U. Católica 1-2 S. Wanderes Árbitro: Jorge Osorio | Público: 9.246 aprox. ALINEACIÓN 1 29 2 3 24 5 8 23 19 30 7 ALINEACIÓN Cristopher Toselli Stefano Magnasco Germán Lanaro Guillermo Maripán Alfonso Parot Fabián Manzano Jaime Carreño Enzo Kalinski José Pedro Fuenzalida Nicolás Castillo Christian Bravo 1 29 2 5 25 3 8 24 23 19 7 CAMBIOS 18 Diego Bunotanotte ( 5) 14 David Llanos ( 8) 9 Sebastián Jaime ( 29) 16 2 5 4 13 20 24 10 8 9 25 16 2 5 4 13 20 24 10 8 9 Gabriel Castellón Óscar Opazo Mario López Mario Parra Federico Pérez Matías Fernández Ángelo Quiñones Luis García David Terans Rodrigo Pastorini Javier Parraguez CAMBIOS 3 Adrián Cuadra ( 10) 7 Jonathan Charquero ( 27 Juan Soto ( 9) 30 DT: Mario Salas DT: Eduardo Espinel Próximo rival: U. de Chile vs. Universidad Católica - Estadio Nacional - 12:00 horas 27/08/2016 Salas y el plantel no se encuentran y Católica suma su sexto partido sin ganar Después del desastre del miércoles, pensé que el equipo tenía dos posibilidades de reacción: de renacer a partir de haber tocado fondo o de seguir hundiéndose y que se decrete un estado depresivo del plantel. Obviamente era una sensación mía, que quizás podría ser un poco exagerada, pero que para mí se correspondía no sólo con el nivel futbolístico, sino que también con la estadística: de siete partidos oficiales, Católica sólo había ganado uno y ya llevaba cinco seguidos sin ganar. La tensión se notó desde el principio, con un equipo algo impreciso pero mucho más repetitivo y evidente, que abría la pelota a Fuenzalida o Magnasco por derecha y centraba pasado a Bravo que nunca llegaba a cabecear. En cambio Wanderers se plantó bien en el mediocampo, con mucho despliegue y que hizo que muchas veces Maripán o Lanaro o Toselli no tuvieran a quién tocar, así que apuraban balonazos largos que no tenían buen destino. Con el poco recorrido de Kalinski y con Carreño medio perdido en la cancha, el equipo no hacía pie y el rival poco a poco se iba encontrando a sí mismo, sobre todo con la pelota en los pies, siempre apareciendo uno destapado y ganándole los mano a mano a nuestros laterales. Con la superación de Wanderers en el juego, vino un uno a cero quizás no tanto como consecuencia de ese buen juego, sino más por el gran tiro libre de Terans, que a lo Cristiano Ronaldo le pegó fuerte y con comba, muy difícil para Toselli. Terminado el primer tiempo Católica se acercaba más a la depresión que a la reacción. Por lo menos Mario Salas hizo un buen cambio, poniendo a Buonanotte, que a la larga fue el mejor del equipo (¿por qué no fue titular?) y sacando a Manzano, que en lo que va del semestre todavía no se acomodó y se está equivocando más de lo que recupera. Carreño volvió a su lugar original y apareció el equipo. Con transiciones más rápidas pudo ocupar mejor el centro del ataque, y así fue encontrando posición de tiro para sus delanteros, sin tener que abrir tanto la pelota y sacar centros inútiles. Estábamos en eso cuando vino el segundo gol. Otro golazo de distancia, 2 ahora de García y ahí recién vino la reacción. Buonanotte se puso el equipo al hombro, ordenaba a sus compañeros, le decía a Llanos que se engachara más para poder generar juego, porque seguramente él pensaba “por qué mi equipo juega con 4 delanteros, no sé cómo generar juego así, pero bueno, lo intentaré”. Se sacó a uno de encima, y definió fuerte abajo, el descuento que dio esperanza. Después volvimos a los goles perdidos y a los centros a la manos largas de Castellón. Hasta que se acabó. Naturalmente no todo es tan blanco y negro, la depresión no iba a ser tan profunda ni la reacción tan esperanzadora. Pero esta nueva derrota no sólo deja en suspenso el futuro de Salas, sino que, peor aún, hizo perder casi toda la confianza que generó su proyecto. Ya no hay fútbol, ya no hay mística, ya no se entiende lo que quiere hacer. 8)