Participación “No he venido a ser servido sino a servir”

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Arquidiócesis de Santo Domingo
Arquidiócesis de Santiago
Diócesis de Barahona
Diócesis de Baní
Diócesis de Puerto Plata
Diócesis de San Pedro de Macorís
Diócesis de San Francisco de Macorís
Diócesis de Mao-Monte Cristi
Valor del Mes:
Participación
Lema del Mes:
“No he venido a ser servido
sino a servir”
(Mc 10,45)
Plan de Pastoral
Agosto 2014
Créditos
Colaboradores:
Angela de Leon, Pbro. Jose Luis Hernández , Pbro. Valerio Baines Sanz, OAR, y Pbro.
Daniel Lorenzo Vargas Salazar (Santo Domingo).
Coordinación:
Eugenia López
Diagramación y Arte Final:
Jesús Pérez
Portadas:
Werner Olmos
Impresión:
Editora Amigo del Hogar
Manuel María Valencia No. 4
Santo Domingo, D. N. Tel.: 809.548.7594
Para contacto Vicaría de Pastoral,
Teléfono 809-682-0815,
Correo electrónico: [email protected]
Plan de Pastoral - Agosto 2014
Acción Significativa del Sector:
Celebración Restauración
Encuentro con los líderes comunitarios y políticos
Acción Significativa Familiar:
Los padres y los hijos dialogan sobre sus deberes y
derechos ciudadanos
Índice
Primera Parte:
Encuentros de Evangelización . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 4
Acción Significativa del Sector . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 15
Acción Significativa Familiar. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 16
Segunda Parte:
Celebraciones Dominicales y Lecturas de la Palabra de cada día y
Meditación diaria del Evangelio. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 19
Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium del Papa Francisco
sobre el anuncio del evangelio en el mundo actual . . . . . . . . . . . . . . . . . . 88
3
No he venido a ser servido sino a servir
Primer encuentro de Evangelización
Semana 4-9 de Agosto
La Participación
“Trabaja como si todo dependiera
de ti; ora como si todo dependiera de
Dios” (San Agustín)
Ambientación:
El
lugar
del
encuentro debe tener signos de
participación en diversos ámbitos
como pueden ser la escuela, el trabajo,
la iglesia, la sociedad: unas manos
unidas; manos levantadas, fotos de manifestaciones, de celebraciones.
Como participación real, unos días antes, se distribuyen las distintas tareas
de esta reunión entre quienes acuden.
1. Canto: Qué bien todos unidos. (u otro similar que sepa la mayoría)
2. Oración: La persona nombrada hace la oración invocando el Espíritu Santo.
3. Motivación del tema:
Iniciamos este mes de Agosto en el que recordamos la Restauración de
la República y en el que se inicia el año escolar de la escuela básica y media.
Es por esto que el valor del mes es PARTICIPACIÖN y su lema es ““No he
vino a ser servido sino a servir”(Mc.10,45). Para que podamos dialogar en
la verdad en la sociedad es necesario participar, que es involucrarse con
espíritu de servicio en la vida pública ya sea en la política, en el desarrollo
integral como en la escuela donde se forma el futuro de la patria que son
nuestros niños, adolescentes y jóvenes.
Antes que nada es importante que iniciemos nuestro encuentro aclarando lo
que es la participación contestando estas preguntas:
• ¿Qué entendemos por participación?
• ¿Qué significa participación en la sociedad?
• ¿Por qué estamos llamados a participar en la sociedad?
• ¿Qué personas conocemos que participan activamente en la sociedad?
Como ya hemos dicho, participar es: intervenir solo o junto con otros, en
un suceso o actividad.
Participar es: tomar parte activa en un suceso o acción. El Compendio de
la Doctrina Social de la Iglesia en su número 189 define “… la participación,
que se expresa, esencialmente, en una serie de actividades mediante las
cuales el ciudadano, como individuo o asociado a otros, directamente o por
medio de los propios representantes, contribuye a la vida cultural, económica,
política y social de la comunidad civil a la que pertenece. La participación es
un deber que todos han de cumplir conscientemente, en modo responsable
y con vistas al bien común.”
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Plan de Pastoral - Agosto 2014
4. Escuchemos la Palabra: Primera Carta de san Pedro, 2,3-10
• Reflexionemos
Nos integramos en pequeños grupos para reflexionar sobre el texto:
• Partiendo del texto bíblico, hagamos una pequeña lista de a qué estamos
llamados y llamadas
• El pueblo del que habla san Pedro, ¿es sólo la Iglesia? ¿a qué más se
puede aplicar?
• Nuestra República Dominicana ¿cuándo vive como pueblo de Dios?
• ¿Cómo cristiano y cristiana, contribuyo algo a la construcción de una
sociedad mejor? ¿Cómo, cuándo…?
Plenario: Después cada grupo pone en común una de las preguntas
siguientes, los demás grupos tienen derecho a completar las respuestas.
5. Canto: El pueblo que le ama. (Es un Canto de Alfareros, si no se sabe,
se puede escuchar, bien porque se tenga en CD o lo bajan de Internet).O
se puede cantar una canción que hable de participación.
6.Comentario
La palabra PARTICIPACION y esta actitud de participar, tomándola desde
la fe, se entiende como poner en práctica nuestro compromiso bautismal.
Tenemos muchos documentos eclesiales que nos hablan de poner en
práctica el sacerdocio, el profetismo y la realeza de Cristo que tenemos en
nosotros desde el bautismo. Por tanto, desde la fe, participar no es hace
cualquier cosa, sino comprometernos activamente, como cristianos, en la
vida de la iglesia y de la sociedad.
Cuando hablamos del compromiso de la participación del cristiano, corremos
un doble peligro: El “intimismo”, decir que tenemos que comprometernos
en cambiar nosotros mismos y después cambiará todo lo demás; o el
“estructuralismo”, pensar que todo es planetario, global o internacional y
que deben cambiarse las estructuras y así cambiarán las personas.
En los dos puede haber planteamientos correctos, pero la mayoría de las
veces, cuando nos cerramos en uno de los dos, no participamos en nada
que tenga que ver con las actividades de Iglesia o de la sociedad.
La persona no es sólo individuo ni ser en el mundo, sino que es las dos
cosas a la vez; es persona en sociedad, en el mundo. No puede desarrollarse
si no es con los demás y en esta relación es donde se juegan aspectos
importantes de la vida y valores tan claros como la solidaridad, la participación,
la comunicación, la tolerancia... Ser cristiano supondrá superar esa tentación
del intimismo y el miedo a ese estructuralismo para participar en la superación
personal, la del pequeño grupo en que se vive y no matar los sueños de hacer
algo por los “lejanos”, por la estructura. Participemos, podemos y debemos.
No vivimos solos, vivimos en sociedad y en comunidad, es más, la
sociedad y la Iglesia somos nosotros. Debemos participar de forma activa
en la Iglesia, en la comunidad, en todas sus actividades. Y la Iglesia, esa
Iglesia grande, la de todo el mundo, es nuestra Iglesia y en ella participamos
5
No he venido a ser servido sino a servir
cuando lo hacemos en la pequeña comunidad, en la parroquia, en el grupo
o Zona pastoral en la que vivimos la fe.
Lo mismo nos pasa con la sociedad: Los ladridos del perro del vecino, la
música estridente del colmadón de la esquina o del joven de la puerta de al
lado, el agua o la luz que no vienen, la zona verde que nos quieren quitar
para construir un hipermercado, la huelga de los camiones de la basura, los
olores subsiguientes y el escrito sobre Loma Miranda que acabo de firmar…,
me recuerdan que vivo con “los otros”.
Por tanto, aquí entramos en un nivel intermedio entre ese intimismo y
ese estructuralismo, en el que se me hace posible participar y desde él,
mejorar en mi ser individual y en mi ser social; en mi ser cristiano y mi ser
comunidad eclesial: y este es precisamente nuestro pequeño mundo: el
barrio, la urbanización o el residencial con sus problemas, la pequeña ciudad
o el campo, el colegio o la escuela, la parroquia y sus comunidades o grupos
de participación y distintos ministerios, el sindicato, las juntas de vecinos, las
plataformas populares, la sociedad civil y sus grupos... Son los ámbitos de
relación en los cuales se desenvuelve nuestra vida ordinaria y en los cuales
podemos y debemos desarrollar la participación y la solidaridad.
Sí, todos y todas podemos y debemos participar en lo anterior y en
mucho más. Además, hay personas que deben participar y comprometerse
mucho más, porque también los cristianos y cristianas debemos participar
directamente en los ámbitos políticos, económicos, sociales y estructurales.
Terminamos con unas palabras del Papa Francisco, con el número 273
de la Evangelii Gaudium:
273. La misión en el corazón del pueblo no es una parte de mi vida, o un
adorno que me puedo quitar; no es un apéndice o un momento más de
la existencia. Es algo que yo no puedo arrancar de mi ser si no quiero
destruirme. Yo soy una misión en esta tierra, y para eso estoy en este
mundo. Hay que reconocerse a sí mismo como marcado a fuego por esa
misión de iluminar, bendecir, vivificar, levantar, sanar, liberar. Allí aparece
la enfermera de alma, el docente de alma, el político de alma, esos que
han decidido a fondo ser con los demás y para los demás. Pero si uno
separa la tarea por una parte y la propia privacidad por otra, todo se vuelve
gris y estará permanentemente buscando reconocimientos o defendiendo
sus propias necesidades. Dejará de ser pueblo.
7. Para compartir en el grupo
Hablamos entre todas las personas participantes en este encuentro.
¿Qué he aprendido sobre la participación? ¿Qué nos ata más, el intimismo
o el estructuralismo?¿En qué podíamos participar y no lo hacemos?¿En qué
nos comprometemos en participar más directamente?
8. Oremos: Iniciamos este momento de oración con el canto: Somos
un pueblo que camina. Destaquemos en forma de oración las palabras
de esta canción que me invitan a participar. Cada uno promete al Señor
participar más activamente en la sociedad y en la Iglesia. Luego, juntos
rezan el Padre Nuestro, Ave María y recitan esta oración:
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Plan de Pastoral - Agosto 2014
Señor Jesús, te has hecho humano para comprender mejor nuestra
realidad,ayúdanos a vivir en la Iglesia que nos has dado y en la realidad que nos
hemos creado;danos fuerza para participar en construir una Iglesia y un mundo
mejor,comenzando por nuestros grupos y movimientos,por nuestra parroquia
y ministerios,por nuestra familia y barriada o edificio en que vivimos;ayúdanos
a entender la sociedad y a poner nuestra parte en cambiarla,que nos metamos
en los grupos sociales que nos rodean,defendamos a los más débiles,y
luchemos por las causas justas,por la naturaleza y los animales,pero sobre
todo por hacer un mundo más humano. Amén.
9. Avisos y canto final.
Segundo encuentro de Evangelización
Semana 11-16 de Agosto
La Participación política
Ambientación: La ambientación puede ser la colocación de la
bandera, carteles políticos, o de
campañas políticas, o poner unos
periódicos sobre la mesa. También
se puede poner la Biblia y la Constitución de la República en el centro
de la mesa.
1.Canto: Queremos construir una ciudad en paz (u otro similar que hable
de compromiso)
2. Oración: Todos juntos:
Señor, Padre de bondad, tú eres quien gobierna cielos y tierra;/te
pedimos por las personas que dirigen los destinos de nuestra patria, /dales
tu Espíritu para que sus decisiones sean para bien del pueblo, / y tengan una
preocupación especial por las personas más necesitadas;
También te pedimos que nos ayudes a participar en política tanto con
nuestras actitudes como con nuestras decisiones,/que perdamos el miedo
y entremos en grupos, partidos e instituciones políticas,/y que lo hagamos
como cristianos, como seguidores de tu Hijo Jesucristo, El, que vive y reina
por los siglos de los siglos. Amén.
3. Motivación del tema
Este próximo 16 de Agosto celebramos la Restauración de la República
que marca de manera definitiva nuestra nacionalidad dominicana ya iniciada
el 27 de Febrero del 1844. Por eso, dentro de este año del diálogo en la
verdad para fomentar la fraternidad se ha colocado como uno de los campos
de acción a los políticos, a sus líderes y nuestra misión de participar en la
política para construir una patria de todos y de todas.
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No he venido a ser servido sino a servir
De ahí, que en este Encuentro reflexionemos sobre la participación
política de los cristianos. Comencemos dialogando sobre lo que pensamos
y sabemos de la política.
• ¿Qué entendemos por política?
• ¿Es lo mismo política que política partidista? ¿En qué se diferencian?
• ¿Está permitido a los cristianos participar en la política? ¿Por qué?
• ¿Está permitido a los cristianos participar en un partido político?
• Leamos este texto del Compendio de la Doctrina social de la Iglesia
(no. 565):
“Para los fieles laicos, el compromiso político es una expresión cualificada
y exigente del empeño cristiano al servicio de los demás. La búsqueda
del bien común con espíritu de servicio; el desarrollo de la justicia con
atención particular a las situaciones de pobreza y sufrimiento; el respeto
de la autonomía de las realidades terrenas; el principio de subsidiaridad;
la promoción del diálogo y de la paz en el horizonte de la solidaridad:
éstas son las orientaciones que deben inspirar la acción política de los
cristianos laicos. Todos los creyentes, en cuanto titulares de derechos y
deberes cívicos, están obligados a respetar estas orientaciones; quienes
desempeñan tareas directas e institucionales en la gestión de las complejas
problemáticas de los asuntos públicos, ya sea en las administraciones
locales o en las instituciones nacionales e internacionales, deberán tenerlas
especialmente en cuenta”.
Respondamos estas preguntas:
• ¿Cómo define este texto la participación política de los creyentes?
• ¿Cuáles son las dos maneras de participar en la política de los
cristianos?
4. Escuchemos la Palabra: Mateo 20,20-28
Reflexionemos
Nos integramos en pequeños grupos para reflexionar sobre este texto
bíblico y también sobre el texto del Compendio de la Doctrina Social de la
Iglesia.
• ¿Qué actitud de dos discípulos motiva el enojo de los otros? ¿Sucede
eso en nuestra realidad?
• ¿Qué aconseja Jesús a quienes quieren participar en puestos políticos?
• ¿El texto del Compendio ha hablado de algo similar a lo de Jesús?
• ¿Tenemos, podemos, debemos meternos todos en política? ¿Por qué
sí o no?
5. Canto: Si yo no tengo amor….
6. Comentario para profundizar
En el encuentro anterior hemos hablado principalmente de la participación
a nivel “intermedio”, es decir en una serie de grupos e instituciones, tanto
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Plan de Pastoral - Agosto 2014
eclesiales como sociales, que son cercanos, vecinos… ¿es esto suficiente?
¿A quién le corresponde meterse con la política, la economía y la macrosociedad?, a los demás, a los otros, a los políticos, (y algunos diremos que
“a los malos”) ¿Será verdad?
Actualmente se constata un descenso de interés, por parte de la mayoría
de las personas, y también entre los católicos, por los problemas de la justicia,
la igualdad, la solidaridad, etc. Para superar la indiferencia generalizada, y
el refugiarse en lo privado, el cristiano debe ir contra corriente y educarse
en el compromiso por cambiar y mejorar la realidad desde los valores de
la fe, desde Cristo. Los compromisos sociales y políticos desde la fe dan
autenticidad a nuestro seguimiento de Cristo y muestran nuestra credibilidad
ante los demás.
El cristiano debe vivir y defender la vida, y la vida digna, la suya y la
de los demás. Entonces nos cabe la siguiente pregunta: ¿Qué posee de
característico y peculiar la vida política, para que mediante ella puedan las
personas realizar una vida plenamente humana?
En la vida política, a las personas no se les debe medir por su capacidad
de producir, sino por ser ciudadanos reconocidos como tales por todos, y
cuyos derechos fundamentales están protegidos. La comunidad política nos
abre a un ámbito más amplio y más rico que el de la familia o el grupo
restringido al que pertenecemos. La vida política nos ayuda a abrirnos a un
interés mayor que el nuestro propio o el de nuestro grupo. Con la política nos
vamos haciendo más personas, más humanos. Y la caridad política es la que
más espacio y personas abarca, ya que se ocupa de responder a todas las
personas de la patria y del mundo.
Así se expresa el concilio Vaticano II en GS 74: «La comunidad política
nace, pues, para buscar el bien común, en el que encuentra su justificación
plena y su sentido, y del que deriva su legitimidad primigenia y propia. El
bien común abarca el conjunto de aquellas condiciones de vida social con
las cuales los hombres, las familias y las asociaciones pueden lograr con
mayor plenitud y facilidad su propia perfección».
La política no es mala, y es necesaria para organizar la sociedad. Por ello
todos los cristianos y cristianas debemos meternos de lleno en política. De
lleno no es cumplir con la obligación de votar en las elecciones, sino de votar
y después de exigir a nuestros políticos el cumplimiento de sus deberes, de
sus promesas y de sus compromisos con el pueblo. Exigirles durante todo
el tiempo.
El político votado por un católico debe saber que tendrá siempre tras
de si una persona que le apoya si lo hace bien y le exige el cumplimiento
y hasta la renuncia si lo hace mal y no cumple con su deber. Defendemos
la democracia, pero una democracia participativa durante toda la vida. Los
católicos metidos en los partidos políticos, deben ser críticos y defensores
de los valores cristianos en todo momento.
Además están lo cristianos católicos metidos en política, metidos y
metidas en los cargos públicos; deben ser responsables con su conciencia y
con los valores de Cristo. Por tanto, por encima de la “disciplina de partido”,
estarán los mandatos de Cristo y los valores defendidos desde la fe cristiana.
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No he venido a ser servido sino a servir
Necesitamos meter más el compromiso cristiano en la política para cambiar
el rumbo de nuestra vida. Será necesario preparar grandes líderes católicos
para meterse en política y necesitamos que las personas que están metidas
en cargos políticos escuchen a Cristo y lo sigan con sus vidas y con sus
actuaciones en la vida pública.
Hace unos meses, el Papa Francisco respondiendo a una pregunta sobre la
política decía: “ Involucrarse en la política es una obligación para un cristiano.
Nosotros, cristianos, no podemos «jugar a Pilato», lavarnos las manos: no
podemos. Tenemos que involucrarnos en la política porque la política es
una de las formas más altas de la caridad, porque busca el bien común. Y
los laicos cristianos deben trabajar en política. Usted me dirá: «¡Pero no es
fácil!». Pero tampoco es fácil ser sacerdote.
No existen cosas fáciles en la vida. No es fácil, la política se ha ensuciado
demasiado; pero me pregunto: se ha ensuciado ¿por qué? ¿Por qué los
cristianos no se han involucrado en política con el espíritu evangélico? Con
una pregunta que te dejo: es fácil decir «la culpa es de ese». Pero yo, ¿qué
hago? ¡Es un deber! Trabajar por el bien común, ¡es un deber de un cristiano!
Y muchas veces el camino para trabajar es la política. Hay otros caminos:
profesor, por ejemplo, es otro camino. Pero la actividad política por el bien
común es uno de los caminos. Esto está claro”.
7.Canto: que hable del compromiso en la sociedad.
8. Para compartir en grupo:
¿Qué he aprendido en este encuentro sobre la participación política? ¿En
qué me ha cuestionado? ¿En qué me puedo comprometer en la política?
9. Oremos: Nos colocamos en círculo y se coloca en el centro la bandera
dominicana. Todos mirando la bandera hacemos oraciones de petición
por nuestro país, por los líderes políticos y por nuestro compromiso político
para que se realice el bien común en nuestro pueblo. Luego, cada uno se
acerca a la bandera y la toma en sus manos y hace un compromiso de
trabajar por la patria. Al final, todos unidos de la mano rezamos el Padre
nuestro y el Ave María y cantamos juntos el Himno Nacional.
10. Avisos finales
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Plan de Pastoral - Agosto 2014
Tercer encuentro:
Semana 18-22 de Agosto del 2014
La participación en la educación de nuestros niños,
adolescentes y jóvenes
Ambientación: Para este encuentro, se puede
adornar el local de la reunión con unos carteles o letreros con los nombres de las Escuelas, Colegios y
otros centros educativos de nuestro sector, o barrio o
urbanización. Se pueden colocar cuadernos, libros de
textos, mochilas y símbolos de la Escuela. Se puede
invitar a profesores y alumnos para que intervengan
en el Encuentro de hoy. Al llegar las personas a la
reunión se les entrega un papel doblado y cerrado.
En cada papel se escribe uno de los componentes
de la vida de un centro educativo de esta manera:
ALUMNOS/AS. DOCENTES. FAMILIA. PERSONAL
ADMINISTRATIVO. DIRECCION. SOCIEDAD. IGLESIA. Cada uno guarda su papel porque en un momento de la reunión las van
a utilizar en una dinámica.
1. Canto sobre la Escuela.
2. Invocación del Espíritu Santo pidiéndole que nos ayude a profundizar
nuestro compromiso con la Escuela que todos tenemos.
3. Motivación del tema: Todos llamados a participar en la Escuela
Durante este mes de Agosto el valor que promueve nuestro Plan de
Pastoral es la PARTICIPACION con su lema: “No he vino a ser servido sino
al servir”(Mc.10,45).
En este Encuentro de hoy nos centraremos en la participación en la
escuela ya que la educación es una obra de todos y de todas que constituye
el fundamento del desarrollo integral de las personas, de las comunidades
y de la sociedad.
Iniciamos con esta dinámica: Cada uno tiene un papel en el que está
escrita una palabra relacionada con todo centro educativo. Cada uno lee su
palabra y comparte con todos y todas qué relación tiene con la educación y
cómo deben participar en la tarea educativa en cada centro educativo. Los
que tienen la misma palabra se completan unos con otros.
4. Escuchemos la Palabra: Romanos 12, 4-8
Se deja un momento de silencio.
Luego compartamos entre nosotros: Cada uno tiene un don especial
para realizar una misión en cualquier campo de la vida. Así en la escuela
cada uno está llamado a participar desde su propio carisma y misión.
11
No he venido a ser servido sino a servir
• ¿Cómo estamos llamados a participar en la escuela según esta lectura?
• ¿Cómo puedo contribuir a una educación de calidad e integral?
• ¿A qué nos compromete como cristianos?
5. Para profundizar en el tema de hoy
El Concilio Vaticano II en su Declaración sobre la Educación titulado
Gravissimum educationis (la importancia de la educación) considera
atentamente la importancia decisiva de la educación en la vida del hombre y
su influjo cada vez mayor en el progreso social contemporáneo.
En realidad la verdadera educación de la juventud, e incluso también una
constante formación de los adultos, se hace más fácil y más urgente en las
circunstancias actuales.
Hoy día se reconoce que “todos los hombres, de cualquier raza, condición
y edad, en cuanto participantes de la dignidad de la persona, tienen el
derecho inalienable de una educación, que responda al propio fin, al propio
carácter; al diferente sexo, y que sea conforme a la cultura y a las tradiciones
patrias, y, al mismo tiempo, esté abierta a las relaciones fraternas con otros
pueblos a fin de fomentar en la tierra la verdadera unidad y la paz.
Pero la verdadera educación se propone la formación de la persona
humana en orden a su fin último y al bien de las varias sociedades, de las
que el hombre es miembro y de cuyas responsabilidades deberá tomar parte
una vez llegado a la madurez (GE 1).
“Entre todos los medios de educación, el de mayor importancia es la
escuela, que, en virtud de su misión, a la vez que cultiva con asiduo cuidado
las facultades intelectuales, desarrolla la capacidad del recto juicio, introduce
en el patrimonio de la cultura conquistado por las generaciones pasadas,
promueve el sentido de los valores, prepara a la vida profesional, fomenta el
trato amistoso entre los alumnos de diversa índole y condición, contribuyendo
a la mutua comprensión; además, constituye como un centro de cuya
laboriosidad y de cuyos beneficios deben participar a un tiempo las familias,
los maestros, las diversas asociaciones que promueven la vida cultural, cívica
y religiosa, la sociedad civil y toda la comunidad humana” (GE 5).
Hoy día se habla de la comunidad educativa del centro educativo
integrada por los alumnos, los docentes, los padres y madres, amigos y
amigas de la Escuela, personal directivo y administrativo. Cada uno de sus
miembros tiene su puesto y su misión como veremos a continuación llevado
de la mano por esta Declaración del Concilio Vaticano II.
• En primer lugar, los padres y madres de familia o los que hacen
sus veces para los niños, adolescentes y jóvenes
“Puesto que los padres han dado la vida a los hijos, están gravemente
obligados a la educación de la prole y, por tanto, ellos son los primeros y
principales educadores. Este deber de la educación familiar es de tanta
trascendencia que, cuando falta, difícilmente puede suplirse.
Es, pues, obligación de los padres formar un ambiente familiar animado
por el amor, por la piedad hacia Dios y hacia los hombres, que favorezca la
educación íntegra personal y social de los hijos. La familia es, por tanto, la
primera escuela de las virtudes sociales, de las que todas las sociedades
12
Plan de Pastoral - Agosto 2014
necesitan. Sobre todo, en la familia cristiana, enriquecida con la gracia
del sacramento y los deberes del matrimonio, es necesario que los hijos
aprendan desde sus primeros años a conocer la fe recibida en el bautismo.
En ella sienten la primera experiencia de una sana sociedad humana y
de la Iglesia. Por medio de la familia, por fin, se introducen fácilmente en la
sociedad civil y en el Pueblo de Dios. Consideren, pues, atentamente los
padres la importancia que tiene la familia verdaderamente cristiana para la
vida y el progreso del Pueblo de Dios” (GE 3).
De ahí que los primeros que están llamados a participar activamente en la
vida y trabajo de la escuela son los padres y madres. No se trata de entregarle
los hijos e hijas a los maestros y que ellos resuelvan. Es deber gravísimo de
ellos y ellas participar activamente en las reuniones y otras actividades de la
Escuela, aportar sus habilidades y carismas, apoyar el trabajo de la escuela
en su propia casa, contribuir económicamente y colaborar en la Asociación
de Padres, Madres y Amigos de la Escuela.
• En segundo lugar los educadores y todo el personal que
interviene en las escuelas
“Hermosa es, por tanto, y de suma importancia la vocación de todos los
que, ayudando a los padres en el cumplimiento de su deber y en nombre de la
comunidad humana, desempeñan la función de educar en las escuelas. Esta
vocación requiere dotes especiales de alma y de corazón, una preparación
diligentísima y una facilidad constante para renovarse y adaptarse” (GE 5).
“Recuerden los maestros que de ellos depende, sobre todo, el que
la escuela católica pueda llevar a efecto sus propósitos y sus principios.
Esfuércense con exquisita diligencia en conseguir la ciencia profana
y religiosa avalada por los títulos convenientes y procuren prepararse
debidamente en el arte de educar conforme a los descubrimientos del tiempo
que va evolucionando. Unidos entre sí y con los alumnos por la caridad, y
llenos del espíritu apostólico, den testimonio, tanto con su vida como con su
doctrina, del único Maestro Cristo” (GE 8).
• En tercer lugar los alumnos y alumnas llamados a participar
activamente en las actividades académicas, de recreación, de
formación humana y religiosa haciendo suyas las diferentes acciones
que se realizan por el perfeccionamiento de la escuela. Ellos son el
objetivo, el centro y los actores principales y alrededor de los cuales
se mueve todo el proyecto educativo.
• En cuarto lugar, les compete participar a toda la sociedad tanto
los que la dirigen como todos la que la formamos.
Como indica el Concilio la sociedad es responsable de la educación de
sus miembros. “Obligación suya es proveer de varias formas a la educación
de la juventud: tutelar los derechos y obligaciones de los padres y de todos
los demás que intervienen en la educación y colaborar con ellos; conforme
al principio del deber subsidiario cuando falta la iniciativa de los padres y
de otras sociedades, atendiendo los deseos de éstos y, además, creando
escuelas e institutos propios, según lo exija el bien común” (GE 3).
En este sentido, “el Estado debe procurar que a todos los ciudadanos
sea accesible la conveniente participación en la cultura y que se
13
No he venido a ser servido sino a servir
preparen debidamente para el cumplimiento de sus obligaciones y
derechos civiles.
Por consiguiente, el mismo Estado debe proteger el derecho de los niños
a una educación escolar conveniente, vigilar la capacidad de los maestros y
la eficacia de los estudios, mirar por la salud de los alumnos y promover, en
general, toda la obra escolar” (GE 6).
• En quinto lugar, la Iglesia que somos nosotros
Nos toca participar activamente en las escuelas a los que formamos la
Iglesia prestando con generosidad nuestra ayuda en todo el campo de la
educación, sobre todo con el fin de que puedan llegar cuanto antes a todos
los rincones de la tierra los oportunos beneficios de la educación y de la
instrucción.
El Concilio nos exhorta a los cristianos que ayudemos “de buen grado a
encontrar los métodos aptos de educación y de ordenación de los estudios y
a formar a los maestros que puedan educar convenientemente a los jóvenes
y que atiendan con sus ayudas, sobre todo por medio de asociaciones de
los padres de familia, toda la labor de la escuela máxime la educación moral
que en ella debe darse” (GE 6).
6. Para compartir en grupo
¿Cómo estoy cumpliendo con esta responsabilidad sobre la escuela?
¿En qué participo para favorecer la misión de la escuela?¿Qué actividades
podríamos realizar en favor de la escuela donde estudian nuestros niños,
adolescentes y jóvenes?
Se propone esta tarea: Visitemos la escuela de nuestro Sector y
pongámonos a su servicio. En este momento se organiza la visita.
7. Oremos por la comunidad educativa de nuestros centros educativos.
Cada participante ora por la escuela o colegios del Sector presentando
al Señor todos los que componen la comunidad educativa.
Terminamos con el Padre nuestro y el Ave María
8. Avisos y canto final relativo a la escuela.
14
Plan de Pastoral - Agosto 2014
Acción significativa del Sector
Encuentro con todos los directivos de las diferentes
organizaciones comunitarias
“No he vino a ser servido sino al servir”(Mc.10,45)
Orientación para este encuentro: Con tiempo se invitan a los líderes o
directivos de las diferentes organizaciones comunitarias (juntas de vecinos,
asociaciones, gremios) para este encuentro. Pedirle a cada organización
preparar una presentación
de sus objetivos y acciones
realizadas. Adornar con el
lema el lugar del Encuentro.
Preparar un brindis para el
final.
1. Cantos de animación.
2. Bienvenida y
presentación de los
participantes
3. Oración de invocación al Espíritu Santo.
4. Lectura de Marcos 10, 35-45
Se comparte brevemente sobre este texto bíblico indicando lo que nos
pide el Señor a nosotros que trabajamos por nuestro Sector.
5.Dialoguemos sobre nuestras organizaciones comunitarias: Uno o
una de cada organización la presenta diciendo cuáles son sus objetivos
principales, sus logros y sus dificultades.
6. Recordemos a los que más se han destacado en el servicio en nuestro
Sector.
7. Propuestas para que trabajemos juntos por nuestro Sector.
En este momento, contestemos entre todos esta pregunta: ¿En qué
podemos trabajar juntos a favor de nuestro Sector?
Después de escuchar estas opiniones se buscan dos o tres acciones a
realizar juntos.
8. Oración final: Se hacen peticiones al Señor por cada organización y se
concluye con el Padre Nuestro, Ave María y la Paz.
9. Brindis compartido.
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No he venido a ser servido sino a servir
Acción Significativa Familiar
La familia tiene derechos y deberes ciudadanos
Orientaciones para esta Acción: Colocarse en círculo o alrededor de
la mesa del comedor. Se coloca en el centro una bandera dominicana o un
mapa del país o algún símbolo típico de nuestra patria. Se prepara un brindis
para el final. Se tienen copiados los derechos y deberes si no se tienen
suficientes Guías Mensuales.
1. Oración invocando el Espíritu Santo.
2. Escuchemos la Palabra: Compartimos el significado de esta
Palabra.
3. Reconozcamos nuestros derechos:
Entre todos vamos a revisar nuestros derechos ciudadanos marcando con
una cruz los que sentimos que nos son reconocidos como familia y dejando
sin marcar los que vemos que no nos son reconocidos en esta sociedad en
que vivimos.
• Todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su
persona.
• Toda persona tiene todos los derechos y libertades, sin distinción alguna de
raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquier otra índole.
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Plan de Pastoral - Agosto 2014
• Todo individuo tiene derecho a la libertad. Nadie estará sometido a la
esclavitud ni a servidumbre; la esclavitud y la trata de esclavos están
prohibidas en todas sus formas.
• Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia y
de religión.
• Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión.
• Toda persona tiene derecho a la libertad de reunión y de asociación
pacíficas. Nadie podrá ser obligado a pertenecer a una asociación.
• Todo individuo tiene derecho a la seguridad de su persona.
• Todo ser humano tiene derecho, en todas partes, al reconocimiento de su
personalidad jurídica.
• Todos somos iguales ante la ley y tenemos, sin distinción, derecho a igual
protección de la ley.
• Toda persona tiene derecho a un recurso efectivo, ante los tribunales
nacionales competentes, que le ampare contra actos que violen sus
derechos fundamentales reconocidos por la constitución o por la ley.
• Toda persona tiene derecho, en condiciones de plena igualdad, a ser oída
públicamente y con justicia por un tribunal independiente e imparcial, para
la determinación de sus derechos y obligaciones o para el examen de
cualquier acusación contra ella.
• Toda persona acusada de delito tiene derecho a que se presuma su
inocencia mientras no se pruebe su culpabilidad. • Toda persona tiene derecho a circular libremente y elegir su residencia, a
salir de cualquier país y a regresar a su país.
• Nadie será sometido a torturas ni a penas o tratos crueles, inhumanos o
degradantes.
• Nadie podrá ser arbitrariamente detenido, preso ni desterrado.
• Nadie será objeto de injerencias arbitrarias en su vida privada, su familia, su
domicilio o su correspondencia, ni de ataques a su honra o a su reputación.
• Toda persona tiene derecho a la propiedad, individual y colectivamente.
Nadie puede ser privado arbitrariamente de su propiedad.
• Toda persona tiene derecho a una nacionalidad.
• Los hombres y mujeres, a partir de la edad de casarse, tienen derecho,
sin restricción alguna, a casarse y fundar una familia. Sólo mediante libre y
pleno consentimiento de los futuros esposos podrá contraerse matrimonio.
• Toda persona, como miembro de la sociedad, tiene derecho a la seguridad
social, y a obtener la satisfacción de los derechos económicos, sociales y culturales, indispensables a su dignidad y al libre desarrollo de su personalidad.
• Toda persona tiene derecho al trabajo, a la libre elección del mismo y a la
protección contra el desempleo; y a percibir igual salario por igual trabajo.
Toda persona tiene derecho a formar sindicatos y a sindicarse para la
defensa de sus intereses.
• Toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, así
como a su familia, la salud y el bienestar, y en especial la alimentación, el
vestido, la vivienda, la asistencia médica y los servicios sociales necesarios.
La maternidad y la infancia tienen derecho a cuidados y asistencia
especiales.
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No he venido a ser servido sino a servir
• Toda persona tiene derecho al descanso, al disfrute de su tiempo libre, a una
limitación razonable del horario laboral y a vacaciones periódicas pagadas.
• Toda persona tiene derecho a la educación; ésta deberá ser gratuita y
obligatoria en los ciclos elementales.
• Toda persona tiene derecho a tomar parte en la vida cultural de la comunidad,
a gozar de las artes y a participar en el progreso científico.
• Toda persona tiene derecho a participar en el gobierno de su país,
directamente o por medio de representantes libremente elegidos.
• Toda persona tiene derecho a que se establezca un orden social e
internacional en el que los derechos y libertades proclamados en esta
Declaración se hagan plenamente efectivos.
4. Todos tenemos deberes que cumplir.
Todo derecho humano tiene un deber que cumplir. Ahora revisemos los
deberes ciudadanos que tenemos personalmente y como familia que es parte
de la sociedad. Vayamos leyendo y poniendo una cruz al que cumplimos y
los que no cumplimos lo dejamos vacío.
• Respetar los derechos ajenos y no abusar de los propios
• Defender y difundir los derechos humanos como fundamento de la
convivencia pacífica.
• Participar en la vida política, cívica y comunitaria del país;
• Integrarse en organizaciones comunitarias del Sector, del municipio y del país
• Obrar conforme al principio de solidaridad social, respondiendo con
acciones humanitarias ante situaciones que pongan en peligro la vida o
la salud de las personas;
• Comprometerse a participar activamente en el proceso de mejora de una
nación, autonomía personal e inserción social.
• Respetar y apoyar a las autoridades democráticas legítimamente
constituidas para mantener la independencia y la integridad nacionales.
• Colaborar para el buen funcionamiento de la administración de la justicia.
• Proteger los recursos culturales y naturales del país y velar por la
conservación de un ambiente sano.
• Trabajar por lograr el mantenimiento de la paz.
• Contribuir al financiamiento de los gastos e inversiones del Estado dentro
de conceptos de justicia y equidad.
• Involucrarse y apoyar las escuelas de la comunidad.
5. Oremos por nuestra patria para que se respeten los derechos y
cumplamos nuestros deberes ciudadanos.
Ahora cada uno mencionar uno de los derechos o de los deberes
ciudadanos y pedir al Señor por su cumplimiento en nuestro país. Se concluye
uniendo sus manos y rezando el Padre Nuestro, Ave María y Gloria.
6. Cantemos el Himno Nacional como signo de compromiso de respetar
los derechos y cumplir con los deberes ciudadanos. Luego todos se dan
un abrazo de paz.
7. Se comparte el brindis.
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Plan de Pastoral - Agosto 2014
Celebraciones Dominicales. Lecturas de la Palabra de cada día
Meditación diaria del Evangelio,
1
Viernes
Memoria Obligatoria: San Alfonso María de Ligorio,
Obispo y Doctor de la Iglesia
Blanco
Lectura del Profeta Jeremías 26, 1-9
Al comienzo del reinado de Joaquín, hijo de Josías, rey de Judá, vino esta
palabra del Señor a Jeremías: Así dice el Señor: Ponte en el atrio del templo
y di a todos los ciudadanos de Judá que entran en el templo para adorar, las
palabras que yo te mande decirles; no dejes ni una sola. A ver si escuchan
y se convierte cada cual de su mala conducta, y me arrepiento del mal que
medito hacerles a causa de sus malas acciones.
Les dirás: “Así dice el Señor: Si no me obedecen, cumpliendo la ley que
les di en su presencia, y escuchando las palabras de mis siervos, los profetas,
que les enviaba sin cesar (y ustedes no escuchaban), entonces trataré a este
templo como al de Silo, a esta ciudad la haré fórmula de maldición para todos
los pueblos de la tierra.””
Los profetas, los sacerdotes y el pueblo oyeron a Jeremías decir estas
palabras, en el templo del Señor. Y, cuando terminó Jeremías de decir cuanto
el Señor le había mandado decir al pueblo, lo agarraron los sacerdotes y los
profetas y el pueblo, diciendo: Eres reo de muerte. ¿Por qué profetizas en
nombre del Señor que este templo será como el de Silo, y esta ciudad quedará
en ruinas, deshabitada?” Y el pueblo se juntó contra Jeremías en el templo
del Señor. Palabra de Dios.
Salmo Responsorial: 68
R. /“Que me escuche tu gran bondad, Señor”
Más que los pelos de mi cabeza son los que me odian sin razón; más duros
que mis huesos, los que me atacan injustamente. ¿Es que voy a devolver lo
que no he robado? R.
Por ti he aguantado afrentas, la vergüenza cubrió mi rostro. Soy un extraño
para mis hermanos, un extranjero para los hijos de mi madre; porque me
devora el celo de tu templo, y las afrentas con que te afrentan caen sobre mí. R.
Pero mi oración se dirige a ti, Dios mío, el día de tu favor; que me escuche
tu gran bondad, que tu fidelidad me ayude. R.
Lectura del Santo Evangelio según San Mateo 13, 54-58
En aquel tiempo fue Jesús a su ciudad y se puso a enseñar en la
sinagoga. La gente decía admirada: “¿De dónde saca éste esa sabiduría
y esos milagros? ¿No es el hijo del carpintero? ¿No es su madre María, y
sus hermanos, Santiago, José, Simón y Judas? ¿No viven aquí todas sus
hermanas? Entonces, ¿de dónde saca todo eso?”.
Y aquello les resultaba escandaloso. Jesús les dijo: “Sólo en su tierra y en
su casa desprecian a un profeta”. Y no hizo allí muchos milagros, porque les
faltaba fe. Palabra del Señor.
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No he venido a ser servido sino a servir
Meditación
Debió lamentarse mucho Jesús que su misma gente, los suyos, no pudieran
recibirlo como hicieron otros pueblos y por tanto se beneficiaran de su acción
mesiánica cuando curó a sus enfermos, alivió la carga de tantos que acudieron a
él solicitando su ayuda. La diferencia entre unos y otros está marcada por la fe. Lo
dice bien claro el evangelista: “y no hizo allí muchos milagros, porque les faltaba fe”.
La fe, hermanos y hermanas, es indispensable para conseguir la acción
milagrosa de Jesús. Quienes vieron crecer a Jesús en el seno de la familia de
Nazaret no podían aceptar que él fuera alguien más que lo que ellos conocían: “el
hijo del carpintero”. Ese no podía hacer cosa alguna que sobrepasara los límites
del humano, del hombre de carne y hueso, carente de cualquier poder especial,
más allá de la elocuente pieza oratoria que conmovía a quienes le escuchaban.
La gente, muchas veces nuestra propia gente, duda de nuestra
capacidad cuando nos destacamos en alguna área del saber, llegan a
rechazarnos y a preferir al extraño, quizás más incompetente. A menudo
se niega la participación a los de casa y se abren las puertas al que llega
de lejos. Pasa con los maestros, con los médicos, con los políticos, con
los sacerdotes, una y otra vez, se cumple la profecía: “sólo en su tierra y
en su casa desprecian a un profeta”. Es una triste realidad que se repite
en muchos ambientes, incluyendo el religioso donde hay personas que
temen o sienten vergüenza ante su propia gente; catequistas, ministros,
predicadores, que prefieren ir a otros barrios o lugares distantes.
Es lamentable que entre nosotros se olvide la fuerza actuante del Espíritu
y no le demos la oportunidad a quienes le sirven a Dios para que éste se
manifieste a favor de toda la Iglesia. Está probado a lo largo de la historia de
salvación cómo Dios se vale de instrumentos para manifestar sus decisiones y
su poder. Las acciones de hombres y mujeres, dotados de una alta sensibilidad
por las necesidades ajenas, mueve a creer que Dios sigue actuando a través
de causas segundas. Si llevados por prejuicios, cualquiera de nosotros rechaza
a estas causas segundas, está haciendo un rechazo al mismo Dios.
Ahora tenemos la oportunidad de dejar actuar a Jesús en nuestra vida,
permitir que él se siga dando a conocer en los acontecimientos ordinarios de la
vida social, política, económica de nuestro pueblo. Hermanos promovamos la
participación de todos en la construcción de una sociedad más justa, apoyemos
y valoremos a quienes se dan desde nuestras escuelas, desde nuestros
hospitales, desde nuestras comunidades eclesiales, desde los recónditos de
nuestros callejones y de nuestros campos, donde también hay lloros y lamentos
por nuestras desgracias, nuestros sufrimientos y nuestros enfermos.
2
Sábado
Feria o Memoria Libre San Eusebio de Vercelli,
Obispo y San Pedro Eymar, Presbítero
Verde o Blanco
Lectura del Profeta Jeremías 26,11-16.24
En aquellos días, los sacerdotes y los profetas dijeron a los príncipes y al
pueblo: «Este hombre es reo de muerte, porque ha profetizado contra esta
ciudad, como lo han oído con sus oídos.»
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Plan de Pastoral - Agosto 2014
Jeremías respondió a los príncipes y al pueblo: «El Señor me envió a
profetizar contra este templo y esta ciudad las palabras que han oído. Pero,
ahora, enmienden su conducta y sus acciones, escuchen la voz del Señor,
su Dios; y el Señor se arrepentirá de la amenaza que pronunció contra
ustedes. Yo, por mi parte, estoy en sus manos: hagan de mí lo que mejor
les parezca. Pero, sepan bien: si ustedes me matan, echan sangre inocente
sobre ustedes, sobre esta ciudad y sus habitantes. Porque ciertamente me
ha enviado el Señor a ustedes, a predicar a sus oídos estas palabras.» Los
príncipes del pueblo dijeron a los sacerdotes y profetas: «Este hombre no es
reo de muerte, porque nos ha hablado en nombre del Señor, nuestro Dios.»
Entonces Ajicán, hijo de Safán, se hizo cargo de Jeremías, para que no lo
entregaran al pueblo para matarlo. Palabra de Dios.
Salmo Responsorial: 68
*Escúchame, Señor, el día de tu favor*
Arráncame del cieno, que no me hunda; líbrame de los que me aborrecen,
y de las aguas sin fondo. Que no me arrastre la corriente, que no me trague
el torbellino, que no se cierre la poza sobre mí. R.
Yo soy un pobre malherido; Dios mío, tu salvación me levante. Alabaré el
nombre de Dios con cantos, proclamaré su grandeza con acción de gracias. R.
Mírenlo, humildes, y alégrense, busquen al Señor, y revivirá su corazón.
Que el Señor escucha a sus pobres, no desprecia a sus cautivos. R.
Lectura del Santo Evangelio según San Mateo 14,1-12
En aquel tiempo oyó el virrey Herodes lo que se contaba de Jesús, y
dijo a sus ayudantes: «Ese es Juan Bautista que ha resucitado de entre los
muertos, y por eso los Poderes actúan en él.»
Es que Herodes había mandado prender a Juan y lo había metido en la
cárcel encadenado por motivo de Herodías, mujer de su hermano Felipe,
porque Juan le decía que no le estaba permitido vivir con ella. Quería
mandarlo matar, pero tuvo miedo de la gente, que lo tenía por profeta. El
día del cumpleaños de Herodes, la hija de Herodías danzó delante de todos,
y le gustó tanto a Herodes, que juró darle lo que pidiera. Ella, instigada por
su madre, le dijo: «Dame ahora mismo en una bandeja la cabeza de Juan
Bautista.» El rey lo sintió; pero, por el juramento y los invitados, ordenó que
se la dieran; y mandó decapitar a Juan en la cárcel. Trajeron la cabeza en
una bandeja, se la entregaron a la joven, y ella se la llevó a su madre. Sus
discípulos recogieron el cadáver, lo enterraron y fueron a contárselo a Jesús.
Palabra del Señor.
Meditación
Hermanos y hermanas, nos causa un profundo rechazo la actitud de
Herodes, el rey hipócrita que prefirió honrar su palabra más que respetar
la vida de un inocente, de uno que tenía por un hombre justo, Juan.
Embriagado, emocionado por el baile de la hija de Herodías, la amante
del rey, esposa de su hermano Filipo, el gobernante, en medio del festín,
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No he venido a ser servido sino a servir
ha hecho una promesa a la joven bailarina. Pero Herodes no imaginaba
cuál pudiera ser la petición de la muchacha: “Quiero que me des en una
bandeja la cabeza de Juan”. La orden fue dada y la espada del verdugo
cayó sobre su cuello y le separó la cabeza.
Qué triste es cuando nos damos cuenta que la historia política de los
pueblos está plagada de decisiones como la tomada por Herodes. Muchos
políticos, una vez toman el poder, se sienten dueños y señores hasta de la
vida ajena. Se adueñan de las cosas ajenas, crean leyes y decretan a favor
de sus intereses, sin importarles si ello perjudica a alguien. El único delito
de Juan fue llamarle la atención al rey de que no le era lícito vivir con la
mujer de su hermano. Juan cumplía con su misión profética, denunciaba lo
que estaba mal, y sin importarle la jerarquía, intentaba persuadir al pecador
para que cambiara sus actos. Extraordinario valor el de Juan, digna de
imitar la perseverancia en la fidelidad a la tarea encomendada. El Bautista
pudo echarse atrás y como dicen ahora “dejar que los otros vivan como les
parezca”, y sin embargo, sabiendo la desigualdad ente el poder del rey y
su debilidad, contando sólo con la ayuda de Dios, que lo llamó, continuó
buscando la conversión del pecador, y en su insistencia encontró la muerte.
¿Quién le concedió tal autoridad a Herodes? ¿Es que el poder de
los gobernantes no tiene límites? ¿Es que desde un escritorio, desde una
bebentina, se puede decidir quién vive y quién no? Andamos mal señores,
pues ese comportamiento sigue vigente en nuestra sociedad, perjudicando
a los más pequeños, a los económicamente más desposeídos. Los tiranos,
los dictadores, los que simulan ser demócratas y se pronuncian a favor del
aborto, de la eutanasia y les cierran la puerta de las oportunidades a tantos
jóvenes lanzados al negocio del crimen organizado y de la prostitución.
También estos son condenados a muerte, a veces privados del derecho a
la educación y al desarrollo de una vida decente.
Que el Señor nos envíe muchos profetas como Juan, hombres, mujeres
que sirvan a los intereses del Reino y que en toda circunstancia estén
dispuestos a denunciar el mal no importando de no dónde venga. No más
Herodes, no más dictadores, que se empoderen de la voluntad, de la
suerte, de los bienes de los demás.
3
II Semana Liturgia de las Horas
XVIII Domingo del Tiempo Ordinario
Verde
Con Cristo participemos para que haya comida para todos y todas
Algunas orientaciones para este Domingo: Poner el lema del mes en lugar visible y el lema
de este Domingo.
Se puede dramatizar
el Evangelio dándoles participación a
jóvenes y a los adolescentes. Resaltar
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Plan de Pastoral - Agosto 2014
esos sentimientos de Jesús misericordioso, que no vino a ser servido, sino a
servir y que nos regala sus dones, nos da de comer y de beber y nos instruye
con su palabra. Invitar Los políticos, a los estudiantes de Escuelas y colegios
para que participen durante todo este mes patrio en las actividades parroquiales.
Monicion de Entrada:
Hermanos y hermanas: Jesús verdadero pan de vida nos reúne para
participar del banquete eucarístico en este Décimo octavo domingo del
tiempo ordinario. Estamos iniciando el mes de Agosto en el que participamos
en las celebraciones de la fiesta de la Restauración de la República, como
pueblo en misión, abierto al dialogo, que fomenta la fraternidad en la sociedad
para lograr una mejor nación, donde la generosidad sustituya el egoísmo y el
servicio al afán de aprovecharse de los demás.
Por eso, en este mes el valor a cultivar es la participación que con su
lema ““No he vino a ser servido sino al servir”(Mc.10,45) nos invita a mirar a
Jesús siempre dispuesto a compartir y a socorrer a su pueblo. El como a los
primeros discípulos nos hace servidores como El y nos mueve a participar
activamente en nuestra sociedad para que se multiplique el pan de modo que
haya pan cada día que sea nuestro de modo que llegue a todos y a todas.
Dispongámonos a saciarnos del pan de la Palabra y de la Eucaristía que
se nos da con abundancia, para que así podamos ponernos al servicio de
los demás. De pie recibamos al Señor que llega a presidir esta Eucaristía a
través de su ministro.
Primera lectura: Isaías 55, 1-3
A través del Profeta Isaías, Dios nos invita a escuchar y a acoger su
palabra, alimentarnos con los dones que El nos ofrece y a participar del
banquete ofrecido gratuitamente, para que nuestra vida sea de amor y
servicio fraterno a los demás. Escuchemos.
Lectura del libro de Isaías 55,1-3
Así dice el Señor: «Oigan, sedientos todos, acudan por agua, también los
que no tengan dinero: vengan, compren trigo, coman sin pagar vino y leche
de balde. ¿Por qué gastan dinero en lo que no alimenta, y el salario en lo
que no da hartura? Escuchen atentos y comerán bien, saborearán platos
sustanciosos. Inclinen el oído, vengan a mí: escúchenme, y vivirán. Sellaré con
ustedes alianza perpetua, la promesa que aseguré a David.»Palabra de Dios.
Salmo Responsorial: 144
R/. Abres tú la mano, Señor, y nos sacias de favores
El Señor es clemente y misericordioso, lento a la cólera y rico en piedad;el
Señor es bueno con todos, es cariñoso con todas sus criaturas. R/.
Los ojos de todos te están aguardando, tú les das la comida a su tiempo;
abres tú la mano,y sacias de favores a todo viviente. R/.
El Señor es justo en todos sus caminos,es bondadoso en todas sus
acciones; cerca está el Señor de los que lo invocan,de los que lo invocan
sinceramente. R/.
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No he venido a ser servido sino a servir
Segunda lectura: Romanos 8, 35.37-39
El Apóstol Pablo nos recuerda que todos los dones de Dios se encuentran
en su Hijo Jesucristo, en quien Dios nos ha donado todo su amor, que “ no ha
venido a ser servido sino a servir” y de quien nada ni nadie podrá separarnos
jamás. Escuchemos.
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos 8,35.37-39
¿Quién podrá apartarnos del amor de Cristo?: ¿la aflicción?, ¿la angustia?,
¿la persecución?, ¿el hambre?, ¿la desnudez?, ¿el peligro?, ¿la espada?
Pero en todo esto vencemos fácilmente por aquel que nos ha amado. Pues
estoy convencido de que ni muerte, ni vida, ni ángeles, ni principados, ni
presente, ni futuro, ni potencias, ni altura, ni profundidad, ni criatura alguna
podrá apartarnos del amor de Dios manifestado en Cristo Jesús, Señor
nuestro. Palabra de Dios.
Aleluya
No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.
Evangelio: Mateo 14, 13-21
En el Evangelio de hoy, Jesús, el verdadero servidor se muestra
misericordioso, El es pan de vida que nos alimenta plenamente,El
se compadece de la multitud que le sigue y se opera el milagro de la
multiplicación de los panes, en la que hace participar a sus discípulos
haciéndolos servidores de su gente. Cantando aclamamos a Jesús que se
nos muestra atento a las necesidades de los que le siguen.
Lectura del santo evangelio según san Mateo 14,13-21
En aquel tiempo, al enterarse Jesús de la muerte de Juan, el Bautista,
se marchó de allí en barca, a un sitio tranquilo y apartado. Al saberlo la
gente, lo siguió por tierra desde los pueblos. Al desembarcar, vio Jesús
el gentío, le dio lástima y curó a los enfermos. Como se hizo tarde, se
acercaron los discípulos a decirle: «Estamos en despoblado y es muy tarde,
despide a la multitud para que vayan a las aldeas y se compren de comer.» Jesús les replicó: «No hace falta que vayan, denles ustedes de comer.» Ellos le replicaron: «Si aquí no tenemos más que cinco panes y dos peces.» Les dijo: «Tráiganmelos.» Mandó a la gente que se recostara en la hierba y,
tomando los cinco panes y los dos peces, alzó la mirada al cielo, pronunció
la bendición, partió los panes y se los dio a los discípulos; los discípulos se
los dieron a la gente. Comieron todos hasta quedar satisfechos y recogieron
doce cestos llenos de sobras. Comieron unos cinco mil hombres, sin contar
mujeres y niños. Palabra del Señor.
Meditación
Mateo narra cuidadosamente el episodio de la multiplicación de los
panes. Nos dice que Jesús se conmueve en su interior. No es para menos,
en el momento en que llega, Jesús se encuentra con una muchedumbre
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Plan de Pastoral - Agosto 2014
que lo espera; al ver a la muchedumbre se conmueve y cura a sus
enfermos. Es una muchedumbre “cansada y abatida como ovejas sin
pastor”. El verbo que expresa la compasión de Jesús es verdaderamente
expresivo: a Jesús “se le hace pedazos el corazón”; corresponde al verbo
hebreo que expresa el amor visceral de la madre. Es el mismo sentimiento
que tuvo Jesús ante la tumba de Lázaro.
El relato de la multiplicación de los panes se abre con una expresión,
“al atardecer”, que también introduce el relato de la última cena y el de la
sepultura de Jesús. Por la tarde, pues, invita Jesús a los apóstoles a dar
de comer a la multitud. En medio del desierto lejano de las aldeas y de las
ciudades, el Maestro y los discípulos se hallan ante un problema humano
muy fuerte: dar de comer a la numerosa multitud que le sigue.
Ante los límites humanos, expresados en los discípulos que no saben
qué hacer y que sugieren mandarlo a sus casas, Jesús interviene y realiza
el milagro saciando a todos los que lo siguen. Dar de comer es aquí la
respuesta de Jesús. El don del pan no sólo es suficiente para saciar a la
multitud, sino que es tan abundante que hay que recoger las sobras.
Los gestos que acompañan al milagro son idénticos a los que Jesús
adoptará más tarde en la “noche en que fue entregado”: levanta los ojos,
bendice el pan, lo parte. De aquí se deduce el valor simbólico del milagro:
puede considerarse una anticipación de la eucaristía. Además, dar de
comer a la multitud por parte de Jesús es un “signo” de que él es el mesías
y de que prepara un banquete de fiesta para toda la humanidad.
De Jesús, que distribuye los panes, aprenden los discípulos el valor del
compartir. Es un gesto simbólico que contiene un hecho real que va más
allá del episodio mismo y se proyecta hacia el futuro: el don de nuestra
eucaristía diaria, en la que revivimos aquel gesto del pan partido, es
necesario que sea reiterado en nuestras misas.
Aprendamos a compartir, que nuestro gesto solidario multiplique los
bienes materiales que ponemos en común y no dejemos que nada se
desperdicie.
Oración de los fieles
El que preside: Presentemos al Padre nuestras oraciones diciéndole:
Haznos servidores de los demás como tu Hijo.
Por el Papa Francisco, los obispos, sacerdotes, Diáconos, consagrados
y Consagradas, Laicos y Laicas comprometidos, para que participen en la
expansión del Reino de Dios y sean verdaderos servidores como Jesús que
no vino a ser servido sino a servir. Roguemos al Señor.
Por los gobernantes de las naciones, para que cumpliendo con el
compromiso de gobernar sepan servir a su pueblo y promuevan una justa
distribución de los bienes terrenales, para que no falte el alimento en ningún
hogar. Roguemos al Señor
Por los indigentes, los desamparados, todos los que sufren, para que
en el pan de la palabra y de la Eucaristía encuentren la fuerza necesaria
para sobrellevar sus dificultades y encuentren en nosotros la mano amiga y
solidaria de Dios. Roguemos al Señor.
25
No he venido a ser servido sino a servir
Por nuestras familias para que haciendo uso de los recursos que Dios ha
puesto en sus manos, promuevan desde ellas el dialogo y la fraternidad, y
de ellas surjan vocaciones al sacerdocio y a la vida consagrada. Roguemos
al Señor.
Por todos nosotros, invitados por el Padre a participar de este banquete
eucarístico, para que saciados de su Palabra y de su amor participemos en
la construcción de una sociedad donde haya una mesa común para todos y
todas. Roguemos al Señor.
El que preside: Escucha Padre nuestras oraciones que te dirigimos como
pueblo tuyo que ha aceptado acercarse a tu banquete y haz que sepamos
compartir y repartir los bienes que nos has dado con los más necesitados.
Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor.
4
Lunes
Memoria Obligatoria: Santo Domingo de
Guzmán, Presbítero y Doctor de la Iglesia
Blanco
Lectura del Profeta Jeremías 28,1-17
Al principio del reinado de Sedecías en Judá, el mes quinto, nanías, hijo
de Azur, profeta natural de Gabaón, me dijo en el templo, en presencia de
los sacerdotes y de toda la gente: «Así dice el Señor de los ejércitos, Dios
de Israel: “Rompo el yugo del rey de Babilonia. Antes de dos años devolveré
a este lugar todo el ajuar del templo que Nabucodonosor, rey de Babilonia,
cogió y se llevó a Babilonia. A Jeconías, hijo de Joaquín, rey de Judá, y a
todos los judíos desterrados en Babilonia yo los haré volver a este lugar –
oráculo del Señor–, porque romperé el yugo del rey de Babilonia.”» El profeta Jeremías respondió al profeta Ananías, en presencia de los
sacerdotes y del pueblo que estaba en el templo; el profeta Jeremías dijo:
«Amén, así lo haga el Señor. Que el Señor cumpla tu profecía, trayendo de
Babilonia a este lugar todo el ajuar del templo y a todos los desterrados.
Pero escucha lo que yo te digo a ti y a todo el pueblo: “Los profetas que
nos precedieron, a ti y a mi, desde tiempo inmemorial, profetizaron guerras,
calamidades y epidemias a muchos países y a reinos dilatados. Cuando un
profeta predecía prosperidad, sólo al cumplirse su profecía era reconocido
como profeta enviado realmente por el Señor.”» Entonces Ananías le quitó
el yugo del cuello al profeta Jeremías y lo rompió, diciendo en presencia de
todo el pueblo: «Así dice el Señor: “Así es como romperé el yugo del rey de
Babilonia, que llevan al cuello tantas naciones, antes de dos años.”»
El profeta Jeremías se marchó por su camino. Después que el profeta
Ananías rompió el yugo del cuello del profeta Jeremías, vino la palabra del
Señor a Jeremías: «Ve y dile a Ananías: “Así dice el Señor: Tú has roto
un yugo de madera, yo haré un yugo de hierro. Porque así dice el Señor
de los ejércitos, Dios de Israel: Pondré yugo de hierro al cuello de todas
estas naciones, para que sirvan a Nabucodonosor, rey de Babilonia; y se le
someterán, y hasta las bestias del campo le entregaré.”»
El profeta Jeremías dijo a Ananías profeta: «Escúchame, Ananías; el
Señor no te ha enviado, y tú has inducido a este pueblo a una falsa confianza.
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Plan de Pastoral - Agosto 2014
Por eso, así dice el Señor: “Mira: yo te echaré de la superficie de la tierra;
este año morirás, porque has predicado rebelión contra el Señor.”»
Y el profeta Ananías murió aquel mismo año, el séptimo mes. Palabra
de Dios.
Sal Responsorial 118
R. “Instrúyeme, Señor, en tus leyes”
Apártame del camino falso, y dame la gracia de tu voluntad. R/.
No quites de mi boca las palabras sinceras,porque yo espero en tus
mandamientos. R/.
Vuelvan a mi tus fieles que hacen caso de tus preceptos. R/.
Sea mi corazón perfecto en tus leyes,así no quedaré avergonzado. R/.
Los malvados me esperaban para perderme,pero yo meditaba tus
preceptos. R/.
No me aparto de tus mandamientos,porque tú me has instruido. R/.
Lectura del santo evangelio según san Mateo 14,13-21
En aquel tiempo, al enterarse Jesús de la muerte de Juan, el Bautista, se
marchó de allí en barca, a un sitio tranquilo y apartado. Al saberlo la gente,
lo siguió por tierra desde los pueblos. Al desembarcar, vio Jesús el gentío, le
dio lástima y curó a los enfermos. Como se hizo tarde, se acercaron los discípulos a decirle: «Estamos
en despoblado y es muy tarde, despide a la multitud para que vayan a las
aldeas y se compren de comer.» Jesús les replicó: «No hace falta que vayan, denles ustedes de comer.» Ellos le replicaron: «Si aquí no tenemos más que cinco panes y dos
peces.» Les dijo: «Traigánmelos.» Mandó a la gente que se recostara en la hierba y, tomando los cinco
panes y los dos peces, alzó la mirada al cielo, pronunció la bendición, partió
los panes y se los dio a los discípulos; los discípulos se los dieron a la gente.
Comieron todos hasta quedar satisfechos y recogieron doce cestos llenos
de sobras. Comieron unos cinco mil hombres, sin contar mujeres y niños.
Palabra del Señor.
Meditación
El texto del Evangelio de hoy manifiesta especial interés en involucrar
al discípulo en la actuación del Maestro: “Denles ustedes de comer...
Con estas palabras, Jesús nos está invitando a participar. Compasión es
mucho más que un sentimiento, compasión es participar. Compadecerse
es salir de uno mismo llevando consigo lo que uno tiene, por poco que
sea, para compartirlo con el que no lo tiene y que por eso mismo sufre. Lo
poco pueden ser cinco panes y dos peces. Pero cuando la compasión es
sincera y total, la abundancia de lo poco puede ser milagrosa.
La compasión así entendida es signo de que el Reino de Dios ya ha
llegado. La compasión, pues, construye el Reino. Pero como un elemento
27
No he venido a ser servido sino a servir
esencial de la compasión es compartir gratuitamente lo que uno tiene, muy
a menudo tengo la impresión de que el Reino de Dios debe estar lejos
todavía, pues “gratis” parece ser una palabra que sólo tiene existencia
en los diccionarios. ¿Qué tiene, pues, de extraño que desconozcamos la
abundancia milagrosa de lo poco compartido? La compasión-participación
a la que el texto invita al discípulo debe moverse en cualquier orden de la
vida, pero no es ni mucho menos ajena al Reino de Dios la compasión en
el orden de las necesidades básicas, como son la salud y la comida.
La compasión de Jesús es una actitud total y liberadora, que supone,
en ese momento preciso de la vida diaria, una doble actuación: llegar,
desde la necesaria convivencia, a dar una respuesta a las necesidades
de los hombres; curar a los enfermos y saciar de pan a los que tenían
hambre. Nada más lejos que nuestra realidad de lástima y enternecimiento.
Compasión no es enternecerse el corazón; es comprometerse y participar
para que la realidad necesitada de unos hermanos nuestros pueda sufrir
una transformación. Es evidente que en el amor es más importante el obrar
que el simple decir. No son palabras, son las acciones las que muestran
lo que es el amor. Seguimos estando bajo el peso de una mentalidad
verbalista y nominalista.
Jesús empieza “compadeciéndose” de la multitud y termina
“compartiendo”, que es la terminación normal a donde no llega casi nadie.
Compadecerse, todos, sí. Todos tenemos un alma finísima y lloramos
mucho por poca cosa. En seguida compadecemos a cualquiera. Quien
compadece y no comparte, no está movido por un amor sincero, hace
teatro. ¿Compartir qué? Todo, lo que se tenga, nada, cualquier cosa, unos
panes y unos peces, dos mangos, lo que sea Verá usted cómo la cosa se
multiplica. Compartir es multiplicar.
5
Feria o Memoria Libre: La Dedicación de la Basílica de Santa María
Martes
Verde o Blanco
Lectura del Profeta Jeremías 30, 1-2. 12-15. 18-22
Palabra que Jeremías recibió del Señor: “Así dice el Señor, Dios de Israel:
“Escribe en un libro todas las palabras que he dicho. Porque así dice el Señor:
“Tu fractura es incurable, tu herida está enconada; no hay remedio para tu
llaga, no hay medicinas que te cierren la herida. Tus amigos te olvidaron, ya
no te buscan, porque te alcanzó el golpe enemigo, un cruel escarmiento, por
el número de tus crímenes, por la muchedumbre de tus pecados.
¿Por qué gritas por tu herida? Tu llaga es incurable; por el número de tus
crímenes, por la muchedumbre de tus pecados, te he tratado así.” Así dice
el Señor: “Yo cambiaré la suerte de las tiendas de Jacob, me compadeceré
de sus moradas; sobre sus ruinas será reconstruida la ciudad, su palacio se
asentará en su puesto. De ella saldrán alabanzas y gritos de alegría.
Los multiplicaré, y no disminuirán; los honraré, y no serán despreciados.
Serán sus hijos como en otro tiempo, la asamblea será estable en mi
presencia. Castigaré a sus opresores. Saldrá de ella un príncipe, su señor
28
Plan de Pastoral - Agosto 2014
saldrá de en medio de ella; me lo acercaré y se llegará a mí, pues, ¿quién,
si no, se atrevería a acercarse a mí? -oráculo del Señor-. Ustedes serán mi
pueblo, y yo seré su Dios.” Palabra de Dios.
Salmo Responsorial: 101
“El Señor reconstruyó Sión, y apareció en su gloria.”
Los gentiles temerán tu nombre, los reyes del mundo, tu gloria. Cuando el
Señor reconstruya Sión, y aparezca su gloria, y se vuelva a las súplicas de
los indefensos, y no desprecie sus peticiones. R.
Quede esto escrito para la generación futura, y el pueblo que será creado
alabará al Señor. Que el Señor ha mirado desde su excelso santuario, desde
el cielo se ha fijado en la tierra, para escuchar los gemidos de los cautivos y
librar a los condenados a muerte. R.
Los hijos de tus siervos vivirán seguros, / su linaje durará en tu presencia.
/ Para anunciar en Sión el nombre del Señor, y su alabanza en Jerusalén,
cuando se reúnan unánimes los pueblos y los reyes para dar culto al Señor. R.
Lectura del Santo Evangelio según San Mateo 14, 22-36
Después que sació la gente, Jesús apremió a sus discípulos a que
subieran a la barca y se le adelantaron a la otra orilla, mientras él despedía a
la gente. Y, después de despedir a la gente, subió al monte a solas para orar.
Llegada la noche, estaba allí solo. Mientras tanto, la barca iba ya muy lejos
de tierra, sacudida por las olas, porque el viento les era contrario.
De madrugada se les acercó Jesús andando sobre el agua. Los discípulos,
viéndole andar sobre el agua, se asustaron y gritaron de miedo, pensando
que era un fantasma. Jesús les dijo enseguida: “¡Animo, soy yo, no tengan
miedo! Pedro le contestó: “Señor, si eres tú, mándame ir hacia ti andando
sobre el agua”. El le dijo: “Ven”. Pedro bajó de la barca y echó a andar
sobre el agua acercándose a Jesús; pero, al sentir la fuerza del viento, le
entró miedo, empezó a hundirse y gritó: “Señor, sálvame”. En seguida Jesús
extendió la mano, lo agarró y le dijo: “¡Qué poca fe! ¿Por qué has dudado?
En cuanto subieron a la barca, amainó el viento. Los de la barca se
postraron ante él diciendo: “Realmente eres Hijo de Dios”. Terminada la
travesía, llegaron a tierra en Genesaret. Y los hombres de aquel lugar,
apenas le reconocieron, pregonaron la noticia por toda aquella comarca y
trajeron donde él a todos los enfermos. Le pedían tocar siquiera la orla de su
manto; y cuantos la tocaron quedaron curados. Palabra del Señor.
Meditación
El Evangelio de hoy presenta a Jesús obligando a los discípulos a subir
a la barca a ir al otro lado del mar, donde estaba la tierra de los paganos. La
barca simboliza la comunidad, a la iglesia. Ella tiene la misión de dirigirse
a los paganos y de anunciar a ellos también la Buena Nueva del Reino
que da vida a una nueva manera de convivir en comunidad. La barca es
agitada por las olas, pues el viento es contrario. A pesar de estar remando
toda la noche, falta mucho para llegar a tierra. Faltaba mucho para que las
29
No he venido a ser servido sino a servir
comunidades hiciesen la travesía hacia los paganos. Jesús no fue con los
discípulos. Ellos debían aprender a enfrentarse a las dificultades, unidos y
fortalecidos por la fe en Jesús quien los envió.
Jesús se fue al encuentro de los discípulos. Andando sobre las aguas,
llega cerca de ellos, pero ellos no lo reconocen. Gritan de miedo. Jesús los
calma diciendo: “¡Animo! ¡Soy yo! ¡No teman!” La expresión “¡Soy yo!” es
la misma con la que Dios trató de superar el miedo de Moisés cuando le
envió para que libertara al pueblo de Egipto. Para las comunidades, tanto
las de ayer como las de hoy, era y es muy importante escuchar de nuevo:
“¡Animo! ¡Soy yo! ¡No teman!”
Jesús permite que Pedro se acerque a él por el mar. Pero Pedro tiene
miedo. Piensa que se hunde y grita: “¡Señor! Sálvame!” Jesús lo asegura
y reprende: “¡Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste?” Pedro tiene más
fuerza de lo que se imagina, pero tiene miedo ante las olas contrarias y no
cree en el poder de Dios que existe en él. Las comunidades no creen en
la fuerza del Espíritu que existe en ellas, y que actúa mediante la fe. Es la
fuerza de la resurrección (Ef 1,19-20).
¿Qué ha pasado con Pedro? ¿Qué ha pasado con tantas personas, que
animadas en la fe, dispuestas a conquistar el mundo, de repente, empezaron
a hundirse y se desalentaron? Tal vez tuvieron miedo a las dificultades y
ante la primera tempestad, ante las pequeñas olas de la indiferencia, de las
críticas, de las amenazas, perdieron la fe. Los otros discípulos, que estaban
en la barca, se quedaron maravillados y se arrodillaron ante Jesús. Así,
Mateo sugiere que no es sólo Pedro el que sustenta la fe de los discípulos,
sino que la fe de los discípulos sustenta la fe de Pedro.
Queremos tener una fe tan fuerte que podamos caminar seguros en
medio de las zozobras y dificultades, que nada nos quite la ilusión de
acercarnos cada vez más a la meta que nos hemos trazado. El Señor que
nos llama y que tiende la mano para que estrechemos la nuestra, elimine
de nosotros todos los miedos a que nos arrastra nuestra propia debilidad.
6
Miércoles
Fiesta: La Transfiguración del Señor
Blanco
Lectura del Profeta Daniel 7, 9-10.13-14
Yo, Daniel, tuve una visión nocturna: vi que colocaban unos tronos y
un anciano se sentó. Su vestido era blanco como la nieve y sus cabellos,
blancos como lana; Su trono, llamas de fuego, con ruedas encendidas; Un
río de fuego brotaba delante de ´El. Miles de miles le servían, millones y
millones estaban a sus órdenes. Comenzó el juicio y se abrieron los libros. Yo seguí contemplando en mi visión nocturna y vi a alguien semejante
a un hijo de hombre, que venía entre las nubes del cielo. Avanzó hacia el
anciano de muchos siglos y fue introducido a su presencia. Entonces recibió
la soberanía, la gloria y el reino. Y todos los pueblos, naciones y lenguas lo
servían. Su poder nunca se acabará, porque es un poder eterno, y su reino
jamás será destruido. Palabra de Dios.
30
Plan de Pastoral - Agosto 2014
Salmo Responsorial: 96
“Reina el Señor, alégrese la tierra.”
Reina el Señor, alégrese la tierra; cante de regocijo el mundo entero.
Tinieblas y nubes rodean el trono del Señor que se asienta en la justicia y el
derecho. R.
Los montes se derriten como era ante el Señor de toda la tierra. Los
cielos pregonan su justicia, su inmensa gloria ven todos los pueblos. R.
Tú Señor altísimo, estás muy por encima de la tierra y mucho más en alto
que los dioses. R.
Lectura de la Segunda Carta del Apóstol San Pedro 1, 16-19
Hermanos: Cuando les anunciamos la venida gloriosa y llena de poder
de nuestro Señor Jesucristo, no lo hicimos fundados en fábulas hechas con
astucia, sino por haberlo visto con nuestros propios ojos en toda su grandeza.
En efecto, Dios lo llenó de gloria y honor, cuando la sublime voz del Padre
resonó sobre él, diciendo: «Este es mi Hijo amado, en quien Yo me complazco».
Y nosotros escuchamos esta voz, venida del cielo, mientras estábamos con
el Señor en la montaña santa. Tenemos también la firmísima palabra de los
profetas, a la que con toda razón ustedes consideran como una lámpara que
ilumina en la oscuridad, hasta que despunte el día y el lucero de la mañana
amanezca en los corazones de ustedes. Palabra de Dios.
Lectura del Santo Evangelio según San Mateo 17, 1-9
En aquel tiempo, Jesús cogió a Pedro, a Juan y a Santiago y subió a lo alto
de la montaña, para orar. Y, mientras oraba, el aspecto de su rostro cambió,
sus vestidos brillaban de blancos. De repente, dos hombres conversaban con
él: eran Moisés y Elías, que, apareciendo con gloria, hablaban de su muerte,
que iba a consumar en Jerusalén. Pedro y sus compañeros se caían de sueño;
y, espabilándose, vieron su gloria y a los dos hombres que estaban con él.
Mientras éstos se alejaban, dijo Pedro a Jesús: «Maestro, qué bien se está
aquí. Haremos tres tiendas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías.»
No sabía lo que decía. Todavía estaba hablando, cuando llegó una nube que
los cubrió. Se asustaron al entrar en la nube.
Una voz desde la nube decía: «Éste es mi Hijo, el escogido, escúchenle».
Cuando sonó la voz, se encontró Jesús solo. Ellos guardaron silencio y, por el
momento, no contaron a nadie nada de lo que habían visto. Palabra del Señor.
Meditación
La Transfiguración se narra en los tres sinópticos (Mt 17,1-9; Mc 9,2-8;
Lc 9,28-36), señal de que este pasaje recogía un mensaje muy importante
para los primeros cristianos. Confirmó a Jesús en su misión como MesíasSiervo. Ayudó a los discípulos a superar la crisis que les causaba el
escándalo de la cruz. Llevó a las comunidades a profundizar en su fe en
Jesús, Hijo de Dios, amado del Padre y nueva clave para interpretar la Ley
y los Profetas. La Transfiguración continúa siendo una ayuda para superar
las crisis que el sufrimiento y la cruz nos producen hoy.
31
No he venido a ser servido sino a servir
Nos situamos inmediatamente antes de empezar la subida a Jerusalén.
Pedro, en nombre de todos los discípulos, acaba de confesar a Jesús como
el Mesías de Dios (Lc 9,18-21). Jesús, para evitar malentendidos, les ha
anunciado que él es un mesías sufriente: “el Hijo del hombre tiene que ser
rechazado por sacerdotes y letrados, condenado a muerte y resucitar al
tercer día”. Después, les ha enseñado también que éste es el camino del
discípulo... “quien quiera seguirme, niéguese a sí mismo, cargue con su
cruz cada día y venga conmigo...”.
En este contexto de crisis, en el que los discípulos esperaban un mesías
glorioso y no podían comprender el camino de sufrimiento que esperaba
a Jesús, es donde sucede la Transfiguración. La escena es considerada
tradicionalmente como “la transfiguración de Jesús”. No es posible
reconstruir con certeza la experiencia que dio origen a este sorprendente
relato. Todos sabemos que los evangelistas le dan gran importancia pues,
según su relato, es una experiencia que deja entrever algo de la verdadera
identidad de Jesús.
En un primer momento, el relato destaca la transformación de su
rostro y, aunque vienen a conversar con él Moisés y Elías, tal vez como
representantes de la ley y los profetas respectivamente, sólo el rostro de
Jesús permanece transfigurado y resplandeciente en el centro de la escena.
Al parecer, los discípulos no captan el contenido profundo de lo que
están viviendo, pues Pedro dice a Jesús: «Maestro, qué bien se está
aquí. Haremos tres tiendas: una para ti, otra para Moisés y otra para
Elías». Coloca a Jesús en el mismo plano y al mismo nivel que a los dos
grandes personajes bíblicos. A cada uno su tienda. Jesús no ocupa todavía
un lugar central y absoluto en su corazón.
La voz de Dios le va a corregir, revelando la verdadera identidad de
Jesús: «Éste es mi Hijo, el escogido», el que tiene el rostro transfigurado.
No ha de ser confundido con los de Moisés o Elías, que están apagados.
«Escúchenle a él». A nadie más.
7
Jueves
Feria o Memoria Libre: San Sixto II, Papa y sus
Compañeros Mártires o San Cayetano, Presbítero
Verde, Rojo o Blanco
Lectura del Profeta Jeremías 31, 31-34
Miren que llegan días –oráculo del Señor– en que haré con la casa de
Israel y la casa de Judá una alianza nueva. No como la alianza que hice
con sus padres, cuando los tomé de la mano para sacarlos de Egipto: ellos
quebrantaron mi alianza, aunque yo era su Señor –oráculo del Señor–.
Sino que así será la alianza que haré con ellos, después de aquellos
días –oráculo del Señor–: Meteré mi ley en su pecho, la escribiré en sus
corazones; yo seré su Dios, y ellos serán mi pueblo. Y no tendrá que
enseñar uno a su prójimo, el otro a su hermano, diciendo: «Reconoce al
Señor.» Porque todos me conocerán, desde el pequeño al grande –oráculo
del Señor–, cuando perdone sus crímenes y no recuerde sus pecados.
Palabra de Dios.
32
Plan de Pastoral - Agosto 2014
Salmo Responsorial : Sal 50
R/. “Oh Dios, crea en mí un corazón puro”
Oh Dios, crea en mí un corazón puro, renuévame por dentro con espíritu
firme; no me arrojes lejos de tu rostro, no me quites tu santo espíritu. R/.
Devuélveme la alegría de tu salvación, afiánzame con espíritu generoso:
enseñaré a los malvados tus caminos, los pecadores volverán a ti. R/.
Los sacrificios no te satisfacen: si te ofreciera un holocausto, no lo querrías.
Mi sacrificio es un espíritu quebrantado; un corazón quebrantado y humillado,
tú no lo desprecias. R/.
Lectura del Santo Evangelio según San Mateo 16,13-23
En aquel tiempo, al llegar a la región de Cesárea de Filipo, Jesús preguntó
a sus discípulos: «¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?».
Ellos contestaron: «Unos que Juan Bautista, otros que Elías, otros que
Jeremías o uno de los profetas.»
Él les preguntó: «Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo?»
Simón Pedro tomó la palabra y dijo: «Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios
vivo.»
Jesús le respondió: « ¡Dichoso tú, Simón, hijo de Jonás!, porque
eso no te lo ha revelado nadie de carne y hueso, sino mi Padre que
está en el cielo. Ahora te digo yo: Tú eres Pedro, y sobre esta piedra
edificaré mi Iglesia, y el poder del infierno no la derrotará. Te daré las
llaves del reino de los cielos; lo que ates en la tierra, quedará atado en
el cielo, y lo que desates en la tierra, quedará desatado en el cielo.»
Y les mandó a los discípulos que no dijesen a nadie que él era el Mesías.
Desde entonces empezó Jesús a explicar a sus discípulos que tenía que ir a
Jerusalén y padecer allí mucho por parte de los ancianos, sumos sacerdotes
y escribas, y que tenía que ser ejecutado y resucitar al tercer día.
Pedro se lo llevó aparte y se puso a increparlo: « ¡No lo permita Dios,
Señor! Eso no puede pasarte.»
Jesús se volvió y dijo a Pedro: «Quítate de mi vista, Satanás, que me
haces tropezar; tú piensas como los hombres, no como Dios.» Palabra del
Señor.
Meditación
Jesús hace preguntas para saber qué piensa la gente respecto a
su persona, el Hijo del Hombre (Mt 16, 13-16). Las respuestas son
variadas. Juan Bautista, Elías, Jeremías, algún profeta. Cuando Jesús
pregunta la opinión de los discípulos, Pedro se vuelve portavoz y dice:
“¡Tu eres el Cristo, el Hijo del Dios vivo!” La respuesta no es nueva.
Anteriormente, los discípulos habían dicho lo mismo (Mt 14,33). En el
Evangelio de Juan, la misma profesión de fe la hizo Marta (Jn 11,27).
Significaba que en Jesús se realizan las profecías del Antiguo Testamento.
La respuesta de Jesús a Pedro (Mt 16, 17): merece el elogio de
Jesús: “¡Bienaventurado eres Simón!” Jesús proclama Pedro
“¡Bienaventurado!”, porque recibió una revelación del Padre. Aquí también
33
No he venido a ser servido sino a servir
la respuesta de Jesús no es nueva. Anteriormente, Jesús había alabado al
Padre porque había revelado el Hijo a los pequeños y no a los sabios (Mt
11,25-27) y había hecho la misma proclamación dicha a los discípulos por
estar viendo y oyendo cosas nuevas que, antes que ellos, nadie conocía ni
había oído hablar (Mt 13,16).
Las atribuciones de Pedro: Ser piedra y tener las llaves del Reino
(Mt 16,18-20) debe ser fundamento firme para la iglesia para que pueda
resistir contra las puertas del infierno. Con estas palabras de Jesús a
Pedro, Mateo anima las comunidades perseguidas de Siria y de Palestina
a que vean en Pedro al líder destacado de su origen. A pesar de ser débil
y perseguida, la comunidad tiene un fundamento firme, por la palabra de
Jesús, indica que en Pedro existe un nuevo comienzo del pueblo de Dios.
Las llaves del Reino dadas a representan el poder de ligar y desligar es
dado a las comunidades (Mt 18,18) y a los otros discípulos (Jn 20,23)
Jesús completa lo que falta en la respuesta de Pedro (Mt 16,21-22),
y éste reacciona. Jesús empieza a decir: “que él debía ir a Jerusalén
y sufrir mucho de parte de los ancianos, los sumos sacerdotes y los
escribas, y ser matado y resucitar al tercer día”. Al decir que debía ir
y que debía morir, o que era necesario sufrir, indicaba que el sufrimiento
estaba previsto en las profecías. El camino del Mesías no era sólo de
triunfo y de gloria, sino también ¡de sufrimiento y de cruz! Si Pedro acepta
a Jesús como Mesías e Hijo de Dios, debería aceptarlo también como
Mesías Siervo que va a morir. Pero Pedro no acepta la corrección de Jesús
y trata de disuadirlo. Tomándole aparte Pedro, se puso a reprenderle
diciendo « ¡Lejos de ti, Señor! ¡De ningún modo te sucederá eso!»
Es sorprendente la respuesta de Jesús a Pedro: piedra de tropiezo (Mt
16, 23). En realidad, Pedro quería orientar a Jesús tomando la delantera, pero
el Maestro reacciona: “«¡Quítate de mi vista, Satanás! ¡Escándalo eres para
mí, porque tus pensamientos no son los de Dios, sino los de los hombres!”
Hoy, la pregunta va hasta nosotros, ¿quién dicen ustedes que soy yo?
La respuesta se dará desde una experiencia personal, tan profunda
cuanta haya sido la intimidad cultivada con Jesús. Animemos nuestra fe y
reconozcamos a Jesús que nos invita a seguirlo cargando con la cruz de
cada día, pues en el aparente fracaso se esconde el triunfo de la fidelidad
y entrega al Señor.
8
Viernes
Memoria Obligatoria: San Juan María Vianney, Presbítero
Blanco
Lectura del Profeta Nahum 1,15,2,3,1-3,6-7
Miren sobre los montes los pies del heraldo que pregona la paz, festeja
tu fiesta, Judá; cumple tus votos, porque el criminal no volverá a pasar por
ti, pues ha sido aniquilado. Porque el Señor restaura la gloria de Jacob y
la gloria de Israel; lo habían desolado los salteadores, habían destruido
sus sarmientos. Ay de la ciudad sangrienta, toda ella mentirosa, llena de
crueldades, insaciable de despojos. Escuchen: látigos, estrépito de ruedas,
34
Plan de Pastoral - Agosto 2014
caballos al galope, carros rebotando, jinetes al asalto, llamear de espadas,
relampagueo de lanzas, muchos heridos, masas de cadáveres, cadáveres
sin fin, se tropieza en cadáveres. Arrojaré basura sobre ti, haré de ti un
espectáculo vergonzoso. Quien te vea se apartará de ti, diciendo: «Desolada
está Nínive, ¿quién lo sentirá?; ¿dónde encontrar quien te consuele?»
Palabra de Dios.
Salmo Responsorial: Dt 32
R/. “Yo doy la muerte y la vida”
El día de su perdición se acerca y su suerte se apresura,porque el Señor
defenderá a su pueblo y tendrá compasión de sus siervos. R/.
Pero ahora miren yo soy yo,y no hay otro fuera de mí;yo doy la muerte y
la vida,yo desgarro y yo curo. R/.
Cuando afile el relámpago de mi espada y tome en mi mano la justicia,haré
venganza del enemigo y daré su paga al adversario. R
Lectura del santo evangelio según san Mateo 16,24-28
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «El que quiera venirse
conmigo, que se niegue a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga. Si uno
quiere salvar su vida, la perderá; pero el que la pierda por mí la encontrará.
¿De qué le sirve a un hombre ganar el mundo entero, si arruina su vida? ¿O
qué podrá dar para recobrarla? Porque el Hijo del hombre vendrá entre sus
ángeles, con la gloria de su Padre, y entonces pagará a cada uno según
su conducta. Les aseguro que algunos de los aquí presentes no morirán
sin antes haber visto llegar al Hijo del hombre con majestad.» Palabra del
Señor.
Meditación
El evangelio de hoy expresa estas exigencias para todos nosotros.
Tome su cruz y me siga. Jesús saca las conclusiones que valen hasta hoy:
“Si alguien quiere seguirme, renuncie a sí mismo, tome su cruz y me siga”.
En aquel tiempo, la cruz era la pena de muerte que el imperio romano
imponía a los marginados y a los bandidos. Tomar la cruz y cargarla detrás
de Jesús era lo mismo que aceptar el ser marginado por el sistema injusto
que legitimaba la injusticia. La Cruz no es fatalismo, ni exigencia del Padre.
La Cruz es consecuencia del compromiso libremente asumido por Jesús:
revelar la Buena Nueva de que Dios es Padre y que, por tanto, todos y
todas deben ser aceptados y tratados como hermanos y hermanas. A
causa de este anuncio revolucionario, Jesús fue perseguido y no tuvo
miedo a dar su vida. No hay prueba de amor más grande que dar la vida
por los hermanos (Jn 15,13).
Quien pierde la vida por causa mía la encontrará. Estos dos versículos
explicitan valores humanos universales que confirman la experiencia de
muchos, cristianos y no cristianos. Salvar la vida, perder la vida, encontrar
la vida. La experiencia de muchos enseña lo siguiente: Quien corre tras
los bienes y la riqueza no queda nunca saciado. Quien se entrega a los
35
No he venido a ser servido sino a servir
demás olvidándose de sí, siente una gran felicidad. Es la experiencia de
las madres que se entregan, y de mucha gente que no piensa en sí, sino
en los demás. Muchos hacen y viven así casi por instinto, como algo que
viene del fondo del alma. Otros hacen así, porque tuvieron una experiencia
dolorosa de frustración que los llevó a mudar de actitud. Jesús tiene razón
en decir: Quien quiera salvar su vida, la perderá, pero quien pierda su vida
por mí, la encontrará”. Importante es el motivo: “por mí”, o como dice en
otro lugar: “por causa del Evangelio” (Mc 8,35). Y termina: “Pues ¿de qué
le servirá al hombre ganar el mundo entero, si arruina su vida? O ¿qué
puede dar el hombre a cambio de su vida?”
El Hijo del Hombre, dará a cada uno según su conducta. Estos dos
versículos se refieren a la esperanza del pueblo con relación a la venida
del Hijo del Hombre al final de los tiempos como juez de la humanidad,
como presentado en la visión del profeta Daniel. Cada uno recibirá
según su propia conducta. El segundo versículo dice: “Yo les aseguro:
entre los aquí presentes hay algunos que no gustarán la muerte hasta
que vean al Hijo del hombre venir en su Reino”. Esta frase es un aviso
para ayudar a percibir la venida de Jesús como Juez en los hechos de
la vida. Algunos pensaban que Jesús vendría luego. Jesús, de hecho,
ya estaba presente en las personas, sobre todo en los pobres. Pero
ellos no lo percibieron. Jesús mismo había dicho: “Cuando lo hicieron
con alguno de estos más pequeños, que son mis hermanos, lo hicieron
conmigo!”.
Quien pierde la vida, la gana. ¿Cuál es la experiencia que tengo en este
punto?
9 Feria o Memoria Libre: Santa Teresa Benedicta de la Cruz, Vírgen y Mártir
Sábado
Verde o Rojo
Lectura del Profeta Habacuc 1, 12-2, 4
¿No eres tú, Señor, desde antiguo mi santo Dios que no muere? ¿Has
destinado al pueblo de los caldeos para castigo; Oh Roca, le encomendaste
la sentencia? Tus ojos son demasiado puros para mirar el mal, no puedes
contemplar la opresión. ¿Por qué contemplas en silencio a los bandidos,
cuando el malvado devora al inocente?
Tú hiciste a los hombres como peces del mar, como reptiles sin jefe: los
saca a todos con el anzuelo, los apresa en la red, los reúne en la nasa, y
después ríe de gozo; ofrece sacrificios al anzuelo, incienso a la red, porque
con ellos cogió rica presa, comida abundante. ¿Seguirá vaciando sus redes,
matando pueblos sin compasión?
Me pondré de centinela, en pie vigilaré, velaré para escuchar lo que me
dice, qué responde a mis quejas. El Señor me respondió así: “Escribe la
visión, grábala en tablillas, de modo que se lea de corrido. La visión espera
su momento, se acercará su término y no fallará; si tarda, espera, porque ha
de llegar sin retrasarse. El injusto tiene el alma hinchada, pero el justo vivirá
por su fe.” Palabra de Dios.
36
Plan de Pastoral - Agosto 2014
Salmo Responsorial: 9
“No abandonas, Señor, a los que te buscan.”
Dios está sentado por siempre en el trono que ha colocado para juzgar. Él
juzgará el orbe con justicia y regirá las naciones con rectitud. R.
El será refugio del oprimido, su refugio en los momentos de peligro.
Confiarán en ti los que conocen tu nombre, porque no abandonas a los que
te buscan. R.
Tañan en honor del Señor, que reside en Sión; narren sus hazañas a los
pueblos; él venga la sangre, él recuerda y no olvida los gritos de los humildes. R.
Lectura del Santo Evangelio según San: Mateo 17, 14-19
En aquel tiempo se acercó a Jesús un hombre, que le dijo de rodillas:
“Señor, ten compasión de mi hijo, que tiene epilepsia y le dan ataques:
muchas veces se cae en el fuego o en el agua. Se lo he traído a tus
discípulos, y no han sido capaces de curarlo. Jesús contestó: “¡Gente sin
fe y perversa! ¿Hasta cuándo les tendré que soportar? Tráiganmelo”. Jesús
increpó al demonio, y salió; en aquel momento se curó el niño.
Los discípulos se acercaron a Jesús y le preguntaron aparte: “¿Y por qué
no pudimos echarlo nosotros?” Les contestó: “Por su poca fe. Les aseguro
que, si fuera su fe como un grano de mostaza, le dirían a aquella montaña
que viniera aquí, y vendría. Nada les sería imposible”. Palabra del Señor.
Meditación
Aquel hombre se puso de rodillas porque su hijo estaba muy enfermo.
¿Te imaginas a un padre de familia, desesperado, poniéndose de rodillas
delante de alguien que aparentemente es un hombre como los demás? ¿Qué
le movió a hacerlo? El amor a su hijo. Y la impotencia por haber agotado
diferentes medios sin resultado. Primero lo había intentado con los discípulos,
pero ellos no pudieron curar al hijo de los ataques de epilepsia. Luego ve al
Señor, se acerca y cae de rodillas ante Él. No tiene ninguna vergüenza, no le
importa lo que digan de él. Únicamente busca el bien de aquel a quien ama.
Jesús, conociendo el amor que brotaba del corazón de ese hombre, curó
al hijo. Por su parte, los discípulos no entendían en qué habían fallado. Jesús
les respondió que les faltaba fe. No dice que no tienen fe, sino que aún es
muy pequeña. La fe, aunque es un don de Dios, debe crecer y fortalecerse
con nuestra colaboración. Es como ir a un gimnasio: al levantar las pesas
una y otra vez, nuestros músculos se desarrollan. La fe también debe ejercitarse, ponerse a prueba, alimentarse. Si nos conformamos con la fe que
teníamos a los diez años, cuando hicimos la primera comunión, es lógico
que nuestro “músculo” espiritual esté raquítico. Necesitamos una fe adulta,
resistente, alimentada con las lecturas adecuadas, con la oración diaria, con
los sacramentos y con todo aquello que nos ayude a fortalecerla.
El ingrediente secreto para tener éxito en cualquier cosa es la fe. En el
combate contra el mal, en el diario afán por expulsar demonios que sojuzgan
o merman nuestra vida o la de otros, ¿qué confianza tenemos en Dios,
hasta qué punto nos apoyamos en Él? Los discípulos habían recibido el
37
No he venido a ser servido sino a servir
poder de arrojar demonios, así como el de curar a los enfermos. Podían
sentirse perfectamente legitimados para la tarea de exorcistas, pues no los
podía acusar Jesús, ni ningún otro, de pretender grandezas que superaran
su capacidad. De hecho, fueron enviados en misión con ese poder y ese
objetivo. Pero en esta ocasión fracasan. ¿Por qué? Jesús no les había
retirado la confianza ni los había destituido de su función. Y aún así, fallan, lo
que significa que una vez más van a comprobar el estado de su fe, estado que
con tanta frecuencia denuncia el evangelista: pequeña, raquítica, se dejaba
afectar por la duda; es decir, necesitaba madurar, crecer, consolidarse.
En nuestro camino de cristianos, ¿en qué momentos flaquea nuestra
fe? ¿Ponemos la confianza en Dios? ¿Nos afecta más bien el sentimiento
de que nada puede cambiar, de que todo seguirá igual, de que no vale
la pena creer, amar y servir, de que no tiene sentido vivir y transmitir el
evangelio, de que “la cultura dominante” es la verdadera fuerza de la
historia y que por lo tanto lo sensato es acogerla y acatarla?
10
III Semana Liturgia de las Horas
XIX Domingo del Tiempo Ordinario
Verde
Señor fortálecenos en nuestro servicio a Ti y a los demás
Orientaciones : Colocar el lema del día en
un lugar visible. Recordar el lema y el valor del
mes. Como nos acercamos a la celebración
de la fiesta Restauradora colocar una Bandera
Dominicana y motivar para que se coloque en
todos los hogares, para que siempre esté en alto
nuestro escudo dominicano y en nuestro corazón
las palabras Dios Patria y libertad.
Monición de Entrada
Hermanos y hermanas: como hijos e hijas de Dios nos invita el Señor a
esta Celebración en la que experimentamos esa brisa suave a través de su
Espíritu en este décimo noveno Domingo del Tiempo Ordinario. La Liturgia de
la Palabra de este día nos presenta al Profeta Elías, a los apóstoles Pablo y
Pedro quienes en situaciones diferentes experimentaron miedo y turbulencia
en algún momento de su servicio. Pero el Señor no los abandonó en ninguna
circunstancia, les acompaña y fortalece para que no tengan miedo.
Fijemos nuestras miradas en El que nos invita a no tener miedo, a estar de
pie firme, que nos extiende su mano y nos sostiene. Aunque la tormenta sea
fuerte, si nuestra fe está puesta en El que todo lo puede y confiamos en su
misericordia, la barca no se hundirá. Pidamos al Señor en esta celebración
que nos libere del miedo que en ocasiones no nos deja avanzar y como
pueblo en misión, continuemos participando en el proceso de evangelización
sirviendo a nuestros hermanos y hermanas, especialmente a los más
pobres,para que en nuestra patria prevalezca el dialogo que fomenta la
fraternidad en la sociedad y en la Iglesia.
38
Plan de Pastoral - Agosto 2014
Animados con el lema ”No he venido a ser servido sino a servir”(Mc
10,45) celebremos la presencia del Espíritu de Dios que sale a encontrarnos
en medio de nuestra comunidad, que nos guía y acompaña en el camino del
amor, la justicia y la paz. Puestos de pie recibamos a Jesús en medio de esta
asamblea que llega a nosotros en la persona del Ministro.
Primera Lectura: 1 Reyes19, 9a. 11-13ª
El Señor muestra su fidelidad a Elías en el Horeb que en un momento de
desolación por la persecución, experimenta la presencia del Señor a través
de una brisa suave. Del mismo modo seguimos sintiendo esa presencia
del Señor cuando tenemos problemas por participar y ser fieles en nuestro
servicio a El. Escuchemos.
Lectura del primer libro de los Reyes
En aquellos días, cuando Elías llegó al Horeb, el monte de Dios, se metió
en una cueva donde pasó la noche. El Señor le dijo: -«Sal y ponte de pie en
el monte ante el Señor. ¡El Señor va a pasar! »
Vino un huracán tan violento que descuajaba los montes y hacia trizas las
peñas delante del Señor;
pero el Liturgia
Señor node
estaba
en el viento. Después del
III Semana
las Horas
viento, vino un terremoto; pero el Señor no estaba en el terremoto. Después
del terremoto, vino un fuego; pero el Señor no estaba en el fuego.
Después del fuego, se oyó una brisa tenue; al sentirla, Elías se tapó el
rostro con el manto, salió afuera y se puso en pie a la entrada de la cueva.
Palabra de Dios.
Salmo responsorial: Sal 84
R. “Muéstranos, Señor, tu misericordia y danos tu salvación”.
Voy a escuchar lo que dice el Señor: «Dios anuncia la paz a su pueblo y a
sus amigos.» La salvación está ya cerca de sus fieles, y la gloria habitará
en nuestra tierra. R.
La misericordia y la fidelidad se encuentran, la justicia y la paz se besan; la
fidelidad brota de la tierra, y la justicia mira desde el cielo.
El Señor nos dará la lluvia, y nuestra tierra dará su fruto. La justicia marchará
ante él, la salvación seguirá sus pasos.
Segunda Lectura: Romanos 9, 1-5
Como el Apóstol Pablo todo verdadero evangelizador sufre en su servicio
a los de su mismo pueblo y a su propia familia cuando ellos como sus
hermanos no aceptan a Jesucristo como el Mesías y Salvador. Escuchemos
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos 9, 1-5
Hermanos: Digo la verdad en Cristo; mi conciencia, iluminada por el
Espíritu Santo, me asegura que no miento. Siento una gran pena y un dolor
incesante, en mi corazón, pues por el bien de mis hermanos, los de mi raza
según la carne, quisiera incluso ser un proscrito lejos de Cristo.
Ellos descienden de Israel, fueron adoptados como hijos, tienen la
presencia de Dios, la alianza, la ley, el culto y las promesas. Suyos son
39
No he venido a ser servido sino a servir
los patriarcas, de quienes, según la carne, nació el Mesías, el que está por
encima de todo: Dios bendito por los siglos. Amén. Palabra de Dios.
Aleluya Cf. Sal 129, 5
Espero en el Señor, espero en su palabra.
Evangelio: Mateo 14, 22-33
El mundo de hoy está siendo azotado por fuerte oleajes, la barca parece
hundirse, sin embargo Jesús que siempre está ahí nos dice, no tengan
miedo, ánimo y nos extiende su mano para que avancemos como servidores
incansables participando en la extensión de su Reino. Escuchemos
+ Lectura del santo evangelio según san Mateo
Después que la gente se hubo saciado, Jesús apremió a sus discípulos
a que subieran a la barca y se le adelantaran a la otra orilla, mientras él
despedía a la gente.
Y, después de despedir a la gente, subió al monte a solas para orar.
Llegada la noche, estaba allí solo. Mientras tanto, la barca iba ya muy lejos
de tierra, sacudida por las olas, porque el viento era contrario.
De madrugada se les acercó Jesús, andando sobre el agua. Los
discípulos, viéndole andar sobre el agua, se asustaron y gritaron de miedo,
pensando que era un fantasma.
Jesús les dijo en seguida: -«¡Ánimo, soy yo, no tengan miedo!»
Pedro le contestó: -«Señor, si eres tú, mándame ir hacia ti andando sobre
el agua. » Él le dijo: -«Ven.»
Pedro bajó de la barca y echó a andar sobre el agua, acercándose a
Jesús; pero, al sentir la fuerza del viento, le entró miedo, empezó a hundirse
y gritó: -«Señor, sálvame.» En seguida Jesús extendió la mano, lo agarró y
le dijo: -«¡Qué poca fe! ¿Por qué has dudado?»
En cuanto subieron a la barca, amainó el viento. Los de la barca se
postraron ante él, diciendo: -«Realmente eres Hijo de Dios.» Palabra del Señor.
Meditación
La historia de Jesús caminando sobre el mar sigue a la historia de la
multiplicación de los panes. “Por segunda ocasión, los discípulos enfrentan
una situación con la que ellos deben lidiar por sí solos inicialmente, pero
Jesús una vez más ‘viene en su rescate’ y los salva a través de un acto
soberano de autoridad” Aunque Marcos 6:45-52 y Juan 6:16-21 también
relatan la historia, Mateo es el único que incluye el suceso sobre Pedro
intentando caminar sobre el mar para encontrarse con Jesús. A pesar de
que Mateo usa a Marcos como una de sus fuentes, su final es bastante
diferente. En Marcos, la historia concluye con los discípulos pasmados, sin
entender, y endureciendo sus corazones. En Mateo, los discípulos alaban
a Jesús y reconocen que es el Hijo de Dios.
“En la literatura bíblica, el mar frecuentemente es representado como
el lugar donde habitan las fuerzas demoníacas y hostiles a Dios. En el
40
Plan de Pastoral - Agosto 2014
Apocalipsis, el reinado final de Dios significa que el mar ya no existirá (21:1)”.
Tener dominio sobre el mar es la prerrogativa de Dios. Las Escrituras Hebreas
(el Antiguo Testamento) nos dicen sobre Dios caminando sobre las aguas o
abriendo camino a través de las aguas para los israelitas (Job 9:8; 38:16;
Salmo 77:19; Isaías 43:16; 51:9-10; Habacuc 3:5), pero nunca de un hombre
caminando sobre las aguas. Al caminar sobre las aguas, “Jesús hace lo que
solamente Dios puede hacer, y habla con la voz de Dios, ‘Yo soy’”.
Jesús viene caminando sobre el mar hacia donde están los discípulos.
Mateo ha identificado a Jesús como Emmanuel, D i o s c o n n o s o t r o s
(1:23); y esta historia refuerza ese papel. Como ya se notó antes, en el
tiempo en que se escribió este evangelio, la iglesia de Mateo está luchando
con la tormenta de la persecución. Estos cristianos no se están rebelando,
pero están temerosamente sirviendo a Dios. La historia de los discípulos
en el mar, por lo tanto, refleja exactamente la situación de la iglesia de
Mateo. Mantiene la promesa de que Jesús viene a los cristianos en medio
de la tormenta, de que la tormenta no es la última palabra, que Cristo está
presente con nosotros en medio de la tormenta y nos redime, nos salva
de ella. Cuando los discípulos ven a Jesús experimentan temor. La tormenta, aunque
peligrosa, es algo familiar. Los discípulos saben qué esperar de una tormenta
y qué hacer para mantener la barca a flote. Pero no saben nada de hombres
caminando sobre el mar y lejos de la costa, y tienen miedo de que estén viendo
un fantasma. A veces nos pasa, estamos muy seguros de sentir el apoyo de
Jesús, las cosas marchan bien, pero cuando de repente todo se voltea y se
vienen abajo, nos asalta la duda y hasta perdemos la fe. Nos hace falta tomar
conciencia de quien es que nos llama. Confiar en la autoridad y el poder de
Jesús nos ayuda a mantenernos a flote, aun en las peores situaciones.
Oracion de los fieles
El que preside: Llenos de confianza en el Padre presentemos nuestras
súplicas diciendo: Padre, fortalécenos con tu presencia en nuestra misión
Por la Iglesia, por el papa Francisco, por los obispos sacerdotes, diáconos,
consagrados y consagradas, Laicos y laicas, para que en medio de las
dificultades se mantengan firmes en la fe, se entreguen y participen con
valentía en todo el servicio para el cual fueron elegidos. Roguemos al Señor.
Por los que gobiernan las naciones, para que, al estilo de Jesús no
procuren ser servido, sino que sean verdaderos servidores,fomenten la
fraternidad en la sociedad y respeten los derechos de todos los ciudadanos
y ciudadanas. Roguemos al Señor.
Por los enfermos, los que sufren por la violencia, por la exclusión social,
los que vacilan en su fe, por los que tienen miedo, los que pasan hambre,
para que reciban el apoyo de todos nosotros. Roguemos al Señor.
Por los educadores y por los estudiantes, los políticos para que participen
con entusiasmo de todas las actividades en este mes de reafirmación de la
dominicanidad y de inicio de nuevo año escolar. Roguemos al Señor.
Por esta asamblea reunida en nombre del Señor, para que recobremos la
confianza en Jesús, Señor de la Iglesia, que camina sobre oleaje y siempre
nos acompaña. Roguemos al Señor.
41
No he venido a ser servido sino a servir
El que preside: Escucha Padre nuestra oración confiada y haz que
sintamos la brisa suave de tu Espíritu en medio de nuestros problemas,
desilusiones y desánimos. Aviva nuestra fe de que siempre estás con
nosotros aún en medio de los huracanes de la vida. Por Jesucristo nuestro
Señor.
11
Lunes
Memoria Obligatoria: Santa Clara, Virgen
Blanco
Lectura del Profeta Ezequiel 1, 2-5. 24-28c
El año quinto de la deportación del rey Joaquín, el día cinco del mes cuarto,
vino la palabra del Señor a Ezequiel, hijo de Buzi, sacerdote, en tierra de los
caldeos, a orillas del río Quebar.
Entonces se apoyó sobre mí la mano del Señor, y vi que venía del norte
un viento huracanado, una gran nube y un zigzagueo de relámpagos. Nube
rodeada de resplandor, y, entre el relampagueo, como el brillo del electro.
En medio de éstos aparecía la figura de cuatro seres vivientes; tenían forma
humana. Y oí el rumor de sus alas, como estruendo de aguas caudalosas,
como la voz del Todopoderoso, cuando caminaban; griterío de multitudes,
como estruendo de tropas; cuando se detenían, abatían las alas. También
se oyó un estruendo sobre la plataforma que estaba encima de sus cabezas;
cuando se detenían, abatían las alas.
Y por encima de la plataforma, que estaba sobre sus cabezas, había una
especie de zafiro en forma de trono; sobre esta especie de trono sobresalía
una figura que parecía un hombre. Y vi un brillo como de electro (algo así
como fuego lo enmarcaba) de lo que parecía su cintura para arriba, y de lo
que parecía su cintura para abajo vi algo así como fuego. Estaba rodeado
de resplandor. El resplandor que lo rodeaba era como el arco que aparece
en las nubes cuando llueve. Era la apariencia visible de la gloria del Señor.
Al contemplarla, caí rostro en tierra. Palabra de Dios.
Salmo Responsorial: 148
“Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.”
Alaben al Señor en el cielo, alaben al Señor en lo alto. Alábenlo, todos sus
ángeles; alábenlo, todos sus ejércitos. R.
Reyes y pueblos del orbe, príncipes y jefes del mundo, los jóvenes y también
las doncellas, los viejos junto con los niños. R.
Alaben el nombre del Señor, el único nombre sublime. Su majestad sobre
el cielo y la tierra. R.
El acrece el vigor de su pueblo. Alabanza de todos sus fieles, de Israel,
su pueblo escogido. R.
Lectura del Santo Evangelio según San Mateo 17, 21-26
En aquel tiempo, mientras Jesús y los discípulos recorrían juntos la Galilea,
les dijo: “Al Hijo del hombre lo van a entregar en manos de los hombres; lo
matarán, pero resucitará al tercer día”. Ellos se pusieron muy tristes.
42
Plan de Pastoral - Agosto 2014
Cuando llegaron a Cafarnaúm, los que cobraban el impuesto de las dos
dracmas se acercaron a Pedro y le preguntaron: “¿Su Maestro no paga las dos
dracmas? Contestó: “Sí”. Cuando llegó a casa, Jesús se adelantó a preguntarle:
“¿Qué te parece, Simón? Los reyes del mundo, ¿a quién le cobran impuestos
y tasas, a sus hijos o a los extraños?” Contestó “A los extraños”. Jesús les dijo:
“Entonces los hijos están exentos. Sin embargo, para no darles mal ejemplo, ve al
lago, echa el anzuelo, coge el primer pez que pique, ábrele la boca y encontrarás
una moneda de plata. Cógela y págales por mí y por ti”. Palabra del Señor.
Meditación
Cuando llegan a Cafarnaún, los recaudadores del impuesto del Templo
preguntan a Pedro: “¿No paga su maestro las dos dracmas?” Pedro
responde: “¡Sí!” Desde los tiempos de Nehemías, (Siglo V aC), los judíos
que habían vuelto de la esclavitud de Babilonia, se comprometieron
solemnemente en la asamblea a pagar diversos impuestos y tasas para
que el culto en el Templo pudiera seguir funcionando y para cuidar la
manutención tanto del servicio sacerdotal como del edificio del Templo (Ne
10,33-40). Por lo que se ve en la respuesta de Pedro, Jesús pagaba este
impuesto como lo hacían todos los demás judíos.
Es curiosa la conversación entre Jesús y Pedro. Cuando llegan a casa,
Jesús pregunta: “Qué te parece, Simón?; los reyes de la tierra, ¿de
quién cobran tasas o tributo, de sus hijos o de los extraños?” Pedro
respondió: “¡De los extraños!” Entonces Jesús dice: “¡Por tanto, libres
están los hijos!” Probablemente, aquí se refleja una discusión entre los
judíos cristianos antes de la destrucción del Templo en el año 70. Ellos
se preguntaban si debían o no seguir pagando el impuesto del Templo,
como hacían antes. Por la respuesta de Jesús, descubren que no hay
obligación de pagar ese impuesto: “Libres están los hijos”. Los hijos son
los cristianos. Pero aún sin tener obligación, la recomendación de Jesús es
pagar para no provocar escándalo.
Más curiosa que la conversación es la solución que Jesús da a la cuestión.
Dice a Pedro: “Sin embargo, para que no les sirvamos de escándalo,
vete al mar, echa el anzuelo, y el primer pez que salga, cógelo, ábrele
la boca y encontrarás una moneda de plata. Tómalo y dáselo por mí y
por TI”. ¡Milagro curioso! Tan curioso como aquel de los 2000 puercos que
se precipitaron en la mar (Mc 5,13). Cualquiera que sea la interpretación de
este hecho milagroso, esta manera de solucionar el problema sugiere que
se trata de un asunto que no tiene mucha importancia para Jesús.
Y, me parece que también aquí hay una enseñanza para nosotros en el
sentido de que es una invitación a respetar las tradiciones, tratar de ver que
es lo que hay detrás de ellas, cuales son sus valores y entonces abrirnos
a lo esencial, a lo fundamental, no quedarnos en la exterioridad, sino ir
a lo profundo, a lo decisivo, a la vez animándonos a las cosas nuevas
arriesgándonos frente a lo exigente, sin miedo, con generosidad. Por ahí,
hay una canción que dice; es el joven el que arriesga, por supuesto no a
tontas y a locas, sí con verdadera audacia.
43
No he venido a ser servido sino a servir
12
Martes
Verde
Lectura del Profeta Ezequiel 2, 8-3, 4
Así dice el Señor: Tú, hijo de Adán, oye lo que te digo: ¡No seas rebelde,
como la casa rebelde! Abre la boca y come lo que te doy.”
Vi entonces una mano extendida hacia mí, con un documento enrollado.
Lo desenrolló ante mí: estaba escrito en el anverso y en el reverso; tenía
escritas elegías, lamentos y ayes.
Y me dijo: Hijo de Adán, come lo que tienes ahí, cómete este volumen y vete a
hablar a la casa de Israel.” Abrí la boca y me dio a comer el volumen, diciéndome:
Hijo de Adán, alimenta tu vientre y sacia tus entrañas con este volumen que
te doy.” Lo comí, y me supo en la boca dulce como la miel. Y me dijo: Hijo de
Adán, anda, vete a la casa de Israel y diles mis palabras.” Palabra de Dios.
Salmo Responsorial: 118
“¡Qué dulce es al paladar tu promesa, Señor!”
Mi alegría es el camino de tus preceptos, / más que todas las riquezas. R.
Tus preceptos son mi delicia, / tus decretos son mis consejeros. R.
Más estimo yo los preceptos de tu boca / que miles de monedas de oro
y plata. R.
¡Qué dulce al paladar tu promesa: / más que miel en la boca! R.
Tus preceptos son mi herencia perpetua, / la alegría de mi corazón. R.
Abro la boca y respiro, / ansiando tus mandamientos. R.
Lectura del Santo Evangelio según San Mateo 18, 1-5. 10. 12-14
En aquel momento, se acercaron los discípulos de Jesús y le preguntaron:
¿Quien es el más importante en el reino de los cielos?
Él llamó a un niño, lo puso en medio y dijo: Les aseguro que, si no vuelven
a ser como niños, no entraran en el reino de los cielos. Por tanto, el que se
haga pequeño como este niño, ése es el más grande en el reino de los cielos.
El que acoge a un niño como éste en mi nombre me acoge a mí. Cuidado con
despreciar a uno de estos pequeños, porque les digo que sus ángeles están
viendo siempre en el cielo el rostro de mi Padre celestial.
¿Qué les parece? Supongan que un hombre tiene cien ovejas: si una se le
pierde, ¿no deja las noventa y nueve en el monte y va en busca de la pérdida?
Y si la encuentra, les aseguro que se alegra más por ella que por las noventa
y nueve que no se habían extraviado. Lo mismo su Padre del cielo: no quiere
que se pierda ni uno de estos pequeños.” Palabra del Señor.
Meditación
El evangelio de hoy trae la primera parte del Sermón de la Comunidad
(Mt 18,1-14) que tiene como palabra clave los “pequeños”. Los pequeños
no son los niños, sino también las personas pobres y sin importancia en la
sociedad y en la comunidad, los que no tienen nada material que exhibir.
44
Plan de Pastoral - Agosto 2014
Jesús pide que estos pequeños estén en el centro de las preocupaciones
de la comunidad, pues “el Padre no quiere que ni uno de estos pequeños
perezca” (Mt 18,14). Por lo que en todos los órdenes, deben ser los más
pequeños los que gocen de nuestro cuidado. Los niños, los que son como
ellos, gozan del privilegio de ser acogidos por Jesús.
Parece que los discípulos quieren un criterio para poder medir la
importancia de las personas en la comunidad: “¿Quién es el mayor en el
Reino de los Cielos?”. Jesús responde que el criterio son los niños. Estos
no tienen importancia social, no pertenecen al mundo de los grandes,
de los que saben. Se observa que es precisamente la pregunta de los
discípulos la que da pie a la enseñanza de Jesús. Los discípulos quieren
saber quién es el mayor en el Reino. Sólo el hecho de que ellos hicieran
esa pregunta revela que habían entendido poco o nada del mensaje de
Jesús. El Sermón de la Comunidad, todo ello, es para hacer entender que
entre los seguidores y las seguidoras de Jesús tiene que estar vivo el
espíritu de servicio, de entrega, de perdón, de reconciliación y de amor
gratuito, sin buscar el propio interés y autopromoción.
Y vuelve Jesús a enseñarnos cuán lejos estamos de los criterios
evangélicos cuando creemos que el orgullo, la prepotencia, el espíritu de
grandeza, es lo que nos hará merecedores de la aceptación del Señor. La
historia bíblica demuestra que son precisamente los que menos cuentan
quienes gozan del favor de Dios. Hacia los huérfanos, las viudas, los
sencillos, los pequeños, los que no cuentan, son aquellos a quienes se
inclina el favor de Dios. Jesús pone como modelo a los niños: “si no se
hacen como niños”. ¿Qué es lo que quiere decir con esto?
Jesús se identifica con los de abajo, su amor hacia los pequeños no
tiene explicación. Los niños no tienen mérito. Es la pura gratuidad del amor
de Dios que aquí se manifiesta y pide ser imitada en la comunidad por los
que se dicen discípulos y discípulas de Jesús.
Los pequeños deben ser la prioridad pastoral de la Comunidad, de la
Iglesia. Deben estar en el centro de la preocupación de todos. El amor por
los pequeños y los excluidos tiene que ser el eje de la comunidad de los
que quieren seguir a Jesús. Pues de este modo la comunidad se vuelve
prueba del amor gratuito de Dios que acoge a todos.
13
Miércoles
Feria o Memoria Libre: San Ponciano, Papa y San
Hipólito, Presbítero, Mártires
Verde o Rojo
Lectura del Profeta Ezequiel 9,1-7;10,18-22
Oí al Señor llamar en voz alta: «Acérquense, verdugos de la ciudad,
empuñando cada uno su arma mortal.»
Entonces aparecieron seis hombres por el camino de la puerta de arriba,
la que da al norte, empuñando mazas. En medio de ellos, un hombre vestido
de lino, con los avíos de escribano a la cintura. Al llegar, se detuvieron junto al
altar de bronce. La gloria del Dios de Israel se había levantado del querubín
en que se apoyaba, yendo a ponerse en el umbral del templo.
45
No he venido a ser servido sino a servir
Llamó al hombre vestido de lino, con los avíos de escribano a la cintura,
y le dijo el Señor: «Recorre la ciudad, atraviesa Jerusalén y marca en la
frente a los que se lamentan afligidos por las abominaciones que en ella se
cometen.»
A los otros les dijo en mi presencia: «Recorran la ciudad detrás de él,
hiriendo sin compasión y sin piedad. A viejos, mozos y muchachas, a niños
y mujeres, mátenlos, acaben con ellos; pero a ninguno de los marcados lo
toquen. Empiezen por mi santuario.» Y empezaron por los ancianos que
estaban frente al templo.
Llamó al hombre vestido de lino, con los avíos de escribano a la cintura,
y le dijo el Señor: «Recorre la ciudad, atraviesa Jerusalén y marca en la
frente a los que se lamentan afligidos por las abominaciones que en ella se
cometen.»
A los otros les dijo en mi presencia: «Recorran la ciudad detrás de él,
hiriendo sin compasión y sin piedad. A viejos, mozos y muchachas, a niños
y mujeres, maténlos, acaben con ellos; pero a ninguno de los marcados lo
toquen. Empiecen por mi santuario.» Y empezaron por los ancianos que
estaban frente al templo.
Luego les dijo: «Profanen el templo, llenando sus atrios de cadáveres, y
salgan a matar por la ciudad.»
Luego la gloria del Señor salió, levantándose del umbral del templo, y se
colocó sobre los querubines. Vi a los querubines levantar las alas, remontarse
del suelo, sin separarse de las ruedas, y salir. Y se detuvieron junto a la
puerta oriental de la casa del Señor; mientras tanto, la gloria del Dios de
Israel sobresalía por encima de ellos. Eran los seres vivientes que yo había
visto debajo del Dios de Israel a orillas del río Quebar, y me di cuenta de que
eran querubines. Tenían cuatro rostros y cuatro alas cada uno, y una especie
de brazos humanos debajo de las alas, y su fisonomía era la de los rostros
que yo había contemplado a orillas del río Quebar. Caminaban de frente.
Palabra de Dios.
Salmo Responsorial: 112
“R/. La gloria del Señor se eleva sobre el cielo”
Alaben, siervos del Señor, alaben el nombre del Señor. Bendito sea el
nombre del Señor, ahora y por siempre. R/.
De la salida del sol hasta su ocaso, alabado sea el nombre del Señor.El
Señor se eleva sobre todos los pueblos,su gloria sobre el cielo. R/.
¿Quién como el Señor, Dios nuestro,que se eleva en su tronoy se abaja
para mirar al cielo y a la tierra? R/.
Lectura del santo evangelio según san Mateo 18,15-20
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Si tu hermano peca,
repréndelo a solas entre los dos. Si te hace caso, has salvado a tu hermano.
Si no te hace caso, llama a otro o a otros dos, para que todo el asunto quede
confirmado por boca de dos o tres testigos. Si no les hace caso, díselo a
la comunidad, y si no hace caso ni siquiera a la comunidad, considéralo
como un gentil o un publicano. Les aseguro que todo lo que aten en la
46
Plan de Pastoral - Agosto 2014
tierra quedará atado en el cielo, y todo lo que desaten en la tierra quedará
desatado en el cielo. Les aseguro, además, que si dos de ustedes se ponen
de acuerdo en la tierra para pedir algo, se lo dará mi Padre del cielo. Porque
donde dos o tres están reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de
ellos.» Palabra del Señor.
Meditación
El capítulo 18 de san Mateo es un capítulo genuinamente eclesial. En el
texto de hoy este dinamismo recibe el nombre de perdón. Los tres versículos
iniciales presentan tres maneras o caminos de ganar al hermano que ha
pecado. Los procedimientos reseñados son considerados como corrección
fraterna. Y ciertamente lo son, aunque son también mucho más por ir
seguidos por las palabras que expresan y significan el poder de perdonar
los pecados: “Todo lo que aten en la tierra quedará atado en el cielo, y todo
lo que desaten en la tierra quedará desatado en el cielo”. Estas palabras se
refieren al conjunto de los procedimientos anteriores, confiriendo a éstos la
condición de actos y gestos de perdón con valor ante Dios.
Las ofensas y perjuicios entre hermanos son escándalos que conllevan
pérdida de fraternidad. Esta no se recupera si el ofendido o perjudicado no
gana al ofensor por la vía del perdón.
Es necesario que nos perdonemos. Perdonar es ganar hermanos,
es construir puentes, abrir puertas. Unirse para perdonar es tarea
cristiana, probablemente la más grata al Padre del cielo que quiere
que seamos uno. No podemos presentar nuestra ofrenda en medio
de la rivalidad y la lucha. El enojo, la malquerencia, hace mucho daño
al seno de la comunidad que se reúne en el nombre de Jesús. Por
eso la insistencia de recobrar al hermano, aunque haya que convocar
a la iglesia entera. Ella debe dirimir los conflictos internos, estos
no se sacan a la calle, se ventilan ante la autoridad inmediata y se
hace la paz; es así como crece y se fortalece la comunidad cristiana.
Presentar nuestra ofrenda en medio de la rivalidad y la lucha. El enojo,
la malquerencia, hace mucho daño al seno de la comunidad que se
reúne en el nombre de Jesús. Por eso la insistencia de recobrar al
hermano, aunque haya que convocar a la iglesia entera. Ella debe
dirimir los conflictos internos, estos no se sacan a la calle, se ventilan
ante la autoridad inmediata y se hace la paz; es así como crece y se
fortalece la comunidad cristiana.
El perdón sana, devuelve la paz, cicatriza las heridas. Aprendamos a
pedir perdón, y a perdonar. Dejemos atrás nuestro orgullo, y especialmente
nuestra soberbia, si he fallado reconozco mi falla y busco el acercamiento.
Si es otro el que ha faltado, acepto su petición de perdón y sin burlarme o
humillarlo. Debemos ayudarnos mutuamente, extender la mano y acoger
al hermano. Si pido perdón no me rebajo, al contrario, me ennoblezco y
doy una lección de humildad. Comencemos, pensemos a las personas que
hemos separado o de las que nos hemos separado y busquémoslas, para
que alegremos el corazón de nuestro Señor.
47
No he venido a ser servido sino a servir
14
Memoria Obligatoria: San Maximiliano Kolbe, Présbitero y Mártir
Jueves
Rojo
Lectura del Profeta Ezequiel 12, 1-12
Me vino esta palabra del Señor: Hijo de Adán, vives en la casa rebelde:
tienen ojos para ver, y no ven; tienen oídos para oír, y no oyen; pues son
casa rebelde.
Tú, hijo de Adán, prepara el ajuar del destierro y emigra a la luz del día, a
la vista de todos; a la vista de todos, emigra a otro lugar, a ver si lo ven; pues
son casa rebelde.
Saca tu ajuar, como quien va al destierro, a la luz del día, a la vista de
todos, y tú sal al atardecer, a la vista de todos, como quien va al destierro.
A la vista de todos, abre un boquete en el muro y saca por allí tu ajuar.
Cárgate al hombro el hatillo, a la vista de todos, sácalo en la oscuridad; tápate
la cara, para no ver la tierra, porque hago de ti una señal para la casa de Israel.”
Yo hice lo que me mandó: saqué mi ajuar como quien va al destierro, a la
luz del día; al atardecer, abrí un boquete en el muro, lo saqué en la oscuridad,
me cargué al hombro el hatillo, a la vista de todos.
A la mañana siguiente, me vino esta palabra del Señor: Hijo de Adán, ¿no
te ha preguntado la casa de Israel, la casa rebelde, qué es lo que hacías?
Pues respóndeles: “Esto dice el Señor: Este oráculo contra Jerusalén
va por el príncipe y por toda la casa de Israel que vive allí.” Di: “Soy señal
para ustedes lo que yo he hecho lo tendrán que hacer ellos: Irán cautivos al
destierro.
El príncipe que vive entre ellos se cargará al hombro el hatillo, abrirá un
boquete en el muro para sacarlo, lo sacará en la oscuridad y se tapará la cara
para que no lo reconozcan.”” Palabra de Dios.
Salmo Responsorial: 77
“No olviden las acciones de Dios.”
Tentaron al Dios Altísimo y se rebelaron, negándose a guardar sus
preceptos; desertaron y traicionaron como sus padres, fallaron como un arco
engañoso. R. Con sus altozanos lo irritaban, con sus ídolos provocaban sus
celos. Dios lo oyó y se indignó, y rechazó totalmente a Israel. R.
Abandonó sus valientes al cautiverio, su orgullo a las manos enemigas;
entregó su pueblo a la espada, encolerizado contra su heredad. R.
Lectura del Santo Evangelio según San Mateo 18, 21-19,1
En aquel tiempo, acercándose Pedro a Jesús, le preguntó: “Señor, si mi
hermano me ofende, ¿cuántas veces le tengo que perdonar? ¿Hasta siete
veces?”. Jesús le contestó: “No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta
veces siete”.
Y les propuso esta parábola: “Se parece el Reino de los cielos a un rey
que quiso ajustar cuentas con sus empleados. Al empezar a ajustarlas, le
presentaron uno que debía tres mil talentos. Como no tenía con qué pagar,
el señor mandó que lo vendieran a él con su mujer y sus hijos y todas sus
48
Plan de Pastoral - Agosto 2014
posesiones, y que pagara así. El empleado, arrojándose a sus pies, le
suplicaba diciendo: “Ten paciencia conmigo, y yo te lo pagaré todo”.
El señor tuvo lástima de aquel empleado y lo dejó marchar, perdonándole
la deuda. Pero, al salir, el empleado aquel encontró a uno de sus compañeros
que le debía cien denarios, y, agarrándolo, lo estrangulaba diciendo: “Págame
lo que me debes”. El compañero, arrodillándose a sus pies, le rogaba diciendo:
“Ten paciencia conmigo, y te lo pagaré”.
Pero él se negó, y fue y lo metió en la cárcel hasta que pagara lo que
debía. Sus compañeros, al ver lo ocurrido, quedaron consternados y fueron
a contarle a su señor todo lo sucedido. Entonces el señor lo llamó y le dijo:
“¡Siervo malvado! Toda aquella deuda te la perdoné porque me lo pediste.
¿No debías tú también tener compasión de tu compañero, como yo tuve
compasión de ti?”. Y el señor, indignado, lo entregó a los verdugos hasta
que pagara toda la deuda. Lo mismo hará con ustedes mi Padre del cielo
si cada cual no perdona de corazón a su hermano”. Cuando acabó Jesús
estos discursos, partió de Galilea y vino a la región de Judea, al otro lado del
Jordán. Palabra del Señor.
Meditación
El Evangelio de hoy habla de la necesidad del perdón. No es fácil
perdonar. Pues ciertas heridas siguen profundizando en el corazón. Hay
personas que dicen: “Yo perdono pero no olvido” Rencor, tensiones,
provocaciones, discusiones, opiniones diferentes, ofensas dificultan el
perdón y la reconciliación.
Jesús había hablado de la importancia del perdón y sobre la necesidad
de saber acoger a los hermanos y a las hermanas para ayudarlos a
reconciliarse con la comunidad. Ante estas palabras de Jesús, Pedro
pregunta: “¿Cuántas veces tengo que perdonar a los hermanos que pecan
contra mí? ¿Hasta setenta veces siete? ” El número siete indica una
perfección. En este caso, era sinónimo de siempre. Jesús va más lejos
de la propuesta de Pedro. Elimina todo y cualquier límite posible para el
perdón: “No te digo siete, sino setenta veces siete.” O sea, ¡setenta veces
siempre! Pues no hay proporción entre el perdón que recibimos de Dios
y el perdón que debemos ofrecer a los hermanos, como nos enseña la
parábola del perdón sin límites.
El único límite a la gratuidad del perdón de Dios es nuestra incapacidad
de perdonar al hermano.
La sociedad del Imperio Romano era dura y sin corazón, sin espacio
para los pequeños. Estos buscaban un abrigo para el corazón y no lo
encontraban. Las sinagogas también eran exigentes y no ofrecían un
lugar para ellos. Y en las comunidades cristianas el rigor de algunos en la
observancia de la Ley llevaba dentro de la convivencia los mismos criterios
de la sinagoga. Además de esto, hacia finales del siglo primero, en las
comunidades cristianas comenzaban a aparecer las mismas divisiones
que existían en la sociedad entre rico y pobre (Sant 2,1-9). En vez de ser
la comunidad un espacio de acogida, corría el riesgo de volverse un lugar
49
No he venido a ser servido sino a servir
de condena y de conflictos. Mateo quiere iluminar las comunidades, para
que sean un espacio alternativo de solidaridad y de fraternidad. Deben ser
una Buena Nueva para los pobres.
Así es hermanos, aprendamos de Jesucristo que murió enganchado en
la cruz perdonando, porque su amor no tenía límites. Estemos dispuestos
a perdonar sin importar cuál haya sido la falta o la ofensa por la que nos
distanciamos. Y saben por qué?, porque Jesús nos perdonó primero
pagando el precio de nuestro delito.
15
Viernes
Solemnidad: Asunción de la Virgen María
Blanco
Lectura del Libro del Apocalipsis 11, 19a; 12, 1-a.10ab
Se abrió entonces en el cielo el templo de Dios y dentro de él apareció el
arca de su alianza. Una gran señal apareció en el cielo: una mujer vestida del
sol, con la luna bajo sus pies y una corona de doce estrellas sobre su cabeza.
Estaba encinta y las angustias del parto le arrancaban gemidos de dolor.
Entonces apareció en el cielo otra señal: un enorme dragón de color rojo
con siete cabezas y diez cuernos y una diadema en cada una de sus siete
cabezas. Con su cola arrastró la tercera parte de las estrellas del cielo y las
arrojó sobre la tierra. Y el dragón se puso al acecho delante de la mujer que iba a dar a luz,
con ánimo de devorar al hijo en cuanto naciera. La mujer dio a luz un hijo
varón, destinado a gobernar todas las naciones con cetro de hierro, el cual
fue puesto a salvo junto al trono de Dios, mientras la mujer huyó al desierto,
a un lugar preparado por Dios. Entonces oí en el cielo una voz poderosa que decía: «Ya está aquí la
salvación y el poder y el reinado de nuestro Dios, ya está aquí la autoridad
de su Mesías». Palabra de Dios.
Salmo Responsorial: 44
“De pie, a tu derecha, está la reina”
Escucha hija, mira y pon atención; olvida tu pueblo y la casa de tus
padres. R.
Has cautivado al rey con tu hermosura; él es tu Señor, inclínate ante él. R.
En medio de festejos y cantos, entran en el palacio real. R.
Lectura de la Primera Carta del Apostol San Pablo a los Corintios 15, 20-26
Hermanos: Cristo ha resucitado de entre los muertos, como primer fruto de
quienes duermen el sueño de la muerte. Porque lo mismo que por un hombre
vino la muerte, también por un hombre ha venido la resurrección de los muertos.
Y como por su unión con Adán todos los hombres mueren, así también por su
unión con Cristo, todos retornarán a la vida. Pero cada uno según su rango:
como primer fruto, Cristo; luego, el día de su gloriosa manifestación, los que
pertenezcan a Cristo. Después tendrá lugar el final, cuando, destruido todo
dominio, toda potestad y todo poder, Cristo entregue el reino a Dios Padre.
50
Plan de Pastoral - Agosto 2014
Pues es necesario que Cristo reine hasta que Dios ponga a todos sus
enemigos bajo sus pies. El último enemigo en destruir será la muerte, porque
él ha puesto todas las cosas bajo sus pies. Palabra de Dios.
Lectura del Evangelio según San Lucas 1, 39-56
Por aquellos días, María se puso en camino y fue de prisa a la montaña, a
una ciudad de Judá. Entró en la casa de Zacarías y saludó a Isabel. Y cuando
Isabel oyó el saludo de María, el niño saltó en su seno. Entonces Isabel, llena
del Espíritu Santo, exclamó a grandes voces: «Bendita tú entre las mujeres
y bendito el fruto de tu vientre. Pero ¿cómo es posible que la madre de mi
Señor venga a visitarme? Porque en cuanto oí tu saludo, el niño saltó de
alegría en mi seno. ¡Dichosa tú que has creído! Porque lo que te ha dicho el
Señor se cumplirá».
Entonces María dijo: «Mi alma glorifica al Señor, y mi espíritu se alegra
en Dios mi Salvador, porque ha mirado la humildad de su sierva. Desde
ahora me llamarán dichosa todas las generaciones, porque ha hecho en mí
cosas grandes el Poderoso. Su nombre es santo y su misericordia es eterna
con aquellos que lo honran. Actuó con la fuerza de su brazo y dispersó a los
de corazón soberbio. Derribó de sus tronos a los poderosos y engrandeció
a los humildes. Colmó de bienes a los hambrientos y a los ricos despidió sin
nada. Tomó de la mano a Israel, su siervo, acordándose de su misericordia,
como lo había prometido a nuestros antepasados, en favor de Abrahán y de
sus descendientes para siempre». María estuvo con Isabel unos tres meses;
después regresó a su casa. Palabra del Señor.
Meditación
Hermanos y hermanas, hoy el santoral católico nos invita a celebrar
la Asunción de la Virgen, es decir el honor de la Santísima Virgen María
llevada al cielo. Es un dogma, es decir, una verdad de Fe, revelada por
Dios (en la Sagrada Escritura o contenida en la Tradición), y que además
es propuesta por la Iglesia como realmente revelada por Dios.
Esta fiesta reúne a todos los miembros de la Iglesia que hemos aceptado
esta verdad proclamada por el Papa Pío XII, el 1º de noviembre de 1950, en
la Constitución Munificentisimus Deus y que dice así:”Después de elevar a
Dios muchas y reiteradas preces y de invocar la luz del Espíritu de la Verdad,
para gloria de Dios omnipotente, que otorgó a la Virgen María su peculiar
benevolencia; para honor de su Hijo, Rey inmortal de los siglos y vencedor del
pecado y de la muerte; para aumentar la gloria de la misma augusta Madre
y para gozo y alegría de toda la Iglesia, con la autoridad de nuestro Señor
Jesucristo, de los bienaventurados apóstoles Pedro y Pablo y con la nuestra,
pronunciamos, declaramos y definimos ser dogma divinamente revelado que
La Inmaculada Madre de Dios y siempre Virgen María, terminado el curso de
su vida terrenal, fue asunta en cuerpo y alma a la gloria del cielo”.
Ahora bien, ¿por qué es importante que los católicos recordemos y
profundicemos en el Dogma de la Asunción de la Santísima Virgen María al
Cielo? El Nuevo Catecismo de la Iglesia Católica responde a esta interrogante:
51
No he venido a ser servido sino a servir
“La Asunción de la Santísima Virgen constituye una participación singular
en la Resurrección de su Hijo y una anticipación de la resurrección de los
demás cristianos” (No.966). La importancia de la Asunción para nosotros,
hombres y mujeres del Tercer Milenio de la Era Cristiana, radica en la
relación que hay entre la Resurrección de Cristo y la nuestra. La presencia
de María, mujer de nuestra raza, ser humano como nosotros, quien se halla
en cuerpo y alma ya glorificada en el Cielo, es eso: una anticipación de
nuestra propia resurrección. También nosotros trabajamos para alcanzar
nuestra participación en el Reino glorioso, nuestro acceso a la vida divina
prometida a los que son fieles y han vivido la caridad, sirviendo al prójimo
en necesidad de ser ayudado. Es decir, participaremos de la vida dichosa
de los bienaventurados que han testimoniado en medio de los hermanos
el inmenso amor que con el que Dios nos ha distinguido y que a su vez
nosotros transmitimos en los gestos de solidaridad con los más pequeños.
Alegrémonos con María, la favorecida, la esclava del Señor, en cuya
fiesta renovamos nuestra esperanza de acceder al cielo para contemplar
por siempre el rostro de nuestro Dios y Padre de todos.
16
Feria o Memoria Libre: San Esteban de Hungría
Sábado
Verde o Blanco
42º Aniversario Dedicación de la Basílica-Catedral Nuestra Señora
de la Altagracia, Diócesis de La Altagracia
Lectura del Profeta Ezequiel 18, 1-10. 13b. 30-32
Me vino esta palabra del Señor: “¿Por qué andan repitiendo este refrán
en la tierra de Israel: “Los padres comieron agraces, y los hijos tuvieron
dentera”? Por mi vida les juro -oráculo del Señor- que nadie volverá a repetir
ese refrán en Israel. Sépanlo: todas las vidas son mías; lo mismo que la vida
del padre, es mía la vida del hijo; el que peca es el que morirá.
El hombre que es justo, que observa el derecho y la justicia, que no come
en los montes, levantando los ojos a los ídolos de Israel, que no profana a
la mujer de su prójimo, ni se llega a la mujer en su regla, que no explota,
sino que devuelve la prenda empeñada, que no roba, sino que da su pan al
hambriento y viste al desnudo, que no presta con usura ni acumula intereses,
que aparta la mano de la iniquidad y juzga imparcialmente los delitos, que
camina según mis preceptos y guarda mis mandamientos, cumpliéndolos
fielmente: ese hombre es justo, y ciertamente vivirá -oráculo del Señor-.
Si éste engendra un hijo criminal y homicida, que quebranta alguna de
estas prohibiciones, ciertamente no vivirá; por haber cometido todas esas
abominaciones, morirá ciertamente y será responsable de sus crímenes.
Pues bien, casa de Israel, les juzgaré a cada uno según su proceder
-oráculo del Señor-. Arrepiéntanse y conviértanse de sus delitos, y no caerán
en pecado. Quítense de encima los delitos que han perpetrado y estrenen
un corazón nuevo y un espíritu nuevo; y así no morirán, casa de Israel. Pues
no quiero la muerte de nadie -oráculo del Señor-. “Arrepiéntanse y vivirán.”
Palabra de Dios.
52
Plan de Pastoral - Agosto 2014
Salmo Responsorial: 50
“Oh Dios, crea en mí un corazón puro.”
Oh Dios, crea en mí un corazón puro, renuévame por dentro con espíritu
firme; no me arrojes lejos de tu rostro, no me quites tu santo espíritu. R.
Devuélveme la alegría de tu salvación, afiánzame con espíritu generoso:
enseñaré a los malvados tus caminos, los pecadores volverán a ti. R.
Los sacrificios no te satisfacen: si te ofreciera un holocausto, no lo querrías.
Mi sacrificio es un espíritu quebrantado; un corazón quebrantado y humillado,
tú no lo desprecias. R.
Lectura del Santo Evangelio según San Mateo 19, 13-15
En aquel tiempo le presentaron unos niños a Jesús para que les impusiera
las manos y rezara por ellos, pero los discípulos les regañaban. Jesús dijo:
“Déjenlos, no impidan a los niños acercarse a mí; de los que son como ellos
es el Reino de los cielos”. Les impuso las manos y se marchó de allí. Palabra
del Señor.
Meditación
Jesús amó con predilección -así nos lo muestra el Evangelio en
repetidas ocasiones- a los enfermos, a quienes más le necesitaban y a
los niños. A éstos los amó con verdadera ternura porque, además de estar
siempre precisados de ayuda, reúnen las cualidades que Él exige como
condiciones indispensables para formar parte de su Reino.
Dos veces en el Evangelio de la vida pública aparece Jesús bendiciendo
a los niños y presentándolos a sus discípulos como ejemplo. Una fue en
Galilea, en Cafarnaún, y la otra en Judea, probablemente cerca de Jericó,
cuando se disponía a subir a Jerusalén. El relato de esta última lo leemos
en el Evangelio de la liturgia de hoy: le presentaron unos niños, refiere
San Mateo. Quienes los llevan son, seguramente, las mujeres: las madres,
abuelas o hermanas. Han entrado en la casa donde está Jesús, empujando
probablemente a los pequeños delante de ellas, y los colocan cerca del
Señor, para que les impusiera las manos y orase por ellos, como si fueran
los gestos y atenciones habituales de Jesús con los niños. Quizá han
distraído a los oyentes que escuchan al Maestro; por eso, los discípulos
les reñían. Pero el Señor interviene: Dejen a los niños y no les impidan
que vengan a Mí, porque de éstos es el Reino de los Cielos. Y después de
imponerles las manos, se marchó de allí.
Al declarar que el Reino de los Cielos pertenece a los niños, en primer
lugar nos enseña, con el sentido propio de las palabras, que los niños no
están excluidos en absoluto del Reino y que, por tanto, hemos de tener
gran cuidado en prepararlos y conducirlos a Él. Nos dice el Señor también
en este pasaje del Evangelio que su Reino pertenece a quienes, como los
niños, tienen una mirada limpia y un corazón puro, sin complicaciones,
sencillo, sin pretensiones ni orgullo: ante Dios somos como niños pequeños,
y así nos debemos comportar ante Él. “El niño está, al principio de la vida,
abierto a cualquier aventura. También tú; no pongas ningún obstáculo para
53
No he venido a ser servido sino a servir
avanzar en la vida del Evangelio y para continuar durante tu vida en esa
novedad”.
Dios ha querido que nosotros, a imitación de su Hijo, nos comportemos
como aquello que somos: hijos débiles, que necesitan continuamente su
ayuda. El Padre quiere que nos llamemos hijos de Dios y que lo seamos, y
en estas pocas palabras se encierra uno de los puntos centrales de nuestra
fe, que nos da la pauta para comportarnos ante Dios. Para ser como niños,
se requiere un cambio profundo, que comporta dejar de pensar, de juzgar,
de actuar de aquel modo menos propio de un hijo pequeño; y asimilar
la enseñanza divina, para ejercitarse en ella de continuo. ¿Qué se nos
pide en este proceso de hacernos como niños? En primer lugar, una firme
voluntad de comportarse como hijos de Dios, dócil a su Voluntad, con
pureza de mente y de cuerpo, humilde y sencillo de espíritu.
17
XX Domingo del Tiempo Ordinario
IV Semana Liturgia de las Horas
Verde
Como Jesús sirvamos a todos sin distinción
Algunas orientaciones: Colocar el lema
del Domingo en un lugar visible. Tener algún
gesto de acogida a los hermanos y hermanas
de otros países. Resaltar en esta celebración
la fiesta Restauradora que durante este sábado
celebramos colocando banderas. Se puede
dramatizar el Evangelio.
Monición de Entrada
Hermanos y hermanas con mucha alegría nos reunimos para participar
de esta fiesta del Señor con un corazón abierto para acoger a todos y a
todas sin poner condición alguna.
Hemos celebrado un aniversario más de nuestra gesta patriótica de la
Restauración de la República Dominicana, ocasión propicia par a reafirmar
nuestra dominicanidad, retomemos nuestros valores, nos abramos al
dialogo,que hace que nuestra sociedad crezca y viva en fraternidad como
nación libre e independiente al mismo tiempo que tengamos un espíritu
acogedor abierto a todos los seres humanos de todos los pueblos.
El mensaje de hoy gira en torno a la fe, a creer en Jesús como el Salvador,
a que la voluntad salvífica de Dios es universal, que no es exclusiva de
ningún pueblo o cultura, sino que está destinada para todas las naciones.
Jesús que no vino a ser servido sino a servir, hoy nos invita a participar
en las tareas de evangelización, a reavivar nuestra fe, a estar abierto al
dialogo sin exclusión para ser visible entre nosotros El Reino de Dios.
Pidamos al Señor que nos regale el don de la fe,para que podamos
vivir desde el seno de la iglesia como la mujer cananea reconociendo en
Jesús al Mesías. Con alegría dispongámonos a participar en esta acción
54
Plan de Pastoral - Agosto 2014
de gracias a Dios Padre en su Hijo que llega a nosotros a través de quien
preside esta Celebración.
Primera lectura: Isaías 56,1.6-7
En este pasaje del profeta Isaías se nos ofrece una visión de servicio
y participación profundamente universalista, donde todos sin exclusión
alabemos al Señor. También nosotros estamos llamados a servir a los
extranjeros que viven entre nosotros e invitarles a formar parte de la
comunidad del pueblo de Dios. Escuchemos.
Lectura del libro de Isaías 56,1.6-7
Así dice el Señor: «Guarden el derecho, practiquen la justicia, que mi
salvación está para llegar, y se va a revelar mi victoria. A los extranjeros
que se han dado al Señor, para servirlo, para amar el nombre del Señor y
ser sus servidores, que guardan el sábado sin profanarlo y perseveran en
mi alianza, los traeré a mi monte santo, los alegraré en mi casa de oración,
aceptaré sobre mi altar sus holocaustos y sacrificios; porque mi casa es casa
de oración, y así la llamarán todos los pueblos.» Palabra de Dios.
Salmo Responsorial: 66,2-3.5.6
R./Oh Dios, que te alaben los pueblos,que todos los pueblos te alaben
El Señor tenga piedad y nos bendiga, ilumine su rostro sobre
nosotros; conozca la tierra tus caminos, todos los pueblos tu salvación. R/.
Que canten de alegría las naciones, porque riges el mundo con justicia,
riges los pueblos con rectitud y gobiernas las naciones de la tierra. R/.
Oh Dios, que te alaben los pueblos, que todos los pueblos te alaben. Que
Dios nos bendiga; que le teman hasta los confines del orbe. R/.
Segunda lectura: Romanos 11,13-15.29-32
El Apóstol Pablo nos presenta que su servicio dirigido a los no judíos
quiere que sirva a sus hermanos judíos como estímulo para aceptar a
Jesucristo. Del mismo modo, nosotros estamos llamados a servir a todos
y a todas aunque no sean los de mi familia y de mi grupo humano, pero
siempre deseando que a los nuestros les alcance la misericordia de Dios.
Escuchemos.
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos
Les digo a ustedes, los gentiles: Mientras sea su apóstol, haré honor
a mi ministerio, por ver si despierto emulación en los de mi raza y salvo
a alguno de ellos. Si su reprobación es reconciliación del mundo, ¿qué
será su reintegración sino un volver de la muerte a la vida? Pues los
dones y la llamada de Dios son irrevocables. Ustedes, en otro tiempo,
eran rebeldes a Dios; pero ahora, al rebelarse ellos, han obtenido
misericordia. Así también ellos, que ahora son rebeldes, con ocasión
de la misericordia obtenida por ustedes, alcanzarán misericordia. Pues
Dios nos encerró a todos en la rebeldía para tener misericordia de
todos. Palabra de Dios.
55
No he venido a ser servido sino a servir
ALELUYA: MT. 4,23
Jesús proclama el evangelio del Reino, curando
las dolencias del pueblo.
Evangelio: Mateo 15,21-28.
Jesucristo que sabe que su servicio está dirigido a las ovejas descarriadas
de Israel le conmueve la fe de aquella mujer cananea que le hace romper
las fronteras del particularismo religioso de los judíos y hace el milagro que
ella esperaba de El. Desde ahí y para siempre el servicio a los demás no
mira raza, color, género ni pone condición alguna. Aclamemos su Palabra
cantando.
Lectura del santo evangelio según san Mateo 15,21-28
En aquel tiempo, Jesús se marchó y se retiró al país de Tiro y Sidón. Entonces una mujer cananea, saliendo de uno de aquellos lugares, se
puso a gritarle: «Ten compasión de mí, Señor, Hijo de David. Mi hija tiene
un demonio muy malo.» Él no le respondió nada.
Entonces los discípulos se le acercaron a decirle: «Atiéndela, que viene
detrás gritando.»
Él les contestó: «Sólo me han enviado a las ovejas descarriadas de
Israel.»
Ella los alcanzó y se postró ante él, y le pidió: «Señor, socórreme.»
Él le contestó: «No está bien echar a los perros el pan de los hijos.»
Pero ella repuso: «Tienes razón, Señor; pero también los perros se
comen las migajas que caen de la mesa de los amos.»
Jesús le respondió: «Mujer, qué grande es tu fe: que se cumpla lo que
deseas.» En aquel momento quedó curada su hija. Palabra del Señor.
Meditación
Cuenta el Evangelio de hoy que Jesús salió un día de su país hacia
la región de Tiro y Sidón; entonces, una mujer pagana se le acercó para
pedirle la curación de su hija endemoniada. Se observa, y hasta llama
la atención la forma en que Jesús responde a aquella mujer, un tanto
descortés y denigrándola: “No está bien echar a los perros el pan de los
hijos”. “Los perros” era el término despectivo e injurioso con que los judíos
designaban a los paganos, oficialmente malos.
Y fue precisamente una mujer pagana, una perra, la que hizo cambiar a
Jesús de modo de pensar. “Tienes razón, Señor, le dijo. Pero también los
perros se comen las migajas que caen de la mesa de los amos”. Jesús se
rindió ante la evidencia. La humildad de aquella desesperada, dejó totalmente
desarmado a Jesús: “Mujer, qué grande es tu fe: que se cumpla lo que deseas”.
Curando a su hija, Jesús sentó las bases para hacer de los dos mundos
-judío y pagano- uno. No hay ni buenos ni malos oficiales. Son las obras, la
fe en aquel caso, quienes hablan de la bondad o maldad de las personas.
Y son malos todos aquellos que, por su bondad oficial y reconocida,
etiquetan de malos a los que no son como ellos. Por este camino
56
Plan de Pastoral - Agosto 2014
convertimos nuestro mundo en un mundo de perros... en donde unos se
erigen como los amos, que siempre son buenos y buscan cualquier excusa
para excluir a los que dicen que son malos.
Este pasaje puede ser mal interpretado si se leen algunos versículos
fuera de contexto. La actitud y las palabras de Jesús podrían dar la errónea
impresión de que no ama a los paganos, siendo que no es así, pues si
situamos el texto en su contexto, vemos que el episodio que aquí se narra
sucedió cuando Jesús se dirigía precisamente a tierra de paganos. Lo que
este episodio quiere enfatizar no es que Jesús no desee la salvación de los
paganos, es evidente que sí la quiere, sino que primero quiere dirigirse al
pueblo de Israel, tal como estaba prometido desde antiguo.
El Evangelio nos manda a cuestionar nuestra fe. Ella despierta en
nosotros una actitud, un comportamiento frente a Jesús, por la fe somos
probados, como exalta el capítulo once de la Carta a los Hebreos citando
a los héroes de la fe. Ella requiere humildad, espera y especialmente
confianza, que es como abrirle un crédito a Dios. No importa, sea como
sea, quiera tratarme como quiera, Él hará en mi favor lo que me conviene.
Oración de los fieles
El que preside: Presentemos a Dios cuya misericordia se ha manifestado
a todos los pueblos y razas nuestras oraciones diciéndole: Padre, danos un
corazón abierto para acoger a todas las personas
- Por el Papa Francisco, los Obispos, Sacerdotes, Diáconos, Consagrados
y Consagradas, Laicos y laicas, para que a imagen de Jesús estén
dispuestos a servir y acoger a todos los que vienen de otros países.
Roguemos al Señor.
- Por los que gobiernan las Naciones, nuestras autoridades, para que se
respete la dignidad y los derechos humanos de los inmigrantes y se haga
una verdadera regularización de los demás. Roguemos al Señor.
- Por los que su vida está siendo amenazada por enfermedades, violencia,
la injusticia y la exclusión por razones de raza, económica o de religión,
para que no pierdan nunca la esperanza y la fe en Jesús y encuentren en
nosotros su amor y atención hacia ellos y ellas. Roguemos al Señor.
- Por nuestros jóvenes, para que vean en Jesús un modelo a seguir y
movidos por la palabra de Dios, surjan las vocaciones a la vida religiosa
y sacerdotal, dispuestos a servir a todos los pueblos sin discriminación.
Roguemos al Señor.
- Por esta asamblea reunida en el día del Señor, por todas nuestras
comunidades, para que en este mes de la Restauración participemos en
los Sectores con los Líderes políticos y comunitarios y dialogando en la
verdad renovemos la Sociedad.. Roguemos al Señor.
El que preside: Padre Bueno, acoge nuestras oraciones. Danos
un corazón misericordioso como el tuyo, abierto de par a todas las razas,
lenguas, condición humana sin discriminación. Haz que a través de nosotros
todos los inmigrantes encuentren tu amor y tu acogida generosa. Por
Jesucristo nuestro Señor.
57
No he venido a ser servido sino a servir
18
Lunes
Verde
Lectura del Profeta Ezequiel 24, 15-24
Me vino esta palabra del Señor: “Hijo de Adán, voy a arrebatarte
repentinamente el encanto de tus ojos no llores ni hagas duelo ni derrames
lágrimas; aflígete en silencio como un muerto, sin hacer duelo; líate el
turbante y cálzate las sandalias; no te emboces la cara ni comas el pan
del duelo.” Por la mañana, yo hablaba a la gente; por la tarde, se murió mi
mujer; y, a la mañana siguiente, hice lo que se me había mandado.
Entonces me dijo la gente: “¿Quieres explicarnos qué nos anuncia lo que
estás haciendo?” Les respondí: “Me vino esta palabra del Señor: “Dile a
la casa de Israel: ‘Así dice el Señor: Mira, voy a profanar mi santuario, su
soberbio baluarte, el encanto de sus ojos, el tesoro de sus almas.
Los hijos e hijas que dejaste caerán a espada. Entonces harán lo que yo
he hecho: no les embozaran la cara ni comerán el pan del duelo; seguirán
con el turbante en la cabeza y las sandalias en los pies, no lloraran ni harán
luto; se consumirán por su culpa y se lamentaran unos con otros.
Ezequiel les servirá de señal: harán lo mismo que él ha hecho. Y, cuando
suceda, sabrán que yo soy el Señor.”’Palabra de Dios.
Interleccional: Dt. 32.
“Despreciaste a la Roca que te engendró”
Despreciaste a la Roca que te engendró, y olvidaste al Dios que te dio a
luz. Lo vio el Señor, e irritado rechazó a sus hijos e hijas. R.
Pensando: “Les esconderé mi rostro y veré en qué acaban, porque son
una generación depravada, unos hijos desleales.” R.
“Ellos me han dado celos con un dios ilusorio, me han irritado con ídolos vacíos;
pues yo les daré celos con un pueblo ilusorio, los irritaré con una nación fatua.” R.
Lectura del Santo Evangelio según San Mateo 19, 16-22
En aquel tiempo se acercó uno a Jesús y le preguntó: “¿Maestro, ¿qué
tengo que hacer de bueno para obtener la vida eterna? Jesús le contestó:
“¿Por qué me preguntas qué es bueno? Uno solo es Bueno. Mira, si quieres
entrar en la vida, guarda los mandamientos”.
Él le preguntó: “¿Cuáles?”. Jesús le contestó: “No matarás, no cometerás adulterio,
no robarás, no darás falso testimonio, honra a tu padre y a tu madre, y ama a tu prójimo
como a ti mismo”. El muchacho le dijo: “Todo eso lo he cumplido. ¿Qué me falta?”.
Jesús le contestó: “Si quieres llegar hasta el final, vende lo que tienes, da el
dinero a los pobres, así tendrás un tesoro en el cielo, y luego vente conmigo”.
Al oír esto, el joven se fue triste, porque era rico. Palabra del Señor.
Meditación
El joven rico quiere saber qué hay que hacer para alcanzar la vida
eterna, un muchacho bueno, que desde pequeño había cumplido los
58
Plan de Pastoral - Agosto 2014
mandamientos, sin caer en la cuenta que eso no bastaba, era necesario
algo más. Se nota cuando rechaza tomar el camino de la pobreza que le
propone Jesús vendiendo todo lo que tenía. Este joven no quería abandonar
la seguridad que le daba la posesión de bienes materiales y que a tantos
ricos les hace olvidar su compromiso con el prójimo. La riqueza, los afanes
por almacenar dinero, provoca que se cierre la puerta que lleva a Dios, y
que no es otra que la persona del prójimo, por eso, “ve vende todo lo que
tienes, dáselo a los pobres y ven y sígueme”.
Entonces, ¿no sirve observar los mandamientos? Guardar los
mandamientos es apenas el primer grado de una escala que va mucho más
lejos y más alto. ¡Jesús pide más! La observancia de los mandamientos
prepara a la persona para que pueda llegar a la entrega total de sí a favor
del prójimo. Marcos dice que Jesús miró al joven con amor (Mc 10,21).
Jesús pide mucho, pero lo pide con mucho amor. El joven no acepta la
propuesta de Jesús y se fue, “porque tenía muchos bienes”.
¿Por qué nos apegamos tanto a las cosas que tenemos? A veces no
tenemos gran cosa y aún así nos cerramos a los demás, no arrimamos
el hombre para compartir nuestra amistad, nuestra esperanza, nuestros
dones, no participamos. Hay de quienes están más preocupados en
salvar su alma mediante el fiel cumplimiento de lo que dicen las Sagradas
Escrituras, pero olvidando que toda ella se resume en el amor, en el
amor que Dios nos tiene y en el amor pide de unos y otros, ese amor que
comienza por los de cerca y se extiende a las necesidades de la comunidad
y del país, participando en sus soluciones.
Jesús, precisamente se inclina a favor de los pobres y nos motiva hacer
una opción por los excluidos de la sociedad consumista e hipócrita en que
vivimos. Jesús y su comunidad, contrario a otros grupos religiosos de su
época, vivían con las personas excluidas, consideradas impuras: El mismo
vive como pobre. No posee nada para sí, ni siquiera una piedra donde
reclinar la cabeza. Y a quien quiere seguirle para vivir con él, manda escoger:
¡o Dios, o el dinero!. Manda hacer la opción por los pobres, como propuso
al joven rico. Esta manera diferente de acoger a los pobres convivir con
ellos era una prueba del Reino de los Cielos, de la novedad del Reino que
inaugura Jesús asumiendo el compromiso solidario con aquellos que menos
cuentan en la sociedad. Demos el paso, despojémonos de nuestros propios
intereses, salgamos de nuestras falsas seguridades y cumplamos de este
modo la voluntad de Dios y preparemos para entrar en la Vida eterna.
19
Martes
Feria o Memoria Libre: San Juan Eudes, Presbítero
y San Ezequiel Moreno, Obispo
Verde o Blanco
Lectura del Profeta Ezequiel 28, 1-10
Me vino esta palabra del Señor: “Hijo de Adán, di al príncipe de Tiro: “Así
dice el Señor: Se hinchó tu corazón, y dijiste: ‘Soy Dios, entronizado en solio
de dioses en el corazón del mar’, tú que eres hombre y no dios; te creías
listo como los dioses.
59
No he venido a ser servido sino a servir
¡Si eres más sabio que Daniel!; ningún enigma se te resiste. Con tu talento,
con tu habilidad, te hiciste una fortuna; acumulaste oro y plata en tus tesoros.
Con agudo talento de mercader ibas acrecentando tu fortuna, y tu fortuna te
llenó de presunción.
Por eso, así dice el Señor: Por haberte creído sabio como los dioses, por
eso traigo contra ti bárbaros pueblos feroces; desenvainarán la espada contra
tu belleza y tu sabiduría, profanando tu esplendor.
Te hundirán en la fosa, morirás con muerte ignominiosa en el corazón del
mar. Tú, que eres hombre y no dios, ¿osarás decir: ‘Soy Dios’, delante de tus
asesinos, en poder de los que te apuñalen? Morirás con muerte de incircunciso,
a manos de bárbaros. Yo lo he dicho.” Oráculo del Señor. Palabra de Dios.
Interleccional: Dt 32 R/.“Yo doy la muerte y la vida.”
Yo pensaba: “Voy a dispersarlos y a borrar su memoria entre los hombres.”
Pero no; que temo la jactancia del enemigo y la mala interpretación del
adversario. R.
Que diría: “Nuestra mano ha vencido, no es el Señor quien lo ha hecho.”
Porque son una nación que ha perdido el juicio. R.
¿Cómo es que uno persigue a mil, y dos ponen en fuga a diez mil? ¿No
es porque su Roca los ha vendido, porque el Señor los ha entregado? R.
El día de su perdición se acerca, y su suerte se apresura. Porque el Señor
defenderá a su pueblo y tendrá compasión de sus siervos. R.
Lectura del Santo Evangelio según San Mateo 19, 23-30
En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: “Créanme; difícilmente entrará
un rico en el Reino de los cielos. Lo repito: Más fácil le es a un camello pasar
por el ojo de una aguja, que a un rico entrar en el Reino de los cielos”. Al
oírlo, los discípulos dijeron espantados: “Entonces, ¿quién puede salvarse?”
Jesús se les quedó mirando y les dijo: “Para los hombres es imposible;
pero Dios lo puede todo”. Entonces le dijo Pedro: “Pues nosotros lo hemos
dejado todo y te hemos seguido; ¿qué nos va a tocar?”.
Jesús les dijo: “Créanme, cuando llegue la renovación, y el Hijo del hombre
se siente en el trono de su gloria, también ustedes, los que me han seguido,
se sentaran en doce tronos para regir a las doce tribus de Israel. El que por
mí deja casa, hermanos o hermanas, padre y madre, mujer, hijos o tierras,
recibirá cien veces más, y heredará la vida eterna. Muchos primeros serán
últimos, y muchos últimos serán primeros”. Palabra del Señor.
Meditación
El evangelio de hoy es la continuación inmediata del evangelio de ayer.
Trae el comentario de Jesús respecto de la reacción negativa del joven
rico. Después de que el joven se fuera, Jesús comenta la decisión de aquel
y dice: “Yo les aseguro que un rico difícilmente entrará en el Reino de los
Cielos. Se lo repito, es más fácil que un camello entre por el ojo de una
aguja, que un rico entre en el Reino de los Cielos.”. Dos observaciones
respecto de esta afirmación de Jesús: 1) El proverbio del camello y del ojo
60
Plan de Pastoral - Agosto 2014
de la aguja se usaba para decir que una cosa era imposible, humanamente
hablando. 2) La expresión “que un rico entre en el Reino” no se trata, en
primer lugar de la entrada en el cielo, después de la muerte, sino de la
entrada en la comunidad alrededor de Jesús. Y hasta hoy es así. Los ricos
difícilmente entran y se sienten en casa en las comunidades que tratan de
vivir el evangelio según las exigencias de Jesús y que tratan de abrirse a
los pobres, a los migrantes y a los excluidos de la sociedad.
El joven había observado los mandamientos, pero sin entender el por
qué de la observancia. Algo semejante estaba aconteciendo entre los
discípulos. Cuando Jesús los llamó, hicieron exactamente lo que Jesús
había pedido al joven: lo dejaron todo y se fueron detrás de él. Y sin
embargo se quedaron espantados con la afirmación de Jesús sobre la casi
imposibilidad que un rico tiene de entrar en el Reino de Dios. Señal de que
no habían entendido bien la respuesta de Jesús al joven rico: “¡Ve vende
todo, dalo a los pobres y ven y sígueme!” Pues, si lo hubiesen entendido,
no se hubieran quedado extrañados ante la exigencia de Jesús. Cuando
la riqueza o el deseo de riqueza ocupa el corazón y la mirada no consigue
percibir el sentido de la vida y del evangelio. ¡Sólo Dios puede ayudar!
“Para los hombres es imposible, mas para Dios todo es posible.”
El trasfondo de la incomprensión de los discípulos despunta en la pregunta
de Pedro: “Ya ves, nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido. ¿Qué
recibiremos, pues?” A pesar de la generosidad tan bonita del abandono de
todo, mantenían la anterior mentalidad. Abandonaron todo para recibir algo
en cambio. No habían entendido aún el sentido del servicio y de la gratuidad.
La respuesta de Jesús: “Se lo aseguro que ustedes que me han
seguido, en la regeneración, cuando el Hijo del hombre se siente en su
trono de gloria, se sentarán también ustedes en doce tronos, para juzgar a
las doce tribus de Israel. Y todo aquel que haya dejado casas, hermanos,
hermanas, padre, madre, hijos o campos por mi nombre, recibirá el ciento
por uno y heredará vida eterna. Pero muchos primeros serán últimos y
muchos últimos, primeros”.
20
Memoria Obligatoria:San Bernardo Abad, Doctor de la Iglesia
Miércoles
Blanco
Lectura del Profeta Ezequiel 34, 1-11
Me vino esta palabra del Señor: Hijo de Adán, profetiza contra los pastores
de Israel, profetiza, diciéndoles: “¡Pastores!, esto dice el Señor: ¡Ay de los
pastores de Israel que se apacientan a sí mismos! ¿No son las ovejas lo que
tienen que apacentar los pastores?
Se comen su enjundia, se visten con su lana; matan las más gordas,
y las ovejas no las apacientan. No fortalecen a las débiles, ni curan a las
enfermas, ni vendan a las heridas; no recogen a las descarriadas, ni buscan
las perdidas, y maltratan brutalmente a las fuertes.
Al no tener pastor, se desperdigaron y fueron pasto de las fieras del
campo. Mis ovejas se desperdigaron y vagaron sin rumbo por montes y
61
No he venido a ser servido sino a servir
altos cerros; mis ovejas se dispersaron por toda la tierra, sin que nadie las
buscase, siguiendo su rastro.
Por eso, pastores, escuchen la palabra del Señor: ‘¡Lo juro por mi vida!
-oráculo del Señor-. Mis ovejas fueron presa, mis ovejas fueron pasto de
las fieras del campo, por falta de pastor; pues los pastores no las cuidaban,
los pastores se apacentaban a sí mismos; por eso, pastores, escuchen la
palabra del Señor:
Así dice el Señor: “Me voy a enfrentar con los pastores; les reclamaré mis
ovejas, los quitaré de pastores de mis ovejas, para que dejen de apacentarse
a sí mismos los pastores; libraré a mis ovejas de sus fauces, para que no
sean su manjar.”’ Así dice el Señor Dios: “Yo mismo en persona buscaré a
mis ovejas, siguiendo su rastro.” Palabra de Dios.
Salmo Responsorial: 22
“El Señor es mi pastor, nada me falta.”
El Señor es mi pastor, nada me falta: en verdes praderas me hace recostar;
me conduce hacia fuentes tranquilas y repara mis fuerzas. R.
Me guía por el sendero justo, por el honor de su nombre. Aunque camine
por cañadas oscuras, nada temo, porque tú vas conmigo: tu vara y tu cayado
me sosiegan. R.
Preparas una mesa ante mí, enfrente de mis enemigos; me unges la cabeza
con perfume, y mi copa rebosa. R.
Tu bondad y tu misericordia me acompañan todos los días de mi vida, y
habitaré en la casa del Señor por años sin término. R.
Lectura del Santo Evangelio según San Mateo 20, 1-16
En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos esta parábola: “El Reino de los
cielos se parece a un propietario que al amanecer salió a contratar jornaleros
para su viña. Después de ajustarse con ellos un denario por jornada, los mandó
a la viña. Salió otra vez a media mañana, vio a otros que estaban en la plaza
sin trabajo y les dijo: “Vayan también ustedes a mi viña y les pagaré lo debido”.
Ellos fueron. Salió de nuevo hacia mediodía y a media tarde e hizo lo
mismo. Salió al caer la tarde y encontró a otros parados, y les dijo: “¿Cómo
es que están aquí el día entero sin trabajar?” Le respondieron: “Nadie nos
ha contratado”. El les dijo: “Vayan también ustedes a mi viña”. Cuando
oscureció, el dueño dijo al capataz: “Llama a los jornaleros y págales el
jornal, empezando por los últimos y acabando por los primeros”.
Vinieron los del atardecer y recibieron un denario cada uno. Cuando
llegaron los primeros, pensaban que recibirían más, pero ellos también
recibieron un denario cada uno. Entonces se pusieron a protestar contra el
amo: “Estos últimos han trabajado sólo una hora y los has tratado igual que
a nosotros, que hemos aguantado el peso del día y el bochorno”.
El replicó a uno de ellos: “Amigo, no te hago ninguna injusticia. ¿No nos
ajustamos en un denario? Toma lo tuyo y vete. Quiero darle a este último
igual que a ti. ¿Es que no tengo libertad para hacer lo quiera en mis asuntos?
¿O vas a tener tú envidia porque yo soy bueno? Así, los últimos serán los
primeros, y los primeros, los últimos”. Palabra del Señor.
62
Plan de Pastoral - Agosto 2014
Meditación
Hermanos y hermanas, tenemos en el Evangelio de hoy un
hermoso texto para una enriquecedora reflexión acerca de la bondad
y misericordia de Dios, representado en este propietario que sale
personalmente a contratar trabajadores para su finca. ¿Para qué
tipo de trabajo son contratadas estas personas? Posiblemente para
cosechar las uvas. Los obreros que esperan ser contratados eran
campesinos que habían perdido sus tierras debido a sus deudas y
que dependían totalmente de este tipo de trabajo diario para poder
alimentar a sus familias.
Se observa cómo el dueño contrata cuatro grupos más de personas
a diferentes horas: a la tercera (nueve de la mañana), a la sexta (doce
del mediodía), a la novena (tres de la tarde) y a la undécima hora (cinco
de la tarde). A estos cuatro grupos el dueño les asegura que les pagará
lo que sea justo, por lo cual los obreros entienden que la paga será
menos que la de todo un día de trabajo. La paga acordada era lo normal
para un día de trabajo: un denario. Los obreros no se quejan porque la
paga es justa.
Al final de la jornada, el propietario ordena al mayordomo que
les pague a los obreros, comenzando por los últimos hasta llegar a
los primeros. Y es aquí donde aparece la sorpresa, los que fueron
contratados a las cinco de la tarde, y habían trabajado sólo una hora,
reciben la paga de todo un día. Cuando llegan los primeros obreros
ellos también reciben un denario; pero comienzan a murmurar en
contra del propietario pues, por ser los últimos, habían visto que
todos habían recibido el mismo pago. Pero el dueño de la viña les
explica que la retribución no está basada en su mérito personal sino
en la generosidad del propietario, quien tiene la libertad de darle a
cada uno lo que él cree se merecen.
Como la parábola comienza diciendo que el reino de los cielos es
semejante a, entonces sabemos que la misma tiene como propósito
dar un ejemplo de la naturaleza de este reino que Jesús viene
anunciando. La viña, aquí es un símbolo del reino de los cielos. Si
el dueño necesita obreros para trabajar en su viña significa que el
reino es algo que se construye en cooperación con Dios, no algo
que Dios realiza por sí solo. Este trabajo es remunerado pero esta
remuneración no depende de los meritos personales de los obreros
sino de la generosidad del propietario. Podríamos decir que la
entrada al reino, no depende sólo de las obras de la persona sino de
la gracia de Dios.
Hermanos, Dios es el dueño de la viña, necesita obreros, los conseguirá
y pondrá a trabajar y dará la paga que expresa lo misericordioso que es.
No importa la hora en que hayamos comenzado a trabajar, al final, vendrá
la paga, la vida eterna, representada en ese denario que habrá de recibir
cada uno. Así es Dios, añade a la justicia la bondad y da como resultado
su misericordia.
63
No he venido a ser servido sino a servir
21
Jueves
Memoria Obligatoria: San Pio X, Papa
Blanco
Lectura del Profeta Ezequiel 36, 23-28
“Mostraré la santidad de mi nombre grande, profanado entre los gentiles,
que ustedes han profanado en medio de ellos; y conocerán los gentiles que
yo soy el Señor -oráculo del Señor-, cuando les haga ver mi santidad al
castigarlos. Los recogeré de entre las naciones, los reuniré de todos los
países, y los llevaré a su tierra.
Derramaré sobre ustedes un agua pura que los purificará: de todas sus
inmundicias e idolatrías los he de purificar. Y les daré un corazón nuevo, y
les infundiré un espíritu nuevo; arrancaré de su carne el corazón de piedra,
y les daré un corazón de carne.
Les infundiré mi espíritu, y haré que caminen según mis preceptos, y que
guarden y cumplan mis mandatos. Y habitaran en la tierra que di a sus padres.
Ustedes serán mi pueblo, y yo seré su Dios.” Palabra de Dios.
Salmo Responsorial: 50
R. /“Derramaré sobre ustedes un agua pura que los purificará de
todas sus inmundicias.”
Oh Dios, crea en mí un corazón puro, / renuévame por dentro con espíritu
firme; / no me arrojes lejos de tu rostro, / no me quites tu santo espíritu. R.
Devuélveme la alegría de tu salvación, / afiánzame con espíritu generoso:
/ enseñaré a los malvados tus caminos, / los pecadores volverán a ti. R.
Los sacrificios no te satisfacen: / si te ofreciera un holocausto, no lo
querrías. / Mi sacrificio es un espíritu quebrantado; / un corazón quebrantado
y humillado, / tú no lo desprecias. R.
Lectura del Santo Evangelio según San Mateo 22, 1-14
En aquel tiempo volvió a hablar Jesús en parábolas a los sumos sacerdotes
y a los senadores del pueblo, diciendo: “El Reino de los cielos se parece a
un rey que celebraba la boda de su hijo. Mandó criados para que avisaran a
los convidados, pero no quisieron ir. Volvió a mandar criados encargándoles
que les dijeran: “Tengo preparado el banquete, he matado terneros y reses
cebadas y todo está a punto. Vengan a la boda”.
Los convidados no hicieron caso, uno se marchó a sus tierras, otro a
sus negocios, los demás les echaron mano a los criados y los maltrataron
hasta matarlos. El rey montó en cólera, envió sus tropas, que acabaron con
aquellos asesinos y prendieron fuego a la ciudad.
Luego dijo a sus criados: “La boda está preparada, pero los convidados
no se la merecían. Vayan ahora a los cruces de los caminos, y a todos los
que encuentren convídenlos a la boda”. Los criados salieron a los caminos y
reunieron a todos los que encontraron, malos y buenos.
La sala del banquete se llenó de comensales. Cuando el rey entró a saludar
a los comensales, reparó en uno que no llevaba traje de fiesta y le dijo: “Amigo,
¿cómo has entrado aquí sin vestirte de fiesta?” El otro no abrió la boca.
64
Plan de Pastoral - Agosto 2014
Entonces el rey dijo a los camareros: “Atenlo de pies y manos y arrójenlo
fuera, a las tinieblas. Allí será el llanto y el rechinar de dientes. Porque muchos
son los llamados y pocos los escogidos”. Palabra de Dios.
Meditación
El rey es Dios, y el Hijo es Jesucristo. El banquete está preparado,
es decir la alegría y felicidad del Reino; los servidores son los profetas,
y a quienes les van avisar como invitados es a los judíos, pero éstos se
negaron a ir. De este modo fue como después envió a otros servidores,
es este caso los apóstoles, con el encargo de decir a los invitados: “Mi
banquete está preparado”, El banquete es la felicidad mesiánica.
En aquel tiempo, en esta parábola Jesús se dirige a los judíos y lo hace
de forma insistente, como es la llamada insistente de Dios a su pueblo
que al parecer esta sordo. Sin embargo ante el rechazo de los judíos, Dios
invita a todos, incluso a los pecadores a disfrutar de su reino, pero no basta
aceptar la invitación e ir, además, el invitado deberá entrar con las debidas
disposiciones espirituales, es decir con una vida de gracia y rectitud.
Pero ellos no tuvieron en cuenta la invitación, y se fueron, uno a su
campo, otro a su negocio. Es decir, estos malagradecidos consideraron
más importante que aceptar la invitación, dedicarse a sus asuntos
económicos, preocuparse de su apego a lo material, sus cosas personales,
sus propiedades, todo ello mucho más interesante que asistir a tan bella
invitación. Así fue, como por preferir las comodidades, estos se hicieron
indignos y no merecedores del Reino de los Cielos.
También se acusa, que hubo otros que aumentaron su error, es decir
quedaron en una situación que no podía ser peor, pues se apoderaron de los
servidores, los maltrataron y los mataron. Es por ejemplo lo que le sucedió a
Juan Bautista y muchos otros profetas. Ante el rechazo de unos, la invitación
se hace a todos los que vivían en las cercanías, a los caminantes, a los
gentiles y, a cuanta persona encontraron, siendo estas personas buenas y
también malas, y la sala de fiesta se llenó de una gran variedad de convidados.
Cuando el rey, Dios, entró para ver a los comensales, encontró a un
hombre que no tenía el traje de fiesta. Lo que esta representando esta
escena es que este invitado no está investido de la gracia, la piedad, la
bondad, la justicia y la fe. Porque muchos son llamados, pero pocos los
elegidos. ¿Entre quiénes estás tú?
22
Memoria Obligatoria: Santa María Vírgen, Reina
Viernes
Blanco
Lecturas Memoria Santa María Virgen, Reina
Lectura del Profeta Isaías 9,1-3.5-6
El pueblo que caminaba en tinieblas vio una luz grande; habitaban tierra de
sombras, y una luz les brilló. Acreciste la alegría, aumentaste el gozo; se gozan
65
No he venido a ser servido sino a servir
en tu presencia, como gozan al segar, como se alegran al repartirse el botín.
Porque la vara del opresor, y el yugo de su carga, el bastón de su hombro, los
quebrantaste como el día de Madián. Porque un niño nos ha nacido, un hijo
se nos ha dado: lleva a hombros el principado, y es su nombre: «Maravilla de
Consejero, Dios guerrero, Padre perpetuo, Príncipe de la paz.» Para dilatar el
principado, con una paz sin límites, sobre el trono de David y sobre su reino.
Para sostenerlo y consolidarlo con la justicia y el derecho, desde ahora y por
siempre. El celo del Señor de los ejércitos lo realizará. Palabra de Dios.
Salmo Responsorial: Sal 112
R/. “Bendito sea el nombre del Señor, ahora y por siempre”
Alaben, siervos del Señor, alaben el nombre del Señor. Bendito sea el
nombre del Señor, ahora y por siempre. R/.
De la salida del sol hasta su ocaso, alabado sea el nombre del Señor.
El Señor se eleva sobre todos los pueblos, su gloria sobre los cielos. R/.
¿Quién como el Señor, Dios nuestro, que se eleva en su trono y se abaja
para mirar al cielo y a la tierra? R/.
Levanta del polvo al desvalido, alza de la basura al pobre, para sentarlo
con los príncipes, los príncipes de su pueblo. R/.
Lectura del Santo Evangelio según Lucas 1,26-38
En aquel tiempo, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de
Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado
José, de la estirpe de David; la virgen se llamaba María.
El ángel, entrando en su presencia, dijo: «Alégrate, llena de gracia, el
Señor está contigo.» Ella se turbó ante estas palabras y se preguntaba qué
saludo era aquél.
El ángel le dijo: «No temas, María, porque has encontrado gracia ante
Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre
Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el
trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su
reino no tendrá fin.»
Y María dijo al ángel: «¿Cómo será eso, pues no conozco a varón?»
El ángel le contestó: «El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del
Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va a nacer se llamará
Hijo de Dios. Ahí tienes a tu pariente Isabel, que, a pesar de su vejez, ha
concebido un hijo, y ya está de seis meses la que llamaban estéril, porque
para Dios nada hay imposible.»
María contestó: «Aquí está la está la esclava del Señor; hágase en mí
según tu palabra.» Y la dejó el ángel. Palabra del Señor.
Meditación
Hoy es la fiesta de Santa María Reina. El texto que meditamos en el
evangelio describe la visita del ángel a María (Lc 1,26-38). La Palabra
de Dios llega a María no a través de un texto bíblico, sino a través de
una experiencia profunda de Dios, manifestada en la visita del ángel. Fue
66
Plan de Pastoral - Agosto 2014
gracias a rumiar la Palabra escrita de Dios en la Biblia, que María fue
capaz de percibir la Palabra viva de Dios en la visita del Ángel.
Lucas presenta a las personas y los lugares: una virgen llamada María,
prometida a un hombre, llamado José, de la casa de David. El ángel
Gabriel es el enviado de Dios para esta virgen que moraba en la periferia.
Los versículos 26-28 nos colocan en el tiempo y el espacio sagrados
del acontecimiento que meditamos y que reviven en nosotros: estamos
en el sexto mes de la concepción de Juan Bautista y estamos en Nazaret,
ciudad de Galilea, territorio de los alejados e impuros.. Aquí ha bajado Dios
para hablarle a una virgen, para hablar a nuestro corazón.
Nos vienen presentados los personajes de este acontecimiento
maravilloso: Gabriel, el enviado de Dios, y una joven mujer de nombre María.
El ángel anuncia el gozo, la gracia y la presencia de Dios; María queda
turbada y se pregunta de dónde le pueda venir a ella todo esto. ¿De dónde
un gozo tal? ¿Cómo una gracia tan grande que puede cambiar incluso el ser?
A medida que el diálogo sigue su desarrollo, el alma de la joven virgen
se va desnudando para mostrar tanta pureza, tanta humildad y sobre todo,
tanta obediencia. Serán los versículos 30-33 centrales en todo el pasaje,
los que mostrarán el don de Dios, su omnipotencia en la vida del hombre.
Dios comienza, ya aquí, a hacerse vecino, a llamar. Está en pie, espera,
junto a la puerta del corazón de María; pero también aquí, en nuestra casa,
junto a nuestro corazón….
María ante la propuesta de Dios, se deja manejar por una completa
disposición (verso 34); revela su corazón, sus deseos. Sabe que para
Dios lo imposible es realizable, no tiene la mínima duda, no endurece
su corazón ni su mente, no hace cálculos; quiere solamente disponerse
plenamente, abrirse, dejarse alcanzar de aquel toque humanamente
imposible, pero ya escrito, ya realizado en Dios. Pone delante de Él, con
un gesto de purísima pobreza, su virginidad, su no conocer varón; es una
entrega plena, absoluta, desbordante de fe y abandono.
Este último versículo (verso 38) parece encerrar el infinito. María dice
su “He aquí” se abre, se ofrece a Dios y se realiza el encuentro, la unión
por siempre. Dios entra en el hombre y el hombre se convierte en lugar de
Dios. Se ha producido el milagro, y todo gracias al sí confiado de una mujer
buena, que por más se distingue como Reina y modelo para los hombres y
mujeres de todos los tiempos. Por eso la saludamos y expresamos nuestra
gratitud. Ella enaltece a la raza humana y repara el daño causado por Eva,
permitiendo que Dios obre entre nosotros en la persona de su único Hijo.
23
Sábado
Verde
Lectura del Profeta Ezequiel 43, 1-7ª
En aquellos días, el ángel me condujo a la puerta oriental: vi la gloria del
Dios de Israel que venía de oriente, con estruendo de aguas caudalosas: la
tierra reflejó su gloria.
67
No he venido a ser servido sino a servir
La visión que tuve era como la visión que había contemplado cuando vino
a destruir la ciudad, como la visión que había contemplado a orillas del río
Quebar. Y caí rostro en tierra. La gloria del Señor entró en el templo por la
puerta oriental. Entonces me arrebató el espíritu y me llevó al atrio interior.
La gloria del Señor llenaba el templo.
Entonces oí a uno que me hablaba desde el templo -el hombre seguía a
mi lado-, y me decía: Hijo de Adán, éste es el sitio de mi trono, el sitio de las
plantas de mis pies, donde voy a residir para siempre en medio de los hijos
de Israel.” Palabra de Dios.
Salmo Responsorial: 84
R. /“La gloria del Señor habitará en nuestra tierra.”
Voy a escuchar lo que dice el Señor: “Dios anuncia la paz a su pueblo y
a sus amigos.” La salvación está ya cerca de sus fieles, y la gloria habitará
en nuestra tierra. R.
La misericordia y la fidelidad se encuentran, la justicia y la paz se besan;
la fidelidad brota de la tierra, y la justicia mira desde el cielo. R.
El Señor nos dará la lluvia, y nuestra tierra dará su fruto. La justicia marchará
ante él, la salvación seguirá sus pasos. R.
Lectura del Santo Evangelio según San Mateo 23, 1-12
En aquel tiempo, Jesús habló a la gente y a sus discípulos diciendo: “En la
cátedra de Moisés se han sentado los letrados y los fariseos: Hagan y cumplan
lo que les digan; pero no hagan lo que ellos hacen, porque ellos no hacen lo
que dicen. Ellos lían fardos pesados e insoportables y se los cargan a la gente
a los hombros, pero ellos no están dispuestos a mover un dedo para empujar.
Todo lo que hacen es para que los vea la gente: alargan las filacterias
y ensanchan las franjas del manto; les gustan los primeros puestos en los
banquetes y los asientos de honor en las sinagogas; que les hagan reverencias
por la calle y que la gente los llame “maestros”.
Ustedes, en cambio, no se dejen llamar maestro, porque uno solo es su
Maestro, y todos ustedes son hermanos. Y no llamen padre nuestro a nadie
en la tierra, porque uno solo es su Padre, el del cielo. No se dejen llamar
jefes, porque uno solo es su Señor, Cristo. El primero entre ustedes será su
servidor. El que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido.
Palabra del Señor.
Meditación
Jesús condena la incoherencia y la falta de sinceridad en la relación
con Dios y con el prójimo. Está hablando contra la hipocresía tanto de los
fariseos como de nosotros, hoy.
Hablan y no practican. Jesús reconoce la autoridad y el conocimiento
de los escribas, pero el error básico es la incoherencia: “Dicen y no
hacen”. Jesús enumera varios puntos que revelan una incoherencia.
Algunos escribas y fariseos imponen leyes pesadas a la gente. Conocían
bien las leyes, pero no las practicaban, ni usaban su conocimiento para
68
Plan de Pastoral - Agosto 2014
aliviar la carga sobre los hombros de la gente. Hacían todo para ser vistos
y elogiados, usaban túnicas especiales para la oración, les gustaba ocupar
sitios importantes y ser saludados en la plaza pública. Querían ser llamados
¡“Maestro”¡ Representaban un tipo de comunidad que mantenía, legitimaba
y alimentaba las diferencias de clase y de posición social. Legitimaba los
privilegios de los grandes y la posición inferior de los pequeños. Ahora,
si hay una cosa que a Jesús no le gusta son las apariencias con las que
quieren engañar.
¿Cómo debe ser una comunidad cristiana? Todas las funciones
comunitarias deben ser asumidas como un servicio: “El mayor entre
ustedes será su servidor!” A nadie hay que llamar Maestro (Rabino),
ni Padre, ni Guía. Pues la comunidad de Jesús debe mantener, legitimar,
alimentar no las diferencias, sino la fraternidad. Esta es la ley básica:
“Ustedes son hermanos y hermanas!” La fraternidad nace de la
experiencia de que Dios es Padre, y que hace de todos nosotros hermanos
y hermanas. “Pues, el que se ensalce será humillado, y el que se
humille será ensalzado!”
La palabra “fariseo” significa “separado”. Su observancia era tan
estricta y rigurosa que se distanciaban del común de la gente. Por eso,
eran llamados “separados”. De ahí nace la expresión “mentalidad farisaica”
y que lamentablemente abunda en estos días en nuestras comunidades.
Aprovechemos hoy para pasar balance a lo que es nuestro cuidado
por las cosas de Dios, por el cumplimiento de la Ley y nuestras relaciones
con el prójimo. Nunca nos creamos mejores o superiores a los demás ni
tengamos por perfecta la ideología o confesión de fe que profesamos para
denigrar o dañar a otros. El mejor es el que se rebaja, el que se humilla
o se pone en su provecho de toda la comunidad, salvando la igualdad y
disimulando la diversidad.
24
XXI Domingo del Tiempo Ordinario
Primera Semana Liturgia de las Horas
Verde
Desde la fe seamos verdaderos servidores del Señor en su pueblo
Orientaciones de este Domingo: Colocar el lema
del día en un lugar visible: Presentar como símbolo
una llave que indica un papel de responsabilidad
y autoridad al servicio del reino de Dios. Una roca
como el fundamento sobre la cual Jesús edifica su
Iglesia.
Monición de Entrada:
Hermanos y hermanas una vez más nos congrega el Señor en torno a su
mesa para orar y celebrar la Eucaristía,hoy Vigésimo Primer Domingo del
tiempo ordinario,reafirmando así una vez más nuestra fe en Jesús, el Hijo de
Dios vivo que ha venido a servir no hacer servido.
69
No he venido a ser servido sino a servir
El mensaje de este domingo está lleno de simbolismos; el profeta Isaías
con la expresión de la túnica como servicio y las llaves como autoridad que a
imagen de la del rey es concebida al servicio del pueblo y como ilustración de los
poderes que Jesús confía a Pedro, Piedra sobre la cual Jesús edifica su Iglesia,
en respuesta a la confesión de fe que se proclamará en el evangelio de Mateo.
Ahora bien, todo poder recibido para una misión es verdadero y
duradero en la medida que se convierte en servicio generoso a los demás,
especialmente a los más pobres, y se tiene siempre viva la fe en Dios Padre
y en su Hijo Jesucristo a quienes rendimos todo honor y gloria.
Pidamos al Señor que nuestra fe crezca y se convierta en servicio
generoso a El y a los demás. Recemos para que nunca se nos quite la llave
que se nos ha entregado y nunca crezca el orgullo por cualquier puesto que
tengamos sino que sea siempre una ocasión y oportunidad de servicio a
los demás. Con la alegría y la fe que recibimos del Señor nos disponemos
para alabar y bendecir a Dios Padre, por medio de su Hijo y con la fuerza
del Espíritu Santo.
Primera Lectura: Isaías 22, 19-23
A los que gobiernan y políticos Dios es quien le da la autoridad para
que sirvan al Pueblo, no para que se sirvan de ellos. Si no somos buenos
servidores se nos quitará todo poder y se le entregará a otro. Escuchemos.
Lectura del libro de Isaías
Así dice el Señor a Sobná, mayordomo de palacio: «Te echaré de tu
puesto, te destituiré de tu cargo. Aquel día, llamaré a mi siervo, a Eliacin, hijo
de Elías: le vestiré tu túnica, le ceñiré tu banda, le daré tus poderes; será
padre para los habitantes de Jerusalén, para el pueblo de Judá.
Colgaré de su hombro la llave del palacio de David: lo que él abra nadie
lo cerrará, lo que él cierre nadie lo abrirá. Lo hincaré como un clavo en sitio
firme, dará un trono glorioso a la casa paterna.» Palabra de Dios.
Salmo responsorial Sal 137, 1-2a. 2bc-3. 6 y 8bc (R.: 8bc)
R. Señor, tu misericordia es eterna, no abandones la obra de tus manos.
Te doy gracias, Señor, de todo corazón; delante de los ángeles tañeré para
ti, me postraré hacia tu santuario, daré gracias a tu nombre. R.
Por tu misericordia y tu lealtad, porque tu promesa supera a tu fama; cuando
te invoqué, me escuchaste, acreciste el valor en mi alma. R.
El Señor es sublime, se fija en el humilde, y de lejos conoce al soberbio.
Señor, tu misericordia es eterna, no abandones la obra de tus manos. R.
Segunda Lectura: Romanos 11,33-36
El Apóstol, Pablo en su Carta a los Romanos reconoce a Dios como el
origen, sentido y meta de todo lo creado y del servicio que realizamos en
esta tierra al que estamos enviados por medio de su Hijo: Escuchemos.
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos
¡Qué abismo de generosidad, de sabiduría y de conocimiento, el de Dios!
¡Qué insondables sus decisiones y qué irrastreables sus caminos!
70
Plan de Pastoral - Agosto 2014
¿Quién conoció la mente del Señor? ¿Quién fue su consejero? ¿Quién
le ha dado primero, para que él le devuelva? Él es el origen, guía y meta del
universo. A él la gloria por los siglos. Amén. Palabra de Dios.
Aleluya Mt 16, 18
Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia,
y el poder del infierno no la derrotará.
Evangelio: Mateo 16, 13-20
La profesión de Pedro de su fe en Jesucristo como el Mesías, el Hijo
del Dios vivo le trae como consecuencia una misión de servicio en la
edificación de la Iglesia, continuadora de la vida y misión de Jesús en la
tierra. También, nosotros al decidirnos por Jesús somos enviados a servir
sin medida al Reino de Dios desde la Iglesia. Escuchemos la proclamación
del Santo Evangelio.
+ Lectura del santo evangelio según san Mateo
En aquel tiempo, al llegar a la región de Cesárea de Filipo, Jesús preguntó
a sus discípulos: -«¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?»
Ellos contestaron: -«Unos que Juan Bautista, otros que Elías, otros que
Jeremías o uno de los profetas.»
Él les preguntó: -«Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo?»
Simón Pedro tomó la palabra y dijo: -«Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios
vivo.»
Jesús le respondió: -«¡Dichoso tú, Simón, hijo de Jonás!, porque eso no
te lo ha revelado nadie de carne y hueso, sino mi Padre que está en el cielo.
Ahora te digo yo: Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y
el poder del infierno no la derrotará. Te daré las llaves del reino de los cielos;
lo que ates en la tierra, quedará atado en el cielo, y lo que desates en la
tierra, quedará desatado en el cielo».
Y les mandó a los discípulos que no dijesen a nadie que él era el Mesías.
Palabra del Señor.
Meditación
Al llegar a la región de Cesárea de Filipo, Jesús preguntó a sus
discípulos: ¿Qué dice la gente sobre el Hijo del hombre? ¿Por qué les
pregunta primeramente a ellos lo que piensan de Él las gentes?
Después de oír lo que las gentes pensaban de Él, se dirige a los
apóstoles para preguntarles abiertamente qué es lo que, a estas alturas
de su vida y de su contacto de dos años con El, han captado a través de
su doctrina, de su conducta, de sus milagros. Era un momento sumamente
trascendental. Si no fuera que Jesús tenía un conocimiento de todo por su
ciencia sobrenatural, se diría que esperaba impaciente la respuesta de sus
apóstoles.
La confesión de Simón Pedro expresa el grado de profundidad de la
relación discípulo-maestro. Pedro, desde su primer encuentro con Jesús,
71
No he venido a ser servido sino a servir
deja al descubierto, por una parte, la amistad no disimulada del Maestro,
y por otra, la entrega sin reservas a su servicio o compañía, es así como
Pedro sabe quién es Jesús, el Mesías, el Hijo de Dios.
Jesús, volviéndose a Simón, le dice: Tú eres Pedro, y sobre esta piedra
edificaré mi Iglesia. Y Jesús lo eligió como la roca para construir sobre
ella su Iglesia y le confirió los poderes para llevar a la salvación a todos
los hombres. Pedro es la roca, en el sentido de que la fe y los creyentes
no pueden tener otra fe que la de los apóstoles y profetas, que son los
que enseñan esa verdad, que está construida sobre la piedra angular de
Jesús, y así es, como luego dice; y el poder de la Muerte no prevalecerá
contra ella. Es decir, no podrá vencer a la Iglesia, pues ésta está firme y
estable, porque está construida sobre la roca firme, que es Jesús.
A Pedro se le darán las llaves del Reino de los Cielos. Todo lo que ates
en la tierra, quedará atado en el cielo, y todo lo que desates en la tierra,
quedará desatado en el cielo. La promesa es que ese atar y desatar sobre
la tierra tendrá su automática ratificación en el cielo.
Hermanos, hablemos de Jesús desde el corazón y desde la vida, desde
las obras, no de forma teórica, por lo que aprendimos del Catecismo,
sino de lo que hemos vivido en la intimidad que hemos cultivado con Él.
Digamos lo que en realidad siente nuestro corazón y dispongámonos a
recibir los elogios al considerarnos también “dichosos”
Oración universal
El que preside: Presentemos con fe viva al Padre nuestras oraciones
invocando su misericordia diciendo: Padre, aumenta nuestra fe en Ti y en tu
Hijo Jesucristo.
- Para que el Señor sostenga y ayude al Papa Francisco sucesor de Pedro
en esta misión que le ha confiado, de guardar la unidad de la Iglesia y
confirmar en la fe a sus hermanos y por todos los Obispos, Sacerdotes,
Diáconos, Religiosos y Religiosas para que sean fieles y fervorosos
servidores de Dios en medio de su pueblo. Roguemos al Señor.
- Por los que, gobiernan, legislan y juzgan en la sociedad, investidos de
poderes, para que sepan que es de Dios de quien dimanan todos los
poderes y que la grandeza está en el servir a los más pobres. Roguemos
al Señor.
- Por los enfermos y todos los que sufren especialmente lo que carecen de
lo necesario para vivir con dignidad, para que en nuestro país trabajemos
y renovemos con urgencia las estructuras políticas, económicas y sociales
para lograr así una mejor distribución de los bienes que Dios nos ha dado.
Roguemos al Señor.
- Por los padres y madres de familias, para que con sabiduría y la fuerza
del Espíritu puedan con la autoridad que viene de Dios guiar y ser
ejemplo para sus hijos y despierten en ellos el deseo de servir a través
del sacerdocio o a la vida consagrada. Roguemos al Señor.
- Para que nunca el Señor nos quite las llaves de cualquier misión
encomendada, por no realizar un adecuado servicio a Dios y a los demás.
Roguemos al Señor.
72
Plan de Pastoral - Agosto 2014
- Por todos nosotros, para que dialoguemos en la verdad y anunciemos sin
temor que Jesucristo es el enviado, el Hijo de Dios vivo. Roguemos al Señor.
El que preside: Acoge con amor nuestras súplicas. Haz que nuestra fe
en Ti se convierta en servicio generoso a los demás, especialmente a los
más pobres de la tierra. Haznos verdaderos y fieles servidores tuyos en los
hermanos hasta el final. Por Jesucristo, nuestro Señor.
25
Lunes
Feria o Memoria Libre: San Luis de Francia o San
José de Calasanz, Presbítero
Verde o Blanco
Lectura de la Segunda Carta de San Pablo
a los Tesalonicenses 1, 1-5. 11b-12
Pablo, Silvano y Timoteo a los tesalonicenses que forman la Iglesia de
Dios, nuestro Padre, y del Señor Jesucristo.
Les deseamos la gracia y la paz de Dios Padre y del Señor Jesucristo.
Es deber nuestro dar continuas gracias a Dios por ustedes, hermanos; y
es justo, pues su fe crece vigorosamente, y su amor, de cada uno por todos
y de todos por cada uno, sigue aumentando.
Esto hace que nos mostremos orgullosos de ustedes ante las Iglesias
de Dios, viendo que su fe permanece constante en medio de todas las
persecuciones y luchas que sostienen. Así se pone a la vista la justa sentencia
de Dios, que pretende concedernos su reino, por el cual bien que padecen.
Nuestro Dios los considera dignos de su vocación, para que con su fuerza
le permita cumplir eficazmente todo buen propósito y la tarea de la fe; para
que así Jesús, nuestro Señor, sea glorificado en ustedes, y ustedes en él,
según la gracia de Dios y del Señor Jesucristo. Palabra de Dios.
Salmo Responsorial: 95
“Cuenten las maravillas del Señor a todas las naciones.”
Canten al Señor un cántico nuevo, canten al Señor, toda la tierra; canten
al Señor, bendigan su nombre. R.
Proclamen día tras día su victoria. Cuenten a los pueblos su gloria, sus
maravillas a todas las naciones. R.
Porque es grande el Señor, y muy digno de alabanza, más temible que
todos los dioses. Pues los dioses de los gentiles son apariencia, mientras que
el Señor ha hecho el cielo. R.
Lectura del Santo Evangelio según San Mateo 23, 13-22
En aquel tiempo habló Jesús diciendo: “¡Ay de ustedes, letrados y fariseos
hipócritas, que cierran a los hombres el Reino de los cielos! Ni entran ustedes
ni dejan entrar a los que quieren. ¡Ay de ustedes, letrados y fariseos hipócritas,
que devoran los bienes de las viudas con pretexto de largas oraciones! Su
sentencia será por eso más severa. ¡Ay de ustedes, letrados y fariseos
hipócritas, que viajan por tierra y mar para ganar un prosélito, y cuando lo
consiguen, lo hacen digno del fuego el doble que ustedes!
73
No he venido a ser servido sino a servir
¡Ay de ustedes, guías ciegos, que dicen: “Jurar por el templo no obliga,
jurar por el oro del templo sí obliga”! ¡Necios y ciegos! ¿Qué es más, el oro o
el templo que consagra el oro? O también: “Jurar por el altar no obliga, jurar
por la ofrenda que está en el altar sí obliga”. ¡Ciegos! ¿Qué es más, la ofrenda
o el altar que consagra la ofrenda?
Quien jura por el altar, jura también por todo lo que está sobre él; quien jura
por el templo, jura también por el que habita en él; y quien jura por el cielo,
jura por el trono de Dios y también por el que está sentado en él”. Palabra
del Señor.
Meditación
El evangelio que leemos en la liturgia de hoy es una continuación del
sábado pasado y forma parte del discurso contra la actitud de los escribas
y fariseos que Mateo pone en boca de Jesús en el capítulo 23 de su
relato evangélico. Cada una de las críticas va precedida de un “¡Ay!”, que
expresa, más que una maldición, un dolor, una indignación.
Fíjense que Jesús no condena los ritos ni la observancia de la ley
(Mt 5,18), lo que condena es el quedarse en los ritos y observancia
externos sin que estos reflejen una actitud interior conforme a lo que
se practica: “Esto es lo que habría que practicar, aunque sin descuidar
aquello”. A diario vemos a los “fariseos” de nuestro tiempo, esas personas
que gustan de ocupar los primeros puestos en todas las actividades y
celebraciones litúrgicas de la Iglesia, en la oración comunitaria, en las
lecturas de la celebración eucarística, en los sacramentos; pero su vida
personal, su conducta “fuera del templo”, no guarda relación alguna con esa
“religiosidad” demostrada en el Templo. Son meros actores interpretando
un “papel” para “las gradas”. Esa es la actitud que Jesús condena.
Son pocas las veces que vemos a Jesús verdaderamente molesto,
indignado. Jesús nos está diciendo que el verdadero cristiano es una
persona “genuina”, sin dobleces, transparente, que practica lo que
predica. Nos está diciendo que, aunque no debemos menospreciar los
ritos externos (la purificación exterior de “la copa y el plato”), estos tienen
menos importancia que la pureza interior. Cuando lleguemos a ese día
que nos espera a todos en que tengamos que enfrentarnos a nuestra
vida, no se nos preguntará cuántas veces acudimos al templo, ni cuántas
veces participamos en los ritos religiosos, ni cuánto diezmamos; se nos
preguntará cuánto amamos. Como dijo san Juan de la Cruz: “A la tarde de
la vida te examinarán en el amor”.
Siendo Jesús una persona humanamente bien formada, con principios
y valores rectos, la actitud de los escribas y fariseos le parece de lo más
reprochable. Es por eso que Jesús les reprime y recrimina. Jesús es
consciente que ellos influyen mucho en los demás, ya que son los jefes
de las sinagogas, y viendo que sus actitudes no son las más adecuadas,
se decide a actuar para poner solución a la situación. Jesús es el buen
pastor que cuida de sus ovejas y no las deja solas. Es notorio que Jesús
se ocupa hasta de nuestras actitudes, tiene presente la forma en que
74
Plan de Pastoral - Agosto 2014
nos tratamos nosotros y como nos dirigimos a él. Entonces, hermanos,
cuidemos nuestras actitudes y nuestras prácticas, antes que a los hombres,
procuremos agradar a Dios, a quien se le alaba en espíritu y en verdad.
26
Martes
Feria o Memoria Libre: Santa Teresa de Jesús Jornet,
Virgen Patrona de la Ancianidad
Verde o Blanco
Lectura de la Segunda Carta de San Pablo a los Tesalonicenses 2, 1-3a. 14-17
Les rogamos, hermanos, a propósito de la venida de nuestro Señor
Jesucristo y de nuestra reunión con él, que no pierdan fácilmente la cabeza
ni se alarmen por supuestas revelaciones, dichos o cartas nuestras, como si
afirmásemos que el día del Señor está encima. Que nadie en modo alguno
los desoriente. Dios los llamó por medio del Evangelio que predicamos, para
que posean la gloria de nuestro Señor Jesucristo. Así, pues, hermanos,
manténganse firmes y conserven las tradiciones que han aprendido de
nosotros, de viva voz o por carta. Que Jesucristo, nuestro Señor, y Dios,
nuestro Padre que nos ha amado tanto y nos ha regalado un consuelo
permanente y una gran esperanza, los consuele internamente y les dé fuerzas
para toda clase de palabras y de obras buenas. Palabra de Dios
Salmo Responsorial: 95
“Llega el Señor a regir la tierra”
Digan a los pueblos: «El Señor es rey, él afianzó el orbe, y no se moverá;
él gobierna a los pueblos rectamente.» R.
Alégrese el cielo, goce la tierra, retumbe el mar y cuanto lo llena; vitoreen
los campos y cuanto hay en ellos. R.
Aclamen los árboles del bosque, delante del Señor, que ya llega, ya llega
a regir la tierra: regirá el orbe con justicia y los pueblos con fidelidad. R.
Lectura del Santo Evangelio según San Mateo 23, 23-26
En aquel tiempo, habló Jesús diciendo: -« ¡Ay de ustedes, escribas y
fariseos hipócritas, que pagan el décimo de la menta, del anís y del comino,
descuidan lo más grave de la ley: el derecho, la compasión y la sinceridad!
Esto es lo que habría que practicar, aunque sin descuidar aquello. ¡Guías
ciegos, que filtran el mosquito y se tragan el camello! ¡Ay de ustedes, escribas
y fariseos hipócritas, que limpian por fuera la copa y el plato, mientras por
dentro están rebosando de robo y desenfreno! ¡Fariseo ciego!, limpia primero
la copa por dentro, y así quedará limpia también por fuera.»
Meditación
Jesús se queja de la ceguera de los líderes religiosos, fariseos y de
los maestros de la Ley y que exageradamente se manifiesta de modo
particular en el legalismo exterior. Esta queja del Señor, ha permanecido
hasta estos días, o ¿Acaso no se insiste en hacer cosas en nombre de
Jesucristo olvidando muchas veces la misericordia?. En efecto, esto es
75
No he venido a ser servido sino a servir
algo que tenemos que reflexionar en forma permanente, tal como lo hacían
los fariseos, y es que hoy nos preocupamos de observar escrupulosamente
asuntos legales sin antes reflexionar sobre las exigencias de Dios.
Ciertamente es un crítica muy válida para hoy, si queremos observar la
ley, tenemos que pensar primero en el amor a Dios por sobre todo, a nuestro
prójimo, en ser ante todo misericordiosos y por sobre todo, fieles al Señor.
No seamos como los guías ciegos, que filtran el mosquito y se tragan
el camello. Es una crítica a la poca coherencia. No negamos que son
palabras duras de Jesús, ciertamente él se está dirigiendo a los fariseos,
a los que trata de hipócritas, pero también es para que descubramos el
fariseo que llevamos dentro, ¿o estamos libres de hipocresías?, ¿Está
libre de hipocresía la sociedad en la cual vivimos, mi familia, mi Iglesia?.
No. Si nos examinamos descubriremos tantas actitudes que toman por
principal lo que sólo es secundario, por substancial lo que es accidental.
Frente al Señor, solo nos queda ser honestos, coherentes, limpiando
primero la copa por dentro para que quede limpia también por fuera. Que no
llegue a nuestros oídos el ¡ay! Acusador de Jesús, el reproche a una práctica
que desborda los límites de la paciencia cuando vemos a algunos hermanos
preocupados por la forma en cómo ponemos las manos, si nos sentamos
o no en las celebraciones litúrgicas, si celebramos con zapatos negros o
marrones. Nos detenemos a mirar lo exterior descuidando el exterior, y sobre
todo atentos a que nos admiren y reconozcan como buenos y piadosos.
Se queja Jesús y nos advierte del contraste entre lo exterior y lo interior.
Dichosos los que tiene el corazón limpio porque verán a Dios (Mt 5,8) Lo
importante es la pureza del corazón, la pureza interior y no tanto la limpieza
exterior, que lleva a la autocomplacencia. El cuidado exterior debe ser un
resplandor natural de la belleza interior y no un abrigo que esconde un
interior viciado.
El Señor nos dice que no es suficiente observar la letra de la ley,
desconectados del verdadero espíritu de la Ley, El Señor quiere que no
deseemos ni codiciemos, que dejemos el desenfreno, la inmoralidad y
examinemos nuestro interior a fin de limpiarnos primero desde el corazón.
Oigamos a san Pablo cuando nos dice: Por lo demás, hermanos, todo
cuanto hay de verdadero, de noble, de justo, de puro, de amable, de
honorable, todo cuanto sea virtud y cosa digna de elogio, todo eso tenedlo
en cuenta. Todo cuanto han aprendido y recibido y oído y visto en mí,
pónganlo por obra y el Dios de la paz estará con ustedes (Filipenses 4, 8-9).
27
Miércoles
Memoria Obligatoria: Santa Mónica
Blanco
Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los
Tesalonicenses 3,6-10.16-18
En nombre de nuestro Señor Jesucristo, hermanos, les mandamos: no
traten con los hermanos que llevan una vida ociosa y se apartan de las
tradiciones que recibieron de nosotros. Ya saben cómo tienen que imitar
76
Plan de Pastoral - Agosto 2014
nuestro ejemplo: no vivimos entre ustedes sin trabajar, nadie nos dio de
balde el pan que comimos, sino que trabajamos y nos cansamos día y
noche, a fin de no ser carga para nadie. No es que no tuviésemos derecho
para hacerlo, pero quisimos darles un ejemplo que imitar. Cuando vivimos
con ustedes, se lo mandamos: El que no trabaja, que no coma. Que el Señor
de la paz les dé la paz siempre y en todo lugar. El Señor esté con todos
ustedes. La despedida va de mi mano, Pablo; ésta es la contraseña en toda
carta; ésta es mi letra. La gracia de nuestro Señor Jesucristo esté con todos
ustedes. Palabra de Dios.
Salmo Responsorial 127
“R/. Dichosos los que temen al Señor
Dichoso el que teme al Señor y sigue sus caminos. Comerás del fruto de
tu trabajo,serás dichoso, te irá bien. R/.
Ésta es la bendición del hombre que teme al Señor. Que el Señor te
bendiga desde Sión,que veas la prosperidad de Jerusalén todos los días de
tu vida. R/.
Lectura del santo evangelio según san Mateo 23,27-32
En aquel tiempo, habló Jesús diciendo: «¡Ay de ustedes, escribas y
fariseos hipócritas, que se parecen a los sepulcros encalados! Por fuera tienen
buena apariencia, pero por dentro están llenos de huesos y podredumbre;
lo mismo ustedes: por fuera parecen justos, pero por dentro estan repletos
de hipocresía y crímenes. ¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, que
edifican sepulcros a los profetas y ornamentan los mausoleos de los justos,
diciendo: “Si hubiéramos vivido en tiempo de nuestros padres, no habríamos
sido cómplices suyos en el asesinato de los profetas”! Con esto atestiguan
en contra de ustedes, que son hijos de los que asesinaron a los profetas.
¡Colmen también ustedes la medida de sus padres!» Palabra del Señor.
Meditacion
Jesús, compara la hipocresía de los jefes judíos con «sepulcros
blanqueados»: bonitos por fuera, pero «llenos de podredumbre» por
dentro. La comparación es muy dura, pero deja claro el posible contraste
entre los dos mundos -exterior e interior-y también que lo más importante
–porque influye en toda la persona- es lo que uno es «por dentro», cara a
Dios.
La buena apariencia no quita que dentro haya podredumbre. Jesús,
sigues castigando la mentira y la maldad con apariencia de bien. Quizá yo
también estoy demasiado pendiente del qué dirán de mí, o me dejo llevar
por la ambición o la violencia o el interés por el poder. O me considero de los
«buenos», los mejores, los perfectos, cuando en realidad sólo Dios juzga,
y si no juzgo a los demás tampoco yo seré juzgado. Nos recomiendas
purificar lo de dentro de la misma manera que se ha embellecido el exterior.
Señor, que para el interior de nuestros corazones tengamos el mismo afán
de purificación y de hermosura que tenemos para nuestras apariencias. -“¡Ay de
77
No he venido a ser servido sino a servir
ustedes escribas y fariseos que edifican los sepulcros de los profetas y adornan
los monumentos de los justos y dicen: “Si hubiéramos vivido en el tiempo de
nuestros padres, no habríamos colaborado con ellos para derramar la sangre de
los profetas.” Una tras la otra, cada generación dice lo mismo: “Si hubiéramos
estado allí, lo hubiéramos hecho mejor que ustedes…” “Consideren, ustedes,
los adultos, cuán lamentable es la sociedad que nos han legado…” Y nos cargamos a nuestros antepasados y nos cargamos a los judíos… y creemos que
nosotros no hubiéramos crucificado a Jesús! ¡Resulta una terrible hipocresía
creerse mejor que su propio padre, considerarse entre los justos “con lo cual
atestiguan contra ustedes mismos que son hijos de los que mataron a los profetas ¡Colman también ustedes la medida de sus padres!”.
Muchas veces sentimos nostalgia mirando al pasado, condenando a nuestros antepasados por ésta o aquella actitud, y sin que nos detengamos a mirar
lo que hacemos en el presente. Nuestros padres hicieron o dejaron de hacer
tal cosa, mientras nosotros de forma irresponsable actuamos peor que ellos.
Somos capaces de levantar monumentos o de exaltar a los que siglos atrás
levantaban la bandera para defender los derechos humanos, mientras nosotros seguimos denigrando, maltratando, separando, explotando a los obreros,
a los campesinos, a los jóvenes y mujeres de nuestros barrios. ¿Cuándo dejaremos de ser hipócritas y de olvidar lo que en realidad nos corresponde?
28
Memoria Obligatoria: San Agustín, Obispo y Doctor de la Iglesia
Jueves
Blanco
38º Aniversario de la Ordenación Episcopal de Mons. Fabio
Mamerto Rivas Santos, SDB, Obispo Emérito de Barahona
Lectura de la Primera Carta de San Pablo a los Corintios 1, 1-9
Yo Pablo, llamado a ser apóstol de Cristo Jesús por designio de Dios, y
Sóstenes, nuestro hermano, escribimos a la Iglesia de Dios en Corinto, a los
consagrados por Cristo Jesús, a los santos que él llamó y a todos los demás que
en cualquier lugar invocan el nombre de Jesucristo, Señor de ellos y nuestro.
La gracia y la paz de parte de Dios, nuestro Padre, y del Señor Jesucristo
sean con ustedes. En mi acción de gracias a Dios los tengo siempre
presentes, por la gracia que Dios les ha dado en Cristo Jesús. Pues por él
han sido enriquecidos en todo: en el hablar y en el saber; porque en ustedes
se ha probado el testimonio de Cristo.
De hecho, no carecen de ningún don, ustedes que aguardan la
manifestación de nuestro Señor Jesucristo. Él los mantendrá firmes hasta
el final, para que no tengan de qué acusarlos en el día de Jesucristo, Señor
nuestro. Dios los llamó a participar en la vida de su Hijo, Jesucristo Señor
nuestro. ¡Y él es fiel! Palabra de Dios.
Salmo Responsorial: 144
“Bendeciré tu nombre por siempre, Dios mío, mi rey.”
Día tras día, te bendeciré y alabaré tu nombre por siempre jamás. Grande
es el Señor, merece toda alabanza, es incalculable su grandeza. R.
78
Plan de Pastoral - Agosto 2014
Una generación pondera tus obras a la otra, y le cuenta tus hazañas. Alaban
ellos la gloria de tu majestad, y yo repito tus maravillas. R.
Encarecen ellos tus temibles proezas, y yo narro tus grandes acciones;
difunden la memoria de tu inmensa bondad, y aclaman tus victorias. R.
Lectura del Santo Evangelio según San Mateo 24, 42-51
En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: “Estén en vela, porque no
saben qué día vendrá su Señor. Comprendan que, si supiera el dueño de
casa a qué hora de la noche viene el ladrón, estaría en vela y no dejaría abrir
un boquete en su casa. Por eso estén también ustedes preparados, porque
a la hora que menos piensen viene el Hijo del Hombre.
¿Dónde hay un criado fiel y cuidadoso, a quien el amo encarga de dar
a la servidumbre la comida a sus horas? Pues dichosos ese criado si el
amo, al llegar, lo encuentra portándose así. Les aseguro que le confiará la
administración de todos sus bienes.
Pero si el criado es un canalla y, pensando que su amo tardará, empieza
a pegar a sus compañeros y a comer y a beber con los borrachos, el día y
la hora que menos se lo espera llegará el amo y lo hará pedazos, como se
merecen los hipócritas. Allí será el llanto y el rechinar de dientes”. Palabra
del Señor.
Meditación
Hoy, mucha gente vive preocupada con el fin del mundo. En las calles
de las ciudades, muchas veces se ve escrito: ¡Cristo viene ya! ¿Y cómo
será esa venida? Después del año mil, apoyados en el Apocalipsis de Juan
comenzaron a decir: “Los mil primeros años pasaron, pero los 2000 años
no pasarán!” Por esto, en la medida en que se acercaba el año 2000,
muchos quedaban preocupados. Hasta hubo gente que, angustiada con
la proximidad del fin del mundo, llegó a suicidarse. Otros, leyendo el
Apocalipsis de Juan, llegaron a predecir la hora exacta del fin. Pero el
año 2000 pasó y no aconteció nada. ¡El fin no llegó! Muchas veces, la
afirmación “Cristo viene ya” es usada para dar miedo a la gente y ¡obligarla
a entrar a una determinada iglesia!
La misma problemática existía en las comunidades cristianas de los
primeros siglos. Mucha gente de las comunidades decía que el fin de este
mundo estaba cerca y que Jesús volvería luego. Algunos de la comunidad
de Tesalónica en Grecia, apoyándose en la predicación de Pablo decían:
“¡Jesús volverá luego. Por esto, había personas que no trabajaban, porque
pensaban que la venida fuera cosa de pocos días o semanas. “¿Trabajar
para qué, si Jesús iba a volver?”. Pablo responde que no era tan simple como
se lo imaginaban. Y a los que no trabajaban decía. “¡Quién no quiere trabajar,
que no coma!” Otros se quedaban mirando al cielo, aguardando el retorno de
Jesús sobre las nubes. Otros se quejaban de que se demorara. En general,
los cristianos vivían en la expectativa de la venida inminente de Jesús. Jesús
vendría a realizar el Juicio Final para terminar con la historia injusta de este
mundo acá e inaugurar la nueva fase de la historia, la fase definitiva del Nuevo
79
No he venido a ser servido sino a servir
Cielo y de la Nueva Tierra. Pensaban que esto acontecería dentro de una o
dos generaciones. Mucha gente viviría aún cuando Jesús iba a aparecer
glorioso en el cielo. Otros, cansados de esperar, decían: ¡No volverá nunca!.
Es evidente que el Evangelio de hoy quiere advertirnos de la
necesidad de mantener una actitud vigilante, de impedir que se nos robe
la oportunidad de permanecer fieles al Señor en la espera del día feliz de
su regreso. Es verdad que tenemos muchas preocupaciones, producto de
las dificultades que atravesamos y que en los afanes diarios hasta nos
olvidamos de las cosas esenciales, y una de ellas es continuar trabajando
por la transformación de la sociedad, lo que se dará cuando el corazón del
hombre haya aceptado al Señor. Estemos preparados, listos, con la única
aspiración de que el Señor nos encuentre como buenos administradores
de lo que ha puesto en nuestras manos y desarrollado según el talento que
cada uno ha recibido.
29
Viernes
Memoria Obligatoria: El Martirio de San Juan Bautista
Rojo
Lectura del Profeta Jeremías 1, 17-19
Por tu parte, te apretarás la cintura, te alzarás y les dirás todo lo que yo
te mande. No desmayes ante ellos, y no te haré desmayar yo delante de ellos;
pues, por mi parte, mira que hoy te he convertido en plaza fuerte, en pilar de
hierro, en muralla de bronce frente a toda esta tierra, así se trate delos reyes
de Judá como de sus jefes, de sus sacerdotes o del pueblo de la tierra. Te
harán la guerra, mas no podrán contigo, pues contigo estoy yo –oráculo del
Señor- para salvarte. Palabra de Dios.
Salmo Responsorial: 70
R. “Mi boca contará tu auxilio”
A ti, me acojo: no quede yo derrotado para siempre; tú que eres justo,
líbrame y ponme a salvo, inclina a mí tu oído, y sálvame. R.
Sé tu mí roca de refugio, el alcázar donde me salve, porque mi peña y
mi alcázar eres tú, Dios mío, líbrame de la mano perversa. R.
Porque tú, Diosa mío, fuiste mi esperanza y mi confianza, Señor desde
mi juventud. En el vientre materno ya me apoyaba en ti, en el seno tú me
sostenías. R.
Mi boca contará tu auxilio, y todo el día tu salvación. Dios mío, me
instruiste desde mi juventud, y hasta hoy relato tus maravillas. R.
Lectura del Santo Evangelio según San Marcos 6, 17-29
Herodes, en efecto, había mandado arrestar a Juan, y lo había encadenado
en la cárcel, a causa de Herodías, la mujer de Filipo, su hermano, pues la
había tomado por su mujer. Porque Juan decía a Herodes: “No te es lícito
tener a la mujer de tu hermano”. Herodías le guardaba rencor, y quería
hacerlo morir, y no podía. Porque Herodes tenía respeto por Juan, sabiendo
que era un varón justo y santo, y lo amparaba: al oírlo se quedaba muy
80
Plan de Pastoral - Agosto 2014
perplejo y sin embargo lo escuchaba con gusto. Llegó, empero, una ocasión
favorable, cuando Herodes, en su cumpleaños, dió un festín a sus grandes,
a los oficiales, y a los personajes de Galilea. Entró (en esta ocasión) la hija
de Herodías y se congració por sus danzas con Herodes y los convidados.
Dijo, entonces, el rey a la muchacha. “Pídeme lo que quieras, yo te lo daré”.
Y le juró: “Todo lo que me pidas, te lo daré, aunque sea la mitad de mi
reino”. Ella salió y preguntó a su madre: “¿Qué he de pedir?” Esta dijo: “La
cabeza de Juan el Bautista”. Y entrando luego a prisa ante el rey, le hizo su
petición: “Quiero que al instante me des sobre un plato la cabeza de Juan
el Bautista”. Se afligió mucho el rey; pero en atención a su juramento y a
los convidados, no quiso rechazarla. Acto continuo envió, pues, el rey un
verdugo, ordenándole traer la cabeza de Juan. Éste fue, lo decapitó en la
prisión, y trajo sobre un plato la cabeza que entregó a la muchacha, y la
muchacha la dio a su madre. Sus discípulos luego que lo supieron, vinieron
a llevarse el cuerpo y lo pusieron en un sepulcro. Palabra del Señor.
Meditación
El rey Herodes había hecho preso a Juan porque vivía maritalmente
con Herodías, la mujer de su hermano Filipo. Herodes no hace caso de la
opinión del pueblo, que veía en Juan un enviado de Dios.
Juan no era parcial con los poderosos y denunció esa injusticia. La
frase no te está permitido apela a la Ley, que prohíbe ese matrimonio (Ex
20,17; Lv 18,16; 20,21). La más sensible a esta denuncia es Herodías, la
adúltera. La denuncia de Juan desacredita ante el pueblo al poder políti­co
y puede crear una fuerte opinión popular contraria a Herodes que provoque
la intervención romana o que decida a Herodes a despedir a Herodías.
Esta teme por su posición y su poder; Juan es una amenaza para ella.
Por eso se propone quitarle la vida, pero hay un obstáculo a su
propósito, el temor que siente Herodes por Juan, al que considera un
hombre justo, es decir, de conducta agradable a Dios y aprobada por él, y
santo o consagrado por Dios, un profeta.
El episodio de la muerte de Juan tiene dos lecturas paralelas. Marcos lo
desarrolla en un plano narrativo, pero dejando ver a través de él un segundo
plano, en el que los personajes adquieren un carácter represen­tativo. Los
notables judíos de Galilea han renunciado a la idea de un Mesías enviado
por Dios; tienen al pueblo sometido y lo utilizan para ganarse el favor del rey
ilegítimo. Son ellos los principales responsables de la muerte de Juan Bautista.
Llegó el día oportuno cuando Herodes, por su aniversario, dio un ban­
quete a sus magnates, a sus oficiales y a los notables de Galilea.
Entró la hija de la dicha Herodías y danzó, gustando mucho a Hero­des
y a sus comensales. El rey le dijo a la muchacha: «Pídeme lo que quieras,
que te lo daré». Y le juró repetidas veces: «Te daré cualquier cosa que me
pidas, incluso la mitad de mi reino».
La muchacha represen­ta al pueblo sin voluntad propia y juguete en
manos de los dirigentes, mientras que en el texto se puede descubrir a la
clase dirigente representada en la madre adultera.
81
No he venido a ser servido sino a servir
El rey se entristeció mucho por la petición que le hizo la muchacha pero,
debido a los juramentos hechos ante los convidados, no quiso desairarla.
Parece que un rey no puede quedar mal ante la opinión pública, perdería su
prestigio. Por encima de lo humano están los intereses del poder. Ninguna
reacción por parte de los invitados: al rey le está per­mitido todo, es dueño
de la vida de sus súbditos. La joven da la cabeza a la madre, quedándose
sin nada. La madre consigue su propósito, acallar definitivamente la voz
del Bautista.
Así terminó la vida y misión de un hombre de Dios, de un profeta.
Justamente se narra este episodio cuando Jesús va a manifestarse como
Mesías y, para eso, ya no hace falta más preparación, Juan ha cumplido.
¡Qué triste narración! ¡Qué forma de ejercer el poder y que complicidad
la de aquella asamblea! Lo más lamentable que ha sido el último caso,
otros muchos, hombres y mujeres han muerte por la arrogancia, el falso
escrúpulo de nuestros gobernantes. Lo más importante de todo es que la
voz del profeta aunque maten su cuerpo no puede ser silenciada.
30
Sábado
Memoria Obligatoria: Santa Rosa de Lima, Virgen
Blanco
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 1,26-31
Fijense en nuestra asamblea, no hay en ella muchos sabios en lo humano,
ni muchos poderosos, ni muchos aristócratas; todo lo contrario, lo necio del
mundo lo ha escogido Dios para humillar a los sabios, y lo débil del mundo lo
ha escogido Dios para humillar el poder. Aún más, ha escogido la gente baja
del mundo, lo despreciable, lo que no cuenta para anular a lo que cuenta, de
modo que nadie pueda gloriarse en presencia del Señor. Por él ustedes son
en Cristo Jesús, en este Cristo que Dios ha hecho para nosotros sabiduría,
justicia, santificación y redención. Y así –como dice la Escritura– «el que se
gloríe, que se gloríe en el Señor.» Palabra de Dios.
Salmo Responsorial: 32 R/. “Dichoso el pueblo que el Señor se escogió como heredad”
Dichosa la nación cuyo Dios es el Señor,el pueblo que él se escogió como
heredad. El Señor mira desde el cielo,se fija en todos los hombres. R/.
Los ojos del Señor están puestos en sus fieles,en los que esperan en su
misericordia, para librar sus vidas de la muerte y reanimarlos en tiempo de
hambre. R/.
Nosotros aguardamos al Señor: él es nuestro auxilio y escudo; con él se
alegra nuestro corazón,en su santo nombre confiamos. R/.
Lectura del santo evangelio según san Mateo 25,14-30
En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos esta parábola: «Un hombre
que se iba al extranjero llamó a sus empleados y los dejó encargados de
sus bienes: a uno le dejó cinco talentos de plata, a otro dos, a otro uno,
a cada cual según su capacidad; luego se marchó. El que recibió cinco
82
Plan de Pastoral - Agosto 2014
talentos fue enseguida a negociar con ellos y ganó otros cinco. El que
recibió dos hizo lo mismo y ganó otros dos. En cambio, el que recibió
uno, hizo un hoyo en la tierra y escondió el dinero de su señor. Al cabo de
mucho tiempo volvió el señor de aquellos empleados y se puso a ajustar
cuentas con ellos. Se acercó el que había recibido cinco talentos y le
presentó otros cinco, diciendo: “Señor, cinco talentos me dejaste; mira,
he ganado otros cinco.” Su señor le dijo: “Muy bien. Eres un empleado fiel
y cumplidor; como has sido fiel en lo poco, te daré un cargo importante;
pasa al banquete de tu señor.” Se acercó luego el que había recibido dos
talentos y dijo: “Señor, dos talentos me dejaste; mira, he ganado otros
dos.” Su señor le dijo: “Muy bien. Eres un empleado fiel y cumplidor; como
has sido fiel en lo poco, te daré un cargo importante; pasa al banquete
de tu señor.” Finalmente se acercó el que había recibido un talento y
dijo: “Señor, sabía que eres exigente, que siegas donde no siembras y
recoges donde no esparces; tuve miedo y fui a esconder tu talento bajo
tierra. Aquí tienes lo tuyo.” El señor le respondió: “Eres un empleado
negligente y holgazán; ¿con que sabías que siego donde no siembro
y recojo donde no esparzo? Pues debías haber puesto mi dinero en el
banco, para que, al volver yo, pudiera recoger lo mío con los intereses.
Quítenle el talento y dénselo al que tiene diez. Porque el que tiene se le
dará y le sobrará, pero al que no tiene, se le quitará hasta lo que tiene. Y
a ese empleado inútil échenlo fuera, a las tinieblas, allí será el llanto y el
rechinar de dientes.”» Palabra del Señor.
Meditación
La parábola de los talentos es hoy para nosotros motivo de reflexión,
y lo tendrá que ser siempre; pues, nos ponemos a observar todo lo que
Dios nos ha regalado y tenemos necesariamente que pensar acerca de
las acciones que hemos hecho para hacerlos crecer en nosotros. Los
talentos no sólo representan las pertenencias materiales, son también las
cualidades que Dios nos ha dado.
El talento, más que una moneda, era el peso de un determinado
número de dinero. En aquel tiempo, el talento era una unidad contable que
equivalía a unos 35 a 42 kilos de plata, (algunos sostienen 50, pero no es
lo importante), esta medida se empleaba para medir grandes cantidades
de dinero, y representaba más o menos unos seis mil denarios, eso era
mucho dinero, ya que un denario aparece como el jornal de un trabajador
del campo, con esto podemos deducir que el siervo que recibió menos
bienes (un talento) obtuvo del Señor una gran cantidad de dinero, entonces
pensemos que hemos recibido bienes incontables.
Al principio de este Evangelio se alude al que recibió cinco monedas y
a su compañero, que negoció con dos. Cada uno debe producir al máximo
según lo que ha recibido de su señor; de ahí la premiación y el rechazo. En
la parábola se felicita al que ha ganado dos talentos, porque ha obtenido
unos frutos en proporción a lo que tenía. Su señor no le exige como al
primero, ya que esperaba de él otro rendimiento.
83
No he venido a ser servido sino a servir
¿Qué hacemos cada uno de nosotros con nuestros talentos? ¿Los
arriesgamos o los enterramos en la tierra para que no peligren? ¿Nos
merecemos esos talentos si no sabemos ponerlos a producir, esto es, a
disposición de la vida? Cuando nos hacen un regalo lo disfrutamos, lo usamos,
lo mostramos; al igual que cuando nos compramos un carro o un vestido.
Siempre estamos deseando mostrar todas las cosas de las que disponemos
para que la gente lo sepa, para no, quizá, sentirnos menos que los demás.
El Señor, nos está enseñando con este relato, que todos tenemos que
corresponder a las gracias que hemos recibido, hayan sido estas mayores
o menores. Aquel que recibió mucho, deberá rendir cuenta por lo mucho
que recibió, y se le exigirá muchos frutos, así se manifiesta diciendo al
que hizo fructificar: “Está bien, servidor bueno y fiel; ya que respondiste
fielmente en lo poco, te encargaré de mucho más: entra a participar del
gozo de tu Señor”. Pero aquel que recibió poco, también está obligado a
responder por aquello que recibió, y al no hacerlo le dijo: “Servidor malo y
perezoso, si sabías que cosecho donde no he sembrado y recojo donde
no he esparcido, tendrías que haber haber colocado el dinero en el banco,
y así, a mi regreso, lo hubiera recuperado con intereses”.
¿Por qué no hacemos con nuestros talentos lo mismo que los servidores
fieles? ¿Por qué no arriesgamos y mostramos lo que somos? ¿Entre
quienes queremos estar nosotros, entre quienes multiplicaron sus talentos
o entre quienes tienen temor a perderlo? Piénsalo y date una respuesta
que dinamice lo que ya has empezado hacer.
31
XXII Domingo del Tiempo Ordinario
II Semana Liturgia de las Horas
Verde
Servir implica entrega y sacrificio hasta la Cruz
Orientaciones para este Domingo: Colocar el lema
de este domingo. Se puede colocar en un lugar visible
una Cruz. Destacar lo que implica dejarse seducir por
Jesús, servirle y seguirle dejando las cosas fáciles que
el mundo nos brinda. Se puede dramatizar el evangelio.
Monición de Entrada:
Hermanos y hermanas, hoy vigésimo segundo
domingo del tiempo el Señor nos invita a celebrar la
eucaristía de una manera muy particular, a dejarnos seducir y definir nuestra
vida de cristiano para seguirle como discípulos y discípulas dispuestos a
dejar todo por El.
En la liturgia de hoy continua el dialogo entre Jesús y sus discípulos, esta
vez le habla de la pasión y muerte que tenía que padecer, y este anuncio
se convierte un motivo de escándalo entre los discípulos que no entendían
el destino trágico de Jesús que cumple plenamente la voluntad del Padre.
Jesús nos invita a tomar una decisión radical para realizar la propia existencia
a través del servicio, de la entrega y el sacrificio de si mismo por su causa.
84
Plan de Pastoral - Agosto 2014
Ofrezcamos al Señor nuestras disposición de servicio y entrega,
participando en la misión que a cada uno de nosotros El nos ha encomendado
a pesar de la cruz y de los ataques que recibamos de tal modo que podamos
decir como El: “ No he venido a ser servido sino a servir” (Mc.10,45).
Dispongámonos a participar con alegría de esta Eucaristía, de pie y con
el cántico de entrada recibamos al mismo Jesús que viene a presidirla a
través de su ministro.
Primera Lectura: Jeremías 20, 7-9
El Profeta Jeremías llamado por Dios a la misión profética se siente solo
y abandonado, siente que Dios lo ha seducido pero todo se vuelve contra
él. Experimenta el deseo de abandonar su misión, pero no podía porque el
Señor lo impulsaba desde dentro a continuar su servicio. Escuchemos.
Lectura del libro de Jeremías
Me sedujiste, Señor, y me dejé seducir; me forzaste y me pudiste. Yo era
el hazmerreír todo el día, todos se burlaban de mí. Siempre que hablo tengo
que gritar: «Violencia», proclamando: «Destrucción.»
La palabra del Señor se volvió para mí oprobio y desprecio todo el día. Me
dije: «No me acordaré de él, no hablaré más en su nombre»; pero ella era en
mis entrañas fuego ardiente, encerrado en los huesos; intentaba contenerlo,
y no podía. Palabra de Dios.
Salmo responsorial: Sal 62, 2. 3-4. 5-6. 8-9 (R.: 2b)
R. Mi alma está sedienta de ti, Señor, Dios mío.
Oh Dios, tú eres mi Dios, por ti madrugo, mi alma está sedienta de ti; mi
carne tiene ansia de ti, como tierra reseca, agostada, sin agua. R.
¡Cómo te contemplaba en el santuario viendo tu fuerza y tu gloria! Tu
gracia vale más que la vida, te alabarán mis labios. R.
Toda mi vida te bendeciré y alzaré las manos invocándote. Me saciaré
como de enjundia y de manteca, y mis labios te alabarán jubilosos. R.
Porque fuiste mi auxilio, y a la sombra de tus alas canto con júbilo; mi
alma está unida a ti, y tu diestra me sostiene. R.
Segunda lectura: Romanos 12, 1-2
Cada cristiano está llamado a ofrecerse como ofrenda agradable a Dios
haciendo de su vida un continuo servicio a El y a sus hermanos. Escuchemos
.
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos
Les exhorto, hermanos, por la misericordia de Dios, a presentar sus
cuerpos como hostia viva, santa, agradable a Dios; éste es su culto razonable.
Y no se ajusten a este mundo, sino transfórmense por la renovación de la
mente, para que sepan discernir lo que es la voluntad de Dios, lo bueno, lo
que le agrada, lo perfecto. Palabra de Dios.
Aleluya Cf. Ef 1, 17-18
El Padre de nuestro Señor Jesucristo ilumine los ojos de nuestro corazón,
para que comprendamos cuál es la esperanza a la que nos llama.
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No he venido a ser servido sino a servir
Evangelio: Mateo 16,21-27.
El auténtico discípulo es el que sigue el ejemplo de servicio y entrega
de Jesús, dispuesto a cargar con su `propia cruz y a encontrartse con el
conflicto con aquellos que no soportan el Reino de Dios y no tienen los
criterios del Padre sino los del mundo. Puesto de pie aclamemos la Palabra
con el cántico.
+ Lectura del santo evangelio según san Mateo 16, 21-27
En aquel tiempo, empezó Jesús a explicar a sus discípulos que tenía
que ir a Jerusalén y padecer allí mucho por parte de los ancianos, sumos
sacerdotes y escribas, y que tenía que ser ejecutado y resucitar al tercer día
Pedro se lo llevó aparte y se puso a increparlo: -«¡No lo permita Dios,
Señor! Eso no puede pasarte.»
Jesús se volvió y dijo a Pedro: -«Quítate de mi vista, Satanás, que me
haces tropezar; tú piensas como los hombres, no como Dios.»
Entonces dijo Jesús a sus discípulos: -«El que quiera venir conmigo, que
se niegue a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga. Si uno quiere salvar
su vida, la perderá; pero el que la pierda por mí la encontrará. ¿De qué le
sirve a un hombre ganar el mundo entero, si arruina su vida?
¿O qué podrá dar para recobrarla? Porque el Hijo del hombre vendrá entre
sus ángeles, con la gloria de su Padre, y entonces pagará a cada uno según
su conducta. Palabra del Señor.
Meditación
El reconocimiento de Jesús como Mesías e Hijo de Dios, y la convocación
de la iglesia en torno a Pedro, crean el ámbito para que Jesús comience
a manifestar a los discípulos su destino, y para que ellos comprendan
desde la fe que deben seguirle por este mismo camino. En él se distinguen
claramente tres momentos: el primer anuncio de la pasión, el diálogo entre
Jesús y Pedro, y la enseñanza de Jesús a todos los discípulos. Jesús
da un paso adelante en su manifestación a los discípulos y les muestra
con claridad, que su camino hacia la gloria de la resurrección pasa por el
sufrimiento y la muerte.
La reacción de Pedro muestra que su comprensión del misterio de
Jesús: Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios, es aún imperfecta. A pesar de
la revelación que Dios le ha concedido, todavía ve en Jesús un Mesías
glorioso a la medida de las expectativas de su tiempo. Jesús rechaza su
actitud, porque es un obstáculo en su camino, y sus palabras, como las
de Satanás, quieren apartarle de él. Pedro no es todavía un discípulo
perfecto, por eso Jesús le repite la invitación que le dirigió en el lago, para
que se ponga detrás de él y le siga. Pedro representa aquí a los discípulos
de todos los tiempos, que se escandalizan ante las exigencias de Jesús, y
que necesitan volverse a colocar de nuevo en actitud de seguirle. Por eso
las siguientes palabras del Señor se dirigen a todos los discípulos, para
explicarles que en su vida deben compartir el camino de Jesús. Deben
renunciar a vivir por sí mismos, no deben tener miedo a arriesgar todo por
86
Plan de Pastoral - Agosto 2014
él; tampoco han de poner su confianza en las riquezas, porque lo definitivo
será cómo hayan vivido su entrega a los ojos del Padre.
Estas palabras de Jesús abren una nueva etapa para los discípulos,
que tienen que pasar de la incomprensión a la comprensión, y de una fe
insuficiente a la total adhesión de Jesús. Un programa, el propuesto por
Jesús, poco confortable para los seguidores: negarse a sí mismo, cargar
con la cruz y perder la vida en el seguimiento. Programa poco favorable
para Pedro que pronto se ha olvidado de las inspiraciones de lo alto.
Ahora vuelve a su pensamiento positivo, a saber por su cuenta, a
pensar como todos… Su reacción es suya: su programa, su perspectiva
triunfalista, ambiciosa, seductora de poder. Pedro ahora, rápidamente, se
ha convertido en “piedra de tropiezo”; no se construye como él piensa,
sino de otra forma: “Si uno quiere salvar su vida, la perderá; pero el que la
pierda por mí la encontrará.”
Oración universal
El que preside: Con fe viva en el Padre acudamos a El invocándole:
Padre, haz que seamos fieles a nuestra misión en toda circunstancia.
Por el Papa Francisco, los obispos, sacerdotes, diáconos, religiosas y
religiosos, para que se dejen seducir por el Señor y nunca vuelvan atrás en
su vocación de servicio al Pueblo de Dios. Roguemos al Señor.
- Por los gobernantes de todas las naciones, para que ejecuten las obras
que beneficien a su pueblo, especialmente a los pobres, aunque les traiga
ataques y desprecios de los poderosos de este mundo. Roguemos al
Señor.
- Por los enfermos, los indigentes y marginados, los que llevan sobre sus
hombros el peso de la cruz del sufrimiento, para que el Señor toque la fibra
interna de nuestro corazón y nos estimule a ayudarlos y a fortalecerlos.
Roguemos al Señor.
- Por todas nuestras familias para que guiadas por la Palabra puedan
asumir su rol, aún en medio de tantas amenazas que buscan destruirlas.
Roguemos al Señor.
- Por todos nosotros que con gozo participamos de esta acción de gracias,
para que a invitación de Jesús estemos dispuestos a servirle a El en su
pueblo desde una entrega de si mismo por su causa. Roguemos al Señor.
El que preside: Escucha nuestras oraciones Padre y haznos fuertes en
medio de la cruz personal y los ataques que nos sobrevienen por obedecerte
siguiendo tu Reino. Que nada ni nadie nos aparte de tu amor y de tu misión.
Por Jesucristo nuestro Señor.
87
No he venido a ser servido sino a servir
EXHORTACIÓN APOSTÓLICA EVANGELII GAUDIUM
DEL PAPA FRANCISCO SOBRE EL ANUNCIO
DEL EVANGELIO EN EL MUNDO ACTUAL
En este mes de Agosto dedicado a la Restauración de la República Dominicana es una
ocasión oportuna para que leamos, reflexionemos y oremos con el Papa Francisco sobre el
compromiso social que estamos llamados a desarrollar todos los que hemos aceptado a
Jesucristo como Señor y Salvador. CAPÍTULO CUARTO
LA DIMENSIÓN SOCIAL DE LA EVANGELIZACIÓN
176. Evangelizar es hacer presente en el mundo el Reino de Dios. Pero «ninguna definición
parcial o fragmentaria refleja la realidad rica, compleja y dinámica que comporta la evangelización,
si no es con el riesgo de empobrecerla e incluso mutilarla»[140]. Ahora quisiera compartir mis
inquietudes acerca de la dimensión social de la evangelización precisamente porque, si esta
dimensión no está debidamente explicitada, siempre se corre el riesgo de desfigurar el sentido
auténtico e integral que tiene la misión evangelizadora.
I. Las repercusiones comunitarias y sociales del kerygma
177. El kerygma tiene un contenido ineludiblemente social: en el corazón mismo del Evangelio
está la vida comunitaria y el compromiso con los otros. El contenido del primer anuncio tiene una
inmediata repercusión moral cuyo centro es la caridad.
Confesión de la fe y compromiso social
178. Confesar a un Padre que ama infinitamente a cada ser humano implica descubrir que
«con ello le confiere una dignidad infinita»[141]. Confesar que el Hijo de Dios asumió nuestra
carne humana significa que cada persona humana ha sido elevada al corazón mismo de Dios.
Confesar que Jesús dio su sangre por nosotros nos impide conservar alguna duda acerca del
amor sin límites que ennoblece a todo ser humano. Su redención tiene un sentido social porque
«Dios, en Cristo, no redime solamente la persona individual, sino también las relaciones sociales
entre los hombres»[142]. Confesar que el Espíritu Santo actúa en todos implica reconocer que Él
procura penetrar toda situación humana y todos los vínculos sociales: «El Espíritu Santo posee
una inventiva infinita, propia de una mente divina, que provee a desatar los nudos de los sucesos
humanos, incluso los más complejos e impenetrables»[143]. La evangelización procura cooperar
también con esa acción liberadora del Espíritu. El misterio mismo de la Trinidad nos recuerda
que fuimos hechos a imagen de esa comunión divina, por lo cual no podemos realizarnos ni
salvarnos solos. Desde el corazón del Evangelio reconocemos la íntima conexión que existe
entre evangelización y promoción humana, que necesariamente debe expresarse y desarrollarse
en toda acción evangelizadora. La aceptación del primer anuncio, que invita a dejarse amar por
Dios y a amarlo con el amor que Él mismo nos comunica, provoca en la vida de la persona y en
sus acciones una primera y fundamental reacción: desear, buscar y cuidar el bien de los demás.
179. Esta inseparable conexión entre la recepción del anuncio salvífico y un efectivo
amor fraterno está expresada en algunos textos de las Escrituras que conviene considerar
y meditar detenidamente para extraer de ellos todas sus consecuencias. Es un mensaje
al cual frecuentemente nos acostumbramos, lo repetimos casi mecánicamente, pero no nos
aseguramos de que tenga una real incidencia en nuestras vidas y en nuestras comunidades.
¡Qué peligroso y qué dañino es este acostumbramiento que nos lleva a perder el asombro, la
cautivación, el entusiasmo por vivir el Evangelio de la fraternidad y la justicia! La Palabra de
Dios enseña que en el hermano está la permanente prolongación de la Encarnación para cada
uno de nosotros: «Lo que hicisteis a uno de estos hermanos míos más pequeños, lo hicisteis
88
Plan de Pastoral - Agosto 2014
a mí» (Mt 25,40). Lo que hagamos con los demás tiene una dimensión trascendente: «Con la
medida con que midáis, se os medirá» (Mt 7,2); y responde a la misericordia divina con nosotros:
«Sed compasivos como vuestro Padre es compasivo. No juzguéis y no seréis juzgados; no
condenéis y no seréis condenados; perdonad y seréis perdonados; dad y se os dará […] Con
la medida con que midáis, se os medirá» (Lc 6,36-38). Lo que expresan estos textos es la
absoluta prioridad de la «salida de sí hacia el hermano» como uno de los dos mandamientos
principales que fundan toda norma moral y como el signo más claro para discernir acerca del
camino de crecimiento espiritual en respuesta a la donación absolutamente gratuita de Dios. Por
eso mismo «el servicio de la caridad es también una dimensión constitutiva de la misión de la
Iglesia y expresión irrenunciable de su propia esencia».[144] Así como la Iglesia es misionera por
naturaleza, también brota ineludiblemente de esa naturaleza la caridad efectiva con el prójimo, la
compasión que comprende, asiste y promueve.
El Reino que nos reclama
180. Leyendo las Escrituras queda por demás claro que la propuesta del Evangelio no
es sólo la de una relación personal con Dios. Nuestra respuesta de amor tampoco debería
entenderse como una mera suma de pequeños gestos personales dirigidos a algunos individuos
necesitados, lo cual podría constituir una «caridad a la carta», una serie de acciones tendentes
sólo a tranquilizar la propia conciencia. La propuesta es el Reino de Dios (cf. Lc 4,43); se trata de
amar a Dios que reina en el mundo. En la medida en que Él logre reinar entre nosotros, la vida
social será ámbito de fraternidad, de justicia, de paz, de dignidad para todos. Entonces, tanto el
anuncio como la experiencia cristiana tienden a provocar consecuencias sociales. Buscamos su
Reino: «Buscad ante todo el Reino de Dios y su justicia, y todo lo demás vendrá por añadidura»
(Mt 6,33). El proyecto de Jesús es instaurar el Reino de su Padre; Él pide a sus discípulos:
«¡Proclamad que está llegando el Reino de los cielos!» (Mt 10,7).
181. El Reino que se anticipa y crece entre nosotros lo toca todo y nos recuerda aquel
principio de discernimiento que Pablo VI proponía con relación al verdadero desarrollo: «Todos
los hombres y todo el hombre»[145]. Sabemos que «la evangelización no sería completa si
no tuviera en cuenta la interpelación recíproca que en el curso de los tiempos se establece
entre el Evangelio y la vida concreta, personal y social del hombre»[146]. Se trata del criterio de
universalidad, propio de la dinámica del Evangelio, ya que el Padre desea que todos los hombres
se salven y su plan de salvación consiste en «recapitular todas las cosas, las del cielo y las de la
tierra, bajo un solo jefe, que es Cristo» (Ef 1,10). El mandato es: «Id por todo el mundo, anunciad
la Buena Noticia a toda la creación» (Mc 16,15), porque «toda la creación espera ansiosamente
esta revelación de los hijos de Dios» (Rm 8,19). Toda la creación quiere decir también todos
los aspectos de la vida humana, de manera que «la misión del anuncio de la Buena Nueva de
Jesucristo tiene una destinación universal. Su mandato de caridad abraza todas las dimensiones
de la existencia, todas las personas, todos los ambientes de la convivencia y todos los pueblos.
Nada de lo humano le puede resultar extraño»[147]. La verdadera esperanza cristiana, que
busca el Reino escatológico, siempre genera historia.
La enseñanza de la Iglesia sobre cuestiones sociales
182. Las enseñanzas de la Iglesia sobre situaciones contingentes están sujetas a mayores
o nuevos desarrollos y pueden ser objeto de discusión, pero no podemos evitar ser concretos
—sin pretender entrar en detalles— para que los grandes principios sociales no se queden en
meras generalidades que no interpelan a nadie. Hace falta sacar sus consecuencias prácticas
para que «puedan incidir eficazmente también en las complejas situaciones actuales»[148]. Los
Pastores, acogiendo los aportes de las distintas ciencias, tienen derecho a emitir opiniones sobre
todo aquello que afecte a la vida de las personas, ya que la tarea evangelizadora implica y
exige una promoción integral de cada ser humano. Ya no se puede decir que la religión debe
recluirse en el ámbito privado y que está sólo para preparar las almas para el cielo. Sabemos
89
No he venido a ser servido sino a servir
que Dios quiere la felicidad de sus hijos también en esta tierra, aunque estén llamados a la
plenitud eterna, porque Él creó todas las cosas «para que las disfrutemos» (1 Tm 6,17), para
que todos puedan disfrutarlas. De ahí que la conversión cristiana exija revisar «especialmente
todo lo que pertenece al orden social y a la obtención del bien común»[149].
183. Por consiguiente, nadie puede exigirnos que releguemos la religión a la intimidad
secreta de las personas, sin influencia alguna en la vida social y nacional, sin preocuparnos
por la salud de las instituciones de la sociedad civil, sin opinar sobre los acontecimientos que
afectan a los ciudadanos. ¿Quién pretendería encerrar en un templo y acallar el mensaje de san
Francisco de Asís y de la beata Teresa de Calcuta? Ellos no podrían aceptarlo. Una auténtica
fe —que nunca es cómoda e individualista— siempre implica un profundo deseo de cambiar el
mundo, de transmitir valores, de dejar algo mejor detrás de nuestro paso por la tierra. Amamos
este magnífico planeta donde Dios nos ha puesto, y amamos a la humanidad que lo habita, con
todos sus dramas y cansancios, con sus anhelos y esperanzas, con sus valores y fragilidades. La
tierra es nuestra casa común y todos somos hermanos. Si bien «el orden justo de la sociedad y
del Estado es una tarea principal de la política», la Iglesia «no puede ni debe quedarse al margen
en la lucha por la justicia»[150]. Todos los cristianos, también los Pastores, están llamados a
preocuparse por la construcción de un mundo mejor. De eso se trata, porque el pensamiento
social de la Iglesia es ante todo positivo y propositivo, orienta una acción transformadora, y en
ese sentido no deja de ser un signo de esperanza que brota del corazón amante de Jesucristo.
Al mismo tiempo, une «el propio compromiso al que ya llevan a cabo en el campo social las
demás Iglesias y Comunidades eclesiales, tanto en el ámbito de la reflexión doctrinal como en
el ámbito práctico»[151].
184. No es el momento para desarrollar aquí todas las graves cuestiones sociales que
afectan al mundo actual, algunas de las cuales comenté en el capítulo segundo. Éste no es un
documento social, y para reflexionar acerca de esos diversos temas tenemos un instrumento
muy adecuado en el Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia, cuyo uso y estudio
recomiendo vivamente. Además, ni el Papa ni la Iglesia tienen el monopolio en la interpretación
de la realidad social o en la propuesta de soluciones para los problemas contemporáneos. Puedo
repetir aquí lo que lúcidamente indicaba Pablo VI: «Frente a situaciones tan diversas, nos es
difícil pronunciar una palabra única, como también proponer una solución con valor universal.
No es éste nuestro propósito ni tampoco nuestra misión. Incumbe a las comunidades cristianas
analizar con objetividad la situación propia de su país»[152].
185. A continuación procuraré concentrarme en dos grandes cuestiones que me parecen
fundamentales en este momento de la historia. Las desarrollaré con bastante amplitud porque
considero que determinarán el futuro de la humanidad. Se trata, en primer lugar, de la inclusión
social de los pobres y, luego, de la paz y el diálogo social.
II. La inclusión social de los pobres
186. De nuestra fe en Cristo hecho pobre, y siempre cercano a los pobres y excluidos, brota
la preocupación por el desarrollo integral de los más abandonados de la sociedad.
Unidos a Dios escuchamos un clamor
187. Cada cristiano y cada comunidad están llamados a ser instrumentos de Dios para
la liberación y promoción de los pobres, de manera que puedan integrarse plenamente en
la sociedad; esto supone que seamos dóciles y atentos para escuchar el clamor del pobre y
socorrerlo. Basta recorrer las Escrituras para descubrir cómo el Padre bueno quiere escuchar
el clamor de los pobres: «He visto la aflicción de mi pueblo en Egipto, he escuchado su clamor
ante sus opresores y conozco sus sufrimientos. He bajado para librarlo […] Ahora, pues, ve, yo
te envío…» (Ex 3,7-8.10), y se muestra solícito con sus necesidades: «Entonces los israelitas
clamaron al Señor y Él les suscitó un libertador» (Jc 3,15). Hacer oídos sordos a ese clamor,
cuando nosotros somos los instrumentos de Dios para escuchar al pobre, nos sitúa fuera de
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Plan de Pastoral - Agosto 2014
la voluntad del Padre y de su proyecto, porque ese pobre «clamaría al Señor contra ti y tú
te cargarías con un pecado» (Dt 15,9). Y la falta de solidaridad en sus necesidades afecta
directamente a nuestra relación con Dios: «Si te maldice lleno de amargura, su Creador
escuchará su imprecación» (Si 4,6). Vuelve siempre la vieja pregunta: «Si alguno que posee
bienes del mundo ve a su hermano que está necesitado y le cierra sus entrañas, ¿cómo puede
permanecer en él el amor de Dios?» (1 Jn 3,17). Recordemos también con cuánta contundencia
el Apóstol Santiago retomaba la figura del clamor de los oprimidos: «El salario de los obreros que
segaron vuestros campos, y que no habéis pagado, está gritando. Y los gritos de los segadores
han llegado a los oídos del Señor de los ejércitos» (5,4).
188. La Iglesia ha reconocido que la exigencia de escuchar este clamor brota de la misma
obra liberadora de la gracia en cada uno de nosotros, por lo cual no se trata de una misión
reservada sólo a algunos: «La Iglesia, guiada por el Evangelio de la misericordia y por el amor al
hombre, escucha el clamor por la justicia y quiere responder a él con todas sus fuerzas»[153]. En
este marco se comprende el pedido de Jesús a sus discípulos: «¡Dadles vosotros de comer!»
(Mc 6,37), lo cual implica tanto la cooperación para resolver las causas estructurales de la
pobreza y para promover el desarrollo integral de los pobres, como los gestos más simples
y cotidianos de solidaridad ante las miserias muy concretas que encontramos. La palabra
«solidaridad» está un poco desgastada y a veces se la interpreta mal, pero es mucho más que
algunos actos esporádicos de generosidad. Supone crear una nueva mentalidad que piense en
términos de comunidad, de prioridad de la vida de todos sobre la apropiación de los bienes por
parte de algunos.
189. La solidaridad es una reacción espontánea de quien reconoce la función social de la
propiedad y el destino universal de los bienes como realidades anteriores a la propiedad privada.
La posesión privada de los bienes se justifica para cuidarlos y acrecentarlos de manera que
sirvan mejor al bien común, por lo cual la solidaridad debe vivirse como la decisión de devolverle
al pobre lo que le corresponde. Estas convicciones y hábitos de solidaridad, cuando se hacen
carne, abren camino a otras transformaciones estructurales y las vuelven posibles. Un cambio
en las estructuras sin generar nuevas convicciones y actitudes dará lugar a que esas mismas
estructuras tarde o temprano se vuelvan corruptas, pesadas e ineficaces.
190. A veces se trata de escuchar el clamor de pueblos enteros, de los pueblos más pobres
de la tierra, porque «la paz se funda no sólo en el respeto de los derechos del hombre, sino
también en el de los derechos de los pueblos»[154]. Lamentablemente, aun los derechos
humanos pueden ser utilizados como justificación de una defensa exacerbada de los derechos
individuales o de los derechos de los pueblos más ricos. Respetando la independencia y la
cultura de cada nación, hay que recordar siempre que el planeta es de toda la humanidad y para
toda la humanidad, y que el solo hecho de haber nacido en un lugar con menores recursos o
menor desarrollo no justifica que algunas personas vivan con menor dignidad. Hay que repetir
que «los más favorecidos deben renunciar a algunos de sus derechos para poner con mayor
liberalidad sus bienes al servicio de los demás»[155]. Para hablar adecuadamente de nuestros
derechos necesitamos ampliar más la mirada y abrir los oídos al clamor de otros pueblos o de
otras regiones del propio país. Necesitamos crecer en una solidaridad que «debe permitir a todos
los pueblos llegar a ser por sí mismos artífices de su destino»[156], así como «cada hombre está
llamado a desarrollarse»[157].
191. En cada lugar y circunstancia, los cristianos, alentados por sus Pastores, están
llamados a escuchar el clamor de los pobres, como tan bien expresaron los Obispos de Brasil:
«Deseamos asumir, cada día, las alegrías y esperanzas, las angustias y tristezas del pueblo
brasileño, especialmente de las poblaciones de las periferias urbanas y de las zonas rurales
—sin tierra, sin techo, sin pan, sin salud— lesionadas en sus derechos. Viendo sus miserias,
escuchando sus clamores y conociendo su sufrimiento, nos escandaliza el hecho de saber que
existe alimento suficiente para todos y que el hambre se debe a la mala distribución de los bienes
y de la renta. El problema se agrava con la práctica generalizada del desperdicio»[158].
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No he venido a ser servido sino a servir
192. Pero queremos más todavía, nuestro sueño vuela más alto. No hablamos sólo de
asegurar a todos la comida, o un «decoroso sustento», sino de que tengan «prosperidad sin
exceptuar bien alguno»[159]. Esto implica educación, acceso al cuidado de la salud y
especialmente trabajo, porque en el trabajo libre, creativo, participativo y solidario, el ser humano
expresa y acrecienta la dignidad de su vida. El salario justo permite el acceso adecuado a los
demás bienes que están destinados al uso común.
Fidelidad al Evangelio para no correr en vano
193. El imperativo de escuchar el clamor de los pobres se hace carne en nosotros cuando se
nos estremecen las entrañas ante el dolor ajeno. Releamos algunas enseñanzas de la Palabra
de Dios sobre la misericordia, para que resuenen con fuerza en la vida de la Iglesia. El Evangelio
proclama: «Felices los misericordiosos, porque obtendrán misericordia» (Mt 5,7). El Apóstol
Santiago enseña que la misericordia con los demás nos permite salir triunfantes en el juicio
divino: «Hablad y obrad como corresponde a quienes serán juzgados por una ley de libertad.
Porque tendrá un juicio sin misericordia el que no tuvo misericordia; pero la misericordia triunfa
en el juicio» (2,12-13). En este texto, Santiago se muestra como heredero de lo más rico de
la espiritualidad judía del postexilio, que atribuía a la misericordia un especial valor salvífico:
«Rompe tus pecados con obras de justicia, y tus iniquidades con misericordia para con los
pobres, para que tu ventura sea larga» (Dn 4,24). En esta misma línea, la literatura sapiencial
habla de la limosna como ejercicio concreto de la misericordia con los necesitados: «La limosna
libra de la muerte y purifica de todo pecado» (Tb 12,9). Más gráficamente aún lo expresa el
Eclesiástico: «Como el agua apaga el fuego llameante, la limosna perdona los pecados» (3,30).
La misma síntesis aparece recogida en el Nuevo Testamento: «Tened ardiente caridad unos
por otros, porque la caridad cubrirá la multitud de los pecados» (1 Pe 4,8). Esta verdad penetró
profundamente la mentalidad de los Padres de la Iglesia y ejerció una resistencia profética
contracultural ante el individualismo hedonista pagano. Recordemos sólo un ejemplo: «Así
como, en peligro de incendio, correríamos a buscar agua para apagarlo […] del mismo modo,
si de nuestra paja surgiera la llama del pecado, y por eso nos turbamos, una vez que se nos
ofrezca la ocasión de una obra llena de misericordia, alegrémonos de ella como si fuera una
fuente que se nos ofrezca en la que podamos sofocar el incendio»[160].
194. Es un mensaje tan claro, tan directo, tan simple y elocuente, que ninguna hermenéutica
eclesial tiene derecho a relativizarlo. La reflexión de la Iglesia sobre estos textos no debería
oscurecer o debilitar su sentido exhortativo, sino más bien ayudar a asumirlos con valentía
y fervor. ¿Para qué complicar lo que es tan simple? Los aparatos conceptuales están para
favorecer el contacto con la realidad que pretenden explicar, y no para alejarnos de ella. Esto
vale sobre todo para las exhortaciones bíblicas que invitan con tanta contundencia al amor
fraterno, al servicio humilde y generoso, a la justicia, a la misericordia con el pobre. Jesús nos
enseñó este camino de reconocimiento del otro con sus palabras y con sus gestos. ¿Para qué
oscurecer lo que es tan claro? No nos preocupemos sólo por no caer en errores doctrinales, sino
también por ser fieles a este camino luminoso de vida y de sabiduría. Porque «a los defensores
de “la ortodoxia” se dirige a veces el reproche de pasividad, de indulgencia o de complicidad
culpables respecto a situaciones de injusticia intolerables y a los regímenes políticos que las
mantienen»[161].
195. Cuando san Pablo se acercó a los Apóstoles de Jerusalén para discernir «si corría o
había corrido en vano» (Ga 2,2), el criterio clave de autenticidad que le indicaron fue que no se
olvidara de los pobres (cf. Ga 2,10). Este gran criterio, para que las comunidades paulinas no se
dejaran devorar por el estilo de vida individualista de los paganos, tiene una gran actualidad en
el contexto presente, donde tiende a desarrollarse un nuevo paganismo individualista. La belleza
misma del Evangelio no siempre puede ser adecuadamente manifestada por nosotros, pero
hay un signo que no debe faltar jamás: la opción por los últimos, por aquellos que la sociedad
descarta y desecha.
92
Plan de Pastoral - Agosto 2014
196. A veces somos duros de corazón y de mente, nos olvidamos, nos entretenemos, nos
extasiamos con las inmensas posibilidades de consumo y de distracción que ofrece esta sociedad.
Así se produce una especie de alienación que nos afecta a todos, ya que «está alienada una
sociedad que, en sus formas de organización social, de producción y de consumo, hace más
difícil la realización de esta donación y la formación de esa solidaridad interhumana».[162]
El lugar privilegiado de los pobres en el Pueblo de Dios
197. El corazón de Dios tiene un sitio preferencial para los pobres, tanto que hasta Él mismo
«se hizo pobre» (2 Co 8,9). Todo el camino de nuestra redención está signado por los pobres.
Esta salvación vino a nosotros a través del «sí» de una humilde muchacha de un pequeño pueblo
perdido en la periferia de un gran imperio. El Salvador nació en un pesebre, entre animales,
como lo hacían los hijos de los más pobres; fue presentado en el Templo junto con dos pichones,
la ofrenda de quienes no podían permitirse pagar un cordero (cf. Lc 2,24; Lv 5,7); creció en un
hogar de sencillos trabajadores y trabajó con sus manos para ganarse el pan. Cuando comenzó
a anunciar el Reino, lo seguían multitudes de desposeídos, y así manifestó lo que Él mismo
dijo: «El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido. Me ha enviado para anunciar el
Evangelio a los pobres» (Lc 4,18). A los que estaban cargados de dolor, agobiados de pobreza,
les aseguró que Dios los tenía en el centro de su corazón: «¡Felices vosotros, los pobres, porque
el Reino de Dios os pertenece!» (Lc 6,20); con ellos se identificó: «Tuve hambre y me disteis de
comer», y enseñó que la misericordia hacia ellos es la llave del cielo (cf. Mt 25,35s).
198. Para la Iglesia la opción por los pobres es una categoría teológica antes que cultural,
sociológica, política o filosófica. Dios les otorga «su primera misericordia»[163]. Esta preferencia
divina tiene consecuencias en la vida de fe de todos los cristianos, llamados a tener «los mismos
sentimientos de Jesucristo» (Flp 2,5). Inspirada en ella, la Iglesia hizo una opción por los
pobres entendida como una «forma especial de primacía en el ejercicio de la caridad cristiana,
de la cual da testimonio toda la tradición de la Iglesia»[164]. Esta opción —enseñaba Benedicto
XVI— «está implícita en la fe cristológica en aquel Dios que se ha hecho pobre por nosotros, para
enriquecernos con su pobreza»[165]. Por eso quiero una Iglesia pobre para los pobres. Ellos
tienen mucho que enseñarnos. Además de participar del sensus fidei, en sus propios dolores
conocen al Cristo sufriente. Es necesario que todos nos dejemos evangelizar por ellos. La nueva
evangelización es una invitación a reconocer la fuerza salvífica de sus vidas y a ponerlos en
el centro del camino de la Iglesia. Estamos llamados a descubrir a Cristo en ellos, a prestarles
nuestra voz en sus causas, pero también a ser sus amigos, a escucharlos, a interpretarlos y a
recoger la misteriosa sabiduría que Dios quiere comunicarnos a través de ellos.
199. Nuestro compromiso no consiste exclusivamente en acciones o en programas de
promoción y asistencia; lo que el Espíritu moviliza no es un desborde activista, sino ante todo
una atención puesta en el otro «considerándolo como uno consigo»[166]. Esta atención amante
es el inicio de una verdadera preocupación por su persona, a partir de la cual deseo buscar
efectivamente su bien. Esto implica valorar al pobre en su bondad propia, con su forma de
ser, con su cultura, con su modo de vivir la fe. El verdadero amor siempre es contemplativo,
nos permite servir al otro no por necesidad o por vanidad, sino porque él es bello, más allá
de su apariencia: «Del amor por el cual a uno le es grata la otra persona depende que le dé
algo gratis»[167]. El pobre, cuando es amado, «es estimado como de alto valor»[168], y esto
diferencia la auténtica opción por los pobres de cualquier ideología, de cualquier intento de
utilizar a los pobres al servicio de intereses personales o políticos. Sólo desde esta cercanía
real y cordial podemos acompañarlos adecuadamente en su camino de liberación. Únicamente
esto hará posible que «los pobres, en cada comunidad cristiana, se sientan como en su casa.
¿No sería este estilo la más grande y eficaz presentación de la Buena Nueva del Reino?»[169].
Sin la opción preferencial por los más pobres, «el anuncio del Evangelio, aun siendo la primera
caridad, corre el riesgo de ser incomprendido o de ahogarse en el mar de palabras al que la
actual sociedad de la comunicación nos somete cada día»[170].
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No he venido a ser servido sino a servir
200. Puesto que esta Exhortación se dirige a los miembros de la Iglesia católica quiero
expresar con dolor que la peor discriminación que sufren los pobres es la falta de atención
espiritual. La inmensa mayoría de los pobres tiene una especial apertura a la fe; necesitan a
Dios y no podemos dejar de ofrecerles su amistad, su bendición, su Palabra, la celebración de
los Sacramentos y la propuesta de un camino de crecimiento y de maduración en la fe. La opción
preferencial por los pobres debe traducirse principalmente en una atención religiosa privilegiada
y prioritaria.
201. Nadie debería decir que se mantiene lejos de los pobres porque sus opciones de vida
implican prestar más atención a otros asuntos. Ésta es una excusa frecuente en ambientes
académicos, empresariales o profesionales, e incluso eclesiales. Si bien puede decirse en
general que la vocación y la misión propia de los fieles laicos es la transformación de las distintas
realidades terrenas para que toda actividad humana sea transformada por el Evangelio[171],
nadie puede sentirse exceptuado de la preocupación por los pobres y por la justicia social: «La
conversión espiritual, la intensidad del amor a Dios y al prójimo, el celo por la justicia y la paz,
el sentido evangélico de los pobres y de la pobreza, son requeridos a todos»[172]. Temo que
también estas palabras sólo sean objeto de algunos comentarios sin una verdadera incidencia
práctica. No obstante, confío en la apertura y las buenas disposiciones de los cristianos, y os
pido que busquéis comunitariamente nuevos caminos para acoger esta renovada propuesta.
Economía y distribución del ingreso
202. La necesidad de resolver las causas estructurales de la pobreza no puede esperar, no
sólo por una exigencia pragmática de obtener resultados y de ordenar la sociedad, sino para
sanarla de una enfermedad que la vuelve frágil e indigna y que sólo podrá llevarla a nuevas
crisis. Los planes asistenciales, que atienden ciertas urgencias, sólo deberían pensarse como
respuestas pasajeras. Mientras no se resuelvan radicalmente los problemas de los pobres,
renunciando a la autonomía absoluta de los mercados y de la especulación financiera y atacando
las causas estructurales de la inequidad[173], no se resolverán los problemas del mundo y en
definitiva ningún problema. La inequidad es raíz de los males sociales.
203. La dignidad de cada persona humana y el bien común son cuestiones que deberían
estructurar toda política económica, pero a veces parecen sólo apéndices agregados desde
fuera para completar un discurso político sin perspectivas ni programas de verdadero desarrollo
integral. ¡Cuántas palabras se han vuelto molestas para este sistema! Molesta que se hable
de ética, molesta que se hable de solidaridad mundial, molesta que se hable de distribución de
los bienes, molesta que se hable de preservar las fuentes de trabajo, molesta que se hable de
la dignidad de los débiles, molesta que se hable de un Dios que exige un compromiso por la
justicia. Otras veces sucede que estas palabras se vuelven objeto de un manoseo oportunista
que las deshonra. La cómoda indiferencia ante estas cuestiones vacía nuestra vida y nuestras
palabras de todo significado. La vocación de un empresario es una noble tarea, siempre que se
deje interpelar por un sentido más amplio de la vida; esto le permite servir verdaderamente al
bien común, con su esfuerzo por multiplicar y volver más accesibles para todos los bienes de
este mundo.
204. Ya no podemos confiar en las fuerzas ciegas y en la mano invisible del mercado.
El crecimiento en equidad exige algo más que el crecimiento económico, aunque lo supone,
requiere decisiones, programas, mecanismos y procesos específicamente orientados a una
mejor distribución del ingreso, a una creación de fuentes de trabajo, a una promoción integral
de los pobres que supere el mero asistencialismo. Estoy lejos de proponer un populismo
irresponsable, pero la economía ya no puede recurrir a remedios que son un nuevo veneno,
como cuando se pretende aumentar la rentabilidad reduciendo el mercado laboral y creando así
nuevos excluidos.
205. ¡Pido a Dios que crezca el número de políticos capaces de entrar en un auténtico
diálogo que se oriente eficazmente a sanar las raíces profundas y no la apariencia de los males
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Plan de Pastoral - Agosto 2014
de nuestro mundo! La política, tan denigrada, es una altísima vocación, es una de las formas más
preciosas de la caridad, porque busca el bien común[174]. Tenemos que convencernos de que
la caridad «no es sólo el principio de las micro-relaciones, como en las amistades, la familia, el
pequeño grupo, sino también de las macro-relaciones, como las relaciones sociales, económicas
y políticas»[175]. ¡Ruego al Señor que nos regale más políticos a quienes les duela de verdad
la sociedad, el pueblo, la vida de los pobres! Es imperioso que los gobernantes y los poderes
financieros levanten la mirada y amplíen sus perspectivas, que procuren que haya trabajo digno,
educación y cuidado de la salud para todos los ciudadanos. ¿Y por qué no acudir a Dios para
que inspire sus planes? Estoy convencido de que a partir de una apertura a la trascendencia
podría formarse una nueva mentalidad política y económica que ayudaría a superar la dicotomía
absoluta entre la economía y el bien común social.
206. La economía, como la misma palabra indica, debería ser el arte de alcanzar una
adecuada administración de la casa común, que es el mundo entero. Todo acto económico de
envergadura realizado en una parte del planeta repercute en el todo; por ello ningún gobierno
puede actuar al margen de una responsabilidad común. De hecho, cada vez se vuelve más difícil
encontrar soluciones locales para las enormes contradicciones globales, por lo cual la política
local se satura de problemas a resolver. Si realmente queremos alcanzar una sana economía
mundial, hace falta en estos momentos de la historia un modo más eficiente de interacción que,
dejando a salvo la soberanía de las naciones, asegure el bienestar económico de todos los
países y no sólo de unos pocos.
207. Cualquier comunidad de la Iglesia, en la medida en que pretenda subsistir tranquila
sin ocuparse creativamente y cooperar con eficiencia para que los pobres vivan con dignidad y
para incluir a todos, también correrá el riesgo de la disolución, aunque hable de temas sociales
o critique a los gobiernos. Fácilmente terminará sumida en la mundanidad espiritual, disimulada
con prácticas religiosas, con reuniones infecundas o con discursos vacíos.
208. Si alguien se siente ofendido por mis palabras, le digo que las expreso con afecto y con
la mejor de las intenciones, lejos de cualquier interés personal o ideología política. Mi palabra
no es la de un enemigo ni la de un opositor. Sólo me interesa procurar que aquellos que están
esclavizados por una mentalidad individualista, indiferente y egoísta, puedan liberarse de esas
cadenas indignas y alcancen un estilo de vida y de pensamiento más humano, más noble, más
fecundo, que dignifique su paso por esta tierra.
Cuidar la fragilidad
209. Jesús, el evangelizador por excelencia y el Evangelio en persona, se identifica
especialmente con los más pequeños (cf. Mt25,40). Esto nos recuerda que todos los cristianos
estamos llamados a cuidar a los más frágiles de la tierra. Pero en el vigente modelo «exitista» y
«privatista» no parece tener sentido invertir para que los lentos, débiles o menos dotados puedan
abrirse camino en la vida.
210. Es indispensable prestar atención para estar cerca de nuevas formas de pobreza y
fragilidad donde estamos llamados a reconocer a Cristo sufriente, aunque eso aparentemente
no nos aporte beneficios tangibles e inmediatos: los sin techo, los toxicodependientes, los
refugiados, los pueblos indígenas, los ancianos cada vez más solos y abandonados, etc. Los
migrantes me plantean un desafío particular por ser Pastor de una Iglesia sin fronteras que se
siente madre de todos. Por ello, exhorto a los países a una generosa apertura, que en lugar de
temer la destrucción de la identidad local sea capaz de crear nuevas síntesis culturales. ¡Qué
hermosas son las ciudades que superan la desconfianza enfermiza e integran a los diferentes, y
que hacen de esa integración un nuevo factor de desarrollo! ¡Qué lindas son las ciudades que,
aun en su diseño arquitectónico, están llenas de espacios que conectan, relacionan, favorecen
el reconocimiento del otro!
211. Siempre me angustió la situación de los que son objeto de las diversas formas de trata
de personas. Quisiera que se escuchara el grito de Dios preguntándonos a todos: «¿Dónde
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No he venido a ser servido sino a servir
está tu hermano?» (Gn 4,9). ¿Dónde está tu hermano esclavo? ¿Dónde está ese que estás
matando cada día en el taller clandestino, en la red de prostitución, en los niños que utilizas para
mendicidad, en aquel que tiene que trabajar a escondidas porque no ha sido formalizado? No
nos hagamos los distraídos. Hay mucho de complicidad. ¡La pregunta es para todos! En nuestras
ciudades está instalado este crimen mafioso y aberrante, y muchos tienen las manos preñadas
de sangre debido a la complicidad cómoda y muda.
212. Doblemente pobres son las mujeres que sufren situaciones de exclusión, maltrato y
violencia, porque frecuentemente se encuentran con menores posibilidades de defender sus
derechos. Sin embargo, también entre ellas encontramos constantemente los más admirables
gestos de heroísmo cotidiano en la defensa y el cuidado de la fragilidad de sus familias.
213. Entre esos débiles, que la Iglesia quiere cuidar con predilección, están también los
niños por nacer, que son los más indefensos e inocentes de todos, a quienes hoy se les quiere
negar su dignidad humana en orden a hacer con ellos lo que se quiera, quitándoles la vida y
promoviendo legislaciones para que nadie pueda impedirlo. Frecuentemente, para ridiculizar
alegremente la defensa que la Iglesia hace de sus vidas, se procura presentar su postura como
algo ideológico, oscurantista y conservador. Sin embargo, esta defensa de la vida por nacer
está íntimamente ligada a la defensa de cualquier derecho humano. Supone la convicción de
que un ser humano es siempre sagrado e inviolable, en cualquier situación y en cada etapa de
su desarrollo. Es un fin en sí mismo y nunca un medio para resolver otras dificultades. Si esta
convicción cae, no quedan fundamentos sólidos y permanentes para defender los derechos
humanos, que siempre estarían sometidos a conveniencias circunstanciales de los poderosos
de turno. La sola razón es suficiente para reconocer el valor inviolable de cualquier vida humana,
pero si además la miramos desde la fe, «toda violación de la dignidad personal del ser humano
grita venganza delante de Dios y se configura como ofensa al Creador del hombre»[176].
214. Precisamente porque es una cuestión que hace a la coherencia interna de nuestro
mensaje sobre el valor de la persona humana, no debe esperarse que la Iglesia cambie su
postura sobre esta cuestión. Quiero ser completamente honesto al respecto. Éste no es un
asunto sujeto a supuestas reformas o «modernizaciones». No es progresista pretender resolver
los problemas eliminando una vida humana. Pero también es verdad que hemos hecho poco para
acompañar adecuadamente a las mujeres que se encuentran en situaciones muy duras, donde
el aborto se les presenta como una rápida solución a sus profundas angustias, particularmente
cuando la vida que crece en ellas ha surgido como producto de una violación o en un contexto de
extrema pobreza. ¿Quién puede dejar de comprender esas situaciones de tanto dolor?
215. Hay otros seres frágiles e indefensos, que muchas veces quedan a merced de los
intereses económicos o de un uso indiscriminado. Me refiero al conjunto de la creación. Los seres
humanos no somos meros beneficiarios, sino custodios de las demás criaturas. Por nuestra realidad
corpórea, Dios nos ha unido tan estrechamente al mundo que nos rodea, que la desertificación del
suelo es como una enfermedad para cada uno, y podemos lamentar la extinción de una especie
como si fuera una mutilación. No dejemos que a nuestro paso queden signos de destrucción y
de muerte que afecten nuestra vida y la de las futuras generaciones[177]. En este sentido, hago
propio el bello y profético lamento que hace varios años expresaron los Obispos de Filipinas: «Una
increíble variedad de insectos vivían en el bosque y estaban ocupados con todo tipo de tareas
[…] Los pájaros volaban por el aire, sus plumas brillantes y sus diferentes cantos añadían color y
melodía al verde de los bosques [...] Dios quiso esta tierra para nosotros, sus criaturas especiales,
pero no para que pudiéramos destruirla y convertirla en un páramo [...] Después de una sola noche
de lluvia, mira hacia los ríos de marrón chocolate de tu localidad, y recuerda que se llevan la sangre
viva de la tierra hacia el mar [...] ¿Cómo van a poder nadar los peces en alcantarillas como el río
Pasig y tantos otros ríos que hemos contaminado? ¿Quién ha convertido el maravilloso mundo
marino en cementerios subacuáticos despojados de vida y de color?»[178].
216. Pequeños pero fuertes en el amor de Dios, como san Francisco de Asís, todos los
cristianos estamos llamados a cuidar la fragilidad del pueblo y del mundo en que vivimos.
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