Guillermo Ravest, ex director de Radio Magallanes: “Despercudir la

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El Clarí-n de Chile
Guillermo Ravest, ex director de Radio Magallanes: “Despercudir la historia es tarea
colectiva”
autor Mario Casasús
2008-09-11 15:02:21
Texcoco, México.- El periodista Guillermo Ravest (1927) recibió y puso al aire la última llamada telefónica del
Presidente Allende, el 11 de septiembre de 1973, transmitiendo su discurso desde La Moneda: “Seguramente Radio
Magallanes será acallada y el metal tranquilo de mi voz no llegará a ustedes... Tienen la fuerza, podrán avasallarnos,
pero no se detienen los procesos sociales ni con el crimen ni con la fuerza. La historia es nuestra y la hacen los
pueblos―  Â
A 35 años, el director de Radio Magallanes, entre marzo de 1972 y septiembre de 1973, cuenta en exclusiva para
ClarÃ-n.cl: “Los aniversarios, son hitos propicios para ayudarnos a limpiar la memoria. Y la tarea no sólo compete a los
historiadores, los ‘recordadores oficiales’ según Eric Hobsbawm, sino también a los historiógrafos del dÃ-a a dÃ-a qu
somos los periodistas―
Desde México, Guillermo Ravest desmiente otra vez a Hernán Barahona, quien de 1989 a 2002 sostuvo una
elucubración fantasiosa, atribuyéndose el heroÃ-smo en la difusión de las últimas palabras del Compañero Presidente;
todos los antecedentes quedaron demostrados en Rocinante (08/2003) y ClarÃ-n.cl (19/02/2007) ambos reportajes
publicados como Nota de tapa; finalmente en 2008, durante las comparecencias y veredicto del Tribunal de Ética del
Colegio de Periodistas.Â
MC.- ¿Por qué insistir en la verdad histórica de la transmisión y rescate del audio del 11 de septiembre en Radio
Magallanes?
GR.-Llevo veinte años intentando que mi ex partido, en el que milité durante medio siglo, respete la ética y la verdad
histórica. No se trata de rescatar honores personales. Quienes posibilitamos que el pueblo de Chile conociera las
últimas palabras de Allende fuimos un grupo de casi una veintena de periodistas, locutores, técnicos y trabajadores –en
su mayorÃ-a comunistas-, que hicimos caso omiso del bando de la Junta Militar. Nos amenazaban que si seguÃ-amos
transmitiendo serÃ-amos atacados por tierra y aire. Nosotros cumplimos con nuestro deber de ciudadanos, de
comunicadores y de militantes comunistas. Pero hemos sido sostenidamente ocultados y desaparecidos. La alta
valoración nacional e internacional de las últimas palabras de Allende, es conocida y coincidente. Si millones de
chilenos han luchado todos estos años por hacer imperar la verdad y la justicia en relación a los Derechos Humanos,
al valor histórico y polÃ-tico del gobierno de Allende, esta felonÃ-a de inventar un protagonista vinculado a esos instantes
dramáticos del 11-S -que algunos pueden calificar de ‘historia menor’, desde un restringido punto de vista
comunicacional-, tiene que ver con la ética periodÃ-stica y la ética polÃ-tica. Creo que la memoria de Salvador Allende
debe ser honrada sólo con la verdad.
MC.- El 19 de febrero de 2007 publicamos en ClarÃ-n.cl los detalles inéditos de las grabaciones del 11 de septiembre,
tanto la interferida entre Pinochet y Carvajal, como las últimas palabras de Allende; sin embargo hay quienes sostienen
el protagonismo de Hernán Barahona, cuando él abandonó Radio Magallanes desde las 8am ¿qué sucede a partir de
su muerte?
GR.- Para mÃ- es penoso referirme a esta situación. Primero, Hernán Barahona, quien actuó por décadas proclamando
su leyenda decÃ-a: ‘yo fui el periodista que tuvo ese último contacto con Allende, yo ordené grabar, yo salvé el casete
con las últimas palabras’, falleció el reciente 15 de junio. Segundo, haber luchado solo contra esta manipulación de la
verdad y de la memoria, me sitúa en una posición proclive a las acusaciones de anticomunismo. Los estatutos del PC,
en su artÃ-culo 76, postulan y estimulan en sus militantes: ‘una moral basada en profundos valores humanos, en la
verdad, en la honradez y en la consecuencia revolucionaria’. ¿Cómo se podrÃ-a calificar a quienes han dado soporte
partidario a este falseamiento de la verdad? El deceso de Barahona motivó la reiteración de su fábula. A raÃ-z de ello,
la periodista Mónica González reeditó, el pasado 26 de junio, en su prestigiado sitio web CIPER, dos crónicas que
escribimos para la revista Rocinante -número 58, agosto del 2003-, junto a quien fuera jefe de prensa de Radio
Magallanes, Leonardo Cáceres. Mónica las encabezó con un prólogo del Premio Nacional de Literatura y periodista,
José Miguel Varas. En Rocinante contamos fidedignamente lo ocurrido en la emisora hace 35 años. Reiteré el hecho de
que al llegar a la Radio Magallanes aquel 11-S-73, alrededor de las 8am, Hernán Barahona ya la habÃ-a abandonado.
En 2003, Barahona, El Siglo y el PC guardaron riguroso silencio. Pero la reedición de esas crónicas en junio fue
replicada histéricamente por algunos panegiristas de la falsa leyenda. Todos los involucrados en esta reivindicación de
la verdad fuimos sindicados de felones y cobardes, de ambiciosos con afanes de figuración, de escarnecer a un muerto
que ya no podÃ-a defenderse. Incluso, un deudo del occiso, trató de escudar sus denuestos aludiendo parcialmente al
fallo del Tribunal de Ética, TRINED, del Colegio Nacional de Periodistas, que absolvió a Barahona de una evidente
suplantación de actos periodÃ-sticos, por considerar que su enfermedad le impedÃ-a defenderse; un fallo humanitario.
MC.-El 28 de agosto de 2007 interpusiste el citado recurso ante un Tribunal de Ética y Disciplina del Colegio
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Metropolitano de Periodistas ¿qué respuestas dan los compañeros del PC?
GR.- Envié una réplica a las falsedades y omisiones publicadas por El Siglo, septiembre de 1989, a su director Juan
Andrés Lagos, que la desestimó; en junio de 2003 me reunÃ- con dirigentes de la comisión polÃ-tica, incluido Jorge
Insunza quien me pidió acatar la versión oficial del PC; envié una solicitud escrita a dos miembros del Comité Central
para que la dirección partidaria cesara en su apoyo a una versión falsa de los hechos. En todos esos años Barahona
nunca aceptó los llamados telefónicos que le hice para esclarecer su leyenda.
MC.- Después presentaste el caso al tribunal del Colegio Nacional de Periodistas ¿qué hechos confirmaron los dos
tribunales?
GR.- Cito textualmente: 1.-“Y es en virtud de estos hechos que no existe antecedente alguno de la presencia del colega
Barahona de las 8:30 en adelante en los estudios de la Radio Magallanes el dÃ-a 11 de septiembre de 1973.― 2.- “Existen
antecedentes escritos y testimoniales –que no concuerdan con las versiones de El Siglo citadas- que Guillermo Ravest,
en ese entonces director de Radio Magallanes, estuvo a la cabeza de la grabación señalada. Esta situación es
avalada por el propio jefe de prensa de la radioemisora en las declaraciones que prestó ante este Tribunal―. Y 3.- “Al
escuchar dicho documento radiofónico se puede constatar el aserto de Guillermo Ravest quien interviene con su voz
impartiendo órdenes mientras se grababa con el micrófono abierto―. El veredicto salió el 7 de abril de 2008: “dé por
ciertos los hechos alegados por el colega Guillermo Ravest―; Barahona, El Siglo y la fracción directiva del PC
nuevamente hicieron mutis frente a ambos fallos. Â
MC.- ¿La muerte lo vuelve inimputable?
GR.- Pese a la tradición de ‘que en paz descansen’, considero que no todos los difuntos son iguales. En la tarea
colectiva de despercudir la historia no hay muertos con fuero. Como escribiera Francisco de Quevedo, subsiste el
dilema ético: ‘Si callo soy embustero y si hablo, soy calumniador’. Decir la verdad arriesga a quien lo hace a ser tildado
de esos dos modos. Es lo que pasará con este examen retrospectivo que hago. Todo lo que califico son afirmaciones y
prácticas del propio Hernán Barahona cuando estaba sano y vivo. Ahora habrá que preguntar a quienes participaron de
sus falacias, como intermediarios y cómplices, esto ayudará a la memoria y a la salud moral colectiva.
Â
MC.- A todo esto ¿cuál es la versión de Barahona y El Siglo?
GR.- El Siglo, tras haber dejado la clandestinidad, 18 de septiembre de 1989, con Juan Andrés Lagos como director,
publica ‘Radio Magallanes: Las ondas que irradiaron histórico discurso de Allende’, entrevista de Guillermo Torres a
Hernán Barahona. Con ella se inauguran las falsedades y omisiones. Afirma Barahona: “Eran –creo- las 10:30 cuando
sonó el aparato que llamábamos ‘la plancha’ que era para comunicarnos directamente con La Moneda. Siempre se
utilizaba un santo y seña para tener certeza con quien se estaba hablando, y autorizar –de esta forma- la salida al aire.
Como en esa llamada no se dio el santo y seña, yo no faculté al compañero control para que la emisión saliese de
inmediato al aire. Pensando, ahora, claro y sabiendo sólo después lo que estaba ocurriendo al interior de La Moneda,
se entiende la ausencia del santo y seña. Yo colgué y no pasaron más de treinta segundos y volvió a sonar ‘la planchaâ
Ahora, con el santo y seña y la petición de ‘al aire, compañero’, dÃ- el pase… Minutos después las torres transmis
de Radio Magallanes recibieron impactos de cohetes… Nos reunimos y tomamos decisiones. Unos se quedaron en las
oficinas, que estaban un piso más arriba, otros fueron enviados a la planta transmisora―
MC.- ¿En El Siglo hicieron modificaciones a la reconstrucción de los hechos según Barahona?Â
GR.- El Siglo, del 14 de septiembre del 2002, otra vez con Juan Andrés Lagos en la dirección, publicó la crónica
‘Cómo se salvaron las últimas palabras de Allende’, por Hernán Barahona: “fuimos la última radio en permanecer
Eso nos permitió transmitir el último discurso de Allende, con Radio Magallanes interferida, técnicamente muy
descompuesta. Por eso la calidad de la grabación no es muy buena, pero asÃ- salimos al aire en ese momento. Allende
dijo sus últimas palabras y estuvimos un ratito más al aire, bombardearon la planta transmisora y se acabó. Intentamos
salir con equipos propios. TenÃ-amos una grabadora japonesa Toshiba, con radio incorporada. Entonces…cuando
Allende va a hablar, yo digo: ‘esto hay que grabarlo’. Evidentemente, el radio operador con toda certeza lo iba a grabar,
suponÃ-a yo, pero como habÃ-a tanto nerviosismo, desorden, opté por lo más sano y grabé en un casete. Una vez
grabado lo rescaté pensando en entregarlo a alguien…tenÃ-amos un documento polÃ-tico importante… Algunos decidieron
quedarse arriba, en oficinas de amigos… Sin decirle a nadie de la grabación, decidÃ- irme con el radio controlador
Federico Godoy, arriesgándonos, porque la ciudad estaba cerrada, cercada… Nos fuimos agazapados por los muros… a
la casa de Federico Godoy, en Santa Isabel con Portugal… En un momento dije ‘me voy’. SentÃ-a que tenÃ-a que entre
el casete… Y me fui a pie, caminando hasta la calle Antofagasta esquina con Bascuñán… sabÃ-a que tenÃ-a que entregar
ese material. Y eso fue lo que hice―
MC.- ¿Qué contradicciones lees en su historia?
GR.- De acuerdo a los hechos históricamente comprobados, la Radio Magallanes nunca fue interferida esa mañana.
Su planta transmisora no fue bombardeada; sólo ocupada por soldados y carabineros. Nunca la emisora poseyó otros
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equipos. La superposición de voces en las últimas palabras se debió a que quedó abierto el micrófono interno. El
“esto hay que grabarlo― puede que lo haya hecho Barahona en algún otro lugar de Santiago de Chile. No en la Radio
Magallanes. NumerosÃ-simos chilenos también grabaron ese último mensaje, pero ninguno ha reclamado honores por
ello. Cuando fue difundida esa alocución de Allende, Federico Godoy estaba en la sala de control ayudando a Amado
Felipe, quien lo grabó. Su afirmación ‘nos reunimos’ no pasa de ser un deseo de haber estado en el lugar de trabajo
que abandonó. Somos testigos casi una veintena de trabajadores de que en esa reunión Barahona sólo fue un
ausente. Nadie del personal de la Magallanes decidió ‘quedarse’ en otras oficinas del edificio. Se infiere que el
destinatario de ese casete era su cuñado, José Weibel, de las JJCC actualmente detenido desaparecido. Lo único
cierto de esta parrafada es el ‘decidÃ- irme’, lo que hizo solito alrededor de las 8am.
MC.- ¿Quién respaldaba a Hernán Barahona?
GR.- En el año 2003, El Siglo bajo la dirección de Juan Andrés Lagos postuló la fallida candidatura de Barahona al
Premio Nacional de Periodismo. Toño Freire en su libro 1956-2006: Testigo de 50 años de periodismo. Refiriéndose a
las últimas palabras de Allende, escribe el autor: ‘Las amamos y seguiremos escuchando debido a Radio Magallanes…
dirigida entonces por Hernán Barahona, que tuvo la perspectiva profesional de grabarlas para que después se
reprodujeran frente a los micrófonos del universo’. Iván Gutiérrez Lozano, es el más sostenido panegirista y difusor de
la leyenda autoconstruÃ-da por Hernán Barahona. Una entrevista a éste fue difundida, primeramente, el 16 de
septiembre de 2003 en la página web Portal de Negocios que dirigÃ-a Gutiérrez Lozano, con el tÃ-tulo ‘Allende: De La
moneda me sacarán en pijama de palo’. Ese texto también fue distribuido a diversos portales electrónicos
latinoamericanos y en el Fondo bibliográfico de la Fundación Salvador Allende. Esta misma entrevista fue reeditada el 7
de septiembre del 2005 en el sitio web Crónica Digital, dirigido por Gutiérrez Lozano y en que aparecen como
subdirector Juan Andrés Lagos y el propio Barahona como miembro del Comité Editorial. Se repitió en Crónica Digital,
ahora con el tÃ-tulo ‘Hernán Barahona: El hombre detrás del último discurso de Salvador Allende’, el 15 de enero del
2008, dice ‘su nombre estaba en las listas de los más buscados de Chile’. La lista oficial del bando militar que el 11-S-73
requirió la presentación de polÃ-ticos, funcionarios de la UP y periodistas ante las nuevas autoridades, no registra el
apellido Barahona. El PC lo ungió miembro de su comité central en 1989 y en 1992 director de Radio Nuevo Mundo.
Aunque todas las versiones de Barahona fueron ambiguas e inexactas, con motivo de su deceso, el PC afirmó por
primera vez, en su obituario oficial, lo siguiente, variando el mito: “Trabajó como reportero en Radio Magallanes hasta el
11-S-73. Grabó en casete la cinta magnética con las últimas palabras del Presidente Allende y las envió a Buenos
Aires, Argentina, con la colaboración de la compañera Alicia Vega―.
Â
MC.-Finalmente, ¿quiénes son los verdaderos héroes en Radio Magallanes el 11 de septiembre de 1973?
GR.- Leonardo Cáceres, jefe del Departamento de Prensa; Amado Felipe, jefe de radiocontroladores, secretario polÃ-tico
de la base donde militábamos los comunistas de la emisora. No sólo fue él quien puso al aire la postrer alocución de
Allende, sino que también con él grabamos alrededor de 40 carretes con sus últimas palabras, fueron entregadas al
miembro de la dirección del PC, ya clandestino, Américo Zorrilla; Ernesto Saúl, periodista y escritor de temas de arte,
era redactor de textos informativos y del programa noticiosos Bitácora; Jorge Giacaman, locutor, comunista, se mantuvo
frente a los micrófonos toda la mañana hasta que silenciaron la emisora; Eulogio Suárez, subgerente, comunista,
escritor y poeta. En la primera reunión de pauta del 11-S, minutos después de las 8:00 horas, que sostuvimos Leonardo
Cáceres, Amado Felipe, y el jefe de informaciones Ramiro Sepúlveda, acordamos aterrizar las medidas de emergencia
adoptadas con anterioridad. Entre otras, enviar un equipo a la planta transmisora ante la posibilidad de allanamiento a
los estudios ubicados en Estado 235, a fin de seguir emitiendo. Este equipo estuvo integrado por: Ramiro Sepúlveda,
periodista, comunista; Jesús DÃ-az, periodista recién egresado, comunista; Carmen Torres, periodista quien hacÃ-a su
práctica en la emisora, la más joven de todo nuestro equipo periodÃ-stico; AgustÃ-n Fernández, locutor bastante
afamado entonces; Sergio Contreras, técnico en comunicaciones, que el Once estuvo a cargo el funcionamiento de la
planta transmisora (todo este grupo fue detenido en la planta por los golpistas); Enrique Contreras, periodista que
estaba haciendo su práctica en la emisora. Tras haber realizado toda la noche, permaneció en la Magallanes hasta la
hora en que todo el personal evacuó la emisora, alrededor de las 1pm. Del personal de la Magallanes ocho de ellos
debieron exiliarse en el extranjero para eludir procesos militares. Todos quienes se encontraban en la planta fueron
detenidos, primero en el retén de Carabineros de Quilicura y trasladados luego al Regimiento Tacna y el Estadio
Nacional en calidad de prisioneros de guerra. Algunos de ellos permanecieron recluidos casi un año. Sergio Contreras
fue procesado por tribunales militares y permaneció preso en la Cárcel Pública más de tres años. Radio Magallanes
tuvo al 11-S-73 catorce filiales en provincias. La emisión de las últimas palabras a todo el paÃ-s fue posible gracias a la
conexión que mantenÃ-amos con la Empresa Nacional de Telecomunicaciones (Entel). Todas esas emisoras fueron
expropiadas por la dictadura. El director de Radio La voz del Sur, Mario Galetovic, y todo el personal de la filial
radiofónica en Punta Arenas, fueron detenidos y enviados al campo de concentración en Isla Dawson en el extremo
austral de Chile.
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