Los trastornos emocionales y de la conducta - AECID

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LOS TRASTORNOS EMOCIONALES Y DE LA CONDUCTA: UNA VISIÓN,
COMPRENSIÓN Y PERSPECTIVA DIFERENTE DESDE LA SEXUALIDAD Y SU
EDUCACIÓN
MsC. Lucía García Ajete,
Profesora de la Universidad de Ciencias Pedagógicas “Enrique José Varona”, Cuba
Introducción
Nuestra cultura asigna al hombre y a la mujer desde su formación en las edades más
tempranas y aún antes del nacimiento, cualidades y modos de comportamientos personales
y psicosexuales culturalmente estereotipados. Al .hombre se le asignan roles y cualidades
tales como: fuerte, violento, rudo, independiente , agresivo, dominante, decidido, seguro,
calculador, inteligente, valiente, profundo, inconforme, tenaz, hipersexual y proveedor, sin
embargo, a la mujer se le asignan roles en franca contradicción antagónica a los hombres,
estos roles femeninos tienen una función expresiva asistencial, entre ellas tenemos: el ser
débil, tierna, delicada, dependiente, pasiva, sumisa, indecisa, insegura, espontánea, intuitiva,
temerosa, superficial, conformista, voluble, dadivosa ,tímida, permisiva y tolerante.
Como observamos estas cualidades asignadas tanto a hombres como a mujeres
condicionan relaciones francamente antagónicas generadoras de relaciones de fuerza y
poder, discriminación para ambos, pero instituyendo la supremacía del hombre y el
sometimiento de la mujer al sexo masculino, aunque en ultima instancias ambos son
discriminados. Este fenómeno se origina a partir de una educación diferenciada por sexos,
que atribuyen falsos atributos, rasgos y conductas a cada uno, que nada tienen que ver con
su sexo como tal pues tienen un fundamento socio cultural.
Estas influencias sexistas mediante las que se socializan a los niños y niñas, adolescentes y
jóvenes a partir de modelos genéricos distorsionados que afectan la expresión libre de
sentimientos y emociones, favorecen que, con frecuencia, se produzcan conductas
inadecuadas y trastornos que afectan el desarrollo y las relaciones de comunicación en el
ámbito familiar, personal, escolar y social en general.
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El impacto del aprendizaje socio cultural de los roles de género estereotipados, condiciona y
marca significativamente la sexualidad y la personalidad de niños y niñas, adolescentes y
jóvenes. Los modelos culturales sexistas son transmitidos, reproducidos, y consolidados a
través de diferentes canales de socialización y educación que inciden en la configuración y
desarrollo de la sexualidad a través de la educación en el contexto de la familia, los grupos
de coetáneos, la escuela, y otros agentes socializadores.
La escuela continúa favoreciendo los patrones educativos sexista desde el currículo oculto y
en ocasiones explícito, a través de los modelos sexuales estereotipados de las y los
maestros. La formación de patrones de conducta sexual basados en la inequidad, la no
tolerancia, la violencia, y el irrespeto a las normas equitativas de convivencia, que se
fomentan en la familia y las instituciones docentes, propician la formación de las relaciones
de poder y discriminación sexual que afectan el desarrollo armonioso, pleno y sano de la
personalidad y su esfera psicosexual de los educandos de ambos sexos y, en particular, de
las chicas.
Estos canales de socialización (que se representan en el esquema abajo) para la educación
de la sexualidad son presentados y analizados por las doctoras Alicia González Hernández
y Beatriz Castellanos, lo que les permite destacar las formas y vías a través de las que se
trasmiten y consolidan los modos de actuación sexistas que favorecen la discriminación por
razones de género. (Libro Sexualidad y Género: Hacia su reconceptualizaciòn en los
umbrales del siglo XXI, 2003)
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CANALES DE SOCIALIZACIÓN Y EDUCACIÓN DE LA SEXUALIDAD
INSTITUCIONALIZADOS
Jardín y Círculo Infantil
Escuela e Instituciones Educacionales
Organizaciones Sociales, Cívicas,
Políticas, Religiosa y Científicas
Centros Laborales
Medios de Comunicación Masiva
NO INSTITUCIONALIZADOS
Familia
Grupos Informales
Sistema de relaciones
intimas personales
Estos agentes de la sociedad cumplen una doble función, por una parte son los que educan
la sexualidad en correspondencia por lo general con los mandatos morales sexistas de
género que, con un carácter oficial, trasmite cada cultura, aunque vale destacar que dichas
fuerzas socializadoras también pueden generar el cambio educativo y de comportamiento,
cuando las personas que las encabezan y dirigen y las y los educadores, son preparados
científicamente para desarrollar una educación de la sexualidad científica, acorde a las
necesidades y expectativas personales de las y los educandos y de su contexto.
Los modelos genéricos de actuación sexistas, estereotipados obligan a los niños y a las
niñas, adolescentes y jóvenes de ambos sexos a asumir pautas de conductas prefijadas,
generalmente ajenas a sus particularidades y potencialidades personales, que conducen a la
construcción de dos universos polares distintos con marcado antagonismo entre chicas y
chicos. Tales modelos suelen propiciar el desarrollo de conductas pasivas, sumisas en las
niñas y agresivas en los niños que pueden provocar diversos trastornos de toda índole los
que pueden ser evitados, como se destacó, a través de una educación de la sexualidad
científica integrada a la educación de la personalidad.
Estos encuentros antagónicos entre los sexos masculino y femenino suelen provocan
dificultades en las relaciones, en la comunicación intergenérica, lo que al agudizarse, puede
constituir una de las causas principales de la aparición de diversos tipos de trastornos
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afectivos conductuales, en algunos de sus tres niveles de manifestaciones (alteración o
problemas, dificultad, trastorno).
Los padres y las madres y otros miembros de la familia suelen actuar en todas las
situaciones de la vida cotidiana, como modelos vivos y de invaluable fuerza en la formación
e interiorización de los roles y la identidad de género, así como en la formación de normas, y
valores de conducta de los menores y adolescentes en todas las esferas de su vida
personal, de pareja, familiar y social en general. Es importante valorar que generalmente
estos modelos transmitidos por la familia y reforzados por la escuela y la sociedad, tienen
un fuerte carácter sexista que afecta negativamente el desarrollo de la personalidad y la
esfera sexual de las hijas e hijos a lo largo de las diversas etapas de su vida.
Si el reparto de las tareas y funciones en el hogar, y el modelo de relaciones intra e ínter
genéricas responde al esquema sexista tradicional, los niños y las niñas, las y los
adolescentes y jóvenes de ambos sexos imitarán activamente estas conductas en sus
juegos y relaciones con los otros y las otras. Estos procesos de socialización dicotomizados,
contrapuestos sustentados en la formación preconceptos, sentimientos y vivencias que
fomentan un marcado por el antagonismo a partir de las relaciones de poder entre los sexos.
Esta situación educativa adversa, suele impedir el desarrollo de formas de conductas de
aceptación, equidad, cooperación y ayuda mutua, que favorecerá el establecimiento de
relaciones inter e intragenéricas sustentadas en la paridad y el respeto mutuo.
Si unido a estas formas de educación sexista, en los hogares y en la escuela se trasmite y
reproduce la violencia de género, en algunos de sus modos de manifestación (psicológica,
económica o física), el aprendizaje y desarrollo de conductas y normas morales sexuales va
a estar impregnando y afectado por estas influencias socializadoras también negativas.
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Pautas educativas sexistas en la familia y la escuela que favorecen la presencia de
algunos condicionantes en la aparición de trastornos emocionales y de la conducta
La escuela y la familia, como instituciones educativas de mayor impacto en la educación y
desarrollo de la personalidad de la joven generación, suelen transmitir modelos de relación y
normas de conductas diferentes para niños y niñas y para las y los adolescentes y jóvenes,
convirtiéndose en portadoras y transmisoras, con frecuencia, de los estereotipos sexuales
que obligan, en alguna medida, a ambos a actuar de forma “diferente” y antagónica, que no
toman en cuenta ni promueven las particularidades individuales de la personalidad y las
formas mas efectivas y responsables de comportamiento sexual
La atención y educación del alumnado se realiza tomando en cuenta las diferencias
sexuales establecidas por en los patrones culturales de género, por ejemplo, a las niñas se
les estimula para que realicen las tareas docentes y hogareñas “propias de su sexo”, con un
carácter asistencial, a su vez se estimulan para el estudio de la profesión futura vinculadas a
las “características femeninas” como es: el magisterio, enfermería, secretaria, entre otras, a
la vez que son más mimadas y protegidas que los varones. A estos, por su parte, se les
permiten mayor independencia, rudeza, defensa de forma agresiva, y se desestimula, con
frecuencia, el cumplimiento de las tareas y responsabilidades familiares y escolares
asistenciales, propiciando que aprendan a asumir los roles instrumentales que los preparan
para asumir su rol de proveedor
Es importante destacar que la familia también favorece la perpetuidad de los estereotipos,
de género, en tanto en el hogar existen expectativas y modelos educativos parentales
diferentes respecto a los hijos e hijas, formas de comunicación diferente verbal y no verbal,
apoyo emocional, perfeccionismo y preciosismo en la exigencia conductual a las niñas. Por
otra parte, se produce cierto permisivismo en las exigencias a los niños que estimulan, en
alguna medida, los comportamientos rudos que pueden devenir en violentos y autoritarios, a
la vez que se
estimulan las situaciones y conductas que estimulan el desarrollo de
comportamientos eróticos tempranos, que son vedados a las niñas y las adolescentes. Es
frecuente escuchar que le pregunten a un varón “¿Cuántas novias tienes?” “Toca a la niña
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ahora que aun puedes”, entre otras, cuando a la niña se le exigen conductas castas,
delicadas y asexuadas.
Como conclusión podemos plantear que en la dinámica del funcionamiento familiar y
escolar, se reproducen modelos genéricos de convivencia y actuación sexistas,
estereotipados que conducen en la generalidad a la imitación de la conducta paterna o
materna, y al ejercicio del poder autoritario y violento sustentado en las relaciones de fuerza,
poder y discriminación
entre los géneros. Ambas instituciones reproducen el modelo
patriarcal de hegemonía masculina, con la consecuente afectación en la asimilación de
conducta más flexibles, tolerantes, armónicas, etc, produciéndose
un aprendizaje
inadecuado de los roles, que si bien afectan negativamente el desarrollo y las relaciones de
comunicación equitativas en el infante y adolescente común, resultan mucho mas nocivas
para aquellos que son portadores de algún trastornos emocionales y de la conducta.
Los trastornos emocionales y de la conducta. Definición y causas
La conceptualización de este tipo de trastornos y su comprensión, parte de la exposición que
realizan diferentes autores, sobre la definición y etiología de los Trastornos Afectivos
conductuales. (Trastornos emocionales y de la conducta)
El Glosario Cubano de Psiquiatría, 1995, define los trastornos de la conducta “como
trastornos psiquiátricos de la infancia y adolescencia, que son más estables, internalizados y
resistentes, que los trastornos situacionales transitorios, pero menos que las neurosis, las
psicosis y los trastornos de personalidad”.(fuente)
El Colectivo de la Cátedra de Género de la Universidad de Ciencias Pedagógicas “Enrique
José Varona, 1992 Define los trastornos de la conducta, como “aquellas desviaciones en el
desarrollo de la personalidad que se caracterizan, por la afectación primaria en la esfera
afectiva volitiva y se manifiestan en variadas formas anormales y estables de la conducta,
producida por deficientes relaciones de comunicación”.
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La Oficina de Estados Unidos sobre niños con deficiencias emocionales.
Define esta
categoría como “una condición para mostrar una o más características durante un período
prolongado de tiempo, con un marcado grado de manifestación que afecta el proceso
educacional”.
a) Inhabilidad para aprender, que no puede ser explicado por factores sensoriales,
intelectuales.
b) Inhabilidad para establecer o mantener relaciones interpersonales con coetáneos y
profesorado.
c) Conductas y sentimientos inapropiados bajo circunstancias normales.
d) Estado de ánimo de depresión o infelicidad.
e) Tendencia a desarrollar síntomas físicos de terror asociados a problemas personales o
sociales.
Betancourt, Juana, 2001. Plantea que es “una desviación de la personalidad que se
caracteriza fundamentalmente por la afectación primaria en la esfera afectiva –volitiva que
se manifiestan de variadas formas desviadas y estables de la conducta, producida por
deficientes relaciones de comunicación”.
Cada una de las definiciones presentadas, aporta y explica, desde concepciones diferentes,
las causas y condicionantes del surgimiento de estas desviaciones, aportando el mecanismo
psicológico de interrelación entre lo biológico, lo psicológico lo y social.
L. S. Vigotsky representante del paradigma socio histórico cultural y materialista dialéctico
plantea: ”…el desarrollo de las funciones psíquicas superiores, no está predeterminado
sólo por la estructura morfológica del cerebro, los
procesos psíquicos no surgen como
resultado único de la maduración de estructuras cerebrales, sino que se forman durante la
vida como resultado del aprendizaje, la educación, y la adquisición de la experiencia de la
humanidad” lo que explica la comprensión de esta entidad desde una visión multifactorial e
interdisciplinaria.
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Para comprender la categoría trastornos emocionales y de la conducta, y el papel que su
conocimiento implica en nuestra valoración al abordar su prevención desde cualquiera de
sus tres niveles, y el papel que la educación sexual desempeña en este proceso,
definiremos los niveles de alteración en que estos pueden manifestarse.
Niveles de manifestación de los trastornos emocionales y de la conducta
Dificultad: Es cuando el niño(a) presenta alteraciones de forma espontánea, desorganizada,
de manera situacional, específica cuyo daño o secuela actúa de forma inmediata en su
relación con el objeto o lo que él establece, hay menor nivel de desarrollo y tiene solución si
se atiende a tiempo.
Problema Aparece cierta ruptura en hábitos, desinterés, ausencias se modifican los motivos
sociales, tiene solución con la atención efectiva directa en la escuela y la familia.
Trastorno. Ruptura total de hábitos, hay cambios y transformación negativa de los motivos,
estabilidad en las manifestaciones y resistencia al tratamiento y al influencia educativa del
adulto
Causas de los trastornos emocionales y de la conducta
(García Ajete ,Tesis de Maestría ,2001,
Causas
Biológicas
Conductas
negativas
Dificultad
Problema
Repercusión en
el medio
Trastorno
Causas
sociales
Características
Psicológicas y
Personológicas
del sujeto
Repercusión
en el sujeto
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Las causas y factores predisponentes de los trastornos emocionales y de la conducta
pueden estar con frecuencia asociados a una educación sexual deficiente, distorsionadora
de la sexualidad masculina y femenina, que suele presentarse en los diferentes entornos
donde actúa y se socializa el niño/a en el que se encuentran con frecuencia estereotipos de
género sexistas (García Ajete 2001,) refiere los siguientes factores.
Género y sexualidad. Factores educativos predisponentes y entornos de actuación.
Entorno familiar
Métodos, formas y relaciones de comunicación inadecuadas entre padres y madres, y entre
éstos y los hijos e hijas
Educación diferenciada, sexista a partir de falsas cualidades, rasgos y comportamientos
derivados de los estereotipos culturales de género con un alto costo para su reproducción
por estos chicos y chicas.
Tendencia a la transmisión y reproducción de los modelos del ejercicio del poder y la
violencia intergenérica que los afecta profundamente, en especial a las niñas y
adolescentes.
Promoción de modelos de actuación, relación y convivencia basados en el autoritarismo, la
violencia y discriminación por sus trastornos y por razones de género.
Entorno social y comunitario
Promoción de métodos y formas de comunicación inadecuada.
Transmisión de modelos de actuación estereotipados sexistas a partir de una falsa
diferenciación por sexo.
Ejercicio e influencia de los grupos, instituciones y entidades sociales o de referencia con
patrones machistas, violentos y discriminatorios en sus diferentes formas de expresión.
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Entorno ambiental y físico
Condiciones físicas del ambiente generadores de violencia y otras manifestaciones
patológicas.
Deficiente organización por sexos de manera injusta de los recursos financieros y bienes
materiales.
Tendencia a convivir en ambiente marginal y ser marginados/as por sus trastornos y su
sexo.
Factores de tipo cultural asociados al machismo y al androcentrismo más tradicional.
Condiciones físicas de la vivienda y de sus contexto desfavorables que propician la
promiscuidad.
Entorno físico y psicológico
Factores predisponentes del sistema nervioso central (SNC).
Susceptibilidad asociadas a características de personlógicas y de la autobiografía
desfavorables en el sujeto.
Insuficiente desarrollo de las funciones del SNC y de las funciones psicológicas
Subjetividad afectada por la influencia de los patrones sexistas de la masculinidad o
feminidad que condicionan el desencuentro, las relaciones de poder y discriminación y el
enfrentamiento, que fomenta los muchas veces los trastornos patológicos entre el niño y la
niña en determinadas situaciones de la vida cotidiana.
Entorno escolar
Inadecuada estructuración del currículo escolar con sesgos sexistas y la actividad docente.
Mala atención o abandono pedagógico.
Métodos educativos inadecuados que promovem la discriminación sexual de los infantes y
en especial de las niñas.
Tendência al desarrollo de una dinâmica escolar que tramite pautas sexistas educativas.
Transmisión de los roles de géneros tradicionales estereotipados.
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La educación de la sexualidad: una vía para la prevención de los trastornos
emocionales y de la conducta
En el ámbito de la escuela toda acción e información debe ser educativa, preventiva y
formadora, por eso para alcanzar estos objetivos, es necesario considerar el currículo y las
opciones que ofrece la vía extra curricular, a fin de favorecer las formas científicas y
efectivas de educación de la sexualidad lo que posibilita coadyuvar a la prevención de los
trastornos a través de la formación de actitudes, habilidades y modos de conducta psico
sexuales que generen relaciones de comunicación adecuadas y asertiva basadas en la
equidad de género. A nuestro criterio la educación sexual adecuada impartida por
profesores/as, familiares y alumnos/as bien preparados coadyuva a la prevención de los
TEC (especificar siglas.)
Enfatizamos a continuación los requisitos fundamentales para que esta forma de educación
se logre y se eviten los TEC.
Lofquis y otros.1995 plantean el siguiente algoritmo para la educación sexual con fines
preventivos de los trastornos de la conducta.
Requisitos de la educación sexual preventiva de trastornos emocionales y de la
conducta.
Preventiva
Modelos, actitudes no
sexistas
Formas de comportamiento
Relaciones flexibles,
equitativas
Integradora
Incluye todos los ámbitos
posibles:.psicológica
Biológica, ética, social,
Moral, abierta a la paridad
la trascendencia
Educación
integradora e
interdisciplinaria
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Integra la educación sexual
y el enfoque de género en
las disciplinas y materias de
.Para implementar la educación sexual en el marco de la educación integral de la
personalidad es necesario implementar diversas fases que permitan incluir los contenidos
específicos de la educación sexual de manera sistémica, escalonada a partir del diagnóstico
de necesidades personales y sociales previo a su implementación, lo que permite que las
actividades formativas respondan a los intereses expectativas, particularidades y
problemáticas especificas de estos niños y niñas.
FASES DEL PROCESO DE FORMACIÓN AFECTIVO, SEXUAL DESDE LA ESCUELA
CON UNA PERSPECTIVA FORMATIVA Y DE PREVENCIÓN DE LOS TRASTORNOS
EMOCIONALES LA CONDUCTA ( García Ajete, Tesis de Maestría 2001,2007)
Fase de
información y
orientación
Fase de
formación de
actitudes y
valores
Fase de
modelación de la
conducta
Estas fases precisan de una comprensión de las vías para su aplicación desde la
perspectiva de la formación de los procesos afectivos y cognitivos que favorece la
prevención de los trastornos emocionales y de la conducta e implica un conocimiento
interdisciplinario del tema y una visión integral del problema que nos ocupa.
Qué contenidos y acciones debemos desarrollar en cada etapa
Fase de información y orientación
Propone diagnosticar para orientar y descubrir él yo sexual, es decir las particularidades de
la identidad y el rol de género que conforman la sexualidad del niño y la niña.
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Determinación de la orientación y niveles de ayuda para el desarrollo sano, pleno,
responsable y equitativo de la sexualidad, apropiación de roles, expresión autentica no
sexista de éstos en las diferentes dimensiones de su vida: lo personal, la pareja, familia y
sociedad.
Comprensión de las formas adecuadas, autenticas de las funciones erótico-afectiva
comunicativa, reproductiva de la sexualidad como manifestación de su personalidad como
vía de prevenir los trastornos afectivo conductuales.
Fase de formación de actitudes
Educación de los valores y demás procesos afectivos que sustentan el respeto a los demás
coetáneos y adultos de ambos sexos y aceptación de las diferencias personológicas y
socioculturales articulando la diversidad con la unidad, es decir la aceptación de lo singular y
a su vez fomentar la búsqueda de semejanzas y afinidades.
Relaciones interpersonales y formación de actitudes sobre la base de la entrega personal,
colaboración y equidad.
Educación de la voluntad, los sentimientos los ideales. Fomentar las relaciones de amor.
libertad articulada a la responsabilidad, cooperación, equidad, flexibilidad y placer.
Educación para la aceptación, respeto, paz y armonía y aceptación de los otros y otras.
Fase de Modelación de la Conducta
Educar para las mas diversas realidades y problemas de la vida, a fin de que ante
situaciones personales, ambientales, sociales y familiares de conflicto la respuesta esté
siempre orientada por los valores, actitudes y comportamientos sean los mas humanos y
significativamente positivos, que tengan a su vez un sentido personal y social, que permitan
exteriorizarlos en forma de normas morales sociales que se traduzca modos de convivencia
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y de comportamiento enriquecedores, acordes con su personalidad y su contexto. Estos
procesos educativos los prepara para vivir en armonía con las personas en los diversos
contextos de la sociedad sin imponerles falsos patrones de conducta desde fuera, por lo que
no tienen
destinos prefijados basados en los estereotipos de género que fomentan la
violencia, la desigualdad, la discriminación sexual y laceran las relaciones Ínter genéricas
sustentadas en la equidad, el respeto y la cooperación en los diferentes contextos de
actuación.
Educar la personalidad y la sexualidad en los valores asociados a la responsabilidad, el
intercambio equitativo, el placer y el amor en la vida personal de pareja, familiar y social
sobre la base de la libertad y la responsabilidad, el respeto de los espacios y límites ajenos,
propicia la prevención de los trastornos emocionales y afectivos conductuales y que se
mejore la calidad de vida de las y los infantes, adolescentes y jóvenes.
Para la ejecución de una estrategia sustentada en los enfoques fundamentados, es
necesario partir de la elaboración y aplicación de un diagnóstico inicial como punto de
referencia para determinar las necesidades básicas de aprendizaje o educativas de los niños
y niñas, adolescentes y jóvenes, de sus familias y los maestros y maestras/as a fin de
conocer los requerimientos esenciales para el desarrollo de los procesos de capacitación de
los adultos y, mediante éstos, que sean capaces de distinguir y reconocer los contenidos y
actividades emergentes referentes al tema de la educación de la sexualidad de la joven
generación sobre bases científicas que se adecuen a las necesidad diagnosticadas.
El desarrollo de la educación de la sexualidad y el enfoque de género como una vía para la
prevención de los Trastornos Emocionales y de la Conducta propicia el surgimiento de una
dinámica formativa en el contexto escolar, familiar y social mas efectiva que favorece una
nueva comprensión e implementación de las estrategias de prevención de los TAC de a los y
las educandos, y una mejor preparación para estos fines de las y los y educadores/as, en
tanto les brinda las
herramientas para lograr formas de desarrollo y de convivencia
equitativa, sana, responsable, armónica, placentera y feliz.
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