JOHN RAWLS - Marisol Queiruga

Anuncio
JOHN RAWLS.
UNA TEORÍA DE LA JUSTICIA
J. Ricardo Vudoyra Nieto ®
Después de la denominada Crisis de los paradigmas, la filosofía o teoría
política1[1] padeció un receso tal que parecía anunciar su desaparición del
ámbito del debate teórico. A esta situación contribuyó, en no menor medida,
la dominación de las teorías utilitaristas en el estudio político y social con un
carácter teleológico por un lado así como consecuencialista por el otro.
Además, el utilitarismo presenta un atractivo inherente a su utópico devenir,
no sólo toma como punto de referencia a individuos “reales” de “carne y
hueso” en las decisiones entorno a conflictos sociales, sino que también
aparenta basarse en la idea de igualdad al tomar a todos los actores –prima
facie– como iguales.
Así, la obra de John Rawls aparece como una inminente respuesta al
utilitarismo reinante. Es una vehemente y veraz crítica a la falsedad detrás
de los apelativos utilitaristas que no necesariamente resultan éticamente
correctos y que mientras apelan al principio de mayorías, dejan fuera a
muchos
agencies
sociales
(las
minorías
por
ejemplo)
lo
cual
es
contraintuitivo en las democracias liberales modernas caracterizadas por el
pluralismo y, peor aún, es un acto plagado de injusticia.2[2]
De esta manera, a raíz de que John Rawls publicara en 1971 A Theory
of Justice, se desencadenó una avalancha que hasta la fecha no se ha podido
detener. Se han publicado infinidad de artículos y de libros que giran entorno
al tema de la justicia, siendo que ésta parecía ser un asunto que yacía
dormido en el mismo rincón olvidado en que lo hacen (o hacían, al menos)
los clásicos de la filosofía política.
La obra de Rawls yace dentro de un marco de pluralidad propia de las
democracias
liberales
modernas.
El
pluralismo
agudo
es
claramente
apreciable desde el título mismo de su libro: A Theory of Justice
. Rawls no
3[3]
está hablando de La teoría de la justicia, sino que pareciera asumir desde el
comienzo mismo que él solamente aporta Una teoría que de ninguna manera
es la única que prevalece,
o que
esté
per
se
encima de las demás.
El
pluralismo agudo es pues, el problema que más le preocupa a Rawls en su
obra, principalmente en tanto éste es, como ya mencioné, un elemento que
1[1]
Para fines prácticos se utilizarán los términos filosofía y teoría de manera indistinta.
2[2]
No es el fin del presente ensayo hablar de las críticas rawlsianas a las tesis utilitaristas;
sin embargo, para ver un repaso de ello de manera muy esquematizada, ver: Gargarella,
Roberto: Las teorías de la justicia después de Rawls, Madrid, Paidós, 1999.Cap. I.
3[3]
Desgraciadamente las traducciones al español dejan a un lado ese detalle que aunque
pequeño es sustancial y traducen el título como La teoría de la justicia, eliminando el
sentimiento real de la obra, de ahí que en el presente me referiré al mismo con su título
original.
caracteriza a las sociedades modernas democráticas. Sin embargo, esto no
siempre se vislumbró en su obra, en un principio su teoría buscaba ser
universalista en el más amplio sentir de la expresión. No es sino hasta que
aparece Political liberalism (Liberalismo político) cuando va reduciendo su
paisaje hasta el punto en que sus detractores dicen que difícilmente llega a
salir de Massachusetts. De esta manera, lo que comenzó siendo una teoría
universalista de la justicia, pasa a ser una teoría política de la justicia en
sociedades democráticas liberales y, además, altamente industrializadas, y el
pluralismo agudo se transforma en pluralismo racional.
Las tesis sustentadas en su teoría en conjunto, pueden resumirse en la
pregunta planteada en Liberalismo político: ¿Cómo es que exista durante un
tiempo
iguales,
prolongado
los
una
cuales
sociedad
permanecen
justa
y
estable
profundamente
de
ciudadanos
divididos
por
libres
e
doctrinas
razonables, religiosas, filosóficas y morales? Y aún podemos agregar más, la
experiencia histórica nos muestra que rara vez sucede la cooperación justa
entre ciudadanos libres e iguales bajo tales condiciones. La respuesta a esto
se da con el concepto que engloba la esencia de la teoría rawlsiana: justice
as fairness4[4]. El justice as fairness adopta un procedimiento de naturaleza
contractualista en el cual una serie de individuos sobre los cuales ha caído un
grueso velo de ignorancia situándolos en una Posición Original donde nadie
sabe quién es, y lo único que conservan además de la capacidad de razonar,
son las nociones económicas (bienes escasos) y sociológicas (clases sociales)
más elementales. Así, mediante un contrato social hipotético, establecerán la
estructura básica de la sociedad en que vivirán. Así pues, por medio de este
hipotético contrato se establecerán los principios de justicia que regirán la
vida social, a través de un método que es justo por sí mismo, esto es justice
as fairness.
“Una concepción de justicia es más razonable que otra, si personas
racionales en la situación inicial escogen sus principios por encima de los
otros por el papel mismo de justicia (...) Debemos determinar qué principios
se adoptarán racionalmente dada la situación contractual”5[5]. Estos principios
serán los siguientes:
1.- Principio de libertades. Distribución de igual número de esquemas de
libertades para todos.
2.- Principio de diferencia. Las desigualdades económicas y sociales han de
estar estructuradas de manera tal que aseguren: a) mayor beneficio de los
menos aventajados, y b) que cargos y posiciones estén abiertos a todos en
condiciones de justa igualdad de oportunidades.
El orden Jerárquico de los dos principios de justicia y sus subdivisiones,
es de la siguiente manera 1>2”b”>2”a” y éste no debe ser roto bajo ninguna
A pesar de que este término es traducido como “justicia como imparcialidad” o
“justicia como equidad”, me parece que no es fácilmente traducible, por lo que también lo
dejaré tal y como el autor lo asumió.
4[4]
5[5]
Rawls, John: A theory of justice, Cambridge, Harvard University Press, 1999, p.16.
circunstancia.
Según
Rawls
“ambos
principios,
conjuntamente
con
la
prioridad atribuida al primero sobre el segundo, regulan las instituciones
básicas que aplican en la realidad estos valores”6[6]. Estos principios son, así
mismo,
los
instituciones
más
adecuados
adecuadas
a
para
los
garantizar
valores
de
el
correcto
libertad
y
de
arreglo
de
las
igualdad
de
los
ciudadanos que viven bajo democracias liberales modernas utópicamente
bien
ordenadas,
garantizando
tales
valores.
Únicamente
basando
las
instituciones fundamentales en éstos principios, será posible la consecución
de la cooperación social de la que hablábamos hace unos momentos.
Cabe aquí agregar que las instituciones básicas de la sociedad a las que
Rawls se refiere son social (la familia), económica (el mercado) y política (la
constitución), esta última es la más importante7[7].
Nada
más
para
terminar,
vale
la
pena
subrayar
que
como
el
parteaguas teórico que significó, la obra de John Rawls ha recibido críticas
severas por parte de las más variadas posturas filosóficas. Desde Robert
Nozick,
un
liberal
libertario,
hasta
Susan
Moller
Okin,
una
feminista
moderada. A raíz de los muy diversos trabajos que se desprendieron por
parte
de
distintos
actores
en
la
discusión,
Rawls
escribe
su
Liberalismo
político, en donde (a pesar de sus negativas a aceptarlo) se aprecia cómo las
críticas
comunitaristas
de
autores
tales
como
Walzer,
Sandel
y
otros,
lograron que Rawls aceptara la necesidad de reformular su Teoría de la
Justicia
original
ante
un
duro
cuestionamiento
del
que
difícilmente
pudo
salvarse del todo. Sin embargo, esto apunta a que el quehacer teórico se
haga día a día más enriquecedor y a que, finalmente, se consiga acercar
cada vez más a establecer una definición más clara de lo que sucede con la
justicia. Pero de estas críticas sería objeto un libro entero.
6[6]
Rawls, John, Liberalismo político, México, Fondo de Cultura Económica, 1996, p. 31.
7[7]
Ver más en Rawls, John: A theory of justice, C. 36, p.194.
Descargar