Síntomas psicóticos incongruentes con el humor en la manía: una

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REVISIONES
Síntomas psicóticos incongruentes
con el humor en la manía: una revisión
A. Gramarya, J.M. Romeroa y J.M. Crespob
aHospital
de Magalhães Lemos. Oporto. Portugal. bServicio de Psiquiatría. Ciutat Sanitària i Universitària de Bellvitge.
L’Hospitalet de Llobregat. Barcelona.
INTRODUCCIÓN
Los episodios maníacos pueden presentar, como recoge actualmente el DSM-IV1, síntomas psicóticos incongruentes con el humor. Para algunos autores, esta sintomatología puede explicarse, desde un punto de vista fenomenológico, como “elevación o expresión en su
grado máximo” de las intensas experiencias mentales de
la manía2.
Tratar este tema supone abordar el diagnóstico diferencial entre la psicosis maniacodepresiva y la esquizofrenia, que constituye sin duda una de las cuestiones clínicas básicas planteadas en la psiquiatría desde sus inicios como especialidad médica.
En los últimos 80 años, ha habido una considerable
controversia en relación con la clasificación de la manía
con síntomas psicóticos incongruentes con el humor.
Se han defendido tres hipótesis sobre su ubicación nosológica3:
1. Se trata de una forma de enfermedad afectiva. Dentro de este punto de vista se han articulado dos subhipótesis: a) es indistinguible de la forma típica de manía
(no es un subtipo válido de manía), y b) es un subtipo de
manía.
2. Se trata de una forma de trastorno esquizoafectivo.
3. Es un subtipo de esquizofrenia.
REVISIÓN HISTÓRICA
Kraepelin
Kraepelin reconoció que, por sí solo, el contenido de
los delirios no permitía diferenciar, de forma fiable, la
enfermedad maniacodepresiva de la demencia precoz.
Este autor también reconocía que, mientras los delirios
resultantes del deterioro mental y “la debilitación del
poder razonante” eran con más frecuencia crónicos, los
delirios originados en estados alterados del humor
Correspondencia: Dr. A. Gramary.
Hospital de Magalhães Lemos.
Rua Professor Álvaro Rodrigues, s/n. 4149-003 Porto. Portugal.
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usualmente desaparecían con la alteración emocional4.
Por tanto, es posible concluir que, para este autor, la
manía con síntomas psicóticos incongruentes con el humor debería ser considerada una forma de enfermedad
afectiva5.
Bleuler
Aunque su concepto de esquizofrenia se basaba en el
trabajo anterior de Kraepelin, Bleuler desarrolló un concepto más amplio de este trastorno. En particular, amplió
los límites de la esquizofrenia a expensas de la enfermedad afectiva. En la cuarta edición de su Textbook of Psychiatry (1916), resumió así su punto de vista: “Todos los
síntomas maniacodepresivos pueden aparecer en la esquizofrenia; por el contrario, los síntomas específicos de
la esquizofrenia no aparecen en la enfermedad maniacodepresiva”6. De este manera, para este autor, la manía
con síntomas psicóticos incongruentes con el humor debería considerarse un subtipo de esquizofrenia5.
Jaspers
El concepto de congruencia/incongruencia con el humor del DSM-III surge a partir del trabajo del psiquiatra
Karl Jaspers. En su Psicopatología general, este autor
distinguió dos tipos de delirios. En el primero de ellos,
que denominó idea deliroide, la creencia surge comprensiblemente de otros procesos psíquicos, como emociones, instintos, deseos y temores. Así, reconocía dentro de este tipo las “ideas melancólicas y maníacas”. En
el segundo, que él denominó auténticas ideas delirantes, el origen del delirio es “psicológicamente irreductible” o, como él denominó, “incomprensible”, es decir,
“no pueden ser seguidas psicológicamente más atrás,
son fenomenológicamente algo último”7.
Kurt Schneider
Los síntomas psicóticos incongruentes con el humor
en la manía son básicamente idénticos a los descritos por
Schneider como síntomas primordiales (o de primer ran-
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A. GRAMARY ET AL.– SÍNTOMAS PSICÓTICOS INCONGRUENTES CON EL HUMOR EN LA MANÍA: UNA REVISIÓN
go) en la esquizofrenia. Este autor aportó una descripción de los síntomas de primer rango, destacando que no
eran específicos de la esquizofrenia, aunque fueran
útiles para llegar al diagnóstico 8 . Los clínicos ignoran con frecuencia sus advertencias e interpretan la
presencia de síntomas de primer rango como una evidencia definitiva de que un paciente padece esquizofrenia.
Los síntomas de primer rango son8:
1. Sonorización del pensamiento.
2. Voces dialogantes.
3. Voces que comentan, o fonemas imperativos.
3. Vivencias de pasividad o influencia corporal.
4. Robo del pensamiento y otras experiencias de pensamiento influido.
5. Difusión del pensamiento.
6. Percepciones delirantes.
7. Todas las vivencias de influencia en la esfera de la
voluntad, tendencias y sentimientos.
DSM-I y DSM-II
Las dos primeras ediciones del manual DSM de la
Asociación Psiquiátrica Americana adoptaron una aproximación bleuleriana para la categoría de “enfermedad
afectiva incongruente con el humor”, asumiendo la hipótesis de que se trataba de un subtipo de esquizofrenia5. Según el DSM-I, los casos de “reacción esquizofrénica de tipo esquizoafectivo [...] podían evidenciar
cambios predominantemente afectivos con pensamiento
de tipo esquizofrénico”. En contraste, en la categoría de
“reacciones afectivas”, cualquier alteración en el “pensamiento o comportamiento” debía estar “en consonancia con el afecto”9.
En el DSM-II, el trastorno esquizoafectivo permanece
como un subtipo de esquizofrenia10.
RDC (Research Diagnostic Criteria)
Desarrollados a principios de los años setenta por
Spitzer et al, los criterios RDC11 supusieron una nueva
aproximación a la nosología de los trastornos psicóticos.
El trastorno esquizoafectivo pasó de ser un subtipo de
esquizofrenia a transformarse en una entidad diagnóstica independiente. Además de la subdivisión del trastorno esquizoafectivo en los subtipos maníaco y depresivo,
este trastorno también se dividió en los subtipos “principalmente afectivo” y “principalmente esquizofrénico”.
Para el subtipo “principalmente afectivo”, los síntomas
psicóticos de tipo esquizofrénico debían aparecer de forma simultánea o precedidos por síntomas afectivos prominentes, y el individuo debía presentar un buen ajuste
premórbido. Para el subtipo “principalmente esquizofrénico”, los síntomas psicóticos de tipo esquizofrénico debían aparecer en ausencia de síntomas afectivos promi-
nentes o el paciente debía presentar un pobre funcionamiento o síntomas esquizotípicos antes del inicio de los
síntomas afectivos.
Según estos criterios, la manía con síntomas incongruentes con el humor quedaría incluida en la categoría
diagnóstica de trastorno esquizoafectivo, subtipo maníaco.
DSM-III
Los borradores iniciales del DSM-III adoptaron la visión aportada por los RDC para el trastorno esquizoafectivo. Este punto de vista cambió en borradores posteriores, debido en gran medida a la repercusión del artículo histórico de Pope y Lipinski 12 . Estos autores
compararon pacientes con trastorno esquizoafectivo de
tipo maníaco, trastorno maníaco y esquizofrenia, según
los criterios RDC. Usaron para ello tres criterios de validación: historia familiar, respuesta al tratamiento a corto
plazo y pronóstico a largo plazo. En los tres criterios de
validación usados, no se encontraron diferencias estadísticamente significativas entre los pacientes maníacos
y los esquizoafectivos maníacos, incluso aquellos con
dos o más síntomas esquizofrénicos (entre otros, los síntomas schneiderianos de primer rango). Se observaron,
sin embargo, diferencias consistentes entre los pacientes
con esquizofrenia y los otros dos grupos.
Basándose en estos hallazgos, los autores concluyeron12,13 que el trastorno esquizoafectivo de tipo maníaco, tal como se había definido en los RDC y en la primera versión del DSM-III, era distinguible de la esquizofrenia, pero indistinguible del trastorno maníaco, si
se usaban los criterios de validación disponibles. Esto
sugería que el trastorno esquizoafectivo no era una entidad diagnóstica independiente y debía clasificarse
dentro del trastorno maníaco.
En los pacientes que presentaban un síndrome maníaco, la presencia o ausencia de síntomas schneiderianos de
primer rango u otros síntomas psicóticos incongruentes
con el humor no tuvo significación diagnóstica o pronóstica demostrable. De este modo, concluyeron que los síntomas de primer rango y otros síntomas psicóticos esquizofrénicos no eran específicos y ocurrían con frecuencia
tanto en la enfermedad afectiva como en la esquizofrenia.
Esto implicaba una inversión del punto de vista de
Bleuler, es decir, en vez de diagnosticar un trastorno
afectivo tras excluir la esquizofrenia, ésta debería
diagnosticarse sólo tras haber excluido un trastorno
afectivo5.
Este punto de vista predominó durante las deliberaciones del DSM-III, con dos resultados principales: a)
se creó la categoría diagnóstica de trastorno afectivo con
síntomas psicóticos incongruentes con el humor, y b) lo
que permaneció del trastorno esquizoafectivo fue relegado a una categoría residual sin criterios5.
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PSIQUIATRÍA BIOLÓGICA. VOLUMEN 8, NÚMERO 5, SEPTIEMBRE-OCTUBRE 2001
DSM-IIIR
La categoría de trastorno afectivo con síntomas psicóticos incongruentes con el humor pasó sin cambios relevantes del DSM-III al DSM-IIIR. Sin embargo, se crearon criterios específicos para el trastorno esquizoafectivo que recordaban los de la categoría de los RDC de
trastorno esquizoafectivo “principalmente esquizofrénico”. Estos criterios requerían la presencia simultánea de
síntomas esquizofrénicos y de síntomas afectivos prominentes y, en otro momento del curso de la enfermedad,
la presencia de síntomas psicóticos en ausencia de síntomas afectivos prominentes14. Este manual consideraba
los síntomas catatónicos como síntomas psicóticos incongruentes con el humor en la manía.
DSM-IV
Este manual define, entre los especificadores para
describir el episodio maníaco más reciente, el especificador “grave con síntomas psicóticos”, distinguiendo,
dentro de él, dos categorías, según la congruencia/incongruencia de los síntomas psicóticos. Define los síntomas incongruentes con el humor como1: “ideas delirantes y alucinaciones, cuyo contenido no consiste en
los típicos temas maníacos de aumento de la autoestima,
poder, sabiduría, identidad o relaciones especiales con
alguna deidad o un personaje famoso. Se incluyen síntomas como ideas delirantes de persecución (no relacionados directamente con ideas o temas de grandiosidad), inserción del pensamiento, difusión del pensamiento e
ideas delirantes de ser controlado”.
A diferencia del DSM-IIIR, los síntomas catatónicos
dejan de ser considerados como síntomas psicóticos incongruentes con el humor y pasan a constituir un especificador independiente para los trastornos afectivos1.
CIE-10
Este sistema de clasificación define la categoría diagnóstica de “manía con síntomas psicóticos” (F30,2).
Dentro de ella define, con cierta ambigüedad, la presencia de síntomas psicóticos “no congruentes con el estado
de ánimo” como “las ideas delirantes y alucinaciones
que se presentan con estado de ánimo neutro, por ejemplo, ideas de referencia sin sentimientos de culpabilidad
o sin sentirse acusado o voces alucinatorias sobre temas
que no tienen un significado emocional especial”. En el
apartado de diagnóstico diferencial de esta categoría,
considera que “la presencia ocasional de alucinaciones e
ideas delirantes de las descritas en la esquizofrenia pueden ser incongruentes con el estado de ánimo; sin embargo, si estos síntomas fueran destacados o persistentes, podría ser más adecuado el diagnóstico de trastorno
esquizoafectivo”15.
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ESTABILIDAD DIAGNÓSTICA
Y SÍNTOMAS INCONGRUENTES
EN LA MANÍA
La inestabilidad diagnóstica o error diagnóstico es un
hecho conocido en los primeros episodios bipolares16.
Como es evidente, esta confusión diagnóstica es de gran
trascendencia, puesto que priva a muchos pacientes de
tratamientos profilácticos eficaces (eutimizantes) y les
somete innecesariamente a tratamientos antipsicóticos
prolongados17.
El seguimiento longitudinal es, por tanto, fundamental
en muchas ocasiones para llegar a un diagnóstico de certeza18-20.
González-Pinto et al, en un estudio reciente, intentaron analizar el peso que diferentes factores pueden tener
en la estabilidad diagnóstica del trastorno bipolar. Concluyeron que el error diagnóstico (habitualmente con
esquizofrenia u otras psicosis) era más frecuente en el
grupo de pacientes con síntomas psicóticos incongruentes21. Estos mismos autores concluyeron también que el
error diagnóstico era más frecuente al inicio de la enfermedad y entre aquellos pacientes que presentaban antecedentes de abuso o dependencia de alcohol16.
Para algunos autores la confusión diagnóstica inicial
del trastorno bipolar con la esquizofrenia (23,8%) puede
ser más probable entre mujeres e hispanos20 o entre negros e hispanos 22, lo que podría indicar que la etnicidad
es un factor de interferencia significativo en el error
diagnóstico de los pacientes bipolares, como esquizofrénicos, observándose un riesgo mayor en edades precoces de inicio con alucinaciones auditivas durante los
episodios afectivos22.
En una visión más amplia, Akiskal y Puzantian23 consideran otros factores de confusión que podrían determinar el error diagnóstico del trastorno bipolar con la esquizofrenia:
– Dar más importancia a los aspectos transversales
que a los longitudinales.
– Confundir la recuperación interepisódica incompleta con el deterioro esquizofrénico.
– Confundir los componentes bizarros del cuadro bipolar con los trastornos del pensamiento típicos de la esquizofrenia.
– Atribuir el humor irritable y querulante a delirios
paranoides.
– Tomar la anhedonia y despersonalización depresivas por el aplanamiento afectivo característico de la esquizofrenia.
– Percibir la taquipsiquia como asociaciones laxas.
– Dar demasiada importancia a eventuales síntomas
schneiderianos.
En relación con este último punto, Akiskal refiere que
los síntomas schneiderianos no deberían considerarse
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A. GRAMARY ET AL.– SÍNTOMAS PSICÓTICOS INCONGRUENTES CON EL HUMOR EN LA MANÍA: UNA REVISIÓN
per se como incongruentes con el estado de ánimo (es
decir, únicamente por ser síntomas de primer rango de
Schneider) y subraya que la experiencia maníaca puede
ser tan intensa que puede dar lugar a estados aparentemente bizarros e incoherentes que, sin embargo, adquieren “coherencia” bajo una experta observación fenomenológica. Este autor también refiere que el aumento de
las percepciones en la manía puede producir alucinaciones y delirios que pueden determinar la ya comentada
incongruencia del estado de ánimo24.
FRECUENCIA DE SÍNTOMAS
PSICÓTICOS INCONGRUENTES
EN LA MANÍA
Aunque ciertos síntomas psicóticos (p. ej., delirios de
grandeza) son más frecuentes en la manía, todos los síntomas psicóticos, incluidos los considerados característicos de la esquizofrenia, pueden ocurrir en la manía. Se
puede encontrar delirios somáticos, persecutorios, de referencia, nihilistas, extraños sistematizados; alucinaciones auditivas, visuales, olfatorias y táctiles; trastornos
formales del pensamiento y catatonía25. Muchos estudios indican que los síntomas psicóticos incongruentes
con el humor, incluyendo el delirio de persecución y los
síntomas de primer rango de Schneider, son bastante
frecuentes en la manía. Goodwin y Jamison encontraron
que el 58% de los pacientes bipolares presentaban en algún momento de su enfermedad al menos un síntoma
psicótico y aproximadamente el 48% de los episodios
maníacos se acompañaban de, al menos, un delirio. El
28% presentaba delirios de persecución y paranoides (límites, 18-65%), el 18% alucinaciones auditivas (límites,
7-48%), el 18% síntomas primarios de Schneider para la
esquizofrenia (límites, 9-34%) y el 15% delirios de pasividad (límites, 9-47%)26.
Posteriormente, Tohen et al han encontrado, en episodios maníacos, mayor frecuencia de síntomas psicóticos incongruentes con el humor que de síntomas psicóticos congruentes (el 56 frente al 44%)27.
En el estudio de González-Pinto et al, el 82% de los
pacientes bipolares presentaban síntomas psicóticos y el
44% del total presentaban síntomas psicóticos incongruentes21.
EDAD DE INICIO Y SÍNTOMAS
INCONGRUENTES EN LA MANÍA
En pacientes maníacos jóvenes es relativamente frecuente un inicio aparentemente psicótico o esquizofreniforme28-30. En estos casos, una respuesta espectacular y
rápida al tratamiento antipsicótico, con remisión com-
pleta y crítica de la sintomatología psicótica, debe alertar hacia un sustrato afectivo y una probable evolución
bipolar31. Los pacientes con síntomas incongruentes tienen una edad más temprana de inicio32 y son más jóvenes en el momento del primer ingreso hospitalario33; observando algunos autores un pico al final de la década
de los veinte y principio de los treinta34. Así, GonzálezPinto encuentra que la presencia de síntomas incongruentes en los pacientes menores de 40 años es del
50%, mientras que sólo alcanza un 18% en mayores de
40 años21.
SEXO Y SÍNTOMAS INCONGRUENTES
EN LA MANÍA
Algunos autores encuentran una proporción mayor de
mujeres entre los pacientes con trastorno del humor con
síntomas incongruentes (83%) en relación con el grupo
con síntomas congruentes (45%)34, mientras que otros
autores no encuentran diferencias21.
EEG Y SÍNTOMAS INCONGRUENTES
EN LA MANÍA
Ha sido observada una mayor frecuencia de variantes
epileptiformes (puntas-ondas, polipuntas, pequeñas ondas abruptas) en pacientes con trastorno del humor con
síntomas psicóticos incongruentes (33%), en relación
con los pacientes con síntomas congruentes (0%) y con
trastorno del humor no psicótico (3,2%). En este estudio, los autores refieren los datos para el grupo de pacientes con trastorno del humor con síntomas psicóticos
incongruentes, sin especificar qué porcentaje de alteraciones electroencefalográficas corresponden a la manía
y qué porcentaje a la depresión34.
MANÍA SECUNDARIA A ENFERMEDAD
MÉDICA Y SÍNTOMAS PSICÓTICOS
INCONGRUENTES
La manía secundaria, desde un punto de vista fenomenológico, se acompaña con menor frecuencia de síntomas psicóticos de primer rango35,36.
COMORBILIDAD EN LA MANÍA CON
SÍNTOMAS INCONGRUENTES
Los antecedentes de abuso o dependencia de alcohol
son más frecuentes entre pacientes con síntomas psicóticos incongruentes16.
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PSIQUIATRÍA BIOLÓGICA. VOLUMEN 8, NÚMERO 5, SEPTIEMBRE-OCTUBRE 2001
PRONÓSTICO Y SÍNTOMAS
INCONGRUENTES EN LA MANÍA
La presencia de síntomas psicóticos en la manía ha sido considerada por diversos autores como un predictor de peor pronóstico, y se asocia con un tiempo más
corto de remisión y un peor status ocupacional y residencial37. En relación con los síntomas incongruentes,
la mayoría de los autores encuentra que la presencia de
estos síntomas en la manía se asocia con un peor pronóstico5,38-41; otros autores, sin embargo, han encontrado resultados contrarios12,42 y, por último, algunos se sitúan en una posición intermedia43. Las diferencias encontradas en estos estudios pueden deberse, en parte, a
la duración del seguimiento. La mayoría de los estudios
que no encuentran diferencias significativas en el pronóstico hizo el seguimiento durante un período inferior
a 3 años, mientras que aquellos que encontraban diferencias significativas acompañaron, en general, a los pacientes durante períodos superiores a 4 años. Tohen encontró que la presencia de síntomas incongruentes durante el episodio índice de manía permitía predecir un
tiempo más breve en remisión durante un período de
4 años, representando un factor de riesgo para la recaída, especialmente durante el primer año tras la recuperación del episodio. También observó que la presencia de
síntomas schneiderianos de primer rango predecía un
status residencial peor durante un período de 4 años. Para este autor, este estudio apoyaría la hipótesis sugerida
por otros autores de un “continuum de gravedad”, y sería posible establecer una gradación en la cual la manía
sin síntomas psicóticos tendría el mejor pronóstico, la
manía con síntomas psicóticos incongruentes tendría el
peor pronóstico, y la manía con síntomas psicóticos
congruentes ocuparía una posición intermedia 27. Teniendo en cuenta que la manía esquizoafectiva tiene un
pronóstico peor39, este trastorno se situaría en el extremo de la escala de gravedad. Miklowitz, en un estudio
de seguimiento de 9 meses tras la hospitalización por un
episodio maníaco, observó que los pacientes con síntomas incongruentes no diferían en la tasa o timing de recaídas depresivas o maníacas o en la ciclación. Observó,
sin embargo, que los pacientes con síntomas incongruentes presentaban durante el seguimiento síntomas
psicóticos positivos y negativos más graves, medidos a
través de la Brief Psychiatric Rating Scale (BPRS), así
como un peor ajuste social y una menor adherencia a la
medicación41. González-Pinto et al, en su estudio desarrollado sobre una muestra de pacientes bipolares, concluyen que los pacientes con síntomas psicóticos incongruentes presentan un mayor número de ingresos psiquiátricos en el último año, en relación con el resto de
los pacientes16. El error diagnóstico (con la esquizofrenia u otras psicosis) en primeros episodios de pacientes
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maníacos con síntomas psicóticos incongruentes puede
determinar un retraso en el diagnóstico. Este retraso
condiciona una instauración también diferida del tratamiento con eutimizantes, pudiendo empeorar así la evolución y el pronóstico de la enfermedad44. En los últimos años, se ha observado que la evolución del trastorno bipolar a largo plazo es menos favorable de lo que se
podría esperar a partir de las descripciones iniciales de
la enfermedad45. Este empeoramiento en la evolución ha
coincidido con una mayor incidencia del trastorno en las
últimas décadas. Una de las razones probables de este
fenómeno es el cambio observado durante las últimas
2 décadas, sobre todo en los EE.UU., en las tendencias
diagnósticas de la esquizofrenia y el trastorno bipolar.
Los criterios diagnósticos actuales para el trastorno bipolar permiten incluir a pacientes que presentan síntomas delirantes o alucinaciones incongruentes con el
humor, así como episodios de catatonía, confusión y
sintomatología psicótica negativa, que pueden llegar a
enmascarar los síntomas afectivos46.
TRATAMIENTO Y SÍNTOMAS
INCONGRUENTES EN LA MANÍA
La presencia de síntomas psicóticos, especialmente si
son incongruentes con el humor, es considerada por Calabrese et al como un predictor de no respuesta al litio47. Este mismo indicador de refractariedad durante el episodio
índice ha sido igualmente hallado por Tohen et al en un
estudio de 4 años de seguimiento37. Schnur et al asocian la
mala respuesta a la TEC en los episodios maníacos con la
presencia de contenidos paranoides, que también relacionan con peor respuesta al litio48. Otros autores, como
Black et al, no encuentran predictores de respuesta49.
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