PLAN NACIO
ACIONAL DE
ABADIAS, MONASTERIOS Y CONVENTOS
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Diseño: Sara Miguélez Díez © IPCE
¿Qué es el Plan Nacional de Abadías, Monasterios
y Conventos?
¿Qué bienes conforman el Plan Nacional de
Abadías, Monasterios y Conventos?
Es un instrumento técnico de gestión de la conservación de este conjunto de
bienes en el que se establecen estrategias metodológicas, de programación de
actuaciones y de ejecución y seguimiento, que permiten mejorar el marco general de intervención sobre ellos por parte de todas las administraciones y
de cualquier otra entidad que participe en el proceso.
En este Plan se agrupan las más de quinientas abadías, monasterios y conventos que gozan de la condición de Bien de Interés Cultural, es decir, del máximo
grado de protección que otorga la vigente legislación sobre patrimonio cultural.
Son un conjunto de bienes reflejo de formas específicas de vida en comunidad religiosa, según el carisma de las diversas reglas, que comb
nan distintos tipos de valores:
Las razones que llevan a plantear la existencia de un Plan
Nacional de Abadías Monasterios y Conventos son varias
y diversas. En primer lugar, asistimos a un proceso de
cambio, abandono y cierre de muchos de estos conjuntos como consecuencia de la evolución de la sociedad y la escasez de vocaciones. Paralelamente,
se observa el desarrollo de procesos de transculturación por la entrada de religiosos/as procedentes
de otras culturas que introducen nuevos valores
y usos. Estos factores y la creciente reutilización
de los inmuebles para nuevos usos ajenos a la
vida en comunidad, hacen que estos conjuntos,
de importantes valores patrimoniales, sean cada
vez más vulnerables. Todo ello, unido a la variedad existente en cuanto a su titularidad jurídica
hace necesaria una puesta en común y una reflexión sobre este tipo de Patrimonio Cultural tan
importante, singular, diferenciado, vulnerable y desconocido para nuestra sociedad.
> Modelos arquitectónicos específicos acordes a las
distintas órdenes religiosas (benedictina, cisterciense,
cartujana, mendicante...).
> Un patrimonio intangible constituido por el conjunto de vivencias espirituales y litúrgicas, desarrolladas en un marco de silencio, divididas en ciclos
anuales y ciclos diarios además de la música y el
canto y otros muchos conocimientos y actividades específicas desarrolladas en la vida cotidiana monacal o conventual.
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> Un vasto conjunto de bienes muebles relacionados con cada uso y función litúrgica, con la vida
devocional y con la vida cotidiana, además de un
gran acervo cultural conservado en sus archivos y
bibliotecas.
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> Como herencia viva, este patrimonio mantiene en
nuestra sociedad un conjunto de valores profundamente
humanos: silencio creador, apertura a la trascendencia, que
hace de su conservación no sólo una tarea de protección sino
también de creación y enriquecimiento.
Este conjunto de bienes conforman un patrimonio histórico vivo en el que los
elementos que lo constituyen continúan sirviendo a los fines para los que fueron
creados originalmente. En su mayoría, mantienen sus invariantes iniciales establecidas mediante las diferentes reglas, en un contexto de vida en comunidad
que los conserva y los transmite a lo largo del tiempo. Por otra parte, también
supone una serie de valores de carácter sociológico y etnológico conservado
a través de los distintos ritos, costumbres y hábitos a lo largo de la historia del
monacato.
¿Por qué y para qué un Plan Nacional de Patrimonio
Abadías, Monasterios y Conventos?
Los objetivos básicos del Plan son:
> Abordar el problema del rápido deterioro y la alta vulnerabilidad de este
amplio patrimonio: por la falta de vocaciones, fenómenos de transculturación
por la venida de religiosos extranjeros y cierre de muchos inmuebles
por falta de uso.
> Profundizar en la apertura a la sociedad de este
patrimonio y en la búsqueda de usos compatibles o alternativos que permitan su sostenibilidad evitando su
cierre y abandono.
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> Investigar en este campo apostando por un
tipo de Plan Director y de Documentación en el
que, más allá de la clásica información de tipo
arquitectónico e histórico, alcance un importante protagonismo el estudio y la recogida de
información del patrimonio inmaterial vinculado a estos elementos, así como del patrimonio etnográfico, documental, de actividades
económicas y tecnológicas, de la dimensión
social, prácticas religiosas, música y literatura,
etc., en una visión lo más amplia e integradora
posible.
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Un Plan de todos, para todos
La implementación de medidas de conservación preventiva y de mantenimiento necesarias para asegurar la prolongación en el tiempo de dichos bienes.
Conscientes del grave problema de vulnerabilidad de este patrimonio, así como
del avance en la toma de conciencia sobre la necesidad de abordar la conservación del patrimonio inmaterial, tan presente en este caso, uno de los retos
más necesarios para el buen resultado del Plan es el establecimiento de usos
compatibles y modelos de gestión que permitan la continuidad y la conservación
de estos conjuntos, debiendo hacer partícipe a la sociedad de este proceso.
Además, se plantea la necesidad de que las actuaciones a realizar
con fondos públicos se vean complementadas con otras acciones
como la visita pública, difusión, conservación preventiva, mantenimiento, etc., adaptadas a las especificidades de cada
Bien de Interés Cultural y siempre en compatibilidad con
el uso religioso
La participación social y desarrollo del turismo cultural para contribuir a la
comprensión de la estructura territorial, los sistemas productivos, políticos y culturales del pasado de nuestras regiones que consecuentemente se traduce en
un interés creciente en conocer y preservar.
Fases de actuación
El método de actuación comprenderá los siguientes pasos principales:
1. Identificación de los bienes mediante la elaboración de un inventario básico (ya realizado) y del
un catálogo específico sobre el que el Plan aporta
su diseño y una herramienta informática para su
desarrollo.
2. Establecimiento de los grados de protección
del bien.
3. Estudio de los bienes de forma interdisciplinar.
4. Establecimiento de estrategias generales,
fase de síntesis y evaluación para abordar su conservación.
5. Programación ordenada y priorizada
de actuaciones relativas a los diferentes
campos relacionados con el tratamiento del patrimonio cultural (documentación, conservación, restauración,
rehabilitación,
mantenimiento,
conservación preventiva, investigación, puesta en valor, gestión,
difusión, accesibilidad...).
6. Procesos continuos: Investigación, documentación, conservación preventiva, accesibilidad,
difusión.
¿Cuáles son los criterios
de valoración y selección?
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El Plan Nacional de Abadías, Monasterios y
Conventos está llamado a ser un instrumento de
gestión indispensable para el establecimiento de
estrategias coordinadas de conocimiento, protección, investigación y conservación de este conjunto patrimonial. En este sentido:
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Los criterios de intervención aplicables deberán ob- o
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servar los relativos a conservación de patrimonio estableci- el Pa
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legislaciones autonómicas así como en las recomendaciones na- to: Sara
cionales e internacionales sobre la materia y en los criterios más asen- Miguélez D
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tados actualmente en la disciplina de la conservación y restauración. También
habrán de tenerse en cuenta los Acuerdos del Estado Español y la Santa Sede.
La realización de un Plan Director y de Documentación de cada bien cuya
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La elaboración de un método de trabajo deberá estar supeditada a las
estrategias que se deriven del mejor conocimiento del bien desde una visión interdisciplinar, procurando para ello la aplicación de todos los medios disponibles
de la ciencia y de la técnica.
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