CAYETANO SILVA Y SU VIOLIN Es sabido que el Mtro.Silva, creador de nuestra marcha San Lorenzo, tocaba tres instrumentos: el pistón, el corno y el violín. Los dos primeros, los tocaba cuando era integrante de banda. Cuando fue director, cambió los instrumentos por la batuta . El último, el violín, probablemente el que más le atraía, por ser el más melódico y que ofrece la mayor posibilidades de un fraseo expresivo, cuando formaba una orquesta o para ejecutar en él, lo que componía, u otras piezas de su repertorio. Es decir que el violín para Cayetano Silva, era su herramienta de trabajo y su instrumento de placer. En la “Vida y Obra” de Cayetano Alberto Silva, edit.Dunken-Bs.As.2004, escrita por su hijo y su nieto, figura en la página 115, una referencia extraída del diario “Cuyo” de San Juan, del 13 de enero de 1911, en la que dice que la orquesta bajo la dirección del maestro Cayetano Silva había ejecutado varios trozos de óperas de los clásicos como “Lorengrin” y “Tosca.”. Esto de “Lorengrin” es un error (aunque insignificante) que ya se ha visto en otras publicaciones al repetir lo que dice el periódico sanjuanino, sin advertir que el tipiador de aquel entonces, confundió como una “r” la “h” de Lohengrin, el famoso personaje de Wagner. Las óperas, como se sabe, duran un promedio de dos horas, entre obertura, arias, dúos, corales, intermezzos, o entreactos, etc. Lo que hacía imposible su ejecución integral con un violín o una orquesta sin cantantes. Como los temas de óperas ganaron popularidad en el siglo XIX y mitad del XX, la casa Breyer editó con E.Boccalari, la transcripción de las principales obras operísticas, en forma reducida, con los pasajes melódicos más conocidos, con el atractivo subtítulo de “Fantasía” y así poder comercializarlas, ya sea para violín, o mandolín y piano. Tambien se presentaban las óperas por distintas editoriales, reducidas para orquestas de salón y para bandas. Es decir que cada obra, era publicada para uno, dos o varios instrumentos. Esto es lo que, seguramente, tocaba el Mtro.Silva con su violín. Operas como Tosca, de Puccini, Tannhauser, o Lohengrin de Wagner, Barbero de Sevilla de Rossini, Rigoletto o Traviata, de Verdi, y otras muchas conocidas en su época eran reclamadas por los músicos y el público. Todas estas “Fantasías” son de mediana dificultad y las podía tocar sin mayores problemas el Mtro.Silva, que, sin llegar a ser un “virtuoso”, era con toda seguridad, un buen violinista, que es ya mucho decir.. No se conoce que haya abordado nunca los grandes conciertos de violín compuestos por Paganini, Mendelssohn, o Beethoven, como lo haría un violinista virtuoso, que dedica el mayor tiempo posible a su instrumento. Pero, gracias a eso, pudo dedicarse a la composición y dejarnos una marcha imperecedera como “ San Lorenzo”.