Reflexiones de la palabra - Hermandad de Nuestro Padre Jesús

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CORPUS CHRISTI•AÑO / B • Mc 14, 12-16.22-26
● Primera lectura ● Éx 24, 3-8 ● “Esta es la sangre deja ● Segunda lectura ● Hb 9, 11-15 ● “La sangre de Cristo
alianza que hace el Señor con vosotros ”.
podrá justificar nuestra conciencia ”.
● Salmo ● Sal 115 ● “Alzaré la copa de la salvación, in- ● Evangelio ● Mc 14, 12-16.22-26 ● “Esto es mi cuerpo.
vocando el nombre del Señor”.
Ésta es mi sangre”.
Mc 14,12-16.22-26
12
El primer día de la fiesta de los panes sin levadura,
cuando se sacrificaba el cordero pascual, sus discípulos
le preguntaron: «¿Dónde quieres que vayamos a preparar la cena de la pascua?».
13
Mandó entonces a dos de sus discípulos y les dijo: «Id
a la ciudad, y os encontraréis con un hombre que lleva
un cántaro de agua; seguidlo 14 y, donde entre, decid al
dueño: El maestro dice: ¿Dónde está mi sala, en la que
voy a comer con mis discípulos la cena de la pascua? 15
Él os mostrará una sala en el piso de arriba, grande, alfombrada y dispuesta. Preparadla allí». 16 Los discípulos
fueron, llegaron a la ciudad y encontraron todo como les
había dicho; y prepararon la cena de la pascua. 22 Durante la cena Jesús tomó pan, lo bendijo, lo partió y se lo
dio, diciendo: «Tomad, esto es mi cuerpo». 23 Después tomó un cáliz, dio gracias, se lo
pasó a ellos y bebieron de él todos. 24 Y les dijo: «Ésta es mi sangre, la sangre de la alianza, que será derramada por todos. 25 Os aseguro que ya no beberé más de este fruto de la
vid hasta el día en que beba un vino nuevo en el reino de Dios». 26 Después de haber cantado los himnos, salieron hacia el monte de los Olivos.
Me pongo en presencia de Dios.
● Todos comulgamos el mismo Cuerpo de Cristo,
● Hoy, como en Navidad, es un día para adorar, todos nos unimos a Cristo. Una razón de más
para contemplar en silencia este misterio tan para vivirla Comunión.
grande. Sabiendo además que eso que contemplamos es a la vez para ser comido, para ser nuestro
alimento.
● Contemplo. Le doy gracias.
● Esta es nuestro mejor acción de gracias a Dios,
la Eucaristía.
● Y le pido a Dios que me convierta en buen pan
par el mundo
Escucho de boca de Jesús las palabras del
Evangelio: “Tomad, esto es mi cuerpo….”
Palabras que oigo siempre que participo en la Eucaristía y que son dichas para mí y para toda la
humanidad.
●
 ¿La Comunión con Jesús me lleva a comulgar,
a la común unión con todos los que comulgan?
●
Oro de todo ello con el Señor.
Notas para fijarnos en el Evangelio
● Hoy celebramos la festividad del Corpus, solemnidad instituida en el s. XII
en la Iglesia latina en la que se recalca
la presencia real de Jesús en la Eucaristía.
● El pan, alimento básico en aquella cul-
● San Marcos nos presenta la institución
manera de entregarse para siempre a la
humanidad. Jesús se convierte en buen
pan para ser nuestro alimento. De esta
forma pretende que nosotros nos convirtamos también en buen pan para alimento de la humanidad. Jesús se hace
la verdadera comida para las personas.
de la Eucaristía dentro del contexto del
banquete pascual, dentro de la celebración de la pascua judía.
● En estas celebraciones pascuales los
judíos celebraban la liberación del pueblo de la esclavitud de Egipto, el don de
Dios de la tierra prometida, el largo paso por el desierto acompañados de la
mano de Dios…
● Como vemos los Apóstoles le piden a
Jesús dónde han de preparar la celebración de la Pascua y Jesús les da las instrucciones, es Él quien dirige. Es Él el
anfitrión y Él además se hará comida en
esta cena.
● No se nos dice nada de la cena judía y
por otra parte se destacan las palabras
de Jesús sobre el pan y el vino. Observamos en el texto los gestos y las palabras de la institución de la Eucaristía
que tienen plena actualidad en la celebración de este día: “Jesús tomó un
pan, pronunció la bendición, lo partió y
se lo dio, diciendo:
Tomad, esto es mi cuerpo. Cogiendo
una copa, pronunció la acción de
gracias, se la dio y todos bebieron.
Y les dijo:
Esta es mi sangre, sangre de la
alianza, derramada por todos.
● Jesús en toda su persona, en todo su
ser se hace comida, se entrega. Jesús
habla de comer, no sólo de ver, de contemplar. Se trata de un banquete, en
ciertos momentos de la vida de la Iglesia la comunión era solo para el presbítero y los fieles se contentaban con ver
el pan consagrado, de ahí la acción de
levantar el cuerpo de Cristo y el cáliz
con la sangre.
tura, pasa de ser un alimento para el
cuerpo a ser la realidad personal de Jesús, es transformado en alimento espiritual.
● Jesús al final de su vida encuentra la
● Jesús habla de sangre de la alianza,
de sangre derramada, con una clara referencia a la nueva alianza que vino a
realizar entregando su vida.
● Todo ello lo comienza Jesús bendicien-
do a Dios Padre, Dios Padre lo ha hecho
todo bien.
● Jesús realiza la nueva alianza, el nue-
vo pacto entre Dios y la humanidad.
Alianza que Jesús realiza para toda la
humanidad.
● La Eucaristía es el gran don que Dios
Padre ofrece a la humanidad por medio
de su Hijo.
Tomad,
esto es mi Cuerpo
Señor Jesús,
¡qué admirables son, como siempre,
tus gestos y tus palabras!
Es la víspera de tu Pasión.
Estás que te vas,
con la maleta hecha,
ya todo está concluyéndose en tu vida,
Son los flecos que te quedan,
¡y qué flecos!
Son tus últimas horas entre nosotros.
¡Qué suerte la nuestra
que podemos acercarnos
para estar contigo
presente en la Eucaristía
y hablarte así cara a cara,
tenerte en nuestro interior!
¡Quiero hoy admirar tus gestos
y tus palabras
que a diario digo u oigo
en nuestra comunidad, en tu Iglesia!
Gracias, Señor, Jesús.
Ayúdanos a saber valorar tu presencia
en la Eucaristía. Danos, Señor Jesús,
hambre de Eucaristía.
Para ser también nosotros Eucaristía,
acción de gracias a Dios Padre
Una vida, la tuya, humilde, valiente,
entregada, fiel al proyecto de Dios Padre en nombre de la humanidad,
y terminando tu estancia entre nosotros de las personas con las que convivo.
quieres prolongar tu presencia
Perdona, Señor Jesús,
y lo haces de una forma inaudita.
nuestra rutina
“Tomad y comed… esto es mi cuerpo”.
y nuestras comuniones que son,
a veces, muy individualistas
Tú, Señor Jesús,
te haces comida, buen Pan para todos. y en las que hacemos poco esfuerzo
para caer en la cuenta
de que todos te comemos
Tú, Señor Jesús,
y por tanto todos estamos unidos a Ti.
sabías de la importancia
de la comida compartida,
del sentarse juntos en una misma mesa Haz, Señor Jesús,
que humildemente sepamos acercarnos
para entablar relaciones
a comer tu Cuerpo
y fomentar la amistad.
que nos va transformando,
Tú, Señor Jesús, sabias de la necesidad poco a poco, en otros cristos
de la comida
Señor, yo creo que estás
para la vida del cuerpo
Real y verdaderamente
y te haces banquete abundante.
presente en la Eucaristía,
fortalece mi fe,
En torno a Ti,
aumenta mi fe.
quieres que nos reunamos
para constituirnos en comunidad,
en tu comunidad.
Y además te das Tú mismo
como alimento
para nuestras vidas.
El mismo alimento para todos.
Tú, Señor Jesús,
en esa comida estableces
una nueva alianza,
un nuevo pacto
entre Dios y la humanidad.
¡Cuánta hermosura!
¡Cuánta grandeza!
¡Cuántas cosas que superan
mi inteligencia!
¡Qué suerte la nuestra
que somos asiduos a la Eucaristía!
”
e
r
g
n
a
s
Ver ● Juzgar ● Actuar “Pacto de
VER
ntiguamente, pero también hoy, algunas
A
personas hacen un “pacto de sangre”: para
dar la mayor importancia y seguridad a un
acuerdo que han adoptado, se realizan una pequeña herida, normalmente en las manos, para
que brote la sangre y después unen sus manos
de modo que su sangre se mezcle, indicando así
que ese pacto ha quedado firmemente sellado y
obliga a respetarlo a quienes lo han realizado.
Haber unido su sangre crea un fuerte vínculo
entre esas personas, que tienen la seguridad de
que la otra persona va a ser fiel a lo pactado y
no les va a traicionar.
JUZGAR
oy estamos celebrando la Solemnidad del
H
Corpus Christi, el Cuerpo y la Sangre de
Cristo. Y la Palabra de Dios en este domingo
nos recuerda que Dios ha sellado con nosotros
un pacto de sangre, el mayor pacto que el hombre pueda imaginar: la Nueva Alianza.
Ya desde el principio Dios había establecido sucesivas alianzas con su pueblo: con Noé, con
Abrahán y con Moisés. Como indica el Itinerario
de Formación Cristiana para Adultos “Ser cristianos en el corazón del mundo”: La Alianza es
el término bíblico por antonomasia para
expresar la acción de Dios con toda la humanidad y con su pueblo (…) con unas estipulaciones que se dejan claras desde el
principio y que comprometen a las partes;
con un rito que las sella (T. 8). En la 1ª lectura hemos escuchado el relato de la Alianza con
Moisés, que recoge estos aspectos y que es sellada con sangre: Moisés puso por escrito todas
las palabras del Señor… Y mandó a algunos
ofrecer al Señor holocaustos y vacas… Tomó la
mitad de la sangre y la puso en vasijas… Después tomó el documento de la alianza y se lo
leyó en alta voz al pueblo, el cual respondió:
“Haremos todo lo que manda el Señor y le obedeceremos”. Tomó Moisés la sangre y roció al
pueblo diciendo: “Ésta es la sangre de la alianza
que hace el Señor con vosotros”.
Pero la Alianza con Dios no es un simple
“pacto”, sino la concreción de la Historia de Salvación, el diálogo amoroso que Dios ha llevado
a cabo con su pueblo a lo largo de la Historia:
La salvación de Dios parte de la creación y
se focaliza en un pueblo pequeño, Israel.
En la plenitud de los tiempos, Dios cumple
las promesas hechas a su pueblo e inaugurará una Nueva Alianza en la persona de
Jesucristo.
Tras las fiestas Pascuales, y las Solemnidades
de la Ascensión, Pentecostés y la Santísima Trinidad, la Solemnidad del Cuerpo y la Sangre de
Cristo nos hace recordad y celebrar esta Nueva
Alianza, como hemos escuchado en el Evangelio: Jesús tomó un pan… y se lo dio diciendo:
“Tomad, esto es mi cuerpo”. Cogiendo una co-
pa… les dijo: “Ésta es mi sangre, sangre de la
alianza, derramada por todos”.
La Antigua Alianza tenía tal importancia en la
vida del pueblo de Israel que tuvo que ser renovada periódicamente: antes de entrar en la tierra prometida; cuando el rey Josías establece un
período de purificación por los pecados; y cuando el pueblo vuelve del destierro. Para nosotros
la Nueva Alianza tiene tal importancia que todos
los años la celebramos en este día. Hoy recordamos y celebramos que Dios, por nuestra salvación, en Jesús ha hecho y sigue haciendo con
nosotros el mayor pacto de sangre, y la 2ª lectura nos recuerda hasta qué punto se ha comprometido Dios con nosotros: No usa sangre de
machos cabríos ni de becerros, sino la suya propia… Si la sangre de machos cabríos y de toros…
tienen el poder de consagrar a los profanos,
cuánto más la sangre de Cristo… podrá purificar
nuestra conciencia de las obras muertas. Dios
mismo, en Jesús, une su sangre a la nuestra
estableciendo un pacto definitivo; por su parte
siempre será fiel, y así los llamados pueden recibir la promesa de la herencia eterna.
ACTUAR
significa para mí que Dios haya hecho
¿Q ué
con nosotros, conmigo, un pacto de san-
gre? ¿Había profundizado alguna vez en el significado de las palabras de se dicen durante la
consagración: Éste es el cáliz de mi Sangre,
Sangre de la Alianza nueva y eterna, que
será derramada por vosotros y por todos
los hombres para el perdón de los pecados?
¿Soy fiel a esa Alianza, a ese pacto?
Cada vez que participamos en la Eucaristía, Dios
vuelve a hacer con nosotros este pacto de sangre, porque sacramentalmente renueva su entrega total, con su Cuerpo y su Sangre, por nosotros y por nuestra salvación. Renovemos nosotros también nuestro compromiso con la Nueva Alianza con nuestra participación consciente
y activa en la Eucaristía, para que como hemos
pedido en la oración colecta, experimentemos
constantemente en nosotros el fruto de tu
redención.
Acción Católica General
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