06-tu.qxd 5/3/00 22:31 Página 1 6 Justicia, Seguridad y Policía La Plata, jueves 4 de mayo de 2000 Choque en el centro Denuncian golpes en una disco Dos autos chocaron y una mujer embarazada debió ser atendida por médicos a raíz de los golpes recibidos. La colisión se produjo ayer al mediodía en 19 y 48. Allí chocaron un Ford Escort donde iba un matrimonio y un Mitsubishi, dentro del cual iba una familia, entre ellos dos chicos y una mujer embarazada que resultó ser la única herida Un joven de 24 años denunció haber sido brutalmente golpeado el domingo de madrugada por custodios de un boliche bailable de 19 y 532. Alejandro aseguró que sólo bailaba en la pista con una chica. Cree que lo confundieron con otra persona porque le preguntaban si le gustaba boxear. “Nunca antes tuve problemas”, aseguró. UN COLABORADOR DE CAJADE Investigan una extraña muerte Un hombre de 45 años murió de un disparo en la boca. Se llamaba Juan Cristóbal López. El hallazgo de su cuerpo se produjo a las 17 del martes, aunque recién trascendió a última hora de ayer. Estaba en el asiento del conductor de un Volkswagen 1500 estacionado en 647 y 23, con el motor encendido. Un vecino alertó a la Policía y varios móviles de la comisaría Quinta se acercaron al lugar. Si bien en un primer momento se evaluó la posibilidad de que se tratara de un suicidio, la ausencia del arma homicida hizo que el fiscal de Turno, Antonio Raimundi caratulara la causa como “averiguación de causales de muerte” y dispusiera la realización de una autopsia. Según informó la Policía, López estaba radicado en Florenciuo Varela y sería un cercano colaborador del padre Carlos Cajade. El hogar donde el sacerdote asiste a chicos de la calle está ubicado en 642 y 11, a 17 cuadras de donde fue descubierto el cadáver. El padre Cajade declaró ante los investigadores. Según trascendió, habría señalado que López sufría periódicas crisis depresivas y que tendría una tendencia hereditaria al suicidio, ya que tiempo atrás su padre se había quitado la vida. Falsa alarma con un juez Una confusa situación se vivió ayer a la tarde frente a la casa del juez de Garantías César Melazo, en el barrio norte platense. Fuentes policiales informaron que el juez llamó al Comando de Patrullas para denunciar que había un auto estacionado desde hacía una semana. La Brigada de Explosivos escuchó la comunicación por la frecuencia policial y se dirigió al lugar para colaborar. Hubo un enorme despliegue policial. Finalmente, se comprobó que el auto tenía todo en regla y no había nada fuera de lugar. LA HISTORIA OCULTA DETRAS DEL CRIMEN EN SARANDI Sospechan que el asesinato en el sanatorio fue una venganza Horacio Suárez sabía que lo buscaban para matarlo. Por eso se había mudado tres veces en los últimos meses. Estaba involucrado en el crimen de Richard Moreira Edgardo Méndez Moreira es el principal sospechoso del asesinato de un adolescente en el sanatorio Wilde de Sarandí. Es uruguayo. Salió de la cárcel la semana pasada. Horacio Emanuel Suárez tenía 16 años. El lunes a la noche recibió cinco puñaladas en el pecho. La muerte llegó en unos segundos. La historia comenzó a escribirse con sangre el 9 de enero. Se pelearon los Moreira contra los Suárez. Richard Moreira, de 29 años, fue asesinado a balazos. Milton Moreira, de 28, recibió un tiro en una pierna. Los dos son hermanos de Edgardo. La Policía sospecha que entre los asesinos estaban Horacio Suárez y su hermano Darío, que tiene 18 años. Las sospechas sobre Edgardo Moreira, alias “Pelé”, recayeron cuando los investigadores se enteraron de que apenas salió de la cárcel habló de cobrarse la muerte de su hermano Richard. “Juro que voy a vengarme”, dijo “Pelé” delante de sus amigos del barrio 4 de Junio, cuando volvió a su casa tras purgar una condena en una cárcel uruguaya por tráfico de drogas. En la Delegación Departamental de Investigaciones (DDI) policial de Lomas de Zamora hay optimismo sobre el esclarecimiento del caso. “Creemos que le encomendó el crimen a algunos que trabajan con él ya que forma parte de un grupo de gran poder adquisitivo”, explicó un policía de la repartición. La venganza tuvo características propias de los crímenes en las cárceles: puntazos rápidos y precisos, en órganos vitales. Los dos asesinos entraron y salieron caminando tranquilamente del sanatorio. Suárez estaba internado desde el 5 de abril por una herida de bala en una pierna. El denunció que le pegaron un tiro durante un in- tento de asalto en el Puente Avellaneda. Sin embargo, la Policía ahora sospecha que esa vez había sido un fallido intento de asesinato de los amigos de los Moreira. Todos estos datos surgieron de los testimonios tomados ayer por la oficina de Coordinación de Sarandí y de las distintas causas judi- A Edgardo Moreira le dicen “Pelé”. Estaba preso en Uruguay por tráfico de drogas. Quedó en libertad la semana pasada. Está vinculado a un barrabrava de Independiente ciales y denuncias que se realizaron por estas peleas entre las bandas. Después de la muerte de Richard Moreira, la familia Suárez sufrió constantes amenazas y se mudó tres veces de casa. Sabían que se la tenían jurada. Para los Suárez, la situación se complicó cuando “Pelé” quedó en libertad y volvió desde el Uruguay. La Policía dice que los Moreira llevan los códigos carcelarios marcados a sangre y fuego. “Pelé”, está sospechado de formar parte de una banda organizada y pesada, junto a un barrabrava de Independiente, dedicada al robo de financieras, bancos y casas y que opera en un barrio de monoblocks de Avellaneda. La Policía, ayer a la mañana, ya tenía los identikits de los dos hombres que el lunes a las 23 entraron al Sanatorio Wilde, subieron al primer piso y le asestaron las cinco puñala- das al paciente de la cama 31. Tras perpetrar el crimen, los dos hombres se fueron caminando y salieron por la puerta principal de la clínica. En el baño quedaron perplejos el cuñado que cuidaba a Suárez y una mujer pariente del compañero de cuarto de la víctima. Barrabravas Si las sospechas policiales se confirman, el crimen de Suárez fue el final de una persecución contra el joven que comenzó minutos después de la muerte a balazos de Richard Moreira. La causa por la pelea del 9 de enero es la número 106.237 y fue caratulada como “homicidio y abuso de armas” por el fiscal de Lomas de Zamora, Oscar Acevedo. Los investigadores sospechaban que Horacio Suárez podría haber participado del enfrentamiento; pero no tenían pruebas suficientes para incriminarlo y detenerlo. La historia de “Pelé” Moreira está vinculada a otro asesinato. “Se junta con un barrabrava de Independiente, absuelto el año pasado por el crimen de un hincha de Racing”, confiaron en la Delegación de Investigaciones de Lomas de Zamora. En ese proceso que se siguió en marzo de 1999 contra Walter Javier Linardi, alias “Coco”, la Sala III de Lomas de Zamora -en un fallo dividido y ahora en revisión en la Corte Suprema de Justicia- absolvió al acusado del crimen de Waldo Rodríguez por el beneficio de la duda. Otro dato con el que cuenta la Policía, es que mientras “Pelé” estaba preso en Uruguay un grupo armado intentó sin éxito rescatarlo de la cárcel en 1997. Distintos testigos identificaron entre quienes incursionaron en el presidio y luego escaparon sin cumplir su objetivo al barrabrava absuelto.