PANIOA 88 TF\~KF\S Para FRFlY RFlBELflIS, Poeta, muy fraternalment e. 1 Fue en e! Yosiwara una tarde rosa. En tu estuche de oro había luz de rosa, y en la tarde había gran melancolía, que las tarde sufren de melancolía. Tu blanco kimono de seda y de raso ceñía lascivo tu cuerpo de raso, y una oculta mano IIQraba en la biwa con esa tristeza que tiene la biwa . y los pebeteros sobre el verde jade ardían silenciosos. Tus ojos de jade soñaban vagando por las criptomerias y tenían la sombra de ias criptomerias. y resucitaron sobre tu abanico paisajes ya muertoSi y era tu abanico un lago muy vago de lotos sagrados donde iban bogando los ibis sagrados. ' Bajo los cerezos del jardín. floridos fingían las wistarias tus .Iabios floridosi mientras a la so mbra de una rosa té¡ tomabas tu blanca tacita de té, al través del fino cristal del saké me miré en tu alma de té y de saké. 11 (LF\ GUEIS5F\) Entre el canto loco de los samisenes semejan tus risas voz de samisenes, y en las rubias copas, el saké dorado ©Biblioteca Nacional de Colombia 89 PANIDA da el lánguido sueño de un Pa ís Dorado. y pasas divina, divina, divina, fingiendo en tu cuerpo de nieve divina un vértigo rojo que enciende la Vida y canta canciones de amor y de vida. Los biombos nipones, los biombos azules, saben tu secretos de noches azules. Cuando florecieron todos los cerezos para los amores bajo los cerezos, en, el kiosko blanco del jardín, las flores vieron tus amores de besos y flores . y ardieron tus labios como crysantemos en el jardín rojo de los crysantemos. Tus manos exiguas de blancor de lotos se vieron más blancas que los blancos lotos. ¡Oh las torrecillas de nieve y marfil que vieron tu cuerpo de rosa y marfil! En la alfombra roja tu cuerpo de nieve semeja una rosa cubierta de nieve, y tu alma nipona de gueisha divina pasa por la alfombra divina, divina. FERNANDO VILLALBA ©Biblioteca Nacional de Colombia