Goirizelaia teme que la crisis acabe complicando la financiación de

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EL PAÍS, jueves 15 de octubre de 2009
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PAÍS VASCO
Goirizelaia teme que la crisis acabe
complicando la financiación de la UPV
La Universidad pública cerrará 2008 con su primer déficit en el último lustro
vé un déficit del 0,5% sobre un
presupuesto inicial de 436 millones de euros, el primero de al
menos los últimos cinco años.
El buen dato de matriculación que ha registrado la UPV
este curso, con un 9% de aumento en el número de alumnos, no
oculta el importante reto al que
se enfrenta: la adecuación de todas sus titulaciones a los estudios de grado para el próximo
curso. El mapa con las nuevas
titulaciones ya ha sido aprobado y en estos momentos está
siendo verificado por la agencia
española de evaluación universitaria. En total, se impartirán
EDUARDO AZUMENDI
Vitoria
El rector de la Universidad del
País Vasco (UPV), Iñaki Goirizelaia, aprecia “la sensibilidad”
que ha mostrado hasta el momento el Departamento de Educación hacia la institución que
dirige, pero asume que su financiación para los próximos años
se puede complicar debido a la
crisis económica. De momento,
para 2010 no se prevé ningún
tipo de sobresalto, ya que las
cuentas están garantizadas en
el Plan Universitario. Sin embargo, esta herramienta finaliza su vigencia a finales del
próximo año y desde entonces
hay que aprobar el plan
2011-2014, que definirá el nuevo marco de financiación de la
educación superior y la investigación.
Goirizelaia compareció ayer
ante la Comisión de Educación
del Parlamento para dar cuenta de las líneas maestras que
guiarán su actuación el próximo curso. Aprovechó su intervención para pedir a los parlamentarios su ayuda y que tengan en cuenta a la UPV en el
próximo debate presupuestario. “El Plan Universitario es la
clave para lograr una financiación estable como la que hemos
disfrutado los últimos años. Es
posible que la negociación del
nuevo plan 2011-2014 con el Gobierno sea más complicada dada la coyuntura, pero he apreciado un gran interés por parte
del Departamento de Educación hacia la UPV”, sostuvo. Para reforzar esta sensación, resaltó que el departamento le ha
asegurado que no se va a produ-
La UPV analizará
“partida a partida”
la propuesta de sus
nuevas cuentas
El rector, en un momento de su comparecencia de ayer. / p. j. phanse
cir ningún recorte de dinero al
área de investigación.
El rector reconoció que la recesión obligará a la UPV a analizar “partida a partida” la propuesta de nuevos presupuestos
“para ver cómo hacer un uso
más eficaz y austero” de los recursos. En este punto, admitió
que se podría producir una “periodificación más adecuada” de
las inversiones recogidas en el
plan plurianual.
De momento, la liquidación
económica del presupuesto de
2008, que será aprobada en breve por el Consejo de Gobierno
de la Universidad pública, pre-
67 títulos de grado, algunos de
ellos repetidos en los distintos
campus, lo que configurará una
oferta total de 87 titulaciones.
El éxito de su implantación descansa en buena medida en el
profesorado.
“Acordaremos
con los departamentos de la
UPV la dimensión adecuada de
la plantilla para los próximos
años”, indicó Goirizelaia.
El rector mostró su satisfacción por el hecho de que el 40%
de los profesores sea bilingüe,
muy cerca del 43% que tiene fijado como objetivo la institución. Ya cuenta con 420 docentes (el 9,5% de la plantilla) acreditados para impartir docencia
en lenguas extranjeras, preferentemente en inglés.
SALVADOR DEL REY
Catedrático de Derecho del Trabajo
“El sistema legal no
es efectivo frente a la
siniestralidad laboral”
TXEMA G. CRESPO
Vitoria
Salvador del Rey (Sevilla, 1956),
catedrático de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social de
la Universidad Pompeu Fabra
de Barcelona y socio del área laboral del bufete Cuatrecasas, no
tiene pelos en la lengua: “España tiene uno de los peores porcentajes de siniestralidad laboral del mundo occidental, al
tiempo que mantiene una de las
legislaciones más complejas”.
Ayer disertó en el Foro de la Fundación Laboral San Prudencio
de Vitoria sobre la responsabilidad social de las empresas en el
ámbito de la seguridad laboral.
Pregunta. ¿Qué ocurre en España cuando casi a diario se re-
gistra una nueva muerte de un
trabajador en su puesto?
Respuesta. Tenemos el índice de siniestralidad más alto de
Europa —me refiero a Francia,
Alemania, Reino Unido, Italia—
y el sistema más complejo de
responsabilidad legal, que lleva
a que se vivan importantes desajustes en la asunción de responsabilidades sociales por parte de
las empresas. Más que incentivar la cooperación del empresario se le facilita que se ponga a
la defensiva.
P. ¿Quiere decir que se imponen los entresijos legales sobre
la aplicación de la ley a los supuestos culpables?
R. Nuestro sistema se caracteriza por padecer graves desajustes en las dos funciones inmedia-
Salvador del Rey, ayer en Vitoria. / l.
tas que debe satisfacer, la punitiva y la resarcitoria, sin olvidar
su función primera, la preventiva. Todo ello, junto a otros factores que caracterizan nuestras relaciones laborales —elevada
temporalidad, escasa formación, reducida percepción del
riesgo propio—, dificulta la con-
secución del objetivo final de situar los índices
de siniestralidad en
unas cifras tolerables y
adecuadas al nivel de
desarrollo de nuestro
país.
P. No extraña por
ello que sean muy escasas las noticias de empresarios juzgados por
siniestros laborales.
R. El sistema privilegia la defensa y el trabajador no puede estar
tres o cuatro años litigando, porque no se
han establecido sistemas rápidos de identificación de responsabilidades. En resumen, no
es efectivo.
P. ¿Cuál es el referente legislativo?
R. En prevención larico
boral podemos aprender de Alemania y de
Francia, sobre todo de este último país, basado en las prestaciones sociales. Las empresas que
cumplen con la normativa de seguridad laboral cuentan con deducciones, mientras que los trabajadores que sufren accidentes
en el trabajo tienen una protección social notable.
El CES quiere
pronunciarse
sobre fiscalidad
y presupuestos
EL PAÍS, Vitoria
El presidente del Consejo Económico y Social (CES) vasco, José
Luis Ruiz, abogó ayer por ampliar el ámbito de actuación del
órgano consultivo para que pueda pronunciarse sobre cuestiones que ahora tiene “vetadas”,
como la fiscalidad y los presupuestos. En su comparecencia
ante la Comisión de Políticas Sociales y Trabajo del Parlamento,
Ruiz resaltó también la necesidad de acometer una reforma integral del CES para convertirlo
legalmente en la institución consultiva “por antonomasia” de la
Cámara y el Gobierno.
Ruiz dijo no entender por
qué el CES sufre aún “determinados vetos”, como la imposibilidad de intervenir en el ámbito
de los presupuestos de la comunidad autónoma o en materia de
fiscalidad en los territorios históricos. “Es competencia de las
diputaciones, pero las diputaciones están en el País Vasco y el
CES actúa en el País Vasco”, manifestó, para lamentar a continuación que el de Euskadi es “el
único” CES que no interviene en
el debate sobre la fiscalidad.
Ruiz apuntó que los problemas y el clima de “desconfianza
y enfrentamiento” causado por
la salida de su seno de ELA y
LAB en 2008, y que propiciaron
la dimisión de su antecesor, Antxon Lafont, ya han sido superados. Destacó la puesta en marcha de iniciativas como el boletín informativo bimestral o de
un ciclo de conferencias. En el
marco de la citada reforma integral, Ruiz recalcó la necesidad
de establecer un nuevo sistema
de voto para que los consejeros
puedan emitir un voto personal.
P. ¿Resulta más fácil para
una empresa despedir a un trabajador en España que en los
países más desarrollados de la
Unión Europea?
R. En términos generales,
nuestra actual regulación del
despido es más incoherente que
en otros países. Los despidos
por causas empresariales (causas económicas o de pérdida de
“Nuestra regulación
del despido es
más incoherente
que en otros países”
mercado), especialmente los colectivos, tienen un proceso peculiar con respecto a Europa, que
es que necesitan la autorización
administrativa. Sin embargo, al
mismo tiempo es posible despedir siempre que se page una
compensación que puede resultar comparativamente alta.
Nuestro sistema necesita más
coherencia para proteger tanto
los intereses de los trabajadores
como de los empresarios y, al
mismo tiempo, hacer frente a la
actual crisis económica.
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