MÓDULO 5 IGLESIA Y SOCIEDAD (SIGLOS XI-XV) 1. OBJETIVOS Y COMPETENCIAS Objetivos: Saber Conocer críticamente las transformaciones protagonizadas por la Iglesia que la llevaron a consolidarse en el terreno económico, político, social e ideológico entre los siglos XI al XV. Conocer los instrumentos ideológicos de la Iglesia y la evolución de las estructuras eclesiásticas. Comprender las relaciones entre sociedad e iglesia, y las formas de religiosidad y espiritualidad bajomedievales. Conocer las formas de control social de la Iglesia y las causas de los movimientos heréticos medievales. Saber hacer: Analizar y expresar razonadamente ideas propias sobre las relaciones entre la sociedad medieval y el devenir histórico de la Iglesia entre los siglos XI al XV. Elaborar técnicas y recursos para profundizar en los contenidos del módulo a través de material especializado: bibliografía, revistas, vídeos y otros. Ser capaz de procesar la información a efectos de su aplicabilidad. Competencias: Genéricas: Comunicación oral y escrita en la lengua nativa. Capacidad de organización y planificación. Capacidad de análisis y síntesis. Trabajo en equipo y aprendizaje autónomo. Específicas: Conciencia crítica de la relación entre los acontecimientos y procesos actuales y el pasado bajomedieval. Conocimiento detallado de la Historia de la Baja Edad Media. Conocimiento de y habilidad para usar los instrumentos de recopilación de información, tales como catálogos bibliográficos, inventarios de archivo y referencias electrónicas de interés para la Historia de la Baja Edad Media. Habilidad para organizar información histórica compleja de manera coherente. Capacidad de leer textos historiográficos o documentos originales en la propia lengua. Habilidad de comentar correctamente textos y documentos de acuerdo con los cánones críticos de la disciplina. 2. DEDICACIÓN ECTS Horas Presenciales Magistrales (CM): 4 horas Horas Presenciales Tutoradas (CT): 4 horas o Actividades Tutoradas en grupo: 2 horas o Actividades Tutoradas individuales: 2 horas Horas no presenciales Tutoradas(AT): 6 horas o Actividades Tutoradas en grupo: 3 horas o Actividades Tutoradas individuales: 3 horas Horas independientes (AI) (estudio…): 7 horas Duración: 2 semanas TOTAL dedicación: 21 horas (0,84 crédito ECTS) 3. DESARROLLO MODULAR 1. Introducción 2. El gobierno de la Iglesia 2.1. Iglesia y sociedad feudal 2.2. La reforma gregoriana 2.3. La crisis del pontificado: de Aviñón a Constanza 2.4. El auge de las iglesias nacionales 3. Las órdenes monásticas 4. Las herejías 4.1. Los movimientos heréticos (s. XI-XIII) 4.2. Las herejías bajomedievales 5. Formas de piedad y religiosidad 4. BIBLIOGRAFÍA ESPECÍFICA Y BÁSICA La amplitud de aspectos tratados en el tema obliga a resaltar únicamente algunas obras sobresalientes. De carácter general, pero tratando los temas en profundidad destacan los dos volúmenes de J. PAUL, La Iglesia y la cultura en Occidente (siglos IX-XIII), (Barcelona, 1988) y la reciente obra coordianda por Emilio MITRE FERNÁNDEZ, La Iglesia en la Edad Media (Madrid, 2003). También puede resultar conveniente para profundizar en algunos aspectos el libro de M. BAUMGARTNER, L’Eglise en Occident. Des origines aux reformes du XVIe siècle (Paris, 1999). El Císter ha sido estudiado por C. HOFFMANN, en The Cistercian Evolution. The Invention of a Religious Order in Twelfth Century Europe, (Filadelfia, 2000); se trata de una obra extremamente clara, aunque con algunos errores de presentación, y basada en un sólido conocimiento del tema, en la que se afirma que la expansión de la orden debida a la acción de san Bernardo creó problemas internos y exigió un esfuerzo de reorganización para adaptarse a unas circunstancias que no eran las de su nacimiento, ni las previstas por Étienne Harding. Otra obra a recomendar, es el libro dirigido por Ferrán GARCÍA OLIVER, El Cister. Ideals i realitat d’un orde monàstic (Valencia, 2001), en el que atiende a las cuestiones religiosas y a su influencia en el medio rural y el artístico, y se presenta también un estudio sobre el monasterio más meridional, el de Valldigna. El Cisma de Occidente, de V. A. ÁLVAREZ PALENZUELA (Madrid, 1982), resulta un buen punto de partida para adentrarse en este tema. Sobre uno de los papas en litigio durante el Cisma, Benedicto XIII se puede recomendar el trabajo de J. A. PARRILLA, J. MUÑIZ y C. CARIDE, Benedicto XIII. La vida y tiempo del Papa Luna, (Zaragoza, 1987). Una visión más general es la que aporta la clásica monografía de F. RAPP, La Iglesia y la vida religiosa en Occidente a fines de la Edad Media (Barcelona, 1973). Sobre los dos grandes protagonistas del pensamiento herético-social existen diversos trabajos, entre ellos destacan los de M. BEONIO-BROCCHIERI, Wyclif. II comunismo dei predestinati (Florencia, 1975), y M. SPIMKA, John Hus. A biography (Princeton, 1968). Para quienes estén interesados por la mística cuentan con un estudio de conjunto, el de H. GRAEF, Historia de la mística (Barcelona, 1970), y una buena aproximación a la mística femenina a través de las biografías de varias de ellas, realizada por V. CIRLOT y B. GARI, La mirada interior. Escritoras místicas y visionarias en la Edad Media (Barcelona, 1999). Sobre filosofía, la mejor introducción sigue siendo la de E. GILSON, La filosofía en la Edad Media. Desde los orígenes patrísticos hasta el fin del siglo XIV (Madrid, 1958). Para acercarse a las herejías, una buena síntesis es la E. MITRE y C. GRANDA, Las grandes herejías de la Europa cristiana (380-1520) (Madrid, 1983) y MITRE, E. Las herejías medievales de Oriente y Occidente (Madrid, 2000). Sobre la religiosidad de los laicos, es muy clarificador el libro de A. VAUCHEZ, La espiritualidad del Occidente medieval (siglos VIII-XII) (Madrid, 1985). Un trabajo espléndido por su contenido como por la metodología empleada, es el de J. LE GOFF, El nacimiento del purgatorio (Madrid, 1981); del mismo autor una obra de referencia es La civilización del Occidente Medieval (Barcelona, 1969). Un libro que causó impacto en el momento de su publicación, y que abrió una interesante línea de investigación es el de J. CHIFFOLEAU, La comptabilité de l’Au-delà: les hommes, la mort et la religion dans la région d´Avignon à la fin du Moyen Age (vers 1320-vers 1480) (Roma, 1980). G. DUBY ofrece una interesante visión de los asuntos que ahora nos ocupan en El tiempo de las catedrales. El arte y la sociedad, 890-1420 (Barcelona, 1983). Y también hay que recomendar la obra de G. R. EVANS, Law and theology in the Middle Ages (Londres, 2002). 5. MATERIAL DE APOYO DE LAS CLASES MAGISTRALES 5.1. Material gráfico: DOCUMENTO 1 El Papa Gregorio VII Procedencia: VV.AA., Historia Universal. Vol. IV. Planeta, 1992, p.296. DOCUMENTO 2 Constantino otorga la Donación de Constatino al Papa Silvestre, que atribuía al pontífice la autoridad temporal. Fresco del s. XII. Procedencia: Bartlett, R., Panorama medieval. Blume, 2002, p. 96. DOCUMENTO 3 El Cisma a finales del s. XIV Procedencia: VV.AA., Historia Universal. Vol. V. Planeta, 1992, p.271. DOCUMENTO 4 El Cisma tras el concilio de Pisa Procedencia: VV.AA., Historia Universal. Vol. IV. Salvat, 1980, p. 361. DOCUMENTO 5 La expansión de Cluny y el Císter Procedencia: Chadwick, H., La Iglesia cristiana. Veinte siglos de historia. Círculo, 1990, p. 69. DOCUMENTO 6 Las órdenes mendicantes: Santo Domingo predicando Procedencia: Bartlett, R., Panorama medieval. Blume, 2002, p. 87. DOCUMENTO 7 Las órdenes militares: los templarios Procedencia: Martínez Díez, G., Los templarios en la Corona de Castilla. La Olmeda. 20. Historia de la Baja Edad Media Santo Domingo ofrece un libro a un perfecto cátaro, que ofrece resistencia a la prueba del fuego. Se trata de una tabla de Fra Angelico (principios del s. XV), que refiere un episodio imaginario de la controversia entre cátaros y católicos. Ordenes mendicantes y herejías 21 CM DOCUMENTO 8 Procedencia: Lebedel, C., Comprendre la tragédie des Cathares. E. Ouest-France, 1998, p. DOCUMENTO 9 Juan Hus quemado en la hoguera públicamente. 1415. Procedencia: VV.AA., Historia Universal. Vol. IV. Salvat, 1980, p. 355. DOCUMENTO 10 Alegoría de los Siete Sacramentos, en los cuales debía estar el sacerdote: bautismo, confesión, eucaristía, matrimonio, confirmación, extremaunción y ordenación sacerdotal Procedencia: Bartlett, R., Panorama medieval. Blume, 2002, p. 62. DOCUMENTO 11 Obras de misericordia de la Duquesa Margarita de York Procedencia: VV.AA., Historia Universal. Vol. IV. Planeta, 1992, p. 201. DOCUMENTO 12 Del pecado al delito. El Decreto de Graciano y los concilios de Letrán sancionaron una nueva moral a partir del s. XII. Pareja de adúlteros expuestos a escarnio público La homosexualidad masculina y femenina avivada por los demonios. Bible moralisé. Francia. Ca. 1220. Procedencia: VV.AA., Historia Universal. Vol. IV. Planeta, 1992, p.168. 5.2. Material sonoro: Canto Gregoriano. Credo. Coro de monjes de la Abadía de San martín, bajo la dirección de Maurus Pfaff. Deutsche grammophon, 1983. Creo en un solo Dios, Padre Todopoderoso, creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible. Y en un solo Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios. Nacido del Padre antes de todos los siglos, Dios de Dios, luz de luz, Dios verdadero de Dios Verdadero. Engendrado, no creado, consustancial al Padre: por quien todas las cosas han sido creadas. Que descendió de los cielos por nosotros los hombres y por nuestra salvación. Y que fue encarnado del Espíritu Santo y de María Virgen. Y que se hizo hombre. Que fue crucificado por nosotros, y murió bajo Poncio Pilato, y fue sepultado. Y resucitó al tercer día según las Escrituras. Y ascendió al cielo, donde está sentado a la derecha del Padre. Y vendrá de nuevo en su gloria para juzgar a vivos y a muertos, y su reino no tendrá fin. Y en el Espíritu Santo, señor nuestro, fuente de vida, que procede del Padre y del Hijo. Que ha sido adorado y glorificado junto al Padre y el Hijo: que ha hablado por mediación de los profetas. Y en una Iglesia santa, católica y apostólica. Confieso un solo bautismo para el perdón de los pecados. Y espero la resurrección de los muertos. Y la llegada de la vida eterna. Amén. 5.3. Material audiovisual: Historia del Mundo. Editorial Larousse, Barcelona, 1999. El mundo Cristiano. Proyección capítulos: 1. La iglesia medieval: los dos poderes 2. La iglesia medieval: iglesia y sociedad 5.4. Texto histórico: CÁNONES DEL SÍNODO DE ROMA DE 1059 1 -La elección del pontífice romano será efectuada por los Cardenales obispos. Si alguien es entronizado en la sede apostólica sin antes haber sido elegido canónicamente por ellos, en concordia, y aceptado luego sucesivamente por los órdenes de clérigos, religiosos y laicos, no ha de ser tenido como Papa o sucesor de los apóstoles sino como apóstata. 2.-Que nadie oiga misa de un sacerdote del que se sepa indudablemente que tiene concubina o mujer oculta. 3.-Los que, perteneciendo a las ordenes (mayores) viven en castidad (…) han de reunirse para comer y dormir al lado de las iglesias a cuyo servicio están, como deben hacerlo los clérigos religiosos, y tengan en común todo lo que proviene de esas iglesias. Y les pedimos con insistencia que se esfuercen por practicar la vida apostólica, es decir, común (…) 6.-De ningún modo un sacerdote o clérigo obtenga una iglesia por intermedio de laicos, gratuitamente o por dinero. 7.-Nadie reciba hábito monástico con la esperanza o promesa de ser hecho abad. 8.-Ningún sacerdote obtendrá simultáneamente dos iglesias. 9.-Nadie será ordenado o promovido por la herejía simoníaca a ningún cargo eclesiástico (…). Publicado por M. A. Ladero, ob. cit., pp. 505-506. 6. ACTIVIDADES TUTORADAS INDIVIDUALES 6.1. Búsqueda de vocabulario relacionado con el tema: 1. Investidura. 2. Simonía. 3. Nicolaísmo. 4. Utraquismo. 5. Concilio. 6. Begardos. 7. Décima. 8. Devotio moderna. 9. Concordato. 10. Lolardos. 6.2. Disertación relacionada con el tema: a) Del pecado al delito: la influencia de la legislación eclesiástica en la formación del derecho medieval. b) La piedad de los laicos a finales de la Edad Media. 6.3. Comenta uno de los siguientes textos: a) Estatutos de la Orden del Cister (1134): En la Carta de Caridad, entre otras cosas, consta que una vez al año todos los abades de los monasterios, que por la gracia de Dios están distribuidos entre las distintas provincias, deben reunirse en la iglesia de Citeaux, y que deben deliberar allí con el mayor cuidado sobre la observancia de la Santa Regla, la organización de toda su vida y el mantenimiento de una indisoluble paz entre ellos (...) Es por esta razón que, reunidos en asamblea en el susodicho lugar, han establecido estos capítulos y decidido que deben ser tenidos para el conjunto de la hermandad de nuestras congregaciones. I) En qué lugar deben ser construidos los monasterios. Ninguno de nuestros monasterios debe ser construido en ciudades, castillos o villas, sino en lugares alejados de aquellos que frecuenten los hombres. II) De la unidad del género de vida en materia divina y humana. Para que no deje de existir perpetuamente entre las abadías la indisoluble unidad, se establece, en primer lugar, que la Regla de San Benito sea conocida por todos (...) V) De dónde debe proceder el alimento de los monjes. El alimento de los monjes de nuestra orden debe proceder del trabajo manual, del cultivo de las tierras, de la cría del ganado; nos está, pues permitido poseer para nuestro uso aguas, bosques, viñas, prados tierras alejadas de las zonas habitadas por los hombres del siglo, y animales, salvo aquellos capaces de provocar la curiosidad y ser objeto de curiosidad más que de utilidad, tales como ciervos, grullas y otros del mismo género. Para practicar estos trabajos de los campos y de la ganadería y conservar los frutos podemos tener granjas, bien lejos, bien cerca, y nunca más allá de una jornada de marcha, guardadas por conversos. IX) Que no poseamos rentas. Nuestra institución y nuestra orden excluyen las iglesias, altares, sepulturas, diezmos de labor (...) y otras cosas semejantes contrarias a la pureza monástica. XXXIV) Que la hija visita a la iglesia madre una vez al año. Se ha establecido en virtud de la humildad cristiana y por la sabiduría de la Providencia, que será razonable que la hija visite al menos una vez por año a la iglesia-madre en la persona de su abad. Statuta capitulorum generalim Ordinis cisterciensis. Recoge A. Lozano y E. Mitre, Textos y comentarios históricos. I. Edad Antigua y Media, Madrid, 1979, p. 195. b) Descripción de los cátaros o albigenses: Primero deberá saberse que los herejes sostenían que hay dos Creadores; v. gr.: uno de cosas invisibles, a quien ellos llamaron «el Dios benévolo», y otro de cosas visibles, a quien ellos denominaron «el Dios malévolo.» El Nuevo Testamento lo atribuyeron al Dios benévolo; pero el Antiguo Testamento al Dios malévolo, y lo rechazaron enteramente, salvo ciertas autoridades que se insertaron en el nuevo testamento del antiguo; que, por reverencia al Nuevo Testamento, ellos estimaron dignos de ser recibidas. Acusaron al autor del antiguo testamento de mentir, porque el Creador dijo: «En el día que comiereis del árbol del conocimiento del bien y el mal, moriréis»; cuando -según dicen ellos- después que comieron no murieron, cuando, de hecho, después de comer el fruto prohibido fueron sujetos a la miseria de la muerte. También le acusan de homicida, porque Él quemó a Sodoma y Gomorra, y destruyó el mundo con las aguas del diluvio, al igual que ahogó a Faraón y a los egipcios en el mar. Afirmaron también que todos los padres del Antiguo Testamento fueron condenados; que Juan el Bautista era uno de los demonios más grandes. Además dijeron, en su doctrina secreta -in secreto suo-, que el Cristo que nació en la Belén visible y terrestre, y crucificado en Jerusalén, era un hombre malo, y que María Magdalena eran su concubina; y que ella era la mujer sorprendida en adulterio, de quien leemos en el Evangelio. Porque el Cristo bueno, según decían ellos, nunca comió, ni bebió, ni tomó sobre él carne verdadera, ni estuvo jamás en este mundo, salvo espiritualmente en el cuerpo de Pablo... Dijeron que casi toda la Iglesia de Roma es una guarida de ladrones; y que es la ramera de quien leemos en el Apocalipsis. Anularon luego los sacramentos de la Iglesia, al punto de enseñar públicamente que el agua del Bautismo santo es igual que el agua de río, y que la hostia del cuerpo santísimo de Cristo no difiere del pan común; inculcando en los oídos de los simples esta blasfemia, que el cuerpo de Cristo, aunque hubiese sido tan grande como los Alpes, habría sido consumido y aniquilado hace tiempo ya por los que lo habían comido. La confirmación y la confesión, ellos las consideraron como enteramente vanas y frívolas. Predicaron que el santo matrimonio es postizo, y que ninguno podría ser salvo a través del mismo, si llegan a engendrar niños. Negando también la resurrección de la carne, inventaron nociones nunca antes escuchadas, diciendo que nuestras almas son aquellas de los espíritus angélicos que habiendo sido echados del cielo por la apostasía del orgullo, dejaron sus cuerpos glorificados en el aire; y que estas mismas almas, después de haber habitado sucesivamente en siete cuerpos terrenales, de un tipo u otro, cumplen su penitencia a plenitud y regresan a los cuerpos que habían desertado. También debe saberse que algunos de entre los herejes se denominaron a sí mismos «perfectos» u «hombres buenos»; y otros herejes se llamaron «creyentes». Los llamados «perfectos» usan vestiduras negras, pretendiendo falsamente guardar la castidad, aborrecían el comer carne, huevos y queso, y daban apariencia de no ser mentirosos, cuando ellos continuamente mentían, principalmente respecto a Dios. También dijeron que por ningún motivo se debía jurar. Aquellos de entre los herejes que se llamaban «creyentes», quienes vivían según la manera del mundo, y que, aunque no lograron imitar la vida de los perfectos, no obstante esperaban ser salvos en su fe; y, aunque difirieron en cuanto a su modo de vida, ellos eran uno con aquellos en sus creencias y en su incredulidad. Los llamados «creyentes» de entre los herejes fueron dados a la usura, la rapiña, el homicidio, la lujuria, el perjurio y todo vicio; y ellos, de hecho, pecaban con más seguridad, y sin freno, porque creían que sin restitución, confesión y penitencia, podían ser salvos, si tan solo, estando al borde de la muerte, decían un Padre Nuestro, y recibían la imposición de manos de los maestros. En cuanto a los herejes perfectos, sin embargo, tuvieron una magistratura a quienes llamaron Diáconos y Obispos, sin la imposición de cuyas manos, al momento de su muerte, ninguno de los creyentes creyó que podía ser salvo; pero si imponían las manos sobre algún hombre agonizante, por malvado que fuera, con tan solo decir un Padre Nuestro, ellos lo consideraban salvo, que sin ninguna otra satisfacción, y sin cualquier otra ayuda, él inmediatamente volaría al cielo. Anales de Raynaldus, trad. S. R. Maitland, Historia de los Albigenses y Valdenses, Londres, 1832, pp. 392-394. 7. ACTIVIDADES TUTORADAS EN GRUPO TRANSVERSALES Seminarios de Trabajo en Grupo 8: Redacción del Trabajo en Grupo: borrador, revisión, lectura crítica de la redacción, revisión final del trabajo. Seminarios de Trabajo en Grupo 9: Preparación del Viaje de Prácticas a Salinas de Añana y Burgos. Viaje de Prácticas: “Permanencias de la Baja Edad Media en el presente” a Salinas de Añana y Burgos. 8. ACTIVIDAD EXTRA-ACADÉMICA: 8.1. Seminario: La Historia Medieval en el cine del siglo XX: Francisco, juglar de Dios (1950) 8.2. Lecturas: a) Obras historiográficas L. Otis Cour, Historia de la pareja en la Edad Media, Madrid, 2000. J. Heers, La invención de la Edad Media, Barcelona 1995. R. Pernoud, Para acabar con la Edad Media, Palma de Mallorca, 1998. Jc. Le Goff, En busca de la Edad Media. Barcelona, 2003 b) Literatura medieval El Libro de la Rosa de Guillaume de Lorris y Jean Meun Libro del Amor Cortés de Andrés el Capellán Cuentos de Canterbury de Geoffrey Chaucer Libro de la orden de caballería de Ramón Llul La ciudad de las damas de Cristina de Pizan Decamerón de Boccaccio Divina Comedia de Dante. 9. EVALUACIÓN Entendemos la evaluación como un elemento de reflexión sistemática de todos los participantes en un proceso para reconducirlo permanentemente. La que llevaremos a cabo será, por tanto, continua y compartida con el resto de los módulos. Se realizará de acuerdo con los siguientes criterios e instrumentos: • Actitudes: Se valorará la asistencia a las clases magistrales y tutoradas, así como a las tutorías personales; participación, puntualidad en la entrega de los trabajos, comportamiento, colaboración en el grupo de trabajo, etc. • Actividades Tutoradas individuales y en grupo: Presentación, ortografía (transversal a todo el curso), redacción, estructuración de las ideas, aportación personal, dominio conceptual de los contenidos del módulo.