. - La Nación Cantiago de Chile. Jueves 27 de Abril de 1989 Gabriela Mistral y su testimonio de admiración a Carabineros (DesdeArica, por Luis H. Villar Bustos) iiEn 1954 -nueve años después de haber recibido el Premio Nobel de Literatura- la insigne poetisa estampó en la libreta de novedades de un pequeño y humilde retén nortino, su sentimiento de admiración sublime por la policía uniformada, documento histórico que hoy nadie sabe en poder de quién está... “...Gracias a los que velan desvelándose. Ustedes son, sin saberlo, los guardianes de nuestro sueño y la conciencia de la ciudad ...” (Gabriela Mistral-septiembre de 1954). En esta frase de sublime admiración, la insigne poetisa, que nueve años antes de aquella memorable fecha había logrado ara nuestro país el Premio Noel de Literatura, dejó estampado -en una simple libretilla de patrullaje v “novedades“ de un retén de carabineros de un humilde y polvoriento pueblecito al interior de La Serena, en la Cuarta Región, su sentimiento de gratitud a Carabineros. Un documento histórico, una simple hoja -hoy desaparecida en ei tiempo- está vigente en el recuerdo emocionado de dos carabineros rurales, protagonis- En una iihrpta. de patruilajes, la intas de una historia que parecía signe poetisa Gabriela Mistral dejó oividada... el mensaje de reconocimiento y adFue en ese mes de septiembre‘ miración a la labor que cumple í‘ade 1954. cuando Gabriela rabineros. Mistral llegó hasta el fundo “El Ajial”, de propiedad de don caminos, la insigne poetisa Luis Hernández. En conoci- -que llegó al pueblo para miento de esta inesperada visi- entregar viveres, alimentos y ta, el cabo primero Ricardo ropas a los lugareños- dispenHuerta Loyola y el carabinero só una es ecial acogida a la paFrancisco Barraza Piña, ambos reja poyiciai. Dulcemente en aquella época de dotación del -como sus poemas- les refireten Pisco Elqui, dependiente rió: “En el extranjero añoraba de la Tenencia “Paihuano”, en vuestra presencia, vuestra comMonte Grande, dispusieron un pañía...”. atrullaje montado hasta el reActo se ido, pidió la libreta erido fundo. de patrulces. Y rubricó sus Algo delicada de salud y con evidentes muestras de cansan- sentimientos: “Gracias a los ue velan desvelándose. Ustecio debido al largo viaje, a traes son, sin saberlo, los guarvés de sinuosos v polvorientos dianes de nuestro sueño^ y la conciencia de la ciudad...”. Al día siguiente, la misma pa- E i? 3 reja de Carabineros acompañó a Gabriela Mistral hasta la Iglesia de Pisco Elqui. Allí, la poetisa escuchó misa e inició una lenta y extensa caminata por los alrededores del pueblo. Levemente cansada se apoyó del brazo del cabo Huerta. Nada comentó. Y caminó estrechando manos de lugareños que salían a su paso para exteriorizarle alegría y admiración. Tres días permaneció la poetisa en Monte Grande. Antes de su Fartida confidenció al carabinero Huerta que había pedido al entonces Presidente de la República, Pedro Aguirre Cerda -como Único favor-, la pavimentación del camino hasta el pueblo. Al día siguiente, el cabo primero Huerta se dirigió hasta la tenencia Paihuano a dar cuenta a su superior directo, el teniente Luis Valdivia Román, ae las novedades durante la permanencia de la poetisa. Nada comentó de la “constancia” estampada en la libreta de patrullajes. Tres meses más tarde el mismo cabo Huerta fue designado en traslado al retén Rivadavia. Aprovechó esa ocasión desprender de la libreta la oja donde Gabriela Mistral estampó el memorable pensamiento. Guardó el testimonio durante 14 años -según cuenta hoy, allá en su retiro en la nor.tina -ciudad de Arica- entregándolo posteriormente a un superior -a quien no recuerda de nombre- ignorando el destino final del importante e histórico documento. rra