sobresale del nivel de la superficie de la fronde. Tampoco se divide

Anuncio
sobresale del nivel de la superficie de la fronde. Tampoco se divide
en célula del pie y célula madre del arquegonio, a menos que s e
considere como célula del pie la inferior que resulta de la primera
división transversal de un segmento de la célula meristemática; algo
semejante ocurre en las Aneuras y algunas Riccias, en las cuales la
célula del pie (si realmente existe) se pierde y confunde con las
demás de la fronde. Las primeras divisiones de la célula madre del
arquegonio son como las de las demás Hepáticas, y dan por resultado
la formación de una célula central prismática y tres parietales, sólo
que en las Anthocerales no están libres por la superficie exterior. La
célula central se divide en dos, separadas por un tabique transver­
sal; pero, de otro modo que en el resto de las Hepáticas, la superior
no forma solamente la pared en el extremo del arquegonio, sino que
vuelve a dividirse por un tabique, también transversal, en otras dos
células, de las cuales la superior da las células del cierre del arque­
gonio, y la inferior las células del conducto. La célula inferior de las
dos primeras en que se divide la central sólo origina la oosfera y la
célula ventral del conducto.
F L O R E S E INFLORESCENCIA. — El término flores aplicado a las
Muscíneas es algo impropio, porque no responde al concepto de
esporófilo; pero el uso lo ha conservado en su acepción antigua; e s
decir, órganos sexuales con sus especiales cubiertas.
En Briología, y más especialmente en Hepaticología, el término
flor se hace casi sinónimo de inflorescencia
(en el sentido de agru­
pación de flores), porque es muy difícil interpretar en la mayoría de
los casos cuándo se trata de una sola flor o de un grupo de flores.
Además, a la palabra inflorescencia
se le da en Briología el signi­
ficado de distribución de la sexualidad en la especie entera (1).
En las Hepáticas, todas las flores son unisexuales; flores hermafroditas, es decir, anteridios y arquegonios dentro de un mismo
involucro, son verdaderas anomalías.
La disposición y agrupamiento de anteridios y arquegonios, sus
especiales cubiertas y relaciones con las otras partes de la planta,
son muy variadas.
En los géneros Riccia y Ricciella, los anteridios y arquegonios
(i)
E n esto se ha llegado a un verdadero abuso, viéndose en obras
c l á s i c a s e x p r e s i o n e s t a n i m p r o p i a s c o m o , p o r e j e m p l o , flores monoicas
inflorescencia
hermafredita.
e
Descargar