EL BUEN CONVERSADOR Saul Alinsky (1909-1972) tenía una estrecha relación de amistad con la familia de Richard Sennett. Trabajó a favor de negros y blancos en Chicago, contra la máquina electoral del alcalde Daley y contra el control de los sindicatos. “Su ‘método’ de organización –nos cuenta Sennett , págs. 78-80– consistía en familiarizarse con las calles de una comunidad, cotillear con la gente, unirla y confiar en que las cosas salieran de la mejor manera posible; nunca les decía lo que tenían que hacer, animaba a los tímidos a que hablaran y él mismo proporcionaba información de un modo neutral cada vez que hacía falta. Divertido a la vez que luchador –“beber en abundancia”, dijo una vez a mi madre, “es la herramienta más importante del organizador”– hechizaba a los jóvenes”. Alinsky marcaba la diferencia entre su manera de acercarse a los oprimidos y la propia de los sindicatos. Sennett le cita: “la experiencia [de los funcionarios sindicales] estaba sujeta a un patrón de puntos fijos, ya se tratara de demandas salariales, de pensiones, de períodos de vacaciones o de otras condiciones laborales […] La organización [comunitaria] de masas es otro animal; no está domesticado. No hay puntos cronológicamente predeterminados ni problemas definidos. Las demandas son siempre cambiantes; la situación es fluida y en constante mutación; y muchos de los objetivos no se expresan en términos de dólares o de horas”. Alinsky enfatizaba la informalidad, algo que se oponía a la rigidez del organizador sindical, que desconfía por sistema de ella. Reunir a la gente que nunca ha hablado realmente y poner a su alcance hechos que desconoce y sugerir nuevos contactos es algo que requiere de las habilidades de un buen conversador. A l i n s k y h e c h i z a ba a sus jóvenes seguidores… entre ellos Barack Obama y Hillary Rodman Clinton, que más tarde se apartaron de su senda. Este pasado “radical” se ha usado en contra del Presidente (la caricatura tiene ese mensaje). Contar con un presidente con experiencia práctica de trabajo comunitario no es una tacha, sino todo lo contrario. El puente. Vida y ascenso de Barack Obama cuenta su trabajo en Chicago. El autor del libro es David Remnick, director de la revista The New Yorker. Rafael Aliena Nota: referencia en las páginas de la 254 a la 270 de Juntos.