Un viaje en la memoria de la ocupación

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Asociación Latinoamericana de Estudios de Asia y África
XIII Congreso Internacional de ALADAA
Colonización y descolonización
en África
Un viaje en la memoria de la ocupación
José Jair Landa Pérez
Claudia Barona Castañeda
Sobre los autores
Claudia Barona Castañeda. México, 22 de marzo de 1967. Historiadora. Doctora en
Estudios Árabes e Islámicos por la Universidad Autónoma de Madrid. 25 años de
experiencia en docencia e investigación. Publicaciones a nivel nacional e
internacional. Actualmente: Investigadora Asociada de la Universidad de Tours y
Profesora del Tecnológico de Monterrey, campus Guadalajara y Querétaro.
José Jair Landa Pérez, México, 12 de octubre de 1981. Investigador. Candidato a
Maestro en Estudios Humanísticos por el Tecnológico de Monterrey. México. 5 años de
experiencia en investigación de aprovechamiento escolar en grupos vulnerables.
Actualmente forma parte del cuerpo de investigadores académicos de la Secretaría de
Educación Pública en el Estado de Morelos.
Resumen
La historia del Sahara Occidental guarda varios silencios, especialmente desde que
una parte del territorio es anexionado por Marruecos hace más de treinta años. Sin
embargo, a partir del 2005, se produce un golpe de timón que convertirá a la palabra
en principal actor. La palabra empieza a escucharse y se inicia un nuevo proceso
donde los medios de comunicación juegan un papel crucial. Durante ese proceso en
el que los saharauis han acabado por romper el silencio, se han incorporado
elementos de una organización social tradicional y se ha puesto de manifiesto una
propia memoria que ha permitido a la comunidad saharaui construir una resistencia
de carácter cultural.
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Un viaje en la memoria de la ocupación
José Jair Landa Pérez
Claudia Barona Castañeda
«Si el pueblo algún día aspira a la vida,
inevitablemente sucederá lo que tiene que ocurrir
inevitablemente desaparecerán las noches,
inevitablemente se romperán las cadenas».
1. Introducción
La historia del Sahara Occidental se ha mantenido bajo diversos silencios,
especialmente aquel que surgió al momento en que Marruecos se anexionó una parte de
su territorio hace ya más de treinta años. Sin embargo, no es sino hasta el 2005 que se
produce un golpe de timón que transformará a la palabra en su principal actor. La palabra
empieza a escucharse; se inicia un nuevo proceso en el que, el pueblo saharaui derriba el
muro del silencio. Incorpora elementos que les permitirán configurarse como un solo
frente: la comunidad saharaui que resiste, se enfrenta al desafío del fuerte, camina con un
semblante único y especial, su carácter cultural.
2. La palabra, elemento vital en la comunidad saharaui
Los saharauis existen a través de la vitalidad que les otorga la palabra, pero no la palabra
como unidad del discurso o de la retórica, sino como símbolo verbal que abre la puerta a la
cosmovisión. Un movimiento que lleva al ser y las diferentes culturas a la interioridad de la
propia comunidad saharauis. Para comprender la definición del concepto de la palabra es
necesario estar al tanto que su análisis no es una tarea simple. La palabra representa la
unidad gramatical de una lengua, donde se toman las formas conciencia de las cosas, pero
para aquellos que son ajenos a esa palabra les representa un desconocimiento que impide
ver la riqueza del otro. La mayor dificultad al aprender un idioma radica en separar los
grupos de sonidos, hallar las unidades a partir de las que se construyen las frases
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gramaticales. La palabra es de la misma manera, la unidad lógica del pensamiento completo
que corresponde al mundo conceptual de la experiencia filtrada a través de los sentidos esta
se complementa con el sendero bidireccional en la intercomunicación. La palabra está viva,
ella se responde al movimiento y el cambio de la sociedad, tiende a modificar o ampliar sus
significados. Cuando crece la necesidad de definir el pensamiento con valores más
rígidamente establecidos la palabra se vuelve menos útil. 1
“Allí donde la escritura no existe, el hombre depende de su expresión oral, de su palabra. Ella le
vincula y le compromete. Él es su palabra y su palabra da fe de lo que él es. La cohesión misma
de la sociedad descansa en el valor y el respeto de la palabra.”2.
En sociedades de tradición oral, la palabra lo es todo: es lo que permite explicar a los
individuos de dónde son y quiénes son. Cada pueblo posee un lenguaje de símbolos propio,
pero en los pueblos que dependen de la tradición oral, la palabra es tal vez uno de los
símbolos que mayor significado tiene pues está ligada al origen y fin de las cosas, a su
creación pero también a su destrucción. Es la que sustenta y da forma al origen de su
existencia, la que permite afianzar su identidad la que encara el destino de la comunidad.
En este sentido, la palabra, y por ende el lenguaje, es una de las claves más valiosas para
entender una sociedad, para descubrir sus orígenes y su esencia. Basta con partir de
palabras claves o esenciales para cada pueblo en la descripción de su entorno para empezar
a entender su cosmovisión.3 Los usos de la palabra y su rol nos permiten descubrir cómo
pueblos de tradición oral aprehenden y explican su entorno, creando un sentido de la vida.
Las historias que llegan a través de la memoria oral tienen la función de enseñar y de
entretener. La palabra no es solo la portadora de estas historias sino que también puede ser
uno de sus personajes o elementos esenciales. La palabra en el mundo africano está viva y
en el saharaui en particular, es parte de su memoria histórica. Las fronteras coloniales y la
1
Herskovits, Melville. El hombre y sus obras. México: FCE, 1984, p. 486.
Hampate Ba, Amadou “Los Archivos Orales de la Historia”, Correo de la UNESCO, Agosto-Septiembre
1979: 17-23, p. 17
3
Un ejemplo claro es el caso de los Inuit. Solo ellos pueden discernir entre todas las palabras que su lengua
da a las diferentes tonalidades del color blanco.
2
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posterior crisis con Marruecos y Mauritania han dado como resultado otra separación de
este pueblo la cual ha sido superada en gran medida por la memoria histórica y el
reconocerse más allá de cualquier frontera. La palabra da permanencia a su cultura, la
palabra es.
3. Tiempo y espacio en la comunidad saharaui
Dentro del conocimiento histórico, toda sociedad está situada en el tiempo y espacio y
tiene un vocabulario preciso4. El estudio del pueblo saharaui en una época tan determinante
en el desarrollo y cambio de sus estructuras sociales, políticas y culturales, nos ha planteado
la utilización exacta de términos políticos e históricos, especificando su temporalidad
aunque ya no son considerados “correctos” pero en la práctica se mantiene. Los conceptos
de espacio, tiempo, clan, frontera, tributo, autonomía, nación o autodeterminación,
adquieren nuevas acepciones si los situamos dentro de la sociedad saharaui o la marroquí.
Las diferencias semióticas de términos universalmente conocidos varían en función de las
sociedades que los utilizan, siendo esta variante un rasgo característico de las mismas.
La concepción del espacio y del tiempo del hombre sahariano es propia del ámbito
particular en que se desarrolla su existencia. Según Julio Caro Baroja "El saharaui de la
nube" mira al cielo, no a la tierra. Para el saharaui, la intención general de toda narración
histórica es la de situarlo en el espacio, cosa que hace casi siempre, procurando resaltar su
propia unidad social frente a otras. De ahí su interés por remarcar sus diferencias frente a
otros grupos tribales o sociales como los marroquíes y los propios mauritanos.
Estos dominios refuerzan el hecho de que no se puede hacer un estudio general del
conflicto saharaui, ya que debemos tomar en cuenta los procesos colonizadores por los que
ha atravesado la población, así como los cambios que ha sufrido a lo largo del mismo. La
4
Vilar, Pierre. “Iniciación al vocabulario del análisis histórico,” Crítica Grijalbo, España, p.145.
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presencia española y posteriormente la marroquí ha reforzado muchos los elementos
culturales y han fomentado una cultura de resistencia.
En este tenor no debemos olvidar la relación entre la estructura social y cultural de una
forma de organización social específica: el clan; en una coyuntura histórica que parece
reorientar su evolución: la lucha de liberación nacional y la reivindicación de una identidad
nacional específica.
Si seguimos el concepto de clase de E.P. Thompson,5 se puede pensar que los grupos
sociales (incluidas las formas comunitarias) se conforman mediante un proceso histórico en
el que las relaciones de producción se constituyen en cruciales, pero no en únicas, y en
donde los sujetos que integran los grupos participan activamente en su formación.
La estructura social saharaui tenía como unidad básica el clan. Si los clanes se forman
mediante alianzas entre los grupos familiares amplios, principalmente por parentesco, como
opina Víctor Pérez Díaz,6 podemos pensar que esta alianza no es estática y en el clan se
debe considerar esta condición dinámica, que afecta al igual las referencias primigenias
míticamente establecidas por los miembros del clan. A partir de ahí, los lazos sociales son
amplios y sólidos lo que les permute actuar más allá de las fronteras impuestas.
Los análisis sobre los modelos de resistencia coinciden en señalar que existe una
conexión entre la estructura social y la guerra. Un proceso que puede incidir en la
transformación de sus usos y costumbres y hay un elemento que permite la consolidación
de una resistencia cultural: la memoria histórica. Hecho en el que la oralidad, elemento
crucial de este pueblo, es la fuente fundamental de su historia y su propia identidad.
5
Thompson, E.P., “Tradición, revuelta y conciencia de clase,” Editorial Crítica Grijalbo, España, 1984.
6
Pérez Díaz, Víctor, “Pueblos y clases sociales en el campo español,” S. XXI Editores, España, 1974, p. 261.
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4. El paso del silencio a la palabra. La memoria oral.
El Sahara Occidental se convirtió en colonia del Estado español en 1884 tras la
Conferencia de Berlín. A partir de este momento la Confederación Saharaui quedó dividida
entre la parte francófona y la hispanófona. Esto no impidió a los saharauis conservar
muchos de los elementos de su cultura, las relaciones de parentesco y determinadas
ascendencias, y por encima de todo, la solidaridad agnática. Más allá de cualquier frontera
impuesta estaba el hecho de concebirse como un mismo pueblo.
La colonización española tuvo un carácter distante con la población, no así con la
economía, hasta 1958, cuando se declararla provincia del estado español. A partir de este
momento España mueve tropas y estamentos administrativos a la zona con el fin de
replantear su presencia en el área. La resistencia saharaui se hace presente y en 1973 nace
el Frente POLISARIO7 logrando cohesionar a los saharauis de dentro y fuera del territorio
español.
Con el abandono progresivo de la tradicional vida nómada, los lazos y las relaciones
tribales comenzaron a disgregarse, aunque la administración colonial mantuvo latente la
división tribal mediante el reconocimiento político de los shiuj (jefes de clanes) y notables
de las diversas agrupaciones tribales. El Frente POLISARIO rompería con este discurso.
Más que tribus se habla de individuos, se reactiva el discurso comunitario, de unidad
nacional. Aunque la memoria histórica está latente y en ese tenor su líder el Uali Mustafa
Sayed, mediante referéndum, cierra ese proyecto de unidad nacional cuando su pueblo se
define como saharauis8.
En tanto las reivindicaciones marroquíes y mauritanas sobre el territorio se hacen
presentes en el escenario internacional. España, tras la muerte de Franco en 1975, firma un
Tratado con ambos países entregando la administración del territorio 9 . A partir de este
momento inicia una nueva guerra y una nueva división, una parte del pueblo saharaui sale
7
Frente para la Liberación de Saguia el Hamra y Río de Oro. Su fundador fue el Ouali Mustafa Sayed, muerto
en la batalla de Nouakchott en 1978 a la edad de 27 años
8
Entrevista Bachir Sayed. Mayo 2010.
9
Barona, Claudia. Los hijos de la nube. Cuadernos de Langre.2004. p. 54
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rumbo a Tindouf10 en tanto la otra se queda atrapada en la zona invadida. Poco se sabe de
lo que ocurría en las zonas ocupadas hasta que en 2005 se habla de una Intifada y las
denuncias sobre violaciones los derechos humanos se escuchan en todo el mundo. La
población comienza a romper el silencio, desea contar su historia.
Desde los inicios de la ocupación ha habido una oposición consiente, están buscando lo
que parecen ser metas incompatibles. 11 La oposición del pueblo saharaui frente a la
monarquía alauita, se da en el momento en que este último trató de imponer un nuevo
sistema administrativo, mediante el cual se ha impuesto un nuevo orden político donde se
ha marcado, de forma clara, la diferencia étnica y social. El discurso tribal se hace presente.
Los saharauis se organizan en un momento clave “[…] cuando todos estamos dispersos
y parecemos extraños en nuestra propia tierra, cuando nuestra identidad nacional,
tradiciones, formas de ver el mundo y nuestras garantías como individuos son violados a
cada instante; qué hacer para no perder el criterio de coger iniciativas a un nivel político,
económico, social o en nuestra propia vida. A cada momento está presente una cruda
sensación de perder la vida, la familia, y los bienes; todo está en constante amenaza; te
sientes inseguro¨. ¿Qué hacer? Bajar la cabeza o gritar la verdad hasta que todo el mundo la
escuche”12. Sus palabras empiezan a ser escuchadas.
La invasión sobre el territorio creó roces dobles que hicieron cambiar en más de una
ocasión la política administrativa que se llevaba a cabo. Claro es que ha habido
enfrentamientos entre civiles y fuerzas de seguridad. Sorprende que los entrevistados 13
coincidan en señalar que la ocupación tiene un trasfondo mayor, es del día a día, es desde el
momento en que naces, ahí se marca la diferencia.
10
Territorio en Argelia donde los saharauis han vivido por más de 35 años.
Dougherty James E. y Pfaltzgraff Jr. Robert L., “Contending Theories of International Relations,” J. B.
Lippincott Company, USA., 1971, p.139.
11
12
13
Entrevista a Brahim Dahane. Casablanca, Julio, 2008.
Entrevistas varios días 13 al 16 de diciembre de 2009
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“La infancia es la pavimentación hacia el futuro, un futuro de muchos colores, pero el odio de la
ocupación ha hecho una amarga infancia y la caracterizado de un solo color, el color negro”.14
La memoria histórica está presente, a pesar del muro, hay un discurso integral. Los
lazos con su pueblo y su cultura se mantienen y preservan.
El crecimiento del descontento en la población 15 está basado en un extenso sentido de la
privación relativa o completa de la libertad, y trata de mostrar cómo puede extenderse. En
este caso la resistencia pacífica o la supervivencia diaria. Algunos entrevistados señalan
que decidieron permanecer en el Sahara cuando se dio la invasión pero que la respuesta
represiva de Marruecos no es la respuesta “no importa bajo que bandera este Marruecos, la
RASD o la israelí, solo deseo vivir dignamente…”16. A lo largo de más de 30 años eso no
ha ocurrido.
Marruecos reactivó el discurso tribal y una política represiva en varias fases. La
respuesta es clara. Los saharauis se presentan señalando su pertenencia a las diferentes
facciones saharauis. En muchos casos hacen hincapié en esto en un intento de marcar la
diferencia con los pueblos del norte.17 Este último concepto abre la puerta a la discusión
sobre las fronteras coloniales y el espacio geográfico donde se movía la Confederación
saharaui antes de la llegada de España.
Los saharauis han hecho frente a una fuerza disgregadora. Las políticas del reino alauita
aunadas a la presencia de un Organismo como CORCAS han dado como resultado que los
saharauis reaccionen reagrupándose. Utilizando, en cierta forma, el discurso tradicionalista
para consolidar su resistencia cultural frente al ocupante.
“Las clases subalternas mantienen las estructuras económicas de los grupos sociales
preexistentes, conservando, por un cierto tiempo, la mentalidad y la ideología de las mismas,
14
Entrevista a Hammada,
Mejor conocidas como “las viejas teorías del conflicto,” dentro de las cuales se encuentran las teorías
microscópicas: centradas en el individuo y las teorías macroscópicas: cuyo conflicto se desarrolla en el
ámbito interno del Estado (revolución) o en el ámbito internacional (guerra).
15
16
17
Entrevista. Familia del barrio de Matala. 14de diciembre de 2009
Entrevista B. Barrio Matala. 14 de diciembre de 2009
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tratando de influir y conseguir sus objetivos a través de la estructura impuesta por el grupo
dominante. Todo lo cual influye en los diferentes momentos de descomposición, renovación y
nuevas formas de las clases subalternas. El grupo dominante una vez debilitada su estructura
tiende a reconfigurar su influencia por medio de la constitución, una alternativa política, con el
fin de mantener el control de los grupos subalternos”.
Lo expuesto por Antonio Gramsci se ratifica en el momento en que Marrueco crea
CORCAS y la administración territorial. De esta manera los saharauis se replantean sus
relaciones con el ocupante reestructurando su propia identidad. Los pasos dados por la
potencia ocupante se pueden calificar de miméticos de los definidos por Gramsci acerca del
grupo dominante. Así como los pasos de los saharauis por retomar su rol protagónico en los
asuntos territoriales, sociales y económicos de su única y directa incumbencia.
En este tipo de sociedad, en donde hay un enfrentamiento entre clases o grupos
antagónicos se origina un proceso de constitución o consolidación de una identidad propia;
es decir, la constitución de su propia conciencia social que les permite actuar como grupo.
Esta identidad social se va a manifestar a través de su cultura, en los comportamientos y en
las mentalidades, así como en las relaciones que se establecen entre los grupos subalternos
en contra de los dominantes.
La presencia de Marruecos en el Sahara Occidental no supuso una gran influencia en la
forma de vida de la sociedad saharaui, ya que la misma continuó muy ligada a su cultura
tradicional.
Pensar en crear una nación saharaui implica tomar en cuenta las transformaciones
tribales, la descomposición del artesanado tradicional, la transformación de la economía y
el contexto geopolítico en el que se desarrolla. Por ello, debemos primero pensar en la
autodeterminación, o bien, considerar la definición de Juan Jacobo Rousseau18 cuando dice
que la nación es la determinación de un grupo de individuos de permanecer juntos y
alcanzar objetivos comunes.
18
Palestino Castro, Leonel, “Derecho internacional privado,” Oxford University Press, México, 1998, p.34.
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Los saharauis se consideran a sí, ciudadanos vinculados por los diversos lazos de
solidaridad, unión de esfuerzos, formas mentales colectivas,19 y por la división de tareas.
Por lo tanto, pasar a depender de una identidad territorial de diferente definición política,
como un reino, les haría perder y retroceder teóricamente en el tiempo en su identidad
individual y grupal. El pueblo saharaui en función de la evolución y desarrollo de su
idiosincrasia y particularidad política, económica, social y cultural asume el concepto de
ciudadanía como propio saltándose la fase de monarquía e imperio que otras identidades
nacionales todavía mantienen.
En la actualidad, el problema está presente. Los saharauis, más allá de organizaciones
políticas, siguen reivindicando su derecho a una nación y a la autodeterminación. Se
encuentran en una constante lucha para que su historia sea conocida.
En el ámbito regional, los saharauis han sido generadores de un fenómeno de resistencia
contra regímenes como el marroquí que no permite su autodeterminación y autogestión.
Nuevas incidencias se han generado como la brutal ocupación marroquí a diez ciudades
saharauis. Esta brutal ocupación es poco conocida para la luz pública. Los atropellos contra
los derechos humanos de los saharauis no han mermado su condición de lucha y
reivindicación.
Existe una identidad saharaui que se complementa con un sentimiento de nación árabe
que se ha reflejado en las protestas civiles en defensa de los derechos más elementales
como lo son la autorregulación, autodeterminación y fronteras seguras.
Las protestas del 2005 y las del año pasado son una clara respuesta de las condiciones de
los saharauis en sus propias tierras. Una lucha que se ha gestado desde hace 35 años y que
busca un espacio para que sean escuchadas sus historias. Aquellas que reclaman lo que por
derecho les pertenece. El reconocimiento que la lengua, las tradiciones, la cultura y la
cosmovisión les otorgan a la comunidad saharaui. El sentimiento de pertenencia a una
sociedad que no encuentra identidad con la marroquí. La sociedad saharaui ha hecho suya
19
Lenguaje, religión, costumbres, etc.
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la idea de pertenecer sólo a su pueblo cuyo sentimiento no se soslaya con armas ni con
ocupaciones. Se ha trazado una guerra de ocupación más allá de las arenas del desierto y
está destinada a la derrota. No hay guerra que se gane frente a una ocupación. Las vidas
perdidas seguirán aconteciendo, pero el espíritu de la determinación de una sociedad
encontrará la manera de seguir su auge natural, la manifestación de una cultura que
determina una identidad, la saharaui.
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Bibliografía
-Herskovits, Melville. El hombre y sus obras. México: FCE, 1984, p. 486.
-Hampate Ba, Amadou “Los Archivos Orales de la Historia”, Correo de la UNESCO, AgostoSeptiembre 1979: 17-23, p. 17
Vilar, Pierre. “Iniciación al vocabulario del análisis histórico,” Crítica Grijalbo, España, p.145.
-Thompson, E.P., “Tradición, revuelta y conciencia de clase,” Editorial Crítica Grijalbo, España,
1984.
-Pérez Díaz, Víctor, “Pueblos y clases sociales en el campo español,” S. XXI Editores, España,
1974, p. 261.
-Entrevista Bachir Sayed. Mayo 2010.
-Barona, Claudia. Los hijos de la nube. Cuadernos de Langre.2004. p. 54
Dougherty James E. y Pfaltzgraff Jr. Robert L., “Contending Theories of International Relations,”
J. B. Lippincott Company, USA, 1971, p.139.
-Entrevista a Brahim Dahane. Casablanca, Julio, 2008.
-Entrevistas varios días 13 al 16 de diciembre de 2009
-Entrevista a Hammada,
-Entrevista. Familia del barrio de Matala. 14de diciembre de 2009
-Entrevista B. Barrio Matala. 14 de diciembre de 2009
-Palestino Castro, Leonel, “Derecho internacional privado,” Oxford University Press, México,
1998, p.34.
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