DEL %Umú 3%mlaòim PRECIOS DE SUSCRICION Igoakaa un año; Fueía i e Igaalads. . . ©brera. Son oolaboradores de esta Bovista todos los sioios del ¿te- 4'50 Pesetas. siempre que so sujeten á las condiciones indicadas en el arfi- id. 5' iS. 7'50' id. oulo programa.-La Eedacción se reserva el derooho de conegir Paia los socios del Ateneo. . id. 3' id. los escñtos qne se presenten para su inserción. . ii. neo y demás personas que desees contriljdr á su sostenimiento: . Ultramar y extranjero. . ht la úaBt El pago se hará por adelantado. Insértense ó nó, no se de Jsaio de 1891. LA GRATITUD DE TRES HIJOS. produce beneficios inmensos el ¿'seguro sobre la vida, y su eficacia se deja sentir con más relevante mérito en las grandes catástrofes de la familia. Escribimos este artículo en vista de unos apuntes de un testigo ocular, en una de las grandes plagas que en época aun reciente sucedió en la penísnla de Italia. En efeto; cuando en estos últimos años tuvo lugar el terrible sacudimiento de Ischia, isleta pintoresca situada en las costas napolitanas, destruyendo por completo la risueña ciudad de Casamicciola, un rico iscMano estuvo enterrado, pegado á su tesoro, durante 36 horas, hasta que una compañía de tiradores (bersaglieri), haciendo prodigios de valor y prodigando rasgos de heroísmo, pudo extraer de las ruinas á la población agonizante y mutilada. jiEMPEE ** Al caballero- iscMano, luchando con la deTuehen los originales. Nüm. 72. muerte, sólo le atormentaba la idea de m o r i r abrazado á su tesoro metálico, legando la desesperación y la miseria á otros tesoros de su corazón, á tres inocentes niños sin madre, que providencialmente se hallaban ausentes de su lado al tiempo de ocurrir la catástrofe. Cuando sintió la demoledora piqueta, que revolviendo los escombros le rozaba el cráneo con su afilada punta, perdió el sentido sin advertir la presencia de los bersaglieri que ante el Rey de una nación poderosa le arrebataban de los brazos de la muerte. Cuando el caballero ischiano abrió los ojos se hallaba en la ambulancia en medio de sus hijos. Su tesoro metálico se hallaba intacto, y el mismo Rey, Humberto I, le ofresió los primeros auxilios de instalación interina. La ambulancia ofrecía un cuadro aterrador. Allí en confusión multiforme estaba unido el rico con el proletario, el joven con el decrépito, la doncella de escultúrea forma con la desdichada inválida que poco antes alber- •a ns X ns X O u 714 ET. ATENEO. gara el Santo Hospital de Casamicciola. * L a g r a n catástrofe .habia hecho profundísima mella e n - e l corazón del caballero is•-•chiano. Calculó el alcance de su fortuna que ascendía á 200,000 liras, y empleando 150,000 -«n rentas del país para atender á su manutención y educación de sus hijos, destinó las 50,000 restantes para asegurar el porvenir de aquellos tiernos seres que tanto le preo'cuparon en su reciente entierro de Casamicciola. Había saludado los umbrales de la muerte, y el oomercio de las gentes era una ...pesadísima carga para su naturaleza tras• tornada por los últimos sufrimientos. Llevó, ...j)ues, á sus hijos á un pensionario de ÑapoÍes, con el propósito de visitarlos semanalmente; efectuó un seguro sobre la vida á prima única entregando 50,000 liras, para .que á su muerte sus hijos cobraran de la • Compañía aseguradora, con relación á la edad que contaba, el capital de 120,000. Esto hecho, el caballero ischiano se retiró •4 morar en las ruinas conservadas de la desenterrada Pompeya, escogiendo la primera casa divisoria de la Via Stabie, desde donde se descubre un panorama risueño en las floridas colinas de Oriente, el manso mar á Occidente y la imponente y fatídica figura -del Vesubio al Mediodía, amenazando sepultar por segunda vez los restos conservados de la antigua ciudad de Cayo Rufo. Una quiebra fraudulenta le llevaba casi á la ruina. E n la soledad de su retiro se dolía sin cesar de su poca previsión colocando un capital en únicas é inseguras manos. .¡Cuantas veces en su dolor amargo tuvo la locura de envidiar el trágico fin de los antiguos pompeyanos, que de noche en su exaltada imaginación veía pasar como sombras fantásticas ante sus ojos velados por un pertinaz insomnio! E l caballero ischiano evidentemente enloquecía por su fortuna perdida. Era una mañana de junio, cuando saliendo de su casita de la Via Stabie se dirijió hacia la pendiente que conduce á la falda del Occidente del Vesubio, el volcán napolitano daba señales de próxima y terrible erupción, percibiendo el sordo rumor de su seno los habitantes de los barrios más lejanos de la gran ciudad de Ñápeles. Según relación verídica de un cariñoso amigo italiano que presenció gran parte de los hechos que relatamos, la juventud napolitana acude á presenciar las grandes erupciones del volcán. Nuestro amigo con otros compañeros suyos salieron caminando hacia Pompeya en donde se reunieron con el c a ballero ischiano, que era uno de los antiguos amigos del que había organizado la extraña gira hacia las calcinadas laderas del Vesubio. El cielo estaba velado por enormísimas masas de vapor sulfuroso, que tomando formas de cúmulos de verano dibujaban en l a llanura y en el monte fantasmas precursoras de la desolación y la muerte. Asi transcurrieron cinco años. Los hijos -del caballero ischiano hallaron en el pensio** nario napolitano una educación esmerada y L a lava se derramaba à torrentes, manemprendieron los estudios de facultad con sa y precipitándose por la ladera del Orienaplicación creciente. Un día, en vez de recibir los hijos la visi- te. Parecía que una mano invisible movís^ t a del padre, que verificaba todos los sába- una bomba aspirante-impelen te, y vertía la^ •dos el caballero ischiano, recibió éste súbi- materia licuó-ígnea por la cúspide de aque]^ tamente la de su hijo mayor entregándole un inmenso cono truncado, que desde síemprí^ .número de 11 Popólo. L a noticia era grave. asóla la fértil llanura que le sirve de asiento!? Los expedicionarios permanecieron tres ho>< Un año atrás habia colocado el caballero ischiano cuantiosos fondosen una casa de ban-. ras contemplando uno de los espectáculo;^ - ca de París, con fastuosa representación en más grandes que la Naturaleza ofrece al hom^ bre, habiendo resuelto descansar en una es<s -Koma, Milán y Ñápeles. O) •o •o EL 715 ATENEO. trecHa cañada circuida de montículos que les ofrecía abrigo contra el viento Sud, que ardiente y pulverulento les azotaba su rostro. E l Vesubio bramaba cual los monstruos de los primitivos tiempos aguijoneados por las P u r i a s que salían de los abismos del mar. De. repente una corriente rojísima se desprendió de las colinas vecinas con el silencio del áspid que culebrea entre el fino musgo para inferir más pronta y mortal herida. E l vallecito quedó Cubierto de un líquido que semejaba hierro fundido, y los expedicionarios, menos nuestro amigo, que providencialmente se había separado de momento, quedaron abrasados y sin vida, envueltos en torrentes de voraz materia ígnea. Al anochecer la ciudad de Ñápeles estaba profundamente emocionada por la catástrofe ocurrida en los valles del .Vesubio: las familias de las víctimas en vano acudieron al lugar del siniestro para retirar los restos de aquellos seres queridos: un mar de lava había substituido el verde musgo que antes tapizaba la falda del monte como una inmensa corona de esmeralda: doce cadáveres yacían sepultados debajo de un lecho de fuego y minerctl derretido. Ocho días después, los hijos del caballero ischiano abrían la correspondencia de su malogrado padre noticiándole su representante en B.oma,que la quiebra de la banca de París se le había llevado hasta la última lira. La ruina era completa. Mas ei ángel del hogar no abandonó aquella triste morada y puso en manos de aquellos tiernos hijos un documento solemne, que les hacía herederos de un capital de 120,000 liras. E r a una póliza de seguros vida legada por la previsión paterna, en testimonio del amor inmenso que se profesa à los hijos. L a familia del ischiano quiso perpetuar la memoria de su padre. El pequeño patio de la casita de la Vie StaUe, previo permiso, quedó convertido en un jardín de siemprevivas. E n el vallecito donde quedó sepultado aqttel padre previsor, hoy existe un sencillo monumento con esta tierna inscripción: 11 ricordo di trefigli, creciendo al pié de la cruz el laurel tradicional del sepulcro de Virgilio. La vigorosa imaginación del pueblo de los Manzoni refiere esta verídica historia, para demostrar la importancia y la necesidad de precavernos contra los azares de una m u e r te prematura é imprevista. Los españoles somos más:- llanos en recomendar la más bella de las instituciones sociales, el seguro sobre la vida. Aquí decimos sencillamente: Las Compañías españolas son el mediador más recomendable para legar á las familias un capital originado por una moralizadora economia y por un discreto y persistente ahorro. Sus boletines de Seguros, aunque con fin menos trágico que el del caballero ischiano, anuncian gran número de padres previsores que, amparados en los seg u r o s vida, han podido legar á sus hijos un. capital que ha reditado el 100 por 1, haciendo menos amarga la pérdida del que ganó el pan de la familia; y si los hijos agradecidos no han podido erigir un monumento á sus. padres en el sitio de su muerte, cubriéndolo.. con el símbolo de la victoria, no han dejado de levantarlo en su propio corazón,, lugar s a grado en donde nacen y fallecen los m&Sí. puros sentimientos de la piedad filial. • L·O J A R D Í N E R i Una poncella d' un bell roser Vaig veurer nàixer al raig primerD' un demati; E r a tant bella, que lo meu cor P e r la poncella va sentí amor Quan- la vegi. De día en día n' ava creixent Y mes hermosa s' anava fent, molt mes hermosa! Y un jorn va serne per mi d' amor Quan la poncella va exclatá en flor Quan ja fou rosal •a tts X tts X ta ta tu •a. i:^ 716 E L ATENEO. Regantía anava jo ab tot anhel: Ay! sa hermosura, semblava n n cel: E r a ditxos. Tenint la rosa dins mon jardí; J o la besava cada mati. -Un cop ó dos. Vaig à besarla una matinada Trobo la rosa, j a despullada Pel verit traidor: ¿Perqué la rosa ne despullares Oh! vent si ab ella té 'n enportares Mon pobre cor?... Y encar com befa, que fes de mi Lo ven sas fullas feya segui ab tot anhel. Y trist ploraba mon cor, ploraba Quan llurs despullas se 'n emportaba Cami del cel! JOAQUIM iVlESA ¡No COMABELLA. REVUELTA. MÁS VIEJOS! ¡Viejoíy viejas que lucháis cada día más desalentados, con el estrago de los años; jóvenes que veis con horror acercarse el mom e n t o e n que vais á dejar de sei-lo, regocijaos! H e aquí una noticia capaz de convertir en ascuas, el hielo de vuestra sangre perezosa, j ¡Ya se acabó la vejez!! Los que la padecen, pueden sacudirla; los que la miran llegar, no deben de temerla. No es un charlatán quien lo afirma, sino el Dr. Brown-Sequard. Ya, veis |BrownSequard! ¡nombre enrevesado, nombre de sabio! Pues bien,- el Dr. Brown-Sequard dirigióse un día á la Academia de Medicina de P a rís, diciéndola haber descubierto, t r a s largos afanes y estudios prolijos, nada menos que un remedio eficaz y segurísimo contra la vejez. La noticia cundió como el rayo, y el doctor, desde aquel momento famosísimo, vio caer sobre su casa un diluvio de noticieros, que iban á interrogarle; y de viejos anhelantes de dejar abandonadas en el despacho del portentoso médico las arrugas y achaques del cuerpo gastado por la edad, saliendo ágiles . y vigorosos, como Fausto de las manos, de Mefistófeles. Pero Bro-\vn-Sequard limitóse á declarar que su invento era indudable; y que, antes de regalar al mundo el precioso fruto de sus investigaciones, necesitaba ultimar algunos detalles de procedimiento. Dicho esto se encerró de nuevo en su laboratorio, negándose á toda comunicación, de tal suerte que es acaso el único francés famoso que ha logrado escapar á las habilidosas redes del reporte< rismo parisiense. Pero hete ahí que acaba de salirle a l maestro un descípulo menos huraño, el doctor Goizet, de París también. Con él ha conseguido un hábil periodista celebrar larga conferencia, de la que extractamos los párrafos más sustanciosos: Periodista.—¿Es V., doctor, partidario del método Brown-Sequard? Doctor.—Partidario aún no; pero falta poco. En la actualidad estudio, observo y compruebo las afirmaciones hechas por él en su comunicación á la Academia. Hago inyecciones á varios enfermos, pero ha transcurrido aún poco tiempo para poder juzgar con certeza. No obstante voy á explicar á V. un caso en extremo curioso, que es en realidad un resultado obtenido. Desde hace muchos años presto mis servicios facultativos á un escultor, de más de sesenta años, á quien una parálisis, dejó de tal suerte imposibilitado que no podía andar sin auxilio de otra persona, ni podía salir de su casa, ni, por entorpecimiento de la inteligencia, era capaz de dirigir los trabajos de su taller, donde tiene ocupados unos ochenta obreros. Desesperado d^^ la ineficacia de todos los recursos médicos^ 3 me dijo un día: «Doctor, tanto como se hI S tu hablado del descubrimiento de Brown-Sé^ quard, ¿por qué. no ensayarle conmigo? Nijs >< quise aplicar el método desde luego; pero •(^ me dediqué al estudio de las condiciones re queridas para uso. P o r fin, en 21 de mayi^ último,, pude practicarle una primera operadta tu 0) •o •o EL 717 ATENEO. ción. P o r espacio de algunos dias la repetí cada vienticuatro horas; y después dejé transcurrir un intervalo de tres días entre uua y otra. Ahora está en la duodécima. ¡Y mi paralítico anda! Baja él solo las escaleras, y ha renovado sus trabajos en el taller, donde pasa en p i é todo el día. Máí4 aún; sale de su casa. E a recobrado de un modo tan completo s 1 capacidad intelectual y física que hoy dibuja con el mismo primor y energia de otros tiempos. Arrastra todavía un poco los pies, pero á cada nueva operación mejora notablemente. Periodista.—La cosa es en realidad muy curiosa; ¿más estos resultados son debidos xeclusivamente á las inyecciones de BrownSequard? Doctor.—Sin duda ninguna. Cuando resolví experimentar este método interrumpí algunos días antes el anterior tratamiento. E s tos resultados ofrecen, además, un interés nuevo; pues el Dr. Brown-Sequard sólo ha aplicado su método á ancianos cuya vejez era resultado de la edad: yo le he aplicado con éxito á una persona má.s abatida por sus achaques que por la edad. P.—¿Podría V decirme cómo prepara el liquido, y cómo practica las inyecciones? Doctor.—Con mucho gusto: mato un lechoncillo, le corto determinados órganos, y con unas tijeras les reduzco á pequeños pe¬ , dazos, que pongo en un almirez de cristal, añadiendo una cantidad de agua,' de igual peso. Luego agrego ocho dosis más de agua destilada, resultando un liquido, que es preciso filtrar. Esta es la operación más dificil y delicada. L a mayor parte de los filtros son malos. He adoptado el que juzgo mejor, el de Pasteur, y cada vez que preparo mi líquido, rompo invariablemente el filtro. Al cabo de dos horas y media obtengo unos dieciseis centímetros cúbicos del líquido milagroso. P a r a la operación me sirvo de la jeringa de Pravaz, que contiene un volumen de un centímetro cúbico. Brown-Sequard fija para cad a operación una dosis de tres centímetros cúbicos; pero esta prescripción sólo es apli, cable á los caducos por vejez. Como yo tenía que arreglármelas con un caduco por enfermedad, he aumentado la dosis hasta cinco inyecciones; una en la pierna derecha, dos en la izquierda (por estar más enferma); luego dos e n l o s brazos.— Aquí acabaron las revelaciones del doctor Goizet. Con que, viejos y viejas que nos leéis, ¡á rejuvenecerse! V. ¡Bandarra! Lluna: avuy ma veu te canta perqué ab tú in! convé parla... te vuy cantar las quaranta y com á bon català seré clar, que res m' espanta. Tan si m' escoltas com no Vny parlar y parlaré, sent aixís lo que pots fe pera sortirne millo, es fer veurer qu' hi vens be, Encare que may me fico ab lo que res no m' importa, si avuy ab tú m' embolico es que el assumpto s' ho porta... vuy veurer si t' clavo un mico! Te la duch amenassada! sense motiu ni rahó r altre día de suptada vas sortir tota plegada convenintme la foseó. Me van veurer... per supuesto! jo vaig procura fugí á corra cuyta del puesto pero fbah, pebre de mí...! una vara 'm va íó 1 resto. Ta conducta sigue ignoble ¿de qu' estavas ressentida? si may en la meva vida, m' he recordat del teu poble, ni ta rassa malehida...? P e r aixó quant me n' corría . X ra X t) ra m . i:^ 718 EL ¿Qué 'n dirém d' ilumina á tot hasta 'Is cementiris ó d' antes 1' antich fossá? ¿no es lo pitjor dels deliris? ves á n' els morts que 'Is hi fá! á casa ten estovat, vaig j u r a r que m'venjaria... Avuy h a arribat lo dia: avuy quedaré venjat! Y j a que t' festeja en vers mes d' un beneyt del cabás, al dirte jo tot l ' i n v e r s també en vers ho sentirás, per mes qae siga pervers. Quau lí toca fer claró, Mataró qu' es papa-moscas los fanals deixa a recó, y ella ab despit, Mataró no sortint, deixa á las foscas. Lo que sento es no teni' del gran Castelar la Uavia, mes j a qu' aixó no está en mí, cridant me faro sentí'... ¡Escóltam y mor de ràbia! Basta darli una mirada per conèixer desseguida que mitxa cosa acertada no pot ser tinga sortida d' aquella truyta aixafada. ¡Filis d' Adam; un español cátala per mes fortuna, desveneixeus 1' encant vol en que os te enfavats la lluna, trayentli *ls drapets al sol! De qué nos serveix al mon de cap cosa de profit; si fa Uum es d' un segon y justamen á la nit quan j a tenim en Lebon. De dia 'ns amaga '1 nas, ve de nit; y no ha comprés que ningú 'n fa gens de cas: ¡Si per útil se contés no tindriam pas lo gas...! ATENEO. Las gaitas de pa torrat, los ulls petits y sens brillo, xato '1 nas com lo d' un gat, la boca de cocodrilo y '1 front petit, aplastat. ? Sembla feta ab un compás la cara de tan rodona; res mes no té de persona ni camas, ni mans, ni bras.,. ni cabells... ¡com una mona! P e r trassarne de bursada en conjunt sas gracias totas, se té la cosa lograda si 's diu que es tota plegada, un carbassó... sense potas. Y quina Uum...! esblancada mes morta que d' un lluquet groga, trista, corsecada... bastant Sols un nuvolet pera deixaria apagada! Ella, la ximple, 's passeja á desdir, gastant solapa, creyense que qui la veja te de dirne: ¡si qu' es guapa! quant de lletja fastigueja Gandula com altre cosa en estant ennuvolat ni sortir de casa gosa; no mes surt, es ben provat, quan sab que te de fer nosa! Desprès per serne mes bo, queda á punt de caurer d' oros com tallada de meló; tan ridícul, que los moros ho son per donarli to! May ha sortit oportuna per prívame malifetas: al contrari la gent d' una acorda, savent sas tretas «tal dia que no fa lluna.» Nosaltres, ben diferent, á la cuyna está servint, y se alborota la gent si acás surt en lo torin per ordre del president. 'tj 01 rs X es X rs c o O) o es m •a •o EL ATENEO. 719 Pero, tan gran com petita, tan partida com sencera, á riurer de gust excita aquell fregallot d' aigüera, aquell tapas de marmita. Resumint, per acaba; no serveix per res de bo, es dolent tot lo que fá, la seva cara es de pá, y sa cara es lo millo. Algú que no será sabi sas penas li fá sabé doncbs ella, sens obri 'i llávi sembla digui per dá agra vi. «¡A mí que 'm conta vostè!» J a veus, lluna com te tracto, disposat á armar pendencia; de res dit, no me 'n retracto, qu' á tú 't deixo sens clemencia á la lluna de Valencia. Com á tonta es vanitosa: fent la competencia al sol al cop la ximple t a gosa jMare de Deu quin bunyol; te de fugír presurosa! Y encara que tú, tot d' una, pél qu' he sigut atrevit, intentis fermen alguna, veyas si 't temo q u ' a l llit me 'n torno, q u ' aixó es la lluna! Ara me 1' han enfilada los sabis, ab la mania de que 's veu qu' es habitada.... ¡res mes no li faltaría per estar ben arreglada! ROSENDO ABÚS y Dant per certa la patraña, gent d' allà, quina fortuna! si un llunátich deis d' Espanya sols lo tractarlo importuna ves llunátichs de la lluna! cciòn Oficia Tothom la separaria si ab desferros ó algun saldo la subastessin un día, lo demés malmeterla com senthi, malmet lo caldo. P o r a de quatre pavanas que en versos lí dihuen bella, y deis sabis tarambanas, ningú se recorda d' ella ni de saberne te ganas. Si bé en las salas se trova pel qu' es ordinaria y brusca no es dirne cap cosa nova, que des 1' antigalla 's busca poguerla ficá á n' el cova. P e r últim, fins la quitxalla, y aquí la trovo oportuna, la fá anar com sach de palla cantant: ala lluna... la pruna...» y lo demés que se calla. AEDERIU. INSTRUCCIÓN. Se p o n e e n c o n o c i m i e n t o d e l o s s e ñ o r e s socios q u e d u r a n t e l o s d i a s 22, 23, 24 y 25 d e l p r ó x i m o Julio t e n d r á n lugar los e x á m e n e s c o r r e s p o n d i e n t e s á fln d e c u r s o d e los a l u m nos concurrentes á las clases d i u r n a s q u e d i r i g e el p r o f e s o r D. F r a n cisco d e P . B e d ó s . E l a c t o e m p e z a r á t o d o s los d i a s á l a s 4 d e la t a r d e , v e r i f i c á n d o s e d u r a n t e los t r e s p r i m e r o s e n el s a l ó n d e c l a s e s y el d i a 25 e n el s a l ó n d e espectáculos. O) T3 ns X ns X I g u a l a d a 30 J u n i o 1891. El Presidente, J, Serra Constando, O O . i:^ 720 EL ATEKEO. " óoica de Dos i m p o r t a n t e s m e j o r a s s e están verificando en este Ateneo q u e a u n q u e d i s t i n t a s s o n c o m p l e m e n t o la u n a d e la o t r a . E s la p r i m e r a la colocación d e u n m o l i n o de viento q u e p e r m i t i r á utilizar el a b u n d a n t e depósito de a g u a q u e , conocido p o r « L a Sínia» existe e n el local a d q u i r i d o h a c e d o s aflos. L a o t r a m e j o r a es la construcción d e u n a f u e n t e - c a s c a d a en el c e n t r o del j a r d i n q u e c r e e m o s s e r á m a g nifica á j u z g a r p o r los p l a n o s q u e h e m o s visto. D e b e t e n e r s e en c u e n t a q u e este t a n bello a d o r n o c o m o útil m e j o r a , p u e s t o q u e p e r m i t i r á r e g a r todo el a r b o l a d o , lo p a g a n d e su peculio unos c u a n t o s socios á q u i e n e s el A t e n e o debe quedar y queda sumamente agradecido. Gratísimo recuerdo h a dejado en el público d e e s t a S o c i e d a d la comp a ñ i a q u e bajo la dirección del n o t a b l e p r i m e r a c t o r D. J u a n González h a t r a b a j a d o en n u e s t r o coliseo h a s t a el d i a d e S a n P e d r o . E n c u a n t a s o b r a s h a n ejecutado h a n p u e s t o de manifiesto c u a n t o s á su d e s e m p e ñ o c o n t r i b u y e r o n l a s env i d i a b l e s dotes a r t í s t i c a s q u e á c a d a u n o a d o r n a b a n , con c u y a s u m a d e c u a U d a d e s f o r m a b a n u n conjunto q u e n o e s fácil p o d a m o s p o r s e g u n d a vez admirar. ¡Lástima que diversas causas, no t o d a s difíciles d e esplicar, h a y a n o r i g i n a n o q u e l a s e n t r a d a s fueran p o c a s , p o r c u y a r a z ó n n o h a podido d i c h a c o m p a ñ i a c o n t i n u a r h a s t a la F i e s t a M a y o r la t e m p o r a d a q u e t e nia proyectada! P a r a proporcionar ratos de agrad a b l e solaz á los socios d e este Aten e o , la J u n t a del m i s m o p r o y e c t a o r g a n i z a r p a r a los d i a s festivos a b u n d a n t e v a r i e d a d de e s p e c t á c u l o s en s u s e s p a c i o s o s j a r d i n e s p a r a q u e com o t o d o s los v e r a n o s se dé cita en t a n a g r a d a b l e sitio t o d a la sociedad igualadina. N u e s t r o m u y q u e r i d o a m i g o el socio D. J u a n S à b a t h a t e n i d o l a d e s g r a c i a de p e r d e r á su hijo m a yor, joven d e a p r e c i a b l e s c u a l i d a d e s q u e h a c e n d o b l e m e n t e s e n s i b l e su pérdida. Si p u e d e s e r lenitivo al d o l o r d e n u e s t r o a m i g o la p a r t e q u e en él tomamos, pueder estar seguro de q u e es vivísimo el s e n t i m i e n t o q u e t e n e m o s p o r su d e s g r a c i a . P o r falta de e s p a c i o n o d a m o s c u e n t a en este n ú m e r o d e v a r i o s libros y periódicos q u e h e m o s r e cibido. Lo verificaremos en el próximdl^ d a n d o e n t r e t a n t o l a s g r a c i a s á lo^ p e r s o n a s y r e d a c c i o n e s q u e n o s hai^ h e c h o objeto d e tal g a l a n t e r í a . í< Tip. DE MABIANO ABADAL, m O) •o