1608-Cas.S.S. SALA DE LO CIVIL DE LA CORTE SUPREMA DE

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1608-Cas.S.S.
SALA DE LO CIVIL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA: San Salvador, a las
diez horas del veinticuatro de julio de dos mil tres.
Vistos en Casación la sentencia definitiva pronunciada por la Cámara Segunda de lo
Civil de la Primera Sección del Centro, a las nueve horas del quince de noviembre de dos
mil dos, que resolvió en apelación la pronunciada por la señora Jueza Tercero de lo
Mercantil de esta ciudad, a las catorce horas y veinticinco minutos del diecinueve de abril
del mismo año, en el Juicio Ejecutivo Mercantil, promovido por la doctora Ana Camila de
León Castro Garay, como apoderada del "BANCO AGRÍCOLA COMERCIAL DE EL
SALVADOR", contra el señor ERNESTO JOSE DEGENHART ASTURIAS, a fin de
que en sentencia definitiva sean condenados a pagar cantidad de dinero más intereses y
costas procesales.
Han intervenido en primera y en segunda instancia, la doctora Ana Camila de León
Castro Garay, como apoderada de la parte ejecutante y apelada; y el doctor Julio César
Mena Varela, como apoderado del demandado y como apelante. Y, en Casación, los
mismos profesionales, como recurrida la primera y como recurrente el segundo, ambos en
el carácter indicado.
VISTOS LOS AUTOS; Y,
CONSIDERANDO:
I- El fallo de Primera Instancia dice: " POR TANTO: De conformidad a los
considerandos anteriores y con fundamento en los artículos 417, 421, 427, 439, 586 y
siguientes del Código de Procedimientos Civiles, 49 y 57 Pr. Merc. Y 1142 Código de
Comercio, a nombre de la República de El Salvador, FALLO: CONDENASE al
demandado ERNESTO JOSE DEGENHART ASTURIAS, a pagar al BANCO
AGRÍCOLA, SOCIEDAD ANÓNIMA, las siguientes cantidades: A) UN MILLON
DOSCIENTOS CUARENTA Y CINCO MIL TREINTA Y SEIS COLONES TREINTA Y
DOS CENTAVOS en concepto de capital, más intereses convencionales así: el QUINCE
PUNTO CINCUENTA POR CIENTO ANUAL del siete de enero de mil novecientos
noventa y nueve al cinco de febrero de mil noventa y nueve, EL VEINTIUNO POR
CIENTO ANUAL del seis de febrero de mil novecientos noventa y nueve al diecisiete de
marzo de mil novecientos noventa y nueve; el QUINCE PUNTO CINCUENTA POR
CIENTO ANUAL, del dieciocho de marzo de mil novecientos noventa y nueve al siete de
abril de mil novecientos noventa y nueve; el VEINTIUNO POR CIENTO ANUAL del
ocho de abril de mil novecientos noventa y nueve al veintiocho de abril de mil novecientos
noventa y nueve; el QUINCE PUNTO CINCUENTA POR CIENTO ANUAL el
veintinueve de abril de mil novecientos noventa y nueve; el VEINTIUNO POR CIENTO
ANUAL del treinta de abril de mil novecientos noventa y nueve al tres de mayo de mil
novecientos noventa y nueve; el QUINCE PUNTO CINCUENTA POR CIENTO ANUAL
el cuatro de mayo de mil novecientos noventa y nueve; el VEINTIUNO POR CIENTO
ANUAL el cinco de mayo de mil novecientos noventa y nueve; el QUINCE PUNTO
CINCUENTA POR CIENTO ANUAL el seis de mayo de mil novecientos noventa y
nueve; el VEINTIUNO POR CIENTO ANUAL del siete de mayo de mil novecientos
noventa y nueve en adelante; más intereses moratorios del CINCO POR CIENTO ANUAL
desde el veintinueve de enero de mil novecientos noventa y nueve en adelante; B)
CINCUENTA Y TRES MIL TRESCIENTOS VEINTIUN COLONES TREINTA Y UN
CENTAVOS; más intereses convencionales del dieciocho de marzo de mil novecientos
noventa y nueve al siete de abril de mil novecientos noventa y nueve en adelante, el
VEINTIUNO POR CIENTO ANUAL, más intereses moratorios del CINCO POR CIENTO
ANUAL del veintinueve de marzo de mil novecientos noventa y nueve, en adelante. Sígase
con la ejecución hasta la completa cancelación de la deuda. No hay especial condenación
en costas procesales. Notifíquese".
II- No estando conforme con la sentencia anterior, el doctor Julio César Mena
Varela, actuando en el carácter indicado, interpuso recurso de apelación. La Cámara
pronunció sentencia definitiva y dijo: "POR TANTO: en base a las razones expuestas y a
los Arts. 1089 y 1090 Pr.C., esta Cámara a nombre de la República FALLA: A) Declárase
no ha lugar a la nulidad del emplazamiento alegada por el apelante; y B) Confírmase lo
resuelto en la sentencia venida en apelación. Condénase a la parte apelante al pago de las
costas en ambas instancia (Sic). En su oportunidad vuelvan los autos al Tribunal de origen
con certificación de ley. NOTIFIQUESE".
III.- Por afectar los intereses de su representado, el doctor Julio César Mena Varela
interpuso recurso de Casación de la anterior sentencia, el cual fundamentó en los siguientes
términos: "El recurso de casación que interpongo lo fundo en la causa genérica
Quebrantamiento de alguna de las formas esenciales del juicio, artículo 2 literal b) de la
Ley de Casación, y en el motivo específico Falta de emplazamiento para contestar la
demanda, artículo 4 ordinal 1º de la Ley de Casación.-----PRECEPTOS INFRINGIDOS:
Los preceptos legales que considero infringidos por la sentencia de que recurro en casación
son los artículos 208 Incisos 1º y 7º y 1130 Pr.-------CONCEPTO DE LA INFRACCION:
Honorable Cámara, en vuestra sentencia, habéis infringido en relación al motivo de
casación denunciado, los artículo 208 Incisos 1º y 7º y 1130 Pr., los cuales respectivamente
disponen: "El emplazamiento para contestar cualquier demanda lo efectuará el respectivo
funcionario del tribunal, por escrito, al demandado en persona si éste fuere hallado y tuviere
la libre administración de sus bienes y en su caso, a su representante legal o a su procurador
debidamente autorizado." "La infracción de lo prescrito en este artículo produce nulidad"
"Las nulidades que consisten en incompetencia de jurisdicción que no ha podido
prorrogarse, en no haberse autorizado el fallo en la forma legal, o en haberse pronunciado
contra ley expresa y terminante, no podrán cubrirse ni aún por expreso consentimiento de
las partes, y deberán declararse a pedimento de éstas o de oficio, en cualquiera de las
instancias, aunque no se hubieren reclamado en el tiempo indicado en los artículos
precedentes."--------El Banco Agrícola, Sociedad Anónima, antes Banco Agrícola
Comercial de El Salvador, Sociedad Anónima, por medio de su apoderada la abogada Ana
Camila de León de Castro Garay, demandó a mi poderdante en juicio ejecutivo,
reclamándole el pago de cantidades de colones y accesorios. Consta en el proceso, fs. 119,
que el Juez del (Sic) conocimiento ordenó notificar al ejecutado, por mi medio como su
apoderado, el decreto de embargo, para que le sirviera de emplazamiento, sin antes haberlo
buscado en su casa de habitación propia o alquilada, para lo cual el ejecutante estaba
obligado a proporcionar la dirección. La diligencia de notificación del decreto de embargo
fue practicada como fue ordenada, tal como consta del vuelto del folio citado; como
transcurriera el término del emplazamiento sin que el ejecutado contestara la demanda, a
petición de parte fue declarado rebelde y se tuvo por contestada la demanda de su parte en
sentido negativo, rebeldía que me fue notificada en el carácter antes indicado, luego me
apersoné al juicio como apoderado del ejecutado, interrumpí la rebeldía y pedí se declarara
nulo el emplazamiento por no haberse dado cumplimiento a lo dispuesto por el artículo 208
Inc.1º Pr., es decir porque no se había buscado primero al ejecutado para notificarle
personalmente; se tramitó el recurso de nulidad, el cual el Juez del conocimiento lo declaró
sin lugar y pronunció la sentencia de remate a pesar de ser nulo el emplazamiento, de la
cual recurrí en apelación; para que decretarais la nulidad del emplazamiento y todo lo que
fuera su consecuencia, inclusive la sentencia de remate; pero a pesar de ser evidente la falta
de cumplimiento de parte del Juez inferior a o dispuesto en el artículo 208 Inc. 1º Pr., Vos,
honorable Cámara fallasteis desestimando la nulidad alegada y confirmando la sentencia
apelada, con el argumento de que la nulidad procesal alegada no está expresamente
determinada determinada en la ley, pasando desapercibido lo que dispone el artículo 208
Inc.7º Pr., infringiendo así los incisos primero y séptimo de dicho precepto legal. Por otra
parte el inciso primero de esa norma legal contiene un precepto expreso y terminante, pues
no se puede emplazar al demandado por medio de apoderado si no se busca primero en su
casa de habitación propia o alquilada para emplazarlo personalmente y solamente que no se
encuentre se le emplaza por medio de su procurador y la infracción a ese precepto legal la
misma norma lo sanciona expresa y terminantemente con nulidad, la cual debe declararse a
petición de parte o de oficio en cualquiera de las instancias, aunque no se reclame en
tiempo. Al infringir los incisos primero y séptimo del artículo 208 Pr. Que como he dicho
son normas expresas y terminantes, en aplicación del artículo 1130 Pr., la sentencia de
remate recurrida es nula, y al no haber decretado la nulidad, vos, Honorable cámara,
también infringís el artículo 1130 Pr. La infracción de esos preceptos legales condiciona el
recurso de casación que interpongo para que vuestra sentencia se infirme por la Honorable
Sala de lo Civil, pues siendo nulo el emplazamiento consecuentemente no hay
emplazamiento.".
IV- Mediante resolución pronunciada por esta Sala, a las nueve horas y veinticinco
minutos del treinta de enero del presente año, se admitió el recurso interpuesto por el doctor
Julio César Mena Varela, por el sub-motivo: "Por falta de emplazamiento para contestar la
demanda", respecto de la infracción de los Arts. 208 Incisos 1º y 7º y 1130 Pr.C. En la
misma resolución se ordenó pasar los autos a la Secretaría para que las partes presentaran
sus alegatos en el término de ley, no habiendo hecho uso del mismo ninguna de ellas.
V- ANÁLISIS JURÍDICO:
UNICO SUB-MOTIVO DEL RECURSO: "FALTA DE EMPLAZAMIENTO PARA
CONTESTAR LA DEMANDA"
Infracción de los Arts. 208 Inc. 1º y 7º Pr.C. y 1130 Pr.C.
Respecto a la infracción de la disposición citada, el impetrante manifiesta que la Cámara
ad-quem no cumplió con lo dispuesto en el Art. 208 Pr.C., ya que previo a verificar el
emplazamiento por su medio como apoderado del demandado, debió buscársele a éste en su
casa de habitación, a efecto de notificarle personalmente. Que no obstante lo anterior, la
Cámara desestimó la nulidad alegada y confirmó la sentencia dictada por el Juez de Primera
Instancia, con el argumento de que la nulidad pedida no está expresamente determinada en
la ley, pasando desapercibido lo que dispone el precepto citado, infringiendo así lo
dispuesto en los incisos 1º y 7º del mismo. De tal manera, al no haber declarado dicha
nulidad se cometió la infracción del Art. 1130 Pr.C., pues según esta norma es una nulidad
insubsanable y el Juzgador está obligado a declararla inclusive de oficio.
Por su parte la Cámara dijo: "En el caso de autos, se advierte que: El emplazamiento del
demandado se ha realizado en la forma establecida en el Art. 208 Pr.C:, es decir, por medio
de su apoderado doctor Julio César Mena Varela, quien de conformidad al poder que corre
agregado de fs. 101 al 103 de la p.p., se le confirieron las facultades establecidas en el Art.
113 Pr.C., para recibir emplazamientos; ya que se advierte del proceso que no tenía
dirección para ser emplazado personalmente el demandado.-----Por otra parte se debe
advertir, que en las disposiciones relativas a la forma en como debe realizarse el
emplazamiento, no existe disposición que sancione con nulidad el acto de comunicación
por el hecho de haberse realizado por medio de su apoderado, asimismo se advierte, que no
existe en el acto de notificar al demandado por medio de su apoderado ningún acto que
determine se haya quebrantado una de las formas esenciales establecidas en la ley, de
manera que no cumpliera con su finalidad; cual es hacer saber a la parte la existencia de la
demanda interpuesta en su contra o que a consecuencia de ello se le haya violado su
derecho de defensa. En ese orden de ideas, se advierte en el proceso que la infracción a las
formas esenciales de realización del acto de comunicación del emplazamiento alegada por
la apelante no configura una transgresión al Derecho de emplazamiento alegada y mucho
menos se ve conculcado el derecho de defensa del demandado, por lo que no es procedente
acceder a las peticiones hechas por el apelante".
De acuerdo al Art. 595 Pr.C. la notificación del decreto de embargo dictado en un juicio
ejecutivo, equivale al emplazamiento, el cual tiene como finalidad que el demandado
comparezca estar a derecho y a contestar la demanda. Al reformarse el Código de
Procedimientos Civiles en el año mil novecientos noventa y tres, se estableció en el Art.
113 ordinal 5º que el procurador necesitaba poder o cláusula especial para recibir
emplazamientos. Esta reforma fue motivada para facilitar el acto del emplazamiento,
pudiendo realizarse el mismo en el procurador, porque debido a las rigurosidades
procedimentales de que tal acto está revestido, muchas veces se volvía nugatorio por no
encontrase al demandado en persona o por ignorarse su paradero, lo que obligaba al
demandante a seguir el trámite de la declaratoria de ausencia del Art. 141 Pr.C. lo que
alargaba más de lo necesario la duración del juicio; pero tal requerimiento de la
especialidad del poder o de la cláusula especial debe entenderse en concordancia con lo
dispuesto en los Arts. 114 y 1131 Pr.C., en el sentido de que para evitar una posible nulidad
del emplazamiento debe cerciorarse el demandante y obviamente el tribunal, que el
procurador a quien ha de hacerse el emplazamiento tiene facultades suficientes para
recibirlo. Lo que exige el Art. 208 Pr.C. es que el procurador esté facultado en debida
forma.
A fs. 54 p.p. corre agregado escrito presentado por la Doctora Ana Camilia De León de
Castro Garay, actuando como apoderada de la parte actora, en el que presenta para que se
agregue informe del Tribunal Supremo Electoral en el que consta que el demandado, señor
Ernesto José Degenhart Asturias no se encuentra inscrito y pide que se emplace en la
siguiente dirección: Autopista Norte, Colonia El Refugio y Avenida San Lorenzo, Número
Uno, Local Número Cuatro. Consta a fs. 56 vto p.p. que al apersonarse el notificador a
dicha dirección, la persona que lo atendió dijo desconocerle. En virtud de ello se
promovieron diligencias de nombramiento de curador y al ser nombrado éste se le notificó
del decreto de embargo y se dictó la sentencia definitiva. No obstante, a fs. 96 corre
agregado escrito presentado por el doctor Julio César Mena Varela, quien se muestra parte
como apoderado del demandado y pide la nulidad de las diligencias de ausencia y los actos
que le suceden, inclusive la sentencia definitiva. Por resolución de las once horas y
cincuenta y un minutos del dieciocho de abril de dos mil uno, se declararon nulas las
diligencias de ausencia, el nombramiento de la curadora especial, el emplazamiento, la
sentencia definitiva y la resolución mediante la cual se declaró ejecutoriada la misma y se
ordenó la venta en pública subasta del bien embargado. Así las cosas, la notificación de la
demanda y decreto de embargo se hizo al doctor Julio César Mena Varela en su calidad de
apoderado del demandado. No habiendo hecho uso de su derecho, fue declarado rebelde,
resolución de la cual alegó nulidad el doctor Mena Varela, la cual fue declarada sin lugar.
Al examinar el caso en estudio se advierte: que al habérsele otorgado -al doctor Mena
Varela- las facultades del Art. 113 Pr.C., entre las cuales está la de recibir emplazamientos,
el referido abogado estaba debidamente autorizado para recibir los mismos. Además, en
nuestro sistema procesal no existe la nulidad por la nulidad misma, es decir, que la
existencia y comprobación de un vicio procedimental no conduce indefectiblemente a la
declaratoria de nulidad, pues debe de tomarse siempre en cuenta si el vicio produjo o puede
producir perjuicio al derecho de defensa de la parte que lo alega o en cuyo favor se ha
establecido, es decir, debe cerciorase el juzgador si el vicio trascendió al interés del
recurrente.
Se observa, asimismo, que el doctor Mena Varela se mostró parte en el juicio, como
apoderado del demandado e instruido así por su mandante. No se puede colegir otra cosa de
la actuación del referido profesional, aunado a la presunción contenida en el Art. 14 Pr.C.,
en tanto que se entiende que todo procurador, desde el momento en que se le confiere el
poder está INSTRUIDO por su mandante para actuar en su nombre y representación, sin
que pueda invocar excusa a su favor para no hacerlo. Tan cierto es que en dicha calidad
solicitó la nulidad de las diligencias de ausencia, emplazamiento que se hizo a la curadora
especial nombrada, sentencia definitiva y la resolución que declaró ejecutoriada la misma.
De ahí que no puede ahora venir a alegar que el emplazamiento hecho a su persona es nulo
y que se atentó contra el derecho de defensa de su mandante, ya que como parte en el
proceso tenía conocimiento pleno del mismo y era su responsabilidad ejercer el mandato
conferido. Así también debe señalarse, que la parte actora desconocía el paradero del
demandado y en virtud de ello presentó constancia extendida por el Tribunal Supremo
Electoral, en la que se hace constar que dicha persona no está inscrita en ese registro, por lo
que teniendo éste, apoderado nombrado, obvio que es a él a quien debía notificársele de la
demanda y el decreto de embargo respectivo.
En tal sentido, pues, no es cierto que se haya cometido irregularidad alguna en la
realización de la notificación del decreto de embargo y demanda que lo motiva, pues al no
conocerse el paradero del demandado es válido notificar y emplazar al apoderado
debidamente autorizado para ello, tal como aconteció en el caso de autos. El
emplazamiento así efectuado cumplió su finalidad, cual era la de hacer saber a la parte
demandada –por medio de su apoderado- de la acción incoada en su contra, garantizándole
así su derecho de defensa el cual no fue ejercido oportunamente.
Consecuentemente no existe, a juicio de esta Sala, la infracción de las disposiciones citadas
por el recurrente, ya que, como ha quedado demostrado, la Cámara ad-quem actuó
conforme a derecho al confirmar la sentencia de primera instancia y declarar que no ha
lugar a las nulidades alegadas. En suma, pues, es improcedente casar la sentencia de que se
ha hecho mérito por el sub-motivo en referencia.
POR TANTO: De acuerdo a las razones expuestas, disposiciones legales citadas, y Arts.
417, 421, 428 Pr. C. y 23 de la Ley de Casación, a nombre de la República, esta Sala
FALLA: a) Declárase que no ha lugar a casar la sentencia de que se ha hecho mérito; y, b)
Condénase al señor ERNESTO JOSE DEGENHART ASTURIAS, a pagar los daños y
perjuicios a que hubiese lugar; y al doctor Julio César Mena Varela en las costas de ley,
como abogado que firmó el escrito de interposición de dicho recurso.
Devuélvanse los autos al Tribunal de origen, con certificación de esta sentencia para los
efectos de rigor.
HAGASE SABER.---M.E. VELASCO---PERLA J.---GUZMAN U.D.C.--PRONUNCIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN.--MANUEL EDGARDO LEMUS---RUBRICADAS.
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