EP Cultura oct 09 - final 9/22/09 4:15 PM Page 28 GalaxiaGutenbergGalaxiaGutenbergGalaxiaGutenbergGalaxiaGutenbergGalaxiaGutenbergGalaxiaGu GutenbergGalaxiaGutenbergGalaxiaGutenbergGalaxiaGutenbergGalaxiaGutenbergGalaxiaGutenberg GalaxiaGutenbergGalaxiaGutenbergGalaxiaGutenbergGalaxiaGutenbergGalaxiaGutenbergGalaxiaGu GutenbergGalaxiaGutenbergGalaxiaGutenbergGalaxiaGutenbergGalaxiaGutenbergGalaxiaGutenberg GalaxiaGutenbergGalaxiaGutenbergGalaxiaGutenbergGalaxiaGutenbergGalaxiaGutenbergGalaxiaGu GutenbergGalaxiaGutenbergGalaxiaGutenbergGalaxiaGutenbergGalaxiaGutenbergGalaxiaGutenberg Minucias del lenguaje Pseudoarcaísmos del español mexicano EstePaís cultura 28 Edad Media y hoy nadie lo emplea ni de hispanohablantes. Anoto entre pa- lo conoce; el segundo, por lo contra- réntesis el equivalente léxico en el es- rio, tiene vigencia entre muchos ha- pañol europeo: blantes americanos, y sólo dejó de Aburrición (‘odio, antipatía, aburri- usarse en la mayoría de las hablas miento’), acalenturado (‘febril’), acuerdo europeas. El primero, llantar, es un ar- (‘reunión, consejo, consulta’), alcanzar José G. Moreno de Alba caísmo absoluto; el segundo, relativo. (‘tender, ofrecer, hacer llegar’), alcaya- ~ Llantar por comer es una voz arcaica ta (‘escarpia, clavo grande de gan- para todos los hispanohablantes ac- cho’), aldaba (‘travesaño para asegu- C pleamos tiene un componente impor- como un pseudoarcaísmo, es decir por car(se) (‘apiñar, agrupar, amontonar’), tante de arcaísmos, es decir de voces un aparente, engañoso arcaísmo, avante (‘delante’), bagazo (‘residuo de y acepciones que se emplearon en frente a llantar que no es otra cosa si- lo que se exprime para sacar el zu- determinada época pero que hoy no no un vocablo verdaderamente arcai- mo’), balde (‘cubo para agua’), basti- se usan. Por ejemplo Alonso Zamora co. Debe recordarse que la lengua mento (‘provisión’), benefactor (‘bienhe- Vicente, autor de un célebre texto de puede concebirse como un gran dia- chor’), beneficiar (‘cultivar, refinar, dialectología española, escribe lo si- sistema constituido por la suma e in- valorizar’), bordo (‘extremo u orilla, guiente: “A pesar de las sucesivas ca- tersección de múltiples sistemas, en borde’), boruca (‘bulla, algazara’), botar pas de español importado, el fondo derredor de sus tres principales ejes (‘lanzar, arrojar, tirar’), bravo (‘enoja- patrimonial idiomático [en América] de variación: el diatópico, el diacróni- do, enfadado, colérico’), brea (‘resina’), aparece vivamente coloreado por el co y el diastrático. En una perspectiva candil (‘lámpara de brazos colgada del arcaísmo”. Esta manera de explicar geográfica, por tanto, el español está techo’), caporal (‘jefe, el que manda’), los fenómenos del español americano constituido por la totalidad de sus carpeta (‘tapete de mesa’), cazcorvo es en buena medida defectuosa por- dialectos. El léxico de la lengua espa- (‘patizambo’), cerco (‘cerca, cercado, que tiene un carácter marcadamente ñola es la suma total de los léxicos de vallado’), cerrero (‘no domado, cerril’), eurocentrista, con lo que quiero decir cada uno de sus dialectos (geográfi- cobija (‘ropa y abrigo de cama’), colora- que el español de este lado del Atlán- cos, históricos o sociales). do (‘indecente, obsceno’), comedido asi todos los manuales y tuales; calentura por fiebre les resulta rar una ventana o puerta’), alistar tratados sobre el español arcaica exclusivamente a los hispa- (‘tener pronto, poner a punto’), alzar americano coinciden en nohablantes europeos. En todo caso, (‘recoger, llevarse algo, guardar algo que el léxico que aquí em- calentura puede también concebirse en su lugar’), amarrar (‘atar’), apeñus- tico suele explicarse desde una pers- Ahora bien, resulta indudable que (‘trabajador, voluntario’), correr (‘ex- pectiva europea, confundiendo en en el español americano o, al menos, pulsar, despedir, echar fuera’), cuida- uno solo dos conceptos distintos: pa- en algunos de sus dialectos, tienen dor (‘el encargado de cuidar algo’), cu- recería que hubiera una equivalencia plena vigencia muchas voces emplea- rioso (‘entendido, hábil, diestro’), chapa entre español europeo y lengua espa- das por los autores clásicos y que hoy (‘cerradura’), chicote (‘extremo de ñola. Grave confusión, sin duda. Si son desconocidas o muy poco em- cuerda, pedazo de cuerda’), chícharo determinado vocablo, que aparece en pleadas en el español europeo. Esto (‘guisante’), chiquero (‘corral, recinto’), chivo (‘macho cabrío’), despotricar dejó de emplearse puede verse, en mi opinión, como una en España, algunos filólogos, equivo- muestra de riqueza léxica aquí y co- (‘atacar sin contemplación’), desvestir- cadamente, lo consideran arcaísmo, mo cierto empobrecimiento allá. Las se (‘desnudarse’), dilatar (‘tardar, de- aunque siga usándose por los ameri- listas de palabras de este tipo pueden morar’), durazno (‘melocotón’), enojar- canos que, como se sabe, somos la in- ser muy largas y la historia y etimolo- (se) (‘irritar[se]’), ensartar (‘enhebrar la mensa mayoría de los hispanoha- gía de cada una de ellas tiene gran in- aguja’), esculcar (‘registrar, indagar’), blantes. textos del siglo XVI, terés para la filología. Me limito en festinar (‘apresurar, precipitar, traji- Evidentemente no pertenecen a la esta nota a dar algunos pocos ejem- nar’), foráneo (‘extranjero, forastero’), misma clase de arcaísmos, por una plos de voces de este tipo que se em- frijol (‘judía, habichuela’), friolento parte, voces como llantar (‘comer’) y, plean si no en todo el continente (‘friolero’), gente (‘persona’), gresca (‘ri- por otra, vocablos como calentura americano, sí al menos en México, ña, pendencia bulliciosa’), hablantín (‘fiebre’). El primero se empleó en la donde vivimos más de cien millones (‘hablador, hablistán’), lindo (‘bueno, EP Cultura oct 09 - final 9/22/09 4:15 PM Page 29 ergGalaxiaGutenbergGalaxiaGutenbergGalaxiaGutenbergGalaxiaGutenbergGalaxiaGutenbergGalaxia xiaGutenbergGalaxiaGutenbergGalaxiaGutenbergGalaxiaGutenbergGalaxiaGutenbergGalaxiaGutenberg ergGalaxiaGutenbergGalaxiaGutenbergGalaxiaGutenbergGalaxiaGutenbergGalaxiaGutenbergGalaxia xiaGutenbergGalaxiaGutenbergGalaxiaGutenbergGalaxiaGutenbergGalaxiaGutenbergGalaxiaGutenberg ergGalaxiaGutenbergGalaxiaGutenbergGalaxiaGutenbergGalaxiaGutenbergGalaxiaGutenbergGalaxia axiaGutenbergGalaxiaGutenbergGalaxiaGutenbergGalaxiaGutenbergGalaxiaGutenbergGalaxiaGutenberg excelente’), mercadería (‘mercancía’), en varias partes esta voz para desig- textos con valor perdurable y orienta- nómina (‘lista de nombres’), oreja (‘asa nar lo que en España se denomina co- do por su olfato crítico, dispuesto a de vasija’), palangana (‘jofaina, vasija múnmente cubo (Diccionario: “vaso de asumir —en beneficio de la gradual redonda para lavarse las manos y pa- madera, metal u otra materia, por lo consolidación de un catálogo— el alto ra otros usos’), palo (‘árbol, madera’), común de figura de cono…”). riesgo y las pocas ganancias que ge- pálpito (‘presentimiento, corazonada’), Chinchorro (“red a modo de barrede- neralmente implica publicar un libro. pileta (‘pila pequeña para recoger ra y semejante a la jábega, aunque Por el contrario, el editor actual es ca- agua’), piola (‘cordel’), prieto (‘moreno, menor”); en el mismo Diccionario de da vez más el empleado de una trans- negro’), reburujar (‘tapar, cubrir, revol- la Academia tiene cabida otra acep- nacional al que se exige someter su ver alguna cosa’), recibirse (‘tomar ción de gran vigencia en América: “ha- criterio a imperativos económicos y grado universitario’), renco (‘cojo por maca ligera tejida de cordeles, como preferir obras efímeras que puedan lesión de la cadera’), rezago (‘atraso, el esparavel”. alcanzar un éxito de ventas seguro, residuo’), sancochar (‘cocer rápida- aunque esto ocurra sólo durante una mente o a medias’), tantear (‘tentar, ir temporada. a tientas’), temblor (‘terremoto’), torzón (‘cólico’), tusar (‘trasquilar, atusar’), valija (‘maleta’), zonzo (‘tonto’). Hay un tipo particular de pseu- Sobre la balsa de Almadía Como los viejos libreros que hacían las veces de cicerone entre los anaqueles y recomendaban títulos (con la evidencia de haberlos leído y doarcaísmos o de arcaísmos relativos Paola Velasco que entregaban sin la tarjeta de “le del español americano que se clasifi- ~ atendió fulano de tal”), señalaban di- can como marinerismos. Son, como ferencias, carencias, ventajas entre uchos de los libros que hora de marcar en la lista de pedidos prescindible de la cultu- ejemplares no destinados únicamen- ra escrita recorrieron un te a la mesa de novedades (mediando cuanto que ya no remiten de manera M ediciones y arriesgaban su juicio a la hoy forman parte im- largo y lento camino, en ocasiones con esta ponderada selección entre directa al campo semántico del mar. inestable, antes de obtener el recono- los lectores y las editoriales), el edi- Siguen cuatro ejemplos: cimiento merecido. Casi en todos los tor que no mira los libros como mer- Abarrotar (en el Diccionario acadé- casos, su publicación ocurrió gracias a cancía ni su hechura como la fabri- mico: “asegurar la estiba [pesos de un la tenacidad de editores convencidos cación de un artículo comercial está buque, y en especial su carga] con de su valor literario y de la importan- casi extinto. abarrotes [fardo pequeño o cuña]”); en cia de ofrecerlos al público. El mundo ¿Nostalgia por los tiempos idos? Chile: “monopolizar un género de co- editorial ha conocido transformacio- No, sin duda. El cambio es indefecti- su nombre lo indica, voces de origen marinero que aquí adquirieron un significado peculiar, una nueva acepción, en alguna medida figurada, en mercio”; en México: (tienda de) abarro- nes importantes en los últimos años. ble, con frecuencia provechoso, y el tes, “muchos muy diversos artículos de Lejos queda el tiempo cuando la edi- estatismo favorece el anquilosamien- comercio, nacionales o extranjeros” ción era una actividad artesanal, el to: sin traicionar su acreditada labor (de ahí, abarrotero, ‘persona que tiene trabajo de pequeños grupos cuyos como editor, Jason Epstein revolucio- tienda o despacho de abarrotes’). miembros comprometían su esfuerzo nó las publicaciones en rústica Arbotante (“palo o hierro que sobre- en la producción de cada título, su- creando el sello Anchor Books, fue sale del casco del buque”); en México, friendo y gozando de cerca la lenta uno de los iniciadores de las ventas según algunos lexicógrafos: ‘candela- crisopeya que convierte el manuscrito de libros por Internet y ahora creador bro’. Creo que en el español mexicano de un autor en un libro, y a éste en la de la Expresso Book Machine, una in- de hoy, arbotante sólo o predominante- azarosa piedra sobre la que se edifi- novación tecnológica de tal enverga- mente designa las grandes lámparas que una carrera literaria. Del mismo dura que sólo puede compararse con de iluminación urbana. modo, el hacedor de este proceso —el la invención de los tipos móviles de Balde (“cubo, generalmente de lona editor— ha visto tornarse sus funcio- Gutenberg, que posibilitaron la pro- o cuero, que se emplea para sacar y nes: su actuación corresponde cada ducción literaria a gran escala. transportar agua, sobre todo en las vez menos a la de un generador cul- Se trata, más bien, de hacer hinca- embarcaciones”). En América se usa tural adiestrado en la búsqueda de pié en que la industria editorial no es 29 EstePaís cultura ~