Familia y trabajo: ¿un conflicto para las mujeres?.

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La conciliación entre la vida laboral y familiar:
qué le pedimos a la nueva Ley.
retribuido cuando los hijos e h ijas o los mayores contraen una
enfermedad contagiosa o larga y necesitan tiempo a su cuidado y
acompañarle s a la asistencia san itaria, que hasta ah ora solo se
reconocía para enfermedades graves o con hospitalización.
Hace falta establecer mecanismo s preciso s para que la
maternidad y la educación de los hijos e hijas no supongan trabas
para la incorporación de la mujer al ámbito laboral. En esta línea,
debemos empezar a exigir la ampliación de las semanas de permiso
por maternidad , los permisos por lactancia,….., de forma que se
vayan acercando a los tiempos que ya rigen desde hace años en
otros países de nuestro entorno; así como la creación de permisos
específicos para padres y/o parejas que les posibiliten implicarse
en esta tarea.
Hacen falta políticas educativas encaminadas a cambiar la
concepción social de que los cuidados a grandes y pequeños son
cosa de mujeres.
Hace f alta dar la opción a cu alqu ier trabajadora o
trabajador de ele gir hacer uso de sus derechos en materia de
conciliación de su vida familiar y laboral.
Qué le pedimos a la Nue va Ley de Con ciliación de Vida
Familiar y Laboral; fundamentalmente que no sea una nueva trampa
para las mujeres que fomente únicamente a ellas la obtención de
permisos remunerados o no de ausencia del trabajo para dedicarse
a la mate rnidad, al cuidado de perso nas de pendientes. ..,
otorgando nuevamente la función de asistencia a la mayoría de
mujeres y a un número todavía insuficiente de hombres. De igual
modo pedimos que la «familia tradicional» deje de ser la única
estructu ra so cial de con vive ncia af ectiva susceptible de
protección por los Poderes Públicos, extendiéndose ésta a todos
los modelos familiares y de convivencia existentes en nuestra
sociedad.
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Familia y trabajo:
¿un conflicto para las mujeres?.
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Las diferencias culturales que se elaboran alrededor de
ho mbres y mu jeres estable ce n u n con ju nto de n ormas y
prescripciones conformando los roles masculinos y femeninos y
estipulan, además, una división sexual del trabajo en la que se
responsabiliza a las mujeres del cuidado de la familia y del hogar.
A pe sar de qu e la mu j e r ha ido de sempe ñ ando ,
paulatinamente, su actividad profesional en el ámbito público,
siguen existiendo muchas barreras educativas, institucionales y
culturales que hacen que la mayoría deba conciliar su aspiración
de ejercer un trabajo económicamente reconocido con el cuidado
de la familia y las tareas domésticas. Esa dedicación desigual al
espacio doméstico va a provocar que no se comparta de forma
igualitaria el ámbito público o que las mujeres deban renunciar a
su vida familiar en favor del desarrollo profesional. En la enseñanza
primaria, a pesar de ser una prof esión mayoritariamen te
desempeñada por mujeres, sólo un 29,74 % ocupan la dirección
de los centros en Andalucía en el curso 2001/2002. Hay estudios
don de 1 se ha pue sto de manif iesto que las mujeres sie nten
ansiedad cuando no colocan a su familia en primer lugar. De hecho,
se definen como madres que trabajan y no al revés.
Esa dedicación a las responsabilidades familiares es uno
de los principales obstáculos para el progreso de las mujeres2.
Incluso qu ienes o ptan por el trabajo fuera del ho gar siguen
compaginándolo con las tareas domésticas. De hecho, en general,
en todas las profesiones son las mujeres las que ocupan los trabajos
a tiempo parcial, para poder compaginarlos con las tareas del hogar,
y son también las que en menor proporción trabajan en el ámbito
público. En Andalucía, sólo un 39,97% de las mujeres trabajaban y
cuan do lo h acen son ellas las que se dedican al cuidado de los
hijos e hijas: el 96,38% de las mujeres se piden excedencia por el
cuidado de los h ijos/h ijas y un 98, 46% de los permiso s de
mate rnidad (Elabo ración del Instituto de la M ujer a partir del
Instituto Nacional de la Seguridad Social, 2004). Los varones no
asumen las políticas públicas que tratan de conciliar la vida familiar
y profesional.
Increíble, pero cierto...
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Emilia Moreno Sánchez.
Profesora Titular de la
Universidad de Huelva.
Por eso siguen siendo necesarias medidas educativas y de
información que transformen los modelos asignados a hombres y
muje res, y tambié n políticas para avanzar e n el camino de la
igualdad de mujeres y hombres entre las que destaco:
* Las licencias por maternidad y excedencias para el cuidado de
los hijos e hijas, con la garantía de que puedan reincorporarse
a su ocupación an terior y con las mismas pre stacion es y
reconocimientos que el periodo laboral.
* Guarderías públicas con horario flexible en las que personal
especializado garantice la decisiva formación de los primeros
años.
* Servicios con horario amplio, más allá del tradicional horario
escolar que permitirá, sobre todo a las mujeres de familias
con ingresos más bajos, que son quienes se quedan en casa
cuando hay incompatibilidad de horarios, realizar su actividad
profesional sin necesidad de hacer uso de la ayuda de vecinos
o familiares para que ellas puedan trabajar.
* Centros educativos que permitan unas condiciones de mayor
flexibilidad a madres y padres, donde las niñas y niños puedan
acudir mientras sus progenitores estudian o trabajan e incluso
du rante parte de las vacacio nes esco lare s de aquellas
profesiones que no coinciden con las suyas.
En definitiva, que hombres y mujeres puedan compaginar
dos aspiraciones laborales dif erentes y un proyecto familiar
común, siendo ésta una medida vital para que todas las personas
podamos desarrollarnos personal y profesionalmente.
Notas
1
RADDON, Arwen (2002): «Mothers in the Academy; positioned and
positioning within discourses of the ‘successful academic’ and the ‘good
mother’», en Studies in Hgher Education, vol. 27, nº 4, 387-403.
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Aspecto que se ha puesto de manifiesto en un estudio que estamos
realizando para analizar las barreras que dificultan el acceso de las mujeres
a la dirección de los colegios de Infantil y Primaria, financiado por el
Ministerio de Ciencia y Tecnología (BOE 15 de enero de 2002, referencia
BSO 2002-01954). Cuando preguntamos a las maestras que han participado
en nuestro estudio si estaban interesadas en la dirección, sólo un 17,4%
respondía afirmativamente. Las razones que aducen para de esta
autoexclusión hacen referencia a un aspecto reiterativo en la vida de las
mujeres y, por ende, en este trabajo, y es el binomio trabajo-familia. La
atención que requiere su pareja (la señalan un 69,2%) y los hijos e hijas
(un 63% tienen hijos/as) son los argumentos más aducidos. Un 34,8%
tienen los hijos/as pequeños/as, menos de 3 años, lo que les exige mayor
dedicación. No parece que las mujeres estén dispuestas a sacrificar su
vida familiar. De hecho la mayoría de las directoras que actualmente están
ejerciendo tienen sus hijos mayores de 12 años (67,4%).
Secretaria de la M
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