Descargar libro - Centro Cultural Pablo de la Torriente Brau

Anuncio
A San Juan de los Remedios
a la ciudad
a sus vecinos
a los que viven
y a los que moran en nuestra memoria
Quede nuestro agradecimiento expreso a quienes colaboraron
con su apoyo a la realización de este libro, entre ellos, Roaidi
Cartaya Carbajal, Ofelia Rodríguez Velázquez, Álida Páez Riverol,
Mirla Casas Leyva, y por supuesto a nuestro amable guía por los
vericuetos de la ciudad, Reinaldo García Cardoso. Por último,
a Pedro Capdevila Echenique. Si alguien ha quedado fuera,
atribúyalo a una flaca memoria, nunca a la intencionalidad ni el
desagradecimiento.
L.D.C.
Pedro Capdevila, el remediano amigo de Pablo
Y te mando para ti un abrazo largo,
como un escrito de Ortiz.
Pablo
En una pequeña ciudad de provincias
San Juan de los Remedios es hoy una ciudad1 tan colonial como
lo era un siglo atrás. Solo que muy bien conservada, y aunque
las shoppings y el correo electrónico ya le llegaron, guarda las
leyendas de güijes y aparecidos que cuantos allí nacieron o viven
narran convencidos de que, cuando menos, pueden ser ciertas
–¿y por qué no? Quiere esto decir que es pueblo de tradiciones,
de cultura, de embrujos y de techos artesonados, donde conviven
lo real y lo maravilloso. Se lo asegura un remediano ausente.
Sin percatarse mucho del paso del tiempo, Remedios –así
simplemente, cual si todos la nombraran por su apellido– entra
en el quinto centenario de su existencia, un dato que hoy día
parece corroborado por documentos, investigaciones y remedianos orgullosos de que su pueblo sea la octava villa... ¡y cuidado
si no algo más, porque el historiador y humanista Rafael Jorge
Farto Muñiz ha conseguido documentar que si bien es la octava
por su fundación, fue la segunda en jerarquizar su condición
de pueblo!2
Don Fernando Ortiz la sitúa como protagonista de su reveladora Historia de una pelea cubana contra los demonios, y la
Villa Gloriosa Santa Clara, capital de la provincia, rinde cada
año tributo a las 18 familias remedianas que según la tradición
y la historia la fundaron el 15 de julio de 1689.
Aun tratándose de una cita extensa, reproducimos lo que
cuenta don Fernando en el prólogo de su Historia de una pelea
cubana contra los demonios:
1
2
El título de ciudad le fue conferido en 1874.
Luis Machado Ordetx. “Farto, el incansable”, 5 de octubre de 2009, versión
digital.
9
En 1672 se pensó mudar la villa de San Juan de los Remedios
del Cayo del lugar costero de la isla, donde se había establecido por los conquistadores, a otro sitio más tierra adentro,
para liberarla así, según se decía, de los terribles asaltos y
saqueos de los piratas. El cura de la parroquia y comisario de
la Santa Inquisición pretendió que el permanente traslado
de la villa se hiciera a tierras de una hacienda de su propiedad
privada, pero los alcaldes se opusieron. Aquel, viéndose
desobedecido, acudió para apoyo de su negocio nada menos
que a las amenazas de Lucifer e hizo que un notario diera
fe oficial de lo que decía el mismísimo demonio, hablando
desde las entrañas de Leonarda, una negra posesa; pero los
ediles remedianos no se asustaron ni accedieron. En vista
de tal audacia el cura hizo que el mismo notario eclesiástico
diera fe de la opinión de Dios, requerido al efecto “en persona”,
presente en el altar por transustanciación sacramental en la
Hostia Eucarística, para que mediante un sortilegio adivinatorio Él manifestara cuál era su decisiva voluntad en tal
asunto... pero los alcaldes tampoco así se sometieron al deseo
del inquisidor. Este llegó a tener el apoyo de Su Majestad
el rey de España, entonces embrujado, y a conseguir que el
capitán general de la Isla ordenara destruir “a hierro y fuego”
la población de Remedios y esta fue toda incendiada; pero los
remedianos persistieron en su contumacia de no abandonar
la villa y... al fin vencieron. Los hechos en sí fueron insólitos,
trágicos, sacrílegos y algo grotesco; pero muy significativos
para comprender el ambiente social y cultural en que aquellos
se produjeron y sus verdaderos y ocultos motivos.3
Conclusión: no hay duda de que son en verdad tenaces (con
cierta dosis de obstinación incluida) los vecinos remedianos.
Hoy los turistas visitan la pequeña ciudad y la llevan consigo
en sus cámaras fotográficas. Se detienen y entran a la Parroquial Mayor de San Juan Bautista, vetusta y elegante, que constituye el monumento nacional más notorio de los remedianos.
Esta iglesia, cuyo altar mayor es de madera laminada en oro
3
Fernando Ortiz. Historia de una pelea cubana contra los demonios, Editorial
de Ciencias Sociales, La Habana, 1975, segunda edición, p. 20.
10
de 22 quilates4 y posee un esplendor que deslumbra cuando se
ilumina en la noche es, según los remedianos conocedores, la
Capilla Sixtina cubana y del Caribe por la belleza de sus techos
artesonados, con decoraciones policromáticas. Por cierto, se
afirma que es esta la única ciudad cubana en cuya plaza central
se alzan dos iglesias, porque a la anterior se suma la Ermita
de Nuestra Señora del Buen Viaje, más pequeña y modesta,
aunque igualmente querida por los feligreses.
También el centenario hotel Mascotte, donde se realizaron las
negociaciones para el licenciamiento del Ejército Libertador, y
su mambí mayor, el general Francisco Carrillo, son motivos de
orgullo para la ciudad.
Párrafo aparte merecen las parrandas5 de cada 24 de diciembre,
un suceso que ocupa espacios en las enciclopedias y guías turísticas, para el cual los vecinos se preparan con entusiasmo febril,
en fraternal disputa entre sansarices y carmelitas, o gallos y
gavilanes, según prefiera, que así se denominan los seguidores
de los barrios en concurso, San Salvador y El Carmen, cada uno
con sus respectivas carrozas, trabajos de plaza, faroles y tandas
de ruidosa pirotecnia de diversos calibres que tiñe de colores
y explosiones lumínicas la noche del 24 hasta bien entrada la
madrugada del 25... para al final, y pese a las argumentaciones
de unos y de otros, ninguno de los dos barrios en disputa aceptar
otro veredicto que el del triunfo sobre el oponente.
Ciudad de personajes populares célebres, cada uno recordado
por un mote, de biógrafos e investigadores que no se cansan de
hurgar en sus raíces, quien se detiene en Remedios, o quien sencillamente la redescubre para sí al cabo de una larga ausencia,
se percata de la majestuosidad de sus viviendas, del abolengo de
sus familias centenarias, de la hospitalidad de sus moradores.
Si el novelista mayor de los cubanos Alejo Carpentier pudiera hoy día darse una vuelta por Remedios, recorrer el trazado
irregular de sus calles instalado en alguno de sus muchos
bicitaxis, y contabilizar las viviendas destinadas al alquiler
de habitaciones para nacionales y extranjeros, no dudaría en
El multimillonario y filántropo Eutimio Falla Bonet aportó el caudal para
este remozamiento que confiere a la iglesia un valor extraordinario.
5
Esta tradición se remonta a los alrededores de 1820 y es una de las más
distintivas de la cultura remediana.
4
11
sobrenombrarla la ciudad de los hostales, porque en cifra que
se aproxima ya al centenar, estas acogedoras moradas cuya
decoración interior, mobiliario, lámparas y demás compiten
en lujo y buen gusto incitantes, dejan escapar por sus puertaventanas entreabiertas un esplendor que permite escoger
al visitante entre los más diversos matices de un estilo casi
siempre colonial o cuando menos, de la república temprana.
En esta pequeña ciudad de provincias del centro de Cuba, de
tierra colorada y que para más detalles cuenta con su propia
Estatua de la Libertad, siete u ocho décadas atrás debieron
cruzarse, conociéndose o no, los jóvenes Alejandro García Caturla (o mejor, de Caturla, como correspondía entonces), René
Márquez y Pedro Capdevila, quienes probablemente saludaran
con deferencia a algunos compatriotas mayores como el director
de bandas municipales Agustín Jiménez Crespo, el controvertido senador por el Partido Liberal Manuel Capestany, el bien
recordado –por su empeño en mejorar las condiciones de la ciudad– alcalde Heriberto Romero Font, el siempre citado Carlos
A. Martínez-Fortún, miembro correspondiente de la Academia
de la Historia de Cuba, y hasta el coronel mambí Federico
Laredo Bru, quien sería vicepresidente y después presidente,
con la particularidad de que fue el último miembro del Ejército
Libertador que ocupó la primera magistratura, por citar solo a
algunos de los vecinos notables de la época.
De los antes nombrados, Alejandro sería abogado y músico
ilustre, gloria de la nación; René,6 compositor de populares
melodías, y Pedro Capdevila, llegado de otro pueblo pero avecindado por igual en Remedios, sería una buena persona más,
periodista, amante del folclor y las parrandas, con amigos que
le conversaban al paso y seguramente de menos lo echaran
cuando desaparecía de aquellos lares y llegaban sus cartas
desde La Habana, donde se conocía que trabajaba en un bufete
por su condición de mecanógrafo de primera, porque teclear a
máquina con limpieza, rapidez y ortografía era un oficio muy
útil en aquellos tiempos en que aún no abundaban las damas
en las oficinas y comercios.
6
René Márquez, compositor de las canciones Ven junto a mí, En el cielo de
mi vida, Es la ilusión, Espontáneamente, La vida es un momento y Puede
una flor, entre otras. Padre de Beatriz Márquez, La Musicalísima.
12
¿Y quién fue Pedro Capdevila Melián?
Décadas atrás, en la edición de enero-diciembre de 1978 de la
revista Signos, dirigida por Samuel Feijóo, se publicó un casi
olvidado trabajo del investigador, médico y escritor remediano
Miguel Martín Farto con datos esclarecedores y poco divulgados acerca de la vida de Pedro Capdevila Melián. Además de
resultar un texto esencial para todo aquel que intente retomar
la personalidad de Pedro, incluye el testimonio hasta entonces
inédito de su viuda, María Echenique, ya fallecida, entrevistada
por Martín Farto:
Yo a él no lo conocí de pequeño ni en su adolescencia, porque se fue joven para La Habana a trabajar en el bufete
Giménez Lanier, Ortiz, Barceló. Nuestro encuentro fue muy
interesante:
Era un 24 de diciembre y Remedios estaba muy animado con
las parrandas. Había baile en (la sociedad) La Colonia y yo
asistí, y estuve bailando con algunos amigos. Luego salimos
un grupo de amigos a ver las entradas de los barrios. De
pronto me encuentro con Santoya, que era el presidente del
barrio San Salvador. Venía con Yeyo Pertierra, el cual, sin
ninguna formalidad, me dijo: Este es Capdevila... Engancha,
Capdevila. Yo le di el brazo y fuimos a ver las entradas de
faroles y los fuegos artificiales.
Pedro trabajaba en La Habana y venía desde allá a Remedios
para asistir a las parrandas y tirar voladores. Él andaba
en mangas de camisa (más cómodo para tirar voladores) y
nosotros íbamos a regresar al baile de La Colonia, donde
había que entrar con saco. Entonces Romero Font, que era
el director de la orquesta que amenizaba el baile, le prestó
uno y entró. Nos divertimos muchísimo. Y el hombre parece
que se enamoró. Pedro era igual que Pedrín, nuestro hijo,
un hombre serio y callado, y muy cumplidor, y en esos días
todos estaban muy alarmados, porque hacía como quince días
que no regresaba a La Habana; quería estar en Remedios.
Cuál no sería el choteo y el brete de sus compañeros cuando
llegó. Después empezaron las carticas, las visitas a la casa...
Bueno, eso fue a final del año 1942, y nos casamos en el 44.
Pedrín nació en el 46 y yo me vi muy mala.
13
Yo soy del barrio San Salvador, y no sabía que Capdevila
era del Carmen, y un día me entero que era carmelita. ¡Qué
callado se lo tenía! Yo le dije bromeando: Me engañaste, si
lo sé no me caso contigo.
(...) Cuando nos establecimos definitivamente en Remedios
se dedicó más de lleno a sus investigaciones folklóricas.
Aquí si se enteraba de una gente vieja, de Naña Fofo, iba
enseguida a visitarla y a preguntarle de esto y de lo otro y
que le contara de cosas antiguas. Si sabía de un negro viejo
de noventa o cien años, allá iba él que se mataba... Sí, Pedro
tenía una peregrinación de gente vieja fenómeno.
Pedro Capdevila no nació en Remedios sino en Placetas, también provincia de Villa Clara, el 18 de enero de 1907, hijo de
cubano y de isleña. Y como dicen que de casta le viene al galgo,
su padre trabajó entre papeles. En Placetas fue secretario del
juzgado, pero se desempeñó en diversas localidades, incluida la
vecina villa de Caibarién, donde nació otra hija del matrimonio,
Fedora,7 que desarrolló una exitosa carrera artística.
Hasta 1917 la familia no se traslada a Remedios, primero a
una vivienda de la calle del Paradero, después para el número
77 de la calle La Mar, cuyo nombre oficial es Jesús Crespo. En
Remedios transcurre la etapa formativa de Pedro Capdevila, es
donde estudia, trabaja y escribe, porque el afán investigativo
deviene vocación temprana en él. Se convierte en oficinista del
bufete del doctor Humberto Arnáez, donde impresiona por sus
condiciones de mecanógrafo impecable. Con 22 años enrumba
hacia la capital para trabajar en el viejohabanero bufete de la
calle O’Reilly esquina a Mercaderes, a cargo de los doctores Fernando Ortiz, Joaquín Giménez Lanier y Oscar Barceló, pues el
segundo es remediano y sabe cuán necesario puede serle Pedro
en la oficina.
Comienza una etapa nueva en la vida de Capdevila. El bufete
habanero es forja de conocimientos y lo relaciona con una juven7
Fedora Capdevila Melián (1914- ?). Debutó como actriz en 1934. Trabajó en
el cine, el teatro y la televisión cubana. Se estableció en México a comienzos
de la década del 50, donde igualmente descolló en dichos medios. Murió en
México en el decenio del 70 del pasado siglo. Figuró en numerosas películas
y telenovelas. (Esta información se ha tomado de internet).
14
tud que ya se abre paso en el panorama político, revolucionario
y literario de la Cuba de la década del 20. Intelectuales, personalidades, clientes adinerados frecuentan el bufete. Aunque
Pedro distingue a dos compañeros jóvenes como él con los que
anudará amistad y que dejarán huella en su memoria y en su
espíritu: Pablo de la Torriente Brau y Conchita Fernández,
rostros asiduos, voces que dialogan, discuten y exponen inquietudes en un ambiente camaraderil, en que prevalecen el buen
humor y la sinceridad.
Por esta época y por los años de la década del 30, en mayor
grado con unos, en menor con otros, Capdevila comparte espacios –de conversación, de opinión, de vida– con Rubén Martínez Villena, Raúl Roa, José Zacarías Tallet, Juan Marinello,
José Antonio Fernández de Castro, Manuel Navarro Luna...
También con algunos mayores ilustres como Emilio Roig de
Leuchsenring, Fernando Ortiz y José María Chacón y Calvo,
en el entorno de una década, de una época, rica como pocas en
intelectos extraordinarios.
Hacia 1929 establece en la capital, en uno de los ángulos del
transitado Parque Central, a cielo abierto y sin requerimientos
de “visado” alguno, el que denomina “Consulado Remediano
del Parque Central de La Habana”, del cual es su “cónsul”. Se
trata de una humorada, aún así el lugar se convierte en punto
de reunión de cuantos vecinos de Remedios transitan por la
ciudad. Allí se conversa, se narran historias, se habla de las
parrandas por venir y se renueva en el humano cotilleo el casi
interminable –por su riqueza– catauro de los mitos y caracteres
pintorescos de una tradición conservada durante siglos. Quién
sabe cuántos datos acopia desde entonces para sus “Apuntes
del folklore remediano”, que publica extractado en 1939 en la
muy exigente y prestigiada Revista Bimestre Cubana, dirigida
por Fernando Ortiz. Allí escribe:
El presente trabajo recoge una reducidísima porción del
inagotable material folclórico que en la ciudad de Remedios
se encuentra a flor de tierra, casi al alcance de la mano.
Hemos concedido preferente atención a las canciones, pregones, rumbas, cantos políticos, etc., compuestos o cantados en
Remedios en épocas diversas pero no quiere ello significar
15
que solamente pretendamos recoger en las páginas que siguen todo el acervo poético-musical de una ciudad que, como
Remedios, cuenta con cuatro largos siglos de vida.8
A la manera del hijo pródigo, Capdevila regresa a Remedios,
funda su familia y entrega sus mejores textos, resultado de
investigaciones, entrevistas, trabajos de campo, resultado en
fin de su vocación de investigador en las raíces del folclor. El
24 de diciembre de 1943 San Juan de los Remedios lo declara
Hijo Adoptivo, uno de los pocos honores que recibe en vida,
pero seguramente el que más puede satisfacerle. El periódico
El Huracán lo reseña:
El día 24, y como estaba anunciado por el alcalde, Carlos
Carrillo Vergel, se llevó a efecto en el local del Ateneo y en
presencia de representantes de todas las clases sociales de la
ciudad, la entrega de los títulos de hijos adoptivos de nuestra
legendaria ciudad a los estimados compañeros de las letras,
Dr. Emilio Roig de Leuchsenring y Enrique Serpa. También
obtuvo ese título el amigo Pedro Capdevila, cuya petición fue
hecha por el concejal auténtico Rafael Calderón.
Dirigido y administrado por Roberto Santoya Pérez, y autodeclarado como “periódico humorístico y de intereses generales”,
El Huracán es la tribuna periodística de Capdevila. Se trata
de un periódico que visto hoy, al cabo de decenas de años, sorprende por su realización tanto en el plano tipográfico como
en el visual, ilustrado y vocero del acontecer político, social y
cultural de la localidad. En él Capdevila es parte de la familia
editorial, una familia en que el humor está presente:
Con gran satisfacción y alegría hemos recibido la noticia en la
cual se nos notificaba que nuestro encargado de negocios en
La Habana, cónsul general de los remedianos y gran “furriel”,
Pedro Capdevila, ha sido nombrado secretario particular
del señor secretario de Hacienda Dr. Giménez Lanier, para
ese puesto (por ahora), pues creemos que se merece más, ya
8
Pedro Capdevila y Melián. “Apuntes del folklore remediano”, Revista Bimestre Cubana, marzo-abril, 1939, p.220.
16
que todos sabemos que se lo merece y que está preparado.
No obstante este nombramiento, él seguirá al frente de la
representación de El Huracán en la capital.
Ante el éxito de nuestro compañero no podemos menos que
exclamar: ¡Justicia! [Edición del 8 de julio de 1938, primera
página]
Y he aquí otro ejemplo de cuánto se le quiere:
Como anunciamos en nuestro pasado número, el día 2 y por
la madrugada hizo su entrada triunfal en nuestra ciudad
el compañero Pedrín, acompañado de Guillermito Duyos.
Capdevila pasó dos días entre nosotros no quedando una
casa de remedianos viejos donde no estuviera y fuera recibido como un gran personaje, cosa que a él agrada ya que se
demuestra el gran aprecio de nosotros con él.
Bueno, por ahora no podemos decir otra cosa. ¡Hasta Nochebuena, Pedrín! [Edición del 9 de septiembre de 1938]
Copiosa es la producción de artículos, entrevistas y ensayos
que publica en este periódico.9 La relación de sus textos en
este suma alrededor de treinta títulos y aunque el tema del
folclor local lo inspira mayormente, no es el único. Reunió una
colección de más de 3000 apodos de personajes populares de la
región, en diccionario sui generis que nunca ha visto la luz en
edición pública. Colabora también con pequeños ensayos en las
revistas Islas y Signos, ambas dirigidas por Samuel Feijóo. Su
quehacer es incansable, y los resultados pueden recuperarse
mediante un minucioso rastreo en archivos, museos y papelerías
y folletos inéditos. Nada de lo remediano le es ajeno: los pregones, las coplas políticas, la pelota local, los cantos y la música,
los refranes, las anécdotas, los sobrenombres, la delincuencia,
las costumbres...
“Pregones en Remedios” ofrece una simpática muestra:
9
Sugerimos ver la “Relación de trabajos publicados por Pedro Capdevila
Melián en la prensa periódica”, que si bien puede no resultar completa,
ilustra acerca de su quehacer periodístico. Se ha tomado de la edición de
enero-diciembre de 1978 de la revista Signos, pp.120-123.
17
Digamos ahora algo sobre los pregones, cuyo origen, así
como el de la industria dulcera en Remedios, se pierde en
la oscuridad de los tiempos. A pesar de ello, se recuerda
con nostalgia a Mayai con sus bolas de gofio, el frangoyo
de harina de plátanos verdes fritos, sus rositas de maíz, la
golloría de coco picado y rallado; sus dulces de maní, ajonjolí,
etcétera, así como a Ma Emilia, Ma Carolina con aquellos
célebres y sabrosísimos ecó, elaborados con harina de maíz
posol sin dulce ni sal, envueltos en hojas de plátanos, así
como también al Chino Plácido pregonando sus dulces:
¡Luci...! ¡Luci...!
pat’ e le guayaba,
cala vieja,
jojolí, maní,
mantecao...!10
Por el año de 1943, Emilio Roig de Leuchsenring denominaba
a Capdevila Melián “el gran folklorista contemporáneo de Remedios” y a continuación apuntaba en un viejo ejemplar de la
revista Carteles:
Me dice Capdevila que, antiguamente, después que se terminaban las parrandas, ya aclarando, salían ambos barrios
a recorrer las calles con los faroles y la música, y en estos
recorridos era donde los partidarios de uno u otro barrio
cantaban las letras que él ha recogido expresamente para
estos trabajos míos y que por primera vez son publicadas.
¡Muchas gracias, Pedrín!
Sansarí no tiene velas
ni faroles que sacar.
El Carmen tiene de todo
y nunca puede ganar.
10
Pedro Capdevila. “Pregones en Remedios”, revista Islas, volumen VIII,
No. 1, enero-abril, 1966, p. 313. También está incluido en el más extenso
trabajo que publicó Capdevila en Revista Bimestre Cubana, número de
marzo-abril de 1939.
18
La consideración que le da Roig de Leuchsenring como “gran
folklorista contemporáneo de Remedios” se explica y justifica
totalmente cuando se revisa, lee y disfruta de su labor de recuperación de informaciones de la vida local, de la minuciosidad de sus apuntes, del trabajo de campo que para Capdevila
seguramente representó un goce interior y que sus vecinos de
ayer y los de hoy, cuando ya no está físicamente, agradecen.
Mucha humanidad, en el sentido del amor al servicio ciudadano,
revelan los textos del remediano.
El humor acompañó cada ensayo de investigación de Pedro
Capdevila, quien se complacía entresacando historias olvidadas
de la oralidad popular y contribuía con ello a la preservación
de una memoria que con el tiempo podía tergiversarse o simplemente desaparecer. De otro de sus textos inéditos, Libro de
adivinanzas y trabalenguas, escrito en 1952 para el cumpleaños
seis de su hijo Pedrín y encuadernado a la manera de un ejemplar único sin paginar, extraemos este trabalenguas para niños:
María Chuzena techaba su choza y un techador que por allí
pasaba le preguntó:
– María Chuzena, ¿techas tu choza o techas la ajena?
– Yo no techo mi choza ni techo la ajena, que techo la choza
de María Chuzena.
Hacia 1946 o 1947 deja el bufete y comienza a trabajar en la
agencia Publicidad Interamericana. Entretanto, es ortodoxo
en política –a su líder Eduardo Chibás lo unía sólida amistad.
Después de 1959 ingresa en el Ministerio de Relaciones Exteriores, llamado allí por su amigo el canciller Raúl Roa, donde
permanece hasta los primeros meses de 1962.
Capdevila murió a los 68 años, el 21 de abril de 1975. Dejó
varios libros inéditos, otros inconclusos. La investigación fue
para él un trabajo gozoso, una motivación y su manera de
rendir homenaje a la ciudad que lo acogió. Callado y modesto,
no muchos sabían de sus múltiples valores ciudadanos. Con
carácter post mortem se le entregó el Diploma de la Cátedra
de la Cultura Iberoamericana Juan Marinello.
19
No fue hasta 2012, al cabo de algo más de seis décadas de
escrito, que vio la luz la versión completa del libro Apuntes
del folklore remediano, de Pedro Capdevila, publicado por la
editorial norteamericana Blurb (www.blurb.com). Se incluyó
entonces el prólogo original de Carlos A. Martínez Fortún, de
1937, que anticipa el convite de la lectura:
Serias, graves en grado sumo han sido todas las obras históricas y de costumbre que hanse publicado en Remedios,
si se exceptúa, la jocoseria Cosas de Remedios, de Facundo
Ramos. Rompiendo ese molde, y a fin de que la broma criolla
tenga también su asiento en nuestra vida literaria, vienen
ahora estos apuntes, cuajados de chistes, capaces de producir
hilaridad al más serio de los mortales, si no padece la más
grave de las hipocondrías.
Por su parte, Capdevila Melián afirmaba muy modestamente
en el preámbulo que “solo nos guía el propósito de que vayan
quedando recopilados trazos dispersos de la vida diaria remediana, que podrán servir para que otras personas, con autoridad
y competencia, puedan hallar ‘materia prima’ para trabajos
más profundos”.
La labor de Capdevila Melián nos descubre al periodista y al
investigador, al folclorista y al lingüista, al escritor de prosa
amena y al historiador que hurga sin cesar. Es él un intelectual inmerecidamente postergado por el olvido, cuya obra debe
rescatarse al igual que la de otros autores de provincias que no
llegaron a vivir lo suficiente para divulgar sus textos a través
de la labor de reparación en que hoy se empeñan los Centros
Provinciales del Libro y la Literatura.
20
Testimonios
Pedro Capdevila Echenique: Nada que sea del patrimonio familiar está en venta, ni una pieza
Ya casi nadie lo llama Pedrín y aunque el tiempo ha pasado,
Pedro Capdevila Echenique conserva negro su cabello. Es delgado (dígase mejor flaco) y de estatura mediana. En Remedios
todos lo conocen, por sí mismo y por su familia. La casa de la
calle La Mar en que vive es la misma en que nació, si bien ha
visto pasar sus mejores días y hoy espera recuperar algo de su
esplendor con el remozamiento que ya la ha rescatado parcialmente. Es una vivienda espaciosa, con un patio interior que
parece extraído de los jardines del Edén.
Pedro es sencillo, conversador, lee abundantemente, de formación autodidáctica, confiesa que como estudiante era “un
poco regado”. Los malestares físicos los resuelve con medicina
verde, tema acerca del cual le complace disertar con elocuencia
tal que convence al más escéptico. También es aficionado a los
perros y los gatos, que comparten domicilio con él. Goza de
buena memoria pero cuando esta no le responde de inmediato
nos advierte: “Espera un momento a que me baje el santo”. Lo
dice en broma, mas lo cierto es que el santo casi siempre le baja
rápido y él retoma el hilo del relato.
Démosle la palabra:
Mi papá siempre fue muy cariñoso. Yo recuerdo que él estaba
en La Habana y se llegaba hasta aquí, donde mi mamá me
dio a luz. Nosotros íbamos por La Habana en las vacaciones,
porque él siempre trabajó allá.
Pasaron muchos años, había problemas en la familia de mi
mamá, pero él no dejaba de ser una persona muy afectuosa,
me llevaba a ver el campo, me acuerdo que yo era chiquito
y una vez me llevó adonde había unos montículos de tierra,
unas lomitas y me hacía caminar por encima de ellas, no
eran naturales, eran hechas por personas. Él entonces no
me decía nada, me seguía mostrando el campo. Mira esta
21
mata, es de níspero, cómete este, y cosas así. Hasta que fui
creciendo. Mi papá y mi mamá se pusieron de acuerdo para
llevar un epistolario que da la medida de su afecto, de su
cariño. Mi mamá le contaba todo, si yo me había estrenado
un par de zapatos, una camisa, todo.
Una vez en el Museo me dijeron que mi papá tenía muchas
facetas: la política, la de historiador, la de folclorista, como
vecino, como padre... Pero mi papá nunca me contó de su
participación en el Partido Ortodoxo, que él era amigo de
Roberto Agramonte, ni de sus relaciones con Pablo de la
Torriente. Yo todo lo supe por mi mamá, aunque aquí en
Remedios sí se le reconocía y se le quería.
Pedro me pide un instante para que le baje el santo y pueda
continuar hilvanando recuerdos:
Después de 1959 mi papá trabajó en el Minrex y le propusieron trabajar en el servicio exterior, pero él era muy arraigado a la familia, a mi mamá, que tenía hermanos, uno con
problemas en el cerebro. Entonces él prefirió atender una
finquita, un terreno familiar, quedarse aquí. Cuando yo salí
del Servicio Militar él me decía, ven conmigo para que comas
esto, y veas esto otro. Se mantuvo siempre activo, hasta que
le dio el infarto masivo que lo mató.
Le gustaba caminar, andar por el pueblo. A veces me decían:
tu papá está por allá, en casa de Fulano, o entrevistando
en el parque; él lo apuntaba todo, lo fichaba todo, en detalles. Entonces, por los años 70, un día mi papá me dijo, ven
conmigo, ¿recuerdas las lomitas de tierra que te enseñaba
cuando niño?; y me explicó que eran montículos aborígenes.
Me pidió que guardara el secreto, que no dijera nada, hasta
que el asunto quedó en manos del grupo de arqueología de
Remedios, que se hicieron excavaciones. Entonces ya era
una cosa seria.
Sí, ahí está la Remington y aunque no lo crea, mi papá
tecleaba solo con dos dedos. Las personas que aprendieron
mecanografía por los años 20 lo hacían con dos dedos, después llegaron los métodos para aprender a hacerlo con todos
los dedos. Él mecanografió sus libros con dos dedos y hasta
hizo dibujos, como el de la Iglesia de aquí.
22
Se toma un segundo tiempo, su voz se convierte casi en susurro
y por último, como remediano que no transige en asunto de
principios, concluye:
Después yo empecé a leer las cosas de Remedios, de mi papá,
de esto y de lo otro. Empezaba a ver la casa, esta casa, como
un museo, incluso escribí algo sobre un Olimpo criollo, una
historia novelada, a la gente le gustó. Aquí están los muebles
originales, la construcción de la casa, yo armé ese museo
completico, y luego vino el problema del techo, los voladores
de las parrandas, aquí cerca, que abrieron el caballete. Y
comenzó a llegar gente queriendo comprar la mitad de la
casa, los libros, las tarjetas, las cartas, los muebles... Yo les
respondía: tengo todo eso que quieren, pero no vendo... Que
te lo van a echar en la tumba, no lo vas a disfrutar... Está
bien, que me lo echen. Yo no vendo. Vaya adonde vaya yo no
vendo. Nada que sea del patrimonio familiar está en venta,
ni una pieza. Aquí se conserva todo.
Roaidi Cartaya: Maestro, usted es mi héroe
Se presenta como artista plástico independiente, pero Roaidi
Cartaya Carbajal es bastante más: un conocedor profundo
de cada vivienda con valores históricos, un cicerone natural,
también un poco historiador, promotor cultural, conservador...
Además es fan de la música de Silvio Rodríguez. Y algo importante: es de esos vecinos a quienes sus conciudadanos escuchan,
lo cual hace pensar que su palabra es válida. No solo se ha
echado encima la restauración de la casa de Pedro Capdevila,
su huella está presente en el rescate de otras instalaciones con
tradición en el ámbito sociocultural remediano.
En realidad, a Roaidi todo lo remediano le concierne y seguramente por esta razón vecinos y vecinas lo saludan y estrechan
su mano. Su humor, que es bueno, no es de hacer chistes sino
de reflexionar. Difícil resulta caminar a su lado durante una
cuadra sin que se detenga o lo detengan al paso. Este joven
remediano es lo que llamaríamos, en el muy digno sentido de
la palabra, popular.
23
Maneja la conversación con soltura y es muy fácil entrevistarlo:
¿Cómo sabes tú de la existencia de Capdevila padre e hijo?
Yo había tenido referencias a través de sus textos y del libro de
Miguel Martín Farto Las parrandas remedianas, al que este
autor constantemente hace referencia, aunque a Capdevila no
lo conocí personalmente, así es que para 1996, ya yo estaba
graduado de la Escuela Profesional de Arte y haciendo el servicio social en la Casa de la Cultura Agustín Jiménez Crespo,
me encuentro con la casa de Capdevila, y conocí a Pedro hijo,
una persona que siempre tuvo abiertas las puertas de su casa
para todos los estudiosos y para quienes querían divulgar la
obra de su padre. Hubo una empatía especial con la obra de
Capdevila, porque ya tenía las referencias del libro de Las
parrandas remedianas de Martín Farto, por lo que al tropezar
con este mundo me dije: He encontrado un tesoro, y a partir
de esa comunicación y de leer y estudiar su obra contacté con
Capdevila hijo.
Pero, en tu opinión, ¿era entonces Capdevila Melián debidamente reconocido en la cultura municipal?
Bueno, no tenía ese reconocimiento durante el período que
corresponde a los años 90. Se había estudiado su obra y Capdevila hijo había promovido actividades en el museo, se manejaba
su obra en los círculos de la intelectualidad de Remedios, pero
en realidad no había un impulso a la publicación de sus libros
inéditos que Pedro salvó y hemos continuado salvando.
¿Qué acciones emprendiste para el rescate de Pedro Capdevila
y de su casa?
Continué la labor de Pedro hijo a través de actividades socioculturales que se realizaban aquí; comencé a divulgar sus
textos sobre Remedios, que son fascinantes, comencé a leer y
a profundizar en ellos. Así creo en 1998 un proyecto titulado
24
Todo sobre Remedios, que es como una continuidad de la obra de
Capdevila; tenemos un concurso internacional Pedro Capdevila
In Memoriam, con premios, que parte del estudio de la obra de
Capdevila, con temas como las parrandas, porque él partía de
la raíz misma, los estudios folklóricos, el béisbol en Remedios,
la delincuencia, los personajes populares, no solo el mote, el
apodo. Él desarrolla toda una ambientación de época. Con cada
personaje, con cada historia, se puede hacer una novela.
Además de su relación tan especial con Pablo de la Torriente
que tanto estimamos, fue una suerte que Capdevila hiciera
copias de todos sus documentos.
¿En tu opinión puede decirse que se ha rescatado una buena
parte de la obra de Capdevila, o que por el contrario se ha perdido una buena parte de ella?
Ha estado como dormida, pero la estamos salvando, revitalizando, y una acción concreta fue en 2012 con la presentación de su
primer libro: una obra de 1937, con prólogo de Carlos Andrés
Martínez-Fortún, un intelectual nacido en Placetas, como Capdevila, pero radicado en Remedios. Lo curioso es que ese texto
de 1937 tiene una vitalidad y vigencia impresionantes. Esto lo
hemos hecho gracias a la ayuda de un gran fotógrafo cubano,
Adalberto Roque, fotorreportero que labora hace 25 años en la
Agencia Francesa de Noticias en La Habana, con una vasta
obra, quien lleva viniendo a las parrandas hace casi 20 años,
para documentar la memoria de las parrandas remedianas.
¿Si estuviera en tus manos, qué acciones emprenderías para continuar este rescate y conservación de la memoria de Capdevila?
Bueno, lo primero, hemos dado pasos concretos como la conservación de los originales, la divulgación, la impresión de
ese libro, que es una maqueta y queremos que se imprima en
Cuba, y además está el concurso, que va por su tercera edición,
patrocinado por el Museo de Remedios y por mí. Los premios
en metálico son cubiertos por nosotros.
25
¿Qué papel ha desempeñado Capdevila hijo junto a ti?
Capdevila hijo, Pedrín como le llamó su padre, por suerte para
Remedios salvó esa obra, esos documentos, y ahora estamos en
proceso de digitalización con la ayuda de instituciones en la
capital, de intelectuales, amigos. El trabajo es monumental, y
al mismo tiempo que se está salvando, se está imprimiendo en
blanco y negro, y también buscamos apoyo para restaurar el
espacio, lo cual lleva financiamiento.
Algo me resulta curioso: no eres una personalidad de las letras
sino de la plástica y sin embargo te insertas en el mundo de las
letras. ¿Cómo ha sido eso?
En el ISA mi tesis de graduación fue sobre las parrandas remedianas y su trascendencia en la cultura popular en Cuba.
Aquello sonaba como un ruido dentro de mis compañeros que
hacían un arte de vanguardia, contemporáneo, con nuevas tecnologías, y de pronto yo volvía a la tradición, a las técnicas del
papier maché, de lo popular. Esto creo que sonó como un choque,
un ruido en el sistema, pero para entender lo popular tienes
que adentrarte en lo folclórico y tuve que conocer el fenómeno,
leyendo mucho, y la base fue la obra de Capdevila Melián, la
seriedad y constancia de su obra y de sus textos.
Al margen de la circunstancia especial de que Capdevila y Pablo
fueron grandes amigos, existen casos de folcloristas, historiadores, escritores locales de otros municipios que infortunadamente
van a dormir un sueño bien profundo porque no se les asocia
con alguien relevante. ¿Qué crees que represente este proceso
con Capdevila dentro del ámbito local y después, su presencia
a nivel nacional?
Pienso que la cultura popular ha estado algo marginada, que
no tiene espacios legitimadores dentro del arte contemporáneo, dentro de publicaciones especializadas, si exceptuamos
publicaciones como las de la Unesco que vuelven su mirada a
las tradiciones y a los pueblos. Es curioso, porque Remedios
está por redescubrirse y este momento que estamos viviendo,
el del 500 aniversario, puede resultar idóneo para esto, para
26
organizar las cosas y poner en su lugar a cada intelectual, a
las personas como Pedro Capdevila Melián, que se codeó con
personalidades y sin embargo volvió al pueblo, a Remedios. El
encanto de lo popular lo subyugó y tenemos estos testimonios
gracias a su labor como periodista aquí, con la gente del pueblo.
Esta casa de Jesús Crespo número 77, o de la calle La Mar, la
de Pedro Capdevila, es mi taller, donde está mi obra, o al menos
parte de ella, porque hay obras en otros lugares en Cuba y otros
países. Cuando llegué a esta casa estaba en condiciones muy
deterioradas y hemos sido Pedro hijo, con amigos y la familia
y yo en particular, quienes nos hemos puesto a trabajar sin
mirar atrás, y hemos avanzado hasta este punto. Todo lo que
hagamos es en su memoria y vamos a continuar. Esperamos
encontrar apoyo para los 500 años de Remedios. Hemos tenido
ayudas, hemos sido escuchados.
Una última pregunta y te pido que para contestarla te coloques
en el mundo de lo irreal. Si apareciera Capdevila ante ti tú lo
reconocerías pero no él a ti, ¿cómo te autopresentarías, qué cosa
le dirías?
Es una buena pregunta, inesperada. Yo le diría: Maestro, tiene
en mí a un discípulo, a un continuador de su obra. Usted es
mi héroe, nuestro héroe. Sería como un discípulo de Pedro
Capdevila Melián.
Cartas cruzadas: de Pablo a Pedro y viceversa
La breve vida de Pablo de la Torriente Brau incluye dos exilios
en Nueva York y algo más de dos años en presidio si sumamos
todos los días que pasó en las diversas cárceles. Pertenecen a
estos períodos, de confinamiento o de expatriación, las cartas
que conforman la correspondencia con Pedro Capdevila.
La carta de más temprana fecha en nuestro poder es del 13 de
noviembre de 1931. Se trata de un fragmento incluido por Luis
Machado Ordetx en su excelente trabajo “Capdevila, el secretario sin cartera”,11 en que Pablo regala una de sus agudezas:
11
Para ver las cosas extraordinarias, Ediciones La Memoria, Centro Cultural
Pablo de la Torriente Brau, La Habana, 2011, pp.75-89.
27
“Te mando para ti un abrazo largo, como un escrito de Ortiz”.
De este mismo período, el del confinamiento en la Isla de
Pinos, hemos recopilado ocho cartas, todas de Pablo a Pedro.
Constituyen no solo una manera de conocer las condiciones de
la vida carcelaria, también un recorrido por las facetas del espíritu humano, la inventiva a que fuerza el confinamiento, las
necesidades primarias del recluso, su optimismo inmanente,
la incertidumbre acerca del presente y el mañana:
Por lo pronto fíjate cómo ya tengo también “caballito del
diablo” y dispongo casi de una oficina, a fin de no perder el
training del tecleo. Lo único que está fulastre es el papel. Y si
alguien por ahí quiere honrarse con mi correspondencia que
me incluya el sello del franqueo, porque si no, no hay nada.12
O mejor aún esta, hilarante:
–Oh espectáculo sorprendente!– un tremendo paquetón conteniendo papeles, sobres, ¡un queso!, ¡dos barras de guayaba!,
¡dulce de leche, maní, turrón de no sé qué extraña sustancia!
¡y –sobre todo– dos boniatillos seráficos! ¿A qué se debe
tamaña locura? Lo de los papeles me lo explico, pero lo otro
aún me está maravillando. Ya le metí el diente a todo, por si
me muero antes de la comida, y notifícale a quien quiera que
sea el leocadio que haya hecho esto, que mi agradecimiento
será eterno, aun cuando mañana ya no quede nada... nada!
¡Oh el ruido de las aguas!...13
El contenido de estas cartas, de broma constante, puede llevar
a preguntarnos dónde está el Pablo preocupado por la situación
política y social de la Isla en medio de la cotidianidad convulsa
que vive el pueblo cubano. Pablo, encarcelado precisamente
por su oposición a la dictadura, no puede hacer otra cosa que
bromear u ofrecer pinceladas sutiles. He aquí la explicación:
Te escribo con sello de a kilo porque así me ahorro dos. De
12
13
Carta del 5 de marzo de 1932, desde el Presidio Modelo.
Carta del 23 de marzo de 1932.
28
todas maneras la censura tiene que leer la carta, así es que
va abierta.14
Del primer exilio en Nueva York, adonde lo acompaña su esposa Teté Casuso, es escaso el material epistolar recuperado:
solo una carta a Capdevila, fechada el 8 de junio de 1933, que
narra las dificultades del viaje en el más puro estilo del relajo
tragicómico:
...Fuimos a parar a unos camarotes, separados uno de otro,
Teté con siete mujeres más y yo con otro grupo de hombres.
Es decir, que seguía preso, como en Presidio, pero mucho
peor, con peor cama, peor aire y sin agua para bañarnos.
¡Qué puerca es esta gente! Calcúlate que cuando pregunté
por el baño, que estaba cerrado “porque si no todo el mundo
se iba a querer bañar”.
Más pródiga es la correspondencia recuperada del segundo
exilio de Pablo, que transcurre entre los años 1935 y 1936,
cuando decide embarcar hacia España como corresponsal de
la revista norteamericana New Masses y del periódico mexicano El Machete para terminar enrolándose en la guerra civil,
“peleando con los milicianos”. Algo más de 20 cartas y notas
inéditas de Capdevila a Pablo (casi todas destinadas a Carlos,
por Carlos Rojas, seudónimo utilizado en Nueva York por razones de seguridad) y alrededor de diez de Pablo, integran el
epistolario de esta sección. Aun así, la lectura ordenada por
fechas corrobora la certeza de que faltan numerosas cartas de
Pablo cuyo destino desconocemos, si bien continuaremos en el
empeño (somos optimistas) de recuperarlas y publicarlas.
El contenido de las cartas de este segundo exilio es diferente:
Pablo puede explayarse en su prosa, libre de censura. Y en
cuanto a Capdevila, el comentario sagaz es ilustrativo de la
frustración ciudadana cuando en carta del 26 de abril de 1935
le cuenta:
14
Carta del 14 de enero de 1933.
29
Aquí todo igual, parece que fue ayer... Solo le falta al actual
gobierno el Heraldo de Cuba,15 pues tiene la misma prensa
que ayer estuvo con el Animal # 116...
La estancia en Nueva York depara a Pablo dificultades laborales y económicas cuyo dramatismo el humor diluye un tanto:
A Jesús (Expósito) le dices “que no se dé tanta lija”, que ya
yo también estoy barriendo, mapeando y fregando escupideras e inodoros como cualquier emigrante. Hoy, parece que
en desquite –la pega es un cabaret y comienza a las cuatro
de la mañana– rompí seis vasos de un solo golpe!...17
Si Pablo llama a Pedro Distinguido doctor, Ilustre doctor, Querido Federico, Don Federico de Capdevila, Querido Don Federico,
ayudante de mariscal y de algunas otras maneras afectuosas,
Capdevila le devuelve el tono cuando se dirige a él como Batey,
en alusión al título del libro de cuentos de Pablo publicado en
1930 en coautoría con Gonzalo Mazas Garbayo y también cuando firma Federico Jr., tu tío Federico o simplemente Federico,
y le “echa” su bendición en condición de “tío”.
En la que probablemente sea una de las últimas cartas cruzada entre los dos amigos, del 14 de agosto de 1936, que le llega
de Nueva York dentro de otra para Ramiro Valdés Daussá,
Pablo le cuenta acerca de los planes que lo llevarán a España:
He adelantado mucho en las tareas pro viaje. Ya es casi seguro. En consecuencia, como una de las últimas encomiendas,
remíteme algunas navajitas más, pues dudo que las haya
en la Península.
La lectura de las cartas intercambiadas, el tono jocoso, la sinceridad, la confidencialidad de las informaciones contenidas, la
precisión en la entrega de las urgencias y requerimientos de Pablo,
el empeño de ser útil, demuestran que en Pedro tuvo Pablo un
amigo cabal. El cariño se manifiesta en palabras y, sobre todo, en el
Prácticamente vocero del gobierno de Gerardo Machado.
Alusión al dictador Gerardo Machado.
17
Carta del 24 de julio de 1935, desde Nueva York.
15
16
30
cuidado de Pablo, sumamente comprometido en su lucha política,
en proteger la seguridad de quien en tales circunstancias siente
como a un hermano menor, a un familiar cuya salvaguarda
le corresponde por no estar involucrado en la lucha como él,18
aunque tampoco Pedro sea indiferente y esté consciente de
su rol ciudadano. Por ello establece con Pablo un toma y daca
sustentado en el plano del compañerismo y la confidencia.
Del remediano afirma Pablo en una de sus cartas que “tiene la
confianza necesaria en cualquier grado”.19 En otra, posterior,20
escribe a Valdés Daussá:
En todo lo que se refiera a envíos míos desde España –y
me niego a pensar que hay un chance de que no vaya– ya
lo tengo arreglado allá, con mi intermediario infalible e
inmejorable. En todo caso, no lo comprometas nunca, pero
utilízalo siempre.
Por si no bastara como prueba de amistad, Pedro es quien
mecanografía los trabajos literarios de Pablo, quien pasa en
limpio los libros, los corrige, guarda las copias y deja listos para
su publicación. Además de que conserva las notas y cartas que
le dirige.
“Imbuido del espontáneo proceder por sentirse útil, Pedro
Capdevila Melián, el mecanógrafo-asistente en el bufete compartido por Fernando Ortiz, Oscar Barceló y Giménez-Lanier,
se irguió como un hombre capaz de componer las espinosas
gestiones traspasadas por Pablo de la Torriente Brau, desde
los recónditos sitios donde el revolucionario ancló como cubano
inspirado en la literatura y la beligerancia del internacionaHe aquí un ejemplo, tomado de la carta del 24 de enero de 1936:
“Te voy a dar un consejo: procura no ir mucho a casa de Luis (Ramiro
Valdés Daussá).
“Haz –y dile que es encargo mío– que te dé otra dirección por donde comunicarte con él. Yo he aprendido un poco de estas cosas. Es necesario
suponer en el contrario, por lo menos, la misma inteligencia y astucia que
uno cree tener.
“Siempre que puedas localizarlo por teléfono –y que no sea el tuyo– mejor”.
19
En carta a Ramiro Valdés Daussá del 6 de mayo de 1935, Cartas cruzadas,
t. I, Ediciones La Memoria, Centro Cultural Pablo de la Torriente Brau,
2012, p. 73.
20
En carta del 10 de agosto de 1936, Cartas cruzadas, ed. cit., t. II, p. 281.
18
31
lista”, apunta con acierto Machado Ordetx.21 No se olvide que
Pedro Capdevila, además de entregar los mensajes de Pablo,
conocía las direcciones de cada uno de sus compañeros, la identidad oculta tras cada seudónimo22 y la clave para desentrañar
los juegos de palabras, todo lo cual implicaba un alto grado de
información cuando menos restringida.
La crítica política se expresa sarcásticamente cuando Capdevila
escribe: “La cinta de máquina te fue antier envuelta en una serie
de indecencias tales como Diario de la Marina, Avance, etc.”.23
Conoce Pedro la utilidad de un servicio que presta al amigo
distante, y que después de su muerte en Majadahonda continuará prestando a su viuda Teté Casuso y demás compañeros
comprometidos en preservar la memoria del escritor combatiente.
Incorporamos el texto transcrito de las tarjetas postales que
Pablo le envía desde el extranjero. Rogamos se nos disculpe
cualquier error dadas las características de la caligrafía de
Pablo y la acción del tiempo sobre los documentos, pues al estar
de puño y letra lógicamente no se conservan copias.
En una de ellas, desde Nueva York (no se descubre la fecha
del matasellos), aparecen al principio las palabras presumiblemente de Teté, para concluir con una nota de Pablo con trazos
muy difíciles de descifrar, en la que se distingue una jocosidad
crítica muy suya:
Buchi pluma na más, eso es New York! Del tamaño de Placetas, más o menos.
De una segunda, desde España, recuperamos el texto casi
completo. Helo aquí:
Querido Capdevila:
Te mando, desde Barcelona, esta postal de Brujas, donde
también estuve. Del tiro, si no me pegan cuatro tiros, saldré
de aquí hecho un viajero famoso. Saludos a todos por allá.
“Capdevila, el secretario sin cartera”. Para ver las cosas extraordinarias,
ed. cit., p. 76.
22
El tiempo transcurrido y la desaparición física de los contemporáneos de
Pedro Capdevila dificulta la identificación de la totalidad de las personas
citadas por sobrenombres.
23
Carta a Pablo del 17 de julio de 1935.
21
32
Me conservo perfectamente bien. Dile a Conchita que las
muchachas de Cataluña son el inverso de ella, de menos
[ilegible] que son.
Pablo
Pedro está siempre presente en el recuerdo de Pablo, dondequiera se encuentre, o posiblemente con mayor fuerza y afecto
en la lejanía. E igualmente lo acompaña, como singularidad
del carácter, el humor de su prosa, el juego de palabras, la
ingeniosidad de la frase.
El análisis del contenido de la correspondencia abarca desde lo
meramente familiar y anecdótico hasta el encargo de una entrega
importante, el recado urgente, el apremio ante una necesidad.
Pedro es para Pablo, de manera especial durante su confinamiento en el Presido Modelo, uno de los aliviaderos a la soledad
y el depositario de una información confidencial.
La prosa animada y chispeante de Pablo es asunto conocido
de cuantos lo hemos leído y admiramos. Sin embargo, sorprenderá la coloquialidad de Pedro en sus cartas, su capacidad para
seguir la rima y responder en términos de una soltura y gracia
tales que develan confluencias del carácter. El 3 de agosto de
1936 escribe así:
El propio sábado encaminé mis pasos rumbo a la dirección
que me dabas, y conseguí en esta casa las cuchillas que te
adjunto (dos paquetes); le expliqué al galifardo que se hallaba
tras el mostrador, y él llegó a la conclusión de que con sobre
prieto y propia para barba recia, tenías que referirte a la clase
adjunta, pues no había otra con esas cualidades. Supongo
que nos evitarás el contemplar el macabro espectáculo que
supone ir al muelle a recibir a un exilado y encontrarse con
el propio Rasputín.
Solo la lectura de esta correspondencia cruzada, en la cual se
advierte la ausencia de eslabones que se corresponden con las
cartas faltantes, da la medida del afecto entre Pablo y Pedro
y de la enorme responsabilidad implícita en la silente labor
llevada a cabo por el segundo.
33
Los ausentes, novela de Teté Casuso publicada en México en
1944, recoge un pasaje que retrata la relación entre los dos
amigos. Obsérvese cómo pese a la supuesta ficción, para Pedro
reserva la autora el nombre de Federico, uno de los que solía
utilizar Pablo para dirigirse al dilecto compañero:
Federico, un entrañable amigo de Leopoldo24 que aunque no
era político, jamás se mezcló en el coro de alabanzas, nos
ayudaba en todo. Mandando las noticias más frescas, más
verídicas que las de los periódicos oficiales, desde la propia
secretaría donde empezaba a trabajar, y además recortes
de periódicos, rumores populares, en una aguda y ágil correspondencia, que merecía ser publicada con el nombre
de Cartas de tío y sobrino, ya que siempre firmaba: Tu tío
Federico.
Gracias a él, noticias ignoradas muchas veces en Cuba, les
llegaban allá desde New York, por medio de nuestro diminuto
periódico. Recuerdo todavía el número primero, conmovedor,
que empezaba con las bellas palabras de Martí: Para Cuba
que sufre, la primera palabra.
Y en esa misma página del libro, la número 238, el 16 de octubre
de 1944 escribía (y firmaba) Pedro Capdevila, este recuerdo:
Pablo –guasón siempre– por mi apellido me llamaba “el nieto
del defensor de los estudiantes”. En atención a ello utilizaba
en mi correspondencia a él, en el exilio, el nombre de aquel
glorioso defensor de los estudiantes, Federico Capdevila.
¿Qué más encontrará en este libro?
El libro está integrado por varias secciones. Una, el prólogo
que ha concluido de leer e intenta recorrer la vida y la obra
de Pedro Capdevila Melián, en sus relaciones con San Juan
de los Remedios, con el ambiente en que vivió, con Pablo de la
Torriente Brau, con el destino actual de su casa. Incorporamos
en él fragmentos de algunos documentos y dos testimonios.
24
Sin dudas Pablo.
34
Otra sección la integran las cartas cruzadas entre Pablo de la
Torriente Brau y Pedro Capdevila Melián, algunas publicadas
íntegramente por vez primera aquí. Los libros Cartas cruzadas,
Cartas de presidio y Cartas y crónicas de España, editados
los tres por el Centro Cultural Pablo de la Torriente Brau, así
como los fondos del Museo Histórico Municipal de Remedios
Francisco Javier Balmaceda,25 los del Archivo Municipal y la
papelería familiar de Pedro Capdevila hijo, devienen contribuyentes significativos a este empeño de rescate de la memoria.
Mucho agradecemos la recuperación de estos retazos celosamente
rescatados de la polilla y la desidia.
La pequeña muestra de trabajos publicados por Pedro Capdevila en la prensa de su época permite juzgar al periodista, al
entrevistador, al folclorista, al publicista. Son textos amenos,
que se leen con una sonrisa de asombro; son parte del Pedro
Capdevila que deseamos se conozca y que demuestran cuán
genuina es su dimensión dentro de la sociedad cubana de su
tiempo y de los actuales.
Por la inclusión del testimonio fotográfico mayormente inédito
recogido en las páginas últimas, queda nuestro agradecimiento
a Pedro Capdevila Echenique, a la directora del Museo Municipal y a la del Archivo Municipal, así como a sus técnicas. Son
estas, tal vez, las primeras miradas del lector a un carácter
escasamente conocido que despertó nuestro interés a partir de
la lectura de las cartas de Pablo y la estima en que este lo tuvo,
pero cuya relevancia propia se acrecentó en la medida misma
que ahondamos en su huella.
Presente a través de todo el libro late el espíritu de la ciudad
de San Juan de los Remedios, la que hizo del placeteño Pedro
Capdevila Melián su Hijo Adoptivo, donde nació y vive su
descendiente único, algún que otro viejo amigo y vecino que
lo evoca, y donde se conserva su obra, publicada o aún en la
espera paciente.
Esa presencia hace de Pedro Capdevila, el remediano amigo
de Pablo, un homenaje extensivo a la patria chica familiar de
quien redacta... un remediano más.
Leonardo Depestre Catony
25
Se fundó en 1933 y fue el primero de la entonces provincia de Las Villas.
35
Correspondencia:
de Pablo a Pedro y viceversa
Cartas desde el Presidio Modelo
Fragmentos de cartas a Federico Capdevila
[13 de noviembre de 1931]
Querido Capdevila,
Todavía la barba no me llega ni con mucho al papel. Por eso
puedo escribirte. Recibí aquí una carta tuya dirigida al Príncipe,
cuando nos quitaron la incomunicación y la contesto a los “125
días preso” (Segunda Serie).
No puedes imaginarte cuánto tipo estrafalario ha sido lector
mío. A cada rato un guajiro tano y simpático suelta y dice por
la centésima vez, y admirado por toda su vida, como si fuese
un personaje: “¡Mire Ud. quién me iba a decir a mí que iba a
estar preso junto con Pablo de la Torriente!”
[...]
Aquí se está estupendamente. Las demás prisiones de la
República son establos al lado de esta. Fundé dos academias:
la de Incultura Física del prof. “Heriberto” y la de Idiomas, del
prof. War Rellow, pero el gobierno me ha perseguido hasta en
la cárcel y me dejó sin alumnos en la primera y sin profesor
en la segunda.
[...]
Te mando para ti un abrazo largo, como un escrito de Ortiz.
39
Presidio Modelo, 5-3-3226
Sr. Pedro Capdevila
Bufete Giménez y Barceló
San Ignacio 40, altos, Habana
Querido amigo:
Por lo pronto fíjate cómo ya tengo también “caballito del
diablo” y dispongo casi de una oficina, a fin de no perder el
training del tecleo. Lo único que está fulastre es el papel. Y si
alguien por ahí quiere honrarse con mi correspondencia que
me incluya el sello del franqueo, porque si no, no hay nada.
Dile esto especialmente a Pepe Gil y a Delgado Gerardo, que
quieren obtener un autógrafo mío a ver si le pueden sacar algo.
Te escribo para acompañarte una carta para Aguayo (Jorge).
Yo no sé si él va ya por la oficina o por el café del Café, pero en
todo caso Gener tendrá manera de localizarlo. Además, el padre
tiene el teléfono en la guía. Le pido un libro que nos interesa
aquí, pues tenemos varias academias de estudio, y el padre de
él conoce mejor que nadie aquí estos problemas de la pedagogía.
Tómate empeño en este servicio.
Dale recuerdos al viejo edificio si ya se mudaron y si no al
nuevo cuando se muden. Saluda también a Jesús, Giménez,
Barceló, Gener y Carreritas (dile que mande siempre la revista del H.Y.C.27 si se sigue publicando). Y tú rascabuchéame
alguna que otra en el bufete. Saluda también a Usategui, a
Capestany, a Linnnnnnderrrr... a Carretero, a quien supongo
fabulosamente entrampado, a Delgado –más delgado aún– a
Pepe Gil, a Conchita, que según creo ya escribe con dos dedos
a máquina. ¡Como adelanta la niña!... Dile a Jesús que qué
piensa de los “cinco mil millones de toneladas de onzas de oro
del cuño español”, de que siempre está hablando, que no me
manda ninguna.
Bueno, das recuerdos a los que se olviden, y un abrazo para ti.
Torriente
Se introducen en esta ocasión algunas correcciones respecto a ediciones
anteriores de esta carta, cotejada ahora contra el original.
27
Havana Yatch Club.
26
40
Presidio Modelo, 23, 3, 93228
Sr. Dr. Pedro Capdevila
San Ignacio 40, altos.
Habana.
Querido amigo:
¡Bien se ve que eres tú nieto del defensor de los estudiantes!
Hace unos días me llegaron paquetes de revistas y hoy –¡oh
espectáculo sorprendente!– un tremendo paquetón conteniendo
papeles, sobres, ¡un queso!, ¡dos barras de guayaba!, ¡dulce de
leche, maní, turrón de no sé qué extraña sustancia! ¡y –sobre
todo– dos boniatillos seráficos! ¿A qué se debe tamaña locura?
Lo de los papeles me lo explico, pero lo otro aún me está maravillando. Ya le metí el diente a todo, por si me muero antes de
la comida, y notifícale a quien quiera que sea el leocadio que
haya hecho esto, que mi agradecimiento será eterno, aun cuando
mañana ya no quede nada... nada! ¡Oh el ruido de las aguas!...
Pero espera. Tengo que darte enseguida dos recados: 1º. Me
le dices a Conchita, que no está autorizada para mandarme
abrazos en gago, porque por mucho tiempo que lleve preso no
intento suicidarme, por lo que no quiero exponerme a que me
entierre una astilla. Díselo muy en serio. Si ha tomado parte
en el envío de dulces, dulcifica algo la expresión. El otro recado es mucho más serio. He visto que ese indigno de Pepe Gil
ha tenido la osadía incalificable de remitirme un paquete de
revistas, poniendo su nombre al estilo vanguardista. Dile que
yo comprendo que todo eso es pura demagogia y que nada lo
salvará. Mi salida coincidirá con su muerte, si es que no quiere
desterrarse a Shanghai en donde debiera estar ya peleando.
Solo su cadáver atravesado a balazos satisfará en parte mis
ansias homicidas. Anúnciaselo.
Me dio pena la muerte de la viejita Serafina. Pero me alegro.
Hacía tiempo que estaba muerta y era un espectáculo de miseria
humana bien triste. Hubiera querido ir a su entierro y hasta
verla morir. Siempre tuve este extraño deseo que al fin no he
podido ver realizado.
Me pongo a pensar en quiénes habrán sido las “víctimas” de
28
Se salvan aquí algunas omisiones e inexactitudes de ediciones anteriores,
y se incluye nota manuscrita de Pablo que aparece en el original.
41
este envío y recuerdo que me anunciabas que Gener me amenazaba con enviar un gigantesco panqué. ¿Se habrá vuelto loco?
Dile que no lo acepto, que no quiero responsabilidades para el
futuro. Porque supongo que debe seguir siento el antípoda de
Henry Ford.
A Carrerita lo vi tirando su “figurao” mayúsculo –con traje de
ceremonia y todo– leyendo un acta en el Yacht Club. No puedo
con el elemento. De los demás héroes no sé nada. Carretero
no me ha vuelto a hacer otro perfil. Esto solo se lo perdonaré
cuando me convide a almorzar en casa de Rafaela –quiero decir de sus nietas– en 1987, a mi salida. Supongo que Conchita
debe haber tomado parte en los envíos y esto me hace pensar en
que algún bodeguero de la Víbora está mezclado en el asunto.
Porque no me negarás que todo esto parecía un remate de un
establecimiento quebrado. Eso del boniatillo no se le puede haber ocurrido más que a Gener o a Carrerita. Me lo he reservado
íntegro. Me queda un pedacito para a la tarde.
Avísame cuando se muden. Recibí también unas revistas y
dos mazos de tabaco. Debe ser ocurrencia de Carretero. Cuando
llegue la revista de enero de la Revista de los Españoles no dejes
de mandármela. He pensado hasta que Jesús recibió parte de
su millonada de onzas de oro del cuño español y que a ello se
debe todo. Como se dice en los discursos “no sé a quién ni cómo
agradecer tanta bondad”. Otro día dime quiénes son los paganos
para escribirles también una carta. Recuerdos a todos. Desde
Giménez a Usategui, pasando por Barceló, y desde Carrerita
hasta Gener, pasando por Carretero y Conchita. Anúnciale a
Jesús el regreso de Alfonso a la monarquía y lo que te quede
de un abrazo te lo coges,
Torriente Brau
[En manuscrito]: P.S. Mándame siempre los números de Pro
Arte Musical.
42
Fragmento
[9 de julio de 1932]
Antes que nada van las gracias por el envío de las 1 000 hojas
de papel, las que, considerando el costo del embarque, además
del propio de ellas, me hace sospechar enérgicamente que te
sacrificaste por la Patria. Allá tú. Me llegaron también dos
envíos de revistas hechos por ti y unas cuantas hojas de papel
[carbón] que vinieron estupendamente bien para las copias.
Las cintas aún no las he recibido, pero como podrás juzgar por
esta carta, la que tenemos está aún bastante buena.
[...]
Bueno, hoy recibí carta de Teté en la que me da las más
“horribles” noticias. Nada, que desaparezco como miembro
honoris causa del bufete, y como resultado [de] que en el bufete
era donde únicamente existía yo (en estado de asfixia, desde
luego), económicamente hablando, pues hay que llegar a la
conclusión de que ya estoy muerto. Apesto.
Pero está visto que estoy decidido a morir a carcajada limpia.
Es preciso caerle bien a la gente del infierno y una buena sonrisa es la mejor tarjeta de presentación. Estoy dispuesto a que
antes de que la carne podrida se caiga, y mi calavera muestre la
habitual mueca irónica de los esqueletos, ya mi cabeza muerta
enseñe una sonrisa de anuncio. No queda más remedio. Y fíjate
de paso cuánta palabrita para tranquilizar a los niños [...] en
el párrafo anterior.
[...]
Papel y sobres tengo lo menos para seis meses y por ese lado
no te molesto por ahora.
Dales los mejores recuerdos a todos los amigos, anúnciales
que mañana soy preso de un año y “con tan plausible motivo”,
deséales ya felices Pascuas y próspero Año Nuevo.
43
Presidio Modelo, 6, 10, 93229
Sr. Pedro Capdevila
O’Reilly 8, Habana.
Querido Capdevila:
Se acerca la fecha en que tu ilustre abuelo defendió a nuestros
antepasados, los estudiantes del 71, y aún seguimos presos y
vivos, gracias al diario rancho y al sol formidable de aquí, y al
viento del mar. Y al hand-tenis también, cómo no.
Bueno, como te quejas de no haber tenido noticias en mucho
tiempo, te diré que efectivamente, hace algún puñado de días
que estaba por escribirte. Supe, sin embargo, por Teté, que
una carta mía en la que te incluía una para Ortiz no se había
recibido.
Los scores de que me hablas en tu carta del día 3 parece que
quedaron en poder de la censura. Es mejor siempre que en las
cartas no me incluyas nunca recortes de periódicos, pues esto
dificulta la labor del encargado de la correspondencia. Cuando
quieras mandarme algún artículo de sport interesante inclúyelo
en las revistas. Hace muy poco recibí dos paquetes de ellas.
Revistas españolas. A lo mejor aquí nos alcanza el período de
la reconquista de América y para ese caso es preciso estar a
bien con los ideales de la religión, el idioma y la raza. ¡Alzá!
En las Olimpiadas quien hizo –y muy bien– de reporter mío
fue Teté, quien de paso se enteró de quiénes eran los campeones del mundo y en qué tiempo se podían correr 100 metros.
Se hizo una tora en eso.
Ya pronto comenzarán en U.S. los juegos de foot-ball intercolegial. Estate al tanto de eso, y cuando veas los scores en los
periódicos o algún artículo de interés no dejes de mandármelo
en los paquetes.
Otra cosa que tengo que decirte es sellos. No dejes de meterme siempre en las cartas el sello para la contestación, porque
encontrar a un Don Pepe es para mí un problema de la cuadratura del círculo a la enésima potencia. (Te significo que un
Don Pepe es un sello de a 3 kilos con la cara demasiado seria
29
Salvamos aquí algunas omisiones e inexactitudes aparecidas en ediciones
anteriores de esta carta, cotejada ahora con el original, que incluye al final
una nota manuscrita de Pablo.
44
de Don José de la Luz y Caballero, autor de una frase que ha
traído muchísima gente a la cárcel: “Solo la verdad nos pondrá
la toga viril”).
Eso de las vacaciones en el bufete me recuerda mis buenos
tiempos en que yo me iba con el Polaco, el Filipino y otra chusma
a remar por la tarde a Cojímar. Yo no sé cómo aprovecharás tú
la semana de vacaciones del bufete, pero te aconsejo playa con
ella. Plenty playa. Embulla al viejo Jesús y de seguro que salen
los dos retratados en Orbe. Y que Jesús en trusa, con boina y
la pipa humeando debe ser algo serio. Dile que se embulle a
la aventura que con solo una de sus milagrosas onzas puede
adquirir toda esa indumentaria.
Conchita para mí ya no existe. Con las teorías nuevas sobre
la desaparición de la materia, no hay quien me haga creer que
quede de ella ni el famoso trajecito verde, aquel con el que
parecía una hoja de otoño. La pobre. ¿Cuánto pesó su cadáver?
Carreritas sigue de incógnito en la Revista. Nunca lo veo
aprovechar el figurao. En cambio, en cuanto llega, apuesto que
vienen Juan Luis y Pozo. Esos no fallan.
¿Qué hubo de la estalactita en forma de colmillo que era la
máxima atracción de los microbios turistas, en la boca de Pepe
Gil? ¡Guay de él! Tan pronto lo veas dile que mi venganza será
terrible. Hasta traerlo aquí no paro.
El caso de Gener me preocupa. ¿Cuántos problemas tiene ahora encima? Bueno, Giménez todavía tiene “aire” para veranear
y Barceló tiene su resignación cristiana y su pecado mensual.
Usategui por su parte estará esperando otro descendiente y
Carretero no soltará el teléfono. Capestany habrá adquirido
otra novia y otra neurastenia.
Si alguna rata queda le das un abrazo. Y un saludo especial
a Miguel Morales, para él y para Cuco.
Y good bye por hoy.
Torriente-Brau
[En manuscrito]: Ah, oye, remíteme unos cuantos pliegos de
carbón largos.
45
Fragmento
[12 de noviembre de 1932]
[...]
Por lo pronto te diré que ya solo se trata de conseguirme un
carrete, pues ya tengo uno ya. La máquina en que escribo es
una Remington portátil, nueva, aunque no puedo asegurar si
es el último tipo. No es silenciosa. El carrete se puede obtener
de una cinta, pero no de la standard, sino de las pequeñas.
La que tú enviaste la recibí enseguida y me extraña que no
recibiera la tarjeta firmada por ti.
[...]
La noticia del ciclón de Camagüey me produjo ayer una
verdadera y profunda pena. Nos leyeron aquí, por la noche, y
como cosa extraordinaria, remitidos por el propio Castells, los
boletines del ejército, que daban cifras aterradoras de muertos.
Cuando me escribas, infórmame de él. Ah, oye, recibí hace algún
tiempo varias revistas que supongo sean remitidas por Isidro
o por Adrián. Dales las gracias de mi parte.
46
Presidio Modelo, 14, 1, 93330
Sr. Don Pedro de Capdevila
Bufete Giménez, Ortiz y Barceló
O’Reilly 8, Habana.
Querido Don Pedro,
Hace centurias de años que no sé de Ud. Hace tiempo que
tenía pensado escribirle y hoy me decidí al recibir la visita de
dos fósiles revistas de la “madre patria”. Bien, de todas maneras
algo se lee. Sobre todo en la Revista de las Españas donde siempre vienen algunas cosas de interés. La otra no, la Información
Española no trae más que discursos de Don Aniceto, de Don
Azaña (y entre paréntesis, parece que fue una Hazaña turbia
la que cometieron los antepasados de este buen señor, cuando
le quitaron la h, para despistar) y discursos de una mano de
chusmas más. Te puedes ahorrar el franqueo de esta revista,
salvo en el improbable caso de que traiga algo de interés.
Como hace tanto tiempo que no tengo carta tuya, pues no sé
si felicitarte aún por Pascuas y Año Nuevo. Yo creo que todavía
es posible. Y yo, muy filosóficamente, voy contando los días que
nos quedan para la próxima Nochebuena. 343. ¡Una miseria en
realidad! Me están entrando fuertes esperanzas de “agarrar”
los cuatro guarismos aquí y arribar, con toda felicidad, a los
mil días de prisión. ¡Cuánto honor! Con qué cara de mártir
he de llegar a esa Terminal, apostrofando a la manera de los
profetas bíblicos, al pueblo ignaro que olvidó [a] su patriarca
(para entonces ya tendré tipo patriarcal con la barba nevada y
el rudo báculo de granadillo) y no se lanzó al mar, a nado aunque fuera, para venir a buscarme. Y conste que te recuerdo esto
de la Nochebuena porque la que pasamos aquí fue magnífica.
Reducidos por mor del chorrón de libertades de aquellos días,
al exiguo grupo de las Nueve Feroces Panteras, dispusimos
de una cena por completo “indigna” de unos mártires como
nosotros. Exceptuando el vino y el pescado, de todo tuvimos y
en abundancia. Casi estoy por decirte que en libertad, como no
haya sido invitado a casa de alguien, pocas veces la he pasado
mejor. Esto, claro está, no lo riegues porque se puede estropear
30
Esta carta apareció en ediciones anteriores con omisiones e inexactitudes
que ahora rectificamos al ser cotejada con el original.
47
en parte mi ballyhoo que supongo yo que habrá crecido gigantescamente. Sobre todo después de esta escogidísima selección
en la que tuve el honor de ser incluido.
Yo estoy premeditando hacer unos regalos allá. Ando un
poco escaso de maderas ahora y quisiera mandarle algo a todo
el mundo. Dime si tú no tienes una hermana, para hacerle
un pulso. A Conchita creo que no te habrás decidido a fajarle,
a pesar de sus reiteradas y casi descaradas insinuaciones ya
que, según me has dicho varias veces, no te gusta la carne de
pescado, y menos la rabirrubia. Yo, con temor de que cuando
salga, se insinuarse (sic) conmigo en forma tan descocada
como lo venía haciendo, a pesar de ser amiga de Teté, y hasta
testigo presencial y doble de nuestro matrimonio, pues decidí
incluirle un pulso de guayacán amarillo en el paquete que le
acabo de mandar a Teté Casuso. También iba para ella uno de
yayajabita, regalo del Guajiro Pendás.
Presumo que mi estancia aquí se debe, más que a otra cosa, a
gestiones personalísimas de Pepe Gil, pues ese ente, ese íncubo,
ese súcubo, aterrorizado ante la perspectiva de mi salida, corre
ante las altas autoridades a verter ¡tragando inmundicia! las
más especiosas y peregrinas leyendas sobre mi “sombría personalidad” para librarse de que, al encontrarme en libertad,
acuda hasta su cueva y le arranque, de violento zarpazo, el
colmillo flotante que le queda (¿le dura todavía?), y los 17 pelos
que, como náufragos desesperados, clamaban al viento en el
inmenso océano de su rutilante calva (enséñale este párrafo,
que vale la pena).
Al viejo Jesús le dices que hace “luengos” años ha que le tengo
aquí tremenda pipa. Que con ella en ristre podrá quemar en
fina picadura algunas de sus añejas onzas españolas.
A todos los viejos y buenos amigos del bufete me los saludas;
no olvides a ninguno: desde el Dr. Giménez y el Dr. Barceló
hasta Capestany –que supongo estará haciendo millones falsificando mi firma– y Carretero. No hay que olvidar tampoco
al Dr. Usategui y al Dr. Lay, que debe de tener cuatrocientos
hijos no sea cosa que Usategui lo alcance. Y al paso que va
Carrerita también y no menos Gener. Saluda también al Sr.
Miguel Morales y a todos los demás, que ahora no pongo para
que no resulte esto un acta notarial.
48
Te escribo con sello de a kilo porque así me ahorro dos. De
todas maneras la censura tiene que leer la carta, así es que,
de hecho, va abierta. Haz tú lo mismo, si te parece. Pero si te
parece, róbate unos cuantos sobres largos y mándamelos.
Y good bye.
Torriente
49
Fragmento
[19 de marzo de 1933]
[...]
Tengo dos o tres indecentes epístolas suyas que contestar.
Una de ellas la de las gracias por el pulsillo que le envié a su
hermana. De nada, hombre, de nada. O “de nalgas”, como se
decía entre la chusma del Club, por mi tiempo, allá por la época
de José Antonio Saco. Otra a tratar es notificarle el puntual
recibo de las revistas, de los sellos y de los sobres, por lo cual se
le devuelven las gracias. Y “de nalgas” otra vez. Por cierto que
en lo sucesivo, el próximo millar de sobres que me dispongo a
consumir, procura que sea todo del tamaño grande, cosa que
contenga bastante material por los tres kilos a que ha venido a
cotizarse [en] nuestro mercantilista tiempo, el pobre don Pepe
de la Luz.31
[...]
El cuarto tema del día se refiere a la sortija pedida. Desde
luego que se puede hacer y se te agradecen todas esas gestiones
por buscarme unas salvadoras pesetas. El precio está bueno,
cómo no. Bueno, pero siempre que me mandes algo así incluye
la medida exacta, para evitar que el trabajo se pierda...
31
El sello de tres centavos tenía la efigie de José de la Luz y Caballero,
Don Pepe.
50
Cartas del primer exilio
New York, 8, 6, 93332
Sr. Dr. Pedro de Capdevila,
O’Reilly y Mercaderes,
40 piso (digo, cuarto) Habana. Cuba
Distinguido colega:
Le escribo después de haberme entrevistado ayer con nuestro
padre y tío respectivamente, con el que hubimos de comer Teté y
yo unas cuantas cosas extrañas aunque de grato sabor. Además,
estuvimos hablando más de una hora sobre los problemas de
Cuba y comiendo, por lo tanto, abundantísima mierda. Según
nuestra conversación, hasta pudiera ser que llegara yo a Cuba
antes que esta carta.
Bueno, en espera de hacerte verbalmente pronto la narración
de las aventuras que me han acaecido, paso a hacerte un breve
resumen de las mismas. En primer lugar ha quedado demostrado que el capitán Fano es un fanoso. De eso no hay duda,
así como de que es un apapipio fuerte, pues a pesar de venirle
recomendado por Giménez, por el gerente de la trasatlántica en
Barcelona, nada menos, y por cincuenta amabilísimos amigos
más, inclusive periodistas que tanto ballyhoo le han dado a
Cuba, pues nos cogió apenas perdimos La Habana de vista un
formidable aguacero y como no teníamos donde meternos, Teté
y yo andábamos hechos unos habitantes auténticos corriendo
con las maletas de una banda para otra huyéndole a la lluvia,
y si no es por la casualidad de que el pintor Maroto venía desde
Méjico en el barco y nos refugió los paquetes en su legación hubieran perdido la vida dichos paquetes, porque, dado mi pacífico
32
Se salvan aquí pequeñas omisiones y errores de ediciones anteriores, y se
incluye nota manuscrita de Pablo que aparece en el original.
51
y pacienzudo temperamento, lo probable es que hubieran ido a
parar al mar, a descansar de tanta lata. Bien, el dicho pintor
Maroto nos consiguió, además, un par de emparedados a base
de queso y ya empezamos a sentirnos más optimistas. Y allá, al
obscurecer, un batracio humano –que no otra figuración tiene
el tal fanoso capitán Fano– se dignó salir a recibirnos. Nos dijo,
a Maroto y a mí, que ya le habían hablado Julito (¡mira qué
confianzudo es el tipo este!) Blanco Herrera y Giménez Lanier,
pero que lo sentía mucho, que no sabía el pasaje que embarcaría
en New York y que hasta allí nos pondría en un lugar pero que
desde allí en adelante no sabría donde tendríamos que ir. Y
fuimos a parar a unos camarotes, separados uno de otro, Teté
con siete mujeres más y yo con otro grupo de hombres. Es decir,
que seguía preso, como en Presidio, pero mucho peor, con peor
cama, peor aire, y sin agua para bañarnos. ¡Qué puerca es esta
gente! Calcúlate que cuando pregunté por el baño, que estaba
cerrado “porque si no todo el mundo se iba a querer bañar”.
Por fin tuvimos que pagar la fabulosa suma de cuarenta centavos para tirarnos un puerco baldeo con agua salada. Y eso
no es nada, en el puerto de New York estuvimos tres días sin
bañarnos de ninguna manera, porque los muy puercos toman
el agua de la misma inmundicia llena de grasa y de excremento
que rodea el espigón. ¡Me cago en su madre! Cómo no iba a querer bajarme. Ah, además, pues ya el fanoso Capitán empezó a
cumplir su promesa de ponernos peor porque ya se había dado
la orden de que yo me trasladara no sé a dónde, mucho más lejos
todavía de Teté. Te advierto que el barco venía con bastante
pasaje, pero eso no obstante, Maroto, que traía pasaje de quinta
a décima clase, venía en primera desde Méjico, y a un par de
putas de no sé de qué compañía, las sacaron del camarote en
donde estaba Teté y se las llevaron creo que para el que Fano
les designó, en primera o en casa del carajo. La cosa fue que
vino a buscarlas con mil melindres un tipo de esos de gorra galoneada. Aparte de todo esto, pues se decía que la revolución en
Cuba era cuestión muy breve y hasta publicaban los periódicos
que ya había alzamientos en Oriente y Camagüey. Y todavía se
puede añadir que yo tenía empeño en quedarme aquí para estar
cerca de Cuba, a menos dinero y menos tiempo. Fue estupenda
la tángana que se dio para podernos sacar y dejarnos en Ellis
52
Island. Salimos del barco cuando ya quitaban la escala. Espectacular como en una película. Los comemierdas de primera se
preguntaban si éramos polizones o qué cosa. Bueno, pero no te
he contado el ballyhoo que he tenido aquí en los periódicos de
habla española y hasta la truculenta historia que publicaron los
americanos del sindicato de Hearst. Ahora espérate, que esto se
quedó aquí ayer y ahora no sé qué otra cosa te iba a decir. Ah,
bueno, te contaré de Ellis Island, a la que yo le puse All right
Island, porque para todo nos decían All Right, para comer, para
dormir, para bañarnos, cagar, mear, etc. etc. Aparte de eso, se
pudiera llamar también Babel Island, porque allí, cuando caímos, por ejemplo, había alemanes, polacos, griegos, brasileños,
colombianos, portugueses, franceses, rusos, italianos, eslovacos,
y, una mañana, de pronto, se apareció un aduar árabe entero,
con sus túnicas, albornoces y babuchas. Fue un efecto de película. Y lo primero que hicieron fue lavarse las manos en la
fuentecilla de tomar agua. Para mear se tenían que subir una
pila de sayas que traían, así es que yo pienso que esta gente
en caso de apuro deben pasar el gran ídem. Era entretenido
estar allí. Pero seguíamos separados Teté y yo, y así estuvimos
seis días más que no se acababan nunca. Teníamos al frente
la vista de New York, que es una mierda y que ni siquiera es
tan grande como cuenta la gente. Por lo pronto a los diez días
de estar en él ya me sé los subway y ando por donde me da la
gana y sin preguntar. Viene a ser como treinta o cuarenta veces
La Habana. En fin, que no me espanto. Ni siquiera son altos
los edificios. Bluff, bluff. El primer día que salí de paseo me
caminé unas trescientas cuadras. Todo Riverside ida y vuelta,
llenos de monumenticos ridículos, desde Juana de Arco hasta
una sucursal del Soldado Desconocido. Bien, y a propósito de
soldados. Ya tuve una interview con los soldados de la guerra
y son los grandes hijos de puta. No se merecen la compasión ni
los comentarios de la gente. Para Carteles escribí una crónica
sobre ellos diciéndoles dos o tres barbaridades muy merecidas.
Son unos desfachatados. Bueno, espérate, antes que se me olvide déjame darte la dirección de donde estoy: Frank Villapol.
(Pablo) 607 W. 180th St. New York City. Este es un espléndido
compatriota que me brindó su casa con una espontaneidad desusada y salvadora. Y aquí estamos por ahora, aunque él está
53
tan mal como yo, y ya estamos buscándonos la vida por ahí nada
menos que vendiendo helados como cualquier eskimopayero.
Camino como tres animales y ladro americano con los ídems.
Así iré aprendiendo a la brava. Ahora creo que vamos a poner
otro negocio de vender soldados de plomo. Cuando regrese a
Cuba, allá por el 1980, seré una enciclopedia de experiencia
comercial. Pero sin duda tengo una profunda satisfacción de
haber podido buscarme la comida en New York sin saber inglés
y a los diez días de estar aquí. Hay mucho habitante, vago y
revolucionario que estima menos vergonzoso que vender helados
andar peseteando a los amigos. Ya te iré contando todas las
extravagancias que vaya haciendo aquí. Iba a publicar artículos
sobre Cuba en los periódicos de New York, pero estaban medio
rajados. Anoche le dieron la pateadura padre a Schmelling,
pero, como supondrás, no estuve presente. Tampoco he ido a
Polo Grounds, ni al Yankee Stadium, si no por fuera, pues hasta ahí llego en mis “negocios”. Voy a ver si me consigo manera
de que por algún carnet periodístico pueda hacer algo en este
sentido, porque si no estoy condenado a ver nada. Realmente,
el pabellón glorioso de la “botella” no debe verse defraudado.
Seguro que tengo muchas cosas más que escribirte, pero se
acaba el papel y solo me queda espacio para los recuerdos. Se
los das a todos. Inclusive a Conchita que fue a la única interfecta que no vi ni falta que me hacía. A Pepe Gil le pronosticas
una venganza mía cada vez más terrible. Le voy a hacer comer
unas fresas que me han sacado millones de ronchas deliciosas.
A Jesús le dices que si la mamá de Teté no le ha llevado ya su
pipa que establezca la reclamación diplomática consiguiente.
Al Dr. Barceló le aseguras que estuve ya en su Patricio. Y al
Dr. Giménez y a Magoom los saludas también con afecto y
a Carrerita (sigue en manuscrito) y a Gener les pronosticas
carta para la próxima vez que bote tres kilos por la ventana.
Recuerdos de Teté. Y Good by
Torriente
54
Cartas del segundo exilio
(Dispárame una tarjeta postal para saber que has recibido esta)
Abril 26, 1935
Querido Batey:
Solo un par de letras a manera de presentación del mamotreto adjunto.
33
Te van cinco ejemplares de cada capítulo. Reservo uno, para
tenerlo junto con el otro juego de copia, pero si te fuera necesario
dímelo para enviártelo.
Suponemos que la interfecta no haya encontrado oposición
por parte de las autoridades y se encuentre a estas horas
acompañándote en tus excursiones al Yankee Stadium... ¡Si
supieras lo que te envidia Carrera el poder ir a presenciar los
juegos de pelota!...
Aquí todo igual, parece que fue ayer... Solo le falta al actual
gobierno el Heraldo de Cuba, pues tiene la misma prensa que
ayer estuvo con el Animal # 1...
Cuenta algo de Narciso López pues no se han vuelto a tener
noticias de él desde que despegó, y como supongo que lo hayas
visto dile que su amigo el Ingeniero del chivo ha estado aquí
procurando su dirección.
De las copias que ahora te van, vuelvo a repetirte lo que antes
te dije, o sea que en ellas me ha ayudado mi hermano. Excusa,
pues, las barbaridades que encuentres...
Voy a dejarte, pues el Jefe del Batallón Perdido está dando más
timbrazos que un carrito de Cerro-Muelle de Luz...
Barcelowich,34 que todos los veranos cita a personas amigas
para verse en Lisboa, New York, Buenos Aires, etc. etc., ahora
33
34
Se refiere al libro Presidio Modelo, de Pablo.
Oscar Barceló.
55
dice que probablemente este verano te vea ahí... (¡Cuando lo
vea lo creo!...).
¿Sabes que la viuda de Rubén se casó...?
Afectuosos recuerdos para uds. de la chusma bufeteril en
pleno; y como siempre, quedo tuyo affo.,
El Defensor Estudiantil
56
New York, 6, 5, 935
Sr. Dr. Pedro de Capdevila,
Consejero de Estado,
Habana.
Distinguido Doctor:
Aunque me esté mal el decirlo estoy enfermo. Llevo doce días
en cama. Yo, que solo había estado en cama por lesiones o de
foot ball o de la policía, ahora, en esta ciudad cabrona, por poco me
caigo en la calle, como una señorita histérica, con un síncope.
Y desde entonces he tenido gripe en todos y cada uno de los
órganos de que me compongo. Últimamente me ha querido dar
en los ojos y en los senos frontales, bajo la conocida y popular
fórmula de la sinusitis. He tomado potingues para facilitar la
salida monolítica de los camaradas gargajos; me he puesto el
termómetro en la boca, por no ponérmelo en el culo que es lo que
aquí se acostumbra; y, por último me he barrenado la nalga con
inyecciones de aceite, mucho más útil para ensalada que para
el catarro. Y hoy, en fin, sigo con gargajos, dolores y gripe. Pero
todo se arreglará o me acaba de dar la temible neumonía que
es lo que parece que ha querido entrarme, como si también
fuera del Servicio Secreto...
Te debo carta hace años. Y lo malo que hoy se me ha acabado
la cuerda con Ramiro. Bueno, de todas maneras, a reserva
que uno de estos días le escriba a todo el bufete como él se
merece, hoy te daré cuenta de varias cosas, y, como siempre,
te haré encargos.– Recibí, a su tiempo, con Pendás, el trabajo
de Presidio, y, enseguida me puse a hacer las correcciones; pero
trabajaba con muchas dificultades y, además, Teté me ha dicho
que no cree que el tribunal que vaya a discernir los premios sea
muy “católico”. Infórmate con Tallet, si buenamente puedes, y,
si puedes también, me notificas si vale la pena correr el riesgo
de ganarse $500.00. Por lo demás, creo que el envío de todo
ese material solo serviría para darte lata a ti y gusto al tribunal
de permitirse el lujo de no premiarme el libro para serle grato
al Gobierno. Y, en vista de esto, decido no mandar nada y al
carajo. En cambio de esto, he recibido algunas indicaciones y
puede ser que lo publique en México, sin que me cueste un kilo,
que es todo lo más a que aspiro. Y así quedo en condiciones de
escribir algo más. En vista de esto, me ha venido perfectamente
57
el que me enviaras copias de los capítulos, porque así puedo
mandar a México un juego completo. Espero que tú habrás
conservado alguna copia para el caso improbable en que todo
se perdiera. Bueno, después me llegaron los capítulos que faltaban, por los que también te acuso recibo. Teté, como si yo no
fuera mecanógrafo también, me encarece la clase de trabajo que
tú me has hecho, y siempre me dice “que la gente del Bufete
son nuestros mejores amigos”. Yo tomo eso siempre como una
cosa natural. Con la misma naturalidad con que he tomado la
falsa amistad de tantos tipos que parecían buenos amigos y que
cuando se ponen las cosas feas ya no dan ni los buenos días.
Según me escribió Ortiz hace unos días, pronto estará allá.
Espero que tú como Consejero de Estado, le darás garantías
para el desembarco. Supongo también que el Dr. Barceló estará
satisfecho con esta vuelta a la “tranquilidad y al orden”; y que el
glorioso batallón perdido, recuperando sus bríos después de la
victoria, paseará su inédita marcialidad por todos los salones
del bufete detonando órdenes hacia todos los puntos de la rosa
náutica... En cuanto a Don Miguel de Unamuno,35 a quien escribiré en breve, en unión de Don Jesús de la Fuente,36 espero
que habrá zozobrado dignamente en el mar de la juricatura y
que instalará un temible bufete por la calle de San Juan de
Dios, antes Bomba, y que en breve obtendrá las igualas de la
Tropical, La Polar y Hatuey. A Conchita37 dile que me preguntó
por ella, el otro día, Frederic March38 muy empeñado en que ella
venga para New York, para ponerle un cuarto en el Bowery, que
es un barrio aristocrático de aquí, equivalente, más o menos,
al de Las Yaguas, allá... ¡Mira que hay gente con suerte!... Y,
en cuanto a Jesús Corredoyra de Castro notifícale que se está
vendiendo aquí legítimo vino gallego, procedente de las eras aledañas a la misma Compostela y que la única diferencia consiste
en el precio, por cuya razón aún no me ha sido asequible. Saluda
a las demás gentes y cuenta con mis servicios profesionales aquí.
Miguel Gener.
Jesús de la Fuente.
37
Conchita Fernández.
38
Fredric March (1897-1975), uno de los actores de Hollywood con un currículum que más impresiona. Ganador de dos premios Oscar en la categoría
de mejor actor, en 1932 y 1946. Visitó La Habana en enero de 1934.
35
36
58
Ahora, ocúpate de hacer llegar a Ramiro Valdés Daussá, a
la mayor brevedad posible –y si puede ser personalmente– la
carta que te acompaño.39 Llama a Samuel García, a la Agencia
Packard y que te dé informes. Procura si no al Ingeniero Rafael
Iglesias, que vive en el tercer piso de una casa en San Lázaro
esquina a Espada u Hospital. En fin, averigua lo más rápido
que puedas y entrégale la carta. Y gracias más. Y recuerdos
de Teté para todos.
39
Carta a Ramiro Valdés Daussá del 6 de mayo de 1935.
59
Mayo 6, 1935
Querido Pablo:
Aunque no hemos tenido noticias de Uds., ni sé todavía si
llegaron a tu poder las copias de los capítulos consabidos, te
escribo ahora para enviarte unos recortes de periódicos donde dan detalles de un suceso recientemente registrado en el
Presidio, por si te fueran de utilidad para el libro en proyecto.
También tenía para enviarte, pero se me ha extraviado, otra
nota donde hablaba de un señor de apellido Carrasco, conocido por el Profesor, a quien acusaba otro de haberle hecho un
disparo en la Plaza de la Fraternidad. Este Carrasco, creo que
medio “tocado del queso”, supongo que sea muy conocido de Uds.
La occisa me dejó también unos cuentos para que le sacara
copia, pero como me dijo que no le apuraban, todavía no los he
comenzado.
El sábado último llegó tu padre; por cierto que a su llegada
aquí se encontró con un cable donde le daban la noticia de haber
fallecido una hermana de él en España.
Monseñor Barcelowich40 insiste en “pegarte la gorra” este
verano...
El jefe del Batallón Perdido,41 encantado de la vida.
Conchita, engordando.
Jesús Exp.42 más cascarrabia que nunca.
Miguel, atacado de gota.
Recuerdos de la chusma bufeteril para Uds., y como siempre,
quedo tuyo affo.,
El defensor estudiantil
Oscar Barceló.
Miguel Giménez Lanier.
42
Jesús Expósito.
40
41
60
Mayo 10, 1935
Querido Pablo:
Oportunamente recibí tu carta del 6 que no te contesté antes
esperando poder localizar al Poeta. Al fin hoy lo he visto; hablé
con él sobre el asunto que te interesa y me informó que el jurado
no será designado hasta después que se cierre el plazo para la
admisión de los trabajos. Que aunque está metido Lizaso y este
pudiera laborar porque no fuera un tribunal de adocenados,
él, (T.)43 no tiene mucha fe. Que precisamente tiene un libro
de versos que abrigaba el propósito de presentar al concurso y
ha desistido de ello. También me manifestó que Montenegro44
está terminando un libro sobre el Presidio, que trata sobre la
falta de la mujer a los presos, el cual en vista del sesgo que
han tomado las cosas ha resuelto publicarlo en el extranjero,
creyendo que lo publique en México.
Que, desde luego, él no puede darte una opinión definitiva
y categórica, pero cree que en definitiva ese tribunal sea compuesto por elemento conservador.
Sobre Montenegro me agregó además que era un buen libro
y que no tenía el sabor crudo que el tuyo, no obstante lo cual
aquel no lo presentará.
-----La anterior, es la opinión del poeta rumbero,45 y por la forma
en que me habló está como “el curro en la fiesta”... y mi opinión
particular es que si mandas el papalote vas a ruborizar a más
de un bribón intelectual que indudablemente te condenará al
anonimato oficial...
------
Probablemente José Zacarías Tallet.
Carlos Montenegro, autor del libro Hombres sin mujer.
45
José Zacarías Tallet.
43
44
61
Mayo 13,1935
Del otro asunto me he venido ocupando con interés desde el mismo día que recibí la carta. Esa tarde fui a ver personalmente a
García y hasta hoy 13, todavía no ha podido entregarla, pues B.
estaba enfermo. Aunque le dije a García que él citara una hora
fácil para entregarla a B. la primera vez no pudo ser por haberse
sabido que estaba enfermo el interesado, y aunque después él
(García) al llamarlo por teléfono me ha indicado que vendrían
por la oficina, tampoco han venido. Me apena que creas que no
ha habido actividad por mi parte, pero la realidad es que las
circunstancias se han mostrado desfavorables. Espero que ya
hoy pueda entregarla. Veremos.
-----Ayer 13, en vista de las dilaciones que iba sufriendo el asunto
entregué el encargo a García, quien me dijo que ya tal vez ayer
mismo u hoy podría entregarlo. Ayer se me mostró más comunicativo, y entre otras cosas me decía que él cree que a B. le
había afectado mucho el trágico fin que tuvo la gente de G.46 y
de lo que te supongo enterado, pues te he enviado varios papeles
asquerosos de esos que aquí llaman periódicos... donde se da la
versión oficial... Podrás suponer el júbilo con que ha recibido
“cierta gente” esta noticia. Estamos nuevamente en aquellos
tiempos en que “había que limpiar la sociedad”, “exterminar
el elemento maleante”, etc. etc.
-----Tu padre47 me encarga te haga saber que hasta que recibas
alguna indicación de él no utilices el apartado de la Rev. que te
facilitó, pues parece que te dio el número equivocado.
Hoy también te escribo en carta certificada a esta misma dirección remitiéndote papeles que no quiero mandar por carta
aérea.
-----La prensa de hoy da la noticia de que Graciano Lípis fue
detenido en Barcelona donde “tenía organizada una banda
de incendiarios, saboteadores, etc.”... Procuraré enviarte un
ejemplar de periódico.
46
47
Antonio Guiteras, muerto en El Morrillo ese mismo mes de mayo de 1935.
Fernando Ortiz.
62
Generowicht Ilianowfks por fortuna no ha naufragado, aunque “estuvo al borde de la piragua”...
-----Monseñor Barcelowiski48 proyecta comparecer ante tu presencia a mediados del próximo junio... Ya te avisaré.
Aunque tu padre no me ha dicho nada sobre esto otro de que
te voy a hablar, la rubia49 sí me informó que cuando te escribiera
te dijera que no utilices la dirección de Muralla, pues ella se
mudó bastante tiempo. Ahora es Empedrado 17 (altos).
-----Aunque esta vez tus encargos han sufrido demora, te será fácil
comprender que no ha sido por mi culpa, pues como había que
establecer contacto con gente a quien uno no conoce de trato
siempre es recibido con ciertas reservas, pero creo que para lo
sucesivo sea fácil. Así, pues, no tengas el temor de la demora
al confiarme otro asunto.
-----Creo que los detalles del poeta rumbero50 te decidirán a no
mandar nada, y con varias personas que he hablado del asunto
sin mencionar de quién se trataba, han abundado en las opiniones de aquel.
Voy a suspender aquí, hasta que venga la rubia que quiere
decirte algo.
-----La rubia, dice: que cuando veas a Frederic March le digas
que le mande el pasaje y que el departamento quiere que sea
en el Chinatown...
Y que le digas a tu mujer que ella no concibe cómo una persona
de tan buena familia permite que su esposo la insulte internacionalmente... Y que te manda un sello para que contestes.
Que se conserven bien. Espera la carta certificada. Recuerdos
de todos; y quedo como siempre tuyo affo.,
El defensor estudiantil
Oscar Barceló.
Conchita Fernández.
50
José Zacarías Tallet.
48
49
63
New York, 22, 5, 935
Dr. Pedro de Capdevilla.
Ilustre Doctor:
Recibí hace tres días un longevo sobre, impuesto con dos estampas que portaban la “vera efigie” de Finlay, el cual, en las
dichas estampas aparece con unas patillas, que más lo acercan
al tipo de un cochero inglés que al de un sabio, como algunas
personas indocumentadas afirman que fue.
Bien, mas lo importante del recibimiento no fue el continente
sino el contenido, el cual se elevaba a la fabulosa y siempre
bien recibida suma de ocho “dolores”. Ítem más: un sello, con
la prominente nariz de George Washington, tasada en dos
centavos. La dicha suma, multiplicación y elevación al cubo,
acto seguido, después de una minuciosa inspección hecha con
el fin de averiguar si no se trataba de alguna honrada falsificación, entró a depósito, en nuestro repleto erario, pasando,
previamente, y como es natural, por los diferentes libros de
asientos, de los tesoreros, contadores, veedores, inspectores,
anotadores y pagadores de nuestra oficina, siempre con el
Vto. Bno. de rigor, de Nos, los Presidentes superstites; esto es,
supervivientes, hasta ahora.
Naturalmente, la llegada de tan jugosa renta de nuestras
haciendas nos ha puesto a los superstites de muy buen humor;
ello revela la atención que a nuestras propiedades prestan nuestros administradores, y, aunque, desde luego, pensamos que
algunas buenas “filtraciones” habrá, como esto es inevitable,
pues no nos quejamos.
Por lo pronto, parte de esos ingresos se destinarán para un
juego Yanquees vs. Senadores, y parte para alguna película en
el Radio City Music Hall, cuyo show es suficiente para justificar a New York con toda su inhumanidad. El resto del dinero, lo
invertiremos en acciones de las más poderosas compañías de
beans, potatoes, rice, tomatoes, and other food important things.
Indiscutiblemente, esperamos que con tales inversiones nuestro
caudal de optimismo acrecerá de manera alarmante, y, acaso,
como resultado de este caudal de optimismo, se nos llenen las
arcas de otros caudales.
64
Y ya que hablamos de otros caudales, podemos hablar de
otros asuntos. He recibido una proposición desde México, para
publicar allí el libro de Presidio sin costo alguno, y voy a aprovechar esta oportunidad. Al efecto, como ayer terminé todas
las correcciones, mañana o pasado lo envío; pero, como me
hace falta de todas maneras, tener aquí una copia del libro, y
no poseo más que un original, con excepción de los últimos cinco
capítulos que me enviaste, te ruego que me prepares un par de
juegos de todos los otros. Para ello, como el envío certificado
de todo eso, supone algunas serias dificultades, según me han
dicho, y, aparte de todo, bien puede costar todo unas cuantas
estampas de “Maceo”, de las de a $0.50, te voy a indicar dos
posibilidades. Dos amigas de nosotros habrán de pasar en breve
por aquí. Ellas son, Gladys López, la Sra. de Saumell, que vive
en Luyanó 114, y la cual algún día irá a Londres a reunirse con Saumell. Podrías preguntarle cuándo viene –si es que
utiliza la vía de New York– y si es pronto, pedirle de mi parte
que me traiga una copia. La otra posibilidad más cierta es la de
Ada Kourí, la novia de Raúl Roa, que se casa con él por poder,
dentro de unos días y, enseguida, vendrá para acá. También
ella es muy buena amiga y puede encargarse de traerme esas
cosas. Vive en Perseverancia 10, entre San Lázaro y Lagunas, altos. Aparte de esto, si tienes alguna otra oportunidad,
y te merece la confianza necesaria, que es bastante, utilízala
también. No tengo que decirte que si no tienes más copia que
el trabajo original, me mandes este y no te pongas a sacar
una nueva edición. Si tienes, aunque sea una copia, guarda el
original allá. De paso, mira a ver si te consigues un ejemplar
prestado de un libro que se titula El Gran Suicida, por José
Embade Neyra, y del cual solo me interesa una copia de la lista
que trae atrás, de los presos políticos del machadato en Isla de
Pinos. No lo vayas a comprar, porque no tiene otro interés. Si
acaso haz que Barceló lo pida “para ver si le interesa”, y me
copias esa lista.
No he recibido contestación ninguna a la primera carta que
te acompañé. Le interesaba, entre otras cosas, una copia de los
últimos récords oficiales de Cuba y Centro América en atletismo, por lo que voy a encargar de eso al “ Gran Carrera”.51
51
Jesús de la Carrera y Fuentes.
65
Tampoco he recibido contestación a otras cartas y, como por
lo visto la gente se toma su tiempo –sin duda porque nunca
han estado en New York, ni saben lo que es esperar carta de
Cuba– te ruego que vayas a ver al fotógrafo de Carteles,
Kiko Figarola, en San Nicolás, creo que 28, altos, una casa
gris, con un farol viejo a la puerta, entre Lagunas y Ánimas.
A él le encargué unas fotografías viejas, y le preguntas que si
no recibió una carta mía certificada, a la revista. Y que si le
entregaron a Cucho52 la que le adjunté. También le dices que
le pida a este que me conteste.
Bueno, y como hoy te he hecho más encargos que de costumbre, te dejo ahora para pasar a otros “elementos”, para los
cuales te acompaño carta.
Recuerdos míos y de Teté,
52
Ángel Gutiérrez Cordoví.
66
Junio 4, 1935
Querido Pablo:
Hasta ayer lunes no me fue posible terminar la lista adjunta, pues con motivo del proyectado viaje de Monseñor,53 está
viniendo ahora más temprano que de costumbre y apenas me
ha dado chance en estos últimos días. Esto aparte que no era
una lista como decías tú: era un listón macho...
ASUNTO KIKO:54 A este interfecto no me ha sido posible
localizarlo en la dirección dada, ni por aquellos contornos. A lo
más que llegué fue a dar con la casa de otro cronista de la otra
revista, pero en esta casa, aunque lo conocían, me dijeron que
no sabían dónde vivía.
DIRECCION POETAS: Adjunto te van dos direcciones para
que las entregues a la occisa, pues la mamá de esta hace días
me indicó que las consiguiera para enviárselas ella, pero yo he
dejado copia aquí y le envío directamente estas.
MONGO PANQUÉ:55 Al día siguiente de recibida la carta
anterior tuya, y bajo sobre consignado a la dirección dada por
la occisa, envié las líneas a este individuo. Supongo que las
haya recibido.
COPIA LIBRO: Aunque toda la carta tuya casi versaba sobre un ejemplar de las cuartillas del libro, al final, junto a la
firma, vi una pequeña contraorden. De todos modos, recuerda
que aquí solo me queda un juego completo de copias, aparte de
los originales.
AGUA DE MAÍZ: La semana pasada hablé con la mamá de la
occisa, la que quería saber si yo tenía unos versos que escribió
el infortunado “Agua de Maíz”, indicándole yo que no tenía
nada absolutamente de este asunto. Ella me enseñó la carta
donde uds. solicitaban esos versos, y también me dijo que había
revuelto todos los lugares donde creía que pudieran estar, y
no había podido dar con ellos, y que pensando que pudiera yo
tener algo fue que vino a verme. Así que, haz memoria a ver si
puedes localizar el lugar donde los dejaste o si efectivamente
es que están en casa de la familia de la occisa.
Juan Antonio Rubio Padilla.
Kiko Figarola.
55
Manuel Navarro Luna.
53
54
67
MAMÁ DE LA OCCISA: Esta en su visita me trajo un sobre
conteniendo diversos documentos, pero que guardan relación
todos con el libro en proyecto. Le tiré una ojeada por arriba y
he visto que hay hasta una carta a ti de Sopo según me parece
recordar. Avísame sobre esto si es que te interesa conservarlos
ahí, a fin de enviártelos bajo certificado.
CARTA MAYO 30: Aunque llegó aquí el sábado por la tarde,
no la recibí hasta ayer lunes por la mañana. Me puse al habla
con el punto de contacto y ayer mismo sobre las 10 de la mañana la entregué al Ing. a quien mostré la cubierta del sobre,
diciéndome este que efectivamente el sobre fue puesto por él
y no por R. Le leí tus líneas y la recomendación especial que
haces, manifestándome él que efectivamente, ellos cuando se
trata de algo especial hacen lo que tú indicas y que precisamente ayer tenía que enviar a otra persona amiga de ahí algo,
y que estaba esperando que fuera tarde para depositarla en el
sitio más seguro. Aunque le dije lo de las fechas, me dijo que no
tenía importancia, de donde deduzco que no la aflojaron hasta
el día que señalaba la cubierta. (Excusa tantos dijes y dijos)
Te va un pequeño recorte del hijo del Diario de Pepín, que
hace días recorté.
Por hoy me parece que te estoy dejando.
La rubia56 me parece que va a incluir algo para ti, pues nos
ha dado a firmar un certificado especial que aclarará ciertas
dudas que tú abrigas sobre su espinismo...57 No sé si serán los
amores chileno-germanos, o la falta de lluvia, o lo que es, el
caso es que ahora sí se le puede llamar un buen carro...
Recuerdos afectuosos para uds. de la chusma en pleno; y como
siempre, quedo tuyo affo.,
Dr. Raúl de C.
P. S. el Dr. C. leyó la carta un día que iba para una junta en
el Y. C. Lo que más gracia le hizo fue lo del frío que te hacía
temblar las nalgas como dos merengues... Está ahora abrumado
de trabajo, pues tiene hasta la administración de los bienes de
56
57
Conchita Fernández.
Alusión a la escritora española Concha Espina, cuya visita a La Habana
en la década del 20 recibió abundante publicidad.
68
la familia de la mono-sexual... y una partida de cosas más que
le impiden mandarte dos líneas, pero me dice que en cualquier
momento que tenga un lugarcito te escribirá.
Xexús Corredoyra y Cuenca de la Hoz Quintero tiene en proyecto aprender a escribir para contestarte.
Miguel de Unamuno58 sigue cada día más grave... Pero también te escribirá, sobre todo ahora que abriga el proyecto de
reinstalar la fábrica de bolas internacionales con ramificaciones
mundiales, para lo cual cuenta sobre todo con la experiencia adquirida en ocho años... que están volviendo a comenzar ahora...
P.S. 2º: De la lista adjunta he reservado aquí el otro ejemplar;
si te interesa dímelo para enviártela.
58
Miguel Gener.
69
Guanabacoa, julio 5, 1935
Querido Pablo:
Vayan este par de letras aéreas para darte la buena nueva
de que el poema de “Agua de Maíz” ha sido al fin encontrado.
Según me informó la mamá de la interfecta,59 lo encontró junto
con otros papeles que le mandó el poeta-rumbero.60
Solo quiero saber la forma en que se ha de sacar copia: es decir, si quieres una o más copias, dejando en blanco las palabras
que no entienda.
Hoy escribió Concha Espina61 a la occisa, creo que sobre un
problema internacional de medias y calcetines.
Según recordarás, en la parte manuscrita del poema de “Agua
de Maíz” hay muchas palabras en abreviaturas y otras que
solo tienen la inicial y tal vez hagan que la copia no se ajuste
literalmente al original, pero en caso de duda podría dejar
espacios en blanco.
Mons. Barcelowicht62 hizo “irrupción” al frente de la trouppe en
esa ciudad, aunque supongo que ya haya seguido para Europa.
Tu padre,63 “enredado” con el elemento del ébano, y la gente
de Hatuey.
Bueno, espero tus noticias sobre el asunto principal para
meterle mano, pues con la ausencia de Papá Montero tengo
ahora mucho más tiempo disponible.
Afectuosos saludos para uds. de los demás buches que pululan
por el bufete; y quedo como siempre tuyo affo.,
Federico Jr.
P.S. Supongo que la lista que te interesaba la recibieras hace
tiempo.
Teté Casuso.
José Zacarías Tallet.
61
Conchita Fernández.
62
Oscar Barceló.
63
Fernando Ortiz.
59
60
70
New York, 9, 7, 935
Sr. Dr. Pedro de Capdevila,
O’Reilly y Mercaderes.
Giménez, Ortiz y Barceló,
Habana, Cuba.
Ilustre Doctor:
Hágole unas someras líneas no más que para acusarle recibo
de su última carta recibida. Y para todas las recibidas con anterioridad, con sus respectivas listas. Parece, sin embargo, que
ya con anterioridad había hecho tal acuse de recibo, pardiez.
Ahora lo que úrgeme es el envío del poema de “Agua de Maíz”.
Como está casi ininteligible, lo mejor será que hagáis un original y copia, y a cada cosa incomprensible dejar un correlativo
espacio en blanco para que sea llenado por mí, tan presto como
llegare a mi poder.
Débese, pues, sacar esto cuanto antes, y remitirme el trabajo.
Cuando yo lo termine, devolveré una de las copias debidamente completadas, para que sea archivada allá a fin de prevenir
cualquier eventualidad. Claro está que hay que acompañarme
el original. Y soy tan burro que no pienso que hay que dejar de
todas maneras y por si acaso. Por lo tanto, haz original y dos
copias y resérvate una ínterin te remito la otra.
El arzobispo64 pasaría por aquí, mas no se dignó hacerlo saber, parece que por miedo a complicaciones entre el Vaticano
y Moscou.
Ahora me tengo que ir para la calle a la carrera y tengo que
dejarte. Por eso se ha desprestigiado el magnífico estilo que
estaba usando.
Recuerdos a Concha Espina,65 Carrerita, Gener y demás
contemporáneos.
Y manda el poema lo antes que puedas. Y si te alcanza “el
dinero”, pues me incluyes unas cuantas hojas de papel carbón.
64
65
Oscar Barceló.
Conchita Fernández.
71
Julio 10, 1935
Querido Carlos:
En mi poder tu carta del 4 de julio. Solo que tengo la duda
de a quién deben entregarse las dos copias de poesías. Aunque
supongo que sean para R. no quiero entregarlas sin tener la
seguridad. Mientras me contestas aprovecharé estos días para
echar a andar el mimeógrafo, robándole para ello un poco de
tiempo a las blusas, y sayas, corte-levita, etc., etc. (pues ya
estoy trabajando en el libro de Corte y costura...)
Te acompaño algo para que me contestes por vía aérea
aclarándome a quién debo entregar las dos poesías y la carta
adjunta.
Yo espero tener lista la primera prueba del libro de Corte en
esta semana y entonces avisaré a la mamá de la interfecta,66
que sin dudas vendrá enseguida, y en esta oportunidad le haré
entrega del otro poema de “Agua de Maíz”.
La rubia platinada67 que le digas a la interfecta que escriba
de cuando en vez.
Bueno, voy dejarte, pues está el Tenor en su apogeo...
Miguel fue “escabecheado” como consecuencia del temporal
que está azotando a la judicatura cubiche. Ya te escribiré más
largo sobre esto.
Abur,
Federico de Cárdenas
66
67
Teté Casuso.
Conchita Fernández.
72
Julio 17, 1935
Querido Carlos:
Recibí tu carta aclaratoria que efectivamente me dejó en el
mismo sitio... aunque encaminé entonces mis pasos rumbo a
Sam. Y le impuse del caso y me dijo que efectivamente era
para R.
La duda surgió porque tú anteriormente nunca me habías
mencionado el nombre de L. para nada, y yo me temía que
pudiera ser para otro.
La cinta de máquina te fue antier envuelta en una serie de
indecencias tales como Diario de la Marina, Avance, etc.
El papel carbónico irá junto con “Agua de Maíz”. Estoy en
esto ahora, pues la semana pasada terminé la primera tirada
del asunto de la mamá de la interfecta.68
Tina y Maza estuvieron “guardados” hasta hace 3 o 4 días
con motivo del recibimiento que se le preparaba al “elemento
agitador” que fue devuelto para N.Y.
Hace días vi a Aguay y me habló de ti.
Hasta la próxima. Recuerdo de la chusma bufeteril.
Tuyo affo.
Federico Jr.
68
Teté Casuso.
73
New York, 24 de julio de 1935
Querido Capdevila:
Te presento por estas líneas al amigo Jorge Pons, en el cual
puedes depositar toda tu confianza.
Él, por medios que no necesito explicarte, tiene facilidad para
hacerme envíos de importancia desde allá y, a su vez, recibirá
los míos, cuando proceda.
No es necesario que tú conozcas su dirección. Cada vez que
sea necesario me avisas y yo hago el contacto necesario.
Quiero que comuniques esto a Luis,69 a la mayor brevedad,
pues él lo utilizará más que yo acaso.
Hoy no tengo mucho tiempo libre. Dale el pésame a Miguel de Unamuno70 y dile que se alegre, que ya lo haremos
Secretario de Justicia o algo por el estilo. A Jesús71 le dices
“que no se dé tanta lija”, que ya yo también estoy barriendo,
mapeando y fregando escupideras e inodoros como cualquier
emigrante. Hoy, parece que en desquite –la pega es un cabaret
y comienza a las cuatro de la mañana– rompí seis vasos de un
solo golpe!... Recuerdos a Carrerita. Pregúntale de mi parte que
cuándo dan en el Yacht un banquete a Batista y en Tennis otro
a Vasconcelos. De Concha Espina72 no me digas nada. Recuerdos
a Carretero y a quien más te parezca. Míos y de Teté,
Ramiro Valdés Daussá.
Miguel Gener.
71
Jesús Expósito.
72
Conchita Fernández.
69
70
74
Julio 30, 1935
Querido Carlos:
Ayer recibí la visita del amigo viajero. Fue conmigo más explícito. Tu carta llegó a mi poder pocos momentos después de
haberse retirado el viajero.
Ayer mismo hice entrega a Luis73 del asunto que le interesa;
y como pude hablar con él durante unos minutos le leí las dos
cartas. Le encantó la noticia y le di los detalles del viajante, y
hemos quedado en ponernos de acuerdo antes del regreso de
tu amigo para que pueda llevarte una muda de ropa que te
quiere enviar Luis.
Sobre lo de “Agua de Maíz” quería decirte que puedo hacerte
el envío por medio del viajante tan pronto él embarque; y de
camino enviarte dos copias (las copias son unos verdaderos
mamotretos con muchos espacios y hojas en blanco, pues la
parte escrita a mano aunque no es ininteligible lo parece, y
ahora con el Tenor se dificulta hacer esos trabajos aun en horas
extras, pues tú sabes la costumbre que tiene de vez en cuando
de darse una vueltecita y leer lo que uno está escribiendo, hasta
pregunta de qué se trata).
Creo que también pueda acompañarte una hoja de Ahora que
tenía guardada, que no dudo tenga alguna utilidad sobre el
tema de “Agua de Maíz”. Insistiendo sobre este mismo asunto,
quería decirte también que entre los libracos del puertorriqueño
Emilio R. he hallado un libro cuyo autor no recuerdo ahora pero
que tiene por título Sandino; y por si pudiera serte de utilidad,
déjame conocer si quieres que te lo remita.
Los otros dos asuntos anteriores al recibido ayer, me dijo Luis
que como son muy largos no pueden salir en un solo número,
por lo que han resuelto que uno de ellos salga en el próximo
número y el otro en el sucesivo.
Contéstame rápidamente para tener noticias tuyas sobre todo
lo que te digo del poema de “Agua de Maíz”.
Ayer estuvo la mamá de la occisa a recoger la primera ed. de
la novela de ella. Nos estuvo hablando de las últimas noticias
tenidas de uds. El impe. no perdona a los que lo combaten (me
73
Ramiro Valdés Daussá.
75
parece haber leído esto en una conferencia o discurso de Portell
Vilá aquel que estaba en la Universidad) y tu cesantía con la
delicadeza con que te la hicieron conocer, parece confirmarlo
una vez más. Fe y adelante, como dijo Pepe el equivocao...
Para que me contestes rápidamente, te mando algo para los
sellos.
Recuerdos afectuosos de la chusma bufeteril.
Y al tanto de tus noticias, quedo tuyo affo. amigo,
Federico Jr.
P.S. ¿Recibiste la cinta? El papel irá dentro de unos días. Ya
le tengo agarrado por la oreja. En el color de algunas hojas ni
te fijes...
76
Agosto 6, 1935
Querido Carlos:
Ahí te va el mamotretro. También incluyo las dos copias que
tú querías, las que supongo te han de servir de poco, pues
esas cuartillas contienen un jeroglífico más difícil de descifrar
que los encontrados en casa de Tut-ank-amen...
También te va una hoja de Ahora en la que tal vez puedas
encontrar algunos datos de utilidad.
Aparte te estoy mandando el libro de que te hablaba en mi
anterior. No lo he leído, pero abrigo la creencia de que te sea
útil, sobre todo en la parte de nombres de lugares, ríos, hombres, etc., etc.; por eso te lo remito, pues en tus notas hay muchos
nombres confusos.
La segunda parte, certificada, de las memorias de Benjamín
Franklin, se las entregué a Luis.74 También la carta aérea; ambas
llegaron a mi poder ayer, y ayer mismo las entregué. Te acusé
recibo por tarjeta.
-----Ayer me hizo entrega la mamá de la interfecta de una colección
de fotografías de “amigos” tuyos del Presidio, tales como Domingo
el Isleño, José María Pérez, Cheché, etc. Dime si quieres que te las
envíe, para disparártelas enseguida.
-----En agosto 2 te envié el papel carbón. Dime si lo recibiste. No
he sabido tampoco si te llegó la cinta de máquina.
-----El muchacho de la oficina me dijo que te indicara que él vivía
en Villegas 23, altos. Que le escribieras de vez en cuando
para saber de ti.
Va también una carta de octubre de 1934.
-----¿Se te olvidó la prometida carta a tu padre?75
-----La fotografía prometida, Conchita prefiere que sea tomada
en calzoncillos largos en vez de pantalón negro...
-----74
75
Ramiro Valdés Daussá.
Fernando Ortiz.
77
Recuerdos de la chusma. Acúsame recibo para mi tranquilidad.
Y con saludos para la Jean Harlow de Managua (pues hasta
nosotros ha llegado el chisme cinematográfico), queda tuyo affo.
amigo
Pedro
78
Agosto 9, 1935
Querido Carlos:
Como esta carta probablemente llegue a tus manos el día que
cumple años de la fuga del Animal #1,76 y según dice Narciso
López ahí se tropiezan con innumerables dificultades para la
entrega de correspondencia, quiero avisarte que te envié dos
sobres en esta forma con el poema de “Agua de Maíz” y otros
papeles.
Así, pues, caso de que haya muchas complicaciones o exijan
determinados requisitos que a ti te resulten engorrosos, déjamelo
saber indicándome también cuál es la mejor forma.
Aquí te tengo además el primer capítulo del Relato de A. que
tú publicaste en Ahora; y una hoja con la información del suceso
del hotel en que él intervino; pero en vista de lo que dice López
resuelvo no enviártelo hasta tener noticias tuyas.
Aunque creo que en la correspondencia no ha habido dificultad,
dime también si puede ir dirigida como hasta aquí.
Acaba de salir el primer número de un periódico de la I.R.
donde se inserta el artículo del John Brown Cubano (el nombre
es este o algo parecido); y se anuncia para muy en breve la
publicación de documentos de “palpitante actualidad”...
Bueno, hasta la próxima.
Ah! Probablemente mañana “conecte” al viajante con Luisito.
Cuando recibas los certificados, fíjate bien en una notica sobre
un “joven abogado” de tu amistad...
Y como siempre, quedo tuyo affo.,
Federico Jr.
76
Gerardo Machado.
79
2, sept, 1935
Querido Carlos:
El 29 recibí la carta en relación con Luis.77 Ese mismo día no
me fue posible, pero al siguiente llegó a su poder.
Del asunto del libro para recortes me estoy ocupando, y te
avisaré oportunamente para que avises a tu “representante
en el extranjero”.
Hoy me llegó la carta para Panqué,78 y para Oriente ha salido
ahora por la mañana.
Por aquí andamos medio amenazados de ciclón, y realmente
hay justificadísimos motivos para sentirse pesimistas, ya que
las dos “máximas estrellas” cubiches en eso de los ciclones –
Millás y Papá Gutiérrez Lanza– andan por una isla del Caribe
adonde se dirigieron con el fin de escoger el lugar apropiado
para la instalación de un observatorio. Pues tú sabes que [si]
ellos estuvieran aquí, solo tenía uno que interpretar los partes
meteorológicos en sentido contrario y asunto resuelto.
El Tenor anda por su pueblo en Las Villas, y está al aterrizar:
a lo mejor trae ya una postulación...
¿A qué altura anda ese libro del Presidio? Yo pegué en hojas
sueltas y tengo ya encuadernados, todos los artículos que publicaste en Ahora con relación al Presidio, así como las cartas
de tu primo Jorge y de Bermúdez.
Bueno, voy a dejarte.
Saludos afectuosos de la chusma bufeteril para la interfecta79
y para ti; y como siempre quedo tuyo affo.,
Federico Jr.,
¡Ah! Cuando escribas para casa de la mamá de la occisa, dile
que traiga el libro para el trabajo a máquina.
Ramiro Valdés Daussá.
Manuel Navarro Luna.
79
Teté Casuso.
77
78
80
9, 18, 935
Querido Carlos:
Ayer 17, por la tarde, al llevar la información aérea a Luis80
a su oficina, me encontré con él que acababa de llegar. Se la
entregué personalmente.
Supongo que las tarjetas te vayan llegando oportunamente.
Ahora, a otra cosa:
De mañana a pasado está terminado el asunto del cual me
recomendabas le hablara a Luis.
Creo que será un trabajo terminado, y que a ti te ha de encantar; pero quiero darte un consejo para la hora de manipularlo:
no debes emplear goma, ni almidón, ni nada por el estilo: ÚNICAMENTE COLA, un poco aguada. Quiero insistirte en esto
porque el amigo L. a quien consulté el caso así me lo dijo y me
mostró varios trabajos hechos con cola en la forma que él me
indicó, y pude apreciar que el papel no sufre arruga ninguna.
También me informó que si eran muchas cosas las que tenías
que pegar de momento, lo mejor era que te consiguieras un
cartón grande y untaras en este la cola en un espacio aproximado al tamaño de lo que quieras pegar, y una vez hecho esto
entonces le ponías encima el papel para que cogiera la cola y
lo pegabas al libro.
No puedo pulir mucho el estilo, por muchas razones, y entre
otras porque anda mariposeando el Tenor, pero como la explicación va hecha medio en cubano tal vez la entiendas.
Ah! se me olvidaba decirte que pensaba que fuera uno de 200
folios, pero cuando le vi el tamaño y le tomé el peso, resolví
hacer dos de a 100, cosa de que resulten manuables, pues de
otra manera necesitarías una grúa para moverlos.
No se te olvide tener presente que debes usar COLA LIGERAMENTE AGUADA, pues cualquier otro pegamento que uses
te resultará un engorro y quedará arrugado.
El papel empleado en la confección creo que sea de tu agrado,
y ya me dirás si han quedado a tu gusto.
Yo tomé la medida por el Heraldo de Pepín, y siempre desde
luego hay oportunidad de recortar los bordes cuando de hojas
enteras se trate.
80
Ramiro Valdés Daussá.
81
De la mamá de la interfecta81 hace un montón de años que
no sabemos.
Probablemente el sábado vaya a darle un poco de lata y a ver
si queda algún manguito rezagado.
La mula te felicita calurosamente...
Bueno, aguarda la visita del paisano con quien te va el encargo.
Recuerdos de todos los buches que por aquí vegetan, para la
occisa y para ti.
Tuyo affo.,
Federico Jr.
81
Teté Casuso.
82
Sept. 27, 1935
Querido Carlos:
Aunque en mi última tarjeta acusándote recibo de Raúl el
Leocadio82 te decía que te escribiría luego, lo hice pensando
que tal vez tuviera que darte una mala noticia que afectara a
Mongo Panqué.83 Hoy te incluyo un recorte del Crisol, pero según
podrás ver, no figura su nombre entre los enemigos del orden.
Cuando recibí hace tiempo tu carta para él, incluyéndole
copia de la que enviaste a Icaza, las reexpedí, bajo cubierta
certificada, a la dirección indicada, pero no he recibido ni la
tarjeta de correos justificativa ni noticia alguna del interesado.
Aquí están los dos papalotes en espera de que el viajero se
comunique conmigo.
Miguel de Unamuno84 debutó defendiendo a un “mariguanero”:
un doble éxito, profesional y económico...
La typerrita creo que te va a mandar dos líneas “haciendo un
análisis crítico de las fotografías de los gángster mostradas por
la autora de la occisa”.
Aparte te mando un número de Todo, de México, [con] un
artículo sobre Barbusse, firmado por María Teresa León.
Recuerdos de todos por aquí.
Tuyo affo.
Federico,
Probablemente Raúl Roa.
Manuel Navarro Luna.
84
Miguel Gener.
82
83
83
Oct, 22, 1935
Querido Carlos:
Ayer lunes pude saber que Luis85 ha sido guardado, por lo
que me fui a ver a S. para ver lo que hubiera en el asunto. Este
último me indicó que lo habían trabado el miércoles. Que fijo
todavía no se sabe por qué asunto sea, pues ni registraron la
casa ni le ocuparon nada, aunque se cree que le acusen por LA
HUELGA DE MARZO. S. me agregó además que parece que
hay una “orden general” de captura y que el que ha podido se
ha sumergido, pero que él esperaba ponerse al habla con algún
amigo y sabría tal vez cuál fuera el motivo de la detención y
que me avisaría. Así, pues, cualquier nueva noticia que tenga
de esto te la avisaré enseguida.
El sábado último estuve dándole un poco de lata a los padres
de la interfecta.86 Me pasé toda la tarde allá, recorrí todos los
alrededores, vi la “piscina” particular, la biblioteca de uds., el
cuarto donde están guardados los “tarecos”, y hasta para no
dejar de ver por poco “me ve” un panal de avispas... Me hice
amigo de los perros, en especial del que tiene aspecto de fox –que
creo es el hijo de uds., y que más cara de malo tiene.
La autora de la interfecta me informó que no tenía noticias de
uds. desde principio de mes, aunque creía que estuvieran bien.
Ya le terminé la nueva tirada del libro que habrá de consagrar
a la suegra.
¿Avisaste al amigo de marras para que recoja los libros del
tamaño de un periódico que se están aquí muriendo de risa?
Cuando venga lo habré de aprovechar también para enviarte
un pequeño frasco de medicina para TT.87
La chusma bufeteril, encabezada por la rubia,88 les envía sus
afectos, deseándoles que el frío no sea tanto que obligue a la
occisa a abandonar ese país...
Hasta la próxima, pues.
Tuyo affo.,
Federico Jr.
Ramiro Valdés Daussá.
Teté Casuso.
87
Teté Casuso.
88
Conchita Fernández.
85
86
84
Octubre 23, 1935
Querido Carlos:
Solo dos letras para que sepas que saludé al amigo; y a la vez
para que estés al tanto de su llegada.
Te envío con él la medicina consabida, así como los libros.
Me hizo el encargo especial de que te dijera que procures avisarle
al amigo que tú utilizaste últimamente para que lo espere, y en
caso de que esto no te sea posible entonces él dejará los encargos
en la fondita El Palomar, situada frente al muelle, en el 2º. piso,
que ya conoce la persona utilizada por ti.
Abur. Tuyo affo.,
Federico Jr.
85
12-11-1935
Querido Carlos:
Ayer, día 10, llegó a mis manos tu carta con las 25 papeletas.
Me la entregó un joven diciéndome que un amigo de él que había tenido que salir para Cienfuegos se la había dejado con el
ruego de que la hiciera llegar a mí. Procederé de acuerdo con
tus instrucciones; el 20 por el conducto que indicas te irá todo.
El lunes, incidentalmente, me encontré con Luis.89 Se queja
que desde hace tiempo no tiene noticias tuyas, que le escribas.
También el día 7, me pasé la tarde en casa de la mamá de la
occisa, por cierto que esta se hallaba muy disgustada por la falta
de noticias de uds. Quiere que le escriban enseguida, si posible
es facilitándole una dirección segura, pues ella tiene el temor
de que un dinero que les envió no lo hayan recibido. También
me agregó que desde el 1 o el 2, les había escrito enviándoles
algo y que no sabía si uds. lo habían recibido.
-----A mí se me ha formado un guirigay con las cartas, pues parece que últimamente ha venido alguna del Loco90 (que ha sido
entregada enseguida) y que yo creí que era tuya, pero esto no
tiene importancia. La última que recibí, para Luis, la entregué
en su oportunidad y el lunes cuando hablé con él me dijo que
la había recibido.
Así, pues, escriban uds. a la familia de la interfecta.
Creo que aparte pueda enviarte un memorándum bolero
confeccionado por Miguel de Unamuno.91
Hasta el 20, pues.
Recibe la bendición de tu tío,
Federico Jr.
P.S. Del libro no tengo la menor noticia. No lo he recibido.
Ramiro Valdés Daussá.
Probablemente Raúl Roa.
91
Miguel Gener.
89
90
86
Dic- 17-1935
Querido Carlos:
Ahí va una liquidación parcial: 3 duros; y 6 pap. devueltas.
Los 3 toletes corresponden a la relación adjunta:
Quedan pendiente para esta misma semana 6 pap. que llevé
a Luis, y que me prometió hablar con el Gallego para quedarse
con ellas; pues le dije que esa plata hacía falta ahí.
-----Hoy probablemente vaya a la biblioteca a ver el dato que
te interesa; pues según verás por 3 periódicos atrasados que
adquirí en el Heraldo, en esas fechas 8-9-10- no hay nada de
interés respecto de lo que te interesa. Ya te informaré.
Por dos diversos conductos han salido: 10 eje. de ir.
Las líneas para tu padre, fueron entregadas el sábado último;
y ese mismo día entregué personalmente al pequeño-gigante
el otro mensaje.
-----He avisado a la mamá de la interfecta92 para lo de la medicina, a fin de que antes del sábado me la envíe, pues estoy
citado para la tarde del sábado con el mensajero de la muerte.
Aprovecharé y te enviaré otra cosa particular, para que pasen
algo endulzados la Nochebuena.
-----Lo que pides de tu padre, va hoy.
-----Te irán de vez en cuando los periódicos.
-----El sábado pasado vi al hombre amigo, y el lunes dejé para
Luis93 el encargo.
-----Las estadísticas no han llegado. Creo un poco arriesgado el
sistema, pero he prevenido a los galifardos que se encargan de
los menesteres carteriles.
-----A Plutarco Elías no le he podido ver ni hablar. Lo tendré en
cuenta.
92
93
Teté Casuso.
Ramiro Valdés Daussá.
87
Ah! Por aquí a diversas personas que le hablamos para el
papeleteo, nos han manifestado que ya tienen. Entre ellas, tu
amiga la del perfil de medallón antiguo... quien ha vendido 10.
-----Bueno, te voy a dejar.
Van los periódicos de estos últimos días que te darán detalles
de los últimos acontecimientos.
Te echa la bendición,
Tu tío
Federico Jr.
Ayer estuvo el poeta rumbero94 por aquí. Habló con tu compañero de base-ball en la azotea, creo que le habló sobre la manera
de ver cómo se le conseguía algo, pues están levantando fondos
para publicar algo de R.95
Recuerdos para uds. de toda la chusma de por acá.
94
95
José Zacarías Tallet.
Probablemente Rubén Martínez Villena, para esa fecha ya fallecido.
88
Enero 23, 1936
Querido Carlos:
Aunque hace ya buen número de días que estoy de regreso en
La Habana, no te había escrito realmente porque quería hacerlo
con un poco de tiempo, cosa que me ha faltado últimamente, por
motivos que no se te escaparán... ¡Vamos! ¡Metido a apapipio!!!
Empezaremos por un buen señor que no sé quién sea, que
durante mi ausencia entregó a la rubia-platinada96 un ejemplar
del libro sobre la rumba... (ya yo había impuesto previamente
a la rubia por si llegaba algo, y ella lo recibió). El individuo no
dijo quién era ni para quién era. Solamente le indicó que ya
yo sabía para quién. (Estoy, pues, en espera de alguna noticia
tuya sobre este particular).
Víctor Hugo, el cuñado de tu amigo, volvió en los primeros
días del mes. El día siguiente lo puse en contacto con Luis,97 a
quien fuimos a visitar por la noche en su casa con tal objeto.
Ahora: el hermano de Aurelio (el médico). (Ah! este, solo tiene
que presentarse para saber que es hermano del otro). Aunque
fracasé en la primer intentona para que viera a Elías Calles,
que había estado esperándolo en el almacén98 donde yo trabajo,
le indiqué al médico el día de la cita donde podía verlo, y hasta
allá se fue. Logró verle y hablaron. Posteriormente también por
mi mediación trató de verlo, pero no fue posible. Ignoro a qué
hayan llegado. Sobre esto quiero informarte que el día que vino
Elías me indicó que el “memorandum” famoso enviado por ti,
se le había traspapelado, debido a que un día del pasado mes
tuvo que desvalijar precipitadamente su casa por haber tenido
noticias de que la iban a visitar. Aunque según él me indicó, fue
una tempestad en un vaso de agua, en el revolico que armó no ha
podido saber a dónde metió el “memorandum”, cuyo contenido
también ignora, pues parece que debido a la enfermedad que
tuvo no pudo leerlo con detenimiento. Me estuvo preguntando
por si yo sabía algunos particulares del mismo, pero le indiqué
que lo ignoraba en su totalidad.
Oportunamente recibí la tuya del 13 de dic, que “ahora contesto”...
Conchita Fernández.
Ramiro Valdés Daussá.
98
El bufete.
96
97
89
Aproveché mi viaje al campo y coloqué periódicos en 5 localidades por la zona donde anduve.
De los números enviados (creo que 200) solo he podido entre
vender y regalar unos 75, el importe de los cuales te envié bajo
certificado hace días.
Aquí me ha resultado difícil conseguir direcciones en las condiciones que indicas. La gente “ha cambiado mucho” desde que
te fuiste. Para que te des una ligera idea de cómo andan algunos
basta que conozcas que un común amigo nuestro, (que ya te diré
algún día quién es) bastante ligado al “Almacén” desde hace
unos años, en los primeros días de tomar posesión el Animal
Mendieta, nos gritaba a voz en cuello “Este salvaje va a ser
40 veces, peor que Machado”, “este es un salvaje”, etc. etc... y
cuando la huelga de marzo, inclusive alentó a los empleados de
su departamento y se sumó al movimiento... ¡pero qué te cuento!
Le hablé a Miguel de Unamuno99 para ver si podíamos meterle
unos números del periódico a este y me recomendó que ni le
hablara de política, pues el hombre estaba que se comía medio
mundo en favor de Batista y por consiguiente del Gobierno...
Ahora dice que ¡este pueblo lo que necesita es una dictadura
militar de 40 años! y otras cosas por el estilo.
Te he puesto este ejemplo para que te des cuenta de los
inconvenientes que lucha quien no tiene muchas relaciones
que le merezcan confianza con el elemento rev. A otros, que
te los sigues imaginando en la oposición, en cuanto le hablas
de política se tiran en el suelo. Sin contar, desde luego, con el
montón de apapipios que ahora se han sumado al carro del hijo
de Tiburón.100
Por todos estos detalles, que sabrás comprender, es por lo que
no me comprometo a lo de las direcciones. Yo personalmente,
les sirvo gustoso en cualquier cosa. Y puedo comprometerme a
distribuir el periódico. También, a partir de febrero, mensualmente puedo enviarles un peso para ayudarles en las labores
del Club.
Ah! Se me olvidaba decirte que cuando vi a Luis101 la última vez
con Víctor Hugo le pregunté por Pepe Nardo, y este me indicó que
Miguel Gener.
Miguel Mariano Gómez.
101
Ramiro Valdés Daussá.
99
100
90
no estaba en contacto con él. No he podido verlo, ni he tenido
ninguna noticia de él, pues no ha venido por el Almacén donde
trabajo como yo esperaba. Así, pues, comprenderás que todavía tengo en el Almacén alrededor de unos 125 números de los
enviados al Sr. Consejero, en espera –según me indicabas en
tu carta de diciembre– de que venga por aquí Nardo.
Ayer recibí la carta para Pepe. Ignoro para quién sea, aunque
supongo que por ella vendrán. Supongo que pudiera ser para
Nardo, pero ya te digo ni lo conozco ni he tenido contacto alguno
con él, pues me fracasó en este aspecto Luis que era quien yo
creía que pudiera decirme algo de él.
En cuanto al libro de la rumba: cuando me contestes dime si
es para Luis.
En cuanto a esta carta de Pepe: contéstame y dame más detalles, para proceder en consecuencia.
Últimamente te han ido revista y folletos de tu padre.102
Te seguirán yendo periódicos. Espéralos por correo.
El dulce supongo que, al fin, no haya corrido la suerte que
corrió otro que te traje allá por diciembre del 31.
Acaba de llegar Papá Montero, y me parece que voy a tener
que cortar.
Bueno, siguiendo sobre lo del dulce. Aquella vez se lo di a
Roberto, creo, y en definitiva no sé a quién fue a parar.
¿Recibiste carta de la rubia sobre el jabalí azul...?
El mensajero no se deja ver. Dile cuando tengas oportunidad,
que venga por el Almacén.
Recuerdos de cuanto bicho por aquí pulula, tanto para ti
como para Tt.
Miguel de Unamuno ha estado como 20 días en cama con un
reuma que todavía no le ha abandonado. Anda caminando que
parece un anuncio de Urodonal...
Hasta la otra, pues.
Tuyo affo.
Federico jr.
102
Fernando Ortiz.
91
New York, 24, 1, 936
Querido Federico:
Contesto inmediatamente tu carta de fecha de ayer, ya que tan
atrasados andamos en cuanto a datos. Por lo pronto te agradezco
la información general que me das sobre el “tono” de los ánimos.
Por lo demás, yo adivino esto y lo he mantenido hace rato: que
aquello está completamente caído y que hay que levantarlo,
como se pueda, con inteligencia, utilizando hábilmente las
brutalidades y canalladas diarias de la reacción. Pero lo que se
hace es demostrarse tanta incapacidad y hasta tanto egoísmo y
mala fe como ellos. El resultado es bien claro para cualquiera
que sea capaz de serenarse un rato ante la realidad: no habrá
revolución hasta que los elementos revolucionarios no sean capaces, con sus obras y con su actitud, de levantar la admiración y
la confianza del pueblo. Lee nuestro periódico y verás que hace
tiempo, desde que comenzamos a trabajar, no hemos hecho otra
cosa que intentar que se dé el primer paso imprescindible, es
decir, que se llegue a la unidad de acción ideológica. Pero la
realidad es la realidad, y, por tanto, que cada cual, en espera
de tiempos mejores, se vaya ateniendo a su propia conciencia...
el que la tenga.
Y puntualizo, que estoy trabajando otra vez, como sabrás, y
estoy cansado y con sueño y con mucha tarea por delante. El
“buen señor” a quien no conoces, a estas alturas habrá llegado
de nuevo por allá con los jabalíes azules.
Es del grupo nuestro. El libro que llevó sobre la rumba, dáselo
a Luis103 que es un rumbero apasionado. Ahora bien, te voy a
dar un consejo: procura no ir mucho a casa de Luis.
Haz –y dile que es encargo mío– que te dé otra dirección por
donde comunicarte con él. Yo he aprendido un poco de estas
cosas. Es necesario suponer en el contrario, por lo menos, la
misma inteligencia y astucia que uno cree tener.
Siempre que puedas localizarlo por teléfono –y que no sea el
tuyo– mejor.
El episodio del profeta Elías es para no olvidarlo. Todo tiene
excusas y explicaciones, menos el que no intentara darlas.
103
Ramiro Valdés Daussá.
92
Y, como no ha tomado interés en ello, ni la gente a quien iba
dirigida –inclusive Luis– no han hecho por su parte gestión
ninguna, pues dejémoslo así. Por lo menos por ahora, ya que
no conviene forzar ciertas cosas.
Tu gestión por el periódico ha sido magnífica. Si lograste
hacer conexiones duraderas, muchísimo mejor. Debo pues,
enseguida, darte la dirección de Nardo, aunque sobremanera
me extraña que Luis no haya sido capaz de ponerte en contacto
con él. En Milagros 116, altos, Santos Suárez, vive su hermana,
María Teresa de Marín. Pienso si a lo mejor te ponen evasivas.
Al efecto, averigua bien si ella vive allí y entonces le dices que
vas de parte mía para ver a Nardo. Es un magnífico elemento,
capaz y trabajador.
Es necesario que me informes de este “amigo” del “Almacén”.
Necesitamos estar al día en todo esto, inclusive para no cometer
errores fatales. No lo olvides. La carta en cuestión, para Pepe, es
para Nardo, en efecto. Entrégala cuanto antes. No olvides, para
que no te ocurran tales demoras, establecer contactos telefónicos.
Con Luis estoy legítimamente disgustado. De él, a pesar de
las últimas cartas que le envié, ninguna noticia he tenido.
A pesar de ello, creo que tendré que volverle a escribir, porque
esto no es cuestión de puntillo sino necesidad de soluciones.
Te acompaño una carta, con tres pesos, que habrás de entregar, con preferencia a todo, cuanto antes. Son amigos cabales. Y
a ver si Unamuno104 soltó ya el bastón. Y ten toda la prudencia
necesaria, que a lo mejor, nunca será bastante.
Dentro de unos días saldrá el periódico y te mandaré ejemplares
para el ilustre consejero. Recuerdos a todos. Del dulce nada.
104
Miguel Gener.
93
Feb. 12, 1936
Querido Carlos:
Ayer realmente no tuve tiempo ni de hacerte dos letras, aparte
de que ya te había anunciado el envío y “no quería recargar”
demasiado el paquete que “fue bastante recargado”.
A los interesados, principalmente a KK, lo [he] llamado todos
los días, y siempre me lo iba prometiendo de un día para otro,
por lo que no quedó otro remedio que enviarlo aéreo en vista
de que el tiempo apremia. Mi proyecto era haberlo enviado certificado si lo hubiera tenido en mi poder alrededor del 5 o el 6.
Antes de que se me olvide: la rubia105 que te dé las gracias por
la picadura. No creas que es que ella “masca”... la quería para
el prometido. Abriga el propósito de un día de estos mandar a
buscar otro poco. Ya te avisaré y te enviaré el billete.
Hace unos días estuvo por aquí, –cosa que no hacía desde
un montón de meses atrás– tu amigo Cristal... Que te diera
recuerdos; y que te preguntara “que si los gallegos con boina
se vuelven americanos”...
Supongo que oportunamente hayas recibido mi anterior
donde te anunciaba el envío de la medicina de la interfecta106
y contestaba otros particulares de tu última carta.
Aquí se habla de una amnistía para el 24. Es “voz” de la calle...
Al tenor no le he podido oír nada sobre el particular.
Miguel de Unamuno107 ya está casi bien. Le sigue un pequeño
dolor reumático.
Te voy a dejar, pues el tenor, que acaba de llegar, está más
“insubordinado” que de costumbre...
Recuerdos de todos los bichos de por aquí.
Recibe la bendición de tu tío,
Federico Jr.
P.S. Aunque KK. por telef. me decía que junto con el encargo
irían notas explicativas, estas no vinieron.
Al profesor Elías Calles le di tu dirección hace unos días.
También a Nardo. Igualmente a Hug.
Conchita Fernández.
Teté Casuso.
107
Miguel Gener.
105
106
94
New York, 14, 2, 936
Querido Federico:
“Hay sol bueno y mar de espuma”... lo que quiere decir que
hoy, después que durante todo el día de ayer cayó una nevada
de más de cuatro pulgadas, por primera vez en una quincena
ha subido el termómetro del punto de congelación del agua. Hoy
se ha podido estar un rato en una esquina hablando, aunque,
como es natural echando humo por la boca.
Bien, pues recibí las fotografías que no me satisficieron por
completo aunque algunas nos serán útiles. Insisto en que veas
al compañero y le pidas unas cuantas de aquellas a que concretamente me refería en mi carta. La del hombre paseado de
moscas y aventado de gusanos es tremenda.
De ese tipo quiero varias. Y de los compañeros conocidos. Y
del Reparto Las Yaguas.
Ahora te doy una comisión importante, a fin de que des a
Luis108 todos los adjuntos documentos. Debes pedirle un recibo
por ello y enviármelo. Explícale que es cosa mía, porque necesito
justificar ante todos los compañeros el envío y recepción de los
documentos. Este es un trabajo urgente.
Dale preferencia dada su naturaleza. Son en total cuatro: Pan,
Apra, J.C. e Ir. Encarécele a Luis que se trata de un asunto de
importancia y que espero que por esta vez rompa con su secular
olvido y silencio y haga las oportunas diligencias para el mejor
curso de todas dichas comunicaciones de las cuales debe recoger
recibo a cada organización y remitírmelo. Mi dirección él la sabe.
Yo estoy encargado de dar a conocer las respuestas al respecto.
No quiero hacer más pesada esta. Te irá a ver un amigo coleccionista de sellos que te lleva cincuenta sellos de las Islas
Orcadas,109 muy valiosos en verdad. Mañana tal vez saldrá
el envío que tanto apetece el Consejero. Estate al tanto de su
recepción. Comunica todo con rapidez.
Y recuerdos a todos,
108
109
Ramiro Valdés Daussá.
Cincuenta ejemplares de Frente Único, órgano de ORCA (Organización
Revolucionaria Cubana Antimperialista).
95
Feb, 29-936
Querido Carlos:
Desde hace días quedaron cumplidos los encargos: el primero
y más importante, según podrás ver por el recibo adjunto, hace
ya días que obra en poder de Luisito; y en cuanto al segundo,
al ir a ver a KK. este me hizo entrega, personalmente, de las
boberías que te van por otro conducto.
Me hizo saber KK que él no dejaba tu asunto de la mano; que
lo que pasaba era que había que luchar con algunos inconvenientes en localizar las respectivas f. Que él, con calma, iría
buscando las demás que te interesan, y que ya me avisaría para
ver si en esta semana que viene podía yo ir a recoger algunas
otras. En el envío de ahora te van glunas (sic) de tabaquerías
–pues según él dice tú hace tiempo se las pediste.
[Manuscrita por Pedro Capdevila aparece esta nota]:
Empecé esta en el Almacén, pero hoy sábado he salido cerca de
la una, y no he tenido oportunidad de continuarla a máquina.
Te dejo.
Ah! Atiende el recado escrito al dorso.
Recuerdos para los sobrinos.
Te quiere tu tío,
Federico
[Nuevamente a máquina de escribir se lee]:
Aparte de los Logaritmos de Queipo, que es tuyo, he hallado
otro libro titulado Geometría Analítica, de Cortázar, que pudiera también ser tuyo, y te aviso para que me dejes conocer
si es así a fin de en cualquier oportunidad entregarle los dos a
la mamá de la occisa para que los guarde en el archivo de uds.
96
New York, 2, 5, 936
Sr. Don Federico de Capdevila:
Le hago estas breves y esquemáticas líneas –tal diría concienzudo gramático verdoso de todos conocidos– para suplicarle
la más rápida entrega de la misiva que le adjunto, para el Sr.
Don Luis de las Casas Varias.110
Al mismo tiempo, manifiéstole que exprese a esa “finísima”
Concha111 de nácar que recibí su papel del día 2 pasado; que he
hecho la gestión a mi alcance por averiguar tal cosa sobre tal
poema pero que, por falta principalmente de una orientación
más clara, de algún dato sobre fecha, lugar, etc., hasta ahora
nada he obtenido. Me he dirigido a un amigo mío, erudito en
cuestiones literarias americanas y este puede ser que dé en el
clavo.
¿Y qué hubo por ese país, tan grato a mi memoria y a mi
paladar? ¿Cómo anda el boleaje? Y ¿Don Miguel de Unamuno?
¿Y Don Jesús de las Playas? ¿Y Don Oscar del Bar Solo? ¿Y
aquel ínclito émulo de Aníbal, de feroz mirada y sabias retiradas, bochorno de Xenofonte? ¿Y vuestro “Padre Adán”112 “sigue
comiendo fruta”? ¿Y aquel temerario caballero de Don Gil,
continúa portando sobre el maxilar izquierdo, aquel audaz, y
venenoso y solitario puñal, a manera de colmillo? ¿Y continúa
tan millonario y tan libre de plagiarios y secuestradores, aquel
opulento gallego de Don Jesús Vive Dios?
Recuerdos a todos, según su categoría, desde luego. Y no
deje de incluir en la lista a la obesa secretaria doña Concha
del Manglar.
Olvidaba decir que llegaron a su debido tiempo los encargos,
aunque el frasco de esencia llegó vacío. Pero llegó.
Y hasta la próxima,
Ramiro Valdés Daussá.
Conchita Fernández.
112
Fernando Ortiz.
110
111
97
Mayo 9-936
Ilustre Carlos:
Solo un par de líneas para que sepas que oportunamente entregué al interesado Luis113 la copia que le enviaste relacionada
con la partición de bienes de la herencia consabida.
Me encarga la obesa secretaria114 te diga que ya a su padre no
le interesa el dato solicitado, pues ha conseguido de Moss&Kamen el envío del libro.
Por aquí todo el mundo “encantado de la vida”: aunque la
situación económica no está tan mala, ello no obstante los suicidios con ametralladora, etc., se suceden. Nada: la gente que
está aburrida, parece, de vivir en este país.
Recuerdos de todos los buches de por aquí.
El martes último envié al comisionista a que fuera a Sam,
pues este me había dicho que tenía algo para ti. Lo vi después,
y me informó que te lo había enviado con dicho comisionista.
Supongo que lo hayas recibido.
Hasta otra, pues.
Te bendice tu tío
Federico.
113
114
Ramiro Valdés Daussá.
Conchita Fernández.
98
Mayo 27, 1936
Carlos:
Hoy recibí tus líneas y veo que están bien.
Desde hace tres días viene lloviendo, y como estoy medio
enmarañado con catarro, no sé si pueda ir esta noche hasta
S. Suárez a ver a Nardo. En cuanto al Profeta bíblico,115 ya le
avisé para que irrumpa a la mayor brevedad.
Ahí te va un pedazo de papel sanitario, pero que de todas
maneras es algo, lo que he podido conseguir.
Saludos para la interfecta116 y para ti, de todos los buches de
por aquí.
Recibe la bendición de tu tío,
Federico Jr.
115
116
Elías Entralgo.
Teté Casuso.
99
Junio 8, 1936
Querido Carlos:
Desde el viernes de la semana pasada está en poder de Luis,117
la poesía vanguardista que le enviaste. Por cierto que quiero
aclararte que respecto de la anterior, oportunamente te comuniqué su recibo y entrega a él, acompañando de mi acuse de
recibo una de esas revistas mensuales que te interesan.
Respecto al 2º. párrafo de tu carta del 31, debo significarte que
lo único caído en mis manos es lo que te envié bajo sobre a esta
dirección, y a lo que me he referido en el párrafo precedente.
Y en cuanto al “Ítem más”, he de procurar complacerte, pero
nunca podrá ser por lo menos hasta el próximo sábado, por la
tarde, en beneficio de la “biografía” de Antonio de Jesús, y me
trasladaré con fines investigativos a la biblioteca.
Ah! se me olvidaba aclararte también, que al llevarle la última
poesía vanguardista a Luisito, hube de indicarle a Sammy, la
conveniencia de que le encareciera a Luis un rápido acuse de
recibo, pues tú abrigabas el temor de que los poemas no llegaran
a su poder con la acostumbrada regularidad.
Estamos ahora en uno de aquellos periódicos (sic) de “calma
revolucionaria” de que hablaba Pablo cuando el almacén estaba
en S. Ig. Bolas, bolas y más bolas, concentradas todas ellas a las
innumerables amnistías proyectadas. No obstante, es creencia
generalizada que en este mes se dilucide si hay o no amnistía.
Recuerdos de todos los buches de por aquí.
Saludos también de todos para ti y para la “occisa”; y reciba
la bendición de tu tío,
Federico Jr.
117
Ramiro Valdés Daussá.
100
Agosto 3, 1936
Querido Carlos:
El sábado por la tarde, equivocadamente, hube de aterrizar
en la cima del Guadarrama (entiéndase bufete) y me encontré
con tu S. O. S. El propio sábado encaminé mis pasos rumbo a la
dirección que me dabas, y conseguí en esta casa las cuchillas que
te adjunto (dos paquetes); le expliqué al galifardo que se hallaba
tras el mostrador, y él llegó a la conclusión de que con sobre prieto
y propia para barba recia, tenías que referirte a la clase adjunta,
pues no había otra con esas cualidades. Supongo que nos evitarás
el contemplar el macabro espectáculo que supone ir al muelle a
recibir a un exilado y encontrarse con el propio Rasputín.
Cuando tengas tiempo contéstame y dime si son estas las
cuchillas; y de todos modos, ponme una tarjeta para saber que
las recibiste.
Imagínate la prensa de aquí –netamente monárquica– no hace
más que repetir aquellos famosos partes gubernamentales [de]
cuando la Independencia, de “el enemigo huyó a la desbandada, dejando material de guerra, tantos caballos, tantos fusiles,
tantos muertos, y tantos prisioneros... y por nuestra parte sin
novedad!!”.
Pero con todo lo que digan el actual Heraldo de Cuba (Diario
de la Marina), y sus hijos Avance y Alerta, me parece que está
llegando el momento en que las sotanas las arrojarán al mar,
en alta mar, por toneladas...
Me estoy ocupando de la Revista Bimestre, que precisamente
acaba de salir ahora, y te mandaré tu número.
Luego, con más calma, te escribiré pues quiero hablarte de
otras boberías.
Supongo ya en poder de uds. la medicina que para su hija
envió la mamá de Teté.
D. Herminio anda por la capital de las Pinchaditas...
Recuerdos para uds. de todos los bichos de por aquí; y quedo
como siempre, tuyo affo. amigo,
101
New York, 7, 8, 936
Dr. Don Federico de Capdevila y Gil Robles,
Habana, Cuba.
Querido Capdevila:
Hoy me llegó tu carta certificada con las maravillosas e inigualadas “Imperial”, tal y como yo las había soñado. No me quedan
dudas ningunas sobre las altas condiciones que posees para
cumplir cualquier encomienda. Si algún día llego a Mariscal, te
nombraré mi ayudante. Y no te digo esto de mariscal en broma,
pues sabrás ahora mismo que estoy en trámites de tomar la
oportunidad, pues, según todos mis cálculos y combinaciones,
si no me fallan, partiré para España en breve. No tienes que
guardar el secreto, pero no mortifiques a Barceló con la noticia.
En cuanto a Don Pepe Gil, notifícale inflexiblemente que voy
directamente en busca de la cabeza de su pariente Gil Robles.
Todo esto es en serio. Me voy para allá, casi con seguridad,
a reportar la guerra, y a aprender unas cuantas cosas que nos
hacen falta. He pedido credenciales a Cuba y ya tengo credenciales de algunas revistas aquí. En cuanto a los de Cuba –si voy
por fin– he decidido lo siguiente, que quiero que me contestes
en el acto, porque los días corren a velocidad no vista, aunque
yo quisiera que corrieran más aún: todo cuanto trabajo envíe
para periódico o revista en Cuba te lo remitiré a ti, a fin de
que, antes de entregarlo a quien sea, le saques copia y me las
vayas archivando, por si regreso tener listo el material, para
un libro o cualquier cosa por el estilo. Las fotografías procuraré
remitirlas ya sacadas y por tanto, con copia para mí, y si alguna
vez te mando negativos, ocúpate de conservarlos. En cuanto a lo
que se publique, te encargo asimismo que me guardes copia de
todo lo que te sea posible. Esta noche –aunque estoy en espera
de lo que decidan en Cuba– voy a hacer una gestión en cuanto a
mi pasaje y demás, con el Comité Antifascista español y puede
ser que obtenga su ayuda. A Guillermo Martínez Márquez –por
mediación de Gonzalo Mazas– le escribí desde el sábado pasado
y aún no he tenido respuesta, lo que me tiene en extremo impaciente; por sí o por no procura ver a Gonzalo y dile que hasta
esta fecha no he sabido ni de él ni de Guillermo. A Luis118 le
118
Ramiro Valdés Daussá.
102
escribí también, pero más tarde, el lunes, creo. Procura verlo
lo mismo y úrgeles contestación, teniendo en cuenta esta fecha.
Tanto a Gonzalo como a Luis, exponles, además, esto otro: que
Quevedo me ofreció diez pesos por crónica; que publicó una, “Los
Guajiros en New York”, y puede ser que publique otra que se
titula, más o menos “Resonancias de la Revolución Española
en Nueva York”; que esto monta hasta $20.00; que esta suma,
vaya a España o a Cuba, me resulta en extremo importante;
a Luis, además, le insistes en el problema de los $14.00 que
me debe Amat desde [hace] más de un año y medio; que haga
con Portuondo y Rigol las gestiones del caso, con vistas a una
solución práctica; que cualquier auxilio por el momento, con
vistas a mi viaje a España –sobre todo a España– lo necesito
con urgencia. Y, si admites este tan bien retribuido cargo de
“secretario sin carteras”, ya Dios te lo pagará, como dicen los
curas cuando les dan alguna buena posta.
Y por lo pronto, me despides de toda mi “clientela” en el bufete.
El que me pueda enviar algún consejo, que lo haga sin pena,
porque de todas maneras yo haré lo que salga del saxofón. En
todo caso, te consolarás conociendo cosas de España distintas
a las que da el maricón de Pepín.119
Te incluyo una carta para Gustavo, el del Sanatorio sin esperanzas hasta que él no vuelva a él.
Al Jefe del Batallón Perdido120 le dices que voy a España a
ver si encuentro por allá su famosa unidad desaparecida; a
Barceló, que iré a confesar curas, monjas y beatos, todos en
“artículo mortis”; a Ortiz, que le traeré un ensayo sobre la
criminología revolucionaria en sus relaciones con la influencia
africana en España; a Jesús, mejor dicho, Xesús Correidora de
Castro, le comunicas que voy a repartir por la Iberia algunas
cuantas toneladas de onzas de oro del cuño español y a dejar a
todos los duques sin un ducado; al Comodoro del Yacht Club,
Don Jesús de la Carrera y Fuentes, le expresas mi intención
de traerle de recuerdo alguno de los yachts de sus majestades
católicas y, sobre todo, determinados jamones gallegos y quesos de la Montaña –esto, a cambio, naturalmente, de guayaba
119
120
José I. Pepín Rivero, director del muy conservador Diario de la Marina.
Miguel Giménez Lanier.
103
de Santa Clara–; al Dr.Don Miguel de Unamuno y Boullon,121
famoso cuanto profundo erudito, asegúrale desde ahora, los
originales del Fuero Juzgo y las Siete Partidas, aunque sean
medio chamuscadas; a Concha Espina de Cherna122 le ofreces
la colección completa de las novelas del Caballero Audaz y un
plan para engordar firmado por el Dr. Gregorio Marañón y, en
cuanto a Don Pepe Gil, la amenaza concreta y firme de traerme
un tallista de España, para esculpir un crucifijo en el colmillo
que le queda aún enhiesto y temerario. Y que se guarde siempre
de mi presencia, feroz y sanguinaria. A Carretero,123 si lo ves, le
notificas que queda autorizado para redactar mi biografía tan
pronto como sea fusilado por las turbas fascistas. Y saludas a
los demás amigos que aún existan y que no sean todavía muy
cabrones del todo. A Capestany, por ejemplo, y a Usategui.
Y te dejo aquí, con la encomienda de que me contestes por
aéreo dándome cuenta de lo que puedas y hayas hecho de cuanto
te encargo. Y, en todo caso, con amnistía o sin ella, en los E.U.,
en Cuba o en España, me sigo llamando Carlos Rojas. Sábelo,
pues. Y hasta la próxima.
Ey: acude raudo a casa de Gustavo y entrégale la intercalada. Procede como las centellas, que hoy sábado no he obtenido
contestación aún. Dile a Luis y a Gonzalo y a Guillermo, que el
problema es de dinero, pues creo tener resuelto el pasaje aquí
con el Consulado.
Miguel Gener.
Conchita Fernández.
123
Antonio Carretero.
121
122
104
New York, 14, 8, 936
Querido Luis:124
Te hago unas pocas líneas porque me urge ponerte en antecedentes sobre un asunto del que me enteré ayer tarde.
Por Ordoqui –quien tuvo la noticia por Ofelia Domínguez,
desde México– supe que Torrado, en unión de varios más de su
grupo, había salido para Cuba. Y teniendo en cuenta las manifestaciones que con anterioridad le había hecho a Ordoqui, de
que “él era el hombre que disponía del dinero y que en cualquier
momento podía sacar quince o veinte mil pesos, y cuando en
Cuba empezara a hablarse de Constituyente y de legalidad y
de sacar periódicos, etc., etc., él planeaba el asesinato de tres
o cuatro senadores y todo lo echaba a perder y obligaba a Miguel Mariano a ponerse de acuerdo con Batista, etc.”. Es muy
necesario que Uds. estén alertas al menor movimiento, porque
como le dijo entonces Ordoqui, esto era un crimen ya que sin
duda ello iba a provocar una represalia feroz en la cual iban a
caer los compañeros por cuya libertad se está luchando y aún
muchos otros ajenos a todo.
Movilicen, pues, todas las fuentes de información de que dispongan, y manténganse alertas.
Ayer te escribí por vía ordinaria. Recuerdos.
Querido Don Federico:
Tenga la bondad de “desglosar” el anterior documento y hacerlo llegar a su destino con gran “fugacidad”. He adelantado
mucho en las tareas pro viaje. Ya es casi seguro. En consecuencia, como una de las últimas encomiendas, remíteme algunas
navajitas más, pues dudo que las haya en la Península. Ya te
indemnizaré por medio de la madre de la interfecta.
Y recuerdos a “todos vosotros”,
124
Ramiro Valdés Daussá.
105
Textos de Pedro Capdevila
Relación de algunos trabajos folklóricos
de Pedro Capdevila Melián*
Tomados del periódico El Huracán:
• Ensayo foto-biográfico de tipos populares remedianos: Corona.
10/julio/1936
• Ensayo foto-biográfico de tipos populares remedianos: Bichos.
20/julio/1936
• Ese Hombre: Mariano Mata la Cucaracha.
30/julio/1936
• Ensayo foto-biográfico de tipos populares remedianos:
Alberto Baró.
8/agosto/1936
• Sensacional. (Artículo humorístico).
Set/1936
• Ensayo foto-biográfico de tipos populares remedianos.
Oct/1936
• Comparsas habaneras.
9/marzo/1937
• Tomás Marín.
19/mayo/1937
• Tipos populares: Caralampio.
19/junio/1937
* Tomado de Signos, enero-diciembre, 1978, pp. 120-123.
109
• Músicos populares remedianos: Pepe Zacarías y su botijuela.
18/set/1937
• Bosquejo biográfico de un remediano más viejo que el Palmar
de Araña.
17/nov/1937
• El Rey de la Invasora.
29/abril/1938
• Artículo humorístico.
9/jun/1938
• Artículo periodístico La visita de la Quinta Banda Infantil
de Remedios a la capital de la República.
3/set/1938
• Las fiestas de Navidad.
19/set/1938
• Ya salieron las gangarrias.
21/oct/1938
• Tipos populares de otros tiempos: Mascapiedra.
8/feb/1939
• Remedianos ilustres: Sacariña.
18/set/1939
• Entrevista de actualidad.
Nov/1939
• Galería de remedianos ilustres: Serpentina.
18/marzo/40
• Artículo humorístico.
11/nov/1940
110
• Entrevista de tiro rápido: Hilda Palitroque que posa con
Capdevila para El Huracán.
16/dic/1940
• Tipos del Zoco: Dr. Othón de Guevara y Yerbabuena.
18/abril/1940
• Industriales del Zoco: Victoriano el cuchillero.
16/mayo/41
• Serpentina.
27/agosto/42
• Episodios remedianos: La salsa del perro.
10/mayo/1943
• Vida y milagros de Fco. el de la Plaza del Mercado.
31/marzo/43
Folletos inéditos
• Recopilación de viejas adivinanzas.
Fecha: 1952
• Cosas de Don Pedro.
Fecha: 1974
Publicación en la Revista Bimestre Cubana
(Dirigida por Fernando Ortiz)
• Apuntes del folklore remediano
marzo-abril, 1939, pp 220-265
Publicación en la revista Signos
(Dirigida por Samuel Feijóo)
111
• Tres viejas rumbas en Remedios
Signos número 17
Publicación en la revista Islas
(Dirigida por Samuel Feijóo)
• Pregones en Remedios
Islas número 20
Trabajos inconclusos
• Historia de la música en Remedios
• Apodos en Remedios
Contiene más de 3000 apodos, incluye una breve biografía de
cada uno de los personajes que allí se mencionan. Comienza
con los apodos de los que quemaron a Remedios: Jaiba, Cometa, Tampico, Atarraya, Guasasa.
• Historia de las parrandas de Remedios
• De mi anecdotario, recopilación hecha por Pedro Capdevila
del folklorista remediano El Brujito (José Álvarez Ferrer)
112
Ensayo foto-biográfico de tipos populares remedianos. Ricardo Corona125
Hoy tenemos el gusto de presentar a nuestros lectores la vera
efigie de Ricardo Corona, Director de Parrandas del barrio El
Carmen, y famoso y consecuente contratista de las sillas del parque remediano.
Corona, en sus mocedades (hace 89 o 90 años de esto –pues
es más duro que Alfredo Hernández–) fue zapatero, aunque
según dice Cándido Cabrera ya “no sabe ni la forma que tiene
una horma”, después colgó la chaveta y se entretenía en tirar
la chivichana. Con tal honradez y seriedad procedía en este
juego lícito, que muchos apuntadores pagaban por la tirada
de Corona.
Ha sido también miembro de la directiva de distintas sociedades de recreo tales como La Unión, La Esperanza, La Alianza,
etc., y además, con carácter vitalicio se ha posesionado con la
dirección de las parrandas del barrio carmelita, título que nadie
le ha discutido nunca, por ser en realidad, el alma del barrio.
En los carnavales, uno de los tradicionales números que más
simpatía despierta es el típico matrimonio de Corona y Bicho,
si bien en los carnavales últimos, su cónyuge fue sustituido por
Enrique Caralampio y por Ricardo Rojas.
Nuestro biografiado es un entusiasta y querido amigo, muy
estimado de todos los vecinos del Zoco marroquí.
Y buena prueba del cariño que se le tiene, es que su casa,
fabricada en un solar que le vendiera por 75 pesos una antigua
remediana, fue edificada gratuitamente, gracias al generoso
desprendimiento de La Casa Pertierra, Silvino E. García, La
Calera, Pernús, etc., los cuales contribuyeron con los materiales para la obra, y al solidario trabajo personal de infinidad de
albañiles, carpinteros, jornaleros, etc., entre los que recordamos
a Francisco Tantera, Higinio, su compadre Cándido Cabrera,
Eusebio García (¡y eso que Eusebio es un sansarí de los que
muerde!), Juan Felipe, etc., es más: hasta Marín, que no había
vuelto a trabajar desde que salió de aviador en una carroza de
125
El Huracán, 10 de julio de 1936, pp. 1, 3.
113
San Salvador, dobló el lomo como bueno también, en beneficio
de Corona...
Más que por la utilidad que para el municipio representa
la concesión de las sillas del parque, la alcaldía municipal
interpretando el sentir popular, y como una recompensa al remedianismo de Corona, le ha otorgado siempre esta concesión.
Para iniciar el negocio fue palanqueado económicamente por D.
Indalecio (¡que ya es decir!), deuda que saldó en breves meses,
devolviendo hasta la última perra chica...
Perseverando siempre para ofrecer un mejor servicio, entretenía sus ratos perdidos recogiendo los flejes con que vienen
atadas las planchas de zinc, y luego en complicidad con la herrería de los hermanos Reguera, fue haciéndose poco a poco,
silla a silla, de varios centenares de estas, sin haber tenido
jamás dificultad alguna en cuanto a la concesión para explotar
el servicio aludido en el parque remediano, hasta el memorable
día en que Saco e’ tierra tuvo la desdichada ocurrencia de formarle un tejemaneje para quitarle la contrata. Este proceder
alcaldicio dio oportunidad para que Corona pudiera apreciar
el profundo afecto que le profesan todas las clases sociales de
Remedios, pues ello dio motivo a que el pueblo entero, en masa
con pata, unánimemente, exteriorizara en público la más enérgica protesta que ha contemplado Remedios desde los tiempos
de su fundación, y que culminó con un formidable mitin local,
sin precedente en su historia, que se celebró frente al Parque
Martí, y en el cual hicieron uso de la palabra los más brillantes
oradores de la localidad, entre los cuales sobresalieron Raúl M.
de Villa, Pedro J. Pérez, Cirilo Delgado, Casimirillo, y otros
varios más, estando el resumen del acto a cargo del conceptuoso
Andrés Pérez.
En esa oportunidad, este periódico, haciéndose eco del clamor
popular, secundó la protesta en todas sus formas, alentando a
la lucha hasta obtener el triunfo del pueblo.
La mayoría de los asistentes iba movida principalmente por el
deseo de testimoniar en esa forma su adhesión a Corona, si bien
hubo muchos que también fueron para no perder la oportunidad
de escuchar las risas de Lorenza la Gorda..., habiendo dado
lugar el incidente de la concesión, a que Corona –repitiendo
sus frases– tuviera que “cargar leña durante tres meses desde
la finca La Cabaña”.
114
Corona viene actuando de Director de Parrandas de El
Carmen desde la buena época en que este barrio, junto con la
bandera carmelita y la Globa de la barquilla, sacaba también
el símbolo Gavilán, con el cual quería expresar que a la corta
o a la larga, esta ave de rapiña se dispara el gallo Sansarí. Sin
embargo, este último barrio, imitando a los alemanes, no bien
acaba de perder una parranda, se prepara para la otra.
Después de cada parranda, es cuando mejor puede apreciarse
una de las múltiples facetas de este hombre todo energía y todo
corazón, al hacer la recogida de muchachos y conducirlos hasta
la Casa de los Faroles. Allí, subido en un barril, y haciendo uso
de la fogosidad arrebatadora de Dantón y de la elocuencia de
Castelar, abusando horriblemente –desde luego– del idioma cervantino, despide el duelo si ha perdido El Carmen, arengando a
los muchachos para que no pierdan la fe a fin de conquistar la
victoria en la próxima, o bien, si el resultado ha sido favorable
al barrio carmelita, los excita a que continúen con igual brío
para no perder más ninguna, y a unos los obsequia con pirulí
y a otros les da café solo...
Su cariño por el barrio carmelita lo hizo bien patente durante
su última visita de este año a La Habana, encontrándose en
el Consulado Remediano del Parque Central, contemplando,
abstraído, la iluminación de la calle San Rafael, al manifestar,
señalando para dicha calle: “Algo así como esto nos hace falta
allá... pues mandaba subir un poco algunos anuncios para que
pudieran cruzar las carrozas, ensanchaba más la calle, le quitaba un pedacito al Centro Gallego, y metía por ahí una entrada
que tumbaba los palos...”
No queremos terminar sin antes dejar constancia de que no
obstante ser este periódico el órgano del barrio Sansarí, por
tratarse de Corona y estar ahora en período de paz parrandera,
no hemos vacilado un momento para dar a la publicidad esta
biografía de un carmelita de la talla de aquel, lo cual es una
prueba más del afecto que todos sentimos por Corona.
No hay duda que el pueblo debe mucho a este gran vecino,
que, desde sus mocedades, tanto ha contribuido a mantener la
tradición popular. El Ayuntamiento debía hacer un acto en su
honor, otorgarle una medalla, algo, en fin, que recompensase
sus grandes merecimientos, y que dé lugar a que tenga muchos
imitadores.
115
¡Ya salieron las gangarrias...!126
...Cachín cachágala
cachín cachágala
cachín cachágala
cachín cachágala...
Guillermito Duyos, el querido hijo nieto y ahijado de Cayá, nos
brinda –dentro de las limitaciones de todo género que un trabajo
de esta índole impone– con certera puntería por cierto, una fugaz visión del repique animador de las parrandas remedianas.
Es en el inolvidable y bronco repique donde en diversas épocas han lucido sus naturales aficiones musicales con la reja,
la gangarria, la tambora, tantos y tantos consumados artistas
de nacimiento, como Minao García, José Isabel, Ciriaco Bofil,
Tachuela, Ramón Carabela, Juan Rojas, Ezequiel Espino, el hoy
multimillonario Margarito Castañeda, Juan Valdivia, Nicolás y
Tano Pérez, José Agustín, Lorenzo, Gabriel y Guille Rodríguez,
Manuel Campanería, Modesto Duquesne, etc. El dibujo tiene
por escenario la esquina donde se besan en cruz dos calles remedianas; en el momento que coincidiendo con un breve descanso
tras el atesao repique, de la multitud de voces del conjunto
se escucha una que ordena: “¡Vamos por aquí...!” y una mano
que señala la calle inmediata; “¡Sí, sí! ¡Por aquí...!”, asienten
unos pocos; “¡No, mejor es dar la vuelta para entrar por La
Bermeja...! ¡Por acá...! ¡Por allá...!” y mientras el guirigay va
en aumento y nadie se entiende, Enrique Caralampio afina la
reja golpeándola contra la acera; Ramón el bizco o Juan Felipe,
obtienen para la amada tambora, del calor de la improvisada
hoguera, el grado de tensión necesario para “obligar al chivo a
que cante claro...”
Estas escenas son las que ya comienzan a verse en Remedios.
Sin apartarse en lo más mínimo de la tradicional costumbre,
han quedado extraoficialmente rotas las hostilidades al comenzar como todos los años, los periódicos recorridos del repique de
los barrios por las rojas calles del olvidado Zoco, que constituyen
126
El Huracán, 21 de octubre de 1938, pp. 1-2.
116
una nota de inimitable colorido local –patrimonio exclusivo de
la cuna de las parrandas–, y rompiendo la monástica quietud
pueblerina con las ensordecedoras pero bien combinadas y alegres “notas” del entresijo minero-animal de rejas, gangarrias,
tambora, tarro de buey, etc., que integran el instrumental del
repique.
Entre los innumerables detalles que con tan poca fortuna han
tratado de imitar las localidades donde las parrandas han sido
introducidas, y que dan a las fiestas de Nochebuena remedianas
su inconfundible y personal fisonomía (aparte de la mayoría de
edad, de que carecen sus imitadoras), cuéntase, en lugar preferente el repique: preámbulo callejero del antiquísimo y dilatado
ceremonial que precede a las parrandas, que con sus intermitentes salidas nocturnas en los dos o tres meses que anteceden
al veinticuatro de diciembre va reanimando a los remedianos
su simpatía por los barrios, aletargadas por el decurso de nueve
meses de inactividad parranderil, haciéndole pronto cobrar nuevos bríos, e infiltrándoles el entusiasmo característico de estas
fiestas en las cuales no hay nunca vencedores ni vencidos...
Como en años anteriores, los partidarios de ambos barrios
han respondido al “llamamiento de la reja y la tambora”; la
plana mayor de Sansarí, aguarda solo a que los Carmelitas se
decidan, para nombrar su directiva y comenzar la lucha, y los
partidarios de ambos barrios verían con gusto que se reeligiera
la misma directiva que el año último tan buena labor realizara, premiando así aquel esfuerzo, que no pudo llevarse a feliz
término por la causa de todos conocida.
Sansarí confía de nuevo en Carlos Carrillo, el Coronel y Moronta; y los Carmelitas deben ofrecerles el mando otra vez a
Neno García, Pelayo Vigil, Corona y Felipe Brusainz.
Cachín cachágala
cachín cachachágala
cachín cachágala
cachín cachachágala
117
Tipos populares de otros tiempos. Mascapiedra127
Para los niños: el temido Mascapiedra; para los mayores: Don
Carlos Mascapiedra el sepulturero; pues pocas eran las personas conocedoras de que se apellidaba Núñez.
Era negro de nación, mandinga, de pasa amarilla y ojos grimosos. Dotado de completa, blanca y durísima dentadura. De
voz gruesa y resonante; dicción clara. De mediana estatura y
envuelto en carnes. A grandes rasgos, tales eran las características físicas del desaparecido personaje cuya foto y biografía
ofrecemos al tolerante lector.
Mascapiedra, nuestro famoso personaje, generalmente usaba
para cubrirse un saco de los que se utilizan en el envase de
arroz, al que hacía unas rudimentarias aberturas indispensables para introducir por ellas la cabeza y ambos brazos. Pero,
sin duda, presintiendo que su tétrica humanidad algún día
fuera mostrada desde la primera página de El Huracán, fue
que, contra su costumbre, se retrató por primera y única vez
luciendo una “tralla” de largo metraje, y exhibiendo orgulloso
además el pico y la pala con que a diario rendía su fúnebre
tarea. (Esta fotografía fue tomada a principios del año 1909,
en el interior del Cementerio de Remedios, residencia habitual
de Mascapiedra, y nos ha sido facilitada gentilmente por el Dr.
José A. Martínez Fortún, Académico de la Historia y autor de
valiosas obras sobre historia, a quien por este medio expresamos
nuestra más sincera gratitud).
En las postrimerías del pasado siglo, “cayó” Mascapiedra en
Remedios procedente de Camajuaní, cuando fue compelido a
salir “sangando” de esta última localidad; y algún tiempo después comenzó a desempeñar junto con Candela la más tarde
disputadísima plaza de sepulturero; si bien, por ser su ecobio
Candela “un negro indoméstico” –según manifiesta aquel– con
frecuencia tenían cada agarrada del enemigo malo.
Lo más famoso en Mascapiedra era su formidable y envidiada dentadura con la que trituraba objetos de loza y de cristal,
así como piedras, lo que dio motivo para que fuera siempre
127
El Huracán, 8 de febrero de 1939, p. 1.
118
conocido por tal sobrenombre. Fue una figura familiar en el
Zoco donde en sus diarios recorridos de día o por la noche iba
invariablemente tarareando alguna décima, o cantándola con
el estribillo final siguiente:
Yo te quisiera querer
y tu madre no me deja
el demonio de la vieja
que en todo se ha de meter.
Estribillo:
Caridad, me engañaste,
pa’qué te fuiste...
Caridad, me engañaste,
pa’qué te fuiste...
¡Caramelo de goma...!
En ocasiones rechinaba los dientes en forma tan estridente y
terrífica como jamás nadie ha podido malamente imitarle en
Remedios, e intimidaba a los muchachos cantándoles:
Yo soy el viejito Carlos
que me como los muchachos
Y haciendo ademán de atraparlos, agregaba:
¡Venga pa’cá camará...!
¡Venga pa’cá camará...!
Frecuentemente, cuando se topaba con algún niño de los pocos
que a ello se atrevían, Mascapiedra tomaba de la calle alguna
piedra o casco de botella; y al tiempo que manifestaba: “Los
hombres me parecen mosquitos y las piedras, quesos”, le daba
diente y más diente hasta reducirlo a pequeños pedazos.
Y si para atemorizar a los niños desde tiempo inmemorial
se les hablaba del “coco” que los va a coger o se los comerá, en
Remedios en la época en que Mascapiedra residió allí y aún
por algunos años después, el “coco” no era ese ser invisible con
119
que los padres, equivocadamente, atemorizaban a sus hijos
desde su más tierna infancia, bien para obtener de ellos que
se estén tranquilos, “para que no jueguen a las castañuelas”,
o simplemente para que se acuesten: ¡no! el temido “coco” de
los niños remedianos era Mascapiedra, de pausado, simiesco
y contoneado andar, de fantástica presencia, de carne y hueso, que al menor descuido podía extender sus largos brazos,
atraparlos y después devorarlos triturándolos previamente con
aquella su famosa dentadura que tanto pavor infundía. Muchos
de los que hoy presumen de guapos, con más de 40 años en las
costillas, nos han confesado que al oír de noche, siendo niños,
la voz tétrica de Mascapiedra cuando regresaba del cementerio,
aunque estuvieran dentro de su casa, salían corriendo para la
cama huyéndole al “coco”...
Con ocasión de los diarios y casi matemáticos recorridos que
invariablemente efectuaba Mascapiedra por las mismas calles y a la misma hora más o menos, realizaba algunas cortas
visitas, y así, entre otras, visitaba la casa de Rafael Falero en
La Bermeja para tomar un buchito de café, al llegar a la cual,
después de dar los buenos días, dirigiéndose a la esposa de Falero, afectuosamente le preguntaba: “Ramonín, ¿hay café...?”.
Respondiéndole Ramona al tiempo que le hacía entrega de la
taza con el aromático “cafildo”: “Sí, don Carlos; tómese el café,
pero –le advertía–, ¡cuídeme la taza...!”.
Don Carlos Mascapiedra, (según la autorizada opinión de
nuestro amigo Tano, conocedor profundo de estas cuestiones,)
se “defendía” con la brujería, pues su fama como brujero que
“trabajaba con tierra de cementerio” hizo que fueran muchas
las personas que acudían a él para que, previa la manipulación
de rigor con aguardó, epó ajonjolí,obi, aguó, moropo de enkiko,
etc., del embó saliera el “daño” con qué hincharle la barriga
o tumbarle un brazo a su enemigo, para atraerse el amor de
alguna casquivana amordé: o bien, en “procura del resguardo”
para eludir triunfalmente todas las “salaciones” que pudieran
sobrevenirle. Simeón Vigil, con quien hemos hablado de ello,
nos ha informado muy confidencialmente que Don Carlos tenía
pacto con el diablo, pues aparte de no matar ningún “bicho”
malo, tales como el alacrán, la araña pelúa, el caballito del
diablo; etc., Mascapiedra los quería como algo familiar y le
120
producía irreprimible enojo cuando veía matar alguno de ellos.
Y al igual que Simeón, Modesto Pérez cree igualmente en el
pacto con el diablo, ya que nos dice haber presenciado en más
de una ocasión cómo Don Carlos cuando algún caballito del
diablo volaba cerca, lo señalaba con el índice y seguidamente
bajando la mano le indicaba la tierra y el caballito aterrizaba
como una mansa paloma.
A Mascapiedra en su fúnebre residencia le servía de cama la
mesa de las autopsias, y frecuentemente le sucedía que al llegar
a dicho sitio se la encontraba ocupada por algún cadáver; pero
nuestro biografiado no era hombre que se preocupara por cosa
tan baladí, ya que con desconcertante naturalidad, al tiempo
que empujaba y tiraba al suelo el cadáver, le decía: ¡Caray...!
¡Quítate de ahí...!, y ya desalojada la cama, sin impetrar para
sí la ayuda de Changó, se acondicionaba en ella y... ¡a dormir
sabroso...!
Sin duda que casi todos nuestros lectores, con edad para ello,
recordarán el frente del cementerio del Zoco antes de sufrir
la ampliación que lo convirtió a su actual estado, así como el
banquito instalado contiguo a la puerta de acceso al mismo,
en el exterior de tan sagrada mansión. Pues bien, dicho banco
era el lugar predilecto de Don Carlos Mascapiedra para descansar de noche, y en sus ratos de buen humor divertirse a su
vez –pues era un soca– a costa del terror que, a las personas
mayores como brujero fuerte y a los niños como el “coco”, inspiraba su fama. No fueron pocas las veces en que al transitar
a tales horas algún guajiro a caballo por la carretera frente al
cementerio escuchara una gruesa y resonante voz que desde tan
solitario recinto y (con suplicante tono) le decía: Yey, amigo...
¿me da la candela...? Y era para ver entonces la espantada que
se daban el cabo y el penco, pues a máxima velocidad llegaban
a la entrada de la cárcel “más blancos que un pan de cera” y
con la lengua afuera...
¿Cómo hubiera reaccionado Chetto Grau si, por ejemplo,
regresando a las tres de la mañana de la zona petrolera, completamente solo, al cruzar por frente al cementerio, desde este
lugar escucha una voz profunda suplicándole que le dé un
cigarro o que le facilite la candela...?
121
Cuando Mascapiedra chaqueteó de Remedios fue a recalar
en Zulueta, en cuya localidad desempeñó también hasta su
muerte la plaza de sepulturero. No hay que agregar que allá
continuó con iguales costumbres que en Remedios, vistiendo
igual, atemorizando a los niños e infundiendo respeto a los
hombres; pero en dicho pueblo fue donde “se le viró el santo”,
pues según versión que hasta nosotros ha llegado, en un registro
que le practicó la “jara” en su domicilio del cementerio, hubo
de ocuparle jícaras, cocos secos, pólvora negra, monedas de a
centavo, aguardiente, granos de frijol negro, de maíz, etc., con
cuyos objetos se entretenía Mascapiedra en matar el tiempo; y
como recompensa recibió una “estiba” de tal envergadura que
a consecuencia de ella hacía “ñénguere clarito” pocos días después, exactamente el 14 de julio de 1917: contando a la sazón
99 años de edad.
Para disipar cualquier duda que surgiera en la mente de
nuestros lectores, solo nos resta agregar que, repitiendo aquí lo
que nos informara recientemente Ricardo Corona, la “prenda”
de Mascapiedra fue heredada por Ubaldo Olivera.
Hemos indagado hasta donde nos ha sido posible la letra de
los cantos de Mascapiedra, y aunque más de una persona hubo
que a requerimiento nuestro nos manifestara: “Pero, ¿cómo me
voy a acordar de sus cantos, si yo lo que le tenía era un miedo
que me ciscaba?”, de labios de otras hemos podido reunir la
pequeña recopilación fragmentaria que insertamos seguidamente,
los cuales terminaban con el estribillo a que hemos hecho referencia
con anterioridad.
Cantos de Mascapiedra
A mí no me gusta el pato
porque tiene el pico de oro;
a mí no me gusta el pato,
porque tiene el pico de oro:
Toditos comen del pato
y yo pago el pato solo.
122
Tipos populares de otros tiempos. Serpentina128
Viene nuevamente a estas columnas la simpática figura de
Serpentina, popular rumbero remediano que tanto se ha destacado como discípulo aventajado de aquel que en Remedios gozó
fama y en la actualidad todavía se le recuerda como máxima
autoridad de la rumba: Liborio Manyare.
Es bien sabido que las personalísimas estilizaciones que de la
rumba hace Serpentina le han ganado la admiración y la simpatía
de cuantos lo ven rumbear; aunque ello ha sido igualmente la
causa de no haber podido llenar el vacío que a su muerte dejó
Liborio. Según opinión de los bien enterados en estas cuestiones,
al alejarse Serpe de la columbia desvirtuando la pureza de la
rumba, se ha dejado a otro notabilísimo rumbero remediano,
José Duquesne, el puesto más cercano a Liborio Manyare, pues
para el elemento es Duquesne en la actualidad el “papaíto” de
la rumba en Remedios.
Si de antiguo tiene bien cimentada fama jurisdiccional, no fue
sino hasta el 4 de septiembre de 1940 en que Serpentina impuso
con carácter provincial su doble condición de rumbero y director
de conjuntos coreográficos de innatas cualidades, pues en esa
fecha fue cuando al frente de su popular comparsa, y representando a Remedios en el Concurso Provincial de Comparsas que
se efectuaban en la capital villareña, arrancó a la multitud que
presenciaba el desfile nutridas salvas de aplausos, y al jurado
el segundo de los premios ofrecidos.
Nos dice Serpentina que en aquella oportunidad, al llegarle
su turno, comenzó el toque iniciando el desfile con la suavidad
del guayo; pero cuando faltaba poco para cruzar frente a la
tribuna del jurado, se paró en seco y volviendo la cabeza paseó
la mirada hasta localizar al quinto, a quien previno con estas
palabras: ¡Román, tú acentúa bien los cañonazos que se va’cabar el mundo...!
Y al conjuro mágico de su voz Serpe “calentó el jico”:
Llegó la comparsa
guarachera de Remedios,
128
El Huracán, 27 de agosto de 1942, p. 3.
123
con este coro y compás
que no tiene rival
venimos a saludar
al 4 de septiembre.129
Todo el habanero
debe recordar
¡del fuego tan grande
del fuego tan grande
en el Hotel Nacional!
Y reforzado ahora por el ankori:
Pero qué fuego tan grande
en el Hotel Nacional...
¡ay, cuando agarro la escopeta
y hago la tierra temblar!
Escuchándose entonces hábilmente imitadas las descargas
de fusilería y el tabletear de ametralladora. Cada seco golpe
simulando un cañonazo arrancaba al descoyuntado cuerpo de
Serpentina un movimiento distinto. Y llegó por momentos a
adquirir tal verismo la simulación que cuando Serpe se echó
la escopeta al hombro y al compás del quinto que Román repiqueteaba furioso, apuntó para el jurado, su decidida actitud
produjo en la glorieta un ronroneo de incertidumbre. Al instante
estaba junto a Serpentina “un blanco grandísimo con muchísima pluma colorá en lo’sombro” –como él dice– pidiéndole el
fusil, que tomó en sus manos, y el cual después de examinarlo
rápidamente se dirigió al jurado exclamando tranquilizado, al
tiempo que mostraba el fusil: ¡Es de madera, coronel...!
Fue tal la favorable impresión que en todos causó la comparsa
de Serpentina que el propio coronel Gómez Gómez lo mandó a
129
Alusión al golpe militar del 4 de septiembre de 1933 que derrocó al gobierno
provisional del presidente Carlos Manuel de Céspedes. Fue dirigido por
un pequeño grupo de clases y soldados del ejército cubano agrupados en
la llamada Junta de los Ocho o Unión Militar Revolucionaria. Los insubordinados dominaron rápidamente todas las guarniciones militares del
país, depusieron a la oficialidad y de acuerdo con los civiles se organizaron
en la Agrupación Revolucionaria de Cuba, que tomó el poder en nombre
de la revolución y designó un gobierno colegiado de cinco miembros: la
Comisión Ejecutiva o Pentarquía. (Información tomada de EcuRed)
124
buscar a la tribuna, y al felicitarlo por su descollante actuación
a presencia de los demás miembros del jurado, poniéndole la
mano en el hombro le dijo: ¡Caray, Serpe, ud. es el único negro
que me ha emocionado!
Pero si regocijado se sintió al recibir los parabienes del coronel
Gómez Gómez, mayor emoción experimentó instantes después
de haber terminado el desfile de aquel día. La comparsa había
“echado hasta afuera” esa tarde; casi todos los bailadores estaban apolismados, molidos, derrengados. El propio Serpe descansaba recostado junto a un poste del alumbrado; en la acera
inmediata descansaban otros. Los más habían ido a entonar el
estómago con salsa peleona a la tienda vecina.
Se encontraba Serpentina cabizbajo, cavilando acerca de la
hora en que estaría emparrillao en el enkufó de Sol y Tetuán,
sorprendiéndole la algarabía formada por un grupo de bulliciosas muchachas que se dirigían hacia donde él estaba; y casi se
ñampia del susto cuando estas le manifestaron que querían su
autógrafo, solicitud que en los primeros momentos no entendió
bien pues reculaba como un mulo cerrero protestando airado:
¡Qué fonógrafo ni fonógrafo...! Pero al convencerse de su error
se extendió como la verdolaga estampando autógrafos con ambas manos. Fueron tantos los que suscribió que en los últimos
pintaba un garabato que según él quería decir Serpe...
Se marcharon satisfechas las cazadoras de autógrafos y un
admirador lo obsequió entonces con una botella de sasa, que
no quiso probar porque se encontraba agotado; pero como vinieron algunos mirones a curiosear, puso dos pañuelos con los
simbólicos colores amarillo y rojo (Ochún y Changó) en el suelo.
Y encima de ellos colocó la botella de sasa, pero rodeando tan
sencilla ceremonia con un aparato desusado, lo que motivó en
el público la creencia de que el negro era un mayombero fuerte,
y que iba a hacer algún “trabajo”...
Como el público que afluía de todas partes terminara por encerrarlo en un círculo, Serpentina le pidió que le dejaran espacio
para maniobrar. No bien quedó despejado el terreno, tirando
previamente unos pasillos de su especialidad, comenzó a cantar
y bailar en esa forma suya tan inimitable, donde haciendo derroche de gracia y simpatías unidas al infore que Yemayá le ha
concedido para la rumba, se robó al público, que ensimismado
trataba de no perder uno solo de sus ágiles movimientos.
125
Cuando hubo bailado un rato, para rematar el espectáculo,
después de un epiléptico vacunao rechenene tomó los pañuelos
por una de sus puntas y tiró de ellos con rapidez al compás del
quinto. Contra lo que esperaban él y los espectadores, y ante el
asombro de uno y otros, obedeciendo sin duda al impulso que
en su base le imprimió al sacar los pañuelos en la forma en que
lo hizo, en vez de caer y romperse comenzó la botella a girar
perezosamente sobre sí misma un buen rato, motivando entonces los más variados comentarios sobre el poder sobrenatural
que Serpentina sabía trasmitir a las cosas y objetos; y así el
público expresaba su asombro con estas frases: Ese negro es
María Santísima. ¡Ese moreno tiene mambo...! Sin que faltara
una tremendísima langa que hondamente impresionada con lo
que acababa de ver, expresó su admiración con la frase ¡Qué
va... ese negro tiene un nasago muy fuerte...! ¡Ese negro tiene
que ser de Bolondrón...!
Pero no vaya a imaginarse el lector que Serpe ha salido siempre
victorioso en estas lides rumberas. Veces ha habido en que no
solo no ha podido salir triunfante en su empresa sino que hasta
ha salvado el pellejo gracias a que pudo “dar uña” a tiempo.
Por ejemplo, de él sabemos que hallándose en La Habana durante uno de sus primeros viajes a la capital, se encontró con un
ecobio que lo remolcó hasta un solar de la calle Vives donde
había tremendo “jico” con un coro guaguancó del enemigo malo.
Ni qué decir tenemos que Serpentina se enlazó y achujado por
su amigo comenzó a cantar su rumba favorita que dice:
Laye... laye... laye...
como yo...
inán lloro
laye... laye... laye
como yo...
china de oro...
Pero escucharlo y comenzar las leas a acercársele para acompañarlo fue la misma cosa. Y ello fue lo suficiente para que los
“monteros” se emboriaran de a bute, formándose la rebertera
vigueta de la que no pudo sacarlo su ecobio porque salieron a
relucir las “barberas”, y en el desparramo cada cual chaqueteó
por distintos rumbos...
126
En La Habana igualmente tuvo su cancaneo en una rumba
a la que había asistido en compañía de José Duquesne. Este
último había dado ya al elemento la letra de su arribo a la capi,
anunciándolo como algo “puipa” del nongo. Los rumberos estaban ansiosos de verle actuar; pero aunque Serpentina iba más
contento que yegua con potrico, al arribar al jico y encontrarse
que solo había autoridades, tales como Roncona, Carburo, etc.,
se tangueó y no quería hacer ná, de cuya actitud lo hizo desistir
José Duquesne que logró sacarlo pa’l limpio jurgándolo como
al cangrejo encuevao al cantarle así:
Baila Serpentina, baila...
baila que te quieren ver...
Baila Serpentina, baila...
baila que te quieren ver...
Y ya entonces sin excusa que alegar, tuvo que “entrar”, imponiendo una vez más su condición.
Por lo expuesto, al lector le resultará fácil comprender cómo
Carlos Carrillo, nuestro remedianísimo alcalde, profundo conocedor de las costumbres y aficiones de su pueblo, pudo añadir
a sus muchos aciertos uno nuevo al ampliar los formidables
festejos del 24 de junio último, incluyendo en el programa de
ellos el desfile de la comparsa del simpático Serpentina; dándole así a los vecinos y visitantes una nueva oportunidad que
le supieron agradecer, de disfrutar ratos de íntimo regocijo
presenciando el bullicio y la alegría que Serpentina y su gente
derramaba por las tristonas calles remedianas.
Y aunque es bien cierto que en política ha navegado hasta
ahora con poca suerte, Serpentina abriga grandes y fundadas
esperanzas de ver pronto compensadas su devoción al partido
del viejo Meno130 y en particular su indesmayable lealtad hacia
Carlos Carrillo, por cuyo triunfo tan tenazmente laboró en las
elecciones en que este resultó electo, luciendo para su satisfacción propia y de sus muchos amigos, el uniforme de la Policía
Municipal; a cuyo cuerpo daría brillo y prestigio.
Y dejemos por hoy a Serpentina. Pero al despedirnos de él,
recordemos a otra desaparecida figura en la rumba remediana,
130
Mario García Menocal.
127
y con lágrimas en los ojos y el pecho apretado cantemos bien
bajito acompañados por Cirilo Delgado:
é... é... bamo a llorá
la muete’ Laureana...
la muete’ Laureana Linsensié...
que en pá decanse Laureana...
que en pá decanse Laureana...
Pablo cabeza’e gato
(Rey del quinto)
Barrio’el Sol
Remedios, 1942.
128
Apuntes del folklore remediano131
Preámbulo
El presente trabajo recoge una reducidísima porción del inagotable material folklórico que en la ciudad de Remedios se
encuentra a flor de tierra, casi al alcance de la mano.
Hemos concedido preferentemente atención a las canciones,
pregones, rumbas, cantos políticos, etc., compuestos o cantados
en Remedios en épocas diversas pero no quiere ello significar
que audazmente pretendamos recoger en las páginas que siguen todo el acervo poético-musical de una ciudad que, como
Remedios, cuenta con cuatro largos siglos de vida.
En esta ocasión solo nos guía el propósito de que vayan quedando recopilados trazos dispersos de la vida diaria remediana, que podrán servir para que otras personas, con autoridad
y competencia, puedan hallar “materia prima” para trabajos
más profundos.
Parte del material utilizado en la confección de este trabajo,
lo hemos tomado de la charla diaria en el famoso “Consulado
Remediano del Parque Central de La Habana”; otra buena parte, de las visitas realizadas con tal objeto a excelentes amigos
remedianos que se ven imposibilitados de concurrir a “la Meca
de los exiliados del Zoco”; y el resto nos ha sido facilitado, espontáneamente, por Manuel Campanería y Modesto Duquesne.
El original lo avaloran seis dibujos, reproducción de trabajos
de plaza y carrozas de las parrandas, debidos al pincel del
modesto y valioso artista remediano Guillermito Duyos, que,
renunciando a sus pocos ratos de descanso y también a sus honorarios (¡no hay que decirlo!), tanto se ha afanado por ofrecer
su arte a esta obra que consideramos buena, por ser remediana.
A todos nuestra gratitud.
La Habana, octubre, 1937.
131
Revista Bimestre Cubana, marzo-abril, 1939, pp. 220-265.
129
Parrandas
En primer lugar, hablaremos de las parrandas.
Se deslizaba suavemente el año 1904, y el “patriotismo” por
las parrandas hallábase al rojo vivo en Remedios, ocasión que
no desperdició el jocoso Facundo Ramos para escribir un diálogo
titulado Los dos barrios, lleno de gracia, que fue representado
en el teatro La Tertulia132 por los niños Julio Jiménez Carrillo
y Jesús de la Carrera y Fuentes.
Cuéntase de los artistas que se posesionaron de sus papeles,
desempeñándolos tan bien, y tan “a lo vivo”, que más de una vez
salieron del escenario con arañazos y rasguños que mutuamente
se ocasionaban en la escena de los farolazos; así como que, en
vista del éxito obtenido, aquel año lo representaron innumerables veces los propios artistas en la Colonia Española y en
diversas casas de familia de Remedios.
Va insertado ahora en el presente folleto, como una contribución al estudio de las costumbres locales, pues tenemos entendido que el prolífico historiador Dr. José A. Martínez Fortún y
Foyo no lo ha publicado en ninguno de sus múltiples trabajos
sobre Remedios; y en honor a la verdad, justo es consignar que
al autor del presente folleto le ha sido facilitado por el “viejito”
Eduardo Muñiz Urbano.
El mencionado dialogo, decía así:
Sansarí:
–Señores, yo soy aquí
el jefe representante
de ese barrio tan flamante
que le llaman Sansarí.
Poco me importan a mí
las críticas y censuras
132
Desde muchos años atrás, tal vez si influenciada la mente popular por el
ruinoso estado de su edificio, cuyo maderamen era refugio predilecto de
millones de chinches, generalmente se le conocía por El Chinchero. Este
año, haciendo realidad “un sueño” del coronel Juan Jiménez, y como ampliación de la Sociedad La Tertulia se construirá en el terreno que dicho
teatro ocupara, un Patio Andaluz...[Nota del original]
130
del Carmen, que vive a oscuras;
y como no está hecho a bragas,
el pobre, siente las llagas
que le forman las costuras.
Carmen:
–Por estos alrededores
represento al Carmen, sí,
y por eso estoy aquí
cerca de los bastidores.
Los de Sansarí, señores,
fuman tabaco de andullo,
y aunque tienen cierto orgullo
todos viven en el Limbo
y su iglesia es un cachimbo133
y su parranda un barullo.
Sansarí:
–Muchas gracias, carmelita,
por tu caliente censura.
¡Qué cara tienes tan dura!
¿No te da pena maldita
que el Carmen siempre repita
lo mismo? ¿A qué viene eso?
¡A dar gusto a la sin hueso!
Uds. juntos o a solas
comen muchísimas bolas
y se ajuman con exceso.
Carmen:
–¿Qué vamos a hacer? ¡Paciencia!
Ud. lo dice y me callo;
pero sepa que su gallo
se ha huido de mi presencia;
el gavilán sin clemencia,
aunque más pobre y más chico,
133
Aludía a la Ermita de San Salvador, contigua a la plazoleta de este último
nombre, demolida en el año 1926. [Nota del original]
131
le desgarró el abanico,
y agitando el cortaplumas
le arrancó todas las plumas
desde la cola hasta el pico.
Sansarí:
–¿Solo las plumas? ¿Qué dices?
Pero luego el cazador
al gavilán peleador
le dio un tiro en las narices.
Así no ridiculices
a Sansarí, ¡no lo aguanto!
El Carmen no vale tanto;
nosotros siempre vencemos
porque faroles tenemos
y en un melodioso canto.
Carmen:
–No puede ser melodioso
el canto de la jutía.
Sansarí:
–¿De veras? ¡Ay, qué gracioso!
¿Lo dices con ironía?
Carmen:
–Lo digo porque es verdad,
y a las pruebas me remito.
Sansarí:
–Si el Carmen no vale un pito...
Carmen:
–¡Menos vale, Sansarí!
Sansarí:
–Eso nunca, no señor,
El Carmen ¿cuándo ha vencido?
132
Carmen:
–Le vence a San Salvador
cada vez que le ha querido.
Sansarí:
–Ni una sola vez siquiera
ha llevado más faroles
en su parranda fullera.
Carmen:
–¿Que ni una vez? ¡Caracoles!
¡No sé cómo me contengo
al tales cosas oír!
Sansarí:
–Pues te las vuelvo a decir,
las repito y las sostengo.
Carmen:
–¡Qué va! No sostienes nada,
Sansarí, tú eres muy viejo.
Sansarí:
–¡Si te arrimo una trompada
te arranco todo el pellejo!
Carmen:
–Y yo te arranco una ceja
y te pico el esternón.
Sansarí:
–Yo te saco la molleja
y te corto el corazón.
Carmen:
–Y yo te abrazo y te muerdo
y te reduzco a cenizas.
133
Sansarí:
–Y yo a ti te hago mil trizas
y por matarte me pierdo.
Carmen:
–Pues bien, riñamos los dos
pero en campo bien abierto.
Sansarí:
–¡Las armas hay que elegir!
Carmen:
–Yo las elijo: dos latas.
Sansarí:
–¡No!, que nos pueden oír:
elijamos dos faroles,
pero en campo muy abierto.
Carmen:
–Al campo, Sansarí, voy,
donde probaros espero
que gran parrandista soy
y el Carmen es el primero.
Sansarí:
–Al campo también iré
donde yo espero probaros
que gran parrandista soy
y después he de mataros.
(Se dirigen los dos artistas a ambos extremos del escenario,
en cuyo lugar se proveen cada uno de un farol de lata)
Carmen:
–¿Vuestro farol tiene punta?
134
Sansarí:
–¡Y va recto al corazón!
¿A qué viene esa pregunta?
Carmen:
–A que sepas, chicharrón,
que también la tiene el mío
y que raja cuando toca.
Sansarí:
–Pues empieza el desafío.
Carmen:
–Empieza tú, a ti te toca.
Sansarí:
–Empieza tú, ¿tienes miedo
que te hunda en el abismo?
Carmen:
–Ningún valor te concedo.
Sansarí:
–Pues, empieza tú ahora mismo.
(Se entran a farolazos)
Sansarí:
–Pero mirándolo bien,
¿tú no ves que es cosa fea
que este espectáculo ven
dos amigos en pelea?
¿No fuera mejor que unidos
dejemos de pelear
y la paz, arrepentidos,
lleguemos a celebrar?
135
Carmen:
–Gracias, yo aplaudo
tu gran deseo:
grandes amigos seamos
el Carmen y Sansarí.
Sansarí:
–Musimba con zambú lemba
aquel que con lupi zamba.
Carmen:
–Y aquel que con zambú lemba
lambia la zimba cumbamba.
Sansarí:
–Qué le importa a la lechuza
que le digan ¡sola vayas!
Carmen:
–Si alegre cantando cruza
por los montes y las playas.
Sansarí:
–Por mucho que el aura vuele
siempre el pitirre la alcanza.
Carmen:
–Nepa que te me pareces.
Sansarí:
–Nipre que siempre me iguales.
Carmen:
–Una vez que iguales somos
y entre los dos amor haya
que el Carmen y Sansarí
canten alegres guarachas.
(Y ahora los dos artistas juntos:)
136
Viva el Carmen con fervor
y sus luces y banderas,
y vivan las guaracheras
del barrio San Salvador.
***
Y ahora que hablamos de las parrandas, no viene mal un pequeño
relato anecdótico en que su principal protagonista fue Dionisio
Hernández, el popular Tanterín que, aunque muchos no lo crean,
fue zapatero.
Hace ya algunos años, allá por el 1910, Tanterín abrió un
establecimiento de zapatería en la calle de Calixto García, al
lado de la venduta que en la esquina formada por esta última
calle y Brigadier González tenía Pelayo Hernández, generalmente conocido por Pelayo el vendutero. Como el remediano
que lea comprenderá fácilmente, Tanterín se introdujo en pleno
corazón del barrio del Carmen, y ya avanzada la época de
las parrandas, a mediados de diciembre, Tanterín adornó su
establecimiento instalando a un lado de la puerta de entrada
una cañabrava a manera de asta, rematada por una bandera
roja con las iniciales S.S. (San Salvador), y en el lado opuesto
de dicha puerta, una tabla pequeña con un letrero que decía:
“Consulado de San Salvador”.
El acto inaugural fue tirado a relajo, elevándolo a la categoría de conmemoración patriótica o algo por el estilo, cuando,
a las doce del día, con la asistencia de numeroso publico y con
música y voladores, Tanterín hizo temblar hasta sus cimientos
el barrio carmelita...
La zapatería, con Tanterín a la cabeza, servía de punto de
reunión a un nutrido grupo de partidarios del barrio del gallo,
amantes también de las delicias de la sasa,134 y en la misma casi
diariamente saboreaban el rico fricasé de jutía, cuyos roedores
eran cazados por Ramón Carabela,135 quien, según manifestaba
Tanterín, tenía asombrosa facilidad para capturarlos porque “se
Aunque Tanterín no tiene permiso de la Academia de la Lengua Madrileña,
la palabra sasa –bebida– y su derivada saserico –bebedor, borracho–, son
de su exclusiva “invención”. [Nota del original]
135
Probablemente querían decir Calavera, cuyo significado resulta aquí más
afín que el de Carabela.
134
137
parecía a las jutías”, y agregaba que cuando Carabela llegaba
al Seborucal “se ponía a silbar y las jutías venían a sus manos
como si se tratara de uno de la familia”. No hay que añadir
que esas comidas, por lógica deducción, eran “ayudadas” por
buena dosis de sasa, y cuando comenzaban a hacerse sentir
los diabólicos efectos de esta, se tocaba guitarra, se cantaba y
se bailaba...
Ya decíamos que el “Consulado de San Salvador” llegó a convertirse en punto de reunión obligada de si no todos, al menos
de una abrumadora mayoría de soroqueros sansarices, conociéndosele más por el Club de los Sasericos que por el nombre con
que Tanterín lo bautizara; y diariamente se veía a Tanterín,
en su punto, parado en la puerta del establecimiento, con los
pantalones en las verijas, casi cayéndose, la mano derecha en
la cadera y con la izquierda señalando hacia la bandera, ante
las miradas y gestos hostiles de toda la barriada carmelita,
decir, “¡¡Solibios...!! ¡Esta bandera hay que respetarla porque
es de una nación extranjera...!”.
Y por buscarle la lengua a Tanterín, era raro el vecino, muchacho o persona mayor, que cruzara por el Consulado sin
dirigirle alguna frase mortificante, que Tanterín nunca dejó
sin contestación.
Todo ello dio motivo a que en el barrio le cantaran a Tanterín
un estribillo que decía:
¡Pobre Tantera!
¡Con su bandera
ha recogido
toda la follonera!
Se nos dice que en los alrededores del año 1880, en las parrandas, aparte de que “se sacaban muy pocos faroles”, estos eran
todos de madera, utilizándose en su confección los aros de los
barriles de aceitunas –pues los primeros faroles de lata los
construyó para el barrio Sansarí, D. Evaristo Rionda en las
inmediaciones del año 1888–; que los instrumentos musicales
estaban limitados únicamente a las rejas y caracoles, y también
a los tambores, fabricados con barrilitos de aceitunas; y que
por entonces los partidarios del barrio del gallo, le cantaban a
los del Gavilán:
138
¡Gavilán! ¡Gavilán!
tú te comiste el gallo
pero tú lo va’pagar.
¡Gavilán! ¡Gavilán!
tú te comiste el gallo
pero tú lo va’pagar.
Por entonces fue cuando se estableció en Remedios la hoy desaparecida “institución” que se llamó Nemesia Tombo y Ochoa,
simpatizadora entusiasta del barrio del Carmen, pero que,
tal vez si para no herir la susceptibilidad de sus amistades,
refundió los nombres de los dos barrios, y adoptó el de Carmen
Salvador, por el que era generalmente conocida, a tal extremo
que no eran muchas las personas que sabían que su verdadero
nombre era el de Nemesia Tombo y Ochoa.
Aunque no faltará quien crea “que está fuera de tono” traer
a estas páginas a Carmen Salvador, no hay duda que el día
que alguien escriba la historia de las parrandas remedianas,
tendrá que aludirla también; pues a ella debe el barrio carmelita contar desde años atrás con la Globa, que ha llegado a
convertirse en el emblema del barrio, conocida generalmente
por la Globa de la barquilla.
***
Tampoco podrá prescindirse en su día de Emilia Pata e’ grillo,
fervorosa partidaria de Sansarí, que con fanática devoción cumplió todos los años “la promesa” –según manifestaba– de forrar el
emblemático gallo de Sansarí, utilizando papel de China rizado
por ella con habilidad que no ha sido igualada por ninguna de
sus sucesoras.
No pasaba una parranda sin que los remedianos contemplaran
la retadora actitud del gallo de Sansarí, y aún hoy día hablando
estas cosas, cuando se mienta a Pata e’ grillo, dícese que “era
la que forraba el gallo de Sansarí”.
Todos conocen que El Mallorquín junto con Celorio, fueron
los que “reglamentaron” las parrandas, pudiéramos decir; pero
hay un detalle poco conocido de El Mallorquín –vendedor de
efectos timbrados en “la casa de Saurí” donde hoy vive el sansarí Marianito Seigle– que vamos a insertar a continuación.
139
Cuéntase que él era un fanático jugador de billar de mucha
chispa, y era una cosa corriente verlo en este juego, cuando
le faltaban una o dos carambolas para terminar el partido,
después de recrearse durante largo rato dándole tiza al taco;
gesticulando y diciendo alguna frase chistosa si ejecutaba la
carambola final que le daba el gane en el partido, simultáneamente con la ejecución hacía un movimiento con las manos,
alusivo a algo invisible que ascendía lentamente, acompañándolo con esta frase: “... Y deshojada por los aires sube, la blanca
flor de la esperanza mía...”
***
No se crea que todas las personas “de fuera” que se radican en
Remedios por cualquier circunstancia, llegan a compenetrarse
con sus tradicionales festejos de Navidad.
Últimamente sí, ha habido jueces que en poco tiempo han
llegado a convertirse en carmelitas y sansarices “que muerden”,
y no ha faltado uno de estos que adaptara el himno de San Salvador para saludar a Joaquín Giménez –Quindoya –“cuando
regresa a Remedios de sus periódicos viajes a La Habana”, casi
semanales, y le canta con la música del himno Sansarí:
Aquí te espero,
aquí te espero,
aquí te espero, Joaquinito,
aquí te espero...
También ha sucedido que otras personas, como por ejemplo, el
boticario Diego Tejeda –que a la sazón poseía el establecimiento
de farmacia enclavado en el mismo sitio en que hoy se halla
La Central– a pesar de vivir años y más años en Remedios, no
han llegado a “incorporarse” a la más representativa y típica de
las fiestas locales; pues sin duda muchos lectores recordarán,
en los comienzos de la República, cuando hubo un año en el
que los changüís que recorrían las calles remedianas llegaron
a molestar a Tejeda de tal manera que, ante sus quejas, el
Ayuntamiento llegó a tener conocimiento oficial de ello, y como
una cortesía con el forastero, dispuso que, para atenuar en algo
los ruidos que tanto molestaban a este último en los changüís,
sustituyendo las rejas, se tocaran triángulos solamente.
140
El cambio aludido no dio el resultado que era de esperar, ya
que entonces vino la inconformidad de los tocadores de reja que
se quejaban de que el triángulo “no sonaba”. Y en tales condiciones, no quedó otro recurso que echar mano de nuevo a las rejas,
“aunque a Tejeda le picara”.
Ya que hablábamos de las rejas, creemos oportuno destacar la
costumbre, generalizada de antiguo entre los tocadores de reja,
consistente en enterrarla todos los años hasta que comienzan
los changüís del siguiente año en que la desentierran, con lo
que se logra que “el instrumento” coja mejor sonido, o como dice
Pepe Zacarías a este respecto, “un sonido más gordo”.
Y, volviendo de nuevo con el caso de Tejeda, no hay que
aclarar que tal proceder de su parte redundó en perjuicio de
sus intereses, pues aparte de que se buscó el odio del pueblo,
los muchachos “cada noche que salía el changüí le daban su
serenata de reja frente al establecimiento”, le boicotearon este
y las ventas le disminuyeron de manera alarmante.
Cantos políticos
Hablemos ahora de los cantos políticos.
Si bien en Remedios, antes del año 1916, las fiestas de esta
índole eran alegradas por piquetes de músicos, no fue sino a
partir de entonces que se formaron los conjuntos de música
popular, uno por cada bando político, Liberal y Conservador,
que fueron genéricamente denominados Chambelona y Conga,
según pertenecieran a la tendencia liberal o a la conservadora,
respectivamente.
Aunque pasada la época de elecciones estos conjuntos se disuelven, vuelven a ser reorganizados en la próxima campaña
electoral, durante cuyo lapso de tiempo algunos de sus componentes han fallecido, otros se han retirado y muchos han “emigrado” en busca de más amplios horizontes, siendo sustituidos
por otros nuevos; motivos por los cuales, a continuación daremos
los nombres propios de algunas de las personas que en diversas
oportunidades han formado parte tanto de la Chambelona como
de la Conga, el sobrenombre o apodo porque aquellos son generalmente conocidos, y a ser posible, el instrumento que tocaban.
141
La primera Chambelona de Remedios fue la denominada La
Arrolladora, dirigida por Leovigildo Hernández (Leovigildo Tantera), y aquella y otras formadas en posteriores años estaban
integradas, entre otras, por las siguientes personas:
Carmelo García, Hevia, maracas; José Zacarías Rojas, Pepe Zacarías, botija; Bartolomé Rodríguez, Cachón, caja; Emilio Rojas,
Picúa, figuet; César Sánchez, Diógenes, bombo; Manuel Torres;
Manuelito, quijada y cencerro; Balbino Lapeyra, guayo; Serapio Delgado, quinto; Modesto Duquesne, Sirena, reja; Manuel
Campanería, platillo; Pedro Gómez, clave; Luciano Aldama,
cencerro; Publio Hernández, Tantera, bombardino; Pablo García, trombón; Ramón Rojas, cencerro; Leovigildo Hernández,
Tantera, cornetín; Osorio Hernández, Lingue, cornetín; Enrique
Ortiz, Caralampio, del coro; Lorenzo Quintero, mascota de la
Chambelona; José Agustín Torres, almirez; Silvestre Quintero,
Congo Quintero, reja; Ricardo Rojas, timbre, José García, Cáscara, quinto; José Peraza, abanderado; Andres Diviñó, cencerro;
Celedonio García, bajo; Paulino Mugica, Buenavista, bombardino; Serafín Hernández, Tantera, cornetín; Adolfo Morales,
Findo, del coro; Adulfo Hurtado, abanderado que remplazó a
Peraza; Ruperto y Glorio Hernández, los Hernandito, Simeón
Vigil, Ángel Rojas, Ramón Rojas, etc.
Y ahora, siguiendo el orden establecido para la Chambelona,
y en análoga forma, daremos a seguida los nombres, sobrenombres o apodos, instrumento, etc., de diversas personas que en
diferentes épocas formaron parte de la Conga.
La primera Conga remediana fue la dirigida por el popular
Andrés Abreu, Minguingue, que a la vez tocaba el figle, y de la
misma eran maniche Cirilo Delgado, y tesorero el célebre Emilio Torres, generalmente conocido por Bicho, Bichito o Bichito
el sabrosón, cuya inconfundible voz de falsete sobresalía en el
coro; y formaron parte de dicho conjunto de música popular y
de los que se formaron en años posteriores entre otros, José
Patiño, Lagar, Amalio Jiménez, Ramón Gómez y Víctor Huici,
que tocaban trompeta; Libanio Vigil, trombón; Heriberto Jiménez, Güinga, abanderado; Héctor García Jr., Quijae’mono,
bombo; Juan Felipe Valdés, bongó; Pío Carbó, calunga; Bernardo Martínez, Acerina, quinto; Gustavo Yera, Serpentina,
marcador; Mario Socarrás, Francisco Torres, Fico, y Cándido
142
Cabrera, cencerro; Tomás Martínez, maracas; Celedonio Yera,
Sangría, guataca; José Miguel Hernández y Hermenegildo Valdés, Guayabito, sartén; José Isabel Hernández, Tabel, y Juan
Muñoz, clave; Juan Zaporta, gangarria; Castor Julio Malgrat,
güiro, Juan Duquesne, redoblante; y del coro: Juan Moya, José
Vicente Delgado, Pablo Cabeza e’gato, Cirilo Delgado, Emilio
Torres, Bicho, etc.
Y ahora, sin guardar un orden cronológico riguroso, a continuación consignaremos diversos cantos de ambos conjuntos y
cuando los conozcamos, el nombre de sus autores, intercalando
a la vez algunos incidentes ocurridos con ocasión o motivos de
dichos períodos electorales, o directamente relacionados con
la política local.
Como ambos bandos políticos están de acuerdo en que el más
sonao y mejor de sus cantos, y que más rápidamente se popularizaron fue el de la Chambelona, que se conoció por Voy de
yombo, comencemos por él. Glorio Hernández fue el autor de
dicho canto, que decía así:
Voy de yombo y rebalando
que el Partido Liberal
viene arrollando...
Voy de yombo y rebalando
que el Partido Liberal
viene arrollando...
Pablo Cabezae’gato, fue el autor de un canto que decía:
Madan, si quieres cobrar,
vente conmigo a las afueras,
Mada, y verás...
ven... ven... a las afueras!
ven... ven... a las afueras!
Madan, si quieres cobrar,
vente conmigo a las afueras
Mada, y verás...
ven... ven... a las afueras!
ven... ven... a las afueras!
143
Con la Conga y con letra de Félix Yera, es el que sigue:
Las mujeres de la chambelona
yo no sé cómo van con su criatura:
todas están fuera de la ley
porque todas van meneando la cintura...
Las mujeres de la chambelona
yo no sé cómo van con su criatura:
todas están fuera de la ley
porque todas van meneando la cintura...
Al anterior canto, sintiéndose ofendidos, respondieron los de
la Chambelona con este:
La mujer conservadora,
la Chambelona siempre respeta,
con ella no hay quien se meta
y viva La Arrolladora...!
La mujer conservadora,
la Chambelona siempre respeta,
con ella no hay quien se meta
y viva La Arrolladora...!
***
De la Chambelona son los siete cantos siguientes:
Ya tú lo ves Carrillo,
Sánchez Portal te tumbó.
Ya tú lo ves Carrillo,
Sánchez Portal te tumbó.
Ya tú lo ves Carrillo,
cómo va Sánchez Portal.
Ya tú lo ves Carrillo
cómo va Sánchez Portal.
***
144
Ae, ae, ae,
ae, ae, ahí...
¡El Partido Liberal ganó,
el Partido Liberal triunfó!
Ae, ae, ae,
ae, ae, ahí...
¡El Partido Liberal ganó,
el Partido Liberal triunfó!
***
¡La conga se murió!
¡La conga se murió!
Anda y busca al Dr. Madan
para que la opere...
¡La conga se murió!
¡La conga se murió!
Anda y busca al Dr. Madan
para que la opere...
El Partido Liberal,
el Partido Liberal,
exige la alcaldía,
porque tiene la mayoría
y puede ganar...
y puede triunfar...
El Partido Liberal,
el Partido Liberal,
exige la alcaldía,
porque tiene la mayoría
y puede ganar...
y puede triunfar...
***
***
El recurso ya se perdió
del Partido Conservador,
porque...
Capestany, el doctor,
allá en la Audiencia arrolló.
145
El recurso ya se perdió
del Partido Conservador,
porque...
Capestany, el doctor,
A García Montes arrolló.
***
Ganamos el día primero,
ganamos en la Audiencia,
conservadores...
tengan paciencia
y cómanse al matancero...
Ganamos el día primero,
ganamos en la Audiencia,
conservadores...
tengan paciencia
y cómanse al matancero...
***
En el diez y seis el triunfo
no’lo quitaron en mala forma,
con bravas y atropellos...
conservadores...
Recuerda los tiempos aquellos,
porque ahora esa cuenta,
ya pagaron...
***
También de la Chambelona es el canto que decía:
El Partido Liberal
tiene el triunfo asegurado
porque lleva un hombre honrado
a la lucha electoral...
Ese es Madan...!
Ese es Madan...!
y por él hay que votar,
y por él hay que luchar.
146
Empuja pa’alante Madan.
El triunfo es tuyo;
que no hay quien
te lo arrebate ya,
liberal...
***
Gustavo Yera, Serpentina, también era de los autores que componían “letra” para los cantos de la Conga, y entre los varios
que a él se deben, hay uno que decía:
Ahí viene Menocal
¡regando lo’millone...!
Ahí viene Menocal
¡regando lo’millone...!
***
El que sigue es de la Chambelona, sin que conozcamos el nombre
del autor:
Lillo se figura
que la va’ganar.
Lillo se figura
que la va’ganar.
¡Y no se ha dado cuenta
que Leovigildo viene atrás!
¡Y no se ha dado cuenta
que Leovigildo viene atrás!
***
El coronel Juan Jiménez y de Castro Palomino, que en pasadas épocas fuera gobernador de Las Villas, para no ser menos
que los demás, empuñó la lira en favor de la Conga, y sacó un
canto que decía:
Ae, ae, ae,
La conga viene arrollando,
viene suave...
147
pero dando...
en el mismo pirulí.
Ae, ae, ae
viene suave...
pero dando...
en el mismo pirulí.
***
El hecho de ser el ex presidente Menocal conocido por el viejo
Patillas dio pie a la chambelona para uno de sus cantos en el
cual se aludía a aquel, directamente. Decía así:
Vamo’ arrollar al conservador.
Guerra y machete al que sea traidor.
Pobre conga...
ya tú no vale...
ya tú no resulta...
ya tú no resulta...
¡Patilla de mono-timbale...!
Aeeee, aeceeeeeee.
Pobre conga...
ya tú no vale...
ya tú no resulta...
ya tú no resulta...
¡Patilla de mono-timbale...!
Aeeee, aeceeeeeee.
Es conveniente aclarar que con la palabra mono-timbale no se
quería decir que el viejo Menocal adoleciera de algún defecto;
pues no hay duda que la alusión referida tenía un origen que
se remontaba a la familia de los simios, máxime si tenemos en
cuenta lo corriente que en Remedios resulta oír decir, por ejemplo, Gurugú es un “mono”, esas son “monerías” de Fulano, etc.
***
De la Chambelona es el canto que recomendaba lo siguiente:
148
Díganle a Próspero Pérez
que no luche por la alcaldía;
porque Madan tiene mayoría
y es el que el pueblo quiere.
Díganle a Próspero Pérez
que no luche por la alcaldía;
porque Madan tiene mayoría
y es el que el pueblo quiere.
***
Y del director de la Conga, Minguingue, es un canto que dice:
La conga de Remedio
en su afán de redención,
desea que voten todos
a favor de Villalón.
¡Él será! ¡Él será!
electo el día primero
y dará la libertad.
¡Él será! ¡Él será!
electo el día primero
y dará la libertad.
***
Debido al cacumen de José Vicente Delgado es este canto de
la conga:
Frank Carrillo Ruiz
llegó de la capital,
y trajo las garantías
pa’ldía primero ir a votar.
Los remediano’ estamos contentos
porque ahora sí vamo’ a votar.
Frank Carrillo Ruiz
llegó de la capital
y trajo las garantías
pa’ldía primero ir a votar.
149
Los remediano’ estamos contentos
porque ahora sí vamo’ arrollar.
***
A estas alturas, impónese una aclaración: las “garantías” a
que se alude en el anterior canto, trajeron como consecuencia
que el inolvidable Leovigildo Saco’e tierra, se encaramara en
la alcaldía municipal de Remedios, no por el voto popular, sino
de “a Pepe...”
La víspera de los comicios de ese año, fueron al vecino poblado
de Buenavista para hacer las elecciones un grupo de conservadores encabezados por el coronel Carrillo, Jesús Palomino y
otros más; y sucedió entonces el histórico incidente entre Carrillo y Palomino de una parte y el teniente Nardo –que después,
a la caída de Machado, fue ejecutado en Agüica, cerca de Colón,
provincia de Matanzas–, que había sido designado para que
actuara como supervisor en la zona de Buenavista, de la otra.
Se cuenta que en el curso de la entrevista que con él sostuvieron, hubo de informarle este último aquello que “tenía instrucciones de ganar esas elecciones” –¡ya todos conocemos lo que
son órdenes de esta naturaleza!– llegando Nardo a manifestarle
a Carrillo (quien hasta pocos meses antes había sido coronel
del Ejercito), que antes de disparar contra él, que había sido
su jefe, “se pegaba un tiro”, pero que como militar que había
sido –Carrillo–, sabía lo que eran las instrucciones del Ejército.
Cuéntase de Carrillo que, al escuchar esto último le respondió:
“¡No! Por mí no se mate... Yo le haré saber allá –en Remedios– a
la gente, lo que hay de particular en el asunto”.
Y Palomino, que apoyaba al coronel, en el curso de la entrevista trató de llegarle a las más sensibles fibras del corazón
manifestándole a Nardo de esta suerte: “Hombre, teniente, nosotros que somos hijos de la Gran Familia”, tal vez si aludiendo
con ello a la masonería; pero sin que aún atacándolo por ese
flanco obtuviera éxito en sus empeños.
No garantizamos que sean exactamente las mismas palabras
cruzadas durante la entrevista; pero es cosa de sobra conocida
que Carrillo y el grueso de sus fuerzas regresaron rápidamente
a Remedios a dar cuenta a Lillo y a Frank de lo que sucedía,
y que el alto mando de la conserva local acordó entonces ir al
retraimiento en las elecciones.
150
De la Conga es también un canto que decía:
Llevaremo’ a Juan Jiménez
al gobierno de Las Villas,
porque tiene jiribilla
y es el hombre que conviene.
Llevaremo’ a Juan Jiménez
al gobierno de Las Villas,
porque tiene jiribilla
y es el hombre que conviene.
***
Al anterior, respondió la Chambelona con dos parodias que
respectivamente decían:
Llevaremo’ a Juan Jiménez
al potrero de Las Villas
pa’que coma mucha hierba
y le engorden las canillas.
Llevaremo’a Juan Jiménez
al potrero de Las Villas
para darle cuatro palos
y romperle las costillas.
***
Creemos oportuno hacer ahora diversas aclaraciones:
El potrero que se menciona en las dos precedentes parodias,
es la finca conocida en Remedios desde hace años por “el potrerito de Las Villas”, enclavada frente al Hospital Civil de dicha
ciudad, cuya finca linda por uno de sus vientos con la conocida
“verea del Carmen”, así denominada esta última, –de ser cierta
la opinión de Isidoro Lois– “en honor de una ilustre patriota
remediana”.136
Y no hay que decir que, aunque en tiempos de política las
pasiones en Remedios han llegado al socorrido rojo vivo, no
136
Isidoro Lois. Gedeón, periódico local, edición del 8 de septiembre de 1915.
[Nota del original]
151
ha habido que lamentar más que ligeros incidentes de esta
índole; y el afán bélico que el lector hallará en la segunda de
dichas parodias, por fortuna para el coronel Juan Jiménez y
de Castro Palomino, para La Tertulia y su Patio Andaluz, para
San Salvador, y para Remedios en general, no pasó de ahí...
Ya que hablamos del dinámico coronel, bueno es hacer constar
que a él más que a cualquier otra persona, debe Remedios el
brillante resurgimiento que de tres años a esta parte han tenido nuestras inmortales parrandas, pues supo recoger a tiempo
el guante lanzado por Othón García de Caturla cuando este,
hablando de las fiestas de Navidad, se lamentaba del estado de
abandono a que habían llegado y pedía a los remedianos que
“unieran todas sus fuerzas para no dejar que nuestro pueblo”
entrara “en el coma ambiental”.137
El coronel también, a más de la presidencia del barrio Sansarí, ha llegado a acaparar en Remedios todas las presidencias
posibles en dicha ciudad porque aparte de serlo de la Comisión
Pro-Pantano Chifú, de la Sociedad La Tertulia, y de la Delegación de la Cruz Roja Nacional, lo es igualmente –por indicación del capitán Andrés Delgado– con carácter honorífico, de
la Delegación de Veteranos, todos cuyos cargos le han creado
múltiples “compromisos oratorios” que le obligan a hacerse poco
visible cuando a sus oídos llega la noticia del fallecimiento de
algún vecino, pues si se deja ver no le queda otro recurso que
pronunciar el fúnebre elogio del fallecido.
***
Por la época en que Mendieta y Machado se discutían en la
Asamblea Provincial de Santa Clara su nominación para la
presidencia por el Partido Liberal –que perdió Mendieta según
el decir de los bien enterados en estas cuestiones al “vendérsela”
la casi totalidad de las delegaciones enviadas por las Asambleas
Municipales–, ya que se hablaba de él como el futuro presidente,
la Chambelona remediana cantaba:
137
Othón García de Caturla. Tradiciones remedianas, La Habana, 1932, p. 51.
[Nota del original]
152
Esta es la Chambelona
de Mendieta...
el futuro presidente
y por él vamo’a votar.
Esta es la Chambelona
de Mendieta...
el futuro presidente
y por él vamo’a votar.
***
En uno de aquellos períodos anteriores a las elecciones en que
se organizaban de nuevo esta clase de conjuntos musicales,
la Conga después de varios días de ensayos, y de completo
uniforme sus componentes, debutó en una fiesta política en
Remedios, ocasión que no desperdiciaron los de la Chambelona
para cantarle:
La Conga va’salir,
la Conga ya salió...
con el traje de mona,
con el traje de mona,
¡Imitando! ¡Imitando!
La Chambelona...
La conga va’salir,
la conga ya salió...
Con el traje de mona,
con el traje de mona,
¡Imitando! ¡Imitando!
La Chambelona...
***
Otro de los cantos de la Chambelona que más rápidamente se
difundió era el siguiente:
Estaremos gobernando
40 años cabales,
y los conservadores
¡mirando...!
153
sin poder repicar
¡los timbales...!
sin poder repicar
¡los timbales,,,!
A soñar cuatro años,
muy lejos del presupuesto.
Conservador, no te engaño,
ustedes van para el cesto.
***
Y en las elecciones en las que Méndez Peñate y el Coronel se
discutían el gobierno provincial villareño, Glorio Hernández
sacó un canto para la Chambelona que decía:
Méndez Peñate será
el que releve a Juan Jiménez
¡porque en Las Villas tiene
votos para él nada más!
¡Porque en Las Villas tiene
votos para él nada más!
Méndez Peñate será
el que releve a Juan Jiménez
¡porque en Las Villas tiene
votos para él nada más!
¡Porque en Las Villas tiene
votos para él nada más!
***
Igualmente era de la Chambelona, este otro:
Qué bien vamos a gozar
cuando saquemos triunfante:
¡Capestani representante
por el voto popular...!
Qué bien vamos a gozar
cuando saquemos triunfante:
¡Capestani representante
por el voto popular...!
154
También de la Chambelona, y en honor a Juan Felipe Cruz,
era el canto que avisaba:
¡Llegó la hora!
¡Llegó la hora!
de ir a votar:
Por Juan Felipe,
por Juan Felipe... ¡va!
¡El día primero!,
¡el día primero!
él arrollará,
porque es un hombre popular
en el Partido Liberal.
***
Y, desde luego, había algunos de estos cantos que no llegaban a
la calle propiamente dicho, pero que se cantaban en los ensayos.
Entre los mismos se hallaba el siguiente de Martín Diviñó:
Oye, subuso, guancanaré,
oye, subuso, guancanabió,
oye, abanecue illamba,
nosotro ’somo lo’ chévere.
Oye, subuso, guancanaré,
oye, subuso, guancanabió,
oye, abanecue illamba,
nosotro’ somo lo’ chévere.
Canciones, boleros, etc.
Tócale ahora el turno a los compositores y cantadores populares.
En primer término vaya este pequeño recuerdo a la memoria de Julián Piá, generalmente conocido por Julio el oriental,
de inspirada vena como compositor de canciones y boleros, y
también tocador de guitarra y cantante.
155
A él se atribuye en Remedios la conocida canción A Maceo,
sacada al instaurarse la República cubana en el año 1902, que
gustó muchísimo en su tiempo y aún en años posteriores, pues
era la que más se cantaba por los grupos de cantadores que
en las vísperas de festividades patrióticas recorrían las calles
remedianas.
Decía como sigue:
Una estatua al General Maceo
los cubanos debemos levantar
adornada de perlas y diamantes
que ni el mismo sol puede empañar.
Tú no recuerdas que en el campo nos decía
en unión de todos los cubanos:
“que español mil veces sería
ante una vez americano”.
¡Viva la Republica cubana,
y sus súbditos vivan también!
La bandera de la estrella solitaria,
la que ha triunfado para nuestro bien.
Ay, ¡qué será!
Ay, ¡qué será!
Un eco que retumba
Ese es Antonio Maceo en su tumba.
pero tiene gloria allá.
Al siguiente año, un grupo de muchachos del barrio del Carmen,
en casa de Ma Carolina –Gloria esquina a La Ollera– sacaron
una parodia de la canción A Maceo, dedicada a Antonio Tomate,
popular vendedor de dulces de la fábrica de D. Primitivo de la
Carrera; y si bien Julio el oriental se inspiró en el patriotismo
simbolizado por el broncíneo Titán para su canción, en la parodia fue motivo principal de la misma el hecho de que el conocido
Tomate, bebedor consuetudinario, “tomara más aguardiente
que un mulo agua”, según manifiesta uno de los autores de la
susodicha parodia, que era del tenor siguiente:
Una estatua a Antonio Tomate,
los remedianos le deben levantar
156
adornada con copas y botellas
que ni el mismo ron la pueda empañar.
Tú no recuerdas que en la esquina nos decía
en unión de otros borrachines
que aguardiente de caña quería
aunque un follón lo matara.
¡Viva el aguardiente de caña,
pero el ron que viva también!
y vivan los alambiques
que lo fabrican por nuestro bien.
¡Ay!, ¿qué será!
¡Ay!, ¿qué será!
un eco que retumba:
Ese es Antonio Tomate en la tumba
que pide ron desde allá...
***
Con posterioridad, en el año 1916, un periódico local, decía del
propio Antonio Tomate:
Abandono mis pesares
y te digo aunque me mates,
tú siempre serás Tomate
donde quiera que te pares.138
***
De Julio el oriental era este canto, que decía:
¡Voluntarios! ¡Guerrilleros!
movilizados y pacíficos,
quieren tener el derecho que yo.
Eso no puede suceder,
porque el gobierno español perdió.
Si Cuba hubiera perdido, Serafín,
A dónde estuviera yo:
138
Gedeón, periódico local, edición del 6 de febrero de 1916. [Nota del original]
157
En Mahoma,139 Chafarinas
O en Fernando Po.
¡Ahora usted verá!
¡Ahora usted verá!
¡Ahora usted verá!
Como en esta guerra,
nadie ha sido guerrillero.
***
En los años de la guerra de independencia, y en la esquina
formada por las calles de San José y San Roque, tenía una
tiendecita un isleño, que por haberse dedicado antes a la confección de toneles era conocido por el tonelero. El queso y el
vino isleño que vendía, de superior calidad, tenían fama; todo
ello, aparte de que al tonelero le gustaba también “entrarle” a
la sasa como bueno.
Por ello Dionisio, el popular Tanterín, que constituye un
párrafo aparte en todas las teorías que la ciencia médica haya
establecido como promedio normal de vida para los sasericos
–y aquí utilizamos su palabra predilecta– se convirtió en visita diaria de la tienda de el tonelero, y fue por aquella época
cuando Tanterín, echando mano de la Invasora –su histórica
guitarra– cantaba:
¡Cantemos todos!
¡Cantemos todos
los remedianos!
En casa de el tonelero
donde todo
somo’ hermanos...
¡Cantemos todos!
¡Cantemos todos
los remedianos!
En casa de el tonelero
donde todo
somo’ hermanos...
Aunque, según cuenta uno de sus “hermanos” de aquel tiempo,
139
Mahón, capital de Menorca, en las Islas Baleares. [Nota del original]
158
más de una vez, cuando ya la sasa le trababa la lengua, Tanterín
en vez del tonelero decía “en casa del ñeñeñero...”
***
Y “cuando entraron los cubanos” en Remedios, Tanterín, ni
corto ni perezoso empuñó de nuevo la lira, y haciéndole una
adaptación al canto de Julio el oriental, cantaba lo que a seguida se verá:
Si Cuba hubiera perdido, Serafín,
en dónde estuviera yo:
en Mahoma,140 Chafarinas
o Fernando Po...
Y modificando el estribillo, continuaba cantando de esta suerte:
Pregúntale al guerrillero
si la guerra se acabó.
Túmbalo en el suelo
hasta que pida ¡por Dios!
Túmbalo en el suelo
hasta que pida ¡por Dios!
***
Asimismo, a Julio el oriental se atribuye la canción siguiente:
No hables de tu marido, mujer,
mujer de malos sentimientos;
todo se te vuelven cuentos
porque no ha llegado
tu hora fatal...
Espera el castigo,
no hables del vecino
mujer pendenciera
de la vecindad...
Del propio Julio el oriental –que además se defendía con el
140
Mahón. [Nota del original]
159
espiritismo, pues “tenía un fluido de naturaleza tal que llegaba la gente con dolor de cabeza y él le daba unos pases y se lo
quitaba”– es este otro canto:
Yo me caso en Dios, morena,
¡tú no ves la cucaracha!
¡tú no ves la cucaracha!
Y tú que le tienes miedo,
Sandá
¡Salen de ahí!
¡Salen de ahí!
Eso sí, que no lo toco,
porque si viene tu marido y me ve
me afloja una patrulla de bilongo,
Carabalí, hijo de la negra conga.
***
De Tanterín, hay también este otro breve canto:
Yeresmo además,
yeresmo además,
¡Dame acá la ñuza141
y échate pa’yá!
Yeresmo además,
yeresmo además,
¡Dame acá la ñuza
y échate pa’yá!
Y los hermanos Chichipuí, famosos guarapetas remedianos, se
cuentan también entre los que han cultivado el género poético-musical acompañados muchas de las veces por el conocido
guitarrista Esquivel, y entre sus innumerables aires populares,
uno de los más conocidos es el de La Coromimba, que dice:
Coromimba, ñangandó,
tévere, tévere, tévere,
141
La ñuza: la sasa, la bebida. [Nota del original]
160
tévere, tévere, tévere,
tévere, tévere, tévere,
nosotro’ somo lo’ chévere.
Coromimba, ñangandó,
tévere, tévere, tévere,
tévere, tévere, tévere,
tévere, tévere, tévere,
nosotro’ somo lo’ chévere.
***
Casimirillo, padre del enano Casimirillo, tiene entre otras, su
famosa improvisación conocida por La Rumbambaya, que en
una noche “de fuego” estrenara en Caibarién, acompañado de
Orejita, y que dice:
Arrumbambaya...
adió,Tiberia,
se puso seria...
Arrumbambaya...
adió, Tiberia,
se puso seria...
***
Digamos ahora algo de una célebre comida que, en época de
carnavales, diera Teófilo Ortiz, director de una de las comparsas, a los integrantes de esta. En dicha fiesta se ofreció a los
comensales servirles carne de puerco y salsa de perro, entre
otros platos, y se facilitó el dinero necesario a Cachón para que
comprara el pescado en Caibarién; pero parece ser que Cachón
se apuñaleó parte de la plata, y en vez de los pescados con el
tamaño adecuado para la salsa de perro, se apareció con unos
ronquitos, todo ello aparte de que del ofrecido lechón no se vio
ni el jocico; incidente que aprovechó Manuel Quintero para
improvisar la siguiente composición:
Me han dado pescado
¡voy a protestar...!
161
¿dónde está el lechón?
¿dónde está el lechón?
de Teófilo...
¿Dónde está Cachón?
¿pero dónde está Cachón
que el dinero se cogió...?
***
Como en otras ocasiones, Julio el oriental halló en el trágico
suceso del hotel La Suiza, de Cienfuegos, donde pereciera asesinado Enrique Villuendas,142 motivo para esta sentida canción:
Una mano pérfida y traidora
a un tribuno la vida quitó,
a un gallardo y mancebo valiente
que el orgullo a su patria le dio.
Su talento, su gran simpatía,
en el mundo lo hizo inmortal;
quiera Dios, Villuendas, un día,
allá en el cielo te erija un altar.
***
Del propio Julio el oriental es el canto que a continuación se
inserta, sacado con motivo de la revolución del año 1906. Dice
como sigue:
Rusia y el Japón pelearon
¡como aquí en Cuba!
¡como aquí en Cuba!
el Liberal y el Moderado.
¡Ay! pero sí, sí, sí,
cuando en Rusia supieron
142
Coronel del Ejército Libertador con solo 21 años. Miembro de la asamblea
que redactó la Constitución de 1901. Uno de los líderes más queridos y
prestigiosos del Partido Liberal. Murió en un incidente político (probablemente una encerrona de los opositores) en el hotel La Suiza, de Cienfuegos,
el 22 de septiembre de 1905.
162
la noticia de la paz,
todos sus hijos gozaron
de libertad.
¡Ay! pero no, no, no,
los cubanos no se saben sobrellevar
ay, ay, ay,
y esperan que el americano diga:
“ten dólar”,
aquí está la Enmienda Platt,
¡ay! aquí está
la tercera Intervención.
***
La que sigue es una canción cuyo autor fue Justo Benítez. Decía:
Hay mujeres malditas en el mundo
que no cumplen las promesas del amor,
hay mujeres malditas y sin conciencia,
hay mujeres malditas y sin pudor.
Yo maldigo la mujer por ser variable,
y maldigo la mujer que me engañó;
solo siento maldecir a mi pobre madre
y esa la pongo ante el tribunal de Dios.
***
Casimiro González, quien hace años colgó la guitarra y no ha
soltado nunca el cepillo de carpintería, en sus buenos tiempos
fue igualmente de los que gustaba con frecuencia rascar las
tripas; también era... cantador y compositor, aunque a decir
verdad con una muy limitada producción en este último aspecto, entre la que se halla la canción La Cotorra que a Casimiro
tanto le gustaba cantar acompañándose con la guitarra. La
aludida canción decía:
Señorita, caballero,
dense ud. las manos
y a los pies de ud.
¿No tenía ud. el otro día
una cotica en el balcón,
163
que cantaba y decía
muchas cosas con primor?
Y yo, al verla por las calles
se la traigo, señorita,
señorita, se la traigo por favor.
Soy Serafín García y Devós,
yo toco el violín
y artista de fe;
y yo por ud. deseo el morir
yo por ud. deseo el morir.
***
Del coro El Desguazo era la canción siguiente, inspirada en un
doble pacto suicida:
El 23 de abril
Amparo y Rigoberto
a las 8 de la noche
dejaron de existir.
La pobre Amparo
la vida se quitó,
¡ay! qué locura
le dieron a los dos.
Eso fue un desatino
lo que ese día pasó
¡Amparo! ¡Amparo!
y a la gloria que vayan los dos...
***
D. Tomás Cabrera, persona de un carácter alegre y muy comunicativo, por las calles remedianas iba siempre, con la latica
colgada del brazo, recogiendo papeles. Luego cantando bajito
decía:
Cuando don Chago llegó
a su casa, y no la vio,
sus ojos fueron dos ríos
de lo tanto que lloró.
164
Incluyamos en este capítulo al famoso Mascapiedra (don Carlos), negro de nación, poseedor de una dentadura formidable
que tenía algo de trituradora. No se exagera al decir que según
su apodo indica, masacaba piedra. También practicaba la brujería, lo que dio motivo a que la jara lo azorara luego de la zona.
Corrientemente iba tarareando algún canto cuando deambulaba por las calles de Remedios rumbo al cementerio, su habitual
residencia.
Hay entre sus cantos, uno que decía:
Tres veces a la semana
le rezo yo a San Antonio
y si algún santo tiene envidia
¡le rezo al que me da la gana!
Y agregaba un sonsonete gutural que parecía decir:
Unjuuuu, unjuuu, unjuuu...
Otras veces era este:
Hoy estoy aquí, mañana
sabe Dios dónde andaré
pisando tierras ajenas
más pa’lla de la Merced.
Pregones
Digamos ahora algo acerca de los pregones, cuyo origen, así
como el de la industria dulcera en Remedios, se pierde en la
oscuridad de los tiempos. A pesar de ello, se recuerda con nostalgia a Mayai con sus bolas de gofio, el frangoyo de harina de
plátanos verdes fritos, sus rositas de maíz, la gollería de coco
picado y rallado, sus dulces de maní, ajonjolí, etc. así como a
Ma Emilia, a Ma Carolina con aquellos célebres y sabrosísimos
elaborados con harina de maíz posol, sin dulce ni sal, envueltos en hojas de plátanos; así como también al Chino Plácido
pregonando sus dulces:
165
¡Luci...! ¡Luci...!
¡Pat’e de guayaba
cala vieja,
jonjolí, maní
manteca...!
Con el transcurso del tiempo, estos dulceros fueron siendo
reemplazados por otros nuevos, más recientes, como el célebre
Villalba con sus cremas de leche, chocolate, naranja, limón, etc.,
y Martín Jitera, Eusebio Pitirre, Cheo Cangrima, sin excluir
desde luego al “higiénico” Isidro El Cagao, quien, según su
sobrenombre indica, estaba en perpetua riña con la higiene,
y que como tal botó la pelota en esta industria, pues en sus
dulces, y sin rebuscar mucho, era corriente hallar chinches, y
patas, alas o cucarachas enteras.
***
Seguidamente insertamos los pregones de diversos vendedores
de dulces, mercancías y productos varios, comenzando por
Vila, vendedor de churros, panes rellenos, chicharrones, etc. y
titiritero.
Vila cayó en Remedios allá por el año 1920, después de unas
prolongadas vacaciones en El Príncipe, en cuyo penal extinguió
la larga pena que le fue impuesta por la muerte de Cachucha,
ocurrida en la puerta del gallinero del teatro La Tertulia, en
los primeros años de la República; y no hallando a mano otra
cosa donde buscarse la vida, resolvió emprender en un giro
análogo al de Cachucha, y por ello se dedicó a la venta de fritas, chicharrones, longanizas, etc., pregonando de esta suerte:
Tú no ves el aeroplano,
tan pesado y como sube;
que se pierde entre las nubes
y abajá perfecto y sano...
Un aviador en su asiento
que tiene su disciplina,
subirá a los elementos
en motor con gasolina...
166
Quién pensó cómo ni cuándo
que’so fuera a suceder
y un hombre se fuera’ver
entre las nubes volando...
Cuando vayas por la calle,
y te encuentres con “un hueso”,
no lo desprecies, porque
algún día falta te ha de hacer...
¡Guarandaria seré...!
¡Guarandaria enyeremí...!
a los churros de Cádiz...
Empanada, chivirico,
chicharrones, panes rellenos...
¡llevo yo...!
¡Conque vamo’a ver...!
¡Casera, caserita...!
¡Traigo la frita...!
¡Traigo la cena...!
***
También Monteagudo, antes de ser portero del chinchero La
Tertulia, vendía caramelos pregonando:
¡Caramelito de fresa,
de vainilla... de’n goma...!
***
Alacrán, sagüero, que allá por el año 1915 se defendía igualmente
vendiendo caramelos, pregonaba:
Etán llorando los muchachos
porque quieren caramelo...
¡Voy...!
167
De limón, fresa y vainilla,
yo les traigo caramelo...
¡Voy...!
No deje que el niño llore.
por comer un caramelo...
¡Voy...!
***
El viejo Azul –por la época en que el difunto Liborio Manyare
ganaba un centén tumbando caña en el Quince y Medio– vendía
lechón asado en la Plaza del Mercado, y no había una persona
de las que por allí transitaba a la que él no le otorgara galones,
aunque para todos tenía una graduación distinta:
¡Mire, coronel...!
¡Oiga, teniente...!
¡Fíjese, capitán...!
¡Sargento! ¡Mire qué clase de lechón...!
***
Y el isleño Palmero, que, al ampliar sus horizontes económicos,
junto con los pollos llegó a vender billetes de lotería, pregonaba:
¡Una gallina me queda...!
¡En ocho reales la doy...!
¡A mí me parece que traigo el premio...!
¡Cómpreme...!
¡Mañana se juega y pasado lo botan...!
***
Antonio Tomate, a quien ya nos hemos referido anteriormente,
con un largo tablero en la cabeza y la matraca en la mano, solía
decir al pregonar:
¡Canfiruletán...!
¡Canfiruletán...!
El viejo Miscelánea, nombre que no hay que aclarar por qué le
fue puesto, decía:
168
¡Harina fresca...!
¡Harina gruesa...!
¡Muy bonita y sabrosita...!
¡Misceláneaaaaaaaa...!
***
Changó, vendedor de maní tostado, que también vendió pescado, pregonaba:
¡Hay...! ¡Maní...!
Se va el manisero,
casera...
Mi buen maní...
A las castañas tostadas,
casera...
Mi buen maní...
Son para ti...
O bien, si era pescado lo que vendía, pregonaba:
¡Y se va el pescado fresco...!
¡Casera...!
El pregón del maní, según nos informan, sirvió de motivo para
un danzón que le fue sacado en Remedios.
***
El viejo Chávez, que por ningún dinero del mundo pronunciaba
correctamente la palabra naranja, pues siempre decía:
¡Buena naraja...!
¡Buena naraja...!
También, allá por el año 1910, hubo en Remedios un vendedor de
churros, empanadas, etc., que tenía montado su establecimiento
industrial en la valla vieja, calle de San Roque y pregonaba de
carretilla lo siguiente:
169
A la’buena’sempanadas, butifarras,
longanizas, chorizos frescos, chicharrones...!
¡A centavo los chiviricos...!
Y a continuación agitaba la maruga de lata repetidas veces, y
el ruido que en tal forma le sacaba, parecía decir:
¡Chan! ¡Chororó...!
¡Chan! ¡Chororó...!
¡Chan! ¡Chororó...!
***
Hubo también en Remedios un “narra”, vendedor ambulante de
pescado, conocido por el Chino Vivito, que murió debajo de una
casilla en el paradero, y que al proponer la mercancía, materialmente se la restregaba al marchante por los ojos, advirtiéndole:
Ese picao fleco... ¡Vivito, vivito...!
***
No hay que olvidar tampoco a Miguel Ruiz, quien como se dirá
más adelante, era presidente de la Sociedad de los Congos de
Remedios, y congo al fin, era “plantillero de siete suelas”, vendía
carbón, y pregonaba:
¡Crabó, crabó, casera...!
¡den yaya! ¡den tengue!
¡den yangruma...!
¡den guásima...!
¡Crabó, crabó, casera...!
Y cuando había algún cliente que dudaba de las bondades de
su mercancía, entonces él argüía:
¡Son de yaya, de tengue!
¡Yo lo comprueba con palo de lo’monte...!
170
Cantos diversos, recitaciones, rumbas, etc.
Entre los centenares de tipos populares remedianos, uno nombrado Bernardo el Cojo, que vivía con María Follón, la que, como
su sobrenombre indica, era una saserica “de a burujón” a la cual
los efectos del aguardiente habían puesto la cara más colorada
que un tomate, y los muchachos de la barriada donde vivía esta
pareja, le cantaban:
¡Quiti, quiti, quiti, quiti’ el pon!
¡Bernardo el Cojo y María Follón...!
¡Quiti, quiti, quiti, quiti’ el pon!
¡Bernardo el Cojo y María Follón...!
Y es de presumirse que lo de “quita y pon” se lo cantaran por los
movimientos que Bernardo el Cojo hacía al caminar ayudado
por un pequeño bastón que en su parte superior tenía forma
de muleta, y en la que apoyaba la región glútea para poder
caminar.
Años después, cuando María Follón tiró al abandono a Bernardo el Cojo y se le corrió con El Niño Habanero, los muchachos
le cantaban entonces:
Las muchachas de Caibarién
dicen que no toman ron,
y siempre traen la botella
debajo del polisón...
Yon, yon, yon,
no digas sí, muchachón,
que ellos ya saben bien
que aquella es María Follón...
***
Existió también en Remedios un gaito143 nombrado Juan Pérez
Prado, popularmente conocido por Juan Bota, y que debía el
mote a su empleo en la casa de Carmen Salvador, incorregible
143
Peninsular, “gallego”, magay, etc. [Nota del original]
171
picador de cigarros, más feroz bajo este aspecto que el Jefe, de
cuya afición hacia víctima a menudo al Coronel, a Gastón, etc.,
que igualmente merece ser incluido en esta desaliñada recopilación, como uno de los tantos “poetas” o “poetazos” que se han
“cosechado” en Remedios, el cual por el año 1893 –anticipándose
con mucho a la llamada Revolución Vanguardista– “producía”
entre otras varias cosas, “esto” que a continuación insertamos:
Al dependiente de Piri144
un cigarro le pedí;
y él me dijo:
¡En esto habría de parar la cosa...!
***
Y como de poeta o de loco, quien más quien menos tiene un
poco, según reza el adagio popular, también Emilia Pata e’grillo,
aludida en páginas anteriores, sintió germinar en su moropo la
fibra poética, y se inspiró de esta suerte:
Quirino móntame en coche
y bájale el tapacete,
que ya nosotros sabemos
que eres querido e’ Tolete.145
***
Félix Guachaco, lanzador que fuera de La Bermeja B.B.C. y
que murió a consecuencia del tifus, cuando se hallaba enfermo,
los muchachos del barrio, acordándose que había una vecina a
quien él no le disgustaba, cantábanle:
¡Nieve, Nieve, tiene la culpa
que se muera Félix Guachaco!
¡Nieve, Nieve, tiene la culpa
que se muera Félix Guachaco!
144
145
Casa comercial de Fructuoso Pírez. [Nota del original]
Antonia Tolete. [Nota del original]
172
Es bastante conocido el pasacalle o canto de comparsa que le
sacaron a Julio García, timbalero que fuera de la orquesta de
Alfredo Hernández, con motivo de haberle “mordido” unos paquetes de maní a un chino vendedor, cuya música ha sido tocada
en años anteriores por el barrio del Carmen en las parrandas,
y que tenía la letra siguiente:
Manisero, manisero, manisero,
manisero, maní tostao...
No pase’ por la Bermeja
Julio García te debe un real
Manisero, manisero, manisero,
manisero, maní tostao...
No pase’ por la Bermeja
Julio García no te va a pagar.
¿Es concebible, hablando de estas cosas de Remedios, no mencionar al popular Mariano Espinosa y Reinaldo, más conocido
por Mariano Aguabella, Mariano Mata la Cucaracha o Mariano
Agua de...
Es Mariano uno de esos tipos que ocupan un largo período
de más de 50 años en la historia del goce y la guasanga remediana; es algo que ha llegado a convertirse en una institución
remediana, como el dulce de Seiglie, las parrandas, la Iglesia
Mayor, etc., etc., y, como es lógico, hablar de él necesitaría un
nutrido volumen; pero como ahora disponemos de poco tiempo
y espacio, nos limitaremos a hacer referencia a él, muy parcamente, con relación a una de las tantas facetas de su vida, o
sea, bajo el aspecto de recitador.
Mariano, con frecuencia, recitaba la canción titulada El guanajo canelo, que decía:
Tengo un guanajo canelo,
señores...
que es como un rayo;
que me cuida las gallinas
y parece un gallo...
Por él me dan, la casa de vivienda
173
de una finca, y un ganado,
los víveres de una tienda
y acciones al Varadero...
¡Y no lo vendo! ¡y no lo vendo! ¡y no lo vendo!
¡Y no lo vendo! ¡y no lo vendo! ¡y no lo vendo!
¿Y por qué, Mariano? (preguntaban del público)
¡Porque lo tengo en trato...!
***
Allá por el año 1896, le sacaron a Eduardo Pérez –persona por
todos conceptos respetable– a quien todavía con un siglo de vida
se ve en Remedios caminando más derechito que una vela, un
cántico que decía:
Pon! pom! pim...!
cabeza de motín,
¡por ahí viene Eduardo Pérez
vestido de figurín!.
Pon! pom! pim...!
cabeza de motín,
¡por ahí viene Eduardo Pérez
con chaleco y con bombín...!
Según nos dice José A. Martínez Fortún en sus macizas Efemérides remedianas, en los apolillados libros del Cabildo remediano aparece que ya en el año 1705 –enero 5– disponían los
alcaldes, entre otras cosas, que “... se evitaran las pendencias
en los bailes de los negros...”146 y si ya desde más de dos siglos
atrás hay constancia oficial de que el baile entre elementos de
la raza negra en Remedios daba motivo para riñas frecuentes,
a tal punto que el Cabildo municipal tomaba acuerdos sobre los
extremos, supondrá el lector lo imposible que resulta recoger
cantos de estos bailes, circunstancias por las cuales solo insertamos
tres cantos de rumba, antiguos, los dos primeros de los cuales se
cantaban y bailaban cuando aún se llamaba La Tahona a la
que años después fuera rumba Columbia...
146
José A. Martínez Fortún y Foyo. Anales y efemérides de S. J. de los Remedios y su jurisdicción. Habana, 1930, t. I, p. 78. [Nota del original]
174
Gozan de fama las rumbas que se daban en casa de Pancho
Velázquez, en el barrio de La Bermeja, donde se bailaba “columbia abierta”; y en dichas fiestas se cantaban, entre otras,
las siguientes:
Utede se han creío
que yo le tengo mieo
¡Avanza licó...!
¡Avanza licó...!
Agua yu seré...
Utede se han creío
que yo le tengo mieo
¡Avanza licó...!
¡Avanza licó...!
Agua yu seré...
Chao ¡ay! Con e’lú ¡no! ¡no pierdo!
Chao ¡ay! Con e’lú ¡no! ¡no pierdo!
¡ay! nigüé, nigüé...
¡Compañeros...!
¡ay! nigüé, nigüé...
mis hermanos...!
Chao ¡ay! Con e’lú ¡no! ¡no pierdo!
¡ay! nigüé, nigüé...
compañeros...
¡ay! nigüé, nigüé...
mis hermanos...!
***
La que sigue es de época más reciente. Fue compuesta durante la
Guerra de Independencia, al crearse por el gobierno hispano las
“zonas de cultivo”, y en la misma se cantaba al feroz Oliver –eficaz
colaborador del Animal Weyler–, militar destacado en Remedios
y bajo cuyo mando fue entronizado en dicha ciudad el crimen
en las personas de los ciudadanos pacíficos, contándose entre
175
sus innumerables víctimas el vecino apellidado Guevara, asesinado en la calle que, para honrar su memoria, lleva hoy día
su nombre.
La aludida rumba, decía:
Olivé, la zona...
Olivé, la zona...
Guerrillero no tiene zona,
ni tiene madre
ni se perdona...
Olivé, la zona...
Olivé, la zona...
Guerrillero no tiene zona,
ni tiene madre
ni se perdona...
176
Testimonio
gráfico
Pedro Capdevila Melián.
179
Pedro Capdevila con su hijo Pedrín.
180
María Echenique, madre de Pedrín.
181
La familia completa.
182
Daniel Castillo, Tomás García y Pedro Capdevila cuando en marzo de 1928
intentaron recorrer la República a pie para después escribir un libro que
llevaría por título Cuba biográfica.
183
El “Consulado Remediano del Parque Central”.
Capdevila, con el sombrero en la rodilla.
184
Capdevila y Guayabito Mataperros, personaje popular.
185
Artista del teclado, este dibujo está hecho a máquina de escribir.
Del libro inédito de Capdevila escrito para su hijo Pedrín.
186
Postal de Pablo y Teté enviada desde Nueva York. En el prólogo incluimos
una frase, pues el manuscrito no se pudo transcribir en su totalidad.
Postal de Pablo enviada desde España.
Su texto aparece transcrito en el prólogo.
187
Carta de Pablo a Capdevila del 8 de junio de 1933.
188
Reverso de la carta, con la firma de Pablo.
189
El Huracán, tribuna periodística de Pedro Capdevila.
190
191
192
193
194
Dedicatoria escrita por Teté Casuso a Capdevila,
en su novela Los ausentes, de 1944.
195
Dedicatoria de Teté Casuso en su poemario
Versos míos de la libreta tuya, prologado por Pablo.
Máquina de escribir Remington,
el caballo de batalla de Pedro Capdevila Melián.
196
La Parroquial Mayor de San Juan Bautista, orgullo de los remedianos.
Obsérvese el lujo de su altar mayor.
197
Roaidi Cartaya: “Maestro, usted es mi héroe”.
Pedro Capdevila Echenique:
“Nada que sea del patrimonio familiar está en venta, ni una pieza”.
198
La casa de Pedro tal como luce hoy día,
es la galería-taller del artista Roaidi Cartaya.
Uno de los medios de locomoción más usuales de los remedianos.
199
La Estatua de La Libertad, erigida a los héroes de la Patria.
200
Víctor, Leonardo, Pedro y Lynet. Falta Roaidi, en funciones de fotógrafo.
Roaidi, Pedro, el equipo de trabajo del Centro Pablo y otro protagonista:
el periódico El Huracán, donde se puede rastrear el quehacer investigativo
y periodístico de Capdevila Melián, el remediano amigo de Pablo.
201
Ficha biográfica del prologuista y compilador
Leonardo Depestre Catony (Remedios, Villa Clara, 1953).
Editor, periodista y escritor. Licenciado en Lengua Inglesa, especialidad en Lingüística, y Master en Ciencias de la Comunicación,
mención en Periodismo. Autor, entre otros, de los siguientes libros:
Consideraciones acerca del vocabulario cubano, 1985; Diccionario
de especies marinas (inglés, latín, español), 1985, en coautoría con
Eladio Blanco Cabrera; Cuba en citas, 1987; Homenaje a la música
popular cubana, 1989; Cuando el país llama, 1990, en coautoría
con Eladio Blanco Cabrera; Cuatro músicos de una villa, 1990; Cien
famosos en La Habana, 1999 (también en formato de multimedia);
Personalidades cubanas. Siglo XX, 2002, en coautoría con Luis Úbeda;
Historias trajinadas por la Historia, 2004; Vademécum de Historia
Antigua, 2004; Viajeros españoles de las letras, 2004; Habanísima,
2011; Habaneros famosos de ayer y de hoy, 2012 (también en formato
de multimedia); Gatunas, 2013, y Cien mujeres célebres en La Habana,
2014. Conduce y escribe el programa El Balcón de los Visitantes, por
la emisora Habana Radio. Trabaja de corrector-editor en el Centro
Cultural Pablo de la Torriente Brau.
203
Índice
Pedro Capdevila, el remediano amigo de Pablo
En una pequeña ciudad de provincias / 9
¿Y quién fue Pedro Capdevila Melián? / 13
Testimonios
Pedro Capdevila Echenique: Nada que sea del patrimonio familiar
está en venta, ni una pieza / 21
Roaidi Cartaya: Maestro, usted es mi héroe / 23
Cartas cruzadas: de Pablo a Pedro y viceversa / 27
¿Qué más encontrará en este libro? / 35
Correspondencia: de Pablo a Pedro y viceversa
Cartas desde el Presidio Modelo / 39
Cartas del primer exilio / 51
Cartas del segundo exilio / 55
Textos de Pedro Capdevila
Relación de algunos trabajos folklóricos de Pedro Capdevila Melián / 109
Ensayo foto-biográfico de tipos populares remedianos.
Ricardo Corona / 113
¡Ya salieron las gangarrias...! / 116
Tipos populares de otros tiempos. Mascapiedra / 118
Tipos populares de otros tiempos. Serpentina / 123
Apuntes del folklore remediano / 129
Testimonio gráfico / 177
Ficha biográfica del prologuista y compilador / 203
Descargar