EL PETRÓLEO Introducción

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EL PETRÓLEO
Introducción
El petróleo es un líquido formado por una mezcla de hidrocarburos. En las refinerías se separan del petróleo
distintos componentes como gasolina, gasoil, fuel oil y asfaltos, que son usados como combustibles. También
se separan otros productos de los que se obtienen plásticos, fertilizantes, pinturas, pesticidas, medicinas y
fibras sintéticas.
En 1990 se obtenía del petróleo el 38,6% de la energía comercial del mundo, aunque unos años antes, en 1974
llegó a representar el 47,4%, antes de la crisis planteada por la OPEP. Ese mismo año la proporción de energía
comercial suministrada por el gas natural fue de un 21,6% y desde la crisis del petróleo de 1973 ha ido
aumentando ligeramente la proporción en la que se consume.
Formación
El petróleo se forma bajo la superficie terrestre por la descomposición de organismos marinos. Los restos de
animales minúsculos que viven en el mar y, en menor medida, los de organismos terrestres arrastrados al mar
por los ríos o los de plantas que crecen en los fondos marinos se mezclan con las finas arenas y limos que caen
al fondo en las cuencas marinas tranquilas. Estos depósitos, ricos en materiales orgánicos, se convierten en
rocas generadoras de crudo. El proceso comenzó hace muchos millones de años, cuando surgieron los
organismos vivos en grandes cantidades, y continúa hasta el presente. Los sedimentos se van haciendo más
espesos y se hunden en el suelo marino bajo su propio peso. A medida que se van acumulando depósitos
adicionales, la presión sobre los situados más abajo se multiplica por varios miles, y la temperatura aumenta
en varios cientos de grados. El cieno y la arena se endurecen y se convierten en esquistos y arenisca; los
carbonatos precipitados y los restos de caparazones se convierten en caliza, y los tejidos blandos de los
organismos muertos se transforman en petróleo y gas natural.
Una vez formado el petróleo, éste fluye hacia arriba a través de la corteza terrestre porque su densidad es
menor que la de las salmueras que saturan los intersticios de los esquistos, arenas y rocas de carbonato que
constituyen dicha corteza. El petróleo y el gas natural ascienden a través de los poros microscópicos de los
sedimentos situados por encima. Con frecuencia acaban encontrando un esquisto impermeable o una capa de
roca densa: el petróleo queda atrapado, formando un depósito. Sin embargo, una parte significativa del
petróleo no se topa con rocas impermeables, sino que brota en la superficie terrestre o en el fondo del océano.
Entre los depósitos superficiales también figuran los lagos bituminosos y las filtraciones de gas natural.
Tipos de crudo
La palabra crudo es típica para designar al petróleo antes de su refinado.
La composición de los crudos es muy variable dependiendo del lugar en el que se han formado. No solo se
distinguen unos crudos de otros por sus diferentes proporciones en las distintas fracciones de hidrocarburos,
sino también porque tienen distintas proporciones de azufre, nitrógeno y de las pequeñas cantidades de
diversos metales, que tienen mucha importancia desde el punto de vista de la contaminación.
Reservas de petróleo y de gas natural
Se puede encontrar petróleo y gas natural en todos los continentes distribuidos de forma muy irregular.
Enormes campos petrolíferos que contienen alrededor de la mitad del petróleo mundial se encuentran en el
Oriente Próximo.
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Se piensa que debe haber notables reservas en las plataformas continentales, aunque por diversos problemas la
mayoría de ellos no están todavía localizados y explotados.
Es muy difícil estimar para cuantos años tenemos petróleo. Es difícil hacer este cálculo porque depende de
muchas variables desconocidas. No sabemos cuantos depósitos nuevos se van a descubrir. Tampoco cual va a
ser el ritmo de consumo, porque es probable que cuando vayan escaseando y sus precios suban se busque con
más empeño otras fuentes alternativas de energía y su ritmo de consumo disminuya. Se cree que hay reservas
para un tiempo comprendido entre varias decenas y unos 100 años.
Otro importante problema relacionado con el petróleo es que se consume mayoritariamente en regiones donde
no se produce, echo que plantea un gran problema.
Consumo de petróleo
El consumo mundial de petróleo fue creciendo hasta alcanzar su máximo en 1978 año en el que se explotaron
algo más de 3000 millones de toneladas. Después el consumo disminuyó hasta el año 1982 y desde entonces
ha ido aumentando pero todavía sin llegar a las cifras de 1978. El consumo medio en el mundo, por habitante
y año en 1993 era de unas 0,6 toneladas .Este descenso se ha debido a la disminución del consumo en los
países desarrollados. Por ejemplo, en Norteamérica el consumo por habitante y año era de unas 4 toneladas en
1978, con mucho el más alto del mundo, y en cambio en 1993 fue de unas 3 toneladas. El consumo en los
países desarrollados, excepto Norteamérica es de unas 1,4 toneladas por habitante y año, mientras que en los
países no desarrollados el consumo es de menos de 0,5 toneladas, aunque el consumo total de estos países, por
motivos demográficos y de desarrollo se está manteniendo en crecimiento continuo.
Problemas ambientales en el uso del petróleo y el gas natural
Este combustible causa contaminación tanto al usarse, como al producirse y transportarlo.
Uno de los problemas más estudiados en la actualidad es el que surge de la inmensa cantidad de CO2 que
estamos emitiendo a la atmósfera al quemar los combustibles fósiles. Como estudiamos con detalle, este gas
tiene un importante efecto invernadero y se podría estar provocando un calentamiento global de todo el
planeta con cambios en el clima que podrían ser catastróficos.
Otro impacto negativo asociado a la quema de petróleo es la lluvia ácida, en este caso no tanto por la
producción de óxidos de azufre, como en el caso del carbón, sino sobre todo por la producción de óxidos de
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nitrógeno.
Los daños derivados de la producción y el transporte se producen sobre todo por los vertidos de petróleo,
accidentales o no, y por el trabajo en las refinerías
En manos de la OPEP
En 1960, 13 de los principales países exportadores de crudo se enfrentaron con las petroleras
internacionales por los precios del petróleo. Estas discusiones llevaron a los estados productores a crear la
OPEP (Organización de Países Exportadores de Petróleo), con la intención de influir sobre los precios del
crudo mediante el control de los niveles de producción. De esta manera, los países de la OPEP logran generar
mayores ingresos en sus presupuestos.
Desde el primer día, la OPEP ha mantenido invariables sus prioridades, y, aunque el poder que adquirió hace
30 años ha disminuido con el tiempo,
La Organización sigue llevando las riendas del mercado y logra todavía disparar los precios del crudo.
La OPEP está formada por 11 estados miembros, situados en África, Asia y América del Sur: Argelia, Libia,
Nigeria, Indonesia, Irán, Irak, Kuwait, Qatar, Arabia Saudí, Emiratos Arabes Unidos y Venezuela. Entre
todos, suministran más del 40% del petróleo mundial y poseen cerca del 78% de las reservas de crudo
de la Tierra.
Sin embargo, no todos los países productores de crudo se encuentran en la OPEP. Algunos, como Estados
Unidos o Gran Bretaña, decidieron no vender su petróleo a través de la organización. Otros estados «no
pertenecientes», como México, Rusia o Noruega, colaboran a menudo con la organización para subir los
precios. De hecho, en los últimos días Rusia ha mostrado su interés en incorporarse a la OPEP.
Además, dentro de la propia organización se dan con frecuencia conflictos de intereses que chocan en
las negociaciones para acordar estrategias. Países con reservas de petróleo relativamente pequeñas, o
estados como Argelia y Libia, con crudos de primera calidad, o incluso otros como Irán o Nigeria, con mucha
población y escasos recursos alternativos, presionan a menudo para obtener precios más altos.
Entretanto, productores como Arabia Saudí y Kuwait, con inmensas reservas y pequeñas poblaciones,
temen que los elevados precios aceleren cambios tecnológicos y el desarrollo de nuevos depósitos,
reduciendo el valor de su crudo.
La sensibilidad del crudo
El complicado comportamiento del mercado del petróleo no facilita el trabajo a la OPEP. Una subida fuerte
de los precios es beneficiosa a corto plazo pero a la larga estimula la investigación de otros campos y el
desarrollo de formas alternativas de energía, con lo que los precios vuelven a bajar.
A su vez, una tarifa demasiado baja para el barril de crudo implicaría reducciones en las inversiones de
infraestructuras, necesarias para mantener el flujo de petróleo en el mercado mundial. Así, la demanda
global seguiría aumentando pero no habría suficiente crudo para cubrirla, lo que provocaría un nuevo
incremento en los precios.
El coste del componente energético para cualquier volumen de producción es la mitad de lo que era hace 25
años, tras la primera gran crisis del petróleo de 1973. La OPEP ha sido incapaz de resistir a estas presiones y,
en líneas generales, no ha sabido cumplir sus objetivos básicos.
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A las penurias económicas hay que añadir las tensiones políticas. La furia que provocó la supuesta producción
excesiva de Kuwait y el consiguiente debilitamiento del precio del crudo fue, por ejemplo, una de las
principales razones por las que Irak invadió ese país en 1990.
El petróleo, la economía del desastre
Si existe algún adjetivo que defina el modelo actual de desarrollo capitalista, éste sería sin duda el de
economía del petróleo. Un análisis profundo, y no tanto, de nuestra economía global nos deja claro que el
principal recurso utilizado, el petróleo, es sin duda una de las peores opciones posibles para el futuro del
planeta.
Pero ese no es el principal problema, no voy a culpar al inventor del motor de explosión o al señor Diesel de
nuestros males actuales, el principal problema es que ni siquiera hay una voluntad general de los gobiernos
actuales en buscar unos recursos que sustituyan a este oro negro, que pronto se convertirá en pesadilla. La
explicación es sencilla, el mundo del petróleo está en manos de las más gigantescas corporaciones y
transnacionales del mundo, es decir, en manos de los capitales más reaccionarios, carroñeros y agresivos que
hayan existido nunca.
Estas transnacionales (y los gobiernos que controlan) decidieron hace tiempo que había que exprimir hasta el
final todas las reservas rentables de petróleo, a pesar de los gravísimos costes medioambientales, de salud y de
intereses geoestratégicos que están desangrando al mundo en un sin fin de guerras económicas por el control
de los recursos.
El petróleo es el mayor negocio del mundo, y hasta ahora el más rentable. En estos días de subidas de los
productos petrolíferos siempre hay quien se beneficia, y por supuesto son las transnacionales del petróleo,
cuando el mundo entra en crisis energéticas (inflación, crisis económica, etc..) éstas aumentan sus beneficios
más que nunca, todo ello gracias al principal elemento que caracteriza al capitalismo, la especulación, en
donde una elite financiera elige los momentos más calientes (Iraq, Venezuela, etc..) para crear miedo, y lo que
un día vale 20 al día siguiente vale 30, mientras la producción sigue siendo la misma. Un ejemplo más del
engaño de la mano invisible que regula la economía liberal capitalista.
Como vemos la economía del petróleo es una economía que beneficia sobremanera a unos pocos, aumentando
aún más las grandes desigualdades sociales de nuestro querido mundo.
Sin embargo, esta no es su cara más oscura, el control estratégico de todas las fuentes de recursos está
llevando al planeta a una inestabilidad de la que no se sabe muy bien como terminará. Los EE.UU. , dirigidos
para más desdicha nuestra por un magnate petrolero, es el país que más consume petróleo, en gran parte por el
altísimo gasto de sus vehículos (nunca se plantearon la reducción seria del consumo pues significaba menos
beneficios para las petroleras), pues bien, la política imperialista norteamericana de estos últimos años parece
estar prácticamente dirigida a un único fin, controlar todas las fuentes de petróleo posibles.
Es indignante oír en muchos medios de comunicación (manipulados por intereses superiores) estas absurdas
teorías de que los problemas actuales son un choque de civilizaciones, ¡¡ por favor!!, lo que estamos viviendo
son las consecuencias de que el 73 % de las reservas mundiales de petróleo están en países musulmanes, y de
ello nos pueden contar mucho los iraquíes. Las consecuencias de estas políticas son catastróficas, el control de
los países productores, directa o indirectamente, y también de los oleoductos que los transportan (de tanta
importancia como las fuentes), hacen que muchas regiones tengan una inestabilidad crónica que les impide
desarrollarse como sociedad, conflictos disfrazados de luchas tribales, nacionales o cualquier estupidez que
pueda servir de manipulación de la realidad. Hay que recordar que la inestabilidad en estas regiones sirve de
justificación para la intervención del imperialismo petrolero.
En el siglo XIX el Imperio Británico conquistaba territorios para crear colonias que consumieran sus
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productos, pero, además, necesitaba controlar determinadas zonas por todo el globo con una sencilla razón,
para controlar el mundo tenían la mejor y mayor flota del mundo, los barcos de vapor necesitaban carbón, así
una buena parte del imperio se creó con el objetivo de que cualquier barco de guerra o comercial pudiera dar
la vuelta al mundo repostando siempre sin problemas en tierra amiga.
Ahora ocurre algo parecido, aunque el objetivo ya no es proveer de combustible a los barcos, sino asegurar
que la mercancía, a través de súper barcos que no necesitan repostar y oleoductos, pueda llegar sin problemas
a las refinerías. Este el caso de Afganistán, Panamá, Estrecho de Gibraltar (con las bases norteamericanas al
ladito), Turquía, el Cáucaso, etc... Así, cuando el país no puede ser controlado de forma sutil (léase dictadores
afines o poderes económicos que controlen el estado), simplemente es conquistado o se apoya a su peor
enemigo para destruirle.
Hay muchos países que tendrán en el futuro este tipo de desgracias, el afán de conseguir nuevas reservas está
llevando a las petroleras a agujerear todo el planeta para satisfacer a su sedienta economía, países como los
del Golfo de Guinea (donde ya se ha encontrado), Venezuela y Colombia (con grandes reservas también), el
Amazonas, etc.. son los siguientes peones en este sucio juego del monopoly capitalista.
Habría que añadir que el petróleo tiene un hermano, eso sí, mucho más limpio, que es el gas natural
La influencia del petróleo en la economía mundial
El combustible que emplean coches, aviones o camiones para desplazarse; el gasóleo que alimenta la
calefacción; el asfalto que cubre carreteras, autovías y autopistas; los plásticos empleados para la fabricación
de ordenadores, juguetes, electrodomésticos, envases, etc. Estos son sólo algunos de los productos que se
obtienen directa o indirectamente del petróleo, y tal variedad de usos hacen que, hoy por hoy, vivir sin el oro
negro sea una quimera.
Del petróleo se dice que es el recurso energético más importante en la historia de la humanidad; un recurso
natural no renovable que aporta la mayor parte, un 40%, del total de la energía que se consume en el mundo.
Según datos de la Corporación de Reservas Estratégicas de productos petrolíferos (CORES), sólo en nuestro
país el consumo de productos petrolíferos en 2001 fue de 68'9 millones de toneladas, con un incremento de 2'6
millones de toneladas, un 4%, respecto a 2000.
El petróleo se consume de forma mayoritaria en los países donde no se produce. Entre Estados Unidos y
Europa occidental absorben casi la mitad del consumo petrolífero mundial. Sin embargo, los países del Golfo
Pérsico, que sólo representan el 4'5% del consumo mundial, son los mayores emisores, con el 26% de la
producción. Así las cosas, los países occidentales dependen de la importación, y se ven obligatoriamente
sometidos a los precios que imponga un mercado oscilante e imprevisible, cuyas variaciones pueden tener
graves y encadenadas consecuencias en la economía mundial: caída del consumo, aumento de la inflación,
incremento de los tipos de interés...
Ante este panorama los países dependientes han comenzado a buscar alternativas al petróleo, centrando sus
esfuerzos en la obtención de energías baratas y no contaminantes que puedan ser producidas por todos los
países para así eliminar monopolios. Un posible sustituto del petróleo como combustible es el hidrógeno, pero
su proceso de obtención resulta todavía demasiado caro, y se presume que han de pasar varias décadas para
que destrone al rey negro de su trono.
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Un mercado muy sensible e influyente
La demanda mundial de petróleo ascendió en 2001 a 76 millones de barriles por día, y se prevé que antes de
2030 su consumo aumente un 60%, lo que permite comprender la gran dependencia que la economía mundial
tiene del oro negro. Cualquier variación en el precio del crudo − se trata de uno de los sectores más volátiles e
imprevisibles de la economía mundial− ejerce un efecto dominó sobre el resto de la cadena económica,
provocando una caída del consumo y un aumento de la inflación.
Aparte de los efectos que el aumento del precio del petróleo tiene sobre su demanda, lo más alarmante es el
impacto del precio de los energéticos sobre el índice de precios al consumo (IPC), uno de los indicadores más
vigilados por los bancos centrales de los países desarrollados. En la medida en que el alza de los precios del
petróleo se refleje en un aumento generalizado de los precios, así será la reacción de los bancos centrales
elevando las tasas de interés, lo cual terminará frenando la expansión económica.
Si el precio del barril de petróleo sube, aumenta el precio de los carburantes, de los gasóleos de calefacción e
industriales (transporte, agricultura, aviones, etc.), se incrementa el precio del transporte público y privado, e
incluso se disparan los costes de producción de las empresas.
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La cesta de la compra también sufre, a su modo, las variaciones del precio del crudo. El sector agrícola
español demandó en 1999 cerca de 190.000 toneladas de plásticos, con el consiguiente aumento del coste final
de la producción. La industria textil y del calzado necesitó en dicho año más de 133.000 toneladas de
derivados del petróleo para la fabricación de cazadoras, zapatos, y prendas de vestir. Los envases de alimentos
y bebidas son anualmente el destino de casi millón y medio de toneladas del plástico obtenido del petróleo.
Las causas del alza de los precios
Desde principios de año y hasta el mes de julio, el precio del barril de Brent (mezcla de los petróleos
producidos en el Mar del Norte, que usa como referencia en el mercado europeo) se mantuvo en el intervalo
de 24−25 dólares por barril. Sin embargo, en agosto éste superó los 26 dólares por barril y en el pasado mes
de septiembre se situó en 28'3 dólares por barril de media. El mes de octubre comenzó con 28'65 dólares por
barril y finalizó con 26,35 dólares por barril.
Las incertidumbres políticas internacionales influyen enormemente en el aumento del precio del crudo.
Cualquier tensión existente en el mercado ante las consecuencias de una intervención militar presiona el
precio del petróleo al alza, como el posible ataque a Irak de Estados Unidos. Esta prima de guerra no refleja
temor por la pérdida de la producción iraquí (apenas unos 2 millones de barriles diarios), sino el miedo a la
reacción del resto de países árabes productores de petróleo. Y, en concreto, de Arabia Saudí, que produce
alrededor del 30% del suministro de la OPEP y es, a su vez, el que presenta mayor margen para aumentar su
producción de petróleo y mantener el abastecimiento de crudo a los países importadores. La experiencia de la
pasada Guerra del Golfo no sirve de símil ante la situación actual.
La relación entre la oferta y la demanda mundial de crudo también tiene mucho que ver con el precio del
petróleo. Respecto a la demanda mundial, las previsiones siguen siendo de debilidad y los riesgos son a la
baja, tras el deterioro de las perspectivas de crecimiento para el próximo año. Se espera un aumento de la
demanda mundial del 1'1%.
La importancia de los impuestos
El pasado año, la cotización media del crudo del Mar del Norte Brent fue de 24'4 dólares por barril. Cada
barril contiene 159 litros de petróleo, por lo que cada litro costó 13'71 céntimos de euro. Pero el petróleo ha de
ser refinado para convertirlo en combustible, y transportado hasta los países en que será consumido, lo que
eleva su coste final. A ese precio hay añadirle los impuestos (IVA e Impuesto Especial de Hidrocarburos). Las
notables diferencias de precio de los carburantes en los diversos países se explican por las cargas fiscales, ya
que el coste de la materia prima y el refino son similares.
En 2001 los impuestos representaron casi un 60% del precio medio que se pagó en nuestro país por la gasolina
sin plomo, mientras que en los comunitarios esos impuestos alcanzaron de media el 65,3% del precio.
En al gasóleo de automoción, los impuestos representan en España el 52'4% del precio, frente al 59,1% de
media de la Unión Europea.
De los 80'61 céntimos de euro que costaba de media en nuestro país, 17'7 céntimos de euro menos que la
media UE, el litro de gasolina sin plomo, 48'29 céntimos fueron impuestos y 32'32 céntimos el valor del litro.
En el caso del gasóleo, el gravamen fue menor, 36'63 céntimos de euro por litro, con lo que el precio medio
final también fue inferior, 69'87 céntimos de euro por litro, 10'3 céntimos de euro menos por litro que la
media de la UE.
Algunos derivados y usos del petróleo
Gasolina motor corriente y extra: de uso común en vehículos.
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Gasolina de aviación: para aviones con motores de combustión interna.
ACPM o diesel: lo utilizan los camiones y buses.
Queroseno: para estufas domésticas y equipos industriales.
Gas natural: combustible para uso doméstico, industrial y para generar energía termoeléctrica. En el área
industrial es la materia prima para el sector de la petroquímica. A partir del gas natural se obtiene, por
ejemplo, el polietileno, que es la materia prima de los plásticos.
Gas propano o GLP: combustible doméstico e industrial.
Asfaltos: para producir de pavimentos y como material sellante en la industria de la construcción.
Ceras parafínicas: materia prima para fabricar velas y similares, ceras para pisos, fósforos, papel parafinado,
vaselinas, etc.
Polietileno: materia prima para la industria del plástico en general.
Ácido nafténico: Sirve para preparar sales metálicas tales como naftenatos de calcio, cobre, zinc, plomo,
cobalto, etc., que se aplican en la industria de pinturas, resinas, poliéster, detergentes, tensoactivos y
funguicidas.
Xilenos mezclados: utilizados en la industria de pinturas y de insecticidas.
Alquilbenceno: se usa en la industria de todo tipo de detergentes, para elaborar plaguicidas, ácidos sulfónicos
y en la industria de curtientes.
Azufre: se usa en la vulcanización del caucho, fabricación de algunos tipos de acero y preparación de ácido
sulfúrico.
Transporte del petróleo
En el mundo del petróleo los oleoductos y los buques tanqueros son los medios por excelencia para el
transporte del crudo.
El paso inmediato al descubrimiento y explotación de un yacimiento es su traslado hacia los centros de
refinación o a los puertos de embarque con destino a la exportación
Para ello se construye un oleoducto, trabajo que consiste en unir tubos de acero a lo largo de un trayecto
determinado, desde el campo productor hasta el punto de refinación y/o de embarque.
La capacidad de transporte de los oleoductos varía y depende del tamaño de la tubería. Es decir, entre más
grande sea el diámetro, mayor la capacidad. En Colombia hay oleoductos desde 6 hasta 36 pulgadas de
diámetro.
Estas líneas de acero pueden ir sobre la superficie o bajo tierra y atraviesan la más variada topografía. En
Colombia generalmente van enterradas a 1.50/2.0 metros de profundidad.
En la parte inicial del oleoducto una "estación de bombeo" impulsa el petróleo y, dependiendo de la topografía
por donde éste pase, se colocan estratégicamente otras estaciones para que le permitan superar sitios de gran
altura, como las cordilleras en Colombia.
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Los oleoductos disponen también de válvulas que permiten controlar el paso del petróleo y atender
oportunamente situaciones de emergencia, como las que periódicamente ocurren en Colombia por efecto de
las voladuras. El gas natural se transporta en idénticas circunstancias, pero en este caso la tubería se denomina
"gasoducto".
Hay ductos similares que cumplen funciones específicas: poliductos para gasolinas, acpm y otros derivados;
propanoductos para gas propano, combustoleoductos para combustóleo, etc
Los buque−tanques son a su vez enormes barcos dotados de compartimientos y sistemas especialmente
diseñados para el transporte de petróleo crudo, gas, gasolina o cualquier otro derivado. Son el medio de
transporte más utilizado para el comercio mundial del petróleo
Distribución del Petróleo
El destino final del petróleo y sus derivados es el consumidor final. En este proceso intervienen distribuidores
mayoristas y minoristas y se emplean todos los medios posibles para el transporte y venta: redes de tubería,
carro−tanques, barcazas, barcos, estaciones de servicio, etc.
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