2018: el PRI frente a las alianzas PAN-PRD

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Impresiones de la calle: que habla y enseña con el otro
Por Juan María Alponte / pág.9
Director: Carlos Ramírez
noticiastransicion.mx
Lunes 10 de Agosto de 2015
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Número 61
$5.00
2018: el PRI frente a
las alianzas PAN-PRD
Por Carlos Ramírez / pág. 5
Suplemento
Descifrando a Peña Nieto
Por Roberto Vizcaíno / pág. 7
PRI 2018: Peña y Beltrones,
un partido en busca de autor
Por Carlos Ramírez / pág. I
Nuevas dirigencias partidistas
Por Armando Reyes Vigueras / pág. 4
2
10 de Agosto de 2015
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La CNTE, desesperada,
pacta con AMLO
La CNTE entró en fase de desesperación y por lo
tanto de cometer más errores. Para empezar acordó
recurrir al mismo diablo y en asamblea aceptó realizar “el diálogo abierto” con Andrés Manuel López
Obrador, dirigente de Morena.
Por órdenes de Rubén Núñez, líder de la Sección
22 de la CNTE, el vocero Mohamed Otaqui Toledo
anunció que el diálogo es para sumar esfuerzos contra la Reforma Educativa.
El vocero admitió que en un principio “se rechazó de manera contundente” el saludo y la invitación
que les formuló Andrés Manuel a finales de julio
para hacer una alianza electoral. Posteriormente, se
valoró cómo van las cosas y se acordó el acercamiento, agregó.
Adelantó que se conformarán comisiones de
enlace para establecer un primer acercamiento. De
manera paralela, dijo, se acordó impulsar la mesa de
negociación abierta y pública con los gobiernos federal y estatal, así como la realización de una marcha
masiva estatal el 14 de agosto.
No obstante, el hecho es que la CNTE contraviene una de sus principales reglas: mantenerse al
margen de los partidos y políticos, no obstante ahora
van a pactar con López Obrador para ver qué logran
recuperar.
Rubén Núñez, dirigente de la CNTE, dispuesto a pactar
con López Obrador, ante la caída vertical del poder de su
organización disidente.
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Diario Indicador Político es una publicación diaria editada
por el Grupo de Editores del Estado de México, S. A., y el
Centro de Estudios Políticos y de Seguridad Nacional, S.
C. Editor responsable: Carlos Javier Ramírez Hernández.
Todos los artículos son de responsabilidad de sus
autores. Oficinas: Durango 223, Col. Roma, Delegación
Cuauhtémoc, C. P. 06700, México D.F.
noticiastransicion.mx
Índice
4
Nuevas dirigencias partidistas
Por Armando Reyes Vigueras
5
6
I
2018: el PRI frente a las alianzas PAN-PRD
Por Carlos Ramírez
7
Descifrando a Peña Nieto
Por Roberto Vizcaíno
9
11
Impresiones de la calle: que habla y enseña con el otro
Por Juan María Alponte
Agenda del día
Torre de Babel
PRI 2018: Peña y Beltrones,
un partido en busca de autor
Los Pinos 2018: La Silla Embrujada
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10 de Agosto de 2015
Mundo electoral
Nuevas dirigencias partidistas
Por Armando Reyes Vigueras
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os tres grandes partidos en nuestro país
renovarán sus dirigencias nacionales en
el corto plazo. Más allá de las formas
en que se harán los cambios, resalta que el
común denominador sea los resultados electorales, materia que se ha convertido en prioritaria para los institutos políticos y que definirá sus planes de cara a los años por venir.
Cambios por resultados
Acción Nacional, el Revolucionario Institucional y el de la Revolución Democrática
tendrán nuevos presidentes nacionales, los
dos primeros en el mes actual, y el último
antes que finalice el año. Cada uno bajo las
reglas que han establecido para el efecto y
bajo circunstancias parecidas, en las que el
impulso principal para realizar los cambios se
ajusten a lo establecido en sus estatutos o no,
es el tema electoral.
En el caso blanquiazul, desde la modificación a sus estatutos en la pasada Asamblea Nacional Extraordinaria realizada en 2013, se estableció en uno de sus artículos transitorios que
la presidencia de su Comité Ejecutivo Nacional se renovaría tras las elecciones federales de
2015, motivo por el cual están en la búsqueda
de tal posición Ricardo Anaya y Javier Corral.
En el campo tricolor, la llegada del actual
presidente del Partido, César Camacho Quiroz, a la Cámara de Diputados abrió la puerta
para un cambio de dirigente, por lo que tras semanas de especulaciones todo quedó listo para
que Manlio Fabio Beltrones Rivera se inscribiera como candidato de unidad —sin competencia interna por decisión del primer priísta del
país— para ser elegido este mismo mes.
Y en el caso amarillo, derivado de los pésimos resultados en la última votación federal,
Carlos Navarrete ha mencionado la posibilidad de acortar su periodo para que se renueve
la dirección nacional del sol azteca, para lo
cual mencionan a personajes como Armando
Ríos Piter o Fernando Belaunzarán.
Detrás de estas modificaciones, se ubica
el tema electoral como el eje del cual parte
la necesidad de tomar estas decisiones: En el
PAN, en sus estatutos se estableció la fecha
para realizar la elección del nuevo dirigente
para que atendiera las elecciones de 2016 y
no afectara los trabajos en la materia en los
pasados comicios federales.
En el PRI, aunque sus resultados se presentaron de inicio como positivos, al analizarlos
con calma se dieron cuenta que los votos recibidos no reflejan un avance en la materia por lo
que tuvieron que echar mano de su operador
electoral más eficiente para encarar los retos de
los años por venir, teniendo en cuenta que el
desafío principal se ubica en 2018, pero que las
aduanas de 2016 y 2017 son importantes.
Y en el PRD, los resultados negativos obtenidos en las elecciones federales de junio,
han obligado a los miembros del partido a
reflexionar sobre la necesidad de cambiar a
la dirigencia nacional, situación que podría
hacerse realidad en unos cuantos meses más.
En resumen, el tema electoral es prioritario en el seno de los partidos y definirá sus
agendas de ahora en adelante.
¿Los partidos sólo sirven para ganar
elecciones?
Todo lo anterior nos lleva a la cuestión del
objetivo de la existencia de los partidos políticos en México. En sus documentos básicos,
cada uno de los institutos señala para lo que
fueron creados.
En el caso de Acción Nacional, en el artículo 2 de sus estatutos se explica que la organización tiene como objeto: “la formación
y el fortalecimiento de la conciencia democrática de todos los mexicanos; La difusión
de sus principios, programas y plataformas;
La actividad cívico-política organizada y permanente; La educación socio-política de sus
militantes; La garantía en todos los órdenes
de la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres; La realización de toda clase
de estudios sobre cuestiones políticas, económicas y sociales, y la formulación de los consiguientes programas, ponencias, proposiciones e iniciativas de ley; La participación en
elecciones federales, estatales y municipales,
en las condiciones que determinen sus órganos competentes”, entre otras.
El PRI, en el artículo 3 de sus estatutos,
plantea que su objetivo es: impulsar “la participación ciudadana que se expresa en la diversidad social de la nación mexicana con la
Presencia predominante y activa de las clases
mayoritarias, urbanas y rurales, que viven
de su trabajo, manual e intelectual, y de los
grupos y organizaciones constituidos por jóvenes, hombres, mujeres, adultos mayores,
personas con discapacidad, y pueblos y comunidades indígenas cuya acción política y
social permanente fortalece las bases sociales
del Estado Mexicano”.
Y el PRD, plantea en el artículo 2 de sus
estatutos que su “objetivo primordial es participar en la vida política y democrática del país”.
Como es evidente, la vía electoral es sólo
una de las formas que las fuerzas políticas
tienen para participar en política nacional,
pero en los últimos años el ámbito electoral se ha convertido en lo prioritario para
éstas. Las decisiones que se han tomado en
el pasado reciente confirman esta situación,
por lo que las causas sociales, los temas de
formación o las actividades culturales o de
vinculación de los partidos dependerán de la
agenda electoral y serán autorizadas si contribuyen a esta causa.
Es una de los motivos que explica la calidad
de la democracia que tenemos en México.
@AreyesVigueras
Columna Indicador Político
10 de Agosto de 2015
2018: el PRI frente a
las alianzas PAN-PRD
Por Carlos Ramírez
A
pesar de que en lo individual hay
personalidades opositoras bien posicionadas en las preferencias para el
2018, la verdadera lucha política se dará en
la búsqueda de alianzas del PAN y el PRD
para combatir a un PRI fortalecido. Y como
se presentan las cosas, el tema central es saber
si podría darse el caso de una candidatura de
coalición PAN-PRD.
En el 2009, el PRI firmó un acuerdo de
apoyo a la política presupuestal del gobierno
de Calderón a cambio de que el PAN no hiciera alianza en el Estado de México con el
PRD. Las expectativas entonces temían que
una candidatura PAN-PRD derrotara al PRI
en la tierra del gobernador Enrique Peña
Nieto, el mejor posicionado en las encuestas
para las presidenciales del 2012.
Ahora, después del 7 de junio de 2015, hay
ya conversaciones iniciales entre el PAN y el
PRD para algunas candidaturas a gobernador
en el 2016 y el 2017 como una forma de ir debilitando al PRI. Por lo pronto podrían repetirse las alianzas en las gubernaturas de Puebla
y Oaxaca, y está en duda Sinaloa. En la agenda
de posibles estaría Veracruz y Chihuahua.
Las alianzas con posibilidad de victoria
no responden en automático a una candidatura apoyada por los dos partidos. El éxito de
las alianzas en el 2010 obedeció a una lógica
local, a la candidatura de un expriísta posicionado en las encuestas y al crispado estado
de ánimo de la sociedad contra el PRI.
En Puebla catalizó en contra del PRI el
gobierno saliente de Mario Marín Torres y
en Oaxaca la crisis de la Sección 22 de maestros y la APPO contra el gobernador Ulises
Ruiz Ortiz. El candidato poblano fue el expriísta Rafael Moreno Valle y en Oaxaca el
expriísta Gabino Cué Monteagudo. Estas circunstancias no se repiten en las gubernaturas
en disputa en el 2016: ni hay expriístas que
acumulen cohesiones ni conflictos dinamizadores. El éxito de las alianzas dependería de
la estrategia y fuerza políticas del gobernador
saliente. De las doce gubernaturas en disputa
en el 2016, sólo estará caliente la de Puebla
por la posición destacada del gobernador
aliancista Moreno Valle en las nominaciones
presidenciales del PAN.
Una plaza importante en la que sí se intentará una alianza local será de nueva cuenta
el Estado de México, en la elección de gobernador en el 2017. El nivel de aceptación de la
gestión del gobernador priísta Eruviel Ávila es
mucho menor que el que tuvo Peña Nieto a la
mitad de su gubernatura. Además, el PAN y
el PRD tienen claro que la derrota del PRI en
el Estado de México dañaría las posibilidades
del PRI en las presidenciales del 2018. Por lo
pronto, Peña Nieto ya involucró al PRI nacional para posicionar a una de las precandidatas,
la secretaria general mexiquense propuesta con
Beltrones para nueva dirigencia.
Las posibles alianzas estatales estarían en
la lógica política de sembrar posibilidades
a una candidatura presidencial PAN-PRD,
más viable en el escenario teórico que en
la real politik. En el 2012 lo quiso intentar
Marcelo Ebrard Casaubón, pero se le atravesó López Obrador y su negativa a aliarse con
el PAN. Antes de su exilio en París-Nueva
York-Houston, Ebrard volvió a iniciar contactos con miras a una alianza presidencial
PAN-PRD en el 2018.
El problema que tienen las alianzas es su
incomprensión real. El único que entendía la
lógica de las alianzas era Manuel Camacho Solís, pero las dirigencias de la coalición neopopulista de centro-izquierda nunca quisieron
racionalizar esa posibilidad. Camacho señalaba que el problema no era una candidatura de
dos partidos, sino que su viabilidad radicaba
en una propuesta de proyecto de gobierno.
Las posibilidades de una alianza PANPRD-chiquillería para el 2018 tiene más negativos que positivos. La suscripción de un
compromiso chocaría contra la pared de López Obrador, quien no se niega a una candidatura de alianza pero la condiciona a que el
candidato sea él y sin programa de gobierno.
Y lamentablemente para el PRD, en sus filas
no existen figuras que pudieran disputarle
a López Obrador la posición de ventaja en
Las posibilidades de
alianzas PAN-PRD
podrían ser una estrategia
de desesperación de ambos
partidos ante la caída de
sus votos y las fracturas
internas.
las primeras encuestas. El único sería Miguel
Ángel Mancera, pero en el PRD comienzan a
regatearle su apoyo.
Por tanto, las posibilidades de alianzas
PAN-PRD podrían ser una estrategia de
desesperación de ambos partidos ante la
caída de sus votos y las fracturas internas. El
PRI se ha fortalecido en Oaxaca y Sinaloa,
donde las gubernaturas aliancistas habrían
perdido fuerza local. Y la fuerza electoral del
PRD sufrió un descalabro el 7-J ante el PRD.
Por tanto, en el PAN también existen suspicacias de aliarse con un partido que viene de
regreso y en declinación. Y López Obrador
tiene la certeza de que podría ganarle al PRI
sin aliarse con nadie, aunque aceptaría declinaciones a su favor.
En este contexto, la estrategia del PRI se va
a centrar en recuperar gubernaturas, mantener
el Estado de México y avanzar en el DF.
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10 de Agosto de 2015
Agenda del día
Navarrete deja la dirigencia nacional del PRD
A
nte el Consejo Nacional del PRD, Carlos
Navarrete dimitió a la presidencia del
PRD, tras reconocer que ese partido pasa
por la peor crisis en sus 26 años de existencia.
El dirigente perredista admitió que la
renuncia de sus principales liderazgos como
Cuauhtémoc Cárdenas y Andrés Manuel López
Obrador, así como la conformación de un nuevo
partido de izquierda (Morena) y la desaparición
de los 43 estudiantes normalistas de Ayotzinapa, Guerrero, colocaron al perredismo en una
situación muy grave.
“Nunca, en 26 años, habíamos vivido una
situación semejante”, sostuvo una vez instalado
el Consejo Nacional, y destacó ante sus integrantes la necesidad de un relevo adelantado en
la dirigencia.
“Sabemos que ustedes nos eligieron por una
abrumadora mayoría y que tienen la legitimidad
de haber contado con el respaldo
de más de dos millones de
afiliados; siempre les
agradeceremos su apoyo
y respaldo, pero un
relevo adelantado es
necesario; por eso,
propongo que se
procese la elección
de una nueva dirigencia entre este consejo y
la celebración del congreso nacional, que hoy
convocaremos”, expresó.
Como en días pasados lo adelantó, se trata
de comenzar a trabajar en una lista de nueve
puntos para transformar y relanzar al sol azteca,
además de establecer el tiempo para acordar la
elección de una nueva dirigencia que se haga
cargo del proceso electoral del año próximo,
donde se renovarán 12 gubernaturas, entre
ellas, Sinaloa, Oaxaca y Puebla, ganadas hace
cinco años por el PRD, en alianza con el Partido
Acción Nacional.
En su planteamiento, señaló que se tomaron
buenas y malas decisiones pero que se condujo
al barco en medio de la tormenta y fue así como
se llevó el proceso electoral que culminó con las
elecciones de junio pasado en medio de un escenario de cuatro partidos de izquierda divididos.
La fractura de la izquierda no sólo se refleja
en las cifras, va más allá, casi al exterminio,
destacó el perredista.
Agregó que las relaciones políticas entre
el PRD, Movimiento Regeneración Nacional
(Morena) y Movimiento Ciudadano se han deteriorado en los últimos tres años, a tal grado
que parece que estos dos partidos buscan el
“exterminio del PRD”.
Tropezones de Carolina Monroy
C
arolina Monroy del Mazo, quien será
compañera de fórmula de Manlio
Fabio Beltrones en el PRI, aseguró que
será secretaria general del partido por su
trayectoria política, no por ser prima del
presidente Enrique Peña Nieto. Estas aseveraciones incomodaron mucho a Los Pinos,
ya que le faltó “sensibilidad para hacerlo”.
“Tengo una carrera partidista muy
larga, la convicción priista la tuve desde
que tuve consciencia política”, aseguró la
mexiquense.
“Construí una carrera que la construí
sola, ladrillo por ladrillo, desde que tengo
18 años”, dijo Monroy del Mazo.
El desencanto se dio
porque Carolina dijo:
“el señor Presidente y
yo somos familiares
lejanos en la línea
de conducción, pero
muy cercanos en el
afecto y el respeto”. Balconeó a su primo
al decir que el presidente Peña la puso en
la secretaría general del partido y en todo
hay que guardar las formas, se quejaron en
Los Pinos.
Carolina también dijo que “así como tan
deshonesto me parecería que simplemente
una relación de familia obsequie oportunidades, como también me parece que lo
sería el que cancele oportunidades”. En Los
Pinos reprocharon que hay palabras que no
se deben usar en el vocabulario de una dirigente, como “deshonestos”. No obstante
los tropiezos, la prima del presidente Peña
no será relevada.
Monroy del Mazo dijo que es un honor
acompañar a Beltrones en la búsqueda de
la dirigencia del PRI y señaló que los une
“la coincidencia de este afán de seguir
impulsando el proyecto de nación del presidente Enrique Peña Nieto”. “Estoy segura
de que haremos un gran equipo”, afirmó.
Tiro de gracia
a la Sección 22
L
a Sección 22 cosecha todo
el daño que le ha hecho a la
infancia y la sociedad oaxaqueñas. Joaquín Echeverría, secretario
general de la sección 59 del SNTE,
ofreció todo el apoyo de su central
para abrir planteles tanto para
mantenimiento, como para impartir
clases a partir de este mes. Lo
anterior daría el tiro de gracia a los
disidentes de la 22.
Ante el amago de la CNTE en
la entidad de tomar las escuelas,
la sección 59 del SNTE “abrió las
puertas” a la Policía Federal para
que elementos de la Gendarmería
ayuden en las labores de rehabilitación en los planteles.
Joaquín Echeverría explicó que
entre 350 y 400 centros escolares
que atienden, ubicados en todas
las regiones pero principalmente
en las comunidades rurales, son las
que necesitan más atención. “Las
puertas abiertas a la autoridad que
quiera ir a las escuelas, nosotros no
vamos a cerrar ninguna puerta, al
contrario, si es que llegan las fuerzas federales a nuestras escuelas a
ayudar al remozamiento, bienvenidos, porque estamos muy claros
de lo que vienen haciendo, porque
lo vienen haciendo y consideramos
que debe de hacerse”, enfatizó.
El secretario general de la sección 59 aseveró que apoyarán en
todo momento con sus agremiados
el inicio del próximo ciclo escolar y
están dispuestos a ayudar a toda la
infancia oaxaqueña a que reanude
las clases. Lo anterior eliminaría
en los hechos las pretensiones de
la Sección 22 de boicotear el inicio
de clases.
Por lo que reiteró la “bienvenida” a este apoyo, no sólo de la
Gendarmería, sino del gobierno
federal por los programas sociales
que anunciaron el lunes pasado en
conjunto la Secretaría de Desarrollo
Social, así como del mandatario estatal, Gabino Cué. “Bienvenido todo
esto, porque es una ayuda directa
a las escuelas y además permite la
movilidad económica en el estado,
estos recursos son bienvenidos en
cuanto a la operación o ejercicio
del mismo”, destacó.
10 de Agosto de 2015
PRI 2018: Peña y Beltrones,
un partido en busca de autor
Por Carlos Ramírez
I
i bien el cambio de dirigente del PRI fue
motivado por el paso de su presidente
César Camacho a la Cámara de Diputados y la puesta en marcha de la maquinaria
para las elecciones presidenciales del 2018,
de todos modos el arribo de Manlio Fabio
Beltrones al tricolor ocurrió en un escenario
diferente al 1929-2000: el perfil político del
PRI después de la pérdida de la Presidencia
de la República en las elecciones de 2000 y
2006, el regreso del PRI a Los Pinos en el
2012 y el escenario incierto del partido en un
sistema de partidos más competitivo.
Y si la tarea obvia de Beltrones será la de
poner en marcha la maquinaria del partido
para ganar las elecciones de gobernador de
2016 y 2017, y la presidencia en el 2018, en
un segundo plano central estará la redefinición del PRI que regresó al poder presidencial. ¿Qué tipo de partido debe ser, qué hacer
con los sectores inservibles del partido, cómo
lidiar con la sociedad-red, qué tipo de votantes le darán ahora fuerza, con votos de quién
ganar las elecciones y sobre todo cuál será el
proyecto político-ideológico?
En este contexto, el desafío del PRI de
Peña Nieto y Beltrones no radica en ganar
los procesos electorales, sino ahora más que
nunca en aportar una razón especifica para
las victorias. Por tanto, el PRI de Peña Nieto y Beltrones oscilará entre la restauración
del viejo régimen corporativo o la reorganización estructural de su militancia. En términos generales, el voto leal —duro— del PRI
se localiza en un rango de 27%-30%, con la
necesidad de aliarse al Verde o a otros partidos para consolidarse como primera minoría,
suficiente para mantener la presidencia y las
gubernaturas pero insuficiente para fortalecer
su espacio de legitimidad. Y lo más importante: el PRI necesita fijar su espacio de lealtad y
ya no depender sus victorias del deterioro de
la oposición y de sus candidatos.
El problema de la gestión de Beltrones
estará en un doble escenario: el del antipriísmo dinamizado en las redes sociales
cibernéticas y la comodidad de la militancia amarrada a cargos o beneficios sociales.
Ciertamente que la crisis de los partidos es
ideológica y que todos ajustan sus espacios a
los programas asistencialistas que relacionan
votos-programas. Y ante los mecanismos de
supervisión de ejercicio del cargo o del pre-
S
supuesto, los partidos han perdido lealtades
al disminuir su reparto de posiciones.
Como bien lo señaló el presidente Peña
Nieto, el PRI ha perdido la simpatía de los
jóvenes; hay que recordar, en este punto, la
oleada de críticas severas contra el PRI que
impulsaron los jóvenes de #YoSoy132 de la
Universidad Iberoamericana en la campaña
presidencial del 2012. El PRI explotó en el
pasado la militancia de jóvenes al convertir
al gobierno en contratante de universidades
públicas. Ahora que el Estado se ha ido privatizando, los espacios laborales son reducidos
y los jóvenes ya no tienen el pase automático
de la universidad al gobierno. Pero al PRI le
ha ayudado que el PAN y el PRD, y ahora
Morena, tampoco tienen la intención de
construir un partido para los jóvenes.
A pesar del optimismo de la clase política gobernante, la crisis de legitimidad no
puede ocultarse: el PRI ganó con alianzas la
mayoría absoluta de la Cámara de Diputados
pero obtuvo el 29.2% de los votos y los 11.6
millones de sufragios corresponden al 9.6%
del total de la población mexicana de 120
millones. Y del lado contrario, Andrés Manuel López Obrador aparece como número
uno en la tendencia de votos presidenciales
del 2018 cuando su partido Morena apenas
acumuló 3.3 millones de votos, el 2.7% del
total de la población mexicana.
El tema de la legitimidad se complica:
Peña Nieto como candidato del PRI apenas
acumuló 29% de los votos en el 2012 y subió a 39 con sus alanzas con el Verde, pero su
voto real y directo fue de menos de un tercio
de la población votante. Este porcentaje se va
a mantener en las elecciones presidenciales
del 2018 por la fragmentación de los partidos
y las candidaturas independientes: nueve partidos registrados y cuando menos unas cinco
independientes competitivas.
Si al final del día al PRI le ha beneficiado la fragmentación de la democracia, la baja
participación política de los mexicanos se
convierte en un obstáculo en la gobernabilidad porque los mexicanos no participan en
procesos electorales —52.7% de abstención
el 7-J— pero viralizan su crítica al incendiar
la red social del twitter, dejando como un
gran cañón el espacio entre la participación
real en elecciones y la partición crítica en redes cibernéticas. Una cosa es gobernar con los
que votan y otro tener una baja intensidad en
la legitimidad vía la participación.
Lo que se tiene hasta ahora es un Beltrones eficaz, sin oferta de redefinición ideológica del PRI, sin una propuesta de reorganización de militancia-bases-simpatizantes y
sin un proyecto de reforma de las estructuras
corporativas de representación social. En este
sentido, el objetivo de Beltrones será más hacia dentro del partido para poner orden en la
asignación de candidaturas. Es decir, el PRI
seguirá sin redefinir su papel en el México
del siglo XXI.
I
II
10 de Agosto de 2015
II
La periodización del PRI es fundamental
para entender sus escenarios. Su larga vida de
1929 al 2018 se puede dividir en etapas:
—De su fundación en 1929 a su redefinición ideológica en 1982 con el agotamiento
del programa social-populista y la entronización del neoliberalismo.
—De 1982 con el desplazamiento de los
políticos por parte de los tecnócratas hasta
1992 en que Salinas liquidó la ideología de
la Revolución Mexicana y la incorporación al
partido de la ideología del “liberalismo social”.
—Del 1992, del fin de la Revolución
Mexicana, al 2000 con la sana distancia de
Zedillo, pasando por el colapso de 1994, el
asesinato impune del candidato presidencial
priísta Colosio, el crack económico por la devaluación, la pérdida de la mayoría absoluta
en la cámara en 1997, la victoria perredista
en el DF y la derrota electoral en las presidenciales del 2000.
—Del 2000 al 2009, un periodo de desgaste que hizo caer al PRI al piso en las elecciones presidenciales del 2006 quedando en
tercer sitio con apenas 22% de los votos y 9.3
millones de sufragios. Pero manteniendo el
control del congreso en el 2009 con el 47.2%
y 12.8 millones de votos.
—Y del 2012 al 2018: el regreso del PRI
a la presidencia con una ventaja de 7 puntos
porcentuales sobre López Obrador, aunque
con apenas 29% de los votos como PRI y
39% con el Verde.
En este itinerario, el PRI nació del fondo
de una revolución armada-guerra civil para
ser gobierno y mantener vigente un proyecto de nación, pero su camino ha sido largo y
sinuoso. Sin embargo, a pesar de los vaivenes
de sus élites dirigentes y los gobiernos que
representaba, el PRI quedó como una estructura de poder dentro del aparato del Estado.
Torre de Babel
La clave de la fuerza del PRI radicó en la
concepción de partido-sistema, es decir, una
estructura de poder dentro de la estructura
del Estado. Al principio esa configuración
obedecía al hecho de que la élite revolucionaria que sobrevivió a la guerra civil elitista fue
la encargada de fundar el partido como el espacio físico y político de mantenimiento del
discurso histórico de la Revolución Mexicana
y, sobre todo después de los asesinatos de revolucionarios a manos de otros revolucionarios, el camino para administrar y acceder al
poder burocrático. El secreto del PRI radicó
en dos claves: aceptar el dominio del partido
y repartir el poder entre la clase gobernante.
La ideología, el proyecto de nación y el
pensamiento histórico —las tres claves del
dominio cultural del PRI como partido de
la Revolución Mexicana— agotaron su dinamismo con los acuerdos para administrar
el poder. La ideología quedó en un catálogo
de discursos, el proyecto negoció su origen de
clase para quedar en cifras de corto plazo y
el pensamiento histórico se transformó en un
aparato de control ideológico del Estado. Lo
que al principio fue una idea histórica y social, al final derivó en una coartada.
El itinerario ideológico del PRI como
el partido nacido de la Revolución Mexicana para mantener el dominio ideológico del
país, pasó también por etapas:
—El partido del movimiento social de
1910: de 1929 a 1940.
—El partido de la burocracia política
con un proyecto de gobierno desarrollista: de
1940 a 1981.
—El partido del neoliberalismo: de 1981
al 2018.
Así, el PRI atravesó la gama de colores
del arcoíris ideológico: izquierda, populis-
mo, centro y derecha. Pero fue el mismo PRI
—en su versión de PNR y PRI— el que expropió el petróleo y el PRI que privatizó el
petróleo en 2013. El mismo que privilegió en
el cardenismo la expropiación de tierras a los
latifundistas y su entrega a los ejidatarios, y
el PRI que frenó ese proceso con el amparo
agrario y que en 1992 también privatizó el
ejido. Y todo, por cierto, en nombre del discurso ideológico de la Revolución Mexicana.
Así, el PRI pasó por tres grandes etapas:
—La propiamente revolucionaria de
1929 a 1940.
—La realista de la economía mixta
de 1940 a 1981.
—Y la neoliberal privatizadora de
1981 al 2018.
Cada etapa tuvo su punto de quiebre: la
fundación del partido fue producto del asesinato de Obregón y el peligro de otra guerra
civil, la mixta resultó del alemanismo como
ideología económica y el neoliberalismo fue
introducido con una reforma a fondo —
ideológica y de élite— por Salinas y la instalación del Consenso de Washington.
La pérdida de la ideología del PRI dio paso
al pragmatismo de los acuerdos entre grupos y
el reparto del poder; las fases de acaparamiento del poder a favor de un grupo tuvo salidas
violentas: la represión obrera y estudiantil por
López Mateos y Díaz Ordaz, el alzamiento
violento de los empresarios contra Echeverría,
el colapso de 1994 contra Salinas de Gortari
y las protestas sociales por la pérdida de bienes de consumidores ante la devaluación con
Zedillo. La alternancia partidista en el 2000
derivó de un ajuste en las élites porque el PRI
siguió conservando en el periodo 2000-2012
la primera mayoría en el congreso y la mayoría
de las gubernaturas estatales.
Torre de Babel
III
La sobrevivencia del PRI ha sido un desafío a la interpretación política de los hechos
sociales. ¿Cómo fue que la sociedad le quitó
la presidencia al PRI pero le siguió dejando el
control de las estructuras políticas legislativas
y regionales? ¿Por qué razones la sociedad le
negó a Fox en 2003 y a Calderón en 2006 la
díada del poder presidencia-congreso? Quizá
la interpretación más sensata sea la que revelaron las decisiones sociales electorales: el hartazgo social hacia los abusos presidenciales,
pero sin modificar la estructura del sistema
priísta que satisfacía el modelo de demandas
sociales-políticas públicas del PRI. Es decir,
que la sociedad votó contra las élites priístas y
no contra el sistema.
La clave, por tanto, se localizaría en la
configuración del PRI como un partido-sistema, es decir, el PRI como el engranaje central
que hacía funcionar los mecanismos de administración de demandas sociales. El PAN
en la presidencia ignoró este mecanismo político-social y sus candidatos perdieron votos;
en cambio, el PRD proyectó más a fondo la
dinámica de la atención social y construyó un
segmento social definido aunque no mayoritario de lealtad electoral, no suficiente para
ganar la Presidencia de la República.
A lo largo de su experiencia en el poder,
el PRI edificó un juego de poleas políticas y
sociales alrededor de los tres instrumentos de
poder: la Constitución y su fundamento histórico legitimador de las facultades, funciones
y espacios, el Estado como la envoltura del
gobierno y por tanto la totalización —teoría
de José Revueltas— de la acción pública y el
control presupuestal. No se trató de una invención priísta sino de una continuación histórica: Benito Juárez consolidó la fuerza de
la presidencia con el control del Estado y la
absorción de funciones legislativas a través de
facultades extraordinarias que nunca le regresó al congreso, Porfirio Díaz privilegió el poder personal a través del gobierno y del Estado y el PRI sólo acumuló en forma sistémica
este proceso histórico-político de relación de
demandas sociales-políticas públicas.
Así, el PRI fue sustituyendo la Revolución Mexicana como elemento de ideología
de consenso por el de la eficacia en resultados
de bienestar; por eso la etapa de oro del PRI,
la conocida como la del “milagro mexicano”
por sus tasas de 6% de PIB y 2% de inflación,
ambas anuales, construyó la base política del
PRI; cuando el PRI no supo administrar la
La sociedad parece estar satisfecha
con el PRI, aunque vota en contra cuando sus élites no satisfacen
las expectativas sociales o cuando
la disputa por el poder provoca
desajustes en el funcionamiento
de las instituciones o disminuye el
bienestar social.
10 de Agosto de 2015
crisis de las finanzas públicas y tuvo que disminuir sus inversiones sociales abandonando
a importantes sectores medios, el consenso a
favor del partido terminó, aunque le benefició en los ochenta y noventa que el PAN
careció de una propuesta similar y que el
PRD encontró ese camino hasta el 2000 con
López Obrador en el DF. Más que un acto
de justicia y de bienestar social, la política
de gasto asistencialista del PRI y del PRD
se orientó sólo a los más pobres como voto
cautivo. Y en el caso concreto del PRD, no
hubo en realidad una política de bienestar
social sino programas de dinero regalado a
ancianos, madres solteras, hijos en la escuela, demandantes de vivienda, pero todos ellos
vistos más como votantes cautivos. Por ello la
estrategia de gasto social del PRI, el PAN y
el PRD no pudo potenciarse electoralmente
como política social sino que quedó en los
escalones asistencialistas.
En este contexto, el avance de la oposición respondió a lógicas coyunturales y no
a un cambio estructural en la configuración
política e ideológica de las clases sociales: en
el 2000 ganó el PAN por la confianza social
en que no habría golpe de Estado priísta si
perdía el poder y por el pago de las facturas
de empobrecimiento por la devaluación de
1994 y el alza en tasas de interés en 1995; el
PAN volvió a ganar en el 2006 ante el temor
de grupos medios de que la victoria de López
Obrador llevara el populismo a los extremos
de Venezuela y Cuba; pero en el 2012, con
una candidata del PAN ajena a la red de intereses políticos y sus compromisos y un López
Obrador que cargaba como fardo su protesta
poselectoral de 2006 con todo y el plantón
de reforma, el electorado se encontró con
un gobernador mexiquense bien calificado
en encuestas por su alto grado de exposición
mediática. Puestos en la balanza Josefina Vázquez Mota, López Obrador y Peña Nieto, la
victoria fue por el entonces menos malo.
En este contexto, la clave de la sobrevivencia del PRI —en perspectiva comparada
con otras transiciones a la democracia— radicó en el hecho de que la sociedad estaba
insatisfecha con el comportamiento de las
élites pero no con el sistema, por eso siguió
votando por el PRI después de la represión
obrera con López Mateos, el Tlatelolco de
Díaz Ordaz, el colapso devaluatorio de López
Portillo, el asesinato de Colosio con Salinas, y
Peña Nieto luego de dos sexenios con el PAN.
Esta tesis es la que no se ha indagado ni
profundizado: la sociedad parece estar satisfecha con el PRI, aunque vota en contra cuando sus élites no satisfacen las expectativas
sociales o cuando la disputa por el poder provoca desajustes en el funcionamiento de las
instituciones o disminuye el bienestar social.
III
IV
10 de Agosto de 2015
IV
La llegada de Manlio Fabio Beltrones Rivera a la presidencia del PRI, con una mexiquense familiar del presidente Peña Nieto y
aspirante al gobierno del Estado de México
como secretaria general, debe leerse en función de varias variables:
—La urgencia del PRI de establecer un
mecanismo de administración política de la
crisis.
—El control del PRI para evitar rupturas
en la sucesión presidencial de 2018.
—La creación de un mecanismo de distensión política al interior y al exterior del
PRI.
—La consolidación del PRI por la agenda
electoral de 2016 y 2017, con miras a la presidencial del 2018.
—La ventaja de la oposición en las presidenciales, sobre todo a nivel de aspirantes,
frente a la baja calificación de los aspirantes
más visibles del PRI.
—La posibilidad de que el PAN y el
PRD consoliden alianzas en candidaturas
a gobernadores, sobre todo en el Estado de
México, donde en el 2011 el PRI pactó decisiones favorables al PAN para impedir una
alianza con el PRD.
—La posibilidad de una alianza PANPRD en la candidatura presidencial del 2018.
En este sentido, el ascenso de Beltrones al
PRI puede entenderse en varios planos:
—La introducción de la variable política
al PRI con un representante de la clase política, luego de que el PRI fue subordinado al
presidente en turno desde 1987.
Torre de Babel
—La urgencia de establecer un puente de
comunicación política entre la base militante
con la élite gubernamental, aunque sin cederle la plaza a los políticos. En todo caso, se
prevén algunas concesiones.
—La necesidad de conectar a la dirigencia
gubernamental neoliberal con la base política
militante que se rompió en 1994 con el asesinato de Colosio. El riesgo de que aumente la
deserción de priístas hacia el PAN, el PRD y
ahora Morena será atendido con la presencia
de Beltrones.
—La nominación de un político práctico que en los hechos no encabeza un sector
ideológico tradicional o histórico del priísmo, sino un eficaz operador. Al final de cuentas Beltrones tuvo a su cargo el control de la
bancada priísta en la Cámara de Diputados y
asociado a la bancada en el Senado para sacar
todas las reformas estructurales del presidente
Peña Nieto que formaban parte de la consolidación del proyecto neoliberal.
—En este sentido, Beltrones podría ser
también una carta funcional para la candidatura presidencial priísta del 2018 en tanto
que tiene todo el apoyo de la clase política
tradicionalista del PRI pero al mismo tiempo
está convencido de la viabilidad del modelo
neoliberal de desarrollo. Sería bastante la lista
de razones que tuvo Salinas de Gortari para
seleccionar como candidato a Luis Donaldo
Colosio en 1994.
—Por sí mismo, por su currículum político y por la agenda noble —para decirlo de
algún modo— del PRI, Beltrones se posicionó de inmediato por encima de los precandi-
datos visibles: el secretario de Hacienda, Luis,
Videgaray, cuestionado por el efecto nocivo
de los impuestos y en deterioro por la baja
constante del PIB; Miguel Osorio Chong, secretario de Gobernación, atrapado en las redes de los conflictos sociales que no encuentran vía de solución y los efectos negativos
de la perdida lucha contra la inseguridad y el
crimen organizado. Como ninguna de las dos
agendas va a mejorar de aquí al 2018, los dos
precandidatos seguirán perdiendo expectativas sucesorias. Y frente al posicionamiento
fuerte de López Obrador, Margarita Zavala y
hasta Jaime Rodríguez El Bronco, el presidente Peña Nieto necesitaría de una figura política fuerte que pudiera garantizar la victoria
presidencial y al mismo tiempo la consolidación de las reformas estructurales: Beltrones.
En este amplio contexto, el posicionamiento de Beltrones en el PRI tiene tantas
derivaciones como complicado está el escenario político nacional. La realidad actual es
diferente a la de 1988 cuando Salinas tomó
al PRI por asalto, a la de Zedillo en 1995
cuando se desligó del PRI con el argumento
de la sana distancia, a la de Roberto Madrazo
cuando utilizó el PRI para catapultar su candidatura fracturando la cohesión interna y a
la cómoda de Peña Nieto cuando mantuvo
una ventaja electoral de principio a fin de la
campaña del 2012.
En todo caso, al PRI le faltan prácticamente dos y medio años para abrirse a sus
candidaturas, frente a una oposición que
acelerará su presencia pública para ganar
ventaja. Y ahí tendrá que decidirse si Beltrones será sólo un presidente del PRI sin oportunidad para la candidatura presidencial o si
el presidente Peña Nieto entrará al proceso
priísta del 2018 con la mente abierta y sin
exclusiones.
noticiastransicion.mx
[email protected]
@carlosramirezh
Columna Tras la puerta del poder
10 de Agosto de 2015
Descifrando a Peña Nieto
Por Roberto Vizcaíno
*Con la nominación del sonorense, todos pasan al punto de salida… no hay sucesor designado
*Abrirle la puerta a un externo significa que el mexiquense no está conforme con los suyos
*Si Manlio recupera posiciones y consolida reformas, será sin duda el elegido
Con un fuerte y sentido abrazo para mi amigo José Luis Montañéz Aguilar por la irreparable
pérdida de su mamá, señora Dolores Aguilar de Montañéz, descanse en paz
E
l presidente Enrique Peña Nieto no tiene delfín decidido
para su sucesión en 2018. Con la designación de Manlio
Fabio Beltrones a la presidencia del PRI, Luis Videgaray y
Miguel Ángel Osorio Chong pasaron de nuevo a la línea de salida
de la carrera presidencial.
Es obvio que si Peña abre
la puerta a Beltrones, el
político con mayor experiencia y capacidad de
manejo de poder y gobierno
fuera de su grupo, es porque
considera que los suyos no
han cumplido. Y no lo han
hecho a pesar de que él
personalmente les ha dicho
y exhortado a completar la
aplicación de las reformas.
Lo anterior es lo primero que se desprende de la contundente decisión de darle finalmente el paso al sonorense.
Es evidente que si el mexiquense hubiera
tenido ya a un sucesor designado, entonces
habría colocado como dirigente a un político
cercano al casi ungido que se dedicaría a cuidarlo y fortalecerlo.
Pero no. Está clarísimo que quienes pensábamos que ya había arreglo interno, estábamos equivocados. Una vez más errados frente
a un mandatario cuyo perfil indica que no se
deja presionar y que toma las grandes decisiones políticas con la cabeza bien fría y fuera de
los afectos personales.
Pero la decisión de colocar a Beltrones al
frente del PRI no termina ahí. La decisión
está cargada de otros muchos mensajes:
1.Y si de entrada Peña nos indica que
no tiene delfín designado para su propia
sucesión, eso quiere decir que tampo-
co hay preferidos para otras posiciones.
El mensaje es que hay “juego nuevo”. Y
que en su sucesión y las demás optará por
quien considere el mejor para el México
que viene, el del 2018 al 2024. Sólo hay
que recordar que a fines de este año se comienzan a decidir las candidaturas de 12
gubernaturas que se renovarán el 2016.
Esos son ya los gobernadores que dejará
sembrados para el siguiente sexenio.
2.Y si Osorio y Videgaray pasan a la línea
de salida, eso significa que todos los demás secretarios (quizá a excepción de los
de Defensa y Marina) también entran en
revisión… en un proceso de evaluación.
Es obvio que si Peña abre la puerta a Beltrones, el político con mayor experiencia y
capacidad de manejo de poder y gobierno
fuera de su grupo, es porque considera que
los suyos no han cumplido. Y no lo han
hecho a pesar de que él personalmente les
ha dicho y exhortado a completar la aplicación de las reformas. No es una casualidad
que Beltrones, quien como el mejor jugador de ajedrez del tablero político nacional, ha comenzado su gira de proyección
diciendo que desde el PRI acompañará a
Peña Nieto a la consolidación de las re-
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10 de Agosto de 2015
Columna Tras la puerta del poder
aspirantes blanquiazules a la candidatura por
la Presidencia de la República.
De todas las otras gubernaturas, existe el
riesgo de que el PRI pueda perder por primera vez Veracruz debido al desastroso gobierno
realizado por Javier Duarte.
formas. Algo que nadie más desde ningún
otro espacio o foro ha dicho.
3.Es un reconocimiento de que Peña
considera a Beltrones también padre de
las reformas. Es decir, que si es Presidente
de la República, cuidará que se terminen
de aplicar y no las desechará o modificará.
Por lo demás es significativo que Beltrones, aún sin llegar, rompa con el expresidente
Ernesto Zedillo.
Esta ruptura abre la puerta a un ajuste final de cuentas del expresidente Carlos Salinas
con su sucesor, con el apoyo de todo lo que
significa el poder del tricolor.
Pero no sólo eso. No hay que olvidar que
Beltrones es economista y que además fue
quien “destapó” a Zedillo en aquel evento en
que se discutía quien debía ser el sucesor de
Luis Donaldo Colosio asesinado días antes.
Beltrones, en esos momentos gobernador
de Sonora, presentó el video en el que Luis
Donaldo hablaba bien de Zedillo y entonces
ya no hubo dudas, éste fue designado el candidato sustituto.
Una vez Presidente de la República, Zedillo fue el más duro persecutor de Salinas y
colocó a Beltrones en el único período que
ha vivido fuera de posiciones políticas desde
que es priísta.
Hoy, al hacer su deslinde, el sonorense
muestra que tiene memoria y que no ha olvidado que Zedillo, más que un demócrata,
es un traidor mezquino para muchos priistas.
Bueno, Beltrones lo dijo: por él se perdió la
Presidencia en el 2000.
En lo interno este deslinde podría significar un reacomodo de corrientes de ideas, escuelas y conceptos económicos. No hay que
olvidar tampoco que Zedillo y su entonces
grupo en el poder, representaron a una corriente neoliberalista más cercana al panismo
y a los fuertes intereses norteamericanos del
TLC que terminó por fracturar al priísmo.
Hoy, Manlio, desde la presidencia del
PRI, podría estar marcando un freno o
reorientación de ciertas tendencias de política económica opuestas al priísmo post-revolucionario.
LO ELECTORAL
Con el reconocimiento de haber metido
las manos y conducido las elecciones a gobernador en Sonora —donde hizo ganar contra
todo pronóstico a Claudia Pavlovich—, y en
Guerrero, donde apoyó con todo a Héctor
Astudillo, Beltrones tiene ahora ante sí el reto
de sacar adelante las 12 elecciones a gobernador de 2012.
Sobre eso dijo:
“Queremos rápidamente empezar después
del día 20 (fecha en que será electo formalmente como presidente del PRI), a trabajar para
revisar las doce entidades que tienen elecciones
de gobernador, más una más muy importante, lo digo así porque si no me van a llamar la
atención, muy importante para ese estado que
es Baja California, porque en Baja California
habrá elección de presidentes municipales, de
diputados locales, y nosotros gobernamos a la
mayoría aunque el gobierno del estado esté en
manos de otro partido político”.
Los estados con renovación de gobernadores son: Aguascalientes, Chihuahua, Durango, Hidalgo, Oaxaca. Puebla, Quintana
Roo, Sinaloa, Tamaulipas, Tlaxcala, Veracruz
y Zacatecas.
De los 12 estados, 9 son gobernados por
priístas, 2 por panistas y 1 por un perredista.
El reto del sonorense será al menos mantener a 9 dentro del PRI aunque existen
fuertes posibilidades de que el tricolor gane
Oaxaca y Sinaloa que están en manos de la
oposición.
El PAN podría retener Puebla, hoy gobernada por Rafael Moreno Valle, uno de los
POR LA TRANSFORMACIÓN
El reto electoral es asumido desde ya por
el sonorense como un lance del que saldrá
victorioso.
“Lo vamos a hacer, seguros de que un
partido político no es nada más aquel que se
propone ganar elecciones, sino aquel que con
visión se imagina un México mejor y necesita
construirlo con órganos de gobierno, como
hoy lo estamos haciendo.
“Un partido político como el nuestro, ha
permanecido 86 años porque nos hemos sabido modernizar”, precisó.
Indicó que durante el siglo pasado los gobiernos del PRI crearon todas las instituciones del México moderno, mientras que durante sus 12 años en el poder, no le sirvieron
al PAN para crear una sola institución.
Luego recordó que durante su discurso
del 25 de julio pasado en el PRI, el presidente Peña Nieto convocó a una renovación de
estructuras y oferta política.
“Hay coincidencia plena. Eso representa
un reto que desde hace tiempo motiva mi
aspiración de dirigir el partido. Atenderemos
el llamado a asimilar los cambios en nuestra
sociedad junto con el resto del mundo, pues
resulta imprescindible que el PRI se adapte
a estas transformaciones para evitar el rezago
y mantener la capacidad de representación y
conducción del cambio social. Es una tarea
que enfrentaremos con la participación de
todos los priistas.
“Además de apoyar el proyecto de transformación nacional del Presidente y difundir
los resultados de las reformas que se están instrumentando, seguiremos la ruta de la adaptación y actualización de la agenda política
del PRI para mantener un partido vigente.
El mundo ha cambiado drásticamente y la
organización y oferta política priistas deben
ponerse al día para incorporar la voz de la
diversidad social y ser una opción representativa y confiable para todos quienes anhelan
construir un mejor país”, subrayó.
Es decir, vemos surgir a líder tricolor más
peñista que todos los que rodean al mexiquense desde el inicio de su gobierno. Esa es
la virtud de la política. La de Beltrones.
Y si Beltrones logra recuperar posiciones y
consolidar reformas, acicateando desde el partido a los responsables dentro del Gabinete,
Beltrones será el sucesor. Así de sencillo…
[email protected]
Columna México y el Mundo
Impresiones de la calle:
que habla y enseña con el otro
A
yer, al mediodía, iba andando hacia un almacén donde
me esperaba mi esposa. Como el almacén era cercano fui
andando, dando un paseo. En la mitad del trayecto, muy
respetuosamente, me paró un joven —me dijo que había sido mi
alumno en la Facultad de Ciencias Políticas— y me añadió, que
tenía un problema.
Un poco asombrado le dije que me explicara su problema. Me dijo que no es un
problema, sino que tengo que explicar qué
es un ghetto (o geto) y aunque sé que significa aislamiento o separación de los demás,
del otro, no tengo la menor idea de dónde
procede la palabra.
10 de Agosto de 2015
Por Juan María Alponte
No sabía si enfadarme o reír. Preferí lo último. Le dije que la palabra procede de una
isla mediterránea, frente a Venecia y que se la
conoce como ghetto. La gente terminó por
entender que la isla, aislada, estaba separada
de la península italiana. Su nombre, ghetto,
terminó siendo, a escala, una idea o una
tesis sobre la separación o, repito, el aislamiento y, en casos, la discriminación.
Le añadí que en 1516 los judíos de Venecia, en esas etapas de la historia, atormentada,
empleaban la palabra ghetto que podía significar, primero el aislamiento y, también,
la expulsión de una comunidad, de un
ghetto. Mi joven interrogante me dijo esto
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10 de Agosto de 2015
que tal: “Finalmente entiendo cuál es el
origen de esa palabra perdida en las peleas
humanas”. No era para tanto.
La voz ghetto, ha terminado por representar muchos problemas de discriminación.
Han pasado los siglos por la isla y por la mensura de la expulsión de los judíos de Venecia
y, sin más, todavía, los seres humanos seguimos asumiendo, inventando o arrojando
a un grupo religioso, político o cultural a
sus respectivos ghettos. La palabra nos transporta, muchas veces, a situaciones límites, por
ejemplo, rechazando a una comunidad o un
grupo hablante de manera distinta que queda
encerrado, en teoría o realmente en un ghetto.
No digamos algo terrible: el ghetto de los expulsados de una comunidad por el color de
su piel o, simplemente, por su idioma.
La palabra, por tanto, es el sinónimo del
racismo y alguien ha señalado, inclusive,
que las prisiones son un ghetto, una forma explícita del fenómeno de aislamiento o la condena. Los numerosos grupos de
aislamiento racial permiten pensar como en
el caso de Israel y Palestina que, infortunadamente, no han salido o superado su “isla”,
su aislamiento o su doble vida, en ghettos,
porque no se ha tenido la valentía de terminar, para siempre, con los ghettos que
nosotros mismos creamos.
A veces sobrevivimos o vivimos en
ghettos al negarnos a participar en los procesos políticos, sociales o culturales que nos
separan y vivimos, por ello, en nuestros respectivos ghettos que son, en el fondo, el entrenamiento para todas las barbaries de la
discriminación y la incomunicación.
Columna México y el Mundo
Infortunadamente
vivimos, en nuestro
cada día, en un
ghetto ideológico o
político que nos impide oír o escuchar
al otro que, a su
vez, tiene la obligación ética de salir
de su ghetto particular y escuchar,
también, desde
el horizonte de la
libertad y no de la
exclusión, al otro
para que, finalmente, los dos salgamos
de nuestros respectivos ghettos insulares
y discriminatorios.
Cada uno, pues, en
su propio ghetto.
Infortunadamente vivimos, en nuestro
cada día, en un ghetto ideológico o político
que nos impide oír o escuchar al otro que,
a su vez, tiene la obligación ética de salir de
su ghetto particular y escuchar, también,
desde el horizonte de la libertad y no de
la exclusión, al otro para que, finalmente,
los dos salgamos de nuestros respectivos
ghettos insulares y discriminatorios. Cada
uno, pues, en su propio ghetto.
Lo grave del modelo del ghetto, es que
termina, siempre, en la exclusión, la discriminación y en un racismo escondido que se
enreda en las palabras, pero que en el fondo
funciona, socialmente, como discriminación
o, en muchos casos se explicita, además, en el
racismo y la exclusión.
En mi casa, como siempre, tenemos un
grupo de gatos con pieles y ojos distintos.
Lo que nos une es que viven con nosotros,
están con nosotros, saben su nombre de pila
y llegan, con la cola levantada en actitud
interrogatoria: “¿Qué quieres?”. No viven
en un ghetto —vivir en una isla de Venecia—, esto es, viven con nosotros. Tienen
sus momentos de reacción y, sin duda, viven
en su mundo, pero no están perdidos en un
ghetto gatuno. Al revés, han aprendido a
vivir con el “otro” —de dos patitas— que
es un amigo y un aliado. Sólo les falta hablar
pero entienden, muy bien, cuando es la hora
de dormir.
Mi artículo diario lo escribo en la noche.
Siempre tengo a “Felipe” a mi lado. Tiene el
pelo blanco, sedoso. Pongo mi mano en su
columna vertebral y se duerme. Cuando a las
doce o una de la madrugada termino mis tareas
y obligaciones —entre ellas preparar las clases y
comenzar mi libro 38— tenemos un corto diálogo: “¿Te vienes a la cama o te quedas en el
sillón donde trabajo?”. Felipe, el blanco maravilloso de ojos verdes, entiende. Unas veces le
da la gana de dormir en mi almohada y, en los
más de los casos, prefiere su vida privada. No
vivimos, con nuestros gatitos, en un ghetto de
amos y animales, sino en una casa compartida.
Los racistas parten de la idea de que son
mejores que los “otros”. En muchos casos viven, perdidos para siempre, en su propio idioma como frontera de su aislamiento. La otra
noche cenaba en una cafetería con mi esposa
y, de pronto, vimos que una pareja mayor nos
estaba haciendo fotografías. Después vinieron
a saludarnos. Nos dijeron, en inglés, que eran
iraníes. Irán me pareció lejano y fascinante.
Fue un encuentro repentino, conmocionante
y desprendido de todos los ghettos. Era la vida
que proporciona la posibilidad de conocer al
otro. Aunque fueron unos minutos aprendimos de ellos y, de pronto, el mundo se hizo
grande y asombroso: habíamos salido de
nuestro ghetto. Llegamos a casa muy contentos. Habíamos conocido al “otro”.
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Los Pinos 2018:
La silla embrujada
10 de Agosto de 2015
Las reglas:
• El ascenso de Manlio Fabio Beltrones a la presidencia nacional del PRI lo
colocó en automático como candidato
presidencial. Para los que saben leer en
clave política, los accesos a la lista de
aspirantes se dan por decisión propia,
por mandato del Presidente o por la
circunstancia. Y diga que no, Beltrones
ya fue puesto en la lista de aspirantes
por los medios escritos y radiofónicos.
• Dicen que el más afectado por el
nombramiento de Beltrones fue el
secretario de Hacienda, Luis Videgaray,
quien ya se sentía con la candidatura en
la bolsa. Y beneficia a Miguel Osorio
Chong, secretario de Gobernación,
porque ayudará en el trabajo político.
• López Obrador también sintió pasos
en la azotea porque aumentó su presencia mediática.
• En cambio, Margarita Zavala parece estar esperando el resultado de la
elección de presidente en el PAN porque
pasó a situación de discreción.
• Y el jefe Miguel Ángel Mancera
también aceleró el paso porque los
problemas de la ciudad lo afectan de
cualquier forma.
• El nombramiento de Beltrones
en el PRI colocó las gubernaturas
en disputa en 2016 y 2017 como
una verdadera aduana política.
• El nombramiento de Carolina
Monroy del Mazo como secretaria general del PRI dejó la lectura
de que es precandidata del PRI al
gobierno del Estado de México.
Y esa elección mexiquense será
clave para la presidencial.
• Otro dato importante que hay
que anotar: si hay alianza PAN-PRD
en algunas gubernaturas, el PRI
podría perderlas y llegar herido al
2018. Ahí estará la tarea fundamental de Beltrones.
:
os
s tid
Lopar
Los suspirantes:
• Preocupación en los
partidos de oposición
por el resultado en el PRI
en el nombramiento de
su dirigente. Esperaban
conflictos, y PAN, PRD y
Morena estaban a la caza
de priístas descontentos.
• Al contrario, es posible
que el arribo de Beltrones al PRI traiga a algunos
priístas de regreso porque
el reparto de posiciones
será menos cerrado.
• Indicios de fractura en
el PAN. Javier Corral
sabe que le están haciendo trampa y va a vender
muy cara su derrota. Lo
malo es que no habrá
espacio para cauterizar
heridas. Y vienen gubernaturas donde el PAN puede
avanzar, pero a condición
de estar unido.
La silla embrujada:
L
a importancia de la Presidencia de la República marcó el mecanismo de acceso como la lucha política esencial en México a lo largo
de casi doscientos años. Uno de los presidentes cuya presencia en
el cargo aún no se ha estudiado a fondo fue Antonio López de Santa
Anna: en la parte final del primer ciclo de la república federal, de 1833
a 1836, Santa Anna fue Presidente en cuatro ocasiones. La primera
apenas dieciocho días: tomó posesión de la silla y pidió licencia por problemas de salud, retirándose a su hacienda llamada Manga de Clavo.
La debilidad de la presidencia estuvo marcada por la ausencia de un
poder militar fuerte; la élite política de ese México venía, por lo demás,
de los grupos militares. Santa Anna se levantó en armas por el asesinato de Guerrero, puso presidente y esperó hasta ser electo. A partir
de entonces, sin mecanismos de regulación electoral, entró y salió del
poder sin que nadie objetara nada.
En esa parte del México federalista el poder político estaba en el
congreso y la pinza que atenazaba a la presidencia era el de los gobernadores que controlaban a sus diputados en el congreso federal. El
Presidente de la República, hay que recordarlo, era a propuesta de los
gobiernos estatales y electo por el congreso.
E
CU
NTA REGRESIVA
:
Faltan 2 años, diez meses
y 20 días para las elecciones presidenciales.
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