OPTICAS BIOPSICOSOCIALES DE LA ANOREXIA - A

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OPTICAS BIOPSICOSOCIALES DE LA ANOREXIA - A-DIOS A LA MADRE.
María Lujan Dellepiane.
Universidad Argentina John F. Kennedy.
PALABRAS CLAVE: Ópticas biopsicosociales, Anorexia, Vinculo madre -hija.
RESUMEN:
La anorexia, si bien en la actualidad ha cobrado relevancia, es una patología que nos acompaña
desde siempre. En este trabajo se realiza un recorrido histórico desde las Santas Anoréxicas hasta
el presente, adentrándonos en las diferencias y semejanzas que guardan entre sí las primeras
jóvenes con anorexia que registra la ciencia con las características propias de esta época. Se
propone un enfoque biopsicosocial para su abordaje, analizando la relación que sostienen con su
madre y como dejan de ser su propio deseo para convertirse en el deseo de otro. El dar la vida por
otro, se repite como una constante, no importa quien ese otro. Destacamos en la joven anoréxica
que la mirada del otro-madre no es constitutiva de la imagen que le permita construir su yo, una
imagen de cuerpo simbolizado por la nada, carente de palabra y de ley. Vale preguntarse entonces
cómo ha construido esta niña su cuerpo bajo la mirada aniquilante de otro, que más que constituir
su cuerpo como objeto de deseo y de conocimiento lo convierte en cuerpo sin sentido inmolado al
otro. Abrimos interrogantes y planteamos posibles aperturas con intervenciones transdisciplinarias
que aborden la problemática en forma integrativa.
Introducción
"...Sus pies descienden a la Muerte,
sus pasos se precipitan en el abismo;
ella no tiene en cuenta el sendero de la vida,
va errante sin saber adonde."
Proverbios 5, 5-6 1
Realizaremos un abordaje transdisciplinario de ésta patología que se observa como fenómeno
contemporáneo. Si bien, la historia nos marca que estos signos y síntomas datan desde hace
siglos; la misma se ha instalado con mayor crudeza como expresión de nuestro tiempo y de
nuestra sociedad. Día a día observamos jóvenes que presentan un aspecto esquelético, que están
extremadamente delgadas, las cuales desafiando la realidad concreta, afirman con gran
convencimiento que "se ven gordas".
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Consideramos que se trata de una patología sumamente compleja; siendo posible el análisis de la
misma desde distintos puntos de vista. Por ésta razón, y con respecto al problema científico, el
mismo se expresa en un interrogante que servirá de hilo conductor del presente trabajo: ¿Cuáles
son los factores bio-psico-sociales que intervienen en la anorexia?
De acuerdo con el problema, realizaremos una investigación bibliográfica, planteando como
objetivo general analizar dichos factores.
Este trabajo se apoya en las experiencias recogidas durante la práctica de formación profesional en
el Centro Psicológico de Olivos y en las entrevistas realizadas con profesionales especializados en
Trastornos de la Conducta Alimentaria del Hospital Central de San Isidro. A modo de ejemplo
extractaremos dichas entrevistas que reflejan un posible abordaje terapéutico, resaltando las
estrategias que allí se implementan desde un enfoque transdisciplinario.
De lo expuesto derivan los siguientes objetivos específicos:
- Analizar el desarrollo del síndrome a través de la historia.
- Describir los criterios bióticos que intervienen en la anorexia.
- Ponderar los aspectos psíquicos concomitantes al cuadro.
- Describir los factores sociales implicados en la etiopatogenia de la anorexia.
- Investigar acerca de los posibles abordajes terapéuticos.
Este trabajo es un acercamiento a la dolencia y una búsqueda de los aspectos bio-psico-sociales
más profundos que la constituyen. A partir de la descripción de sus signos y síntomas es una
aproximación a la formulación de interrogantes, a la búsqueda de respuestas, a la posibilidad de
comprender y entender a las pacientes que sufren de anorexia. Aquí van las primeras.
Desarrollo
. LA ANOREXIA A LA LUZ DE LA HISTORIA
. Etimología y Definición de la anorexia
Etimológicamente la palabra "anorexia" deriva del griego; palabra compuesta por "an" que significa
"privativo, ausencia, falta" y "orexia" apetito. Por lo tanto anorexia se traduce como "sin apetito" [2].
Pero el apetito no sólo refiere al alimento; si bien, lo más evidente es la no ingesta del mismo, se
trata de una falta de apetitos, de deseo, del poder disfrutar, es la presencia de la ausencia de
placer. Por lo tanto, como no se disfruta de la comida, ésta pasa a ser un elemento nocivo; es por
ello que pone en riesgo la vida.
La característica esencial de la Anorexia nerviosa es el rechazo a mantener un peso corporal
normal, que se relaciona con un temor intenso a engordar. La Anorexia nerviosa se ha contrastado
con otras causas de peso corporal excesivamente bajo, como son enfermedades médicas (p.ej.
cáncer), otros trastornos mentales (p. ej.
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Trastorno depresivo mayor, Dependencia de una sustancia) y malnutrición (p. ej. la pobreza o
malos hábitos alimentarios). El término Anorexia (que significa pérdida de apetito) es un término
erróneo. Aunque estos individuos renuncian a la comida, en general mantienen el apetito y, como
la gente que padece hambre, suelen estar preocupados por la comida. [3]
El psicoanálisis hace sus aportes a partir de la obra de Freud, Abraham, Fenichel y M. Klein;
considerando la anorexia tanto como una neurosis, en especial neurosis histeria; como un cuadro
de melancolía.
Freud [4] dice:
"El afecto correspondiente a la melancolía es el del duelo, o sea, la añoranza de algo perdido. Por
tanto, acaso se trate en la melancolía de una pérdida, producida dentro de la vida pulsional. La
Neurosis alimentaria paralela a la melancolía es la anorexia. La famosa anorexia nerviosa de las
niñas jóvenes me parece (luego de una observación detenida) una melancolía en presencia de una
sexualidad no desarrollada. La enferma indicaba no haber comido simplemente porque no tenía
apetito, nada más que eso. Pérdida de apetito: en lo sexual, pérdida de libido.
También la fenomenología, las escuelas de medicina psicosomática, el conductismo y la psiquiatría
biológica, más recientemente, han establecido hipótesis sobre un trastorno de difícil ubicación
nosológica y etiopatogénica. Un ejemplo del mismo es el caso de Ellen West, descrito por
Binswanger, que fue diagnosticada de melancolía por Kraepelin, de esquizofrenia simple por
Bleuler y Binswanger, y de "trastorno endógeno psiquiátrico y endocrinológico" por Zutt.
La anorexia ha sido considerada, pues, como enfermedad adscripta al espectro depresivo, al
histérico, al obsesivo-compulsivo, al psicótico entre otros, hasta que toma entidad propia, aún
cuando frecuentemente curse comórbida con otros trastornos.
Los trabajos de Hilde Bruch en 1973, haciendo hincapié en la distorsión de la imagen corporal; los
de Russell (1970, 1977), concertando hipótesis más biologistas con las psicológicas y sociales, y
últimamente los de Garfinkel y Garner (1982) han contribuido a un establecimiento del modelo
vigente de la anorexia como enfermedad diferenciada, de patogénesis compleja, con
manifestaciones clínicas que son el resultado de múltiples factores predisponentes y
desencadenantes; de neto corte bio-psico-social. (Mas Colombo, E., 2004).
Existen discusiones en la comunidad científica acerca de la etiopatogenia genética, si bien algunos
autores afirman que no es hereditaria, aún está en estudio su base genética. Según una
investigación realizada por científicos españoles, se descubrió la existencia de dichos factores en la
anorexia. La misma, muestra que las alteraciones producidas en el gen BDNF
(brain-derived-neurotrophic-factor) predisponen a la patología; asimismo, los factores ambientales
tienen gran incidencia (Fernández-Aranda, 2004).
Ya en nuestro tiempo y considerando a la anorexia como un síndrome biopsicosocial no podemos
desconocer, como ya decía Freud en su postulado de las series complementarias, la predisposición
genética y constitutiva, las vivencias sexuales infantiles y el factor desencadenante. Es decir que a
las posibles predisposiciones genéticas se le debe sumar, y no como simple suma, la historia
personal y los factores sociofamiliares. La clínica refuerza que no todo humano que tiene ésta
predisposición desarrolla el síndrome; requiere pues, de condiciones específicas. Es en este punto
que lo vivido y sentido en el seno familiar pone de relieve su influencia.
Los aspectos bióticos por un lado y la dinámica familiar por el otro en dialéctico movimiento van
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dando cuerpo a la estructura psíquica a partir del juego de identificaciones. En este punto es
necesario plantear que en una misma familia con la misma carga genética, no todos sus
integrantes presentarán síndromes anoréxicos; esto refuerza, como condición sine qua non a la
estructura psíquica como partícipe necesario; y como ineludible para su construcción, los procesos
de identificación.
Desde este punto de vista avanzaremos en nuestro trabajo, pero nos detendremos en algunos
situaciones muy significativas que refuerzan la idea de cómo lo social, en este caso lo religioso,
posibilitan la aparición y consumación del síndrome anoréxico, incluso justificándolo.
. Del Ayuno Religioso a la Anorexia Nerviosa
Desde la antigüedad, se ha manifestado el ayuno religioso con distintas connotaciones, entre las
que se destacan el misticismo, el ritualismo y la religiosidad, dadas por normas, prohibiciones y
prescripciones. Encontramos siempre presentes en esas conductas el sacrificio. La suspensión de
la alimentación como renuncia al placer de comer, el ayuno antes del sacramento de la Comunión,
el ayuno de Moisés en el Monte de Sinaí, y el mismo ayuno de Cristo en el desierto marcan los
caminos de la purificación y el modo de mostrar fuerza física y moral y la condición implícita para
reencontrarse con Dios; el vacío se constituye en valor místico Así lo muestra el siguiente pasaje
de la Biblia:
Entonces Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto para ser tentado por el diablo y después de
hacer un ayuno de cuarenta días y cuarenta noches, al fin sintió hambre. Y acercándose el
tentador, le dijo: - Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en panes. Más Él
respondió: - Está escrito: "No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca
de Dios.6
Santa Liberata es considerada santa patrona de las mujeres que desean verse libre de las
apetencias masculinas. La Santa como rechazo al mandato de contraer matrimonio con el rey moro
de Sicilia, renuncia a su cuerpo de mujer, afeándose, adelgazando en extremo y cubriéndose de
vello, tras férrea y persistente restricción alimentaria.
Santa Catalina de Siena, nacida en 1347, una de las tres Doctoras de la Iglesia, dedicada desde
niña a practicas masoquistas y conductas anoréxicas, llegó a su máxima expresión de Santidad
tomando una taza de pus de las heridas de los enfermos terminales. Sus conductas masoquistas la
llevaban a flagelarse hasta llegar al sangrado. Su falta de comunicación con el medio se mostró
con la ausencia de palabra; quien no habló durante tres años, salvo en la confesión. Su anorexia se
combinó con bulimia al insertarse trozos de madera en su garganta para provocar los vómitos,
luego de comer.
Entre los antecedentes que condujeron a la enfermedad había una fuerte relación simbiótica con su
madre, quien velaba por la apariencia física de su hija como el camino hacia el matrimonio, y la
rebelión de Catalina cuando se abstuvo del alimento para evitar el "pecado" de su atractivo.
Más tarde eligió comer nada más que agua, algo de pan y hostias, con lo cuál adquiría un gran
vigor, la hostia le revelaba un poder ilimitado, que con el solo hecho de verla se olvidaba de su
hambre terrenal, lo que le ocasionó su temprana muerte a los treinta y tres años (Bernard, E.,
2004). Santa Catalina de Siena, es el ejemplo princeps, fallecida por desnutrición; pero a diferencia
de las adolescentes contemporáneas, fue admirada, adorada y consagrada por estado de gracia.
(Belaga, G. 1993).
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Fendrik, S. (1997) relata en "Santa Anorexia, Viaje al país del "Nuncacomer" como Santa Clara de
Asís, puede ser también considerada una Santa Anoréxica. Huyó de su casa para encontrarse con
su amado Francisco, refugiándose en un Convento. Clara, dormía en el suelo, andaba descalza y
comía nada durante varios días, enfermándose seguido. San Francisco, quien también realizó
largos ayunos, le exigía a Clara que comiera, aunque más no sea un trozo de pan. La abstinencia
de Clara era tanto sexual como alimenticia; abundantes metáforas expresan la unión con Cristo y
con Dios como alimento Celestial.
Santa Teresa de Ávila (1515), quien a los doce años y ante la muerte de su madre, su padre la
instala en el convento de la Encarnación, su contacto con el mundo estaba conservado, hasta que
un día y luego de lo que ella llamó una visión, su único objeto de amor fue Dios. Relataba
sensopercepciones cenestésicas placenteras que recorrían su cuerpo desde las zonas genitales
hasta el cuello. En esos momentos era incapaz de tragar ni una sola gota de agua, llevándola a
una delgadez extrema.
En la historia de la humanidad abundan episodios en los que exorcistas, inquisidores y población
en general estaban convencidos, a raíz de ciertas conductas que manifestaban las llamadas
mujeres "poseídas", de la existencia del demonio con manifestaciones muy particulares. La ciencia
médica se mantenía al margen, ya que no podían afirmar si se trataba de enfermedades o de
posesiones diabólicas.
Sin embargo en el siglo XIX, en Morzine, la Iglesia no acepta el exorcismo y exige la intervención
médica. Durante ese siglo, el discurso religioso perdió influencia en la comunidad, frente a la
presencia del discurso médico.
Las autoridades del lugar decidieron poner orden y combatir la superstición a través de la ciencia,
quien sería la que se ocuparía del padecimiento del cuerpo, poniendo su mirada en la
sintomatología. Es interesante señalar cuan importante fue para dominar la situación la presencia
de la "autoridad" y la puesta de "orden; esto nos remite indudablemente a la función paterna.
El sentido fenomenológico de la enfermedad, era, en estos casos, el mismo que después manejó
de alguna manera el psicoanálisis: la renuncia al cuerpo con caracteres sexuales y, en
consecuencia, fuente de placer y atracción libidinal, en aras de conseguir una absoluta
individualidad; un sentido de la existencia marcado por la penitencia, el sacrificio y también la
productividad intelectual y artística. Es decir, a través de la restricción y de la purga, se conseguía
la pérdida de cualquier rastro de feminidad potencialmente pecaminosa, elevándose el espíritu
hasta el misticismo. Se trataba de mujeres ascéticas, resistentes, alejadas del mundo material, con
una fuerza interior que les permitía sobrevivir a las privaciones, aún desarrollando una gran
actividad.7
Como observamos, es éste un síndrome descripto hace siglos. Adentrarnos en la historia de las
grandes ayunadoras místicas es hurgar en las primeras figuras que representan la anorexia
nerviosa. Las formas sociales y de mayor aceptación eran las propuestas por la Iglesia; institución
que dominaba el hacer y el pensamiento de la época, llevando en su grado máximo a entregarse a
Dios desde distintas formas de inmolación; el ayuno desmedido y extremo era uno de ellas.
"Bueno, ahora es inmolarse en función del vínculo materno, o a una sociedad que las estimula a
esto. Pero es una manera de inmolarse en la cuál el sujeto, al cuál le entregan esto es diferente,
pero en realidad la base es la misma".8
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ACERCA DEL CUERPO
"El Yo es ante todo un Yo corporal"
Sigmund Freud (1923)9
. Construcción de la identidad del yo corporal
Para comprender la dinámica patológica de la paciente con anorexia, es necesario adentrarnos al
estudio de cuerpo, no sólo desde sus basamentos bióticos, sino y fundamentalmente en la
estructuración de la identidad del yo corporal, constituyente de la conciencia de sí mismo.
Es a partir de fallas en la conformación de la identidad del yo corporal y de la conciencia de
espacialidad que se puede pensar en fallas en la identidad del yo psíquico y del yo social. Esta
dinámica estructurante permite ir siendo con otros, y en especial un ir siendo primeramente con la
madre. (Risueño, A., c. p. Septiembre 2004)
Fisiológicamente, la integración de las gnosias (reconocimiento configuracional), nos permite
reconocer la vivencia de nuestro cuerpo como propio, mediatizando lo afectivo y emocional,
posibilitando la estructuración de un yo psíquico; que junto con la identidad del yo corporal, nos
revela el yo social. El lenguaje será el vehiculizador para apropiarnos del mundo, permitiéndonos
decir "Yo", es decir, la forma en que la persona se expresa en su cuerpo y a través de él,
posibilitándole las relaciones humanas: "El cuerpo como sujeto que soy"(Mas Colombo, E. y
colaboradores, 1999)
Ligado a este último concepto, el cuerpo se revela así como un medio de comunicación (gestos,
mímica, etc.) en las relaciones personales. En tanto vehículo de expresión de nosotros mismos,
como de receptor de los estímulos externos, es un conocedor vivencial e intérprete de la propia
realidad como de la realidad del otro.
Los aportes de los distintos modelos teóricos (psicoanalíticos, psicofisiológicos), han ido
enriqueciendo el concepto de identidad del yo corporal con denominaciones diferentes como
esquema corporal e imagen corporal.
Podemos considerar a la psicofisiología como pionera en la aportación de estudios y conocimientos
sobre el esquema corporal. El primer concepto que surge a principios del S. XIX, es el de
cenestesia, con el que se hace referencia a la organización del conjunto de sensaciones internas
procedentes del cuerpo trasmitidas a los centros superiores por vías nerviosas y cuya alteración
patológica se denomina cenestopatía.
Schilder (1935) correlaciona las experiencias del mundo exterior en contacto con el cuerpo,
definiendo el concepto de imagen corporal como "aquella representación que nos formamos
mentalmente de nuestro cuerpo" (Mas Colombo, E. y colaboradores, 1999). Aporta dos nociones
importantes que enriquecen este concepto: motricidad y experiencia afectiva en la relación con los
demás; dimensión psicológica de la noción de esquema corporal y que podríamos resumir en el
concepto de organización psicomotriz que propone Risueño (2000), en la que cuerpo se va
conformando a partir de la primeras experiencias consigo mismo y con el mundo, partiendo de las
actividades reflejas para constituirse en un "soy cuerpo"; que es más que un cuerpo mecánico para
llegar a ser un cuerpo que porta al siendo humano para su realización" 10
Todas estas nociones quedan magníficamente reflejadas y sintetizadas en la ya clásica formulación
de "Soy un cuerpo". Decir soy un cuerpo, es poner en evidencia la génesis del hombre, aquella
experiencia que sólo tiene realidad y sentido en nuestro cuerpo afectado, donde se vivencia el
placer y el dolor. Decir cuerpo, es entender un cuerpo visible sostenido por un cuerpo sexuado
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singular y particular, que expresa modalidades de existencia, siendo de esta manera, el cuerpo
quien nos abre al mundo y nos pone dentro de él en situación, permitiéndonos ir siendo-uno-mismo
en el mundo. (Merleau Ponty , 1975, Risueño A., 2000).
Sabemos que el hombre en sus primeros meses de vida se relaciona con el mundo a partir de los
reflejos; luego de su primer año de vida los reflejos se van integrando a conductas más complejas,
posibilitando su estructuración psíquica y la organización del pensamiento. Estos procesos se
ponen en marcha y adquieren movimiento con sentido gracias a las motivaciones.
. Ópticas integartivas de las motivaciones. Las motivaciones en la Anorexia
Toda acción con sentido requiere de la motivación, entendiendo a ésta como "aquella dinámica
psíquica por la cual el hombre acciona con el fin de relacionarse con el mundo y consigo mismo,
transformándose alternativamente en causa y efecto motivacional".11
La motivación como proceso biopsicosocial tiene sus bases en el instinto, pero en el hombre éste
se ve superado por el sentido de empuje que el mismo posee, hacia donde se orientará la
conducta, en una dirección particular para lograr la satisfacción de sus necesidades.
Las necesidades motivan la conducta. En cada etapa de nuestra vida, y a medida que
evolucionamos y vamos alcanzando objetivos, las necesidades pueden ir cambiando, pero siempre
producirán en las personas el impulso de generar un comportamiento para satisfacerlas.
La necesidad crea una tensión que hace que se presenten estímulos internos que incentivan la
conducta. Dichos estímulos internos generan un comportamiento de búsqueda de metas
específicas, que de lograrse producirán satisfacción de la necesidad y reducirán la tensión. Hablar
de deseo, de dinámica psíquica y de necesidades, es hablar de la existencia humana, en tanto el
hombre como siendo en el mundo va produciendo movimientos con sentido.
Es indiscutible las bases somáticas de la motivación, lo que hace distinguir distintos tipos de
motivaciones, comenzando por la por más básicas denominadas biofuncionales necesarias para
mantener la unidad biótica con vida y la homeostasis del organismo (Mas Colombo y col., 2004) es
decir, la autoconservación del hombre.
Estas hacen referencia desde los aspectos fisiológicos a la incorporación de alimentos, agua ,
oxigeno y su expulsión, tanto esfinterianas como dérmicas, necesarias para lograr dicha
homeostasis. Cabe destacar desde esta óptica, la presencia en la anorexia de alteraciones de las
motivaciones biofuncionales incorporativas; es decir alteraciones del instinto de conservación. En
dicha patología esta necesidad básica y primaria para la vida es justamente la que la joven
anoréxica rechaza.
Pero no podríamos decir que sólo las motivaciones biofuncionales están alteradas en el cuadro que
nos ocupa. Si bien los trastornos de incorporación de alimentos es el signo más evidente, éste se
completa con las alteraciones de las motivaciones psicoestructurales y sociocognitivas. El cuerpo,
como sostén de la estructuración psíquica, es el primero que da señales patológicas, sin embargo,
a las motivaciones biofuncionales alteradas se le suma, y no como simple suma, la alteración de
las motivaciones psicoestructurales y sociocognitivas.
El humano habiendo satisfecho sus necesidades básicas puede a partir de su relación con los otros
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y en especial con su madre comenzar su estructuración yoica. Existe un movimiento dialéctico y
permanente que nos muestra como las motivaciones biofuncionales se apoyan en las
psicoestructurales y ambas nos posibilitan las sociocognitivas, para retornar luego y como cierre
que se vuelve abrir, a la satisfacción de las necesidades más básicas.
"Sabemos que la mirada de la madre es constitutiva de la estructura yoica y por ende de la imagen;
"mirada e imagen son una y sólo una". En la joven anoréxica la mirada del otro-madre no es
constitutiva de la imagen que le permita construir su yo. Carente de afecto e intentando ser el
deseo de su madre, se vuelve ciega para mirar la realidad de su cuerpo desvitalizado. La ciega
mirada la coloca en un sin sentido, en un mundo sin proyecto. El sin sentido de su existencia es lo
que le devuelve el espejo, que no es más que la representación de la mirada disvaliosa del otro;
posibilitándole sólo disponer de un modelo virtual de cuerpo y ajeno a si misma; una imagen de
cuerpo simbolizado por la nada, carente de palabra y de ley. Vale preguntarse entonces cómo ha
construido esta niña su cuerpo bajo la mirada aniquilante de otro, que más que constituir su cuerpo
como objeto de deseo y de conocimiento lo convierte en cuerpo sin sentido inmolado al otro.12
Las alteraciones de las motivaciones bio-psico-sociales, en el caso de las jóvenes con anorexia, las
lleva a la condición extrema de que existen sólo como cuerpo, que paradójicamente, va dejando de
existir. Eros y Tánatos parecerían jugar en ellas un juego donde se desconocen las reglas...
Desde ópticas biopsicosociales resulta casi imposible separar el cuerpo de lo psíquico y de lo
social. El hombre como uno y sólo uno se expresa en la totalidad de su ir siendo. Observará el
lector que resulta dificultoso desgajar al hombre en partes y verlo únicamente desde un lugar;
constantemente abordamos la patología que nos ocupa como una problemática integral de la joven
anoréxica. Sin embargo, y haciéndonos cargo de nuestro vicio de profundizar con rigurosidad todas
sus aristas, es que nos adentramos en el próximo apartado en los meandros de lo psíquico, sin
olvidar al cuerpo en su constitución y a lo social en su organización.
. Distorsión de la Imagen Corporal en los Trastornos de la Alimentación
Describiremos a continuación los trastornos de la vivencia corporal que se presentan en la anorexia
nerviosa, donde se manifiesta la problemática del reconocimiento del cuerpo. Las jóvenes tienen
una imagen y una idea de peso muy diferente de la realidad. La representación psíquica del cuerpo
está distorsionada.
Las jóvenes, y aún las mujeres maduras, con anorexia presentan distorsiones perceptivas de todas
las partes de su cuerpo, sobreestimando especialmente el rostro (50%). Las dismorfopsias y
dismegalopsias son claras en cintura, tórax y contornos laterales del cuerpo.
Desear una imagen corporal perfecta y distorsionar la realidad frente al espejo es la característica
central del cuadro. La imagen que el cuerpo presenta es la de un muerto viviente, hay un abandono
total de cualquier cosa que pueda relacionarse con el cuidado corporal. 13
La mirada vuelve estar presente; la distorsión de la imagen corporal se podría relacionar con ella y
con la pulsión escópica; sería un darse a ver, convocando la mirada del otro, por lo delgadas y
esqueléticas que están, pero sólo pueden dar a ver un ser destruido; se dan a ver como "nada". Es
un intento fallido de desaparecer frente a la mirada, en tanto ésta es convocada; parecería que en
el fondo elegirían la invisibilidad para volverse visibles como cadáveres. (Recalcati, M. 2004).
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LO PSIQUICO EN LA ANOREXIA
. Del cuerpo a la psique
El Ser Humano nace absolutamente desprotegido...Es un cachorro humano, inmaduro, desvalido.
Si hablamos de cachorro, es porque no tiene, aún, condiciones de humano, sino potencialidad
humana. De hecho, si lo dejamos solo, muere...Las condiciones humanas se las dará otro humano.
Ésta potencialidad de advenir humano, depende de otro que le dé humanización. El primer esbozo
yoico es el perímetro corporal, y en esto participa activamente la madre, ya que es ella la que lo va
libidinizando, le da energía, lo va acariciando y con esto constituyendo. Lo constituye en toda una
gran zona erógena.14
La primera comunicación entre el niño y su madre, es sin duda, el amamantamiento; momento que
se observa que en la mirada que se dispensan mutuamente, mirada con mirada, se reflejan en el
cristalino de cada ojo, imágenes, donde el ojo funciona como si fuera un espejo. (Cababie, R.B.,
1991). El bebé al mirar el rostro de su madre, se ve a sí mismo. (Oyarzabal, C 2003). La madre lo
sostiene, lo cuida, lo nombra, no lo priva, no lo frustra, le da todo; a su vez el niño siente esto como
placentero (principio del placer). Pero poco a poco, al no contestar de inmediato al llanto del hijo
con leche, dejándolo esperar, lo irá introduciendo a la realidad (principio de realidad), mostrándole
que aquella madre que le daba todo, es la misma que lo priva; lo gratifica pero también lo frustra.
En determinados momentos, su cuerpo se sacude por estímulos que el bebé desconoce, los que
son vivenciados por él como el fantasma de su destrucción y aniquilamiento (ya había vivenciado el
parto como destrucción). Esto le produce un desequilibrio, ya que la sensación de aniquilamiento
está dando cuenta de una necesidad, con lo cuál comienza a demandar con lo poco que posee: su
motricidad, su llanto, sus gritos, su pataleo. Estas manifestaciones van dando cuenta de una
energía que se moviliza, que es su instinto de conservación, que pone al descubierto sus
necesidades fisiológicas, como ya habíamos señalado anteriormente. La precariedad con la que
nace el cachorro humano hace necesaria la presencia de otro para que pueda construirse el
aparato psíquico.
Es aquí donde aparece la importancia de lo humano. El bebé necesita de otro humano que posea
aparato psíquico para traducir lo que percibe en su cuerpo, surgiendo de esta manera la necesidad
del otro, que lo rescate de la indefensión, tanto por la inmadurez neuropsicológica como por la falta
de lenguaje. Otro que asista poniendo palabras a las necesidades. Ese otro, es otro altamente
significativo (Freud,S.,1950) revelando un conocimiento paranoico, ya que el Otro "sabe más de mí,
que yo mismo" (Lacan, J,1949).
Por eso el aparato psíquico es un "aparato traductor" (Fischer, H.R., 1996). Es así como, el otro
poseedor de un aparato psíquico traduce la energía y demanda emanada del cachorro; por
ejemplo: -tiene hambre-, ésta idea, representación psíquica acompaña a un acto específico, que es
el de dar leche. El cachorro reclama ayuda para satisfacer su demanda: la "leche" y resuelve el
problema.
Por primera y única vez, representación e instinto implicado en la demanda van a quedar fijados,
constituyendo la primera vivencia de satisfacción. Ésta va a constituirse en piedra fundamental del
aparato psíquico; denominando Freud a éste acto represión originaria o primordial, dado que
origina o funda el aparato psíquico, momento en que se instaura el cuerpo biológico.
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La madre no sólo introduce leche en este cachorro, sino que además le permite incluirse en una
dinámica que le posibilita a su vez apropiarse de lo social y cultural. La madre debe permitir la
entrada del padre, sinónimo de ley. La incorporación de la figura paterna en esta dinámica organiza
ideas, abriendo paso hacia el mundo; arribando a lo simbólico, al lenguaje. Ya que el lenguaje,
como organización social nos precede, requiere fundamentalmente de las figuras parentales que
traducen el mundo. La prematurez biótica es además una prematurez psíquica y por ende
social-sin lenguaje. Como dice Lacan (1949), el bebe es un "infans sin palabras".
Al tiempo, el bebé comienza a sentir nuevamente esa sensación de aniquilamiento, mencionado
anteriormente, repitiendo la escena, llanto, pataleo, gritos. - ¿Qué hace entonces el bebé para
solucionar su necesidad?. Recurre al camino más corto, es decir, alucina, volviendo a ese
momento en el cuál había encontrado satisfacción. Como la alucinación no le resuelve su carencia
alimenticia, vuelve a iniciarse el ciclo hasta que la madre nuevamente realiza la acción específica,
interpretando al bebé.
Comienza entonces, a constituirse un rudimentario aparato psíquico al cuál llega información desde
tres direcciones: desde el mundo externo, de su propio cuerpo y desde su aparato psíquico. Como
aún se encuentra poco mielinizada las formaciones corticales, existe un registro fragmentado de su
esquema corporal, una discontinuidad temporal de sus vivencias y por ende como una suerte de
cuerpo fragmentado.
Partiendo de este cuerpo fragmentado, de la mielinización cortical y de la libidinización por parte de
la madre, comienza a instaurarse lo que para Lacan (1949) es el Estadio del Espejo. (Fischer, H.R.,
1996).
El mismo se organiza en tres tiempos: en un primer momento, el niño percibe la imagen de su
cuerpo como la de un ser real que intenta acercarse y atrapar, produciéndole un ajetreo que se
manifiesta a través de movimientos; siendo la libido la que produce la alteración somática del niño.
Sin embargo, demuestra una confusión entre si mismo y el otro; luego se produce el momento
identificatorio, en el cuál descubre que el otro del espejo no es un ser real, sino una imagen que ya
no intenta atrapar. Distingue la imagen del otro de la realidad del otro, la que anticipa su completud.
Finalmente, descubre que la imagen que se refleja es la suya, que al reconocerse, reúne su cuerpo
fragmentado en una totalidad, que implica la unificación de su propio cuerpo. (Baravalle, G. y otros,
1993)
A través de este cuerpo total, momento en el que comienza a haber un otro, una diferenciación, el
bebé mira el espejo y dice, - Nene-, al tiempo, dirá, - YO-.
Es importante señalar aquí como la mielinización ha posibilitado que este cuerpo fragmentado se
reúna con la imagen, para constituirse uno; al mismo tiempo es el momento evolutivo en el que el
niño puede reconocer el rostro de otros (prosopognosia) y ver las diferencias. No será igual el
rostro de su madre que el su padre u otros parientes; es así como en el niño se produce una
profunda angustia ante el posible abandono, lo que Spitz (1979) llama la angustia del octavo mes.
No será lo mismo para él estar al cuidado de su madre que de otra persona. Sin embargo ese otro
será necesario.
Es el momento que la presencia de alguien que pueda producir el corte, la separación del vínculo
madre-hijo, a pesar de la angustia, evitará que el bebé quede subsumido simbióticamente a su
madre, quedando alienado como objeto de deseo de ella, ocupando el lugar del falo que la
completa.
Esta función de corte, separación, como mencionamos anteriormente, estaría dada por la función
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paterna, lo que no implica que sea imprescindiblemente el padre, sino algo que sea objeto de
deseo de la madre, más allá de su bebé. Al introducir a otro en esta relación madre-hijo se
introducen características triangulares, la Ley (el corte). El ingreso de la función paterna es la
armonización de una figura triangular Edípica, lo que nos da la organización del aparato psíquico.
(Fischer, H.R., 1996).
. La anorexia desde la visión psicológica
Consideramos interesante y hasta imprescindible para realizar un abordaje integral de la anorexia
desde los aportes de la psicología, la posibilidad de referirnos a distintos autores, que si bien se
basan en diferentes marcos teóricos, nos conducen a identificar conceptos compartidos, y a
reforzar nuestra visión integrativa.
Parral, S. (1996) relaciona a la anorexia con una problemática de la naturaleza de la relación con la
feminidad. Fenomenológica y clínicamente vemos como las jóvenes que sufren de anorexia
presentan un cuerpo asexuado, emaciado, con detención del desarrollo de caracteres secundarios,
amenorrea, conservación del cuerpo infantil, de la latencia, cuya bisexualidad es reprimida sin
definición hacia una salida femenina; es por eso se dice que este trastorno se trata de una forma
de rechazo a toda sexualidad femenina. La anoréxica sigue un Ideal: el de una delgadez del cuerpo
que puede alcanzar a borrar los relieves, a achatar las formas, a afinar el espesor. Hacer del
cuerpo un hilo, una transparencia, una línea en el límite de lo invisible, siendo ésta la vía estética
de la anoréxica.15
La mayor incidencia se presenta en la adolescencia lo cual nos muestra una posición subjetiva de
rechazo al objeto alimentario. Es además imprescindible no confundir anorexia con falta de apetito
o con no comer, sino más bien lo que sucede es que la persona come nada, y de esta manera
demuestra que la comida no es solamente un objeto de necesidad, sino que está allí instalado en
calidad de representante o sustituto. (Broca R., 1996).
Los distintos profesionales que durante largo tiempo se han dedicado al abordaje de este tipo de
trastornos concluyen que pueden verse en la anorexia, "distorsiones importantes en el vínculo
madre-hija desde los primeros momentos"16, que podemos caracterizar como simbiótico o
simbiotizante. Como ya señaláramos en el punto anterior, y a modo de síntesis la relación
madre-hijo es una relación que se retrotrae al vínculo con el primer objeto, el materno. Este vínculo
es preedípico para ambos sexos. Con el transcurso del tiempo y las vicisitudes del desarrollo, este
vínculo es superado y constituido, con la inclusión del padre o función paterna, quien hace ingresar
la triangularidad. Se opera entonces un proceso de extrañamiento, de separación madre-hijo que
puede obstaculizarse o ser favorecido según la constitución del vínculo, debido a las características
y condiciones del mismo y la ausencia, omisión o presencia de la figura paterna, quien debe hacer
efectivo el camino hacia la triangularidad y el acceso de la niña a la feminidad normal. Al llegar a la
pubertad llega el momento de la reformulación y reactualización del Complejo de Edipo, misión
esta de la disolución edípica adolescente, que trae consigo todo lo ateniente a la calidad de la
sexualidad infantil, la resolución del proceso identificatorio, el duelo por el cuerpo y la omnipotencia
infantil. Es por ello que si se obstaculiza la separación y se mantiene el vínculo diádico, esta
reactualización se lleva a cabo en términos preedípicos. Esta situación ocupará a una madre que
no ha podido operar eficazmente en su función materna, y a una función paterna fallida que no
ingresa la triangularidad. La madre en principio toma a la niña, a su hija, como el falo, según la
ecuación fálica. (Parral, S. y otros, 1996).
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Winnicott (1979) plantea que la enfermedad de origen psíquico es también el producto de una
deficiente provisión ambiental, haciendo referencia a la madre como principal actor de ese
ambiente. El estado de salud mental del ser humano es consecuencia de un proceso de desarrollo,
una interacción entre el potencial evolutivo con el que se nace y el comportamiento del medio
ambiente, "madre". Referimos anteriormente que el recién nacido está indefenso, y que depende
de otro para que aumente su potencial. Hablar, caminar, pensar; se ven favorecidos si el medio
ambiente-madre lo posibilita, es decir lo sostiene, lo alza, lo contiene, lo ampara, lo que el autor
denomina holding; lo lleva de la mano (handling), lo asiste corporalmente, saber que es un cuerpo y
qué hacer con él.
Observamos que el autor pone el acento para el desarrollo anímico del bebé en el cuidado. La
dependencia, que primeramente será una dependencia absoluta, llega desde una dependencia
relativa a la independencia a partir del cuidado, éste tiene como objetivo que llegue a ser, punto
crucial en relación a la falta en ser de la anorexia.
En el estado de dependencia absoluta, la madre es la proveedora de lo necesario para el bebé y lo
realiza a partir de sus capacidades de identificarse con él y satisfacer sus necesidades. Sin
embargo, existe el riesgo que el bebé quede capturado, ya que en esta etapa el niño no se
diferencia de la madre. Ponemos una vez más el acento en la posibilidad de una simbiosis,
situación de la cuál sostenemos, a partir de lo desarrollado, que se presentifica en la anorexia. Por
ello, es que necesita de una madre suficientemente "buena", que pueda captar lo que le acontece a
su hijo para que el niño despliegue su potencial creativo y así nazca el núcleo de su verdadero self.
Entendiendo al self como la convicción de continuidad de existencia y posibilidad fundamental para
su existencia saludable, para que el niño se sienta siendo él mismo.
En la etapa de la dependencia relativa, el niño es capaz de diferenciar yo- no yo. Lo que le permite
lograr; a partir del holding, la integración, es decir el sentimiento de continuidad de existencia; a
partir del handling, la personalización y el proceso de relación de objeto.
De lo que deducimos que las fallas en la integración, en la provisión ambiental-madre llevarían a la
construcción de un falso self. Es decir, que podríamos plantearnos la problemática de la anorexia,
situándola en la etapa de dependencia absoluta, donde el niño no logra llegar a la independencia, a
su verdadero self, quedando capturado e indiferenciado de su madre.(Garrido, O. V.,c. p.
Septiembre, 2004)
De este modo, en el caso de las jóvenes con anorexia la madre se siente completa pues es su hija
la que le aporta las gratificaciones que necesita. La niña va siendo ubicada como la proveedora de
gratificaciones a la madre y en consecuencia se transforma en alguien complaciente, sumiso,
sometido y "perfecto".
Una madre suficientemente buena es aquella que gratifica y frustra a sus hijos en forma pertinente.
Cuando se dificulta esto, impide al niño pasar correctamente por situaciones de pérdida que le
permitan resignificarlas posteriormente y elaborarlas. Como ya lo había planteado Freud en "Más
allá del principio del placer (1920), a partir del Fort-Da, el juego que representa la presencia y la
ausencia. Ésto es posible mediante el proceso de simbolización: ante el juego de presencia y
ausencia del objeto, se lo nombra, usa símbolos y signos que permiten operar mentalmente e ir
elaborando los alejamientos.
Los sentimientos hostiles y de rechazo van siendo transferidos del objeto materno a la comida,
siendo el alimento el representante de la madre, y la relación con la comida, sustituto de la relación
con esta madre. Asimismo, resulta devastador el pensar en ser devorado por esta madre que no
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puede separarse y no la deja ser, sino que quisiera mantenerla como parte de ella, lo que
significaría la pérdida de su self.
"Comer nada", significa imponer al Otro la diferencia entre necesidad y deseo, es introducir la nada,
la falta en algún lado, ya que suele ocurrir que el Otro, que se encarna en general en la madre, le
da todo en lo relacionado al orden de la necesidad, es decir:
Lo harta de la papilla asfixiante de lo que tiene, o sea, confunde sus cuidados con el don de su
amor... A fin de cuentas, el niño, al negarse a satisfacer la demanda de la madre ¿ No exige acaso
que la madre tenga un deseo fuera de él, porque es éste el camino que le falta hacia el deseo?17
Esta papilla, se torna en algo que obtura, asfixiante, y el deseo queda anulado. Entonces es ahí
cuando "hacen la falta", instalan una huelga de hambre ahí, en el ámbito de la necesidad; es una
forma de decir: -"viste que yo no necesito esto"- , como para mostrar que de lo que se trata es de
otra cosa, lo que hace falta es otra cosa. Acaso no es que ¿se trata de una demanda de amor?
En otras palabras, la madre no puede nombrarlo como su hijo, darle amor, sostenerlo con la
mirada, con su voz; a cambio, a la demanda del niño/a le pone comida.
Según Lacan el destino de la anoréxica se juega en el tiempo del destete, que no es el tiempo en
que lo dejan de amamantar, sino el momento en que el seno o el biberón no responden al grito
(demanda). La aceptación de este primer corte real conduce a la vida, es decir, a la simbolización.
Pero esta simbolización se dificulta cuando la boca, siempre atiborrada, no puede emitir grito
alguno.18
La comida no es representante del amor. Ante la presencia de la falta, puede jugar a entender lo
que es el deseo, el mismo va a surgir porque la madre no lo completa todo el tiempo con comida;
no obstruye el agujero, el vacío; la falta; le permite desear.
La joven con anorexia provoca en el Otro la falta; no comiendo, la angustia de la madre es el fiel
reflejo que el no comer está dedicado al Otro materno. La anoréxica le muestra la falta a la madre,
"le hace falta". La ausencia de palabras que siempre existió hace que ponga en el cuerpo la falta.
La posibilidad de decir, de simbolizar le permitiría "salir de la anorexia".
La joven que padece anorexia se interroga por su deseo, ese "deseo de nada" es un deseo de
poner a la madre en falta. Al ser objeto de deseo de la madre, la joven se tiene que correr de la
posición de objeto de deseo de la madre, y hacer caer los significantes del Otro, a los que ella está
alienada. No sólo está la madre en juego, sino la falla de la función paterna, la interdicción paterna
funcionó mal, el padre no pudo separar, por tal motivo, resulta de vital importancia conocer la
historia de la paciente, para saber cómo funcionó el Nombre del Padre y su fallido.
Cuando hablamos de una función fallida del padre, podemos decir, que algo de la metáfora paterna
se inscribió de manera débil, es decir, no se inscribió suficientemente en el inconsciente del sujeto.
Débil en relación a la función ordenadora respecto al deseo de la madre. En el Seminario XVII
Lacan nos ofrece una imagen inquietante del deseo de la madre: la boca abierta de un cocodrilo,
en el interior de la cual se encuentra el niño, lo que retomando lo citado en párrafos anteriores
podríamos plantearnos que siente el niño frente a la posible discontinuidad de su existencia, de su
self.
¿Cuál es la posición que queda un sujeto cuando la función paterna no opera, u opera fallidamente,
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sin interponer "la barra en las fauces abiertas del cocodrilo" para impedir que se cierren y la madre
devore al hijo?. El sujeto anoréxico se encuentra en la boca del cocodrilo, sosteniendo por sí
mismo la suplencia de la barra, cuya titularidad correspondería justamente al Nombre del Padre20.
Entonces, la anoréxica de alguna manera, transforma la imagen de su propio cuerpo, convirtiéndolo
en la barra que encarna la función paterna, por lo cuál se encuentra en una situación de peligro
extremo.
Si el sujeto intenta salir de la boca del Otro devorador se arriesga a ser devorado; de allí que el
único modo de sobrevivir al canibalismo del Otro es permanecer inmóvil; en una posición de
rechazo total de lo que proviene del Otro, ya que la madre busca a quien devorar, el elemento
central es el devorar, es la presencia ineludible de una relación oral.
Se trata de la mujer en relación con el significante falo que hace de ella un ser en falta, donde
plantea al niño como el sustituto del falo que falta. Siendo así la joven que sufre de anorexia objeto
fálico de la madre, que la completa, es decir, en la madre no hay falta, está completa. (J. Miller,
1993).
El Otro, muchas veces tiene que ver con algo de la oralidad, que en relación a la misma, podemos
decir, que así como dijimos que el Otro se relaciona con el ámbito de la oralidad, nos parece
interesante, observar como el bebé también participa por sí mismo en dicho ámbito. Ya Freud
(1905), en relación al acto de la succión del bebé, describía como el bebé se satisfacía a partir de
la succión del pecho de su madre, con lo cuál sus labios se convertían en una zona erógena,
produciendo una excitación por la leche, lo que causa la primera sensación de placer, asociada con
el hambre. Primeramente la actividad sexual se apoya al servicio de la conservación de la vida.
Posteriormente, el bebé saciado su apetito, buscará volver a encontrar la satisfacción sexual, pero
separada de la necesidad de satisfacer su apetito. El niño busca a través de la succión de alguna
parte de su cuerpo, independizándose del mundo exterior, es decir del pecho de su madre. El acto
de succión, lo realizan aquellos en los que la zona labial tiene una gran importancia erógena, ya
que se halla constitucionalmente reforzada. Muchas de las pacientes de Freud, que habían sido en
su infancia grandes "chupeteadoras", tenían perturbaciones anoréxicas, opresión en la garganta y
vómitos.
El cuerpo anoréxico apunta a sustraerse a la diferencia sexual; un cuerpo no marcado por la
diferencia sexual. El cuerpo-flaco, ¿El cuerpo-falo? La joven se relaciona con el Otro, como
amenaza de muerte, o come todo y queda alienado a los significantes del Otro; o no come, por
tanto muere. La joven con anorexia ofrece su vida, que es su muerte, quedando su deseo anclado
en la muerte.
Cabe preguntarnos cuál es entonces el dolor de las jóvenes que padecen anorexia. Si definimos al
dolor como una experiencia displacentera que produce sufrimiento y que se encuentra íntimamente
relacionado a la existencia humana , tendremos que pensarlo en tanto humanos como totalidad
como dolor físico, psíquico y social.(Mas Colombo y col, 2004).
Por ello no podremos pensar en el dolor de la joven anoréxica sólo como físico aunque su cuerpo
se encuentra comprometido, ni sólo como psíquico aunque la angustia la desborde, ni tampoco
sólo como social, aunque de se vea aislada del mundo por no ser el modelo que el mundo propone.
El dolor de la joven anoréxica es un dolor en la totalidad de su existencia.
"El dolor surge de la misma existencia, de la misma experiencia de vivir, como dolor existencial,
psíquico; emparentado con la pérdida, la ausencia, el abandono y la falta de amor"21
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Podríamos inferir que el dolor en la anorexia, sería un dolor físico de un cuerpo agobiado, sin
fuerzas, que sufre ante la posibilidad de perderlo; un dolor psíquico, frente a la pérdida de su ir
siendo y un dolor social, frente a la pérdida de reconocimiento del vínculo más primario, la madre.
Es decir que el dolor, desde una mirada integradora, amenazaría la vida, la existencia y su
inserción en mundo compartido.
LO SOCIAL EN LA ANOREXIA
. El modelo anoréxico
A través de los siglos, el modelo de mujer ideal ha ido cambiando. Tal es así que:
"En el Siglo V, en la Edad media, la corpulencia era símbolo de vientre fértil, el siglo XVII, acentúa
pechos y nalgas de la mujer como símbolo maternal y en el siglo XX, se borran esos símbolos
maternales y valoriza la renuncia a los roles tradicionales".22
La delgadez de la mujer, en nuestros días, estaría liberada de sus funciones reproductoras, una
suerte de independencia andrógena. Estudios realizados por Gardner y colaboradores (1980),
observaron que:
"Se estaba produciendo una progresiva evolución de un tipo de cuerpo femenino, de tipo tubular,
andrógeno". Como ejemplo cita a Kristen Mc Menang, mujer flaquísima, encorvada, cejas
totalmente depiladas y pelo corto, es la más andrógina de la nueva camada de modelos, a quien el
diseñador Karl Lagerfeld, la define "como el símbolo de la moda"23.
El impacto que va dejando la publicidad en las jóvenes, a partir del cuerpo social que propone,
pueden tener un efecto desencadenante de anorexia. Parecería haber una adhesión a modelos
impuestos por los medios de comunicación de masas, emitiendo mensajes simultáneos, donde
paradójicamente invitan a delicias y a la vez al control del peso. (Piaggio M.C. 1997)
"El Otro", aquel otro presente en la vida psíquica del hombre lo convierte en un ser social. Cada
otro que se muestra adquiere para sí mismo una resonante importancia en sus relaciones.
Somos, los hombres "una masa, conjunto numeroso de personas", constituida de almas humanas,
que influencia nuestra vida anímica sin saber aún por qué...¿ O sí ?...
Sí. Almas humanas colectivas conformadas por una multitud en las que nos hace unir acciones,
sentimientos y pensamientos; que deferirían si cada uno de nosotros lo hiciese en soledad.
Unidad enlazada inconsciente, que encarna restos de los ancestros que conforman nuestra alma
ignorada. Multitudes que barran la esencia de los que la integran, quedando desamarrado el
inconsciente del hombre y amarrado al inconsciente de la masa, que por ser partícipe anónimo,
libera represiones inconscientes, tornándose omnipotente e irresponsable.
Multitudes contagiosas. De sentimientos y acciones que hacen perder las coordenadas de su
propia naturaleza, despojándose de su persona al conjunto numeroso de personas.
Masa sugestiva. Su gestión, la de la masa, convierte al hombre en esclavo obediente, sin que
ejecute acto alguno por propia iniciativa. Sugestión inducida mediante un estado casi hipnótico,
cautivando su atención de manera irresistible que provoca en el hombre movimientos anímicos.
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(Freud, S., 1921)
Que, acompañado de una escisión...
"Sabe pero no quiere saber..."
"Ve pero no quiere ver..."
La mayoría de las jóvenes anorexias que se diagnostican hoy día son, desde el punto de vista
fenomenológico, radicalmente distintas a las clásicas intelectuales-místicas. Adolescentes, influidas
por la sociedad, pierden su singularidad y se adhieren a la masa; donde lo que prima en exceso es
la belleza y la imagen; partícipes de una civilización consumista, despilfarradora y superficial, en la
que los referentes espirituales y las inquietudes trascendentales se han perdido en detrimento de
otros valores que transmiten, con enorme poder, los medios de comunicación.
En nuestra sociedad occidental, la estructura familiar y sus tradiciones tienen un escaso poder
contenedor frente a la insistencia subliminal y abierta de mensajes que identifican "cuerpo diez".
CRITERIOS DIAGNÓSTICOS
. Sintomatología Clínica
En cuanto a los síntomas clínicos específicos se encuentran: desnutrición en sus distintos grados,
adelgazamiento, atrofia de masa muscular, pérdida total del celular subcutáneo, bajo potasio,
sequedad y caída de cabello, sequedad de la piel, faltas vitamínicas, lo que producen lesiones en
mucosas, edemas por falta de proteínas, hinchazón de los tobillos, (esto es un signo de alarma
muy importante, sería uno de los elementos para definir la internación) y amenorrea. Ésta ultima
relacionada a que el eje Hipotálamo-Hipofisario-ovárico, que regula las hormonas sexuales, se
vería alterado, en relación directa con los aspectos psíquicos de la paciente. En estudios realizados
se observaron también alteraciones de la neurotransmisión. (Risueño, A. et al 1998, Prieto,V. c.p.
2004)
La amenorrea, es un criterio diagnóstico de importancia, considerándose como tal la ausencia de
por lo menos tres ciclos menstruales consecutivos, ya que los estrógenos participan de la
absorción de calcio en huesos, por lo que en la anorexia la disminución de estrógenos conlleva una
desmineralización ósea, que puede desencadenar en osteoporosis (característica de la
menopausia). No hay en la anorexia lesión hipotalámica sino una involución del mismo.
Si bien la amenorrea se relaciona con la pérdida de peso, ya que se necesita de un 20 a un 25 %
de tejido graso para poder menstruar, no siempre es producto de esto, sino que aparece antes de
la pérdida significativa de peso. Se relaciona con el stress y la hiperactividad., ya que la restricción
alimentaria frecuentemente está acompañada por un exceso de actividad física. (Risueño, A. et al
1998)
Las influencias psicológicas afectan al sistema endócrino, el que a su vez regula a través de la
secreción hormonal todos los procesos básicos del metabolismo tales como el crecimiento,
maduración, energía, sexualidad en su relación con las emociones, la memoria, el aprendizaje y el
comportamiento.
Se desprende, entonces, un mecanismo de biofeedback donde la orden enviada desde el cerebro
afecta la regulación hormonal del sistema endócrino relacionado a su vez al sistema nervioso
autónomo, provocando alteraciones en la conducta. El sistema límbico-hipotalámico es la conexión
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fundamental entre psique y soma. Se lo ha descripto como centro de trasducción de información.
El sistema límbico, responsable de las emociones está conectado a circuitos integrados por la
amígdala, hipocampo, neocorteza, tálamo e hipotálamo. Alterándose en los trastornos alimentarios
los ejes hipófiso gonadal, suprarrenal y tiroideo fundamentalmente. (Risueño, A ,et al . 1998).
En la anorexia se habría detectado, asimismo, un aumento de dopamina, así como un disbalance
noradrenérgico; se destaca, además, el papel fundamental de la serotnina en la regulación de
diversos tipos de conductas como el dormir, el estado anímico, el hambre y la saciedad. Se han
encontrado valores elevados de serotonina a nivel cerebral en la anorexia. (Risueño, A ,et al .
1998).
El "cortizol" produce eliminación de glucosa del hígado hacia el plasma, glucólisis. El cortizol tiene
un ritmo circadiano, no se segrega de la misma manera todo el día, en unas horas es en más
cantidad y en otras horas en menos cantidad, con lo cuál se observa en las pacientes con anorexia
la pérdida de dicho ritmo, no teniendo los movimientos normales descriptos. (Prieto, V. c.p. 2004)
Asimismo, las situaciones vitales que enfrentan al adolescente a la separación del ámbito materno
(exogamia), ligadas a la baja autoestima y a la necesidad de reconocimiento social, generan altos
niveles de stress que desencadenan, de acuerdo a su personalidad premórbida, estos trastornos
que alteran el funcionamiento fisiológico, creándose circuitos cerrados de retroalimentación
(Risueño, A ,et al . 1998).
Se observa una marcada sobreexigencia, (generalmente son los mejores promedios) (Risueño, A
,et al . 1998). relacionada con el control que ejercen en sí mismas y con los demás, manejando de
esta manera el entorno, manifestando una gran preocupación por lo que los demás opinen sobre
ellas. La imagen y la estética se posicionan en un lugar de privilegio ante la mirada de otro.
La anorexia nerviosa de tipo restrictiva frecuentemente cursa con conciencia de sintomatología.
(Risueño, A.,cp 2004).
Las causales de muerte pueden ser, suicidio, muerte súbita, arritmia cardíaca, infecciones. Debe
tenerse mucha cautela en el período de realimentación por el riesgo de colapso por dilatación
aguda del estómago. Aumenta el riesgo de muerte después de 5 años de enfermedad.
ABORDAJE TERAPÉUTICO TRANSDISCIPLINARIO
. Un posible tratamiento de la anorexia
Desde el punto de vista del Hospital Central de San Isidro, para poder trabajar con pacientes que
padecen de anorexia consideran que hay que tener un acercamiento interdisciplinario, una
concepción del hombre; integrada desde lo bio- psico- social. Es en este punto por el cuál y
siguiendo los lineamientos planteados desde el comienzo, que tomamos al mismo como una vía
posible de curación de esta dolencia.
La paciente anoréxica, en general, va a consultar acompañada, por la preocupación de algún otro,
ya que son pacientes que no demandan porque se sienten conformes así, aunque no se sientan
bien, ya que están angustiadas, preocupadas, y agregaríamos con un dolor existencial que atañe a
su integridad bio-psico-social. En la entrevista se forma un ambiente, en donde generalmente se
hace muy fácil hablar, hablar de manera amena, ya que estamos convencidos que la palabra es
vehiculizadora de la existencia, motivo por el cuál creemos que de ésta manera facilitamos la
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posibilidad de escuchar qué le está pasando, desde éste lugar comienzan a escuchar los síntomas,
aspectos del entorno familiar, algún dato de la infancia, de manera tal que hay que estar atento a la
contención de la paciente.
Se escucha desde lo bio-psico-social de una manera armoniosa y tranquila, desde un lugar que
transmita acompañamiento y comprensión, no complicidad, en palabras de Winnicott, podríamos
hablar de handling y holding, como un intento de sostenimiento y acompañamiento en ayuda de
reconstruir su self, demostrándole a la paciente que se la quiere ayudar, lo que conlleva a la
paciente a que cuente lo que le sucede y empiece a hablar lo que nunca habló.
Cada paciente tiene una comunicación con su terapeuta, que tiene una estrategia de trabajo, ya
que cada paciente es distinta, con una existencia y vivencias singulares. "Es una a una", porque
cada una tiene una problemática diferente, aunque los síntomas sean comunes.
El ambiente familiar condiciona en gran medida, especialmente el vínculo entre madre - hija, no se
le atribuye culpa a nadie, se toma a la paciente como está hoy y se trata de que ella pueda
manejarse, ya que el objetivo se trata de despegarlas, de conocer cómo transita ese vínculo. La
familia suele insistir en que se sienta y coma, y la paciente muchas veces no puede comer, ha
llegado a un nivel tal de angustia y de temor que no puede comer. Lo único que le permite
trascender y sostenerse, es la identificación con la anorexia, entonces de lo que tiene que estar
libre, es de la identificación con la anorexia. Lo que está muy descripto es esta figura paterna
ausente, aunque esté presente es fallida y esta figura materna intrusiva, absorbente, con toda una
inquietud puesta sobre la hija mujer que trasciende la frontera de la normalidad. (Krasnich, N.,
Cantagalli, L. y Isally, A., c.p., 2004). De ésta manera el cuerpo puede ir tomando algún lugar, ya
que el yo corporal se construye en un espacio, y a su vez construye la conciencia de espacialidad;
espacialidad que va a estar dada por cómo la vivenciamos. (Mas Colombo, E. 2004). A lo que
agregaríamos la posibilidad de que este cuerpo que se tiene, no sólo ocupe un lugar sino que
tenga un ser. La pérdida de la identidad del cuerpo, es como si fuera una fractura, el propio cuerpo
parece que no es propio, ¿Parece que no es propio o de veras no es propio?.
La dirección del tratamiento se irá desplegando con qué cuestiones singulares de la historia del
sujeto tiene que ver ese síntoma y que a partir de sus experiencias logre la historización, lo que
hace que como humano posea una historia propia. (Prieto V. , c.p. 6 de Mayo de 2004, Cantagalli,
L., Krasnich, N; Isally A., c.p. 14 de Mayo de 2004).
Conclusiones
Se define a la clínica "como el que visita al que guarda cama", lo que nos remite a estar cerca de la
persona que padece sufrimientos físicos, psíquicos y sociales; estos implican una merma en las
capacidades de rendimiento y goce de la persona. El objetivo de la curación es justamente el
aumento de dichas capacidades, disminuyendo la incidencia de la angustia, inhibiciones,
repeticiones y sufrimiento.
Intentamos realizar, una aproximación a la descripción, comprensión y entendimiento, en búsqueda
de respuestas desde una visión integral de la joven que sufre anorexia para intentar formular
caminos hacia la "curación" que no es más que el intento de lograr acompañar al otro en la
realización de una existencia plena.
Luego de este recorrido bio-psico-social y ya redondeando algunos conceptos, hacemos hincapié
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en los aspectos de esta patología, que se ha instalado en nuestra sociedad, aunque la misma data
desde hace siglos.
Creemos que el amor de una madre a su hija significa permitir que pueda ser; que la niña no se
convierta en la dadora y por lo tanto la completud de ella. Ninguna hija puede dar lo que no tiene.
Donar amor, cuando es efectivamente amor, es darle la posibilidad de que encuentre su propio
camino hacia el deseo, su propio camino hacia la búsqueda, deseo de ir siendo en el mundo, ser
persona. No es darle comida, la que es rechazada, sino alimento.
La demanda de la anoréxica es una demanda de amor al Otro, aunque su cuerpo evidencie la
muerte. La anoréxica está dispuesta a dejarse morir "de hambre", por amor, para poder mostrar su
falta en el Otro, falta que le muestra, paradojalmente, en un plato con comida, que no come..., o en
el mejor de los casos separa con el tenedor la comida del plato, y algo queda sin comer... De lo que
nos surge el interrogante de que si esta separación de la comida en el plato, es una manera
simbólica de separarse de la madre...,¿Dejando un resto, instalando la falta? La joven anoréxica no
puede desear..., constituyen una sola persona, son "como si fueran" una totalidad; no hay vacío, no
hay hiancia, por lo tanto no queda espacio para ir siendo.
Como sostiene Merlou Ponty, el enfermo si no puede deglutir los alimentos tiende a romper con la
vida; la deglución simboliza el movimiento de la existencia.
Debemos destacar que en distintos momentos de la historia primaron patologías "paradigmáticas"
que llevaron al hombre hasta la muerte. La edad media se caracterizó por mostrar que la
inmolación de las santas era una forma de trascendencia, pero que desde hoy podemos pensarlo
como una forma encubierta de anorexia.
En la actualidad ya no necesita ocultarse bajo los símbolos religiosos, ya se expresa como un
camino a la muerte, sin estaciones previas. La anorexia se ha instalado en el hoy como una forma
de intento fallido de separación, ligado a la imagen de un ideal de delgadez impuesto por la moda
de estas últimas décadas.
Nos preguntamos, ¿En qué cambia la antigua identificación a las santas, con la actual identificación
a las modelos? ¿Modelos de qué? Pensar que una adolescente es anoréxica porque quiere
imitarlas sólo nos deja a mitad de camino y nos lleva a nuevas preguntas. ¿Qué tiene que ver un
esqueleto con una modelo? Es acaso la imagen emaciada que lograron algo más que una
radiografía de lo que quieren mostrar a su madre. No es el intento fallido de mostrar un mundo
interior que sólo puede verse a través de su esqueleto.
Hemos abordado cómo se relacionan tanto en la antigüedad como en la actualidad el no comer de
las Santas y el comer nada de las anoréxicas, ¿podrían aunarse en un deseo: la inmolación a Dios
y la inmolación a la madre? ¿En las primeras separar el cuerpo del Espíritu y en las segundas
separar su cuerpo del de su madre?
Claro que habría que diferenciar, que las Santas entregaban su cuerpo a Dios, no comiendo,
logrando una completa espiritualidad, despojándose de lo material, época en que primaba la Iglesia
como principal institución, Las jóvenes que sufren de anorexia entregan su vida a su madre,
muriéndose, como única forma de resolución y por ende de separación de ella. Ambas parecerían
conducirse a un mismo fin: la Muerte.
El discurso de la posmodernidad, como ya dijimos, ofrece objetos de consumo para un "modelo de
mujer", cuyo cuerpo es delgadísimo, ofreciendo un estilo y tamaño determinado de ropa para
lucirla, publicitando comidas diet y hasta promocionando cómo producir alteraciones en la
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alimentación, vía internet.
Esta es una nueva forma de refrendar su relación patológica con la madre. El ser como la madre
quiere es sinónimo de ser como el "modelo" me lo propone.
La pregunta: la anorexia es ¿separarse o seguir unidas...; buscando ese amor que no les fue dado
e intentando ser como el Otro quiere? O sólo morirse para dejar espacio a ese Otro. ¿Quiénes son
los que proponen que la mujer desaparezca?.......
Debemos pensar que en esta relación patológica debe surgir una figura ordenadora y reguladora
de los modos de funcionamiento familiar y por ende social; esa figura es la del Padre. Un padre que
intervenga en la relación simbiótica con la madre, teniendo en cuenta que en tanto representante
de cultura instaure la ley. En la dinámica familiar de la joven anoréxica esta función está fallida.
¿Acaso la devaluación de la función paterna no es resultado de esta sociedad posmoderna?
Así como cuando el tiempo de la infancia está centrado en la voluntad del Otro, como tiempo de la
"alienación" necesita del otro; el tiempo de la adolescencia marca la dimensión de la "separación",
vía por la cuál el humano puede constituirse como tal, siendo capaz de acceder a su propio deseo
y no al deseo del Otro.
Como mencionáramos en un principio, quisimos intentar a partir de distintos autores encontrar
conceptos compartidos, es por ello que creemos que no sólo logramos encontrarlos sino también
integrarlos.
El Otro-Madre ha dado lo que tenía; comida, objetos, cuidados, necesidades, sin embargo, no ha
podido crear aquel lugar tan particular para el humano que es el de valer algo para el Otro,
padeciendo la falta de existencia.
En cuanto el humano expresa su existencia a través del cuerpo, éste puede ser reducido a simple
objeto bajo la mirada del otro, aludiendo a las fallas en la relación con la madre, fallas que podrían
ser aplicables a la patología descripta, ya que conducen a la discontinuidad de la existencia, a la
falta de integridad del humano: "Falta-en-ser y discontinuidad de existencia"
La patología anoréxica parecería haber sido un intento fallido de resolución de separación de la
madre, de entrada al mundo de constitución como persona que puede ir realizándose, una
búsqueda de la función paterna como instauradora de la ley. Por ello planteamos la necesidad de
un abordaje trasndisciplinario que no deje de lado ni los aspectos bióticos, ni la estructura psíquica
ni la organización familiar para comenzar un camino hacia la "cura".
En relación al título y al desarrollo del presente trabajo, propondríamos, paradójicamente, una
unificación:
ANOREXIA
A - DIOS A LA MADRE
"En pocas palabras y atreviéndonos a leer a la
Anorexia,
como una manera de inmolarse a Dios...
como una manera de inmolarse a la Madre...
¿Nos animaríamos a leer,
por un instante,
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un intento
de ir siendo...
ANOREXIA
ADIÓS A LA MADRE...?"
Sin embargo, nuestra intención es continuar abriendo caminos e interrogantes para lograr un
acercamiento hacia esta dolencia.
Nos planteamos la anorexia como una demanda de amor a la que la madre no puede responder,
quedando la hija capturada y objetivizada por ésta, por lo tanto sintiéndose abandonada. Lo
presentamos como algo paradójico. Decimos paradójico, porque si bien hemos ido planteando a lo
largo del trabajo la relación simbiótica madre-hija, entendiendo a ésta como una asociación ilícita y
disvaliosa en la que la hija apoya a su madre para que ésta pueda seguir viviendo. La madre,
convirtiendo a su hija en parte de ella, la abandona a su propia suerte, a la muerte.
Seguiremos investigando en lo que a esta patología se refiere, tratando de pensar en posibilidades
que produzcan un viraje de ciento ochenta grados en el abordaje de esta patología, para que la
madre sea quien sostenga y no la sostenida.
Este primer acercamiento desde una mirada biopsicosocial nos permite escuchar y seguir
preguntándonos acerca del saber que el humano sabe, de sus alegrías y sus sufrimientos.
Sufrimientos porque los dejan......Porque se encuentran desamparados y descuidados.......Porque
los dejan sin un lugar........Porque se dejan dominar por afectos y vicios, y terminan rindiéndose en
las adversidades.
Creemos haber encontrado el sin sentido y la razón de la anorexia: "simbiosis y abandono"
Ese dos y ese uno, deben ser tres...
Ojalá que desde nuestro lugar no sólo podamos acercarnos, comprender y entender, sino que
jamás perdamos la pasión que nos mueve a estar cerca de quien padece sufrimientos y nos
necesita... aunque la pasión como afecto...
a veces nos haga sentir débiles...
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Diccionarios:
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Anexo I
CRITERIOS DIAGNÓSTICOS SEGÚN EL DSM IV
La anorexia nerviosa se caracteriza por el excesivo énfasis del individuo en la imagen corporal,
requiere de un peso corporal anormalmente bajo, y en la mujer, amenorrea.
Rechazo a mantener peso corporal igual o por encima del valor mínimo normal según la edad y
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talla. Miedo intenso a ganar peso o a convertirse en obeso, incluso estando por debajo del peso
normal.
A. Alteración de la percepción del peso o de la silueta corporales, exageración de su importancia
en la autoevaluación o negación del peligro que comporta el bajo peso corporal.
B. En las mujeres pospuberales, presencia de amenorrea: por ejemplo, ausencia de al menos tres
ciclos menstruales consecutivos.(Se considera que una mujer presenta amenorrea cuando sus
menstruaciones aparecen únicamente con tratamientos hormonales, por ejemplo, con la
administración de estrógenos.
TIPO RESTRICTIVO:
Durante el episodio de anorexia nerviosa, el individuo no recurre regularmente a atracones o a
purgas, (p. ej., provocación del vómito o uso excesivo de laxantes, diuréticos o enemas)
TIPO COMPULSIVO/PURGATIVO:
Durante el episodio de anorexia nerviosa, el individuo recurre regularmente a atracones o purgas,
(p. ej., provocación del vómito o uso excesivo de laxantes, diuréticos o enemas)
Notas
1 El Libro del Pueblo de Dios, La Biblia, España, Edita San Pablo, 1981, pág. 979.
2 Gran diccionario de la lengua Española, Barcelona, Larousse Editorial S.A., 1998.
3 Frances, A., M.D., First, M. B. M.D. y Pincus, H. A. M.D, DSM IV, Guía de Uso, Manual
Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales, Barcelona, Masson, S.A., 1997, pág. 400.
4 Freud, S., Obras Completas, Manuscrito G Melancolía, Bs. As., Amorrortu Editores, 1992, pág.
240
5 Freud, S 1983, en "Comunicación Preliminar" presenta por primera vez en forma explícita lo que
luego llamaría "Series Complementarias" (1895).
6 Evangelio según San Mateo Biblia de Jerusalén, , Cap. 4, 1 - 4, España, Editorial Vizcaina S.A.,
1975, pag. 10.
7 Fendrik, S. I., Santa Anorexia, Viaje al país del "Nuncacomer", Bs. As., Ediciones Corregidor,
1997.
8 Prieto, M.V., c.p., 6 de Mayo de 2004.
9 Freud, S. Obras Completas, El yo y el ello, Amorrortu Editores, Bs. As., 2000.
10 Risueño A. cp Noviembre 2004.
11 Mas Colombo, E. y colaboradores, Clínica Psicofisopatológica, Bs. As, Erre-Eme S.A. Editora,
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1999.
12 Risueño A. c.p. 2004
13 Baravalle, G., Jorge, C.H., Vaccarezza, L.E., Anorexia, Teoría y clínica Psicoanalítica, Bs. As.
Ediciones Paidós, 1993, pag 26.
14 Fischer, H.R., c. p, 2002
15 Recalcati, M., La última cena: Anorexia y Bulimia, Bs. As. Ediciones del Cifrado, 2004, pag. 93.
16 Parral, S. y otros, Anorexia nerviosa. Bulimia. Problemáticas de fin de siglo, Bs. As., Editorial
López, 1996, pag. 65.
17 Lacan, J., Escritos 2, La dirección de la cura y los principios de su poder, Bs. As., Siglo veintiuno
editores Argentina s.a., 2002, pag. 623-624.
18 Baravalle, G., Jorge, C.H.,Vaccarezza, L.E., ANOREXIA, Teoría y clínica Psicoanalítica, Bs. As.,
Ediciones Paidós, 1993, pag. 50.
19 Recalcati, M., La última cena: Anorexia y Bulimia, Bs. As., Ediciones del Cifrado, 2004, pag. 86.
20 Mas Colombo,E. J. y Colaboradores, Clínica Psicofisiopatológica, Bs. As., ECUA, 2004 p.40
21 Ibiden 24
22 Piaggio, M. C. , Las publicitopatías. Fisher, Héctor R.y colaboradores, Conceptos
Fundamentales de Psicopatología, Bs. As., C.E.A. Centro Editor Argentino, 1997, pag. . 214.
23 Ididem 26
24 Frances, A., M.D., First, M. B. M.D. y Pincus, H. A. M.D, DSM IV, Guía de Uso, Manual
Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales, Barcelona, MASSON, S.A., 1997, pag.
400-401.
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