Panorama futuro de la sociedad de la información

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Panorama futuro de la Sociedad de la Información*
por Madanmohan Rao, asesor en
TIC (India)
Madanmohan Rao. Panorama futuro de la sociedad de la
Información. 2003. 7 h. (En Biblioteca Virtual de Bibliotécnic
Consultores, n.39 )
Resumen: Los aspectos de las TIC como instrumento y como
industria en los países en desarrollo, utiliza el marco comparativo que
ha ido desarrollando y que ha bautizado con el nombre de “las 8 C” de
la economía digital: conectividad, contenido, comunidad, comercio,
cultura, capacidad, cooperación y capital. Este marco se describe
brevemente en estas líneas. Para mayor información vea:
www.itu.int/visions.
Las TIC para la educación y la constitución de capital humano
Se reconoce que la educación es uno de los principales instrumentos para
facilitar el desarrollo económico y la mejora del bienestar humano. Cuando
aumenta significativamente la competencia económica, la educación se
convierte en una fuente importante de ventajas competitivas, estrechamente
vinculada al crecimiento económico y tiene también un efecto significativo en el
desarrollo humano.
En los países en desarrollo, la educación está vinculada a una serie de
indicadores del desarrollo humano. La educación de las mujeres influye en la
salud de los niños y el tamaño de las familias. La experiencia de las economías
asiáticas, en particular durante las últimas dos décadas, ha demostrado los
beneficios que aporta la inversión pública en educación.
Otra ventaja de una educación pública de alto nivel es que los jóvenes con un
fuerte potencial académico tienen más probabilidades de permanecer en sus
países de origen. Esto contribuye a frenar la “fuga de cerebros” de los países
más pobres hacia los más ricos.
En los países desarrollados la educación se considera importante, no sólo en
los primeros años sino también más tarde en la vida, para mejorar y actualizar
las competencias y capacidades de la fuerza de trabajo en la medida en que
ésta envejece y el ritmo de los cambios tecnológicos se acelera.
Son muchas las restricciones que obstaculizan el acceso a la educación de las
personas que la necesitan en el momento oportuno. En los países en desarrollo
hay generalmente escasez de profesores calificados, particularmente para
quienes viven en comunidades dispersas en zonas rurales. También escasea el
dinero para libros y materiales didácticos.
El dinero puede ser igualmente un problema en los países desarrollados, en
particular debido al hecho de que el costo de la educación universitaria ha
aumentado considerablemente y se espera cada vez con mayor frecuencia que
los estudiantes asuman estos costos total o parcialmente. Por otra parte, se
plantean problemas de tiempo para los alumnos de las instituciones de
enseñanza y formación superior.
En efecto, a los estudiantes empleados a tiempo completo les resulta difícil
participar en un curso universitario que se imparte durante las horas de trabajo.
Por último, los empleadores, deseosos de capacitar al personal, suelen ser muy
conscientes del costo que conlleva alejar a los empleados de su trabajo
principal para que asistan a cursos de capacitación, motivo por el cual están
deseosos de modalidades más eficaces y flexibles para hacer llegar la
información necesaria a sus empleados.
Todos estos factores han contribuido al interés por utilizar las TIC en la difusión
de la educación y la capacitación. Hasta el presente, esto se ha hecho más
extensamente en las naciones desarrolladas y es Estados Unidos el país que
ha realizado la mayor inversión en las TIC. Entre los países en desarrollo,
destaca China por los esfuerzos que realiza para utilizar las TIC en la
expansión de la educación.
Calcular la eficacia de las TIC en el aula es tan difícil como evaluar cualquier
otro recurso docente. Lo que está claro es que las TIC constituyen un
instrumento potencial muy útil tanto para la gestión de los establecimientos
educativos como para obtener acceso a materiales didácticos.
En los países en desarrollo la enseñanza de competencias informáticas a los
más jóvenes puede promover la inversión interna, pero, como las instancias
decisorias educativas – principalmente las de países desarrollados – insisten
cada vez más en que se evalúen los beneficios de las TIC en términos de
resultados académicos, no hay pruebas de que la actual utilización de las TIC
aumente el rendimiento de los estudiantes. En un estudio reciente no se
encontraron pruebas de que la utilización de las TIC produjese mejores
resultados educativos.
La aplicación de las TIC en la educación parece promover la expansión del
acceso a la educación de las personas que de otro modo no tendrían la
oportunidad de recibir educación o capacitación. En las universidades, en
particular, existen indicios de que las TIC pueden contribuir de manera
significativa a este respecto. Un programa de TIC bien concebido puede
permitir que los educadores lleguen a nuevos grupos de posibles estudiantes,
particularmente a los de edad madura, los que participan en programas de
formación continua, los estudiantes con discapacidades físicas, los estudiantes
que trabajan y los estudiantes que se encuentran lejos de los centros
educativos.
Es significativo, sin embargo, que los esfuerzos de enseñanza a distancia
realizados por las universidades en los países desarrollados para aumentar
apreciablemente sus ingresos hayan fracasado en gran medida. Por esta razón,
tal vez se hayan logrado mejores resultados en lo que atañe a ampliar el
acceso a la educación y a una serie de factores asociados, por ejemplo, el
desarrollo de material didáctico TIC cada vez más perfeccionado.
En los países en desarrollo los cursos impartidos por medios electrónicos
pueden resultar decisivos para impartir cierto nivel de educación a las personas
que viven en zonas rurales apartadas. Por consiguiente, resulta particularmente
ventajoso que los donantes inviertan en la enseñanza a distancia.
Es más probable que las TIC
resulten económicas, si se
destinan a un gran número de
estudiantes (un reto frecuente
en los países en desarrollo), si
se utilizan en investigación o
si son utilizadas por
administradores. No obstante,
sería un error pensar que para
poner a disposición
computadores basta una
inversión puntual. El
mantenimiento de los
proyectos educativos basados en las TIC entraña gastos iniciales sustanciales
para preparar los materiales didácticos necesarios y costos recurrentes para
reemplazar los equipos y el soporte lógico.
No sorprende que los países en desarrollo suelan disponer de un número
considerablemente menor de computadoras por estudiante que los países con
más recursos. En Estados Unidos la proporción de estudiantes por computador
descendió de 125 estudiantes por computador en 1983 a 5 estudiantes por
computador en 2000. En un estudio comparativo sobre computadoras en las
aulas de los países en desarrollo se comprobó que Costa Rica cuenta con un
promedio de entre 53 y 73 estudiantes por computador en sus escuelas
mientras que en Chile esa cifra oscila entre 68 y 137 estudiantes por
computador.
Una de las diferencias nacionales más claras es la disponibilidad de soporte
físico. En los países desarrollados, los jóvenes suelen tener más acceso
informático en sus hogares que en la escuela. En Suecia, por ejemplo, una
encuesta realizada en el año 2000 entre jóvenes de 15 años de edad indicó que
el 90% tenía acceso casi cotidiano al computador en sus casas y sólo el 37%
en la escuela.
En Letonia, en cambio, únicamente el 15% de los jóvenes de 15 años de edad
tenía acceso casi a diario en sus hogares y apenas el 5% en la escuela. En los
países ricos, prácticamente todos los estudiantes universitarios poseen una
computador. En los países en desarrollo esta característica es mucho menos
común (véase la figura 1). El fenómeno que hemos analizado incide
inevitablemente en las distintas formas de aplicación de las TIC.
El aprovechamiento máximo de las TIC depende de diferentes factores, entre
los que cabe citar el diseño adecuado del equipo físico y los programas, la
capacitación y la actitud de los instructores y el entendimiento de que los
estudiantes tienen necesidades distintas.
También es necesario tener una disposición a experimentar; ya que la
utilización eficaz de las TIC en la educación y la capacitación hace con
frecuencia necesario recurrir a técnicas pedagógicas muy diferentes de las que
se utilizan en el aula convencional. Estas técnicas probablemente requieren un
largo periodo de preparación y difusión.
Quizá la lección más importante sea aquí que las tareas efectuadas en un país
con un alto nivel de acceso a las computadoras y bajos costos telefónicos no
son necesariamente transferibles a otro con un reducido número de
computadores y altos costos de conexión. La buena utilización de las TIC en la
educación y la constitución de capital humano dependen de una serie de
variables que difieren de un país a otro, especialmente cuando se trata de
países desarrollados y en desarrollo. Es importante que los países tomen en
consideración estas diferencias para realizar sus inversiones.
La naturaleza de la sociedad de la información en el mundo en
desarrollo
Las TIC pueden considerarse como instrumento y como industria. En cuanto
instrumento, asequible y utilizable, las TIC pueden transformar las modalidades
de trabajo, diversión, estudio, gobierno y vida de la sociedad en el plano
personal, organizativo, sectorial, vocacional y nacional.
Como industria, las TIC representan un importante y creciente sector
económico que abarca los equipos, los programas informáticos, las
telecomunicaciones, la transmisión de datos y los servicios de asesoría.
Cuadro 1 — Las "8 C" de la sociedad de la información
Las TIC como instrumento
Las TIC como industria
Conectividad ¿Cuán asequibles son y cuán
difundidas están las TIC (por
ejemplo, computadoras
personales, acceso a Internet,
soporte lógico) para el ciudadano
común?
¿Tiene el país industrias de
fabricación de equipos,
soporte lógico, soluciones y
servicios de comunicación de
datos para las TIC?
Contenido
¿Existe un contenido útil
(nacional y extranjero) para que
lo utilicen los ciudadanos en su
vida cotidiana?
¿El contenido se genera en
idiomas locales e interfaces
localizadas? ¿Se accede a él
o se utiliza en el extranjero?
Comunidad
¿Existen foros en línea y fuera
¿Es el país un foro de debate
de ella en los que los ciudadanos sobre la industria mundial de
puedan debatir sobre las TIC y
las TIC?
otras cuestiones de interés?
Comercio
¿Existe infraestructura (técnica,
jurídica) que ponga el comercio
electrónico a disposición de
ciudadanos, empresas y
gobierno? ¿Qué parte del
comercio se lleva a cabo
electrónicamente?
¿Tiene el país tecnología y
servicios autóctonos de
comercio electrónico? ¿Se
exportan?
Capacidad
¿Disponen los ciudadanos y los
organismos de la suficiente
capacidad de recursos humanos
(técnica, de gestión, de políticas
y jurídica) como para aprovechar
eficazmente las TIC?
¿Posee el país capacidad de
recursos humanos (técnicos,
de gestión, de políticas,
jurídicas) para crear y
exportar TIC?
Cultura
¿Poseen una cultura avanzada,
abierta, progresista las instancias
decisorias, las empresas, los
educadores, los ciudadanos y los
medios de comunicación, que
permita abrir el acceso a las TIC
y facilitar su aplicación? ¿Suscita
inseguridad y fobias el impacto
político y cultural de las TIC?
¿Existen expertos técnicos,
empresarios y gestores
activos y capaces de crear
empresas locales y
convertirlas en mundiales?
Cooperación ¿Existe un grado adecuado de
cooperación entre los
ciudadanos, las empresas, los
académicos, las ONG y las
instancias decisorias para crear
un clima favorable a la utilización
de las TIC?
¿Existe en el país un régimen
de reglamentación favorable
a la creación de empresas
TIC y de vínculos con sus
emigrantes?
Capital
¿Existen suficientes recursos
¿Existe una industria nacional
financieros para invertir en
de capital de riesgo; invierte
infraestructura y educación TIC? también en el extranjero?
¿Cuántos actores
internacionales participan en
el mercado bursátil nacional?
¿Existen mercados de
valores para la emisión de
acciones?
Cualquiera que sea la forma en que abordemos las TIC (industria o
instrumento), la calidad de funcionamiento en los países en desarrollo va
rezagada en relación con la que prevalece en los países desarrollados. Con
todo, comenzamos a ver interesantes pautas de variación y espacios de
excelencia.
Por ejemplo, países como India y Filipinas tienen industrias TIC que exportan
programas informáticos y firman contratos con inversores extranjeros. Por otra
parte, asistimos al surgimiento de desigualdades que hacen que las TIC no
sean un instrumento accesible ni asequible para la mayor parte de la población
de esos países.
Si bien el análisis del sector privado sobre el impacto y el potencial de las TIC
constituye un primer paso para colmar la brecha entre los países en desarrollo
y los países desarrollados, éste pasa por alto un factor crucial: las TIC, del
mismo modo que la Internet, no pueden interpretarse únicamente como formas
digitales de telecomunicación, meros computadores o recursos de los medios
de información.
Por ello, aunque muchos de los primeros proyectos TIC ejecutados en los
países en desarrollo, se concibieron con las mejores intenciones, no alcanzaron
el éxito esperado por estar muy centrados en la tecnología o haberse detenido
en la fase de instalación de los computadores. La sociedad de la información no
puede reducirse a la conectividad a la infraestructura de la información mundial,
ya que es necesario tener en cuenta también la accesibilidad de las
comunidades que se congregan en línea o fuera de ella, las actitudes culturales
inherentes y emergentes, los motivos comerciales y de otro tipo, la actitud de
cooperación y aprendizaje continuo y la capacidad para crear y gobernar esos
espacios de información.
La sociedad de la información no consiste en el uso pasivo de tecnologías de
“caja negra”, sino en crear y configurar activamente la infraestructura técnica,
información y servicio necesario. Así pues, hay que establecer un marco más
amplio en el que el contexto de difusión, utilización y creación de las TIC se
ponga en relación con estas características.
Aparte de dos aspectos de las TIC (utilización y creación), el esquema de las “8
C” (véase el cuadro 1) puede ayudar a afrontar algunos de los retos principales
que plantea la aplicación práctica de la visión de las sociedades del
conocimiento. Así, por ejemplo, promover la difusión y la adopción de las TIC,
ampliar los proyectos piloto TIC, garantizar la sostenibilidad y la viabilidad de
las iniciativas TIC, crear industrias TIC y analizar sistemáticamente la
investigación sobre la sociedad de la información mundial.
Por lo demás, es necesario hacer hincapié en el papel que deben desempeñar
las partes nacionales interesadas, los organismos multilaterales, las
instituciones donantes y la comunidad de desarrollo.
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