Dow Química debe responder por daño ecológico en bahía de

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Dow Química debe responder por daño ecológico en bahía
de Cartagena: Corte Constitucional
Así lo determinó el Alto Tribunal al fallar una tutela presentada por Fundepúblico y coadyuvada
por el Grupo de Acciones Públicas (GAP) de la Universidad del Rosario.
Bogotá, junio 23 de 2015. La justicia cojea… pero llega. Esta frase se aplica literalmente a un fallo
de la Corte Constitucional que condenó a la empresa Dow Química de Colombia por el daño
ecológico que ocasionó hace más de 25 años en la bahía de Cartagena, tras el derrame del químico
Lorsban, sustancia altamente contaminante.
El Alto Tribunal seleccionó una tutela para revisión, la cual había sido presentada por la Fundación
para la Defensa del Interés Público (Fundepúblico) y coadyuvada por el Grupo de Acciones Públicas
(GAP) de la Universidad del Rosario, y profirió la sentencia T-080 de 2015 que ordena el
restablecimiento del bien colectivo afectado, es decir, el medio ambiente de la bahía de
Cartagena, a cargo de Dow Química en virtud del principio de “quien contamina, paga”.
Precisó la Corte Constitucional que el monto debe tener destinación exclusiva a programas de
saneamiento ambiental de la bahía u otros ecosistemas de similares características, y que el
destinatario del dinero son las entidades públicas que tienen a su cargo la protección del bien
colectivo lesionado, para el caso concreto, la Corporación Autónoma Regional del Canal del Dique
y el Distrito de Cartagena.
La historia detrás del desastre ecológico
En 1989 tuvo lugar un derrame de Lorsban, un químico altamente contaminante, en la bahía de
Cartagena en la zona de Mamonal, debido a la falta de diligencia de la empresa Dow Química.
Desde ese año se presentó una acción popular por Fundepúblico, buscando la protección del
derecho colectivo al medioambiente sano.
Hasta el año 2012, el Juzgado 4° Civil del Circuito de Cartagena falló en primera instancia
condenando a la empresa al encontrar probado el daño ecológico. Sin embargo, Dow Química
apeló la decisión ante el Tribunal Superior del Distrito Judicial de Cartagena, el cual revocó la
sentencia de primera instancia considerando, entre otros argumentos, que la acción carecía de
objeto porque la empresa adoptó medidas para reducir la contaminación y habiendo pasado
tantos años el daño ya no era visible. Adicionalmente, que mediante una acción popular no se
podía condenar a la empresa por una indemnización que debía buscarse por otra acción judicial.
En vista de lo anterior, Fundepúblico presentó recurso extraordinario de casación, que fue negado
por el Tribunal. Posteriormente, se presentó una acción de tutela contra la sentencia del Tribunal
Superior de Cartagena alegando la aplicación errónea de la ley y el desconocimiento de pruebas.
Tanto la Sala Civil como la Laboral de la Corte Suprema de Justicia negaron las pretensiones de la
acción de tutela porque consideraron que no había sido presentada de manera inmediata al pasar
más de seis meses desde la sentencia de segunda instancia.
Lo que falló la Corte Constitucional
La Corte Constitucional seleccionó la tutela para revisión y profirió la sentencia T-080 de 2015. En
instancia de revisión, la demandante solicitó acoger en su integridad el fallo de primera instancia
buscando sentar un precedente que frene las vulneraciones al medio ambiente. Esta petición fue
coadyuvada por el Grupo de Acciones Públicas (GAP) de la Universidad del Rosario, mediante la
cual se refirió a (i) el carácter indemnizatorio de la acción popular, (ii) la aplicabilidad de la Ley 472
de 1998 a los hechos materia del proceso, y (iii) a los efectos del daño ambiental como de tracto
sucesivo.
El Alto Tribunal en su sentencia afirmó que la Corte Suprema de Justicia no puede fijar un plazo de
seis meses para definir qué es inmediatez, pues esta se debe analizar en cada caso concreto.
Asimismo, la Corte evidenció una valoración indebida de las pruebas obrantes en el expediente
por parte del Tribunal, ya que respecto a la supuesta recuperación total del entorno afectado por
el paso del tiempo, esta no se encontraba acreditada. Por el contrario, sí se encontraban
acreditados otros hechos que el Tribunal desconoció, como el daño ambiental que ocasionó el
derrame de este químico contaminante y la negligencia de Dow Química.
La Corte Constitucional encontró probado el daño ambiental de acuerdo con los principios
rectores en materia ambiental, al considerar que no hace falta tener certeza sobre las
consecuencias específicas del daño, ni tener una prueba directa y absoluta sobre su causa, sino
construir indicios suficientes y razonables de que este daño existió, lo cual en este caso claramente
se evidenció, ya que el derrame de un químico como el Lorsban conllevó una afectación al
ecosistema de la bahía de Cartagena.
Adicionalmente, en la sentencia se profirieron órdenes respecto de (i) el acompañamiento y
participación de la sociedad civil en la recuperación del ecosistema y especialmente de la
comunidad afectada, (ii) el derecho de la comunidad a la información veraz sobre las
circunstancias y consecuencias del derrame, y (iii) medidas de prevención de futuros siniestros
mediante una visita y concepto técnico a la empresa para verificar que se estén cumpliendo con
las condiciones medioambientales.
Es de resaltar, que la Corte estableció que si no se cumple con las normas ambientales se puede
incluso ordenar el traslado de la fábrica, en caso de que su operación no sea compatible con el
ecosistema y que todos los ciudadanos están llamados a participar y verificar el cumplimiento de
éstas medidas.
Mayor información
Carlos Roberto Reyes
Jefe de Comunicaciones y Prensa Universidad del Rosario
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