Sonetos U composiciones breves SONETOS Y COMPOSICIONES BREVES Ignacio d e Luzán en su Poética habla de las distintas épocas d e la poesía y sus caracterizaciones métricas. Una primera época va desde los orígenes hasta Enrique 111, con un re dominio de los versos de 1 4 y 16 sílabas; una segunda desde Enrique 111 hasta Carlos 1 con versos d e 12 y 8 sílabas, y una última época desde Carlos V hasta su tiempo, con v m o s de 11 y 7 sílabas. Es en esta última etapa en la que concretamente están incluídos estos sonetos que ahora vamos a estudiar. Los metros italianos, el endecasílabo, el soneto, pronto son aclimatados a la lengua castellana por obra y gracia de Boscán y Garcilaso, y no tardan en adquirir una configuración propia, dotados de u n a personalidad que les hace aparecer, no como metros importados, sino como del todo castellanos. E l soneto con sus catorce endecasílabos suele recoger un tema completo, resumido, pero presidido por una ((idea)),que se concreta generalmente en el último terceto, y a veces en el último verso de este terceto. Si se trata de un tema amplio, suele recoger sólo una faceta, la más imp x t a n t e o una de las más sobresalientes, el ((nudo)),el ((desenlace)), etc. Nuestros siglos de oro rinden un culto especial a esta clase d e metro. Su brevedad por una parte, su estructura, apta para los contenidos más sublimes como para los más ligeros y frívolos, presenta u n encanto que resulta atractivo para muchos. Sobresalen por la belleza y perfección for., autores que dedican alguno d e ellos al mal los de ~ o i e Quevedo.. , tema que nos ocupa. A veces el argumento es repetido en varios sonetos, recogiendo momentos o facetas distintas, y entonces el conjunto ofrece la historia casi Digitalizado por InterClassica http://interclassica.um.es El t e m a d e Hero y Leandro en la literatura espafiola 68 completa. Esto ocurre por ejemplo en Ramírez Pagán, poeta murciano ', que en cuatro sonetos recoge el monólogo de Leandro antes de arrojarse al mar (((Leandro habla consigo mismo))), la muerte del joven (((Ala muerte de Leandron), la muerte de Hero, y una invitación al caminante para que contemple la sepultura de los amantes («En la sepultura de Leandro y Hero a orillas del mar))). Se encuentran estos sonetos en la obra Floresta de varia poesiu cuya edición príncipe es de 1562; Antonio Pérez Gómez la reedita en Barcelona en Selecciones Bibliófilas,MCML. La lucha interior de Leandro, la duda entre quedar en Abido o ir hacia Hero, que le llama, es presentada de un modo casi patético. No quiere ser vencido y por eso con un imperativo decidido manda a sus pensamientos, calificados de cobardes, que le abandonen. udexadme ya, covardes pensamientos)) Hero resplandece cual Lucero y no es ~ o s i b l eabandonarla por temor a una tormenta. El segundo soneto describe la travesía de Leandro y el embravecimiento de las olas. La bonita imagen de Museo se repite: «él mismo era la barca y 61 remava)). No es demasiado bueno; las rimas de los cuartetos conllevan pesadez, poca elegancia (terminaciones de vrrbos) : ((navegavan, (cremava)), ((estava)), etc. La idea a destacar queda en el último endecasílabo: «fue tragado del mar horrendo y fiero)). Mejor es el tercero, dedicado a la muerte de Hero. Comienza de forma violenta, fuerte, presidida por la idea del (tdecorum))horaciano: «Hero con alaridos rompe el cielo)). El último también es destacable y sería preciso notar la abundancia de verbos: «se arroja, cahe, y muere en un momento)). El cuarto habla de la inmortalidad de los jóvenes y de sus amores, ' Parece ser qiie iiaciR eii Miircia en 1524 ; m u r i b eri I 5 G I Digitalizado por InterClassica http://interclassica.um.es Sonetos y composiciones breves 698 qiie se contrapone a esta sepultura que les contiene e indica la'muerte qua sufrieron. Con un énfasis especial se dirige al caminante para que se pare a llorar el doloroso caso : «detén un poco el passo pressuroso)). En conjunto ofrecen gran parte de la historia, ya que habla de la muerte de los dos, aunque nada dice d e las causas, de sus amores, etc. N o tiene gran valor en sí, aunque da idea de la difusión v popularidad de que debió disfrutar el tema. Dr unos allos antes es el soneto de Juan de Coloma, que está en el Cancionero impreso en Zaragoza en 1554, por D. Esteban García d e Nájera: se conoce sólo el ejemplar de la Biblioteca ducal de Wolfenbüttel, que dio a conocer Morel Fatio en su libro L7Espagme au XVIe et XVIP siicle (Heilbronn, 1878) '. Recoge este soneto la idea del epigrama de Marcial. Se sirve del recurso dc los contrastes, y así hielo (el temor de la muerte), fuego (producto de su amor). No temía Leandro morir, pero quería llegar junto a su amada; por eso ((echando el alma en el postrer acento)) va a decir «o riguroso mar y ayrado viento dexadme adonde voy llegar sano y luego me ahogad a la venida)). Este terceto es casi una traducción de Marcial, epigrama enormemente conccido v muchas veces glosado con más o menos acierto. José hIa Cossío recoge un Soneto Viejo, parece ser de 1555, de un autor desccnocido, y que se cree era caballero del cortejo de Felipe 11, según afirma Cossío, el cual fue muy glosado: en el Cancionero General cada dos versos son glosados en una estrofa de ocho; también Alonso Pérez, autor de la segunda parte de la Diana de Montemayor, lo glosa. El soneto es bello; p ~ S e euna gran vivacidad, movilidad, dadas por las oraciones exclamativas, imperativos, subjuntivos yusivos ... La protagonista es Hero que divisa a Leandro muerto. La imagen «con lágrimas el mar acrecentaba)) A s i dice D . Joaquiii Hazaíias y la Rua en Gutierre ,le Cetinn, t . 1 , páp. 1 1 4 ; C f . larnhién M . Pelayo, Bibliografia His{iano-Latina Clasicn, l. 1 , pág. 146. Fubulas mitológicas en España, piig. 155 Digitalizado por InterClassica http://interclassica.um.es El tema de Hero y Leandro en la literatura española 70 nos quiere llevar a la consideración de. la magnitud de su dolor y a la abundancia de su llanto. El deseo de unirse a Leandro ofrece una apariencia un poco triste, pero preside el amor que suaviza el dolor y confiere esperanza : . «Espérame........... recíbeme, mi bien, allá contigo)). « iParézcanse las muertes a las vidas ! D. E n 1605 y en Flores de poetas ilustres de España, ordenadas por Pedro Espinosa (Valladolid) aparece el soneto de D." Hipólita de Naváez ". Es la primera vez que una mujer se dedica a cantar los amores infortunados de los jóvenes de ambas riberas del Helesponto. Introduce unas consideraciones casi morales, casi personales en el segundo cuarteto, y muy personales en el último terceto, con presencia explícita del yo: «y desdichada yo que en mar incierto, muriendo entre las aguas de mi llanto, aún no espero tal bien después de muerta». Nos parece un poco inapropiado y e: soneto en general adolece de mediocridad y vulgarismo. Lo mejor es el primer cuarteto, en el que predominan los adjetivos que siempre comportan variedad y belleza, así ((gallardo intento)), ((mar confuso)), ((espesa lluvia)), ((furor vioIento» ; postpuestos o antepuestos se distribuyen de tal manera que se consiguen unos efectos estéticos bastante logrados. En la misma obra Flores de Poetas Ilustres recoge Espinosa el soneto del Licenciado Juan de Valdés y Meléndez, en el que se glosa el epigrama de marcial antes citado. (Del libro De Spectaculis, XXV; Cum pzteret dulces.. .). E n este soneto "contrastan versos eminentemente líricos con otros car e n t e ~por complcto de belleza, prosaicos. Destacan los cuartetos. Y el endecasílabo «rompe Leandro espumas plateadas)) con una bonita imagen y un acento en sexta que coincide con una vocal oscura y posee una gran sonoridad. 4 6 Vease Gui. de Cetinn, op. cit., p8g. 1 1 5 : y M . Peli~yo B.H.L.C., t . VII, piig Nueva Edición de las Flores ... Sevilla, 1896 Recogido por M. Pelayo, B H.L.C., t . VII. pág. 148. Digitalizado por InterClassica http://interclassica.um.es i 48. Sonetos y composiciones breves 71 La traducción o adaptación del epigrama la ofrece en dos endecasílabos bastante correctos y cuya traducción está cercana al original: ((Dejadme mientras voy, olas sagradas, y anegarme podréis volviendo luego)). De 1651 es el soneto de López de Zárate ': ((Ya cuando el sol en sombras se envolvía)). Está incluído en los sonetos amorosos y se titula ((A Leandro y Hero),. Existe una confusión con este soneto, pues en el tomo 111 de la Edición Sancha, pág. 443 aparece atribuído a Lope de Vega. Don ~Marcelinoafirma que es de Zárate y critica la actitud del Conde de Saceda, poco seria y un mucho arbitraria. Dice: ((Este soneto pertenece a Francisco López de Zárate, a quien pertenece la mayor parte de las Poesías Varias que el Conde de Saceda, estrafalario bibliófilo y osado falsificador, atribuyó a Lope en una edición contrahecha que parece ser de 1746)) '. Posee el soneto unos valores estéticos notables: imágenes, metáforas, hipérboles : ({Leandro que a ruegos horas quitó al día»; la ya tradicional tnave de sin v la también clásica ay el mar con tanto incendio llamas hecho)). Pero aparte nos encontramos con algo nuevo; Neptuno envidia los amores de los jóvenes; la marina diosa amaba a Leandro. Recuerda esto el amor que la Muerte siente por Orfeo en la versión del tema clásico hecha por Jean Cocteau. Hero se arroja al mar y «el Dios la recibió dándole abrazos)). Hay como una sublimación del amor en este pasaje, pues es la divinidad quien acoge a la enamorada. El sonito de Hcrnando de Acuña no añade nada nuevo y en sí no presenta ninguna característica especial; es mediocre, un poco lánObras varios de F.O Lhpcz de Zarate dedicadas a dilerentes personas. Eri Alcalá por M.a Fernández, impresora de la Universidad. A. costa d e Tomás Alfay, mercader d e libros, pág. 1 7 . M . Pelayn, 4nlologio Poetas Liriros, t . X I I I , pág. 370. " Digitalizado por InterClassica http://interclassica.um.es El tema de Hero y Leandro e n la literatura española 72 p i d o . Menéndes Pelayo "abla de una semejanza entre este soneto ((De la alta torre al mar Hero miraba)), y el de Cetina «Con aquel recelar que amor nos muestra)), y piensa en una fuente común, posiblemente italiana. Francisco Saa de Miranda y en castellano tiene un soneto recogido por M. Pelayo ' O y citado por Herrera en Anotaciones a Garcihso ". Lucha Leandro con las ondas, pero todo es en vano; increpa al amor y le acusa de crueldad : « i oh amor ciego, que tanta crueldad has visto y hecho!)). Es bonito e1 juego de palabras, el contraste entre «ciego» y ((has visto)). Al darse cuenta de su impotencia frente a las olas, con optimismo afirma que pese a todo irá a Sesto: «¿Vivo no quereis vos? Pues iré muerto». E1 soneto original, distinto a los demás, sobresale por la naturalidad y sencillez que se hallan presentes prestando encanto a la composición. Gutierre de Cetina tiene dos sonetos dedicados a los amores de Hero y Leandro 12. El primero '"uelve a recoger y parafrasear el epigrama de Marcial ; comienza «Leandro que de amor en fuego ardían; él quería vencer al mar, pero no puede; por eso se dirige a las olas.: ((dejadme al fin llegar de este camino, pues poco he de tardar, y a la tornada secutad vuestra saña y mi destino». Amplía lo dicho por Marcial, «ha de tardar poco)). Además aparece la idea del darurnn, del destino que pesa sobre los humanos. Herrera en Anotaciones a Garcilaso publica el soneto y dice : d e t i n a que parece que quiso contender con Garcilaso en algunos sonetos ... y siendo la fue'nte de todos los que tratan este tema el agudísimo Marcial)) 14. -..- M. Pelago, B.H.L.C., t. VII, pág. 1 5 8 : recogido tambiiit eii Gutierrr ( I r C r t i n a , t . 1, pig. 48. l o B . H . L . C . . f . VII, pág. 1 4 5 . Vease Gutierre de Cetina, o p . cit., t . 1 . pág. 1 1 3 . l 2 Gutierre de Cetina, Introdiicci0n y notas de Jnaqiiin Hazañas y la Riia. Sevill;~, 1 8 9 5 . linprenta de Francisco de P. Diaz. l3 Citado por M. Pelayo, B . H . L . C . , t. VII. pag. 1 5 7 . l4 Gutierre de Celina, o p . cil., t . 1, pig. 1 1 2 ; también vease M . Pelayo, B . H . L . C . , t. VII, pig. 123. " Digitalizado por InterClassica http://interclassica.um.es Sonetos y composiciones breves 73 Es importante lo que dice el poeta de la escuela sevillana, que también traduce a Marcial en un Romance de 16 octosílabos. Habla de una especie de ((emulación», más que imitación de Cetina con respecto a Garcilaso, nada sorprendente desde luego, pues no dudamos de la caIidad poética de Cetina, especialmente en temas amorosos. Además hay tal serie de semejanzas en las vidas de estos dos poetas, que no extrañan las semejanzas en las obras (Cetina también es hombre de corte, soldado como Garcilaso). ((Fue Cetina perfecto en el madrigal y en el soneto - d i c e Valbuenasiguiendo a la vez la ~luralidad de los metros itálicos, la tradición de Ausias March, y el camino castellano de Garcilaso y su primera escuela, en la que él es una de las figuras más destacadas)) lS. Si fue perfecto en el soneto, tal vez se pueda decir que en este campo logró superar a Garcilaso, en el que Valbuena no le reconoce la perfección. Recoge Cetina motivos medievales, renacentistas; éstos con propiamente renacentistas, y puede encontrarse aquí también ((la pompa de la vida cortesana)), como dice Lapesa l b : Ketina recoge la pompa externa de la vida cortesana y la sensualidad colorista de los pintores venecianos)). También refiriéndonos a lo dicho por 1-Ierrera, nos parece un poco gratuita la afirmación de que destaca Marcial como fuente de todos los que rratan el tema. Estimamos que Marcial tuvo una enorme difusión y que el epigrama 25 del libro Be Spectaculis fue archiconocido, pero que sea exclusivo como fuente nos parece excesivo. Ovidio era conocido bastante, y Museo, ya conocido directamente en griego o en alguna traducción, tiene su ((puesto))en la transmisión y éxito del tema. El segundo soneto de Cetina " comienza «Con aquel recelar que amor nos muestra))... Ahora es Hero la que espera: la innovación estriba en que la joven está en una ventana, desde la que va a arrojarse. De nuevo la presencia del Fatum, aquí mencionado : ((pues a mis brazos que llegase vivo no quiso el Hado...)). La muerte de la joven no es tal, sólo va en seguimiento del amado: ((espera, que a dó vas te voy siguiendo,. l5 A. Valbuena, Historio de Iri Literolrrro Españolii, t . 11, pág. 528. l6 Citado por Valhuena, ibideiri, pAg. 529. Guiierre d e Celina, o p . cit., ¡)Ag. 48. Recogido tnnihiL:ii por M . P r h y o , B.H.L.C..t. VI], l7 pig. 157. Digitalizado por InterClassica http://interclassica.um.es El tema de Hero 74 u Leandro e n la literatura española Don Joaquín Hazañas dice won estos dos sonxos queda completa la historia de Hero y Leandro, cantada por todos los poetas de este tiemp o Is. ~ Es una afirmación importante, que corrobora una vez más el éxito de este argumento. N o hemos seguido un orden cronológico y vamos a cerrar esta serie de comentarios de sonetos con los de Garcilaso, Quevedo, Lope y, en el siglo neoclásico, con Nicolás Fernández de Moratín. Boscán inició la adaptación del endecasílabo y sus estrofas típicas italianas, pero <cGarcilasoen su exquisito arte logró la incorporación definitiva de esta métrica a la lengua castellana)) 'O. No obstante, y también según Valbuena, los sonetos son lo más deficiente de la obra del poeta toledano; la adaptación no ha sido lograda del todo v sólo se puedm destacar algunos de entre ellos. Y el soneto, salvo en contadas casos no pasa de un intento afortunado, resultando la composición métrica más desigualmente adaptada por el poeta castellano 'O. Pero debido a la categoría de Garcilaso, aunque no sobresalga en los sonetos como en el resto de su producción, merece un muy destacado lugar. La lengua empleada es sonora, rica en matices; en la selección y distribución de palabras poéticas actúa siguiendo un procedimiento semejante a Góngora, por lo que enlaza de una manera más o menos directa con el Barroco. El soneto 29 trata de los amores de Leandro y Hero, es decir de la travesía del joven, pues se prevé la muerte, aunque nada se dice de ella. Podía ser muy bien de un autor barroco cuyo ((barroquisrno» no hubiese sido llevado a extremos. Musicalidad en los versos, en las palabras, abundancia de adjetivos, precedidos del artículo como ((Leandro, el animoso)) (audax), que destaca la idea de animoso, ((amoroso fuego)), ((ímpetu furioso)). El último endecasílabo del primer cuarteto : ((embraveciendo el agua con un ímpetu furioso)) ofrece unas características especiales, hay un encabalgamiento muy logrado entre ((embraveciendo))y el objeto directo ((el agua)). Se da un predominio de vocales obscuras (4 U, 3 O) y el acento en 6.", al recaer sobre la i, penetrante y aguda, consigue los efectos del oleaje de un día de tormenta. El ritmo dactílico de la palabra ((ímpetu)),palabra clave v significativa, ayuda a conseguir los efectos deseados. -l8 l9 20 Gutierre d e Cetina, ob cit., t . I , pág. 48. Notas. Valbllena, op. cit., t . 1, p i g . 498 Valhuena, 011. cit., t. 1 , pBg. 517. Digitalizado por InterClassica http://interclassica.um.es Sonetos y composiciones breves 75 N o obstante, hay un abuso de gerundios, que riman poco estéticamente : ((ardiendo)), (tembraveciendyo)), ((pudiendo)), ((muriendo)). Marcial, pues, está presente con su epigrama en este soneto. Leandro se dirige a las olas, pero su voz no fue de ellas oída: ((Ondas, pues no os escusa que yo muera dejadme allá llegar, y a la tornada vuestro furor esecutá en mi vida». Gran éxito parece ser que consiguió este soneto, citado y comentado muchas veces. E n su novela Idas fortunias de Diamz Lope '' recuerda unos versos del soneto de Garcilaso, imitación de Marcial, ((por quien a vuestra merced (la srñora Marcia Leonarda) le está mejor no conocer su lengua)): ((ondas dejadme pasar y matadme cuando vuelva)). Gracián dic: de Garcilaso en su Discurso 35 ": ((oye como lo traduce el coronado cisne Garcilaso: tan sublime asunto es el traducir bien poemas de grandes autores)). Y Herrera dice del soneto que con él se abre la larga serie de imitaciones que este afortunado epigrama ha tenido en España '3. Un soneto dedica Quevedo a tratar esta historia 2 4 ; además unos romances burlescos. En aquél describe a Leandro fluctuante en el mar. La personalidad de Quevedo se muestra claramente, su espíritu, su vitalidad, y hasta un peco su ironía. Parece un soneto serio, pero en el fondo, creemos, se burla del tema, como más abiertamrnte lo hace en 10s Romances '>. L.a abundancia de verbos nos habla de una acción casi vertiginosa; es Leandro, que nada con todas sus fuerzas para poder vencer a las olas. Imágenes bonitas como ((en la cuna de Venus)), ((campos líquidos)). Tal vez, además de lo poético v bello que es acudir a una paráfrasis para referirse a una cosa, se encuentre también el hecho de la escasez de palabras que tenemos en castellano para nombrar el ((mar)); hay un defecto de palabras qu: contrasta con la riqueza latina: (tmare)), ccpelagus)), «pontus», ((aequorn, ((fretum)),((tergum)),(cunda)), etc. Según González de Salas que en 1648 editó las seis primeras musas de «El Parnaso Español, monte en dos cumbres dividido, con las nuevas Musas castellanas)), título de las p o d a s de Quevedo, los versos 5 v 9 de '' " 24 2.7 Véase M. Pelayo, B.H.L.C.,VII, pag. 1 4 7 . Vé.asc M. Pelayo, B.H.L.C.,VII. pág. 1 4 7 . VVease M . Pelavo, B.H.L.C., VII, p i g . 123. Quevedo, Obras c o m p l ~ l n s , Agiiilar, Soneto XXXII. C f . capiliilo VIII, -Trataniiciitos hiirlrscos. Digitalizado por InterClassica http://interclassica.um.es El tema de Hero y Leandro en la literatura española 76 este soneto son imitación de Virgilio y Museo respectivamente. González de Salas no dice de qué versos son imitación, y del quinto {(maligna luz multiplicó en estrellas# no h e podido encontrar en Virgilio ninguno similar. Por el contrario, el endecasílabo nueve que recoge la imagen tan repetida de la nave «vela y remeros es, nave sedienta)) sí procede de Museo (v. 255). Aunque Quevedo conoci6 a Marcial (Valbuena dice: Séneca y Juvenal fueron para Quevedo autores leidísimos hasta lo familiar, pero también influyeron en él, además dcl inevitable modelo horaciano, Persio, Marcial, Petronio y algún otro)))"o' aparecen en este soneto ecos del epigrama «Dum peteret ...n, przsente en la mayoría de las composiciones breves de la época. Tal vez sería porque era muy ctmanoseado)) por lo que Quevedo no quiso servirse de él. El último terceto, un poco nuevo, porque nos habla de la imposibiiidad de avanzar o volver Leandro en el mar, muestra el estado desesperado, de abandono en que se encuentra: «ni volver puede, ni pasar a nado, si llora crece el mar y la tormenta, que hasta poder llorar Ie fue vedado)). No habría de quedar Lope sin tratar el tema; se confirma, pues, que era tema obligado casi, y que su popularidad era enorme. Ya hablamos de la atribución a Lope del soneto d: López de Zárate: «Ya cuando el sol en sombras se volvía)). Parece evidente que es una falsa .atribución. Sí es obra del dénix» otro, «Por ver si queda 6n su furor deshecho)) ''. Lope. pese a su pretendido antigongorismo, posee un cultivo de la forma que le acerca mucho al poeta culterano. Por otra parte, la huella conceptista queda patente en algún empleo de metáforas ... ((Leandro arroja el fuego al mar de Abido)) ......................................................... ((rompió las sierras de agua)), bella f0rm.a de llamar a las olas encrespadas por el viento. 26 27 Valbuena, op. cit., t . 11, pag. 181 Edición Saiiclia, t. I V , pag. 2 3 7 . Digitalizado por InterClassica http://interclassica.um.es 77 Sonetos y composiciones breves Además del contraste «fuego!mar)), encontramos el de <tcuerdo/loco» «el remedio fue cuerdo, el amor loco)). Juegos de palabras : «que el estrecho del mar al encendido pecho parece mucho más estrecho)). Quiere aplacar su sed, su amor con e'l agua, pero ésta no era suficiente. Se sirve de iina hipérbole para destacar la magnitud del amor d e Leandro; encontramos en el último terceto que cierra dignamente la composición : ((Bebióse todo el mar, y aun era poco; que si bebiera menos no pudiera templar la sed desde la boca al alma)). Nicolás Fernández de Moratín, ya en pleno siglo XVIII, neoclásico por excelencia, se ocupa también del tema de Hero y Leandro en un soneto '"ue parafraxa el epigrama de Marcial. Menéndez Pelavo dice de él que es ((una traducción libérrima, o más bien una imitación en forma de soneto))". El tema, pues, av.anza a través del tiempo para llegar al siglo XVIII, en el que no podía dejar de ser tratado. El corte del soneto es clásico, su forma, perfecta y depurada; las palabras, cuidadosamente elegidos; los adjetivos, bim empleados, haciendo un uso enorme de ellos; un endecasílabo se compone exchivamente de tres calificativos de Leandro ((intrépido, amoroso y arrogante)). Una reiteración ahora de verbos encontranlcs en el cuarto endecasílabo del segundo cuarteto : «atropella, sumerge y arrebata)). Ida imagen del cuarto endecasílabo es sencillamente bella; el ritmo dactílico de ((piélagos))merece tenerse en cuenta «boga Leandro en piélagos de plata)). 28 Z9 Cf. Biblioteca clc Autores Espaiioles, t. 11, p i g . M. Pelayo, B.H.L.C., t . VJ1, pag. 1 3 4 . Digitalizado por InterClassica http://interclassica.um.es 1 4 , Soneto 1 1 1 . El tema de Hero y ~ e t i n d r oe n la literatura española El íiltimo terceto es lo único que presenta alguna semejanza con el original latino de Marcial (puesto a pie de página en la edición de AA. EE.). ((perdonadme, les dijo, ahora en la ida, sofocad mi aliento fatigado en volviendo de ver a mi querida)). y Aparte de los sonetos, e incluídos en este capítulo, porque se relacionan con el epigrama de Marcial también por ser composiciones breves (unos versos solamente algunos de ellas), vamos a dar cabida aqui a Herrera, Salinas, Salas Barbadillo, etc. Herrera. Ya aludimos a lo que acerca de Cetina había dicho en sus ((Anotaciones a Garcilaso)); afirma que quiere contender con el poeta toledano. Pero H ~ r r e r atambién se ve impulsado a traducir a Marcial, según él, la fuente de todos lo que tratan estr tema ". Menéndez Pelavo dice: ((Inserta esta traducción en sus ((Anotaciones a Garcilaso)) para ilustrar el soneto del poeta toledano)) 31. Lo hace, pues, en un romance de 16 octasílábos; más que traducir, parafrasea el epigrama; la traducción abarca sólo los cuatro últimos octosílabos. E n primer lugar, el romance no parece demasiado adecuado para traducir dísticos elegíacos. N o obstante, pese a esta observación de carácter métrico, no lo traduce mal: ((perdóname mientras llego a dó dejé el corazón, y mostrad en mí a la vuelta vuestro impetu y furor)). Estos cuatro versos traducen el pentámetro: ((parcite,dum propero, mergite cum redeo)) D. Diego de Mendoza en su fábula Adoniis, dice M. Pelayo 32, no S: somete tanto como Herrera al original. Recoge en dos octavas el tema, y merecen destacarse por la f u x z a los versos que describen la tormenta: ((Truena y abrasa el cielo. y el mar luego rompe las altas peñas resonando, mas 61 con su furor pasa nadando ?. 30 3' 32 Cf. Girlierre (le Cctirrn, 01). cit., pdg. 1 12. M. Pelayo, B.H.L.C., t. V I I , p á g . 123, Ibitlciii. Digitalizado por InterClassica http://interclassica.um.es Sonetos y , composiciones b ~ e v e s Termina con la muerte de Hero: «y al fin moría ... sobre el cuerpo tendido en la ribera)) El canónigo D. Manuel de Salinas se ocupa del epigrama, pero no parece ser que conocisse directamente a Marcial, sino sólo el soneto de Garcilaso. Gracián en Agudeza y arte de Ingenio 3 J en su Discurso titulado ((Marcial finge a Leandro, que hablando con las furiosas ondas les decía: ondas perdonadme al ir y sepultadme al volver)) dice: «el canónigo D. Manuel de Salinas vió el soneto de Garcilaso ((Pasando el mar Leandro el animoso)), no se desanimó a la vista de tanta propiedad y dulzura, sino que le infundió el espíritu de imitación v dijo: ((Pasando a Sexto amante y atrevido)) etc. Una octava bastante mediocre, en la que introduce «novedades» como ((en el Quinto sepultadme)). Es así como termina la octava)): «Mientras voy a Sexto, perdonadme, y al volver en el Quinto sepultadme)). iManuel de Faria y Sousa, erudito portugués un poco estrafal,ario, también traduct a Marcial en : aDize a las ondas quando ya se muere. dadme la vida en tanto que llegare, dadme la muerte en tanto que volvieren 34. ~MenéndezPelayo en la Biblioteca de Traductores 3 9 e c o g e la tráL ducción de Herrera a los versos de las Geórgicas que versan sobre este tema. Son diez rndecasílabos sueltos. Comienza : «qu'el joven, a quien buelve grande el fuego)). De Estacio traduce Herrera los hexámeti-os 542-547 de Thebaidos, VI, v lo hace en trece endecasílabos ". Empieza: ((Más a tí, Admeto te fué dado en premio)). Discursos 3 5 , pQg. 238. Recogido por ,M. Pelayo, ..lntoIo~ia Poelns Liricos, t. X I I I , 3Qihliot. Trndttct., t . VII, p i g . 336. 3"f. Bihliot. Trirducf., 1. V I I . pig. 3 3 7 . j3 34 Digitalizado por InterClassica http://interclassica.um.es pág. 3 4 7 El t e m a de Hero y Leandro e n la literatura espafiola 80 Termina con «En la otra parte en la alta torre puesta en la finiestra en vano congoxosa está de Sexto la hermosa virgen i la luz sabidora casi muerta)). La antorcha está a punto de extinguirse y con ella la vida de Leandro, cuya muerte se prevé. Juan de Arjona parafrasea también a Estacio, y según LVI. Pelayo 37 es k mejor obra d e su género que tenemos en castellano. Se compone de tres octavas que comienzan : ((Aqueste el premio fné de la victoria)). Sobresale la segunda octava : «Entre el agua pintada transparente el cuerpo se parece fatigado, fuera de ella se vé la altiva frente con el cabello al parecer mojado; el mar alborotado de repente.. .D. E l final d e la última octava ofrece un encanto especial: «que la lumbre mil veces apagada del enemigo viento parecía que su desdicha y su dolor sabían. Salas Barbadillo" tien: dos redondillas de tono burlesco, que están e n la línea d e los romances burlescos d e Góngora. Por una parte el modo cle tratar el tema, y por otra el verso octosílabo empleado por los dos hace que presenten una cierta similitud. Comienza por : «Hero y Leandro notados ... y concluye, con «uue ella mostró tener sesos el que no era calabaza)). y N o aparece aquí el destino, ni la suerte; la muerte se presenta como la mejor solución a unos amores que parece culpar el autor. - Ant. Poetns Liricos, t . XIll Obras de J e r h i m o Salas Barbadillo. por Emilio Col;iirln. Madrid. Tipografia iIr Archivos, 1907 (2 T . ) 38 Digitalizado por InterClassica http://interclassica.um.es I;i Revista d e Sonetos y composiciones breves 81 El tema, pues, disfruta de un enorme cultivo en estas composiciones pequeñas; y así entra a formar parte del contenido de las obras de numerosos poetas, unos buenos, otros mediocres, unos que permanecen gozando de una fama merecida, otros, que tal vez un poco injustamente han sido olvidados. Sirva este trabajo para rendir un poco de culto a estos autores, a estos poetas de segunda línea, y para que sus nombres vuelvan a aparecer en las páginas de un modesto estudio sobre una leyenda griega. Digitalizado por InterClassica http://interclassica.um.es