Los archivos regionales y la guerra de independencia Guadalupe

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Los archivos regionales y la guerra de independencia
Guadalupe Jiménez Codinach*
Corría el año de 1848­1849 cuando una persona de nombre Juan N. Urquidi
adquirió un documento de hojas amarillentas. Era la declaración y la causa de
Ignacio Allende que se encontraba en poder de particulares, fuera de un archivo
oficial.
Urquidi leyó aquellos papeles y desistió de su primer impulso: enviarlos al
Supremo Gobierno o la Academia de Historia de San Juan de Letrán en la ciudad
de México. Le pareció que su contenido podría “perjudicar a la fama de los héroes
de la independencia”.1
Este crucial testimonio era la causa instruida por el fiscal don Rafael Bracho a
Ignacio Allende, preso en el cuarto el número 2 del Real Hospital Militar de la
Villa de San Felipe el Real de Chihuahua, ex colegio jesuita. El interrogatorio de
Allende se inició el 10 de mayo de 1811 y terminó con su sentencia y ejecución el
26 de junio de aquel año.
2
En estas fojas Allende relata y explica su conducta y sus razones para levantarse
en armas. Pero su testimonio completo fue ignorado por los historiadores
decimonónicos Lucas Alamán, Lorenzo de Zavala, Carlos María de Bustamante,
José María Luis Mora y otros. Sería hasta 1910 cuando el erudito Genaro García 1 “Adevertencia de Juan N. Urquidi” en “Causa instruida contra el generalísimo D. Ignacio Allende.­ 10
de mayo­ 29 de junio de 1811”. En Genaro García. Documentos Históricos Mexicanos, 6 vols.
México: INEHRM, 1985, ( 1ª ed, 1910) Vol VI, p. 1. 2 Christon I. Archer. “En busca de una victoria definitiva: el ejército realista de Nueva España,
1810­1821. En Marta Terán y José Antonio Serrano (ed). Las guerras de independencia en la
América Española , México: EL Colegio de Michoacán, 2002, p. 423.
lo diera a conocer al publicarlo en el volumen VI de sus Documentos Históricos
Mexicanos.3
La permanencia del testimonio de Allende en Chihuahua, ocasionó que la
historiografía sobre nuestra guerra de independencia desconociera el papel de
quien, según el fiscal Bracho, “... fue el primero que pensó en semejante
coligación... él había sido el caudillo principalísimo aunque por accidente tuvo
Hidalgo más mando desde que se reventó el proyecto”4. Después de interrogar a
los otros reos Bracho llegó a la conclusión que Allende había sido “el primer
perturbador de la quietud de esta América”.5
En 1910, durante las celebraciones del centenario del inicio de la insurgencia,
pocos reflexionaron sobre lo que las declaraciones de Allende significaban y
menos cuestionaron la versión oficial de los sucesos acaecidos en 1810­1811.
Pero la lectura cuidadosa del documento ilumina y esclarece lo ocurrido al
gestarse y llevarse a cabo la insurrección.
Refleja claramente las razones que tenía Allende y algunos de sus compañeros
para organizarse en juntas secretas desde 1809 y preparar un levantamiento; el
papel primordial de Allende en “apalabrar” partidarios; el papel secundario de
Miguel Hidalgo, (escogido en la junta secreta de San Miguel para “dar la voz”, el
acuerdo entre Allende, Hidalgo y Aldama de turnarse en el mando de la
3
Guadalupe Jiménez Codinach. “De alta lealtad. Ignacio Allende y los sucesos de 1808­1811” en
Marta Terán y José Antonio Serrano O. (editores) en La Guerra de independencia en la América
Española . México: El Colegio de Michoacán, INAH, Universidad Michoacana de San Nicolás de
Hidalgo, 2001, pp. 63­64. 4 Citado en Ibídem p. 63 Genaro García. Documentos. VI: 79
5
insurrección, la creencia de Allende de que Hidalgo estaba de acuerdo con el
Intendente Riaño y, por ello, los insurrectos se dirigieron a Guanajuato en vez de
a Querétaro como se había planeado; las desavenencias entre Hidalgo y Allende
manifiestas desde el 17 de septiembre en San Miguel el Grande, y otras
aclaraciones importantes.
Durante el siglo XIX algunos historiadores regionales se dieron cuenta de que el
relato oficial presentaba equívocos; ellos fueron el sanmiguelense Benito Abel
Arteaga y el guanajuatense José María Liceaga.
Arteaga conversó con testigos presenciales de los sucesos, con los vecinos y
contemporáneos de Allende. Convencido don Benito que lo escrito por Carlos
María de Bustmante y otros autores no reflejaban la verdad de lo acontecido,
decidió publicar en 1852 una biografía de Allende por considerarlo “el verdadero
autor de la independencia”.6
Avalaron su obra dos prominentes sanmiguelenses: don Francisco y don Manuel
María Malo. Don Francisco le escribió a Arteaga lo siguiente:
“Era yo muy niño, amigo mío, en el año de 1810, pero la magnitud de sus
acontecimientos, la circunstancia de haber intervenido en casi todas ellas dos de
mis hermanos, don Miguel y don Luis, así como haber visto de cerca la acción de
Aculco, a cuyo punto
fui y en donde oí a Allende las expresiones que usted
menciona, hicieron que esas expresiones quedaran grabadas en mi memoria de
un modo positivo e indeleble”.7 6 Benito A. Arteaga. El héroe olvidado. Rasgos bibliográficos de D. Ignacio Allende. San Miguel de
Allende: 1852, y 3ª ed: México: SEDENA, 1993, p. 9 7 Ibídem; p. 12
Arteaga también platicó con algunos de los conspiradores de la Junta Secreta de
San Miguel el Grande organizada por Allende: Hermenegildo Franco, “que tan
cerca trató a Allende”; Pancho Yáñez, que puede decirse que vivía con Felipe
González, aquel que sugirió en una reunión que fuera un eclesiástico “de luces”
quien diera la voz para poder persuadir al pueblo; Anastasio Sierra que estuvo en
la batalla de Aculco; varios que pertenecieron al Regimiento de Dragones de la
Reina como Lucio Vargas, Aranda, Nava y otros.
Por su parte, el historiador José María Liceaga en su obra Adiciones y
rectificaciones a la historia de Lucas Alamán (Guanajuato: 1868) intenta
completar, rebatir y reconstruir los hechos desde su conocimiento directo de la
región. Reflexiona que aquellos que escribieron la historia de la guerra de
independencia, al no conocer la región geográfica, a sus habitantes y las
circunstancias locales, construyeron un relato equivocado que él, en su libro,
intenta rectificar.
En esta tarea meritoria de rectificación y esclarecimiento nos pueden auxiliar los
archivos regionales. Con motivo del próximo bicentenario del inicio de la
insurgencia, cada archivo regional, municipal, parroquial, familiar, puede aportar
una mayor comprensión de lo sucedido en esta etapa del nacimiento de México
como nación independiente y soberana.
Nuestra guerra de independencia contiene varios movimientos insurgentes y
contraofensivas realistas de diversos tipos, no solo el iniciado en Dolores. Los
avances de la historia regional han iluminado esta diversidad de intereses,
ideologías, motivaciones y acciones de los que actuaron en aquellos años; este
drama que contó con actores y espectadores de toda clase y condición y que
espera ser revelado con mayor rigor y precisión.
Quisiera sugerirles una serie de temas y problemas que sólo la investigación en
los archivos que ustedes dirigen o en donde laboran podrían ayudar a aclarar.
Por favor localicen: informes, cartas, memoriales, testimonios (por ejemplo
después de 1823, las relaciones de méritos
y documentos en donde se
describan:
1.­ Contexto internacional de lo ocurrido en 1808­1811 ­ Invasión napoleónica de España (1808) ­ Alianza anglo­española (1808) ­ Renuncias de Carlos IV y Fernando VII ­ Levantamiento del pueblo español (2 de mayo de 1808) ­ Creación de Juntas en España ­ Información que llegaba a la Nueva España sobre los sucesos europeos. ­ Convocatoria a Cortes (1809) ­ Cortes de Cádiz (1810)
Respuesta de cada región, pueblo, aldea, comunidad indígena etc a estos
sucesos.
2.­ Problemas regionales en su doble vertiente: a) urbana; b)rural y c)
articulación de ambas zonas.
­ La expulsión de los jesuitas (1767), por ejemplo, lo sucedido en San Luis
Potosí: 32 ahorcados, 33 desterrados; cárcel por 10 años a 21; 8 años de
cárcel a 116 personas; 6 años a 22 y 1 condenado a las galeras.8 ­ Hambruna, sequías etc. (1785­1786) ­ Alza de precios, epidemias, falta de empleo ­ Migración a las ciudades ­ Bandolerismo
3.­ Respuesta en cada región ante:
a) Consolidación de Vales Reales (1804­1809)
b) Aprehensión del virrey José de Iturrigaray (15 de septiembre de 1808)
c) Imposición de Pedro Garibay como virrey por un grupo de particulares (1808)
d) Inicio de la insurrección en Dolores (1810)
e) Tres masacres en la Alhóndiga de Granaditas
f) Obligación de jóvenes de 16 años hasta adultos de 50 años para ingresar en
las compañías de patriotas (para combatir la insurgencia). Contraofensiva
realista.
4) Búsqueda de manuscritos e impresos realistas y significativos para cada
región, (diarios, proclamas, decretos, folletos, cartas).
5) La mujer y el niño en la insurgencia y en la ofensiva contrainsurgente.
(correos, rehenes, combatientes, mensajeras, espías etc.) 8 Ricardo García López. “Aires de libertad. En olla de presión, El Pulso, San Luis Potosí, 26, sep.
1991. En Jesús Motilla Martínez. La administración pública en la ciudad de San Luis Potosí, a
fines del siglo XVIII y principios del XIX. San Luis Potosí: Universidad Autónoma de San Luis
Potosí, 1997, p. 49.
6) Papel de los diversos sectores sociales: comunidades indígenas, cofradías,
nobles, labradores, etc ante la insurgencia y la contraofensiva realista.
Por ejemplo de los 1027 curas párrocos de la Nueva España, unos 97 apoyaron la
insurrección.9
De los sacerdotes insurgentes cuya diócesis se conocen, 34 eran de Michoacán;
24 de México; 22 de Guadalajara; 20 de Puebla; 9 de Antequera de Oaxaca; 1 de
Querétaro y 1 de Arizpe.
También falta estudiar a los sacerdotes (curas y vicarios) realistas, por ejemplo:
82 de 105 en la arquidiócesis de México y 37 de 66 en otros lugares, en las varias
contraofensivas ocurridas entre 1810 y 1815.10 La proporción de señores curas,
un 9%, dista mucho de lo afirmado por don Lucas Alamán que el conflicto “casi
se sostenía por ellos”.
Quizá un cura párroco de cada 7 y un vicario de cada 40 se sumaron a la
insurgencia entre 1810 y 1815.
7) Sacerdotes insurgentes por región: El Bajío y áreas adyacentes. ­ Diócesis de Guadalajara, Michoacán y México = 34; Jalisco (12); Guanajuato
(10); Michoacán (8); Zacatecas (3) y Querétaro (1). ­ Tierra caliente del este y sur : Diócesis de Michoacán, Puebla, México y
Guadalajara = 31. Guerrero (actual estado de) (16); Michoacán (9); Puebla (4);
Colima (2).
9
Wiliam Taylor. Ministros de lo sagrado, 2 vols. México: El Colegio de Michoacán, Secretaría de
Gobernación, EL Colegio de México, 1999, I: 670. 10 Loc. Cit
­ Altiplano central. Diócesis de México y Puebla = 22. México (12; actual estado
de Hidalgo (4); actual estado deMorelos (3). Puebla (3). ­ El Golfo. Veracruz. Diócesis de México y Puebla = 8 ­ Sur: Oaxaca: 8 ­ EL noroeste. Diócesis de Arizpe y Durango = 5. Sinaloa (3); Sonora (1); y
Durango (1).11
8) Principales actores en la insurgencia y en las filas realistas.
Por ejemplo conspiradores y guerrilleros, cabecillas, jefes, tropas, etc.
9) Respuesta popular a las tres batallas más famosas del inicio de la guerra:
Guanajuato, Aculco y la de Calderón.
10) Principales hechos históricos: batallas, ejecuciones, etc.
Finalmente quisiera invitarlos a los archivistas e investigadores a enriquecer el
contenido de los museos. Su apoyo a la labor que el INAH intenta realizar para
2010 en sus museos es de inmenso valor.
Consciente el INAH que resguarda nuestro patrimonio histórico, particularmente
el relativo a la guerra de independencia, ha decidido renovar el contenido y la
museografía de los siguientes museos:
I. Palacio del segundo marqués del Apartado, México D.F.
José Francisco de Fagoaga, su hermano Francisco, su primo Wenceslao de
Villaurrutia, fueron tempranos simpatizadores de la independencia de la Nueva
España. 11 Ibídem; p. 671.
En su palacio, construido por Manuel Tolsá, se propuso recibir al rey Fernando
VII, en caso de que el monarca fuera liberado del poder francés.
II. Casa de Ignacio Allende, hoy museo histórico de San Miguel de Allende.
En esta residencia Allende, motor de la insurrección, organizó una red de Juntas
que se extendieron por Zacatecas, San Luis Potosí, Querétaro, y otros sitios más
lejanos. Parece que la junta más extensa y entusiasta era la de San Miguel el
Grande, con más de 60 conjurados.
III. Ex convento franciscano. Museo Regional de Querétaro
Prisión de insurgentes como Dr. José María Cos y don Narciso María Loreto de la
Canal
IV. Casa de don Isidro Huarte. Museo Regional Michacoano.
La diócesis de Valladolid. El papel de Huarte y de sus hijos en la insurgencia.
V. Casa del Curato de San Felipe Torres Mochas. “La Francia Chiquita”
VI. Casa del Curato de Dolores.
VII. Alhóndiga de Granaditas. Donde se encontraban quinientas fanegas de maíz
almacenadas, 24 mujeres tortilleras. 30 salas llenas de comestibles, oro, plata,
azogue, etc.
VIII. Casa de Morelos, Valladolid, hoy Morelia.
La vida de un dirigente insurgente el más destacado de la guerra emancipadora.
IX Fuerte de San Diego. Museo Histórico de Acapulco.
X. Ex convento franciscano, Museo Regional de San Luis Potosí. Mariano
Jiménez. Contraofensiva realista. Calleja decía: “cien batallas que ganamos nada
nos asegura; pero una que perdamos pierde el reino para siempre”.
XI Ex seminario Tridentino de San José. Museo Regional de Guadalajara.
La insurgencia en occidente, la prensa insurgente. Puente de Calderón.
XII. Museo Regional de Artes y de Industrias Populares, Pátzcuaro.
Papel de las mujeres y los niños en la guerra civil. Gertrudis Bocanegra, su
esposo e hijo.
XIII. Museo del Valle de Santiago
Gran parte de la guerra transcurre en áreas del Bajío, considerado el granero de
Nueva España
y teatro de las principales contiendas. Situación del campo,
malas cosechas, heladas, sequías, etc.
Les agradezco profundamente los informes que puedan enviar a la Coordinación
Nacional de Museos y Exposiciones del INAH sobre los hechos históricos
ocurridos en su región y
noticias de los documentos que existen en sus
respectivos archivos que avalen las narraciones históricas regionales.
*Doctora en Historia por la Universidad de Londres, Inglaterra. Actualmente está
a cargo de la renovación de los museos del INAH vinculados a la insurgencia.
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