EDITORIAL C omo es de sobra conocido, en el Consejo Europeo de Lisboa celebrado los días 23 y 24 de mayo de 2000 se estableció un nuevo objetivo estratégico para la Unión Europea: convertirse en la economía basada en el conocimiento más competitiva y dinámica del mundo, capaz de crecer de forma sostenible con mayor volumen de empleo y mayor calidad del mismo, así como con mayor cohesión social. Y ello en tan sólo diez años. Pues bien, en este número de Clm.economía correspondiente al segundo semestre de 2005 y, por tanto, habiéndose avanzado la mitad del camino desde la cumbre de Lisboa hasta el año 2010, hemos pretendido, si no realizar una evaluación de la evolución de los principales objetivos de la misma -pues esta sería una meta demasiado ambiciosa, fuera del alcance de cualquier monográfico- sí pasar revista a algunas de las temáticas que cobraron una importancia inusitada tras la mencionada cumbre: el desempleo y otras cuestiones relacionadas con la igualdad de género en el mercado de trabajo, el reto tecnológico y las tecnologías de la información y las comunicaciones, la creación de una sociedad basada en el conocimiento, la mejora de la competitividad, la modernización y reforzamiento del modelo social europeo, entre otras. Aunque los objetivos propuestos en la Cumbre de Lisboa apuntaban a la Unión Europea en su conjunto, este monográfico se centra fundamentalmente en la situación en nuestro país, con especial énfasis en el análisis a escala regional. 7 C L M . E C O N O M Í A En lo relativo al mercado de trabajo, José María Montero y José Mondéjar abordan la cuestión de “El empleo femenino en las regiones españolas. Un análisis estadístico desde la perspectiva de la Estrategia Europea para el Empleo” y dan respuesta, en nuestro país y a escala autonómica, a un importante elenco de cuestiones relacionadas con los objetivos establecidos en los Consejos Europeos de Lisboa y Estocolmo, así como en el Plan Nacional de Reformas español. En concreto, en el marco de la evolución de la incorporación de activos femeninos a los mercados de trabajo regionales, estudian el ritmo de incorporación de la mujer a los mismos y examinan la evolución de la asociación existente entre el sexo de la población de 16 y más años (ó 16 a 64 años en su caso) y su participación o no en el mercado de trabajo, con el objeto de dilucidar si la asociación entre el colectivo femenino y su participación en el mercado laboral ha evolucionado de forma favorable en estos últimos años. Además, los profesores Montero y Mondéjar analizan la evolución de la tasa de empleo del estrato de población comprendido entre los 16 y 64 años, con el objetivo de 8 estudiar el grado de cumplimiento de dos de los objetivos intermedios propuestos en el Consejo de Estocolmo y evaluar, posteriormente, la posibilidad de alcanzar las metas propuestas en Lisboa para 2010 o, en su caso, las establecidas por el gobierno español en su Plan Nacional de Reformas. También abordan la cuestión relativa a la existencia de relaciones a largo plazo entre las tasas de empleo de las regiones españolas, y dan por concluido su trabajo analizando la evolución de la asociación (estadística) entre el sexo de los activos y su condición de ocupado y parado en los mercados de trabajo regionales, cuestión que resulta de gran interés por cuanto los Estados miembros de la Unión Europea deberán fomentar la participación de la mujer en el mercado laboral y conseguir en 2010 una reducción sustancial de las disparidades existentes entre hombres y mujeres por lo que respecta a las tasas de empleo y desempleo, además de a la remuneración. El profesor Luis Vila, contribuye a este número de Clm.economía con un magnífico trabajo, de corte cuantitativo, denominado “Capital humano hetero- EDITORIAL géneo y productividad de los graduados de educación superior”. Enfocado desde una perspectiva macroeconómica, examina cómo la inversión en capital humano incrementa la productividad del factor trabajo, con el objetivo de evaluar el impacto de la acumulación de capital humano heterogéneo en los ingresos individuales de los graduados europeos de educación superior. Interesante reto, sin duda, el que se propone el profesor Vila. Tras exponer los cuatro conjuntos coherentes de razonamientos existentes hasta la fecha para explicar los vínculos entre la educación formal, como mecanismo de acumulación de capital humano, y la productividad de los individuos, el profesor Vila plantea una aproximación a la heterogeneidad del capital humano, puesto que los analistas de la cuestión sostienen que la heterogeneidad acumulada por individuos con idéntico nivel de educación es la causa de las diferencias en su productividad y, consecuentemente, en su retribución pecuniaria. A continuación, y a partir de los microdatos utilizados procedentes de la encuesta CHEERS (Careers after Higher Education – A European Research Survey) sobre la trayectoria educativa y situación laboral de los jóvenes graduados europeos y, concretamente, sobre el capital humano heterogéneo que cada uno posee y el uso que hace del mismo en su puesto de trabajo, el autor reduce la dimensionalidad de los 36 ítems contemplados en la encuesta e identifica los ocho indicadores de competencias de capital humano que mayor cantidad de variabilidad original recogen. Finalmente, plantea una variante de la conocida ecuación cuadrática minceriana, llegando a la conclusión, entre otras, de que las variables indicativas de la heterogeneidad del capital humano contribuyen significativamente a explicar los ingresos de los graduados europeos de educación superior; especialmente interesantes son los resultados relativos a la diferencia de ingresos cuando se atiende a las variables sexo y edad. La profesora Lourdes Badillo participa en este monográfico con el trabajo “Movilidad Inter-Empresarial: ¿Un Indicador de la Calidad Laboral Percibida por el Trabajador?”. E1 objetivo de este interesante trabajo es examinar si la movilidad inter- 9 C L M . E C O N O M Í A empresarial es o no un buen indicador de la calidad laboral percibida por el trabajador, tal y como argumenta la teoría del ajuste. El análisis se desarrolla en el ámbito de dos tipos de desajustes que coexisten en el mercado de trabajo español: el desajuste de cualificación y el desajuste educativo en el binomio trabajador/empleo y, mediante modelos de elección discreta, se examinan el patrón de movilidad laboral que caracteriza a los trabajadores en función de su situación de desajuste y la influencia que los mencionados desajustes ejercen en la probabilidad de que el trabajador permanezca en su empleo durante largos períodos de tiempo, así como en la de que el trabajador intente cambiar de empleo. Los resultados obtenidos por la profesora Badillo en este estudio sobre la teoría del ajuste de Jovanovic, en el ámbito del desajuste de cualificación y en el escenario del desajuste educativo del binomio trabajador/empleo, son ciertamente reveladores, llegando a la conclusión de que los desajustes de cualificación y la infra-educación no explican la movilidad inter-empresarial existente en el mercado de trabajo español y, en ningún caso, esta última es un buen indicador de la calidad laboral percibida por el trabajador. Adicionalmente, el desajuste de cualificación constituye un problema 10 laboral más importante que el desajuste educativo, ya que desde la óptica del trabajador tanto la sobre-cualificación como la infra-cualificación conforman situaciones laborales indeseables, mientras que los desajustes educativos son percibidos por los trabajadores como situaciones laborales al menos tan deseables como el adecuado ajuste educativo. Este último hallazgo revela que la utilización del desajuste educativo como una aproximación al análisis del desajuste de cualificación, tal y como suele suceder en la literatura previa a este estudio, no es adecuada. La segunda temática abordada en este monográfico hace referencia a la innovación en la empresa familiar y es tratada por Javier Quintana y los profesores José C. Casillas y Ana M. Moreno. Javier Quintana participa con el artículo “La Innovación en las empresas familiares“. Tras una interesante introducción de la que ya pueden extraerse algunas primeras conclusiones relativas a la inversión en innovación, con particular incidencia en el ámbito de la empresa familiar, el autor señala que, a pesar del nexo que une innovación y empresa familiar desde hace tantos siglos, no es fácil conocer con exactitud la situación real en la que se encuentra esta relación ya que la subjetividad que a menudo conllevan ambos conceptos es el principal escollo. Por EDITORIAL ello dedica el segundo epígrafe del texto a presentar algunos datos que arrojan luz sobre la cuestión. Posteriormente se centra en los factores que influyen en la capacidad innovadora de las empresas familiares, para pasar a continuación al análisis del papel del fundador, señalándolo como un elemento presente sólo en las empresas familiares que influye notablemente en la disposición a invertir en generación de nuevos conocimientos y que puede ser objeto de cierta modelización. En el caso español pone de manifiesto que los fundadores, más que innovar, importaron conocimiento en la mayoría de las operaciones que llevaron a cabo, si bien los productos que desarrollaron sí pueden considerarse como tales. La figura de los fundadores o de los grandes impulsores del negocio suele ser clave en la cultura de las empresas familiares. Su desaparición, si no se gestiona bien, es susceptible de generar diferentes problemas. Entre otros aspectos, a veces afecta negativamente al liderazgo del proyecto. Hay casos en los que los herederos tratan de ser clones de su antecesor; otros en los que, sintiendo la necesidad de diferenciarse de él, optan por una estrategia opuesta; e, incluso, no es extraño que este liderazgo, simplemente, desaparezca. Ésta es la cuestión a la que Javier Quintana dedica el quinto epígrafe de su trabajo. Tras haber mencionado los requisitos (elementos) que tiene que tener una empresa familiar para ser innovadora, el autor aborda posteriormente la cuestión de la estructura organizativa ya que, en su opinión, para que la combinación de estos elementos alcance buenos resultados es necesario construir una organización que permita aprovecharlos, ya que una mala organización es un freno a la capacidad innovadora. El artículo finaliza con la enumeración de un amplio elenco de interesantes conclusiones. El segundo trabajo en el terreno de la innovación en la empresa familiar, es el de José C. Casillas y Ana M. Moreno, titulado “El ajuste entre la renovación estratégica y generacional en las empresas familiares”, que se centra en el estudio de los procesos dinámicos que suelen caracterizar a las pequeñas y medianas empresas familiares, que no suelen ser muy propensas a la innovación, por lo que muestran un reducido nivel de vinculación con las nuevas tecnologías. Su objetivo, es estudiar e identificar las distintas razones que obstaculizan los procesos de innovación en las empresas familiares. Los autores defienden una renovación, tanto desde el punto de vista generacional como estratégico, de este tipo de empresas para poder hacer 11 C L M . E C O N O M Í A frente a los diferentes problemas y retos a los que se tendrán que enfrentar si quieren aumentar su competitividad y lograr sobrevivir a largo plazo. Ello significa, entre otras cuestiones, que las empresas familiares deben romper con los procesos de inercia que caracterizan su organización, y que deben tratar de ampliar el número de personas que intervienen en la empresa, comunicándose con personas tanto ajenas a la familia como con miembros de la misma, lo que facilitará el proceso de innovación. Tras estos dos interesantes artículos relativos a una cuestión de tanta importancia como la innovación en la empresa familiar, a continuación se aborda la cuestión de la sociedad del conocimiento. Dos son también los artículos que tratan la cuestión: el primero, desde una perspectiva más generalista, lo aporta Jean-Marie Rousseau, y el segundo, más incisivo, el profesor Carlos Ongallo. Jean-Marie Rousseau en su trabajo “La co-evolución de la sociedad del conocimiento en Europa” presenta algunos problemas y retos a los que se enfrentan las regiones europeas en el proceso globalizador existente, ya que este proceso afecta tanto a las regiones más desarrolladas como a las que lo están menos. Para hacer frente a 12 esta circunstancia, se está concediendo relevancia a lo que se denomina “sociedad del conocimiento”. Con dicho concepto, lo que se pretende es hacer frente a los retos tecnológicos sociales a través de la modernización de las capacidades de investigación que posee una determinada zona. Ahora bien, para llevar a cabo esta tarea no sólo se requiere que exista una actuación política determinada, que refuerce el clima empresarial, sino también la implicación de los distintos agentes locales en el proceso de creación del conocimiento En el artículo del profesor Ongallo “La Gestión del Conocimiento y la normalización de sus buenas prácticas”, se plantea el Conocimiento como herramienta estratégica, como arma privilegiada para mejorar el rendimiento, optimizar la información y, en definitiva, unir las dos “D” del puzzle de la gestión: Datos y Diálogo. Se necesitan, en consecuencia, nuevas tecnologías y herramientas informáticas conducentes a gestionar eficazmente el conocimiento de las organizaciones. Considera que no es suficiente con que tengamos claras las ideas sobre tendencias y estrategias productivas. La cuestión es: ¿Cómo gestionar el conocimiento de nuestra empresa?, ¿cómo agilizar los procesos de gestión de información de calidad? EDITORIAL Los miles de datos almacenados en el cerebro del profesorado esconden un estratégico valor oculto del que no podemos ni debemos prescindir. Existen avanzadas h e r r a m i e n t a s i n f o r m á t i c a s c o m o “Minería de Datos“ (Data Mining), que permiten descubrir el perfil de nuestros clientes y conocer las relaciones ocultas entre ellas y sus preferencias de compra. Otras técnicas como Data Mart, o los sistemas de Gestión Documental, son algunas de las herramientas tecnológicas para facilitar la Gestión del Conocimiento, y así poder acceder a un sistema de Business Intelligence, que agilice y mejore nuestra toma de decisiones estratégicas. La importancia de la cuestión que plantea el profesor Ongallo se deduce fácilmente si se tiene en cuenta que, según los datos del DIRCE, en España hay 2.813.120 empresas, de las cuales el 99,87% son Pequeñas y Medianas Empresas (hasta 250 empleados). El 93,94% del total son microempresas (entre 0 y 9 empleados), el 5,17% son pequeñas (entre 10 y 49 empleados), y el 0,75% son medianas (entre 50 y 2.499 empleados). Las empresas grandes (más de 250 empleados) sólo representan el 0,13% del total de las empresas españolas. Es por ello que el autor estudia la situación de la Gestión del Conocimiento como factor de competitividad en el entramado empresarial español representado por las Pymes y las organizaciones que les sirven de apoyo, tales como Universidades, Centros Tecnológicos, Fundaciones, etc... sobre la base de los pilares estratégicos que definen o acotan esta disciplina. Muchos son los modelos que, a raíz de esta problemática, han visto la luz, tanto en el ámbito de la gestión como del proceso de creación del Conocimiento y de la medición pero, en la mayoría de las ocasiones, más como un marco conceptual y teórico que como una herramienta de aplicación práctica. Con la experiencia adquirida en el desarrollo de la guía europea por parte de FUNDECYT, y la experiencia de AENOR como entidad normalizadora de referencia en España, lo que el autor pretende desarrollar es una adaptación de “La Guía Europea sobre Buenas Prácticas en Gestión del Conocimiento” a las particularidades culturales de las pyme españolas, mediante un panel de expertos que desarrollen “La Guía Española sobre Buenas Prácticas en Gestión del Conocimiento”, que permita orientar a los directivos de las Pyme acerca de cómo implantar la Gestión del Conocimiento en sus Organizaciones. Una guía, clara, sencilla y precisa que contenga los pasos a 13 C L M . E C O N O M Í A seguir a la hora de abordar una iniciativa de estas características. Interesante objetivo el que plantea Carlos Ongallo en este monográfico. La tercera gran temática que se aborda en este monográfico hace referencia a las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC), cuestión a los que en los últimos años se le está concediendo gran importancia dentro del proceso de crecimiento económico. En este ámbito se incluyen tres trabajos que analizan sus características y problemática desde distintos puntos de vista. La capacidad española en lo que se refiere a las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC) y sus efectos sobre el crecimiento económico es el objeto de estudio del artículo de Matilde Mas y Javier Quesada titulado “Déficit tecnológico y crecimiento en España”. Como es sabido, la capacidad tecnológica que presenta un determinado país es una de las fuentes principales de su crecimiento económico. Dicha capacidad se genera a través de los procesos de I+D+i en los que intervienen instituciones públicas y privadas, empresas y las instituciones que actúan como intermediarios entre los oferentes y demandantes de dichos procesos. En 14 concreto, en el artículo se pasa revista a un amplio número de indicadores que afectan al déficit tecnológico español, que es especialmente importante en las Comunidades Autónomas más atrasadas. Se afirma que todavía no se está observando el impacto positivo esperado de las TIC sobre la productividad y el crecimiento económico, debido, posiblemente, a que se implantaron más tarde y a que se necesita todavía tiempo para que reflejen sus resultados, como ha ocurrido en otros países. Ahora bien, junto a las inversiones en las TIC, deben realizarse también otro tipo de actuaciones complementarias para que su incidencia positiva sobre el empleo y la productividad del trabajo en nuestro país sea mayor. Entre dichas actuaciones se destacan las siguientes: Continuar la desregulación de la economía; invertir en capital humano en las empresas; aumentar la inversión convencional en planta y equipo; fomentar la diversificación de la actividad hacia productos y ramas de mayor contenido tecnológico e invertir más en I+D+i (especialmente las empresas). “Las Tecnologías de la Información y la Comunicación y la estrategia de Lisboa” es el título del artículo de Yolanda Fernández Jurado. La literatura reciente sobre el crecimiento económico ha venido prestando EDITORIAL atención al papel que juegan estas tecnologías y sus efectos sobre el proceso de crecimiento. Debido a la importancia que tienen, la Unión Europea ha establecido un conjunto de medidas que propicien su desarrollo, promoción e implantación en el entorno socioeconómico. Como era de esperar, ello ha afectado a España tanto desde el punto de vista nacional como del autonómico, que está intentando la introducción de estas tecnologías para que formen parte de nuestra vida diaria. El trabajo de la profesora Fernández Jurado analiza las principales actuaciones que se han venido desarrollando en nuestro país, en lo que se refiere a las Tecnologías de la Información y la Comunicación y en qué medida se están alcanzando los objetivos que se persiguen. En este sentido, la autora resalta la necesidad de evitar posibles desequilibrios que pudieran crear una indeseable brecha digital en el territorio europeo que perjudicase el desarrollo socioeconómico. El tercer y último artículo enmarcado en el ámbito de las Tecnologías de la Información y la Comunicación es el de los profesores Manuel Blanca y Jorge Sainz, titulado “Diferencias en la medición de la aportación al crecimiento de las TIC (1990-2000) por la utilización de índices hedónicos frente a índices de productividad”. En él parten de la base de que la medición de la productividad de las economías ha experimentado un cambio relevante con el desarrollo e implantación de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) y plantean que su rápida evolución, así como las mejoras de calidad, hacen necesaria la utilización de nuevas metodologías para captar ese efecto de forma sistemática. La principal aportación de los profesores Blanca y Sainz radica en analizar cuál es el efecto de la utilización de las distintas medidas de estimación de la calidad de las TIC: la transposición de las estimaciones estadounidenses, la utilización de los índices elaborados en el Banco de España o la utilización de medidas puras de productividad que recogen el avance en la capacidad de procesamiento de los ordenadores desde el punto de vista puramente técnico. Adicionalmente realizan la estimación de la aportación del sector de las telecomunicaciones al crecimiento económico, sector que no había sido llevado a cabo en los diversos estudios realizados para el caso español. Para alcanzar este último objetivo los autores desarrollan la metodología para la estimación desagregada de la productividad, partiendo de una función de producción neoclásica en la que los factores productivos, capital y trabajo, serán separados en sus distintas variedades o calidades. A continuación, 15 C L M . E C O N O M Í A y tras realizar dicha estimación, describen las distintas bases de datos necesarias para la obtención de los inputs que requiere su trabajo. Como novedad, utilizan tres técnicas diferentes de estimación, lo cual permite estudiar la sensibilidad a la composición de los datos. De acuerdo con la metodología propuesta, obtienen y analizan la contribución que han tenido el capital TIC, el capital no TIC y el trabajo al crecimiento del PIB en el período objeto de su estudio, analizando la sensibilidad de sus resultados a la utilización de distintas medidas alternativas de evolución de los precios, lo cual les permite ofrecer una visión del efecto en la calidad de los resultados. La primera de sus conclusiones fundamentales es que, a pesar de ser España un país con intensidad baja dentro del marco de la OCDE, en la economía española la participación de las nuevas tecnologías creció entre un 0,25% y un 0,28% y entre un 0,38% y un 0,40% anual en 1991-95 y en 19962000 respectivamente. La segunda hace referencia a que la utilización de diversas series de precios para estimar la aportación real de las TIC al crecimiento de la economía española muestra distintos resultados en función de la variable empleada. Así, mientras que los resultados derivados de la obtención de series hedónicas o la 16 transposición de series de terceros países con series más completas aportan resultados similares, el empleo de métodos vinculados directamente a la productividad de los equipos genera diferencias vinculadas a la adopción de esas tecnologías por parte de los agentes económicos. Los autores opinan que, aunque este último sistema presenta algunas dificultades, abre un nuevo campo de actuación a la hora de valorar de forma independiente la medición de los precios nominales en innovaciones tecnológicas. Finalmente, este séptimo monográfico de Clm.economía, dedicado al análisis de algunas de las cuestiones más relevantes que se derivan de la Cumbre de Lisboa, concluye con el trabajo del profesor Juan José Durán. El citado profesor participa en este séptimo monográfico de Clm.economía con un artículo titulado “La promoción de inversiones directas extranjeras a escala regional”. De sobra es sabido que en una tesitura como la actual, existen más localizaciones potenciales de inversiones directas que proyectos (capital económico y financiero) disponibles para poder ubicarse en todas ellas. Por ello, este interesante trabajo del profesor Durán cobra una especial relevancia. En él, se exponen, inicialmente, los factores determinantes de la inversión EDITORIAL directa extranjera, para referirse, a continuación, al papel de ésta en el desarrollo económico. En lo relativo a esta última cuestión -la relación existente entre el crecimiento e inversión directa extranjera- el autor pasa revista a la literatura especializada sobre la cuestión y expone algunas conclusiones propias relativas al caso español. Finalmente, plantea los fundamentos que han de sustentar la existencia de una agencia de promoción de inversiones. En definitiva, los trabajos que componen este número monográfico de Clm.economía ofrecen al lector interesado un estudio profundo de algunos temas que han cobrado un cierto protagonismo tras la celebración de la Cumbre de Lisboa y que, sin duda, serán objeto de gran atención en el futuro inmediato por las importantes implicaciones que tienen para el crecimiento y el desarrollo económico. La Dirección. 17