Historia de España Septiembre 2016 Opción A Explicación esquemática Con la muerte del dictador, el 20 de Noviembre de 1975, se inaugura en España una nueva etapa, la transición hacia la democracia. La transición española fue un proceso pacífico, aunque no exento de problemas. Presenta las siguientes características: -Fue un proceso gradual en el tiempo, donde se siguieron una serie de pasos de manera escalonada necesarios para la desintegración del régimen franquista. -La desaparición de las antiguas instituciones se hizo desde la legalidad, sin rupturas revolucionarias. -El consenso entre las diferentes fuerzas políticas fue esencial, llevándose a cabo una reconciliación nacional. -Todos los cambios llevados a cabo fueron legitimados mediante consulta popular. El proceso que se siguió fue el siguiente: Una vez muerto Franco, los mecanismo del régimen se pusieron en movimiento, y fue nombrado como su substituto Juan Carlos I de Borbón, proclamado rey de España el día 22 de Noviembre. La postura que iba a adoptar (continuismo o democracia), era desconocido. En principio, se mantuvo como presidente de gobierno a Arias Navarro, y como presidente del Consejo del Reino y de las Cortes a Torcuato Fernández Miranda, que será una figura clave en el proceso hacia la democracia. La posición del rey era complicada: los franquistas desconfiaban de él, así como las fuerzas políticas democráticas y los sindicatos, todavía ilegalizados. Entre Diciembre de 1975 y Julio del 76 el presidente fue el franquista Arias Navarro, pero el rey incluyó a políticos claramente aperturistas en este primer gobierno. Sin embargo, pronto se demostró que la transición hacia la democracia sería imposible con Arias Navarro al frente, ya que las tímidas reformas promulgadas no contentaban a nadie. Las huelgas, manifestaciones políticas y protestas aumentaban por todo el país. La oposición democrática exigía el restablecimiento inmediato de la democracia, y para coordinar sus esfuerzos se unieron en la “Convergencia Democrática”, que unía a todas las ideologías de derechas, centro e izquierda. El rey decidió forzar entonces la dimisión de Arias Navarro, para elegir como presidente a alguien que sí fuera capaz de llevar a cabo estas medidas reformistas. El elegido fue Adolfo Suárez (Julio 1976), hasta entonces un personaje poco relevante, que había estado unido al régimen. El rey, Suárez y Torcuato Fernández-Miranda abrieron con sus medidas el camino de la transición. Ambos políticos procedían del franquismo, por lo que la reforma se iba a llevar a cabo desde dentro del mismo sistema. Desde un principio, ya dejó claro Suárez sus intentos democratizadores. Entre sus medidas reformistas destacan: La aprobación de una amnistía para los presos políticos, ampliación de la tolerancia pública, y mantiene además múltiples contactos con los líderes de las fuerzas de oposición, lo que le granjea nuevos apoyos. Para llevar a cabo la reforma, se eligió como marco jurídico la Ley para la Reforma Política (LRP). Esta ley defendía la disolución de las Cortes franquistas y la convocatoria de elecciones generales democráticas para formar nuevas Cortes. El problema es que para llevarse a cabo tenía que ser aprobada primero por las Cortes franquistas, lo que no era fácil porque de hecho suponía el suicidio del régimen. Suárez y Fernández-Miranda emplearon todos sus recursos e influencias, consiguiendo que finalmente se aprobara la ley. Tras su aprobación en la Cortes, la Ley de Reforma Política fue sometida a Referéndum, y aprobada por un 94,2% de los españoles, lo que supuso un gran triunfo para Suárez. El siguiente paso, tal como recogía la LRP, era la convocatoria de elecciones generales. El camino hacia estas elecciones, sin embargo, no fue nada fácil. Las fuerzas ultraderechistas y ultraizquierdistas protestaron de forma violenta contra este proceso (por razones diferentes), y se llevaron a cabo diferentes secuestros y asesinatos, entre los que hay que destacar la conocida como Matanza de Atocha, en la que fueron asesinados varios abogados vinculados al PC. Respecto al Partido Comunista, otra de las medidas que se tomaron fue la legalización de este partido, aunque se temía la reacción de los militares. A cambio de esta legalización, el PC cedía en algunos aspectos claves de su política: aceptación de la monarquía, bandera bicolor…se demostraba así el talante de reconciliación y el deseo de democracia de todos. Las elecciones generales fueron fijadas para el 15 de Junio del 1977. Participaron en ellas numerosos partidos políticos (hasta 78), siendo ganadas por la Unión de Centro Democrático, la UCD de Suárez, partido que englobaba a 42 agrupaciones de centro. El PSOE fue la segunda fuerza más votada, seguida por el PC a una gran distancia. Ni la extrema derecha ni la extrema izquierda consiguieron ningún escaño. Después de las elecciones, el Parlamento comenzó a discutir y elaborar el texto constitucional. Se constituye una Comisión, formada por 7 diputados, de UCD, PSE, AP, PCE-PSUC y PDC, encargada de elaborar el borrador de la misma. Tras su presentación se presentaron las enmiendas (1133, que fueron debatidas) y finalmente el 31 de Octubre de 1978 la Constitución se aprobaba en las Cortes por mayoría absoluta. El 6 de Diciembre se produjo el referéndum popular donde la Constitución también fue aprobada por una amplia mayoría. LA CONSTITUCIÓN DE 1978 La elaboración de esta Constitución (aprobada por partidos tan dispares como el Partido Comunista o Alianza Popular), pone de relieve el consenso y esfuerzo de todos los partidos por traer la democracia a España, ya que todos ellos hubieron de ceder en algo para llegar a un acuerdo. En cuanto a la Constitución de 1978, ésta presenta las siguientes características: Se trata de una Constitución rígida, en la que resulta difícil introducir modificaciones, aunque es bastante ambigua en el sentido de que posibilita diferentes interpretaciones (necesario para el acuerdo entre derecha e izquierda). Por otro lado, es una Constitución poco original, formada por fragmentos de Constituciones anteriores, españolas y extranjeras. En cuanto a los principios defendidos, España queda definida como una monarquía parlamentaria, moderadora y arbitral, y como un Estado Social y Democrático de derecho. Se establece en la misma la defensa de los derechos y libertades de los españoles. En cuanto a la organización territorial, España es definida como un estado unitario, en la que se reconoce el derecho a la Autonomía de las diferentes nacionalidades, creándose así el estado de las Autonomías. Estas son 17, cada una con su correspondiente Estatuto de Autonomía y órganos de gobierno con capacidad legislativa. La división de poderes queda organizada de la siguiente forma: En cuanto al poder legislativo, se establece el bicameralismo, pero con mayor peso del Congreso, elegidas cada 4 años. El gobierno ejerce el poder ejecutivo, formado por el presidente (con o sin vicepresidentes) y los ministros. Es el encargado de la política interior y exterior, la administración civil y militar y la defensa del estado. En cuanto al tercer poder, el judicial, este está en manos de los jueces y de los tribunales de justicia. El Consejo general del Poder Judicial es el máximo órgano de gobierno del poder judicial y está formado por jueces y magistrados. El Tribunal Supremo se configura como el órgano jurisdiccional superior. También se recoge la participación de los jurados populares. También existe un Tribunal Constitucional para los temas relacionados con asuntos de inconstitucionalidad. 1977-1982:Los gobiernos de la UCD Antes de promulgarse la Constitución, se convocaron nuevas elecciones para Marzo de 1979, en las que la situación apenas se alteró respecto a lo anterior: UCD fue el partido más votado, seguido por el PSOE. Entre las medidas más destacadas de su gobierno destacan: La reforma del ejército y de la legislación militar, adaptándolo a la nueva legalidad constitucional, a la vez que se modernizaba; la reforma fiscal, con la introducción del IRPF; además de la firma de los Pactos de la Moncloa. Este acuerdo supuso la aceptación por parte de todos los partidos y sindicatos de un marco legal común, estableciendo una estrategia para consolidar la democracia, reduciendo la conflictividad social y luchando contra la crisis económica que se estaba viviendo en ese momento. Los resultados fueron variados: La situación económica mejoró, reduciéndose la inflación, pero el paro sufrió un gran aumento. Otras de las medidas más importantes y conflictivas fueron las relativas al proceso autonómico. Entre 1978 y 1983 el estado español quedó organizado en 17 Comunidades Autónomas (principio que recogía la Constitución). A las comunidades “históricas”: Galicia, Cataluña y País Vasco, se les permitía acceder a la autonomía por el artículo 151 (la vía rápida), mientras que el resto debían hacerlo por el artículo 143, lo que supuso algunos problemas. Todas estas medidas, llevadas a cabo en poco tiempo supusieron un gran desgaste para el gobierno, en especial para Suárez, que tenía que lidiar, aparte de con los problemas del país, con las tensiones internas dentro de la UCD, que era una coalición de diversos partidos con intereses e ideologías dispares. En Mayo de 1980 el PSOE presenta una moción de censura contra el gobierno, que no triunfa, pero que dejó ver la delicada situación en la que se encontraba el presidente, que además no contaba con mayoría absoluta en el Parlamento. Finalmente, en Enero de 1981, Suárez presentó su dimisión, por problemas en su partido y su cansancio personal. Leopoldo Calvo Sotelo fue el candidato propuesto para substituirle. En su sesión de investidura, el 23 de Febrero de 1981, se produjo uno de los hechos capitales que puso en peligro la transición: el asalto al Congreso del Teniente Coronel Tejero. La actitud de rechazo del Rey ante este golpe de estado, y la falta de respaldo a los golpistas (sólo Miláns de del Bosch en Valencia sacó los tanques a la calle), hicieron fracasar este golpe de Estado. En su fracaso final se vió el éxito de las reformas llevadas a cabo en el Ejército. Finalmente, el día 25 de Febrero, Calvo Sotelo es elegido presidente, iniciándose un gobierno de apenas un año donde se llevaron a cabo diversas novedades legislativas, como la ley del divorcio, varios estatutos de autonomía… Sin embargo, el incremento de la oposición, la crisis económica y las dificultades internas de la UCD provocan que Calvo Sotelo disuelva las Cortes y convoque elecciones para Octubre de 1982. En estas elecciones el PSOE obtuvo un triunfo aplastante, mientras que UCD y PC, que también atravesaba una crisis interna, se desmoronaban. Los gobiernos del PSOE: 1982-1996 La crisis económica: Mientras todos estos importantes cambios a nivel político se producían, se desarrollaba paralelamente la crisis económica que había empezado en 1973, la crisis del petróleo, y que en España se vería perjudicada por la inestabilidad política, que provocó una cierta “dejadez” de los problemas económicos, que tardarán mucho en solucionarse. Se llevaron a cabo unas tímidas reformas coyunturales que no solucionaron los problemas, y esto se vio agravado en 1979 con la segunda crisis del petróleo (tras la caída del sha de Irán). A la altura de 1982, el déficit exterior español era muy elevado. Por eso, uno de los principales problemas del gobierno socialista de Felipe González (1982-1996) fue la evolución de la economía, aquejada de las típicas crisis capitalistas. Entre 1982-1985 se llevó a cabo una política de ajuste, entre las que hay que destacar la actuación producida sobre los sectores más débiles de la economía. Entre las medidas más duras se encuentra la Reconversión industrial, que afectó básicamente a los sectores naval y metalúrgico (sectores maduros), donde hubo muchos despidos que originaron conflictos sociales (huelgas, manifestaciones…). En otros sectores, las soluciones no fueron tan drásticas. Se crean también las Zonas de Urgente Reindustrialización (ZUR). La situación mejoró a finales de los 80, gracias al contexto internacional. Aumentaron los ingresos del turismo, y crece la producción industrial y los beneficios empresariales, aumentan las actividades de la bolsa y la banca... Esta bonanza económica, sin embargo, tuvo sus aspectos negativos, al aumentar la inflación y los precios de los productos, la moderación salarial… A principios de los 90 la crisis económica vuelve a aparecer, aumentando el desempleo y el déficit del Estado. Además, la integración en la Unión Europea (España había sido admitida en 1986), obligaba a cumplir una serie obligaciones, especialmente tras la firma del Tratado de Maastricht y la creación de la Moneda Única Europea. Tiene lugar un proceso de liberalización de la economía, con consecuencia negativas para los trabajadores. El paro es uno de los grandes problemas de España, y empieza a aumentar de manera alarmante durante estos años, con los gastos que eso supone para las arcas públicas (lo que llevo a un recorte en la duración de las prestaciones por desempleo y aumento de los años de jubilación). El paro golpea especialmente a los más jóvenes, lo que lleva a un gran desencanto hacia la política y la aparición de radicalismos. Aparte del tema económico, durante el gobierno socialista de González se produjeron cambios importantes, por ejemplo, en las infraestructuras de transportes, en la educación (con la enseñanza obligatoria hasta los 16 años), y en las relaciones internacionales. Se popularizó la sanidad pública y se generalizaron las pensiones, aunque son medidas que se hicieron en ocasiones sin contar con el entendimiento de los sindicatos. También el PSOE se vio salpicado en los últimos años con diversos escándalos por corrupción, lo que probablemente le llevó a perder sus últimas elecciones. Desde 1986 se llevaron a cabo 4 consultas electorales. Las dos primeras las ganó el PSOE, en la tercera (1993), perdió la mayoría, y tuvo que pactar con los nacionalistas para gobernar, y finalmente perdió las de 1996, que son ganadas por el Partido Popular, cuyo candidato era José María Aznar. Estas elecciones fueron anticipadas por la tensión y la crisis que se vivía en ese momento en la vida política española, repleta de noticias preocupantes y de escándalos como el GAL. Historia de España Setembro 2016 Opción B Comentario correspondente ás transformacións socioeconómicas na España liberal Comentario sobre o movemento obreiro É xustamente neste século, o XIX, cando aparece o movemento obreiro. As revolucións industriais e, en consecuencia, a nova necesidade de organización social do traballo, á par dunhas condicións propias para os humanos, foron obxecto de reflexión, por exemplo, de filósofos como Karl Marx o Miajíl Bakunin. Na nova sociedade de clases que se configurou paralelamente á industrialización e ó desenvolvemento capitalista, a conflitividade social foi moi importante. A abundancia de man de obra, trouxo consigo unha perda de valor dos traballadores que se viron obrigados a acepta los baixos salarios e as longas xornadas de traballo que lles impuxeron os patróns. Ante as duras condicións de vida que tiñan que soportar, obreiros e traballadores industriais e do campo foron progresivamente organizándose e empregando medidas de forza e de presión para reivindícalo que nin patróns nin as leis lles concedían de bo grado. Nas cidades, os obreiros tiveron que someterse ó ritmo das máquinas e soportar longas xornadas de traballo e baixos salarios. Nos campos, os capesiños pobres e xornaleiros quedáronse sen medios propios para poder manterse e malvivían na pobreza grazas ós seus escasos recursos ou sometidos á vontade de grandes propietarios .En tódolos casos, a miseria e as enfermidades eran compañeiras de vida. Nos campos, fábricas e minas, o emprego de man de obra infantil ou feminina foi moi abundante, xa que o menor salario que estes percibían aumentaban os beneficios dos patróns. En canto á conflitividade industrial, as longas xornadas de traballo e os baixos salarios provocaron o desenvolvemento de numerosas protestas e reivindicacións do proletariado industrial na España liberal. Esta conflitividade manifestouse de diferentes formas e variou de intensidade de acordou coa evolución da coxuntura económica. Nun primeiro momento, as protestas plasmáronse en incidentes espontáneos e destrutivos, o que se coñece como ludismo, e do que nos fala o documento 1. As primeiras accións ludistas desenvolvéronse en España entre 1820-1830, en paralelo á introdución de novas máquinas .O mesmo que noutras zonas industriais europeas, inda que con retraso, os obreiros reaccionaron, ante a perda do seu oficio ou o empeorameto das súas condicións de traballo , coa destrución das fábricas e das máquinas ás que consideraban como as causantes do paro e a súa desgraza. Estas accións son denominadas ludistas, en lembranza de Ned Ludd, un obreiro a quen se consideraba o primeiro destrutor de máquinas. A acción deste tipo máis importante en Galicia é algo tardía, de 1857, cando as cigarreiras da fábrica de tabacos a Palloza de A Coruña protestaron coa destrución das máquinas ante a rebaixa das súas ganancias. Coma nos di o doc.1, as 4000 empregadas da fabrica destruiron todo o tabaco e as máquinas novas, xa que, ó non afacerse a elas, facían moitos menos ó dia, e polo tanto recibían un salario moi inferior. Sen embargo, os obreiros pronto se deron conta de que as máquinas non eran o auténtico problema, senón que o eran os patróns. Para facer presión ante estes, os obreiros sabían que tiñan que asociarse dalgún modo, pero pola lexislación propia do liberalismo económico, que apoiaba a liberdade total de mercado e de empresa, a formación de asociación estaba prohibida. Por iso, as primeiras sociedades obreiras foron creadas baixo a aparencia de sociedades de carácter mutualista e benéfico. A partir de 1839, os progresistas permiten a formación de Sociedades de Socorro Mutuas por oficios. A existencia de estas sociedades de Axuda Mutua foi complicada e evolucionou coa maior ou menor permisividade que lle concederon os diferentes gobernos liberais . Fóronse espallando ó longo das cidades e por diferentes sectores movéndose moitas veces na ilegalidade e clandestinidade. Por iso, os obreiros reclamaron sempre ó seu dereito a asociarse. A tolerancia coas organización obreiras coincidiu co período dos gobernos dos progresistas, mentres que os gobernos moderados supoñían sempre a anulación deste dereito. En relación con isto se atopa o doc.2, onde os traballadores fan unha petición ós deputados para que se lles conceda o dereito de asociación, que consideran necesario ante as difíciles condicións de vida dos obreiros (descenso dos salarios, aumento dos prezos). Esta petición ten lugar en 1855, é dicir durante o bienio progresista do reinado de Isabel II, período no que sí se aprobará este dereito, así coma tamén durante o Sexenio Democrático, xa que na Constitución de 1869 aparece explicitamente recollido ó dereito de asociación. Precisamente foi nesta época, o Sexenio democrático, cando se introduciron en España as doutrinas das dúas grandes ideoloxías obreiras; grazas á expansión da AIT. A AIT creárase en Londres en 1864, co obxectivo de potenciar a loita dos traballadores pola súa emancipación en todo o mundo. Trala revolución de 1868, no Sexenio Democrático, as maiores liberdades existentes fixeron posible que a AIT se expandise por España, tarefa na que destacou Giuseppe Fanelli, anarquista. A súa labor deu lugar a creación, en 1870,da FRE (Federación Regional Española, que era una organización federativa integrada na AIT. A FRE expandiuse por toda España, xurdindo distintas federacións locais (Federación Local Obreira-FLO). En 1873, ano do se apoxeo, a FRE contaba con case 40.000 afiliados. O socialismo, pola súa parte, foi introducido en España por Paul Lafargue, xenro de Marx. No seo da AIT, sen embargo; existían fortes tensións derivadas das diferenzas entre Marx e Bakunin, é dicir, entre Socialista e Anarquistas. Isto provocou que os anarquistas foran expulsados da AIT en 1872. A FRE-AIT suscitou un forte temor entre empresarios e políticos moderados, que vían nela e na ideoloxía que animaban un grave perigo de desestabilización social. A revolución da comuna de París en 1871, e o levantamento popular de Alcoy en 1873 fixeron que as súas actividades fosen prohibidas en 1874, (coincidindo coa fin do Sexenio Democrático).Deste medo fálanos o doc.3, artigo que fala dos perigos que para a sociedade suporía o triunfo das consignas da Internacional. En 1874 comezou a Restauración Borbónica, período moito mas moderado que o que lle precedía, e que supuxo un parón no movemento obreiro. A meirande parte das asociacións foron prohibidas e a actividade sindical desenvolveuse en grande parte na clandestinidade. Sen embargo, en 1887 o Partido Liberal de Sagasta aprobou a Lei de Asociacións, grazas a cal se reconstituíron as sociedades de oficios e se formaron os primeiros partidos obreiros e sindicatos xerais.A división ideolóxica entre anarquistas e socialistas mantívose. A tendencia socialista-marxista organizouse ó redor do PSOE, creado en 1879, e o sindicato UGT, creado en 1888, ambos cunha forte interrelación entre eles,xa que os afiliados ó partido o eran tamén do sindicato. Seguían as consignas marcadas pola II Internacional (fundada en 1889), que buscaba a conquista do poder político polos traballadores, a xornada de 8 horas… En canto á tendencia anarquista, caracterizouse pola súa división, tanto ideolóxica como da estratexia a seguir. Xurdiron diferentes tendencias dentro do anarquismo. Uns eran partidarios de centrar as súas actuacións no terreo sindical. Os mais extremistas, sen embargo, defenderon o emprego das represalias e dos atentados contra intereses e personalidades da clase dominante. Así, producíronse numerosos atentados e asasinatos, dende finais do XX e sobre todo comezos do XX. A represión contra os anarquistas foi moi dura, o que dificultaba inda máis a súa organización. Sen embrago, tralos acontecementos da Semana Tráxica de Barcelona se fundou en 1910 a CNT (Confederación Nacional do Traballo), que defendía o sindicalismo e colectivismo como fundamentos da emancipación da clase traballadora, e a folga xeral revolucionaria coma a súa táctica esencial. A CNT tivo una grande expansión, sendo a principal asociación sindical da súa época. Durante a crise da Restauración, que coincide co goberno de Alfonso XIII, a paulatina industrialización e o mantemento dun réxime oligárquico, inmobilista, e basado no fraude electoral, fixo que a conflitividade social empeorase. Durante os anos da I Guerra Mundial (1914-1918, na que España non participou, provocouse un grande problema de abastecemento en España, e a alza dos prezos, o que incrementou o malestar social. Por iso, en Agosto de 1917 decídese convocar una folga xeral en toda España, cuxos obxectivos, como nos mostra o doc.4, eran claramente revolucionarios: o derrocamento do réxime da Restauración e a convocatoria de Cortes Constituíntes. A folga foi realizada coxuntamente pola UGT e a CNT, e apoiada polos republicanos. A represión do goberno foi moi dura, coa imposición da lei Marcial, disolución violenta de manifestacións… A folga fracasou pola dura represión do gobernó e a falta dunha estratexia común, pero as actividades do movemento obreiro non faran máis que aumentar, e provocar una grande conflitividade social, o que será una das causa que provocarán o alzamento militar de Primo de Rivera en 1923, que acabará co réxime da Restauración.. A pesar de todas as dificultades, o movemento obreiro español foi conseguindo que os Estado liberal elaborase leis de carácter laboral que regulasen o traballo, os salarios, a xornada laboral…