5 panes de cebada

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5 panes de cebada
Mikel: ¿Seguro que ya has cogido todas las cajas?
Lucía: Que sí cariño... no seas pesado de verdad...
Mikel: Lo digo por ti, luego empezaras a decirme a todas horas que los de la mudanza
son unos brutos, que no saben hacer nada... y ya sabes como te gusta gritarme...
Lucía: Me encanta cuando te pones así en plan victima...
Mikel: ¿Víctima yo?
Lucía: Sí tú... jeje... vamos a ver... el otro día rompieron el jarrón, se mojaron las cajas
de los utensilios de cocina... si es que cada día llegamos y hay una sorpresa nueva...
Mikel: Vale... hasta ahí de acuerdo, pero hija que te hayas obcecado en que esas cajas
teníamos que traerlas nosotros en el coche... ya te vale...
Lucía: Claro si me hubieras hecho caso y hubieras comprado aquel monovolumen no
habría tanto problema de sitio...
Mikel: Ayy no empieces... me voy al salón, que viene tu hermano enseguida, y hoy
pretendíamos dejar puestos los sillones...
Lucía: Perfecto... yo de mientras seguiré subiendo estas cajas al desván...
Mikel: Y no sería mejor que hicieras limpieza de lo que hay arriba primero...
Lucía: ummmm da un poco de pereza... tú sabes desde cuando no habremos metido
mano a todos los trastos...
Mikel: Bueno porque tú y tu madre sois iguales...
Lucía: Ya... lo reconozco... pero ella tampoco es que nunca nos haya dejado subir al
desván...
Mikel: Pues dile que te ayude ahora...
Lucía: Ahora aun menos... está demasiado reciente y lo sabes...
Mikel: Ya... pero no sé si debería afrontarlo... el médico dijo que volver al pueblo le
haría mucho bien...
Lucía: Eso esperemos...
Mikel: ¿A que hora llega el avión de Jerez?
Lucía: Pues a ver... Jero nos dijo que ella pasaría a buscarla a las 5... así que calcula...
Mikel: Perfecto... pues venga ¿nos ponemos a trabajar?
Lucía: Muy bien cariño... manos a la obra...
Lucía subía lentamente aquellas 38 escaleras, recordaba que de pequeña les encantaba ir
subiéndolas despacio sin querer hacer ningún ruido que despertase a su madre... era muy
quisquillosa con esas cosas...
- ¡Chicosssssssssss! Dios que si es que no gano para disgustos, tu hermano el otro día
una brecha en la cabeza... dichosa serie de Tarzan de la tele y hoy tú aquí haciendo el
saltimbanqui por las escaleras... ¿qué os tengo dicho?
- Pero mama...
- Ni mama ni leches... y dejarme un rato, que ya sabes que hay mucho trabajo...
- Vale mama...
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- ¿Vamos Luci?
- Jeje... vamos...
Aquel desván era un mundo distinto al que nos tenían acostumbrados, lleno de cajas, de
juguetes raros... sobre todo nos encantaban aquellos instrumentos pesados y feos que
mama había guardado a lo largo de los años, y que ella aseguraba ser de gran utilidad y
valor para su trabajo, pero que claro está no entendíamos... pero lo que siempre nos
llamó la atención era una caja roja, de terciopelo suave. Estaba siempre cerrada con un
pequeño candado, y nuestra clara curiosidad nos llevó repetidamente a querer abrirla...
pero claro estaba a prueba de bombas...
Y ahora estaba de nuevo delante de mí, ni con el paso de los años ni con los kilómetros
que me habían separado de ella, conseguí perder aquella curiosidad... pero esta vez no
conseguí resistirme, con un pequeño barrote de hierro conseguí hacer palanca sobre
aquel candado... mostrándome de nuevo aquel mundo imaginario que durante tantos
años quise recorrer junto a mi hermano Fernando...
Había muchas cajas pequeñas, muchísimas fotos en las que me veía incapaz de
reconocer a nadie... y ahí estaba... recordaba aquella libreta... mama la recogía cada día
de su mesilla... y dedicaba los últimos minutos del día a escribir en ella... no pude
resistirme a leerla...
Tenía entonces solo 24 años, y por eso quizá me sentí tan decepcionada cuando supe
que mi destino era un pueblo. Yo siempre había soñado con una consulta diferente... la
veía moderna, bien instalada, alegre... pero la vida es así
- Ni siquiera viene el nombre del pueblo en la enciclopedia, debe de ser una birria (dijo
mi hermano Jero, dejando así mi moral por los suelos)
Carmen como siempre me animó: El sitio es lo de menos, lo más importante es que tú te
sientas a gusto y que la gente te quiera... para ser feliz ¿qué más da grande o pequeño?
Pero yo pensaba muy distinto, creía que para mandarme a un sitio así, no era necesario
que me hicieran tantas preguntas, ni aquel curioso test de aquella asociación, que
curiosamente dio como resultado que sería capaz de controlar a muchas fieras a la vez...
Debí de hacer aquellas reflexiones en alto, por que Jero se rió
- El trabajo te dejará agotada, pero no te preocupes. A ti siempre te ha gustado escribir,
y los ratos libres podrías dedicarlos a eso, quizás vuelvas a casa con un premio literario
bajo el brazo...
Pero yo no estaba para bromas, aquel pueblo se me había atragantado y estaba segura de
que iba a ser algo horrible
Lo note en cuanto llegue a la estación y localicé el autobús rojo y azul, sin duda
contemporáneo para la época, lleno de viajeros y con el techo repleto de cestas escobas,
un cochecito de bebé, enormes fardos de plantas, un colchón y montones de cajas de
cartón atadas con cuerdas
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Pregunté a una mujer si aquel era el coche que iba a Beirechea, con la esperanza de que
me dijera que no, pero me contestó afirmativamente, en un intervalo de su discusión con
el cobrador que pretendía subirle a la baca una enorme maleta atada con cuerda de
esparto, a la que ella se aferraba como si en ello le fuera la vida
- Que sí Perico, que te digo que sí... (decía creyéndose graciosísima y haciendo señas a
su robusto chiquillo que se había sentado cómodamente con los pies en el otro asiento,
para que le ayudara a colocar debajo la preciosa maleta)
Me quede en pie en aquel horrendo pasillo y esperé resignada a que el autobús se
pusiera en marcha, si es que aun andaba aquel trasto... y anduvo, claro. Yo soy así de
desgraciada
Y me despedí entonces de mi agradable vida de chica de ciudad. Lo último que vi de
ella fue la sonrisa de Carmen, que agitaba la mano, y sus ojos llenos de lágrimas. Sentí
un nudo en la garganta y apreté los puños con fuerza
Y pasaban y pasaban los kilómetros, y poco a poco salíamos de aquella ciudad... mi
ciudad... Jerez... quien no la conozca pensará que es un pequeño pueblo perdido de
Cádiz... pero para alguien que ha pasado allí toda su vida, siempre significará mucho
más. Y para una niña como yo, que había pasado toda su infancia allí, la sensación de
abandonar todo aquello que parecía tan tuyo se hundía en mi mente
Cada vez que echaba un vistazo por aquella pequeña ventanilla, y veía un pueblo más o
menos bonito rezaba porque fuera el mío, pero no... el autobús no se paraba más que
para coger nuevos viajeros, que poco a poco se iban apelotonando unos sobre otros en
aquel ambiente de humo, gallinas y paja... pero que ellos llevaban con una sonrisa y un
saber estar que asustaría a cualquiera
Tras las primeras dos paradas, yo había conseguido asentarme entre aquella señora de la
estación, que durante los primeros 30 minutos había empleado todos sus esfuerzos en
intentar mantener una conversación conmigo... pero la falta de interés por mi parte
pareció romper toda su ilusión, y había desesperado, manteniéndose en silencio el resto
del trayecto
Frente a mí, se había sentado una jovencita, que supuse sería de mi edad, pero a la vista
de su rostro, recordé aquellas fotos en la clase de dermatología de la facultad, rostros
curtidos por el sol que iban perdiendo toda su lucidez juvenil, que era sustituida por un
rostro tosco que reflejaba toda el trabajo que habían sufrido
Antes de que pudiera concentrarme en el camino, pasé uno de los peores momentos de
todo el viaje, un muchacho, de unos años menos que yo, se apoyó de pie en mi
resposabrazos, y con todo tipo de descaro, hacía un análisis exhaustivo de mi anatomía,
mientras yo notaba como mi cara iba palideciendo y enrojeciéndose, simultáneamente.
No sé si el destino o mi suerte, aquel muchacho compartió escasos minutos conmigo en
aquel autobús,, en breve llegó su parada y se bajó, dejándome respirar tranquila por
unos segundos
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Apoyé mi cara sobre la ventanilla, alguien había abierto uno de los ventanucos que
había en el techo del autobús, permitiéndome así respirar algo de ese supuesto aire puro
del que todo el mundo hablaba en el hospital
No sé si fue el aire, o el sol, pero empecé a notar como me pesaban los párpados, y
como el dulce sonido del silencio iba calmando mi cuerpo hasta llevarme hasta un
reparador sueño...
Los gritos de unos niños que descansaban con su madre en los asientos traseros
volvieron a traerme al mundo real después de unas escasas dos horas. Mi hermano había
asegurado que la larga distancia de mi viaje, se haría menos pesada de lo que parecía en
aquel mapa inmundo que nos había enseñado Carmen, pero yo veía como el tiempo
pasaba demasiado despacio para mí... y empecé de nuevo a recordar...
1 año antes, si es verdad, justo hoy, 12 de mayo, acababa mi último examen en la
facultad... Recuerdo haber llegado a casa, y haber entrado en el despacho de mi padre,
como había hecho hasta entonces desde el primer examen de la escuela. Y como
siempre, allí estaba él, un apuesto jerezano como lo definía mi madre, con su pipa en la
mano, y aquella bata blanca, siempre impecable, que Carmen disponía a punto cada
día para él
- ¡Papa!
- ¡Hija! Que pronto has llegado ¿no? Eso no sé si serán buenas o malas noticias... ¿qué
tal ha ido?
- Um... yo creo que bien... pero ya sabes que ese profesor es un hueso...
- Bueno Maca... sabemos que el doctor Sotomayor, no es una dulzura, pero esa
asignatura es importante...
- Pero papá es la última de la carrera, la verdad es que una sonrisa después de haber
entregado aquel papel hubiera sobrado...
- Ya... pero ¿tú no querías que no hubiera ningún favoritismo?
- Claro, y eso te lo agradezco papá, no sabes lo que eran las miraditas de todo el
mundo durante el primer curso, persona que descubría mi apellido en una lista... ¡una
Wilson! persona que aseguraba que me regalarían la carrera...
- Pero has sabido demostrar que todo aquello eran tonterías y comentarios absurdos,
estoy muy orgulloso de ti... bueno yo y tu madre...
- Lo sé papá...
- Bueno y ahora deberíamos hablar de cosas más serias...
- No me asustes papá...
- No es asustarte hija, tú ya sabes que tu hermano me decepcionó un poco cuando me
aseguro que su idea no era seguir mis pasos...
- Papá déjale tranquilo, el año que viene empieza en la facultad, y ser abogado ha sido
su sueño desde que era muy pequeño
- Hija... lo sé, pero a un padre le cuesta hacerse a la idea...
- Pero yo si he seguido tus pasos... ¿no?
- Pero hija, ¿tú no te das cuenta de que el trabajo de médico no es un oficio propio de
una mujer de su casa?
- ¿Cómo que de una mujer de su casa? ¿Que quieres decir con eso?
- Verás hija, cuando terminaste la escuela y hablaste con nosotros, tu madre y yo
pensamos que necesitabas completar tu educación... y bueno te empeñaste en estudiar
medicina y no quisimos poner objeciones
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- Pero...
- Pero... bueno tu hija sabes que en el círculo de nuestras amistades, una apuesta
jovencita de tu edad, debería tener otras cosas en la cabeza
- ¿Cómo cuales?
- Pues no sé, comprarse una casa, un buen marido, hijos...
- Pero papá... yo he puesto todo mi esfuerzo en esta carrera... así que lo mínimo que
quiero en mi vida, es poder ejercerla
- ¿Y quien crees que va a darte trabajo?
- No sé... yo había pensado, que quizás tú, tu clínica...
- Ni lo sueñes... ¡ninguno de mis pacientes se atrevería a dejar su salud en manos de
una jovencita! Que desfachatez...
- Pero papá...
- No Maca... las cosas no son tan sencillas...
- Claro y tú ya te encargas de ponérmelo todo mucho más difícil...
- Aquí no tienes nada que hacer... ya sabes lo que pienso
- ¿Y mama? Mama también piensa lo mismo?
- Por supuesto hija... el mundo no es un mundo de fantasía como el de tus libros o el de
tus historias... bueno y si ahora no te importa, Suárez está a punto de llegar, y debo
atenderle como se merece...
- Claro papá... me marcho entonces...
Una vida diferente, eso era lo único que pedía a gritos cada noche desde entonces,
cuando me acostaba y miraba al cielo desde mi ventana. Desde bien pequeña me había
encantado mirar el cielo estrellado las noches después de un día de tormenta. Mi casa,
era la envidia de mucha de la gente de la comarca, entre eso, y las comidillas que se
montaban alrededor de las continuas fiestas que montaba mi madre en honor de
cualquier tontería que se le ocurriera celebrar cada fin de semana, había conseguido
que fuésemos el tema de que hablar en todas las reuniones sociales de la ciudad
Después de cada una de aquellas fiestas, huía a mi rincón favorito, un desván que
había en el cuarto piso de la casa, y donde mi padre había instalado un ventanal que
ocupaba gran parte de aquel techo horizontal de la casa. Aquello me permitía
contemplar todas aquellas constelaciones, incluso recuerdo las Navidades, cuando
estaba a punto de cumplir mis cuatro años, en ellas mi abuelo me regaló un pequeño
telescopio... un último modelo traído de Estados Unidos, me decía mi padre, con el que
yo ilusa de mí pretendía que las estrellas se acercasen todo lo posible a mi casa...
quizás pensando que si pudiera me subiría en una de ellas huyendo hacia donde el
infinito universo me dejase cobijarme... pero aquellos eran simples sueños, y mi vida,
ya había dejado de ser un simple sueño
Aquel día, algo debía cambiar, no podía seguir siendo aquello que había odiado en mi
madre, y en lo que aquella familia prometía convertirme en pocos años. Claro que
quería formar una familia, claro que quería una casa, con jardín, y niños correteando
por aquellas tierras... pero ¿a costa de que? ¿Mi felicidad, mi trabajo? Aquello por lo
que había sudado todos esos años... ni mi padre ni nadie sabía lo que era escuchar
cada mañana la humillación de ser la única mujer que accedía a todas las prácticas del
hospital de Sevilla... recordaba haber escuchado al rector, como incitaba a todos los
profesores a no permitir que la honrosa reputación de un hospital como el suyo,
quedase en entredicho por los caprichosos de una pija niñata, que soñaba con ser
médico
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Luché contra todo aquello, demostrando que esa mujer era una doctora de los pies a la
cabeza, y que demostraría al mundo lo que valdría como profesional. Pero de nuevo,
nadie me daba una oportunidad, pero ni siquiera mi padre, al que yo admiraba tanto
por su profesionalidad como su carácter...
Lágrimas y lágrimas derramé aquella odiosa noche, no se me olvidará nunca, recuerdo
como Carmen, que había sido mi paño de lágrimas desde el primer día en la facultad,
subió de nuevo a acunarme en sus brazos, mientras me contaba historias sobre
constelaciones y princesas. Carmen, esa mujer, que se había colado en mi corazón
desde el primer día de mi vida, prácticamente nací en sus brazos, ella ayudó a mi padre
en el parto, fue mi cuna, mi fuente de alimento... había momentos en los que la
consideraba más mi madre que la mía propia... y el sentimiento era mutuo
Nunca se había casado, desde muy pequeña había entrado en mi casa como una
sirvienta, aunque para mí era mucho más que todo aquello...
Carmen: Pero Maca... mi niña... ¿qué ha pasado? Deberías estar más feliz... has
terminado...
M: ¿Pero no te das cuenta? De que me sirve todo el esfuerzo? ¿Si nadie me dará ahora
una oportunidad?
Carmen: Mira mi niña... no quiero que te rindas ahora, nadie confío en ti cuando
empezaste y mira hasta donde has llegado ahora... escúchame... cumple tu sueño...
hazlo por ti...
M: ¿Pero como?... ¿eh Carmen? ¿Como lo hago...?
Carmen: Encontraremos la solución... te lo prometo...
Y así pasaban y pasaban los días, aquel verano aciago, poco a poco llegaba a su fin,
Maca poco había podido disfrutar de él, se entretenía ayudando a Carmen en la cocina,
hizo algún pequeño viaje fugaz con el loco de su hermano, al que adoraba, y al que
acompañaba en su último verano libre antes de entrar en la facultad...
Jero: Oye Maca...
M: ¡Dime pequeñajo!
Jero: ¿Nunca pensaras dejar de llamarme así?
M: No... siempre vas a ser mi pequeñajo ¿no?
Jero: Ya claro...
M: Bueno ¿qué? Dime...
Jero: Verás... yo es que...
M: ¿Que te pasa?
Jero: Bueno que yo quería darte las gracias...
M: ¿Por qué enano?
Jero: Bueno ya sabes... en unos días marcho para Sevilla a estudiar, y bueno te
agradezco que hubieras animado a nuestros padres... ya sabes que papá no se tomó
demasiado bien que no quisiera estudiar medicina...
M: Lo sé... pero ya es agua pasada... ahora lo que tienes que hacer es aprovechar esta
oportunidad ¿me oyes...?
Jero: Claro mami...
M: Tonto...
Jero: ¿Y tú que piensas hacer?
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M: Pues no lo sé... está claro que en Jerez no puedo quedarme...
Jero: ¿Volverás a Sevilla?
M: Seguramente... verás... allí podría seguir colaborando con las asociaciones donde
ya estaba cuando estaba en la facultad...
Jero: ¿Y no quieres buscar trabajo?
M: Lo intento Jero lo intento... pero papá conoce a demasiada gente... y ya se está
encargando de que nadie coja mis llamadas...
Jero: Seguro que todo se arregla...
M: Carmen dice lo mismo
Jero: Claro, es que Carmen es muy sabia... también dice que yo soy lo más bonito de la
casa...
M: ¡Anda calla zalamero!
Jero: Si tiene razón... jejeje
Y así llegó el 20 de septiembre, Jero empezaba en la facultad ese mismo lunes, y al final
Maca convenció a todo el mundo de que lo mejor era volverse a Sevilla... quizás podría
hacer algún doctorado, o seguir con las prácticas en el hospital universitario...
PM: Hija... ¿y que te parece si hablo con Sotomayor y empiezas a dar clases en la
facultad?
M: ¿De medicina?
PM: No, no... en la facultad de enfermería
M: Pero ¿por qué?
PM: Maca... solo puedes entrar de profesora en una facultad femenina... y lo sabes...
M: No papá... muchas gracias, hasta ahora no he necesitado tu ayuda, no pienso
pedírtela ahora tampoco...
PM: Muy bien... tú sigue tan cabezota como siempre... ya te darás un golpe y volverás
llorando a casa...
M: Ni lo sueñes... no pienso darte el gustazo papá...
MM: No hables así a tu padre Maca...
M: ¿Nos vamos Jero?
Jero: Sí, sí claro... bueno papá, mama... estaremos aquí el próximo puente de acuerdo...
MM: Cuídate hijo... y tu Maca... vigila a tu hermano
M: Es mayorcito mama...
MM: Lo sé... pero hay mucha lista por ahí suelta... y el apellido tira...
M: Mama... por favor... le ira bien, os lo prometo...
PM: Bien chicos, buen viaje... ¡Rodolfo!
Rodolfo: Dígame señor...
PM: Necesito el coche de vuelta para mañana mismo... ya sabes que doy unas
conferencias en Almería...
Rodolfo: Por supuesto señor... aquí estaré...
Jero: Adiós...
MM: Adiós hijos...
M: umm... por fin...
Jero: Estoy nervioso...
M: Venga anda, no te preocupes, todo saldrá bien ya verás...
Jero: Eso espero...
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Y comenzó una nueva vida para ambos, digo también para mí, por que tras rechazo y
rechazo, perdí un poco el norte, y hubo una temporada que tuve que dejar de buscar
agujas en un pajar, y dedicar mi tiempo a buscar un trabajo cualquiera, que me
permitiera desligarme un poco del dinero de la familia Wilson que me traía por el
camino de la amargura
Comencé trabajando en un pequeño café, era del padre de Marta, una de las chicas que
estaba conmigo en la asociación de derechos humanos a la que entre el primer año de
facultad...
Marta: ¿Y tú estás segura de cómo va esto?
M: Hija... mucha experiencia no tengo, pero con todas las cañas que nos hemos tomado
tú y yo... digo yo que podré ser capaz de hacerlo ¿no?
Marta: Nada, nada... todo tuyo entonces... estaré por aquí por si me necesitas digo...
oye y ¿qué tal Jero? Por que tanto oír hablar de él... y no se ha dignado ningún día a
pasarse por aquí... ¿no?
M: Bueno... ya sabes... este tipo de cafés no son su estilo... él es mucho más sofisticado
que todo esto... pero bueno me preocupa
Marta: ¿A que te refieres?
M: Pues a eso mismo, creo que está tan preocupado por seguir los pasos de mi madre
en cuando a relaciones sociales se refiere que ha dejado muy de lado sus estudios... y le
pasará factura...
Marta: Bueno Maca, no eres su madre y el ya es mayorcito, déjale...
M: Sí, sí claro...
Marta: Bueno y esta tarde iras a la reunión ¿no? Me han comentado que vienen dos
chicos vascos... han debido estar trabajando en proyectos de verano en pueblos
fantasma...
M: ¿Y eso que es?
Marta: Pues son pueblos que no tienen demasiados habitantes y que quieren repoblar,
ya sabes... arreglan casas viejas, y dejan vivir en ellas a familias jóvenes que no tienen
demasiados recursos para seguir adelante en una ciudad...
M: Vaya, eso está muy bien... pues nada habrá que ir...
Marta: Perfecto... te veo entonces allí... a las 8...
M: Muy bien
Marta: Suerte...
M: Gracias mi niña...
Y aquella reunión tan insignificante en principio fue el inicio de mi nueva vida. Bien
era cierto que aquellos comentarios de Marta me hicieron pensar mucho... casas en un
pueblo pequeño... allí no te conocería nadie Maca... podrías empezar de nuevo... sin
apellidos, sin riquezas... solo tú... una chica con ilusiones... seguro que las dos manos
de un médico no vendrían mal... y así es como empecé a darle vueltas a un tema, que en
principio no parecía tener ni pies ni cabeza... pero que con el paso de los meses tomo
forma... la de mi nueva vida...
Carmen: Pero ¿tú estás segura hija?
M: Claro que sí... es una oportunidad... Raúl me ha dicho que el médico de la comarca
ya es mayor, y está un poco harto de tener que llevar a todos aquellos pueblos...
Carmen: Pero tú sola... allí, en un pueblo... si tú siempre has vivido en la ciudad...
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M: Por eso mismo... ellos me dan una oportunidad... y no pienso desaprovecharla... son
los únicos que me abren una puerta... empezaré de cero... seguro que me ira bien...
Carmen: Bueno hija, la verdad es que hacía tanto tiempo que no te veía ilusionada por
nada, que no me queda más que decirte que animo... ¿cuando te vas entonces?
M: El próximo mes... dicen que Navarra está preciosa en mayo... espero que no se
equivoquen
Carmen: ¿Y tus padres?
M: No me esperaba menos de ellos... les ha dado lo mismo, dicen que soy una cabeza
loca, y que regresare algún día con la cabeza gacha pidiendo ayuda...
Carmen: No lo permitas hija...
M: No lo haré, pienso demostrar a todo el mundo que sirvo para esto...
Carmen: Ayy mi niña...
Y aquí estaba yo, el mes pasado pensaba que los días iban demasiado despacio, la
ilusión por irme no me dejaba muchas veces conciliar el sueño, y me pasaba noches
enteras anotando nuevas ideas para aquel pueblo... Beirechea, recuerdo que la primera
vez que oí aquel nombre me sonó a chiste... pero me tuve que hacer a la idea de aquel
sería mi nuevo hogar...
En aquel autobús, me sorprendió a mi misma mi desesperación, por que siempre había
sido una persona serena. Pero entonces, no sé por que, tenía ganas de gritar o de pegar a
alguien... me parecía que me había metido en un manicomio. Toda aquella gente que me
rodeaba tenía que estar loca por tener tan buen humor, yendo a un sitio como aquel.
Sentí como una niebla a mí alrededor, y solo oía confusamente la cháchara de los
viajeros
- El chico de la Serapia, que dice que el año que viene deja el seminario ¡estará bueno el
padre! Figúrate...
- ¿Yo con Marcos? ¡Tú estás loco! Habrás entendido mal... pues mira que a mí gustarme
Marcos...
- El hijo entra ahora en la escuela... y la chica ya tiene 19 años, el año que viene se casa
- No dejes de venir mañana Beltran... estas ovejas te convienen...
- ¿Pero no decía usted que iba a Beirechea? (dijo una voz a mi lado)
Abrí los ojos sobresaltada, era la mujer de las dos gallinas, que ahora se reía sin
disimulo. Todos los viajeros se habían apeado y yo allí sola me sentí la más pueblerina
de todos, bajé dando traspiés, nunca en la vida me había sentido tan desgraciada. La
mujer de los niños coronó mi viaje cuando incrustó su dura maleta en mi cintura, no
llore solo por que me daba vergüenza
Miré a mi alrededor desorientada, todos mis compañeros de viaje habían ido
desapareciendo por caminos y atajos, bien cargados con sus cestos y allí solo quedaba
yo, junto a la cuneta de la carretera, sin saber que hacer. Comenzaba a oscurecer
Un anciano desgarbado venía directo hacia a mí... no sé por que pero mis piernas no
respondieron al deseo de mi mente de salir huyendo de aquel lugar... era un hombre
maduro, posiblemente de la edad de mi padre, y que se acercaba con paso firme hacia
donde estaba yo...
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Señor: Buenas noches señorita... por un casual, no sabrá usted si ese autobús era el de
la capital
M: Sí de Madrid sí...
Señor: Usted ha venido en él
M: Claro
Señor: Y por un casual... no será usted la nueva doctora...
Cuando oí aquel pequeño calificativo, mi cuerpo retorno a su estado natural, miles de
mariposas aletearon por mi estomago y rauda y veloz, me apresure a contestar a aquel
hombre de apariencia bonachón...
M: Sí, la misma... Macarena...
Señor: Muy bien doctora, siento no haber podido llegar antes, pero se me ha puesto una
vaca de parto...
M: No se preocupe, acabamos de llegar... y usted es...
Señor: uyy si perdone... me llamo Txus...
M: ¿Txus?
Txus: Sí bueno... en realidad es Jesús, pero aquí en el pueblo todos me llaman así...
M: Bien, pues encantada señor Txus...
Txus: uyy déjate de señor, por favor... y tutéame, que somos casi colegas...
M: ¿Usted es el doctor?
Txus: No, no... ese es Txomin... yo soy el alcalde...
M: (Aquel hombre el alcalde... madre mía como sería el resto del pueblo llano...)
Perfecto entonces...
Txus: Bien, pues si me permite su maleta señorita...
M: Claro, gracias Txus...
Txus: Así me gusta... agárrese fuerte a las riendas...
M: ¿Perdón?
Txus: Claro... no pensara ir andando al pueblo... suba al carro...
M: Tengo que subirme a eso...
Txus: Hombre si prefiere andar los 15 kilómetros que le quedan... allá usted... pero con
esa falda y esos zapatos le puedo asegurar que no llegaría usted demasiado lejos...
M: Que bien empezamos...
Txus: ¿Decía algo?
M: Que allá vamos...
Txus: Perfecto... ¡eeeeeeeeee! (gritaba al caballo...)
Con demasiados esfuerzos, conseguí adecuar aquella incomoda falda en aquel pequeño
carruaje de madera al que me obligaron a subir, entonces recordé como mi madre
insistía en quitar mis dichosos pantalones del armario, por falta de feminidad para la
época decía mi madre
Txus: No la veo yo muy avenida con el transporte ¿no?
M: Vera... yo me siento mucho más cómoda sobre los caballos
Txus: ¿Monta?
M: Sí... verá, yo vengo de Jerez, y allí la tradición del caballo está muy arraigada...
Txus: Me alegro... a mi hija también le gusta más lo de montar a caballo que lo de
llevar las riendas de un carromato como este...
M: ¿Tiene una hija?
Txus: Sí, una hija y 8 varones...
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M: Madre mía...
Txus: Jejej, es la pequeña, se llama Esther, y desde luego la que más se parece a su
madre...
M: Espero conocerla algún día
Txus: uyy... pues prepárese por que tiene un carácter...
M: Jajaj ya será para menos
Txus: No, no... usted pregúnteselo a Txomin el doctor...
M: ¿Por?
Txus: Por que mi hija es enfermera, y trabaja con él...
M: ¡Ah! entonces seguramente pasaremos tiempo juntas...
Txus: Pues no sé si decirle a para gracia o desgracia, pero así será
M: Estupendo entonces, ¿y la conoceré entonces pronto?
Txus: Sí... supongo que ahora mismo estará en casa ayudando a su madre, hoy el doctor
trabajaba en varios pueblos, por aquí pasa consulta los lunes y miércoles
M: ¿Y el resto de días?
Txus: Procuramos no ponernos malos...
M: Bien y ¿mi casa entonces? ¿Cuándo podré verla...?
Txus: Bien... de eso quería yo hablarle señorita...
M: ¿Que pasa?
Txus: Bueno deberá pasar unos días con nosotros antes...
M: Pero ¿por qué?
Txus: Aun le faltan unos arreglillos diría yo... mire, justamente, ve esa colina de allí...
pues esa...
M: ¿Esa? ... unos arreglillos dice... (“pero si no tiene una pared en pie entera...”)
Txus: Tranquila, en este pueblo trabajamos rápido y bien...
M: Eso espero...
Txus: Yo siento que no hayamos podido terminar las obras para cuando tú llegaras,
pero claro es que enseguida empiezan las cosechas, y hemos estado bastante ocupados
M: ¿Las cosechas? Pero ¿quien se supone que debe de hacer las obras?
Txus: Hija, aquí es trabajo del pueblo en general, cada uno aporta algo, es decir, si no
puedes trabajar por que eres demasiado viejo o tienes mucha labranza, cedes hormigón,
o ladrillos... o lo que medianamente puedas...
M: Vaya, así que mi casa será de todos ¿no?
Txus: Algo así... aquellos muchachos tímidos que llegaron ya hace más de 3 años nos
abrieron un mundo de posibilidades, hasta hace bien poco la media de edad de nuestro
pueblo rondaba los 60, la esperanza de que saliéramos adelante se quedaba en un triste
sueño para todos. Incluso el único niño que por aquellos entonces jugaba por las calles
ingresó en un internado de la capital, por que tras las riadas de hace unos años el
autobús que le recogía para ir al colegio, no podía pasar... en fin... y desde entonces han
llegado muchas familias, con mucha ilusión, el pueblo está repleto de niños, la plaza
mayor se llena cada domingo en los bailes... el pueblo ha vuelto a nacer... y ahora has
llegado tú...
M: Vaya gracias... aquí espero poder sentirme útil, pero sobre todo devolverles toda esa
ilusión que han puesto en mí...
Txus: Estoy seguro de que así será... y mira esa será tu consulta, bueno compartida con
Txomin...
M: ¿Al doctor que tal le ha parecido mi llegada aquí?
Txus: ¿Cómo le va a parecer? Está totalmente ilusionado, el trabajo le desborda cada
día, y ha vivido solo tanto tiempo, que el tener a alguien joven al que enseñar le ha
llenado de ilusión y de vida, está ya mayor, y tiene ganas de ir retirándose...
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M: Claro, tendrá ganas de pasar tiempo con su mujer, y disfrutar un poco del tiempo
libre
Txus: Bueno, se quedó viudo hace ya unos años, y nunca tuvieron hijos, pero él tiene
sus tierras sus animales, ya sabes... se merece un descanso. Ya te darás cuenta de aquí
en Beirechea todos somos como una gran familia. ¿Tú tienes mucha familia?
M: Bueno en Jerez, vivía con mis padres, y mi hermano Jero, que es el pequeño de la
casa... bueno y luego si contamos al servicio...
Txus: Vaya con servicio...
M: Sí bueno, no se crea que soy una típica señorita, he vivido seis años sola en Sevilla y
he preferido no depender del dinero de mis padres en todo lo que me ha sido posible, y
al final no me ha ido tan mal, estoy aquí...
Txus: Si te digo la verdad, cuando pedimos un doctor, nunca nos imaginamos que
vendría hasta aquí alguien como tú
M: ¿Alguien como yo?
Txus: Sí, bueno ya sabes... esperábamos a un hombre, eso sobre todo, más mayor
quizás, de pueblo como nosotros...
M: Ya ves... allí en Jerez nadie me dio una oportunidad... y aquí no me pusieron
ninguna pega
Txus:¿Y por que habríamos de ponerla?
M: Por ser una mujer...
Txus: Bueno, algo si que quiero decirte, algunos hombres, y también incluso algunas
mujeres, al principio no te miraran bien, a ver, estamos en un pueblo, la mayor parte de
la gente que vive aquí nunca ha salido de sus tierras, y mucho menos ha pisado la gran
ciudad. Así que tú dales un voto de confianza, en cuanto vean que haces bien tu trabajo
te aceptarán como quien eres... la doctora... mira, baja un momento, tengo que enseñarte
algo...
M: Está bien...
Txus abría una destartalada puerta de madera, de la que supuestamente iba a ser mi
nueva consulta, mi puesto de trabajo, algo por lo que había soñado desde hacía tanto
tiempo. Si pienso ahora mismo lo que se me pasó por la cabeza solo al ver aquel
felpudo mugriento... madre mía. Pero aquella expresión en mi rostro desapareció en el
momento en el que la puerta se abrió ante mí y Txus prendió una pequeña lámpara de
aceite que colgaba de un pequeño enganche de cobre que había junto a la entrada. Ante
mí se abrió una nueva vida, una preciosa mesa de madera de roble, tallada lucía brillante
en medio de la consulta. A su lado una camilla, también de madera, cubierta con unas
sabanas de un blanco reluciente y pequeñas puntillas a cada lado, varios posters
colgados... pero sobre todo lo que me llenó de orgullo fue una pequeña placa dorada
sobre la mesa... Dra. Fernández... reconozco que en aquel momento me sentí el ser más
lleno de gracia del mundo, incluso me permití el lujo de lucir una pequeña sonrisa,
acompañada de dulces lagrimillas que recorrían mi rostro...
Txus: Quizás no te parezca gran cosa, supongo que allí en Jerez las consultas serán
espectaculares y llenas de lujos, pero como en tu casa, todo el mundo ha puesto su
granito de arena... los visillos de las cortinas y de las sabanas los ha hecho mi mujer, el
herrero se ha encargado del encofrado de las ventanas, las lámparas y de la placa... y
bueno el ebanista y Txomin se encargaron de recoger los pinos el pasado otoño para
poder fabricar la mesa y la camilla...
M: ¿Sencillo dices? Es perfecto, de verdad muchísimas gracias...
5 panes de cebada
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A lo lejos...
¡Txuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuussssssssssssss!
M: ¿Eh?
Txus: Jeje esa es la parienta... nos hemos retrasado, y deberíamos ir ya a casa, toca
cenar...
M: Bueno que yo no quiero ser ninguna molestia, y bueno estar en su casa...
Txus: Ah no, ni lo sueñes, serás nuestra invitada, mientras arreglamos tu casa, la
nuestra será tuya también
M: De acuerdo, muchísimas gracias... por cierto, habría algún teléfono para poder
llamar a mi casa y decir que todo ha ido bien, ya sabe, el viaje y esas cosas...
Txus: Bueno, vamos a ver (mirando su reloj); aquí el único teléfono lo tiene Bartolo, el
dueño del bar, pero claro, a estas horas está jugando al mus en la parroquia, habrá que
esperar hasta las 12 más o menos
M: Ya bueno, pero llamar a mi casa a esas horas...
Txus: Bueno luego probamos a ver... pero ahora vayamos ya a mi casa, que si no sé
quien dormirá esta noche en el sofá...
M: jeje... ya, ya... no quiero conflictos parentales...
Txus: Claro...
Mikel: ¿Cariño?
Lucía: ¿Sí?
Mikel: ¿Que haces?
Lucía: Bueno es que mira he encontrado esto... y estaba aquí leyendo un rato
Mikel: ¿Un rato dices? Si llevas aquí arriba más de dos horas... ¿qué es?
Lucía: Creo que el diario de mama
Mikel: ¿Tu madre escribía un diario?
Lucía: Sí, yo lo sabía, bueno y Jero y Fernando, cada noche se acostaba tarde y se
quedaba escribiendo... y mira por donde ahora estoy yo aquí leyéndolo... espero que no
le importe que lo haya hecho...
Mikel: No sé, no sé, quizás pregúntaselo a ella personalmente ¿no?
Lucía: ¿Ya han llegado?
Mikel: Sí hace un ratito llamó tu hermano para decirme que el avión llegaba puntual,
están aparcando el coche en el porche, venga baja...
Lucía: Claro, claro...
Bajaron rápidamente las escaleras que les separaban del salón, y allí entraba Fernando
por la puerta, cargado con varias maletas, se abría paso al salón con cara de alegría...
Fernando: Dios... que gusto estar en casa...
Mikel: Hola cuñado, ¿qué tal el viaje?
Fernando: La salida de Pamplona muy bien, pero claro, luego encontrar el aeropuerto
no ha sido nada sencillo...
Mikel: Hijo ¡desde qué vives en la capital no sabes ni moverte!
Fernando: Sí, sí...
Lucía: ¿Ya os estáis quejando? Ven aquí hermanito, y dame un abrazo... umm que
gordito estás... como se nota que te cuidan... ¿que tal esta Raúl?
Fernando: Muy bien, ya sabes que le dio mucha pena no poder venir estos días, pero
tiene que entregar el reportaje muy pronto, y no le daba tiempo...
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Lucía: Te cuida bien ¿no? Que no me entere yo...
Fernando: Claro que sí...
Lucía: ¿Y mama?
Fernando: Está ahí fuera... ya sabes, contemplando el jardín... nunca dejará de mirar
esas flores...
Lucía: ¿Mama?
M: Hola Lucía cariño
Lucía: ¿Que tal el viaje?
M: Bien, bien, cortito, la verdad es que es una maravilla esto del avión...
Lucía: ¿Que tal por Jerez?
M: Bueno, había que arreglar papeles y esas cosas...
Lucía: Claro... mama, estás más delgada...
M: Lo sé hija, pero entiende que no tenga mucho apetito... ¿y los niños?
Lucía: Ya te dije que se quedaban en Pamplona con los padres de Mikel, tienen colegio,
pero te prometo que el fin de semana los traen...
M: Tengo muchas ganas de verles...
Lucía: Pero si hace una semana que los viste...
M: ¿Y que? Yo tengo ganas y punto...
Lucía: Vale, vale... venga entremos que ya está empezando a refrescar... que además
quiero enseñarte algo...
M: Claro hija que secretismos... entremos...
Lucía: Toma
M: ¿Y esto?
Lucía: ¿No me digas que no lo recuerdas?
M: Por supuesto que sí... me refería mas bien ¿de donde lo habías sacado?
Lucía: ¿De donde va a ser mama? Del baúl... ya sabes, el del desván...
M: Por supuesto que sé que baúl me hablas... ¿cuantas veces os dije que eso eran viejos
recuerdos? ¿Por qué lo has tenido que abrir?
Lucía: Lo siento mama, pensaba que podría, no se estábamos Mikel y yo recogiendo un
poco y bueno lo vi...
M: Pues no deberías haberlo hecho...
Lucía: Pero mama...
M: Ni mama ni nada... ya eres mayorcita, y sabes hasta donde puedes penetrar en la
intimidad de una persona...
Lucía: Lo siento...
M: Ya está hecho, lo dicho, vengo muy cansada del viaje, creo que debería acostarme
ya...
Lucía: Mama solo son las 8
M: Estoy cansada
Lucía: Tomate un vaso de leche por lo menos, seguro que hoy tampoco has comido
demasiado...
M: No gracias
Maca ascendía a duras penas las escaleras que le conducían al segundo piso, hacía más
de 12 meses que no pisaba aquella casa, y aun no entendía muy bien como había
accedido a volver... quizás la insistencia de sus niños, quizás los deseos de recuperar los
viejos recuerdos, no lo recordaba muy bien. Llegó a aquel largo pasillo, que le condujo
hasta la última habitación, a su paso había ido dejando cada una de las habitaciones de
sus hijos, nada había cambiado desde entonces, desde bien pequeña había sentido la
5 panes de cebada
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necesidad de guardar cada uno de los tesoros que había ido recolectando, y se sentía
incapaz de librarse de todo...
Continuo andando, y cuando el pasillo alcanzaba a su fin, se vio postrada frente a
aquella puerta, los pies, ni siquiera las manos, le respondían a sus deseos de abrir
aquella manilla, y posando su frente en la puerta, dejó caer su cuerpo al suelo mientras
sollozaba...
M: ¿Por qué me has dejado sola? ¿Por qué...?
Lucía: ¿Mama? ¿Que pasa...?
M: Hija...
Lucía: Venga sentémonos aquí... siempre me ha encantado este sofá en el pasillo, no
me habré sentado veces contigo aquí a charlar de nuestras cosas...
M: Sí, es cierto, aun recuerdo la primera vez que me hablaste de Mikel fue aquí mismo,
venías con una cara de alelada en aquella excursión del colegio... mama he conocido a
un chico me dijiste
Lucía: Sí, lo recuerdo, estaba nerviosa, como ausente...
M: Lo sé... pero siempre me habías contado todo, y hacia tiempo que te notaba que te
alejabas de mí
Lucía: Sería la edad... a mí empieza a pasarme con Rakel...
M: Pero si tiene 11 años...
Lucía: Mama las niñas de hoy en día saben latín... madre mía...
M: Jeje... ¡ha crecido tan deprisa!
Lucía: Lo sé... bueno ¿y que pasa? ¿No puedes entrar a la habitación?
M: No sé, me he quedado paralizada, esperaba tener el valor suficiente como para
afrontar todo esto, pero aun me cuesta... hace mucho que no estaba por aquí, tienes que
entenderlo
Lucía: Pero mama, ha pasado ya casi un año, la vida sigue adelante... ella querría que tú
siguieras adelante, si te viera así se derrumbaría...
M: Lo sé, pero la extraño tanto...
Lucía: Todos le extrañamos mama... pero sé que está cuidando de nosotros, lo noto, y
tú deberías saberlo mejor que nadie...
M: ¿Hasta donde has leído?
Lucía: ¿Que?
M: Digo que ¿hasta donde has leído del diario?
Lucía: Ah... bueno no mucho
M: No mientas... siempre has sido muy cotilla...
Lucía: Bueno más o menos hasta tu llegada al pueblo...
M: Vaya... menudo mal rato pase... un pueblo de 5 casas, sin apenas electricidad y
menos aun agua corriente, mi llegada aquí fue como una revolución de cuerpo y
mente... yo acostumbrada a mi casa en Jerez, el servicio, coches, todos lujos... y todos
tan innecesarios a la vez... ¿no quieres saber como sigue el resto de la historia?
Lucía: Pero tú has dicho que es tu intimidad...
M: Ya hija, lo siento, no debí ponerme así, pero creo que tenéis derecho a saberlo...
Lucía: Bien, pero haremos un trato, bajas conmigo, nos tomamos un café, con unas
pastas muy buenas que ha traído el tío Cosme... y nos cuentas más partes de la historia...
¿te parece?
M: Bien hija... tan insistente como tu madre... la verdad es que cada día te pareces más
a ella...
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Lucía: Eso dicen todos...
M: Tienes la misma sonrisa, y sus ojos... la verdad es que cuando te miro la veo a ella,
aquel 12 de mayo, nunca se me olvidara... nunca podré olvidar esa mirada, como me
miró cuando llegue a su casa...
Txus: ¡Maritxu! Ya estamos aquí...
Maritxu: Hijo mío, por fin habéis llegado, yo veía ya bien entrada la noche, y me
estaba empezando a asustar... umm esta muchacha debe ser Macarena, ¿me equivoco?
M: Maca, señora... todo el mundo me llama Maca
Maritxu: Perfecto... muy bien Maca, yo te llamaré así, si me llamas Maritxu, si vivimos
bajo el mismo techo nada de formalidades... anda pasa, que hace frío
M: Sí la verdad, aunque con los nervios no he pasado mucho frío
Maritxu: ¿Que tal ha ido el viaje?
M: Movidito... jeje, no estoy muy acostumbrada al autobús... y bueno por no hablar ya
del carromato... jeje ha sido toda una experiencia
Maritxu: Me alegro, anda pasa, recoge tus cosas, te enseñaré tu habitación, por si
quieres asearte antes de cenar... está todo más o menos listo...
Txus: ¿Y los chicos?
Maritxu: ¡No me hablessss! Tú y tu manía de que disfruten de su juventud... ya se han
ido a echar la partida de mus... el día que echen una mano en casa... vamos...
Txus: Pero mujer, déjales, ya trabajan todo el día conmigo en el campo, ¿no crees que
se merecen un descanso?
Maritxu: Sí, sí, tú consiénteles todo lo que se les ponga entre ceja y ceja y ya verás lo
que pasa... ven Maca, sígueme...
Casi al momento se abrió la puerta de la cocina, y apareció una ancianita en el umbral,
tenía el pelo blanco como la nieve y abría los brazos en señal de bienvenida. Entramos
en la gran cocina, donde competían en abundancia el humo y las moscas. De buena gana
hubiera pedido que me llevaran ya a mi habitación, pero no me atreví
Sin preguntarme si quería o no, me sirvieron una taza de chocolate que tampoco me
atreví a rechazar
Con mejor voluntad que fuerza, Maritxu intento subir mi maleta por aquellas escaleras,
pero como pesaba mucho, tuve que ayudarle en su empeño de arrastrarla por aquellas
maderas crujientes
Y allí estaba mi cuarto, aunque amueblado un poco a la edad media, me dio una buena
impresión, y lo mire con buenos ojos. La cama, de hierro era muy alta, y tenía puesta
una magnifica colcha de ganchillo, el espejo del antiguo lavabo era tan borroso que
apenas reflejaba mi imagen... menos mal que yo aun no estaba de humor para presumir.
Se veía también que lo acababan de blanquear recientemente por que olía a insecticida y
a pintura
Puse la maleta sobre la cama y la abrí, comencé a colgar la ropa en el armario... salí al
bacón de mi cuarto, que resultó ser muy alegre, lleno de macetas y flores recién salidas
por primavera. Esto quizás me hizo pensar en que era la mejor habitación de la casa, y
el hecho de que me la hubieran dado a mí me avergonzó y empecé a conmoverme de
verdad
5 panes de cebada
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Escuché una moto que se acercaba rápida hacía la casa, se fue haciendo más visible y
paró junto a la casa. Era una chica, vestida de oscuro, con su casco protector y todo, que
dejando la moto en la puerta, se deshizo en esfuerzos para descargar dos grandes cajas
que colgaban de la parte trasera de la moto
Fue entonces cuando giró su cabeza hacía la luz del bacón que iluminaba una calle
exenta de farolas, y me miró... jamás olvidaré esos dos ojos negros, punteados en la
oscuridad de la noche...
Lucía: ¿Mami?
M: Sí hija, mami... yo que me esperaba a la típica chica de pueblo, con sus faldas, y su
delantal ayudando a su madre en la cocina y ¿que me encontré?... una chica en
pantalones, muy raro para la época, con una moto... válgase dios, si tu abuela me
hubiera visto con una moto... se habría echado las manos sobre la cabeza... jejej
Lucía: Mama era así...
M: Sí, muy avanzada siempre para su edad...
Lucía: ¿Y no te dijo nada al balcón?
M: Que va... no sé que me pasó, quizás fuera vergüenza o no sé... pero corrí a
esconderme en mi habitación, como si esperara que no me hubiera visto, que ilusa...
Lucía: Pero tú nunca antes...
M: Yo nunca ¿qué?
Lucía: Ya sabes mama... una chica, tú también...
M: Sí es cierto, nunca me había fijado en ninguna chica, pero es que durante la facultad,
no se si por falta de tiempo o de interés quizás tampoco me había fijado en ningún
chico, y eso que había unos cuantos muy apuestos que sí se había fijado en mi antes...
Mikel: La verdad es que he visto fotos tuyas de entonces, y no me extraña que te
miraran así...
M: Bueno yerno un poquito de respeto ¿no? y ven aquí a darme un beso que aun no me
habías saludado... venga sentemos en el sofá... ¿Fernando cariño? Trae esas pastas de tu
tío, y haz café...
Fernando: A sus ordenes...
M: ¡Fernando!
Todos: jejeja
Lucía: Bueno ¿y que pasó?
M: Pues que me llamaron para cenar, y allí estaba ella, ayudando a su madre a poner los
platos... me acerqué con mucha timidez a la mesa, y Txus me indico mi sitio para
sentarme, pero antes de nada, de nuevo volvió a mirarme...
E: Vaya, la chica tímida del balcón... hola, me llamo Esther... tú eres Maca ¿no?
M: Sí, Maca...
Se acercó a darme dos besos, y de nuevo miles de mariposas revolotearon en mi
estomago, creo que fue la última vez que conseguí fijar mis ojos en los suyos durante
toda la cena... estaba muerta de vergüenza, y además no entendía que me estaba pasando
Fernando: Nunca pensé que hubiera sido un amor a primera vista
M: Ya lo creo que lo fue, aunque aun no estoy muy segura de que fuese algo mutuo
Fernando: ¿Que quieres decir?
M: Pues que tu madre era muy suya... y le costaba horrores mostrar sus sentimientos...
Lucía: Sí, lo sabía, pero en el fondo estoy segura de que algo pasó en aquel cruce de
miradas...
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M: Sí, ahí comenzó todo... ¿quieres que sigamos leyendo?
Lucía: Me encantaría...
M: Pues que tu hermano traiga de una vez ese dichoso café
Lucía: Jaja
Fernando: Ya está aquí... que prisas madre mía...
Mikel: Es que está muy interesante... bueno y Maca ¿qué hiciste en aquella cena?
M: Pues a parte de morirme de vergüenza... pasar un terrible mal rato
Lucía: ¿Y eso?
M: Mira, yo no es que fuese muy remilgada para las comidas, Carmen siempre nos
había educado para que supiéramos comer de todo... pero cuando vi salir aquel bicho
del horno... casi me caigo de la silla del susto... tenía hasta ojos...
Lucía: Que era ¿un pollo?
M: ¡Un cabritillo entero! Hija... con sus ojos, sus orejas... madre mía que horror...
Lucía: Pues ahora te encanta...
M: Claro, cariño, en aquella casa descubrí que me encantaban un montón de cosas que
no había probado hasta entonces...
Fernando: Mírala que pillina ella...
M: Hijo, un poco de respeto que soy tu madre...
Fernando: ¡Pero si lo has dicho tú!
M: Bueno el caso es que Txus comenzó a servir aquello...
Yo ya no sabía dónde poner el cuchillo y donde el tenedor, la verdad es que pinchar
aquel bicho era del todo complicado, más de tres veces estuvo a punto de salírseme del
plato, pero oye que yo lo intentaba, incluso más de una vez me sorprendí a mi misma
con la lengua mordida entre los dientes y reluciendo fuera de mi boca, como queriendo
hacer más enérgico cada uno de esos cortes... hasta que levante la vista... y vi a todos
mirándome... la abuelita comenzó una risa que pareció contagiarse a toda la mesa,
incluida a mi misma...
Abuela: Pero hija... no ves que esto es más fácil comiéndolo con las manos... no te
cortes... estamos en familia... no es malo mancharse, si se hace con salud...
M: Ya bueno, no estoy acostumbrada...
Y ahí fue donde habló por primera vez...
E: Claro, estarás más acostumbrada al entrecot a las finas hierbas...
Txus: ¡Hija! ¡Ese pico!... perdónala Maca, pero ella tiene un mal concepto de las chicas
de ciudad...
M: Ya bueno, verás, lo del cuchillo y tenedor no es cuestión de clases, es simplemente
que yo como así... pero si hay que comer con las manos se hará...
Txus: Así se habla... pues venga que aproveche a todo el mundo...
Y creo que allí fue donde realmente conseguí disfrutar de la comida, la verdad es que
era una estampa simpática... eso sí, aquella chica me resultó de lo más borde, era la
única persona de más o menos mi edad que iba a ver en mucho tiempo, y ya notaba que
estaba en mi contra...
M: Como serán el resto... madre mía...
Txus: Bueno hija, ¿un poco de vino?
M: uyy no que no estoy demasiado acostumbrada... jeje
5 panes de cebada
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Txus: Un día es un día, y además hay que celebrar tu llegada al pueblo... Esther hija,
trae de la bodega ese par de botellas de tu tío Antonio
E: ¿Las de haro? Pero papá si son de la cosecha del 62, estabas reservando ese vino
Txus: Eso es, para un día especial...
E: Vaya...
Txus: No seas pesada y tráelas de una vez anda
M: Que no hace falta en serio
Maritxu: Que las traigas he dicho, ¿no has oído a tu padre?
E: Sí mama... niñata (dijo por lo bajini)
M: (Cuando Esther ya se había ido) Creo que no la he caído muy bien
Txus: Ya te dije que tiene mucho carácter... y bueno es que no ha tenido demasiada
buena relación con la gente de la ciudad, cuando volvió de estudiar de Pamplona la
gente del pueblo no la miraba bien
Maritxu: Aquí que una muchacha inteligente siga estudiando no está muy bien visto, lo
normal es que se case, tenga niños enseguida y cuide de su casa... ya sabes... pero Esther
no, sabíamos que ella valía para estudiar, y nosotros nos dejamos el pellejo para darle
todo lo que nosotros no tuvimos, y ya ves... tiene una carrera y un futuro... pero ella no
quiere salir de aquí...
M: Vaya, hay cosas que son iguales en un pueblo y en una ciudad
Txus: ¿A que te refieres?
M: Tampoco en mi casa estaba muy bien visto que yo siguiese los pasos de mi padre,
por algo así tuve que venirme aquí...
Maritxu: Bueno lo importante es que estas aquí, y mañana empiezas tu nuevo trabajo,
esperemos que Txomin te cuide bien...
E: Ya esta aquí el vino
Txus: Ya era hora hija, creía que habías ido a recoger las uvas...
E: Que gracioso papá...
Txus: Bueno un brindis entonces... por Maca... que se quede mucho tiempo entre
nosotros...
Txin txin...
M: Bueno, ya es muy tarde, y entre el viaje y eso, sería mejor que me acostara...
Txus: Claro, todos deberíamos, mañana hay que madrugar para trabajar...
Maritxu: Bueno Maca, que duermas bien, mañana ya te despertará el gallo, jejej no te
asustes pero es muy madrugador, y luego ya Esther y tú iréis a la consulta
M: Perfecto entonces... buenas noches a todos...
E: Espera que te acompaño...
M: Claro...
E: ¿Te hace falta algo en la habitación...? no sé una toalla o así...
M: (“Que amabilidad por favor...”) No, no muchas gracias, está todo perfecto...
E: Te he oído
M: ¿Que?
E: Que te he oído antes, cuando he ido a por el vino...
M: Bueno yo...
E: Nada, nada... tranquila... mañana nos vemos, que duermas bien
M: Claro, gracias, buenas noches Esther...
E: Maca...
M: ¿Sí?
E: Si necesitas algo, lo que sea, duermo en la habitación de al lado... ¿de acuerdo?
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M: Muy bien gracias...
Yo no podía irme a la cama, la verdad es que aquel bacón me conquistó desde el primer
momento, ¿qué le pasaría a Esther con la gente de la ciudad? Tan mal le había caído
desde que había llegado... que cielo más bonito, es increíble las estrellas que se pueden
ver sin la contaminación de luz de la ciudad... creo que esto me va a gustar mucho más
de lo que esperaba...
Como bien me había comentado Maritxu, aquel enérgico gallo, le dio por cantar
exactamente a las 6 de la mañana, o por lo menos eso indicaron las seis campanadas de
la iglesia del pueblo. No sé si serían los nervios o la habitación extraña aun para mi
cuerpo, pero en dos intentos de volver a coger el sueño desistí, así que de nuevo me
levanté, y poniéndome una delgada bata sobre mi camisón salí a aquel bacón, a
contemplar el amanecer
El pueblo lucía distinto a la noche anterior, ya no hacían falta farolas ni ningún tipo de
luz artificial, el sol hacía acto de presencia, y su iluminación sobre los grandes campos
de trigos que rodeaban todas las casas, eran luz suficiente para todas las calles
Giré la cabeza, y una ligera sonrisa salió de mí al ver aquella moto aun aparcada bajo el
soportal de la entrada, me pareció mucho más grande de la impresión que me habría
llevado la noche anterior... ay que ver esta niña, tan pequeñaja y menudo carácter que se
gasta... pequeña pero matona como diría Carmen
¡Carmen! Madre mía aun no había llamado a casa, la verdad es que entre el vino y la
charla animosa, se me había olvidado por completo avisar de mi llegada a casa, pero
aun era temprano, aun así luego le recordaría a Txus que debía llevarme al bar, ¿y si se
lo pedía a Esther? Jeje... bastante me odia ahora como para tenerla de guía turístico
¿no?...
Al girar e intentar retroceder hacía la entrada de mi habitación, vi algo que no había
percibido por la noche, aquel balcón no solo comunicaba con mi habitación, si no que
había otra pequeña ventanuca que permitía el paso hacía otra que estaba a mi derecha
Al asomarme a aquella ventana, la volví a ver, y de nuevo sentí ese vértigo en mi
estomago, reconozco que por un segundo sentí lo que es perder el aliento... allí estaba
ella, tumbada boca abajo, tendida en esa cama, a medio tapar por una ligera colcha de
retazos de colores, abrazada a una gruesa almohada, y con un gesto muy simpático en su
rostro. Reconozco que fui incapaz de dejar de mirarla, hasta que una ensordecedora
bocina me sacó de mi ensimismamiento...
Voz: ¡Panadero!
Al mirar hacía abajo vi un carromato aun más destartalado que el de Txus, y a Maritxu
comprando varias hogazas de un pan que se antojaba sabroso
Maritxu: Vaya Maca, veo que has decidido madrugar
M: Buenos días Maritxu, me desperté y ya ves... hace un día precioso...
Maritxu: Sí, pega bien el sol, hoy ya podéis esconderos en la sombra... ¿bajas ya a
desayunar?
5 panes de cebada
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M: Anoche quedé que Esther y yo iríamos temprano hacía la consulta...
Maritxu: Déjala, si es una dormilona empedernida, a esa niña le gusta más la cama que
otra cosa...
M: Se le ve a gusto durmiendo...
Maritxu: Venga baja, desayunamos juntas y así charlamos un poco más... ¿que te
parece?
M: Perfecto... ahora mismo bajo, voy asearme un poco
Al bajar de nuevo al salón, vi como la abuela también estaba despierta y observaba a su
hija calentar el puchero de un café tan rico que me llené de su olor mis pulmones... La
abuela me llamó a la cocina tan pronto como oyó mis pasos por el pasillo. Me senté con
ellas en aquella gran mesa de granito, disfrutando de unas grandes tostadas de plan de
centeno recién tostadas en el horno de carbón. Ambas se interesaron mucho por mi
familia, quiso saber que era mi padre, a que se dedicaban mis hermanos, si todos
gozábamos de buena salud, y si mis padres irían alguna vez al pueblo a conocerlo. Si en
la ciudad de Jerez se vestía con mucho lujo, si teníamos coche... pero sobre todo si era
verdad que en las ciudades había ahora mucha maldad. La abuela me confeso que hacía
ya más de 20 años que no salía del pueblo, por que llegando a cierta edad, nada mejor
para estar tranquilos que la aldea. Me puso en antecedentes sobre el carácter de todas y
cada una de las personas del pueblo, para que no me dejara engañar, la mayoría eran
gente de mucho cuidado, pero buenas en el fondo. Y justo cuando empezábamos a
recoger todo, bajaba ella, aun en camisón...
Maritxu: ¡Pero hija! ¿Cuantas veces te he dicho que te vistas para bajar a desayunar ?...
si es que te da igual todo
E: Mama que estamos en familia
Maritxu: Bueno y con visita...
E: No creo que a Maca le importe ver a una chica en pijama ¿verdad?
M: ¿Eh? No, no claro... (“no me importa lo más mínimo, es más... ojalá pudiera verte
siempre así... ¿pero que digo...”)
E: ¿Habéis desayunado ya?
M: Sí, yo iba a ver si daba una vuelta por el pueblo antes de salir para la consulta... y a
ver si encuentro un bar donde pueda llamar por teléfono
E: ¡Un bar dice! ¡Ni que hubiera mil! espérame mujer, no te vayas sola, que te aseguro
que pasear sola por este pueblo es sinónimo de recibir todo tipo de comentarios jocosos,
por todas esas que esperan a las puertas de sus casas, para asediarte
M: Yo es que no quiero molestar
E: No es molestia, espérame que en un segundo estoy contigo
Pasé unos minutos charlando con la abuela, que seguía en sus trece, venga a
preguntarme cosas sobre la ciudad, la verdad es que resultó ser una mujer de lo más
entrañable...
E: ¿Estás lista?
M: Sí claro...
E: Pues venga manos a la obra...
E: En tu casa aun no saben que has llegado ¿no?
M: No, la verdad es ayer quise haber llamado pero tu padre me dijo que no era el mejor
momento
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E: No la verdad, por las noches se juntan en el bar para echar unas partidas de mus...
cosas de hombres...
M: Van tus hermanos ¿no?
E: Claro, para ellos el trabajo de casa les debe pinchar el culo, pero para ir a jugar a las
cartas, con sus puros y sus copazas de coñac... para eso si que hay tiempo
M: ¿Tú nunca has ido a jugar?
E: No la verdad
M: ¿No sabes?
E: Claro que sé... ¿qué te piensas? Soy la única chica de 9 hermanos, se jugar al fútbol y
al mus, y todas las demás cosas que quieras...
M: Claro, claro, yo también aprendí, Carmen nos enseño
E: ¿Carmen?
M: Sí, la cocinera, lleva con nosotros toda la vida
E: Eres de un pijo que da asco...
M: Oye no te pases...
E: Jajaj, mira que cara se te ha quedado... lo decía en broma
M: En broma... hija eres de un borde que ya nunca se cuando estas de broma y cuando
en serio
E: Jaja
M: ¿Piensas dejar de reírte?
E: Sí, sí, perdona... jeje... venga mira esa de ahí es la iglesia, aunque ya me ha dicho mi
madre que esta mañana ya la habías localizado por las campanadas
M: Sí, me he pegado un buen susto, anoche no me fije en que estaban tan cerca
E: Te ha gustado ¿no?
M: ¿El que?
E: El bacón
M: Sí, sí, la verdad es que es precioso
E: A mí también me gusta, desde que soy pequeña, creo que es el único sitio donde
puedo estar tranquila y sola, sin los 8 petardos molestándome
M: Si, sé lo que es eso
E: Me encanta salir ahí y mirar el cielo, no sé, la tranquilidad de las estrellas, la
tranquilidad que no tengo en casa
M: ¿Hace mucho que volviste de Pamplona?
E: Unos tres años, si te digo la verdad, me gustaba vivir en la ciudad, pero en el fondo
me di cuenta de que echaba terriblemente de menos todo esto...
M: Lo comprendo, la verdad es que esta tranquilidad solo la encuentras aquí... pero
dime la verdad, con tanta gente mayor, no te sientes sola...
E: Quizás a veces... pero tengo la sensación de que todo eso va a cambiar...
Creo que en ese momento, mi cara se tornó a un rojo intenso, y no supe dónde
meterme... me había sonreído, y de nuevo había sentido que mi corazón se paraba... para
tomar un respiro y volver a latir, pero con una nueva dueña...
Fernando: Yo diría que aquello fue una directa en toda regla...
Lucía: jejje, no, mama era todo menos sutil, así que a aquel comentario le rodearían
muchos contextos
M: Eso, eso... tu madre soltó aquello por que fue lo primero que le vino a la mente...
Mikel: ¡Venga ya...!
5 panes de cebada
23
M: Os lo digo en serio, vuestra madre soltaba así las cosas, sin pensar, en un mismo
segundo me hacía sentir como la mujer más odiada del mundo, y enseguida decía algo
que hacía que mi sonrisa floreciera de nuevo, no sabía como llevarla
Mikel: ¡Está claro que sé a quien ha salido esta mujer!
Lucía: ¡Ey! (le dijo mientras golpeaba de forma simpática su brazo) tonto...
M: Esther era así, directa, concisa, y muy transparente...
Lucía: Pero entonces parecía que ponía más interés en llevarse bien contigo ¿no?
M: Sí, sí, pero enseguida cambio, justo en el momento en el que entramos en aquella
taberna, y todas las miradas fueron a parar a mi vestido... entonces Esther estaba ya que
echaba humos, en aquel momento no sabría decir si lo que note fueron celos o un odio
inamovible hacía mi persona... pero eso si, aquellos 24 pares de ojos puestos sobre mis
piernas, no me hicieron sentir muy a gusto la verdad...
Hombre: Eso son dos pares de piernas...
Hombre2: Hombre una muchacha nueva en el pueblo
M: ¿Dónde me has metido Esther?
E: ¡Ala! ¿No querías gente sencilla de pueblo? Pues ahí los tienes... igualitos que los
borregos del pastor
M: ¿Y no hay otro teléfono?
E: Maca, en este pueblo solo hay un teléfono, así que o lo tomas o lo dejas, míralo es
ese de ahí, pídele una ficha a Cosme y te dejará usarlo
M: Muy bien, y ¿tengo que hablar ahí? ¿Delante de todo el mundo?
E: No si quieres te dejan un cuartito para ti sola, para que tengas intimidad...
M: Gracias Esther (con mucha ironía)...
Carmen: ¿Diga?
M: ¿Carmen?
Carmen: ¡Maca hija! Ya era hora... ¿qué tal todo? ¿Qué tal el viaje? Nos tenías
preocupados, hace un momento se ha levantado tu hermano y estábamos hablando de
ti...
M: ¿Mi hermano?, espera un momento Carmen, ¿que hace mi hermano ahí?
Carmen: uyy una larga historia mi niña, y tú ¿cómo estas tú?
M: Bueno, el viaje fue largo y un poco pesado, pero ya estoy aquí
Carmen: ¿Y la gente? ¿Qué tal es el pueblo, y tu casa?
M: Eyy no me hagas tantas preguntas, a ver por partes, la gente es bueno... (mirando a
Esther) un poco peculiar, pero ya me acostumbraré, sobre mi casa aun no está lista así
que me quedo unos días en casa del alcalde
Carmen: uy hija del alcalde ¡qué categoría!
M: No, no, Carmen no te confundas, aquí el alcalde trabaja en el campo como el que
más
Carmen: Anda, que curioso, y ¿el trabajo?
M: Ahora íbamos a la consulta
Carmen: ¿Ibais?
M: Sí bueno, la hija del alcalde, Esther, es la enfermera, así que me acompaña
Carmen: Así me gusta hija, relaciónate con gente de tu edad, ya sabes que te saquen de
fiesta y esas cosas
M: Sí, de fiesta me va a sacar
Carmen: ¿Qué dices?
M: Nada, nada... ¿qué tal mis padres?
Carmen: Bien, como siempre
M: ¿Estaán por ahí?
5 panes de cebada
24
Carmen: No, han salido a una reunión...
M: No han preguntado por mí ¿verdad?
Carmen: Bueno hija, dales tiempo, lo acabaran entendiendo...
M: Bueno Carmen, que esto se acaba, espero poder volver a llamar pronto
Carmen: O escribe hija, y así me cuentas que tal van las cosas
M: Claro Carmen lo haré, un beso
Carmen: Un beso mi niña
E: ¿Estás?
M: Sí, no he tardado mucho ¿no?
E: No, no, pero es que ya estoy harta de estas miraditas, que pesadilla
M: ¿Y siempre es así?
E: No... ¡hay veces que es mucho peor!
Lucía: ¿Dices en serio que ninguno de los dos abuelos se puso al teléfono para hablar
contigo?
M: Estaban dolidos, la verdad es que durante aquel último año en Sevilla me había
desbancado tanto de la familia que a veces me asustaba a mi misma, así que normal que
ni siquiera preguntaran por mí
Fernando: Pero ellos sabían donde habías ido ¿no?
M: Sí, sí, de eso se enteraron enseguida, bueno ellos y el resto de Jerez, por que la
noticia corrió muy deprisa de boca en boca... la niña de los Wilson se marcha a un
pueblo perdido, y de doctora... ¡habrase visto...! a mi que no me había gustado para nada
ser la comidilla de nadie, mira por donde me había buscado ser el centro de atención de
aquel verano. Por supuesto todo aquello supuso una vergüenza inmedible en las fiestas
para mi pobre madre, que soportaba un día tras otro esos comentarios sobre su hija
Lucía: Ya, pero tú eras ajena a esos comentarios...
M: No te creas que lo era tanto, yo sabía perfectamente lo que andarían diciendo de mí,
y bueno Jero me contaba algunas cosas, y Carmen intentaba mantenerme tan al día
como podía
Lucía: Pero ¿cuantas veces hablabas por teléfono?
M: Tengo que reconocer que las primeras semanas era algo bastante continuo, les
echaba de menos, y aun me sentía extraña, desde luego Esther no me ayudaba...
Lucía: Mama fue mala ¿ein?
M: Sí... mala... pero que muy mala... pero como me gustaba...
Lucía: Bueno sigue contando ¿no?
M: Claro, claro... a ver donde me había quedado?
Lucía: Te iba a enseñar la consulta...
M: Eso es...
Caminamos, no recuerdo cuanto, pero si recuerdo que se me hizo algo eterno, a parte de
muy borde, aquella chica era todo el don de la falta de palabra, no me comentó
absolutamente nada durante el camino, así que yo simplemente me dediqué a mirar las
casa que íbamos pasando, y con ellas las lugareñas que ya habían sacado sus
correspondientes sillas al patio para coser o tejer aprovechando el dulce sol que lucía en
mayo...
M: Hoy parece que va a hacer buen día ¿no? (intentando sacar un tema banal de
conversación)
E: No lo creas...
5 panes de cebada
25
M: Pero mira que sol
E: No te dejes engañar, ¿tú no has oído nunca ese dicho de en mayo no te quites el
sayo?
M: No, la verdad es que no
E: Pues aquí se dice mucho, hoy lloverá
M: Pero si no hay ni una nube...
E: Estate segura de que lo hará... bueno, ya hemos llegado
Y era cierto habíamos llegado, Esther tocó dos veces con los nudillos una gran puerta de
madera oscura, y desde lo lejos se oyó una voz grave... supuse que sería el doctor, por
fin conocería a Txomin...
E: Buenos días Txomin
Txomin: Vaya que madrugadora...
E: Bueno, ya ha venido
Txomin: ¿Quien?
E: La doctora Fernández
M: Maca por favor, llámeme Maca...
Txomin: Encantado... doctora, soy el doctor Aguirre...
M: Sí perdón, hola doctor Aguirre... (“ahora este me viene con formalidades... está claro
que en este pueblo no acierto...”)
Txomin: Como verá, la consulta no es muy grande, pero bueno, nos las apañamos muy
bien, Esther me es de gran ayuda, y bueno hoy como es miércoles, pasaré consulta aquí.
Pero supongo que ya te habrán informado de que solo estoy aquí los lunes y miércoles,
el resto de los días, tendrás que apañártelas tu sola. Bueno, Esther lo ha hecho muy bien
estos dos últimos años, así que tu hazla caso en todo lo que te diga y todo ira muy bien
Yo me quede un poco perpleja ante aquel comentario, aquí la médico era yo... ya
bastante tenía con soportar las bordarías de aquella muchacha, como para tener que
soportar también que organizara mi trabajo, eso si que no...
M: Creo que ya estoy suficientemente dispuesta y preparada para este trabajo, no se
preocupe... la ayuda (recalcando la palabra para que Esther la escuchara bien clarita) de
Esther me será muy útil
Txomin: Muy bien, pues si no lo recuerdo mal, su primer cliente está a punto de llegar
M: ¿Podría ponerme al día?
Txomin: uy sí claro, es Marcos, el pastor, hace días que se queja de un dolor muy
quisquilloso en el culo... habrá que explorarle y hacer una historia completa...
M: En el culo... (“un hombre... perfecto Maca... donde te has metido madre mía...”)
E: Muy bien señorita perfecta... todo suyo...
M: Mírala que graciosa la niña... si Esther hazle pasar...
Marcos: Buenos días Esther... buenos días señorita...
E: Buenos días Marcos, verás, te voy a presentar, a la doctora Fernández, la nueva
médico de Beirechea...
Marcos: ¿Una mujer? Si hombre... ¿cuando vuelve Txomin?
E: Txomin no pasará consulta hasta dentro de unos días... deja que te examine Maca...
Marcos: Pero Esther hija... podemos hablar un segundo afuera...
E: Sí claro, claro...
Marcos: Verás... ya sabes para lo que vengo, no quiero que una señorita me vea así...
¿no lo entiendes...?
5 panes de cebada
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E: Claro que si Marcos, pero tiene que atenderte... venga que no será para tanto
Marcos:: Dios mío, no entiendo estas modernidades...
M: ¿Está? Muy bien, pues póngase de espaldas, y apoye los brazos sobre la camilla...
bájese los pantalones y yo estaré con usted en un segundo... (“¡dios mío!”)
Y ese no fue más que el primero de mis tormentos aquel día, dos casos de hemorroides,
una bala de perdigón atrapada en el muslo, dos brechas de unos niños... incontables
casos curiosos que añadir a mi lista... cuando por fin llegaron las 3 de la tarde, la
consulta se cerraba y nosotras salíamos a comer...
Txomin: ¿Qué tal ha ido todo doctora?
M: Bien, son casos a los que no estoy muy habituada... pero bien...
Txomin: Perfecto, mañana entonces estará sola en la consulta... hasta el lunes que
viene...
M: Adiós... bueno Esther... ¿vamos a comer?
E: Sí claro, bueno mi madre suele estar ya en casa
M: ¿Que pasa que tu no vienes?
E: ¿Yo? No, he quedado... hasta la noche Maca...
M: (“¿Que ha quedado? ¿Y con quien si puede saberse...? ¿estoy celosa?”)
E: Hasta luego Maca
M: ¿Eh? Sí, sí,... hasta luego Esther... me iré a casa entonces...
E: Ah perfecto...
M: (Y ¿por qué no me dice donde va? joe...) Hasta luego...
Maca caminaba cabizbaja camino de su casa... la verdad es que desde ayer tenía ganas
de pasarse por las obras, Txus le había asegurado que no había mucho trabajo por hacer,
pero a ella desde el carromato no le dio esa sensación, más bien que había pocas cosas
por no empezar... en unos tres minutos ya estaba en la entrada de la verja de madera que
había recorriendo cada centímetro de su terreno. La verdad es que estaba muy cerca de
la plaza central del pueblo, y había un gran monte a su espalda, jeje le pareció en un
vistazo rápido que tenía la forma de una chica tumbada, y ahí mismo se quedó
ensimismada mirándolo... hasta que algo le sobresalto...
Chico: Todos dicen ver a una chica desnuda... y yo ¿qué quieres que te diga? Me
cuesta... pero bueno será que le echo poca imaginación
M: Ahhhh
Chico: Perdona, siento haberte asustado, pero hija, te has quedado tan concentrada
mirándolo que me has asustado la verdad... jja... soy Gorka
M: Hola, yo soy...
Gorka: Maca... lo sé... todo el mundo habla de ti esta mañana... la nueva doctora que ha
llegado de Jerez... y has asustado a la mitad de tus pacientes
M: Sí la verdad es que no ha sido una buena mañana en la consulta, todos hombres... la
verdad es que me resultaba curioso
Gorka: Es que como iras comprobando aquí las mujeres no van al médico, en cambio
los hombres vamos por cualquier tontería, y yo si te hubiera visto antes, seguro que me
habría inventado cualquier cosa para pasarme por allí
M: (Ignorando aquel comentario) Bien... y tú... ¿trabajas en la obra?
Gorka: Sí, o eso intento... la verdad es que lo siento
M: ¿El que?
5 panes de cebada
27
Gorka: Que aun esté tan mal... pero hemos andado muy liados, hasta hace unos días
todos estábamos en la siembra, y la verdad es que las pocas horas de luz no nos dejaban
venir a trabajar aquí. Pero ahora que ya estamos en primavera, y las siembras están
hechas, seguro que podemos ir adelantando trabajo
M: Muchas gracias... sé que compaginar varios trabajos no es muy sencillo, y más
sabiendo que la casa no va a ser para ti...
Lucía: Espera, espera mama... ¿ese es Gorka? El famoso Gorka...
M: Sí hija sí... ahí empezó un lío mental... muy, muy gordo...
Gorka me asió de una mano, la verdad es que nunca me había sentido agarrada con tal
intensidad, y cuando lo hizo sentí una especie de sensación de plenitud y de protección
que nunca antes haba experimentado
Gorka: Mira, esto de aquí pretende ser la cocina, ya ves que es muy amplia, además
quiero colocar aquí un gran ventanal orientado hacía el norte, que es por donde sale el
sol, así todas las mañanas podrás tener claridad en toda la casa. El salón ya es un poco
más pequeño, pero tienes sitio de sobra para una gran mesa de comedor, sillas, o lo que
quieras. Este cuartucho de aquí, es idea de Txus, el pensó que te gustaría tener un
pequeño despacho, ya sabes, para tus papeles y esas cosas... bueno ¿subimos?
M: Sí, claro, claro, yo te sigo
Gorka: La primera habitación será tu dormitorio, está también orientado hacía el sur, y
bueno ahí pensamos que podrías poner tu cama, además tienes entrada independiente
hacía un baño. Seguimos por el pasillo, y bueno aquí ya tienes que empezar a usar tu
imaginación, aquí podrían ir dos habitaciones mas, con un baño entre ellas...
M: ¿Y esas escaleras?
Gorka: Bueno, esas escaleras van a mi rincón preferido de esta casa... es un desván con
el techo abuhardillado, no sé, desde pequeñajo me ha gustado eso de poder sentirme
más cerca del cielo... ¿y a ti?
M: ¡A mí también!
Gorka: Perfecto entonces seguro que te gustara
M: Esto está muy bien, estáis haciendo un trabajo muy bueno, aunque bueno, quizás sea
una casa demasiado grande para mí, ¿no crees?
Gorka: Bueno, ahora lo es, pero pensamos que si estabas a gusto en el pueblo, te
quedarías más, y una chica de tu edad, pues lo normal es que conozca a alguien, ya
sabes, forme una familia... y esas cosas
M: Ya... que perra tenéis todos... ya veremos lo que pasa... no me gusta planear
demasiado mi futuro, que si no te llevas demasiadas decepciones cuando las cosas no
salen como querías
Gorka: Te entiendo...
M: ¿Y tu? ¿Tienes familia?
Gorka: (Muy parco en palabras...) No, estoy solo
M: Ya... bueno Gorka, muchas gracias por la guía, pero se me esta haciendo tarde, y me
esperan para comer...
Gorka: Claro, claro, yo seguiré trabajando un rato... supongo que a partir de hoy nos
veremos a menudo ¿no?
M: Claro que sí... hasta pronto Gorka
Gorka: Adiós Maca...
M: Hola...
5 panes de cebada
28
Maritxu: ¿Qué tal ha ido todo? ¿Qué tal la consulta?
M: Bien, bueno tampoco tan bien
Maritxu: Ya se comentaba esta mañana en la escuela, tu gran don con los hombres de
este pueblo, debes de ser la única en el pueblo que ha visto a tantos hombres sin
pantalones
M: No es ningún honor, te lo aseguro, lo he pasado muy mal
Maritxu: Me imagino, venga siéntate, que la comida está lista...
M: A partir de ahora, me gustaría que de vez en cuando me dejaras cocinar a mí,
aunque sea para devolveros las molestias que supone tenerme aquí
Maritxu: Molestias ningunas
M: Lo digo en serio
Maritxu: Bueno, bueno,... ya hablaremos de eso... y ¿qué has estado haciendo?
M: A la vuelta de la consulta, he venido dando un paseo para pasar por las obras de mi
casa, que ayer desde el carromato apenas pude verla... la verdad es que está en un sitio
privilegiado...
Maritxu: Sí... todo el pueblo nos habríamos peleado por ese terreno, pero cuando su
dueño decidió donarlo para una causa como la tuya, nos quedamos muy sorprendidos
M: ¿Donación?
Maritxu: Sí... verás... se quedó viudo hace unos dos años, y desde entonces ha estado
viviendo en una pequeña chabola que se construyó en su campo de cultivo, y apenas
vuelve al pueblo, solo a coger víveres, y de vez en cuando se toma algo en la taberna,
pero la gente no habla mucho con él... dicen que es un poco raro...
M: Vaya me gustaría conocer a ese hombre, aunque fuera solo para darle las gracias por
el terreno...
Maritxu: Bueno y cuéntame más cosas...
M: No sé... hay algo que me ha resultado muy curioso, verás... todos mis pacientes han
sido hombres...
Maritxu: Claro
M: ¿Por qué os parece tan normal a todos?
Maritxu: Porque hasta ahora el médico solo hace visitas a las mujeres cuando vamos a
dar a luz
M: Pero eso es ridículo
Maritxu: No lo es tanto...
M: Sé que las mujeres de pueblo estáis hechas de una pasta diferente a los hombres,
sois más duras y con más energía, pero eso no quita que haya que vigilar muchas
cosas...
Maritxu: ¿Cómo cuales?
M: Allí en Jerez, los hospitales públicos hacen muchas campañas cada año de vigilancia
de varias enfermedades que solo afectan a las mujeres
Maritxu: Mira Maca, te puedo asegurar que la mayor parte de las mujeres de este
pueblo no se han puesto enfermas ni una sola vez en toda su vida, aquí nos morimos de
viejas
M: Ya... pero lo de no visitar al médico debería cambiar... quizás si yo fuera a hablar
con ellas... entenderían
Maritxu: umm... no lo creo Maca
M: Pues yo lo pienso intentar...
Maritxu: Muy bien, lo que quieras... ¡abuela! a comer
M: ¿Comemos solas?
Maritxu: Sí, Txus se quedaba en el ayuntamiento, debían organizar los horarios de
regadío de mayo
5 panes de cebada
29
M: ¿Y Esther? (“así igual consigo saber donde está”)
Maritxu: Esther tenía que hacer varias cosas... así que hoy no llegará hasta la hora de
cenar...
M: (“joe que secretismos hay en esta familia por favor...”) Bien, bien, pues venga que
te ayudo a poner la mesa...
Abuela: Hola Maca, ¿qué tal ha ido la mañana?
M: Bien, bien abuela, ya sabe muchos pacientes, y todos muy singulares...
Abuela: Me imagino, todos sabíamos lo de Marcos el pastor... jejeje pero la cara de su
mujer cuando hemos entrado a la iglesia era de espanto... ¡le había enseñado el culo a
otra mujer! Que vergüenza por dios
M: ¡Oye! Vergüenza para mí también no se crea
Abuela: Me imagino me imagino...
Comimos estupendamente, y como cada día era costumbre en ese pueblo, tanto la
abuela como Maritxu se sentaron en el salón para poder echarse un sueñecito reparador,
así que yo que aun no había adquirido esa costumbre me decidí más por un paseo por
los alrededores. Siguiendo las indicaciones de la abuela cogí un pequeño sendero, que
llevaba al valle que separaba Beirechea de varios pueblos cercanos, el camino era
precioso, lleno de amapolas y el verde trigo recién florecido, que le daba un olor muy
peculiar, al que pensé me acostumbraría muy pronto
Por fin llegué al lago, creo que aquel año no había habido demasiadas lluvias, lo cual
impedía que estuviese lucido en todo su esplendor, aun así me pareció una obra
fantástica de la naturaleza... me senté sobre la hierba aun húmeda del roció de aquella
mañana, pero muy cómoda y tullida. Y allí sentada comencé de nuevo a pensar, en mis
padres, en mi familia... en todo lo que me estaba pasando que estaba descontrolando mi
vida...
Gorka: Un millón por tus pensamientos...
M: ¡Joder! ¿Pero té siempre tienes que asustarme o que?
Gorka: ¿Y tú siempre tienes que estar ensimismada en vete a saber tu que?
M: Jaja
Gorka: ¿Que de paseo?
M: Sí... la verdad es que se está a gusto aquí... adoro escuchar el silencio
Gorka: Sí, es un sitio tranquilo ahora, por que lo que es en verano... se llena de niños,
ya sabes, las vacaciones de la escuela
M: ¿Hay muchos niños ya en el pueblo?
Gorka: Para nosotros que haya más de dos, ya es muchísimo
M: Me imagino... oye Gorka ¿tú conoces al señor que ha donado el terreno para mi
casa?
Gorka: Sí...
M: Me gustaría darle las gracias, pero ya me ha dicho Maritxu que es un poco peculiar,
y muy solitario, así que no es fácil encontrárselo por el pueblo
Gorka: Sí que lo es sí...
M: ¿Y tú?
Gorka: Yo ¿qué?
M: ¿Que desde cuando estás aquí en el pueblo?
Gorka: Pues unos tres años, yo soy de Bilbao, pero perdí mi trabajo y me tuve que
venir a vivir aquí... un amigo mío de Pamplona se entero del programa de los pueblos
fantasma y nada me anime a venir...
5 panes de cebada
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M: ¿Tú solo?
Gorka: No, yo verás...
M: Bueno, esta mañana también he notado que te sentías incomodo hablando de estas
cosas... así que no hace falta que me cuentes nada si no quieres...
Gorka: No es eso... lo que pasa es que no soy muy hablador...
M: Ya, yo tampoco no te creas
Gorka: Pues perfecto, no hablaremos ninguno de los dos
M: Pues menuda estampa, dos personas tiradas en la hierba y sin hablar
Gorka: ¿No es maravilloso?
M: Y que lo digas... ya te he dicho que adoro escuchar el silencio
Fernando: Madre mía, que manera de ligar más extraña...
M: ¡No te creas! A su manera, pues me hacía sentir muy a gusto con él...
Lucía: ¡Pero mama!
M: Mama ¿qué? A mi Esther no me hacía ni caso, estaba sola en el pueblo, y la única
persona medianamente cercana a mi edad era Gorka... me hubiera agarrado a un clavo
ardiendo, solo por tener esperanzas de que en aquel pueblo podría estar a gusto toda mi
vida
Lucía: Pero...
Mikel: Pero nada, cariño, además ¿qué mejor revulsivo para tu madre que ver a Maca
con otro?
Lucía: Sí, también si lo miras así...
M: Jeje... también lo pensé no te creas, pero bueno no era un juego lo que tenía entre
manos, y la verdad es que su historia me tenía de lo más intrigada, creo que en un día se
me había pegado el gusto por el cotilleo y el marujeo de las señoras del pueblo...
Lucía: ¿Y que hicisteis? ¿Os quedasteis ahí tumbados sin hablar?
M: Más o menos, pero bueno ya se hacía la tarde y el culo se me había quedado
cuadrado...
M: uffff
Gorka: ¿Estás bien?
M: Creo que mi culo se está resintiendo de la sentada
Gorka: Sí, la verdad es que llevamos bastante tiempo aquí
M: Aquí no miro el tempo, pero bueno tengo algo de frío también...
Gorka: Claro, aquí por las tardes siempre refresca...
M: Ya
Gorka: Además hay que irse moviendo, este viento es de lluvia
M: Otro con la lluvia, ¡pero si no hay ni una nube!
Gorka: Mira Maca, si algo he aprendido desde que vivo aquí, es que la gente del
pueblo quizás no sea muy culta ni muy inteligente... ¿tú puedes llamar tonto a un
chiquillo que solo con observar el rumbo del viento sabe que no debe dejar sus ovejas
en el prado? ¿Distinguir el trigo de la avena, antes de que hayan granado? ¿Y que es
peligroso cobijarse bajo las encinas durante una tormenta por que atraen al rayo? Ellos
sí... y muchas cosas más... han sembrado albahaca en las macetas de las ventanas y
ahora ya no vienen los mosquitos... ¿sabes tu amasar y cocer pan? ¿Y que el eucalipto
limpia los parásitos de las plumas de las gallinas sin perjudicar a los polluelos?
¿Saldrías airosa de ordeñar una vaca? Y si tuvieras que aparear conejos... ¿estás segura
de que no pondrías juntos a dos machos?...
M: Ya...
5 panes de cebada
31
Gorka: Lo que quiero decirte Maca es que la sabiduría tiene muchos grados y todos
muy distintos entre si, pero no unos mejores que otros... ellos han vivido aquí, y aquí se
han criado, deja que te enseñen muchas cosas y conseguirás que ellos aprendan otras
tantas de ti...
M: ¿Tú a que te dedicabas allí en Bilbao?
Gorka: Era maestro
M: ¿Y aquí por que no lo eres?
Gorka: Lo fui... pero lo deje...
M: ¿Lo dejaste?
Gorka: Sí bueno... no pase una buena época, y me quise alejar un poco del bullicio...
M: ¿Que? ¿Volvemos al pueblo?
Gorka: Bueno, venga, pero toma mi jersey anda que estás tiritando...
M: Es que se ha levantado un aire de repente... oh oh
Gorka: ¿Que pasa?
M: ¿Eso ha sido una gota verdad?
Gorka: Ajaja... te lo dije... pues en un segundo se va a poner fino, así que yo que tú...
M: ¿Que?
Gorka: ¡Corre!
M: Madre mía...
Corrimos, no recuerdo ni cuanto tiempo ni en que dirección, yo cerraba los ojos,
queriendo sentir aquel aguacero que caía sobre nosotros, y corrí y corrí... mis piernas
temblaban del frío que me proporcionaba aquella falda mojada, por no decir mi pelo
escurriendo agua por mis hombros...
Un rato después vi como Gorka se resguardaba en unas pequeñas cuevas abiertas en uno
de los sembrados...
M: Vaya ¿has encontrado la guarida?
Gorka: Son unas viejas minas de carbón, ya abandonadas por supuesto... esperaremos
aquí a que escampe un poco
M: Ya, pero ya casi es de noche
Gorka: No te preocupes ya se pasará...
M: ¿Y tú que miras?
Gorka: No nada... que pareces un polluelo remojado...
M: Tú tampoco te ves muy ideal...
Gorka: Jaja... quizás deberías ir planteándote comprarte un pantalón, te aseguro que
estarás mucho más cómoda
M: Si te digo la verdad, los únicos pantalones que me he puesto en mi vida son los de
montar a caballo
Gorka: ¿Te gusta montar?
M: Sí, mucho
Gorka: Yo tengo un caballo, bueno es una yegua blanca, algo tozuda... pero muy ágil,
no sé... a lo mejor algún día te gustaría venir a pasear conmigo...
M: Ya veremos, lo tendré en cuenta... ahora, llévame a casa anda... que me voy a coger
una pulmonía...
Al llegar a la puerta de mi casa, no sé, sentí como una especie de vergüenza y a la vez
excitación al pensar que quizás Esther aparecería justo en ese mismo instante y me vería
con Gorka en la puerta. Pero supongo que mi problema era que leía demasiado aquellas
5 panes de cebada
32
estúpidas novelas de amor, las casualidades no son tales en el mundo real, y como no...
Esther no apareció en ese instante...
Gorka: Bueno, pues ya estás... sana y salva
M: Muchas gracias...
Gorka: Bueno pues me voy, que aun tengo que ir a mi casa...
M: Pero ¿no vives aquí?
Gorka: No, yo vivo algo más alejado, pero enseguida estaré allí no te preocupes...
M: Muy bien, buenas noches Gorka
Se acerco a mí, y me dio un dulce beso en la mejilla, el cual me descolocó mucho, y
para cuando me di cuenta de que Gorka se iba en camisa, por que yo aun llevaba su
chaqueta, este ya se había alejado por el callejón, así que entre en casa...
Maritxu: ¡Pero como vienes hija! Ahora mismo te quitas esa ropa, y te sientas en el
salón, pondré la estufa un rato... ayyy si lo he pensado, te he mandado de excursión y
tenía una pinta terrible de ponerse a llover de un momento a otro...
M: Ya, eso decíais todos, a mí aun me costaba creérmelo
Maritxu: ¿Y esa chaqueta?
M: Es que en el lago me encontré con Gorka
Maritxu: ¿Gorka?
M: Sí, ya te he dicho que esta mañana le conocí en la obra...
Maritxu: Ya... Gorka...
M: Sí, ¿qué pasa?
Maritxu: Hija que no sé... es un chico un tanto extraño
M: ¿Extraño? a mi no me lo ha parecido en absoluto
Maritxu: Maca, Gorka es el dueño del terreno donde vas a vivir
M: Gorka es... ¿el lugareño extraño del que me hablabais?... pero si él... no sé... es un
chico normal, conmigo se ha comportado estupendamente... no sé...
Maritxu: Desde que perdió a su mujer no es el mismo, el vino como tú, lleno de
ilusiones, y mira... aquí lo perdió todo, y las ilusiones con ella, bueno y con su niño...
M: Espera, espera... que no me entero de nada
Maritxu: ¿Él no te lo ha contado?
M: Contarme ¿el que?
Maritxu: Vinieron aquí, eran un dulce matrimonio, muy jovencitos los dos,
necesitábamos un maestro, para los niños que estaban llegando nuevos al pueblo, y el
acababa de perder su trabajo en Bilbao. La cosa iba muy bien, era encantador con los
niños, y su mujer era adorable, ayudaba en varias tareas de la iglesia... el primer año fue
perfecto, y culminó cuando ella se quedó embarazada. La verdad es que durante los 9
meses la pobre, sufría constantes dolores, mareos... y estaba muy pálida. La noche que
se puso de parto el doctor había tenido que salir a varias operaciones en un par de
pueblos de la serranía... así que no llegó a tiempo para atenderla. El parto se complicó
más de lo que hubiésemos podido controlar, perdió mucha sangre, y al estar tan débil,
falleció, a los pocos días lo hacía el niño, se habló mucho de la causa de la muerte del
niño, que si Gorka no había querido alimentarle por estar sumido en una profunda
tristeza, que si se habían infectado su madre y el de algo... ya sabes habladurías. Ante
eso, Gorka se aisló cada vez más, dejó su trabajo de maestro, y dejó su casa en el
pueblo, y se construyó una, en un viejo trigal que hay al final del sendero de Marcelino.
Y allí vive...
M: Vaya, menuda historia...
5 panes de cebada
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Maritxu: Ya estás más seca... te voy a preparar un chocolate caliente...
M: Muchas gracias... luego me acostaré enseguida...
Maritxu: Claro, es tarde ya...
Me tomé aquel chocolate caliente, y me abracé a una manta de parches de colores que
me bajo Maritxu del desván, era realmente preciosa, y abrazada a ella salí de nuevo al
bacón, incluso me saque aquella vieja mecedora que había en mi cuarto y me puse a
contemplar las estrellas...
Debí quedarme dormida, últimamente estaba descubriendo la capacidad de abstracción
que tenía... y que no decirlo, lo marmotilla que me estaba volviendo... pero la oí... la oía
sollozar, aun me costaba saber diferenciar si era realidad o aun soñaba... pero al abrir los
ojos supe la respuesta...
La oía sollozar, abrazada de nuevo a aquella almohada, deseé con todas mis fuerzas ser
esa sabana que la rodeaba, o por lo menos consuelo para ese llanto que me estaba
desgarrando por dentro. Aun indecisa, seguía mirando por su ventana, aun avergonzada
por creer estar vulnerando su intimidad, pero la note tan desprotegida, que fui incapaz
de dejarla así... y abrí lentamente la puerta, mientras mi corazón palpitaba me iba
acercando a su cama
Lentamente, con miedo de asustarla me posé sobre la cama, y con un dulce movimiento,
mis dedos se fueron a posar en su cara, repeliendo un mechón rebelde que se había
adherido a su mejilla mojada por las lágrimas...
M: Esther... que pasa...
E: ¡Déjame quieres!
M: Venga Esther por favor, no llores, tranquilízate un poco...
E: Déjame sola...
M: No... no hasta que me digas que te ocurre...
E: Abrázame Maca, por favor... no me dejes sola... no me dejes...
M: Shsssssssssssssssss mi niña, venga tranquilízate
Recuerdo como la mecía en mi pecho, como resguardaba su cuerpo dentro de mis
brazos, me sentí la mujer más envidiada del mundo, ya no envidiaba ni a aquella sabana,
ni aquella almohada, ahora era yo quien la acariciaba, quien la rozaba... pero como todo
sueño, hay que despertarse y volvió el carácter amargo de Esther a florecer con todo su
esplendor, apartándose bruscamente de mi lado...
E: ¡Déjame! ¿No me has oído? Aquí no pintas nada... vuelve a Jerez, a tu estúpida
ciudad, y déjanos en paz...
M: Pero Esther...
No quise escuchar más, salí corriendo envuelta en lágrimas, y me dejé caer sobre mi
cama... no sé el tiempo que pasó, pero de nuevo esas lágrimas amargas me hundieron en
un sueño, sueño profundo donde Esther volvía a abrazarme, acariciarme... pero esa
mano... no esa mano no formaba parte de mi sueño...
E: ¿Maca? Estás despierta...
5 panes de cebada
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Yo no quise moverme, me hice despistadamente la dormida, esperando tal vez que
Esther se marchase en ese preciso instante de mi lado, sus simples caricias me dolían,
me escocían, pero ella no se rindió...
E: Maca por favor, siento haberte hablado así, joder, todo lo fastidio...
Y noté como su mano y todo su cuerpo se alejaban de mi cama en ese preciso instante,
abrí los ojos, pero no me moví de aquella postura, supongo que con los ojos abiertos,
una es capaz de reflexionar todas esas ideas alocadas que discurren por tu mente cuando
duermes, o cuando esta dormida
¿Que me estaba pasando? ¿En serio podría ser capaz de enamorarme de alguien como
Esther? Era una mujer, si quizás ese fuese solo el primero de uno de tantos problemas,
por que estaba claro que aquella chica era rara, rara de narices, ¿y yo? ¿Qué pintaba yo
en su vida? ¿Qué pintaba alguien de ciudad en la vida de alguien que solo por no vivir
como ella ya no te quiere en su mundo?
Oí la puerta de su habitación, y vi su sombra asomada al bacón, como ella aseguró hacer
cada noche... y no pude más, me pudo más el corazón que la razón, y salí al balcón, de
nuevo esa sensación de protegerla, de cuidarla... la abrace desde atrás cubriéndola con
mi colcha...
M: Vas a quedarte helada... hoy hace un poco de frío...
E: Sí, la lluvia ha despertado al viento...
M: Sí... ya ves...
E: Yo... Maca... esto...
M: No digas nada ¿vale Esther? Creo que por hoy ya hemos escuchado demasiadas
cosas
E: Pero yo creo que te debo una explicación
M: No sé si me la debes o no, no sé que te he hecho, no sé por que te caigo tan mal,
desde que he llegado, he sido el motivo de tus borderías, de tus malas palabras, y ya me
estoy cansando Esther...
E: Lo siento, no es una buena época para mí
M: ¿Y que te crees? ¿Qué para mí sí lo es? Estoy sola en este pueblo, los pacientes no
me respetan, no conozco a nadie, e inexplicablemente la única persona cercana a mi
edad, me repele y me odia sin que yo conozca el motivo... ¿te parece suficiente razón
para no considerar que es la mejor época de mi vida?
E: Maca... tú no me caes mal... es simplemente que soy muy solitaria, y has venido
aquí, y en un día ya tienes revolucionado a todo el pueblo
M: ¿Eso son celos?
E: No digas tonterías...
M: Pues yo creo que sí...
E: Que no
M: Que sí... uy uy pero si la niña sabe sonreír... estás mucho más guapa cuando sonríes
lo sabes ¿no?
E: Sí, sí... yo creía que eso de ser zalamero formaba parte solo de la personalidad de los
andaluces varones...
M: Ya ves... todo se pega
E: ¿Qué hacemos aquí?
M: ¿Cómo que qué hacemos aquí?
5 panes de cebada
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E: Sí... somos jóvenes, es viernes por la noche, y me tienes secuestrada con una colcha
de la edad de mi abuela, en el balcón de la casa de mis padres en este pueblucho
M: Bueno, yo no tengo mejor plan...
E: ¿Quizás yo sí?
M: Eso es una proposición...
E: Como tu quieras tomártela...
M: Bien... ¿y qué me propones...?
E: Sorpresa... tu solo confía en mí
M: uyy me das miedo... no me pongas esa cara...
E: Pero lo primero, es lo primero... hay que solucionar algo de tu vestuario
M: ¿Que manía os ha entrado a todos con mi vestuario?
E: A ver... ¿tú como quieres ir conmigo en la moto? ¿A lo amazona?
M: Ah no... no pienso subirme en ese trasto...
E: Pero bueno, a ti te dan miedo los carromatos, ahora resulta que también las motos...
si lo que querías es que quitase la imagen de pija que tengo de ti... vas muy mal
encaminada
M: ¿Pija yo? ¿Por no llevar pantalones me llamas pija?
E: A lo mejor es que solo eres una cobarde de ciudad
M: Sí, sí... seguro, ¿dónde están esos pantalones?
E: Así me gusta... ¡con carácter!
M: ¿Te importa?
E: ¿Que?
M: Que si te importa... darte la vuelta... me voy a cambiar
E: Pero hija, que no tienes nada que no haya visto ya... no me digas que en Jerez os da
vergüenza vestiros delante de la gente...
M: Hombre de cualquiera no... pero...
E: Pero nada, eres una chica como yo, por dios, que no te voy a comer...
M: Vale, vale...
Cuando quise bajarme la falda, no podía dejar de mirar al suelo, imaginarme a Esther
mirándome como me desnudaba frente a ella, hizo saltar muchas chispas en mi
estomago, que se tradujeron como no en un color sonrosado de mis mejillas... cuando ya
hube abrochado el botón superior, cogí las fuerzas necesarias para alzar la vista... y ahí
encontré de nuevo, esa sonrisa, que supe en aquel instante nunca me cansaría de
observar...
M: ¿Qué tal?
E: Estás perfecta, te quedan mejor que a mi incluso
M: ¿Quien es la zalamera ahora...?
E: Ya sabes lo que dicen... todo se pega... anda vamos, coge este casco...
M: ¿Tienes dos?
E: No, la verdad es que nunca suelo llevar a nadie de paquete... tú eres mi primera
invitada en la moto
M: ¿Y de tus invitados?
E: Cambiamos de tema... ¿vienes o no?
M: Sí, sí...
E: Bueno, pues agárrate fuerte
M: No es peligroso que tú vayas sin casco...
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E: Lo que me da miedo a mí no es caerme, es lanzarme... así que tú agárrame fuerte... y
no pasara nada... en marcha...
El camino se me hizo terriblemente corto, la verdad es que ir agarrada de su cintura, y
notar como el viento pega en tu cara, es maravilloso... pero lo era aun más sentir como
todo mi cuerpo se pegaba al suyo, cada vez que tomaba una curva, o cada vez que se
echaba para atrás intentando saber como me encontraba o como iba el viaje... solo ver
de nuevo esos ojos posados en mí, aunque fuese una simple milésima de segundo... pero
de nuevo volvía a la realidad, y esos ojos se alejaban de mí para seguir mirando al
frente...
Al fin y al cabo, los buenos momentos, son como los buenos libros, siempre tienen un
final, quizás nos guste o quizás no nos guste en exceso, pero ese momento siempre llega
en una última página. Yo con Esther tenía la sensación de querer llenar muchos
capítulos, pero sin llegar nunca a esa temida palabra de tres letras... pero nada, llegó el
final del viaje, y con ello también la obligación de despegar mis brazos de su cintura
E: Al final no ha sido para tanto ¿no?
M: Que va... he ido muy a gusto, conduces muy bien
E: La verdad es que la moto era de mi padre, y desde bien pequeña era tan trasto que
siempre se la cogía, me encantaba cuando me llevaba montado entre sus piernas...
M: Bueno y ¿donde me has traído?
E: ¿Te acuerdas de la montaña con forma de mujer que se ve desde nuestro balcón?...
(aquella palabra... “nuestro” me dio un vuelco al corazón...) bueno, pues estamos en su
cima más alta... desde aquí pueden verse las colinas de todo el valle de la serranía, es así
como el pico más alto de la zona. Sé que no es el Everest, pero bueno, algo es algo...
De repente note como rebuscaba en el bolsillo interno de su chaqueta y sacaba algo de
cuero, la verdad es que la falta de luz me impedía ver algo más...
M: ¿Que es eso?
E: ¿A ti que te parece?
M: Pues lo que me parece no sé si me gusta... si tienes que conducir...
E: Va, venga Maca, es un traguito de nada, no creo que pase nada por que nos
divirtamos un rato...
M: ¿Este es tu método de entretenimiento...?
E: Anda, ¿y cual es el tuyo?
M: Venga anda, no hagas tonterías, que quiero que me lleves de vuelta a casa sana y
salva...
E: Y si te dejo aquí, o mejor aun, ¿si nos quedamos aquí?
¿Que pensé? ¿Quizás que se quedaría conmigo toda la noche? ilusa, Maca, eres una
autentica ilusa, de nuevo esos capítulos recordados de los dichosos libros
romanticones...
E: Jaja, que cara... que no, que te llevo a casa, no te preocupes... además mañana hay
que trabajar...
M: Es cierto ya ni me acordaba
E: Aunque sea sábado...
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M: Que pereza... bueno esto Esther, antes en casa... me has dicho que querías darme una
explicación... ¿no se te apetece hablar conmigo?
E: Bueno Maca, no te ofendas, pero nos acabamos de conocer, y no sé... la verdad es
que mi plan no era que me vieras así...
M: Ah ¿sí? ¿Y cual era tu plan si puede saberse? ¿Quedarte tirada en la cama? O mejor
aun, emborracharte con esto y así poder dormir tranquila hasta la mañana siguiente,
¿quizás así sin acordarte de nada?
E: ¿Tú que te crees? ¿Qué sabes todo de todo el mundo?
M: ¿Por eso te quedas hasta tan tarde por la noche? Y por eso llegas sola cada noche en
tu moto... Esther tienes un problema
E: No Maca... no tengo un problema, tengo muchos problemas...
M: Bien, pues empecemos por el primero...
E: ¿Quieres que te lo diga? ¿En serio quieres que te lo diga? Estoy embarazada... ese es
mi puto problema
M: ¿Desde cuando...?
E: Hace 3 meses...
M: En tu casa...
E: No en mi casa no saben nada, y prefiero que siga así...
M: Pero Esther... tarde o temprano será más que evidente...
E: Ya, lo sé, pero no puedo decir nada...
M: ¿Y el padre?
E: El padre es un capullo... ¿sabes lo que me dijo cuando se entero?
M: No
E: Que si estaba segura de que era suyo, que si había puesto tan poca resistencia a
acostarme con él, ¿cómo estaba seguro de que con otros no había hecho lo mismo?
M: Será capullo...
E: Sí, ya ves... y ahora, aquí me tienes, sola, y con un niño en camino...
M: Esther... no estás sola... están tus padres... ellos te ayudaran
E: Maca, esto es un pueblo, tú sabes lo que murmurará la gente cuando se entere... la
niña del alcalde preñada, habrase visto...
M: Estoy acostumbrada a eso de que hablen de ti, más de lo que tú te crees...
E: ¿Qué voy a hacer Maca? ¿Eh? ¿Qué voy a hacer?
M: Tranquila, ya verás como se soluciona todo esto...
E: Solucionar dice... ¡Qué ilusa eres Maca! Mis padres me echarán de casa, por no
hablar de la deshonra que supone algo así para una familia en un pueblo como en el
nuestro. Mi padre es el alcalde, ¿no te das cuenta de que todo el mundo aquí se ve en el
derecho de decir lo que quiera de él, simplemente por que es una persona publica...?
M: No digas bobadas Esther... aquí el mayor problema no es lo que digan esas
personas...
E: Ah¿ no? Entonces ¿cual es?
M: ¿Que es lo que quieres hacer tú?
E: No tengo muchas opciones... ¿no?
M: No creas
E: ¿De que hablas?
M: Esther... yo estudio medicina, y sé que hay mas posibilidades que tenerlo...
E: Pero yo no sé si quiero perderlo...
M: ¿Pero en que quedamos?
E: A ver si lo entiendes... yo sé que mi cabeza me está diciendo que no es el momento y
mucho menos la manera... pero el corazón me dice que es hijo mío...
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M: Decidas lo que decidas estará bien hecho...
E: Gracias Maca...
M: Es verdad, aquí no hay decisiones malas o buenas solo existe aquella decisión que
tomes... y esa será la correcta
E: Tengo miedo...
M: Lo sé y lo entiendo, pero hay que afrontarlo como una persona madura
E: ¿Y como se lo digo a mis padres?
M: Pues igual que me lo has dicho a mí
E: ¿Y cuando me pregunten quien es el padre?
M: Ahí ya tenemos un problema, por que ni siquiera a mí me lo has dicho...
E: Se llama Iker... vive en Erkicia
M: ¿El pueblo de detrás de la colina?
E: Sí ese mismo...
M: De ahí venías el otro día ¿no?
E: Sí, la verdad es que nos vemos bastante
M: Una pregunta...
E: Dispara
M: ¿Tú le quieres?
E: ¿Querer? ¿De verdad crees en esas cosas?
M: ¿Qué pasa que tú no crees en eso de enamorarse?
E: Pues no... a mi Iker... no sé, me gusta... pero ya está
M: ¿Y por que te acostaste con él?
E: Vaya, veo que no te andas con rodeos...
M: Me gusta ser directa...
E: Me acosté con él por que en ese momento es lo que me apetecía...
M: Pues mira a donde te ha llevado ese caprichito...
E: Ah no... no, no... yo no te he contado esto para que me vengas juzgando tu también...
M: ¿Y que quieres que te diga? ¿Qué está bien hecho? ¿Qué hiciste lo correcto?
E: ¿Sabes que?
M: ¿Qué?
E: ¡Qué de nuevo me he equivocado contigo!
M: Pero bueno, ¿quieres dejar de culparme de todo lo que te pasa?
E: Vete a...
M: No Esther... la que se va a ir a la mierda eres tú... no me extraña que Iker te haya
dejado tirada... la verdad es que tampoco me extraña que no creas en el amor... te vendrá
bien... por que nunca nadie te querrá...
Justo en el momento en el que expiré el aliento después de aquella frase tan directa... me
di cuenta del terrible error que acababa de cometer, las lágrimas de Esther ya no eran de
tristeza... eran una mezcla de rabia y odio, que en ese preciso instante supe que iban
irremediablemente dirigidas a mi persona... “¿pero que has dicho Maca?”
M: Esther... mierda...
E: No, no, si tienes razón... ¿vámonos a casa quieres?
M: Esther...
E: Calla, y súbete en la moto, te llevo a casa...
M: ¡No! no quería decir lo que he dicho
E: Te equivocas, lo querías decir, y lo has dicho muy bien y muy clarito... nadie me
quiere y nadie me va a querer nunca...
M: Eso no es verdad...
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E: Ah ¿no? ¿Quién me quiere dime? ¿Quién va a querer a alguien como yo?
M: Yo...
E: ¿Tú qué? Ya sé tu respuesta, así que mejor la reservas para otro momento, ¿vienes o
no?
M: Sí, sí, claro... será mejor que nos vayamos a casa...
Lucía: ¡Pero mama...! ¿Cómo no le dijiste nada?
M: Me quede completamente paralizada, no sabéis con que cara de odio me miró en ese
momento, hubiese deseado echar marcha atrás en el tiempo, o que me tragase la tierra...
o no sé cualquier cosa que destruyese esa conversación... aquella noche no pude pegar
ojo, y bueno la mañana siguiente en la consulta fue un auténtico infierno, era inevitable
cruzarnos cada dos por tres... no me dijo una sola palabra, ni a la vuelta a casa, ni en la
cena... ni siquiera me dirigió la palabra en los siguientes 8 largos y duros días...
Mikel: ¿8 días sin hablaros? Madre mía pero si trabajabais juntas... ¡algo gordo tuvo
que pasar para que os volvieseis a dirigir la palabra!
M: Sí... y pasó... aquel día... no lo olvidaré nunca, ya estábamos en las fiestas del
pueblo, San Isidro, allí eran muy beatos, y les encantaba eso de organizar muchas
cosas... Yo ya me había hecho al pueblo, así que estaba invitada a cada uno de los
eventos que Txus había organizado. La verdad es que acostumbrada como estaba a la
feria de Jerez, pensé que todo aquello era una chorrada...
Maritxu: Venga Maca, no seas tonta, que hacemos una piperrada popular, estará bien
que te relaciones con la gente, además estará todo el mundo...
M: Que no Maritxu de verdad, no me apetece, estoy cansada...
Maritxu: No que te he preguntado, ¡he dicho que vienes y punto!
M: Ayy que pesada madre mía...
Lo cierto es que lo estaba pasando muy bien, allí estaba todo el mundo, era realmente
incomodo darse de bruces con cada paciente que había visto durante aquellos días en la
consulta. Algunos te saludaban amablemente, pero había quienes escondían la cabeza,
temerosos quizás de que revelase sus terribles secretos corporales, no lo sé...
Allí estaba yo, sí, rodeada de un montón de gente, aun desconocidos, pero gente al fin y
al cabo. Pero, ¿cómo me sentía? Pues sola, como me voy a sentir, llevaba ya casi dos
semanas en aquel pueblo, y aun no conseguía congeniar con nadie, la verdad es que al
principio creía que ellos eran muy raros, pero que quieres que te diga, empezaba a
pensar que la rara debía ser yo
Alguien: Maca... schsttttttt
M: ¿Qué?
Alguien: Maca... aquí...
M: ¿Gorka?
Gorka: Hola...
M: Pensaba que no te gustaban mucho este tipo de actos...
Gorka: Ya, bueno, no te asustes...
M: ¿Qué pasa?
Gorka: No sé que le pasa... es Esther...
M: Esther, ¿donde?
Gorka: Está en mi casa... vino hace un par de horas...
M: Pero ¿Esther y tú os conocéis?
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Gorka: Se hizo muy amiga de Lucía...
M: Ya... pero que le pasa dime...
Gorka: No sé, dice que tiene muchos dolores, y bueno me ha preguntado por ti... me ha
pedido que venga a buscarte
M: ¿A mí? Pero tú sabes...
Gorka: ¿Lo del embarazo?
M: Sí
Gorka: Sí, me lo dijo hace tiempo, ya sé que tú también lo sabías...
M: Bueno yo, ya sabes que no nos hablamos...
Gorka: Algo me comentó, pero déjate de tonterías, y venga vámonos corriendo
M: Sí, sí claro, llévame a casa antes, cogeré mi maletín
Maritxu: ¡Maca! ¿Pasa algo?
M: No, no, voy con Gorka un segundo a dar un paseo...
Maritxu: Ah muy bien hija, que os divirtáis
M: Sí, sí, claro... luego nos vemos, en los fuegos artificiales
Txus: Agur chicos...
Maritxu: Estos dos...
Txus: ¿Que insinúas?
Maritxu: No sé, tanto paseo y tanta cosa...
Txus: Deja de ser chismosa, son dos jovencitos, déjales que se diviertan...
M: ¿Y te ha dicho si ha manchado o algo?
Gorka: No sé Maca, me daba mucha vergüenza, no sé, es que son cosas de chicas...
M: Vale, vale, ahora veremos... ¿qué pasa? ¿Por que te quedas ahí quieto?
Gorka: Maca, que no le pase nada a ella...
M: Tranquilo a ella no le va a pasar nada... ya sé lo de tu mujer y lo de tu niño...
Gorka: ¿Ya te lo han contado?
M: Lo que no se es por que no me habías contado nada tú
Gorka: Sabía que tarde o temprano te enterarías, aquí no se guardan los secretos, por lo
menos no por demasiado tiempo
M: Aun así, hubiera preferido que me lo contaras tú, pero bueno... tú tranquilízate, el
médico no llegó en esa ocasión, pero en esta estoy yo aquí, ¿me has oído?
Gorka: Venga en marcha...
Lucía: ¿Ves Fernando? Tú dando el coñazo ya antes de nacer...
Fernando: Ey ey... no te pases ni un pelo...
M: No hagáis bromas, que lo pasamos muy mal... el camino se me hizo larguísimo
Mikel: Me imagino que a Esther mucho más...
M: Sí la verdad es que cuando llegue tenía una cara de pánico que nos asustó... a parte
de que llevábamos tanto tiempo sin hablarnos que no sabía como reaccionaría al verme,
ni siquiera sabía que le diría yo al verla
E: Maca... el niño...
M: shccss... mi niña, ya estoy aquí, no va a pasar nada, me oyes. Ni a ti ni al niño...
Gorka: Yo chicas, esperaré abajo, si necesitáis algo, lo que sea con un grito estoy
aquí...
M: Gracias Gorka... a ver Esther, siéntate en la cama, venga recuéstate... eso es... así...
ponte cómoda... ¿has mirado si has manchado o algo?
E: Antes... un poco... Maca dime que no he perdido el bebé... dímelo por favor...
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M: Esther lo primero es que te tranquilices, y me dejes hacer mi trabajo... vamos a
confiar en que al bebé no le haya pasado nada...
E: Yo Maca, siento mucho lo del otro día...
M: Sí, la verdad es que nos hemos comportado como un par de idiotas... me alegro de
que me hayas llamado...
E: ¿A quien querías que avisara?
M: Vaya, gracias, tú no cambies...
E: Joder Maca... no empecemos...
M: Bueno a ver... no te asustes, esto estará un poco frío...
E: Buff...
M: No has ido al médico desde que supiste lo del embarazo ¿no?
E: No... me daba vergüenza...
M: Pero Esther... eres enfermera... sabes lo importante que es...
E: Ya... bueno ya estas aquí tú ¿no? Y eres médico...
M: Sí, a ver, aquí esta la cabecita... bien, está un poco baja la placenta, quizás se haya
encajado, de ahí los dolores, pero parece que todo va bien... tranquilízate de acuerdo,
creo que lo que tienes que hacer es guardar reposo, y mañana mismo nos vamos a
Pamplona
E: ¿A Pamplona?
M: Sí Esther, nos vamos a que te hagan una ecografía, quiero asegurarme de que todo
está bien... la verdad es que no entiendo como no tenéis una clínica en condiciones en
200 km a la redonda... se hubieran evitado muchas desgracias...
E: Sí seguro, en salud se van a gastar dinero...
M: Bueno de eso ya nos encargaremos más tarde... ahora nos toca cuidarte a ti... no
sabía que Gorka y tu erais amigos
E: Lo mismo digo, aunque la verdad cuando cada uno habla de ti, parece que hablemos
de personas distintas...
M: Lo sé, aun no me has dejado conocerte, y mucho menos has querido conocerme tú a
mí...
E: Ya... y no hay nada de lo que me arrepienta más que de eso...
TOC TOC...
M: Pasa Gorka...
Gorka: ¿Todo bien Maca?
E: Perfectamente, solo ha sido un susto
Gorka: Puff...
E: Ven aquí tonto... estabas preocupado...
Gorka: Sí la verdad es que esta escena me recordaba a algo...
E: Ein... que no siempre ocurren desgracias, a veces la suerte está en tener a la persona
adecuada cerca... ¿no Maca?
“¿Aquello me lo había dicho mirándome a mí? ufff... no que no me sonría por favor...
mierda lo ha hecho...”
M: Sí, sí... bueno pues todo perfecto... mañana nos vamos a Pamplona...
Gorka: Os llevo yo en el coche
M: ¿También tienes coche?
Gorka: ¿Te recuerdo que soy de ciudad?
E: Uy madre mía que estoy rodeado de pijos...
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M: Bueno perfecto entonces, mañana nos recoges...
E: Pero tú no me decías que tenía que hacer reposo... como quieres llevarme a casa...
¿en caballo?
M: Pues también es verdad... tendrás que quedarte aquí...
Gorka: ¿Y por que no te quedas tú también?
M: ¿Yo?
Gorka: Claro... no me gustaría que Esther se encontrara mal durante la noche y tuviera
que ir a recogerte a tu casa...
M: Bien pues no sé...
Gorka: Bajemos al salón mientras usted, señorita se acuesta, tienes que dormir... ahora
te subo un poco de leche...
Ya estábamos en el sofá, y Gorka aun estaba en la cocina calentando un poco de leche...
Gorka: ¿Tú quieres tomar algo?
M: Un cafecito no estaría mal...
Gorka: ¿Un café? Y luego quieres dormir...
M: Lo siento, reconozco que es mi único vicio... confesable digo...
Gorka: Bien, pues nada... oye Maca que gracias...
M: Es mi trabajo, Gorka...
Gorka: Me refería más bien a que estés aquí... si te has fijado, ni Esther ni yo somos
demasiado queridos en este pueblo
M: Bueno algo había notado... pero fíjate que casualidades ahora ya seremos un trío...
Gorka: Pues sí... jeejej
M: Bueno estaba muy rico el café...
Gorka: Gracias...
“¿Por que Gorka me estaba mirando así?... y lo peor de todo, ¿por qué cuando volví a
mi postura natural después de dejar la taza de café sobre la mesita, estaba su brazo
sobre mi hombro? ... uyy no, no, Gorka no te acerques más... no un beso no... mierda...”
M: Esto... es muy tarde, creo que debería irme a dormir
Gorka: Yo, Maca lo siento, no debía...
M: No te preocupes, no ha pasado nada...
Gorka: Sí, sí, claro... hasta mañana entonces
M: ¿Yo donde duermo?
Gorka: Solo tengo dos habitaciones, así que será mejor que tú duermas con Esther... la
cama es la mía, así que supongo que no tendréis inconvenientes... es muy grande
“Muy bien Maca, él te besa, y después te manda a compartir su lecho conyugal con la
mujer de tus sueños ¿he dicho la mujer de mis sueños? Sí Maca, no te asustes más, y
asume que te has enamorado de esa mujer... dios y tienes que dormir a menos de 10
centímetros de ella...”
M: Esta noche va a ser muyyyy larga... lo presiento
Gorka: ¿Decías?
M: Que hasta mañana...
Gorka: Hasta mañana... Maca
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Intenté entrar haciendo el menor ruido posible, no es que hubieran pasado horas desde
que Gorka le había subido la leche, pero esperaba encontrar a Esther durmiendo, y si, lo
estaba, conseguí ver algo de su rostro entre las rendijas de luz que dejaba traspasar la
persiana de la habitación
“Mírala tan dulce, si... definitivamente, está preciosa cuando duerme... quizás sea por
que no habla, por que mira que tiene carácter la niña, todo el día ahí a regañadientes,
y mira que le cuesta tener una palabra amable conmigo... ¿por que Esther? ¿Por que te
caigo tan mal? No te das cuenta de que me gustaría cuidarte, cuidar de ese niño... de
ti... pero sobre todo de ti...”
Me acerque a la cama, y me quite esos dichosos pantalones, la verdad es que a la luz de
todo el mundo les hacía creer que los odiaba, pero debía reconocer que me encantaban,
y solo saber que la piel de Esther los había rozado antes, me hacía ponérmelos una y
otra vez
No tenía ni pijama, ni camisón, así que simplemente me quede con una fresca camiseta
de algodón, y en ropa interior, la cama estaba helada, mas bien las sabanas. Era a lo
único que no me había acostumbrado aun, a ese dichoso frescor de la noche... tenía los
pies demasiado helados... tanto que sin querer roce los de Esther y esta huyó
despavorida de mi lado...
Pero no sé por que, quizás de nuevo los caprichos de ese destino tan quisquilloso, hizo
que Esther se diera la vuelta, dejando su rostro que escasos centímetros del mío. Cierto
está que estaba tan cerca de mí, que sus suspiros movían mi flequillo, y no podía dejar
de mirarla, sonriendo como una pedorra adolescente enamorada
En ese movimiento, se acompañó de su brazo derecho, que se posó dulcemente sobre la
colcha que cubría a la altura de mis caderas... y no solo no la movió de ahí, si no que la
dejó reposada sobre su palma
Me dio igual que estuviera dormida, ni si quiera supe respetar que fuera únicamente mi
amiga, saqué mi mano del interior de las sabanas y la posé abierta sobre la suya, y ella
anudó cada uno de sus dedos con cada uno de los míos
Entonces sí, entonces sí que pude cerrar los ojos... pero que quieres que te diga... fui
incapaz de borrar aquella sonrisa idiota...
Sí era una adolescente tonta... sí... ¿pero que? Era feliz...
A la mañana siguiente, no me despertó aquel pesado gallo, por dios como me hubiera
gustado retorcerle el cuello cada mañana, umm nunca me dejaba terminar esos sueños...
pero esta vez quizás hubiera deseado que fuera el gallo quien me hubiera hecho
madrugar, no necesitaba estar soñando, esta vez era Esther la que estaba junto a mí en la
cama...
No solo no había soltado mi mano durante la noche, sino que la mantenía ahí, pero
ahora ella abrazaba mi pecho, posando su cabecita por debajo de mi cuello. La verdad
es que me sentía algo dolorida, quizás la postura no era la más correcta, y el no querer
despertarla hacía difícil cada uno de mis movimientos, tan torpes por cierto. Así que no
tuve más remedio que despertarla...
5 panes de cebada
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M: Esther... Esther...
E: ummm
M: Esther necesito ir al lavabo...
E: ummm...
Y se movió, aquella marmotilla, ni siquiera se dio cuenta de donde estaba, ni que yo
estaba a su lado, ni siquiera sabía que aun estaba dormida, cuando me lo dijo...
E: Vuelve pronto...
Me quedé pasmada, supuse que estaría hablando en sueños o algo así, pero por si acaso
corrí al baño, pero aquello que olía no podía ser otra cosa, me asome a las escaleras y oi
ruidos en la cocina así que supuse que Gorka tampoco necesitaba de un gallo para
alejarse de la cama
Quizás debía hablar con él de lo que había pasado por la noche, no tenía valor para
hacerlo, pero dejarlo correr igual hubiese sido mucho peor. El otro día acusando a
Esther de no asumir sus problemas de frente, y hoy mismo, ahí me tenías a mi misma
sin poder hacerlo tampoco. Pero decidida, seguí bajando los escalones, y allí estaba
Gorka con dos tazas de café humeantes, apoyado en el marco de la puerta de la cocina...
Gorka: Buenos días...
M: Hola, veo que tu tampoco podías dormir ¿no?
Gorka: No, la verdad es que ha sido una noche intensa, y bueno hace tan buen día que
me ha dado pena quedarme en la cama. ¿Qué tal habéis dormido? ¿Qué tal ha pasado la
noche Esther?
M: Esther estupendamente vamos... no se ha movido ni una pizca...
Gorka: ¿Y tú?
M: Yo, un poco menos tranquila, verás Gorka, yo quería hablar contigo, de lo de ayer,
de lo del beso
Gorka: Ya, bueno, no debí haberlo hecho, no sé estaba tan a gusto ahí contigo
M: Yo ahí contigo también, pero
Gorka: Siempre hay un pero
M: Verás Gorka, me pareces un chico estupendo, pero es que hay otra persona
Gorka: ¿Dejaste un novio en Jerez?
M: ¿En Jerez? No por dios... aquellos chulos que le gustaban a mi madre para mi no
eran para nada mi estilo
Gorka: Lo has conocido aquí entonces
M: ¿Puedes guardarme un secreto?
Gorka: Por supuesto...
M: Quizás le conozcas
Gorka: ¿Yo? ¿Venga ya? ¿No me digas que te has enamorado de algunos de estos
granjeros cincuentones que van a tu consulta? Mira Maca que aquí les gusta mucho
cuchichear, y sí, es cierto que son gente de dinero...
M: ¿Quieres dejar de decir bobadas?
Gorka: Bueno, pues entonces ya me dirás quien es... por que si no es un granjero de
esos, le has conocido aquí... no puede ser más que... un momento...
M: Sí...
Gorka: ¿Esther?
M: La misma...
5 panes de cebada
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Gorka: Pero ¿a ti te gustan las mujeres?
M: No, bueno no lo sé... hasta ahora no me había pasado... bueno es que en realidad ni
siquiera sé si me ha gustado un hombre alguna vez
Gorka: Vaya... esto... a ver no me entiendas mal, no es que me parezca mal en absoluto,
pero bueno que cuesta asumirlo
M: Lo entiendo
Gorka: ¿Pero ella sabe algo?
M: No, no... y que no lo sepa
Gorka: ¿Cómo que no lo sepa? Pero Maca, que pretendes ¿qué se te pase?
M: No
Gorka: Por que estando con ella a todas horas, que trabajáis juntas... madre mía... y
todo estos días sin hablaros... lo has tenido que pasar fatal
M: Sí bastante, es que no la entiendo
Gorka: Anda, mira, bienvenido a mi mundo, no entender a las mujeres...
M: Jaja... que tonto...
Gorka: No en serio, creo que deberías decírselo...
M: Sí claro, y que me odie y dejemos de ser amigas...
Gorka: Maca, Esther no te va a odiar por que te hayas enamorado de ella, eso es algo
precioso, de lo que no deberías avergonzarte...
M: Sí claro, es fácil decirlo, no podría soportar que me rechazara... aun así, es que no sé
como decírselo, nunca me he declarado a nadie...
Gorka: Tú... ¿nunca?
M: No Gorka, nunca me han besado siquiera, ya te he dicho que estaba más preocupada
de mi carrera, de mis amigos, de la asociación, nunca he tenido tiempo para
enamorarme...
Gorka: Mira en eso tenéis algo de acuerdo Esther y tú... ella tampoco ha encontrado
nunca a nadie de quien enamorarse... quien sabe... a lo mejor por fin su suerte empieza a
cambiar
M: Bueno voy a ir a despertarla, a ver que tal está
Gorka: Muy bien...
Mi idea era ir a despertarla, pero recordé lo a gusto que estaba 10 minutos antes ahí
metidita con ella, así que de nuevo deslicé la colcha hacía abajo, y al hacerlo moví un
poco las sabanas, y allí estaban sus piernas. Durante toda la noche, había puesto tanto
cuidado en no moverme, para no rozarla, que ni siquiera me había percatado de que ella
al igual que yo, había dormido con una simple camiseta
Para cuando quise dejar de mirar una voz rompió todo el encanto...
E: ¿Que pasa? ¿Que te gusta lo que ves?
M: ¿eh? No, no
E: Ah no... vaya gracias...
M: No quiero decir, que sí me gusta, bueno que no he mirado mucho... joder...
E: Ya Maca, para por dios que te embalas...
M: ¿Qué tal has dormido?
E: Bien
M: ¿Y los dolores?
E: No ya estoy mucho mejor gracias...
M: Me alegro
E: Por cierto eres muy cómoda
5 panes de cebada
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M: ¿Perdona?
E: A ver si te crees que no sé que has dormido conmigo... digo que eres muy cómoda
M: Pero si anoche dormías...
E: Sí, sí claro, a ver si te crees que eres muy silenciosa, te recuerdo que duermo cada
noche en una habitación contigua a la tuya, eres como un dolor, parece que tienes
rituales antes de acostarte...
M: Jejeje, lo siento, no quería despertarte...
E: Da igual, así pude cogerte como almohada...
Y Esther después de aquella frase se fue de la habitación... ¿tú crees que puedes soltar
algo así y marcharte sin más? No Esther, no puedes decirme lo cómoda que soy cuando
estoy deseando cogerte y posarte sobre la cama para ver como de cómodas son tus...
ohhh no Maca, contrólate... ¿pero ella? ¿Te está diciendo algo? No venga Maca, que te
va a estar diciendo... ha dormido contigo, sí... te ha abrazado... también... pero ya está
ahí acaba todo...
E: ¿Has desayunado? ¿Maca?’ Maca, hija que manía tienes de quedarte ahí de pie...
siempre en tu mundo
M: ¿Eh? Sí, sí, no, no he desayunado, he tomado un café
E: Bueno yo voy a darme una ducha, ¿haces unas tostadas?
M: Pero que te crees ¿qué soy tu doncella?
E: Eyy que estoy convaleciente y necesito muchos mimos...
M: Que morro tienes...
E: Sí pero me quieres...
Y ala vuelve a cerrar la puerta... pues sí TE QUIERO así, con mayúsculas, y no solo te
haría el desayuno, te lo llevaría a la cama, me sentaría a tu lado, y untaría las tostadas
contigo... y... nada Maca... solo son sueños
Gorka: ¡Eyy dormilona! ¿Qué tal has dormido?
E: Bien, bien... Maca es buena almohada
Gorka: Ah ¿sí?... jeje
E: Bueno y me ha hecho hasta el desayuno... que más puedo pedir...
M: Nada... rica, ya vale de pedir por hoy ¿no crees?
E: Sip sip... umm que bueno está esto... ¿qué es?
M: Es manteca colorada... Carmen siempre me lo hacía para desayunar...
E: Vaya por fin algo de tu tierra, ya tenía ganas sí...
M: Jeje está muy rico, ¿tú no quieres probarlo Gorka?
Gorka: ¿Yo? Jeje bueno luego un poco quizás, ahora tengo que irme, a recoger el
granero, si queréis ir a Pamplona, habrá que salir pronto...
E: Es cierto, se me había olvidado, habrá que ir a casa, ¿no Maca?
M: Sí, más que nada por que no hemos dormido allí
E: Sí y ama andará preocupadilla... venga me visto y nos vamos
M: Claro
Gorka: Maca... deja de ponerle esas caras, por que si esa es tu técnica de que no sepa
nada, lo haces fatal, que quieres que te diga...
M: ¿Tanto se me nota...?
Gorka: Un poco, sí... sutileza Maca, sutileza
M: ¿Que pasa que me vas a dar un cursillo de cómo conquistar a las mujeres?
Gorka: ¿Qué te crees? Yo soy todo un don Juan...
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M: Muy bien don Juan, váyase usted con las ovejas, nos vemos en casa de Esther en
¿una hora?
Gorka: Perfecto, iré a buscaros, como un caballero en mi cochazo...
M: Te va a ver todo el mundo
Gorka: ¿Y?
M: Nada, nada, te esperaremos impaciente oh noble caballero
Gorka: Jaja...
E: ¿Eyy? ¿Y esas risas?... ¿por que siempre llego al final de todas las conversaciones?
M: ¿Estás ya?
E: Pues venga a casa
M: ¿Y que piensas decirles a tus padres?
E: Que me llevo a Maca de compras
M: ¿De compras?
E: Claro... ¿quien mejor que una pija para vestir a una pueblerina como yo?
M: No encontraría vestuario más perfecto para ti que el que llevas ahora...
E: ¿Como?
M: Nada, nada... que nos vamos a casa...
Maritxu: Hombre, las hijas prodigas regresan al hogar... ¿se puede saber donde han
estado señoritas?
E: Ama, que ya somos mayorcitas
Maritxu: No digo yo que no... pero podríais haber avisado ¿no?
M: Ya ves, nos liamos en los fuegos, la fiesta no sé... se nos hizo tarde y nos quedamos
a dormir los tres
Maritxu: ¿Los 3?
E: Sin con Gorka mama, en su casa, estábamos retrasando la hora de ir a casa y no nos
dimos cuenta de que era la hora del desayuno prácticamente
Maritxu: ayyyy no gano para disgustos y encima ahora me vienen a pares... por cierto
señoritas... ustedes dos ¿no andaban enfadadas?
E: No hay nada que una buena juerga no pueda solucionar, ya está todo arreglado
¿verdad Maca?
M: Cierto, cierto, bueno yo subo a darme una ducha, que Gorka está al caer...
Txus: ¿Y ahora donde vais?
E: Nos vamos a Pamplona de compras, y así de paso enseñamos la ciudad a Maca
Maritxu: Ah... pues nada, hola y adiós...
Txus: ¿Estas dos ahora son inseparables o que?
Maritxu: No sé, pero prefiero que Esther este en compañía de Maca, que esos amigos
tan raros que se echa... Maca si es una buena influencia para tu hija
Txus: Si no digo que no... Esther lleva una temporada muy rara, y sobre todo muy
distante
Maritxu: Sí, algo le pasa, pero si no ha querido contárnoslo, no sé...
Txus: A mí me fastidia mucho, por que hasta ahora siempre me lo había contado todo,
siempre había confiado en mi
Maritxu: Ya es toda una mujer, Txus, no esperes que te siga contando todos sus
secretos...
Txus: Pero a Esther le pasa, algo, lo sé
E: Bueno ya estamos, nos vamos
Maritxu: Pasarlo bien chicas
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M: Lo intentaremos
Txus: Y conducid con cuidado, ¿a los coches también les tienes miedo Maca?
M: No, a los coches ya estoy mucho más acostumbrada
Txus: Me alegro, buen viaje, y hasta la noche
M: Hola Gorka, ¿qué tal está nuestro chofer?
Gorka: Ya os ha costado salir, pensaba que me habríais dado plantón...
E: A un chico guapo nunca se le debe de dar plantón, está prohibido
M: ¿Y eso donde lo pone?
E: En mi juramento de los ligues, nunca debes perder la oportunidad de conocer a un
chico estupendo...
M: Ya...
Gorka: Venga en marcha...
En dos horas y media llegábamos a Pamplona, lo cierto fue que nos costo mucho
encontrar un hospital donde no acribillaran a preguntas a Esther sobre quien era el
padre, o por que no estaba allí con ella alguno de sus padres... un horror vamos...
E: Pero ¿será capulla la monja? Vamos a ver... a ella que más le da si no estoy casada, o
si no tengo novio, o yo que sé... menuda inquisición...
Gorka: Se me ocurre una cosa... ¿por que no decimos que yo soy tu marido...?
E: Pero Gorka, eso es darles la razón, no me da la gana
M: No es momento de reivindicaciones Esther, necesitamos que te hagas esas
radiografía, si para eso hay que montar una pequeña escenita, se monta...
E: ¿Y las alianzas?
M: Eso es sencillo, tú toma la mía, Gorka ya lleva...
E: Sí
Gorka: Os parecerá ridículo, pero aun no he sido capaz de quitármela
M: Es normal tampoco ha pasado tanto tiempo...
Gorka: Bueno, ¿qué? Mujercita, ¿el último intento?
M: ¿Pero chicos? ¿Y yo quien soy?... ¿pero por que siempre me quedo fuera de todo?
Médico: Buenos días, señorita, caballero... bueno perdón y compañía... siéntense...
veamos, Esther ¿no? Bien aquí pone que está usted embarazada de un mes... y que aun
no había acudido al ginecólogo ¿no?
E: No...
Gorka: Mi esposa es un poco reticente para estas cosas... y menos mal que es
enfermera...
Médico: Pues no debería, usted mejor que nadie debería saber que hay que vigilar un
acontecimiento así ¿no?
E: Sí, supongo que sí, pero es que verá, vivimos en un pueblo, y allí las cosas se hacen
de otra manera no sé...
Médico: Bueno, pues dígame, ¿qué tal ha ido el embarazo hasta ahora? Nauseas,
pesadez de piernas, algún pinchazo...
M: Anoche, tuvo un mínimo de perdidas, pero enseguida paramos la hemorragia, y no
volvió a ocurrir durante la noche...
Médico: ¿Perdón usted es?
E: Es Maca... mi prima... bueno ella es médico
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Médico: Médico, sí... muy bien, haría el favor de esperar en la sala de familiares por
favor...
E: (“Pero yo quiero que se quede aquí... como también eche a Gorka, me va dejar aquí
sola...”) ¿Y Gorka?
Médico: No, no, su marido puede estar aquí, supongo que querrá ver la primera
ecografía de su hijo
Gorka: Sí, por supuesto...
Me fui, pero no sin antes dedicarle la sonrisa más irónica del repertorio a aquel
vejestorio con bata... pero ¿qué se había creído, el jefe del universo? En fin... mi gran
portazo debió retumbar en todo el edificio, pero como mujer obediente, esperé con más
nervios que otra cosa, en aquella dichosa sala, esperando nuevas noticias...
Médico: Veamos, va a notar un poco de frío... pero ya está... mire, eso de ahí que se oye
es su corazón... palpo la placenta un poca baja... de ahí el motivo del sangrado, el niño,
parece todo correcto... esperemos que a medida que vaya cogiendo peso vayan
recolocando posiciones en el útero... Por lo demás todo bien, recuerde que debe cuidar
su alimentación, ahora no tiene que comer por dos, pero si vigilar el tipo de alimentos,
tomar suplementos de vitaminas, y todas esas cosas que los doctores pesados como yo
les repetimos constantemente. Y lo más importante, espero que a su salida, coja cita en
mi secretaria para futura revisiones, la primera en dos meses, si no hay ningún
problema, ¿de acuerdo?
Gorka: Claro doctor, muchas gracias
E: Agur
Gorka: ¡Maca! Ya está
M: ¿Qué tal ha ido todo?
E: Muy bien, está todo bien...
M: Buff... que alivio...
E: Entonces ¿esa cara?
M: Esa cara... viene a que ninguno de los dos habéis sido capaces de decir nada cuando
ese pedorro me ha echado de allí
Gorka: Pero ¿qué querías que dijéramos? Igual acaba echándonos a nosotros también, y
te recuerdo que era el último hospital... así que no quedaba otra que tragar...
M: Vale... pero todo esta bien seguro ¿no?
E: Que sí... todo va muy bien... anda vamos...
Pasaron los meses, ya estábamos en septiembre, por tanto Esther estaba ya de 4 meses,
y claro su barriguita era más que evidente, el embarazo hasta entonces había ido muy
bien, con un único inconveniente... aun no había dicho nada a sus padres...
M: Pero Esther por dios, no te das cuenta, de que ya no puedes ponerte jerséis más
grandes para disimularlo... que vas con ropa de diciembre... algún día tendrás que
contarlo...
E: Ya pero es que no puedo... no lo van a tomar bien... y cuando me pregunten por el
padre de la criatura, ¿qué les digo? ¿Que no me acuerdo? ¿O que fue tan cabrón de
dejarme tirada?
Gorka: Yo no, sé si te parecerá bien... pero ¿que te parece si decimos que es mío...? no
sé, a lo mejor siguen enfadados, pero por lo menos ellos podrán poner una cara al
culpable
5 panes de cebada
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E: ¿Harías eso por mí?
Gorka: Por supuesto... quiero más a ese niño que su propio padre... así que no me
importaría lo más mínimo que fuera mío
M: Esta misma noche lo decimos
E: ¿Por que esta noche?
M: ¿Y por que otra...? Esther, esta noche no es mejor ni peor que cualquier otra... así
que nada... no lo pensamos, esta noche daremos la noticia...
E: Tu estarás conmigo ¿verdad?
M: Claro, mi niña, no pienso dejarte sola... no te preocupes, te ayudaré a contarlo...
Cuando caminábamos camino de casa, pensaba en voz baja, como realmente era capaz
de animar a Esther, era como echarla a la jaula de los leones. Conocía perfectamente la
reacción que iban a tener los padres de Esther ante aquella bomba... se que aunque en el
fondo les gustaría ayudar a su hija, pero la presión del que dirán, o de los comentarios
de la gente del pueblo podría con ellos... y aquellas serían las palabras que expresaran
sus almas... Y aunque no quisiéramos, aquella cena llegó...
Txus: Que calladas estáis esta noche ¿no chicas?
M: No...
Maritxu: ¿Que pasa? ¿Habéis tenido un mal día en la clínica?
M: No, el día ha sido normal, como siempre... ¿no Esther?
E: ¿Eh? Sí, sí...
Txus: Hija... vuelve al mundo...
E: Papa... ama... yo tengo que contaros algo...
Y entonces lo hice, por debajo de la mesa, deje correr mi mano sobre su muslo, y la
anude de nuevo a la suya, y ella apretó la mía, con fuerza y energía, demostrándome su
agradecimiento por aquel gesto...
Txus: ¿Qué pasa hija?
E: Verás papá, yo necesito contaros una cosa... hace tiempo que le doy vueltas, y la
verdad es que por mucho que quiera no encuentro las palabras...
Txus: ¿Podrías ir al grano de una vez?
M: Venga Esther...
E: Veréis... estoy embarazada
Maritxu: ¿Qué?
Txus: ¿Desde cuando?
E: Hace 5 meses...
Maritxu: Estés embarazada de 5 meses, y no nos habías dicho nada...
Txus: ¿Quién ha sido el cabrón? Dime quien ha sido, le voy a dar una somanta de
palos... y desde luego os casáis...
E: No papá... no me voy a casar con él
Maritxu: ¿Quién ha sido?
E: Nadie mama...
Txus: ¿Cómo que nadie?
E: No ha querido hacerse cargo del bebe... y yo asumí las consecuencias de llevarlo
sola...
Maritxu: Dios hija, que deshonra... y ¿qué vamos a decir en el pueblo? ¿Eh? Que
vamos a contar a la gente... ahora entiendo esa ropa, y esos jerseys, por no hablar de los
continuos viajecitos a Pamplona...
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M: Venga, no dramaticemos las cosas... es un problema, pero hay peores males en el
mundo...
Txus: ¿Y a ti quien te ha dado vela en este encierro si puede saberse?
E: Papa, no hables así a Maca... ella me ha ayudado todo este tiempo... ¿no entiendes lo
duro que ha sido llevar esto sola...?
Txus: Pues menos lo voy a entender... por que está claro que aquí no vas a quedarte...
no quiero bastardos en esta familia...
E: ¿Me estás echando?
Txus: Te estoy invitando a que te vayas...
M: Venga Txus... no digamos cosas de las que luego podamos arrepentirnos...
E: ¿Mama? No vas a decir nada... perfecto... recogeré mis cosas...
M: ¡Esther!
Lucía: ¿Los abuelos echaron a mama de casa?
M: Ya ves... es que vosotros no sabéis lo que era vivir en aquella época... en el fondo yo
sopesé esa posibilidad, pero no pensaba dejarla sola, habíamos llegado hasta ese punto
juntas y por supuesto continuaría a su lado. Aprovechando que las obras de mi casa
estaban muy avanzadas, me decidí a proponerle a Esther que se vinieran ella y el bebé a
vivir conmigo. Mi casa era muy grande, demasiado para vivir yo sola en ella, y mira por
donde, los planes de todo el mundo de que formara una familia empezaban a darse
vueltas por mi cabeza...
E: Pero ¿tú estás segura Maca?
M: No pienso dejaros en la calle... si te vas tú, nos vamos los tres...
E: Gracias... no sé que haría yo sin ti...
M: Ni yo sin ti, ni sin ese renacuajo...
E: Estás emperrada en que va a ser un niño
M: Es que lo va a ser, eso seguro, con esas patadas que da... que va a ser si no...
E: Bueno, pero prométeme, que si algún día, conoces a alguien, y yo sobro en esa
casa... me lo dirás... no quiero que seamos un estorbo para ti...
M: Te lo prometo, si algún día, encuentro a esa persona especial para compartir, mi
vida... serás la primera en saberlo, te lo aseguro...
Los meses pasaban, e inevitablemente, el embarazo también, Esther se había cuidado
mucho durante aquellos 9 meses, Gorka había puesto su esfuerzo en adecuar la casa,
para Esther y para el bebé... ellos se quedarían con la habitación grande... aquella tarde,
Gorka y yo aprovechamos que Esther estaba con su abuela para poder terminar la
habitación... jeje la guerra de pintura estuvo bien, pero yo miraba nerviosa la puerta...
¿no llegaría nunca?
Gorka: Maca, llaman al timbre...
M: Perfecto... mira a ver si te gusta...
Gorka: Es preciosa... a Esther le va a encantar...
M: Eso espero... jeje te acuerdas lo divertido que fue, despistar a Esther en Pamplona
para poder comprarla... la dependienta se moría de risa... pero mereció la pena... es la
cuna más bonita del mundo...
Gorka: Maca, es increíble lo que la quieres... ¿verdad?
M: Cierto, la adoro... y a ese niño también...
Gorka: Deberías decírselo...
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M: Se lo diré, te lo prometo, prometo encontrar el momento perfecto para hacerlo, y
entonces lo haré...
Gorka: Muy bien... yo será mejor que me vaya... mañana me cuentas que tal la sorpresa
¿de acuerdo?
M: Claro... estará a puntito de venir... uff... que nervios...
Y así fue, en menos de veinte minutos, miraba por la ventana del salón, ya había
encendido la chimenea, la verdad es que aun no me cansaba de mirar como caían
aquellos pequeños copos sobre los campos de trigo... cuando era pequeña nunca soñé
con ver tanta nieve... y entonces sonó la puerta...
E: ¡Hola!
M: Hola mi niña... ¿qué tal fue todo con tu abuela?...
E: Muy bien, ya sabes que mi abuela es la única que parece aceptar las cosas como son,
parece mentira que a su edad resulte ser mucho más moderna que mis padres...
M: Venga no le des mas vueltas... ¿sabes que? ¡He hecho churros con chocolate!
E: Aysss con lo que me gustan... tú sigue cebándome así, que ya estoy como un
elefante...
M: No seas tonta... estás preciosa... todas las embarazadas lo estáis...
E: Sí, sí, seguro... bueno y ¿por que tanto honor? ¿Celebramos algo?
M: ¿Quizás
E: ¿El que?
M: Ahhhh no sé...
E: Dímelo... anda por fiiiiii dimeloooo
M: Bueno, tú cierra los ojos, y dame la mano, tenemos que subir las escaleras...
E: Pero Maca, me voy a matar...
M: No te vas a matar... tú confía en mi ¿vale?
E: Vale... pero agárrame fuerte...
M: A ver un escalón, otro... así despacito... muy bien... ahora seguimos recto... da la
vuelta... un segundo...
E: ¿Ya?
M: Sí. Impaciente... ¡abre los ojos!
E: Pero... Maca... esto... ¿cuando? es precioso...
M: Te gusta... la verdad es que Gorka y yo teníamos miedo de que no nos diera tiempo
a pintarlo bien, por no hablar de la cuna...
E: Esta cuna es la que vimos...
M: Sí, esa que te gusto tanto...
E: ¿Pero cuando? Si yo estaba en la tienda...
M: Piénsalo bien, hubo un momento en el que saliste...
E: Sí, es cierto, estabais de un raro... Gorka quería enseñarme no sé que de una moto
que había visto...
M: Pues fue justo entonces... ey mi niña, ¿por qué lloras?
E: Por todo Maca... no te parece poca razón... eres increíble... ¿por qué haces todo esto?
M: Por que os quiero, a ti y al bebe... y me gustaría...
E: Shccs... no digas nada más... ¿vale?
M: Claro... Esther yo...
E: No Maca... te he dado mucho tiempo... muchas oportunidades... pero tú no has
querido...
M: ¿De que me hablas?
E: ¿Que crees? ¿Que no me he dado cuenta de nada en todo este tiempo...?
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M: Yo...
E: ¿Por que no dices algo de una vez por todas? ¿Por que no eres valiente por una vez
en tu vida?
Y claro que lo hice, me acerqué a ella, y con todas las fuerzas que saqué de mi cuerpo la
atraje hacía mí, posando mis labios sobre los suyos, ya haciendo que desplomara todo
su peso sobre el mío, y fundirme con ella en el más tierno de los besos...
E: Creí que no lo harías nunca...
M: Yo sí que creí que nunca lo haría... te quiero Esther... te he querido desde el primer
momento en el que apareciste en mi vida... tus ojos, tu sonrisa... no sé que lo que fue...
pero me robaste el corazón la primera vez que me sonreíste...
E: ¿Y tú? Me has hecho sentir tan especial Maca... nunca nadie había hecho eso por
mí... contigo he descubierto todo aquello que intentabas explicarme de tus libros... he
sabido lo que es sonreír solo para hacer feliz a alguien... he sabido todo lo que puede
expresar una mirada... una gesto, unos labios... te quiero, me he enamorado de ti... y no
me da miedo reconocerlo...
M: No puedo ser más feliz... te juro que nada en este momento, podría estropear esto
que nos esta pasando...
E: ¿Nada?
M: No nada...
E: Maca... creo que he roto aguas...
Lucía: Eso hermanito, solo podías ser tú...
Fernando: Cállate enana... aquello fue lo mejor que podría haber pasado en ese
momento...
Lucía: Anda y eso ¿por qué? Te recuerdo que ya se habían dado el primer beso...
Fernando: Pues por eso mismo lo digo... si hubieran seguido, la situación hubiera sido
de lo más incomoda, ninguna de las dos habría sabido si debían parar, y seguir con lo
que estaban haciendo...
Lucía: ¿Tú que dices mama?
M: Que Fernando tiene razón, nada hubiese estado mejor que seguir besando a vuestra
madre, pero debíamos parar, si no a lo mejor ir tan deprisa nos hubiese pasado factura...
pero aquella frase... he roto aguas... no sé que me pasó, pero estaba completamente
bloqueada... como si de un ko de boxeo se tratara...
E: Maca cariño... he dicho que he roto aguas... ¡Maca!
M: Eh sí... sí, voy a buscar al médico...
E: Pero que coño dices de médico... agghhhhh... joder Maca que el médico eres tú...
M: Sí, sí... claro perdona... pero necesito ayuda...
E: Ve a buscar a alguien, no sé, a quien sea...
M: Claro... pero tú no te muevas de aquí
E: No pretendía...
M: Perdona... joe, estoy muy nerviosa... a ver, te voy a dejar en la cama... a ver como va
esto... bueno has dilatado dos centímetros, aun tenemos tiempo... voy a buscar a alguien,
ahora mismo vuelvo...
E: Maca
M: ¿Sí?
E: Te quiero...
M: Y yo a ti cariño, ahora vuelvo...
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“¿Y ahora a quien recojo yo? Joder... ¿Gorka? No, vamos ese ve sangre y le da un
pampurrio... Lorena... no, que luego ya tiene tema de cotilleo en la iglesia... ¿su madre?
Sí... eso es... su madre...”
M: Maritxu, Maritxu...
Maritxu: ¡Maca! ¿Qué pasa a que vienen esos gritos?
M: Es Esther...
Maritxu: ¿Qué le pasa a mi hija?
M: Se ha puesto de parto
Maritxu: ¿Hay algún problema?
M: No, no, va bien, pero me gustaría que me echaras una mano...
Maritxu: Sí claro... cogeré unas mantas...
M: Gracias, no sabes lo que significará para tu hija...
Maritxu: En su momento no supe hacerle frente a Txus, pero ese niño es mi nieto...
M: Venga vamos, Esther estará impaciente...
M: Esther ya estamos aquí...
E: Dios ya era hora... ahggg...
Maritxu: Hija que tal estas... ¿te duele mucho?
E: ¿Mama? Pero tú... mama...
Maritxu: Calla hija, ya estoy aquí, voy a ir calentando agua... y las mantas las dejo aquí
sobre la cama...
M: Vamos a ver... Esther has dilatado ya 8 centímetros...
E: Parece que tiene ganas de salir... ¿no?
M: Sí... venga, cuando yo te diga vas a ir empujando con todas tus fuerzas ¿vale?
Aprovecha el tirón de la contracción...
E: Bien... ahggg
M: ¡Ahora! Eso es Esther respira... venga con todas tus fuerzas... muy bien mi niña,
esto va muy bien...
E: Diossss que dolor...
M: Venga unos empujoncitos, y le pondremos ver la carita... ¿vale?
Maritxu: Venga hija un empujón...
M: Ya Esther... venga que si le veo la cabecita... venga Esther... eso es, el último
esfuerzo... ya casi esta... vengaaa... yyaaaa
Buahhh buahhh...
Maritxu: Madre mía que pulmones...
E: Maca... ¿es? es...
M: Sí mi niña... es un niño precioso... y está perfecto... hola pequeñajo, ¿quieres ir con
mama? Sí... toma, mama... tu niño...
E: Gracias... mira mama, es precioso...
Maritxu: Sí que lo es sí...
M: Yo... voy a lavarme...
Maritxu: ¡Maca! ¿Estás bien? ¿Por que lloras hija?...
M: Yo, buff... ¿si no hubiera sido capaz de hacerlo?
Maritxu: Eres una doctora excelente te has ganado el respeto de todo el mundo en el
pueblo... ¿cómo ibas a haberlo hecho mal?...
M: Dios... que presión...
5 panes de cebada
55
Maritxu: Venga suéltalo todo, te ira bien... y ahora vete a ver a esos dos... yo voy a
buscar a Txus...
M: ¿Tú crees que él?
Maritxu: En cuanto vea la cara a ese renacuajo, estoy segura de que cambiará de
parecer...
M: Ojalá... Esther os necesita...
Maritxu: Y nosotros a ella... venga corre a la habitación...
M: TOC TOC... se puede...
E: ¿Desde cuando llamas a la puerta?
M: La costumbre... ¿qué tal te encuentras?
E: Cansada... pero feliz... ¿quieres cogerle?
M: ¿Puedo?
E: Claro, acabas de traerle al mundo, ¿te parece poca razón?
M: Claro que no... ¡ven aquí grandullón!... Esther es igualito que tú... tiene tu naricita...
mira y tu boquita... mira que manitas...
E: Esto es la felicidad ¿verdad?
M: Eso espero... ¿puedo darte un beso?
E: No sé a que estás esperando... gracias por traer a mi madre, no sé como lo has hecho,
pero muchas gracias...
M: No me las des, no he hecho nada, ella estaba deseando verte, lo sé, y tú también a
ellos, no sé como habéis sido tan cabezotas...
E: Ojalá mi padre también estuviera aquí...
M: Quien sabe... a veces los sueños también se vuelven realidad...
Lucía: Ohhh que bonito, jejej pero mama ¿era tu primer parto?
M: Por supuesto, yo no veía más que sangre y que aquello no salía de ahí... dios mío,
pase un miedo atroz, pero bueno, las ganas de verle, hacían el resto... eso y que tu madre
se portó como una campeona...
Fernando: Si es que fui un grandillón, reconócelo...
M: Sí que lo fuiste si... 3 kg 800 gramos, tuvimos que pedirle la bascula al carnicero
Antonio para poder pesarte... jejeje y desde el primer segundo a tragar... yo me asuste,
pensé que igual no cabrias en la cuna...
Lucía: Bueno ¿y el abuelo?
M: Poco tardó en venir... tu abuela no se equivocó, en cuanto lo tuvo en brazos, ejerció
de lo que era, un hombre ejemplar...
Txus: Bueno, hija, ¿has pensado ya como se va a llamar?
E: Aun no... no lo tenía muy claro, la verdad es que como aun no estaba convencida de
si sería niña o niño...
M: Yo sabía que sería un niño, te lo dije...
E: Sí pesada... me lo dijiste...
M: Ey... que soy tu doctora, un poco de respeto... bueno creo que voy a llamar a
Gorka... querrá saber que todo ha pasado y ha ido bien
E: Claro... dile que se pase enseguida
M: Por supuesto...
Txus: Hija... ¿Gorka no será...?
E: No papá, no es el padre, te aseguro de que si lo hubiera sido se habría hecho cargo de
él, de hecho, cuando se enteró quiso responsabilizarse, si así podía ayudarme en algo,
5 panes de cebada
56
con vosotros o para que al niño no le faltara de nada. De hecho quiero pedirle que sea el
padrino...
Maritxu: ¿Y la madrina será Maca?
E: Eso aun debería pensarlo mejor...
Maritxu: Me alegro tanto de que ahora Maca y tú os llevéis tan bien
Txus: Sí hija, por que mira que empezasteis mal, le hacías la vida imposible a la pobre
muchacha...
E: Lo sé, la hice pasar un tormento, pero entenderme, estaba mal, las cosas estaban
saliendo fatal, lo del embarazo... pero luego me ha ayudado tanto y se ha portado tan
bien conmigo, que no sé... me he dado cuenta de que no se merecía nada de lo que le
hice
Txus: Tranquila, ya le avisé la primera vez que llegó a casa, que se preparase contigo,
que eras una mujer de armas tomar
E: ¡Papa!
Maritxu: Es cierto hija, cuando sacas ese genio sigo pensando a quien narices has
salido
Txus: Bueno yo hija, quería pedirte disculpas, sé que todos estos meses te hemos dado
de lado, la forma en que te dije que te marcharas de casa... no te lo merecías
E: A ver papá, entendí tu reacción, una cosa es que no la respete y me cueste entender
como pudiste dejar a tu hija en la calle, pero otra muy distinta es que no quiera
recuperar el tiempo perdido. Además este niño, necesita un abuelo, que le enseñe a
pescar, ordeñar las vacas... y que le lleve en la moto, por que me da a mí que en mucho
tiempo no podré hacerlo...
Txus: Tranquila que lo tendrá... ¿y tú por que lloras?
Maritxu: Ayy que escena más bonita, ya era hora, madre mía... no me dais mas que
disgustos...
M: Ya estamos aquí...
Gorka: ¡Hola amatxu! A ver donde está el campeón... esto es para ti
E: Gracias, son preciosas... mama ponlas en un jarrón...
Gorka: Madre mía, si es un hombrecito, es grande ¿no?
E: Sí... lo suyo le costó salir
M: Anda no seas exagerada, que en dos empujones estaba ya fuera...
E: Ya veremos cuando te toque a ti, si te quejas tanto...
Ahí me quede pasmada, cuando me toque a mí dice... ¿tú realmente, Maca, te has
parado a pensar que si estás con Esther no podrás tener hijos? En realidad nunca podréis
tener hijos juntas... los hijos son de quien los cría Maca... piénsalo bien...
Gorka: Bueno ¿y este machote tiene ya nombre?
E: Pues si te digo la verdad... no tiene tanta suerte... por cierto Gorka, yo querría pedirte
un favor
Gorka: Sí claro, lo que sea, bueno mientras no sea cambiarle el culete... dime...
E: ¿Te gustaría ser su padrino?
Gorka: ¿En serio? Sería un honor... ¿has oído renacuajo?, eres mi ahijado... jejeje... ha
abierto los ojitos... jeje ¿sabes que tiene tus ojos y tu boquita?
E: Eso mismo ha dicho Maca...
Txus: Es cierto... bueno nosotros tenemos que irnos... os dejamos un ratito de acuerdo...
ya a la noche volvemos a ver que tal estás
5 panes de cebada
57
Maritxu: Con lo que sea, me avisas ¿vale Maca? Yo volveré esta tarde, a traeros algo
para cenar
E: Gracias mama... y papá... lo dicho, te espero a menudo ¿ein?
Txus: Claro hija... adiós enano...
Gorka: Bueno chicas, yo tengo que irme, hoy viene el de la granja agrícola, pero
vendré en cuanto se marche...
E: Claro, venga Gorka, un beso...
Gorka: Agur chicas...
E: Bueno y a ti ¿se puede saber que te pasa que estás tan seria?
M: ¿A mí?
E: Pues sí a ti... ¿qué pasa? desde que han venido no has abierto la boca...
M: Bueno no sé... me he sentido un poco fuera de lugar
E: Como que fuera de lugar...
M: Sí, tus padres, por fin han entendido que ese es su nieto, a Gorka le has pedido que
sea el padrino del niño... y bueno ¿yo que soy?
E: ¿Tú?
M: Sí yo... no sé que voy a significar en la vida de ese niño...
E: Maca, a ver si lo digo en las palabras correctas para que lo entiendas... yo pretendo
que seas algo más que su médico... quiero que seas su madre... bueno su otra madre...
M: ¿Su madre?
E: Claro... estoy segura de que le vas a querer y cuidar exactamente igual que yo...
vamos a vivir aquí todos juntos
M: Pero ¿él lo entenderá?
E: Él entenderá que su madre está enamorada de ti... y que tú le quieres con locura, es lo
único que tiene que entender... ¿quieres o no?
M: Claro que quiero tonta... lo único que deseo es que os quedéis aquí conmigo para
siempre...
E: Eso pasará... no te preocupes, te lo prometo... para siempre...
M: Te quiero...
E: Y yo a ti...
M: No me cansare nunca de oírlo salir de tus labios... bueno y ahora el niño tiene que
descansar, y tú también... así que lo dejaré en la cuna, cerquita de ti. Cuando tenga
hambre ya se hará notar tu tranquila, así que tu ahora descansa, que si no empezaran a
tirarte los puntos... y no quiero más sustos por hoy
E: ¿Y tú que vas a hacer?
M: ¿Yo? No sé... me quedaré recogiendo un poco la casa y esas cosas...
E: Maca...
M: Dime
E: Quédate conmigo...
M: Esther tienes que dormir...
E: Lo sé, pero una cosa no quita a la otra... ¿te acuerdas de la primera vez que dormiste
conmigo en casa de Gorka?
M: Claro, ¿cómo quieres que me olvide?
E: Bueno, nunca he encontrado una almohada más cómoda... quédate conmigo, me
abrazaré a ti... solo eso, te lo prometo...
M: Ayysss... como tu hijo sea igual que tú y me mire con esos ojitos...
E: No podrás negarle nada... lo sé...
M: Vale... venga, pero te duermes... ¿de acuerdo?
E: Sí... ummm que a gustito...
M: Sí que es verdad... se está bien aquí... venga y ahora a dormir...
5 panes de cebada
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E: Maca... ¿como va a llamarse...? no hemos pensado nada...
M: Luego lo pensamos ¿de acuerdo? Ahora a dormir...
BUAHGGG... BUAHGGGG
M: Shcss... pequeñajo, que vas a despertar a mama... ¿que pasa? Tienes hambre
verdad... madre mía, las 2 de la mañana, mira lo que nos espera... menuda familia ¿ein?
Curiosa... sería la palabra... mira esa de ahí es tu mama... es preciosa verdad... sí, a mí
también me lo parece... y los que han venido antes a conocerte eran tus abuelos, y ese
chico tan guapo... era Gorka, tu padrino... ¿y yo? Te preguntaras quien soy yo... eso ya
es más difícil de contestar... yo solo sé que llevas unas horas en este mundo, y ya te
quiero tanto o más que a mi propia vida... te pareces tanto a tu madre... sí... y creo que
me vas a hacer tan feliz como ella... ¿quieres?...
E: ¿Que haces? ¿Metiéndole ideas revolucionarias en la cabeza? ¿No es un poco
pronto?
M: Parece que tiene hambre, pero no quería despertarte...
E: Ya pero debías hacerlo...
M: Estabas tan traquilita, que me ha dado pena hacerlo...
E: Bueno, venga tráelo para acá... te he echado de menos pequeñajo... es increíble
¿verdad?
M: ¿El que?
E: Como puede cambiarte la vida en unas horas... ayer mismo, estábamos aquí tomando
un café los tres... y hoy mira... ya seriamos 4... te cambia la vida
M: Y que lo digas... tu madre hace unas horas se pasó por aquí, había hecho unas
croquetas, ensalada y unas torrijas, se quedó a cenar conmigo... y tú seguías ahí
durmiendo...
E: Estaba cansada Maca... y mira a este tragón... como sabe...
M: Jeje... ha aprendido pronto sí... creo que va a tener muy buen apetito...
E: Bueno ¿y has pensado ya algún nombre?
M: ¿Yo?
E: Claro... como madre deberías hacer algo ¿no? Yo ya lo he traído al mundo, ahora te
toca a ti aportar algo...
M: Buff... es una responsabilidad...
E: La verdad, es que más bien no se me ocurre ninguno...
M: ¿Quieres ponerle algún nombre de aquí? ¿De Navarra digo?
E: Bueno, a ti se te haría raro pronunciarlo...
M: Jejej... pues también...
E: Bien, entonces busquemos alguno que sea así como más general... ¿cómo se llama tu
hermano?
M: Jerónimo
E: Ahh no... ese para cuando tengas tú un niño...
M: No es tan feo...
E: Sin comentarios...
M: ¿Y Fernando?
E: ¿Fernando?
M: Era mi abuelo... no sé... es un nombre especial...
E: ¡Fernando entonces! ¿Has oído? ¿te gusta?... creo que le gusta...
M: No es el nombre lo que le gusta Esther... jejejej
E: Ya, ya... y tú deja de mirarme...
M: Es que es una escena preciosa, en serio...
5 panes de cebada
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E: Sí será la escena lo que miras... bueno, parece que ya se ha dormido...
M: Pues a dormir, de nuevo...
E: ¡Maca! ¿Van a ser todas las noches así? ¿Me refiero a que las tomas siempre van a
ser tan seguidas?... uyyyfff que pereza
M: Animo... mama...
Pronto llegaron las navidades, mis primeras navidades lejos de mi familia... la verdad es
que hacía días que me notaba rara, mi carácter estaba algo agrio, las cosas con Esther
funcionaban estupendamente, ella se quedaba en casa cuidando de Fernando, mientras
yo iba a la consulta. Se me hacía duro trabajar sin ella, pero la recompensa de volver a
casa y verlos a ellos... me llenaba de energía...
M: ¡Ya estoy aquí! ¿Dónde están mis chicos?
E: Hola cariño...
M: ¿Cómo está mi pequeñajo?
E: Muy bien, ¿verdad? Jeje hemos estado donde los abuelos, y nada... la verdad es que
me aburro bastante Maca...
M: Cariño, estos primeros días aprovéchalos, luego ya tendrás tiempo de perseguirle
por que no te hace ni caso... ahora que le controlas tú, aprovecha el tiempo que pases
con él... más os echo yo de menos...
E: Después de Navidades, nos lo llevamos a la consulta... así podremos estar juntas y no
nos tendremos que separar de él...
M: Me parece una idea estupenda...
E: Cariño
M: Dime
E: Ha llegado el correo
M: Bien, ¿y?
E: Que tienes una carta
M: ¿Una carta?
E: Sí... de Jerez
M: De Jerez... no me lo esperaba la verdad
E: Cariño, se acercan las Navidades, hace mucho que no llamas, supongo que querrán
saber que tal estás ¿no?
M: Sí, supongo que sí
E: Venga ábrela...
M: Uff... me tiemblan las manos...
E: Venga cariño, solo es una carta...
“¡Querida hermanita! Supongo que te habrá sorprendido esta carta, o eso espero por
lo menos. Verás, las Navidades se acercan, y viendo que hace ya días que no llamas,
me he decidido yo a mandarte unas líneas. Las cosas por Jerez van estupendamente,
como siempre vaya, papá ha celebrado ya varios congresos, y cuenta ya los días que
quedan para celebrar la fiesta de su jubilación. Mama, por supuesto también está
enfrascada en dicha celebración, como era de esperar será la jefa de ceremonias...
sabemos que le encanta. Bueno, yo por Sevilla estoy muy contento, la verdad es que hay
muchas novedades que comentarte... la primera, una chica, Cristina, ya ves... me han
cazado. Y viene con sorpresa, es de Bilbao, y estas Navidades pasaré con ella unos
días, quiere que conozca a sus padres, y bueno he pensado, que a lo mejor podríamos
pasar a verte a ti, ¿qué te parece? supongo que ya empezamos a hacer planes de boda,
5 panes de cebada
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y me encantaría que os conocierais, es una chica estupenda, estoy seguro de que te va a
encantar... papá y mama no opinan lo mismo, han llegado a decirme que no es digna
del apellido Wilson, pero a mí eso me da igual, me hace sentirme especial, y eso es
suficiente
Bueno, no puedo decirte que papá y mama firmaran esta carta, pero eso sí, sé que te
echan de menos Maca, se nota el vacío que dejaste cuando te fuiste, pero hiciste bien,
tuviste mucho valor, y estoy orgulloso de ti
Bueno enana, un besote muy grande, y llámame pronto y hablamos del viaje ¿de
acuerdo?
Adiós, tu hermano que te quiere Jerónimo Wilson”
M: Vaya el enano se nos ha enamorado, me alegro mucho por él, ¿qué te parece a ti que
vengan?
E: ¿A mí? A mí estupendo, Maca es tu casa... no tienes que preguntarme
M: ¿Cómo que no? ¿No vivís aquí?
E: Sí, pero es tu hermano, y hace meses que no os veis... ¿cómo quieres que me parezca
mal que venga aquí?
M: Ya, pero si por la situación que tenemos tú y yo, tú te sintieras incomoda o lo que
sea preferiría saberlo... ¿no?
E: Cariño, tengo muchísimas ganas de conocerle, y sobre lo nuestro no te preocupes, si
aun no estás preparada para decírselo, esperaremos, no quiero forzar las cosas
M: ¿Que vamos a hacer estas Navidades?
E: Mama, me dijo ayer que por supuesto estaríamos todos en casa
M: ¿Y Gorka?
E: También lo pensé yo, ¿qué tal si le invitamos?
M: Me parece estupendo... van a ser sus primeros reyes...
E: Sí, las Navidades con niños, siempre son especiales...
M: Y las primeras contigo... eso si que será especial...
Y pasaron los días, ya había llegado el nuevo año, y con él, una visita deseada y muy
esperada...
E: Cariño... ¿quieres dejar de dar vueltas? Por dios, me estás poniendo nerviosa, además
por mucho que mires a la ventana, tu hermano no va a llegar antes...
M: Pero es que me dijo que llegarían sobre las 5... y ya son casi las 6... ¿y si les ha
pasado algo?
E: Maca, este pueblo no es muy fácil de encontrar... venga ven aquí y siéntate un poco...
Me senté sobre su regazo, y acariciando mi flequillo conseguí relajarme, la verdad es
que siempre lo conseguía, esa voz dulce, amansaba a las fieras...
E: ¿Ya estás mejor?
M: Estaría mejor si...
E: Si ¿que?
M: Dame un beso anda...
E: uyy mírala a ella...
M: ¿Uno? ¿Cortito, chiquitin?
E: Zalamera...
5 panes de cebada
61
Y comenzamos una guerra suave de besos, a mí me encantaba cuando mordía
ligeramente mis labios, la verdad es que conseguía poner toda mi piel erizada con un
solo movimiento... hasta ahora todas nuestras muestras de cariño, se habían reducido a
eso, yo no quería presionarla, por que sabía que la recuperación de un parto es laboriosa,
y sabía que en el fondo aunque ambas nos moríamos de ganas, nos pesaba más el miedo
que las ansias... ya llegaría el momento perfecto, como en todo...
PIPIPIPI
M: Ya están aquí...
E: Dios que énfasis... ¡a veces me asustas!
Jero: ¡Hermanita!
M: Enano... ven aquí y dame un abrazo... dios estás mayor ya ¿ein?
Jero: Y tu guapísima, como se nota que te ha venido bien el aire del campo... mira te
voy a presentar... Maca esta es Cristina, cariño, ella es Maca, mi hermana...
Cristina: Encantada
M: Lo mismo... es verdad
Jero: ¿El que?
M: En tu carta decías que era muy guapa, y no mentías...
Jero: Ey... calla... que me da vergüenza
M: No seas tonto... bueno ¿qué tal el viaje? ¿Os ha costado mucho encontrar esto?
Cristina: Vaya, un poco complicado si que era... pero bien, con el coche, no hemos
tardado mucho
M: ¿Es tuyo?
Cristina: Sí...
Jero: Ya ves... he pasado de chofer familiar a novia chofer...
Cristina: Tonto...
La verdad es que me hizo ilusión verles así, había una relación de complicidad
estupenda, y aquella sonrisa en el rostro de mi hermano, era nueva, la veía iluminada, y
la verdad tengo que reconocer que me sentí aliviada a la par de tranquila...
M: Bueno, venga entremos, debéis estar agotados, comeremos algo, y así podremos
charlar tranquilamente...
Jero: Claro... Hola... tú debes de ser Esther ¿no?
E: Hola, Jerónimo, hijo tanto oír hablar de ti, parece que te conozco de toda la vida...
Jero: Jjeje... soy famoso hasta en Beirechea...
M: Echaba de menos tus humos de importante...
Jero: ¿Y este pequeñajo?
M: Te presento a Fernando...
Jero: Hola muchachote... ¿es tuyo Esther?
E: Sí...
Cristina: ¿Y vivís aquí juntas?
M: Eso es
Jero: La casa es genial Maca
M: Aun no has visto lo mejor... venga que os lo enseño
Los días pasaron muy deprisa, solo podían quedarse 3 días, así que de nuevo estábamos
ahí despidiéndonos...
5 panes de cebada
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Jero: Eyy hermanita, venga no llores, ahora creo que tendremos más excusas para subir
a verte, ¿no crees?
M: Eso espero, y cuídamela bien, que es un buen partido, no lo estropees, que es una
chica estupenda
Jero: Sabía que te encantaría... por cierto... a mí también me ha encantado, cuídala tú
también...
M: ¿Qué dices?
Jero: Eso... ya sabes...
M: ¿Qué?
Jero: Venga Maca que no soy tonto... ¿tú has visto como la miras? ¿O como te mira
ella?
M: ¿Y te parece bien?
Jero: ¿Y por que iba a parecerme mal? ¿Os queréis? Con eso ya me vale, además si
hace feliz a mi hermana a mí me parece estupendo
M: Creo que a mama y a papá no les parecería muy bien
Jero: Ellos no deberían opinar en nuestra felicidad
M: Tienes razón... bueno buen viaje, e ir con cuidado ¿de acuerdo?
Jero: Adiós
E: ¿De que hablabais tan en secreto?
M: Ah... secretos, tú misma lo has dicho...
E: Que mala eres... venga que mis padres nos esperan para la cena de reyes...
Maritxu: Que no Esther... que es la 1 de la madrugada, y hace mucho frío, hazme el
favor de dejar a Fernando aquí durmiendo, ni se te ocurra despertarle, que va a coger
una pulmonía o algo...
E: Es que no quiero
Txus: Hija... déjanoslo...
E: Pero es que nunca me he separado de él
M: Venga Esther, hace muy mala noche, le vas a tener que despertar, y ya sabes lo que
nos cuesta dormirle cuando se desvela
E: Ayss... está bien, pero mañana a primera hora estamos aquí... que quiero darle los
regalos
Maritxu: Muy bien hija, venga a casa... que por fin vais a poder estar tranquilas una
noche
M: Y dormir de un tirón... hasta mañana
Txus: Hasta mañana chicas...
E: ¿Que has querido decir con eso?
M: ¿Con qué?
E: ¿Con lo de dormir de un tirón?
M: Hija... pues que entre las tomas y esas cosas, pues que no has podido dormir una
sola noche seguida...
E: Ya mirándolo así... además será la primera noche que estemos tú y yo solas, así
tranquilas ¿no?
M: También...
Tomadas de la mano, nos fuimos camino de casa, ninguna de las dos pronunció palabra
ninguna en aquellos escasos 3 minutos, que a mí se me hicieron especialmente largos.
Estaba nerviosa, muy nerviosa...
5 panes de cebada
63
Lucía: Mama... yo no creo ser capaz de escuchar esto...
M: Jejeje... uyy y mira además que hora es
Mikel: eyyyy pero no pensaras dejarnos así
Lucía: Hombres... venga a dormir... mañana seguimos con la historia, algún capítulo
más adelante si puede ser... venga mama, acuéstate, hasta mañana
M: Un beso hija
Lucía: ¿No vas a la cama?
M: Me quedaré un poco mas, aquí leyendo...
Lucía: Como quieras...
M: ¿Por donde iba?... ah sí...
Abrimos la puerta, creo que fuimos las dos simultáneamente las que nos disponíamos a
meter la llave en la cerradura... ¿un momento cómico? Sí... quizás fuera eso... aunque yo
solo lo definía como nervios, simples y naturales nervios, ambas sabíamos lo que
pasaría detrás de aquella puerta...
M: Si metemos las dos llaves a la vez será complicado que acertemos con la cerradura...
E: Pues sí... jjaa... venga abre tú...
Y lo hice, pero en el momento en el que introduje la llave dentro de la cerradura, note
un respingo helado que se colaba por debajo de mi jersey...
M: Ayy... tienes la mano helada...
E: Sí, y tú el cuerpo calentito... tendré que meter las dos manos a ver si se calientan...
M: Uf... bueno ¿qué te parece si enciendo la chimenea?
E: Una idea perfecta, ahora mismo vuelvo...
Me desprendí de mi abrigo y de mi bufanda que cayeron como quisieron sobre la mesa
del salón, dispuesta cogí un montón de leña y la iba dejando caer sobre la chimenea...
aquel fuego era hipnotizante, pero aun más fue verla llegar de la cocina. Como yo, se
había despojado ya de su abrigo, y solo contaba con un fino jersey de lana, que
habíamos comprado semanas antes en Pamplona, durante la última revisión antes del
parto. Estaba preciosa, no había ni una sola luz en el salón que me impidiese ver su
rostro resplandeciente y únicamente iluminado por las suaves llamas de aquel fuego. En
sus manos, traía dos pequeñas copas de cristal, y en su regazo una botella de vino tinto,
jerezano que había traído mi hermano durante su visita
Hice un amago de sentarme en el sofá, pero ella me lo impidió, dejó posadas las copas y
la botella, y tomándome de la mano, se dejó caer conmigo sobre la alfombra de lana del
suelo. Cogió varios cojines, y disponiéndolos en una especie de semicírculo, se recostó
sobre ellos, tomo una de las dos copas, y sirvió una insignificante cantidad de vino, y
me la dio...
M: ¿Por que brindamos?
E: ¿Por el inicio de algo especial?
M: Pero no ha empezado hoy
E: Por supuesto que no... pero hoy es un día especial o por lo menos pretende serlo...
M: Perfecto... umm como echaba de menos este sabor...
E: Yo echo de menos otros sabores... dame eso
5 panes de cebada
64
Tomó mi copa, y la dejó junto a la suya alejándolas de nuestro circulo. Tomó su mano,
y lentamente la posó sobre mi mejilla, dejando una suave caricia, ante la que
únicamente pude esbozar una gran sonrisa, aun no conseguía no erizarme con el único
contacto de su piel. Fue acariciando con ella mi rostro, hasta quedar posada sobre mi
nuca, y tirando suavemente pero con firmeza de ella, acercó mi rostro al suyo, y deslizó
sus dulces labios sobre los míos. Comenzó con ligeros besos, pero a medida que los
segundos transcurrían, se tornaban más profundos, y húmedos... notando el dulce vaivén
de su lengua en el interior de mi boca, dejé caer una de mis manos sobre su cintura, y la
fui acercando hacía mi cuerpo. Mi mano temblaba, pero su firme espalda hizo el resto,
la fui deslizando por el interior de su jersey, recorriendo una y otra vez y de arriba abajo
esa suave piel
Esther separó su rostro del mío, pero sin dejar de posar su penetrante mirada sobre mis
ojos, cogió sus manos, y posándolas entrecruzadas sobre la cinturilla de su jersey, estiró
sus brazos hacía arriba y fue ascendiendo sus manos con su jersey, que pronto quedó
tirado al otro lado del salón
Me levante, y soportando aun la mirada de Esther desconcertada, me acerque hasta el
tocadiscos, puse uno de ellos, y de nuevo me dejé caer sobre los cojines, y comencé a
despojarme yo también de mi jersey, el calor me abrumaba, pero no el del fuego, si no
el de las llamas que me consumían ya por dentro. Me acerqué esta vez yo a su rostro, y
volví de nuevo a besarla, me estaba volviendo loca de pasión, solo podía acariciarla, por
encima de su camiseta, sus muslos sobre el pantalón... así permanecimos unos minutos,
bajo la banda sonora de aquel disco, que marcaba nuestro amor... ella se puso en pie y
tomando mi mano me levantó con ella, me dio un dulce beso y giró todo su cuerpo para
dirigirse a las escaleras... y ascendimos cada uno de aquellos escalones aun tomadas de
las manos... y de nuevo comenzó a aquella música, pero el disco no giraba, era la
música de nuestros cuerpos...
De nuevo ni una sola palabra al atravesar aquel pasillo, fue Esther la que esta vez abrió
la puerta de la que hasta ahora había sido su habitación. Ambas nos quedamos
observando un momento, escuchando el silencio que reinaba en aquella habitación, lo
extraño que resultaba observar la cuna vacía... pero de nuevo me miró con esos ojos
negros, y dio un vuelco a mi corazón... de nuevo sentí el vértigo que te atraviesa cuando
se fijan en ti con la profundidad de un océano, con la dureza de la expresión de una
mirada...
Tome sus manos y las puse sobre mi cintura, y de nuevo rodeando todo su cuello, la
besé, me llené de ella, su calor recorría cada poro de mi piel, y me sobraba la ropa, me
sobraba el aire... la despojé de su camiseta, y ella hizo lo propio con la mía, y recorrí
con mis labios, toda la distancia que separaba cada ángulo de su rostro, los lóbulos de
sus orejas, dejando pequeños suspiros en su interior, su cuello, hasta bajar a sus
hombros. Allí recogiendo con mis dientes uno de los tirantes de su sujetador, lo dejé
caer, mientras besaba aquellas preciosas curvas que me llevaban hasta sus brazos...
La notaba suspirar bajo mi pelo, notaba como temblaban sus piernas, y como acariciaba
mi espalda. A medida que iba despojando su sujetador, sus suspiros sobre mi pecho,
aumentaban, agitando aun más si cabía, mi débil corazón... hasta que su torso desnudo
me derritió por un segundo, ella hizo lo mismo conmigo, y cuando nuestros pechos se
5 panes de cebada
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rozaron, nos dimos cuenta de que sobraban las palabras, dejé caer mis manos sobre uno
de sus pechos, y lo acaricié con toda la inexperiencia que corría por mis venas, pero con
todo el amor que podría darle en ese momento, y descendí mis labios sobre él, me
atraían como un imán a un metal precioso. Fundía mis labios sobre él, mientras Esther
acariciaba mi pelo e impedía que me moviera de allí. Tomó mi otra mano, y la dejó caer
por el interior de la cinturilla de su pantalón. Y yo recorrí con mi dedo, toda su cintura,
hasta llegar de nuevo a la zona central donde solté el botón, junto con la cremallera,
haciendo que la gravedad llevara a cabo su trabajo... la tumbé sobre la cama, y yo
misma me agite hasta dejar mis pantalones en el suelo... posándome con delicadez sobre
su cuerpo
Recuerdo haber besado cada centímetro de su piel, haber recorrido y acariciado cada
pliegue, cada lunar, todo... me llenaba de ella, me daba vida, me daba el aire... Ya
desnudas por completo, nuestros cuerpos encajaron como si nuestra naturaleza los
hubiese dispuesto en una única pieza... y bajo el dulce vaivén de nuestros corazones,
nuestras respiraciones se hicieron una sola... y fue ese día, en el que comprendí, cómo
enseñar una estrella brillante a la persona que amas, puede hacer que brille todo tu
universo interior...
El sol nos sorprendió en aquella cama, enroscadas con una pequeña sabana que a duras
penas cubría nuestros cuerpos desnudos, testigos de aquella noche, no recuerdo si fui yo
la primera en abrir los ojos. Lo que sí recuerdo, fue intentar cerrarlos de nuevo, por
miedo quizás a que todo aquello que recordaba hubiera sido un simple sueño... pero no,
giré mi cabeza y allí estaba, tan dulce, dormía placidamente, apoyada sobre mi pecho, y
sonreí observando como pequeños mechones de pelo caían sobre su frente
Posé mis labios, sobre aquella nariz, después hice un recorrido por sus ojos, su frente, su
barbilla, y esos labios... y abrió los ojos, de nuevo, un cruce de miradas, y una sonrisa...
creo que allí me di cuenta de que solo necesitaba eso para despertar cada mañana y
desear seguir viviendo...
M: Buenos días mi niña...
E: Buenos días...
M: ¿Has dormido bien?
E: um... estupendamente... me encanta despertarme contigo
M: Y a mí...
E: Pues a partir de ahora espero poder hacerlo siempre... te quedarás a dormir conmigo
todas las noches ¿verdad?
M: Ya no podría soportar abrir los ojos y que no sean tus ojos o tu sonrisa lo primero
que vea cada mañana...
E: uff... aun no me has dado mi beso de buenos días...
M: Ya, pero sé que si lo hago no podré parar...
E: ¿Y quien te ha dicho que quiero que lo hagas?
M: um... ¿qué pasa que no tuviste suficiente con lo de anoche?
E: ¿De ti? Nunca tendré suficiente... siempre querré más...
M: Entonces... ¿te gusto?
E: ¿Que si me gusto dices?... cariño... fue perfecto
M: Tenía miedo, de no saber que hacer, que lo que pasara no fuera perfecto... debía ser
la mejor noche para las dos...
5 panes de cebada
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E: Y lo ha sido, te lo aseguro...
M: ¿Que te parece si hoy desayunamos aquí tranquilitas?... ¿eh?
E: ¿Y que te parece si me traes el desayuno a la cama?
M: Pero tendrás morro...
E:: Porfii...
M: umm...
TOC TOC!
M: ¿Esperas a alguien?
E: Mierda mis padres...
M: Joder es verdad...
Maritxu: ¡Esther! ¡Maca!
E: Venga vístete corre...
M: Voy, voy... joder el salón...
E: Bueno yo bajo a abrirles, tú cierra la puerta del salón, e intenta recoger un poco
mientras yo les entretengo...
M: Madre mía
E: Venga rápido...
M: Voy, voy...
Maritxu: ¡Chicas!
E: Voy mama, un segundo...
Maritxu: ¿Que hacíais?
E: Estaba en el baño...
Maritxu: Vaya pelos... ¿no me digas que os acabáis de levantar?
E: Más o menos mama...
Maritxu: ¡Pero hija, que son las 12!
E: Es que ayer se nos hizo un poco tarde, estuvimos charlando, y bueno...
Maritxu: Ay que juventud, es que hija no sé, estábamos esperando que vinierais a
recoger a Fernando, y bueno ya me preocupe
E: ¿Dónde está?
Maritxu: Se ha quedado con tu padre en casa...
E: Bien, ahora me visto y paso a recogerlo
Maritxu: ¿Y Maca?
E: Por ahí anda... ahora sale... mira ahí la tienes...
M: Hola Maritxu buenos días
Maritxu: Buenos días hija... que le decía a Esther, que no podéis trasnochar tanto, que
luego se os pegan las sabanas
M: Ya ve... ¿qué tal se ha portado Fernando?
Maritxu: Ay hija es un santo, ha dormido de un tirón toda la noche... así da gusto... a
ver si nos lo dejáis mas a menudo
M: Habrá que pensarlo ¿no Esther?
E: ¿Eh? Ya veremos si...
Maritxu: ¿Y esa botella de vino?
M: Nada, que ayer nos apetecía tomar algo... y luego a la noche ya nos dio pereza
recogerlo...
Maritxu: Ya, ya... Bueno ¿qué? ¿Piensas ir a recoger a tu hijo?
E: Sí, sí... bueno esperar unos minutillos. Mierda Maca, íbamos a haber preparado lo de
los reyes...
M: No seas tonta... yo lo preparo ahora mismo todo, tu vete a por Fernando
5 panes de cebada
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E: ¿De verdad? ¿No quieres recogerle tú también?
Maritxu: Ay chicas, me da igual quien lo recoja, pero moveros de una vez... que estáis
aleladas por dios...
E: Venga pues en nada estoy aquí
M: Tampoco corras mucho, que no hace falta, estate un rato con tus padres si quieres...
E: Gracias Maca...
Y me dio un beso en la mejilla, aquellas muestras de cariño, al ser bastante habituales
entre nosotras no llamaba la atención de nadie del pueblo, pero a mi se me hacían
especialmente escasas, pero ¿que quería? Estaba su madre delante... pero bueno después
de una noche como la pasada...
Aprovechando la ausencia de Esther, me puse en marcha con los preparativos, así que
tomando un par de zapatos de cada miembro de la familia, los coloqué por orden bajo
aquel árbol enorme que Esther se había empeñado en colocar en el salón... que aun no
se como Gorka y yo conseguimos meterlo en casa... si parecía que no iba a caber por la
puerta... eso si, Esther con su cara habitual daba instrucciones sobre los giros... no sé
como lo hacía pero siempre conseguía librarse de todas las tareas más pesadas de la
casa. Media hora después, me quedé observando desde lo lejos, parecía que todos los
detalles estaban perfectos, había preparado una sorpresa especial, tanto para Fernando
como para Esther, así que nada, me fui a la cocina, a preparar un par de chocolates
calentitos para cuando llegara Esther con el pequeñajo... dos horas después aun seguía
esperando...
E: ¡Ya estamos aquí! ¿Maca?
M: Estoy aquí...
E: Madre mía, que bonito has dejado todo ¿no? Has visto pequeñajo, mira lo que ha
hecho mami...
M: Sí...
E: Hija ese entusiasmo, que estamos en Navidad
M: ¿Entusiasmo? Entusiasmo el que he tenido preparando todo esto para cuando
volvierais... pero ¿qué ha pasado? Pues eso que había preparado chocolate, como a ti te
gusta, y que estará más pegado a la taza que mi culo al sofá... ¿tú has visto que hora es?
E: Espera cariño... que tampoco es tan tarde
M: ¡Esther llevo aquí esperando dos horas!
E: ¿Dos horas? lo siento, cariño, no me había dado ni cuenta... es que mi padre ha
sacado los regalos, y claro había tantas cosas para Fernando que nos hemos liado allí...
M: Pensé que cuando te dije que estuvieras lo que quisieras no te lo tomarías al pie de la
letra...
E: Cariño lo siento... entiéndeme, mis padres querían estar con el crío, son sus primeros
reyes...
M: Pues entiéndeme tú a mí... tú y ese renacuajo sois lo único que tengo yo en estas
fiestas...
E: Venga no seas tonta, preparemos algo de comer rapidito, y abrimos las cosas de
Fernando...
M: Hazlo tú si quieres, yo ya no tengo ni ganas...
E: Pero Maca... mierda...
Yo ya había subido las escaleras, y me había tumbado en mi habitación, en esa cama
que ahora aparte de pequeña e incomoda me resultaba de lo más triste y sola... lloré,
5 panes de cebada
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lloré mucho, ya no sé si por la rabia de volver a sentirme desplazada en aquella familia,
o tal vez por que en el fondo echaba de menos mis Navidades en Jerez. Cierto es que la
relación con mis padres no era muy boyante, pero en el fondo las fiestas familiares eran
el secreto de mi madre. Ella se encargaba cada año de encargar el abeto más grande de
la ciudad, lo adornábamos siempre con Carmen, con un montón de pequeños artículos
de gran antigüedad que mi madre había ido recolectando desde que era ella muy
pequeña. Aunque en Jerez el tiempo en Navidad no era como todos imaginábamos, el
calor que desprendía la cena era muy especial, y recordaba siempre con la mejor de las
sonrisas aquella mañana de reyes. Incluso aun cuando ya me enteré del gran secreto,
aunque tuve que mantener mi ignorancia por el respeto de la de Jero... Pero no, este año
no solo no tendría nada de aquello, si no que habíamos echado a perder todo lo precioso
de aquella noche tan especial, es increíble como pueden torcerse las cosas en una simple
mañana...
Lucía: Mama... mama... despierta... que al final te quedaste dormida
M: umm... sabes lo que me gusta dormir en este sofá...
Lucía: Lo sé... pero al final cogerás malas posturas y luego te resientes...
M: Ya cariño, odio cuando sacas tu vena de enfermera...
Lucía: Jeje... bueno, voy a ir preparando algo de desayunar, ¿me ayudas?
M: Madre mía si son ya las 8... claro... ¿qué te apetece?
Lucía: Haremos un desayuno especial ¿no?
M: Claro... ya sé lo que quieres... ¿tostadas con manteca colora? ¿No?
Lucía: ummm que rico, hace tanto que no las comía...
M: Venga...
Lucía: Te quedaste leyendo ¿verdad?
M: Sí... aunque me quede en un capitulo triste... aquellas primeras Navidades
Lucía: Bueno mama, luego seguiremos leyendo, además en dos horas ya tenemos que
estar todos listos
M: Ya, se me va a hacer muy duro
Lucía: Lo sé, pero todos estamos aquí para hacerlo juntos, es lo que quería mama
M: Ya, ya, tu madre y sus ideas extrañas
Lucía: Hombre no veo tan raro que quiera que parte de sus recuerdos se queden aquí
con ella ¿no? Ella ya lo había explicado
M: Sí, si pienso hacerlo así, pero sé que cuando lo haga ya me tendré que despedir
definitivamente de ella, y eso duele, duele mucho
Lucía: Mama, no sé si pronto o tarde, pero estoy segura de que al final volveréis a
encontraros, y seguiréis ese camino juntas, y cuidaréis de nosotros desde allí arriba
M: ¿Ya quieres echarme de este mundo?
Lucía: Ey, ey... que no he dicho nada de eso... además ¿quien me prepararía entonces
las tostadas?
M: Pero ¡tendrás morro! Venga anda, ve preparando el café
Fernando: Eyyy que pasa ¿juerga por las mañanas?
M: Has madrugado ¿no?
Fernando: Sí, es que tengo que hacer un par de cosillas antes de la ceremonia, así que
tenía que desayunar pronto, pero si lo sé espero cinco minutos antes de bajar, ahora me
va a tocar hacer algo
M: Venga no tengas morro y ayuda a tu hermana
Fernando: Sí mama, prepararé el zumo, ¿y mi cuñadito?
Lucía: Durmiendo como siempre, no sé como lo hace no me ha dejado dormir en toda
la noche con sus ronquidos, y nada que el que tiene sueño por la mañana encima es él...
5 panes de cebada
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Fernando: Jaja... le agotarás por las noches...
Lucía: Será eso... al final le voy a mandar a dormir al porche...
Fernando: No serás capaz
Lucía: Pues no sé por que no lo hago, aunque solo sea para que escarmiente, aunque sé
que en el fondo, luego le echaría de menos, la cama me parecería enorme...
Fernando: Sí, es una sensación de vacío rara... muy rara... ¿a ti no te pasaba mama?
M: Ay si yo os contara...
Lucía: Pues cuenta, cuenta...
M: Dios Maca te has pasado tres pueblos, ella tendrá ganas de disfrutar con sus padres,
no acabas de pensar que lo mejor de las Navidades era estar en familia... y coges y ahora
le recriminas a Esther que se haya entretenido con ella... eres una bocazas... bufff... si,
bueno ahora arréglalo, por que con el carácter que tiene esta mujer, que parece que
cuando está enfadada haces todo mal...
Había pasado ya casi una hora, y ahí seguía tumbada en la cama, pequeñaja y sola, muy
sola... de vez en cuando oía los lloriqueos de Fernando, ya conseguía diferenciarlos,
cuando eran de hambre, o cuando eran de frío, o cuando quería simplemente que le
prestaras atención. La verdad es que aparte de sentirme terriblemente estúpida y
considerando que mi reacción había sido de lo más infantil, salí del cuarto, con la
cabeza muy gacha, pensé que Esther estaría echándose una siestecilla con el niño en la
habitación, pero de nuevo una equivocación, pensé en el salón... pero nada tampoco, así
que bueno me acerqué a la cocina y como era costumbre en Esther cada vez que salía a
la calle y no había podido avisarme, había dejado una nota en la mesa...
“Maca, hemos salido a dar un paseo, cuando decidas que se te ha pasado la bordería te
esperamos en casa de Gorka, aun no has abierto tu regalo de reyes... un beso, Esther...”
Así que cogí mi chaqueta y una gran bufanda de colores que la abuela había tejido para
mí, y salí a la calle, seguía nevando, y el frío se te colaba por lo huecos de los botones
de la chaqueta... supongo que era lo peor de aquel pueblo, aquel dichoso frío que hacía a
todas horas... en fin, que salí de la casa, tome aire, y a paso muy ligero llegue hasta la
casa de Gorka
Toqué dos veces con los nudillos, y allí salió él con una copa de ponche en la mano a
abrirme, siempre con una sonrisa en la boca...
Gorka: Hola Maca, ya estabas tardando...
M: Hola
Gorka: Venga anda, pasa que hace un frío que pela... ¿qué ha pasado?
M: Que soy un poco boba
Gorka: Sois un poco bobas las dos, hazme el favor de entrar de una vez
M: ¿Pero ella está...? ya sabes...
Gorka: Sí, sigue algo enfadada pero se le pasará...
M: umm... me da hasta miedo
Gorka: Normal, con el carácter que tiene
M: ¡Te quejaras tú! Que la sabes manejar vamos... que no sé como lo haces
Gorka: Son años de experiencia, anda, dame tu abrigo, pasa al salón, que están allí
jugando
M: Hola
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E: Hola (muy seca)
M: Hola cariño... ¿qué tal está mi hombrecito?
E: Aquí jugando, dile a mami lo que te han traído los reyes en casa del padrino...
M: Vaya caballito más chulo
E: Lo ha hecho Gorka
M: Que artista... es muy bonito... pero aun es un poco pronto no
Gorka: Hace tiempo que lo empecé a hacer... bien y Esther... ¿no tenías algo para
Maca?
M: ¿Para mí?
E: Bueno los reyes que habían decidido traerte algo, aunque no sé yo si después de lo
de hoy, no lo habrán devuelto...
M: Cariño, lo siento ¿vale? Me pasé, soy un poco burra diciendo las cosas...
Gorka: Y tú Esther...
E: Yo ¿qué?
Gorka: Que tú también sientes haberte...
E: Sí, siento haberme entretenido tanto...
Gorka: Venga y ahora un besito
E y M: ¡Gorka!
Gorka: ¿Que?... bueno yo os dejo un segundo solitas, que me llevo a mi hombretón a
ver unas cositas... que son cosas de chicos... y así tu Esther aprovechas...
M: ¿Para que?
E: ahm... es una sorpresa... ¿puedo?
M: No sé...
E: A ver si te crees que lo del pañuelo solo puede ser idea tuya...
M: No, no... venga a ver...
E: No mires nada ¿ein?
M: Que no que no...
E: Venga de pie... a ver, por aquí... toma el abrigo
M: ¿Salimos a la calle?
E: Sí, venga, cuidado con el escalón, a ver venga para adelante... así un poquito más...
Sonó como si abriesen una gran puerta, pero muy vieja...
E: Bueno ahora voy a abrirte los ojos ¿vale?... bueno cariño, felices reyes...
M: Pero es...
E: Sí, un caballo, bueno mejor dicho una yegua...
M: Pero cariño...
E: La trajo Gorka el otro día, había una feria en Pamplona, y él tenía que comprar
aparejos para las vacas... y bueno pensé que echarías de menos Jerez, mucho más en
esta época del año, y bueno como siempre decías que te encantaba montar...
M: Cariño es genial... es preciosa... muchas gracias...
E: No llores, que me vas a hacer llorar a mí...
M: Pero yo...
E: ¿Tú que?
M: Yo no te he comprado nada...
E: Bueno te parece poco todo lo que estas haciendo por mí, bueno y por Fernando...
además pienso cobrármelo en carnes esta noche...
M: Ah ¿sí?
E: Claro...
M: Yo que pensaba que esta noche dormiría en el sofá...
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E: Ni lo sueñes... mañana si quieres duermes en el sofá, pero hoy no...
Lucía: Espera, espera un segundo, pero esas Navidades no fue cuando le regalaste...
M: Eyyy no seas impaciente...
Esther decidió quedarse un poco más en casa de Gorka, para que este pudiera disfrutar
un poco más del niño, pero yo me marche de nuevo hacía el pueblo, para ver si recogía
un poco la casa, y hacía la cena para cuando llegaran. De camino a casa me sentía
terriblemente culpable, Esther había tenido la idea más original del mundo para mí en
aquellos reyes, y yo en cambio con las manos vacías... nunca se me habían dado bien las
sorpresas ni los regalos, no solía acertar con facilidad con los gustos de la gente. Pero
aquel día supe que con Esther debía ser diferente... así que pensándolo bien, no era tan
complicado... aunque ya me dirás tú en un pueblo como Beirechea...
Miles de ideas en la cabeza, pero ninguna lo suficientemente especial para mi niña,
flores, cena romántica... daba igual, todo me parecía demasiado soso, o ya muy visto, o
poco especial. Entonces recordé mi viejo baúl, hacía ya un par de meses que Jero lo
había enviado desde Jerez, el pobre Txus tuvo que buscar ayuda en otros 3 mozos del
pueblo para además de traérmelo hasta casa, subirlo al desván. Allí guardaba todos mis
recuerdos de la infancia, quizás para el resto del mundo, serían trastos viejos, y llenos de
polvo, pero para mí, reflejaban mis 26 años de vida, en trozos de tela, o de madera. De
aquel baúl, en mi primer y único viaje a Beirechea solo me pude traer mi viejo diario de
terciopelo rojo, en el que escribo ahora mismo, pero guardaba en él el mayor tesoro... y
si... era perfecto para mi niña...
E: ¡Maca! ¿Dónde estás? Ya hemos llegado
M: Ahora mismo bajo
E: Ey... ¿donde estabas?... jeje ¿y por que estás llena de polvo?
M: Me he subido un momento al desván...
E: Ah
M: Nada, recogiendo unas cosas... ¿qué tal lo habéis pasado?
E: Gorka se ha empeñado en que Fernando se subiera al dichoso caballo... el pobre con
lo pequeñajo que es si apenas sostiene la cabeza... jejejej
M: Ayy... mi niño, si le voy a enseñar yo a montar a caballo, pero el de verdad, el de
mama... ya verás como te encanta
E: Estás consiguiendo que me arrepienta de habértelo comprado que lo sepas
M: Ahh... noo... Rita Rita lo que se da no se quita... además estoy hablando de cuando
sea ya mucho más mayor...
E: Bueno ¿y que hay de cenar? Vengo con un hambre
M: upss... la cena, lo siento
E: ¡Maca!
M: Me he liado haciendo cosas... perdóname... venga tu acuesta a Fernando, que yo
enseguida preparo algo rapidito ¿vale?
E: Está bien... pero rapidito...
M: Que siiii
Preparé una ensalada, y algo de picar, estaba como nerviosa, no sabía si aquel regalo
significaría algo especial para ella... pero bueno, la intención es lo que cuenta... que no
Maca no seas ilusa... como no aciertes... uff... que miedo...
5 panes de cebada
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M: La cena...
E: Ummm que rico... un besito... esto está más rico
M: ¿Estás muy contenta tú hoy no?
E: No sé... será por que estoy enamorada...
M: Ayy... jeje
Cenamos así animadamente, la verdad es que Esther llevaba muy buena temporada,
supongo que la reconciliación con sus padres había sido mano de santo, se la veía feliz
por todas las esquinas, y yo... que diablos, me contagiaba de esa felicidad...
Cuando ya terminamos de cenar, la cogí suavemente de la mano...
E: Ey ¿qué pasa?
M: Nada, por si no te habías dado cuenta, aun no te he dado tu regalo de reyes
E: Ya te dije que no hacía falta...
M: Pero eso no me importa... yo quiero dártelo... venga ven conmigo
E: ¿A donde?
M: Te espera en tu cama...
E: Ummm que emoción...
M: ¿Subes o no?
E: Voy, voy...
Por mucho que me repitiera que no quería ningún regalo, en el fondo las dos sabíamos
que Esther era como una niña envuelta en un cuerpo de mujer, y las ansias de
desenvolver aquel paquete que permanecía sobre la colcha le pudieron... y no solo fue
incapaz de desenvolverlo con sutileza, si no que arrancó el papel a tiras
M: Prefiero que leas la nota antes...
E: Bien, pero luego podré seguir abriéndolo ¿no?
M: Claro que si impaciente...
E: ¿Y si me lo lees tú?
M: Claro...
“““Ambos empezaron a volar por el inmenso salón, bailando en el aire, realizando
piruetas y lindas cabriolas. A su paso dejaban una preciosa estela luminosa, polvos
mágicos. Eran dos bellas figuras las que se deslizaban ágilmente por la inmensidad del
vacío. Una preciosa dama de pelo anaranjado como el fuego, largo y frondoso, que
cubría dos maravillosas perlas azules incrustadas en un bello y afirmado rostro de
blanca tez. La otra figura, un apuesto galán, moreno de ojos grandes y oscuros. Y allí
estaban los dos, batiendo sus maravillosas alas, como mariposas al inicio de la
temporada estival. Se deslizaban sorteando los obstáculos de la sala, majestuosa, con
gran facilidad
Sus vestimentas eran muy escogidas. Ella llevaba un estupendo vestido blanco
anacarado, largo, con encajes en la parte superior y unos delicados bordados en su
costura. Él, un espléndido traje negro, parecido a un smoking, pero de mayor elegancia
aún, liberándole de tanta formalidad. Como fondo de su acrobático baile, una
cautivadora música, casi hipnótica… danzaban de aquí para allá, posesos por la
delicada sucesión de compases llenos de matices sugerentes y melódicos
5 panes de cebada
73
El salón, adornado de maravillosas lámparas de araña de bohemia, magnífico cristal
este, brillaba con cegadores destellos luminosos y bañaba de luz todo el entorno. Las
cortinas, de un acabado impresionante, se deslizaban a lo largo de toda la pared. Toda
la estancia era una mezcla de colores de tonos suaves y acogedores, tonos blancos,
rosados, amarillos, grises azulados, claros y agradables a la vista. Y allí estaban.
Solos. Batir por aquí, pirueta por allá, un giro… la magia brotaba por cada uno de los
rincones. Pero sólo bastó un instante para que toda aquella alegría se viera frustrada
de un intenso y estruendoso golpe...
- ¡Alto criaturas inmundas! (Era la voz de su amo, el Gran Mago de Hador, pueblo
variopinto en el que conviven multitud de razas y especies vivas)
- Señor... nosotros no... (contestó la figura femenina de diminutas dimensiones
intentando aplacar la furia de su señor)
- ¡Basta! Os dejo unas lunas solos y ya os creéis en el derecho de invadir mis
habitaciones. Yo no os he tratado mal, pero os habéis aprovechado de ese privilegio
para abusar de mi buena hospitalidad
- Pero... (increpó el duendecillo masculino en defensa de los dos)... no teníamos
intención de hacerle sentir ofendido, fue un juego, sólo eso, yo... (atajó el mago
cortando sus palabras al viento)
- Habéis abusado de mi confianza y pagaréis por ello. De todas formas, no seré
malvado con vosotros, ya que me habéis sido de gran utilidad durante el tiempo que
habéis estado a mi lado y habéis aliviado el sentimiento de soledad que siempre me ha
invadido
El mago lanzó un conjuro al aire y una nube de polvo dorado envolvió a los dos
duendecillos, arrastrándolos hacía una caja de escasas dimensiones. Sus cuerpos se
tensaron y adquirieron rigidez, adoptando una postura graciosa. Los había convertido
en figuras. Luego los posó en el centro de una plataforma, enfrentados el uno al otro y
cogidos en postura de baile, dotó a la plataforma, de aspecto circular, de capacidad
para girar y, en su centro, girarían las figuras. Y, como guinda final de aquel pastel,
puso música a su alrededor, la misma que había sonado cuando los descubrió en el
salón. Su magia impregnó la caja y, siempre que estuviese abierta sonaría aquella
música mientras los duendes bailaban al son de las dulces notas musicales. Mientras
estuviera cerrada estarían condenados a la oscuridad y al más absoluto silencio. Así,
sin saberlo, cada vez que abrimos una caja de música, privamos a sus habitantes de la
esclavitud que antaño les fue impuesta y les damos la oportunidad de volver a disfrutar
de aquel último baile. Mientras esté abierta y dure la música, la magia permanecerá
entre nosotros”””
M: Bien, ahora abre el paquete...
E: Es preciosa Maca... nuca había tenido una caja de música...
M: Quizás no sea gran cosa, pero me la regaló mi abuelo... la verdad es que nunca
pensé que encontraría a alguien con quien compartir mi amor, pudiese costarme
permanecer encerrada toda la eternidad en el interior de esa caja...
E: Maca... cuando me dices esas cosas... ahora mi caballo al lado de esto es
insignificante...
M: Nada es insignificante... tú solo regálame una cosa
E: ¿El que?
M: Una sonrisa cada día que me demuestre que te sigo haciendo feliz... con eso me
conformo...
5 panes de cebada
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E: Te lo prometo... te quiero
M: Y yo a ti...
Lucía: Mama, son las 12:30, tendremos que ir vistiéndonos ya si queremos llegar...
M: Buff... no lo creerás, pero estoy muy nerviosa
Lucía: Lo sé mama, supongo que en el fondo todos lo estamos
M: Hasta ahora creo que no me he despedido del todo de ella, y ahora que llega el
momento, me cuesta dar el siguiente paso...
Lucía: Pero aquí estamos todos para hacerlo juntos como quería mama... ¿vale?
M: No podemos dejarlo para otro momento, de verdad que no me siento preparada...
Fernando: Mama
Lucía: No Fernando, quiero que mama haga esto con pleno convencimiento, si ella dice
que no está preparada será por algo. Además vamos a pasar aquí toda la semana,
tendremos tiempo de sobra. En el fondo mama, lo que quiso es juntarnos a todos aquí,
en esta casa, y recordar su vida, sus raíces, la historia de esta familia
Fernando: Sí, ¿quieres que sigamos leyendo mama?
M: Claro...
Por fin el crudo invierno de aquel año dejó paso a una preciosa primavera, los campos
relucían con todo su esplendor, y mi casa iba mejorando cada día más. Prácticamente la
obra había finalizado, pero aun quedaban trazos que habían de mejorarse, mas que nada
por que ni Esther ni yo nos poníamos de acuerdo en el tema decorativo
Los meses habían pasado, Fernando ya había empezado a gatear, y se había convertido
en un niño expresivo y abierto, hacía las delicias de todos los habitantes del pueblo cada
vez que Esther o yo lo sacábamos a pasear al parque
Lo más curioso de todos aquellos meses en Beirechea es que tanto Esther y yo
pasábamos desapercibidas para todo el pueblo, no es que quisiéramos esconder hasta el
más mínimo detalle de la relación que nos unía, pero a nadie le llamaba la atención que
dos chicas de nuestra edad, y de buen ver, aun siguiesen compartiendo casa, y nos
dedicáramos a otras cosas
Pero todo eso cambio repentinamente, una nueva carta, pero esta vez de Sevilla llegaba
de nuevo a mi buzón...
E: Maca... el correo, ha venido Mariano y ha dicho que te ha llegado un gran sobre, con
varios documentos y en sobre certificado, así que tendrás que pasar a recogerlo...
M: Vaya, últimamente menos facturas me llega de todo
E: Quizás sea Jero con nuevas noticias...
M: Bueno pues me pasaré esta tarde después de la consulta
E: Bien
M: ¿Cuantos pacientes nos quedan?
E: Nada, el carnicero, ah... perdón y el padre Luisma... que sigue con los problemas de
rodilla
M: Ya le dije que no le convenía pasar tanto tiempo de pie
E: Ya pero solo a ti se te ocurre intentar convencer a un párroco de que dé el sermón y
la misa sentado
M: No creo que a sus feligreses les importe demasiado, además es por su propia salud...
E: Jeje, está bien, tu sigue diciéndoselo, a lo mejor consigues convencerle y todo...
5 panes de cebada
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M: La verdad es que también me gustaría pedirle otro favor
E: ¿Al padre Luisma?
M: Sí
E: Que estarás tramando...
M: No estoy tramando nada, simplemente llevo meses pensándolo, me parece cada vez
más raro que ninguna mujer se acerque a la consulta, solo las veo cuando se ponen de
parto, Esther. Y es que yo entiendo que la mentalidad de la gente de la edad de tu abuela
sea no acudir al médico, pero ahora que hay una mujer ejerciendo esa función, y sobre
todo, que la edad poblacional de este pueblo ha caído considerablemente...
E: Bien, hasta ahí muy bien, pero ¿qué tiene que ver el padre Luisma en todo esto?
M: Pues que me gustaría pedirle a ver si podía dejarme los locales de los bajos de la
iglesia para organizar un par de charlas dirigidas única y exclusivamente a mujeres...
E: ¿Para hablar de que exactamente?
M: Pues Esther, hija, ¡qué eres enfermera! cosas de mujeres...
E: Sí pero espero que ese tipo de detalles no se los comentes al padre Lusima o le dará
un soponcio ahí mismo
M: Tendré mucho cuidado, pero sobre todo mucha delicadeza con el asunto... jaja
El resto de la tarde pasó bastante rápida, la idea de las charlas, en un principio no le
pareció tan descabellada ni al padre Luisma, ni a algunas de las mujeres con las que
compartíamos tareas en las reuniones de la iglesia
Nunca me he considerado una beata practicante, pero siguiendo los consejos de Esther y
de su abuela, aquella era una buena manera de iniciar y entablar conversación con las
mujeres del pueblo, y de paso sonsacarles los temas de preocupación o de salud que se
les pasaban por la cabeza y que les daba vergüenza, e incluso pánico preguntarme en la
consulta, o simplemente cuando el marido o el padre estaba delante
Salimos pronto, pero hay que reconocer lo que se agradece salir de la consulta, y que la
primavera te lo recompense aun con un sol radiante, así que Esther se marchó con
Fernando a casa de sus padres y yo aproveché ese huequecito para pasarme a por el
sobre ese...
M: Buenas mariano... me ha dicho Esther que tenía una cosa para mí ¿no?
Mariano: Sí, esta misma mañana ha llegado, y la verdad siendo tan grande, y como
tenías que firmar su recogida, he pensado que sería mejor dártelo en mano ¿no?
M: Claro, es lo normal...
Mariano: Ya te habrá dicho Esther que es de Sevilla, y por el tamaño y peso supongo
que serán documentos
M: No lo sé... lo abriré aquí mismo si no te importa, no vaya a ser que requieran
contestación urgente...
Mariano: Claro, claro, pero si me permites, paso al almacén a recoger unas cosas... tú
con lo que sea me llamas
Abrí el curioso paquete, y lo que me encontré no hizo otra cosa que sacarme una
sonrisa, era de Aitor, el chico de la asociación, había recibido mis cartas en las que le
contaba todas mis experiencias y progresos en el pueblo... y a las que me respondía
pidiéndome un gran favor...
M: Hola cariño
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E: ¿Al final has podido pasar a por la carta?
M: Sí, sí claro...
E: Bueno y ¿qué era?
M: Que cotilla eres ¿no?
E: ¿Cotilla? Ya estás con secretitos...
M: ¿Secretitos yo?
E: Claro, entre tu diario, aquel dichoso baúl que tienes en el desván con el cerrojo
puesto todo el día... y ahora la cartita
M: Ay que se me pica ella... a ver tonta, es una carta de Aitor
E: ¿Aitor?
M: Sí, el chico de la asociación que me trajo aquí...
E: Es verdad... no me acordaba
M: Le he estado escribiendo estos últimos meses contándole como nos iba por aquí, y
bueno la verdad es que le hable de doña Rosario
E: ¿La maestra?
M: Sí... le dije que ya a sus 70 años, está un poco obsoleta para el puesto... y que
bueno... podrían buscar a alguien joven, y con ilusión que quisiera el puesto
E: ¿Y Gorka?
M: Gorka ya dejó muy claro que no quería volver a ejercer como maestro, ya lo
sabemos...
E: Bueno y ¿qué te ha contestado?
M: Pues hay que varias personas interesadas en el puesto... que están intentando hacer
una lista con los candidatos más idóneos...
E: Pero sigo sin entender que quieren de ti
M: Bueno pues me imagino que querrá que el día que vengan, nos ocupemos un poco,
no sé, apoyarle, tal y como hicisteis vosotros conmigo
E: Ya... bueno y ¿para cuando sería?
M: No me lo pone exactamente, pero viendo las alturas del curso en las que estamos,
me imagino que se instalaría este mismo verano, para poder comenzar las clases el
próximo otoño ¿no?
E: Sí, sí claro...
El verano pasó, cierto es que la falta de playa me mataba muchos días, pero bueno
intentábamos disfrutar de lo que podíamos en la pequeña laguna, que había a 25 km de
Beirechea, Fernando ya había comenzado a dar sus primeros pasos, y yo disfrutaba
viendo como Esther intentaba mantener conversaciones profundas con su hijo
Se acercaba agosto, y con él, las fiestas regionales de verano de Beirechea en honor a la
Virgen de Belén, el pueblo de nuevo engalanado, lo cual no impedía que recordase con
nostalgia como la anterior romería se vio truncada por los momentos de tensión
vividos...
E: Cariño, ¿estás ya? ¡Va a empezar la ofrenda a la virgen!
M: Lo siento, pero es que sigo sin encontrar la dichosa cámara de fotos de Gorka, yo
creo que me la debí de dejar ayer en la laguna...
E: Pero ¿como te la vas a dejar si siempre revisas minuciosamente todo antes de salir de
cualquier sitio?
M: Ya, pero no la encuentro
5 panes de cebada
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E: Bueno pues es igual, luego la buscamos, ahora vámonos, que mi madre ya debe estar
nerviosa, le dije que nos guardara un par de sitios, para que Fernando pudiera echarse
un rato la siesta, si no creo que se va a poner muy nervioso...
M: Bien, venga vamos...
Durante aquellos últimos días, tanto Esther como su madre habían intentado explicarme
toda la ceremonia, días antes habían sido elegidas, por votación popular la reina y dos
damas de las fiestas, entre las muchachas que ese mismo año cumplían la mayoría de
edad. Ellas junto con el alcalde, y demás autoridades presidían los primeros bancos de la
iglesia, y una vez que finalizaba la novena a la virgen, representantes de peñas, o de
asociaciones de la zona, o personas individuales iban dejando sus flores en ofrenda a la
virgen, describiendo con las mismas un precioso mantón de flores, que recubriría a la
virgen, hasta el final de las fiestas
A mitad ya de la ofrenda de flores, Fernando estaba ya demasiado inquieto, protestaba y
se movía incesantemente como queriendo salir de la silla
E: Me da que este crío no va a aguantar hasta el final
M: Bueno pues sácale un rato, tiene que estar harto ya, lleva dos horas metido en esa
silla
E: Sí, pero si le saco, se va a poner a correr
M: Es un niño Esther, es normal que no le guste estar quieto
E: Bueno y ¿por qué no le sacas un rato a la calle?
M: Bien, pero luego no entramos ya, que va a ser imposible, os esperamos en la plaza
Maritxu: ¿Que pasa chicas?
M: Nada, que salgo un ratito con Fernando a la calle
Maritxu: Muy bien
E: Pero no os alejéis mucho...
M: No mama...
Maritxu: Qué bien¿ no?
E: ¿El qué?
Maritxu: Lo bien que se lleva Maca con el crío, así da gusto
E: Sí, sí, es normal mama, pasa tanto tiempo como yo con él
Maritxu: Sí, sí, normal...
E: ¿Que quieres decir?
Maritxu: ¿Yo? Nada, nada... venga sigamos viendo la ofrenda
E: Sí será lo mejor...
Yo ya salía de la iglesia, por fin, por que mira que había gente por fuera de los bancos
de pie, y era casi imposible maniobrar con aquel trasto, Cuando por fin llegue a la plaza,
me di cuenta de lo desangelado que se queda el pueblo cuando hay celebraciones de ese
estilo, no había una sola alma, así que me dio como una sensación extraña sentarme sola
en el banco, así que decidí que seria mucho más útil dar un paseo por el camino a casa.
Nos fuimos alejando, lo cierto era que a las 7 de la tarde, en Beirechea siempre corre un
dulce aire, como intento de refrescar el calor soporífero de todo el día, y poco a poco,
hablando con Fernando, sin darnos cuenta habíamos llegado a casa...
Fernando: Ca... (así es como me llamaba Fernando)
M: Dime cariño... ah pues sí, hemos llegado a casa...
5 panes de cebada
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Al principio pensaba que estaba mirando mal, pero no, había alguien posada en la
entrada al porche de casa, aunque a lo lejos solo podía diferencia varios bultos. Supongo
que para satisfacer mi curiosidad, me fui acercando hacía la puerta...
M: Hola, perdona ¿puedo ayudarte en algo?
Alguien: Supongo que sí... eres Maca ¿no?
M: Sí, soy Maca, y ¿tú eres?
Alguien: Hola, yo soy Susana
M: ¿Susana?
Susana: Sí, la nueva maestra
M: Anda... pero si no sabía que llegabas hoy
Susana: Ya, bueno, lo supuse cuando llegué a la parada y no había nadie para
recogerme
M: ¿Y como has conseguido llegar hasta aquí?
Susana: Bueno, como vi que ya era tarde me puse a caminar, y en uno de los cruces me
encontré con un chico muy simpático, le pregunte por ti, y parecía conocerte, así que
aparte de acompañarme hasta aquí, me ayudó a traer todos estos trastos
M: Ya lo siento, pero no había recibido ninguna carta desde hacía semanas, ni tuya ni
de Aitor, el pueblo está muy liado
Susana: Sí, ya he visto que estáis de fiestas
M: Si, bueno venga pasemos dentro que te enseño tu habitación
Susana: ¿Y esta preciosidad?
M: Es Fernando
Susana: ¿Es tuyo?
M: No, es de Esther, mi... bueno mi compañera
Susana: ¿Tu compañera?
M: Sí, vive aquí conmigo
Susana: Claro la casa es muy grande... oye no seré ningún incordio ¿no?
M: ¿Incordio? No, no, ni mucho menos, me recuerdas mucho a mí cuando llegue aquí
Susana: Ah ¿sí?
M: Sí, por que estaba con la misma cara de perdida que traes tú ahora mismo
Susana: Jaja... sí un poco
M: Venga que te enseño tu habitación, y luego iremos paseando hasta la plaza, así
disfrutas un poco de las fiestas. Aparte que la ofrenda estará ya a punto de acabar y
Esther estará buscándonos...
Susana: Sí, sí claro...
La encontré muy simpática, en el escaso rato que pasamos a solas dentro de la casa,
sentí que conectaba con ella de manera espectacular, quizás el hecho de que
compartiésemos origen andaluz, hizo que pequeños detalles de su tierra sonasen a gloria
cuando salían de sus labios
Llegamos caminando de nuevo hasta la plaza, aquella plaza que ya no estaba tan sola, y
donde una impaciente Esther nos esperaba con los brazos cruzados y con un gesto
fruncido en sus cejas que me hacía presagiar la peor de las tormentas para aquella tarde
E: ¿Se puede saber donde estabais?
M: Antes de que te enfades, primero haré otra cosa, mira Esther, ella es Susana
E: Hola
Susana: Encantada, he oído hablar mucho de ti...
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E: Ah ¿sí? Pues siento no poder decir lo mismo
M: Ella será la nueva maestra de Beirechea
E: Pero ¿cómo has llegado? Pero si no sabíamos nada
Susana: Se ha debido extraviar la carta o algo, o a Aitor se le habrá pasado
comentároslo, he llegado esta misma tarde, pero como ya le he comentado a Maca,
Gorka me ha guiado hasta vuestra casa
M: Me la he encontrado allí sentada en el porche con todas sus maletas, la pobre
E: Sí pobre
Aquella expresión en la cara de Esther ¿eran...? no Maca, como van a ser celos, si que
es verdad que es una chica linda, por su aspecto lo cierto es que nunca hubiera dicho
que se trate de una chica cordobesa, más bien las recordaba más morenas, de rasgos más
marcados en el rostro. Susana en cambio es rubia, con una pequeñas pecas muy
graciosas en su frente, y ojos claros, de un gris azulado, pero muy expresivos
M: Bueno ya se ha instalado en casa, se quedará como pensamos en el ático
E: Bien
Susana: Ya me ha enseñado Maca la casa, es preciosa su habitación, y está bien que tú
aun quieras dormir con Fernando, algunas madres opinan que los niños deberían tener
su propio espacio desde pequeños...
E: ¿Eh?
M: Sí, Esther... (haciéndole gestos con los ojos) le he enseñado tu habitación, y claro ha
visto la cuna de Fernando dentro...
E: Sí... sí claro...
Susana: Lo dicho, espero que las obras terminen pronto, y bueno no tenga que
molestaros más
E: No te preocupes, puedes quedarte todos los días que necesites
Susana: Oye, ¿sabéis donde hay un teléfono? Me gustaría llamar a casa para decir que
el viaje ha ido bien y esas cosas
M: Sí claro, en la taberna de ahí mismo tienes un teléfono, mas bien es el único del
pueblo
E: ¡Mama!
Maritxu: Dime hija
E: ¿Podrías acompañarla tú?
Maritxu: Sí claro, ven hija yo te llevo
Susana: Ahora enseguida vuelvo
M: Hasta ahora
E: Y tú podrías quedarte un segundo... creo que hay algo que no me has contado...
M: Esther yo...
E: Lo primero, ¿cuando ha dado tiempo a cambiar los muebles?
M: Bueno no sé, estos días lo había pensado, y en un segundo que ha ido al baño, he
metido al cuna de Fernando en la habitación grande, así podréis estar mucho mejor los
dos
E: Pero ¿por qué no le has dicho que dormíamos juntas?
M: Por que bastante raro le ha sonado ya, que compartamos la casa
E: También le suena raro al resto del pueblo, y no vamos dando explicaciones por ahí
M: Lo sé
E: Pero Maca ¿tú te das cuenta de que Susana va a convivir con nosotras? ¿Que
pretendes, comportarte como si no hubiera nada entre nosotras?
M: No he dicho eso
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E: Pues ahora ya poco arreglo va a tener...
M: Pero ¿cómo puedes ser tan cínica?
E: ¿Cínica yo?
M: Sí, ¡tú!... osea que a una desconocida que aparece en nuestra casa, a la primera de
cambio tengo que decirle que eres mi novia... en cambio a tus padres no les hemos dado
una sola explicación... y encima teniendo en cuenta que creo que tu madre ya se huele
algo más...
E: ¿Mi madre?
M: Sí, tu madre, ¿o no te has dado cuenta de que salta por cualquier cosa? Me echa unas
miraditas que no veas... y siempre está haciendo comentarios quisquillosos... no me
digas que no habías notado nada
E: Bueno... algo sí... pero es que no me siento preparada para decírselo
M: Pues se acabaran enterando y no sé si les hará mucha gracia...
E: Bueno pero no me cambies de tema
M: No, no te cambio de tema, el día que decidamos decírselo a Susana lo haremos las
dos juntas y se acabó, pero de momento dejemos las cosas como están
E: Pero es que...
M: Pero ¿que...?
E: Que yo no quiero dormir sola...
M: Ay dios mío... venga vamos a casa anda... que hay que bañar al enano, que luego es
la verbena, y querrás dejarlo con tu madre
E: No me extraña que mi madre nos halla cazado, te comportas más como la madre de
Fernando que yo...
M: Anda calla... y tira pa adelante, que ahí esta Susana con mi suegra...
M: ¿Qué? ¿Ha ido todo bien?
Susana: Sí, sí, he conseguido hablar con mi madre, estaba ya nerviosa
E: Bueno y aun no me has dicho... ¿de donde eres?
Susana: Soy de Córdoba
E: Vaya, que casualidad, ¿te ha dicho Maca que ella es de Jerez?
Susana: Sí, me lo ha comentado antes
E: Bien, ¿vamos a casa?
Maritxu: ¿No os quedáis un ratito más?
M: Bueno
E: No
Maritxu: Pero Esther...
E: No mama, quiero darle de cenar a Fernando y acostarle pronto, ya ha tenido mucho
jolgorio por hoy
Maritxu: Pero luego a las 10:30 son los fuegos artificiales... ¿no querríais ir?
M: Sí es cierto, ¿Esther?
E: Ve tú si quieres... a mi no me apetece mucho
Susana: A mí me encantaría verlos
M: Pues ala, iremos las dos
E: Genial...
Perfecto ya estaba confirmado del todo, Esther estaba completamente celosa, cosa muy
ridícula por cierto, ¿qué pretendía que fuese una desconsiderada con Susana? Acababa
de llegar al pueblo, lo mínimo que podíamos hacer por ella es un poco de compañía. No
lo dudé ni un segundo más, si ella quería enfadarse era su problema, pero yo quería ir a
ver los fuegos y pensaba hacerlo, le gustase o no, y si encima Susana quería
5 panes de cebada
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acompañarme mejor, no quería ir sola. A lo lejos vi como Esther se alejaba con su
madre colgada del brazo, y la cara de Esther era la de enfado, esa que últimamente me
mostraba a todas horas... en fin...
Susana: ¿Maca?
M: Dime
Susana: ¿Puedo hacerte una pregunta?
M: Claro que sí, dispara
Susana: ¿Esther es así con todo el mundo que llega nuevo al pueblo?
M: Tiene un carácter especial, podríamos definirlo así, pero tranquila, se le pasará...
Susana: Te parecerá ridículo
M: ¿El que?
Susana: No que, por un momento, me ha dado la sensación y todo de que estaba como
celosa
M: Jaja... ¿Celosa?
Susana: Sí, ¿de qué te ríes?
M: Mira, pues no andas muy desencaminada
Susana: No me digas que Esther y tú
M: Sí
Susana: Vaya, pero el niño
M: El niño es de ella, estaba embarazada cuando llegue a Beirechea, pero bueno
intentamos criarlo entre las dos
Susana: Vaya, no me lo esperaba
M: ¿Te parece mal o algo?
Susana: No, bueno a ver, se me hace extraño, pero ya está... me acostumbraré
supongo... bueno ¿vamos a ver los fuegos o prefieres ir a casa y arreglar las cosas con
Esther?
M: No, no, yo me voy a ver los fuegos, que ella misma se arregle esa película que se ha
montado en la cabeza
Susana: jaja... eres mala
M: Sí, un poquito, pero es que no es normal...
Susana: Vale, vale, no digo nada...
De mientras en mi casa...
Maritxu: ¿Pero se puede saber que mosca te ha picado Esther?
E: ¿A mí? Ninguna, deja de decir chorradas mama
Maritxu: Chorradas dice, no has abierto el pico desde que hemos llegado de la ofrenda
E: No
Maritxu: Sí... y te pasa algo... te pasa algo con Maca... ¿no?
E: ¿Por que dices eso?
Maritxu: Hija por que ha sido llegar con la chica esta, como se llama... eso Susana, y te
has puesto como un basilisco
E: Es que me ha molestado que no haya llegado antes con Fernando...
Maritxu: Mira, ese enfado es una bobada, ya te ha explicado que la chica estaba en la
puerta esperando... ¿qué querías que hiciera? ¿Que la dejara sola allí?
E: No... pero
Maritxu: Pero nada... estás de un raro que no veas... siempre has tenido un carácter
arisco, pero hija, ya van dos chicas nuevas en el pueblo, y a las dos las has tratado fatal
desde que han llegado, menos mal que con Maca, las cosas van mejor ahora
5 panes de cebada
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E: ¿Que quieres decir con eso mama?
Maritxu: Pues que ahora os lleváis muy bien, por que os lleváis muy bien ¿no?
E: Sí, sí claro...
Maritxu: Pues no sé, la escenita de esta tarde
E: Ya mama... basta ya... me ha sentado mal y punto
Maritxu: Dios mío que carácter, hija cuando te pones así, es mejor dejarte solita y darte
de comer a parte... me marcho
E: Eso, mañana ya hablamos
Maritxu: Sí, sí, un besito hijo mío... que menuda madre tienes...
E: Adiós mama...
Creo que ya habían pasado más de las 12 de la noche, hacía ya un rato que los fuegos
habían acabado, pero Susana y yo nos juntamos con varias de las pandillas del pueblo,
de los jóvenes, que charlaban animadamente con unas copas, sentados en el campo de
fútbol...
Susana: Maca...
M: Dime...
Susana: Creo que ya has bebido bastante ¿no?
M: Jeje... a lo mejor... lo cierto es que no estoy muy acostumbrada a beber... y esta
sangría está de vicio
Susana: No es sangría... es zurracapote... pero venga, vámonos ya a casa...
M: Bueno chicos, muchas gracias por la compañía, pero debemos abandonaros, Susana
está cansada, el viaje y esas cosas... ¿mañana más?
Gente: ¡Hasta mañana chicas!
Susana: Hasta mañana... gracias... venga Maca, que te ayudo a levantarte... aupi...
A duras penas caminamos hasta mi casa, me costaba hasta levantar los pies del suelo,
además tenía un ataque de risa contagiosa, que hubiese despertado al mas dormilón, de
ahí que Susana intentase por todos sus medios taparme la boca, con la mano, mientras
me agarraba por la cintura para no caerme al suelo...
Por fin llegamos, y como esperaba, por la hora que era, no había ninguna luz en el
salón, así que supuse que Esther ya se habría acostado, entramos intentando hacer el
menor ruido posible, pero para mí era realmente imposible, me tropezaba con todo, lo
cual provocaba de nuevo en mi, la mas hilarante de las carcajadas...
Susana: Por favor Maca... venga, vamos a la habitación, mañana estarás fina, dios
mío... por favor que no nos oiga Esther...
M: Esther... Esther es un tronco... no le despierta ni un tropel de soldados en caravana...
E: Ah no... ¿tú crees que puedes llegar a casa así?
Susana: Esther yo...
E: Shss... tranquila, tú no tienes la culpa... ¿qué habéis tomado?
Susana: Unas copas del zurracapote que preparan los de la peña del barrio de abajo
E: Ya... pues pega bien, y Maca que nunca bebe nada...
Susana: Ya, será mejor que se vaya a dormir... por cierto Esther, lo de esta tarde...
E: Tranquila, no pasa nada, no debía haberme puesto así... vete a dormir, anda, yo la
acuesto...
5 panes de cebada
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Cuando por fin llegamos a la cama, sorprendida aun de que Esther quisiera dormir
conmigo en la habitación, empecé a notar como si estuviera montada en un barco de la
feria de Jerez, y toda la habitación diese muchas vueltas, vueltas y más vueltas... hasta
que claro, aquel mareo terminó por pasarme factura y vomité todo el contenido de mi
estomago...
E: Joder... Maca...
M: Lo siento...
E: Déjalo, ¿vale? No lo sientas... es increíble, como has podido llegar así... venga a
dormir... métete en la cama, que mañana ya tendrás tiempo de arrepentirte cuando te des
cuenta de la resaca que vas a tener...
M: Claro, a dormir si... te quedaras conmigo ¿no?
E: Ah... no... yo me voy a la habitación de Fernando... y mañana ya hablaremos
detenidamente de todo esto...
M: Esther... mierda...
Pues sí, me toco dormir sola, bueno dormir, si a aquello se le podía llamar dormir, por
que para cuando conseguí que la cama dejase de dar vueltas, había tenido que
levantarme al baño unas cuantas veces, y cuando por fin parecía que tanto mi estomago
como mi cabeza volvían a su ser... la luz se colaba por las rendijas de la ventana, y
recriminaba en mi mente toda la bebida que corría por mis venas... Así que decidí
levantarme, aguantar en aquella cama era una estupidez, aunque aun debía ser pronto,
pero supuse que Esther ya estaría levantada dando a Fernando su primera toma de la
mañana...
M: Buenos días...
E: Buenas... bien ¿no?
M: Estupendamente... vamos...
E: No te pienso decir que te lo mereces...
M: Tampoco bebí tanto Esther...
E: Ya, pero lo suficiente, para una persona que apenas bebe nada...
M: Ya, pero tenía ganas de pasármelo bien
E: Lo imagino, ¿qué tal lo pasaste con Susana? Es una chica muy maja ¿no?
M: Sí, es muy simpática
E: Sí y muy guapa también...
M: ¿Estás celosa Esther?
E: Que voy a estar celosa, ¿debo estarlo quizás?
M: No deberías, o eso creo yo...
E: ¿Que piensas hacer hoy?
M: He quedado con el padre Luisma, para organizar el calendario de las reuniones
E: ¿Al final conseguiste convencerle?
M: Ya ves... le pareció una buena idea...
Susana: ¿El que es una buena idea?
E: Buenos días
M: Buenos días Susana, que madrugadora ¿no?
Susana: Sí, no me suele gustar mucho lo de dormir cuando ya ha salido el sol... debo
ser como los vampiros... jeje... ¿de qué hablabais?
M: De que mañana mismo tenemos pensado empezar con las charlas para las mujeres
del pueblo
Susana: Vaya que interesante ¿no?
5 panes de cebada
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M: Sí, sí que lo es, estamos preocupados, aquí no se molestan mucho en vigilar su salud
o sus derechos, no sé... es como un intento de concienciarlas, de que pueden mejorar su
aportación al pueblo, y viceversa...
Susana: ¿Y lo vas a hacer tu sola?
M: Bueno, pensaba hacerlo con ayuda de Esther, pero la verdad es que entre la consulta
y Fernando siempre anda mas liada
Susana: Si quieres yo podría ayudarte... estudie magisterio y educación social, así que
supongo que sé de lo que hablo...
M: Eso sería genial, ¿verdad Esther?
E: Sí, super genial...
M: De verdad que... en fin... bueno Susana tú si quieres desayuna tranquila, yo si eso de
mientras me doy una duchita y ya luego vamos a la parroquia
Susana: ¿De verdad Esther que no puedes ir con ella?
E: No... estoy bastante liada, además mi madre me ha pedido que pase por allí para que
le eche una mano con unos trastos... y así pues mi padre también esta un rato con
Fernando...
Susana: Es genial como lo llevan tus padres... no todos aceptarían una maternidad en
soltería...
E: Sí... bueno venga me marcho entonces, pasarlo bien
M: Adiós cari... esto Esther...
E: Adiós sí...
Susana: ¿Tú no crees que te estás pasando un poco?
M: Con quien ¿con Esther? No, no lo creo... si hay algo que no soporto son los celos, y
menos aun si son infundados... vamos hombre...
Susana: Con eso debo suponer que ella no sabe que ya me has contado lo vuestro ¿no?
M: No, no le he dicho nada, y creo que voy a llevarlo en secreto una temporadita más
Susana: Ves... por eso sigo en mis treces de que me gusten los hombres
M: ¿Por que?
Susana: Por que mira que podemos ser malas y manipuladoras las mujeres... en fin, los
hombres siempre resultan ser mucho más simples, y las cosas siempre más sencillas...
M: Bueno te dejaré cavilando sobre tus nuevas conquistas, aunque te aviso que aquí por
el pueblo no esperaras encontrar al hombre de tu vida...
Susana: Eso nunca se sabe...
M: Jajaa... ahora mismo salgo...
Susana: De acuerdo...
Mientras permanecía en la ducha, pensé en lo que había hablado con Susana, es cierto
que la mentalidad de una mujer es sumamente compleja, y más aun la de Esther, que
con esa costumbre suya de ser tan positiva en todo, le sacaba siempre punta a cualquier
detalle, que a los ojos de cualquier otra persona sería de lo más simple y sin
importancia... Tanto era así, que pensé que este jueguecito con Susana a lo mejor
conseguía abrirle los ojos en varios aspectos. Era muy extraño que en un pueblo como
Beirechea, donde el único entretenimiento a partir de las 6 de la tarde, era escuchar los
cotilleos que te narrasen con todo lujo de detalles tus vecinas de patio, un tema como
nuestra convivencia no hubiese sido de la incumbencia de casi nadie Por no hablar ya de
Maritxu, yo estaba convencida, de que lo de su madre eran ya algo más que sospechas,
pero en el fondo sabía que era Esther la que debía dar el siguiente paso... y lo dio, pero
quizás por que no le quedó más remedio...
5 panes de cebada
85
Aquella mañana entre Susana y yo organizamos un gran calendario, la verdad es que la
chica tenía dotes de mando como ninguna, y yo con poca experiencia en eso de
organizar grupos me dejaba llevar un poco por ella, quizás envuelta por ese entusiasmo
que mostraba por todo...
Susana: Ya verás que bien Maca, ayer estuve hablando con Rosi...
M: ¿Rosi?
Susana: Sí, hija, la hija de la pescadera...
M: Ah sí... perdona que no caía... ya te sabes todos los nombres, madre mía a mí me
costo meses...
Susana: Bueno me ha dicho que varias de sus amigas irían encantadas a las charlas
siempre que estuviesen repartidas por edades...
M: No entiendo... ¿edades?
Susana: Verás... ella tiene 16 años, ya sabes una gran edad para tener curiosidad por
muchas cosas, pero claro, ella quiere ir a las charlas, pero no encontrándose allí con su
madre...
M: Lógico por una parte
Susana: Claro, por eso me decía que por que no organizábamos las charlas de acuerdo
con grupos de edades...
M: Es muy buena idea...
Susana: Mira a ellas las podríamos poner pues a las 8 o 9 de la noche, y al grupo de
amas de casa de la iglesia, ya por la mañana que es cuando están más desahogadas...
M: Perfecto...
Susana: ¿Nunca vas a decirme que no a nada?
M: Por que debía hacerlo... si lo estas haciendo genial...
Susana: Que pelotas sois los de Jerez... ¿ein?
M: Ah ¿sí? ¿Eso te decían en Córdoba?
Susana: No, eso lo decía siempre mi abuela... que tenía familia allí... por cierto ¿no has
vuelto nunca a Jerez?
M: No, la verdad es que ya no sé si por pereza o por pánico...
Susana: ¿Pánico?
M: Sí, mi familia es lo que se dice muyyyy peculiar, así que bueno salí por la puerta de
atrás...
Susana: ¿Pero no has hablado con ellos?
M: Sí, sí, bueno por lo menos con Carmen y con mi hermano hablo prácticamente cada
semana, pero con mis padres es mucho más complicado... ellos no entienden ese afán
mío por descubrir nuevas experiencias, abrirme al mundo...
Susana: Ya, en mi casa tampoco lo entendieron muy bien, pero sabían que cortándome
las alas no iban a solucionar nada de nada... y mira ahora, en el fondo están tan
ilusionados como yo. Eso sí, si no voy a verles muy pronto no me lo perdonarían nunca.
Quizás el día que baje allí podrías venirte conmigo...
M: Quién sabe... bueno ¿qué? ¿Seguimos con esto? Está a punto de llegar el primer
grupo...
Susana: En el fondo estoy nerviosa...
M: Yo también, me gustaría que todo esto saliese muy bien, y lo hará... seguro que sí...
Y salió francamente genial, las mujeres aunque les costó lo suyo soltarse y hacernos
preguntas, enseguida crearon un clima de confianza que nos envolvía a todas y nos
hacía sentir muy a gusto en aquella sala. Surgieron un montón de temas, incluso algunos
5 panes de cebada
86
de ellos tremendamente sorprendentes para la época, pero tanto Susana como yo
terminamos aquella reunión con una gran sensación de satisfacción
Caminamos de vuelta a casa, la reunión se había alargado con un par de cafés para
comentar los detalles de la charla de la semana siguiente, así que eran casi las 8 de la
tarde cuando por fin abrimos la puerta de casa
Me extrañe de no ver a Esther en la cocina, pero luego recordé que aun seguiría en casa
de sus padres y que llegarían ya a la hora de cenar, así que tanto Susana como yo
decidimos darle una sorpresa y nos pusimos los delantales, dispuestas a sorprender a
Esther con nuestras escasas, aunque ilusionantes dotes alimenticias... Pero lo que yo no
sabía es que las cosas en casa de Esther no iban viento en popa...
Mientras nosotras celebrábamos nuestra reunión, Esther llevaba ya varias horas en casa
de sus padres, que como bien le habían comentado habían empezado a organizar varios
cambios en la casa. Hasta la hora del almuerzo no había notado ningún detalle que
insinuase lo que de verdad iba a pasar en aquella casa, notaba a su madre excesivamente
pendiente de la puerta, de que todo estuviese colocado, retrasaba en exceso la toma del
café de después de comer...
E: Mama ¿se puede saber que pasa?
Maritxu: ¿De que hablas hija?
E: De que no haces mas que mirar a la puerta... ¿esperas a alguien?
Txus: No...
Maritxu: Deja de decir tonterías, yo no estoy mirando a la puerta
E: Bueno, pues nosotros nos vamos ya
Maritxu: ¿Cómo que os vais ya?
E: Sí, tengo que preparar varios papeles para la consulta de mañana, y bueno ya me
llevo a Fernando y que se eche la siesta ahí...
Maritxu: ¿Y no podéis quedaros un poco más?... no sé estamos tan a gusto aquí de
charla después de la comida
E: ¿Charla? Pero si desde que terminamos el postre no habéis dicho ni una sola
palabra... ¿qué pasa mama? Y no me digas nada por que nos conocemos...
Maritxu: Bueno, no sé, podríais quedaros por lo menos a tomar una café con pastas
E: Pero si hace tiempo que he dicho yo de sacar el café, y me has dicho que por que
tenía tanta prisa, no entiendo nada
Txus: Verás hija... estamos esperando a que llegue alguien y no sabemos por que pero
se está retrasando más de la cuenta...
E: ¿Y quien es ese alguien?
Maritxu: Verás hija, ¿te acuerdas de Manuela?
E: Tu amiga de la escuela de amas de casa ¿no? Sí claro
Maritxu: Sí esa... bueno pues no sé el otro día hablando de los hijos y así... ¿tú te
acuerdas de Miguel?
E: ¿Miguel?
Maritxu: Sí hija... aquel chico rubito, que se quedaba muchas veces contigo jugando
mientras yo estaba en el mercado...
E: Bueno sí... algo le recuerdo... pero hace mucho que se marcho del pueblo ¿no?
Maritxu: Bueno, como te iba comentando, ayer hablando con Manuela, me comentó
que Miguel se había marchado del pueblo para estudiar la carrera en Madrid, y que ya
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había acabado, ha estudiado perito de minas, y está buscando trabajo por la zona, y
quiere regresar de nuevo al pueblo
E: Ah, muy bien ¿y?
Maritxu: Bueno, pues que erais muy buenos amigos
E: ¡Mama! Estás hablando de hace más de 20 años, yo creo que ni recuerdo su cara,
seguro que si le viese por la calle no lo reconocería...
Maritxu: No seas exagerada... me enseño una foto y es un chico muy apuesto...
E: Ah no... no, no mama... ¿dime que no le has invitado a él a tomar café?
Maritxu: Sí, bueno pensé que si volvíais a hablar no sé... él está solo, ha vuelto ahora...
y bueno tú con el niño, ya sabemos que...
E: ¿Ya sabéis que? Papa, ¿tú también estas metido en esto?
Txus: Hija, Fernando necesita un padre
E: ¿Que pasa que yo no le doy la suficiente educación?
Txus: No digo eso, pero a todo niño le hace falta un padre, y lo sabes...
E: Pero dejarme tranquila
Txus: Hija, ¿tú crees que habrá algún chico dispuesto a estar contigo sabiendo que eres
madre soltera?
Maritxu: Claro y además tienes que tener en cuenta que los mozos por estas tierras
escasean... y no puedes esperar mucho, que luego te quedarás para vestir santos...
E: Sois increíbles, queréis dejar de organizarme la vida... ya soy mayorcita...
Maritxu: Claro, y por eso viniste con bombo a nuestra puerta, por lo responsable que
eres...
E: Mira mama, no te consiento que me hables así...
TOC TOC...
Maritxu: Mira ya está aquí... por lo menos dale una oportunidad al muchacho anda...
Txus: Hola Miguel... pasa, pasa...
Miguel: Perdonen la espera... pero acompañé a mis hermanas a dar un paseo por el
pueblo, y nada que al final una cosa llevó a la otra...
Maritxu: No te preocupes... uyy que chico tan alto...
Miguel: La verdad es que me extrañé bastante cuando mi madre insistió tanto en que
viniera a comer...
Maritxu: Ah no... si yo te conozco desde que eras un pequeñajo, bueno Esther
también... ¿te acuerdas de Esther?
Miguel: Bueno...
E: Yo no la verdad...
Miguel: Recuerdo que tenías unas trencitas muy graciosas...
E: Sí, sí...
Miguel: Y este renacuajo debe de ser Fernando ¿no?
E: Sí, es mi hijo...
Miguel: Ya lo sabía...
Maritxu: Es precioso ¿a qué sí?
Miguel: Sí que lo es sí...
Txus: Venga sentémonos y tomemos el café
Miguel: Claro
Aquella hora se le hizo eterna, tanto Miguel como ella se sentían más incómodos cada
minuto que pasaba, las continuas preguntas de Maritxu ponían en más de un aprieto al
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muchacho que muchas veces no sabía que contestar para que nadie en la mesa pudiese
sentirse ofendido
Miguel: Bueno, ya es muy tarde, y no sé no querría ser una molestia
Maritxu: Tú no eres ninguna molestia
E: Yo también tengo que irme, Fernando está agotado, no ha podido echar la siesta y
son casi las 8
Txus: Oye Miguel, ¿por qué no acompañas a Esther a su casa? Así vais dando un paseo,
y de paso os conocéis un poco más...
Miguel: Sí claro, claro...
Caminaron lentamente para ver si Fernando podía coger el sueño antes de llegar a
casa... Esther procuraba no decir palabra alguna, se sentía incomodísima con la
situación, y en el fondo sabía que Miguel no había tenido la culpa y lo estaba sufriendo
tanto como ella... y fue Miguel quien intentó sacar una conversación estúpida para
romper aquel incomodo silencio
Miguel: Así que ya no vives con tus padres...
E: Sí, cuando nació Fernando, hubiese sido un gran peso para mis padres, llevaba ya un
tiempo viviendo en casa de Maca
Miguel: ¿Maca?
E: Sí, me ofreció su casa, y me echa una mano con Fernando
Miguel: Pero ¿quien es Maca? No me suena de aquí de Beirechea
E: Han cambiado muchas cosas desde que te marchaste a la facultad
Miguel: Parece que me lo recrimines
E: En absoluto, yo también me fui, a Pamplona a estudiar
Miguel: Sí, pero si que es cierto que yo dejé enseguida de volver tan a menudo,
reconozco que en este pueblo me ahogaba, se me quedó pequeño
E: Yo preferí volver, y ahora estoy realmente a gusto, Fernando se cría muy bien, tengo
un trabajo que me encanta
Miguel: Enfermera... y Maca que es ¿también enfermera?
E: No, ella es médico
Miguel: Anda ya... ¿médico? ¿una mujer?
E: Sí... algún problema
Miguel: Es la primera vez que lo oigo...
E: Pues una doctora estupenda, la gente la ha aceptado muy bien
Miguel: Eso si que me cuesta más creerlo...
E: Bueno ya hemos llegado
Miguel: ¿Vives aquí?
E: Sí, en esa casa de allí, la de color cereza...
Miguel: ¿No puedo acompañarte hasta allí? Lo digo por que casi me has parado a dos
km
E: Que exagerado... es igual, aquí el camino se desvía, si me acompañases hasta la
puerta, el camino de vuelta sería más costoso...
Miguel: Bien como quieras entonces... bueno
E: Bueno, pues nada... encantada de haberte vuelto a ver...
Miguel: Sí claro, lo mismo digo...
Miguel: Esther
E: ¿Qué?
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Miguel: No sé algún día, te apetecería no sé, dar un paseo o algo... voy a pasar varios
días por aquí, y me encantaría volver a verte...
E: No sé ando muy liada, si eso ya lo hablaremos ¿vale?
Miguel: Sí claro... hasta luego entonces, buenas noches que descanses...
E: ¿Hola? ¿Hay alguien en casa?
Yo no debí oírla para nada, más aun teniendo en cuenta que Susana había puesto la
radio de la cocina a todo volumen y gritábamos una canción, aunque ninguna de las dos
conocía la letra con exactitud. Podríamos decir que habíamos montado una especie de
guateque fiesta en la cocina, creo que hacía tiempo que habíamos dejado por imposible
los canelones, incluso cuando Susana había volcado sobre mi pelo el bote de harina
como venganza por lo ocurrido antes con el aceite de la botella... en una de esas, sin
darnos cuenta, aquel mejunje que posaba sobre la encimera caía al suelo... hasta que
claro resbalamos montando en el escenario una escena de lo más cómica, Susana acabó
sobre mi resoplando harina, y yo trataba de palpar si aun mantenía enteras cada una de
mis costillas... y por supuesto, como pasa siempre en una buena película, entro ella...
E: Hola
M: Hola Esther...
E: ¿Que? ¿De cocinillas supongo?
Susana: Esto no es lo que parece
E: Ya... y ¿para ti Maca? Tampoco es lo que parece ¿no?
M: ¿De que sirve que yo te diga nada Esther? Diga lo que te diga vas a pensar lo que
quieras
E: ¿Por que dices eso?
M: Por que es cierto...
E: Bueno pero que tú me digas eso no ayuda demasiado...
M: Mira, es tan simple como que somos unas inútiles y somos incapaces de cocinar
nada sin montar un espectáculo
E: Ya
M: Que tarde vienes ¿no?
E: Ya ves... menos mal que Fernando venía durmiendo por el camino, si no con esta
juerga se hubiese apuntado al guateque con vosotras
M: Jajaj... madre mía, lo hemos puesto todo perdido ¿no?
Susana: Sí... pero Esther, tranquila que lo recogemos en un periquete
E: Por lo menos podremos cenar algo ¿no?
M: Pues va a ser que no... por que los canelones no es lo nuestro
E: No importa, ahora mismo bajo y apaño cualquier cosa... voy a acostar a Fernando...
M: Espera que te acompaño...
Susana: Yo de mientras recogeré un poco esto...
Ya en la habitación...
E: ¿Maca?
M: Dime...
E: ¿Tienes un segundo?
M: Claro... ¿qué pasa?
E: Tengo que contarte algo...
M: Vaya, yo que pensaba que querías bañarte conmigo... ¿qué pasa?
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E: Son mis padres
M: ¿Les ha pasado algo?
E: No, pero es que...
M: Cariño que pasa que me estás asustando
E: Vaya... hacía mucho que no me llamabas cariño
M: Hacía mucho que estabas muy rara conmigo
E: Ya, de eso también quería hablarte... soy boba Maca, no tenía que haberla tomado
con Susana, ella no ha hecho nada
M: Pues sí, es una chica estupenda, la verdad es que deberías conocerla más, seguro que
os lleváis muy bien, hay en muchas cosas en las que me recuerda muchísimo a ti
E: Ah ¿sí? Espero que no en las que yo me sé...
M: Estás muy suelta tú hoy ¿no?
E: Será eso, pero es que te he echado mucho de menos...
M: Yo también a ti cariño...
E: ¿Y si nos olvidamos de la cena?
M: umm... ¿y Susana?
E: Creo que ya se preparará algo en un momentito... ¿no teníamos algo pendiente?
M: umm... no sé, yo me iba a la bañera
E: A eso me refería exactamente...
M: Pero no te creas que te libras de lo que tenías que contarme...
E: Eso para luego, hay que tener prioridades en la vida...
M: umm... estoy TOTALMENTE de acuerdo... ven aquí tonta... Bueno, espera
E: ¿Y ahora que pasa?
M: Sigo diciendo que deberíamos avisar a Susana... ¿por qué no bajas tú y le dices
algo?
E: Pero y ¿qué se supone que tengo que decirle?
M: Algo se te ocurrirá... eres tú muy lista...
Y le cerré la puerta ahí en las narices, y me salió una risa contagiosa... jejej la oía
suspirar al otro lado de la puerta del baño, supongo que desesperada por idear algún
comentario para Susana, lo que Esther no sabía es que Susana ya estaba al corriente de
todo... así que simplemente la dejé bajar
Aquel rato, yo lo aproveché para adecentar un poco el lugar, parecía que Esther entraba
en razón y no podría desperdiciar la oportunidad que tenía en la mano... de mientras en
la cocina...
E: Hola Susana, ¡vaya! te has dado prisa en recoger todo esto ¿no?
S Susana: Sí, la verdad es que me sentía un poco culpable, es increíble lo mal que se
me da cocinar...
E: Bueno, como a Maca, no te preocupes... bueno
Susana: ¿Ya habéis acostado a Fernando?
E: Sí, el pobre ha cogido el sueño enseguida, estaba muy cansado, hoy ha sido un día
duro
Susana: Me imagino... bueno, ¿y Maca?
E: Quería darse un baño...
Susana: ¿Ya? Y tú has bajado... ¿por qué?
E: Verás Susana, que al final no vamos a cenar, Maca quiere acostarse y yo también
estoy un pelin cansada...
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Susana: Ya... jejej... por mi no os preocupéis, cenaré algo rapidito, y luego me meteré
en la cama... además tengo un sueño... muuuuuuy profundo
E: A ver que yo me entere... por que me da que tú sabes algo y yo como siempre soy la
última tonta en enterarse de todo
Susana: Yo no aguanto más, el día de los fuegos Maca me lo contó todo, la verdad es
que algo ya sospeche, eso de vivir juntas, que tú te pusieras así conmigo... no sé,
supongo que eso de que las mujeres tenemos un sexto sentido es muy cierto
E: Que malas sois... ahora entiendo por que Maca dice que os lleváis tan bien
Susana: Es una chica estupenda... y te quiere muchísimo
E: Lo sé, y yo a ella también... pero le he revolucionado tanto la vida, que siempre vivo
con el temor de que cualquier cosa que le ofrezcan siempre va a ser mejor que yo, y lo
cogerá
Susana: No creo que vaya a pasar nada de eso
E: Eso espero...
Susana: Bueno venga, vete ya, que luego dirá Maca que te he entretenido, sube que te
estará esperando... y lo dicho, no os preocupéis por mí, que no me desvelo con nada...
E: jaja... ¡tonta! me subo entonces
Susana: ¡Pasarlo bien!
Cuando la oí subir las escaleras de la casa, note su presencia enseguida en el cuarto, la
puerta aun permanecía cerrada, pero conocía sus pasos y esa manera tan peculiar de
caminar como si fueran los míos propios. Pero dejé de escuchar ruidos, si se suponía
que había entrado ya a la habitación, por que narices no abría la puerta...
Entonces la oí acercarse a la manilla, la deslizó despacito, como pensando que quizás
que yo ya estaría en el interior de la ducha, y que por el ruido del agua no la oiría, pero
tal y como me había propuesto conseguí sorprenderla, pero que queréis que os diga, ella
a mi también
En ese periodo tan largo de tiempo en el que había reinado el silencio en el interior de la
habitación, Esther había aprovechado la ocasión, para despojarse de toda su ropa, y
había acudido al baño, tan solo dispuesta con una bata de seda de color negro. Yo
permanecía, tumbada en la bañera, que había llenado concienzudamente y con mucha
espuma, que solo dejaba al descubierto mi rostro, ya que estaba apoyado en uno de los
laterales con una toalla bajo el cuello
Ella se acercó a la bañera, en uno de los laterales había dispuesto varias velas pequeñas
para poder apagar la luz del baño y darle una tonalidad mucho más romántica a la
escena
Cuando note como una de las manos de Esther se colaban en el interior del agua cerca
de mi muslo izquierdo, suspiré, y una pequeña burbuja de espuma salió volando hasta
posarse en el flequillo de Esther, que con un soplido dulce desprendió con rapidez. La
mano hundida buscaba la esponja escondida entre mi cuerpo y el agua, hasta que por fin
la encontró, y comenzó a ascenderla por mi pierna izquierda, mi tripa, mi hombro, y mi
brazo que descansaba apoyado en uno de los bordes de la bañera... la hundía de nuevo
en el agua, y una vez empapada de agua y jabón la posaba de nuevo en mi cuello, para
descender por mi otro hombro hasta llegar recorriendo todo mi brazo, a cada uno de mis
dedos... creía morirme en ese mismo momento, por que aquello no podía ser otra cosa
que el paraíso
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De nuevo hundió la esponja, pero esta vez para realizar el recorrido inverso, desde mis
pies hasta mi cintura, mis ojos hacía tiempo que permanecían cerrados, dejándome
llevar por la delicadeza de sus caricias sobre mi cuerpo, dejando caer breves suspiros
que aceleraban mi corazón por instantes... Y de nuevo me vi en la necesidad de abrir los
ojos, y posarlos sobre su mirada, expectante aun, mientras hundía su mano y su esponja
entre mis piernas... al sentirla de nuevo tuve que cerrar los ojos...
E: No, no cierres los ojos... quiero verte
M: ¿Verme?
E: Sí, quiero ver esos ojos brillantes...
M: Claro... pero no pares...
E: No pensaba hacerlo... ¿te gusta?
M: Me encanta... sigue... ah... dios Esther... ¿qué te pasa hoy?
E: Ya te lo he dicho antes... te he echado tanto de menos...
M: Dioosssssssss
E: ¡Mírame, Maca! Mírame... así... sí...
M: Esther... ahhhhhhh...
Esther se acercó y posó sus dulces labios sobre los míos, momento en el que aproveché
para abalanzarme sobre su cuerpo y dejarla caer en la bañera sin haberse desprendido
aun de la bata... eso era lo de menos ahora mismo
La posé sobre mi cuerpo y empecé a besarla con furia, con pasión, comiéndome su boca
a pequeños mordiscos como queriéndome llenar de ella, de su sabor, Mientras Esther
gemía en el interior de mi boca y yo buscaba desesperadamente el cinturón de su bata
para librarla del cruel castigo de no poder sentir su cuerpo desnudo junto al mío en el
interior del agua. Cuando por fin lo conseguí, Esther había dado la vuelta al baño, y ella
era ahora la que soportaba todo mi peso sobre su cuerpo. Me rodeó con sus piernas,
haciendo que nuestras caderas se rozasen con cada pequeño movimiento ondulante del
agua de aquella bañera que ya ni tenía espuma y había derramado parte de su contenido
a las baldosas del exterior
Nos balanceábamos, ninguna de las dos podía permanecer quieta ante tanto derroche de
pasión que nos envolvía y nos cegaba la mente. Ella dejaba posar suavemente sus
manos sobre mis nalgas, empujándola contra ella, haciendo que nuestro contacto fuese
aun más intimo. Yo en cambio hundí una de mis manos bajo la espuma que la recubría
y la introduje en su interior, mientras balanceaba el agua. Cogí una de sus manos, que
dejó de estar posada en mis nalgas para pasar a mi interior, como queriendo mover
nuestras manos al unísono
Cuando Esther movía desesperadamente sus caderas contra mis dedos, saqué mi mano y
cogiendo una gran bocanada de aire me dejé llevar por mis impulsos e introduje mi
cabeza bajo la profunda espuma, hundiendo mis labios entre sus piernas. Hacía uso de
mis manos, volvía a la superficie para tomar de nuevo aire, pero parecía que aquel
néctar me daba más aire del que podía tomar de la atmósfera
Esther acariciaba mi pelo que sobresalía sobre el agua, y hacía hincapié sobre mi cabeza
cuando, por hacerla rabiar dejaba de estimularla... cuando por fin note una sacudida en
su interior, emergí, y me quedé mirándola sin decir nada...
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De nuevo ella me volteó y quedándose sobre mí encajo perfectamente nuestros sexos
sobre el agua y empezó un dulce vaivén
Nos besamos, nos acariciamos, y tras alcanzar el clímax de manera simultanea, dejé
caer mi rostro sobre su pecho, y una vez que ella me hubo abrazado, me quedé tendida
sin hacer un solo movimiento o expresar ninguna palabra, simplemente escuchando el
latir acelerado de su corazón, o sintiendo como su respiración se acoplaba a la mía
haciéndose rítmicas y cada vez más pausadas...
Ella posó un pequeño beso sobre mi pelo, y apretándose aun más contra mi pecho,
comenzó a mecerme, entonando una dulce melodía con sus labios... y yo cerré los ojos
aun más si podía, queriendo desengancharme del mundo, quizás queriendo sentir como
en el mundo no había nada más que no fuese esa dulce voz y esa sensación de paz que
me rodeaba haciéndome levitar de cariño...
M: Esther... yo... no tengo palabras...
E: Yo desde luego no las necesito ahora mismo...
M: Te quiero, ¿lo sabías?
E: Claro que lo sabía... pero quizás necesite oírlo mas a menudo de tus labios ¿no crees?
M: Pero ya sabes que te quiero
E: Pero necesito oírtelo decir, ¿no lo entiendes?
M: Sí, sí lo entiendo, pero no sé por que eres a veces tan insegura con lo nuestro, sabes
que eres todo para mi, bueno tú y Fernando
E: Pero tengo miedo Maca
M: Miedo ¿de qué mi amor?
E: De que todo esto sea un sueño, de que un día me levante y esté sola, como meses
atrás
M: Eso no va a pasar nunca Esther, cariño, mírame y escúchame...
E: Te escucho
M: Mi vida sois vosotros, mi familia, mi... TODO... lo sois todo para mí
E: Gracias... necesitaba oírlo
M: Y yo también necesitaba oírlo salir de mis labios... bueno, y ¿tú no tenías algo que
contarme?
E: Es complicado
M: Seguro que no lo es tanto
E: Créeme cuando te digo que sí que lo es
M: A ver, tus padres ¿no?
E: Que no te equivocabas
M: ¿En que? No entiendo
E: Cuando decías que mi madre sospecha algo
M: ¿Te ha comentado algo más?
E: No exactamente...
M: Venga Esther déjate de tonterías y vete al grano anda
E: Voy, voy... esta tarde
M: Sí
E: Ya sabes que me había pedido que fuese a ayudarles a mover unas cosas y así ¿no?
M: Sí y ¿no era para eso?
E: Bueno, no eran tantas las cosas que había para mover, vamos que podían haberlo
hecho ellos solitos muy fácilmente...
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M: ¿Pero tu madre te ha dicho algo o no? Me estás poniendo nerviosa
E: Ay hija espera un poco por dios... bueno verás, la cosa estaba en que han insistido
mucho en que me quedase a comer, y luego para el café. Y yo notaba a los dos muy
inquietos, apenas haciéndole caso a Fernando, vamos, muy raro. Pero el colmo era
cuando mi madre miraba 10 veces por minuto hacía la puerta, como si estuviera
esperando a alguien vamos
M: ¿Y lo estaba haciendo?
E: ¿El qué? ¿Mirar a la puerta?
M: No... esperar a alguien digo
E: Sí, claro que lo estaba haciendo...
M: ¿A quien si puede saberse?
E: Eso es lo peor... no sé si te va a hacer mucha gracia
M: Pero ¿a quien?
E: Verás, mi madre había invitado a comer al hijo de una amiga suya
M: ¿Tú ya le conocías?
E: Bueno, es de mi edad más o menos, recuerdo haberme quedado en su casa cuando
éramos críos, jugar juntos, ir a la escuela... pero hacía años que no sabía nada de él, se
había marchado a Madrid a estudiar
M: Bueno y entonces ¿a qué viene ese repentino deseo de que os volvierais a ver? Por
que supongo que para eso le habría invitado tu madre ¿no?
E: Claro... pues simplemente para lo que estás pensando, quería que nos volviéramos a
ver...
M: Genial... de celestina ¿no?
E: Sí, y de mi madre podría habérmelo esperado... pero Maca... de mi padre, sí que no
M: Bueno tu madre puede ser muy persuasiva, y tu padre se ha dejado llevar por la
situación y ya está... bueno y ¿tú que has hecho?
E: ¿Cómo que qué he hecho?
M: Claro, algo habrás dicho no sé, o te habrás ido...
E: Pero ¿cómo querías que me fuera Maca?
M: Pues marchándote, Esther no puedes permitir que tus padres intenten organizar tu
vida, ya la tienes organizada ¿no?
E: Pero ellos siguen pensando que criar sola a Fernando no es bueno ni para él ni para
mí
M: Pero es que no lo estás haciendo sola... o es que yo no existo
E: Claro que existes cariño, pero tú para mis padres eres mi amiga, como una hermana,
y una tía para Fernando
M: Ya...
E: Y eso es lo que debe cambiar... quiero que entiendan que no necesito a nadie en mi
vida... que ya te tengo a ti...
M: Bueno, se lo vas a contar ¿no?
E: Tengo que hacerlo... algún día se van a enterar... si es que no lo saben ya
M: Ya... y el chico este...
E: Miguel
M: Miguel... ¿no dice nada?
E: Pues no, parece que el tema tampoco le desagrada mucho... me ha acompañado a
casa, y bueno me ha dicho si me apetecía quedar otro día... va a empezar unas obras por
aquí... y bueno que será el director de la mina mientras dure el proyecto...
M: Osea que le vamos a tener rondándote un tiempo por aquí ¿no?
E: Dios... no me lo recuerdes... es un pesado...
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M: Me imagino... bueno no te preocupes, no pienso dejarte sola... no vaya a ser que
quiera acosarte...
E: umm... ¿y tú?
M: ¿Yo que?
E: ¿Que si tú quieres acosarme?
M: ummm... creo que sí... pero esta vez en la cama que me estoy quedando como una
pasa... jajaja
M:: Buenos días...
E: Si que son buenos sí...
M: Has dormido como un lirón ¿ein?
E: Hay que aprovechar ahora que Fernando ya duerme de un tirón...
M: Sí, da gusto poder dormir de una tirada... además estaba realmente cansada
E: No me extraña, no sé que te pasaba anoche, que hija era un no parar...
M: Tenía ganas de ti, nada más... ummm... tengo hambre...
E: ¿Otra vez?
M: Eso luego... por ahora tengo ganas de unas tostaditas y un zumito... ¿qué? ¿Bajamos
a desayunar?
E: Claro...
E: Buenos días Susana
Susana: Buenos días chicas... ¿qué? hemos dormido bien ¿no?
M: Sí, más o menos...
Susana: jajaj... pensaba haceros algo de desayuno, pero nada que Fernando se ha
despertado y no quería molestaros, pero me lo he traído conmigo aquí a la cocina, y ya
ha desayunado
E: Pero ¿qué hora es?
M: Las 11 Esther...
E: Dios mío... bueno es igual, es domingo
M: Claro que sí... cari...
Susana: Por mi no os cortéis... ¿verdad Esther?
M: Pero tú ya sabes que Susana sabe...
E: No me líes... sí, sí lo sé, anoche me lo contó, por que tú eres tan retorcida que no me
habías dicho nada...
M: Jaja... que dos, ya os habéis hecho aliadas...
Susana: Bueno y ¿qué planes hay para hoy?
M: ¿Te apetece que te llevemos al lago?
Susana: Eso estaría genial, ¿verdad pequeñajo?
E: Perfecto, preparamos unos bocadillos... oye Maca ¿qué te parece si pasas a buscar a
Gorka?
M: Claro, a lo mejor se quiere venir...
Susana: Muy bien, aun no he podido darle las gracias por lo del paseo y la guía turística
E: Es cierto, que ya os conocéis...
M: Perfecto entonces... en marcha... ¡nos vamos al lago!
RING RING...
Gorka: Hombre... dichosos los ojos, ¡las desaparecidas! ¿Que es de vuestra vida
guapísimas?
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M: Nada, que hemos andado muy liadas ya sabes
Gorka: Sí algo comentaban, las charlas han sido todo un éxito... ¿para cuando las
masculinas?
M: Para cuando las des tú guapo... jejejej
Gorka: Bien... pues entonces tendrán que esperar... bueno y ¿a que debo esta dulce
visita?
M: Venía a invitarte
Gorka: ¿Invitarme a mí?
M: Sí, a ti, ¿a quien va ser? ¿Te apetece una preciosa jornada de lago, con tres dulces
chicas y tu amado ahijado?
Gorka: ¿Alguna vez vamos a dejar de hablar como un libro de Neruda?
M: No lo creo... bueno ¿qué? ¿Te apuntas sí o sí?
Gorka: Creo que no tengo opción... será que sí... pero eso de las tres bellezas...
M: Claro, ¿ya se te ha olvidado hasta contar o que?
Gorka: A ver... Maca, Esther... Fernando ¿y?
M: Y Susana, la nueva maestra... además no disimules que ya sé que la conoces...
Gorka: ¿Sigue viviendo con vosotras?
M: Claro, si mi casa iba retrasada cuando llegué la suya es aun peor...
Gorka: jaja... les echare un cable para que se den prisa, no te preocupes, que querréis
estar más solitas...
M: No, no, si Susana es una chica estupenda, no nos molesta en absoluto
Gorka: Pero ya sabes que a me refiero
M: Ya lo sabe Gorka...
Gorka: Se lo habéis dicho ¿ya? Que precocidad...
M: Gorka, las mujeres lo sabemos todo mucho antes de que nadie nos lo diga, eso solo
sirve para confirmarlo...
Gorka: Bien... pues vamos entonces ¿no?
M: En marcha
Gorka: Voy a coger mis cosas... como has dicho que se llamaba
M: Susana, Gorka, se llama Susana...
Gorka: Bien, bien...
M: Hola chicas, nosotros ya estamos aquí...
Gorka: Hola campeón... que hace mucho que no te veo... que parece que a tu madre se
le ha olvidado que solo vivo a dos minutos de tu casa...
E: Oye guapo... que la distancia inversa es exactamente la misma... así que no venga
con tonterías
Gorka: Sabes que he andado muy liado con la feria de ganadería de Pamplona...
M: Bueno dejémoslo... supongo que no harán falta presentaciones ¿no? Te acuerdas de
Gorka ¿no Susana?
Susana: Sí, sí claro... aunque está bien lo de ponerle nombre... por que con tanta prisa...
Gorka: Lo siento, pero una de las ovejas se me ponía de parto, y el veterinario de
Mendavia pasaría a verla... el caso estaba en dejarte sana y salva en casa... por que mira
que no venir nadie a recogerte...
E: No sabíamos que llegaba ese día...
Gorka: Ya claro
M: Es cierto... bueno es igual... ¿están listos los bocadillos?
Susana: Sí...
M: ¿Y vosotras? ¿También estáis listas?
E: Creo que sí
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M: Pues en marcha...
Y caminamos, la verdad es que hacía tan buena mañana que daba pena coger el coche
para recorrer los apenas dos km que nos separan de la gran laguna azul. Agradecimos
todas aquellas lluvias del invierno cuando vimos, que a pesa de la sequía que
amenazaba todo el litoral español aquel verano, el lago lucía con toda su intensidad
Susana: Guauu esto es realmente precioso
M: Es cierto, hombre no es lo mismo que la playa de Jerez...
Susana: Bueno pero como yo no tengo playa, agradezco todo el agua que puedan darme
con estos calores
E: Pero aquí no hace tanto calor...
Susana: Sí, también es cierto... es igual, esto es precioso...
M: ¿Que os parece si vamos hasta la orilla norte? Así el sol no se esconderá tan rápido
cuando llegue el atardecer... así aprovecharemos más el día...
Gorka y Susana se mantenían más avanzados, Gorka había estado porteando la silla de
Gorka durante toda la caminata, lo cual nos permitió a Esther y a mí caminar con las
manos entrelazadas, convirtiendo aquella excursión en un precioso paseo romántico...
E: Que bien se está por aquí... ¿verdad?
M: Ya te digo... me encanta pasear contigo, así de la mano... odio no poder hacerlo por
el pueblo
E: Lo sé Maca... tiene su gracia esto de que aquí si podamos, la verdad es que se
agradece que ellos si lo sepan...
M: Por cierto ¿ya has visto?
E: ¿El que?
M: Lo bien que se llevan estos dos...
E: Anda ya Maca, querrán dejarnos solas...
M: Sí, sí, lo que yo te diga... yo creo que estos dos se han caído muy bien... quien sabe
si...
E: uyy no, no... no empieces...
M: eyy que no he dicho nada malo...
Gorka: ¿Aquí Maca?
M: Ahí sí perfecto...
Susana: Si que es bonito si, desde aquí hay peores vistas ¿no?
M: Ya, pero lo agradecerás cuando salgas del agua y estés un poco resguardada del
viento
Susana: Pero ¿pensáis bañaros?
Gorka: Anda... pues claro...
Susana: Pero si el agua debe estar congelada...
Gorka: No seas exagerada... estará perfecta... ya lo verás...
M: Dios mío... Esther... estos dos...
E: ¿Tú quieres callarte de una vez? Al final te van a oír
M: Al agua entonces...
E: No, no, yo esperaré un poco
Susana: Yo también espero contigo...
M: ¿Tú, Gorka?
Gorka: Claro...
5 panes de cebada
98
Ya en el agua...
M: ummm está perfecta... como siempre...
Gorka: Y que lo digas...
M: Bueno ¿qué?
Gorka: ¿Qué?
M: ¿Que si no tienes nada que contarme?
Gorka: ¿De que hablas Maca?
M: Gorka que nos conocemos...
Gorka: Bueno... nada en especial
M: Es muy simpática ¿no?
Gorka: Sí, sí que lo es...
M: Y guapa también...
Gorka: ¿También te gusta Susana? Mira que se lo digo a Esther ¿ein?
M: Tonto eres...
Gorka: No sé Maca... no me agobies ¿vale?
M: No pensaba hacerlo... ¿estás pensando lo mismo que yo?...
Gorka: Creo que sí...
M: Vamos...
Corrimos hasta la orilla donde Fernando ya había instalado todas sus palas y cubos,
Gorka asió a Susana de la toalla, y yo hice lo mismo con Esther. Ambas gritaban
desesperadamente al notar nuestros cuerpos mojados sobre ellas, pero no les dimos
tregua alguna y corrimos de nuevo de vuelta al agua donde las dejamos caer con
energía...
Susana: Ayyyyyyy dios mío está congelada...
E: ¡Macaaaaaaaaa! Te voy a matar, sabes que odio cuando hacéis eso
Susana: ¿Qué pasa? ¿Que es algo tradicional?
E: Algo así, pero bueno hasta ahora siempre me lo hacían los dos a mí, por lo menos
ahora la desgracia se reparte
Susana: Que consuelo...
M: Anda, tontas que no es para tanto, moveros y nadar un poquito y veréis como
enseguida agradecéis estar dentro del agua...
E: Echa un vistazo a Fernando...
M: Tranquila
Gorka: No deja, ya le echo yo, que tu Maca tenías ganas de bañarte...
Susana: Espera Gorka, voy contigo... que yo este frío... me tengo que ir acostumbrando
no te creas
Gorka: Como quieras...
M: Coju coju...
E: Sí Maca... como siempre tienes razón...
M: Lo sabía... jjajaja
Susana: Este crío es un cielete... se porta tan bien que da gusto
Gorka: Sí que lo es...
Susana: Tú no tienes niños ¿no?
Gorka: No me gusta hablar de eso...
5 panes de cebada
99
Susana: Lo siento, no quería incomodarte... yo siempre he querido tener niños, la
verdad es que me muero de ganas de encontrar a la persona adecuada
Gorka: Bueno, no tengas prisa, cuando menos lo esperas aparece
Susana: Sí claro...
Gorka: Yo tuve uno... bueno apenas le vi nacer, murió en el parto
Susana: ¿Y su madre?
Gorka: Con él... perdí de un plumazo a las dos personas más importantes de mi vida...
vaya no sé ni por que te estoy contando todo esto
Susana: Ah no tranquilo, me alegro de que hayas querido compartirlo conmigo
Gorka: Supongo que te habrás dado cuenta de que apenas ando por el pueblo ¿no?
Susana: Sí bueno, me extrañó no haberte visto desde mi llegada, pero como sabía que
Maca y Esther eran amigas tuyas, tarde o temprano volvería a verte
Gorka: Sí claro, sí que lo son... se han portado genial conmigo. Lo cierto es que Esther
y yo somos amigos desde hace muchísimo tiempo. Era la mejor amiga de Lucía, mi
mujer, cuando llegamos al pueblo se hicieron inseparables, y lo cierto es que cuando
ella falleció Esther se volcó tanto conmigo que nunca sabré devolvérselo
Susana: Entiendo... hacen buena pareja ¿verdad?
Gorka: Sí, son geniales las dos, la verdad es que la historia sentimental de Esther había
sido tan desastrosa que cuando me enteré de lo suyo no supe si alegrarme o tirarla por
un precipicio antes de que volvieran a hacerla sufrir
Susana: ¿La quieres mucho?
Gorka: Ahora las quiero a las dos, bueno y al pequeñajo también, Maca me ha
demostrado que es distinta al resto, y que cuidara de Esther. Bueno y tú ¿qué? ¿Te vas
adaptando al pueblo?
Susana: Claro que sí, la gente es realmente estupenda, además ya voy conociendo a
algunos de mis alumnos del curso que viene gracias a las charlas
Gorka: Sois la comidilla del pueblo con lo de las charlas
Susana: Maca estaba muy preocupada, no sabía como saldrían, la gente no está
concienciada...
Gorka: Es que parece que no se os mete en la cabeza que esto es un pueblo, no la gran
ciudad, aquí se tiene otra mentalidad, otras costumbres, no podéis pretender cambiarlo
todo de la noche a la mañana
Susana: Y no lo pretendo, pero hay cosas que pueden ir mejorando...
Gorka: Claro que sí, pero debéis hacerlo poco a poco
Susana: Y ¿quien te ha dicho que tenga prisa?
M: uffff... que frío...
E: Toma la toalla anda... que parecemos dos ciruelas pasas...
M: Ay mi ciruelilla... (la dije haciéndole una pequeña croquetilla con la toalla...)
E: Que tonta eres... ¿qué tal se está portando mi hombrecito?
Susana: Genial, es un cielete...
M: Bien... ¿comemos algo? Estoy muerta de hambre...
Gorka: Claro...
La tarde pasó muy rápida, la verdad es que la compañía era la mejor del mundo, mi niña
estaba más feliz si cabe, la notaba relajada, como si nada en el mundo pudiera estropear
todo aquello. Interrumpimos varias miraditas entre Susana y Gorka, que ellos intentaban
disimular como podían...
Así llegó la noche y con ello la vuelta al hogar...
5 panes de cebada
100
Gorka: Bueno chicas, me encanta que me acompañéis a mi casa, debería ser al revés...
pero bueno
M: Es lo que tiene que vivas más cerca... dios mañana lunes
E: Si vuelta al trabajo...
Susana: Y yo vuelta al aburrimiento...
Gorka: ¿Que pasa que no tienes nada que hacer?
Susana: Lo cierto es que hasta septiembre... no voy a tener demasiadas tareas...
M: Bueno ¿y por que no acompañas a Gorka? Me había dicho esta mañana que tenía
pensado ir a ver las obras de tu casa, a ver si conseguía pincharles un poco en el culo de
los obreros y se daban más prisa...
Susana: Ah ¿sí?
Gorka: Maca...
M: ¿Que? Es verdad... le acompañas y así de paso pues no te aburres...
Susana: Me parece una idea estupenda...
Gorka: Perfecto, pues ¿paso a buscarte sobre las 10?
Susana: Genial, te estaré esperando
Gorka: ¡Hasta mañana chicas!
M: Hasta mañana...
E: Que majo ¿no?
Susana: Sí...
E: Jejej... venga anda, vamos a casa...
Susana: ¿Que pasa?
E: Nada, nada... que algunas no saben quedarse calladitas...
E: Tú, Maca... lo de dejarles a su aire... ¿en qué parte de la conversación te has
desviado?
M: Pero tú has visto lo que hay entre ellos... igual que yo... pero Gorka está demasiado
ofuscado, necesita un empujoncito
E: Pero ¿por qué eres tan metete? Se te está pegando lo del cotilleo de las viejas del
pueblo
M: Ya ves, todo se pega... bueno a la camita por fin... estoy reventada
E: Sí ha sido un día duro, la verdad es que yo también estoy muy cansadita
M: Oye que si no quieres nada... no tienes por que ponerme excusas tontas de esas...
E: ¡Maca! Por dios... ¿no tienes limite?
M: Cariño, llevo en sequía mis 25 años de vida... ¿tú que quieres que haga?
E: Jaja... venga a dormir...
M: Por lo menos un besito sí ¿no?
E: Te lo doy ¿eh? Si me prometes que vas a dejar en paz a los tortolitos
M: Pero...
E: Pero nada
M: Hasta tu misma acabas de definirlos como tortolitos...
E: No los agobies ¿vale?
M: umm... está bien... pero quiero mi besito...
E: Sí pesada... buenas noches cariño
M: Buenas noches mi niña... que descanses...
Y de nuevo un nuevo día amanecía en Beirechea, la verdad es que creo que nunca me
cansaría de despertarme a su lado, pero esta noche la he vuelto a sentir inquieta de
5 panes de cebada
101
nuevo entre las sabanas, aunque ella lo niegue esa introspección de sus padres en
nuestras vidas la ha marcado. Me gustaría decirle que todo va a salir bien, que sus
padres aceptaran sin ningún problema lo nuestro, pero a quien quiero mentir... eso no va
a pasar... si no recuerda lo que paso con Fernando... aunque al final lo acabaron
aceptando. Pero esto es distinto Maca, eres una mujer, eso no esta bien visto... pero no
hacemos nada malo joder, la vida es injusta, yo la quiero y quiero a Fernando, quiero
cuidar de ellos... mírala si es que no me cansaría jamás de mirarla mientras duerme,
reparte tanta paz, tanta tranquilidad. Y este niño, es la viva imagen de su madre, lo cual
agradezco, por que si se hubiera parecido al padre... ¿y tu padre? ¿Algún día volverá a
buscarte? Tengo miedo de que sea así, por que estamos muy bien ahora, pero eso nunca
se sabe... no creo que sea tan ca... bueno dejémoslo ahí... yo prometí que cuidaría de ti y
pienso hacerlo... de verdad...
Agosto tocó a su fin, los días de lago, y fiestas patronales se fueron junto con el buen
tiempo, dejando paso a un maravilloso septiembre que se abría en Beirechea como el
periodo más duro del año, aquel en que se recogía cada una de las cosechas de trigo
cultivadas durante toda la primavera y veranos anteriores
Junto con esa recogida, llegaba también el nuevo curso académico, las charlas seguían
viento en popa, y los temas cada vez eran más diversos, animándonos incluso alguna
vez que tener en cuenta la posibilidad de hacer charlas también para los hombres del
pueblo...
Susana: Pero Gorka por que ¿no?
Gorka: Pues por que me da mucha vergüenza... joe... ¿cómo quieres que vaya y me
siente ahí con ellos a hablar de sus problemas?
Susana: Pues muy sencillo, ¿tú no eras maestro?
Gorka: Y ¿qué tiene eso que ver?
Susana: Pues por lo menos tienes don de gentes...
Gorka: Hace tiempo que no hablo apenas con la gente del pueblo, y vienes tú ahora a
decirme que me enfrente a una panda de descerebrados que vete a saber lo que quieren
preguntarme o contarme... Maca, por dios di tú algo...
M: Es que Susana tiene razón, con nosotras no quieren hablar, y sus mujeres nos repiten
constantemente que si no hablamos con ellos de determinados temas no servirá de nada
todo lo que hayamos avanzado con su mentalidad...
Gorka: Pero joe...
Susana: Ya basta Gorka... llevas huyendo mucho tiempo... no es el momento perfecto
para enfrentarte con todo esto...
Gorka: ¿Y tú que narices sabes? Llegas aquí con tus aires rebeldes y de novedad... ¿y te
crees que todo el mundo es como tú? Pues entérate de que no es así... mi vida ha dado
muchos giros, pero este desde luego no va a ser uno de ellos, y mucho menos por que
una niña consentida y caprichosa como tú quiera quedar por encima del resto...
Susana: Vete a la mierda Gorka...
M: Joder Gorka te has pasado un poco ¿no?...
Gorka: Sí, pero joe... me crispa los nervios... hace días que viene insistiendo con el
temita y hace días que le digo que no...
M: Pero mira que eres cabezón... en alguna cosa tiene razón...
Gorka: Ah no, no empieces tu también...
5 panes de cebada
102
M: Es verdad Gorka, ¿hace cuanto que paso lo de Lucía? ¿3 años? Ya es hora de que
rehagas tu vida, mírate, tienes 30 años, y vives solo... no crees que es el momento de
redirigirte... no sé... empezar de nuevo...
Gorka: Tengo miedo Maca...
M: Lo sé, sé que estás sintiendo algo más por Susana, ¿o no?
Gorka: Claro que sí, pero no sé, a las noches, cuando me acuesto en el fondo si pienso
en Susana enseguida me altero, no... es como una sensación de culpa
M: ¿De culpa?
Gorka: Sí, como si hubiera perdido mi respeto hacía Lucía...
M: Pero Gorka, Lucía esté donde esté querría que tú fueses feliz... ¿cómo puedes pensar
en eso?
Gorka: Me cuesta Maca... me da mucho miedo
M: Cada día me recuerdas más a Esther...
Gorka: ¿Por?
M: En esta vida hay que arriesgarse, si dejásemos de hacer tantas cosas por miedo, nos
perderíamos las cosas más bonitas de la vida...
Gorka: ¿Cómo que?
M: Como el amor Gorka... como el amor...
Gorka: ¿Tú crees que debería hablar con ella?
M: Creo que deberíais hablar los dos muy en serio, todos estos sentimientos van a
comeros por dentro si no los dejáis salir...
Gorka: Pero tú crees que ella...
M: Venga hombre Gorka, por favor, está clarísimo, pero es que con esa coraza que te
has puesto sobre los hombros, es imposible que ella se atreviese a dar el primer paso.
Cada vez que se acerca a ti, tú la rehuyes, como si apestase, así que la pobre no lo
intenta de nuevo, es comprensible... tiene tanto o más miedo que tú...
Gorka: Hablare con ella... por cierto ¿Esther?
M: Estará al llegar, quería pasarse por la carnicería...
Miguel: ¿Esther, Esther?
E: Hola, cuanto tiempo...
Miguel: Sí, la verdad es que cualquiera diría que te escondías de mí...
E: Será eso... bueno y ¿qué tal van las obras de la mina?
Miguel: Muy bien, yo creo que para el invierno estarán listas... ¿y tú? ¿Qué tal va todo?
¿De compras?
E: Sí, quería comprar algo para la cena...
Miguel: Si quieres te ayudo con las bolsas o algo...
E: No, no hace falta gracias...
Miguel: Que no es molestia...
E: Que no he dicho...
Miguel: Bueno...
Maritxu: Ay hija que desaborida eres... déjale al muchacho que te lleve las bolsas...
E: (“Y esta ¿por qué siempre aparece de la nada?”) ¡Que no mama!
Maritxu: No le hagas ni caso, esta hija mía es un volcán de carácter...
E: Mama...
Maritxu: Que sí... cuando era pequeña era igual, no había quien la manejase... pero tú
tranquilo, ahora me llevo yo a Fernando y os dais un paseo que ha quedado muy buena
tarde
E: ¡Mama!
Maritxu: ¿Qué?
5 panes de cebada
103
E: Que no...
Maritxu: Pero hija...
E: Ni hija ni leches... ¿quieres dejarme en paz?... bueno mejor dicho, ¿queréis dejarme
todos en paz?
Maritxu: Pero que manía con querer estar sola... dime que defecto tiene Miguel... es un
chico estupendo...
E: Mira mama... el problema no lo tiene Miguel... ni pepito ni menganito
Maritxu: ¿Entonces?...
E: El problema pareces tenerlo tú...
Miguel: Bueno yo creo... que mejor si me marcho, tengo varias cosas que hacer...
E: Sí Miguel, mejor será que te vayas... cuídate...
Maritxu: Hija no entiendo nada...
E: ¿Quieres dejar de disimular mama? Lo haces cada día peor...
Maritxu: ¿De que hablas?
E: De Maca mama... ya sabes de lo que estoy hablando
Maritxu: No... ni lo sé ni quiero saberlo
E: ¿Por que huyes mama? Yo la quiero... ¿lo entiendes? ... LA QUIERO...
Maritxu: Pero ¿cómo vas a quererla, si es una mujer?
E: ¿Y que? Mama... no solo es una mujer es una persona... una persona, que me cuida,
me respeta, me quiere... y sobre todo quiere a Fernando... ¿no lo entiendes mama?
Maritxu: No quiero entender nada... eso ha sido solo un capricho, te viste sola, ella
apareció en el momento oportuno y te cegó
E: ¿Cómo que me cegó?
Maritxu: Con sus aires de ciudad... con esa espontaneidad... está claro que se ha ganado
el cariño del pueblo... pero hija eso no es amor...
E: ¡Que narices sabrás tú lo que es amor! Mira... me da igual lo que creas, o lo que
pienses... yo soy feliz... y desde luego pretendo seguir siéndolo... te guste o no... ¡adiós!
Cuando vi como Gorka se alejaba hacía su casa ya había caído el sol, se empezaba a
notar como las horas de sol decaían con el paso de los días, pronto llegaría el otoño, y
vería por fin ese espectáculo tan bonito que intentaba explicarme Esther, de cuando se
deshojaban todas los árboles del bosque de robles que teníamos a nuestra espalda
Ahí sentada en el porche, con una taza de café en la mano, la vi llegar a lo lejos, me
encantaba esperarla ahí sentada, su vuelta al hogar, ese beso... era la mejor parte del
día... miento, todas las partes en las que estaba ella eran las mejores del día... pero su
cara... su cara me quería decir algo más...
M: Ey Esther cariño... ¿qué pasa? No traes buena cara...
E: Abrázame... Maca por favor...
M: Ey... que pasa mi amor...
E: Solo abrázame...
M: Claro mi niña... ven aquí...
La senté conmigo en uno de los columpios del porche, y metí a Fernando con nosotras
bajo el tejadillo... Fernando permanecía entretenido con un corrusquito de pan que había
conseguido atrapar de la bolsa de la silla, y miraba concentrado mientras intentaba
sostenerlo en sus manitas sin que resbalara...
5 panes de cebada
104
M: ¿Me vas a decir ya que ha pasado?
E: Maca... ha sido horrible
M: Pero ¿el que?
E: Mi madre Maca... ya lo sabe todo... y tenías razón, ya lo sabía...
M: Me lo imaginaba, ¿pero cuando? ¿Se lo has dicho ahora?
E: Estaba con Miguel
M: Hombre, Miguel... hacía mucho que no sabíamos nada de él
E: Insistía en acompañarme a casa y cada vez yo le contestaba más borde que no, que
no hacía falta... pero el ala erre que erre... hasta que claro subí la voz, y mi madre que
estaba por ahí, como no se metió en medio de la conversación... y te juro que revente
Maca... se lo solté todo...
M: Y no se lo ha tomado muy bien ¿no?
E: ¿Eso es una pregunta?
M: Es una pregunta retórica Esther... estaba claro que no se lo iba a tomar bien...
E: Ya... pero bueno, menudo mal trago, además creo que no solo se ha enterado ella,
había mucha gente por la plaza, y hablando a voces... se habrá enterado todo el mundo...
M: Bueno cariño, eso es lo de menos ahora, algún día se habrían tenido que enterar...
pero yo estoy aquí me oyes... y no va a pasar nada...
E: Y tú ¿qué hacías sola aquí? No hay nadie en casa...
M: Bueno, es que se ha montado una buena aquí también...
E: ¿Por?
M: Nada, Gorka y Susana que parecen dos adolescentes alocados... yo no sé como no
explotan también ellos... deberían aprender de ti... pero bueno he tenido una charla muy
profunda con Gorka y parece que ha entrado en razón... pero es que si vieras la sarta de
barbaridades que le ha soltado a Susana en medio del calentón...
E: Me lo imagino...
M: Sí, es que se parece tanto a ti, que me asusta
E: Jaja... y Susana ¿dónde está?
M: Supongo que en su cuarto, se ha ido dando un portazo y su cara no era de muy
buenos amigos, así que he preferido dejarla tranquila un rato
E: Bien hecho, entremos dentro parece que esta refrescando ¿no?
M: Sí, se levanta aire, se aproxima tormenta ¿no?
E: Ya hablas como un pueblerino más...
M: Sí... Preparare algo de cenar
E: Yo creo que subiré a ver a Susana a ver que tal está...
M: Al final tendré que empezar a ponerme yo celosa ¿no? Muy amigas os estáis
haciendo vosotras dos...
E: Mira que dices tonterías todos los días ¿ein?... venga celosona... ahora bajo
M: Perfecto... bueno mi niño, nos han dejado solitas... tú que quieres cenar...
Fernando: Pan...
M: ¿Que? Que has dicho Fernando
Fernando: Pan...
M: Pero renacuajo... ¿tú desde cuando hablas? jejej... ven aquí... llega un ataque de
cosquillas...
Fernando: Ma...
M: Cuando se lo diga a mama...
Fue su primera palabra, quizás para alguien que tenga 4 hijos no sea importante, pero
que aquel renacuajo pronunciase su primera palabra conmigo, me llenó de orgullo... me
5 panes de cebada
105
había llamado ma... vale... que igual quería decir cualquier cosa menos mama... pero me
daba lo mismo... estaba feliz...
TOC TOC...
E: ¿Se puede?
Susana: Sí, claro... pasa... es tu casa...
E: ¿Que tal Susana? Ya me ha dicho Maca que habéis tenido peleilla...
Susana: Es que no puedo con él... es incapaz de tener una palabra amable conmigo... y
no me digas que tenga paciencia... por que eso es lo único que tengo Esther, paciencia y
más paciencia... pero se me está agotando...
E: Lo siento... Gorka tiene un carácter muy peculiar, y sabes por todo lo que ha
pasado...
Susana: Pero si yo le entiendo, ¿tú crees que le estoy forzando a algo? No, para nada, le
doy tiempo, le doy espacio... y él ¿qué me da a cambio? Una de cal y otra de arena... la
vida no es así, Esther tu misma lo has comprobado...
E: Tú le quieres ¿verdad?
Susana: Bueno...
E: Eyy no agaches la cabeza, no es malo querer a alguien...
Susana: Pero ¿qué hago con él?
E: Estoy segura de que él sabe lo que sientes... y más bien creo que él siente lo mismo
por ti... tiempo al tiempo...
Susana: No pienso decirle nada... que sea él quien venga... ya me he tirado tantas veces
a la piscina sin flotador que no quiero tragar más agua... no señor...
E: Venga baja a cenar con nosotras... mañana será otro día...
M: Esther cariño
E: ¿Que pasa?
M: No sé compruébalo tu misma
E: ¿De que estás hablando?
M: A ver... Fernando cariño... ¿quien ha venido?...
Fernando: Ma
E: ¿Que?
Fernando: Ma
M: ¿Te das cuenta Esther? Ha dicho su primera palabra... es increíble
E: ¿A ti también?
M: Sí antes, cuando has subido con Susana, no es increíble... pero ¿por que lloras?
E: Cariño, ha dicho su primera palabra... ayy mi niño...
M: Veo que la has convencido... ¿qué tal Susana?
Susana: Bien, mejor ya... más tranquila...
M: Es un cabezón, es igual que esa que tienes ahí al lado
Susana: Eso me han dicho... bueno mañana será otro día
M: Claro que sí... además por fin empieza el curso ¿no? ¿Nerviosa?
Susana: Un poco, pero bueno ya conozco a la mayoría de los niños, y supongo que todo
ira bien... estoy segura...
5 panes de cebada
106
El día siguiente llegó, acompañamos las dos a Susana a la entrada a su aula... a la salida
del horario escolar entre todos los niños que salían alborotados a sus casas... permanecía
Gorka, de pie... con un gran ramo de margaritas de colores en la mano...
Susana: Hola...
Gorka: Hola... bueno, son para ti...
Susana: Son preciosas... pero ¿y esto?
Gorka: Para celebrar tu primer día de maestra... a mi nadie me trajo flores el primer día
que vine...
Susana: Bueno, quizás si hubiese estado yo...
Gorka: Quien sabe... bueno, yo quería pedirte disculpas por mi comportamiento de
ayer, no tengo excusa, simplemente lo siento mucho
Susana: Yo siento haberte insistido tanto... de verdad... a veces parece que me guste
hurgar en las heridas...
Gorka: No es eso... pero mírame
Susana: ¿El que?
Gorka: Dame la mano ponla aquí... (posándola sobre su pecho)
Susana: Estás temblando
Gorka: Si, estoy muerto de miedo Susana...
Susana: Yo también... pero no es malo tener miedo, ¿no?
Gorka: Claro que no...
Susana: ¿A que esperas?
Gorka: ¿De que?
Susana: ¿Que si me das un beso o tengo que besarte yo?...
Quizás todo fuera muy repentino, pero en nueve meses la vida de Gorka y Susana había
cambiado por completo... ¿y que decir? La nuestra también...
M: Pero Esther cariño... deja de decir tonterías...
E: No son tonterías... yo te quiero ¿no?
M: Sí, pero ¿y?
E: Que no sé por que no te lo planteas...
M: Pues por que no lo veo... no me parece real...
E: Lo leímos en el periódico, tú eres médico, deberías pensar en que pueda ser real...
M: Pero quedarme embarazada ¿yo? ¿Cómo dices que se llamaba?
E: Inseminación in vitro...
M: Pero ¿de donde sacamos el donante?
E: Esta claro ¿no?
M: Pero tendríamos que irnos a la clínica privada Esther... y no sé...
E: No lo ves ¿no?
M: Sigo sin verlo, no, lo siento...
E: Pero entonces...
M: Nada... Esther no podemos hacer nada... se que te mueres por tener otro hijo, y yo
también, y no hay nada que quiera más en este mundo que dártelo, Esther pero no puede
ser...
E: Bueno... ¿y adoptarlos?
M: Es una posibilidad... pero no quiero que te obsesiones con el tema... que ya sé a que
viene todo esto...
5 panes de cebada
107
E: Ah no Maca, claro que tiene que ver que Susana este embarazada, pero es que ya
hace tiempo que lo llevo pensando
M: Lo sé cariño, pero lo que no puede ser no puede ser...
Gorka: Maca no puedes decir eso... no puedes negarte a algo que podéis hacer
perfectamente
M: Pero ¿tú sabes de lo que estamos hablando? Habría que ir a Londres, a seguir un
tratamiento, que ni siquiera sabemos si saldrá bien a la primera... no podemos
permitirnos algo así
Gorka: Pero ambos sabemos que es muy complicado que os den un niño en adopción,
Maca es prácticamente imposible...
M: Ya, pero Esther está tan ilusionada... Fernando crece cada vez más rápido... y ahora
que Susana y tú...
Gorka: Bueno, hay una opción...
M: ¿Cual?
Gorka: No sé, buscaros a un chico...
M: No digas bobadas Gorka, no pienso acostarme con un chico para que me deje
embarazada... ni se te ocurra volver a mencionarlo...
Gorka: Vale perdona... sé que era una barbaridad...
M: No te preocupes... pero es que no puede ser... pero no sé como se lo voy a decir a
Esther...
Susana: Tú estás loco... ¿cómo has podido vender el coche?
Gorka: Son nuestras amigas... y lo necesitan...
Susana: Dios mío, pero ese coche... era toda tu vida, te morías, por él...
Gorka: Pero ahora tengo más cosas... te tengo a ti, tengo a los renacuajos... ellas
necesitan más que nosotros ese dinero...
Susana: Cuando se lo digas a Esther se va a caer del susto...
Gorka: Quieren esos niños, Susana, y nuestro deber es ayudarlas en todo lo que
podamos
Susana: Ay... bueno y de lo otro ¿también estás seguro?
Gorka: ¿De lo de ser el donante?
Susana: Sí...
Gorka: Bueno de eso ya no tanto, pero es una posibilidad... ¿tú que opinas?
Susana: Hombre, la idea no me gusta mucho, pero es algo que tienes que decidir tú
¿no?
Gorka: Sí, pero me gusta saber lo que opinas al respecto... ¿qué te parece si vamos a
Pamplona y dejamos ya todo listo?
Susana: Bien...
Al día siguiente...
M: Bueno ¿y a vienen tantas prisas por quedar?
Gorka: Bueno, no seas impaciente... ¿Esther?
M: Ahora viene, estaba con Fernando, que se acaba de despertar de la siesta...
Susana: Bien pues la esperamos...
M: Madre mía que secretismos...
E: Bien... ya estamos todos aquí... ¿qué es lo que pasa? Me tenéis con el corazón en un
puño...
Gorka: Veréis... yo... bueno Susana y yo queríamos daros una cosa...
5 panes de cebada
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M: ¿Y este sobre?
Susana: Abrirlo...
M: Pero...
E: Cariño... ¿es?
M: Pero ¿cómo?
Susana: Gorka ha vendido su coche...
M: Pero Gorka, tu cabriolet del 55... pero si ese coche era tu vida...
Gorka: Bueno pero os debo tantas cosas... creo que os merecéis ese niño...
E: Gracias... de verdad muchísimas gracias... no sabéis lo que habéis hecho por
nosotras...
Gorka: Bueno y ¿quien de las dos?
E: Está claro que Maca... yo ya lo pasé una vez, y te puedo asegurar que ese dolor no lo
paso de nuevo...
Susana: Vaya gracias por los ánimos...
M: Cariño... vamos a...
E: Sí, cariño, volveremos a ser mamas...
Dos semanas después, Susana y Gorka nos habían acompañado durante aquel fin de
semana, el vuelo salía de Madrid, y como eran más de 6 horas en autobús decidimos
aprovechar el momento para conocer un poco la ciudad, Gorka nos ayudo en la visita, y
pasamos unos días muy agradables...
E: Maca yo tengo miedo... ¿tú has visto que hélice más cochambrosa tiene?
M: Cariño, es un avión, y yo también tengo miedo, nunca he subido en un cacharro de
esos... pero si me dicen que vuela yo me lo creo...
E: Bueno chicos, tener cuidado en el viaje de vuelta, y tu Susana cuídate, que en un mes
ya...
Susana: Esperare a que volváis, quiero que Maca me ayude
M: Llegaré a tiempo te lo prometo, en una semana estaremos de vuelta...
Gorka: Buen viaje chicas... y ya sabéis fuera nervios, todo va a salir muy bien lo sé... lo
noto...
M: ¡De acuerdo! Hasta pronto...
Ahora que he viajado más de cien veces en un avión recuerdo perfectamente cada ruido
de los engranajes de aquel avión, muy moderno para la época como nos lo vendía
iberia... pero madre mía, cuando vimos que ya no tocábamos el suelo, y aquel cosquilleo
que recorría la boca del estomago, hacía presagiar que aquello no podría elevarse ni un
palmo de la pista de barajas... pero no... lo hizo y vaya si lo hizo... en cinco horas
aterrizábamos en el aeropuerto de Heatrow... el cielo estaba nublado, y a nuestro frente
se abría nuestra nueva vida...
Nos habíamos informado muy bien de todo el protocolo, desde que habíamos enviado
los documentos necesarios para organizar el ingreso en la clínica, todo habían sido
pruebas, análisis, fármacos... todo lo necesario para que yo estuviera preparada, pero
creo que nadie me había preparado psicológicamente para aquel momento
Es cierto que Esther la pobre que no dominaba nada el ingles se las veía y deseaba para
que la enfermera entendiese que quería estar a mi lado durante todo el proceso, pero
5 panes de cebada
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viendo que era imposible hacerla entrar en razón, lo dio por imposible, y espero
pacientemente en la sala de familiares
Cuando por fin salí, estaba aun dolorida, pero con una linda sonrisa en mi rostro que
indicaba que un palpito crecía en mi interior... todo ha salido bien me repetía una y otra
vez...
Por fin de vuelta, aprovechamos de nuevo nuestra corta estancia en Madrid para visitar
a mi hermano y a Cristina que hacía meses que se había mudado a Madrid, por que
habían montado un pequeño bufete de abogados, para poder progresar en la capital... y
además dicho sea de paso estaban más cerca de las dos puntas de España donde residían
sus respectivas familias
Jero al principio se quedó del todo confuso al intentar comprender todo ese complejo
proceso que Esther se esforzaba en relatar con todo lujo de detalles...
Jero: Pero hermanita... sigo sin entender como puedes quedarte embarazada... ¿y el
chico? ¿Dónde está la semillita? no sé...
M: A ver, Jero, la semillita como la llamas tú, la pone un donante que hemos elegido,
entre varios candidatos que tiene el hospital...
Cristina: Pero y ¿sabéis ya si ha ido todo bien?
E: Aun es pronto, pero en cuanto lleguemos a Beirechea haremos unos análisis... pero
yo creo que ha ido todo bien
M: Yo también
Jero: Seguro que si hermanita... ¿a qué hora sale vuestro autobús?
M: En una hora... será mejor que nos vayamos acercando a la estación ¿no? ¿Qué tal
están papá y mama?
Jero: Muy bien, hace un par de semanas que nos pasamos por allí, me preguntaron por
ti Maca...
M: Lo sé...
Jero: ¿No piensas ir nunca? Hace casi dos años que te marchaste...
M: Lo haré, sé que algún día tendré que volver...
Jero: Mira a lo mejor ahora con lo del embarazo...
M: bufff... no sé, venga hermanito en marcha
Cuando por fin llegamos a Beirechea, casi eran las 12 de la noche, Fernando se había
quedado con sus abuelos aquellos días, no voy a decir que las cosas se habían
solucionado del todo, pero tanto Esther como su madre habían llegado al pacto de vivir
tal y como lo habían hecho siempre, como si nada hubiera pasado. Ellos seguían
pasando ratos con su nieto, y no venían mucho por casa, por miedo quizás a lo que
pudieran encontrarse... no les dijimos a que íbamos exactamente a Londres, pero no por
que yo no quisiera, si no que más bien Esther no quería dar más explicaciones de las
necesarias sobre su vida...
Susana y Gorka esperaban impacientes la llegada del autobús a su paso por el cruce de
Beirechea...
E: Pero Susana cariño, ¿por qué no te has quedado en casa?
M: Sí, en tu estado deberías estar descansando en la cama
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Susana: Chicas, estoy embarazada no enferma... dejar de decir memeces... quería ver
que tal os había ido todo
M: Creemos que muy bien... pero en unos días lo sabremos...
E: Yo lo que tengo ganas es de ir a ver al pequeñajo
Susana: Ayer le vimos jugando en el parque... se le veía tan feliz a tu madre...
E: Sí, me alegro de que con Fernando no tenga ningún problema...
Gorka: ¿Al final pudisteis estar con Jero?
M: Sí, hemos pasado el día con ellos, la verdad es que se les ve bien...
Susana: ¿Están nerviosos con la boda?
M: Un poco... pero bueno, lo normal ¿no?
Gorka: ¿Y tú?
M: ¿Yo que?
Gorka: Vas a ir a la boda ¿no?
M: Claro, iremos las dos, pero no vamos a hablar de eso ahora, queda casi un año...
E: Eso es... y venga a casa, que vengo reventada con tanto viaje...
M: Pero si has venido roncando todo el camino... tendrás sueño, encima...
E: Pues un poco...
M: ayy que marmotilla estás hecha...
M: umm la cama, por fin, que gusto
E: Jejej, sí la verdad es que se me hace raro estar otra vez aquí
M: Pero ¡si solo hemos estado fuera una semana Esther!
E: Aun así, me gusta mi cama, me gustan mis sabanas... no sé... soy mujer de rutinas
supongo
M: Pues si todo sale bien, va a cambiar bastante nuestra rutina ¿no crees?
E: Tampoco digo que no me gusten los cambios. Lo que quiero decir es que si me
acostumbras a unas cosas me gusta tenerlas...
M: Ya... supongo que sí, yo también, a todo lo bueno uno se acostumbra enseguida.
Pero es que este va a ser el cambio más importante de todos
E: Maca
M: Dime
E: Sobre la boda de tu hermano
M: Sí, ¿qué pasa?
E: Le has dicho a Gorka muy seguro lo de ir, encima tú y yo juntas
M: Pues claro, a ver si te crees que te voy a dejar aquí
E: Pero no sé, ¿cómo piensas presentarme?
M: Bueno, lo llevo pensando varios días, me parece ridículo que lo siga ocultando, Jero
ya lo sabe, incluso tú se lo has dicho ya a tus padres... ¿por qué debería ocultárselo yo a
los míos?
E: No sé, ¿cómo crees que se lo tomaran?
M: Pues fatal, si los tuyos que aun siendo de pueblo son bastante más modernos que los
míos se lo tomaron fatal, imagínate por un momento lo que se le puede pasar por la
cabeza a mi madre... prefiero no pensarlo
E: Bueno, pero estaremos juntas
M: Por eso quiero llevarte, no puedo imaginarme ni por lo más remoto enfrentarme a
ellos sola, por lo menos si te tengo cogida de la mano, me darás energías o un pequeño
empujoncito para seguir
E: Te lo prometo... bueno habrá que dormir ¿no?
M: Sí que es tarde
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E: Sí, y quiero pasar a recoger a Fernando... en fin es ridículo lo de mis padres, seguro
que mi madre seguirá ignorándome cuando me pase por allí
M: Se les pasará cariño, ya lo verás, aunque sea solo por el bien de su nieto, se les
pasará...
E: Bueno y ya cuando la gente en el pueblo se entere de tu embarazo... en fin creo que
deberíamos montar una comuna de esas hippies como las que salen en la tele de la
taberna... las de estados unidos... jeje por que entre el embarazo de Susana que ya es
tema de actualidad en las mesas de las partidas de mus, y ahora lo tuyo...
M: Pero si yo lo hago para que se mantengan entretenidos, ¿no les gusta chismorrear?
Pues toma chismorreo...
E: Que payasa eres... venga un besito y a dormir
Esther se acercó a mi boca, dejando un suave piquito en mis labios, pero no conforme
con eso, bajó hasta mi tripita, y levantando ligeramente la chaqueta de mi pijama,
descubrió mi vientre dejando dulces besos por toda el área
M: ¿Y eso?
E: Nada, un besito de buenas noches, para mi niña
M: ¿Tú niña?
E: O niño... quien sabe...
E: Pero Maca cariño, tú sabes como yo que debes hacerte los análisis cuanto antes...
M: ¿Y si sale negativo?
E: Pero ¿por qué va a salir negativo? No seas tan pesimista hombre, yo creo que ha ido
bien, y va a salir positivo... no te preocupes...
M: Ya... bueno y si no siempre nos queda la opción de Gerardo
E: ¿El carnicero?
M: Sí, ya sabes que siempre me ha tirado los tejos, incluso aun más cuando supo que
estaba contigo... junto con las chuletas siempre me da papeles de vales por una noche de
lujuria y pasión con Gerardo...
E: ¡No creo que pudiese dejarte embarazada Maca!
M: Anda, y ¿por qué no?
E: ¡Por que tiene 70 años!
M: Eyyy que siempre me ha asegurado que él sigue como un chaval, que hace mucho
ejercicio...
E: Muy bien, pues si sale negativo ya veremos si nos planteamos la opción ¿vale?
M: jajaaj de acuerdo... bueno, pues me los hago ¿no?
E: Eso es... venga súbete la manga... así... bueno ya sabes... aprieta un poco el puño
M: No me hagas daño...
E: Maca por favor... eres peor que los niños
M: Cariño que no me gustan nada las agujas, ya lo sabes...
E: Bueno, intentaré hacer el menor daño posible... a ver cuéntame algo y así te
distraes... no mires Maca, que ya sabes que es peor...
M: A ver... ummm ¿sabes que de pequeña era un trasto?
E: Algo me habías contado
M: Siempre andaba de un lado para otro con Jero, subiéndome a los árboles, para
robarle las castañas a los Suárez... nuestros vecinos de fincas... bueno o colándonos en
las fiestas de las amigas de mi madre, cuando teníamos que estar ya durmiendo... la
pobre Carmen nos ha salvado de unas cuantas la verdad...
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E: Me imagino, esa señora es una santa...
M: Sí la beatificaran el día que falte... AHGGGGGG
E: Maca por dios, no seas exagerada que no ha sido para tanto...
M: um... me duele... (haciendo pucheros...) quiero mimos...
E: Aysss... en fin... a ver, mi niña la pobre que le he hecho pupa... mira hasta tu hijo se
ríe de ti...
M: Fernando cariño, no te rías de mama... que está tontita...
E: Bueno pues esto ya está... ahora una tirita... y ala, listo...
M: Con dos tubitos es suficiente Esther no tenías por que sacarme mil litros de sangre
E: Por dios que exagerada eres...
M: Bueno trae para aquí... jeje no entiendo aun como hasta hace poco hacían lo de la
prueba de la rana, con lo simple que resulta esto de las tiras...
E: Aquí en el pueblo era mucho más curioso... ni siquiera iban al médico, ellas
enseguida sabían si estaban o no...
M: Jeje, bueno esperemos, los cinco minutos de rigor...
E: Sí... que nervios...
M: Bueno, aun no han pasado ¿o que?
E: Mira que eres impaciente, no han pasado ni dos minutos, hazme el favor de relajarte
M: No puedo cariño, como comprenderás no es fácil
E: Lo sé, pero no se cuéntame algo
M: A ver... que puedo contarte...
E: Algo no sé...
M: Pregúntame, a lo mejor así será más fácil saber que decirte
E: Esta bien... a las noches
M: Sí
E: Antes de irte a dormir, siempre te quedas un rato en el porche
M: Sí, me gusta tomar un poco el aire, no sé... ¿por?
E: Alguna vez te he visto escribiendo algo, así como muy concentrada
M: Así que ahora me espías...
E: No es eso... pero que quieres que haga en el fondo me muero de curiosidad
M: Veras, desde bien pequeña me ha encantado escribir
E: Pero ¿sobre qué?
M: Pues no sé, cosas que me pasaban, lo que hacía
E: ¿Cómo una especie de diario?
M: Sí algo así...
E: ¿Y también hablas de mí?
M: Por supuesto que hablo de ti...
E: Y nunca lo ha leído nadie ¿verdad?
M: No, la verdad es que de pequeñaja siempre pillaba a mi hermano husmeando entre
mis cosas, esperando encontrarlo, pero al pobre siempre le salía mal la jugarreta
E: ¿Y yo podré leerlo alguna vez?
M: Jaja... no seas cotilla anda... bueno ¿qué? ¿Han pasado ya esos cinco minutos...?
E: Sí, creo que ya sí, veamos...
E: Cariño
M: ¿Que?
E: Dos rayitas...
M: ¿Y eso es?
E: Sí... estás... bueno estamos embarazadas...
M: Yujuuuuu
E: Jaja... nunca te había visto saltar con esa energía...
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M: Cariño... no me lo puedo creer... (tocándome la tripa) aquí crecerá nuestro bebe...
E: Sí, cariño, y va a ser tan guapo como su madre...
M: Zalamera...
E: Dios mío, estoy deseando contárselo a Gorka y a Susana...
M: Yo también... pero antes debo hacer una cosa
E: ¿El que?
M: Ven aquí...
La agarré de los cuellos de su camisa, y acercándola a mi rostro, la besé con toda la
pasión y tensión que había podido acumular durante aquellos días, comenzando con
besos pequeños y más superficiales, y terminar en un beso profundo y húmedo que la
dejo sin aliento...
M: Felicidades mama...
El otoño pasó, y casi sin darnos cuenta celebrábamos de nuevo la entrada en el mes de
diciembre, el tiempo había empeorado en la zona, de hecho se esperaban grandes
nevadas para los próximos días
Mi tripa había crecido de forma inusual, y no sé si ya por inercia o como costumbre
cada noche antes de acostarme, observaba su evolución postrada de pie en frente del
espejo de nuestra habitación...
M: Estoy como una vaca
E: No digas bobadas Maca, estás realmente preciosa...
M: Pero esto cada día esta más grande...
E: Normal, el niño tiene que crecer
M: Y dale con el niño, ¡qué es una niña!
E: Sí, sí, lo que tú digas, pero es un niño
M: Jaja
E: Bueno, y la verdad es que no sé de que te quejas, la pobre Susana sí que parece tener
ahí dentro un elefante o algo, dios mío, que tripa tiene, el otro día le costaba hasta
levantarse de la cama
M: Cariño es que son dos, además sale de cuentas ya esta misma semana. Espero que
no coincida justamente con nuestra visita al ginecólogo...
E: Seguro que no... serán muy inoportunos en algunas ocasiones, pero esta no será una
de ellas
M: De lo que me alegro es de que al final Gorka se haya decidido a pedírselo
E: Hombre, yo veía un poco ridículo que tuviesen que casarse por los niños
M: Ya, pero a Susana le hacía mucha ilusión que fuera algo más tradicional
E: Sí, su pobre madre está nerviosa, la verdad es que lo ha asumido muy bien
M: Sí, la pobre con ese barrigón y vestida de blanco... va a ser una boda muy peculiar...
E: Lo pasaremos bien
M: Echaré de menos no poder tomarme ni siquiera una copita de champagne...
E: No debes... así que nada yo me solidarizaré contigo, y no beberemos ninguna de las
dos, ¿de acuerdo?
M: Bueno, venga a descansar que mañana pienso sacarte a bailar un montón de veces...
E: No lo hagas, no quiero quitarle protagonismo a la novia...
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M: ¿Qué, nerviosa?
Susana: Cómo un flan, ¿estoy bien?
M: Estás perfecta...
Susana: ¿Con esta tripa?
M: Sí tranquila que estás radiante, como todas las novias... tu padre andaba
revoloteando por el salón, ¿le digo ya que pase?
Susana: Sí, sí, claro... ¿y Esther?
M: Pues hija con Gorka en casa... está mas emocionada que otra cosa con eso de ser la
madrina...
Susana: ¿Que tal ha pasado la noche Gorka?
M: Pues mucho no creo que haya dormido, anoche cuando nos acostamos le oímos dar
unos cuantos paseos por el jardín...
Susana: Jjeeje...
M: Aun no sé esto de las tradiciones que no van mucho conmigo
Susana: Pero conmigo sí, y ya que hemos empezado la casa por el tejado, no vamos a
tentar mucho más a la suerte... y por lo menos como manda la tradición que los novios
duerman separados la noche anterior a la boda... bueno...
M: ¿Lista?
Susana: Sí, creo que sí
M: Bueno pues coge aire... llamaré a tu padre para que venga ya a recogerte
Susana: De acuerdo... ¡Maca!
M: Dime...
Susana: Gracias por todo...
M: De nada... venga no llores que se corre el rimel...
La ceremonia se celebraba en los jardines traseros de la casa de Gorka, la verdad es que
el trabajo que habían hecho los obreros de su grupo de construcción dio sus frutos.
Gorka aun suspiraba cada mañana viendo como nevaba pensando que la boda se iba a
echar a perder. Pero Susana había insistido tanto en que quería una boda al aire libre,
que Gorka no tuvo más remedio que ceder ante tal pretensión. Eso sí, consiguió que más
de una en la boda, tiritara de frío, ante la incipiente nevada que esperábamos fuese a
caer sobre nosotros...
E: Dios mío que frío...
M: Anda ciérrate el abrigo, que al final saldremos todos de aquí con una pulmonía...
E: Jaja... si hombre, con lo bonito que es el vestido, por lo menos déjame lucir un poco
de escote...
M: Tú eso... enséñame escote... así no pasaré frío...
E: Tonta... mírales... se les ve tan felices... siempre había soñado con casarme de
blanco, en la iglesia de Beirechea... pero bueno...
M: Ya... lo siento
E: Que sientes...
M: que conmigo todo se hace al revés...
E: Me gusta la vida al revés...
Cura: Y tú, Gorka ¿quieres a Susana como tu legitima esposa, prometes respetarla,
guardarle fidelidad toda tu vida?
Gorka: Por supuesto...
Cura: Y tú, Susana, prometes guardarle fidelidad...
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S: Sí...
Cura: Bien, por el poder que me ha sido otorgado yo os declaro, marido y mujer...
puedes besar a la novia...
¡VIVA LOS NOVIOS...!
Gorka: ¿Cariño? Cariño ¿estás bien?
Susana: Agh... Gorka
Gorka: Dime mi vida, ¿qué pasa?
Susana: Creo... creo que he roto aguas...
Gorka: Dios... ¡MACA!
M: Eyy que pasa... Susana estás bien...
Susana: Maca... creo que ya vienen...
M: Bueno, bueno tranquila, vamos a meterla en casa... ven Gorka... ¡Esther!
E: ¿Que pasa?
M: Nada, que como decías tú, estos niños serán de lo más oportunos... jajaj
Susana: Dios mío, la boda, el banquete...
M: Tranquilízate ahora... vamos a entrar en casa, te vas a tumbar en el cuarto, y vamos a
tranquilizarnos un poco
Gorka: Tranquila, cariño, ya les darán de comer, ahora lo importante eres tú... y los
renacuajos... ¿no tenías ganas de verles la carita?
Susana: Claro que sí... dios mío... como duele...
Gorka: Venga cariño esto será solo un momento...
M: Bien, ahora recuéstate, es importante que no empujas hasta que yo no te diga, ¿vale?
Susana: Claro... ahggg...
Gorka: ¿Otra contracción?
M: Si, venga ahora aprieta fuerte... ¿de acuerdo? así muy bien Susana, otro empujoncito
más... bien, descansa un poco... así perfecto... de nuevo... bien... ya está aquí...
Bueahgggggggg
Gorka: Es...
M: Es un niño, Gorka, ha nacido tu hijo...
Gorka: Dios mío...
M: Venga Susana no nos relajemos ahora, un empujoncito más... sí, eso es... aquí le veo
la cabecita... vaya rubiales como su madre... veamos... ya está siiiii
Buahgggg...
M: Aquí tenéis a la parejita
Susana: ¿Es una niña?
M: Sí... la niña...
Gorka: ¿Están bien Maca?
M: Parece que todo ha ido muy bien, Esther ayúdame un momento a coserles... ¿Gorka?
Gorka...
E: Se ha desmayado...
M: Bien, ponle un jersey bajo el cuello y elévale las piernas...
Susana: ¿Gorka? Cariño...
M: Tranquila, ha sido de la emoción...
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Susana: Buff...
M: Tú ahora descansa de acuerdo...
M: ¿Todo bien?
E: Sí, sí, le he tumbado y ha empezado a reaccionar, la emoción...
Gorka: ¿Están todos bien?
M: Tranquilo Gorka, todo ha dio muy bien, Susana está estupendamente, cansada pero
muy bien
Gorka: Gracias por todo chicas...
M: No te preocupes... eso sí, ahora deberías salir a brindar con los invitados de la boda
Gorka: ¡La boda! Se me había olvidado completamente... está bien, pero antes me
pasaré un ratito a verles...
M: Claro, pero no hables muy alto que Susana estaba dormida... menuda campeona...
Gorka: Sí... dios mío, soy padre... aun no me lo creo
M: Créetelo, sobre todo antes de que tengas que ponerte a cambiarles el culete, lloren,
tengan hambre...
Gorka: ¡Maca!
E: Eso cariño, déjale disfrutar de su momento...
M: No, si yo le dejo... jjajaa...
Dos días después...
Susana: ¿Seguro que todo bien?
M: Tienes unos hijos sanísimos, de verdad... y tus puntos van ya perfectamente... así
que en unos días, podrás dar pequeños paseos, pero con cuidado de acuerdo
Susana: Claro...
M: ¿Qué tal se maneja Gorka con los pequeñajos?
Susana: Bien, bien, es todo un padrazo... bueno ¿a que hora salís a Pamplona?
M: Nada, cogemos el autobús de las 12, así que podremos estar allí para comer...
Susana: ¿Os diran ya si es niño o niña?
M: Si te digo la verdad, yo preferiría no saberlo, aun así tengo un palpito de que será
una niña
E: Pero yo creo que será niño
Susana: ¿Quien sabe? Igual tenéis la misma suerte que yo... y ni para una ni para la
otra...
My E: ¡Nooooo!
Susana: Jaja...
Ginecólogo: Buenas tardes chicas... ¿qué tal va todo?
M: Muy bien, por lo menos lo de las nauseas ya es algo pasajero...
Ginecólogo: Ya te dije, que serían los primeros meses, ya embarazada de 4 meses, lo
normal es que te quejes más de la pesadez de piernas, pero por lo demás yo creo que va
todo estupendo, Veo que has cogido algo de peso estas ultimas semanas ¿no?
E: Sí, yo ya se lo dije el otro día
M: Pero prometido que he guardado la dieta... pero no sé, cojo kilos con mucha
facilidad
E: Yo soy testigo de que no se empapuza con la comida... y eso que le encanta...
M: Me tiene vigilada sí...
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Ginecólogo: Bien, vamos como va esto... ya sabes como va, notaras un poco de frío,
pero se pasa enseguida... bien veamos... aquí esta el útero... jajaja...
M: ¿Qué pasa?
Ginecólogo: Nada... ¡tu explicación a los kilos!
E: ¿Que?
Ginecólogo: Veis esto de aquí ¿no?
M: Sí, ahí hay un latido
Ginecólogo: Perfecto... bueno ¿y esto?
M: Otro latido...
E: No puede ser...
Ginecólogo: Claro que puede ser... normal que la pobre Maca haya cogido unos kilos
de más... esperáis gemelos...
M: Buff...
Ginecólogo: Parece que la inseminación no solo tuvo éxito, sino que fue doblemente
exitosa... enhorabuena chicas... ya familia numerosa me da a mí...
M: Esto tiene que ser una broma...
E: No, no lo es... cuando se lo digamos a Susana... mira que esta misma mañana nos lo
ha comentado...
Ginecólogo: Jaja... pues nada, doble de todo...
M: Ya verás Fernando que contento se va a poner...
Ginecólogo: ¿Qué tal está?
E: Eff... muy mayor, la verdad es que le costó empezar a andar... pero ahora en vez de
andar corre... no veas lo que cuesta salir tras él...
Ginecólogo: Bien, me alegro de que vaya todo estupendamente...
M: Doctor... una preguntita
Ginecólogo: Dime Maca
M: Verá, en 3 semanas se casa mi hermano, en Madrid... problemas para viajar no tengo
¿no?
Ginecólogo: Por supuesto que no, eso sí, a pesar de ir en un autobús procura darte
pequeños paseos por el pasillo, más que nada para favorecer la circulación en las
piernas, y que se te haga menos pesado el viaje
M: De acuerdo
Ya en el autobús de vuelta...
E: Dios mío, gemelos...
M: Sí, empiezo a pensar que Susana tiene poderes, ve el futuro o no sé...
E: Jaja... bueno pues ya has oído al doctor, ahora a cuidarte más
M: Sí, y tú a darme el doble de mimos
E: Prometido... bueno
M: ¿Que?
E: Estoy preocupada
M: Piensas en la boda de mi hermano ¿verdad?
E: Sí, ¿tú también?
M: Continuamente desde hace varios días... con esta tripa, está claro que disimular lo
evidente resulta de lo más patético, por que está claro que se va a notar mucho ¿no?
E: Eso está más que claro...
M: Pero claro, decírselo todo así, ala de golpe...
E: Bueno quien sabe, a lo mejor te sorprenden y se lo toman mejor de que lo que
pensamos
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M: Ojalá...
Tenía un gran respeto a la figura de mi padre, la verdad es que siempre lo había
venerado, tanto como persona como médico, pero aquellos dos años en los que apenas
había cruzado dos palabras por teléfono con él, me habían hecho replantearme grandes
cuestiones sobre lo que había sido nuestra relación durante aquellos años. Ahora había
rehecho mi vida, la tenía más o menos encauzada, con una familia, una compañera que
llenaba mi vida, y dos hijos en camino. Y en todas aquellas decisiones que había
tomado, no había tomado en cuenta ninguno de aquellos irrisorios consejos que había
recibido debido a mi alto nivel social y que ahora me resultaban tan carentes de
significado y utilidad
Ahí estaba, montada en un taxi, junto a mi niña, estaba preciosa esa mañana, de verdad
que después de las dos horas que le costó decidirse por el vestido, me di cuenta al verla
salir del probador, que toda espera había sido justificada, solo por verla rodeada de esa
aura de belleza que me mostraba en ese preciso instante...
Yo en cambio, aun tenía que pelear por que la cremallera lateral de aquel dichoso
vestido no se abriese cada vez que me inclinaba hacía delante intentando encontrar la
postura menos incomoda para mi dolorida espalda...
E: Pero ¿quieres estarte quieta?
M: Mira no sé si echarte la culpa a ti, o a la pesada de la dependienta de la sección de
premamás del corte ingles... que es muy moderno... hay que ir a la moda... dichosa
cremallera... se me suelta de todas, todas Esther
E: Es que si no paras quieta, es más complicado que se mantenga en su sitio... venga
tranquilízate... (tomando mi mano) sé que estás nerviosa...
M: Sí, sí que lo estoy... han pasado más de dos años Esther...
E: Sí, por eso mismo, tendrán muchas más ganas de verte...
M: Ya, yo también les he echado de menos...
E: Lógico... pero ya estamos aquí y ha llegado el momento ¿de acuerdo?
M: Claro... dame un besito... así seguro que me tranquilizo más...
E: Claro... venga, ¿vamos?
M: Adelante...
En contra de toda la familia Wilson, Cristina había enfrentado su falta de fe a la
cristiandad practicante de mi familia, y la ceremonia, civil sería celebrada en el
ayuntamiento de un pequeño pueblo de las afueras de Madrid. Pocos invitados, para una
sala más bien escasa de metros cuadrados, pero que le daba ese toque de romanticismo,
de todas las ceremonias íntimas... allí estaba mi hermano, inquieto esperando junto al
atril del alcalde, como guarda la tradición la novia debía hacerse esperar lo suficiente
A su lado mi madre, muy coqueta, con un traje de chaqueta y falda en color salmón
claro, tan elegante como siempre. Sentado frente a ella mi padre, otro digno guardián de
la elegancia, impecable con un su traje sastre de color gris marengo... y yo... yo ahí
plantada a la entrada de la corredera del pasillo, empujada levemente por la mano de
Esther que parecía querer tirar de mí para ponerme en marcha...
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E: Venga Maca... no pienso ir tirando de ti... tenemos que sentarnos, o prefieres
saludarles antes...
No hizo falta que me moviera más de lo estrictamente necesario, justo en ese preciso
instante la cabeza de mi padre dio un giro de 180º, lo que le hizo chocar con mi mirada
justo en el preciso instante en el que hubiera deseado que el mundo se desmoronase bajo
mis pies. Al contrario de lo que habría podido imaginar en mis sueños sobre aquel
preciso instante, mi padre se acercó a mí, y sin ni siquiera articular palabra alguna, posó
su brazo sobre mi hombro y me atrajo hacía él, abrazándome cálidamente
Note como unas pequeñas lágrimas brotaban desde sus ojos para posarse sobre mi
hombro descubierto...
M: Papa...
PM: Hija... Maca... hija...
M: Lo siento...
PM: Shchs... soy yo el que debería pronunciar esas palabras ¿no?
M: Pero...
PM: Nada... ¿qué tal están mis niños?
M: Pero ¿sabías?...
PM: Jero nos ponía al día siempre que podíamos, no te hemos perdido la pista, aunque
tú pensases lo contrario... bueno y ¿qué? No piensas presentarme...
M: Ah sí... claro... papá... ella es Esther...
PM: Encantado Esther... veo que la cuidas muy bien, está mucho más bonita que
cuando la enviamos...
E: Ella me cuida más a mí... aunque ahora ella lo necesita más que yo
PM: ¿Y Fernando?
E: Se ha quedado en Beirechea con mis padres, aun es muy pequeño y demasiado
inquieto para tantas horas en el autobús...
PM: Que pena...
E: Pero seguro que cuando venga a conocer el pueblo estará encantado de conocerles...
es un chico estupendo
M: Mama...
MM: Hola hija... no piensas darme dos besos...
M: No puedo creerlo
MM: ¿El que hija?
M: Todo esto... es uno de los días más felices de mi vida...
E: A veces la vida te da sorpresas Maca... sorpresas muy felices...
Pienso que la despedida aquel día, trazaba rastros de felicidad entremezclada con
nostalgia, por verles marchar de nuevo hacía mi tierra, prometimos una visita temprana
por su parte al pueblo que me había visto madurar como mujer y como madre,
suponiendo que el parto no se adelantase, ellos podrían pasar esos días con nosotras...
PM: Que si... que te prometo que estaremos allí, no te preocupes... hasta julio aun hay
tiempo
M: Pero papá, no os despistéis... que luego pasa lo que pasa... y no quiero sorpresas...
me gustaría que estuvierais allí conmigo
MM: Que sí, hija... ayy Esther que paciencia tienes... bendito don, con esta niña
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E: Jaja... no, si a veces soy mucho peor yo
M: Ahora que pasa ¿qué te alias con cualquiera en mi contra?
E: No, no... yo inocente... a mí que me registren
PM: jaja... venga hijas... que tenéis ahí el taxi esperándoos...
MM: Ay... yo sigo diciendo que la boda me ha sabido a muy poco, ha sido tan corta
M: No exageres, además era lo que ellos querían, algo íntimo y familiar
MM: Pero no sé, yo me había imaginado de madrina, con mantilla...
M: Sí claro mama... pero no te has salido con la tuya esta vez ¿no?
MM: No... bueno chicas, pues buen viaje, y no sé llamar cuando lleguéis ¿de acuerdo?
M: No os preocupéis
E: Encantada de haberlos conocido
PM: De tú, Esther de tú...
E: Claro Pedro... como quieras... nos vemos en San Juan
MM: Eso... buen viaje...
M: Adiós papá... mama...
E: ¿Ves como las cosas no siempre son tan tremendistas como las pintas?
M: Estoy temblando, no me puedo creer nada de lo que ha pasado...
E: ¿Estás feliz?
M: Sí... y tú estás preciosa...
Cuando evoco en mi memoria aquellos instantes compartidos,
sé que has dejado en mi, espacios de tu existencia,
sé que dejaste en mi pensamiento espacios de tu presencia,
sé que dejaste en mi corazón, un espacio para este gran amor
Si un genio me concediera tan solo un deseo,
no desearía una riqueza material,
no desearía la inmortalidad,
no desearía cambiar el dolor de vivir sin ti,
tan solo desearía contar aunque sea
con un efímero instante de tu presencia,
para con una mirada, una caricia, un gesto de amor y un beso
dejar abierto siempre en nuestra vida un espacio para este gran amor
Sabré entonces que ese espacio estará por siempre,
en nuestro pensamiento y en nuestros corazones
y prevalecerá a través de los tiempos
como evidencia de la grandeza de lo que fue un gran amor
Reflexiones de Esther...
Desde nuestra cama te observo a contraluz. Hacerlo se ha convertido en un ritual
diario. Despierto, despiertas, me buscas, te busco y nos fundimos en un abrazo tan
intenso como el beso al que dan vida cada mañana nuestras bocas. Luego saltas de la
5 panes de cebada
121
cama y me invitas a un baño que amablemente rechazo. Maliciosa sonrío, me acurruco
como niña chica y te dejo ir
Oigo correr el agua y a ti, feliz, tararear una canción. No pierdo detalle
Cierro los ojos y respiro profundo. Me contengo para no salir tras de ti en busca de
agua y jabón, de tu cuerpo desnudo, para no repetir el placentero baño de la noche
anterior. Por las mañanas hay algo que deseo todavía más que eso
El agua sigue cayendo. La impaciencia me consume. Parece que no vas a acabar
nunca. En ese instante, todo se vuelve silencio, sólo oigo mi respiración agitada. La
puerta se abre, tu figura iluminada a contraluz: Yo finjo dormir
Pasos silenciosos, siento la humedad de tu cuerpo y un beso suave, cargado de deseo,
llega a mis labios. Mis brazos te rodean, la toalla con la que sólo cubres la desnudez de
tus hombros cae al suelo: Tu pecho junto al mío, tus manos, mis manos, tú, yo,
nosotras. Corazones apresurados, suaves gemidos que nos acompañan hasta que
rendidos buscamos la calma en brazos de la otra. Te miro, me miras, sonrío, juego con
los rizos de tu cabello, y el sueño nos invade
Mañana, mañana de nuevo tu cuerpo a contraluz
Los meses pasaban, y es cierto que hace días o meses que no he encontrado hueco
alguno para escribir en mi diario, pero es que he andado muy atareada, la tripa ha
crecido, por supuesto como ellos... sí, al final Esther me convenció para que el doctor
Jiménez confirmara las sospechas de Susana... mellizos... y nada entre ocuparme de la
clínica, y que Fernando parecía pasar por una época demasiado rebelde, los días
pasaban, y la noche llegaba tan rápida que apenas me quedaban momentos de relax,
para mantener los ojos abiertos
Pero hoy no podía dejar pasar más tiempo, hace días que vengo notando diversas
pataditas de la parejita, Esther se enternece cada vez que la aviso para que pueda
sentirlas junto a mi mano. Ella creo que lo ha pasado mucho peor que yo con esto del
embarazo, en el fondo, cada día intento hacerle entender que estos niños son de ambas,
pero ella no se siente tan apegada como debería, lo que nos ha llevado más de una vez a
tristes confesiones por su parte... está muerta de miedo, algún día incluso nos hemos
parado a pensar que sería de estos niños si una de las dos faltara
Por suerte para todos, mi hermano Jero siempre tenía soluciones para todo...
asegurándonos que firmando un acta, cualquiera de nosotras podría nombrarse tutora en
custodia de los niños, lo cual pareció tranquilizar a Esther aquel día. Eso sí, menos mal
que el donante elegido no salió de la clínica londinense, y uno de los hermano de Esther
aceptó gustosamente ofrecerse como donante para aquel embarazo. Tanto Esther como
yo pensamos que era la mejor manera de aquel niño llevase algo de las dos... y yo
rezaba cada día por que alguno de los mellizos se pareciese a su madre... me encantaría
ver repetida esa sonrisa en un ser chiquitín... contaba los días que me quedaban para
poder mecerlos...
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122
Caía la noche, quedaban escasos días para San Juan, y recuerdo que por fin había
conseguido un poco de hueco para retomar el relato de mi vida, mi taza de café, mi
manta sobre los hombros, y mucho silencio rodeándome... pero claro todo lo bueno
suele acabarse pronto... y aquello no tenía por que ser diferente...
Gorka: ¡Maca! Maca...
M: Dios, Gorka que susto, no te había oído llegar... ¿qué pasa? ¿le ha pasado algo a los
niños? ¿a Susana?
Gorka: No, no, están en casa... pero es que ha habido un accidente, y me han mandado
a buscarte...
M: Un accidente, que clase de accidente...
Gorka: La mina Maca... se ha producido un desprendimiento de tierras en la ladera
oeste, y hay varios mineros atrapados...
M: De acuerdo... puedes llamar a Esther... está dentro ya casi en la cama... pero
necesitare su ayuda
Gorka: Claro... haremos otra cosa, cojo a Fernando y lo acerco a casa, que se quede con
Susana y los niños
M: Bien, cogeré mi maletín, y ahora mismo vamos para allá...
E: Sigo diciendo, que tú no estás para algo así, no puedes meterte allí con ellos Maca...
M: Mira cariño, tú ya has oído a los bomberos, hay dos personas atrapadas, y una de
ellas parece estar muy grave, no pueden sacarle, y si no se le atiende pronto vamos a
tener que lamentar algo más que perdidas materiales...
E: Pero Maca por favor, los niños
M: Estaremos bien, no pienso hacerme la heroína ni nada por el estilo, Gorka me
acompañará hasta la entrada del elevador principal de la columna este, y a partir de ahí
caminare unos metros hasta la galería donde están trabajando los bomberos...
E: Ten cuidado de acuerdo
M: Sí, además llevo el walky, con lo que sea nos comunicamos
E: En cuanto veas la mínima dificultad te das la vuelta... ¿me has oído?
M: Que sí, cariño, estate tranquila...
Realmente creo que desde bien pequeña había odiado los espacios reducidos, y más aun
si permanecían cerrados por sus cuatro paredes, no entendía como aquellos hombres,
podrían pasarse horas y horas encerrados, sin luz natural, con aire contaminado
corriendo por su pecho... aquello era realmente infrahumano... pero alguien debía
ocuparse de un trabajo así, claro está
Gorka, me guió hasta la galería este, donde un grupo de bomberos se afanaba en
recuperar cada uno de los escombros que había dispuestos en el pequeño tunel...
Bombero: ¿Es usted la doctora?
M: Sí, llámeme Maca
Bombero: Bien, escuche atenta, el hombre está atrapado por una de las vigas de
madera, no puedo moverse, y respira con dificultad
M: ¿Ha llegado a perder la consciencia en algún momento?
Bombero: Creemos que no, pero anda demasiado intranquilo, y algo desorientado...
como se nota que no está acostumbrado a estar por aquí dentro
M: ¿Cómo que no está acostumbrado?
5 panes de cebada
123
Bombero: Es el director de la obra... mira que los obreros llevaban días diciéndole que
las vigas no estaban en condiciones, que con lo que había llovido durante el invierno,
era necesario cambiarlas todas... pero nada que oídos sordos... y mira al final, le han
atrapado a él
M: Bien no es momento de explicaciones sindicales, yo he venido aquí a curarle y no
hay más que hablar...
Bombero: Claro... por aquí...
M: uff... tiene completamente atrapada la pierna, y por la cantidad de sangre que ha
perdido yo diría que se ha seccionado la arteria, si no le sacamos pronto, no va a poder
aguantar...
Bombero: Está complicado, vamos lo más rápido que podemos, de verdad...
M: Bien... ¿cómo te llamas?
Chico: Miguel... me llamo Miguel...
M: Bien Miguel, te has hecho una herida considerable en la pierna, te voy a intentar
coger una vía, para administrarte algún analgésico, y que tengas el menor dolor posible
Miguel: Me cuesta mucho respirar...
M: Normal, has inhalado mucho polvo, pero no te preocupes ahora por eso, ¿vale? Los
bomberos están haciendo su trabajo, y enseguida podrás salir de aquí...
Bombero: Bien esto está ya casi fijo, tenemos dos minutos para que la palanca sujete
los extremos de la viga, uno de mis hombres le ayudará a moverlo, pero deben darse
prisa, o si no toda la pared este caerá, y les dejará atrapados, en una bolsa de aire
M: Bien, ¿preparado Miguel?
Miguel: Claro...
M: Venga...
Bombero: Una... dos y tres...
M: Ahgggg...
Bombero: ¡Mierda... mierda...!
E: Gorka ¿que ha sido eso...? parece como si se hubiera desplomado algo...
Gorka: No sé... ¿Maca? Maca... me escuchas... Maca
E: ¿Que pasa?
Gorka: No contesta...
E: Mierda... ¡oiga! que ha pasado
Bombero: Señorita usted no puede estar aquí...
E: Como que no puedo estar aquí, mi chica está dentro...
Bombero: Ha habido un pequeño percance, se ha formado una bolsa de aire en el
interior de la galería
Gorka: Pero el gas de la mina podría concentrarse ahí dentro...
Bombero: Sí, eso es, pero están intentando sacarles de ahí
E: ¿Cómo que sacarles? ¿A quien?
Bombero: La doctora acababa de mover al chico atrapado, y bueno se han quedado los
dos dentro
E: Dios...
Gorka: Tranquilízate Esther, que les sacan enseguida
E: Mira que se lo he dicho antes... joder los niños
Gorka: ¿No va a pasar nada? Me oyes... no va a pasar nada...
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124
E: Como les pase algo... a Maca o a los niños... Gorka... como les pase algo... yo... me
muero...
Dentro de la mina reposaba aun dolorida del golpe de la tierra sobre mi cuerpo,
instintivamente había cubierto con mi espalda a mis niños, dejando caer todo el peso de
la tierra sobre mi espalda... respiraba aun con dificultad por todo el humo inhalado, pero
por lo menos conseguí recuperar la pequeña linterna de mi maletín, y dos mascarillas...
M: Toma ponte esto, y procura respirar despacio y pausado...
Miguel: Al final, no salió todo tan bien como lo pintaban ¿no?
M: Bueno, no te preocupes ahora... intentaré hacerte un torniquete con mi jersey, así
pararemos algo la hemorragia...
Miguel: No tendrías que haber entrado, y menos aun en tu estado
M: Bueno, no pienses en eso ahora, soy la médico del pueblo, era mi deber... ¿no crees?
Miguel: Sí, pero si te pasase algo a ti o a tu niño... no me lo perdonaría... tu marido
debe de estar cagándose en toda mi familia
M: Estará preocupada sí... mierda el walky... ¿hola? ¿hay alguien... ?... cambio
Gorka: ¿Maca?
M: Gorka...
Gorka: ¿Que tal estáis?
M: Bien, bien, ha sido el susto... la verdad es que no tenemos mucha luz, no sé cuanta
cantidad de tierra se ha removido
Gorka: ¿Pero estáis bien?
M: Sí, sí, ¿Esther está por ahí?
Miguel: ¿Esther?
M: Sí, es mi chica...
Miguel: Esther Ruiz
M: Sí... pasa algo... espera... tú eres Miguel... ¿Miguel?
Miguel: Sí, el mismo...
M: Madre mía, definitivamente el mundo es un pañuelo...
Miguel: Y que lo digas...
M: Claro ahora entiendo todo... cuando me dijeron que era la primera vez que
entrabas... espera... Esther ¿Esther cariño eres tú?
E: Maca... ¿qué tal estáis?
M: Bien cariño... venga no llores... estamos bien de verdad...
E: Te dije que no entraras...
M: Lo sé... venga no te preocupes ahora, enseguida nos sacan de aquí, te lo prometo
E: Van a intentar abrir una galería por el vertiente opuesto, parece que por allí las tierras
son algo más firmes...
M: Bien, apaguemos esto, no quiero quedarme sin batería, no vaya a ser que haga
falta... vale... un beso mi niña... te quiero
E: Y yo a ti...
Miguel: Vaya... no sabía que Esther... bueno que Esther era...
M: Pues debes ser el único de todo el pueblo que no lo sepa... por que no lo escondemos
Miguel: Así que por eso...
M: No por eso solo no... la madre de Esther, como es razonable siempre ha querido lo
mejor para su hija, y buscarle un novio estaba dentro de sus posibilidades como madre...
5 panes de cebada
125
estaba claro que tu vuelta al pueblo fue un aliciente más... pero no porque estuviera
conmigo no quiso nada contigo... las cosas no son tan simples
Miguel: Yo me imagine que estaría con alguien, nadie defiende a capa y espada una
relación como lo hizo ella... deberías sentirte orgullosa...
M: Lo estoy, siempre lo he estado, desde el primer día que la vi, su fuerte carácter, ese
humor tan peculiar que se gasta... todo me hizo pensar que ella era un ser singular, de
esos que quedan pocos en el mundo, de los que te hace replantearte si de verdad alguna
vez has defendido una manera de pensar o de sentir, dándolo todo, con el corazón, como
pone ella en cada cosa que hace...
Miguel: Me alegro de que lo que llevéis así... en el fondo me dais envidia...
M: ¿Envidia?
Miguel: Sí... lo que has oído... yo nunca he sido capaz de defender lo que quería... y
mírame... al final he acabado aquí...
M: No lo entiendo
Miguel: Yo no quería estar aquí... mi padre era minero, falleció cuando yo era muy
pequeño, también por una situación muy similar a la de ahora... pero teniendo en cuenta
que hace casi 30 años no había los dispositivos con los que cuentan los bomberos.
Varios de sus vecinos se turnaban para picar y cavar el foso donde mi padre se había
quedado atrapado con varios hombres...
M: Vaya lo siento
Miguel: Mi madre me hizo prometer que no acabaría como él... que sería un hombre de
provecho... y mira al final he acabado en el mismo punto muerto que él...
M: No digas eso, no tiene por que repetirse la historia...
Miguel: Yo no quería esto, quería una vida sencilla, me encantaba el pueblo... quería
ser pastor...
M: ¿Pastor?
Miguel: Sí, los veranos, los pasaba con Remigio, el pastor... tú no lo has debido llegar a
conocer falleció ya hace unos 4 años, era muy mayor... contaba historias estupendas, me
encantaba subir a los prados con el... sueños de la infancia supongo
M: Nunca es tarde para cumplir los sueños...
Miguel: Sí, supongo que sí... dime la verdad Maca... voy a perder la pierna
M: Bueno, no puedo mentirte, eres consciente de que has perdido mucha sangre, la
herida es de gran magnitud... así que es una de las posibilidades que más se tantean...
Miguel: Ya...
M: Pero de verdad, en la situación en la que estás deberías considerarlo un consuelo...
Miguel: Es irónico, ¿debería sentirme afortunado por ir a perder una pierna?
M: Sí... ya ves...
M: ¿Que tal va esa respiración?
Miguel: Ya está algo más pausada, por lo menos lo que me has puesto me ha permitido
dormir un poco, pero tengo mucho sueño, Maca...
M: No te duermas Miguel, no cierres los ojos de acuerdo... ¿Miguel? mierda... Miguel...
M: Mierda... Esther... por favor, diles que se den prisa... Miguel ha perdido la
consciencia, ha entrado en shock...
E: ¿Miguel? Espera Maca... ¿es Miguel?
M: Sí, pero no hay tiempo para preguntas... voy a iniciar el RCP... pero se me va... si no
me sacáis pronto de aquí... Mierda Miguel... venga muchacho... ahora no... joder...
Tras unos segundos de auténtica angustia, oí los ruidos de lo que supuse era la
taladradora de los obreros haciéndose un hueco entre la tierra aun en pie de nuestra
pared trasera...
5 panes de cebada
126
Bombero: Hola... doctora...
M: ¡Estamos aquí! Dense prisa... por dios...
Bombero: Pronto una camilla... ¿usted puede caminar?...
M: Sí, sí, sin problemas...
Cuando por fin volví a respirar aire puro, la ambulancia de Pamplona ya había llegado,
Esther corrió a mi lado con una manta y abrazándome me eché a llorar en sus brazos...
E: Ya está cariño... ya está, todo ha terminado...
M: Miguel... Miguel... ha...
E: No lo sé... y tú, ¿qué tal estás tú?
M: Yo bien, aun me tiemblan las piernas... he pasado mucho miedo ahí dentro
E: Yo también... ¿y los niños?
Gorka: Ey... mi chica... ¿qué tal?
M: Bien, pero Miguel...
Gorka: Se lo han llevado al hospital... parece que iba muy grave
M: Sí, había perdido la consciencia, ha entrado en shock
E: Había perdido mucha sangre Maca... tú hiciste todo lo que pudiste...
M: Sí... los niños están bien, han debido estar tan inquietos como yo, no paraban de
darme patadas ahí dentro...
E: Son listos, daban señales de que todo iba bien, venga vamos a casa, a que te limpie
esos rasguños
M: Estoy bien Esther, no es nada...
E: A casa... y no vuelvas a darme estos sustos nunca más... ¿me oyes?
M: Sí cariño...
Y el gran día llegó por fin, mis padres llevaban dos días rondando por el pueblo, como
si de dos alterados adolescentes se tratara... estaban realmente encantados, todo el
pueblo se había echado a la calle, con la curiosidad propia de conocer a los padres de la
doctora Wilson... jejeje
El parto fue tal y como lo planeamos Esther y yo, ella me ayudó en lo que pudo, junto
con Susana, mientras que Gorka y mis padres esperaban pacientemente en el salón de la
casa
No surgieron más dificultades que las propias de un parto, y salió todo bien, nunca
pensé que el llanto de un bebe pudiese sonar a música celestial... y para cuando quise
recuperarme del último empujón tenía a Esther a mi lado en la cama, meciendo a Lucía
y Roberto... curiosos nombre pensareis... no... Lucía estaba más que decidido en nuestra
cabeza... ¿y Roberto? Pues no sabría decir exactamente porque... surgió sin más en una
larga lista de nombres que barajábamos... ahí se formó mi familia... la familia Wilson
Ruiz... que iría creciendo en Beirechea... el pueblo que les vio nacer, y el pueblo que vio
nacer nuestro amor...
Y hoy es el día en que reposo contigo en nuestra cama... hace más de 25 años que
comenzó nuestra vida en común, no hay día que no haya pensado en como el destino
5 panes de cebada
127
quiso jugar junto con el azar, y reunirnos aquí... en nuestro pueblo, en nuestro rincón del
mundo
Permaneces quieta, en la cama, hace meses que estás así, me siento impotente,
resignada, tu vida se escapa de mis manos, y yo no puedo hacer nada más que esperar a
que de nuevo te lleven de mi lado, como si de un préstamo se tratara, aunque en realidad
hubiese pagado una nueva hipoteca en mi vida, con tal de repasar cada día de ella a tu
lado...
Lucía: Mama... eso es precioso... mira por ahí llega Roberto... como siempre al humo
de las velas... pero Fernando ¿no decías que no había cogido el avión?
Fernando: Eso supuse, pero bueno hace cinco horas que hable con el por teléfono
M: Y ¿se puede saber por que no dijiste nada?
Fernando: Joe... me dijo que no os lo comentara, así por lo menos os daba una
sorpresa... el ya aseguraba que estaríais tan seguras de que no podría venir... pero es que
el congreso de pediatría era importante... daba su primera conferencia...
M: Lo sé, sabíamos que era muy importante, pero bueno, me quedo con que haya
venido... Hola hijo...
Roberto: Siento haber tardado tanto... ¿me he perdido algo?
Fernando: Algunas cosas... pero luego hablamos... bueno mama... ya estamos todos...
aquí donde mama siempre quiso estar...
M: Sí, y mira hoy en día aquí estáis vosotros... fruto de ese amor que creció aquí, en
esta casa, en este pueblo... ella nació aquí de nuevo conmigo... y me hizo prometer que
la traería de vuelta con ella...
Fernando: Buff...
M: Bueno hijo no llores... cuando alguien se marcha, se despide un cuerpo, pero se
celebra una fiesta por una nueva alma que cuidará de ti desde todos los rincones de tu
corazón... la vida son años de felices instantes, de alegría, de enfados, reconciliaciones...
pero cuando todo eso se acaba, recoges un corazón repleto de cicatrices de todos
aquellos que prestaron parte de sus corazones para hacerte la vida más sencilla o más
complicada a la vez. Una de las mayores cicatrices la puso tu madre el día que me dejó,
pero ella quiso que la reparase con las tres que me habéis dado cada uno de vosotros... y
hoy vamos a despedirla tal y como se merece...
Lucía: ¿Estás segura...?
M: Sí... ha llegado el momento...
Me hiciste prometer que el día en que tú faltaras regresaríamos a tu pueblo, a nuestro
pueblo, sabías que estabas muy enferma, pero nunca quisiste confesármelo, quizás
siempre me habías considerado la más débil de las dos, en realidad tenías toda la razón
del mundo. Recé cada noche por ti, deseando que fuera yo la primera en abandonar este
mundo, no me veía capaz de soportar la perdida de tu esencia en mi vida... lo prometí y
lo cumpliré... juntos regresaremos a esa tierra que nos recibió con los brazos abiertos y
donde tú me esperarás para de nuevo formar un solo ser, un solo ente... que nos llene, y
nos reconforte, y nos haga renacer de nuevo en un recóndito rincón del planeta... para
vivir esa felicidad que solo tú quisiste darme... lo sé... dejaré de respirar... cuando dejé
de pensar en ti...
M: ¿Empiezas tú, Lucía?...
Roberto: A ver, como va a esto que yo me entere...
5 panes de cebada
128
M: Los tres últimos capítulos los escribí mientras vuestra madre estaba enferma en casa,
espero que cada uno de vosotros lea uno de ellos... así todos la despediremos...
Lucía: Es curioso como cae en telón sobre mí, me acecha la tristeza sin que sepa muy
bien de donde viene, estoy desanimada, rendida de todo, triste sin motivo, quizás solo
sea una de esas penas pasajeras. Un día tras otro, pasan sin faltar ni uno solo, cada uno
viene puntual a su hora y se vuelve a ir saludando al inicio del siguiente, y así pasa mi
vida, pasa sin contar conmigo, sin que la pueda dominar ni dirigir, soy una mera
espectadora de todo lo que gira a mi alrededor. Me siento sin fuerzas, sin ganas de tirar
del mundo, solo quisiera poder dormir dos días seguidos y llorar sin que nadie me vea,
estoy agotada de todo lo que me rodea, asustada por mi nuevo estado de tristeza
Por lo menos no he perdido las ganas de escribir, pero escribo pausadamente, atrás
queda el ímpetu con el que normalmente escribo, tan rápido y con tantas ganas que cada
dos palabras hay una falta de ortografía o un conjunto de letras sin sentido. Hoy escribo
pausadamente, fijándome en las teclas, dejando que mis dedos caigan suavemente en las
letras, que vayan conociéndolas antes de pulsar, muy despacito y prestando mucha
atención a lo se va perfilando ante mis ojos en el ordenador, leo cada palabra con
suficiente tiempo como para apreciar su significado, fijando en las formas de todas y
cada una de las letras, sus raras formas. Tanta pausa no sé si será bueno, pero es
gratificante escribir sin ver las palabritas subrayadas de rojo cuando el listo del
ordenador me dice que me he vuelto a equivocar, que esa palabra está mal escrita y
normalmente ni me importa, sigo escribiendo como una loca palabras sin sentido, sin
mirar para atrás hasta que al final me paro y respiro, ya he terminado y entonces es
cuando soy yo la que domina porque me vengo del ordenador haciendo que el mismo
corrija las faltas, yo le digo lo que hacer con cada una de las letras, decido su
significado ¿acaso creía él que me iba a dominar? No, no, él está a mi servicio, no yo al
suyo, aunque me asombra su capacidad de detectar mis errores, su rapidez. Escribo
rápido, de una manera descontrolada, pero aun así él me sigue al mismo ritmo
subrayando cada una de las palabras equivocadas, siempre detrás de mí a la misma
velocidad, es imposible escapar de su látigo, hasta que giro y miro para atrás y entonces
soy yo la que le persigo pidiendo explicaciones detrás de cada una de las faltas que él
cree que ha encontrado en mi texto
Un día pesado y aburrido, sin sentido, a ver si hay suerte y mañana es uno de esos días
alegres, ¿y porque no? Si la tristeza viene sin motivo, ¿Por qué no vendrá la alegría por
el mismo camino? ¿Acaso no vienen siempre paralelas? En algún punto se tendrán que
encontrar, en el camino de vuelta de uno y de llegada del otro. ¿Cómo sería un día sin
tristeza o sin alegría? Pues no me imagino, o quizás sí, quizás esté confundiendo la nada
de hoy con la tristeza, quizás este sea un día sin nada, no triste ni alegre. Un día hueco
de sentido, un respiro, lástima que se haya ido sin haberlo aprovechado, podía haberme
dedicado a estar sentada en una silla viendo pasar las nubes, mirando la pintura de la
pared y alabando las excelencias de la lavadora. Un día sin sentido que nos roban un
poco de vida, como un descanso entre tantos sentimientos opuestos, sin sentir nada,
pero ¿no será entonces un día hueco? Pues sí, es lo que estaba diciendo, que hoy he
tenido un día hueco, que pensé que estaba triste, pero ni tan siquiera eso, ha sido un día
sin nada, solo ha pasado
Roberto: Esta mañana desperté para encontrarte... tu voz vino a entibiar mis sábanas,
dejando una rosa de mi lado
Esta mañana desperté para encontrarte... confundiéndome entre la luz de tu “Buen Día”
y lo azul de tus sueños, me invitaste a compartir la sensación incomparable que da el
sonido de tus zapatos al escucharlos entrar
5 panes de cebada
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Esta mañana desperté para encontrarte... y como niño manso reposaste aquí, mientras yo
admiraba todo el sol en tus mejillas, como un manto de hadas eran tus brazos
rodeándome y ya no importaba que el mundo afuera se esté derrumbando, yo aquí
contigo estaba a salvo de todo, lejos de cualquier mal
Esta mañana desperté para encontrarte... y empeñaría mi vida entera por un momento de
verte sonreír así, hasta mi alma vendo a cambio de todo los sueños que necesites y no
busques las razones, no hace falta entender por qué de pronto es fácil lo que fue tan duro
ayer...
Esta mañana desperté para encontrarte... y ya no importa si fue un sueño o eras tan real
como mis errores, pero ya nada puede sacarme tus caricias suaves, que tuvieron el
coraje de regalarme el sol escondido detrás de las nubes negras de tu alma
Y entre la magia de verte llegar y el dolor que imponen tus castigos... todo queda claro...
Yo nací para encontrarte...
Fernando: Me fui sin hacer ruido de tu vida
Casi inmóvil, silenciosa y descuidada
Sin dejar huellas o rastros permisibles
Refugiada en cada esquina de tu vida
Con una sola lágrima del olvido...
Me he marchado taciturna del momento
En donde éramos solo sueño todavía
Abordando de la ausencia tu sonrisa
Que ya viaja caminante hacía su origen
Dibujando un adiós en tu mirada...
Ya lejana de los tiempos de alegría
Te recuerdo como lluvia de verano
Ojalá que mi presencia hoy sea historia
Y que los colores que pintamos sean sepias
Para extraviarlos en el baúl de tus memorias...
Reivindico el valor de tu presencia
No el realismo que pudo con el tiempo
Solo sombras de aquella distancia extrema
Que perduran de la duda del encuentro
Resucitando en cada añorada primavera...
FIN
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