A San Juan de los Remedios a la ciudad a sus vecinos a los que viven y a los que moran en nuestra memoria Quede nuestro agradecimiento expreso a quienes colaboraron con su apoyo a la realización de este libro, entre ellos, Roaidi Cartaya Carbajal, Ofelia Rodríguez Velázquez, Álida Páez Riverol, Mirla Casas Leyva, y por supuesto a nuestro amable guía por los vericuetos de la ciudad, Reinaldo García Cardoso. Por último, a Pedro Capdevila Echenique. Si alguien ha quedado fuera, atribúyalo a una flaca memoria, nunca a la intencionalidad ni el desagradecimiento. L.D.C. Pedro Capdevila, el remediano amigo de Pablo Y te mando para ti un abrazo largo, como un escrito de Ortiz. Pablo En una pequeña ciudad de provincias San Juan de los Remedios es hoy una ciudad1 tan colonial como lo era un siglo atrás. Solo que muy bien conservada, y aunque las shoppings y el correo electrónico ya le llegaron, guarda las leyendas de güijes y aparecidos que cuantos allí nacieron o viven narran convencidos de que, cuando menos, pueden ser ciertas –¿y por qué no? Quiere esto decir que es pueblo de tradiciones, de cultura, de embrujos y de techos artesonados, donde conviven lo real y lo maravilloso. Se lo asegura un remediano ausente. Sin percatarse mucho del paso del tiempo, Remedios –así simplemente, cual si todos la nombraran por su apellido– entra en el quinto centenario de su existencia, un dato que hoy día parece corroborado por documentos, investigaciones y remedianos orgullosos de que su pueblo sea la octava villa... ¡y cuidado si no algo más, porque el historiador y humanista Rafael Jorge Farto Muñiz ha conseguido documentar que si bien es la octava por su fundación, fue la segunda en jerarquizar su condición de pueblo!2 Don Fernando Ortiz la sitúa como protagonista de su reveladora Historia de una pelea cubana contra los demonios, y la Villa Gloriosa Santa Clara, capital de la provincia, rinde cada año tributo a las 18 familias remedianas que según la tradición y la historia la fundaron el 15 de julio de 1689. Aun tratándose de una cita extensa, reproducimos lo que cuenta don Fernando en el prólogo de su Historia de una pelea cubana contra los demonios: 1 2 El título de ciudad le fue conferido en 1874. Luis Machado Ordetx. “Farto, el incansable”, 5 de octubre de 2009, versión digital. 9 En 1672 se pensó mudar la villa de San Juan de los Remedios del Cayo del lugar costero de la isla, donde se había establecido por los conquistadores, a otro sitio más tierra adentro, para liberarla así, según se decía, de los terribles asaltos y saqueos de los piratas. El cura de la parroquia y comisario de la Santa Inquisición pretendió que el permanente traslado de la villa se hiciera a tierras de una hacienda de su propiedad privada, pero los alcaldes se opusieron. Aquel, viéndose desobedecido, acudió para apoyo de su negocio nada menos que a las amenazas de Lucifer e hizo que un notario diera fe oficial de lo que decía el mismísimo demonio, hablando desde las entrañas de Leonarda, una negra posesa; pero los ediles remedianos no se asustaron ni accedieron. En vista de tal audacia el cura hizo que el mismo notario eclesiástico diera fe de la opinión de Dios, requerido al efecto “en persona”, presente en el altar por transustanciación sacramental en la Hostia Eucarística, para que mediante un sortilegio adivinatorio Él manifestara cuál era su decisiva voluntad en tal asunto... pero los alcaldes tampoco así se sometieron al deseo del inquisidor. Este llegó a tener el apoyo de Su Majestad el rey de España, entonces embrujado, y a conseguir que el capitán general de la Isla ordenara destruir “a hierro y fuego” la población de Remedios y esta fue toda incendiada; pero los remedianos persistieron en su contumacia de no abandonar la villa y... al fin vencieron. Los hechos en sí fueron insólitos, trágicos, sacrílegos y algo grotesco; pero muy significativos para comprender el ambiente social y cultural en que aquellos se produjeron y sus verdaderos y ocultos motivos.3 Conclusión: no hay duda de que son en verdad tenaces (con cierta dosis de obstinación incluida) los vecinos remedianos. Hoy los turistas visitan la pequeña ciudad y la llevan consigo en sus cámaras fotográficas. Se detienen y entran a la Parroquial Mayor de San Juan Bautista, vetusta y elegante, que constituye el monumento nacional más notorio de los remedianos. Esta iglesia, cuyo altar mayor es de madera laminada en oro 3 Fernando Ortiz. Historia de una pelea cubana contra los demonios, Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1975, segunda edición, p. 20. 10 de 22 quilates4 y posee un esplendor que deslumbra cuando se ilumina en la noche es, según los remedianos conocedores, la Capilla Sixtina cubana y del Caribe por la belleza de sus techos artesonados, con decoraciones policromáticas. Por cierto, se afirma que es esta la única ciudad cubana en cuya plaza central se alzan dos iglesias, porque a la anterior se suma la Ermita de Nuestra Señora del Buen Viaje, más pequeña y modesta, aunque igualmente querida por los feligreses. También el centenario hotel Mascotte, donde se realizaron las negociaciones para el licenciamiento del Ejército Libertador, y su mambí mayor, el general Francisco Carrillo, son motivos de orgullo para la ciudad. Párrafo aparte merecen las parrandas5 de cada 24 de diciembre, un suceso que ocupa espacios en las enciclopedias y guías turísticas, para el cual los vecinos se preparan con entusiasmo febril, en fraternal disputa entre sansarices y carmelitas, o gallos y gavilanes, según prefiera, que así se denominan los seguidores de los barrios en concurso, San Salvador y El Carmen, cada uno con sus respectivas carrozas, trabajos de plaza, faroles y tandas de ruidosa pirotecnia de diversos calibres que tiñe de colores y explosiones lumínicas la noche del 24 hasta bien entrada la madrugada del 25... para al final, y pese a las argumentaciones de unos y de otros, ninguno de los dos barrios en disputa aceptar otro veredicto que el del triunfo sobre el oponente. Ciudad de personajes populares célebres, cada uno recordado por un mote, de biógrafos e investigadores que no se cansan de hurgar en sus raíces, quien se detiene en Remedios, o quien sencillamente la redescubre para sí al cabo de una larga ausencia, se percata de la majestuosidad de sus viviendas, del abolengo de sus familias centenarias, de la hospitalidad de sus moradores. Si el novelista mayor de los cubanos Alejo Carpentier pudiera hoy día darse una vuelta por Remedios, recorrer el trazado irregular de sus calles instalado en alguno de sus muchos bicitaxis, y contabilizar las viviendas destinadas al alquiler de habitaciones para nacionales y extranjeros, no dudaría en El multimillonario y filántropo Eutimio Falla Bonet aportó el caudal para este remozamiento que confiere a la iglesia un valor extraordinario. 5 Esta tradición se remonta a los alrededores de 1820 y es una de las más distintivas de la cultura remediana. 4 11 sobrenombrarla la ciudad de los hostales, porque en cifra que se aproxima ya al centenar, estas acogedoras moradas cuya decoración interior, mobiliario, lámparas y demás compiten en lujo y buen gusto incitantes, dejan escapar por sus puertaventanas entreabiertas un esplendor que permite escoger al visitante entre los más diversos matices de un estilo casi siempre colonial o cuando menos, de la república temprana. En esta pequeña ciudad de provincias del centro de Cuba, de tierra colorada y que para más detalles cuenta con su propia Estatua de la Libertad, siete u ocho décadas atrás debieron cruzarse, conociéndose o no, los jóvenes Alejandro García Caturla (o mejor, de Caturla, como correspondía entonces), René Márquez y Pedro Capdevila, quienes probablemente saludaran con deferencia a algunos compatriotas mayores como el director de bandas municipales Agustín Jiménez Crespo, el controvertido senador por el Partido Liberal Manuel Capestany, el bien recordado –por su empeño en mejorar las condiciones de la ciudad– alcalde Heriberto Romero Font, el siempre citado Carlos A. Martínez-Fortún, miembro correspondiente de la Academia de la Historia de Cuba, y hasta el coronel mambí Federico Laredo Bru, quien sería vicepresidente y después presidente, con la particularidad de que fue el último miembro del Ejército Libertador que ocupó la primera magistratura, por citar solo a algunos de los vecinos notables de la época. De los antes nombrados, Alejandro sería abogado y músico ilustre, gloria de la nación; René,6 compositor de populares melodías, y Pedro Capdevila, llegado de otro pueblo pero avecindado por igual en Remedios, sería una buena persona más, periodista, amante del folclor y las parrandas, con amigos que le conversaban al paso y seguramente de menos lo echaran cuando desaparecía de aquellos lares y llegaban sus cartas desde La Habana, donde se conocía que trabajaba en un bufete por su condición de mecanógrafo de primera, porque teclear a máquina con limpieza, rapidez y ortografía era un oficio muy útil en aquellos tiempos en que aún no abundaban las damas en las oficinas y comercios. 6 René Márquez, compositor de las canciones Ven junto a mí, En el cielo de mi vida, Es la ilusión, Espontáneamente, La vida es un momento y Puede una flor, entre otras. Padre de Beatriz Márquez, La Musicalísima. 12 ¿Y quién fue Pedro Capdevila Melián? Décadas atrás, en la edición de enero-diciembre de 1978 de la revista Signos, dirigida por Samuel Feijóo, se publicó un casi olvidado trabajo del investigador, médico y escritor remediano Miguel Martín Farto con datos esclarecedores y poco divulgados acerca de la vida de Pedro Capdevila Melián. Además de resultar un texto esencial para todo aquel que intente retomar la personalidad de Pedro, incluye el testimonio hasta entonces inédito de su viuda, María Echenique, ya fallecida, entrevistada por Martín Farto: Yo a él no lo conocí de pequeño ni en su adolescencia, porque se fue joven para La Habana a trabajar en el bufete Giménez Lanier, Ortiz, Barceló. Nuestro encuentro fue muy interesante: Era un 24 de diciembre y Remedios estaba muy animado con las parrandas. Había baile en (la sociedad) La Colonia y yo asistí, y estuve bailando con algunos amigos. Luego salimos un grupo de amigos a ver las entradas de los barrios. De pronto me encuentro con Santoya, que era el presidente del barrio San Salvador. Venía con Yeyo Pertierra, el cual, sin ninguna formalidad, me dijo: Este es Capdevila... Engancha, Capdevila. Yo le di el brazo y fuimos a ver las entradas de faroles y los fuegos artificiales. Pedro trabajaba en La Habana y venía desde allá a Remedios para asistir a las parrandas y tirar voladores. Él andaba en mangas de camisa (más cómodo para tirar voladores) y nosotros íbamos a regresar al baile de La Colonia, donde había que entrar con saco. Entonces Romero Font, que era el director de la orquesta que amenizaba el baile, le prestó uno y entró. Nos divertimos muchísimo. Y el hombre parece que se enamoró. Pedro era igual que Pedrín, nuestro hijo, un hombre serio y callado, y muy cumplidor, y en esos días todos estaban muy alarmados, porque hacía como quince días que no regresaba a La Habana; quería estar en Remedios. Cuál no sería el choteo y el brete de sus compañeros cuando llegó. Después empezaron las carticas, las visitas a la casa... Bueno, eso fue a final del año 1942, y nos casamos en el 44. Pedrín nació en el 46 y yo me vi muy mala. 13 Yo soy del barrio San Salvador, y no sabía que Capdevila era del Carmen, y un día me entero que era carmelita. ¡Qué callado se lo tenía! Yo le dije bromeando: Me engañaste, si lo sé no me caso contigo. (...) Cuando nos establecimos definitivamente en Remedios se dedicó más de lleno a sus investigaciones folklóricas. Aquí si se enteraba de una gente vieja, de Naña Fofo, iba enseguida a visitarla y a preguntarle de esto y de lo otro y que le contara de cosas antiguas. Si sabía de un negro viejo de noventa o cien años, allá iba él que se mataba... Sí, Pedro tenía una peregrinación de gente vieja fenómeno. Pedro Capdevila no nació en Remedios sino en Placetas, también provincia de Villa Clara, el 18 de enero de 1907, hijo de cubano y de isleña. Y como dicen que de casta le viene al galgo, su padre trabajó entre papeles. En Placetas fue secretario del juzgado, pero se desempeñó en diversas localidades, incluida la vecina villa de Caibarién, donde nació otra hija del matrimonio, Fedora,7 que desarrolló una exitosa carrera artística. Hasta 1917 la familia no se traslada a Remedios, primero a una vivienda de la calle del Paradero, después para el número 77 de la calle La Mar, cuyo nombre oficial es Jesús Crespo. En Remedios transcurre la etapa formativa de Pedro Capdevila, es donde estudia, trabaja y escribe, porque el afán investigativo deviene vocación temprana en él. Se convierte en oficinista del bufete del doctor Humberto Arnáez, donde impresiona por sus condiciones de mecanógrafo impecable. Con 22 años enrumba hacia la capital para trabajar en el viejohabanero bufete de la calle O’Reilly esquina a Mercaderes, a cargo de los doctores Fernando Ortiz, Joaquín Giménez Lanier y Oscar Barceló, pues el segundo es remediano y sabe cuán necesario puede serle Pedro en la oficina. Comienza una etapa nueva en la vida de Capdevila. El bufete habanero es forja de conocimientos y lo relaciona con una juven7 Fedora Capdevila Melián (1914- ?). Debutó como actriz en 1934. Trabajó en el cine, el teatro y la televisión cubana. Se estableció en México a comienzos de la década del 50, donde igualmente descolló en dichos medios. Murió en México en el decenio del 70 del pasado siglo. Figuró en numerosas películas y telenovelas. (Esta información se ha tomado de internet). 14 tud que ya se abre paso en el panorama político, revolucionario y literario de la Cuba de la década del 20. Intelectuales, personalidades, clientes adinerados frecuentan el bufete. Aunque Pedro distingue a dos compañeros jóvenes como él con los que anudará amistad y que dejarán huella en su memoria y en su espíritu: Pablo de la Torriente Brau y Conchita Fernández, rostros asiduos, voces que dialogan, discuten y exponen inquietudes en un ambiente camaraderil, en que prevalecen el buen humor y la sinceridad. Por esta época y por los años de la década del 30, en mayor grado con unos, en menor con otros, Capdevila comparte espacios –de conversación, de opinión, de vida– con Rubén Martínez Villena, Raúl Roa, José Zacarías Tallet, Juan Marinello, José Antonio Fernández de Castro, Manuel Navarro Luna... También con algunos mayores ilustres como Emilio Roig de Leuchsenring, Fernando Ortiz y José María Chacón y Calvo, en el entorno de una década, de una época, rica como pocas en intelectos extraordinarios. Hacia 1929 establece en la capital, en uno de los ángulos del transitado Parque Central, a cielo abierto y sin requerimientos de “visado” alguno, el que denomina “Consulado Remediano del Parque Central de La Habana”, del cual es su “cónsul”. Se trata de una humorada, aún así el lugar se convierte en punto de reunión de cuantos vecinos de Remedios transitan por la ciudad. Allí se conversa, se narran historias, se habla de las parrandas por venir y se renueva en el humano cotilleo el casi interminable –por su riqueza– catauro de los mitos y caracteres pintorescos de una tradición conservada durante siglos. Quién sabe cuántos datos acopia desde entonces para sus “Apuntes del folklore remediano”, que publica extractado en 1939 en la muy exigente y prestigiada Revista Bimestre Cubana, dirigida por Fernando Ortiz. Allí escribe: El presente trabajo recoge una reducidísima porción del inagotable material folclórico que en la ciudad de Remedios se encuentra a flor de tierra, casi al alcance de la mano. Hemos concedido preferente atención a las canciones, pregones, rumbas, cantos políticos, etc., compuestos o cantados en Remedios en épocas diversas pero no quiere ello significar 15 que solamente pretendamos recoger en las páginas que siguen todo el acervo poético-musical de una ciudad que, como Remedios, cuenta con cuatro largos siglos de vida.8 A la manera del hijo pródigo, Capdevila regresa a Remedios, funda su familia y entrega sus mejores textos, resultado de investigaciones, entrevistas, trabajos de campo, resultado en fin de su vocación de investigador en las raíces del folclor. El 24 de diciembre de 1943 San Juan de los Remedios lo declara Hijo Adoptivo, uno de los pocos honores que recibe en vida, pero seguramente el que más puede satisfacerle. El periódico El Huracán lo reseña: El día 24, y como estaba anunciado por el alcalde, Carlos Carrillo Vergel, se llevó a efecto en el local del Ateneo y en presencia de representantes de todas las clases sociales de la ciudad, la entrega de los títulos de hijos adoptivos de nuestra legendaria ciudad a los estimados compañeros de las letras, Dr. Emilio Roig de Leuchsenring y Enrique Serpa. También obtuvo ese título el amigo Pedro Capdevila, cuya petición fue hecha por el concejal auténtico Rafael Calderón. Dirigido y administrado por Roberto Santoya Pérez, y autodeclarado como “periódico humorístico y de intereses generales”, El Huracán es la tribuna periodística de Capdevila. Se trata de un periódico que visto hoy, al cabo de decenas de años, sorprende por su realización tanto en el plano tipográfico como en el visual, ilustrado y vocero del acontecer político, social y cultural de la localidad. En él Capdevila es parte de la familia editorial, una familia en que el humor está presente: Con gran satisfacción y alegría hemos recibido la noticia en la cual se nos notificaba que nuestro encargado de negocios en La Habana, cónsul general de los remedianos y gran “furriel”, Pedro Capdevila, ha sido nombrado secretario particular del señor secretario de Hacienda Dr. Giménez Lanier, para ese puesto (por ahora), pues creemos que se merece más, ya 8 Pedro Capdevila y Melián. “Apuntes del folklore remediano”, Revista Bimestre Cubana, marzo-abril, 1939, p.220. 16 que todos sabemos que se lo merece y que está preparado. No obstante este nombramiento, él seguirá al frente de la representación de El Huracán en la capital. Ante el éxito de nuestro compañero no podemos menos que exclamar: ¡Justicia! [Edición del 8 de julio de 1938, primera página] Y he aquí otro ejemplo de cuánto se le quiere: Como anunciamos en nuestro pasado número, el día 2 y por la madrugada hizo su entrada triunfal en nuestra ciudad el compañero Pedrín, acompañado de Guillermito Duyos. Capdevila pasó dos días entre nosotros no quedando una casa de remedianos viejos donde no estuviera y fuera recibido como un gran personaje, cosa que a él agrada ya que se demuestra el gran aprecio de nosotros con él. Bueno, por ahora no podemos decir otra cosa. ¡Hasta Nochebuena, Pedrín! [Edición del 9 de septiembre de 1938] Copiosa es la producción de artículos, entrevistas y ensayos que publica en este periódico.9 La relación de sus textos en este suma alrededor de treinta títulos y aunque el tema del folclor local lo inspira mayormente, no es el único. Reunió una colección de más de 3000 apodos de personajes populares de la región, en diccionario sui generis que nunca ha visto la luz en edición pública. Colabora también con pequeños ensayos en las revistas Islas y Signos, ambas dirigidas por Samuel Feijóo. Su quehacer es incansable, y los resultados pueden recuperarse mediante un minucioso rastreo en archivos, museos y papelerías y folletos inéditos. Nada de lo remediano le es ajeno: los pregones, las coplas políticas, la pelota local, los cantos y la música, los refranes, las anécdotas, los sobrenombres, la delincuencia, las costumbres... “Pregones en Remedios” ofrece una simpática muestra: 9 Sugerimos ver la “Relación de trabajos publicados por Pedro Capdevila Melián en la prensa periódica”, que si bien puede no resultar completa, ilustra acerca de su quehacer periodístico. Se ha tomado de la edición de enero-diciembre de 1978 de la revista Signos, pp.120-123. 17 Digamos ahora algo sobre los pregones, cuyo origen, así como el de la industria dulcera en Remedios, se pierde en la oscuridad de los tiempos. A pesar de ello, se recuerda con nostalgia a Mayai con sus bolas de gofio, el frangoyo de harina de plátanos verdes fritos, sus rositas de maíz, la golloría de coco picado y rallado; sus dulces de maní, ajonjolí, etcétera, así como a Ma Emilia, Ma Carolina con aquellos célebres y sabrosísimos ecó, elaborados con harina de maíz posol sin dulce ni sal, envueltos en hojas de plátanos, así como también al Chino Plácido pregonando sus dulces: ¡Luci...! ¡Luci...! pat’ e le guayaba, cala vieja, jojolí, maní, mantecao...!10 Por el año de 1943, Emilio Roig de Leuchsenring denominaba a Capdevila Melián “el gran folklorista contemporáneo de Remedios” y a continuación apuntaba en un viejo ejemplar de la revista Carteles: Me dice Capdevila que, antiguamente, después que se terminaban las parrandas, ya aclarando, salían ambos barrios a recorrer las calles con los faroles y la música, y en estos recorridos era donde los partidarios de uno u otro barrio cantaban las letras que él ha recogido expresamente para estos trabajos míos y que por primera vez son publicadas. ¡Muchas gracias, Pedrín! Sansarí no tiene velas ni faroles que sacar. El Carmen tiene de todo y nunca puede ganar. 10 Pedro Capdevila. “Pregones en Remedios”, revista Islas, volumen VIII, No. 1, enero-abril, 1966, p. 313. También está incluido en el más extenso trabajo que publicó Capdevila en Revista Bimestre Cubana, número de marzo-abril de 1939. 18 La consideración que le da Roig de Leuchsenring como “gran folklorista contemporáneo de Remedios” se explica y justifica totalmente cuando se revisa, lee y disfruta de su labor de recuperación de informaciones de la vida local, de la minuciosidad de sus apuntes, del trabajo de campo que para Capdevila seguramente representó un goce interior y que sus vecinos de ayer y los de hoy, cuando ya no está físicamente, agradecen. Mucha humanidad, en el sentido del amor al servicio ciudadano, revelan los textos del remediano. El humor acompañó cada ensayo de investigación de Pedro Capdevila, quien se complacía entresacando historias olvidadas de la oralidad popular y contribuía con ello a la preservación de una memoria que con el tiempo podía tergiversarse o simplemente desaparecer. De otro de sus textos inéditos, Libro de adivinanzas y trabalenguas, escrito en 1952 para el cumpleaños seis de su hijo Pedrín y encuadernado a la manera de un ejemplar único sin paginar, extraemos este trabalenguas para niños: María Chuzena techaba su choza y un techador que por allí pasaba le preguntó: – María Chuzena, ¿techas tu choza o techas la ajena? – Yo no techo mi choza ni techo la ajena, que techo la choza de María Chuzena. Hacia 1946 o 1947 deja el bufete y comienza a trabajar en la agencia Publicidad Interamericana. Entretanto, es ortodoxo en política –a su líder Eduardo Chibás lo unía sólida amistad. Después de 1959 ingresa en el Ministerio de Relaciones Exteriores, llamado allí por su amigo el canciller Raúl Roa, donde permanece hasta los primeros meses de 1962. Capdevila murió a los 68 años, el 21 de abril de 1975. Dejó varios libros inéditos, otros inconclusos. La investigación fue para él un trabajo gozoso, una motivación y su manera de rendir homenaje a la ciudad que lo acogió. Callado y modesto, no muchos sabían de sus múltiples valores ciudadanos. Con carácter post mortem se le entregó el Diploma de la Cátedra de la Cultura Iberoamericana Juan Marinello. 19 No fue hasta 2012, al cabo de algo más de seis décadas de escrito, que vio la luz la versión completa del libro Apuntes del folklore remediano, de Pedro Capdevila, publicado por la editorial norteamericana Blurb (www.blurb.com). Se incluyó entonces el prólogo original de Carlos A. Martínez Fortún, de 1937, que anticipa el convite de la lectura: Serias, graves en grado sumo han sido todas las obras históricas y de costumbre que hanse publicado en Remedios, si se exceptúa, la jocoseria Cosas de Remedios, de Facundo Ramos. Rompiendo ese molde, y a fin de que la broma criolla tenga también su asiento en nuestra vida literaria, vienen ahora estos apuntes, cuajados de chistes, capaces de producir hilaridad al más serio de los mortales, si no padece la más grave de las hipocondrías. Por su parte, Capdevila Melián afirmaba muy modestamente en el preámbulo que “solo nos guía el propósito de que vayan quedando recopilados trazos dispersos de la vida diaria remediana, que podrán servir para que otras personas, con autoridad y competencia, puedan hallar ‘materia prima’ para trabajos más profundos”. La labor de Capdevila Melián nos descubre al periodista y al investigador, al folclorista y al lingüista, al escritor de prosa amena y al historiador que hurga sin cesar. Es él un intelectual inmerecidamente postergado por el olvido, cuya obra debe rescatarse al igual que la de otros autores de provincias que no llegaron a vivir lo suficiente para divulgar sus textos a través de la labor de reparación en que hoy se empeñan los Centros Provinciales del Libro y la Literatura. 20 Testimonios Pedro Capdevila Echenique: Nada que sea del patrimonio familiar está en venta, ni una pieza Ya casi nadie lo llama Pedrín y aunque el tiempo ha pasado, Pedro Capdevila Echenique conserva negro su cabello. Es delgado (dígase mejor flaco) y de estatura mediana. En Remedios todos lo conocen, por sí mismo y por su familia. La casa de la calle La Mar en que vive es la misma en que nació, si bien ha visto pasar sus mejores días y hoy espera recuperar algo de su esplendor con el remozamiento que ya la ha rescatado parcialmente. Es una vivienda espaciosa, con un patio interior que parece extraído de los jardines del Edén. Pedro es sencillo, conversador, lee abundantemente, de formación autodidáctica, confiesa que como estudiante era “un poco regado”. Los malestares físicos los resuelve con medicina verde, tema acerca del cual le complace disertar con elocuencia tal que convence al más escéptico. También es aficionado a los perros y los gatos, que comparten domicilio con él. Goza de buena memoria pero cuando esta no le responde de inmediato nos advierte: “Espera un momento a que me baje el santo”. Lo dice en broma, mas lo cierto es que el santo casi siempre le baja rápido y él retoma el hilo del relato. Démosle la palabra: Mi papá siempre fue muy cariñoso. Yo recuerdo que él estaba en La Habana y se llegaba hasta aquí, donde mi mamá me dio a luz. Nosotros íbamos por La Habana en las vacaciones, porque él siempre trabajó allá. Pasaron muchos años, había problemas en la familia de mi mamá, pero él no dejaba de ser una persona muy afectuosa, me llevaba a ver el campo, me acuerdo que yo era chiquito y una vez me llevó adonde había unos montículos de tierra, unas lomitas y me hacía caminar por encima de ellas, no eran naturales, eran hechas por personas. Él entonces no me decía nada, me seguía mostrando el campo. Mira esta 21 mata, es de níspero, cómete este, y cosas así. Hasta que fui creciendo. Mi papá y mi mamá se pusieron de acuerdo para llevar un epistolario que da la medida de su afecto, de su cariño. Mi mamá le contaba todo, si yo me había estrenado un par de zapatos, una camisa, todo. Una vez en el Museo me dijeron que mi papá tenía muchas facetas: la política, la de historiador, la de folclorista, como vecino, como padre... Pero mi papá nunca me contó de su participación en el Partido Ortodoxo, que él era amigo de Roberto Agramonte, ni de sus relaciones con Pablo de la Torriente. Yo todo lo supe por mi mamá, aunque aquí en Remedios sí se le reconocía y se le quería. Pedro me pide un instante para que le baje el santo y pueda continuar hilvanando recuerdos: Después de 1959 mi papá trabajó en el Minrex y le propusieron trabajar en el servicio exterior, pero él era muy arraigado a la familia, a mi mamá, que tenía hermanos, uno con problemas en el cerebro. Entonces él prefirió atender una finquita, un terreno familiar, quedarse aquí. Cuando yo salí del Servicio Militar él me decía, ven conmigo para que comas esto, y veas esto otro. Se mantuvo siempre activo, hasta que le dio el infarto masivo que lo mató. Le gustaba caminar, andar por el pueblo. A veces me decían: tu papá está por allá, en casa de Fulano, o entrevistando en el parque; él lo apuntaba todo, lo fichaba todo, en detalles. Entonces, por los años 70, un día mi papá me dijo, ven conmigo, ¿recuerdas las lomitas de tierra que te enseñaba cuando niño?; y me explicó que eran montículos aborígenes. Me pidió que guardara el secreto, que no dijera nada, hasta que el asunto quedó en manos del grupo de arqueología de Remedios, que se hicieron excavaciones. Entonces ya era una cosa seria. Sí, ahí está la Remington y aunque no lo crea, mi papá tecleaba solo con dos dedos. Las personas que aprendieron mecanografía por los años 20 lo hacían con dos dedos, después llegaron los métodos para aprender a hacerlo con todos los dedos. Él mecanografió sus libros con dos dedos y hasta hizo dibujos, como el de la Iglesia de aquí. 22 Se toma un segundo tiempo, su voz se convierte casi en susurro y por último, como remediano que no transige en asunto de principios, concluye: Después yo empecé a leer las cosas de Remedios, de mi papá, de esto y de lo otro. Empezaba a ver la casa, esta casa, como un museo, incluso escribí algo sobre un Olimpo criollo, una historia novelada, a la gente le gustó. Aquí están los muebles originales, la construcción de la casa, yo armé ese museo completico, y luego vino el problema del techo, los voladores de las parrandas, aquí cerca, que abrieron el caballete. Y comenzó a llegar gente queriendo comprar la mitad de la casa, los libros, las tarjetas, las cartas, los muebles... Yo les respondía: tengo todo eso que quieren, pero no vendo... Que te lo van a echar en la tumba, no lo vas a disfrutar... Está bien, que me lo echen. Yo no vendo. Vaya adonde vaya yo no vendo. Nada que sea del patrimonio familiar está en venta, ni una pieza. Aquí se conserva todo. Roaidi Cartaya: Maestro, usted es mi héroe Se presenta como artista plástico independiente, pero Roaidi Cartaya Carbajal es bastante más: un conocedor profundo de cada vivienda con valores históricos, un cicerone natural, también un poco historiador, promotor cultural, conservador... Además es fan de la música de Silvio Rodríguez. Y algo importante: es de esos vecinos a quienes sus conciudadanos escuchan, lo cual hace pensar que su palabra es válida. No solo se ha echado encima la restauración de la casa de Pedro Capdevila, su huella está presente en el rescate de otras instalaciones con tradición en el ámbito sociocultural remediano. En realidad, a Roaidi todo lo remediano le concierne y seguramente por esta razón vecinos y vecinas lo saludan y estrechan su mano. Su humor, que es bueno, no es de hacer chistes sino de reflexionar. Difícil resulta caminar a su lado durante una cuadra sin que se detenga o lo detengan al paso. Este joven remediano es lo que llamaríamos, en el muy digno sentido de la palabra, popular. 23 Maneja la conversación con soltura y es muy fácil entrevistarlo: ¿Cómo sabes tú de la existencia de Capdevila padre e hijo? Yo había tenido referencias a través de sus textos y del libro de Miguel Martín Farto Las parrandas remedianas, al que este autor constantemente hace referencia, aunque a Capdevila no lo conocí personalmente, así es que para 1996, ya yo estaba graduado de la Escuela Profesional de Arte y haciendo el servicio social en la Casa de la Cultura Agustín Jiménez Crespo, me encuentro con la casa de Capdevila, y conocí a Pedro hijo, una persona que siempre tuvo abiertas las puertas de su casa para todos los estudiosos y para quienes querían divulgar la obra de su padre. Hubo una empatía especial con la obra de Capdevila, porque ya tenía las referencias del libro de Las parrandas remedianas de Martín Farto, por lo que al tropezar con este mundo me dije: He encontrado un tesoro, y a partir de esa comunicación y de leer y estudiar su obra contacté con Capdevila hijo. Pero, en tu opinión, ¿era entonces Capdevila Melián debidamente reconocido en la cultura municipal? Bueno, no tenía ese reconocimiento durante el período que corresponde a los años 90. Se había estudiado su obra y Capdevila hijo había promovido actividades en el museo, se manejaba su obra en los círculos de la intelectualidad de Remedios, pero en realidad no había un impulso a la publicación de sus libros inéditos que Pedro salvó y hemos continuado salvando. ¿Qué acciones emprendiste para el rescate de Pedro Capdevila y de su casa? Continué la labor de Pedro hijo a través de actividades socioculturales que se realizaban aquí; comencé a divulgar sus textos sobre Remedios, que son fascinantes, comencé a leer y a profundizar en ellos. Así creo en 1998 un proyecto titulado 24 Todo sobre Remedios, que es como una continuidad de la obra de Capdevila; tenemos un concurso internacional Pedro Capdevila In Memoriam, con premios, que parte del estudio de la obra de Capdevila, con temas como las parrandas, porque él partía de la raíz misma, los estudios folklóricos, el béisbol en Remedios, la delincuencia, los personajes populares, no solo el mote, el apodo. Él desarrolla toda una ambientación de época. Con cada personaje, con cada historia, se puede hacer una novela. Además de su relación tan especial con Pablo de la Torriente que tanto estimamos, fue una suerte que Capdevila hiciera copias de todos sus documentos. ¿En tu opinión puede decirse que se ha rescatado una buena parte de la obra de Capdevila, o que por el contrario se ha perdido una buena parte de ella? Ha estado como dormida, pero la estamos salvando, revitalizando, y una acción concreta fue en 2012 con la presentación de su primer libro: una obra de 1937, con prólogo de Carlos Andrés Martínez-Fortún, un intelectual nacido en Placetas, como Capdevila, pero radicado en Remedios. Lo curioso es que ese texto de 1937 tiene una vitalidad y vigencia impresionantes. Esto lo hemos hecho gracias a la ayuda de un gran fotógrafo cubano, Adalberto Roque, fotorreportero que labora hace 25 años en la Agencia Francesa de Noticias en La Habana, con una vasta obra, quien lleva viniendo a las parrandas hace casi 20 años, para documentar la memoria de las parrandas remedianas. ¿Si estuviera en tus manos, qué acciones emprenderías para continuar este rescate y conservación de la memoria de Capdevila? Bueno, lo primero, hemos dado pasos concretos como la conservación de los originales, la divulgación, la impresión de ese libro, que es una maqueta y queremos que se imprima en Cuba, y además está el concurso, que va por su tercera edición, patrocinado por el Museo de Remedios y por mí. Los premios en metálico son cubiertos por nosotros. 25 ¿Qué papel ha desempeñado Capdevila hijo junto a ti? Capdevila hijo, Pedrín como le llamó su padre, por suerte para Remedios salvó esa obra, esos documentos, y ahora estamos en proceso de digitalización con la ayuda de instituciones en la capital, de intelectuales, amigos. El trabajo es monumental, y al mismo tiempo que se está salvando, se está imprimiendo en blanco y negro, y también buscamos apoyo para restaurar el espacio, lo cual lleva financiamiento. Algo me resulta curioso: no eres una personalidad de las letras sino de la plástica y sin embargo te insertas en el mundo de las letras. ¿Cómo ha sido eso? En el ISA mi tesis de graduación fue sobre las parrandas remedianas y su trascendencia en la cultura popular en Cuba. Aquello sonaba como un ruido dentro de mis compañeros que hacían un arte de vanguardia, contemporáneo, con nuevas tecnologías, y de pronto yo volvía a la tradición, a las técnicas del papier maché, de lo popular. Esto creo que sonó como un choque, un ruido en el sistema, pero para entender lo popular tienes que adentrarte en lo folclórico y tuve que conocer el fenómeno, leyendo mucho, y la base fue la obra de Capdevila Melián, la seriedad y constancia de su obra y de sus textos. Al margen de la circunstancia especial de que Capdevila y Pablo fueron grandes amigos, existen casos de folcloristas, historiadores, escritores locales de otros municipios que infortunadamente van a dormir un sueño bien profundo porque no se les asocia con alguien relevante. ¿Qué crees que represente este proceso con Capdevila dentro del ámbito local y después, su presencia a nivel nacional? Pienso que la cultura popular ha estado algo marginada, que no tiene espacios legitimadores dentro del arte contemporáneo, dentro de publicaciones especializadas, si exceptuamos publicaciones como las de la Unesco que vuelven su mirada a las tradiciones y a los pueblos. Es curioso, porque Remedios está por redescubrirse y este momento que estamos viviendo, el del 500 aniversario, puede resultar idóneo para esto, para 26 organizar las cosas y poner en su lugar a cada intelectual, a las personas como Pedro Capdevila Melián, que se codeó con personalidades y sin embargo volvió al pueblo, a Remedios. El encanto de lo popular lo subyugó y tenemos estos testimonios gracias a su labor como periodista aquí, con la gente del pueblo. Esta casa de Jesús Crespo número 77, o de la calle La Mar, la de Pedro Capdevila, es mi taller, donde está mi obra, o al menos parte de ella, porque hay obras en otros lugares en Cuba y otros países. Cuando llegué a esta casa estaba en condiciones muy deterioradas y hemos sido Pedro hijo, con amigos y la familia y yo en particular, quienes nos hemos puesto a trabajar sin mirar atrás, y hemos avanzado hasta este punto. Todo lo que hagamos es en su memoria y vamos a continuar. Esperamos encontrar apoyo para los 500 años de Remedios. Hemos tenido ayudas, hemos sido escuchados. Una última pregunta y te pido que para contestarla te coloques en el mundo de lo irreal. Si apareciera Capdevila ante ti tú lo reconocerías pero no él a ti, ¿cómo te autopresentarías, qué cosa le dirías? Es una buena pregunta, inesperada. Yo le diría: Maestro, tiene en mí a un discípulo, a un continuador de su obra. Usted es mi héroe, nuestro héroe. Sería como un discípulo de Pedro Capdevila Melián. Cartas cruzadas: de Pablo a Pedro y viceversa La breve vida de Pablo de la Torriente Brau incluye dos exilios en Nueva York y algo más de dos años en presidio si sumamos todos los días que pasó en las diversas cárceles. Pertenecen a estos períodos, de confinamiento o de expatriación, las cartas que conforman la correspondencia con Pedro Capdevila. La carta de más temprana fecha en nuestro poder es del 13 de noviembre de 1931. Se trata de un fragmento incluido por Luis Machado Ordetx en su excelente trabajo “Capdevila, el secretario sin cartera”,11 en que Pablo regala una de sus agudezas: 11 Para ver las cosas extraordinarias, Ediciones La Memoria, Centro Cultural Pablo de la Torriente Brau, La Habana, 2011, pp.75-89. 27 “Te mando para ti un abrazo largo, como un escrito de Ortiz”. De este mismo período, el del confinamiento en la Isla de Pinos, hemos recopilado ocho cartas, todas de Pablo a Pedro. Constituyen no solo una manera de conocer las condiciones de la vida carcelaria, también un recorrido por las facetas del espíritu humano, la inventiva a que fuerza el confinamiento, las necesidades primarias del recluso, su optimismo inmanente, la incertidumbre acerca del presente y el mañana: Por lo pronto fíjate cómo ya tengo también “caballito del diablo” y dispongo casi de una oficina, a fin de no perder el training del tecleo. Lo único que está fulastre es el papel. Y si alguien por ahí quiere honrarse con mi correspondencia que me incluya el sello del franqueo, porque si no, no hay nada.12 O mejor aún esta, hilarante: –Oh espectáculo sorprendente!– un tremendo paquetón conteniendo papeles, sobres, ¡un queso!, ¡dos barras de guayaba!, ¡dulce de leche, maní, turrón de no sé qué extraña sustancia! ¡y –sobre todo– dos boniatillos seráficos! ¿A qué se debe tamaña locura? Lo de los papeles me lo explico, pero lo otro aún me está maravillando. Ya le metí el diente a todo, por si me muero antes de la comida, y notifícale a quien quiera que sea el leocadio que haya hecho esto, que mi agradecimiento será eterno, aun cuando mañana ya no quede nada... nada! ¡Oh el ruido de las aguas!...13 El contenido de estas cartas, de broma constante, puede llevar a preguntarnos dónde está el Pablo preocupado por la situación política y social de la Isla en medio de la cotidianidad convulsa que vive el pueblo cubano. Pablo, encarcelado precisamente por su oposición a la dictadura, no puede hacer otra cosa que bromear u ofrecer pinceladas sutiles. He aquí la explicación: Te escribo con sello de a kilo porque así me ahorro dos. De 12 13 Carta del 5 de marzo de 1932, desde el Presidio Modelo. Carta del 23 de marzo de 1932. 28 todas maneras la censura tiene que leer la carta, así es que va abierta.14 Del primer exilio en Nueva York, adonde lo acompaña su esposa Teté Casuso, es escaso el material epistolar recuperado: solo una carta a Capdevila, fechada el 8 de junio de 1933, que narra las dificultades del viaje en el más puro estilo del relajo tragicómico: ...Fuimos a parar a unos camarotes, separados uno de otro, Teté con siete mujeres más y yo con otro grupo de hombres. Es decir, que seguía preso, como en Presidio, pero mucho peor, con peor cama, peor aire y sin agua para bañarnos. ¡Qué puerca es esta gente! Calcúlate que cuando pregunté por el baño, que estaba cerrado “porque si no todo el mundo se iba a querer bañar”. Más pródiga es la correspondencia recuperada del segundo exilio de Pablo, que transcurre entre los años 1935 y 1936, cuando decide embarcar hacia España como corresponsal de la revista norteamericana New Masses y del periódico mexicano El Machete para terminar enrolándose en la guerra civil, “peleando con los milicianos”. Algo más de 20 cartas y notas inéditas de Capdevila a Pablo (casi todas destinadas a Carlos, por Carlos Rojas, seudónimo utilizado en Nueva York por razones de seguridad) y alrededor de diez de Pablo, integran el epistolario de esta sección. Aun así, la lectura ordenada por fechas corrobora la certeza de que faltan numerosas cartas de Pablo cuyo destino desconocemos, si bien continuaremos en el empeño (somos optimistas) de recuperarlas y publicarlas. El contenido de las cartas de este segundo exilio es diferente: Pablo puede explayarse en su prosa, libre de censura. Y en cuanto a Capdevila, el comentario sagaz es ilustrativo de la frustración ciudadana cuando en carta del 26 de abril de 1935 le cuenta: 14 Carta del 14 de enero de 1933. 29 Aquí todo igual, parece que fue ayer... Solo le falta al actual gobierno el Heraldo de Cuba,15 pues tiene la misma prensa que ayer estuvo con el Animal # 116... La estancia en Nueva York depara a Pablo dificultades laborales y económicas cuyo dramatismo el humor diluye un tanto: A Jesús (Expósito) le dices “que no se dé tanta lija”, que ya yo también estoy barriendo, mapeando y fregando escupideras e inodoros como cualquier emigrante. Hoy, parece que en desquite –la pega es un cabaret y comienza a las cuatro de la mañana– rompí seis vasos de un solo golpe!...17 Si Pablo llama a Pedro Distinguido doctor, Ilustre doctor, Querido Federico, Don Federico de Capdevila, Querido Don Federico, ayudante de mariscal y de algunas otras maneras afectuosas, Capdevila le devuelve el tono cuando se dirige a él como Batey, en alusión al título del libro de cuentos de Pablo publicado en 1930 en coautoría con Gonzalo Mazas Garbayo y también cuando firma Federico Jr., tu tío Federico o simplemente Federico, y le “echa” su bendición en condición de “tío”. En la que probablemente sea una de las últimas cartas cruzada entre los dos amigos, del 14 de agosto de 1936, que le llega de Nueva York dentro de otra para Ramiro Valdés Daussá, Pablo le cuenta acerca de los planes que lo llevarán a España: He adelantado mucho en las tareas pro viaje. Ya es casi seguro. En consecuencia, como una de las últimas encomiendas, remíteme algunas navajitas más, pues dudo que las haya en la Península. La lectura de las cartas intercambiadas, el tono jocoso, la sinceridad, la confidencialidad de las informaciones contenidas, la precisión en la entrega de las urgencias y requerimientos de Pablo, el empeño de ser útil, demuestran que en Pedro tuvo Pablo un amigo cabal. El cariño se manifiesta en palabras y, sobre todo, en el Prácticamente vocero del gobierno de Gerardo Machado. Alusión al dictador Gerardo Machado. 17 Carta del 24 de julio de 1935, desde Nueva York. 15 16 30 cuidado de Pablo, sumamente comprometido en su lucha política, en proteger la seguridad de quien en tales circunstancias siente como a un hermano menor, a un familiar cuya salvaguarda le corresponde por no estar involucrado en la lucha como él,18 aunque tampoco Pedro sea indiferente y esté consciente de su rol ciudadano. Por ello establece con Pablo un toma y daca sustentado en el plano del compañerismo y la confidencia. Del remediano afirma Pablo en una de sus cartas que “tiene la confianza necesaria en cualquier grado”.19 En otra, posterior,20 escribe a Valdés Daussá: En todo lo que se refiera a envíos míos desde España –y me niego a pensar que hay un chance de que no vaya– ya lo tengo arreglado allá, con mi intermediario infalible e inmejorable. En todo caso, no lo comprometas nunca, pero utilízalo siempre. Por si no bastara como prueba de amistad, Pedro es quien mecanografía los trabajos literarios de Pablo, quien pasa en limpio los libros, los corrige, guarda las copias y deja listos para su publicación. Además de que conserva las notas y cartas que le dirige. “Imbuido del espontáneo proceder por sentirse útil, Pedro Capdevila Melián, el mecanógrafo-asistente en el bufete compartido por Fernando Ortiz, Oscar Barceló y Giménez-Lanier, se irguió como un hombre capaz de componer las espinosas gestiones traspasadas por Pablo de la Torriente Brau, desde los recónditos sitios donde el revolucionario ancló como cubano inspirado en la literatura y la beligerancia del internacionaHe aquí un ejemplo, tomado de la carta del 24 de enero de 1936: “Te voy a dar un consejo: procura no ir mucho a casa de Luis (Ramiro Valdés Daussá). “Haz –y dile que es encargo mío– que te dé otra dirección por donde comunicarte con él. Yo he aprendido un poco de estas cosas. Es necesario suponer en el contrario, por lo menos, la misma inteligencia y astucia que uno cree tener. “Siempre que puedas localizarlo por teléfono –y que no sea el tuyo– mejor”. 19 En carta a Ramiro Valdés Daussá del 6 de mayo de 1935, Cartas cruzadas, t. I, Ediciones La Memoria, Centro Cultural Pablo de la Torriente Brau, 2012, p. 73. 20 En carta del 10 de agosto de 1936, Cartas cruzadas, ed. cit., t. II, p. 281. 18 31 lista”, apunta con acierto Machado Ordetx.21 No se olvide que Pedro Capdevila, además de entregar los mensajes de Pablo, conocía las direcciones de cada uno de sus compañeros, la identidad oculta tras cada seudónimo22 y la clave para desentrañar los juegos de palabras, todo lo cual implicaba un alto grado de información cuando menos restringida. La crítica política se expresa sarcásticamente cuando Capdevila escribe: “La cinta de máquina te fue antier envuelta en una serie de indecencias tales como Diario de la Marina, Avance, etc.”.23 Conoce Pedro la utilidad de un servicio que presta al amigo distante, y que después de su muerte en Majadahonda continuará prestando a su viuda Teté Casuso y demás compañeros comprometidos en preservar la memoria del escritor combatiente. Incorporamos el texto transcrito de las tarjetas postales que Pablo le envía desde el extranjero. Rogamos se nos disculpe cualquier error dadas las características de la caligrafía de Pablo y la acción del tiempo sobre los documentos, pues al estar de puño y letra lógicamente no se conservan copias. En una de ellas, desde Nueva York (no se descubre la fecha del matasellos), aparecen al principio las palabras presumiblemente de Teté, para concluir con una nota de Pablo con trazos muy difíciles de descifrar, en la que se distingue una jocosidad crítica muy suya: Buchi pluma na más, eso es New York! Del tamaño de Placetas, más o menos. De una segunda, desde España, recuperamos el texto casi completo. Helo aquí: Querido Capdevila: Te mando, desde Barcelona, esta postal de Brujas, donde también estuve. Del tiro, si no me pegan cuatro tiros, saldré de aquí hecho un viajero famoso. Saludos a todos por allá. “Capdevila, el secretario sin cartera”. Para ver las cosas extraordinarias, ed. cit., p. 76. 22 El tiempo transcurrido y la desaparición física de los contemporáneos de Pedro Capdevila dificulta la identificación de la totalidad de las personas citadas por sobrenombres. 23 Carta a Pablo del 17 de julio de 1935. 21 32 Me conservo perfectamente bien. Dile a Conchita que las muchachas de Cataluña son el inverso de ella, de menos [ilegible] que son. Pablo Pedro está siempre presente en el recuerdo de Pablo, dondequiera se encuentre, o posiblemente con mayor fuerza y afecto en la lejanía. E igualmente lo acompaña, como singularidad del carácter, el humor de su prosa, el juego de palabras, la ingeniosidad de la frase. El análisis del contenido de la correspondencia abarca desde lo meramente familiar y anecdótico hasta el encargo de una entrega importante, el recado urgente, el apremio ante una necesidad. Pedro es para Pablo, de manera especial durante su confinamiento en el Presido Modelo, uno de los aliviaderos a la soledad y el depositario de una información confidencial. La prosa animada y chispeante de Pablo es asunto conocido de cuantos lo hemos leído y admiramos. Sin embargo, sorprenderá la coloquialidad de Pedro en sus cartas, su capacidad para seguir la rima y responder en términos de una soltura y gracia tales que develan confluencias del carácter. El 3 de agosto de 1936 escribe así: El propio sábado encaminé mis pasos rumbo a la dirección que me dabas, y conseguí en esta casa las cuchillas que te adjunto (dos paquetes); le expliqué al galifardo que se hallaba tras el mostrador, y él llegó a la conclusión de que con sobre prieto y propia para barba recia, tenías que referirte a la clase adjunta, pues no había otra con esas cualidades. Supongo que nos evitarás el contemplar el macabro espectáculo que supone ir al muelle a recibir a un exilado y encontrarse con el propio Rasputín. Solo la lectura de esta correspondencia cruzada, en la cual se advierte la ausencia de eslabones que se corresponden con las cartas faltantes, da la medida del afecto entre Pablo y Pedro y de la enorme responsabilidad implícita en la silente labor llevada a cabo por el segundo. 33 Los ausentes, novela de Teté Casuso publicada en México en 1944, recoge un pasaje que retrata la relación entre los dos amigos. Obsérvese cómo pese a la supuesta ficción, para Pedro reserva la autora el nombre de Federico, uno de los que solía utilizar Pablo para dirigirse al dilecto compañero: Federico, un entrañable amigo de Leopoldo24 que aunque no era político, jamás se mezcló en el coro de alabanzas, nos ayudaba en todo. Mandando las noticias más frescas, más verídicas que las de los periódicos oficiales, desde la propia secretaría donde empezaba a trabajar, y además recortes de periódicos, rumores populares, en una aguda y ágil correspondencia, que merecía ser publicada con el nombre de Cartas de tío y sobrino, ya que siempre firmaba: Tu tío Federico. Gracias a él, noticias ignoradas muchas veces en Cuba, les llegaban allá desde New York, por medio de nuestro diminuto periódico. Recuerdo todavía el número primero, conmovedor, que empezaba con las bellas palabras de Martí: Para Cuba que sufre, la primera palabra. Y en esa misma página del libro, la número 238, el 16 de octubre de 1944 escribía (y firmaba) Pedro Capdevila, este recuerdo: Pablo –guasón siempre– por mi apellido me llamaba “el nieto del defensor de los estudiantes”. En atención a ello utilizaba en mi correspondencia a él, en el exilio, el nombre de aquel glorioso defensor de los estudiantes, Federico Capdevila. ¿Qué más encontrará en este libro? El libro está integrado por varias secciones. Una, el prólogo que ha concluido de leer e intenta recorrer la vida y la obra de Pedro Capdevila Melián, en sus relaciones con San Juan de los Remedios, con el ambiente en que vivió, con Pablo de la Torriente Brau, con el destino actual de su casa. Incorporamos en él fragmentos de algunos documentos y dos testimonios. 24 Sin dudas Pablo. 34 Otra sección la integran las cartas cruzadas entre Pablo de la Torriente Brau y Pedro Capdevila Melián, algunas publicadas íntegramente por vez primera aquí. Los libros Cartas cruzadas, Cartas de presidio y Cartas y crónicas de España, editados los tres por el Centro Cultural Pablo de la Torriente Brau, así como los fondos del Museo Histórico Municipal de Remedios Francisco Javier Balmaceda,25 los del Archivo Municipal y la papelería familiar de Pedro Capdevila hijo, devienen contribuyentes significativos a este empeño de rescate de la memoria. Mucho agradecemos la recuperación de estos retazos celosamente rescatados de la polilla y la desidia. La pequeña muestra de trabajos publicados por Pedro Capdevila en la prensa de su época permite juzgar al periodista, al entrevistador, al folclorista, al publicista. Son textos amenos, que se leen con una sonrisa de asombro; son parte del Pedro Capdevila que deseamos se conozca y que demuestran cuán genuina es su dimensión dentro de la sociedad cubana de su tiempo y de los actuales. Por la inclusión del testimonio fotográfico mayormente inédito recogido en las páginas últimas, queda nuestro agradecimiento a Pedro Capdevila Echenique, a la directora del Museo Municipal y a la del Archivo Municipal, así como a sus técnicas. Son estas, tal vez, las primeras miradas del lector a un carácter escasamente conocido que despertó nuestro interés a partir de la lectura de las cartas de Pablo y la estima en que este lo tuvo, pero cuya relevancia propia se acrecentó en la medida misma que ahondamos en su huella. Presente a través de todo el libro late el espíritu de la ciudad de San Juan de los Remedios, la que hizo del placeteño Pedro Capdevila Melián su Hijo Adoptivo, donde nació y vive su descendiente único, algún que otro viejo amigo y vecino que lo evoca, y donde se conserva su obra, publicada o aún en la espera paciente. Esa presencia hace de Pedro Capdevila, el remediano amigo de Pablo, un homenaje extensivo a la patria chica familiar de quien redacta... un remediano más. Leonardo Depestre Catony 25 Se fundó en 1933 y fue el primero de la entonces provincia de Las Villas. 35 Correspondencia: de Pablo a Pedro y viceversa Cartas desde el Presidio Modelo Fragmentos de cartas a Federico Capdevila [13 de noviembre de 1931] Querido Capdevila, Todavía la barba no me llega ni con mucho al papel. Por eso puedo escribirte. Recibí aquí una carta tuya dirigida al Príncipe, cuando nos quitaron la incomunicación y la contesto a los “125 días preso” (Segunda Serie). No puedes imaginarte cuánto tipo estrafalario ha sido lector mío. A cada rato un guajiro tano y simpático suelta y dice por la centésima vez, y admirado por toda su vida, como si fuese un personaje: “¡Mire Ud. quién me iba a decir a mí que iba a estar preso junto con Pablo de la Torriente!” [...] Aquí se está estupendamente. Las demás prisiones de la República son establos al lado de esta. Fundé dos academias: la de Incultura Física del prof. “Heriberto” y la de Idiomas, del prof. War Rellow, pero el gobierno me ha perseguido hasta en la cárcel y me dejó sin alumnos en la primera y sin profesor en la segunda. [...] Te mando para ti un abrazo largo, como un escrito de Ortiz. 39 Presidio Modelo, 5-3-3226 Sr. Pedro Capdevila Bufete Giménez y Barceló San Ignacio 40, altos, Habana Querido amigo: Por lo pronto fíjate cómo ya tengo también “caballito del diablo” y dispongo casi de una oficina, a fin de no perder el training del tecleo. Lo único que está fulastre es el papel. Y si alguien por ahí quiere honrarse con mi correspondencia que me incluya el sello del franqueo, porque si no, no hay nada. Dile esto especialmente a Pepe Gil y a Delgado Gerardo, que quieren obtener un autógrafo mío a ver si le pueden sacar algo. Te escribo para acompañarte una carta para Aguayo (Jorge). Yo no sé si él va ya por la oficina o por el café del Café, pero en todo caso Gener tendrá manera de localizarlo. Además, el padre tiene el teléfono en la guía. Le pido un libro que nos interesa aquí, pues tenemos varias academias de estudio, y el padre de él conoce mejor que nadie aquí estos problemas de la pedagogía. Tómate empeño en este servicio. Dale recuerdos al viejo edificio si ya se mudaron y si no al nuevo cuando se muden. Saluda también a Jesús, Giménez, Barceló, Gener y Carreritas (dile que mande siempre la revista del H.Y.C.27 si se sigue publicando). Y tú rascabuchéame alguna que otra en el bufete. Saluda también a Usategui, a Capestany, a Linnnnnnderrrr... a Carretero, a quien supongo fabulosamente entrampado, a Delgado –más delgado aún– a Pepe Gil, a Conchita, que según creo ya escribe con dos dedos a máquina. ¡Como adelanta la niña!... Dile a Jesús que qué piensa de los “cinco mil millones de toneladas de onzas de oro del cuño español”, de que siempre está hablando, que no me manda ninguna. Bueno, das recuerdos a los que se olviden, y un abrazo para ti. Torriente Se introducen en esta ocasión algunas correcciones respecto a ediciones anteriores de esta carta, cotejada ahora contra el original. 27 Havana Yatch Club. 26 40 Presidio Modelo, 23, 3, 93228 Sr. Dr. Pedro Capdevila San Ignacio 40, altos. Habana. Querido amigo: ¡Bien se ve que eres tú nieto del defensor de los estudiantes! Hace unos días me llegaron paquetes de revistas y hoy –¡oh espectáculo sorprendente!– un tremendo paquetón conteniendo papeles, sobres, ¡un queso!, ¡dos barras de guayaba!, ¡dulce de leche, maní, turrón de no sé qué extraña sustancia! ¡y –sobre todo– dos boniatillos seráficos! ¿A qué se debe tamaña locura? Lo de los papeles me lo explico, pero lo otro aún me está maravillando. Ya le metí el diente a todo, por si me muero antes de la comida, y notifícale a quien quiera que sea el leocadio que haya hecho esto, que mi agradecimiento será eterno, aun cuando mañana ya no quede nada... nada! ¡Oh el ruido de las aguas!... Pero espera. Tengo que darte enseguida dos recados: 1º. Me le dices a Conchita, que no está autorizada para mandarme abrazos en gago, porque por mucho tiempo que lleve preso no intento suicidarme, por lo que no quiero exponerme a que me entierre una astilla. Díselo muy en serio. Si ha tomado parte en el envío de dulces, dulcifica algo la expresión. El otro recado es mucho más serio. He visto que ese indigno de Pepe Gil ha tenido la osadía incalificable de remitirme un paquete de revistas, poniendo su nombre al estilo vanguardista. Dile que yo comprendo que todo eso es pura demagogia y que nada lo salvará. Mi salida coincidirá con su muerte, si es que no quiere desterrarse a Shanghai en donde debiera estar ya peleando. Solo su cadáver atravesado a balazos satisfará en parte mis ansias homicidas. Anúnciaselo. Me dio pena la muerte de la viejita Serafina. Pero me alegro. Hacía tiempo que estaba muerta y era un espectáculo de miseria humana bien triste. Hubiera querido ir a su entierro y hasta verla morir. Siempre tuve este extraño deseo que al fin no he podido ver realizado. Me pongo a pensar en quiénes habrán sido las “víctimas” de 28 Se salvan aquí algunas omisiones e inexactitudes de ediciones anteriores, y se incluye nota manuscrita de Pablo que aparece en el original. 41 este envío y recuerdo que me anunciabas que Gener me amenazaba con enviar un gigantesco panqué. ¿Se habrá vuelto loco? Dile que no lo acepto, que no quiero responsabilidades para el futuro. Porque supongo que debe seguir siento el antípoda de Henry Ford. A Carrerita lo vi tirando su “figurao” mayúsculo –con traje de ceremonia y todo– leyendo un acta en el Yacht Club. No puedo con el elemento. De los demás héroes no sé nada. Carretero no me ha vuelto a hacer otro perfil. Esto solo se lo perdonaré cuando me convide a almorzar en casa de Rafaela –quiero decir de sus nietas– en 1987, a mi salida. Supongo que Conchita debe haber tomado parte en los envíos y esto me hace pensar en que algún bodeguero de la Víbora está mezclado en el asunto. Porque no me negarás que todo esto parecía un remate de un establecimiento quebrado. Eso del boniatillo no se le puede haber ocurrido más que a Gener o a Carrerita. Me lo he reservado íntegro. Me queda un pedacito para a la tarde. Avísame cuando se muden. Recibí también unas revistas y dos mazos de tabaco. Debe ser ocurrencia de Carretero. Cuando llegue la revista de enero de la Revista de los Españoles no dejes de mandármela. He pensado hasta que Jesús recibió parte de su millonada de onzas de oro del cuño español y que a ello se debe todo. Como se dice en los discursos “no sé a quién ni cómo agradecer tanta bondad”. Otro día dime quiénes son los paganos para escribirles también una carta. Recuerdos a todos. Desde Giménez a Usategui, pasando por Barceló, y desde Carrerita hasta Gener, pasando por Carretero y Conchita. Anúnciale a Jesús el regreso de Alfonso a la monarquía y lo que te quede de un abrazo te lo coges, Torriente Brau [En manuscrito]: P.S. Mándame siempre los números de Pro Arte Musical. 42 Fragmento [9 de julio de 1932] Antes que nada van las gracias por el envío de las 1 000 hojas de papel, las que, considerando el costo del embarque, además del propio de ellas, me hace sospechar enérgicamente que te sacrificaste por la Patria. Allá tú. Me llegaron también dos envíos de revistas hechos por ti y unas cuantas hojas de papel [carbón] que vinieron estupendamente bien para las copias. Las cintas aún no las he recibido, pero como podrás juzgar por esta carta, la que tenemos está aún bastante buena. [...] Bueno, hoy recibí carta de Teté en la que me da las más “horribles” noticias. Nada, que desaparezco como miembro honoris causa del bufete, y como resultado [de] que en el bufete era donde únicamente existía yo (en estado de asfixia, desde luego), económicamente hablando, pues hay que llegar a la conclusión de que ya estoy muerto. Apesto. Pero está visto que estoy decidido a morir a carcajada limpia. Es preciso caerle bien a la gente del infierno y una buena sonrisa es la mejor tarjeta de presentación. Estoy dispuesto a que antes de que la carne podrida se caiga, y mi calavera muestre la habitual mueca irónica de los esqueletos, ya mi cabeza muerta enseñe una sonrisa de anuncio. No queda más remedio. Y fíjate de paso cuánta palabrita para tranquilizar a los niños [...] en el párrafo anterior. [...] Papel y sobres tengo lo menos para seis meses y por ese lado no te molesto por ahora. Dales los mejores recuerdos a todos los amigos, anúnciales que mañana soy preso de un año y “con tan plausible motivo”, deséales ya felices Pascuas y próspero Año Nuevo. 43 Presidio Modelo, 6, 10, 93229 Sr. Pedro Capdevila O’Reilly 8, Habana. Querido Capdevila: Se acerca la fecha en que tu ilustre abuelo defendió a nuestros antepasados, los estudiantes del 71, y aún seguimos presos y vivos, gracias al diario rancho y al sol formidable de aquí, y al viento del mar. Y al hand-tenis también, cómo no. Bueno, como te quejas de no haber tenido noticias en mucho tiempo, te diré que efectivamente, hace algún puñado de días que estaba por escribirte. Supe, sin embargo, por Teté, que una carta mía en la que te incluía una para Ortiz no se había recibido. Los scores de que me hablas en tu carta del día 3 parece que quedaron en poder de la censura. Es mejor siempre que en las cartas no me incluyas nunca recortes de periódicos, pues esto dificulta la labor del encargado de la correspondencia. Cuando quieras mandarme algún artículo de sport interesante inclúyelo en las revistas. Hace muy poco recibí dos paquetes de ellas. Revistas españolas. A lo mejor aquí nos alcanza el período de la reconquista de América y para ese caso es preciso estar a bien con los ideales de la religión, el idioma y la raza. ¡Alzá! En las Olimpiadas quien hizo –y muy bien– de reporter mío fue Teté, quien de paso se enteró de quiénes eran los campeones del mundo y en qué tiempo se podían correr 100 metros. Se hizo una tora en eso. Ya pronto comenzarán en U.S. los juegos de foot-ball intercolegial. Estate al tanto de eso, y cuando veas los scores en los periódicos o algún artículo de interés no dejes de mandármelo en los paquetes. Otra cosa que tengo que decirte es sellos. No dejes de meterme siempre en las cartas el sello para la contestación, porque encontrar a un Don Pepe es para mí un problema de la cuadratura del círculo a la enésima potencia. (Te significo que un Don Pepe es un sello de a 3 kilos con la cara demasiado seria 29 Salvamos aquí algunas omisiones e inexactitudes aparecidas en ediciones anteriores de esta carta, cotejada ahora con el original, que incluye al final una nota manuscrita de Pablo. 44 de Don José de la Luz y Caballero, autor de una frase que ha traído muchísima gente a la cárcel: “Solo la verdad nos pondrá la toga viril”). Eso de las vacaciones en el bufete me recuerda mis buenos tiempos en que yo me iba con el Polaco, el Filipino y otra chusma a remar por la tarde a Cojímar. Yo no sé cómo aprovecharás tú la semana de vacaciones del bufete, pero te aconsejo playa con ella. Plenty playa. Embulla al viejo Jesús y de seguro que salen los dos retratados en Orbe. Y que Jesús en trusa, con boina y la pipa humeando debe ser algo serio. Dile que se embulle a la aventura que con solo una de sus milagrosas onzas puede adquirir toda esa indumentaria. Conchita para mí ya no existe. Con las teorías nuevas sobre la desaparición de la materia, no hay quien me haga creer que quede de ella ni el famoso trajecito verde, aquel con el que parecía una hoja de otoño. La pobre. ¿Cuánto pesó su cadáver? Carreritas sigue de incógnito en la Revista. Nunca lo veo aprovechar el figurao. En cambio, en cuanto llega, apuesto que vienen Juan Luis y Pozo. Esos no fallan. ¿Qué hubo de la estalactita en forma de colmillo que era la máxima atracción de los microbios turistas, en la boca de Pepe Gil? ¡Guay de él! Tan pronto lo veas dile que mi venganza será terrible. Hasta traerlo aquí no paro. El caso de Gener me preocupa. ¿Cuántos problemas tiene ahora encima? Bueno, Giménez todavía tiene “aire” para veranear y Barceló tiene su resignación cristiana y su pecado mensual. Usategui por su parte estará esperando otro descendiente y Carretero no soltará el teléfono. Capestany habrá adquirido otra novia y otra neurastenia. Si alguna rata queda le das un abrazo. Y un saludo especial a Miguel Morales, para él y para Cuco. Y good bye por hoy. Torriente-Brau [En manuscrito]: Ah, oye, remíteme unos cuantos pliegos de carbón largos. 45 Fragmento [12 de noviembre de 1932] [...] Por lo pronto te diré que ya solo se trata de conseguirme un carrete, pues ya tengo uno ya. La máquina en que escribo es una Remington portátil, nueva, aunque no puedo asegurar si es el último tipo. No es silenciosa. El carrete se puede obtener de una cinta, pero no de la standard, sino de las pequeñas. La que tú enviaste la recibí enseguida y me extraña que no recibiera la tarjeta firmada por ti. [...] La noticia del ciclón de Camagüey me produjo ayer una verdadera y profunda pena. Nos leyeron aquí, por la noche, y como cosa extraordinaria, remitidos por el propio Castells, los boletines del ejército, que daban cifras aterradoras de muertos. Cuando me escribas, infórmame de él. Ah, oye, recibí hace algún tiempo varias revistas que supongo sean remitidas por Isidro o por Adrián. Dales las gracias de mi parte. 46 Presidio Modelo, 14, 1, 93330 Sr. Don Pedro de Capdevila Bufete Giménez, Ortiz y Barceló O’Reilly 8, Habana. Querido Don Pedro, Hace centurias de años que no sé de Ud. Hace tiempo que tenía pensado escribirle y hoy me decidí al recibir la visita de dos fósiles revistas de la “madre patria”. Bien, de todas maneras algo se lee. Sobre todo en la Revista de las Españas donde siempre vienen algunas cosas de interés. La otra no, la Información Española no trae más que discursos de Don Aniceto, de Don Azaña (y entre paréntesis, parece que fue una Hazaña turbia la que cometieron los antepasados de este buen señor, cuando le quitaron la h, para despistar) y discursos de una mano de chusmas más. Te puedes ahorrar el franqueo de esta revista, salvo en el improbable caso de que traiga algo de interés. Como hace tanto tiempo que no tengo carta tuya, pues no sé si felicitarte aún por Pascuas y Año Nuevo. Yo creo que todavía es posible. Y yo, muy filosóficamente, voy contando los días que nos quedan para la próxima Nochebuena. 343. ¡Una miseria en realidad! Me están entrando fuertes esperanzas de “agarrar” los cuatro guarismos aquí y arribar, con toda felicidad, a los mil días de prisión. ¡Cuánto honor! Con qué cara de mártir he de llegar a esa Terminal, apostrofando a la manera de los profetas bíblicos, al pueblo ignaro que olvidó [a] su patriarca (para entonces ya tendré tipo patriarcal con la barba nevada y el rudo báculo de granadillo) y no se lanzó al mar, a nado aunque fuera, para venir a buscarme. Y conste que te recuerdo esto de la Nochebuena porque la que pasamos aquí fue magnífica. Reducidos por mor del chorrón de libertades de aquellos días, al exiguo grupo de las Nueve Feroces Panteras, dispusimos de una cena por completo “indigna” de unos mártires como nosotros. Exceptuando el vino y el pescado, de todo tuvimos y en abundancia. Casi estoy por decirte que en libertad, como no haya sido invitado a casa de alguien, pocas veces la he pasado mejor. Esto, claro está, no lo riegues porque se puede estropear 30 Esta carta apareció en ediciones anteriores con omisiones e inexactitudes que ahora rectificamos al ser cotejada con el original. 47 en parte mi ballyhoo que supongo yo que habrá crecido gigantescamente. Sobre todo después de esta escogidísima selección en la que tuve el honor de ser incluido. Yo estoy premeditando hacer unos regalos allá. Ando un poco escaso de maderas ahora y quisiera mandarle algo a todo el mundo. Dime si tú no tienes una hermana, para hacerle un pulso. A Conchita creo que no te habrás decidido a fajarle, a pesar de sus reiteradas y casi descaradas insinuaciones ya que, según me has dicho varias veces, no te gusta la carne de pescado, y menos la rabirrubia. Yo, con temor de que cuando salga, se insinuarse (sic) conmigo en forma tan descocada como lo venía haciendo, a pesar de ser amiga de Teté, y hasta testigo presencial y doble de nuestro matrimonio, pues decidí incluirle un pulso de guayacán amarillo en el paquete que le acabo de mandar a Teté Casuso. También iba para ella uno de yayajabita, regalo del Guajiro Pendás. Presumo que mi estancia aquí se debe, más que a otra cosa, a gestiones personalísimas de Pepe Gil, pues ese ente, ese íncubo, ese súcubo, aterrorizado ante la perspectiva de mi salida, corre ante las altas autoridades a verter ¡tragando inmundicia! las más especiosas y peregrinas leyendas sobre mi “sombría personalidad” para librarse de que, al encontrarme en libertad, acuda hasta su cueva y le arranque, de violento zarpazo, el colmillo flotante que le queda (¿le dura todavía?), y los 17 pelos que, como náufragos desesperados, clamaban al viento en el inmenso océano de su rutilante calva (enséñale este párrafo, que vale la pena). Al viejo Jesús le dices que hace “luengos” años ha que le tengo aquí tremenda pipa. Que con ella en ristre podrá quemar en fina picadura algunas de sus añejas onzas españolas. A todos los viejos y buenos amigos del bufete me los saludas; no olvides a ninguno: desde el Dr. Giménez y el Dr. Barceló hasta Capestany –que supongo estará haciendo millones falsificando mi firma– y Carretero. No hay que olvidar tampoco al Dr. Usategui y al Dr. Lay, que debe de tener cuatrocientos hijos no sea cosa que Usategui lo alcance. Y al paso que va Carrerita también y no menos Gener. Saluda también al Sr. Miguel Morales y a todos los demás, que ahora no pongo para que no resulte esto un acta notarial. 48 Te escribo con sello de a kilo porque así me ahorro dos. De todas maneras la censura tiene que leer la carta, así es que, de hecho, va abierta. Haz tú lo mismo, si te parece. Pero si te parece, róbate unos cuantos sobres largos y mándamelos. Y good bye. Torriente 49 Fragmento [19 de marzo de 1933] [...] Tengo dos o tres indecentes epístolas suyas que contestar. Una de ellas la de las gracias por el pulsillo que le envié a su hermana. De nada, hombre, de nada. O “de nalgas”, como se decía entre la chusma del Club, por mi tiempo, allá por la época de José Antonio Saco. Otra a tratar es notificarle el puntual recibo de las revistas, de los sellos y de los sobres, por lo cual se le devuelven las gracias. Y “de nalgas” otra vez. Por cierto que en lo sucesivo, el próximo millar de sobres que me dispongo a consumir, procura que sea todo del tamaño grande, cosa que contenga bastante material por los tres kilos a que ha venido a cotizarse [en] nuestro mercantilista tiempo, el pobre don Pepe de la Luz.31 [...] El cuarto tema del día se refiere a la sortija pedida. Desde luego que se puede hacer y se te agradecen todas esas gestiones por buscarme unas salvadoras pesetas. El precio está bueno, cómo no. Bueno, pero siempre que me mandes algo así incluye la medida exacta, para evitar que el trabajo se pierda... 31 El sello de tres centavos tenía la efigie de José de la Luz y Caballero, Don Pepe. 50 Cartas del primer exilio New York, 8, 6, 93332 Sr. Dr. Pedro de Capdevila, O’Reilly y Mercaderes, 40 piso (digo, cuarto) Habana. Cuba Distinguido colega: Le escribo después de haberme entrevistado ayer con nuestro padre y tío respectivamente, con el que hubimos de comer Teté y yo unas cuantas cosas extrañas aunque de grato sabor. Además, estuvimos hablando más de una hora sobre los problemas de Cuba y comiendo, por lo tanto, abundantísima mierda. Según nuestra conversación, hasta pudiera ser que llegara yo a Cuba antes que esta carta. Bueno, en espera de hacerte verbalmente pronto la narración de las aventuras que me han acaecido, paso a hacerte un breve resumen de las mismas. En primer lugar ha quedado demostrado que el capitán Fano es un fanoso. De eso no hay duda, así como de que es un apapipio fuerte, pues a pesar de venirle recomendado por Giménez, por el gerente de la trasatlántica en Barcelona, nada menos, y por cincuenta amabilísimos amigos más, inclusive periodistas que tanto ballyhoo le han dado a Cuba, pues nos cogió apenas perdimos La Habana de vista un formidable aguacero y como no teníamos donde meternos, Teté y yo andábamos hechos unos habitantes auténticos corriendo con las maletas de una banda para otra huyéndole a la lluvia, y si no es por la casualidad de que el pintor Maroto venía desde Méjico en el barco y nos refugió los paquetes en su legación hubieran perdido la vida dichos paquetes, porque, dado mi pacífico 32 Se salvan aquí pequeñas omisiones y errores de ediciones anteriores, y se incluye nota manuscrita de Pablo que aparece en el original. 51 y pacienzudo temperamento, lo probable es que hubieran ido a parar al mar, a descansar de tanta lata. Bien, el dicho pintor Maroto nos consiguió, además, un par de emparedados a base de queso y ya empezamos a sentirnos más optimistas. Y allá, al obscurecer, un batracio humano –que no otra figuración tiene el tal fanoso capitán Fano– se dignó salir a recibirnos. Nos dijo, a Maroto y a mí, que ya le habían hablado Julito (¡mira qué confianzudo es el tipo este!) Blanco Herrera y Giménez Lanier, pero que lo sentía mucho, que no sabía el pasaje que embarcaría en New York y que hasta allí nos pondría en un lugar pero que desde allí en adelante no sabría donde tendríamos que ir. Y fuimos a parar a unos camarotes, separados uno de otro, Teté con siete mujeres más y yo con otro grupo de hombres. Es decir, que seguía preso, como en Presidio, pero mucho peor, con peor cama, peor aire, y sin agua para bañarnos. ¡Qué puerca es esta gente! Calcúlate que cuando pregunté por el baño, que estaba cerrado “porque si no todo el mundo se iba a querer bañar”. Por fin tuvimos que pagar la fabulosa suma de cuarenta centavos para tirarnos un puerco baldeo con agua salada. Y eso no es nada, en el puerto de New York estuvimos tres días sin bañarnos de ninguna manera, porque los muy puercos toman el agua de la misma inmundicia llena de grasa y de excremento que rodea el espigón. ¡Me cago en su madre! Cómo no iba a querer bajarme. Ah, además, pues ya el fanoso Capitán empezó a cumplir su promesa de ponernos peor porque ya se había dado la orden de que yo me trasladara no sé a dónde, mucho más lejos todavía de Teté. Te advierto que el barco venía con bastante pasaje, pero eso no obstante, Maroto, que traía pasaje de quinta a décima clase, venía en primera desde Méjico, y a un par de putas de no sé de qué compañía, las sacaron del camarote en donde estaba Teté y se las llevaron creo que para el que Fano les designó, en primera o en casa del carajo. La cosa fue que vino a buscarlas con mil melindres un tipo de esos de gorra galoneada. Aparte de todo esto, pues se decía que la revolución en Cuba era cuestión muy breve y hasta publicaban los periódicos que ya había alzamientos en Oriente y Camagüey. Y todavía se puede añadir que yo tenía empeño en quedarme aquí para estar cerca de Cuba, a menos dinero y menos tiempo. Fue estupenda la tángana que se dio para podernos sacar y dejarnos en Ellis 52 Island. Salimos del barco cuando ya quitaban la escala. Espectacular como en una película. Los comemierdas de primera se preguntaban si éramos polizones o qué cosa. Bueno, pero no te he contado el ballyhoo que he tenido aquí en los periódicos de habla española y hasta la truculenta historia que publicaron los americanos del sindicato de Hearst. Ahora espérate, que esto se quedó aquí ayer y ahora no sé qué otra cosa te iba a decir. Ah, bueno, te contaré de Ellis Island, a la que yo le puse All right Island, porque para todo nos decían All Right, para comer, para dormir, para bañarnos, cagar, mear, etc. etc. Aparte de eso, se pudiera llamar también Babel Island, porque allí, cuando caímos, por ejemplo, había alemanes, polacos, griegos, brasileños, colombianos, portugueses, franceses, rusos, italianos, eslovacos, y, una mañana, de pronto, se apareció un aduar árabe entero, con sus túnicas, albornoces y babuchas. Fue un efecto de película. Y lo primero que hicieron fue lavarse las manos en la fuentecilla de tomar agua. Para mear se tenían que subir una pila de sayas que traían, así es que yo pienso que esta gente en caso de apuro deben pasar el gran ídem. Era entretenido estar allí. Pero seguíamos separados Teté y yo, y así estuvimos seis días más que no se acababan nunca. Teníamos al frente la vista de New York, que es una mierda y que ni siquiera es tan grande como cuenta la gente. Por lo pronto a los diez días de estar en él ya me sé los subway y ando por donde me da la gana y sin preguntar. Viene a ser como treinta o cuarenta veces La Habana. En fin, que no me espanto. Ni siquiera son altos los edificios. Bluff, bluff. El primer día que salí de paseo me caminé unas trescientas cuadras. Todo Riverside ida y vuelta, llenos de monumenticos ridículos, desde Juana de Arco hasta una sucursal del Soldado Desconocido. Bien, y a propósito de soldados. Ya tuve una interview con los soldados de la guerra y son los grandes hijos de puta. No se merecen la compasión ni los comentarios de la gente. Para Carteles escribí una crónica sobre ellos diciéndoles dos o tres barbaridades muy merecidas. Son unos desfachatados. Bueno, espérate, antes que se me olvide déjame darte la dirección de donde estoy: Frank Villapol. (Pablo) 607 W. 180th St. New York City. Este es un espléndido compatriota que me brindó su casa con una espontaneidad desusada y salvadora. Y aquí estamos por ahora, aunque él está 53 tan mal como yo, y ya estamos buscándonos la vida por ahí nada menos que vendiendo helados como cualquier eskimopayero. Camino como tres animales y ladro americano con los ídems. Así iré aprendiendo a la brava. Ahora creo que vamos a poner otro negocio de vender soldados de plomo. Cuando regrese a Cuba, allá por el 1980, seré una enciclopedia de experiencia comercial. Pero sin duda tengo una profunda satisfacción de haber podido buscarme la comida en New York sin saber inglés y a los diez días de estar aquí. Hay mucho habitante, vago y revolucionario que estima menos vergonzoso que vender helados andar peseteando a los amigos. Ya te iré contando todas las extravagancias que vaya haciendo aquí. Iba a publicar artículos sobre Cuba en los periódicos de New York, pero estaban medio rajados. Anoche le dieron la pateadura padre a Schmelling, pero, como supondrás, no estuve presente. Tampoco he ido a Polo Grounds, ni al Yankee Stadium, si no por fuera, pues hasta ahí llego en mis “negocios”. Voy a ver si me consigo manera de que por algún carnet periodístico pueda hacer algo en este sentido, porque si no estoy condenado a ver nada. Realmente, el pabellón glorioso de la “botella” no debe verse defraudado. Seguro que tengo muchas cosas más que escribirte, pero se acaba el papel y solo me queda espacio para los recuerdos. Se los das a todos. Inclusive a Conchita que fue a la única interfecta que no vi ni falta que me hacía. A Pepe Gil le pronosticas una venganza mía cada vez más terrible. Le voy a hacer comer unas fresas que me han sacado millones de ronchas deliciosas. A Jesús le dices que si la mamá de Teté no le ha llevado ya su pipa que establezca la reclamación diplomática consiguiente. Al Dr. Barceló le aseguras que estuve ya en su Patricio. Y al Dr. Giménez y a Magoom los saludas también con afecto y a Carrerita (sigue en manuscrito) y a Gener les pronosticas carta para la próxima vez que bote tres kilos por la ventana. Recuerdos de Teté. Y Good by Torriente 54 Cartas del segundo exilio (Dispárame una tarjeta postal para saber que has recibido esta) Abril 26, 1935 Querido Batey: Solo un par de letras a manera de presentación del mamotreto adjunto. 33 Te van cinco ejemplares de cada capítulo. Reservo uno, para tenerlo junto con el otro juego de copia, pero si te fuera necesario dímelo para enviártelo. Suponemos que la interfecta no haya encontrado oposición por parte de las autoridades y se encuentre a estas horas acompañándote en tus excursiones al Yankee Stadium... ¡Si supieras lo que te envidia Carrera el poder ir a presenciar los juegos de pelota!... Aquí todo igual, parece que fue ayer... Solo le falta al actual gobierno el Heraldo de Cuba, pues tiene la misma prensa que ayer estuvo con el Animal # 1... Cuenta algo de Narciso López pues no se han vuelto a tener noticias de él desde que despegó, y como supongo que lo hayas visto dile que su amigo el Ingeniero del chivo ha estado aquí procurando su dirección. De las copias que ahora te van, vuelvo a repetirte lo que antes te dije, o sea que en ellas me ha ayudado mi hermano. Excusa, pues, las barbaridades que encuentres... Voy a dejarte, pues el Jefe del Batallón Perdido está dando más timbrazos que un carrito de Cerro-Muelle de Luz... Barcelowich,34 que todos los veranos cita a personas amigas para verse en Lisboa, New York, Buenos Aires, etc. etc., ahora 33 34 Se refiere al libro Presidio Modelo, de Pablo. Oscar Barceló. 55 dice que probablemente este verano te vea ahí... (¡Cuando lo vea lo creo!...). ¿Sabes que la viuda de Rubén se casó...? Afectuosos recuerdos para uds. de la chusma bufeteril en pleno; y como siempre, quedo tuyo affo., El Defensor Estudiantil 56 New York, 6, 5, 935 Sr. Dr. Pedro de Capdevila, Consejero de Estado, Habana. Distinguido Doctor: Aunque me esté mal el decirlo estoy enfermo. Llevo doce días en cama. Yo, que solo había estado en cama por lesiones o de foot ball o de la policía, ahora, en esta ciudad cabrona, por poco me caigo en la calle, como una señorita histérica, con un síncope. Y desde entonces he tenido gripe en todos y cada uno de los órganos de que me compongo. Últimamente me ha querido dar en los ojos y en los senos frontales, bajo la conocida y popular fórmula de la sinusitis. He tomado potingues para facilitar la salida monolítica de los camaradas gargajos; me he puesto el termómetro en la boca, por no ponérmelo en el culo que es lo que aquí se acostumbra; y, por último me he barrenado la nalga con inyecciones de aceite, mucho más útil para ensalada que para el catarro. Y hoy, en fin, sigo con gargajos, dolores y gripe. Pero todo se arreglará o me acaba de dar la temible neumonía que es lo que parece que ha querido entrarme, como si también fuera del Servicio Secreto... Te debo carta hace años. Y lo malo que hoy se me ha acabado la cuerda con Ramiro. Bueno, de todas maneras, a reserva que uno de estos días le escriba a todo el bufete como él se merece, hoy te daré cuenta de varias cosas, y, como siempre, te haré encargos.– Recibí, a su tiempo, con Pendás, el trabajo de Presidio, y, enseguida me puse a hacer las correcciones; pero trabajaba con muchas dificultades y, además, Teté me ha dicho que no cree que el tribunal que vaya a discernir los premios sea muy “católico”. Infórmate con Tallet, si buenamente puedes, y, si puedes también, me notificas si vale la pena correr el riesgo de ganarse $500.00. Por lo demás, creo que el envío de todo ese material solo serviría para darte lata a ti y gusto al tribunal de permitirse el lujo de no premiarme el libro para serle grato al Gobierno. Y, en vista de esto, decido no mandar nada y al carajo. En cambio de esto, he recibido algunas indicaciones y puede ser que lo publique en México, sin que me cueste un kilo, que es todo lo más a que aspiro. Y así quedo en condiciones de escribir algo más. En vista de esto, me ha venido perfectamente 57 el que me enviaras copias de los capítulos, porque así puedo mandar a México un juego completo. Espero que tú habrás conservado alguna copia para el caso improbable en que todo se perdiera. Bueno, después me llegaron los capítulos que faltaban, por los que también te acuso recibo. Teté, como si yo no fuera mecanógrafo también, me encarece la clase de trabajo que tú me has hecho, y siempre me dice “que la gente del Bufete son nuestros mejores amigos”. Yo tomo eso siempre como una cosa natural. Con la misma naturalidad con que he tomado la falsa amistad de tantos tipos que parecían buenos amigos y que cuando se ponen las cosas feas ya no dan ni los buenos días. Según me escribió Ortiz hace unos días, pronto estará allá. Espero que tú como Consejero de Estado, le darás garantías para el desembarco. Supongo también que el Dr. Barceló estará satisfecho con esta vuelta a la “tranquilidad y al orden”; y que el glorioso batallón perdido, recuperando sus bríos después de la victoria, paseará su inédita marcialidad por todos los salones del bufete detonando órdenes hacia todos los puntos de la rosa náutica... En cuanto a Don Miguel de Unamuno,35 a quien escribiré en breve, en unión de Don Jesús de la Fuente,36 espero que habrá zozobrado dignamente en el mar de la juricatura y que instalará un temible bufete por la calle de San Juan de Dios, antes Bomba, y que en breve obtendrá las igualas de la Tropical, La Polar y Hatuey. A Conchita37 dile que me preguntó por ella, el otro día, Frederic March38 muy empeñado en que ella venga para New York, para ponerle un cuarto en el Bowery, que es un barrio aristocrático de aquí, equivalente, más o menos, al de Las Yaguas, allá... ¡Mira que hay gente con suerte!... Y, en cuanto a Jesús Corredoyra de Castro notifícale que se está vendiendo aquí legítimo vino gallego, procedente de las eras aledañas a la misma Compostela y que la única diferencia consiste en el precio, por cuya razón aún no me ha sido asequible. Saluda a las demás gentes y cuenta con mis servicios profesionales aquí. Miguel Gener. Jesús de la Fuente. 37 Conchita Fernández. 38 Fredric March (1897-1975), uno de los actores de Hollywood con un currículum que más impresiona. Ganador de dos premios Oscar en la categoría de mejor actor, en 1932 y 1946. Visitó La Habana en enero de 1934. 35 36 58 Ahora, ocúpate de hacer llegar a Ramiro Valdés Daussá, a la mayor brevedad posible –y si puede ser personalmente– la carta que te acompaño.39 Llama a Samuel García, a la Agencia Packard y que te dé informes. Procura si no al Ingeniero Rafael Iglesias, que vive en el tercer piso de una casa en San Lázaro esquina a Espada u Hospital. En fin, averigua lo más rápido que puedas y entrégale la carta. Y gracias más. Y recuerdos de Teté para todos. 39 Carta a Ramiro Valdés Daussá del 6 de mayo de 1935. 59 Mayo 6, 1935 Querido Pablo: Aunque no hemos tenido noticias de Uds., ni sé todavía si llegaron a tu poder las copias de los capítulos consabidos, te escribo ahora para enviarte unos recortes de periódicos donde dan detalles de un suceso recientemente registrado en el Presidio, por si te fueran de utilidad para el libro en proyecto. También tenía para enviarte, pero se me ha extraviado, otra nota donde hablaba de un señor de apellido Carrasco, conocido por el Profesor, a quien acusaba otro de haberle hecho un disparo en la Plaza de la Fraternidad. Este Carrasco, creo que medio “tocado del queso”, supongo que sea muy conocido de Uds. La occisa me dejó también unos cuentos para que le sacara copia, pero como me dijo que no le apuraban, todavía no los he comenzado. El sábado último llegó tu padre; por cierto que a su llegada aquí se encontró con un cable donde le daban la noticia de haber fallecido una hermana de él en España. Monseñor Barcelowich40 insiste en “pegarte la gorra” este verano... El jefe del Batallón Perdido,41 encantado de la vida. Conchita, engordando. Jesús Exp.42 más cascarrabia que nunca. Miguel, atacado de gota. Recuerdos de la chusma bufeteril para Uds., y como siempre, quedo tuyo affo., El defensor estudiantil Oscar Barceló. Miguel Giménez Lanier. 42 Jesús Expósito. 40 41 60 Mayo 10, 1935 Querido Pablo: Oportunamente recibí tu carta del 6 que no te contesté antes esperando poder localizar al Poeta. Al fin hoy lo he visto; hablé con él sobre el asunto que te interesa y me informó que el jurado no será designado hasta después que se cierre el plazo para la admisión de los trabajos. Que aunque está metido Lizaso y este pudiera laborar porque no fuera un tribunal de adocenados, él, (T.)43 no tiene mucha fe. Que precisamente tiene un libro de versos que abrigaba el propósito de presentar al concurso y ha desistido de ello. También me manifestó que Montenegro44 está terminando un libro sobre el Presidio, que trata sobre la falta de la mujer a los presos, el cual en vista del sesgo que han tomado las cosas ha resuelto publicarlo en el extranjero, creyendo que lo publique en México. Que, desde luego, él no puede darte una opinión definitiva y categórica, pero cree que en definitiva ese tribunal sea compuesto por elemento conservador. Sobre Montenegro me agregó además que era un buen libro y que no tenía el sabor crudo que el tuyo, no obstante lo cual aquel no lo presentará. -----La anterior, es la opinión del poeta rumbero,45 y por la forma en que me habló está como “el curro en la fiesta”... y mi opinión particular es que si mandas el papalote vas a ruborizar a más de un bribón intelectual que indudablemente te condenará al anonimato oficial... ------ Probablemente José Zacarías Tallet. Carlos Montenegro, autor del libro Hombres sin mujer. 45 José Zacarías Tallet. 43 44 61 Mayo 13,1935 Del otro asunto me he venido ocupando con interés desde el mismo día que recibí la carta. Esa tarde fui a ver personalmente a García y hasta hoy 13, todavía no ha podido entregarla, pues B. estaba enfermo. Aunque le dije a García que él citara una hora fácil para entregarla a B. la primera vez no pudo ser por haberse sabido que estaba enfermo el interesado, y aunque después él (García) al llamarlo por teléfono me ha indicado que vendrían por la oficina, tampoco han venido. Me apena que creas que no ha habido actividad por mi parte, pero la realidad es que las circunstancias se han mostrado desfavorables. Espero que ya hoy pueda entregarla. Veremos. -----Ayer 13, en vista de las dilaciones que iba sufriendo el asunto entregué el encargo a García, quien me dijo que ya tal vez ayer mismo u hoy podría entregarlo. Ayer se me mostró más comunicativo, y entre otras cosas me decía que él cree que a B. le había afectado mucho el trágico fin que tuvo la gente de G.46 y de lo que te supongo enterado, pues te he enviado varios papeles asquerosos de esos que aquí llaman periódicos... donde se da la versión oficial... Podrás suponer el júbilo con que ha recibido “cierta gente” esta noticia. Estamos nuevamente en aquellos tiempos en que “había que limpiar la sociedad”, “exterminar el elemento maleante”, etc. etc. -----Tu padre47 me encarga te haga saber que hasta que recibas alguna indicación de él no utilices el apartado de la Rev. que te facilitó, pues parece que te dio el número equivocado. Hoy también te escribo en carta certificada a esta misma dirección remitiéndote papeles que no quiero mandar por carta aérea. -----La prensa de hoy da la noticia de que Graciano Lípis fue detenido en Barcelona donde “tenía organizada una banda de incendiarios, saboteadores, etc.”... Procuraré enviarte un ejemplar de periódico. 46 47 Antonio Guiteras, muerto en El Morrillo ese mismo mes de mayo de 1935. Fernando Ortiz. 62 Generowicht Ilianowfks por fortuna no ha naufragado, aunque “estuvo al borde de la piragua”... -----Monseñor Barcelowiski48 proyecta comparecer ante tu presencia a mediados del próximo junio... Ya te avisaré. Aunque tu padre no me ha dicho nada sobre esto otro de que te voy a hablar, la rubia49 sí me informó que cuando te escribiera te dijera que no utilices la dirección de Muralla, pues ella se mudó bastante tiempo. Ahora es Empedrado 17 (altos). -----Aunque esta vez tus encargos han sufrido demora, te será fácil comprender que no ha sido por mi culpa, pues como había que establecer contacto con gente a quien uno no conoce de trato siempre es recibido con ciertas reservas, pero creo que para lo sucesivo sea fácil. Así, pues, no tengas el temor de la demora al confiarme otro asunto. -----Creo que los detalles del poeta rumbero50 te decidirán a no mandar nada, y con varias personas que he hablado del asunto sin mencionar de quién se trataba, han abundado en las opiniones de aquel. Voy a suspender aquí, hasta que venga la rubia que quiere decirte algo. -----La rubia, dice: que cuando veas a Frederic March le digas que le mande el pasaje y que el departamento quiere que sea en el Chinatown... Y que le digas a tu mujer que ella no concibe cómo una persona de tan buena familia permite que su esposo la insulte internacionalmente... Y que te manda un sello para que contestes. Que se conserven bien. Espera la carta certificada. Recuerdos de todos; y quedo como siempre tuyo affo., El defensor estudiantil Oscar Barceló. Conchita Fernández. 50 José Zacarías Tallet. 48 49 63 New York, 22, 5, 935 Dr. Pedro de Capdevilla. Ilustre Doctor: Recibí hace tres días un longevo sobre, impuesto con dos estampas que portaban la “vera efigie” de Finlay, el cual, en las dichas estampas aparece con unas patillas, que más lo acercan al tipo de un cochero inglés que al de un sabio, como algunas personas indocumentadas afirman que fue. Bien, mas lo importante del recibimiento no fue el continente sino el contenido, el cual se elevaba a la fabulosa y siempre bien recibida suma de ocho “dolores”. Ítem más: un sello, con la prominente nariz de George Washington, tasada en dos centavos. La dicha suma, multiplicación y elevación al cubo, acto seguido, después de una minuciosa inspección hecha con el fin de averiguar si no se trataba de alguna honrada falsificación, entró a depósito, en nuestro repleto erario, pasando, previamente, y como es natural, por los diferentes libros de asientos, de los tesoreros, contadores, veedores, inspectores, anotadores y pagadores de nuestra oficina, siempre con el Vto. Bno. de rigor, de Nos, los Presidentes superstites; esto es, supervivientes, hasta ahora. Naturalmente, la llegada de tan jugosa renta de nuestras haciendas nos ha puesto a los superstites de muy buen humor; ello revela la atención que a nuestras propiedades prestan nuestros administradores, y, aunque, desde luego, pensamos que algunas buenas “filtraciones” habrá, como esto es inevitable, pues no nos quejamos. Por lo pronto, parte de esos ingresos se destinarán para un juego Yanquees vs. Senadores, y parte para alguna película en el Radio City Music Hall, cuyo show es suficiente para justificar a New York con toda su inhumanidad. El resto del dinero, lo invertiremos en acciones de las más poderosas compañías de beans, potatoes, rice, tomatoes, and other food important things. Indiscutiblemente, esperamos que con tales inversiones nuestro caudal de optimismo acrecerá de manera alarmante, y, acaso, como resultado de este caudal de optimismo, se nos llenen las arcas de otros caudales. 64 Y ya que hablamos de otros caudales, podemos hablar de otros asuntos. He recibido una proposición desde México, para publicar allí el libro de Presidio sin costo alguno, y voy a aprovechar esta oportunidad. Al efecto, como ayer terminé todas las correcciones, mañana o pasado lo envío; pero, como me hace falta de todas maneras, tener aquí una copia del libro, y no poseo más que un original, con excepción de los últimos cinco capítulos que me enviaste, te ruego que me prepares un par de juegos de todos los otros. Para ello, como el envío certificado de todo eso, supone algunas serias dificultades, según me han dicho, y, aparte de todo, bien puede costar todo unas cuantas estampas de “Maceo”, de las de a $0.50, te voy a indicar dos posibilidades. Dos amigas de nosotros habrán de pasar en breve por aquí. Ellas son, Gladys López, la Sra. de Saumell, que vive en Luyanó 114, y la cual algún día irá a Londres a reunirse con Saumell. Podrías preguntarle cuándo viene –si es que utiliza la vía de New York– y si es pronto, pedirle de mi parte que me traiga una copia. La otra posibilidad más cierta es la de Ada Kourí, la novia de Raúl Roa, que se casa con él por poder, dentro de unos días y, enseguida, vendrá para acá. También ella es muy buena amiga y puede encargarse de traerme esas cosas. Vive en Perseverancia 10, entre San Lázaro y Lagunas, altos. Aparte de esto, si tienes alguna otra oportunidad, y te merece la confianza necesaria, que es bastante, utilízala también. No tengo que decirte que si no tienes más copia que el trabajo original, me mandes este y no te pongas a sacar una nueva edición. Si tienes, aunque sea una copia, guarda el original allá. De paso, mira a ver si te consigues un ejemplar prestado de un libro que se titula El Gran Suicida, por José Embade Neyra, y del cual solo me interesa una copia de la lista que trae atrás, de los presos políticos del machadato en Isla de Pinos. No lo vayas a comprar, porque no tiene otro interés. Si acaso haz que Barceló lo pida “para ver si le interesa”, y me copias esa lista. No he recibido contestación ninguna a la primera carta que te acompañé. Le interesaba, entre otras cosas, una copia de los últimos récords oficiales de Cuba y Centro América en atletismo, por lo que voy a encargar de eso al “ Gran Carrera”.51 51 Jesús de la Carrera y Fuentes. 65 Tampoco he recibido contestación a otras cartas y, como por lo visto la gente se toma su tiempo –sin duda porque nunca han estado en New York, ni saben lo que es esperar carta de Cuba– te ruego que vayas a ver al fotógrafo de Carteles, Kiko Figarola, en San Nicolás, creo que 28, altos, una casa gris, con un farol viejo a la puerta, entre Lagunas y Ánimas. A él le encargué unas fotografías viejas, y le preguntas que si no recibió una carta mía certificada, a la revista. Y que si le entregaron a Cucho52 la que le adjunté. También le dices que le pida a este que me conteste. Bueno, y como hoy te he hecho más encargos que de costumbre, te dejo ahora para pasar a otros “elementos”, para los cuales te acompaño carta. Recuerdos míos y de Teté, 52 Ángel Gutiérrez Cordoví. 66 Junio 4, 1935 Querido Pablo: Hasta ayer lunes no me fue posible terminar la lista adjunta, pues con motivo del proyectado viaje de Monseñor,53 está viniendo ahora más temprano que de costumbre y apenas me ha dado chance en estos últimos días. Esto aparte que no era una lista como decías tú: era un listón macho... ASUNTO KIKO:54 A este interfecto no me ha sido posible localizarlo en la dirección dada, ni por aquellos contornos. A lo más que llegué fue a dar con la casa de otro cronista de la otra revista, pero en esta casa, aunque lo conocían, me dijeron que no sabían dónde vivía. DIRECCION POETAS: Adjunto te van dos direcciones para que las entregues a la occisa, pues la mamá de esta hace días me indicó que las consiguiera para enviárselas ella, pero yo he dejado copia aquí y le envío directamente estas. MONGO PANQUÉ:55 Al día siguiente de recibida la carta anterior tuya, y bajo sobre consignado a la dirección dada por la occisa, envié las líneas a este individuo. Supongo que las haya recibido. COPIA LIBRO: Aunque toda la carta tuya casi versaba sobre un ejemplar de las cuartillas del libro, al final, junto a la firma, vi una pequeña contraorden. De todos modos, recuerda que aquí solo me queda un juego completo de copias, aparte de los originales. AGUA DE MAÍZ: La semana pasada hablé con la mamá de la occisa, la que quería saber si yo tenía unos versos que escribió el infortunado “Agua de Maíz”, indicándole yo que no tenía nada absolutamente de este asunto. Ella me enseñó la carta donde uds. solicitaban esos versos, y también me dijo que había revuelto todos los lugares donde creía que pudieran estar, y no había podido dar con ellos, y que pensando que pudiera yo tener algo fue que vino a verme. Así que, haz memoria a ver si puedes localizar el lugar donde los dejaste o si efectivamente es que están en casa de la familia de la occisa. Juan Antonio Rubio Padilla. Kiko Figarola. 55 Manuel Navarro Luna. 53 54 67 MAMÁ DE LA OCCISA: Esta en su visita me trajo un sobre conteniendo diversos documentos, pero que guardan relación todos con el libro en proyecto. Le tiré una ojeada por arriba y he visto que hay hasta una carta a ti de Sopo según me parece recordar. Avísame sobre esto si es que te interesa conservarlos ahí, a fin de enviártelos bajo certificado. CARTA MAYO 30: Aunque llegó aquí el sábado por la tarde, no la recibí hasta ayer lunes por la mañana. Me puse al habla con el punto de contacto y ayer mismo sobre las 10 de la mañana la entregué al Ing. a quien mostré la cubierta del sobre, diciéndome este que efectivamente el sobre fue puesto por él y no por R. Le leí tus líneas y la recomendación especial que haces, manifestándome él que efectivamente, ellos cuando se trata de algo especial hacen lo que tú indicas y que precisamente ayer tenía que enviar a otra persona amiga de ahí algo, y que estaba esperando que fuera tarde para depositarla en el sitio más seguro. Aunque le dije lo de las fechas, me dijo que no tenía importancia, de donde deduzco que no la aflojaron hasta el día que señalaba la cubierta. (Excusa tantos dijes y dijos) Te va un pequeño recorte del hijo del Diario de Pepín, que hace días recorté. Por hoy me parece que te estoy dejando. La rubia56 me parece que va a incluir algo para ti, pues nos ha dado a firmar un certificado especial que aclarará ciertas dudas que tú abrigas sobre su espinismo...57 No sé si serán los amores chileno-germanos, o la falta de lluvia, o lo que es, el caso es que ahora sí se le puede llamar un buen carro... Recuerdos afectuosos para uds. de la chusma en pleno; y como siempre, quedo tuyo affo., Dr. Raúl de C. P. S. el Dr. C. leyó la carta un día que iba para una junta en el Y. C. Lo que más gracia le hizo fue lo del frío que te hacía temblar las nalgas como dos merengues... Está ahora abrumado de trabajo, pues tiene hasta la administración de los bienes de 56 57 Conchita Fernández. Alusión a la escritora española Concha Espina, cuya visita a La Habana en la década del 20 recibió abundante publicidad. 68 la familia de la mono-sexual... y una partida de cosas más que le impiden mandarte dos líneas, pero me dice que en cualquier momento que tenga un lugarcito te escribirá. Xexús Corredoyra y Cuenca de la Hoz Quintero tiene en proyecto aprender a escribir para contestarte. Miguel de Unamuno58 sigue cada día más grave... Pero también te escribirá, sobre todo ahora que abriga el proyecto de reinstalar la fábrica de bolas internacionales con ramificaciones mundiales, para lo cual cuenta sobre todo con la experiencia adquirida en ocho años... que están volviendo a comenzar ahora... P.S. 2º: De la lista adjunta he reservado aquí el otro ejemplar; si te interesa dímelo para enviártela. 58 Miguel Gener. 69 Guanabacoa, julio 5, 1935 Querido Pablo: Vayan este par de letras aéreas para darte la buena nueva de que el poema de “Agua de Maíz” ha sido al fin encontrado. Según me informó la mamá de la interfecta,59 lo encontró junto con otros papeles que le mandó el poeta-rumbero.60 Solo quiero saber la forma en que se ha de sacar copia: es decir, si quieres una o más copias, dejando en blanco las palabras que no entienda. Hoy escribió Concha Espina61 a la occisa, creo que sobre un problema internacional de medias y calcetines. Según recordarás, en la parte manuscrita del poema de “Agua de Maíz” hay muchas palabras en abreviaturas y otras que solo tienen la inicial y tal vez hagan que la copia no se ajuste literalmente al original, pero en caso de duda podría dejar espacios en blanco. Mons. Barcelowicht62 hizo “irrupción” al frente de la trouppe en esa ciudad, aunque supongo que ya haya seguido para Europa. Tu padre,63 “enredado” con el elemento del ébano, y la gente de Hatuey. Bueno, espero tus noticias sobre el asunto principal para meterle mano, pues con la ausencia de Papá Montero tengo ahora mucho más tiempo disponible. Afectuosos saludos para uds. de los demás buches que pululan por el bufete; y quedo como siempre tuyo affo., Federico Jr. P.S. Supongo que la lista que te interesaba la recibieras hace tiempo. Teté Casuso. José Zacarías Tallet. 61 Conchita Fernández. 62 Oscar Barceló. 63 Fernando Ortiz. 59 60 70 New York, 9, 7, 935 Sr. Dr. Pedro de Capdevila, O’Reilly y Mercaderes. Giménez, Ortiz y Barceló, Habana, Cuba. Ilustre Doctor: Hágole unas someras líneas no más que para acusarle recibo de su última carta recibida. Y para todas las recibidas con anterioridad, con sus respectivas listas. Parece, sin embargo, que ya con anterioridad había hecho tal acuse de recibo, pardiez. Ahora lo que úrgeme es el envío del poema de “Agua de Maíz”. Como está casi ininteligible, lo mejor será que hagáis un original y copia, y a cada cosa incomprensible dejar un correlativo espacio en blanco para que sea llenado por mí, tan presto como llegare a mi poder. Débese, pues, sacar esto cuanto antes, y remitirme el trabajo. Cuando yo lo termine, devolveré una de las copias debidamente completadas, para que sea archivada allá a fin de prevenir cualquier eventualidad. Claro está que hay que acompañarme el original. Y soy tan burro que no pienso que hay que dejar de todas maneras y por si acaso. Por lo tanto, haz original y dos copias y resérvate una ínterin te remito la otra. El arzobispo64 pasaría por aquí, mas no se dignó hacerlo saber, parece que por miedo a complicaciones entre el Vaticano y Moscou. Ahora me tengo que ir para la calle a la carrera y tengo que dejarte. Por eso se ha desprestigiado el magnífico estilo que estaba usando. Recuerdos a Concha Espina,65 Carrerita, Gener y demás contemporáneos. Y manda el poema lo antes que puedas. Y si te alcanza “el dinero”, pues me incluyes unas cuantas hojas de papel carbón. 64 65 Oscar Barceló. Conchita Fernández. 71 Julio 10, 1935 Querido Carlos: En mi poder tu carta del 4 de julio. Solo que tengo la duda de a quién deben entregarse las dos copias de poesías. Aunque supongo que sean para R. no quiero entregarlas sin tener la seguridad. Mientras me contestas aprovecharé estos días para echar a andar el mimeógrafo, robándole para ello un poco de tiempo a las blusas, y sayas, corte-levita, etc., etc. (pues ya estoy trabajando en el libro de Corte y costura...) Te acompaño algo para que me contestes por vía aérea aclarándome a quién debo entregar las dos poesías y la carta adjunta. Yo espero tener lista la primera prueba del libro de Corte en esta semana y entonces avisaré a la mamá de la interfecta,66 que sin dudas vendrá enseguida, y en esta oportunidad le haré entrega del otro poema de “Agua de Maíz”. La rubia platinada67 que le digas a la interfecta que escriba de cuando en vez. Bueno, voy dejarte, pues está el Tenor en su apogeo... Miguel fue “escabecheado” como consecuencia del temporal que está azotando a la judicatura cubiche. Ya te escribiré más largo sobre esto. Abur, Federico de Cárdenas 66 67 Teté Casuso. Conchita Fernández. 72 Julio 17, 1935 Querido Carlos: Recibí tu carta aclaratoria que efectivamente me dejó en el mismo sitio... aunque encaminé entonces mis pasos rumbo a Sam. Y le impuse del caso y me dijo que efectivamente era para R. La duda surgió porque tú anteriormente nunca me habías mencionado el nombre de L. para nada, y yo me temía que pudiera ser para otro. La cinta de máquina te fue antier envuelta en una serie de indecencias tales como Diario de la Marina, Avance, etc. El papel carbónico irá junto con “Agua de Maíz”. Estoy en esto ahora, pues la semana pasada terminé la primera tirada del asunto de la mamá de la interfecta.68 Tina y Maza estuvieron “guardados” hasta hace 3 o 4 días con motivo del recibimiento que se le preparaba al “elemento agitador” que fue devuelto para N.Y. Hace días vi a Aguay y me habló de ti. Hasta la próxima. Recuerdo de la chusma bufeteril. Tuyo affo. Federico Jr. 68 Teté Casuso. 73 New York, 24 de julio de 1935 Querido Capdevila: Te presento por estas líneas al amigo Jorge Pons, en el cual puedes depositar toda tu confianza. Él, por medios que no necesito explicarte, tiene facilidad para hacerme envíos de importancia desde allá y, a su vez, recibirá los míos, cuando proceda. No es necesario que tú conozcas su dirección. Cada vez que sea necesario me avisas y yo hago el contacto necesario. Quiero que comuniques esto a Luis,69 a la mayor brevedad, pues él lo utilizará más que yo acaso. Hoy no tengo mucho tiempo libre. Dale el pésame a Miguel de Unamuno70 y dile que se alegre, que ya lo haremos Secretario de Justicia o algo por el estilo. A Jesús71 le dices “que no se dé tanta lija”, que ya yo también estoy barriendo, mapeando y fregando escupideras e inodoros como cualquier emigrante. Hoy, parece que en desquite –la pega es un cabaret y comienza a las cuatro de la mañana– rompí seis vasos de un solo golpe!... Recuerdos a Carrerita. Pregúntale de mi parte que cuándo dan en el Yacht un banquete a Batista y en Tennis otro a Vasconcelos. De Concha Espina72 no me digas nada. Recuerdos a Carretero y a quien más te parezca. Míos y de Teté, Ramiro Valdés Daussá. Miguel Gener. 71 Jesús Expósito. 72 Conchita Fernández. 69 70 74 Julio 30, 1935 Querido Carlos: Ayer recibí la visita del amigo viajero. Fue conmigo más explícito. Tu carta llegó a mi poder pocos momentos después de haberse retirado el viajero. Ayer mismo hice entrega a Luis73 del asunto que le interesa; y como pude hablar con él durante unos minutos le leí las dos cartas. Le encantó la noticia y le di los detalles del viajante, y hemos quedado en ponernos de acuerdo antes del regreso de tu amigo para que pueda llevarte una muda de ropa que te quiere enviar Luis. Sobre lo de “Agua de Maíz” quería decirte que puedo hacerte el envío por medio del viajante tan pronto él embarque; y de camino enviarte dos copias (las copias son unos verdaderos mamotretos con muchos espacios y hojas en blanco, pues la parte escrita a mano aunque no es ininteligible lo parece, y ahora con el Tenor se dificulta hacer esos trabajos aun en horas extras, pues tú sabes la costumbre que tiene de vez en cuando de darse una vueltecita y leer lo que uno está escribiendo, hasta pregunta de qué se trata). Creo que también pueda acompañarte una hoja de Ahora que tenía guardada, que no dudo tenga alguna utilidad sobre el tema de “Agua de Maíz”. Insistiendo sobre este mismo asunto, quería decirte también que entre los libracos del puertorriqueño Emilio R. he hallado un libro cuyo autor no recuerdo ahora pero que tiene por título Sandino; y por si pudiera serte de utilidad, déjame conocer si quieres que te lo remita. Los otros dos asuntos anteriores al recibido ayer, me dijo Luis que como son muy largos no pueden salir en un solo número, por lo que han resuelto que uno de ellos salga en el próximo número y el otro en el sucesivo. Contéstame rápidamente para tener noticias tuyas sobre todo lo que te digo del poema de “Agua de Maíz”. Ayer estuvo la mamá de la occisa a recoger la primera ed. de la novela de ella. Nos estuvo hablando de las últimas noticias tenidas de uds. El impe. no perdona a los que lo combaten (me 73 Ramiro Valdés Daussá. 75 parece haber leído esto en una conferencia o discurso de Portell Vilá aquel que estaba en la Universidad) y tu cesantía con la delicadeza con que te la hicieron conocer, parece confirmarlo una vez más. Fe y adelante, como dijo Pepe el equivocao... Para que me contestes rápidamente, te mando algo para los sellos. Recuerdos afectuosos de la chusma bufeteril. Y al tanto de tus noticias, quedo tuyo affo. amigo, Federico Jr. P.S. ¿Recibiste la cinta? El papel irá dentro de unos días. Ya le tengo agarrado por la oreja. En el color de algunas hojas ni te fijes... 76 Agosto 6, 1935 Querido Carlos: Ahí te va el mamotretro. También incluyo las dos copias que tú querías, las que supongo te han de servir de poco, pues esas cuartillas contienen un jeroglífico más difícil de descifrar que los encontrados en casa de Tut-ank-amen... También te va una hoja de Ahora en la que tal vez puedas encontrar algunos datos de utilidad. Aparte te estoy mandando el libro de que te hablaba en mi anterior. No lo he leído, pero abrigo la creencia de que te sea útil, sobre todo en la parte de nombres de lugares, ríos, hombres, etc., etc.; por eso te lo remito, pues en tus notas hay muchos nombres confusos. La segunda parte, certificada, de las memorias de Benjamín Franklin, se las entregué a Luis.74 También la carta aérea; ambas llegaron a mi poder ayer, y ayer mismo las entregué. Te acusé recibo por tarjeta. -----Ayer me hizo entrega la mamá de la interfecta de una colección de fotografías de “amigos” tuyos del Presidio, tales como Domingo el Isleño, José María Pérez, Cheché, etc. Dime si quieres que te las envíe, para disparártelas enseguida. -----En agosto 2 te envié el papel carbón. Dime si lo recibiste. No he sabido tampoco si te llegó la cinta de máquina. -----El muchacho de la oficina me dijo que te indicara que él vivía en Villegas 23, altos. Que le escribieras de vez en cuando para saber de ti. Va también una carta de octubre de 1934. -----¿Se te olvidó la prometida carta a tu padre?75 -----La fotografía prometida, Conchita prefiere que sea tomada en calzoncillos largos en vez de pantalón negro... -----74 75 Ramiro Valdés Daussá. Fernando Ortiz. 77 Recuerdos de la chusma. Acúsame recibo para mi tranquilidad. Y con saludos para la Jean Harlow de Managua (pues hasta nosotros ha llegado el chisme cinematográfico), queda tuyo affo. amigo Pedro 78 Agosto 9, 1935 Querido Carlos: Como esta carta probablemente llegue a tus manos el día que cumple años de la fuga del Animal #1,76 y según dice Narciso López ahí se tropiezan con innumerables dificultades para la entrega de correspondencia, quiero avisarte que te envié dos sobres en esta forma con el poema de “Agua de Maíz” y otros papeles. Así, pues, caso de que haya muchas complicaciones o exijan determinados requisitos que a ti te resulten engorrosos, déjamelo saber indicándome también cuál es la mejor forma. Aquí te tengo además el primer capítulo del Relato de A. que tú publicaste en Ahora; y una hoja con la información del suceso del hotel en que él intervino; pero en vista de lo que dice López resuelvo no enviártelo hasta tener noticias tuyas. Aunque creo que en la correspondencia no ha habido dificultad, dime también si puede ir dirigida como hasta aquí. Acaba de salir el primer número de un periódico de la I.R. donde se inserta el artículo del John Brown Cubano (el nombre es este o algo parecido); y se anuncia para muy en breve la publicación de documentos de “palpitante actualidad”... Bueno, hasta la próxima. Ah! Probablemente mañana “conecte” al viajante con Luisito. Cuando recibas los certificados, fíjate bien en una notica sobre un “joven abogado” de tu amistad... Y como siempre, quedo tuyo affo., Federico Jr. 76 Gerardo Machado. 79 2, sept, 1935 Querido Carlos: El 29 recibí la carta en relación con Luis.77 Ese mismo día no me fue posible, pero al siguiente llegó a su poder. Del asunto del libro para recortes me estoy ocupando, y te avisaré oportunamente para que avises a tu “representante en el extranjero”. Hoy me llegó la carta para Panqué,78 y para Oriente ha salido ahora por la mañana. Por aquí andamos medio amenazados de ciclón, y realmente hay justificadísimos motivos para sentirse pesimistas, ya que las dos “máximas estrellas” cubiches en eso de los ciclones – Millás y Papá Gutiérrez Lanza– andan por una isla del Caribe adonde se dirigieron con el fin de escoger el lugar apropiado para la instalación de un observatorio. Pues tú sabes que [si] ellos estuvieran aquí, solo tenía uno que interpretar los partes meteorológicos en sentido contrario y asunto resuelto. El Tenor anda por su pueblo en Las Villas, y está al aterrizar: a lo mejor trae ya una postulación... ¿A qué altura anda ese libro del Presidio? Yo pegué en hojas sueltas y tengo ya encuadernados, todos los artículos que publicaste en Ahora con relación al Presidio, así como las cartas de tu primo Jorge y de Bermúdez. Bueno, voy a dejarte. Saludos afectuosos de la chusma bufeteril para la interfecta79 y para ti; y como siempre quedo tuyo affo., Federico Jr., ¡Ah! Cuando escribas para casa de la mamá de la occisa, dile que traiga el libro para el trabajo a máquina. Ramiro Valdés Daussá. Manuel Navarro Luna. 79 Teté Casuso. 77 78 80 9, 18, 935 Querido Carlos: Ayer 17, por la tarde, al llevar la información aérea a Luis80 a su oficina, me encontré con él que acababa de llegar. Se la entregué personalmente. Supongo que las tarjetas te vayan llegando oportunamente. Ahora, a otra cosa: De mañana a pasado está terminado el asunto del cual me recomendabas le hablara a Luis. Creo que será un trabajo terminado, y que a ti te ha de encantar; pero quiero darte un consejo para la hora de manipularlo: no debes emplear goma, ni almidón, ni nada por el estilo: ÚNICAMENTE COLA, un poco aguada. Quiero insistirte en esto porque el amigo L. a quien consulté el caso así me lo dijo y me mostró varios trabajos hechos con cola en la forma que él me indicó, y pude apreciar que el papel no sufre arruga ninguna. También me informó que si eran muchas cosas las que tenías que pegar de momento, lo mejor era que te consiguieras un cartón grande y untaras en este la cola en un espacio aproximado al tamaño de lo que quieras pegar, y una vez hecho esto entonces le ponías encima el papel para que cogiera la cola y lo pegabas al libro. No puedo pulir mucho el estilo, por muchas razones, y entre otras porque anda mariposeando el Tenor, pero como la explicación va hecha medio en cubano tal vez la entiendas. Ah! se me olvidaba decirte que pensaba que fuera uno de 200 folios, pero cuando le vi el tamaño y le tomé el peso, resolví hacer dos de a 100, cosa de que resulten manuables, pues de otra manera necesitarías una grúa para moverlos. No se te olvide tener presente que debes usar COLA LIGERAMENTE AGUADA, pues cualquier otro pegamento que uses te resultará un engorro y quedará arrugado. El papel empleado en la confección creo que sea de tu agrado, y ya me dirás si han quedado a tu gusto. Yo tomé la medida por el Heraldo de Pepín, y siempre desde luego hay oportunidad de recortar los bordes cuando de hojas enteras se trate. 80 Ramiro Valdés Daussá. 81 De la mamá de la interfecta81 hace un montón de años que no sabemos. Probablemente el sábado vaya a darle un poco de lata y a ver si queda algún manguito rezagado. La mula te felicita calurosamente... Bueno, aguarda la visita del paisano con quien te va el encargo. Recuerdos de todos los buches que por aquí vegetan, para la occisa y para ti. Tuyo affo., Federico Jr. 81 Teté Casuso. 82 Sept. 27, 1935 Querido Carlos: Aunque en mi última tarjeta acusándote recibo de Raúl el Leocadio82 te decía que te escribiría luego, lo hice pensando que tal vez tuviera que darte una mala noticia que afectara a Mongo Panqué.83 Hoy te incluyo un recorte del Crisol, pero según podrás ver, no figura su nombre entre los enemigos del orden. Cuando recibí hace tiempo tu carta para él, incluyéndole copia de la que enviaste a Icaza, las reexpedí, bajo cubierta certificada, a la dirección indicada, pero no he recibido ni la tarjeta de correos justificativa ni noticia alguna del interesado. Aquí están los dos papalotes en espera de que el viajero se comunique conmigo. Miguel de Unamuno84 debutó defendiendo a un “mariguanero”: un doble éxito, profesional y económico... La typerrita creo que te va a mandar dos líneas “haciendo un análisis crítico de las fotografías de los gángster mostradas por la autora de la occisa”. Aparte te mando un número de Todo, de México, [con] un artículo sobre Barbusse, firmado por María Teresa León. Recuerdos de todos por aquí. Tuyo affo. Federico, Probablemente Raúl Roa. Manuel Navarro Luna. 84 Miguel Gener. 82 83 83 Oct, 22, 1935 Querido Carlos: Ayer lunes pude saber que Luis85 ha sido guardado, por lo que me fui a ver a S. para ver lo que hubiera en el asunto. Este último me indicó que lo habían trabado el miércoles. Que fijo todavía no se sabe por qué asunto sea, pues ni registraron la casa ni le ocuparon nada, aunque se cree que le acusen por LA HUELGA DE MARZO. S. me agregó además que parece que hay una “orden general” de captura y que el que ha podido se ha sumergido, pero que él esperaba ponerse al habla con algún amigo y sabría tal vez cuál fuera el motivo de la detención y que me avisaría. Así, pues, cualquier nueva noticia que tenga de esto te la avisaré enseguida. El sábado último estuve dándole un poco de lata a los padres de la interfecta.86 Me pasé toda la tarde allá, recorrí todos los alrededores, vi la “piscina” particular, la biblioteca de uds., el cuarto donde están guardados los “tarecos”, y hasta para no dejar de ver por poco “me ve” un panal de avispas... Me hice amigo de los perros, en especial del que tiene aspecto de fox –que creo es el hijo de uds., y que más cara de malo tiene. La autora de la interfecta me informó que no tenía noticias de uds. desde principio de mes, aunque creía que estuvieran bien. Ya le terminé la nueva tirada del libro que habrá de consagrar a la suegra. ¿Avisaste al amigo de marras para que recoja los libros del tamaño de un periódico que se están aquí muriendo de risa? Cuando venga lo habré de aprovechar también para enviarte un pequeño frasco de medicina para TT.87 La chusma bufeteril, encabezada por la rubia,88 les envía sus afectos, deseándoles que el frío no sea tanto que obligue a la occisa a abandonar ese país... Hasta la próxima, pues. Tuyo affo., Federico Jr. Ramiro Valdés Daussá. Teté Casuso. 87 Teté Casuso. 88 Conchita Fernández. 85 86 84 Octubre 23, 1935 Querido Carlos: Solo dos letras para que sepas que saludé al amigo; y a la vez para que estés al tanto de su llegada. Te envío con él la medicina consabida, así como los libros. Me hizo el encargo especial de que te dijera que procures avisarle al amigo que tú utilizaste últimamente para que lo espere, y en caso de que esto no te sea posible entonces él dejará los encargos en la fondita El Palomar, situada frente al muelle, en el 2º. piso, que ya conoce la persona utilizada por ti. Abur. Tuyo affo., Federico Jr. 85 12-11-1935 Querido Carlos: Ayer, día 10, llegó a mis manos tu carta con las 25 papeletas. Me la entregó un joven diciéndome que un amigo de él que había tenido que salir para Cienfuegos se la había dejado con el ruego de que la hiciera llegar a mí. Procederé de acuerdo con tus instrucciones; el 20 por el conducto que indicas te irá todo. El lunes, incidentalmente, me encontré con Luis.89 Se queja que desde hace tiempo no tiene noticias tuyas, que le escribas. También el día 7, me pasé la tarde en casa de la mamá de la occisa, por cierto que esta se hallaba muy disgustada por la falta de noticias de uds. Quiere que le escriban enseguida, si posible es facilitándole una dirección segura, pues ella tiene el temor de que un dinero que les envió no lo hayan recibido. También me agregó que desde el 1 o el 2, les había escrito enviándoles algo y que no sabía si uds. lo habían recibido. -----A mí se me ha formado un guirigay con las cartas, pues parece que últimamente ha venido alguna del Loco90 (que ha sido entregada enseguida) y que yo creí que era tuya, pero esto no tiene importancia. La última que recibí, para Luis, la entregué en su oportunidad y el lunes cuando hablé con él me dijo que la había recibido. Así, pues, escriban uds. a la familia de la interfecta. Creo que aparte pueda enviarte un memorándum bolero confeccionado por Miguel de Unamuno.91 Hasta el 20, pues. Recibe la bendición de tu tío, Federico Jr. P.S. Del libro no tengo la menor noticia. No lo he recibido. Ramiro Valdés Daussá. Probablemente Raúl Roa. 91 Miguel Gener. 89 90 86 Dic- 17-1935 Querido Carlos: Ahí va una liquidación parcial: 3 duros; y 6 pap. devueltas. Los 3 toletes corresponden a la relación adjunta: Quedan pendiente para esta misma semana 6 pap. que llevé a Luis, y que me prometió hablar con el Gallego para quedarse con ellas; pues le dije que esa plata hacía falta ahí. -----Hoy probablemente vaya a la biblioteca a ver el dato que te interesa; pues según verás por 3 periódicos atrasados que adquirí en el Heraldo, en esas fechas 8-9-10- no hay nada de interés respecto de lo que te interesa. Ya te informaré. Por dos diversos conductos han salido: 10 eje. de ir. Las líneas para tu padre, fueron entregadas el sábado último; y ese mismo día entregué personalmente al pequeño-gigante el otro mensaje. -----He avisado a la mamá de la interfecta92 para lo de la medicina, a fin de que antes del sábado me la envíe, pues estoy citado para la tarde del sábado con el mensajero de la muerte. Aprovecharé y te enviaré otra cosa particular, para que pasen algo endulzados la Nochebuena. -----Lo que pides de tu padre, va hoy. -----Te irán de vez en cuando los periódicos. -----El sábado pasado vi al hombre amigo, y el lunes dejé para Luis93 el encargo. -----Las estadísticas no han llegado. Creo un poco arriesgado el sistema, pero he prevenido a los galifardos que se encargan de los menesteres carteriles. -----A Plutarco Elías no le he podido ver ni hablar. Lo tendré en cuenta. 92 93 Teté Casuso. Ramiro Valdés Daussá. 87 Ah! Por aquí a diversas personas que le hablamos para el papeleteo, nos han manifestado que ya tienen. Entre ellas, tu amiga la del perfil de medallón antiguo... quien ha vendido 10. -----Bueno, te voy a dejar. Van los periódicos de estos últimos días que te darán detalles de los últimos acontecimientos. Te echa la bendición, Tu tío Federico Jr. Ayer estuvo el poeta rumbero94 por aquí. Habló con tu compañero de base-ball en la azotea, creo que le habló sobre la manera de ver cómo se le conseguía algo, pues están levantando fondos para publicar algo de R.95 Recuerdos para uds. de toda la chusma de por acá. 94 95 José Zacarías Tallet. Probablemente Rubén Martínez Villena, para esa fecha ya fallecido. 88 Enero 23, 1936 Querido Carlos: Aunque hace ya buen número de días que estoy de regreso en La Habana, no te había escrito realmente porque quería hacerlo con un poco de tiempo, cosa que me ha faltado últimamente, por motivos que no se te escaparán... ¡Vamos! ¡Metido a apapipio!!! Empezaremos por un buen señor que no sé quién sea, que durante mi ausencia entregó a la rubia-platinada96 un ejemplar del libro sobre la rumba... (ya yo había impuesto previamente a la rubia por si llegaba algo, y ella lo recibió). El individuo no dijo quién era ni para quién era. Solamente le indicó que ya yo sabía para quién. (Estoy, pues, en espera de alguna noticia tuya sobre este particular). Víctor Hugo, el cuñado de tu amigo, volvió en los primeros días del mes. El día siguiente lo puse en contacto con Luis,97 a quien fuimos a visitar por la noche en su casa con tal objeto. Ahora: el hermano de Aurelio (el médico). (Ah! este, solo tiene que presentarse para saber que es hermano del otro). Aunque fracasé en la primer intentona para que viera a Elías Calles, que había estado esperándolo en el almacén98 donde yo trabajo, le indiqué al médico el día de la cita donde podía verlo, y hasta allá se fue. Logró verle y hablaron. Posteriormente también por mi mediación trató de verlo, pero no fue posible. Ignoro a qué hayan llegado. Sobre esto quiero informarte que el día que vino Elías me indicó que el “memorandum” famoso enviado por ti, se le había traspapelado, debido a que un día del pasado mes tuvo que desvalijar precipitadamente su casa por haber tenido noticias de que la iban a visitar. Aunque según él me indicó, fue una tempestad en un vaso de agua, en el revolico que armó no ha podido saber a dónde metió el “memorandum”, cuyo contenido también ignora, pues parece que debido a la enfermedad que tuvo no pudo leerlo con detenimiento. Me estuvo preguntando por si yo sabía algunos particulares del mismo, pero le indiqué que lo ignoraba en su totalidad. Oportunamente recibí la tuya del 13 de dic, que “ahora contesto”... Conchita Fernández. Ramiro Valdés Daussá. 98 El bufete. 96 97 89 Aproveché mi viaje al campo y coloqué periódicos en 5 localidades por la zona donde anduve. De los números enviados (creo que 200) solo he podido entre vender y regalar unos 75, el importe de los cuales te envié bajo certificado hace días. Aquí me ha resultado difícil conseguir direcciones en las condiciones que indicas. La gente “ha cambiado mucho” desde que te fuiste. Para que te des una ligera idea de cómo andan algunos basta que conozcas que un común amigo nuestro, (que ya te diré algún día quién es) bastante ligado al “Almacén” desde hace unos años, en los primeros días de tomar posesión el Animal Mendieta, nos gritaba a voz en cuello “Este salvaje va a ser 40 veces, peor que Machado”, “este es un salvaje”, etc. etc... y cuando la huelga de marzo, inclusive alentó a los empleados de su departamento y se sumó al movimiento... ¡pero qué te cuento! Le hablé a Miguel de Unamuno99 para ver si podíamos meterle unos números del periódico a este y me recomendó que ni le hablara de política, pues el hombre estaba que se comía medio mundo en favor de Batista y por consiguiente del Gobierno... Ahora dice que ¡este pueblo lo que necesita es una dictadura militar de 40 años! y otras cosas por el estilo. Te he puesto este ejemplo para que te des cuenta de los inconvenientes que lucha quien no tiene muchas relaciones que le merezcan confianza con el elemento rev. A otros, que te los sigues imaginando en la oposición, en cuanto le hablas de política se tiran en el suelo. Sin contar, desde luego, con el montón de apapipios que ahora se han sumado al carro del hijo de Tiburón.100 Por todos estos detalles, que sabrás comprender, es por lo que no me comprometo a lo de las direcciones. Yo personalmente, les sirvo gustoso en cualquier cosa. Y puedo comprometerme a distribuir el periódico. También, a partir de febrero, mensualmente puedo enviarles un peso para ayudarles en las labores del Club. Ah! Se me olvidaba decirte que cuando vi a Luis101 la última vez con Víctor Hugo le pregunté por Pepe Nardo, y este me indicó que Miguel Gener. Miguel Mariano Gómez. 101 Ramiro Valdés Daussá. 99 100 90 no estaba en contacto con él. No he podido verlo, ni he tenido ninguna noticia de él, pues no ha venido por el Almacén donde trabajo como yo esperaba. Así, pues, comprenderás que todavía tengo en el Almacén alrededor de unos 125 números de los enviados al Sr. Consejero, en espera –según me indicabas en tu carta de diciembre– de que venga por aquí Nardo. Ayer recibí la carta para Pepe. Ignoro para quién sea, aunque supongo que por ella vendrán. Supongo que pudiera ser para Nardo, pero ya te digo ni lo conozco ni he tenido contacto alguno con él, pues me fracasó en este aspecto Luis que era quien yo creía que pudiera decirme algo de él. En cuanto al libro de la rumba: cuando me contestes dime si es para Luis. En cuanto a esta carta de Pepe: contéstame y dame más detalles, para proceder en consecuencia. Últimamente te han ido revista y folletos de tu padre.102 Te seguirán yendo periódicos. Espéralos por correo. El dulce supongo que, al fin, no haya corrido la suerte que corrió otro que te traje allá por diciembre del 31. Acaba de llegar Papá Montero, y me parece que voy a tener que cortar. Bueno, siguiendo sobre lo del dulce. Aquella vez se lo di a Roberto, creo, y en definitiva no sé a quién fue a parar. ¿Recibiste carta de la rubia sobre el jabalí azul...? El mensajero no se deja ver. Dile cuando tengas oportunidad, que venga por el Almacén. Recuerdos de cuanto bicho por aquí pulula, tanto para ti como para Tt. Miguel de Unamuno ha estado como 20 días en cama con un reuma que todavía no le ha abandonado. Anda caminando que parece un anuncio de Urodonal... Hasta la otra, pues. Tuyo affo. Federico jr. 102 Fernando Ortiz. 91 New York, 24, 1, 936 Querido Federico: Contesto inmediatamente tu carta de fecha de ayer, ya que tan atrasados andamos en cuanto a datos. Por lo pronto te agradezco la información general que me das sobre el “tono” de los ánimos. Por lo demás, yo adivino esto y lo he mantenido hace rato: que aquello está completamente caído y que hay que levantarlo, como se pueda, con inteligencia, utilizando hábilmente las brutalidades y canalladas diarias de la reacción. Pero lo que se hace es demostrarse tanta incapacidad y hasta tanto egoísmo y mala fe como ellos. El resultado es bien claro para cualquiera que sea capaz de serenarse un rato ante la realidad: no habrá revolución hasta que los elementos revolucionarios no sean capaces, con sus obras y con su actitud, de levantar la admiración y la confianza del pueblo. Lee nuestro periódico y verás que hace tiempo, desde que comenzamos a trabajar, no hemos hecho otra cosa que intentar que se dé el primer paso imprescindible, es decir, que se llegue a la unidad de acción ideológica. Pero la realidad es la realidad, y, por tanto, que cada cual, en espera de tiempos mejores, se vaya ateniendo a su propia conciencia... el que la tenga. Y puntualizo, que estoy trabajando otra vez, como sabrás, y estoy cansado y con sueño y con mucha tarea por delante. El “buen señor” a quien no conoces, a estas alturas habrá llegado de nuevo por allá con los jabalíes azules. Es del grupo nuestro. El libro que llevó sobre la rumba, dáselo a Luis103 que es un rumbero apasionado. Ahora bien, te voy a dar un consejo: procura no ir mucho a casa de Luis. Haz –y dile que es encargo mío– que te dé otra dirección por donde comunicarte con él. Yo he aprendido un poco de estas cosas. Es necesario suponer en el contrario, por lo menos, la misma inteligencia y astucia que uno cree tener. Siempre que puedas localizarlo por teléfono –y que no sea el tuyo– mejor. El episodio del profeta Elías es para no olvidarlo. Todo tiene excusas y explicaciones, menos el que no intentara darlas. 103 Ramiro Valdés Daussá. 92 Y, como no ha tomado interés en ello, ni la gente a quien iba dirigida –inclusive Luis– no han hecho por su parte gestión ninguna, pues dejémoslo así. Por lo menos por ahora, ya que no conviene forzar ciertas cosas. Tu gestión por el periódico ha sido magnífica. Si lograste hacer conexiones duraderas, muchísimo mejor. Debo pues, enseguida, darte la dirección de Nardo, aunque sobremanera me extraña que Luis no haya sido capaz de ponerte en contacto con él. En Milagros 116, altos, Santos Suárez, vive su hermana, María Teresa de Marín. Pienso si a lo mejor te ponen evasivas. Al efecto, averigua bien si ella vive allí y entonces le dices que vas de parte mía para ver a Nardo. Es un magnífico elemento, capaz y trabajador. Es necesario que me informes de este “amigo” del “Almacén”. Necesitamos estar al día en todo esto, inclusive para no cometer errores fatales. No lo olvides. La carta en cuestión, para Pepe, es para Nardo, en efecto. Entrégala cuanto antes. No olvides, para que no te ocurran tales demoras, establecer contactos telefónicos. Con Luis estoy legítimamente disgustado. De él, a pesar de las últimas cartas que le envié, ninguna noticia he tenido. A pesar de ello, creo que tendré que volverle a escribir, porque esto no es cuestión de puntillo sino necesidad de soluciones. Te acompaño una carta, con tres pesos, que habrás de entregar, con preferencia a todo, cuanto antes. Son amigos cabales. Y a ver si Unamuno104 soltó ya el bastón. Y ten toda la prudencia necesaria, que a lo mejor, nunca será bastante. Dentro de unos días saldrá el periódico y te mandaré ejemplares para el ilustre consejero. Recuerdos a todos. Del dulce nada. 104 Miguel Gener. 93 Feb. 12, 1936 Querido Carlos: Ayer realmente no tuve tiempo ni de hacerte dos letras, aparte de que ya te había anunciado el envío y “no quería recargar” demasiado el paquete que “fue bastante recargado”. A los interesados, principalmente a KK, lo [he] llamado todos los días, y siempre me lo iba prometiendo de un día para otro, por lo que no quedó otro remedio que enviarlo aéreo en vista de que el tiempo apremia. Mi proyecto era haberlo enviado certificado si lo hubiera tenido en mi poder alrededor del 5 o el 6. Antes de que se me olvide: la rubia105 que te dé las gracias por la picadura. No creas que es que ella “masca”... la quería para el prometido. Abriga el propósito de un día de estos mandar a buscar otro poco. Ya te avisaré y te enviaré el billete. Hace unos días estuvo por aquí, –cosa que no hacía desde un montón de meses atrás– tu amigo Cristal... Que te diera recuerdos; y que te preguntara “que si los gallegos con boina se vuelven americanos”... Supongo que oportunamente hayas recibido mi anterior donde te anunciaba el envío de la medicina de la interfecta106 y contestaba otros particulares de tu última carta. Aquí se habla de una amnistía para el 24. Es “voz” de la calle... Al tenor no le he podido oír nada sobre el particular. Miguel de Unamuno107 ya está casi bien. Le sigue un pequeño dolor reumático. Te voy a dejar, pues el tenor, que acaba de llegar, está más “insubordinado” que de costumbre... Recuerdos de todos los bichos de por aquí. Recibe la bendición de tu tío, Federico Jr. P.S. Aunque KK. por telef. me decía que junto con el encargo irían notas explicativas, estas no vinieron. Al profesor Elías Calles le di tu dirección hace unos días. También a Nardo. Igualmente a Hug. Conchita Fernández. Teté Casuso. 107 Miguel Gener. 105 106 94 New York, 14, 2, 936 Querido Federico: “Hay sol bueno y mar de espuma”... lo que quiere decir que hoy, después que durante todo el día de ayer cayó una nevada de más de cuatro pulgadas, por primera vez en una quincena ha subido el termómetro del punto de congelación del agua. Hoy se ha podido estar un rato en una esquina hablando, aunque, como es natural echando humo por la boca. Bien, pues recibí las fotografías que no me satisficieron por completo aunque algunas nos serán útiles. Insisto en que veas al compañero y le pidas unas cuantas de aquellas a que concretamente me refería en mi carta. La del hombre paseado de moscas y aventado de gusanos es tremenda. De ese tipo quiero varias. Y de los compañeros conocidos. Y del Reparto Las Yaguas. Ahora te doy una comisión importante, a fin de que des a Luis108 todos los adjuntos documentos. Debes pedirle un recibo por ello y enviármelo. Explícale que es cosa mía, porque necesito justificar ante todos los compañeros el envío y recepción de los documentos. Este es un trabajo urgente. Dale preferencia dada su naturaleza. Son en total cuatro: Pan, Apra, J.C. e Ir. Encarécele a Luis que se trata de un asunto de importancia y que espero que por esta vez rompa con su secular olvido y silencio y haga las oportunas diligencias para el mejor curso de todas dichas comunicaciones de las cuales debe recoger recibo a cada organización y remitírmelo. Mi dirección él la sabe. Yo estoy encargado de dar a conocer las respuestas al respecto. No quiero hacer más pesada esta. Te irá a ver un amigo coleccionista de sellos que te lleva cincuenta sellos de las Islas Orcadas,109 muy valiosos en verdad. Mañana tal vez saldrá el envío que tanto apetece el Consejero. Estate al tanto de su recepción. Comunica todo con rapidez. Y recuerdos a todos, 108 109 Ramiro Valdés Daussá. Cincuenta ejemplares de Frente Único, órgano de ORCA (Organización Revolucionaria Cubana Antimperialista). 95 Feb, 29-936 Querido Carlos: Desde hace días quedaron cumplidos los encargos: el primero y más importante, según podrás ver por el recibo adjunto, hace ya días que obra en poder de Luisito; y en cuanto al segundo, al ir a ver a KK. este me hizo entrega, personalmente, de las boberías que te van por otro conducto. Me hizo saber KK que él no dejaba tu asunto de la mano; que lo que pasaba era que había que luchar con algunos inconvenientes en localizar las respectivas f. Que él, con calma, iría buscando las demás que te interesan, y que ya me avisaría para ver si en esta semana que viene podía yo ir a recoger algunas otras. En el envío de ahora te van glunas (sic) de tabaquerías –pues según él dice tú hace tiempo se las pediste. [Manuscrita por Pedro Capdevila aparece esta nota]: Empecé esta en el Almacén, pero hoy sábado he salido cerca de la una, y no he tenido oportunidad de continuarla a máquina. Te dejo. Ah! Atiende el recado escrito al dorso. Recuerdos para los sobrinos. Te quiere tu tío, Federico [Nuevamente a máquina de escribir se lee]: Aparte de los Logaritmos de Queipo, que es tuyo, he hallado otro libro titulado Geometría Analítica, de Cortázar, que pudiera también ser tuyo, y te aviso para que me dejes conocer si es así a fin de en cualquier oportunidad entregarle los dos a la mamá de la occisa para que los guarde en el archivo de uds. 96 New York, 2, 5, 936 Sr. Don Federico de Capdevila: Le hago estas breves y esquemáticas líneas –tal diría concienzudo gramático verdoso de todos conocidos– para suplicarle la más rápida entrega de la misiva que le adjunto, para el Sr. Don Luis de las Casas Varias.110 Al mismo tiempo, manifiéstole que exprese a esa “finísima” Concha111 de nácar que recibí su papel del día 2 pasado; que he hecho la gestión a mi alcance por averiguar tal cosa sobre tal poema pero que, por falta principalmente de una orientación más clara, de algún dato sobre fecha, lugar, etc., hasta ahora nada he obtenido. Me he dirigido a un amigo mío, erudito en cuestiones literarias americanas y este puede ser que dé en el clavo. ¿Y qué hubo por ese país, tan grato a mi memoria y a mi paladar? ¿Cómo anda el boleaje? Y ¿Don Miguel de Unamuno? ¿Y Don Jesús de las Playas? ¿Y Don Oscar del Bar Solo? ¿Y aquel ínclito émulo de Aníbal, de feroz mirada y sabias retiradas, bochorno de Xenofonte? ¿Y vuestro “Padre Adán”112 “sigue comiendo fruta”? ¿Y aquel temerario caballero de Don Gil, continúa portando sobre el maxilar izquierdo, aquel audaz, y venenoso y solitario puñal, a manera de colmillo? ¿Y continúa tan millonario y tan libre de plagiarios y secuestradores, aquel opulento gallego de Don Jesús Vive Dios? Recuerdos a todos, según su categoría, desde luego. Y no deje de incluir en la lista a la obesa secretaria doña Concha del Manglar. Olvidaba decir que llegaron a su debido tiempo los encargos, aunque el frasco de esencia llegó vacío. Pero llegó. Y hasta la próxima, Ramiro Valdés Daussá. Conchita Fernández. 112 Fernando Ortiz. 110 111 97 Mayo 9-936 Ilustre Carlos: Solo un par de líneas para que sepas que oportunamente entregué al interesado Luis113 la copia que le enviaste relacionada con la partición de bienes de la herencia consabida. Me encarga la obesa secretaria114 te diga que ya a su padre no le interesa el dato solicitado, pues ha conseguido de Moss&Kamen el envío del libro. Por aquí todo el mundo “encantado de la vida”: aunque la situación económica no está tan mala, ello no obstante los suicidios con ametralladora, etc., se suceden. Nada: la gente que está aburrida, parece, de vivir en este país. Recuerdos de todos los buches de por aquí. El martes último envié al comisionista a que fuera a Sam, pues este me había dicho que tenía algo para ti. Lo vi después, y me informó que te lo había enviado con dicho comisionista. Supongo que lo hayas recibido. Hasta otra, pues. Te bendice tu tío Federico. 113 114 Ramiro Valdés Daussá. Conchita Fernández. 98 Mayo 27, 1936 Carlos: Hoy recibí tus líneas y veo que están bien. Desde hace tres días viene lloviendo, y como estoy medio enmarañado con catarro, no sé si pueda ir esta noche hasta S. Suárez a ver a Nardo. En cuanto al Profeta bíblico,115 ya le avisé para que irrumpa a la mayor brevedad. Ahí te va un pedazo de papel sanitario, pero que de todas maneras es algo, lo que he podido conseguir. Saludos para la interfecta116 y para ti, de todos los buches de por aquí. Recibe la bendición de tu tío, Federico Jr. 115 116 Elías Entralgo. Teté Casuso. 99 Junio 8, 1936 Querido Carlos: Desde el viernes de la semana pasada está en poder de Luis,117 la poesía vanguardista que le enviaste. Por cierto que quiero aclararte que respecto de la anterior, oportunamente te comuniqué su recibo y entrega a él, acompañando de mi acuse de recibo una de esas revistas mensuales que te interesan. Respecto al 2º. párrafo de tu carta del 31, debo significarte que lo único caído en mis manos es lo que te envié bajo sobre a esta dirección, y a lo que me he referido en el párrafo precedente. Y en cuanto al “Ítem más”, he de procurar complacerte, pero nunca podrá ser por lo menos hasta el próximo sábado, por la tarde, en beneficio de la “biografía” de Antonio de Jesús, y me trasladaré con fines investigativos a la biblioteca. Ah! se me olvidaba aclararte también, que al llevarle la última poesía vanguardista a Luisito, hube de indicarle a Sammy, la conveniencia de que le encareciera a Luis un rápido acuse de recibo, pues tú abrigabas el temor de que los poemas no llegaran a su poder con la acostumbrada regularidad. Estamos ahora en uno de aquellos periódicos (sic) de “calma revolucionaria” de que hablaba Pablo cuando el almacén estaba en S. Ig. Bolas, bolas y más bolas, concentradas todas ellas a las innumerables amnistías proyectadas. No obstante, es creencia generalizada que en este mes se dilucide si hay o no amnistía. Recuerdos de todos los buches de por aquí. Saludos también de todos para ti y para la “occisa”; y reciba la bendición de tu tío, Federico Jr. 117 Ramiro Valdés Daussá. 100 Agosto 3, 1936 Querido Carlos: El sábado por la tarde, equivocadamente, hube de aterrizar en la cima del Guadarrama (entiéndase bufete) y me encontré con tu S. O. S. El propio sábado encaminé mis pasos rumbo a la dirección que me dabas, y conseguí en esta casa las cuchillas que te adjunto (dos paquetes); le expliqué al galifardo que se hallaba tras el mostrador, y él llegó a la conclusión de que con sobre prieto y propia para barba recia, tenías que referirte a la clase adjunta, pues no había otra con esas cualidades. Supongo que nos evitarás el contemplar el macabro espectáculo que supone ir al muelle a recibir a un exilado y encontrarse con el propio Rasputín. Cuando tengas tiempo contéstame y dime si son estas las cuchillas; y de todos modos, ponme una tarjeta para saber que las recibiste. Imagínate la prensa de aquí –netamente monárquica– no hace más que repetir aquellos famosos partes gubernamentales [de] cuando la Independencia, de “el enemigo huyó a la desbandada, dejando material de guerra, tantos caballos, tantos fusiles, tantos muertos, y tantos prisioneros... y por nuestra parte sin novedad!!”. Pero con todo lo que digan el actual Heraldo de Cuba (Diario de la Marina), y sus hijos Avance y Alerta, me parece que está llegando el momento en que las sotanas las arrojarán al mar, en alta mar, por toneladas... Me estoy ocupando de la Revista Bimestre, que precisamente acaba de salir ahora, y te mandaré tu número. Luego, con más calma, te escribiré pues quiero hablarte de otras boberías. Supongo ya en poder de uds. la medicina que para su hija envió la mamá de Teté. D. Herminio anda por la capital de las Pinchaditas... Recuerdos para uds. de todos los bichos de por aquí; y quedo como siempre, tuyo affo. amigo, 101 New York, 7, 8, 936 Dr. Don Federico de Capdevila y Gil Robles, Habana, Cuba. Querido Capdevila: Hoy me llegó tu carta certificada con las maravillosas e inigualadas “Imperial”, tal y como yo las había soñado. No me quedan dudas ningunas sobre las altas condiciones que posees para cumplir cualquier encomienda. Si algún día llego a Mariscal, te nombraré mi ayudante. Y no te digo esto de mariscal en broma, pues sabrás ahora mismo que estoy en trámites de tomar la oportunidad, pues, según todos mis cálculos y combinaciones, si no me fallan, partiré para España en breve. No tienes que guardar el secreto, pero no mortifiques a Barceló con la noticia. En cuanto a Don Pepe Gil, notifícale inflexiblemente que voy directamente en busca de la cabeza de su pariente Gil Robles. Todo esto es en serio. Me voy para allá, casi con seguridad, a reportar la guerra, y a aprender unas cuantas cosas que nos hacen falta. He pedido credenciales a Cuba y ya tengo credenciales de algunas revistas aquí. En cuanto a los de Cuba –si voy por fin– he decidido lo siguiente, que quiero que me contestes en el acto, porque los días corren a velocidad no vista, aunque yo quisiera que corrieran más aún: todo cuanto trabajo envíe para periódico o revista en Cuba te lo remitiré a ti, a fin de que, antes de entregarlo a quien sea, le saques copia y me las vayas archivando, por si regreso tener listo el material, para un libro o cualquier cosa por el estilo. Las fotografías procuraré remitirlas ya sacadas y por tanto, con copia para mí, y si alguna vez te mando negativos, ocúpate de conservarlos. En cuanto a lo que se publique, te encargo asimismo que me guardes copia de todo lo que te sea posible. Esta noche –aunque estoy en espera de lo que decidan en Cuba– voy a hacer una gestión en cuanto a mi pasaje y demás, con el Comité Antifascista español y puede ser que obtenga su ayuda. A Guillermo Martínez Márquez –por mediación de Gonzalo Mazas– le escribí desde el sábado pasado y aún no he tenido respuesta, lo que me tiene en extremo impaciente; por sí o por no procura ver a Gonzalo y dile que hasta esta fecha no he sabido ni de él ni de Guillermo. A Luis118 le 118 Ramiro Valdés Daussá. 102 escribí también, pero más tarde, el lunes, creo. Procura verlo lo mismo y úrgeles contestación, teniendo en cuenta esta fecha. Tanto a Gonzalo como a Luis, exponles, además, esto otro: que Quevedo me ofreció diez pesos por crónica; que publicó una, “Los Guajiros en New York”, y puede ser que publique otra que se titula, más o menos “Resonancias de la Revolución Española en Nueva York”; que esto monta hasta $20.00; que esta suma, vaya a España o a Cuba, me resulta en extremo importante; a Luis, además, le insistes en el problema de los $14.00 que me debe Amat desde [hace] más de un año y medio; que haga con Portuondo y Rigol las gestiones del caso, con vistas a una solución práctica; que cualquier auxilio por el momento, con vistas a mi viaje a España –sobre todo a España– lo necesito con urgencia. Y, si admites este tan bien retribuido cargo de “secretario sin carteras”, ya Dios te lo pagará, como dicen los curas cuando les dan alguna buena posta. Y por lo pronto, me despides de toda mi “clientela” en el bufete. El que me pueda enviar algún consejo, que lo haga sin pena, porque de todas maneras yo haré lo que salga del saxofón. En todo caso, te consolarás conociendo cosas de España distintas a las que da el maricón de Pepín.119 Te incluyo una carta para Gustavo, el del Sanatorio sin esperanzas hasta que él no vuelva a él. Al Jefe del Batallón Perdido120 le dices que voy a España a ver si encuentro por allá su famosa unidad desaparecida; a Barceló, que iré a confesar curas, monjas y beatos, todos en “artículo mortis”; a Ortiz, que le traeré un ensayo sobre la criminología revolucionaria en sus relaciones con la influencia africana en España; a Jesús, mejor dicho, Xesús Correidora de Castro, le comunicas que voy a repartir por la Iberia algunas cuantas toneladas de onzas de oro del cuño español y a dejar a todos los duques sin un ducado; al Comodoro del Yacht Club, Don Jesús de la Carrera y Fuentes, le expresas mi intención de traerle de recuerdo alguno de los yachts de sus majestades católicas y, sobre todo, determinados jamones gallegos y quesos de la Montaña –esto, a cambio, naturalmente, de guayaba 119 120 José I. Pepín Rivero, director del muy conservador Diario de la Marina. Miguel Giménez Lanier. 103 de Santa Clara–; al Dr.Don Miguel de Unamuno y Boullon,121 famoso cuanto profundo erudito, asegúrale desde ahora, los originales del Fuero Juzgo y las Siete Partidas, aunque sean medio chamuscadas; a Concha Espina de Cherna122 le ofreces la colección completa de las novelas del Caballero Audaz y un plan para engordar firmado por el Dr. Gregorio Marañón y, en cuanto a Don Pepe Gil, la amenaza concreta y firme de traerme un tallista de España, para esculpir un crucifijo en el colmillo que le queda aún enhiesto y temerario. Y que se guarde siempre de mi presencia, feroz y sanguinaria. A Carretero,123 si lo ves, le notificas que queda autorizado para redactar mi biografía tan pronto como sea fusilado por las turbas fascistas. Y saludas a los demás amigos que aún existan y que no sean todavía muy cabrones del todo. A Capestany, por ejemplo, y a Usategui. Y te dejo aquí, con la encomienda de que me contestes por aéreo dándome cuenta de lo que puedas y hayas hecho de cuanto te encargo. Y, en todo caso, con amnistía o sin ella, en los E.U., en Cuba o en España, me sigo llamando Carlos Rojas. Sábelo, pues. Y hasta la próxima. Ey: acude raudo a casa de Gustavo y entrégale la intercalada. Procede como las centellas, que hoy sábado no he obtenido contestación aún. Dile a Luis y a Gonzalo y a Guillermo, que el problema es de dinero, pues creo tener resuelto el pasaje aquí con el Consulado. Miguel Gener. Conchita Fernández. 123 Antonio Carretero. 121 122 104 New York, 14, 8, 936 Querido Luis:124 Te hago unas pocas líneas porque me urge ponerte en antecedentes sobre un asunto del que me enteré ayer tarde. Por Ordoqui –quien tuvo la noticia por Ofelia Domínguez, desde México– supe que Torrado, en unión de varios más de su grupo, había salido para Cuba. Y teniendo en cuenta las manifestaciones que con anterioridad le había hecho a Ordoqui, de que “él era el hombre que disponía del dinero y que en cualquier momento podía sacar quince o veinte mil pesos, y cuando en Cuba empezara a hablarse de Constituyente y de legalidad y de sacar periódicos, etc., etc., él planeaba el asesinato de tres o cuatro senadores y todo lo echaba a perder y obligaba a Miguel Mariano a ponerse de acuerdo con Batista, etc.”. Es muy necesario que Uds. estén alertas al menor movimiento, porque como le dijo entonces Ordoqui, esto era un crimen ya que sin duda ello iba a provocar una represalia feroz en la cual iban a caer los compañeros por cuya libertad se está luchando y aún muchos otros ajenos a todo. Movilicen, pues, todas las fuentes de información de que dispongan, y manténganse alertas. Ayer te escribí por vía ordinaria. Recuerdos. Querido Don Federico: Tenga la bondad de “desglosar” el anterior documento y hacerlo llegar a su destino con gran “fugacidad”. He adelantado mucho en las tareas pro viaje. Ya es casi seguro. En consecuencia, como una de las últimas encomiendas, remíteme algunas navajitas más, pues dudo que las haya en la Península. Ya te indemnizaré por medio de la madre de la interfecta. Y recuerdos a “todos vosotros”, 124 Ramiro Valdés Daussá. 105 Textos de Pedro Capdevila Relación de algunos trabajos folklóricos de Pedro Capdevila Melián* Tomados del periódico El Huracán: • Ensayo foto-biográfico de tipos populares remedianos: Corona. 10/julio/1936 • Ensayo foto-biográfico de tipos populares remedianos: Bichos. 20/julio/1936 • Ese Hombre: Mariano Mata la Cucaracha. 30/julio/1936 • Ensayo foto-biográfico de tipos populares remedianos: Alberto Baró. 8/agosto/1936 • Sensacional. (Artículo humorístico). Set/1936 • Ensayo foto-biográfico de tipos populares remedianos. Oct/1936 • Comparsas habaneras. 9/marzo/1937 • Tomás Marín. 19/mayo/1937 • Tipos populares: Caralampio. 19/junio/1937 * Tomado de Signos, enero-diciembre, 1978, pp. 120-123. 109 • Músicos populares remedianos: Pepe Zacarías y su botijuela. 18/set/1937 • Bosquejo biográfico de un remediano más viejo que el Palmar de Araña. 17/nov/1937 • El Rey de la Invasora. 29/abril/1938 • Artículo humorístico. 9/jun/1938 • Artículo periodístico La visita de la Quinta Banda Infantil de Remedios a la capital de la República. 3/set/1938 • Las fiestas de Navidad. 19/set/1938 • Ya salieron las gangarrias. 21/oct/1938 • Tipos populares de otros tiempos: Mascapiedra. 8/feb/1939 • Remedianos ilustres: Sacariña. 18/set/1939 • Entrevista de actualidad. Nov/1939 • Galería de remedianos ilustres: Serpentina. 18/marzo/40 • Artículo humorístico. 11/nov/1940 110 • Entrevista de tiro rápido: Hilda Palitroque que posa con Capdevila para El Huracán. 16/dic/1940 • Tipos del Zoco: Dr. Othón de Guevara y Yerbabuena. 18/abril/1940 • Industriales del Zoco: Victoriano el cuchillero. 16/mayo/41 • Serpentina. 27/agosto/42 • Episodios remedianos: La salsa del perro. 10/mayo/1943 • Vida y milagros de Fco. el de la Plaza del Mercado. 31/marzo/43 Folletos inéditos • Recopilación de viejas adivinanzas. Fecha: 1952 • Cosas de Don Pedro. Fecha: 1974 Publicación en la Revista Bimestre Cubana (Dirigida por Fernando Ortiz) • Apuntes del folklore remediano marzo-abril, 1939, pp 220-265 Publicación en la revista Signos (Dirigida por Samuel Feijóo) 111 • Tres viejas rumbas en Remedios Signos número 17 Publicación en la revista Islas (Dirigida por Samuel Feijóo) • Pregones en Remedios Islas número 20 Trabajos inconclusos • Historia de la música en Remedios • Apodos en Remedios Contiene más de 3000 apodos, incluye una breve biografía de cada uno de los personajes que allí se mencionan. Comienza con los apodos de los que quemaron a Remedios: Jaiba, Cometa, Tampico, Atarraya, Guasasa. • Historia de las parrandas de Remedios • De mi anecdotario, recopilación hecha por Pedro Capdevila del folklorista remediano El Brujito (José Álvarez Ferrer) 112 Ensayo foto-biográfico de tipos populares remedianos. Ricardo Corona125 Hoy tenemos el gusto de presentar a nuestros lectores la vera efigie de Ricardo Corona, Director de Parrandas del barrio El Carmen, y famoso y consecuente contratista de las sillas del parque remediano. Corona, en sus mocedades (hace 89 o 90 años de esto –pues es más duro que Alfredo Hernández–) fue zapatero, aunque según dice Cándido Cabrera ya “no sabe ni la forma que tiene una horma”, después colgó la chaveta y se entretenía en tirar la chivichana. Con tal honradez y seriedad procedía en este juego lícito, que muchos apuntadores pagaban por la tirada de Corona. Ha sido también miembro de la directiva de distintas sociedades de recreo tales como La Unión, La Esperanza, La Alianza, etc., y además, con carácter vitalicio se ha posesionado con la dirección de las parrandas del barrio carmelita, título que nadie le ha discutido nunca, por ser en realidad, el alma del barrio. En los carnavales, uno de los tradicionales números que más simpatía despierta es el típico matrimonio de Corona y Bicho, si bien en los carnavales últimos, su cónyuge fue sustituido por Enrique Caralampio y por Ricardo Rojas. Nuestro biografiado es un entusiasta y querido amigo, muy estimado de todos los vecinos del Zoco marroquí. Y buena prueba del cariño que se le tiene, es que su casa, fabricada en un solar que le vendiera por 75 pesos una antigua remediana, fue edificada gratuitamente, gracias al generoso desprendimiento de La Casa Pertierra, Silvino E. García, La Calera, Pernús, etc., los cuales contribuyeron con los materiales para la obra, y al solidario trabajo personal de infinidad de albañiles, carpinteros, jornaleros, etc., entre los que recordamos a Francisco Tantera, Higinio, su compadre Cándido Cabrera, Eusebio García (¡y eso que Eusebio es un sansarí de los que muerde!), Juan Felipe, etc., es más: hasta Marín, que no había vuelto a trabajar desde que salió de aviador en una carroza de 125 El Huracán, 10 de julio de 1936, pp. 1, 3. 113 San Salvador, dobló el lomo como bueno también, en beneficio de Corona... Más que por la utilidad que para el municipio representa la concesión de las sillas del parque, la alcaldía municipal interpretando el sentir popular, y como una recompensa al remedianismo de Corona, le ha otorgado siempre esta concesión. Para iniciar el negocio fue palanqueado económicamente por D. Indalecio (¡que ya es decir!), deuda que saldó en breves meses, devolviendo hasta la última perra chica... Perseverando siempre para ofrecer un mejor servicio, entretenía sus ratos perdidos recogiendo los flejes con que vienen atadas las planchas de zinc, y luego en complicidad con la herrería de los hermanos Reguera, fue haciéndose poco a poco, silla a silla, de varios centenares de estas, sin haber tenido jamás dificultad alguna en cuanto a la concesión para explotar el servicio aludido en el parque remediano, hasta el memorable día en que Saco e’ tierra tuvo la desdichada ocurrencia de formarle un tejemaneje para quitarle la contrata. Este proceder alcaldicio dio oportunidad para que Corona pudiera apreciar el profundo afecto que le profesan todas las clases sociales de Remedios, pues ello dio motivo a que el pueblo entero, en masa con pata, unánimemente, exteriorizara en público la más enérgica protesta que ha contemplado Remedios desde los tiempos de su fundación, y que culminó con un formidable mitin local, sin precedente en su historia, que se celebró frente al Parque Martí, y en el cual hicieron uso de la palabra los más brillantes oradores de la localidad, entre los cuales sobresalieron Raúl M. de Villa, Pedro J. Pérez, Cirilo Delgado, Casimirillo, y otros varios más, estando el resumen del acto a cargo del conceptuoso Andrés Pérez. En esa oportunidad, este periódico, haciéndose eco del clamor popular, secundó la protesta en todas sus formas, alentando a la lucha hasta obtener el triunfo del pueblo. La mayoría de los asistentes iba movida principalmente por el deseo de testimoniar en esa forma su adhesión a Corona, si bien hubo muchos que también fueron para no perder la oportunidad de escuchar las risas de Lorenza la Gorda..., habiendo dado lugar el incidente de la concesión, a que Corona –repitiendo sus frases– tuviera que “cargar leña durante tres meses desde la finca La Cabaña”. 114 Corona viene actuando de Director de Parrandas de El Carmen desde la buena época en que este barrio, junto con la bandera carmelita y la Globa de la barquilla, sacaba también el símbolo Gavilán, con el cual quería expresar que a la corta o a la larga, esta ave de rapiña se dispara el gallo Sansarí. Sin embargo, este último barrio, imitando a los alemanes, no bien acaba de perder una parranda, se prepara para la otra. Después de cada parranda, es cuando mejor puede apreciarse una de las múltiples facetas de este hombre todo energía y todo corazón, al hacer la recogida de muchachos y conducirlos hasta la Casa de los Faroles. Allí, subido en un barril, y haciendo uso de la fogosidad arrebatadora de Dantón y de la elocuencia de Castelar, abusando horriblemente –desde luego– del idioma cervantino, despide el duelo si ha perdido El Carmen, arengando a los muchachos para que no pierdan la fe a fin de conquistar la victoria en la próxima, o bien, si el resultado ha sido favorable al barrio carmelita, los excita a que continúen con igual brío para no perder más ninguna, y a unos los obsequia con pirulí y a otros les da café solo... Su cariño por el barrio carmelita lo hizo bien patente durante su última visita de este año a La Habana, encontrándose en el Consulado Remediano del Parque Central, contemplando, abstraído, la iluminación de la calle San Rafael, al manifestar, señalando para dicha calle: “Algo así como esto nos hace falta allá... pues mandaba subir un poco algunos anuncios para que pudieran cruzar las carrozas, ensanchaba más la calle, le quitaba un pedacito al Centro Gallego, y metía por ahí una entrada que tumbaba los palos...” No queremos terminar sin antes dejar constancia de que no obstante ser este periódico el órgano del barrio Sansarí, por tratarse de Corona y estar ahora en período de paz parrandera, no hemos vacilado un momento para dar a la publicidad esta biografía de un carmelita de la talla de aquel, lo cual es una prueba más del afecto que todos sentimos por Corona. No hay duda que el pueblo debe mucho a este gran vecino, que, desde sus mocedades, tanto ha contribuido a mantener la tradición popular. El Ayuntamiento debía hacer un acto en su honor, otorgarle una medalla, algo, en fin, que recompensase sus grandes merecimientos, y que dé lugar a que tenga muchos imitadores. 115 ¡Ya salieron las gangarrias...!126 ...Cachín cachágala cachín cachágala cachín cachágala cachín cachágala... Guillermito Duyos, el querido hijo nieto y ahijado de Cayá, nos brinda –dentro de las limitaciones de todo género que un trabajo de esta índole impone– con certera puntería por cierto, una fugaz visión del repique animador de las parrandas remedianas. Es en el inolvidable y bronco repique donde en diversas épocas han lucido sus naturales aficiones musicales con la reja, la gangarria, la tambora, tantos y tantos consumados artistas de nacimiento, como Minao García, José Isabel, Ciriaco Bofil, Tachuela, Ramón Carabela, Juan Rojas, Ezequiel Espino, el hoy multimillonario Margarito Castañeda, Juan Valdivia, Nicolás y Tano Pérez, José Agustín, Lorenzo, Gabriel y Guille Rodríguez, Manuel Campanería, Modesto Duquesne, etc. El dibujo tiene por escenario la esquina donde se besan en cruz dos calles remedianas; en el momento que coincidiendo con un breve descanso tras el atesao repique, de la multitud de voces del conjunto se escucha una que ordena: “¡Vamos por aquí...!” y una mano que señala la calle inmediata; “¡Sí, sí! ¡Por aquí...!”, asienten unos pocos; “¡No, mejor es dar la vuelta para entrar por La Bermeja...! ¡Por acá...! ¡Por allá...!” y mientras el guirigay va en aumento y nadie se entiende, Enrique Caralampio afina la reja golpeándola contra la acera; Ramón el bizco o Juan Felipe, obtienen para la amada tambora, del calor de la improvisada hoguera, el grado de tensión necesario para “obligar al chivo a que cante claro...” Estas escenas son las que ya comienzan a verse en Remedios. Sin apartarse en lo más mínimo de la tradicional costumbre, han quedado extraoficialmente rotas las hostilidades al comenzar como todos los años, los periódicos recorridos del repique de los barrios por las rojas calles del olvidado Zoco, que constituyen 126 El Huracán, 21 de octubre de 1938, pp. 1-2. 116 una nota de inimitable colorido local –patrimonio exclusivo de la cuna de las parrandas–, y rompiendo la monástica quietud pueblerina con las ensordecedoras pero bien combinadas y alegres “notas” del entresijo minero-animal de rejas, gangarrias, tambora, tarro de buey, etc., que integran el instrumental del repique. Entre los innumerables detalles que con tan poca fortuna han tratado de imitar las localidades donde las parrandas han sido introducidas, y que dan a las fiestas de Nochebuena remedianas su inconfundible y personal fisonomía (aparte de la mayoría de edad, de que carecen sus imitadoras), cuéntase, en lugar preferente el repique: preámbulo callejero del antiquísimo y dilatado ceremonial que precede a las parrandas, que con sus intermitentes salidas nocturnas en los dos o tres meses que anteceden al veinticuatro de diciembre va reanimando a los remedianos su simpatía por los barrios, aletargadas por el decurso de nueve meses de inactividad parranderil, haciéndole pronto cobrar nuevos bríos, e infiltrándoles el entusiasmo característico de estas fiestas en las cuales no hay nunca vencedores ni vencidos... Como en años anteriores, los partidarios de ambos barrios han respondido al “llamamiento de la reja y la tambora”; la plana mayor de Sansarí, aguarda solo a que los Carmelitas se decidan, para nombrar su directiva y comenzar la lucha, y los partidarios de ambos barrios verían con gusto que se reeligiera la misma directiva que el año último tan buena labor realizara, premiando así aquel esfuerzo, que no pudo llevarse a feliz término por la causa de todos conocida. Sansarí confía de nuevo en Carlos Carrillo, el Coronel y Moronta; y los Carmelitas deben ofrecerles el mando otra vez a Neno García, Pelayo Vigil, Corona y Felipe Brusainz. Cachín cachágala cachín cachachágala cachín cachágala cachín cachachágala 117 Tipos populares de otros tiempos. Mascapiedra127 Para los niños: el temido Mascapiedra; para los mayores: Don Carlos Mascapiedra el sepulturero; pues pocas eran las personas conocedoras de que se apellidaba Núñez. Era negro de nación, mandinga, de pasa amarilla y ojos grimosos. Dotado de completa, blanca y durísima dentadura. De voz gruesa y resonante; dicción clara. De mediana estatura y envuelto en carnes. A grandes rasgos, tales eran las características físicas del desaparecido personaje cuya foto y biografía ofrecemos al tolerante lector. Mascapiedra, nuestro famoso personaje, generalmente usaba para cubrirse un saco de los que se utilizan en el envase de arroz, al que hacía unas rudimentarias aberturas indispensables para introducir por ellas la cabeza y ambos brazos. Pero, sin duda, presintiendo que su tétrica humanidad algún día fuera mostrada desde la primera página de El Huracán, fue que, contra su costumbre, se retrató por primera y única vez luciendo una “tralla” de largo metraje, y exhibiendo orgulloso además el pico y la pala con que a diario rendía su fúnebre tarea. (Esta fotografía fue tomada a principios del año 1909, en el interior del Cementerio de Remedios, residencia habitual de Mascapiedra, y nos ha sido facilitada gentilmente por el Dr. José A. Martínez Fortún, Académico de la Historia y autor de valiosas obras sobre historia, a quien por este medio expresamos nuestra más sincera gratitud). En las postrimerías del pasado siglo, “cayó” Mascapiedra en Remedios procedente de Camajuaní, cuando fue compelido a salir “sangando” de esta última localidad; y algún tiempo después comenzó a desempeñar junto con Candela la más tarde disputadísima plaza de sepulturero; si bien, por ser su ecobio Candela “un negro indoméstico” –según manifiesta aquel– con frecuencia tenían cada agarrada del enemigo malo. Lo más famoso en Mascapiedra era su formidable y envidiada dentadura con la que trituraba objetos de loza y de cristal, así como piedras, lo que dio motivo para que fuera siempre 127 El Huracán, 8 de febrero de 1939, p. 1. 118 conocido por tal sobrenombre. Fue una figura familiar en el Zoco donde en sus diarios recorridos de día o por la noche iba invariablemente tarareando alguna décima, o cantándola con el estribillo final siguiente: Yo te quisiera querer y tu madre no me deja el demonio de la vieja que en todo se ha de meter. Estribillo: Caridad, me engañaste, pa’qué te fuiste... Caridad, me engañaste, pa’qué te fuiste... ¡Caramelo de goma...! En ocasiones rechinaba los dientes en forma tan estridente y terrífica como jamás nadie ha podido malamente imitarle en Remedios, e intimidaba a los muchachos cantándoles: Yo soy el viejito Carlos que me como los muchachos Y haciendo ademán de atraparlos, agregaba: ¡Venga pa’cá camará...! ¡Venga pa’cá camará...! Frecuentemente, cuando se topaba con algún niño de los pocos que a ello se atrevían, Mascapiedra tomaba de la calle alguna piedra o casco de botella; y al tiempo que manifestaba: “Los hombres me parecen mosquitos y las piedras, quesos”, le daba diente y más diente hasta reducirlo a pequeños pedazos. Y si para atemorizar a los niños desde tiempo inmemorial se les hablaba del “coco” que los va a coger o se los comerá, en Remedios en la época en que Mascapiedra residió allí y aún por algunos años después, el “coco” no era ese ser invisible con 119 que los padres, equivocadamente, atemorizaban a sus hijos desde su más tierna infancia, bien para obtener de ellos que se estén tranquilos, “para que no jueguen a las castañuelas”, o simplemente para que se acuesten: ¡no! el temido “coco” de los niños remedianos era Mascapiedra, de pausado, simiesco y contoneado andar, de fantástica presencia, de carne y hueso, que al menor descuido podía extender sus largos brazos, atraparlos y después devorarlos triturándolos previamente con aquella su famosa dentadura que tanto pavor infundía. Muchos de los que hoy presumen de guapos, con más de 40 años en las costillas, nos han confesado que al oír de noche, siendo niños, la voz tétrica de Mascapiedra cuando regresaba del cementerio, aunque estuvieran dentro de su casa, salían corriendo para la cama huyéndole al “coco”... Con ocasión de los diarios y casi matemáticos recorridos que invariablemente efectuaba Mascapiedra por las mismas calles y a la misma hora más o menos, realizaba algunas cortas visitas, y así, entre otras, visitaba la casa de Rafael Falero en La Bermeja para tomar un buchito de café, al llegar a la cual, después de dar los buenos días, dirigiéndose a la esposa de Falero, afectuosamente le preguntaba: “Ramonín, ¿hay café...?”. Respondiéndole Ramona al tiempo que le hacía entrega de la taza con el aromático “cafildo”: “Sí, don Carlos; tómese el café, pero –le advertía–, ¡cuídeme la taza...!”. Don Carlos Mascapiedra, (según la autorizada opinión de nuestro amigo Tano, conocedor profundo de estas cuestiones,) se “defendía” con la brujería, pues su fama como brujero que “trabajaba con tierra de cementerio” hizo que fueran muchas las personas que acudían a él para que, previa la manipulación de rigor con aguardó, epó ajonjolí,obi, aguó, moropo de enkiko, etc., del embó saliera el “daño” con qué hincharle la barriga o tumbarle un brazo a su enemigo, para atraerse el amor de alguna casquivana amordé: o bien, en “procura del resguardo” para eludir triunfalmente todas las “salaciones” que pudieran sobrevenirle. Simeón Vigil, con quien hemos hablado de ello, nos ha informado muy confidencialmente que Don Carlos tenía pacto con el diablo, pues aparte de no matar ningún “bicho” malo, tales como el alacrán, la araña pelúa, el caballito del diablo; etc., Mascapiedra los quería como algo familiar y le 120 producía irreprimible enojo cuando veía matar alguno de ellos. Y al igual que Simeón, Modesto Pérez cree igualmente en el pacto con el diablo, ya que nos dice haber presenciado en más de una ocasión cómo Don Carlos cuando algún caballito del diablo volaba cerca, lo señalaba con el índice y seguidamente bajando la mano le indicaba la tierra y el caballito aterrizaba como una mansa paloma. A Mascapiedra en su fúnebre residencia le servía de cama la mesa de las autopsias, y frecuentemente le sucedía que al llegar a dicho sitio se la encontraba ocupada por algún cadáver; pero nuestro biografiado no era hombre que se preocupara por cosa tan baladí, ya que con desconcertante naturalidad, al tiempo que empujaba y tiraba al suelo el cadáver, le decía: ¡Caray...! ¡Quítate de ahí...!, y ya desalojada la cama, sin impetrar para sí la ayuda de Changó, se acondicionaba en ella y... ¡a dormir sabroso...! Sin duda que casi todos nuestros lectores, con edad para ello, recordarán el frente del cementerio del Zoco antes de sufrir la ampliación que lo convirtió a su actual estado, así como el banquito instalado contiguo a la puerta de acceso al mismo, en el exterior de tan sagrada mansión. Pues bien, dicho banco era el lugar predilecto de Don Carlos Mascapiedra para descansar de noche, y en sus ratos de buen humor divertirse a su vez –pues era un soca– a costa del terror que, a las personas mayores como brujero fuerte y a los niños como el “coco”, inspiraba su fama. No fueron pocas las veces en que al transitar a tales horas algún guajiro a caballo por la carretera frente al cementerio escuchara una gruesa y resonante voz que desde tan solitario recinto y (con suplicante tono) le decía: Yey, amigo... ¿me da la candela...? Y era para ver entonces la espantada que se daban el cabo y el penco, pues a máxima velocidad llegaban a la entrada de la cárcel “más blancos que un pan de cera” y con la lengua afuera... ¿Cómo hubiera reaccionado Chetto Grau si, por ejemplo, regresando a las tres de la mañana de la zona petrolera, completamente solo, al cruzar por frente al cementerio, desde este lugar escucha una voz profunda suplicándole que le dé un cigarro o que le facilite la candela...? 121 Cuando Mascapiedra chaqueteó de Remedios fue a recalar en Zulueta, en cuya localidad desempeñó también hasta su muerte la plaza de sepulturero. No hay que agregar que allá continuó con iguales costumbres que en Remedios, vistiendo igual, atemorizando a los niños e infundiendo respeto a los hombres; pero en dicho pueblo fue donde “se le viró el santo”, pues según versión que hasta nosotros ha llegado, en un registro que le practicó la “jara” en su domicilio del cementerio, hubo de ocuparle jícaras, cocos secos, pólvora negra, monedas de a centavo, aguardiente, granos de frijol negro, de maíz, etc., con cuyos objetos se entretenía Mascapiedra en matar el tiempo; y como recompensa recibió una “estiba” de tal envergadura que a consecuencia de ella hacía “ñénguere clarito” pocos días después, exactamente el 14 de julio de 1917: contando a la sazón 99 años de edad. Para disipar cualquier duda que surgiera en la mente de nuestros lectores, solo nos resta agregar que, repitiendo aquí lo que nos informara recientemente Ricardo Corona, la “prenda” de Mascapiedra fue heredada por Ubaldo Olivera. Hemos indagado hasta donde nos ha sido posible la letra de los cantos de Mascapiedra, y aunque más de una persona hubo que a requerimiento nuestro nos manifestara: “Pero, ¿cómo me voy a acordar de sus cantos, si yo lo que le tenía era un miedo que me ciscaba?”, de labios de otras hemos podido reunir la pequeña recopilación fragmentaria que insertamos seguidamente, los cuales terminaban con el estribillo a que hemos hecho referencia con anterioridad. Cantos de Mascapiedra A mí no me gusta el pato porque tiene el pico de oro; a mí no me gusta el pato, porque tiene el pico de oro: Toditos comen del pato y yo pago el pato solo. 122 Tipos populares de otros tiempos. Serpentina128 Viene nuevamente a estas columnas la simpática figura de Serpentina, popular rumbero remediano que tanto se ha destacado como discípulo aventajado de aquel que en Remedios gozó fama y en la actualidad todavía se le recuerda como máxima autoridad de la rumba: Liborio Manyare. Es bien sabido que las personalísimas estilizaciones que de la rumba hace Serpentina le han ganado la admiración y la simpatía de cuantos lo ven rumbear; aunque ello ha sido igualmente la causa de no haber podido llenar el vacío que a su muerte dejó Liborio. Según opinión de los bien enterados en estas cuestiones, al alejarse Serpe de la columbia desvirtuando la pureza de la rumba, se ha dejado a otro notabilísimo rumbero remediano, José Duquesne, el puesto más cercano a Liborio Manyare, pues para el elemento es Duquesne en la actualidad el “papaíto” de la rumba en Remedios. Si de antiguo tiene bien cimentada fama jurisdiccional, no fue sino hasta el 4 de septiembre de 1940 en que Serpentina impuso con carácter provincial su doble condición de rumbero y director de conjuntos coreográficos de innatas cualidades, pues en esa fecha fue cuando al frente de su popular comparsa, y representando a Remedios en el Concurso Provincial de Comparsas que se efectuaban en la capital villareña, arrancó a la multitud que presenciaba el desfile nutridas salvas de aplausos, y al jurado el segundo de los premios ofrecidos. Nos dice Serpentina que en aquella oportunidad, al llegarle su turno, comenzó el toque iniciando el desfile con la suavidad del guayo; pero cuando faltaba poco para cruzar frente a la tribuna del jurado, se paró en seco y volviendo la cabeza paseó la mirada hasta localizar al quinto, a quien previno con estas palabras: ¡Román, tú acentúa bien los cañonazos que se va’cabar el mundo...! Y al conjuro mágico de su voz Serpe “calentó el jico”: Llegó la comparsa guarachera de Remedios, 128 El Huracán, 27 de agosto de 1942, p. 3. 123 con este coro y compás que no tiene rival venimos a saludar al 4 de septiembre.129 Todo el habanero debe recordar ¡del fuego tan grande del fuego tan grande en el Hotel Nacional! Y reforzado ahora por el ankori: Pero qué fuego tan grande en el Hotel Nacional... ¡ay, cuando agarro la escopeta y hago la tierra temblar! Escuchándose entonces hábilmente imitadas las descargas de fusilería y el tabletear de ametralladora. Cada seco golpe simulando un cañonazo arrancaba al descoyuntado cuerpo de Serpentina un movimiento distinto. Y llegó por momentos a adquirir tal verismo la simulación que cuando Serpe se echó la escopeta al hombro y al compás del quinto que Román repiqueteaba furioso, apuntó para el jurado, su decidida actitud produjo en la glorieta un ronroneo de incertidumbre. Al instante estaba junto a Serpentina “un blanco grandísimo con muchísima pluma colorá en lo’sombro” –como él dice– pidiéndole el fusil, que tomó en sus manos, y el cual después de examinarlo rápidamente se dirigió al jurado exclamando tranquilizado, al tiempo que mostraba el fusil: ¡Es de madera, coronel...! Fue tal la favorable impresión que en todos causó la comparsa de Serpentina que el propio coronel Gómez Gómez lo mandó a 129 Alusión al golpe militar del 4 de septiembre de 1933 que derrocó al gobierno provisional del presidente Carlos Manuel de Céspedes. Fue dirigido por un pequeño grupo de clases y soldados del ejército cubano agrupados en la llamada Junta de los Ocho o Unión Militar Revolucionaria. Los insubordinados dominaron rápidamente todas las guarniciones militares del país, depusieron a la oficialidad y de acuerdo con los civiles se organizaron en la Agrupación Revolucionaria de Cuba, que tomó el poder en nombre de la revolución y designó un gobierno colegiado de cinco miembros: la Comisión Ejecutiva o Pentarquía. (Información tomada de EcuRed) 124 buscar a la tribuna, y al felicitarlo por su descollante actuación a presencia de los demás miembros del jurado, poniéndole la mano en el hombro le dijo: ¡Caray, Serpe, ud. es el único negro que me ha emocionado! Pero si regocijado se sintió al recibir los parabienes del coronel Gómez Gómez, mayor emoción experimentó instantes después de haber terminado el desfile de aquel día. La comparsa había “echado hasta afuera” esa tarde; casi todos los bailadores estaban apolismados, molidos, derrengados. El propio Serpe descansaba recostado junto a un poste del alumbrado; en la acera inmediata descansaban otros. Los más habían ido a entonar el estómago con salsa peleona a la tienda vecina. Se encontraba Serpentina cabizbajo, cavilando acerca de la hora en que estaría emparrillao en el enkufó de Sol y Tetuán, sorprendiéndole la algarabía formada por un grupo de bulliciosas muchachas que se dirigían hacia donde él estaba; y casi se ñampia del susto cuando estas le manifestaron que querían su autógrafo, solicitud que en los primeros momentos no entendió bien pues reculaba como un mulo cerrero protestando airado: ¡Qué fonógrafo ni fonógrafo...! Pero al convencerse de su error se extendió como la verdolaga estampando autógrafos con ambas manos. Fueron tantos los que suscribió que en los últimos pintaba un garabato que según él quería decir Serpe... Se marcharon satisfechas las cazadoras de autógrafos y un admirador lo obsequió entonces con una botella de sasa, que no quiso probar porque se encontraba agotado; pero como vinieron algunos mirones a curiosear, puso dos pañuelos con los simbólicos colores amarillo y rojo (Ochún y Changó) en el suelo. Y encima de ellos colocó la botella de sasa, pero rodeando tan sencilla ceremonia con un aparato desusado, lo que motivó en el público la creencia de que el negro era un mayombero fuerte, y que iba a hacer algún “trabajo”... Como el público que afluía de todas partes terminara por encerrarlo en un círculo, Serpentina le pidió que le dejaran espacio para maniobrar. No bien quedó despejado el terreno, tirando previamente unos pasillos de su especialidad, comenzó a cantar y bailar en esa forma suya tan inimitable, donde haciendo derroche de gracia y simpatías unidas al infore que Yemayá le ha concedido para la rumba, se robó al público, que ensimismado trataba de no perder uno solo de sus ágiles movimientos. 125 Cuando hubo bailado un rato, para rematar el espectáculo, después de un epiléptico vacunao rechenene tomó los pañuelos por una de sus puntas y tiró de ellos con rapidez al compás del quinto. Contra lo que esperaban él y los espectadores, y ante el asombro de uno y otros, obedeciendo sin duda al impulso que en su base le imprimió al sacar los pañuelos en la forma en que lo hizo, en vez de caer y romperse comenzó la botella a girar perezosamente sobre sí misma un buen rato, motivando entonces los más variados comentarios sobre el poder sobrenatural que Serpentina sabía trasmitir a las cosas y objetos; y así el público expresaba su asombro con estas frases: Ese negro es María Santísima. ¡Ese moreno tiene mambo...! Sin que faltara una tremendísima langa que hondamente impresionada con lo que acababa de ver, expresó su admiración con la frase ¡Qué va... ese negro tiene un nasago muy fuerte...! ¡Ese negro tiene que ser de Bolondrón...! Pero no vaya a imaginarse el lector que Serpe ha salido siempre victorioso en estas lides rumberas. Veces ha habido en que no solo no ha podido salir triunfante en su empresa sino que hasta ha salvado el pellejo gracias a que pudo “dar uña” a tiempo. Por ejemplo, de él sabemos que hallándose en La Habana durante uno de sus primeros viajes a la capital, se encontró con un ecobio que lo remolcó hasta un solar de la calle Vives donde había tremendo “jico” con un coro guaguancó del enemigo malo. Ni qué decir tenemos que Serpentina se enlazó y achujado por su amigo comenzó a cantar su rumba favorita que dice: Laye... laye... laye... como yo... inán lloro laye... laye... laye como yo... china de oro... Pero escucharlo y comenzar las leas a acercársele para acompañarlo fue la misma cosa. Y ello fue lo suficiente para que los “monteros” se emboriaran de a bute, formándose la rebertera vigueta de la que no pudo sacarlo su ecobio porque salieron a relucir las “barberas”, y en el desparramo cada cual chaqueteó por distintos rumbos... 126 En La Habana igualmente tuvo su cancaneo en una rumba a la que había asistido en compañía de José Duquesne. Este último había dado ya al elemento la letra de su arribo a la capi, anunciándolo como algo “puipa” del nongo. Los rumberos estaban ansiosos de verle actuar; pero aunque Serpentina iba más contento que yegua con potrico, al arribar al jico y encontrarse que solo había autoridades, tales como Roncona, Carburo, etc., se tangueó y no quería hacer ná, de cuya actitud lo hizo desistir José Duquesne que logró sacarlo pa’l limpio jurgándolo como al cangrejo encuevao al cantarle así: Baila Serpentina, baila... baila que te quieren ver... Baila Serpentina, baila... baila que te quieren ver... Y ya entonces sin excusa que alegar, tuvo que “entrar”, imponiendo una vez más su condición. Por lo expuesto, al lector le resultará fácil comprender cómo Carlos Carrillo, nuestro remedianísimo alcalde, profundo conocedor de las costumbres y aficiones de su pueblo, pudo añadir a sus muchos aciertos uno nuevo al ampliar los formidables festejos del 24 de junio último, incluyendo en el programa de ellos el desfile de la comparsa del simpático Serpentina; dándole así a los vecinos y visitantes una nueva oportunidad que le supieron agradecer, de disfrutar ratos de íntimo regocijo presenciando el bullicio y la alegría que Serpentina y su gente derramaba por las tristonas calles remedianas. Y aunque es bien cierto que en política ha navegado hasta ahora con poca suerte, Serpentina abriga grandes y fundadas esperanzas de ver pronto compensadas su devoción al partido del viejo Meno130 y en particular su indesmayable lealtad hacia Carlos Carrillo, por cuyo triunfo tan tenazmente laboró en las elecciones en que este resultó electo, luciendo para su satisfacción propia y de sus muchos amigos, el uniforme de la Policía Municipal; a cuyo cuerpo daría brillo y prestigio. Y dejemos por hoy a Serpentina. Pero al despedirnos de él, recordemos a otra desaparecida figura en la rumba remediana, 130 Mario García Menocal. 127 y con lágrimas en los ojos y el pecho apretado cantemos bien bajito acompañados por Cirilo Delgado: é... é... bamo a llorá la muete’ Laureana... la muete’ Laureana Linsensié... que en pá decanse Laureana... que en pá decanse Laureana... Pablo cabeza’e gato (Rey del quinto) Barrio’el Sol Remedios, 1942. 128 Apuntes del folklore remediano131 Preámbulo El presente trabajo recoge una reducidísima porción del inagotable material folklórico que en la ciudad de Remedios se encuentra a flor de tierra, casi al alcance de la mano. Hemos concedido preferentemente atención a las canciones, pregones, rumbas, cantos políticos, etc., compuestos o cantados en Remedios en épocas diversas pero no quiere ello significar que audazmente pretendamos recoger en las páginas que siguen todo el acervo poético-musical de una ciudad que, como Remedios, cuenta con cuatro largos siglos de vida. En esta ocasión solo nos guía el propósito de que vayan quedando recopilados trazos dispersos de la vida diaria remediana, que podrán servir para que otras personas, con autoridad y competencia, puedan hallar “materia prima” para trabajos más profundos. Parte del material utilizado en la confección de este trabajo, lo hemos tomado de la charla diaria en el famoso “Consulado Remediano del Parque Central de La Habana”; otra buena parte, de las visitas realizadas con tal objeto a excelentes amigos remedianos que se ven imposibilitados de concurrir a “la Meca de los exiliados del Zoco”; y el resto nos ha sido facilitado, espontáneamente, por Manuel Campanería y Modesto Duquesne. El original lo avaloran seis dibujos, reproducción de trabajos de plaza y carrozas de las parrandas, debidos al pincel del modesto y valioso artista remediano Guillermito Duyos, que, renunciando a sus pocos ratos de descanso y también a sus honorarios (¡no hay que decirlo!), tanto se ha afanado por ofrecer su arte a esta obra que consideramos buena, por ser remediana. A todos nuestra gratitud. La Habana, octubre, 1937. 131 Revista Bimestre Cubana, marzo-abril, 1939, pp. 220-265. 129 Parrandas En primer lugar, hablaremos de las parrandas. Se deslizaba suavemente el año 1904, y el “patriotismo” por las parrandas hallábase al rojo vivo en Remedios, ocasión que no desperdició el jocoso Facundo Ramos para escribir un diálogo titulado Los dos barrios, lleno de gracia, que fue representado en el teatro La Tertulia132 por los niños Julio Jiménez Carrillo y Jesús de la Carrera y Fuentes. Cuéntase de los artistas que se posesionaron de sus papeles, desempeñándolos tan bien, y tan “a lo vivo”, que más de una vez salieron del escenario con arañazos y rasguños que mutuamente se ocasionaban en la escena de los farolazos; así como que, en vista del éxito obtenido, aquel año lo representaron innumerables veces los propios artistas en la Colonia Española y en diversas casas de familia de Remedios. Va insertado ahora en el presente folleto, como una contribución al estudio de las costumbres locales, pues tenemos entendido que el prolífico historiador Dr. José A. Martínez Fortún y Foyo no lo ha publicado en ninguno de sus múltiples trabajos sobre Remedios; y en honor a la verdad, justo es consignar que al autor del presente folleto le ha sido facilitado por el “viejito” Eduardo Muñiz Urbano. El mencionado dialogo, decía así: Sansarí: –Señores, yo soy aquí el jefe representante de ese barrio tan flamante que le llaman Sansarí. Poco me importan a mí las críticas y censuras 132 Desde muchos años atrás, tal vez si influenciada la mente popular por el ruinoso estado de su edificio, cuyo maderamen era refugio predilecto de millones de chinches, generalmente se le conocía por El Chinchero. Este año, haciendo realidad “un sueño” del coronel Juan Jiménez, y como ampliación de la Sociedad La Tertulia se construirá en el terreno que dicho teatro ocupara, un Patio Andaluz...[Nota del original] 130 del Carmen, que vive a oscuras; y como no está hecho a bragas, el pobre, siente las llagas que le forman las costuras. Carmen: –Por estos alrededores represento al Carmen, sí, y por eso estoy aquí cerca de los bastidores. Los de Sansarí, señores, fuman tabaco de andullo, y aunque tienen cierto orgullo todos viven en el Limbo y su iglesia es un cachimbo133 y su parranda un barullo. Sansarí: –Muchas gracias, carmelita, por tu caliente censura. ¡Qué cara tienes tan dura! ¿No te da pena maldita que el Carmen siempre repita lo mismo? ¿A qué viene eso? ¡A dar gusto a la sin hueso! Uds. juntos o a solas comen muchísimas bolas y se ajuman con exceso. Carmen: –¿Qué vamos a hacer? ¡Paciencia! Ud. lo dice y me callo; pero sepa que su gallo se ha huido de mi presencia; el gavilán sin clemencia, aunque más pobre y más chico, 133 Aludía a la Ermita de San Salvador, contigua a la plazoleta de este último nombre, demolida en el año 1926. [Nota del original] 131 le desgarró el abanico, y agitando el cortaplumas le arrancó todas las plumas desde la cola hasta el pico. Sansarí: –¿Solo las plumas? ¿Qué dices? Pero luego el cazador al gavilán peleador le dio un tiro en las narices. Así no ridiculices a Sansarí, ¡no lo aguanto! El Carmen no vale tanto; nosotros siempre vencemos porque faroles tenemos y en un melodioso canto. Carmen: –No puede ser melodioso el canto de la jutía. Sansarí: –¿De veras? ¡Ay, qué gracioso! ¿Lo dices con ironía? Carmen: –Lo digo porque es verdad, y a las pruebas me remito. Sansarí: –Si el Carmen no vale un pito... Carmen: –¡Menos vale, Sansarí! Sansarí: –Eso nunca, no señor, El Carmen ¿cuándo ha vencido? 132 Carmen: –Le vence a San Salvador cada vez que le ha querido. Sansarí: –Ni una sola vez siquiera ha llevado más faroles en su parranda fullera. Carmen: –¿Que ni una vez? ¡Caracoles! ¡No sé cómo me contengo al tales cosas oír! Sansarí: –Pues te las vuelvo a decir, las repito y las sostengo. Carmen: –¡Qué va! No sostienes nada, Sansarí, tú eres muy viejo. Sansarí: –¡Si te arrimo una trompada te arranco todo el pellejo! Carmen: –Y yo te arranco una ceja y te pico el esternón. Sansarí: –Yo te saco la molleja y te corto el corazón. Carmen: –Y yo te abrazo y te muerdo y te reduzco a cenizas. 133 Sansarí: –Y yo a ti te hago mil trizas y por matarte me pierdo. Carmen: –Pues bien, riñamos los dos pero en campo bien abierto. Sansarí: –¡Las armas hay que elegir! Carmen: –Yo las elijo: dos latas. Sansarí: –¡No!, que nos pueden oír: elijamos dos faroles, pero en campo muy abierto. Carmen: –Al campo, Sansarí, voy, donde probaros espero que gran parrandista soy y el Carmen es el primero. Sansarí: –Al campo también iré donde yo espero probaros que gran parrandista soy y después he de mataros. (Se dirigen los dos artistas a ambos extremos del escenario, en cuyo lugar se proveen cada uno de un farol de lata) Carmen: –¿Vuestro farol tiene punta? 134 Sansarí: –¡Y va recto al corazón! ¿A qué viene esa pregunta? Carmen: –A que sepas, chicharrón, que también la tiene el mío y que raja cuando toca. Sansarí: –Pues empieza el desafío. Carmen: –Empieza tú, a ti te toca. Sansarí: –Empieza tú, ¿tienes miedo que te hunda en el abismo? Carmen: –Ningún valor te concedo. Sansarí: –Pues, empieza tú ahora mismo. (Se entran a farolazos) Sansarí: –Pero mirándolo bien, ¿tú no ves que es cosa fea que este espectáculo ven dos amigos en pelea? ¿No fuera mejor que unidos dejemos de pelear y la paz, arrepentidos, lleguemos a celebrar? 135 Carmen: –Gracias, yo aplaudo tu gran deseo: grandes amigos seamos el Carmen y Sansarí. Sansarí: –Musimba con zambú lemba aquel que con lupi zamba. Carmen: –Y aquel que con zambú lemba lambia la zimba cumbamba. Sansarí: –Qué le importa a la lechuza que le digan ¡sola vayas! Carmen: –Si alegre cantando cruza por los montes y las playas. Sansarí: –Por mucho que el aura vuele siempre el pitirre la alcanza. Carmen: –Nepa que te me pareces. Sansarí: –Nipre que siempre me iguales. Carmen: –Una vez que iguales somos y entre los dos amor haya que el Carmen y Sansarí canten alegres guarachas. (Y ahora los dos artistas juntos:) 136 Viva el Carmen con fervor y sus luces y banderas, y vivan las guaracheras del barrio San Salvador. *** Y ahora que hablamos de las parrandas, no viene mal un pequeño relato anecdótico en que su principal protagonista fue Dionisio Hernández, el popular Tanterín que, aunque muchos no lo crean, fue zapatero. Hace ya algunos años, allá por el 1910, Tanterín abrió un establecimiento de zapatería en la calle de Calixto García, al lado de la venduta que en la esquina formada por esta última calle y Brigadier González tenía Pelayo Hernández, generalmente conocido por Pelayo el vendutero. Como el remediano que lea comprenderá fácilmente, Tanterín se introdujo en pleno corazón del barrio del Carmen, y ya avanzada la época de las parrandas, a mediados de diciembre, Tanterín adornó su establecimiento instalando a un lado de la puerta de entrada una cañabrava a manera de asta, rematada por una bandera roja con las iniciales S.S. (San Salvador), y en el lado opuesto de dicha puerta, una tabla pequeña con un letrero que decía: “Consulado de San Salvador”. El acto inaugural fue tirado a relajo, elevándolo a la categoría de conmemoración patriótica o algo por el estilo, cuando, a las doce del día, con la asistencia de numeroso publico y con música y voladores, Tanterín hizo temblar hasta sus cimientos el barrio carmelita... La zapatería, con Tanterín a la cabeza, servía de punto de reunión a un nutrido grupo de partidarios del barrio del gallo, amantes también de las delicias de la sasa,134 y en la misma casi diariamente saboreaban el rico fricasé de jutía, cuyos roedores eran cazados por Ramón Carabela,135 quien, según manifestaba Tanterín, tenía asombrosa facilidad para capturarlos porque “se Aunque Tanterín no tiene permiso de la Academia de la Lengua Madrileña, la palabra sasa –bebida– y su derivada saserico –bebedor, borracho–, son de su exclusiva “invención”. [Nota del original] 135 Probablemente querían decir Calavera, cuyo significado resulta aquí más afín que el de Carabela. 134 137 parecía a las jutías”, y agregaba que cuando Carabela llegaba al Seborucal “se ponía a silbar y las jutías venían a sus manos como si se tratara de uno de la familia”. No hay que añadir que esas comidas, por lógica deducción, eran “ayudadas” por buena dosis de sasa, y cuando comenzaban a hacerse sentir los diabólicos efectos de esta, se tocaba guitarra, se cantaba y se bailaba... Ya decíamos que el “Consulado de San Salvador” llegó a convertirse en punto de reunión obligada de si no todos, al menos de una abrumadora mayoría de soroqueros sansarices, conociéndosele más por el Club de los Sasericos que por el nombre con que Tanterín lo bautizara; y diariamente se veía a Tanterín, en su punto, parado en la puerta del establecimiento, con los pantalones en las verijas, casi cayéndose, la mano derecha en la cadera y con la izquierda señalando hacia la bandera, ante las miradas y gestos hostiles de toda la barriada carmelita, decir, “¡¡Solibios...!! ¡Esta bandera hay que respetarla porque es de una nación extranjera...!”. Y por buscarle la lengua a Tanterín, era raro el vecino, muchacho o persona mayor, que cruzara por el Consulado sin dirigirle alguna frase mortificante, que Tanterín nunca dejó sin contestación. Todo ello dio motivo a que en el barrio le cantaran a Tanterín un estribillo que decía: ¡Pobre Tantera! ¡Con su bandera ha recogido toda la follonera! Se nos dice que en los alrededores del año 1880, en las parrandas, aparte de que “se sacaban muy pocos faroles”, estos eran todos de madera, utilizándose en su confección los aros de los barriles de aceitunas –pues los primeros faroles de lata los construyó para el barrio Sansarí, D. Evaristo Rionda en las inmediaciones del año 1888–; que los instrumentos musicales estaban limitados únicamente a las rejas y caracoles, y también a los tambores, fabricados con barrilitos de aceitunas; y que por entonces los partidarios del barrio del gallo, le cantaban a los del Gavilán: 138 ¡Gavilán! ¡Gavilán! tú te comiste el gallo pero tú lo va’pagar. ¡Gavilán! ¡Gavilán! tú te comiste el gallo pero tú lo va’pagar. Por entonces fue cuando se estableció en Remedios la hoy desaparecida “institución” que se llamó Nemesia Tombo y Ochoa, simpatizadora entusiasta del barrio del Carmen, pero que, tal vez si para no herir la susceptibilidad de sus amistades, refundió los nombres de los dos barrios, y adoptó el de Carmen Salvador, por el que era generalmente conocida, a tal extremo que no eran muchas las personas que sabían que su verdadero nombre era el de Nemesia Tombo y Ochoa. Aunque no faltará quien crea “que está fuera de tono” traer a estas páginas a Carmen Salvador, no hay duda que el día que alguien escriba la historia de las parrandas remedianas, tendrá que aludirla también; pues a ella debe el barrio carmelita contar desde años atrás con la Globa, que ha llegado a convertirse en el emblema del barrio, conocida generalmente por la Globa de la barquilla. *** Tampoco podrá prescindirse en su día de Emilia Pata e’ grillo, fervorosa partidaria de Sansarí, que con fanática devoción cumplió todos los años “la promesa” –según manifestaba– de forrar el emblemático gallo de Sansarí, utilizando papel de China rizado por ella con habilidad que no ha sido igualada por ninguna de sus sucesoras. No pasaba una parranda sin que los remedianos contemplaran la retadora actitud del gallo de Sansarí, y aún hoy día hablando estas cosas, cuando se mienta a Pata e’ grillo, dícese que “era la que forraba el gallo de Sansarí”. Todos conocen que El Mallorquín junto con Celorio, fueron los que “reglamentaron” las parrandas, pudiéramos decir; pero hay un detalle poco conocido de El Mallorquín –vendedor de efectos timbrados en “la casa de Saurí” donde hoy vive el sansarí Marianito Seigle– que vamos a insertar a continuación. 139 Cuéntase que él era un fanático jugador de billar de mucha chispa, y era una cosa corriente verlo en este juego, cuando le faltaban una o dos carambolas para terminar el partido, después de recrearse durante largo rato dándole tiza al taco; gesticulando y diciendo alguna frase chistosa si ejecutaba la carambola final que le daba el gane en el partido, simultáneamente con la ejecución hacía un movimiento con las manos, alusivo a algo invisible que ascendía lentamente, acompañándolo con esta frase: “... Y deshojada por los aires sube, la blanca flor de la esperanza mía...” *** No se crea que todas las personas “de fuera” que se radican en Remedios por cualquier circunstancia, llegan a compenetrarse con sus tradicionales festejos de Navidad. Últimamente sí, ha habido jueces que en poco tiempo han llegado a convertirse en carmelitas y sansarices “que muerden”, y no ha faltado uno de estos que adaptara el himno de San Salvador para saludar a Joaquín Giménez –Quindoya –“cuando regresa a Remedios de sus periódicos viajes a La Habana”, casi semanales, y le canta con la música del himno Sansarí: Aquí te espero, aquí te espero, aquí te espero, Joaquinito, aquí te espero... También ha sucedido que otras personas, como por ejemplo, el boticario Diego Tejeda –que a la sazón poseía el establecimiento de farmacia enclavado en el mismo sitio en que hoy se halla La Central– a pesar de vivir años y más años en Remedios, no han llegado a “incorporarse” a la más representativa y típica de las fiestas locales; pues sin duda muchos lectores recordarán, en los comienzos de la República, cuando hubo un año en el que los changüís que recorrían las calles remedianas llegaron a molestar a Tejeda de tal manera que, ante sus quejas, el Ayuntamiento llegó a tener conocimiento oficial de ello, y como una cortesía con el forastero, dispuso que, para atenuar en algo los ruidos que tanto molestaban a este último en los changüís, sustituyendo las rejas, se tocaran triángulos solamente. 140 El cambio aludido no dio el resultado que era de esperar, ya que entonces vino la inconformidad de los tocadores de reja que se quejaban de que el triángulo “no sonaba”. Y en tales condiciones, no quedó otro recurso que echar mano de nuevo a las rejas, “aunque a Tejeda le picara”. Ya que hablábamos de las rejas, creemos oportuno destacar la costumbre, generalizada de antiguo entre los tocadores de reja, consistente en enterrarla todos los años hasta que comienzan los changüís del siguiente año en que la desentierran, con lo que se logra que “el instrumento” coja mejor sonido, o como dice Pepe Zacarías a este respecto, “un sonido más gordo”. Y, volviendo de nuevo con el caso de Tejeda, no hay que aclarar que tal proceder de su parte redundó en perjuicio de sus intereses, pues aparte de que se buscó el odio del pueblo, los muchachos “cada noche que salía el changüí le daban su serenata de reja frente al establecimiento”, le boicotearon este y las ventas le disminuyeron de manera alarmante. Cantos políticos Hablemos ahora de los cantos políticos. Si bien en Remedios, antes del año 1916, las fiestas de esta índole eran alegradas por piquetes de músicos, no fue sino a partir de entonces que se formaron los conjuntos de música popular, uno por cada bando político, Liberal y Conservador, que fueron genéricamente denominados Chambelona y Conga, según pertenecieran a la tendencia liberal o a la conservadora, respectivamente. Aunque pasada la época de elecciones estos conjuntos se disuelven, vuelven a ser reorganizados en la próxima campaña electoral, durante cuyo lapso de tiempo algunos de sus componentes han fallecido, otros se han retirado y muchos han “emigrado” en busca de más amplios horizontes, siendo sustituidos por otros nuevos; motivos por los cuales, a continuación daremos los nombres propios de algunas de las personas que en diversas oportunidades han formado parte tanto de la Chambelona como de la Conga, el sobrenombre o apodo porque aquellos son generalmente conocidos, y a ser posible, el instrumento que tocaban. 141 La primera Chambelona de Remedios fue la denominada La Arrolladora, dirigida por Leovigildo Hernández (Leovigildo Tantera), y aquella y otras formadas en posteriores años estaban integradas, entre otras, por las siguientes personas: Carmelo García, Hevia, maracas; José Zacarías Rojas, Pepe Zacarías, botija; Bartolomé Rodríguez, Cachón, caja; Emilio Rojas, Picúa, figuet; César Sánchez, Diógenes, bombo; Manuel Torres; Manuelito, quijada y cencerro; Balbino Lapeyra, guayo; Serapio Delgado, quinto; Modesto Duquesne, Sirena, reja; Manuel Campanería, platillo; Pedro Gómez, clave; Luciano Aldama, cencerro; Publio Hernández, Tantera, bombardino; Pablo García, trombón; Ramón Rojas, cencerro; Leovigildo Hernández, Tantera, cornetín; Osorio Hernández, Lingue, cornetín; Enrique Ortiz, Caralampio, del coro; Lorenzo Quintero, mascota de la Chambelona; José Agustín Torres, almirez; Silvestre Quintero, Congo Quintero, reja; Ricardo Rojas, timbre, José García, Cáscara, quinto; José Peraza, abanderado; Andres Diviñó, cencerro; Celedonio García, bajo; Paulino Mugica, Buenavista, bombardino; Serafín Hernández, Tantera, cornetín; Adolfo Morales, Findo, del coro; Adulfo Hurtado, abanderado que remplazó a Peraza; Ruperto y Glorio Hernández, los Hernandito, Simeón Vigil, Ángel Rojas, Ramón Rojas, etc. Y ahora, siguiendo el orden establecido para la Chambelona, y en análoga forma, daremos a seguida los nombres, sobrenombres o apodos, instrumento, etc., de diversas personas que en diferentes épocas formaron parte de la Conga. La primera Conga remediana fue la dirigida por el popular Andrés Abreu, Minguingue, que a la vez tocaba el figle, y de la misma eran maniche Cirilo Delgado, y tesorero el célebre Emilio Torres, generalmente conocido por Bicho, Bichito o Bichito el sabrosón, cuya inconfundible voz de falsete sobresalía en el coro; y formaron parte de dicho conjunto de música popular y de los que se formaron en años posteriores entre otros, José Patiño, Lagar, Amalio Jiménez, Ramón Gómez y Víctor Huici, que tocaban trompeta; Libanio Vigil, trombón; Heriberto Jiménez, Güinga, abanderado; Héctor García Jr., Quijae’mono, bombo; Juan Felipe Valdés, bongó; Pío Carbó, calunga; Bernardo Martínez, Acerina, quinto; Gustavo Yera, Serpentina, marcador; Mario Socarrás, Francisco Torres, Fico, y Cándido 142 Cabrera, cencerro; Tomás Martínez, maracas; Celedonio Yera, Sangría, guataca; José Miguel Hernández y Hermenegildo Valdés, Guayabito, sartén; José Isabel Hernández, Tabel, y Juan Muñoz, clave; Juan Zaporta, gangarria; Castor Julio Malgrat, güiro, Juan Duquesne, redoblante; y del coro: Juan Moya, José Vicente Delgado, Pablo Cabeza e’gato, Cirilo Delgado, Emilio Torres, Bicho, etc. Y ahora, sin guardar un orden cronológico riguroso, a continuación consignaremos diversos cantos de ambos conjuntos y cuando los conozcamos, el nombre de sus autores, intercalando a la vez algunos incidentes ocurridos con ocasión o motivos de dichos períodos electorales, o directamente relacionados con la política local. Como ambos bandos políticos están de acuerdo en que el más sonao y mejor de sus cantos, y que más rápidamente se popularizaron fue el de la Chambelona, que se conoció por Voy de yombo, comencemos por él. Glorio Hernández fue el autor de dicho canto, que decía así: Voy de yombo y rebalando que el Partido Liberal viene arrollando... Voy de yombo y rebalando que el Partido Liberal viene arrollando... Pablo Cabezae’gato, fue el autor de un canto que decía: Madan, si quieres cobrar, vente conmigo a las afueras, Mada, y verás... ven... ven... a las afueras! ven... ven... a las afueras! Madan, si quieres cobrar, vente conmigo a las afueras Mada, y verás... ven... ven... a las afueras! ven... ven... a las afueras! 143 Con la Conga y con letra de Félix Yera, es el que sigue: Las mujeres de la chambelona yo no sé cómo van con su criatura: todas están fuera de la ley porque todas van meneando la cintura... Las mujeres de la chambelona yo no sé cómo van con su criatura: todas están fuera de la ley porque todas van meneando la cintura... Al anterior canto, sintiéndose ofendidos, respondieron los de la Chambelona con este: La mujer conservadora, la Chambelona siempre respeta, con ella no hay quien se meta y viva La Arrolladora...! La mujer conservadora, la Chambelona siempre respeta, con ella no hay quien se meta y viva La Arrolladora...! *** De la Chambelona son los siete cantos siguientes: Ya tú lo ves Carrillo, Sánchez Portal te tumbó. Ya tú lo ves Carrillo, Sánchez Portal te tumbó. Ya tú lo ves Carrillo, cómo va Sánchez Portal. Ya tú lo ves Carrillo cómo va Sánchez Portal. *** 144 Ae, ae, ae, ae, ae, ahí... ¡El Partido Liberal ganó, el Partido Liberal triunfó! Ae, ae, ae, ae, ae, ahí... ¡El Partido Liberal ganó, el Partido Liberal triunfó! *** ¡La conga se murió! ¡La conga se murió! Anda y busca al Dr. Madan para que la opere... ¡La conga se murió! ¡La conga se murió! Anda y busca al Dr. Madan para que la opere... El Partido Liberal, el Partido Liberal, exige la alcaldía, porque tiene la mayoría y puede ganar... y puede triunfar... El Partido Liberal, el Partido Liberal, exige la alcaldía, porque tiene la mayoría y puede ganar... y puede triunfar... *** *** El recurso ya se perdió del Partido Conservador, porque... Capestany, el doctor, allá en la Audiencia arrolló. 145 El recurso ya se perdió del Partido Conservador, porque... Capestany, el doctor, A García Montes arrolló. *** Ganamos el día primero, ganamos en la Audiencia, conservadores... tengan paciencia y cómanse al matancero... Ganamos el día primero, ganamos en la Audiencia, conservadores... tengan paciencia y cómanse al matancero... *** En el diez y seis el triunfo no’lo quitaron en mala forma, con bravas y atropellos... conservadores... Recuerda los tiempos aquellos, porque ahora esa cuenta, ya pagaron... *** También de la Chambelona es el canto que decía: El Partido Liberal tiene el triunfo asegurado porque lleva un hombre honrado a la lucha electoral... Ese es Madan...! Ese es Madan...! y por él hay que votar, y por él hay que luchar. 146 Empuja pa’alante Madan. El triunfo es tuyo; que no hay quien te lo arrebate ya, liberal... *** Gustavo Yera, Serpentina, también era de los autores que componían “letra” para los cantos de la Conga, y entre los varios que a él se deben, hay uno que decía: Ahí viene Menocal ¡regando lo’millone...! Ahí viene Menocal ¡regando lo’millone...! *** El que sigue es de la Chambelona, sin que conozcamos el nombre del autor: Lillo se figura que la va’ganar. Lillo se figura que la va’ganar. ¡Y no se ha dado cuenta que Leovigildo viene atrás! ¡Y no se ha dado cuenta que Leovigildo viene atrás! *** El coronel Juan Jiménez y de Castro Palomino, que en pasadas épocas fuera gobernador de Las Villas, para no ser menos que los demás, empuñó la lira en favor de la Conga, y sacó un canto que decía: Ae, ae, ae, La conga viene arrollando, viene suave... 147 pero dando... en el mismo pirulí. Ae, ae, ae viene suave... pero dando... en el mismo pirulí. *** El hecho de ser el ex presidente Menocal conocido por el viejo Patillas dio pie a la chambelona para uno de sus cantos en el cual se aludía a aquel, directamente. Decía así: Vamo’ arrollar al conservador. Guerra y machete al que sea traidor. Pobre conga... ya tú no vale... ya tú no resulta... ya tú no resulta... ¡Patilla de mono-timbale...! Aeeee, aeceeeeeee. Pobre conga... ya tú no vale... ya tú no resulta... ya tú no resulta... ¡Patilla de mono-timbale...! Aeeee, aeceeeeeee. Es conveniente aclarar que con la palabra mono-timbale no se quería decir que el viejo Menocal adoleciera de algún defecto; pues no hay duda que la alusión referida tenía un origen que se remontaba a la familia de los simios, máxime si tenemos en cuenta lo corriente que en Remedios resulta oír decir, por ejemplo, Gurugú es un “mono”, esas son “monerías” de Fulano, etc. *** De la Chambelona es el canto que recomendaba lo siguiente: 148 Díganle a Próspero Pérez que no luche por la alcaldía; porque Madan tiene mayoría y es el que el pueblo quiere. Díganle a Próspero Pérez que no luche por la alcaldía; porque Madan tiene mayoría y es el que el pueblo quiere. *** Y del director de la Conga, Minguingue, es un canto que dice: La conga de Remedio en su afán de redención, desea que voten todos a favor de Villalón. ¡Él será! ¡Él será! electo el día primero y dará la libertad. ¡Él será! ¡Él será! electo el día primero y dará la libertad. *** Debido al cacumen de José Vicente Delgado es este canto de la conga: Frank Carrillo Ruiz llegó de la capital, y trajo las garantías pa’ldía primero ir a votar. Los remediano’ estamos contentos porque ahora sí vamo’ a votar. Frank Carrillo Ruiz llegó de la capital y trajo las garantías pa’ldía primero ir a votar. 149 Los remediano’ estamos contentos porque ahora sí vamo’ arrollar. *** A estas alturas, impónese una aclaración: las “garantías” a que se alude en el anterior canto, trajeron como consecuencia que el inolvidable Leovigildo Saco’e tierra, se encaramara en la alcaldía municipal de Remedios, no por el voto popular, sino de “a Pepe...” La víspera de los comicios de ese año, fueron al vecino poblado de Buenavista para hacer las elecciones un grupo de conservadores encabezados por el coronel Carrillo, Jesús Palomino y otros más; y sucedió entonces el histórico incidente entre Carrillo y Palomino de una parte y el teniente Nardo –que después, a la caída de Machado, fue ejecutado en Agüica, cerca de Colón, provincia de Matanzas–, que había sido designado para que actuara como supervisor en la zona de Buenavista, de la otra. Se cuenta que en el curso de la entrevista que con él sostuvieron, hubo de informarle este último aquello que “tenía instrucciones de ganar esas elecciones” –¡ya todos conocemos lo que son órdenes de esta naturaleza!– llegando Nardo a manifestarle a Carrillo (quien hasta pocos meses antes había sido coronel del Ejercito), que antes de disparar contra él, que había sido su jefe, “se pegaba un tiro”, pero que como militar que había sido –Carrillo–, sabía lo que eran las instrucciones del Ejército. Cuéntase de Carrillo que, al escuchar esto último le respondió: “¡No! Por mí no se mate... Yo le haré saber allá –en Remedios– a la gente, lo que hay de particular en el asunto”. Y Palomino, que apoyaba al coronel, en el curso de la entrevista trató de llegarle a las más sensibles fibras del corazón manifestándole a Nardo de esta suerte: “Hombre, teniente, nosotros que somos hijos de la Gran Familia”, tal vez si aludiendo con ello a la masonería; pero sin que aún atacándolo por ese flanco obtuviera éxito en sus empeños. No garantizamos que sean exactamente las mismas palabras cruzadas durante la entrevista; pero es cosa de sobra conocida que Carrillo y el grueso de sus fuerzas regresaron rápidamente a Remedios a dar cuenta a Lillo y a Frank de lo que sucedía, y que el alto mando de la conserva local acordó entonces ir al retraimiento en las elecciones. 150 De la Conga es también un canto que decía: Llevaremo’ a Juan Jiménez al gobierno de Las Villas, porque tiene jiribilla y es el hombre que conviene. Llevaremo’ a Juan Jiménez al gobierno de Las Villas, porque tiene jiribilla y es el hombre que conviene. *** Al anterior, respondió la Chambelona con dos parodias que respectivamente decían: Llevaremo’ a Juan Jiménez al potrero de Las Villas pa’que coma mucha hierba y le engorden las canillas. Llevaremo’a Juan Jiménez al potrero de Las Villas para darle cuatro palos y romperle las costillas. *** Creemos oportuno hacer ahora diversas aclaraciones: El potrero que se menciona en las dos precedentes parodias, es la finca conocida en Remedios desde hace años por “el potrerito de Las Villas”, enclavada frente al Hospital Civil de dicha ciudad, cuya finca linda por uno de sus vientos con la conocida “verea del Carmen”, así denominada esta última, –de ser cierta la opinión de Isidoro Lois– “en honor de una ilustre patriota remediana”.136 Y no hay que decir que, aunque en tiempos de política las pasiones en Remedios han llegado al socorrido rojo vivo, no 136 Isidoro Lois. Gedeón, periódico local, edición del 8 de septiembre de 1915. [Nota del original] 151 ha habido que lamentar más que ligeros incidentes de esta índole; y el afán bélico que el lector hallará en la segunda de dichas parodias, por fortuna para el coronel Juan Jiménez y de Castro Palomino, para La Tertulia y su Patio Andaluz, para San Salvador, y para Remedios en general, no pasó de ahí... Ya que hablamos del dinámico coronel, bueno es hacer constar que a él más que a cualquier otra persona, debe Remedios el brillante resurgimiento que de tres años a esta parte han tenido nuestras inmortales parrandas, pues supo recoger a tiempo el guante lanzado por Othón García de Caturla cuando este, hablando de las fiestas de Navidad, se lamentaba del estado de abandono a que habían llegado y pedía a los remedianos que “unieran todas sus fuerzas para no dejar que nuestro pueblo” entrara “en el coma ambiental”.137 El coronel también, a más de la presidencia del barrio Sansarí, ha llegado a acaparar en Remedios todas las presidencias posibles en dicha ciudad porque aparte de serlo de la Comisión Pro-Pantano Chifú, de la Sociedad La Tertulia, y de la Delegación de la Cruz Roja Nacional, lo es igualmente –por indicación del capitán Andrés Delgado– con carácter honorífico, de la Delegación de Veteranos, todos cuyos cargos le han creado múltiples “compromisos oratorios” que le obligan a hacerse poco visible cuando a sus oídos llega la noticia del fallecimiento de algún vecino, pues si se deja ver no le queda otro recurso que pronunciar el fúnebre elogio del fallecido. *** Por la época en que Mendieta y Machado se discutían en la Asamblea Provincial de Santa Clara su nominación para la presidencia por el Partido Liberal –que perdió Mendieta según el decir de los bien enterados en estas cuestiones al “vendérsela” la casi totalidad de las delegaciones enviadas por las Asambleas Municipales–, ya que se hablaba de él como el futuro presidente, la Chambelona remediana cantaba: 137 Othón García de Caturla. Tradiciones remedianas, La Habana, 1932, p. 51. [Nota del original] 152 Esta es la Chambelona de Mendieta... el futuro presidente y por él vamo’a votar. Esta es la Chambelona de Mendieta... el futuro presidente y por él vamo’a votar. *** En uno de aquellos períodos anteriores a las elecciones en que se organizaban de nuevo esta clase de conjuntos musicales, la Conga después de varios días de ensayos, y de completo uniforme sus componentes, debutó en una fiesta política en Remedios, ocasión que no desperdiciaron los de la Chambelona para cantarle: La Conga va’salir, la Conga ya salió... con el traje de mona, con el traje de mona, ¡Imitando! ¡Imitando! La Chambelona... La conga va’salir, la conga ya salió... Con el traje de mona, con el traje de mona, ¡Imitando! ¡Imitando! La Chambelona... *** Otro de los cantos de la Chambelona que más rápidamente se difundió era el siguiente: Estaremos gobernando 40 años cabales, y los conservadores ¡mirando...! 153 sin poder repicar ¡los timbales...! sin poder repicar ¡los timbales,,,! A soñar cuatro años, muy lejos del presupuesto. Conservador, no te engaño, ustedes van para el cesto. *** Y en las elecciones en las que Méndez Peñate y el Coronel se discutían el gobierno provincial villareño, Glorio Hernández sacó un canto para la Chambelona que decía: Méndez Peñate será el que releve a Juan Jiménez ¡porque en Las Villas tiene votos para él nada más! ¡Porque en Las Villas tiene votos para él nada más! Méndez Peñate será el que releve a Juan Jiménez ¡porque en Las Villas tiene votos para él nada más! ¡Porque en Las Villas tiene votos para él nada más! *** Igualmente era de la Chambelona, este otro: Qué bien vamos a gozar cuando saquemos triunfante: ¡Capestani representante por el voto popular...! Qué bien vamos a gozar cuando saquemos triunfante: ¡Capestani representante por el voto popular...! 154 También de la Chambelona, y en honor a Juan Felipe Cruz, era el canto que avisaba: ¡Llegó la hora! ¡Llegó la hora! de ir a votar: Por Juan Felipe, por Juan Felipe... ¡va! ¡El día primero!, ¡el día primero! él arrollará, porque es un hombre popular en el Partido Liberal. *** Y, desde luego, había algunos de estos cantos que no llegaban a la calle propiamente dicho, pero que se cantaban en los ensayos. Entre los mismos se hallaba el siguiente de Martín Diviñó: Oye, subuso, guancanaré, oye, subuso, guancanabió, oye, abanecue illamba, nosotro ’somo lo’ chévere. Oye, subuso, guancanaré, oye, subuso, guancanabió, oye, abanecue illamba, nosotro’ somo lo’ chévere. Canciones, boleros, etc. Tócale ahora el turno a los compositores y cantadores populares. En primer término vaya este pequeño recuerdo a la memoria de Julián Piá, generalmente conocido por Julio el oriental, de inspirada vena como compositor de canciones y boleros, y también tocador de guitarra y cantante. 155 A él se atribuye en Remedios la conocida canción A Maceo, sacada al instaurarse la República cubana en el año 1902, que gustó muchísimo en su tiempo y aún en años posteriores, pues era la que más se cantaba por los grupos de cantadores que en las vísperas de festividades patrióticas recorrían las calles remedianas. Decía como sigue: Una estatua al General Maceo los cubanos debemos levantar adornada de perlas y diamantes que ni el mismo sol puede empañar. Tú no recuerdas que en el campo nos decía en unión de todos los cubanos: “que español mil veces sería ante una vez americano”. ¡Viva la Republica cubana, y sus súbditos vivan también! La bandera de la estrella solitaria, la que ha triunfado para nuestro bien. Ay, ¡qué será! Ay, ¡qué será! Un eco que retumba Ese es Antonio Maceo en su tumba. pero tiene gloria allá. Al siguiente año, un grupo de muchachos del barrio del Carmen, en casa de Ma Carolina –Gloria esquina a La Ollera– sacaron una parodia de la canción A Maceo, dedicada a Antonio Tomate, popular vendedor de dulces de la fábrica de D. Primitivo de la Carrera; y si bien Julio el oriental se inspiró en el patriotismo simbolizado por el broncíneo Titán para su canción, en la parodia fue motivo principal de la misma el hecho de que el conocido Tomate, bebedor consuetudinario, “tomara más aguardiente que un mulo agua”, según manifiesta uno de los autores de la susodicha parodia, que era del tenor siguiente: Una estatua a Antonio Tomate, los remedianos le deben levantar 156 adornada con copas y botellas que ni el mismo ron la pueda empañar. Tú no recuerdas que en la esquina nos decía en unión de otros borrachines que aguardiente de caña quería aunque un follón lo matara. ¡Viva el aguardiente de caña, pero el ron que viva también! y vivan los alambiques que lo fabrican por nuestro bien. ¡Ay!, ¿qué será! ¡Ay!, ¿qué será! un eco que retumba: Ese es Antonio Tomate en la tumba que pide ron desde allá... *** Con posterioridad, en el año 1916, un periódico local, decía del propio Antonio Tomate: Abandono mis pesares y te digo aunque me mates, tú siempre serás Tomate donde quiera que te pares.138 *** De Julio el oriental era este canto, que decía: ¡Voluntarios! ¡Guerrilleros! movilizados y pacíficos, quieren tener el derecho que yo. Eso no puede suceder, porque el gobierno español perdió. Si Cuba hubiera perdido, Serafín, A dónde estuviera yo: 138 Gedeón, periódico local, edición del 6 de febrero de 1916. [Nota del original] 157 En Mahoma,139 Chafarinas O en Fernando Po. ¡Ahora usted verá! ¡Ahora usted verá! ¡Ahora usted verá! Como en esta guerra, nadie ha sido guerrillero. *** En los años de la guerra de independencia, y en la esquina formada por las calles de San José y San Roque, tenía una tiendecita un isleño, que por haberse dedicado antes a la confección de toneles era conocido por el tonelero. El queso y el vino isleño que vendía, de superior calidad, tenían fama; todo ello, aparte de que al tonelero le gustaba también “entrarle” a la sasa como bueno. Por ello Dionisio, el popular Tanterín, que constituye un párrafo aparte en todas las teorías que la ciencia médica haya establecido como promedio normal de vida para los sasericos –y aquí utilizamos su palabra predilecta– se convirtió en visita diaria de la tienda de el tonelero, y fue por aquella época cuando Tanterín, echando mano de la Invasora –su histórica guitarra– cantaba: ¡Cantemos todos! ¡Cantemos todos los remedianos! En casa de el tonelero donde todo somo’ hermanos... ¡Cantemos todos! ¡Cantemos todos los remedianos! En casa de el tonelero donde todo somo’ hermanos... Aunque, según cuenta uno de sus “hermanos” de aquel tiempo, 139 Mahón, capital de Menorca, en las Islas Baleares. [Nota del original] 158 más de una vez, cuando ya la sasa le trababa la lengua, Tanterín en vez del tonelero decía “en casa del ñeñeñero...” *** Y “cuando entraron los cubanos” en Remedios, Tanterín, ni corto ni perezoso empuñó de nuevo la lira, y haciéndole una adaptación al canto de Julio el oriental, cantaba lo que a seguida se verá: Si Cuba hubiera perdido, Serafín, en dónde estuviera yo: en Mahoma,140 Chafarinas o Fernando Po... Y modificando el estribillo, continuaba cantando de esta suerte: Pregúntale al guerrillero si la guerra se acabó. Túmbalo en el suelo hasta que pida ¡por Dios! Túmbalo en el suelo hasta que pida ¡por Dios! *** Asimismo, a Julio el oriental se atribuye la canción siguiente: No hables de tu marido, mujer, mujer de malos sentimientos; todo se te vuelven cuentos porque no ha llegado tu hora fatal... Espera el castigo, no hables del vecino mujer pendenciera de la vecindad... Del propio Julio el oriental –que además se defendía con el 140 Mahón. [Nota del original] 159 espiritismo, pues “tenía un fluido de naturaleza tal que llegaba la gente con dolor de cabeza y él le daba unos pases y se lo quitaba”– es este otro canto: Yo me caso en Dios, morena, ¡tú no ves la cucaracha! ¡tú no ves la cucaracha! Y tú que le tienes miedo, Sandá ¡Salen de ahí! ¡Salen de ahí! Eso sí, que no lo toco, porque si viene tu marido y me ve me afloja una patrulla de bilongo, Carabalí, hijo de la negra conga. *** De Tanterín, hay también este otro breve canto: Yeresmo además, yeresmo además, ¡Dame acá la ñuza141 y échate pa’yá! Yeresmo además, yeresmo además, ¡Dame acá la ñuza y échate pa’yá! Y los hermanos Chichipuí, famosos guarapetas remedianos, se cuentan también entre los que han cultivado el género poético-musical acompañados muchas de las veces por el conocido guitarrista Esquivel, y entre sus innumerables aires populares, uno de los más conocidos es el de La Coromimba, que dice: Coromimba, ñangandó, tévere, tévere, tévere, 141 La ñuza: la sasa, la bebida. [Nota del original] 160 tévere, tévere, tévere, tévere, tévere, tévere, nosotro’ somo lo’ chévere. Coromimba, ñangandó, tévere, tévere, tévere, tévere, tévere, tévere, tévere, tévere, tévere, nosotro’ somo lo’ chévere. *** Casimirillo, padre del enano Casimirillo, tiene entre otras, su famosa improvisación conocida por La Rumbambaya, que en una noche “de fuego” estrenara en Caibarién, acompañado de Orejita, y que dice: Arrumbambaya... adió,Tiberia, se puso seria... Arrumbambaya... adió, Tiberia, se puso seria... *** Digamos ahora algo de una célebre comida que, en época de carnavales, diera Teófilo Ortiz, director de una de las comparsas, a los integrantes de esta. En dicha fiesta se ofreció a los comensales servirles carne de puerco y salsa de perro, entre otros platos, y se facilitó el dinero necesario a Cachón para que comprara el pescado en Caibarién; pero parece ser que Cachón se apuñaleó parte de la plata, y en vez de los pescados con el tamaño adecuado para la salsa de perro, se apareció con unos ronquitos, todo ello aparte de que del ofrecido lechón no se vio ni el jocico; incidente que aprovechó Manuel Quintero para improvisar la siguiente composición: Me han dado pescado ¡voy a protestar...! 161 ¿dónde está el lechón? ¿dónde está el lechón? de Teófilo... ¿Dónde está Cachón? ¿pero dónde está Cachón que el dinero se cogió...? *** Como en otras ocasiones, Julio el oriental halló en el trágico suceso del hotel La Suiza, de Cienfuegos, donde pereciera asesinado Enrique Villuendas,142 motivo para esta sentida canción: Una mano pérfida y traidora a un tribuno la vida quitó, a un gallardo y mancebo valiente que el orgullo a su patria le dio. Su talento, su gran simpatía, en el mundo lo hizo inmortal; quiera Dios, Villuendas, un día, allá en el cielo te erija un altar. *** Del propio Julio el oriental es el canto que a continuación se inserta, sacado con motivo de la revolución del año 1906. Dice como sigue: Rusia y el Japón pelearon ¡como aquí en Cuba! ¡como aquí en Cuba! el Liberal y el Moderado. ¡Ay! pero sí, sí, sí, cuando en Rusia supieron 142 Coronel del Ejército Libertador con solo 21 años. Miembro de la asamblea que redactó la Constitución de 1901. Uno de los líderes más queridos y prestigiosos del Partido Liberal. Murió en un incidente político (probablemente una encerrona de los opositores) en el hotel La Suiza, de Cienfuegos, el 22 de septiembre de 1905. 162 la noticia de la paz, todos sus hijos gozaron de libertad. ¡Ay! pero no, no, no, los cubanos no se saben sobrellevar ay, ay, ay, y esperan que el americano diga: “ten dólar”, aquí está la Enmienda Platt, ¡ay! aquí está la tercera Intervención. *** La que sigue es una canción cuyo autor fue Justo Benítez. Decía: Hay mujeres malditas en el mundo que no cumplen las promesas del amor, hay mujeres malditas y sin conciencia, hay mujeres malditas y sin pudor. Yo maldigo la mujer por ser variable, y maldigo la mujer que me engañó; solo siento maldecir a mi pobre madre y esa la pongo ante el tribunal de Dios. *** Casimiro González, quien hace años colgó la guitarra y no ha soltado nunca el cepillo de carpintería, en sus buenos tiempos fue igualmente de los que gustaba con frecuencia rascar las tripas; también era... cantador y compositor, aunque a decir verdad con una muy limitada producción en este último aspecto, entre la que se halla la canción La Cotorra que a Casimiro tanto le gustaba cantar acompañándose con la guitarra. La aludida canción decía: Señorita, caballero, dense ud. las manos y a los pies de ud. ¿No tenía ud. el otro día una cotica en el balcón, 163 que cantaba y decía muchas cosas con primor? Y yo, al verla por las calles se la traigo, señorita, señorita, se la traigo por favor. Soy Serafín García y Devós, yo toco el violín y artista de fe; y yo por ud. deseo el morir yo por ud. deseo el morir. *** Del coro El Desguazo era la canción siguiente, inspirada en un doble pacto suicida: El 23 de abril Amparo y Rigoberto a las 8 de la noche dejaron de existir. La pobre Amparo la vida se quitó, ¡ay! qué locura le dieron a los dos. Eso fue un desatino lo que ese día pasó ¡Amparo! ¡Amparo! y a la gloria que vayan los dos... *** D. Tomás Cabrera, persona de un carácter alegre y muy comunicativo, por las calles remedianas iba siempre, con la latica colgada del brazo, recogiendo papeles. Luego cantando bajito decía: Cuando don Chago llegó a su casa, y no la vio, sus ojos fueron dos ríos de lo tanto que lloró. 164 Incluyamos en este capítulo al famoso Mascapiedra (don Carlos), negro de nación, poseedor de una dentadura formidable que tenía algo de trituradora. No se exagera al decir que según su apodo indica, masacaba piedra. También practicaba la brujería, lo que dio motivo a que la jara lo azorara luego de la zona. Corrientemente iba tarareando algún canto cuando deambulaba por las calles de Remedios rumbo al cementerio, su habitual residencia. Hay entre sus cantos, uno que decía: Tres veces a la semana le rezo yo a San Antonio y si algún santo tiene envidia ¡le rezo al que me da la gana! Y agregaba un sonsonete gutural que parecía decir: Unjuuuu, unjuuu, unjuuu... Otras veces era este: Hoy estoy aquí, mañana sabe Dios dónde andaré pisando tierras ajenas más pa’lla de la Merced. Pregones Digamos ahora algo acerca de los pregones, cuyo origen, así como el de la industria dulcera en Remedios, se pierde en la oscuridad de los tiempos. A pesar de ello, se recuerda con nostalgia a Mayai con sus bolas de gofio, el frangoyo de harina de plátanos verdes fritos, sus rositas de maíz, la gollería de coco picado y rallado, sus dulces de maní, ajonjolí, etc. así como a Ma Emilia, a Ma Carolina con aquellos célebres y sabrosísimos elaborados con harina de maíz posol, sin dulce ni sal, envueltos en hojas de plátanos; así como también al Chino Plácido pregonando sus dulces: 165 ¡Luci...! ¡Luci...! ¡Pat’e de guayaba cala vieja, jonjolí, maní manteca...! Con el transcurso del tiempo, estos dulceros fueron siendo reemplazados por otros nuevos, más recientes, como el célebre Villalba con sus cremas de leche, chocolate, naranja, limón, etc., y Martín Jitera, Eusebio Pitirre, Cheo Cangrima, sin excluir desde luego al “higiénico” Isidro El Cagao, quien, según su sobrenombre indica, estaba en perpetua riña con la higiene, y que como tal botó la pelota en esta industria, pues en sus dulces, y sin rebuscar mucho, era corriente hallar chinches, y patas, alas o cucarachas enteras. *** Seguidamente insertamos los pregones de diversos vendedores de dulces, mercancías y productos varios, comenzando por Vila, vendedor de churros, panes rellenos, chicharrones, etc. y titiritero. Vila cayó en Remedios allá por el año 1920, después de unas prolongadas vacaciones en El Príncipe, en cuyo penal extinguió la larga pena que le fue impuesta por la muerte de Cachucha, ocurrida en la puerta del gallinero del teatro La Tertulia, en los primeros años de la República; y no hallando a mano otra cosa donde buscarse la vida, resolvió emprender en un giro análogo al de Cachucha, y por ello se dedicó a la venta de fritas, chicharrones, longanizas, etc., pregonando de esta suerte: Tú no ves el aeroplano, tan pesado y como sube; que se pierde entre las nubes y abajá perfecto y sano... Un aviador en su asiento que tiene su disciplina, subirá a los elementos en motor con gasolina... 166 Quién pensó cómo ni cuándo que’so fuera a suceder y un hombre se fuera’ver entre las nubes volando... Cuando vayas por la calle, y te encuentres con “un hueso”, no lo desprecies, porque algún día falta te ha de hacer... ¡Guarandaria seré...! ¡Guarandaria enyeremí...! a los churros de Cádiz... Empanada, chivirico, chicharrones, panes rellenos... ¡llevo yo...! ¡Conque vamo’a ver...! ¡Casera, caserita...! ¡Traigo la frita...! ¡Traigo la cena...! *** También Monteagudo, antes de ser portero del chinchero La Tertulia, vendía caramelos pregonando: ¡Caramelito de fresa, de vainilla... de’n goma...! *** Alacrán, sagüero, que allá por el año 1915 se defendía igualmente vendiendo caramelos, pregonaba: Etán llorando los muchachos porque quieren caramelo... ¡Voy...! 167 De limón, fresa y vainilla, yo les traigo caramelo... ¡Voy...! No deje que el niño llore. por comer un caramelo... ¡Voy...! *** El viejo Azul –por la época en que el difunto Liborio Manyare ganaba un centén tumbando caña en el Quince y Medio– vendía lechón asado en la Plaza del Mercado, y no había una persona de las que por allí transitaba a la que él no le otorgara galones, aunque para todos tenía una graduación distinta: ¡Mire, coronel...! ¡Oiga, teniente...! ¡Fíjese, capitán...! ¡Sargento! ¡Mire qué clase de lechón...! *** Y el isleño Palmero, que, al ampliar sus horizontes económicos, junto con los pollos llegó a vender billetes de lotería, pregonaba: ¡Una gallina me queda...! ¡En ocho reales la doy...! ¡A mí me parece que traigo el premio...! ¡Cómpreme...! ¡Mañana se juega y pasado lo botan...! *** Antonio Tomate, a quien ya nos hemos referido anteriormente, con un largo tablero en la cabeza y la matraca en la mano, solía decir al pregonar: ¡Canfiruletán...! ¡Canfiruletán...! El viejo Miscelánea, nombre que no hay que aclarar por qué le fue puesto, decía: 168 ¡Harina fresca...! ¡Harina gruesa...! ¡Muy bonita y sabrosita...! ¡Misceláneaaaaaaaa...! *** Changó, vendedor de maní tostado, que también vendió pescado, pregonaba: ¡Hay...! ¡Maní...! Se va el manisero, casera... Mi buen maní... A las castañas tostadas, casera... Mi buen maní... Son para ti... O bien, si era pescado lo que vendía, pregonaba: ¡Y se va el pescado fresco...! ¡Casera...! El pregón del maní, según nos informan, sirvió de motivo para un danzón que le fue sacado en Remedios. *** El viejo Chávez, que por ningún dinero del mundo pronunciaba correctamente la palabra naranja, pues siempre decía: ¡Buena naraja...! ¡Buena naraja...! También, allá por el año 1910, hubo en Remedios un vendedor de churros, empanadas, etc., que tenía montado su establecimiento industrial en la valla vieja, calle de San Roque y pregonaba de carretilla lo siguiente: 169 A la’buena’sempanadas, butifarras, longanizas, chorizos frescos, chicharrones...! ¡A centavo los chiviricos...! Y a continuación agitaba la maruga de lata repetidas veces, y el ruido que en tal forma le sacaba, parecía decir: ¡Chan! ¡Chororó...! ¡Chan! ¡Chororó...! ¡Chan! ¡Chororó...! *** Hubo también en Remedios un “narra”, vendedor ambulante de pescado, conocido por el Chino Vivito, que murió debajo de una casilla en el paradero, y que al proponer la mercancía, materialmente se la restregaba al marchante por los ojos, advirtiéndole: Ese picao fleco... ¡Vivito, vivito...! *** No hay que olvidar tampoco a Miguel Ruiz, quien como se dirá más adelante, era presidente de la Sociedad de los Congos de Remedios, y congo al fin, era “plantillero de siete suelas”, vendía carbón, y pregonaba: ¡Crabó, crabó, casera...! ¡den yaya! ¡den tengue! ¡den yangruma...! ¡den guásima...! ¡Crabó, crabó, casera...! Y cuando había algún cliente que dudaba de las bondades de su mercancía, entonces él argüía: ¡Son de yaya, de tengue! ¡Yo lo comprueba con palo de lo’monte...! 170 Cantos diversos, recitaciones, rumbas, etc. Entre los centenares de tipos populares remedianos, uno nombrado Bernardo el Cojo, que vivía con María Follón, la que, como su sobrenombre indica, era una saserica “de a burujón” a la cual los efectos del aguardiente habían puesto la cara más colorada que un tomate, y los muchachos de la barriada donde vivía esta pareja, le cantaban: ¡Quiti, quiti, quiti, quiti’ el pon! ¡Bernardo el Cojo y María Follón...! ¡Quiti, quiti, quiti, quiti’ el pon! ¡Bernardo el Cojo y María Follón...! Y es de presumirse que lo de “quita y pon” se lo cantaran por los movimientos que Bernardo el Cojo hacía al caminar ayudado por un pequeño bastón que en su parte superior tenía forma de muleta, y en la que apoyaba la región glútea para poder caminar. Años después, cuando María Follón tiró al abandono a Bernardo el Cojo y se le corrió con El Niño Habanero, los muchachos le cantaban entonces: Las muchachas de Caibarién dicen que no toman ron, y siempre traen la botella debajo del polisón... Yon, yon, yon, no digas sí, muchachón, que ellos ya saben bien que aquella es María Follón... *** Existió también en Remedios un gaito143 nombrado Juan Pérez Prado, popularmente conocido por Juan Bota, y que debía el mote a su empleo en la casa de Carmen Salvador, incorregible 143 Peninsular, “gallego”, magay, etc. [Nota del original] 171 picador de cigarros, más feroz bajo este aspecto que el Jefe, de cuya afición hacia víctima a menudo al Coronel, a Gastón, etc., que igualmente merece ser incluido en esta desaliñada recopilación, como uno de los tantos “poetas” o “poetazos” que se han “cosechado” en Remedios, el cual por el año 1893 –anticipándose con mucho a la llamada Revolución Vanguardista– “producía” entre otras varias cosas, “esto” que a continuación insertamos: Al dependiente de Piri144 un cigarro le pedí; y él me dijo: ¡En esto habría de parar la cosa...! *** Y como de poeta o de loco, quien más quien menos tiene un poco, según reza el adagio popular, también Emilia Pata e’grillo, aludida en páginas anteriores, sintió germinar en su moropo la fibra poética, y se inspiró de esta suerte: Quirino móntame en coche y bájale el tapacete, que ya nosotros sabemos que eres querido e’ Tolete.145 *** Félix Guachaco, lanzador que fuera de La Bermeja B.B.C. y que murió a consecuencia del tifus, cuando se hallaba enfermo, los muchachos del barrio, acordándose que había una vecina a quien él no le disgustaba, cantábanle: ¡Nieve, Nieve, tiene la culpa que se muera Félix Guachaco! ¡Nieve, Nieve, tiene la culpa que se muera Félix Guachaco! 144 145 Casa comercial de Fructuoso Pírez. [Nota del original] Antonia Tolete. [Nota del original] 172 Es bastante conocido el pasacalle o canto de comparsa que le sacaron a Julio García, timbalero que fuera de la orquesta de Alfredo Hernández, con motivo de haberle “mordido” unos paquetes de maní a un chino vendedor, cuya música ha sido tocada en años anteriores por el barrio del Carmen en las parrandas, y que tenía la letra siguiente: Manisero, manisero, manisero, manisero, maní tostao... No pase’ por la Bermeja Julio García te debe un real Manisero, manisero, manisero, manisero, maní tostao... No pase’ por la Bermeja Julio García no te va a pagar. ¿Es concebible, hablando de estas cosas de Remedios, no mencionar al popular Mariano Espinosa y Reinaldo, más conocido por Mariano Aguabella, Mariano Mata la Cucaracha o Mariano Agua de... Es Mariano uno de esos tipos que ocupan un largo período de más de 50 años en la historia del goce y la guasanga remediana; es algo que ha llegado a convertirse en una institución remediana, como el dulce de Seiglie, las parrandas, la Iglesia Mayor, etc., etc., y, como es lógico, hablar de él necesitaría un nutrido volumen; pero como ahora disponemos de poco tiempo y espacio, nos limitaremos a hacer referencia a él, muy parcamente, con relación a una de las tantas facetas de su vida, o sea, bajo el aspecto de recitador. Mariano, con frecuencia, recitaba la canción titulada El guanajo canelo, que decía: Tengo un guanajo canelo, señores... que es como un rayo; que me cuida las gallinas y parece un gallo... Por él me dan, la casa de vivienda 173 de una finca, y un ganado, los víveres de una tienda y acciones al Varadero... ¡Y no lo vendo! ¡y no lo vendo! ¡y no lo vendo! ¡Y no lo vendo! ¡y no lo vendo! ¡y no lo vendo! ¿Y por qué, Mariano? (preguntaban del público) ¡Porque lo tengo en trato...! *** Allá por el año 1896, le sacaron a Eduardo Pérez –persona por todos conceptos respetable– a quien todavía con un siglo de vida se ve en Remedios caminando más derechito que una vela, un cántico que decía: Pon! pom! pim...! cabeza de motín, ¡por ahí viene Eduardo Pérez vestido de figurín!. Pon! pom! pim...! cabeza de motín, ¡por ahí viene Eduardo Pérez con chaleco y con bombín...! Según nos dice José A. Martínez Fortún en sus macizas Efemérides remedianas, en los apolillados libros del Cabildo remediano aparece que ya en el año 1705 –enero 5– disponían los alcaldes, entre otras cosas, que “... se evitaran las pendencias en los bailes de los negros...”146 y si ya desde más de dos siglos atrás hay constancia oficial de que el baile entre elementos de la raza negra en Remedios daba motivo para riñas frecuentes, a tal punto que el Cabildo municipal tomaba acuerdos sobre los extremos, supondrá el lector lo imposible que resulta recoger cantos de estos bailes, circunstancias por las cuales solo insertamos tres cantos de rumba, antiguos, los dos primeros de los cuales se cantaban y bailaban cuando aún se llamaba La Tahona a la que años después fuera rumba Columbia... 146 José A. Martínez Fortún y Foyo. Anales y efemérides de S. J. de los Remedios y su jurisdicción. Habana, 1930, t. I, p. 78. [Nota del original] 174 Gozan de fama las rumbas que se daban en casa de Pancho Velázquez, en el barrio de La Bermeja, donde se bailaba “columbia abierta”; y en dichas fiestas se cantaban, entre otras, las siguientes: Utede se han creío que yo le tengo mieo ¡Avanza licó...! ¡Avanza licó...! Agua yu seré... Utede se han creío que yo le tengo mieo ¡Avanza licó...! ¡Avanza licó...! Agua yu seré... Chao ¡ay! Con e’lú ¡no! ¡no pierdo! Chao ¡ay! Con e’lú ¡no! ¡no pierdo! ¡ay! nigüé, nigüé... ¡Compañeros...! ¡ay! nigüé, nigüé... mis hermanos...! Chao ¡ay! Con e’lú ¡no! ¡no pierdo! ¡ay! nigüé, nigüé... compañeros... ¡ay! nigüé, nigüé... mis hermanos...! *** La que sigue es de época más reciente. Fue compuesta durante la Guerra de Independencia, al crearse por el gobierno hispano las “zonas de cultivo”, y en la misma se cantaba al feroz Oliver –eficaz colaborador del Animal Weyler–, militar destacado en Remedios y bajo cuyo mando fue entronizado en dicha ciudad el crimen en las personas de los ciudadanos pacíficos, contándose entre 175 sus innumerables víctimas el vecino apellidado Guevara, asesinado en la calle que, para honrar su memoria, lleva hoy día su nombre. La aludida rumba, decía: Olivé, la zona... Olivé, la zona... Guerrillero no tiene zona, ni tiene madre ni se perdona... Olivé, la zona... Olivé, la zona... Guerrillero no tiene zona, ni tiene madre ni se perdona... 176 Testimonio gráfico Pedro Capdevila Melián. 179 Pedro Capdevila con su hijo Pedrín. 180 María Echenique, madre de Pedrín. 181 La familia completa. 182 Daniel Castillo, Tomás García y Pedro Capdevila cuando en marzo de 1928 intentaron recorrer la República a pie para después escribir un libro que llevaría por título Cuba biográfica. 183 El “Consulado Remediano del Parque Central”. Capdevila, con el sombrero en la rodilla. 184 Capdevila y Guayabito Mataperros, personaje popular. 185 Artista del teclado, este dibujo está hecho a máquina de escribir. Del libro inédito de Capdevila escrito para su hijo Pedrín. 186 Postal de Pablo y Teté enviada desde Nueva York. En el prólogo incluimos una frase, pues el manuscrito no se pudo transcribir en su totalidad. Postal de Pablo enviada desde España. Su texto aparece transcrito en el prólogo. 187 Carta de Pablo a Capdevila del 8 de junio de 1933. 188 Reverso de la carta, con la firma de Pablo. 189 El Huracán, tribuna periodística de Pedro Capdevila. 190 191 192 193 194 Dedicatoria escrita por Teté Casuso a Capdevila, en su novela Los ausentes, de 1944. 195 Dedicatoria de Teté Casuso en su poemario Versos míos de la libreta tuya, prologado por Pablo. Máquina de escribir Remington, el caballo de batalla de Pedro Capdevila Melián. 196 La Parroquial Mayor de San Juan Bautista, orgullo de los remedianos. Obsérvese el lujo de su altar mayor. 197 Roaidi Cartaya: “Maestro, usted es mi héroe”. Pedro Capdevila Echenique: “Nada que sea del patrimonio familiar está en venta, ni una pieza”. 198 La casa de Pedro tal como luce hoy día, es la galería-taller del artista Roaidi Cartaya. Uno de los medios de locomoción más usuales de los remedianos. 199 La Estatua de La Libertad, erigida a los héroes de la Patria. 200 Víctor, Leonardo, Pedro y Lynet. Falta Roaidi, en funciones de fotógrafo. Roaidi, Pedro, el equipo de trabajo del Centro Pablo y otro protagonista: el periódico El Huracán, donde se puede rastrear el quehacer investigativo y periodístico de Capdevila Melián, el remediano amigo de Pablo. 201 Ficha biográfica del prologuista y compilador Leonardo Depestre Catony (Remedios, Villa Clara, 1953). Editor, periodista y escritor. Licenciado en Lengua Inglesa, especialidad en Lingüística, y Master en Ciencias de la Comunicación, mención en Periodismo. Autor, entre otros, de los siguientes libros: Consideraciones acerca del vocabulario cubano, 1985; Diccionario de especies marinas (inglés, latín, español), 1985, en coautoría con Eladio Blanco Cabrera; Cuba en citas, 1987; Homenaje a la música popular cubana, 1989; Cuando el país llama, 1990, en coautoría con Eladio Blanco Cabrera; Cuatro músicos de una villa, 1990; Cien famosos en La Habana, 1999 (también en formato de multimedia); Personalidades cubanas. Siglo XX, 2002, en coautoría con Luis Úbeda; Historias trajinadas por la Historia, 2004; Vademécum de Historia Antigua, 2004; Viajeros españoles de las letras, 2004; Habanísima, 2011; Habaneros famosos de ayer y de hoy, 2012 (también en formato de multimedia); Gatunas, 2013, y Cien mujeres célebres en La Habana, 2014. Conduce y escribe el programa El Balcón de los Visitantes, por la emisora Habana Radio. Trabaja de corrector-editor en el Centro Cultural Pablo de la Torriente Brau. 203 Índice Pedro Capdevila, el remediano amigo de Pablo En una pequeña ciudad de provincias / 9 ¿Y quién fue Pedro Capdevila Melián? / 13 Testimonios Pedro Capdevila Echenique: Nada que sea del patrimonio familiar está en venta, ni una pieza / 21 Roaidi Cartaya: Maestro, usted es mi héroe / 23 Cartas cruzadas: de Pablo a Pedro y viceversa / 27 ¿Qué más encontrará en este libro? / 35 Correspondencia: de Pablo a Pedro y viceversa Cartas desde el Presidio Modelo / 39 Cartas del primer exilio / 51 Cartas del segundo exilio / 55 Textos de Pedro Capdevila Relación de algunos trabajos folklóricos de Pedro Capdevila Melián / 109 Ensayo foto-biográfico de tipos populares remedianos. Ricardo Corona / 113 ¡Ya salieron las gangarrias...! / 116 Tipos populares de otros tiempos. Mascapiedra / 118 Tipos populares de otros tiempos. Serpentina / 123 Apuntes del folklore remediano / 129 Testimonio gráfico / 177 Ficha biográfica del prologuista y compilador / 203