Son dos conductos, uno derecho y otro izquierdo, qué se extienden desde el ovario hasta el ángulo superior del útero. Su misión es recoger el óvulo cuando se rompe el folículo de De Graaf y transportarlo a la cavidad uterina, donde se fijará si ha sido fecundado y de donde será expulsado en caso contrario. Miden unos 10 cm de longitud y están situadas entre las hojas del ligamento ancho, unidas al útero por el ligamento tuboovárico. Útero Es el órgano de la generación, destinado a recibir el óvulo fecundado, a conservar y nutrir el producto de la fecundación y a expulsarla en el curso del parto. En la mujer adulta tiene forma de pera, de unos 7-8 cm de longitud. Está situado en la pelvis, entre el recto y la vejiga de la orina, tapizado por el peritoneo y fijado por los ligamentos anchos, redondos y terosacros. Está constituido por tres capas: serosa o externa, muscular o media alcanza un gran desarrollo durante la gestación y es de musculatura lisa e interna o endometrio -tapiza toda la superficie interna y experimenta cambios cíclicos mensuales que dan lugar a la menstruación-. Vagina Es el órgano copulador de la mujer, cuya principal función es recibir el pene durante el coito. Permite, asimismo, el paso del flujo menstrual y del feto en el acto del parto. Es un órgano impar y medio, impar cilíndrico, musculomembranoso, dilatable y extensible. Tiene una longitud de unos 6 o 7 cm. Su extremidad superior está unida al cuello uterino, alrededor del cual se forma un fondo de saco. La extremidad inferior se abre en la vulva mediante un orificio que, en la mayoría de las mujeres vírgenes, esta parcialmente ocluido por la membrana del himen. Las paredes interiores presentan pliegues transversales denominados arrugas de la vagina, y se encuentran recubiertas de mucosa. Genitales externos femeninos. Vulva Designamos con este nombre el conjunto de órganos genitales externos de la mujer. La extremidad inferior de la vagina se abre en la vulva a través de un orificio. La vulva presenta un par de labios mayores, unos repliegues cutáneos cubiertos de vello, y un par de labios menores, parecidos a los anteriores pero sin vello y situados más interiormente. En las mujeres vírgenes también suele haber el himen, un repliegue membranoso que ocluye parcialmente el orificio vaginal. En la parte superior de la vulva hay una estructura eréctil, el clítoris, que es el órgano sensorial sexual femenino y juega un papel importante durante la copulación. También se pueden considerar como genitales externos las glándulas mamarias, los órganos destinados a la alimentaci0n del nuevo ser en las primeras fases de su vida. Situadas en la pared anterior del tórax, estas glándulas productoras de leche están rodeadas de células musculares cubiertas de grasa y presentan una red de conductos que desembocan en el pezón. Durante el embarazo, el número de canales y de glándulas productoras de leche se incrementa, en perjuicio de la grasa, mientras que la sangre abastece el crecimiento de los pechos. La fecundación Espermatozoides: un único vencedor Los espermatozoide s, las células sexuales masculinas, se forman en los túbulos seminíferos de los testículos a partir de unas células denominadas espermatogonia s. Este proceso, la espermatogéne sis, presenta cuatro fases diferenciadas:.F ase de proliferación: Las células germinales se multiplican por mitosis y originan espermatogonia s con 46 cromosomas. .Fase de crecimiento: Las espermatogonia s aumentan de tamaño y aparecen los espermatocitos de primer orden, todavía con 46 cromosomas. .Fase de maduración: Los espermatocitos sufren primero una división meiótica y, luego, una segunda mitosis, dando lugar a cuatro espermátidas con 23 cromosomas. .Fase de diferenciación o de espermiogénesis: Cada espermátida se transforma en un verdadero espermatozoide, preparado para fecundar un óvulo. El número de espermatozoides que se liberan en cada eyaculación puede llegar hasta los 350 millones por cm3. Sin embargo, normalmente, sólo uno podrá alcanzar su objetivo: fecundar un óvulo. Para ello han de realizar un "largo" viaje de unos 10 cm, hasta las trompas de Falopio, a una velocidad aproximada de 4 mm por minuto. En un espermatozoide, que mide 50-60 micras, se distinguen la cabeza, la pieza intermedia y el flagelo. La cabeza contiene los enzimas que ayudan a penetrar en el óvulo. La pieza intermedia consta de dos centriolos en cada extremo, un filamento axial central y una serie de mitocondrias que lo envuelven y aportan energía para el movimiento del flagelo. El filamento axial del flagelo o cola presenta una doble envoltura, cuyo movimiento flagelar permite el desplazamiento del espermatozoide. En 3 o 4 ml. de semen hay unos 400 millones de espermatozoides. Para conseguir el tamaño de la cabeza de una aguja se precisarían unos 40 espermatozoides uno al lado del otro. Una carrera de obstáculos En la especie humana, la fecundació n es de tipo interno: es preciso introducir los espermato zoides en el aparato reproducto r femenino, lo que se lleva a cabo mediante el acto sexual o copulación . La copulación se inicia con la erección del pene y continúa con su introducción en la vagina y la eyaculación del semen. Los espermatozoides penetran en el útero y ascienden por la trompa de Falopio, en donde tiene lugar la fecundación. Este camino es una carrera de obstáculos y una verdadera prueba de resistencia. Cientos de millones de espermatozoides perecen en el cuello del útero, víctimas de la secreción ácida de la mucosa que lo recubre. La mucosa actúa de filtro selectivo: sólo un 1 % de los espermatozoides alcanza la cavidad uterina. Muchos otros perecen dentro de esta, literalmente agotados, y sólo unos pocos centenares consiguen ascender por la trompa de Falopio para dirigirse al encuentro del óvulo. Si la fecundación es normal, sólo uno de ellos logrará atravesar la membrana del óvulo y fecundarlo. Proc eso de fecun dació n del óvulo por un esper mato zoide Duran te este proce so, que dura una media hora, los esper matoz oides se sienten atraídos por una sustancia química que desprende el óvulo. Los que quedan retenidos en las vías genitales femeninas todavía son aptos para la fecundación durante uno o dos días más. La fecundación da origen al zigoto, la primera célula del nuevo individuo. El proceso de fecundación consta de dos fases bien diferenciadas: la primera es la fertilización, cuando el espermatozoide perfora la membrana del óvulo, introduce la cabeza y la pieza intermedia, pierde la cola, y se forma una nueva membrana para impedir la fecundación por otro espermatozoide. Seguidamente, se produce la fusión del núcleo del espermatozoide con el núcleo del óvulo para formar una célula de 46 cromosomas, la anfimixis, que marca el inicio del desarrollo embrionario. El óvulo, una célula "en conserva" El óvulo es una gran célula esférica, de 0,1 mm de diámetro (medio grano de sal), pero es incompleta, ya que sólo puede subsistir si un espermatozoide le proporciona la otra mitad del material nuclear que necesita para prosperar. El citoplasma de esta célula lo forman unas sustancias de reserva o vitelo. En él se localizan los gránulos corticales y el núcleo o vesícula germinal, cuyos nucléolos reciben el nombre de manchas germinativas. El citoplasma está envuelto por diversas membranas que protegen el óvulo. El proceso de formación de los óvulos, la ovogénesis, se desarrolla en el interior de los folículos del ovario antes del nacimiento del ser femenino. En la fase de proliferación, las células germinales se multiplican por mitosis y originan ovogonias, células de 46 cromosomas. Durante la fase de crecimiento, las ovogonias aumentan de tamaño, se transforman en ovocitos de primer orden, se rodean de células foliculares y dan lugar a folículos primordiales, que paralizan su actividad. Estos ovocitos primarios permanecen "en conserva", sin actividad, hasta que la mujer llega a la pubertad y se reinicia el proceso: los ovocitos se dividen, primero, por meiosis y se convierten en células con 23 cromosomas, liberando un corpúsculo polar que degenera. En la siguiente división, el ovocito libera otro corpúsculo y se transforma en óvulo. Es entonces cuando se rompe el folículo y el óvulo sale del ovario. Esta circunstancia, denominada ovulación, sé produce en la mujer con una frecuencia promedio de 28 días. El acto sexual Para que nazca un ser humano, es necesario que un óvulo y un espermatozoide se encuentren y se fusionen, es decir, que exista la fecundación, que el huevo se fije en el útero (nidación) y que se transforme en feto (embarazo). El acto sexual es aquel por medio del cual se unen el hombre y la mujer en un acoplamiento que permite la fecundación. Es el instinto, deseo o impulso sexual lo que atrae a la pareja, el uno hacia el otro. Este deseo se traduce en el hombre en un fenómeno muy aparente, la erección, y en una serie de transformaciones, quizá menos evidentes, en la mujer. La erección la pueden provocar diferentes formas de excitación física, psíquica o sensorial, que actúan sobre un centro reflejo situado en la médula espinal. En el curso de la erección, los cuerpos eréctiles del pene (cuerpos cavernosos, cuerpo esponjoso y glande) se llenan de sangre y se cierran las venas que permiten que esta vuelva a la circulación general. El pene aumenta de volumen, se endereza hacia delante y se pone rígido, y de esta manera puede penetrar en la vagina. En la mujer, bajo la influencia del deseo, también se produce un aflujo sanguíneo a la altura de la vagina. En las paredes vaginales se forman unas finas gotas, compuestas de un líquido lubrificante que facilita el acto sexual. La vagina se modifica: la parte superior se ovala y la inferior se estrecha para poder ceñir mejor el pene en la penetración. La eyaculación se produce cuando el pene está en erección, gracias a las potentes contracciones de los músculos perineales. Estas contracciones hacen avanzar el esperma, que se acumula en las vesículas seminales, hacia el principio de la uretra y hacia el meato. El esperma se expulsa en varios chorros que decrecen en potencia, en una cantidad de 2-4 cm3 por eyaculación, es decir, entre 100 y 400 millones de espermatozoides, gran parte de los cuales pueden fecundar varias horas después de su emisión. La erección y la eyaculación pueden producirse de manera inconsciente durante el sueño; las eyaculaciones nocturnas, frecuentes durante la adolescencia, son un fenómeno completamente normal. La división cromosómica pequeñas, y así sucesivamente Después de la eyaculación, los espermatozoides entran en el útero y ascienden por la trompa de Falopio. Si en esta existe un óvulo maduro liberado el mismo día o el día anterior por el ovario, se produce la fecundación. Cuando la cabeza de un espermatozoide penetra en el óvulo, la membrana de este experimenta una serie de transformaciones para que ningún otro pueda entrar. En ese momento, 23 cromosomas masculinos del espermatozoide se unen con los 23 cromosomas femeninos del óvulo para originar el zigoto. A partir de entonces se desarrolla el proceso de reproducción celular, la mitosis. El zigoto se desplaza por la trompa de Falopio y, a las pocas horas, se divide en dos células más Las células se duplican en copias exactas a la anterior. El comienzo o profase consiste en la desaparición . del núcleo de la célula, mientras los cromosomas tienden a situarse en el centro y los centriolos se desplazan hacia ambos extremos. En la metafase, los centriolos acaban de colocarse para que se pueda iniciar la etapa siguiente, la anafase, en la cual los cromosomas se separan. En la telofase, la célula queda dividida en dos partes idénticas con la aparición de los nucléolos, la formación de una membrana nuclear en cada extremo, y el estrechamiento y posterior división de la membrana citoplasmática por la zona central. A los cuatro días de la fecundación, el embrión, ya fijado en la pared del útero, consta de 32 células idénticas dispuestas en forma de esfera, la mórula. El zigoto, de la zarzamora al embrión Después de la fertilización, cuando el material genético del espermatozoide completa el contenido nuclear del óvulo para formar una célula con 46 cromosomas, la célula originada, el zigoto, se dirige hacia el útero, donde permanece y se desarrolla durante nueve meses. En su viaje al útero, el zigoto se divide hasta formar un conglomerado compacto de 16 o 32 nuevas células, la mórula, que se parece al fruto de la zarzamora. Los blastómeros, las células de la mórula, segregan un líquido seroso que llena el interior del conglomerado y forman una cavidad en él. Es el estado de blástula, durante el cual este primitivo organismo, parecido a una bola hueca, se fija a las paredes del útero. Esta anidación tiene lugar hacia el sexto o séptimo día después de la fecundación. En el útero, las células continúan multiplicándose y empiezan a especializarse para formar, posteriormente, todos los tejidos y órganos del embrión, un futuro organismo humano. A partir de la tercera semana aparecen las estructuras que darán lugar a los distintos órganos, el esqueleto, los vasos y el sistema nervioso. La gestación Desarrollo del embrión A las cinco semanas, el embrión empieza a ser visible. Tiene unos 5 mm de longitud, su corazón comienza a latir, se insinúa la columna vertebral y el cerebro se desarrolla rápidamente. A las siete semanas se hacen perceptibles los futuros pies y manos. La cara y los ojos empiezan a tener forma y se reconocen los órganos sexuales. A la octava semana, cuando termina el período embrionario, el embrión ya tiene aspecto humano, aunque su cabeza es muy grande en comparación con el resto del cuerpo. Al tercer mes empieza el período fetal, durante el cual el feto se alimenta gracias al intercambio de sangre, nutrientes y oxigeno entre él y su madre. Este intercambio se realiza a través de la placenta, a la cual se une mediante el cordón umbilical. Dentro del útero, el feto está protegido por el saco amniótico, una bolsa de líquido acuoso que absorbe los golpes y las vibraciones, y mantiene una temperatura intrauterina constante. Período fetal: un lento desarrollo A partir del inicio del tercer mes comienza el período fetal, el de consolidación, desarrollo y maduración de las estructuras y órganos. Hacia el cuarto mes se esbozan el tubo digestivo, el hígado, el páncreas y los riñones, mientras el aparato circulatorio asegura la alimentación de las células del feto. Aparecen los cabellos y las uñas. En el quinto mes empieza la maduración del sistema nervioso: las neuronas forman una compleja red de estímulos y respuestas. La madre comienza a percibir los movimientos del feto, que ya tiene cejas, pestañas y vello eh la piel. En el sexto mes, el feto adquiere un color rosáceo al hacerse visible la sangre de los capilares. A los siete meses, los pulmones ya cuentan con una mínima estructura que permitiría la supervivencia del bebé en caso de un parto prematuro. La médula ósea adquiere su función de producción de glóbulos rojos y el sistema nervioso regula la temperatura corporal y los movimientos respiratorios. En el octavo mes, los pulmones ya están listos para realizar las primeras respiraciones. La piel aparece rosada y lisa. A los nueves meses, el tórax se hace prominente. El feto acaba de posicionarse en el útero, normalmente cabeza abajo, y permanece en esta posición porque el útero no puede dilatarse más. Hacia las 36 semanas, ya en la fase terminal, el feto encaja su cabeza en la pelvis de la madre y está listo para el parto, que se produce entre la semana 38 y la 42. Existen gemelos y gemelos según el número de zigotos de los que procedan. En efecto, los gemelos, es decir, los seres nacidos en un mismo parto, son bivitelinos si proceden de la fecundación de dos óvulos distintos por dos espermatozoides diferentes. También se conocen con el nombre de mellizos: pueden ser de distinto sexo y parecerse como si hubieran nacido por separado. Sin embargo, existen los gemelos univitelinos, desarrollados a partir de un único zigoto que se divide en dos, formando dos embriones idénticos porque, al proceder del mismo óvulo y del mismo espermatozoide, poseen igual material genético. Son del mismo sexo y comparten una sola placenta. La probabilidad de tener gemelos es de 1 sobre 80, e incluso hay casos en que nacen tres o más bebés, pero son muy escasos. El momento culminante Durante los primeros meses del embarazo, el feto se mueve y bascula dentro del liquido amniótico, por lo que es posible que nazca con el cordón umbilicar enrollado alrededor del cuello. Hacia el séptimo mes, el tamaño del feto impide los movimientos basculantes, por lo que en ese momento adopta su posición definitiva. En la fase de expulsión, el momento culminante del parto, la presión del liquido amniótico provoca el desgarro de las membranas y el cuello vaginal se dilata hasta unos 10 cm de anchura para facilitar el paso, en primer lugar, de la cabeza del recién nacido. Es la presentación normal o cefálica, que se produce en el 96% de los casos. Sin embargo, aproximadamente en un 3% de ocasiones, el feto se presenta al revés, es decir, sus nalgas se encuentran en contacto con el cuello uterino, o incluso puede presentarse de forma transversa. En estos casos más complicados, a veces se precisa realizar una cesárea, una operación quirúrgica que, mediante un corte vertical u horizontal en la piel del vientre de la madre, permite sacar el recién nacido del útero materno . Entre unos minutos y media hora después del nacimiento, empieza la última fase del parto: la expulsión de la placenta y de las membranas gracias a la retracción del útero (alumbramiento). El médico la recoge y observa si está completa; en caso contrario, completa la expulsión empujando con una mano sobre el fondo uterino hacia la vagina, a modo de pistón. El peso de la placenta es de unos 500-600gr., aproximadamente 1/6 parte del peso del recién nacido. El parto: fin de una etapa, inicio de una vida El parto es el momento en el cual el bebé deja el útero materno y sale al mundo exterior. Empieza cuando el feto desciende y se ubica en la cavidad de la pelvis de la madre, y suele durar entre 12 y 15 horas. El parto se inicia con una serie de contracciones involuntarias y periódicas del útero, cada 15 o 30 minutos. Estas contracciones, que aumentan en frecuencia e intensidad, desplazan el feto hasta el cuello uterino, cuyo orificio se dilata desde los 3-4 mm hasta los 11 cm de diámetro. Después de la rotura de la bolsa amniótica, lo que popularmente se llama romper aguas, las contracciones se hacen más intensas y suceden cada tres minutos. Las contracciones y los músculos abdominales de la madre expulsan el bebé a través de la vagina, empezando por la cabeza. En una última fase se expulsan la placenta y las membranas protectoras del feto. El desprendimiento de la placenta produce cierta pérdida de sangre, pero los vasos sanguíneos rotos se cierran gracias a la disminución del volumen del útero. Crecimiento y desarrollo del ser humano Después del parto, el nuevo ser ha de empezar a enfrentarse a situaciones desconocidas y debe aprender a desenvolverse en el mundo exterior: infancia, pubertad, juventud, madurez y vejez se suceden en un ciclo que obedece a la necesidad de perpetuación de la especie. El desarrollo del cuerpo humano se sustenta en las glándulas endocrinas, cuyas hormonas permiten el aumento de tamaño y número de nuestras células, tejidos y órganos. Es la glándula hipófisis, que se encuentra ubicada en el hipotálamo del cerebro, la que marca el ritmo de crecimiento de nuestro cuerpo. El crecimiento más acusado, conocido con el nombre de el estirón, suele acontecer hacia los 14 años de edad en las chicas. Los chicos aunque experimentan este crecimiento algo más tarde, pueden ver como este se prolonga más tiempo. En esta época también comienza la actividad de las hormonas sexuales, lo que marca el inicio de la pubertad. En las chicas aumenta el tamaño de los pechos y tienen lugar las primeras menstruaciónes. En los chicos aparece vello púbico y los testículos empiezan a producir espermatozoides. El envejecimiento es un fenómeno natural debido al desgaste progresivo de los tejidos del cuerpo. Es a partir de los 30 años cuando los músculos empiezan a degenerar, y algunas vísceras, como el hígado, el corazón y los riñones, disminuyen en tamaño y rendimiento. La vida del ser humano es limitada, pero aumenta cada vez más su esperanza de vida, es decir, el número de años que va a vivir. En la actualidad, para los hombres, la esperanza de vida es de unos 73 años, y de 77 años en las mujeres. ¿Qué es un método anticonceptivo? Un método anticonceptivo es el que impide, de forma provisional, el encuentro del óvulo con el espermatozoide, ero permite a la mujer recobrar su fecundidad cuando lo desee. Es por ello que se debe diferenciar la contracepción de la esterilidad, que es definitiva, y el aborto, que es la interrupción del embarazo. Se distinguen diferentes métodos anticonceptivos: La píldora suprime la ovulación porque contiene una mezcla de dos hormonas segregadas por el ovario: los estrógenos y la progesterona. El condón es un preservativo masculino que se adapta desenrollándolo sobre el pene en erección, de la misma forma que un dedal cubre un dedo. El preservativo femenino más empleado es el diafragma, un pequeño capuchón de goma o de otro material que se coloca en la vagina, delante del cuello uterino. Los dispositivos intrauterinos son pequeños aparatos de material plástico, de diversas formas, que el médico introduce en la cavidad del útero. Menstruación: un ciclo que se repite Cada 28 días, normalmente, se expulsa un óvulo de uno de los ovarios y se transporta hacia el útero a través de la trompa de Falopio. En los tres o cuatro días que dura la ovulación se segrega una hormona, la progesterona, que hace que la mucosa interna del útero se vuelva más esponjosa y se prepare adecuadamente para recibir la avalancha de espermatozoides y fecundar el óvulo. Sin embargo, si no se fecunda el óvulo, se paraliza la producción de progesterona, se produce la rotura de algunos vasos sanguíneos y la mucosa se separa del útero. Entonces, el óvulo se expulsa al exterior junto con los restos de la mucosa uterina y una determinada cantidad de sangre. Es el proceso que se conoce como menstruación, que dura cuatro o cinco días, y al final del cual vuelve a iniciarse un nuevo ciclo con el crecimiento y desarrollo de otro folículo en el interior del ovario. La no repetición de la menstruación suele ser la primera señal de un. embarazo, aunque en ocasiones puede deberse a otros motivos, como trastornos emocionales o físicos. A una edad madura (40-50 años),la menstruaciónse produce con menos regularidad hasta que, finalmente, cesa por completo: es la menopausia, proceso natural que representa la imposibilidad de tener hijos porque los ovarios dejan de producir óvulos fecundables. Sistema nervioso autónomo El sistema nervioso autónomo o vegetativo regula la actividad interna del organismo, como la circulación de la sangre, la respiración o la digestión. Es involuntario porque su acción no depende de nuestra voluntad, pero actúa coordinadamente con el sistema nervioso cerebroespinal o voluntario. El sistema nervioso autónomo comienza en una serie de ganglios o gruesos agolpamientos de neuronas, situados a ambos lados de la columna vertebral, y su acción se realiza a través de sus dos componentes: el sistema simpático y el parasimpático. El sistema simpático tiene la misión de activar el funcionamiento de los órganos del cuerpo y estimular diversas reacciones en casos de emergencia o de gasto energético: aumenta el metabolismo, incrementa el riego sanguíneo al cerebro, dilata los bronquios y las pupilas, aumenta la sudoración y el ritmo cardíaco, eleva la presión sanguínea con la constricción de las arterias y estimula las glándulas suprarrenales. El sistema parasimpático tiene una función retardadora, opuesta a la del simpático: el organismo lo utiliza en situaciones de reposo y relajación, ya que es un sistema ahorrador de energía. Interviene en la digestión, de ahí la sensación de somnolencia que se sufre después de comer. El sistema parasimpático se encarga de disminuir el ritmo cardíaco, contraer los conductos respiratorios, disminuir la presión arterial, aumentar la secreción nasal, de saliva y lacrimal, y aumentar los movimientos peristálticos y las secreciones intestinales. La memoria, base de nuestra experiencia La memoria es una de las principales funciones del cerebro. Sin ella, no podríamos aprender nada ni obtendríamos provecho alguno de la experiencia. La memoria no se localiza en una zona concreta de la corteza cerebral: lo que aprendemos se distribuye en infinidad de neuronas interrelacionadas. Se cree que la memoria reside en el núcleo de las neuronas, que no experimentan cambio alguno cuando una información se almacena en la memoria a corto plazo (un número de teléfono, una lección que estamos estudiando, etc.), pero que sufren unas transformaciones químicas cuando se archiva en la memoria a largo plazo (experiencias vividas, recuerdos, etc.). Existe una relación entre la memoria y las emociones, ya que solemos recordar mejor las cosas que nos gustan o, por el contrario, las que nos resultan muy desagradables. El mecanismo del olvido actúa de la misma forma: funciona como una defensa que borra lo que nos causa miedo o angustia. ¿Por qué sentimos dolor? Sentimos dolor porque esta es una señal de alarma que nuestro organismo pone en marcha para advertimos de que algo no funciona correctamente. La sensibilidad al dolor se relaciona con los nervios sensoriales del sistema nervioso cerebroespinal, y en menor medida con los nervios del sistema autónomo o vegetativo. Por tanto, algunas zonas del cuerpo, como la piel, son más sensibles que otras, como el hígado. Las emociones intensas pueden incluso hacer desviar la atención consciente de los estímulos dolorosos. Es lo que suele suceder en los accidentes de tráfico, que sólo se siente dolor después de pasar cierto tiempo, cuando la conciencia ha superado la sorpresa o el miedo. El sistema muscular Músculos del cuerpo Los músculos representan la parte activa del aparato locomotor. Es decir, son los que permiten que el esqueleto se mueva y que, al mismo tiempo, mantenga su estabilidad tanto en movimiento como en repose. Junto a todo esto, los músculos contribuyen a dar la forma externa del cuerpo humano. Clasificac ión de los músculos Los músculos del organismo se dividen en voluntario se involuntari os. Los primeros son los que se contraen cuando el individuo quiere, y suelen correspon der a los músculos del esqueleto. Poseen la característ ica de tener una contracció n potente, rápida y brusca, si así se precisa. Son músculos de acción rápida. Los segundos son regidos por el sistema nervioso vegetativo y el individuo no tiene ningún control voluntario sobre ellos. Suelen constituir las paredes de las vísceras, del aparato respiratorio y del aparato circulatorio. Estos músculos poseen una contracción y una relajación lentas. Ambos tipos de músculos tienen, a su vez, características propias. Así, los músculos voluntarios, salvo el esfínter anal, están compuestos por células o fibras musculares provistas de estrías transversales, por lo que se les denomina músculos estriados. Los músculos involuntarios, salvo el corazón, que también está formado por músculo estriado a pesar de no tener control voluntario, están constituidos por células musculares sin estrías, por lo que se denominan músculos lisos. Descripci ón y forma de los músculos Cada músculo estriado se compone de dos partes: una parte roja, blanda y contráctil que constituye la parte muscular, y una parte blanquecin a, fuerte y no contráctil que constituye el tendón. Los tendones varían en su forma y disposició n, dependien do de su unión a las fibras musculares (que a su vez se dispondrán según la función del músculo). Los tendones son de color blanco nacarado y están constituidos por fibras elásticas que forman grupos, su vez recubiertos por tejido conjuntivo laxo que separa entre si estos grupos o fascículos. Por su forma, los músculos se clasifican en: largos, anchos y cortos. Los músculos largos son aquellos en los que la dimensión según la dirección de sus fibras sobrepasa la de los otros diámetros. Estos, a su vez, pueden ser fusiformes o aplanados, según el diámetro transversal sea mayor en su parte media que en los extremes (así, el bíceps es un músculo largo y fusiforme, mientras que el recto del abdomen es largo y aplanado).Los músculos anchos son aquellos en los que todos los diámetros tienen aproximadamente la misma longitud (el dorsal ancho de la espalda). Los músculos cortos son aquellos que, independientemente de su forma, tienen muy poca longitud (los de la cabeza y cara). Función de los músculos Los músculos, debido a su capacidad de contracción, hacen posible que el esqueleto se mueva. Así, las extremidades pueden realizar movimientos de flexi6n o extensión, de rotación (pronación y supinación), de aproximación (aducción) o al contrario (abducción). Como hemos visto, la mayor parte de los músculos están provistos de tendones, mediante los cuales suelen insertarse sobre los huesos. Según el tipo de inserción, es decir, si lo hacen mediante más de un extremo o cabeza, se dividen en bíceps (dos cabezas), tríceps (tres cabezas) y cuadriceps (cuatro cabezas). Dependiendo de si están formados por más de un cuerpo muscular, se dividen en digástricos y poligástricos (dos o más cuerpos, respectivamente). Si toman su inserción terminal por más de un extremo o cola, los músculos serán bicaudales, tricaudales o policaudales, según lo hagan por dos, tres o más extremos. Situación de los músculos Según su situación los músculos se dividen en superficiales y profundos. Los músculos superficiales Los músculos superficiales están situados inmediatamente por debajo de la piel y, si bien en el ser humane son rudimentarios y escasos, están insertados, por uno de sus extremos, en la capa profunda de la piel. Alguno de estos músculos está en la cabeza, cara, cuello y mano. La mayoría de los músculos profundos insertan sus extremos sobre los huesos del esqueleto. Algunos lo hacen en los órganos de los sentidos (músculos que mueven los ojos) y otros están situados más profundamente, relacionándose con la laringe, la lengua, etcétera. Músculos de la cabeza y cuello Dentro de este conjunto de músculos hay que destacar los de la cara, muy numerosos, ya que gracias a ellos el ser humane es capaz de expresar sus sentimientos. Otro grupo de músculos de la cabeza nos permite masticar y deglutir los alimentos, así como mover la cabeza en todas las direcciones, para conseguir que los órganos de los sentidos (vista, oído y olfato) desarrollen mejor sus funciones. Músculos Mmasticadores Son, como su nombre indica, los que permiten la masticación de los alimentos. Tienen la función de aproximar la mandíbula al maxilar superior, es decir, cerrar la boca. Son músculos muy potentes, cortos y anchos, que están situados sobre la cara lateral del cráneo, a ambos lados. Los más importantes son el músculo temporal y el músculo masetero, que se pueden palpar fácilmente sobre la cara y el cráneo cuando cerramos con fuerza la boca. Músculos cutáneos del cráneo Estos músculos son los que presentan unas conexiones más íntimas con la piel y nos permiten expresar el estado de ánima. Son muy planos y delgados, y la mayoría se encuentran alrededor de los orificios de la cara: orificios palpebrales, orificios nasales y boca. Su contracción o relajación permite cerrar o abrir los párpados, las alas de la nariz y los labios. Son llamados, en su conjunto, músculos mímicos. Los más significativos son: músculo frontal, que permite arrugar la frente; músculo orbicular de los párpados o esfínter de los párpados, que permite abrir y, sobre todo, cerrar los ojos con fuerza; músculos de la nariz, cuatro pequeños músculos que permiten "arrugan" la nariz o mover las aletas nasales; músculo orbicular de los labios, que permite a éstos moverse y, por tanto, hablar, comer, etcétera; músculo buccinador, que corresponde a los carrillos, los cuales pueden hincharse para soplar o para aumentar el contenido de la boca. Músculos del cuello Muy numerosos, su principal papel es el de mover la cabeza, la columna cervical y el hueso hioides (un huesecillo que existe libre, no relacionado con ningún otro hueso, en la cara anterior del cuello, por debajo de la mandíbula), además de mantener la cabeza erguida. están situados a ambos lados del cuello, de forma simétrica y en varios pianos, y se denominan músculos laterales del cuello. Los situados delante son los músculos hioideos, y los situados detrás son los músculos de la nuca o vertebrales. Músculos laterales del cuello Sobresalen.el músculo esternocleidomastoideo, que permite la flexión anterior o lateral de la cabeza, así como la rotación de la misma; y los músculos escalenos, que son una masa irregular de pequeños músculos que permiten inclinar d cuello y elevar algo la caja torácica durante la inspiración. Región del hueso hioides Situados en la cara anterior del cuello, están divididos en músculos suprahioideos e infrahioideos. Tienen como misión bajar el hueso hioides o la faringe (los infrahioideos) y subir el hioides y bajar la mandíbula (los suprahioideos). Ambos grupos son importantes para la deglución. Región prevertebral Como su nombre indica, están aplicados a la cara anterior de la columna vertebral, por detrás del esófago y la faringo - laringe. Su misión principal consiste en flexionar la cabeza sobre el tronco, así como rotar levemente el cuello. Aponeurosis del cuello Una aponeurosis es un conjunto de membranas fibrosas que envuelven a todos los músculos, y su función consiste en oponerse a su desplazamiento lateral cuando éstos se contraen. En el cuello, las aponeurosis presentan poco desarrollo, excepto las de los músculos de los canales vertebrales, donde tienen mayor grosor y son más resistentes. La aponeurosis del cuello está dividida en tres tipos diferentes: aponeurosis cervical superficial, aponeurosis cervical media y aponeurosis cervical profunda o prevertebral. El cuello pues, está dividido en tres compartimientos, de delante hacia atrás, en diferentes planos. Músculos del tórax y del abdomen Los músculos principale s del tórax son los pectorale s, que levantan los brazos al contraers e, y los serratos, que elevan las costillas cuando expulsam os aire. Entre la cavidad torácica y la cavidad abdominal, en el interior del organismo, existe un músculo en forma de paraguas abierto, el diafragma, que se contrae cuando inspiramos aire para empujar las costillas hacia arriba y aumentar el volumen de la caja torácica. En el abdomen, los oblicuos realizan un trabajo inverso al del diafragma: cuando se contraen, tiran de las costillas hacia abajo y expulsan el aire de los pulmones. El recto recubre la zona del vientre y, cuando se contrae, permite doblar la cintura. Músculos de las extremidades superiores Hombro: Recubriendo cada hombro se encuentra el deltoides, cuya acción permite levantar y desplazar los brazos. Brazo: Los más importantes son el bíceps, en la parte anterior, y el tríceps, en la posterior. Son dos músculos antagónicos, es decir, que realizan funciones contrarias para hacer posible un movimiento determinado, en este caso la flexión y la extensión del antebrazo. Antebrazo: Los músculos supinadores y pronadores permiten los movimientos de giro del antebrazo, el movimiento de la mano en cualquier dirección, y la flexión y extensión de los dedos. Mano: son músculos cortos y pequeños, ya que sólo se encargan de mover los dedos. El más importante es el que permite la oposición del pulgar, es decir, la acción de "pinza" de la mano. Músculos de las extremidades inferiores Pelvis o cadera: Recubriendo la pelvis se encuentran los glúteos, tres músculos que forman las nalgas. Su acción permite que el tronco se mantenga erguido y que el ser humano sea capaz de caminar sobre dos piernas. Muslo: Los más destacables son el cuadriceps, músculo extensor de la pierna; el bíceps femoral, antagónico del anterior; y los aductores, conjunto de músculos en forma de abanico que permiten la flexión y la extensión del muslo. Pierna: cabe destacar los gemelos y el sóleo, cuya acción conjunta permite la flexión y extensión del pie al caminar. Se insertan en el hueso calcáneo del talón del pie a través del tendón de Aquiles. Pie: Existen pequeños músculos que permiten realizar algún movimiento de los dedos y facilitan el caminar. ¿Son iguales todos los músculos? Los músculos pueden clasificars e según su forma o según el tipo de fibra que los componen. Atendiendo a su forma, se pueden distinguir los siguientes grupos: Anchos y planos: son los que tienes en el tórax y en el abdomen. Protegen los órganos delicados e intervienen en los movimientos de la respiración. Largos o fusiformes: forman parte del aparato locomotor (brazos y piernas). Cortos u orbiculares: son pequeños músculos con funciones particulares (boca, ojos, etc.). Circulares: tienen forma de anillo y cierran diferentes conductos del cuerpo (vejiga de la orina). El tejido muscular está formado por unos filamentos alargados o fibras, por lo que pueden diferenciarse dos tipos de músculos: De fibra estriada: Son robustos y potentes, ya que forman parte del aparato locomotor. Son músculos voluntarios, es decir, que puedes contraer mediante una orden del cerebro, excepto el corazón, un músculo involuntario formado por un tipo de fibra estriada especial, el miocardio. De fibra lisa: Están constituidos por células musculares sin estrias. Su característica principal es que son involuntarios, es decir, que no los puedes contraer a voluntad, por lo que forman parte de numerosos conductos del cuerpo: las paredes del esófago, del estómago y del intestino, las venas y arterias, etc. El sistema reproductor humano Las células nacen, crecen, se reproducen y mueren, por lo que la perpetuación de una especie erige la sustitución de unos seres por otros. Este proceso mediante el cual un ser da origen a otros seres semejantes es lo que se denomina reproducción. En la especie humana, la función de reproducción es sexual: el nuevo ser tiene su origen en una célula, llamada huevo o zigoto, que proviene a su vez de otras dos células, los gametos, que se han fusionado para formar dicho huevo. Los órganos reproductores o genitales están adaptados para llevar a cabo la unión de los gametos y la formación y desarrollo del zigoto hasta la constitución de un nuevo ser humano. Los aparatos reproductores masculino y femenino, que "fabrican" los gametos y posibilitan la fecundación presentan notables diferencias. Sin embargo, ambos tiene unos órganos que han de cubrir necesidades comunes, las gónadas (donde se forman los gametos), las vías genitales (conductos que llevan los gametos al lugar de la fecundación) y los genitales externos (órganos que permiten la uniónsexual encuentro entre los gametos). Aparato genital masculino El aparato genital está destinado a la formación de nuevos individuos con objeto de asegurar la continuidad de la especie. Está formado por distintos órganos: el testículo, la próstata, el pene y una serie de conductos que conducen el esperma. Testíc ulo Es la glándul a germin al masculi na. Tiene forma ovoidal , siendo sus dimens iones unos 4 cm de largo, 2 cm de ancho y 3 cm de grueso. Es un órgano par que está situado en la parte anterio r de la región perineal, por debajo del pene, en el interior de las bolsas escrotales, suspendido del cordón espermático. La capa externa del testículo o túnica albugínea lo rodea completamente. Su superficie externa es lisa. Interiormente está dividido en lobulillos, en cuyo interior se encuentra el parénquima testicular y, en el seno de los mismos, los túbulos seminíferos, que se reúnen para formar el conducto recto. Estos conductos rectos confluyen en una estructura denominada cuerpo de Highmore para formar la rete testis, de la que nacen los conos eferentes que penetran en el epidídimo. Los testículos tienen una función exocrina. Información de espermatozoides, efectuada por las células del epitelio germinal de los túbulos seminíferos, y una función endocrina, la secreción de testosterona. Epidídimo Es una estructura tubular, situada en el polo posterior del testículo, cuyo largo conducto enrollado permite el almacenamiento, tránsito y maduración de los espermatozoides. Se continúa con el conducto deferente. Conducto deferente Se extiende desde el epidídimo hasta las vesículas seminales. Tiene de 50 a 60 cm de largo y su misión es impulsar a los espermatozoides hacia la uretra. Desde el epidídimo asciende por el conducto inguinal, penetra en el abdomen, bordea la vejiga de la orina y termina a la altura de la próstata, en el conducto eyaculador. Vesículas seminales Son un órgano tubular cuya misión es segregar un líquido gelatinoso que activa la locomoción de los espermatozoides. Están situadas encima de la próstata y desembocan en el conducto eyaculador, junto a los conductos deferentes. Conducto eyaculador Resulta de la unión de las vesículas seminales y el conducto deferente. Pene Es el órgano copulador del varón. Su cuerpo es cilíndrico y la extremidad distal está constituida por el glande, en cuyo vértice se encuentra el meato uretral. El prepucio es la parte del pene que cubre el glande cuando el órgano no está erecto. Tiene una longitud de unos 10-12 cm en estado de flaccidez y de 15-16 en estado de erección. Interiormente distinguimos los cuerpos cavernosos y el cuerpo esponjoso de la uretra, formaciones eréctiles ambas cuya disposición y estructura posibilita que el pene se alargue durante la erección. Cubiertas del testículo Las bolsas se componen de seis túnicas superpuestas que, de fuera hacia dentro, son: el escroto, piel delgada, oscura y elástica; posee glándulas sudoríparas y sebáceas y folículos pilosos; el dartos, capa muscular: la fascia de Cooper, una túnica celulosa; el músculo cremáster; la fascia espermática, que envuelve el cordón espermático y el testículo; y la fascia vaginal, serosa, continuación del peritoneo. Próstata Es una glándula de secreción externa. Tiene forma de castaña y está situada detrás de la sínfisis del pubis, bajo el cuello de la vejiga, delante de la ampolla rectal. Es atravesada por la uretra. Segrega el líquido prostático, que durante la eyaculación es mezclado con los espermatozoides procedentes de las vesículas seminales. Perineo Recibe este nombre la región anatómica que comprende el suelo de la pelvis y las estructuras adyacentes que ocupan el espacio limitado anteriormente por la sínfisis del pubis, lateralmente por las tuberosidades isquiáticas y posteriormente por el cóccix. El recto lo atraviesa por detrás y la uretra y los órganos genitales por delante. Aparato genital femenino El aparato genital femenino está constituido por distintos órganos destinados a producir los óvulos, posibilitar la fecundación de los mismos por los espermatozoides, contener y nutrir al feto durante la gestación y expulsarlo en el acto del parto. Se halla profundamente situado en la excavación pelviana y se compone del ovario, las trompas de Falopio, el útero y la vagina. También corresponden a este aparato las mamas, órganos encargados de alimentar al nuevo ser en las primeras etapas de su vida. Ovario Los ovarios o glándulas genitales de la mujer son dos formaciones glandulares situadas en la pelvis, por detrás del útero, en un pliegue del peritoneo denominado ligamento ancho. Su forma es la de una almendra, variando sus dimensiones y color con la edad y con la fase del ciclo ovárico. Están conectados al útero por las trompas de Falopio, cuyo extremo fimbriado los recubre parcialmente. El ovario posee una importante función endocrina, la secreción de las hormonas denominadas estrógenos y progesterona, que actúan sobre el aparato genital, y especialmente sobre el útero, preparándolo para la fecundación, nidación y nutrición del embrión. Son las gónadas femeninas. Estas dos glándulas, de forma almendrada, se encuentran detrás del útero y se fìjan a la parte baja del abdomen mediante una serie de ligamentos. Se conectan al útero por las trompas de Falopio. Cada ovario tiene dos zonas: · Zona cortical o germinativa: Presenta unas cavidades, los folículos, que contienen las células sexuales en distintos grades de madurez. Los folículos maduros se abren al exterior y liberan un óvulo. · Zona medular o vascular: Situada en el centro del órgano, está formada por tejido conjuntivo muy irrigado e inervado. El ovario posee una importante función endocrina porque segrega unas sustancias, los estrógenos y la progesterona, que actúan sobre el útero y lo preparan para la fecundación y la nutrición del embrión. Trompas de Falopio Son dos conductos, uno derecho y otro izquierdo, qué se extienden desde el ovario hasta el ángulo superior del útero. Su misión es recoger el óvulo cuando se rompe el folículo de De Graaf y transportarlo a la cavidad uterina, donde se fijará si ha sido fecundado y de donde será expulsado en caso contrario. Miden unos 10 cm de longitud y están situadas entre las hojas del ligamento ancho, unidas al útero por el ligamento tuboovárico. Útero Es el órgano de la generación, destinado a recibir el óvulo fecundado, a conservar y nutrir el producto de la fecundación y a expulsarla en el curso del parto. En la mujer adulta tiene forma de pera, de unos 7-8 cm de longitud. Está situado en la pelvis, entre el recto y la vejiga de la orina, tapizado por el peritoneo y fijado por los ligamentos anchos, redondos y terosacros. Está constituido por tres capas: serosa o externa, muscular o media alcanza un gran desarrollo durante la gestación y es de musculatura lisa e interna o endometrio -tapiza toda la superficie interna y experimenta cambios cíclicos mensuales que dan lugar a la menstruación-. Vagina Es el órgano copulador de la mujer, cuya principal función es recibir el pene durante el coito. Permite, asimismo, el paso del flujo menstrual y del feto en el acto del parto. Es un órgano impar y medio, impar cilíndrico, musculomembranoso, dilatable y extensible. Tiene una longitud de unos 6 o 7 cm. Su extremidad superior está unida al cuello uterino, alrededor del cual se forma un fondo de saco. La extremidad inferior se abre en la vulva mediante un orificio que, en la mayoría de las mujeres vírgenes, esta parcialmente ocluido por la membrana del himen. Las paredes interiores presentan pliegues transversales denominados arrugas de la vagina, y se encuentran recubiertas de mucosa. Genitales externos femeninos. Vulva Designamos con este nombre el conjunto de órganos genitales externos de la mujer. La extremidad inferior de la vagina se abre en la vulva a través de un orificio. La vulva presenta un par de labios mayores, unos repliegues cutáneos cubiertos de vello, y un par de labios menores, parecidos a los anteriores pero sin vello y situados más interiormente. En las mujeres vírgenes también suele haber el himen, un repliegue membranoso que ocluye parcialmente el orificio vaginal. En la parte superior de la vulva hay una estructura eréctil, el clítoris, que es el órgano sensorial sexual femenino y juega un papel importante durante la copulación. También se pueden considerar como genitales externos las glándulas mamarias, los órganos destinados a la alimentaci0n del nuevo ser en las primeras fases de su vida. Situadas en la pared anterior del tórax, estas glándulas productoras de leche están rodeadas de células musculares cubiertas de grasa y presentan una red de conductos que desembocan en el pezón. Durante el embarazo, el número de canales y de glándulas productoras de leche se incrementa, en perjuicio de la grasa, mientras que la sangre abastece el crecimiento de los pechos. La fecundación Espermatozoides: un único vencedor Los espermatozoide s, las células sexuales masculinas, se forman en los túbulos seminíferos de los testículos a partir de unas células denominadas espermatogonia s. Este proceso, la espermatogéne sis, presenta cuatro fases diferenciadas:.F ase de proliferación: Las células germinales se multiplican por mitosis y originan espermatogonia s con 46 cromosomas. .Fase de crecimiento: Las espermatogonia s aumentan de tamaño y aparecen los espermatocitos de primer orden, todavía con 46 cromosomas. .Fase de maduración: Los espermatocitos sufren primero una división meiótica y, luego, una segunda mitosis, dando lugar a cuatro espermátidas con 23 cromosomas. .Fase de diferenciación o de espermiogénesis: Cada espermátida se transforma en un verdadero espermatozoide, preparado para fecundar un óvulo. El número de espermatozoides que se liberan en cada eyaculación puede llegar hasta los 350 millones por cm3. Sin embargo, normalmente, sólo uno podrá alcanzar su objetivo: fecundar un óvulo. Para ello han de realizar un "largo" viaje de unos 10 cm, hasta las trompas de Falopio, a una velocidad aproximada de 4 mm por minuto. En un espermatozoide, que mide 50-60 micras, se distinguen la cabeza, la pieza intermedia y el flagelo. La cabeza contiene los enzimas que ayudan a penetrar en el óvulo. La pieza intermedia consta de dos centriolos en cada extremo, un filamento axial central y una serie de mitocondrias que lo envuelven y aportan energía para el movimiento del flagelo. El filamento axial del flagelo o cola presenta una doble envoltura, cuyo movimiento flagelar permite el desplazamiento del espermatozoide. En 3 o 4 ml. de semen hay unos 400 millones de espermatozoides. Para conseguir el tamaño de la cabeza de una aguja se precisarían unos 40 espermatozoides uno al lado del otro. Una carrera de obstáculos En la especie humana, la fecundació n es de tipo interno: es preciso introducir los espermato zoides en el aparato reproducto r femenino, lo que se lleva a cabo mediante el acto sexual o copulación . La copulación se inicia con la erección del pene y continúa con su introducción en la vagina y la eyaculación del semen. Los espermatozoides penetran en el útero y ascienden por la trompa de Falopio, en donde tiene lugar la fecundación. Este camino es una carrera de obstáculos y una verdadera prueba de resistencia. Cientos de millones de espermatozoides perecen en el cuello del útero, víctimas de la secreción ácida de la mucosa que lo recubre. La mucosa actúa de filtro selectivo: sólo un 1 % de los espermatozoides alcanza la cavidad uterina. Muchos otros perecen dentro de esta, literalmente agotados, y sólo unos pocos centenares consiguen ascender por la trompa de Falopio para dirigirse al encuentro del óvulo. Si la fecundación es normal, sólo uno de ellos logrará atravesar la membrana del óvulo y fecundarlo. Proc eso de fecun dació n del óvulo por un esper mato zoide Duran te este proce so, que dura una media hora, los esper matoz oides se sienten atraídos por una sustancia química que desprende el óvulo. Los que quedan retenidos en las vías genitales femeninas todavía son aptos para la fecundación durante uno o dos días más. La fecundación da origen al zigoto, la primera célula del nuevo individuo. El proceso de fecundación consta de dos fases bien diferenciadas: la primera es la fertilización, cuando el espermatozoide perfora la membrana del óvulo, introduce la cabeza y la pieza intermedia, pierde la cola, y se forma una nueva membrana para impedir la fecundación por otro espermatozoide. Seguidamente, se produce la fusión del núcleo del espermatozoide con el núcleo del óvulo para formar una célula de 46 cromosomas, la anfimixis, que marca el inicio del desarrollo embrionario. El óvulo, una célula "en conserva" El óvulo es una gran célula esférica, de 0,1 mm de diámetro (medio grano de sal), pero es incompleta, ya que sólo puede subsistir si un espermatozoide le proporciona la otra mitad del material nuclear que necesita para prosperar. El citoplasma de esta célula lo forman unas sustancias de reserva o vitelo. En él se localizan los gránulos corticales y el núcleo o vesícula germinal, cuyos nucléolos reciben el nombre de manchas germinativas. El citoplasma está envuelto por diversas membranas que protegen el óvulo. El proceso de formación de los óvulos, la ovogénesis, se desarrolla en el interior de los folículos del ovario antes del nacimiento del ser femenino. En la fase de proliferación, las células germinales se multiplican por mitosis y originan ovogonias, células de 46 cromosomas. Durante la fase de crecimiento, las ovogonias aumentan de tamaño, se transforman en ovocitos de primer orden, se rodean de células foliculares y dan lugar a folículos primordiales, que paralizan su actividad. Estos ovocitos primarios permanecen "en conserva", sin actividad, hasta que la mujer llega a la pubertad y se reinicia el proceso: los ovocitos se dividen, primero, por meiosis y se convierten en células con 23 cromosomas, liberando un corpúsculo polar que degenera. En la siguiente división, el ovocito libera otro corpúsculo y se transforma en óvulo. Es entonces cuando se rompe el folículo y el óvulo sale del ovario. Esta circunstancia, denominada ovulación, sé produce en la mujer con una frecuencia promedio de 28 días. El acto sexual Para que nazca un ser humano, es necesario que un óvulo y un espermatozoide se encuentren y se fusionen, es decir, que exista la fecundación, que el huevo se fije en el útero (nidación) y que se transforme en feto (embarazo). El acto sexual es aquel por medio del cual se unen el hombre y la mujer en un acoplamiento que permite la fecundación. Es el instinto, deseo o impulso sexual lo que atrae a la pareja, el uno hacia el otro. Este deseo se traduce en el hombre en un fenómeno muy aparente, la erección, y en una serie de transformaciones, quizá menos evidentes, en la mujer. La erección la pueden provocar diferentes formas de excitación física, psíquica o sensorial, que actúan sobre un centro reflejo situado en la médula espinal. En el curso de la erección, los cuerpos eréctiles del pene (cuerpos cavernosos, cuerpo esponjoso y glande) se llenan de sangre y se cierran las venas que permiten que esta vuelva a la circulación general. El pene aumenta de volumen, se endereza hacia delante y se pone rígido, y de esta manera puede penetrar en la vagina. En la mujer, bajo la influencia del deseo, también se produce un aflujo sanguíneo a la altura de la vagina. En las paredes vaginales se forman unas finas gotas, compuestas de un líquido lubrificante que facilita el acto sexual. La vagina se modifica: la parte superior se ovala y la inferior se estrecha para poder ceñir mejor el pene en la penetración. La eyaculación se produce cuando el pene está en erección, gracias a las potentes contracciones de los músculos perineales. Estas contracciones hacen avanzar el esperma, que se acumula en las vesículas seminales, hacia el principio de la uretra y hacia el meato. El esperma se expulsa en varios chorros que decrecen en potencia, en una cantidad de 2-4 cm3 por eyaculación, es decir, entre 100 y 400 millones de espermatozoides, gran parte de los cuales pueden fecundar varias horas después de su emisión. La erección y la eyaculación pueden producirse de manera inconsciente durante el sueño; las eyaculaciones nocturnas, frecuentes durante la adolescencia, son un fenómeno completamente normal. La división cromosómica pequeñas, y así sucesivamente Después de la eyaculación, los espermatozoides entran en el útero y ascienden por la trompa de Falopio. Si en esta existe un óvulo maduro liberado el mismo día o el día anterior por el ovario, se produce la fecundación. Cuando la cabeza de un espermatozoide penetra en el óvulo, la membrana de este experimenta una serie de transformaciones para que ningún otro pueda entrar. En ese momento, 23 cromosomas masculinos del espermatozoide se unen con los 23 cromosomas femeninos del óvulo para originar el zigoto. A partir de entonces se desarrolla el proceso de reproducción celular, la mitosis. El zigoto se desplaza por la trompa de Falopio y, a las pocas horas, se divide en dos células más Las células se duplican en copias exactas a la anterior. El comienzo o profase consiste en la desaparición . del núcleo de la célula, mientras los cromosomas tienden a situarse en el centro y los centriolos se desplazan hacia ambos extremos. En la metafase, los centriolos acaban de colocarse para que se pueda iniciar la etapa siguiente, la anafase, en la cual los cromosomas se separan. En la telofase, la célula queda dividida en dos partes idénticas con la aparición de los nucléolos, la formación de una membrana nuclear en cada extremo, y el estrechamiento y posterior división de la membrana citoplasmática por la zona central. A los cuatro días de la fecundación, el embrión, ya fijado en la pared del útero, consta de 32 células idénticas dispuestas en forma de esfera, la mórula. El zigoto, de la zarzamora al embrión Después de la fertilización, cuando el material genético del espermatozoide completa el contenido nuclear del óvulo para formar una célula con 46 cromosomas, la célula originada, el zigoto, se dirige hacia el útero, donde permanece y se desarrolla durante nueve meses. En su viaje al útero, el zigoto se divide hasta formar un conglomerado compacto de 16 o 32 nuevas células, la mórula, que se parece al fruto de la zarzamora. Los blastómeros, las células de la mórula, segregan un líquido seroso que llena el interior del conglomerado y forman una cavidad en él. Es el estado de blástula, durante el cual este primitivo organismo, parecido a una bola hueca, se fija a las paredes del útero. Esta anidación tiene lugar hacia el sexto o séptimo día después de la fecundación. En el útero, las células continúan multiplicándose y empiezan a especializarse para formar, posteriormente, todos los tejidos y órganos del embrión, un futuro organismo humano. A partir de la tercera semana aparecen las estructuras que darán lugar a los distintos órganos, el esqueleto, los vasos y el sistema nervioso. La gestación Desarrollo del embrión A las cinco semanas, el embrión empieza a ser visible. Tiene unos 5 mm de longitud, su corazón comienza a latir, se insinúa la columna vertebral y el cerebro se desarrolla rápidamente. A las siete semanas se hacen perceptibles los futuros pies y manos. La cara y los ojos empiezan a tener forma y se reconocen los órganos sexuales. A la octava semana, cuando termina el período embrionario, el embrión ya tiene aspecto humano, aunque su cabeza es muy grande en comparación con el resto del cuerpo. Al tercer mes empieza el período fetal, durante el cual el feto se alimenta gracias al intercambio de sangre, nutrientes y oxigeno entre él y su madre. Este intercambio se realiza a través de la placenta, a la cual se une mediante el cordón umbilical. Dentro del útero, el feto está protegido por el saco amniótico, una bolsa de líquido acuoso que absorbe los golpes y las vibraciones, y mantiene una temperatura intrauterina constante. Período fetal: un lento desarrollo A partir del inicio del tercer mes comienza el período fetal, el de consolidación, desarrollo y maduración de las estructuras y órganos. Hacia el cuarto mes se esbozan el tubo digestivo, el hígado, el páncreas y los riñones, mientras el aparato circulatorio asegura la alimentación de las células del feto. Aparecen los cabellos y las uñas. En el quinto mes empieza la maduración del sistema nervioso: las neuronas forman una compleja red de estímulos y respuestas. La madre comienza a percibir los movimientos del feto, que ya tiene cejas, pestañas y vello eh la piel. En el sexto mes, el feto adquiere un color rosáceo al hacerse visible la sangre de los capilares. A los siete meses, los pulmones ya cuentan con una mínima estructura que permitiría la supervivencia del bebé en caso de un parto prematuro. La médula ósea adquiere su función de producción de glóbulos rojos y el sistema nervioso regula la temperatura corporal y los movimientos respiratorios. En el octavo mes, los pulmones ya están listos para realizar las primeras respiraciones. La piel aparece rosada y lisa. A los nueves meses, el tórax se hace prominente. El feto acaba de posicionarse en el útero, normalmente cabeza abajo, y permanece en esta posición porque el útero no puede dilatarse más. Hacia las 36 semanas, ya en la fase terminal, el feto encaja su cabeza en la pelvis de la madre y está listo para el parto, que se produce entre la semana 38 y la 42. Existen gemelos y gemelos según el número de zigotos de los que procedan. En efecto, los gemelos, es decir, los seres nacidos en un mismo parto, son bivitelinos si proceden de la fecundación de dos óvulos distintos por dos espermatozoides diferentes. También se conocen con el nombre de mellizos: pueden ser de distinto sexo y parecerse como si hubieran nacido por separado. Sin embargo, existen los gemelos univitelinos, desarrollados a partir de un único zigoto que se divide en dos, formando dos embriones idénticos porque, al proceder del mismo óvulo y del mismo espermatozoide, poseen igual material genético. Son del mismo sexo y comparten una sola placenta. La probabilidad de tener gemelos es de 1 sobre 80, e incluso hay casos en que nacen tres o más bebés, pero son muy escasos. El momento culminante Durante los primeros meses del embarazo, el feto se mueve y bascula dentro del liquido amniótico, por lo que es posible que nazca con el cordón umbilicar enrollado alrededor del cuello. Hacia el séptimo mes, el tamaño del feto impide los movimientos basculantes, por lo que en ese momento adopta su posición definitiva. En la fase de expulsión, el momento culminante del parto, la presión del liquido amniótico provoca el desgarro de las membranas y el cuello vaginal se dilata hasta unos 10 cm de anchura para facilitar el paso, en primer lugar, de la cabeza del recién nacido. Es la presentación normal o cefálica, que se produce en el 96% de los casos. Sin embargo, aproximadamente en un 3% de ocasiones, el feto se presenta al revés, es decir, sus nalgas se encuentran en contacto con el cuello uterino, o incluso puede presentarse de forma transversa. En estos casos más complicados, a veces se precisa realizar una cesárea, una operación quirúrgica que, mediante un corte vertical u horizontal en la piel del vientre de la madre, permite sacar el recién nacido del útero materno . Entre unos minutos y media hora después del nacimiento, empieza la última fase del parto: la expulsión de la placenta y de las membranas gracias a la retracción del útero (alumbramiento). El médico la recoge y observa si está completa; en caso contrario, completa la expulsión empujando con una mano sobre el fondo uterino hacia la vagina, a modo de pistón. El peso de la placenta es de unos 500-600gr., aproximadamente 1/6 parte del peso del recién nacido. El parto: fin de una etapa, inicio de una vida El parto es el momento en el cual el bebé deja el útero materno y sale al mundo exterior. Empieza cuando el feto desciende y se ubica en la cavidad de la pelvis de la madre, y suele durar entre 12 y 15 horas. El parto se inicia con una serie de contracciones involuntarias y periódicas del útero, cada 15 o 30 minutos. Estas contracciones, que aumentan en frecuencia e intensidad, desplazan el feto hasta el cuello uterino, cuyo orificio se dilata desde los 3-4 mm hasta los 11 cm de diámetro. Después de la rotura de la bolsa amniótica, lo que popularmente se llama romper aguas, las contracciones se hacen más intensas y suceden cada tres minutos. Las contracciones y los músculos abdominales de la madre expulsan el bebé a través de la vagina, empezando por la cabeza. En una última fase se expulsan la placenta y las membranas protectoras del feto. El desprendimiento de la placenta produce cierta pérdida de sangre, pero los vasos sanguíneos rotos se cierran gracias a la disminución del volumen del útero. Crecimiento y desarrollo del ser humano Después del parto, el nuevo ser ha de empezar a enfrentarse a situaciones desconocidas y debe aprender a desenvolverse en el mundo exterior: infancia, pubertad, juventud, madurez y vejez se suceden en un ciclo que obedece a la necesidad de perpetuación de la especie. El desarrollo del cuerpo humano se sustenta en las glándulas endocrinas, cuyas hormonas permiten el aumento de tamaño y número de nuestras células, tejidos y órganos. Es la glándula hipófisis, que se encuentra ubicada en el hipotálamo del cerebro, la que marca el ritmo de crecimiento de nuestro cuerpo. El crecimiento más acusado, conocido con el nombre de el estirón, suele acontecer hacia los 14 años de edad en las chicas. Los chicos aunque experimentan este crecimiento algo más tarde, pueden ver como este se prolonga más tiempo. En esta época también comienza la actividad de las hormonas sexuales, lo que marca el inicio de la pubertad. En las chicas aumenta el tamaño de los pechos y tienen lugar las primeras menstruaciónes. En los chicos aparece vello púbico y los testículos empiezan a producir espermatozoides. El envejecimiento es un fenómeno natural debido al desgaste progresivo de los tejidos del cuerpo. Es a partir de los 30 años cuando los músculos empiezan a degenerar, y algunas vísceras, como el hígado, el corazón y los riñones, disminuyen en tamaño y rendimiento. La vida del ser humano es limitada, pero aumenta cada vez más su esperanza de vida, es decir, el número de años que va a vivir. En la actualidad, para los hombres, la esperanza de vida es de unos 73 años, y de 77 años en las mujeres. ¿Qué es un método anticonceptivo? Un método anticonceptivo es el que impide, de forma provisional, el encuentro del óvulo con el espermatozoide, ero permite a la mujer recobrar su fecundidad cuando lo desee. Es por ello que se debe diferenciar la contracepción de la esterilidad, que es definitiva, y el aborto, que es la interrupción del embarazo. Se distinguen diferentes métodos anticonceptivos: La píldora suprime la ovulación porque contiene una mezcla de dos hormonas segregadas por el ovario: los estrógenos y la progesterona. El condón es un preservativo masculino que se adapta desenrollándolo sobre el pene en erección, de la misma forma que un dedal cubre un dedo. El preservativo femenino más empleado es el diafragma, un pequeño capuchón de goma o de otro material que se coloca en la vagina, delante del cuello uterino. Los dispositivos intrauterinos son pequeños aparatos de material plástico, de diversas formas, que el médico introduce en la cavidad del útero. Menstruación: un ciclo que se repite Cada 28 días, normalmente, se expulsa un óvulo de uno de los ovarios y se transporta hacia el útero a través de la trompa de Falopio. En los tres o cuatro días que dura la ovulación se segrega una hormona, la progesterona, que hace que la mucosa interna del útero se vuelva más esponjosa y se prepare adecuadamente para recibir la avalancha de espermatozoides y fecundar el óvulo. Sin embargo, si no se fecunda el óvulo, se paraliza la producción de progesterona, se produce la rotura de algunos vasos sanguíneos y la mucosa se separa del útero. Entonces, el óvulo se expulsa al exterior junto con los restos de la mucosa uterina y una determinada cantidad de sangre. Es el proceso que se conoce como menstruación, que dura cuatro o cinco días, y al final del cual vuelve a iniciarse un nuevo ciclo con el crecimiento y desarrollo de otro folículo en el interior del ovario. La no repetición de la menstruación suele ser la primera señal de un. embarazo, aunque en ocasiones puede deberse a otros motivos, como trastornos emocionales o físicos. A una edad madura (40-50 años),la menstruaciónse produce con menos regularidad hasta que, finalmente, cesa por completo: es la menopausia, proceso natural que representa la imposibilidad de tener hijos porque los ovarios dejan de producir óvulos fecundables. SISTEMA RESPIRATORIO Damos el nombre de aparato respiratorio al conjunto de estructuras que permiten la captación de oxigeno y la eliminación del anhídrido carbónico producido en la respiración interna. En el hombre el proceso respiratorio tiene como órgano central a los pulmones, vísceras situadas en el tórax, a ambos lados del corazón. Para llegar a los mismos, la sangre venosa y el aire atmosférico siguen caminos distintos: aquella accede a través de las arterias pulmonares y éste por un largo conducto que comprende las fosas nasales, la faringe, la laringe, la tráquea y los bronquios. Puesto que las fosas nasales y la faringe son tratadas en otro lugar de esta obra, iniciaremos la descripción del aparato respiratorio en la laringe. Laringe Es una estructura Músculo cartilagino sa, situada en la parte posterior del cuello, a la altura de las vértebras cervicales 5º, 6º y 7º. Está en comunicac ión con la faringe y con la tráquea. Es el órgano de la fonación. Está formada por tres cartílagos impares y medios, los cartílagos cricoides, tiroides y epigl6tico, y por cuatro pares laterales, todos ellos articulados, revestidos de mucosa y movidos por músculos. Internamente presenta una hendidura anteroposterior, la glotis, limitada lateralmente por unas cintillas membranosas, las cuerdas vocales, dos a cada lado, superiores e inferiores. Los músculos de la laringe movilizan Los cartílagos en el acto de la deglución, cerrando la abertura laríngea para evitar que penetre contenido alimentado en las vías respiratorias, y tensan las cuerdas vocales. Tráquea Es un conducto situado entre la laringe y el origen de los bronquios. Tiene entre 12 y 15 cm de longitud y está constituida por unos 16-20 cartílagos en forma de anillo unidos entre sí. Está revestida de epitelio con abundantes glándulas mucosas. Bronquios Son los conductos resultantes de la bifurcación de la tráquea. Se continúan con los bronquios lobares destinados a cada lóbulo pulmonar. En el pulmón derecho hay tres bronquios un bronquio lobar superior, uno medio y otro inferior, y en el pulmón izquierdo únicamente encontramos dos: un bronquio lobar superior y un bronquio lobar inferior. Estos, a su vez, dan lugar a los bronquios segmentarios, para los distintos segmentos de cada lóbulo pulmonar. Los bronquios segmentarios van dividiéndose en forma de ramificaciones hasta alcanzar tamaños diminutos, terminando cada uno de ellos en un alvéolo pulmonar. Su configuración anatómica es semejante a la de la tráquea. Pulmones Son dos, uno derecho y otro izquierdo, y están situados en el interior de la cavidad torácica, separados por el corazón y por los órganos del mediastino, espacio comprendido entre ambos pulmones. Son órganos blandos, esponjosos y dilatables. Su forma es la de un cono truncado. Presentan una cara externa en relación con la pared costal, una cara interna, en relación con el mediastino, una base que descansa sobre el diafragma y un vértice, situado a la altura de la primera costilla. Están divididos en lóbulos -tres en el derecho y dos en el izquierdo- por las cisuras. Tienen unos 26 cm de alto por 15 de diámetro anteroposterior, y una capacidad de unos 1.600 cm3, siendo el derecho mayor que el izquierdo. La estructura básica del pulman es el lobulillo pulmonar, que consta de un bronquiolo que se ramifica y termina en unas pequeñas dilataciones o alvéolos pulmonares, cada uno de los cuales está en contacto con una fina red de capilares sanguíneos en los que tiene Lugar la función esencial del pulmón, la hematosis u oxigenación de la sangre venosa. Después de circular por las vías respiratori as el aire inspirado penetra en los alvéolos pulmonare s. En ellos el oxígeno atraviesa las membrana s alveolar y capilar, pasando a los hematíes y fijándose en la hemoglobi na de éstos. El dióxido de carbono sigue el camino inverso, y se expulsa en la espiración. Transporte de oxígeno: cuestión de presión Cuando el aire penetra en los pulmones y llega a los alvéolos pulmonares, el oxígeno atraviesa sus delgadas paredes y pasa a los capilares sanguíneos, que los rodean como una fina red. La hemoglobina, una proteína de los glóbulos rojos de la sangre, recoge el oxigeno del aire inspirado y lo transporta al corazón, desde donde se distribuye, a través de las arterias, a todas las células del organismo. Los glóbulos rojos recogen el dióxido de carbono de las células y lo transportan por las venas hasta el corazón, que lo impulsa hacia los capilares sanguíneos de los alvéolos para su expulsión al exterior. El cambio de oxígeno por dióxido de carbono se realiza porque, como todos los gases, ambos se trasladan desde las zonas de mayor presión a las zonas donde la presión es menor. Entre los alvéolos y los capilares sanguíneos también se produce esta diferencia de presión. Al inspirar, la cantidad de oxigeno en los alvéolos es muy superior a la que existe en los capilares, por lo que pasa hacia estos. Con el dióxido de carbono sucede lo mismo: existe una mayor cantidad en los capilares venosos que rodean los alvéolos, por lo que este gas pasa a los alvéolos pulmonares y se elimina a través de la espiración. Pleuras Son dos hojas serosas que recubren a los pulmones. Hay una pleura visceral que recubre la superficie pulmonar y una pleura parietal que corresponde a las paredes de la caja torácica. Ambas hojas están en íntimo contacto, pero existe un espacio entre ellas, el espacio pleural. Facilitan el deslizamiento de los pulmones sobre las paredes de la caja torácica. Vascularización del pulmón Existen dos circuitos con funciones distintas. Las arterias pulmonares conducen desde el corazón la sangre venosa procedente del ventrículo derecho y acompañan a los bronquios hasta la red capilar de los alvéolos. Las venas pulmonares recogen la sangre oxigenada en los alvéolos y conducen la sangre a la aurícula izquierda. Las arterias bronquiales son los vasos nutricios, existiendo uno para cada pulmón.La sangre venosa es recogida por las venas bronquiales que desembocan en la vena ácigos. Sistema excretor La actividad de las células origina la formación de sustancias nocivas que tu organismo debe eliminar. Este problema se soluciona con la absorción de unas sustancias, que se pueden volver a utilizar, y con la eliminación de otras al exterior. La eliminación de sustancias nocivas se lleva a cabo a través de cuatro vías: por la respiración, por el sudor, por las heces y por el aparato urinario. Este último es el aparato excretor propiamente dicho, que está formado por un complejo órgano, los riñones, y por los uréteres, la vejiga y la uretra, que constituyen las vías urinarias. El aparato urinario o excretor filtra la sangre y elimina los residuos del metabolismo, es decir, de las transformaciones que experimentan los alimentos que hemos tomado hasta que se convierten en sustancias asimilables. Las células obtienen así la energía necesaria para llevar a cabo sus funciones y las sustancias nocivas, a través de la sangre, pasan a los riñones. Agua y orina La principal función de la orina es eliminar las sustancias tóxicas o de desecho producidas durante el metabolismo. Algunas de estas sustancias, como el nitrógeno producido por el metabolismo de las proteínas, serían muy peligrosas si se acumulasen en el organismo. Por tanto, el nitrógeno que ha de ser eliminado forma, con el ácido úrico, la principal sustancia de desecho que compone la orina: la urea. Pero la orina se compone en su mayor parte de agua y, además de urea, contiene diversas sales. A través de la orina también eliminas, por ejemplo, los residuos de los medicamentos que tomas cuando estás enfermo. COMPOSICIÓN DE LA ORINA Agua .......................................95% Sales minerales...........................2% Urea y ácido úrico..................... 3% El agua es un medio de transporte que recorre todo el cuerpo formando parte del plasma de la sangre. Es una sustancia vital para tu organismo porque interviene en todos los procesos de nutrición de las células. No te extrañe saber que eliminas un promedio de 1,5 litros diarios de orina aunque no bebas mucha agua, ya que la mayor parte la ingieres con los alimentos (¡casi el 90 % de una manzana es agua!). La sangre, elemento esencial En el trabajo realizado por las Células para nutrirse con los componentes básicos de los alimentos que ingieres se producen residuos. Los hidratos de carbono y las grasas se transforman en dióxido de carbono y agua, y las proteínas,; en nitrógeno, fósforo, azufre, etc. La sangre se encarga de transportar las sustancias tóxicas originadas, como amoníaco y sales, cuya acumulación sería muy peligrosa para tu organismo. Son los riñones los órganos que habrán de eliminar de la sangre estas sustancias perjudiciales. Para ello, la sangre entra por las arterias renales y, a través de una red de vasos y capilares sanguíneos, se dirige a las nefronas de cada riñón, que purifican una gran parte de la sangre separando de ella el exceso de agua, la sal, la urea y, otras sustancias de desecho que forman la orina. La sangre-filtrada vuelve al corazón a través de la vena cava inferior y luego, a los pulmones, donde se oxigena nuevamente. ¿Por qué tenemos sed? El correcto funcionamiento del aparato urinario requiere un equilibrio en el volumen de agua contenido en tu cuerpo, por lo que si tienes sed es un aviso del organismo de que debes reponer esa pérdida. El "centro de la sed" está en el hipotálamo, en el cerebro, que provoca el deseo de beber y envía órdenes a los riñones para que estos retengan más agua y se elimine menos orina. Diversos estímulos activan el hipotálamo: la sequedad de la boca, el calor (por eso en verano tienes más sed), y los gustos dulce y salado, ya la glucosa y el sodio que contienen respectivamente, los alimentos muy dulces o salados atraen al interior de los vasos sanguíneos parte del agua de las células El hipotálamo también actúa cuando la vejiga origina una serie de estímulos nerviosos, y entonces el cerebro envía las órdenes precisas para que abra el esfínter externo y se contraigan las paredes. Los riñones Los riñones son dos órganos de color rojo oscuro y de forma parecida a una habichuela, de unos 12 cm de longitud, que están situados en la cavidad abdominal, a la altura de las últimas vértebras dorsales. En cada riñón se pueden distinguir las siguientes partes: . Cápsula exterior, recubre el riñón y es de color blanquecino. . . Zona cortical: parte externa, lisa y de color amarillento. Zona medular, parte interna, de color rojizo. Presenta 10 o 12 estructuras piramidales, las pirámides de Malpighi, cuyos vértices o papilas se orientan hacia el interior del riñón. . Pelvis renal: parte del riñón que comunica con el uréter; es un receptáculo donde se agrupan unas pequeñas bolsas llamadas cálices, que recogen la orina que sale de las papilas. . Glándulas suprarrenales: no son una parte del riñón, sino dos glándulas endocrinas, es decir, que producen hormonas, la cortisona (regula sobre todo el metabolismo de los hidratos de carbono, las grasas y las proteínas) y la adrenalina (regula el funcionamiento del corazón y la dilatación o contracción de los vasos sanguíneos). Corte del riñon Uréteres El organismo ha de desprenderse de las sustancias nocivas a través de un sistema de conductos excretores o vías urinarias. Los uréteres, órgano inicial de las vías urinarias, son dos conductos, de unos 25-30 cm, que unen cada uno de los riñones con la vejiga. Sus paredes están formadas por dos capas: . . Capa mucosa: recubre su parte interna. Capa muscular, su tejido muscular liso permite que el uréter pueda contraerse y, mediante movimientos peristálticos, impulsar la orina hacia la vejiga. El extremo superior del uréter es la continuación de la pelvis renal de cada riñón, y el extremo inferior comunica con la vejiga, donde queda almacenada la orina. Vejiga La vejiga es un órgano muscular elástico, ubicado en la parte inferior del abdomen, cuya función consiste en almacenar la orina que desciende por los uréteres. El tejido muscular que la forma le otorga una gran elasticidad para que sea posible retener un considerable volumen de orina, unos 300-350 cm3. En la vejiga hay dos músculos, llamados esfínteres, que impiden la salida de la orina hasta que la vejiga está llena. Un esfínter se encuentra dentro de ella, alrededor del orificio de la uretra, y el otro está en la uretra, unos 2 cm más abajo. Este segundo esfínter, o esfínter extremo, es el que podemos contraer a voluntad. La distensión de la vejiga cuando está llena provoca la contracción del músculo y la relajación del esfínter interno. Si, de forma voluntaria, relajamos el esfínter extremo, entonces la orina desciende por la uretra. Corte de la vejiga Así funcionan los riñones La nefrona es la unidad funcional del riñón (hay más de un millón de nefronas en cada uno). En cada nefrona existen numerosos vasos sanguíneos que se ramifican hasta convertirse en delgadísimos capilares. Cada red capilar rodea un corpúsculo esférico, de 1 o 2 décimas de milímetro, llamado glomérulo de Malpighi, que está recubierto por una membrana o cápsula de Bowman. La sangre entra en la cápsula por una pequeña arteria y se distribuye por la red de capilares sanguíneos del glomérulo. A través de las delgadísimas paredes de los capilares, la sangre se desprende del agua y de las sustancias nocivas que contiene. La sangre limpia y filtrada es recogida por venas cada vez más grandes, hasta desembocar en la vena renal, y de ésta, a la vena cava inferior. El agua y las sustancias de desecho pasan a través de la delgada cápsula de Bowman y entran en un conducto que sale del glomérulo, el túbulo contorneado proximal, pasan por un tramo curvo o asa de Henle, y continúan por el túbulo contorneado distal, que confluye en un conducto más ancho, el túbulo colector. Los túbulos colectores se empalman entre ellos en las pirámides para formar los tubos papilares y transportan la orina a los extremos de las papilas; los productos de desecho se recogen en la pelvis renal, de donde descienden a la vejiga a través del uréter. Uretra Las uretras masculina y femenina son diferentes debido a la distinta estructura de sus órganos de reproducción. La uretra masculina es un conducto de unos 18 cm de longitud destinado a conducir la orina y el líquido espermático al exterior. En ella se abren los conductos eyaculadores y termina en el meato urinario del glande. La uretra femenina tiene una longitud de 3-4 cm y comprende desde la vejiga hasta el orificio inferior o meato. Diálisis La función que realizan los riñones filtrando la sangre es fundamental para mantener la composición y el volumen de sangre y para eliminar las sustancias nocivas del organismo. La prevención básica para un correcto funcionamiento del aparato excretor consiste fundamentalmente en dos normas: . Ingerir una cantidad suficiente de líquido para facilitar la . Seguir una alimentación variada que complete la ingestión eliminación de sustancias tóxicas. Habrás notado que bebes más en verano: esto se debe a que has de compensar la pérdida de líquido por el sudor. de líquidos. En caso de insuficiencia renal grave, las sustancias tóxicas que deberían eliminarse quedan retenidas en la sangre; por lo que ha de recurrirse a la diálisis o al trasplante de un riñón. La diálisis es un procedimiento de depuración artificial de la sdangre mediante un aparato que separa los desechos del metabolismo fuera del cuerpo del enfermo: gracias a un sistema de filtros, la sangre deja sus impureza, que pasan a un corriente de agua las que disuelve y arrastra.