A 14 INTERNACIONAL SÁBADO 6 DE SEPTIEMBRE DE 2014 La trama se desarrolla en el ficticio país de Abbudin: BITÁCORA mundial “Tyrant”, la polémica serie inspirada en los dictadores de Medio Oriente Este drama político no esconde sus semejanzas con las vidas de Bashar al Assad o Saddam Hussein. ALBERTO ROJAS MOSCOSO Ficción y realidad Bassam al Fayeed es un exitoso pediatra en Pasadena (California), donde vive con su familia estadounidense. Pero él también es el hijo menor del gobernante de Abbudin, Khaled al Fayeed. Y en 20 años, jamás ha vuelto a su país natal, atormentado por la brutalidad del régimen de su padre. Hasta que el matrimonio de su sobrino lo obliga —a regañadientes— a regresar. Una oportunidad para volver a ver a su FX “D espués de todo lo que yo le he dado a la gente, todavía no están satisfechos. Ellos dicen que quieren libertad. ¿Para qué? ¿Para matarse unos a otros? Yo les di orden y prosperidad, y todo lo que ellos quieren es caos”, afirma el Presidente Khaled al Fayeed, quien durante décadas ha gobernado con mano de hierro su país, Abbudin, ubicado en Medio Oriente. Pero ni Al Fayeed ni Abbudin existen realmente porque son parte de la serie de televisión “Tyrant” —que transmite el canal FX—, cuyos personajes comparten notorias semejanzas con figuras como el Presidente sirio, Bashar al Assad, o el derrocado Saddam Hussein. Escrita por Howard Gordon y Gideon Raff —productores de “Homeland”—, “Tyrant” es la primera serie de televisión que ficciona sobre este tema. Y desde la emisión de su episodio piloto, no ha estado ajena a la polémica por cómo retrata al mundo árabe y musulmán. EL PERSONAJE DE BASSAM AL FAYEED, interpretado por el actor Adam Rayner (con las manos en los bolsillos), intenta ser una voz de moderación y apertura dentro del rígido gobierno de su hermano mayor Jamal (a la izquierda, sentado con traje claro), encarnado por Ashraf Barhom. En la serie, Abbudin es un Estado árabe secular aliado de EE.UU., en el marco de las revueltas de la Primavera Árabe. “Tyrant” se transmite todos los miércoles a las 22:00 horas por el canal FX. hermano mayor, Jamal, el obvio heredero de la dinastía. Y tal vez limar las asperezas con el resto de su familia sanguínea. Pero el mismo día del matrimonio, el padre de Bassam fallece producto de un infarto cerebral. Y Jamal queda gravemente herido tras desbarrancarse en su Ferrari. De modo que Bassam, a instancias de los ministros de su padre, se ve obligado a permanecer en Abbudin. Más de alguien podría pensar que la trama de “Tyrant” es solo producto del trabajo de los guionistas de Hollywood. Pero la serie guarda estrechas similitudes con la vida de Bashar al Assad, quien gobierna Siria des- de 2000. Su padre, Hafez al Assad, tomó el control del país en un golpe de Estado en 1970, ocupando el cargo de Presidente hasta su muerte, treinta años más tarde. Y durante ese lapso trabajó en la búsqueda de un sucesor. Primero consideró a su hermano, Rifaat, quien acabó en el exilio tras intentar tomar el poder durante una crisis de salud de Hafez. La segunda opción fue su hijo mayor, Bassel, quien contaba con una importante trayectoria militar, pero que falleció en 1994 cuando se estrelló en su Maseratti camino al aeropuerto. Solo entonces Hafez al Assad puso la mirada en su segundo hijo, Bashar —carente de toda experiencia política y militar—, quien tras graduarse de la escuela de Medicina de la Universidad de Damasco, había viajado a Londres para especializarse en oftalmología. Y en pocos años lo convirtió en su sucesor. Estereotipos La figura de Jamal, el hermano mayor del protagonista de “Tyrant”, tampoco esconde su vínculo con la realidad, ya que tanto en lo físico como en su conducta se parece mucho a los hijos de Saddam Hussein: Uday y Qusay. Ambos eran amantes del lujo extremo, no conocían límites en sus excesos y eran temidos por su crueldad. ¿Más semejanzas? En el pasado, el padre de Bassam utilizó armas químicas contra sus enemigos, tal como hizo Saddam Hussein contra los kurdos. Las críticas que ha recibido la serie tienen que ver en gran medida con la forma en que muestra al mundo de Medio Oriente. La imagen del padre de Bassam ejecutando a sus enemigos en las calles o de Jamal protagonizando una violación no tardaron en encender la polémica. “En ‘Tyrant’ la cultura árabe musulmana carece de cualidades redentoras y está representada por terroristas, niños asesinos, violadores, multimillonarios corruptos y mujeres que son solo víctimas”, dijo el director de comunicaciones del Consejo de Relaciones Islámico-estadounidenses, Ibrahim Hooper. “Incluso los árabes musulmanes ‘buenos’ son malos”. “Tyrant” no dejó a nadie indiferente. Y aunque todavía no se confirma una segunda temporada, ya dejó instalado un profundo debate en lo político y en lo televisivo. “Mandela: mi prisionero, mi amigo” Christo Brand y Barbara Jones Planeta 286 páginas $12.900. Disponible en Chile “A los presos no se les permitía usar lentes de sol (...). Mandela padeció secuelas en la vista durante el resto de su vida. Tras su liberación, una de las normas más estrictas que impuso fue que no le tomaran fotografías con flash”. Este es solo un pasaje del libro del sudafricano Christo Brand, quien a los diecinueve años llegó a trabajar a la prisión de Robben Island como carcelero de Mandela, quien ya tenía sesenta. Y que a medida que pasaron los años, fue construyendo una particular relación de amistad y respeto con el prisionero más famoso de su país. El libro cubre gran parte de la vida de Mandela, desde sus inicios como activista en contra del gobierno segregacionista blanco durante la década de 1960 y el juicio que lo condenó a 27 años de cárcel, hasta su liberación y posterior elección como Presidente (1994-1999). Pero, sobre todo, es el relato del camino que recorre Mandela en su esfuerzo por crear las bases de un país de unidad. “Veinte años del TLC, su dimensión política y estratégica” Luis Rubio FCE, 110 páginas $4.500 Disponible en Chile El ensayo analiza la historia política del TLC entre los países de América del Norte. El autor evalúa los objetivos e intereses en las negociaciones previas al acuerdo trinacional. Muestra una perspectiva optimista de los veinte años transcurridos desde 1994 en sus repercusiones políticas y económicas, aunque cuestiona la vigencia de un instrumento cuyas cláusulas han permanecido casi intactas. Diseñadora de Experiencias en el Instituto de Búsqueda de Inteligencia Extraterrestre: El inverosímil trabajo de la “vigilante de la galaxia” FLAVIA DE FARRACES | EL MUNDO “¿Qué pasaría si el choque de un asteroide con la Tierra evaporara los océanos y esterilizara el suelo?” Aunque la pregunta parece sacada de la película de ciencia ficción ‘Armageddon’, es uno de los escenarios que Nelly Ben Hayoun esboza a diario. La joven ocupa el inverosímil pues- to de Diseñadora de Experiencias en el Instituto de Búsqueda de Inteligencia Extraterrestre (SETI, en sus siglas en inglés) de California, donde lidera el proyecto “Disaster Playground”, que investiga la hoja de ruta a seguir ante un hipotético apocalipsis espacial. Esta francesa de 29 años con estudios de diseño se ha embar- cado en una cruzada para convencer al mundo de la seriedad de los peligros agazapados en el universo. De estrafalaria figura, enfundada en un buzo deportivo y labios de chica pin up, la llaman la ‘Willy Wonka del diseño y la ciencia’. Y lo cierto es que, al igual que el personaje literario de Roald Dahl, su mente funcio- na como un caleidoscopio de ideas poco convencionales, desde un volcán doméstico de reducido tamaño que escupe lava en la maqueta del salón —para cuestionar la dominación de la naturaleza con fines de entretenimiento— hasta un experimento en la cocina que ‘prueba’ la existencia de materia oscura. “Creo que empleando un enfo- que radical es posible que el espectador se comprometa con una causa o una investigación, y eso es lo que me motiva”. Una de sus pugnas es conseguir una mayor presencia femenina en un sector dominado por hombres. Quizá sea precisamente esa su ambición secreta, ya que en sus “ratos libres” entrena NELLY BEN HAYOUN, en el Centro para ser astronauta. de Investigación Ames de la NASA. EL MUNDO Nelly Ben Hayoun se ha embarcado en una cruzada para prevenir un apocalipsis espacial.