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noviembre-diciembre 2004
TierraAdentro
TECNOLOGÍA DESARROLLADA EN INIA HIDANGO
Impacto en el sector
Daniel Claro M.
Ingeniero Agrónomo, M.Agr.Sci.
[email protected]
INIA Rayentue
Jorge García Huidobro P.
Ingeniero Agrónomo, Ph.D.
INIA La Platina
E
l secano costero e interior de las
regiones 5ª y 6ª tiene un alto índice
de pobreza y pocas opciones
productivas. Sin embargo, la aplicación
masiva de las tecnologías en producción
ovina generadas por el Centro
Experimental Hidango, de INIA, podría
aumentar de manera considerable las
entradas de los agricultores. Sobre la base
del análisis de cifras, las dos primeras
partes del presente artículo entregan una
visión del estado actual de los agricultores
y la ganadería ovina en el área. Siempre
a partir de cifras, el recuadro 3 explica los
sistemas productivos diseñados en
Hidango, y el recuadro 4 proyecta lo que
significaría su aplicación en términos de
rendimiento e ingresos adicionales.
1. ANTECEDENTES: SITUACIÓN TERRITORIAL Y SOCIAL
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El Centro Experimental Hidango (CE Hidango), comenzó sus actividades en 1970,
teniendo como misión desarrollar y difundir tecnología destinada a solucionar los
problemas del vasto territorio del secano de las regiones 5ª y 6ª, cuya importancia
territorial se visualiza en el cuadro 1 a.
En este territorio, con muy limitadas opciones productivas, el impacto social
es aún más relevante que el impacto económico. Ello por concentrar un
importante bolsón de pobreza, cuyo universo se puede apreciar en el estrato
de agricultores de subsistencia –con una situación que difícilmente responde
a soluciones tecnológicas–, más los estratos de mediana y pequeña agricultura
(cuadro 1 b). Para estos dos últimos, que representan un conjunto cercano a
8.000 agricultores, es válido plantear la modernización de los sistemas productivos
como una herramienta destinada a sacarlos de la pobreza en forma definitiva,
ya que la investigación del CE Hidango ha generado propuestas técnicas muy
significativas y con impactos de gran magnitud en el resultado económico de
los agricultores.
Los dos rubros más difundidos en las explotaciones del secano y que están
presentes en sobre el 90% de los predios son el cultivo del trigo y la ganadería
ovina. En el cuadro 1 c se indica las existencias ovinas, por estrato
socioeconómico, para el área de influencia directa del CE Hidango. Como se
aprecia, en el inventario hay una distribución uniforme de los totales entre
pequeños, medianos y grandes productores.
Los pequeños productores han adoptado la genética INIA desarrollada en Hidango
por su excelente resultado en aumentar el número de corderos y bajo costo.
Cuadro 1
Superficie, número de propiedades y existencia de ovinos por estrato
económico del secano central de la 5ª y 6ª Región
*INE. 1997. Censo Nacional Agropecuario.
**Elaborado a partir del Censo Nacional Agropecuario de 1997.
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ovino del secano central
Cuadro 2
2. ANTECEDENTES:
BASE FORRAJERA
Y SUPERFICIE UTILIZADA
POR OVINOS
Tipo de praderas del secano central (hectáreas)
En el cuadro 2 se indica la base
forrajera de este territorio, que es
compartida entre ovinos y bovinos.
El recurso corresponde en un 95%
a pastizal natural, de muy mala
calidad y baja productividad, siendo
estos factores las bases de la
ineficiencia productiva del ganado.
En el cuadro 3 se indica la estimación de la superficie utilizada por
los ovinos en ambas regiones.
Fuente: INE. 1997. Elaborado a partir del Censo Nacional Agropecuario.
Cuadro 3
Superficie ocupada por ovinos en las regiones 5ª y 6ª
La genética desarrollada en Hidango
por INIA, que se basa en ovejas
“compuestas” por 4 o más razas,
es clave para superar el 160%
de parición.
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Fuente: elaboración propia.
Nota: en sectores costeros el 30% de la carga animal corresponde a ovinos; en el sector interior el 60% de la carga
animal corresponde a ovinos.
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3. SISTEMAS PRODUCTIVOS OVINOS
Propuesta técnica de solución para mejorar los ingresos
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La investigación en producción ovina comenzó en
Hidango en 1970, oportunidad en que los
conocimientos de los investigadores sobre la
tecnología aplicable al secano eran similares a los
de los mejores agricultores. Luego de 30 años de
investigación, se ha descubierto el gran potencial del
rubro en el área de secano. La investigación en temas
específicos se fue modelando en diversos sistemas
productivos con una amplia gama en la intensidad
del cambio de los factores de producción. También
con cambios de la inversión requerida; de la
intensificación en el uso de los recursos y del nivel
tecnológico. En el cuadro 4 se comparan los resultados
de estos sistemas productivos, medidos en diversos
experimentos realizados en Hidango en los últimos
20 años.
Los productores han estado adoptando el cambio
genético como el único factor tecnológico que está
a su alcance, porque requiere una inversión de muy
bajo costo. Implica sólo cambiar los carneros actuales
por otros con la nueva genética y realizar cruza
absorbente con los vientres que ya poseen. De esta
forma se logra un significativo avance en la producción
de corderos por oveja. Sin embargo no es posible
aumentar la dotación por falta de praderas sembradas.
A mayor intensificación del sistema productivo, mayor
es la respuesta, tanto en términos físicos como
económicos, pero también aumenta el requerimiento
de capital y la complejidad tecnológica del manejo.
Lamentablemente, la ineficiencia del sistema
productivo empleado actualmente por los agricultores
es de tal magnitud, que los sistemas de tecnología
e intensificación intermedia evaluados, si bien mejoran
parcialmente el problema económico, no lo solucionan.
Muchas veces la única opción real para obtener
ingresos razonables o superar la pobreza es adaptar
los sistemas más intensivos, que sí proporcionan una
adecuada rentabilidad.
La tecnología desarrollada en Hidango para el principal
rubro ganadero del secano, el ovino, está concentrada
en el Modelo de Integración Ovinos-Praderas-Cultivos,
que se evalúa en el CE y cuyos tres principales
componentes tecnológicos son:
• Praderas de siembra, en sustitución del pastizal
natural.
• Genética de punta, por cruzamiento absorbente
de las razas actuales con carneros de genética
compuesta de cuatro y más razas, desarrollados en
Hidango. La nueva genética se caracteriza por su alta
prolificidad (sobre 160% de producción de corderos);
ciclo sexual amplio, que permite reproducirlos la
mayor parte del año, y producción de carne magra,
que posibilita incrementar el peso de venta de los
corderos a los 40 kilos en vez de los actuales 30 kilos.
• Cultivo forrajero, que en un sector arable produce
grano de avena o cebada para suplementación del
ganado en momentos estratégicos.
Estos tres principios básicos para la modernización
del sistema productivo ovino son universales y se
pueden utilizar con los debidos ajustes en gran parte
de las explotaciones.
Para el caso de las regiones 5ª y 6ª, se puede aplicar
en diversos ambientes. En primer lugar en los suelos
arables no ocupados con cultivos y que permanecen
con pastizal natural, que son los con mayor potencial
productivo. También se puede aplicar en los terrenos
clase VI, donde la pendiente limita su uso con cultivos
anuales por el alto riesgo de erosión, al someter
estos frágiles terrenos a labores agrícolas frecuentes.
Sin embargo, con la tecnología adecuada se puede
establecer praderas de muy larga duración, con un
mínimo de 30 años, siendo esta cubierta vegetal el
mejor control de la erosión.
Se puede establecer praderas sembradas de alta
productividad con facilidad en al menos 200.000
hectáreas de estas dos regiones para reemplazar la
actual cubierta de pasto natural de muy baja
productividad (cuadro 5).
La capacidad talajera de esta superficie si se utiliza
la tecnología del Modelo de Integración OvinosPraderas-Cultivos permite sustentar una masa de
1.200.000 a 1.600.000 vientres ovinos de alta
productividad, con pariciones promedio sobre el 140%
y con un potencial de producir anualmente, por lo
menos 1.344.000 corderos para la venta, cifra que
se compara favorablemente frente a la dotación
actual de 198.000 ovinos y una producción de corderos
comercializados del orden de 145.000 cabezas
anuales.
Cuadro 4
Comparación de la producción de carne en diversos sistemas productivos ovinos en el secano central
Fuente: basado en evaluaciones de sistemas productivos en el CE Hidango.
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La pradera sembrada es fundamental para hacer rentable la producción ovina. Los productores
no la utilizan por falta de financiamiento para su siembra.
Cuadro 5
Disponibilidad de terreno para el establecimiento de praderas
en el secano de las regiones 5ª y 6ª (hectáreas)
Fuente: Claro, 2003.
4. VALORIZACIÓN DEL IMPACTO
El impacto de la investigación desarrollada por INIA para el rubro ovino del secano
central en Hidango se puede valorar en términos tecnológicos y económicos. El
cuadro 6 representa un resumen del impacto tecnológico.
Es necesario tener presente que el impacto se puede proyectar –y se está haciendo–
más allá del área de acción directa del Centro Experimental. A manera de ejemplo,
los genotipos compuestos desarrollados en Hidango y muchas de las nuevas razas
introducidas, se adaptan a la mayor parte del territorio nacional. Estos reproductores
están siendo adquiridos por los productores de casi todas las regiones, habiéndose
transformado el CE Hidango en el principal abastecedor de material genético ovino
no tradicional del país.
Para valorar el impacto económico del empleo de la tecnología INIA en más de 30 años
de labor desarrollada por el CE Hidango para el rubro ovino, se debe comparar la
valorización actual de la producción ovina con el potencial del rubro una vez aplicada
dicha tecnología por parte de los productores (cuadro 7). La diferencia entre ambas
situaciones mide el impacto de la tecnología INIA en términos de ingresos (cuadro 8).
El impacto potencial es de gran magnitud, del orden de $ 29 mil millones anuales,
superando en sólo un año muchas veces el costo acumulado en los 30 años de
desarrollo tecnológico del rubro ovino incurrido en Hidango, lo que demuestra una
vez más la alta rentabilidad de la inversión en tecnología.
Para concretar este potencial se requiere de un programa de modernización del rubro
ovino en el secano central utilizando la tecnología desarrollada en Hidango, ya
disponible. Su aplicación depende fundamentalmente de la creación de nuevos
instrumentos financieros que hagan posible el acceso de los productores al crédito
necesario para implementar las inversiones. También se requiere una asistencia
técnica personalizada. Estas acciones escapan al ámbito actual y a los recursos con
que cuenta el INIA. Al respecto, cabe recordar que la industria de la construcción
de viviendas sólo pudo despegar en el país cuando en la década de los 80 se
generaron los instrumentos financieros y otras normativas que adecuaron las
necesidades de los usuarios a la dinámica del rubro.
Es necesario destacar que esta tecnología, con pequeñas adaptaciones, también se
puede aplicar en el secano de las regiones 7ª y 8ª, situación que aumenta aún más
el impacto de ella.
Cuadro 6
Cuadro 8
Impacto tecnológico de la investigación realizada en el CE Hidango sobre el
potencial de los principales factores de producción ovina en el secano central
Impacto anual en los ingresos (en millones de pesos) de los
productores ovinos de las regiones 5ª y 6ª al aplicar la tecnología
INIA desarrollada en el CE Hidango
Fuente: elaboración basada en trabajos de Claro (2003).
*Con partos cada 8 meses.
Fuente: González, Marisol. 2001.
Cuadro 7
Valoración actual y potencial de la producción ovina del secano
de las regiones 5ª y 6ª
Fuente: Claro, 2003.
La pradera natural debe ser reemplazada por una sembrada para permitir el desarrollo
económico del secano.
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