ACUERDO En General San Martín, a los 15 días del mes de febrero de dos mil cinco, se reúnen en Acuerdo Ordinario los señores Jueces de la Sala Primera de la Cámara de Apelación en lo Civil y Comercial del Departamento Judicial San Martín, Dres. Manuel Augusto Sirvén, Dora Mónica Gallego y Carlos Ramón Lami, para pronunciar sentencia en los autos caratulados: "DESIMONE, MONICA MARCELA Y OTRO C/HOSPITAL DE SAN MIGUEL "RAUL LARCADE" Y OTROS S/DAÑOS Y PERJUICIOS. Causa Nº 55.876-10", y habiéndose practicado oportunamente el sorteo que prescriben los arts. 168 de la Constitución Provincial y 266 del Código Procesal, resultó del mismo que la votación debía realizarse en el orden siguiente: Dres. Lami, Sirvén y Gallego. El Tribunal resolvió plantear y votar las siguientes: CUESTIONES 1ª ¿Es ajustada a derecho la providencia apelada? 2ª ¿Qué pronunciamiento corresponde dictar? VOTACION A la primera cuestión el Señor Juez Dr. Lami dijo: Es apelada por la actora, la providencia de fs. 17, por la cual el juez a-quo declara su incompetencia, glosándose el memorial recursivo a fs. 19 y vta.. Arribados los autos a esta Alzada, se corre vista al Sr. Fiscal de Cámaras a fs. 24, quien a fs. 25, expide su dictámen por la confirmación del fallo.En fundamento de su recurso, expresa la accionante, que la interpretación efectuada por el a-quo de los incs. 2 y 4 del art. 2 del cód. contencioso administrativo, es errónea, en virtud de que la responsabilidad que su parte atribuye a los demandados, no se rige por el derecho administrativo, sino por el derecho civil, pues lo que debe probarse es la culpa de los profesionales médicos que atendieron al Sr. Desimone y le ocasionaron el fallecimiento, constituyendo ello, un reclamo encuadrado dentro de las previsiones del Capítulo IV, Título VIII del Cód. Civil (Del ejercicio de las acciones para la indemnización de los daños causados por los delitos).Postula en consecuencia, la revocación de la providencia apelada.Con relación al tema en debate, y en fecha relativamente reciente, en sendos pronunciamientos dictados tanto por la la Cámara Civil y Comercial de Azul y la Cámara Contencioso Administrativa de San Martín, se ha operado un cambio en la jurisprudencia hasta ahora vigente con relación al tema de la responsabilidad aquiliana del Estado y la pretensión indemnizatoria con motivo de un obrar negligente.En el precedente del Tribunal Civil y Comercial (de fecha 27 de julio de 2004, causa nº 47.466, autos: "Risueño, Atilio y otra c/Ortiz, Felipe y otros s/daños y perjuicios", y en el cual se controvertía un caso de mala praxis como el de autos), se estableció, que la pauta general para definir la competencia ratione materiae contencioso administrativa contenida, en el art. 166 de la Const. Provincial, ha sido retomada por el Código Contencioso Administrativo (ley 12.008), el cual determina la competencia en razón de la materia, acudiendo a un principio general (art. 1), que se complementa con otras normas, en las cuales se precisan algunos supuestos particulares de casos que están incluídos en el marco de la competencia contencioso administrativa, y otros cuyo juzgamiento se encuentra marginado de aquélla (arts. 2 y 4, con cita de Perrino, Pablo E., "La competencia...", pág. 984 y sig.).Con cita del mismo autor, se concluía que, para que se suscite la competencia del fuero contencioso administrativo, debía verificarse: 1) existencia de un caso; b) comportamiento activo u omisivo en ejercicio de función administrativa; c) que esa actuación u omisión provenga de determinados sujetos pasivos; y d) que el caso se encuentre regulado por el derecho administrativo.- Analizando la naturaleza jurídica de la relación hospital público-paciente y médicopaciente, y con fundamento en doctrina de la Suprema Corte Provincial (Ac. 79.514, autos "Castillo, Ramón Oscar c/Echaburu, C. Paz, s/daños y perjuicios), se sostuvo, que dichas relaciones se desenvuelven en el ámbito del derecho público, derecho constitucional y/o administrativo (arts. 75 inc. 19, 23 de la Const. Nacional y 36.8 de la Const. Provincial) y, (con cita de la misma causa) "quien contrae la obligación de prestar un servicio lo debe realizar en condiciones adecuadas para llenar el fin para el que ha sido establecido..., y que ello pone en juego la responsabilidad extracontractual del Estado en el ámbito del derecho público" Se recordaba, que esta había sido la postura adoptada por la Corte Suprema de Justicia de la Nación (in re "Brescia, Noemí Luján v. La Provincia de Buenos Aires y otros, del 22.12.94, fallos 317:1921).Se decía también, que el reclamo efectuado, encuadraba en el art. 2 inc. 4 del CCA, ya que la causa generadora del reclamo incoado, había tenido lugar en el marco de una relación propia del derecho administrativo, no obstando a dicha conclusión que se deba acudir al Código Civil, ya que ello era un mero recurso a la analogía frente a la ausencia de normas específicas de derecho administrativo, tanto en el orden nacional como provincial, que regulen la responsabilidad estatal de derecho público (con cita del autor antes referido).Asimismo en el fallo dictado por la Cámara Contencioso Administrativa de Gral. San Martín ("Bogado, A. c/Municipalidad de San Martín s/daños y perjuicios, del 9 de diciembre de 2004, donde la controversia versaba sobre la acción de daños y perjuicios entablada por una caída ocasionada en las escaleras de un hospital público al estar mojadas con agua jabonosa); se decía, en conformidad con lo preceptuado en el art. 166 de la Constitución Provincial y art. 1 del Cód. Contencioso Administrativo, que dicho fuero era competente para entender en los casos en los que se debata la posible responsabilidad patrimonial del Estado, por ser una institución regida por el derecho público, incluso cuando se aplicaran, por analogía, normas de derecho privado. Las cuales, se explicitaba sólo eran aplicables de acuerdo a la técnica de integración analógica. Y fundándose en precedentes de la Suprema Corte Provincial (autos Binzugna a, Paula A. c/Provincia de Buenos Aires del 22/9/04), se expresaba que la aplicación de los ordenamientos de derecho privado era al sólo fin de cubrir las posibles lagunas que existan en la materia, pero que ello "...no trastoca la naturaleza de la institución, regida por normas y principios de derecho público".Se hacía referencia al art. 1 del nuevo Código Contencioso Administrativo, en su inc. 2, en el cual se prescribe que: "La actividad de los órganos del Poder Ejecutivo, de los Municipios y de los demás entes provinciales o municipales, se presume realizada en el ejercicio de funciones administrativas y regida por el derecho administrativo. Procederá esta presunción aún cuando se aplicaren por analogía normas de derecho privado o principios generales del derecho". También se mencionaba, el art. 2 en su inc. 4, en el cual se dispone que la competencia contencioso-administrativa comprende entre otras controversias, "Las que versen sobre la responsabilidad patrimonial, generada por la actividad lícita o ilícita de la Provincia, los Municipios..., regidas por el derecho público, aún cuando se invocaren o aplicaren por analogía normas del derecho privado".Se argumentaba que, conforme a la misma norma (art. 2 in fine del CCA), la enunciación de los asuntos comprendidos en la competencia del fuero es sólo ejemplificativa, no excluyendo del conocimiento de los respectivos tribunales en la materia, otros casos regidos por el derecho administrativo. Se citaba al respecto el art. 12 inc. 3, en el cual se enumera entre las pretensiones que se pueden esgrimir ante los tribunales contencioso-administrativos, las de daños y perjuicios.Se expresaba finalmente, que: "Más allá de que las funciones estatales - entre ellas las administrativas - pueden ser definidas desde distintos puntos de vista, por lo que no existe un concepto unívoco para hacerlo, lo cierto es que, en el caso, se hallaría en juego la posible acción u omisión de organismos municipales en el origen del daño causado a la 2 Causa Nº 55.876-10 demandante, por un hecho que habría ocurrido en el ámbito de un bien del dominio estatal en el que se prestan servicios asistenciales a cargo de la comuna". Se concluía, que aún en caso de duda, debería estarse a la presunción contenida en los arts. 1 y 2 del CCA, de que los organismos enumerados en el primero, actúan en el ejercicio de funciones administrativas, y de que la enunciación de los casos incluídos en la competencia contencioso administrativa es meramente ejemplificativa.Considero, en mi criterio, que en virtud de los antecedentes ut-supra citados y los fundamentos allí vertidos, cuyas conclusiones comparto, la providencia apelada debería confirmarse, debiendo dirigir su acción el actor, ante el fuero contencioso administraivo.En consecuencia y en coincidencia con lo dictaminado por el Adjunto del Sr. Fiscal General a fs. 25, a la primera cuestión, voto por la Afirmativa.Los señores Jueces Dres. Sirvén y Gallego, votaron en igual sentido y por los mismos fundamentos.A la segunda cuestión el Señor Juez, Dr. Lami, dijo: Atento el resultado de la votación a la cuestión anterior, corresponde: confirmar la providencia recurrida, sin imposición de costas ante esta Alzada, atento la ausencia de contradicción (art. 68 2º pte. del CPCC).Así lo voto.Los señores Jueces Dres. Sirvén y Gallego, votaron en igual sentido y por los mismos fundamentos.Con lo que terminó el Acuerdo, dictándose la siguiente SENTENCIA Por lo expuesto, se confirma la providencia recurrida, sin imposición de costas ante esta Alzada, atento la ausencia de contradicción (art. 68 2º pte. del CPCC). Difiriéndose la regulación de honorarios para su oportunidad procesal (art. 31 dec-ley 8904/77). REGISTRESE. NOTIFIQUESE. DEVUELVASE. 3