Intervención de Bárbara Blasco

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Presentación de ediciones contrabando
¿Leer o escribir? A menudo se formula esta pregunta a los escritores, una pregunta muy
de suplemento dominical: si tuvieran que elegir entre leer o escribir, elegir además de
una forma trágica, con el dramatismo que descarta una de las dos opciones para toda la
eternidad, qué elegirían.
Una abrumadora mayoría responde que leer, que podrían vivir sin escribir pero no sin
leer. Y eso a pesar de la fama de egocéntricos de los escritores, a pesar de que muchos
escriben por necesidad. Hasta Houellebecq, que reconoce que lo hace por pura vanidad,
porque le encanta recibir aplausos, se decantaría por leer, porque no vive la escritura
como una adicción, cosa que sí le sucede con la lectura.
Luis Mateo Díez sostiene sin embargo que escogería leer porque la lectura de un libro
equivale a escribirlo, porque cuando lee Crimen y castigo, él es Dostoievski, cuando lee
el Quijote él es Cervantes, cuando lee la Regenta, él es Clarín.
El caso es que entre estos dos actos difícilmente descartables que son leer y escribir, se
sitúa el acto de editar, sin dramatismos, un acto a medio camino entre esas dos pulsiones
que resumen la literatura.
La edición de libros como un puente entre la necesidad de contar y la necesidad de que
te cuenten, un fuego al que se arrima la tribu por las noches.
Entre hablar y escuchar, la edición como altavoz o como trompetilla.
Entre la vanidad escritora y la modestia lectora, la edición como moderador de
temperamentos.
Entre el exhibicionista y el voyeur, la edición como una cabina de peepshow.
Entre el narcisismo y la enajenación, la edición como esa forma de volver a casa.
Entre la timidez del escritor, y la timidez del lector, la alcahueta del editor.
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Dicen que la buena literatura es la que calma a los inquietos y la que inquieta a los
calmos. La buena edición como la receta que prescribe el medicamento exacto.
Con todo esto quiero decir que nos gusta editar, que nos pone editar, que por eso hemos
creado Ediciones Contrabando, porque creemos en la palabra escrita y en su poder
transformador, en la palabra como una forma de crear realidades, de invertirlas, de
subvertirlas, de advertirlas, de revertirlas, de divertirlas.
(la realidad, dice Banville, no es real hasta que no se ha pasado por el tamiz de las
palabras. Se escribe con el fin de imaginar la realidad totalmente real).
Creemos en la palabra que es gratis y sin embargo tan valiosa, que se deja poseer pero
que no pertenece a nadie. La palabra como material de contrabando.
Más que una oficina de intercambio a pleno luz del día entre el autor y el lector,
contrabando ediciones pretende ser un muelle en la oscuridad en el que traficar con
palabras de estraperlo. No quiero decir con esto que vayamos a eludir las obligaciones
con Hacienda, ojo, pero sí que no nos interesa la edición como una actividad comercial
más.
Somos conscientes de que editar en España resulta hoy en día una labor quijotesca, a
veces dantesca, y a menudo kafkiana, con lo que podemos hablar sin duda de una
actividad puramente literaria.
Pero nos gusta el riesgo, apostamos por editar a autores noveles, españoles e
hispanoamericanos, por editar desde el instinto, sin complejos. Queremos subirle el
volumen a las voces que nos interesan, ya se expresen a través de la poesía, de la
novela, del relato, o de cualquier género por inventar.
Hoy en día tanto editoriales grandes como pequeñas dedican un 90% de su espacio a la
traducción, y en los últimos tiempos se ha venido creando un prejuicio contra los
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autores españoles, sobre todo los noveles. De la misma forma que hay gente que dice
que si una película es española ya no va a verla, muchas editoriales reniegan de editar a
autores de aquí porque dicen que no venden, que no interesan.
El de editor es un oficio amenazado hoy por las delirantes exigencias de rentabilidad de
los grandes grupos editoriales y de las cadenas de superlibrerías que propagan los best
sellers como virus sin control, en un mundo enfermo de marketing.
En ediciones Contrabando creemos que editar sigue siendo un acto necesario, más
necesario que nunca, un acto apasionado porque así entendemos la literatura, como una
aventura excitante, una aventura que necesita de compañeros de juegos. Queremos
mantener una relación estrecha con los lectores por eso no nos vamos a limitar a
publicar libros, vamos a organizar debates entre autores y lectores, vamos a ofrecer
seminarios y coloquios literarios, a través de nuestra web los lectores podrán participar
en la vida editorial. No queremos construir torres de marfil, sino espacios para el
contrabando.
Hacerse suscriptor y pertenecer a nuestro club de contrabandistas supone vivir una
aventura. Una aventura que empieza hoy.
Hoy os presentamos a la criatura: Ediciones contrabando y queremos daros las gracias
por asistir a este parto, esperando que no os haya salpicado la sangre ni ningún cachito
de placenta, y que sí os haya llegado sin embargo ese aliento de vida, aunque sea en
forma de berrido. Muchas gracias.
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