Sample Chapter -- Curso de Literatura

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2.3.
EMILIA PARDO BAZÁN (1851-1921)
Helen: Akira, te presento a Emilia Pardo Bazán, escritora y primera profesora
catedrática de la universidad española.
Akira: Un verdadero honor. ¿Y cuándo ocurrió eso?
Helen: En 1906, pero no te creas que todo fue tan bueno. La Real Academia Española nunca la
admitió por ser mujer. ¿No te parece increíble?
Akira: Y que lo digas. La verdad es que la historia ha sido muy injusta con las mujeres.
“LA EDUCACIÓN DE LA MUJER NO PUEDE LLAMARSE TAL
EDUCACIÓN, SINO DOMA, PUES SE PROPONE POR FIN LA
OBEDIENCIA, LA PASIVIDAD Y LA SUMISIÓN”
N
acida en una familia muy rica de la nobleza gallega, pudo viajar por
Europa, pronunciar conferencias y estar al tanto de la literatura de
su tiempo.
Fue una firme defensora de los derechos de la mujer. Publicó un libro
de ensayos sobre el naturalismo, La cuestión palpitante (1883), que causó
tal escándalo que llevó a su marido a prohibirle escribir más. Se negó a
obedecerle y acabó separándose de él. Fue amante, entre otros, de Galdós
durante más de veinte años. Con todo, siempre se declaró católica.
Fue autora de ensayos, libros de viajes y novelas inspiradas en el naturalismo, como Los pazos de
Ulloa (1886) y La madre naturaleza (1887), en las que refleja los aspectos más brutales de la vida
rural en Galicia. Más adelante evolucionó hacia una literatura de mayor espiritualidad. Escribió unos
quinientos cuentos, que figuran entre los mejores del siglo XIX.
Lectura
3
:
UN RELATO NATURALISTA
Una joven campesina llega a su casa con leña para cocinar. Su padre, mientras fuma sentado, le descubre unas medias rojas que conducen a la tragedia final de este cuento sobre los sueños rotos de una joven por escapar de
la miseria.
La novela realista
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Antes de leer
A. Señala las acciones que crees que hacían falta para preparar la comida en la casa de
unos campesinos del siglo XIX.
Traer la leña a casa.
Prender el fuego.
Atusarse el cabello.
Soplar y activar la llama.
Echar judías, patatas y berzas en el pote.
Liar un cigarrillo.
Desgarrar las berzas.
Escudarse con las manos.
B. Escribe estas palabras en el recuadro correspondiente.
pesosÊÊUÊÊmanecitasÊÊUÊÊpupilasÊÊUÊÊiraÊÊUÊÊlabradorÊÊUÊÊlastimadoÊÊUÊÊfurorÊÊUÊÊcejas
labriegoÊÊUÊÊcuartosÊÊUÊÊaporrearÊÊUÊÊcarrillosÊÊUÊÊcosechaÊÊUÊÊcacheteÊÊUÊÊcultivar
faenas aldeanasÊÊUÊÊdentaduraÊÊUÊÊpárpadosÊÊUÊÊlujoÊÊUÊÊpuño
Violencia
Cuerpo humano
Dinero
Trabajo en el campo
“LAS MEDIAS ROJAS”
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Cuando la moza entró cargada con la leña que acababa de robar en el monte del señor
amo, el tío Clodio no levantó la cabeza, entregado a la ocupación de picar un cigarro1,
sirviéndose, en vez de navaja, de una uña córnea2, color de ámbar oscuro, porque la había
tostado el fuego de las apuradas colillas.
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Ildara soltó el peso en tierra y se atusó el cabello, peinado a la moda “de las señoritas” y
revuelto por los enganchones de las ramillas que se agarraban a él. Después, con la lentitud
de las faenas aldeanas, preparó el fuego, lo prendió, desgarró las berzas, las echó en el
pote negro, en compañía de unas patatas mal troceadas y de unas judías demasiado secas,
de la cosecha anterior, sin remojar. Al cabo de estas operaciones, tenía el tío Clodio liado su
cigarrillo, y lo chupaba haciendo en los carrillos dos hoyos entre el azuloso de la descuidada
barba.
Sin duda la leña estaba húmeda de tanto llover la semana entera, y ardía mal, soltando una
humareda acre3; pero el labriego no reparaba: al humo, ¡bah!, estaba él bien hecho desde
niño. Como Ildara se inclinase para soplar y activar la llama, observó el viejo cosa más
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UNIDAD 3
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insólita: algo de color vivo, que emergía de las remendadas4 y encharcadas faldas de la
moza... Una pierna robusta, aprisionada en una media roja, de algodón...
—¡Ey! ¡Ildara!
—¡Señor padre!
—¿Qué novedad es esa?
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—¿Cuál novedad?
—¿Ahora me gastas medias, como la hermana del
abad5?
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Incorporose la muchacha, y la llama, que empezaba
a alzarse, dorada, lamedora de la negra panza del
pote, alumbró su cara redonda, bonita, de facciones
pequeñas, de boca apetecible, de pupilas claras,
golosas de vivir.
—Gasto medias, gasto medias —repitió, sin amilanarse—. Y si las gasto, no se las debo a nadie.
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—Luego nacen los cuartos en el monte —insistió el
tío Clodio con amenazadora sorna.
—¡No nacen!... Vendí al abad unos huevos, que no
dirá menos él... y con eso compré las medias.
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Campesina preparando la comida.
Grabado del Siglo XIX
Una luz de ira cruzó por los ojos pequeños, engarzados6 en duros párpados, bajo cejas
hirsutas, del labrador... Saltó del banco donde estaba sentado y, agarrando a su hija por los
hombros, la zarandeó brutalmente, arrojándola contra la pared, mientras barbotaba7:
—¡Engañosa! ¡Engañosa! ¡Así andan las gallinas que no ponen8!
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Ildara, apretando los dientes por no gritar de dolor, se defendía la cara con las manos. Era
siempre su temor de moza guapa y requebrada, que el padre la mancase9, como le había
sucedido a la Mariola, su prima, señalada por su propia madre en la frente con el aro de
la criba10, que le desgarró los tejidos. Y tanto más defendía su belleza, hoy que se acercaba
el momento de fundar en ella un sueño de porvenir. Cumplida la mayor edad, libre de la
autoridad paterna, la esperaba el barco, en cuyas entrañas tantos de su parroquia y de las
parroquias vecinas se habían ido hacia la suerte, hacia lo desconocido de los lejanos países
donde el oro rueda por las calles y no hay sino bajarse para cogerlo. El padre no quería
emigrar, cansado de una vida de labor, indiferente a la esperanza tardía: pues que se quedase
él... Ella iría sin falta; ya estaba de acuerdo con el gancho11, que le adelantaba los pesos
para el viaje, y hasta le había dado cinco de señal, de los cuales habían salido las famosas
medias... y el tío Clodio, ladino, sagaz, adivinador o sabedor, sin dejar de tener acorralada
y acosada a la moza, repetía:
—Ya te cansaste de andar descalza de pie y pierna, como las mujeres de bien, ¿eh, condenada? ¿Llevó medias alguna vez tu madre? ¿Peinose como tú, que siempre estás con el cacho
de espejo? Toma, para que te acuerdes...
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Y con el cerrado puño hirió primero la cabeza, luego, el rostro, apartando las medrosas12
manecitas, de forma no alterada aún por el trabajo, con que se escudaba Ildara, trémula13. El cachete más violento cayó sobre un ojo, y la moza vio, como un cielo estrellado,
miles de puntos brillantes envueltos en una radiación de intensos coloridos sobre un negro
La novela realista
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terciopeloso. Luego, el labrador aporreó la nariz, los carrillos. Fue un instante de furor,
en que sin escrúpulo la hubiese matado, antes que verla marchar, dejándole a él solo, viudo,
casi imposibilitado de cultivar la tierra que llevaba en arriendo14, que fecundó con sudores
tantos años, a la cual profesaba un cariño maquinal, absurdo. Cesó al fin de pegar; Ildara,
aturdida de espanto, ya no chillaba siquiera.
Salió fuera, silenciosa, y en el regato15 próximo se lavó la sangre. Un diente bonito, juvenil,
le quedó en la mano. Del ojo lastimado, no veía.
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Como que el médico, consultado tarde y de mala gana, según es uso de labriegos, habló de
un desprendimiento de la retina, cosa que no entendió la muchacha, pero que consistía...
en quedarse tuerta.
Y nunca más el barco la recibió para llevarla hacia nuevos horizontes de holganza y lujo.
Los que allá vayan, han de ir sanos, válidos, y las mujeres, con sus ojos alumbrando y su
dentadura completa...
Cuentos de la tierra (1922)
1
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picar un cigarro: cortar el tabaco en trozos muy
pequeños para preparar el cigarro.
2
córnea: de una dureza parecida a la de un cuerno.
3
acre: áspera y picante.
9
10
poner: aquí, depositar el huevo.
mancar: en Galicia y Asturias, hacer daño.
aro de la criba: pieza de hierro redonda para limpiar las
semillas de polvo y tierra.
4
remendado/a: con trozos tela, cosido para reforzar las
partes rotas o viejas.
5
abad: superior de un monasterio.
6
engarzado/a: encajado.
7
barbotar: hablar pronunciando mal las palabras.
11
12
gancho: intermediario.
medroso/a: temeroso, miedoso.
13
14
trémulo/a: tembloroso.
en arriendo: en alquiler.
15
regato: arroyo pequeño.
Después de leer
C. Señala si las siguientes afirmaciones sobre el cuento son completamente verdaderas
(V) o contienen alguna falsedad (F).
V
F
1.
2.
3.
4.
5.
6.
El tío Clodio tenía la uña oscurecida por el calor del fuego de los cigarrillos.
Ildara se arreglaba el pelo a la moda.
Ildara preparaba la comida con judías frescas.
Al tío Clodio no le molestaba el humo que soltaba la leña húmeda al quemarse.
El tío Clodio descubrió las medias rojas cuando su hija se agachó para soplar la llama.
Ildara había planeado emigrar a América en cuanto fuera mayor de edad y pudiera
irse de la casa de su padre.
7. Ildara compró las medias con el dinero que le dio el abad por la compra de unos
huevos.
8. A la madre de Ildara también le gustaba llevar medias, peinarse y mirarse al espejo.
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UNIDAD 3
D. Subraya en el texto las líneas donde:
1. Se describe físicamente a Ildara.
2. Se comentan muestras de coquetería de Ildara.
E. Explica el comportamiento de Ildara.
1. ¿Por qué no le dijo a su padre de dónde había sacado el dinero para las medias?
2. ¿Por qué quería Ildara irse a América?
3. ¿Por qué no pudo ir?
F. Explica el comportamiento de su padre.
1. ¿A qué le tenía tanto cariño?
2. ¿Qué futuro le esperaba sin su hija?
3. ¿Por qué le dio una paliza a esta?
Y tú, ¿qué opinas?
G. En la literatura naturalista el ambiente es fundamental para entender a los personajes.
Busca en el texto indicios de la pobreza de esta familia. Subráyalos y coméntalos.
H. En esta familia campesina, el padre y la hija están en casa pero ocupados en tareas
diferentes.
1. ¿Qué está haciendo cada uno de ellos?
2. ¿Qué aspecto de la realidad quiere denunciar la autora? ¿Te parece todavía actual? Comenta
tus razones.
I. La autora ha elegido el título por su carga simbólica. ¿Simbolizan las medias rojas lo
mismo para Ildara que para su padre? Explica lo que significan para cada uno.
J. Explica por qué este cuento es un ejemplo de literatura naturalista.
K. El naturalismo ha traído a la literatura el gusto por la violencia, lo feo y lo desagradable. Se ha roto un tabú que plantea una cuestión ética: ¿dónde crees tú que está el límite entre la denuncia social y el gusto morboso por la violencia, el horror y la intimidad
de los demás? Piensa en los medios de comunicación actuales (prensa, radio, televisión,
Internet).
La novela realista
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