32 DIVISION PEIMERA. sería preferible cualquiera especie de pino. E l turno puede ser de 100 á 150 años. P o r regla general, deberán preferirse en los abetares, como en los demás montes, las cortas regulares ú ordenadas á las irregulares ó discontinuas; pero, t e niendo siempre á la vista lo bien que el abeto sufre la sombra, y lo m a l , por el contrario, que se cria sin abrigo, podrán aplicársele las cortas disemina-toñas 6 á cláreos succesivos, de tal modo, que las diversas cortas parciales, en que aquellas se dividen, se prolonguen tanto, que lleguen á convertirse casi en una entresaca regularizada. Nunca será conveniente aplicar á esta especie las cortas á mata rasa, por la dificultad que después presentan los cultivos. Como los grandes abetares ocupan generalmente altas montañas, donde la nieve no debe escasear, habrá que verificar las cortas en primavera y principios de verano; y así se hace efectivamente en la mayor parte de los montes de esta especie, habiendo además la ventaja, en esa época, de que secándose más prontamente la madera, y siendo más fácil su saca y trasporte, conserva mejor su color limpio y blanco, t a n estimado en el comercio. E n los abetares que ocupen altas cimaá ó pendientes expuestas á fuertes huracanes, y en los que sirvan de defensa á otros montes inferiormente situados sólo se aplicará el método de entresacas regularizadas, á fin de que ni la cumbre ni las pendientes queden nunca desnudas de árboles y sin abrigo. x APROVECHAMIENTO. — E l principal aprovechamiento que del abeto se obtiene, es el de su madera, que se emplea como madera de hilo y de sierra, siendo de mejores condiciones la de los abetos viejos y criados en montaña, que la de las abetunas y que la criada en los llanos. E s indudable y conocida la superioridad de la madera de pino sobre la de abeto ( e n las especies e u -