LLAMADO DE LA COALICIÓN ECUMÉNICA E INTERRELIGIOSA Y OTROS LÍDERES RELIGIOSOS A UN JUBILEO PARA PUERTO RICO: LA CRISIS FISCAL 31 DE AGOSTO DE 2015 Hermanos y hermanas: Puerto Rico enfrenta una gran crisis debido al endeudamiento del gobierno con sus acreedores y su limitada capacidad de pago. Esta crisis financiera del gobierno nos afecta a todas y todos nosotros. La misma amenaza aún más a casi la mitad de nuestra gente que vive en la pobreza. Como líderes de la comunidad de fe, nos preocupa la deuda, el impago de la misma y sobre todo, las propuestas que reducirían los salarios, posibles despidos de trabajadores y trabajadoras, la reducción de beneficios a empleados, y la reducción en los servicios de salud. No se puede permitir que las medidas de austeridad planteadas afecten adversamente a los más pobres y necesitados en Puerto Rico. Quienes prestan dinero a altos intereses a sabiendas que es una carga onerosa al bienestar fiscal de un pueblo no tienen fuerza moral para exigir medidas de austeridad que afecten a servicios esenciales, que afecten el mundo del trabajo y tronchen oportunidades de un resurgir económico. Somos conscientes de lo complicado de esta situación y de las causas que propiciaron la misma. Nuestro país tiene una deuda actual de $72 mil millones lo que representa unos $ 20.000 dólares de deuda por cada hombre, mujer, niño y niña. No sólo la deuda está afectando los servicios a los ciudadanos sino que ya ha afectado a nuestro pueblo y a muchos de nuestros compatriotas que se han visto obligados a emigrar hacia los Estados Unidos en busca de trabajo y mejor calidad de vida. Mientras en Puerto Rico nos desconcertamos con la situación, es altamente preocupante ver como se asoman depredadores quienes buscan beneficiarse de nuestra angustia y pretenden empujar nuestra economía y nuestro futuro al borde del colapso. Hoy, miramos a la Biblia para una solución. La solución aparece por primera vez en el libro del Levítico y se convierte en un tema central en los Evangelios. La solución es un jubileo: “ Así santificarán el quincuagésimo año, y proclamarán una liberación para todos los habitantes del país. Este será para ustedes un jubileo: cada uno recobrará su propiedad…” (Lev. 25, 10) Un llamado a un Jubileo que fue reiterado por Jesús de Nazaret en su primera aparición pública donde asevera que la profecía de Isaías, a eliminar las desigualdades, se acaba de cumplir: “El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha consagrado por la unción. El me envió a llevar la Buena Noticia a los pobres, a anunciar la liberación a los cautivos y la vista a los ciegos, a dar la libertad a los oprimidos y proclamar un año de gracia del Señor". (Lc. 4, 18-19) Hoy también nosotros hacemos un llamado para un JUBILEO. Es un llamado por la liberación de la deuda, un llamado para un alivio para nuestro pueblo. Al igual del llamado que hicieron Isaías y Jesús a un jubileo, hoy nosotros hacemos un llamado para un Jubileo para el pueblo de Puerto Rico. Somos herederos y herederas de un devenir histórico que es más grande que nosotros mismos. En la década de los 90, líderes religiosos pidieron un jubileo o alivio de la deuda para los países en desarrollo. Esas gestiones lograron sobre 115 mil millones en alivio de la deuda que garantizaron acceso a la educación y a los servicios de salud. Ahora, al Puerto Rico enfrentarse a esta grave crisis producto de su deuda, como líderes religiosos, alzamos nuestras voces en favor de un Jubileo. Puerto Rico necesita un alivio en su deuda y necesita una restructuración de la misma de manera que pueda seguir invirtiendo y sirviendo a su gente. Como líderes religiosos sabemos cuán profundamente esta crisis impacta a los pobres y cuan dolorosamente afecta a todos y todas en nuestro pueblo. Proponemos que los siguientes principios guíen los procesos dirigidos a solucionar esta crisis: 1) No deben haber más políticas de austeridad que afecten a las personas y familias pobres y a los jóvenes quienes son los más vulnerables. 2) Cualquier solución debe fundamentarse sobre una política de inversión en el pueblo puertorriqueño y de crecimiento económico. 3) Se requiere un alivio de la deuda lo suficiente para que nuestra deuda se mantenga en niveles sostenibles y de posibilidad de pagos. 4) Alentamos que todas las soluciones se manejen con total trasparencia pública y presupuestaria. 5) Requerimos una mayor participación en la solución a esta crisis y que se permita trabajar con el gobierno en las soluciones de manera que garanticemos la protección de nuestro pueblo. 6) Además, de la participación del sector religioso, hacemos un llamado a una participación multisectorial donde esté ampliamente representado nuestro pueblo. Una representación que también incluya a los más pobres pues ellos siempre son los más afectados. Reconocemos que algunos procesos y de las opciones normalmente disponibles para los gobiernos endeudados no están disponibles para nosotros. Debido a que Puerto Rico no es un país soberano, no podemos recibir préstamos a bajo interés o financiamiento de emergencia del Fondo Monetario Internacional. Debido a que Puerto Rico ni es un estado ni una ciudad de los Estados Unidos no podemos acceder a las protecciones de la Ley Federal de Quiebras. Ante la posibilidad de que el Congreso no extienda la protección de la Ley Federal de Quiebras Puerto Rico, hacemos un llamado a una mayor participación de la Reserva Federal para actuar y para mediar en favor de nuestra deuda de acuerdo con los seis principios antes expresados de manera que garantice el bien común. La Reserva Federal tiene el poder de actuar y debe actuar. La Reserva Federal tiene la capacidad de reestructurar nuestra deuda, mitigar las políticas de austeridad y de asegurar un alivio de la deuda sin condiciones perjudiciales y onerosas. De la misma manera que recabamos un Jubileo para el gobierno de Puerto Rico, pedimos también un Jubileo para todas las personas. Hacemos un llamado al establecimiento de un sistema económico que no se aproveche de la gente sino que esté al servicio de la gente. Puerto Rico no es el único país que está enfrentando una crisis por su endeudamiento. Nuestros hermanos y hermanas en el Caribe enfrentan también graves cargas a consecuencias de alzas en su deuda y sufren altas tasas de pobreza que se agravan por los fenómenos atmosféricos cada vez más frecuentes. Más al sur, Argentina continúa su enfrentamiento con los bonistas que les presionan en medio de una disputa desordenada. Incluso hemos visto como la deuda y las medidas de austeridad empujan un tercio de la población de Grecia por debajo del umbral de la pobreza. Es importante que establezcamos un sistema internacional de quiebras para proteger tanto a los prestatarios como a los prestamistas y establecer un sistema financiero global más estable y seguro. Dicha estabilidad beneficia a los más pobres y más vulnerables. Como personas de fe, estamos llamados a decir siempre presente en favor de los más vulnerables y mostrarles nuestra cercanía. Como personas de fe, creemos que estamos más cerca del Creador cuando estamos abogando para que se compartan los dones abundantes de la creación. Como personas de fe oramos por el fin de la pobreza y la desigualdad. Como personas de fe, llamamos para el alivio y el Jubileo para todas las personas. Mons. Roberto O. González Nieves, OFM Arzobispo Metropolitano de San Juan de Puerto Rico Rvdo. Heriberto Martínez Rivera Secretario General de la Sociedad Bíblica de Puerto Rico Mons. Rubén González Medina, CMF Obispo de Caguas Juan A. Vera Mendéz, Obispo Emérito Iglesia Metodista de Puerto Rico Mons. Félix Lázaro Martínez, Sch. P. Obispo de Ponce . Rvdo. Rafael Moreno Rivas Obispo Iglesia Metodista de Puerto Rico Presidente Concilio de Iglesias de P. R. Mons. Álvaro Corrada del Río, S.J. Obispo de Mayagüez Rvdo. Felipe Lozada Montañez Obispo Iglesia Evangélica Luterana en Puerto Rico Mons. Eusebio Ramos Obispo de Fajardo-Humacao Rvdo. Miguel A. Morales Castro Pastor General Iglesia Cristiana (Discípulos de Cristo) en P.R. Rvdo. Alberto Rodríguez Presidente de la Fraternidad Pentecostal de Puerto Rico Rvdo. Edward Rivera Santiago Pastor General Iglesia Evangélica Unida de Puerto Rico Rvdo. Roberto Dieppa Báez Ministro Ejecutivo Iglesias Bautistas de Puerto Rico Rvdo. Héctor Soto Vélez Rvdo. Secretario Ejecutivo Concilio de Iglesias de Puerto Rico Rvda. Eunice Santana Melecio Directora Instituto Caribeño de Acción y Formación Ecuménica Rvdo. Ricardo Cortés Alemán Director de Misiones Iglesia Defensores de la Fe en Puerto Rico Rvdo. Ricardo López Ortiz Obispo Administrador Iglesia de Dios Mission Board de Puerto Rico Rvdo. Esteban González Dobles Pasado Pastor General Iglesia Cristiana (Discípulos de Cristo) en P.R.