www.pulso.cl • Viernes 24 de abril de 2015 @pulso_tw facebook.com/pulsochile “¿Es posible mantener un Gobierno de profundas transformaciones o más bien debemos dedicarnos a administrar de manera eficiente los recursos que hoy disponemos?”. “Tenemos un Gobierno paralizado y dividido; la Nueva Mayoría sin saber cómo enfrentar la arista SQM y sus consecuencias; la oposición no existe y está sumida en la completa irrelevancia”. “Esta ha sido la crisis más grave que hemos vivido desde la transición a la democracia. Sin embargo, nunca se había generado tal vacío de poder, incapacidad de conducción y soporte para ver la luz al final del túnel”. EN PORTADA 5 “Los partidos están secos porque se les acabaron todas las fuentes de financiamiento”. “No hay ningún momento -y hace muchos años me dedico a esto- en que haya visto un mayor nivel de desconfianza. No hay registro de un momento así”. “Hay salida todavía y el camino de salida pasa por la Presidenta, porque aún con la caída, ella conserva un capital de liderazgo importante. Es el mayor capital político del país hoy”. “Es un período de mucha “Estamos en un momento perplejidad y confusión. La pesimista, pero estamos Presidenta está golpeada” muy lejos de una crisis” Plantea que, aunque Chile ha enfrentado crisis mayores, nunca había carecido de la conducción necesaria para “encontrar la luz al final del túnel”. —Antes de partir su presentación, Jorge Navarrete dijo pertenecer a la “familia de la centroizquierda”. Esto, aunque en octubre de 2013 renunció a sus 25 de militancia en la DC, dejando atrás su trabajo como subsecretario y asesor en gobiernos de la hoy cuestionada Concertación. Con la Nueva Mayoría instalada al mando, el abogado desmenuza el primer año de Bachelet. “Uno podría hacer un largo listado de errores y desaciertos. Las cosas no han resultado como hubiéramos esperado”, dice. Según Navarrete, durante 2014 hubo tres condiciones “que cambiaron el escenario”: la resistencia ciudadana frente a las reformas, que explica la baja de popularidad del Gobierno y la Presidenta; la desaceleración económica que impactó en las expectativas de las personas y los inversionistas; y una incertidumbre más estructural, por ejemplo, con motivo de las bombas en el Metro o los problemas del transporte público. “¿Es posible mantener un gobierno de profundas transformaciones o más bien debemos dedicarnos a administrar de manera eficiente los recursos que hoy ya disponemos?”, es una de las interrogantes que según Navarrete dejó el año pasado. Pero, dijo, “el inicio de 2015 fue de terror. A mediados de febrero nos enteramos de un caso que golpearía de manera definitiva a este Gobierno y a la Presidenta. Caval golpeó en la línea de flotación al discurso de la igualdad y el fin de los privilegios”. Según Navarrete, “estamos en un momento de mucha perplejidad y confusión. La Presidenta está golpeada, como muchos de nosotros hemos podido advertir; tenemos un gobierno paralizado y dividido; la Nueva Mayoría sin saber cómo enfrentar la arista SQM y sus dolorosas consecuencias; la oposición no existe y está sumida en la completa irrelevancia. Pero objetivamente esta ha sido la crisis más grave que hemos vivido desde la transición a la democracia, Sin embargo, nunca se había generado tal vacío de poder e incapacidad de conducción y soporte para ver la luz al final del túnel”. Dice Navarrete que hoy estamos en un punto de inflexión, que urge un cambio de gabinete, aunque con ello no será suficiente. Y agrega: “no es posible que nos pasemos los próximos años en investigaciones donde tres nuevos nombres por semana se sumen a estos escándalos. Nuestra fragilidad institucional requiere tanto de la verdad, como también de una amplia y mayoritaria solución para sortear este difícil momento”.P RF Problemas: La Nueva Mayoría con el caso SQM, una oposición irrelevante y un Gobierno paralizado. El presidente de Adimark advierte que el escenario “podría ser peor” y que la salida depende solo de la Presidenta Bachelet. —Dice Roberto Méndez, que hay cifras que “miro todas las noches antes de quedarme dormido”. No solo porque sintetizan más de 30 años dedicado a los estudios de opinión, sino porque hoy son síntoma evidente del estado del país. Estado que, según Méndez, todavía no es de crisis total. “El 2014 fue un año difícil. Estamos en un momento pesimista pero estamos muy lejos de una crisis”, planteó. Como ejemplo mostró los registros estadísticos de hace 35 años, que reflejan al menos tres momentos donde la crisis ha sido “mucho más aguda” y agregó que “estamos mal, pero podría ser peor”. Sintomático de lo anterior son los cambios registrados en la aprobación de la Presidenta, explicó Méndez. Y planteó que octubre fue el mes clave, cuando por pri- mera vez, la desaprobación superó la aprobación. Sólo hubo un paréntesis: enero de 2015 cuando el Gobierno aprobó tres proyectos emblemáticos. Según Méndez, “parecía que la cosa se daba vuelta, y la Presidenta se fue a Caburgua. El veraneo no podía haber sido peor, porque una semana después explota el caso Caval”. Crisis anteriores. Desde 1981 Méndez tiene registrado tres momentos donde los indicadores muestran un estado de crisis más profundo que el actual. El actual 61% de desaprobación “cuantifica el estado de ánimo, el enojo, la frustración, de la población hacia el Gobierno”, dijo Méndez. Pero es el indicador de la confianza el que más lo alarmó. “No hay ningún momento, y hace muchos años me dedico a esto, en que haya visto un mayor nivel de desconfianza. No hay registrado un momento así”. Agregó que la agenda estará tomada por los temas anticorrupción, y advirtió que “los partidos están secos porque se les acabaron todas las fuentes de financiamiento”. Sin embargo, Méndez dijo que “hay salida todavía”. Según él, “el camino de salida pasa por la Presidenta, porque aún con la caída ella conserva un capital de liderazgo importante, es el mayor capital político del país hoy. Sigue siendo respetada, sigue siendo considerada una líder que tiene capacidad de resolver los problemas del país y enfrentar situaciones de crisis”. P RF