Manuel Garay, inventor: "no sacamos nada con innovar si no somos

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Manuel Garay, inventor: "no sacamos nada con
innovar si no somos capaces de proteger nuestra
invención"
Tiene su primera patente de invención. Y se atrevió a innovar, cuando se dio
cuenta que podía marcar una diferencia con lo que ya existía, realizando
soluciones con claras ventajas técnicas y económicas.
Manuel Garay recibe el título de su primera patente de
invención. Hizo entrega de la misma Mauricio Díaz de INAPI.
Manuel Garay, es químico industrial e ingeniero de ejecución en administración de empresas,
que se describe como alguien "creativo y productivo", y por eso logra encontrar soluciones a
problemas pequeños pero también de gran envergadura.
Es así, como luego de estar relacionado con proyectos mineros y ver a cientos de
operarios cepillando placas de acero inoxidable "cátodo permanente", para tratar de
mantenerlas limpias con el fin de producir un cátodo de cobre alta calidad, este hombre
nacido en Quintero decidió crear un una lavadora ultrasónica destinada a lavar en forma
automática estas placas, "mejorando rendimiento de la energía eléctrica, evitando la
polución en el ambiente, y otorga mejor calidad de vida a las personas que trabajan en la
producción de cátodos de cobre", cuenta Garay.
Recibió su patente de invención a mediados de julio, y consiste en "una batea de
limpieza ultrasónica la cual permite lavar por ultrasonido cátodos permanentes de acero
inoxidable, utilizados en la producción de cátodos de cobre, debido a que el sistema de
limpieza ultrasónica consume energía eléctrica", afirma el inventor. En términos simples, su
invento sirve para hacer limpiezas de cátodos permanentes , en el área minera, y el atributo
más destacable de esta batea, para Garay "es presentar un diseño el cual permite optimizar
el uso de la energía eléctrica invertida en cada lavado (...) con el mínimo gasto de energía
eléctrica", asegura el inventor.
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Manuel Garay dice que esta idea se le ocurrió cuando decidió enfocarse en optimizar
"el uso de la energía eléctrica para obtener el máximo rendimiento por cada watts invertido en
cada lavado", afirma el creador. Con este invento, la limpieza de cátodos dejará de producirse
de forma manual, y el proceso de limpieza será más barato, rápido y además mejorará la
calidad de vida de las personas.
Desde que presentó la solicitud de patente el año 2012, Manuel comenta que ha
tenido cuatro candidatos para ser sus socios: "todas empresas consolidadas en su rubro",
por eso considera que contar con una herramienta de protección como es la patente es
fundamental. "Los derechos de propiedad industrial sobre la invención han sido el motor de
mi emprendimiento", asegura Garay.
Respecto a cómo ve el panorama ahora que tiene patente en mano, el ingeniero cuenta
que ya ha tenido acercamientos con Codelco Ventanas y Anglo American para desarrollar
pruebas pilotos. Pero por el momento, Garay está asociado con una empresa química
especializada en desarrollar soluciones de limpieza industrial, llamada MARPRO CHILE SA,
"debido a que la invención necesitaba pasar por etapas de pruebas y de validación. Para el
desarrollo de estas etapas contamos con el cofinanciamiento de INNOVACHILE de CORFO
Valparaíso, pretendemos desarrollar un emprendimiento posterior para lo cual contamos
actualmente con la asesoría y el apoyo de la incubadora de negocios 3IE de la Universidad
Santa María", explica el inventor.
Este inventor se atrevió a innovar cuando se dio cuenta que podía marcar una diferencia
con lo que ya existía, realizando "soluciones con claras ventajas técnicas y económicas",
cuenta Garay. Es así como decide crear su empresa BREMAN LTDA ( ). Para él, el apoyo de
su familia ha sido fundamental. "Mi señora Brenda Cisternas Monreal, de profesión Ingeniero
Comercial, actualmente me apoya en prospectar nuevas aplicaciones en donde el ultrasonido
pueda contribuir con una clara ventaja técnico económica. Ella es mi socia en la empresa
BREMAN LTDA.
Garay sabe la importancia que tiene contar con una patente. "Lo más importante para
un inventor es llegar a acreditar los derechos de propiedad industrial sobre el invento, de lo
contrario el invento nunca será nuestro, y con claro riesgo de ser aprovechado o patentado
por un tercero. Para conseguir esta protección, es necesario someterse a los requisitos que
establece la ley de propiedad Industrial, lo que implica pasar por la etapa de formulación
de la patente de invención y su presentación a INAPI para su tramitación, una vez obtenida
la patente estar consciente que es una ventaja pionera la cual dura un tiempo acotado y para
mantenerla siempre será necesario seguir innovando", afirma Garay.
Es así como hace un llamado a los innovadores, o inventores que aún no han presentado
su patente, a que se acerquen al Instituto Nacional de Propiedad Industrial - INAPI. Al ser su
primera patente presentada, cuenta que fue muy difícil redactarla y que gracias a que Liliana
Quezada profesional de INAPI, lo asesoró, "pude adquirir el conocimiento técnico que me
permitió enfrentar la redacción y en especial la estrategia para la protección, la cual me llevó
a obtener la patente. El conocimiento que adquirí me ha servido para seguir protegiendo mis
nuevas invenciones, siempre en cada una cuento con el apoyo de INAPI", dice este químico
industrial y agrega "si yo pude partir con cero conocimientos en redacción de patentes y pude
llegar a redactar y obtener mi patente de invención, esto fue resultado del apoyo de INAPI.
Hoy esta patente ha sido una pieza fundamental para emprender y en especial conseguir
inversionistas, sin correr el riesgo de quedar fuera del negocio", asevera Garay.
Y finaliza la entrevista haciendo un llamado: "no sacamos nada con innovar si no somos
capaces de proteger nuestra invención, para esto necesitamos dar un paso más, aprender a
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formular una patente de invención, no es difícil, se requiere dedicación y apoyo, sólo pasando
por este procedimiento podremos acreditar el dominio del invento. Posteriormente vendrán
las oportunidades de negocio, sin correr el riesgo de quedar fuera de éste", puntualiza Manuel
Garay.
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