MESA SECTORIAL: REPRESENTÁNDOSE A SI MISMOS En 2003, cuando Esperanza Aguirre necesitaba evitar todo tipo de movilizaciones contra sus planes privatizadores, firmó con los sindicatos de la Mesa Sectorial una “paz social” a cambio de importantes mejoras en “los derechos sindicales”: aumento de horas sindicales, liberaciones e incluso dinero (Acuerdo del 16 de septiembre de 2003). En 2010, la Presidenta ya había avanzado lo suficiente en la privatización y vio que atacar a los liberados sindicales, que estaban tremendamente desprestigiados, le podría generar simpatías. Por ello hizo una ofensiva contra éstos y de paso contra los derechos de representación de l@s trabajador@s. Así, a través de la Ley de Acompañamiento de los Presupuestos de 2011, redujo de forma importante el número de Juntas de Personal y Comités de Empresa, secciones sindicales (1), delegados, horas sindicales y anuló las “liberaciones institucionales”, que había concedido en 2003 (2). A partir de este momento los sindicatos de la Mesa empezaron a hacer todo tipo de movimientos extraños para evitar lo que les venía encima. Primero, convocaron unas elecciones sindicales fantasmas para el 9 de marzo, sin importarles jugar con los trabajador@s, y sabiendo que nunca se realizarían (las convocaban en tantas Juntas de Personal y Comités de Empresa como había antes de la citada Ley de Acompañamiento). Después, el 11 de febrero CCOO, UGT y CSIT-UP firmaron con la Administración un Pacto para tod@s l@s emplead@ públicos de la Comunidad de Madrid (“Acuerdo para la estabilización de las relaciones laborales”), donde los citados sindicatos aceptaban todos los recortes que venían contemplados en la Ley de Acompañamiento, salvo...los relativos a “liberaciones institucionales”. Es decir, las cúpulas sindicales aceptaban el recorte de derechos laborales y sindicales, e incluso de las liberaciones de sus allegados “de menor rango”, con tal de seguir ellos liberados: “los generales”, para salvarse a si mismos, vendían a “la tropa” y a la “nación” que decían defender. El Pacto del 11 de febrero se ha concretado en dos pactos recientes: el firmado en la Mesa Sectorial de Sanidad del 28 de Julio por CCOO, UGT, CSIT-UP, SATSE, AMYTS y SAE y las Instrucciones del 29 de Julio de la Mesa General firmadas por CCOO, UGT, CSIT-UP Y CSIF. En dichos pactos se especifica dónde se podrán constituir secciones sindicales, privando de este derecho a trabajador@s de bastantes centros de más de 250 trabajador@s (lo que supone una posible vulneración de la Ley Organica de Libertad Sindical). Curiosamente, en el área sureste, donde la Coalición Unidos Contra la Privatización obtuvo sus mejores resultados, sólo se puede constituir una sección sindical para toda la circunscripción, es decir para 6651 trabajador@s. También se pone la fecha 1de septiembre para que los exliberad@s se incorporen a sus lugares de trabajo y agosto para la constitución de las Juntas de Personal. Además se concretan las liberaciones institucionales: 496 para toda la Comunidad y 90 para Sanidad. De esta forma, el recorte de liberados ha tardado 8 meses en hacerse efectivo. Esto, hecho en connivencia con Esperanza Aguirre, ha sido así porque “los generales” necesitaban a “la tropa” para hacer la campaña de elecciones sindicales. Porque a raíz del Pacto de febrero convocaron rápidamente nuevas elecciones (para el 4 de mayo). Para justificar que se seguía retrasando dicha incorporación, la constitución de las nuevas Juntas de Personal se ha pospuesto desde mayo hasta agosto, dejando a los trabajador@s (veremos hasta cuando) sin órganos de representación unitaria. La constitución de Juntas en Agosto, ha supuesto que éstas se constituyen tarde y mal. A pesar de que algunos liberados tuvieron que dejar sus vacaciones para venir a constituir las Juntas; éstas no han tenido quórum suficiente para nombrar president@s, secretari@s y otros órganos, por lo que dichas Juntas no tendrán efectividad hasta que se realicen dichos nombramientos. La actuación de estas organizaciones sindicales en el asunto de las liberaciones pone en evidencia dos cosas. La primera, que son capaces de cualquier acción por conseguir las liberaciones: en 2003 abandonaron la defensa de la sanidad pública y los derechos de l@s trabajador@s a cambio de una serie de privilegios para sus organizaciones (la famosa paz social); en 2011 renuncian incluso a los privilegios de una parte de sus organización para salvar los privilegios de sus cúpulas. La segunda, es la dependencia casi absoluta a la que han llegado respecto a la Administración: firman lo que les pongan, (hasta el punto que acaban de firmar que renuncian a litigar con la administración en todo lo relativo a estos Pactos). Una degeneración tan evidente deja claro que estas organizaciones no sólo “no nos representan”, sino que nada podemos esperar de ellas frente a los drásticos recortes que nos esperan. Pero, como demuestra el 15M, cuando hay voluntad de luchar y usando un método asambleario y participativo, se pueden conseguir muchas cosas sin necesidad de las organizaciones institucionalizadas. (1) Secciones sindicales: organización de los afiliados de un sindicato en el centro de trabajo. (2) “Liberaciones institucionales”: las liberaciones se pueden producir por acumulación de horas de varios delegados que renuncian a su uso o porque son concedidas de forma suplementaria por la Administración, éstas últimas se llaman “liberaciones institucionales”.