26 septiembre

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LUNES DE LA XXVI SEMANA
CANTO
Juntos para soñar, nuevas inmensidades,
juntos para marcar, ritmos de nuevo amor.
Juntos marchamos unidos, como escuadrón del amor,
juntos templamos en forja, la paz de un mundo nuevo y mejor.
PRIMERA LECTURA
Lectura del libro de Job 1, 6-22
Un día fueron los ángeles y se presentaron al Señor; entre ellos llegó también Satanás.
El Señor le preguntó: ¿De dónde vienes?
El respondió: De dar vueltas por la tierra.
El Señor le dijo: ¿Te has fijado en mi siervo Job? En la tierra no hay otro como él: es un hombre justo y
honrado, que teme a Dios y se aparta del mal.
Satanás le respondió: ¿Y crees que teme a Dios de balde? ¡Si tú mismo lo has cercado y protegido, a él, a
su hogar y todo lo suyo! Has bendecido sus trabajos, y sus rebaños se ensanchan por el país. Pero
extiende la mano, daña sus posesiones, y te apuesto a que te maldecirá en tu cara.
El Señor le dijo: Haz lo que quieras con sus cosas, pero a él no lo toques.
Y Satanás se marchó.
Un día que sus hijos e hijas comían y bebían en casa del hermano mayor, llegó un mensajero a casa de
Job y le dijo: Estaban los bueyes arando y las burras pastando a su lado, cuando cayeron sobre ellos unos
sabeos, apuñalaron a los mozos y se llevaron el ganado. Sólo yo pude escapar para contártelo.
No había acabado de hablar, cuando llegó otro y dijo: Ha caído un rayo del cielo que ha quemado y
consumido tus ovejas y pastores. Sólo yo pude escapar para contártelo.
No había acabado de hablar, cuando llegó otro y dijo: Una banda de caldeos, dividiéndose en tres grupos,
se echó sobre los camellos y se los llevó, y apuñaló a los mozos.
Sólo yo pude escapar para contártelo.
No había acabado de hablar, cuando llegó otro y dijo: Estaban tus hijos y tus hijas comiendo y bebiendo
en casa del hermano mayor, cuando un huracán cruzó el desierto y embistió por los cuatro costados la
casa, que se derrumbó y los mató. Sólo yo pude escapar para contártelo.
Entonces Job se levantó, se rasgó el manto, se rapó la cabeza, se echó por tierra y dijo: Desnudo salí del
vientre de mi madre y desnudo volveré a él. El Señor me lo dio, el Señor me lo quitó; bendito sea el
nombre del Señor.
A pesar de todo, Job no protestó contra Dios.
Palabra de Dios
Job no es alguien que acepta estoicamente las contrariedades de la vida, pues se rebelará; pero si
es una persona agradecida, y esa es la idea que quiere transmitirnos hoy la palabra. Gratuidad.
Ser personas agradecidas en lo que somos y tenemos.
Seamos
siempre
agradecidos
Salmo responsorial Sal 16, 1. 2-3. 6-7.
Inclina el oído y escucha mis palabras.
Señor, escucha mi apelación, atiende a mis clamores;
presta oído a mi súplica, que en mis labios no hay engaño.
Emane de ti la sentencia, miren tus ojos la rectitud.
Aunque sondees mi corazón, visitándolo de noche;
aunque me pruebes al fuego, no encontrarás malicia en mí.
Yo te invoco porque tú me respondes,
Dios mío, inclina el oído y escucha mis palabras.
Muestra las maravillas de tu misericordia,
tú que salvas de los adversarios a quien se refugia a tu derecha.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según San Lucas 9, 46-50
En aquel tiempo los discípulos se pusieron a discutir quién era el más importante. Jesús adivinando lo
que pensaban, cogió de la mano a un niño, lo puso a su lado y les dijo:
El que acoge a este niño en mi nombre me acoge a mí; y el que me acoge a mí, acoge al que me ha
enviado.
El más pequeño de vosotros es el más importante.
Juan tomó la palabra y dijo:
Maestro, hemos visto a uno que echaba demonios en tu nombre, y, como no es de los nuestros, se lo
hemos querido impedir.
Jesús le respondió: No se lo impidáis: el que no está contra vosotros, está a favor vuestro.
Palabra del Señor
Característica de la comunidad es el servicio, pues esa es la verdadera importancia, al estilo de
Jesús. La comunidad lo es de todos, y en ella no debe haber distinción alguna; y sólo hay un
centro, una piedra angular, que es el Señor
ORACIÓN DE LOS FIELES
Señor Dios nuestro, queremos alcanzar tu sabiduría, para llenar la tierra de tu misericordia, tu bondad y
tu paz.
DANOS, SEÑOR, TU SABIDURÍA.
Por la Iglesia, para que anuncie el evangelio y haga presente la bondad de Dios en el mundo.
Por todas las naciones y sus gobernantes,
para que potencien una estructura de justicia, libertad y solidaridad.
Por todos los que se hacen testigos de la justicia en el mundo y son capaces de arriesgar la vida,
para que Dios les dé fuerza y esperanza para seguir en su empeño.
Por los que celebramos esta eucaristía,
para que nos sintamos responsables los unos de la suerte de los otros.
Abre, Señor, nuestro corazón a tu Palabra. Te necesitamos.
CANTO OFERTORIO
El Señor Jesús ha resucitado,
el Señor Jesús vive con nosotros.
CANTO DE COMUNIÓN
Aunque yo dominara las lenguas arcanas
y el lenguaje del cielo supiera expresar,
solamente sería una hueca campana
si me falta el amor.
Si me falta el amor, no me sirve de nada,
si me falta el amor, nada soy. (bis)
Aunque todos mis bienes dejase a los pobres,
y mi cuerpo en el fuego quisiera inmolar,
todo aquello sería una inútil hazaña
si me falta el amor.
Aunque yo desvelase los grandes misterios,
y mi fe las montañas pudieran mover,
no tendría valor, ni me sirve de nada
si me falta el amor.
ORACIÓN
Señor, tú nos enseñas la sabiduría de la vida:
amar y servir a los demás hasta dar la vida.
Dedicaste tu corta vida a enseñarnos el amor del Padre:
acogías a los pecadores, a los enfermos, a los marginados;
te sentabas con ellos a la mesa; les invitabas a servirse unos a otros;
decías que esta era la religión que Dios quería:
acoger a los desgraciados de este mundo.
Tú intuías que estos modos de entender la vida
se iban a confrontar en tu persona hasta la muerte;
que sólo en la resurrección se aclararían las cosas.
Los discípulos, igual que nosotros,
no entendían la sabiduría de la cruz.
Por ello necesitaban, que una y otra vez les desmontaras
sus protocolos, sus categorías, su afán de ser los primeros.
Nosotros, Señor, necesitamos lo mismo:
que nos leas tu cartilla elemental,
que nos digas que los primeros en la Iglesia
son los que saben amar y servir,
los que saben sacrificarse para que haya más amor en casa,
los que luchan para que no haya ningún hombre que pase hambre,
los que exigen libertad para todos,
Hoy te pido, Señor, que nos des a todos tu sabiduría,
la sabiduría del amor hasta la cruz, la sabiduría que da vida siempre.
CANTO FINAL
Dios te salve, María,
llena eres de gracia.
El Señor es contigo
bendita tú eres
entre todas las mujeres.
Y bendito es el fruto
de tu vientre: Jesús.
MARTES DE LA XXVI SEMANA
CANTO
Levanto mis ojos a los montes:
¿de dónde me vendrá el auxilio?
El auxilio me viene del Señor,
que hizo el cielo y la tierra
El auxilio me viene del Señor,
que hizo el cielo y la tierra.
PRIMERA LECTURA
Lectura del libro de Job 3, 1-3. 11-17. 20-23
Job abrió la boca y maldijo su día, diciendo: ¡Muera el día en que nací, la noche que dijo: "Se ha
concebido un varón"! ¿Por qué al salir del vientre no morí, o perecí al salir de las entrañas? ¿Por qué me
recibió un regazo y unos pechos me dieron de mamar? Ahora dormiría tranquilo, descansaría en paz, lo
mismo que los reyes de la tierra que se alzan mausoleos; o como los nobles que amontonan oro y plata
en sus palacios.
Ahora sería un aborto enterrado, una criatura que no llegó a ver la luz.
Allí acaba el tumulto de los malvados, allí reposan los que están rendidos.
¿Por qué dio luz a un desgraciado y vida al que la pasa en amargura, al que ansía la muerte que no llega
y escarba buscándola, más que un tesoro, al que se alegraría ante la tumba y gozaría al recibir sepultura,
al hombre que no encuentra camino porque Dios le cerró la salida?
Palabra de Dios
Job no entiende porqué a él, que ha hecho siempre el bien, le suceden tales cosas, perder
a los hijos, la hacienda, etc.; y sin embargo, les va bien a los malos. Job se rebela
contra la llamada doctrina de la “retribución”, a los buenos los premia el Señor y a los
malos los castiga. La experiencia de Job echa por tierra tal teoría. De ahí su queja.
Salmo responsorial Sal 87, 2-3. 4-5. 6. 7-8
Llegue, Señor, hasta ti mi súplica.
Señor, Dios mío, de día te pido auxilio,
de noche grito en tu presencia;
llegue hasta ti mi súplica,
inclina tu oído a mi clamor.
Porque mi alma está colmada de desdichas
y mi vida está al borde del Abismo;
ya me cuentan con los que bajan a la fosa,
soy como un inválido.
Tengo mi cama entre los muertos,
como los caídos que yacen en el sepulcro,
de los cuales ya no guardas memoria,
porque fueron arrancados de tu mano.
Me has colocado en lo hondo de la fosa,
en las tinieblas del fondo.
Tu cólera pesa sobre mí,
me echas encima todas tus olas.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según San Lucas 9, 51-56
Cuando se iba cumpliendo el tiempo de ser llevado al cielo, Jesús tomó la decisión de ir a Jerusalén.
Y envió mensajeros por delante.
De camino entraron en una aldea de Samaria para prepararle alojamiento.
Pero no lo recibieron, porque se dirigía a Jerusalén.
Al ver esto, Santiago y Juan, discípulos suyos, le preguntaron: Señor, ¿quieres que mandemos bajar fuego
del cielo y acabe con ellos? Él se volvió y les regañó, y dijo: No sabéis de qué espíritu sois. Porque el Hijo
del Hombre no ha venido a perder a los hombres, sino a salvarlos.
Y se marcharon a otra aldea.
Palabra del Señor
De ese ímpetu de destrucción que revelan los apóstoles, entre otras cosas, viene a salvarnos el
Señor.
El Señor se “enfanga” para limpiarnos, salvarnos y hacer de nosotros personas nuevas, entra en
nuestro “barro” para sacarnos de él.
Sólo el
Señor
trae
luz a
nuestras
oscuridades
ORACIÓN DE LOS FIELES
Para que el evangelio vivido y compartido forme en medio del mundo,
comunidades cristianas capaces de transformar las estructuras ambientales.
Para que todas las familias sean hogares donde se transmita la vivencia del evangelio,
se respete la vida, y haya fidelidad y buena convivencia.
Para que la eucaristía alimente nuestra fe, sostenga nuestra esperanza,
y encienda nuestro amor con la fuerza del Espíritu.
Haz Señor, que seamos portadores de paz,
perdón, serenidad y gozo para todas las personas con las que nos cruzamos en la vida.
CANTO OFERTORIO
El alma que anda en amor
ni cansa ni se cansa.
CANTO DE COMUNIÓN
Como el ciervo que a las fuentes de agua fresca va veloz,
los anhelos de mi alma van en pos de ti, Señor.
Señor, ven a nuestras almas, que por ti suspiran,
¡ven, Señor!
Del Señor, Dios de los cielos tiene sed mi corazón.
¿Cuándo al fin, podrá este siervo ver tu rostro, gran Señor?
Con canciones de alabanza, con canciones en su honor,
jubiloso he de acercarme a la mesa del Señor.
De este pan comamos juntos en fraterna y santa unión,
vamos todos al banquete invitados del Señor.
ORACIÓN
El canto rebosa de mi vida hacia ti, Señor,
como el perfume de la primavera rebosa de los campos.
Porque me siento envuelto en tu amor
y no has dejado que me arruinen mis propias maldades.
Señor, Dios mío, a ti grité y Tú acudiste a mi lado;
arrancaste mi vida de las tinieblas de mis egoísmos
e iluminaste mi corazón con la verdad de tu compañía.
Por eso inventaré para ti palabras de armonía.
Y darte gracias será mi quehacer más constante.
CANTO FINAL
María, tú que velas junto a mí,
y ves el fuego de mi inquietud.
María, madre, enséñame a vivir
con ritmo alegre de juventud.
Ven, Señora, a nuestra soledad,
ven a nuestro corazón,
a tantas esperanzas que se han muerto,
a nuestro caminar sin ilusión.
Ven y danos la alegría
que nace de la fe y del amor,
el gozo de las almas que confían
en medio del esfuerzo y del dolor.
MIÉRCOLES DE LA XXVI SEMANA
Con el
Señor
por
todos
los
caminos
CANTO
Oh Dios, tú eres mi Dios,
por ti madrugo,
mi alma está sedienta de ti,
mi carne tiene ansia de ti,
como tierra reseca, agostada,
sin agua,
sedienta de ti.
PRIMERA LECTURA
Lectura del libro de Job 9, 1-12. 14-16
Respondió Job a sus amigos: Sé muy bien que es así: que el hombre no es justo frente a Dios.
Si Dios se digna pleitear con él, él no podrá rebatirle de mil razones una.
¿Quién, fuerte o sabio, le resiste y queda ileso? El desplaza las montañas sin que se advierta y las vuelca
con su cólera; estremece la tierra en sus cimientos, y sus columnas tiemblan; manda al sol que no brille
y guarda bajo sello las estrellas; él solo despliega los cielos y camina sobre la espalda del mar; creó la
Osa y Orión, las Pléyades y las Cámaras del Sur; hace prodigios insondables, maravillas sin cuento.
Si cruza junto a mí, no puedo verlo, pasa rozándome y no lo siento; si coge una presa, ¿quién se la
quitará? ¿quién le reclamará: "qué estás haciendo"? Cuánto menos podré yo replicarle o escoger
argumentos contra él.
Aunque tuviera razón, no recibiría respuesta, tendría que suplicar a mi adversario; aunque lo citara y
me respondiera, no creo que me hiciera caso.
Palabra de Dios
Job quiere preguntar, argumentar al Señor, ¿por qué a él le suceden cosas malas si es
una buena persona, generosa, hospitalaria, caritativa, etc.? Y de momento no encuentra
respuesta; pero Job (y ojalá igual que nosotros), no se cansa y sigue buscando,
preguntando al Señor.
Salmo responsorial Sal 87, 10bc-11. 12-13. 14-15.
Llegue, Señor, hasta ti mi súplica
Todo el día te estoy invocando,
tendiendo las manos hacia ti.
¿Harás tú maravillas por los muertos?
¿Se alzarán las sombras para darte gracias?
¿Se anuncia en el sepulcro tu misericordia,
o tu fidelidad en el reino de la muerte?
¿Se conocen tus maravillas en la tiniebla,
o tu justicia en el país del olvido? .
Pero yo te pido auxilio,
por la mañana irá a tu encuentro mi súplica.
¿Por qué, Señor, me rechazas y me escondes tu rostro?
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según San Lucas 9, 57-62
En aquel tiempo, mientras iban de camino Jesús y sus discípulos, le dijo uno: Te seguiré a donde vayas.
Jesús le respondió: Las zorras tienen madriguera y los pájaros, nido pero el Hijo del Hombre no tiene
donde reclinar la cabeza.
A otro le dijo: Sígueme.
El respondió: Déjame primero ir a enterrar a mi padre.
Le contestó: Deja que los muertos entierren a sus muertos, tú vete a anunciar el Reino de Dios.
Otro le dijo: Te seguiré, Señor. Pero déjame primero despedirme de mi familia.
Jesús le contestó: El que echa mano al arado y sigue mirando atrás, no vale para el Reino de Dios.
Palabra del Señor
Dificultades que ponemos para seguir al Señor: ocupaciones, falta de tiempo, cansancio…;
no dejan de ser excusas. Y nos lamentamos porque estamos dejando de recibir vida, la vida que
viene de Dios y que nos fortalece para afrontar las ocupaciones, y encontraremos tiempo para
Dios, los otros y uno mismo.
ORACIÓN DE LOS FIELES
Oremos a Dios nuestro Padre que quiere refrescar y renovar nuestra condición de discípulos de
seguidores de Jesús:
QUEREMOS SEGUIR TU CAMINO, SEÑOR.
-Para que sintamos de nuevo la radicalidad y urgencia del Reino de Dios, esto es,
el reconocimiento de Dios como Padre y de los hombres como hermanos.
-Por toda la iglesia, para que sea capaz de concretar su seguimiento de Cristo
dando respuesta cabal a las esperanzas e ilusiones, a las fatigas y pesares de los hombres.
-Por todos nosotros, para que desde la libertad de los hijos de Dios
soltemos las cadenas que nos atan y aprisionan en un seguimiento timorato o corto de miras.
-Para que saliendo de nuestra comodidad, amemos al mundo como Dios lo ama, y reconociendo las
voces de los más necesitados,
nos pongamos a la tarea del Reino junto con todas las personas de buena voluntad.
Haz que descubramos tu presencia en nuestras vidas, Señor, y nos decidamos a seguir tus pasos.
CANTO OFERTORIO
Si vienes conmigo, y alientas mi fe,
si estás a mi lado, ¿a quién temeré?
CANTO DE COMUNIÓN
Andando por el camino, te tropezamos, Señor,
te hiciste el encontradizo, nos diste conversación.
Tenían tus palabras fuerza de vida y amor,
ponían esperanza y fuego en el corazón.
Te conocimos, Señor, al partir el pan,
tú nos conoces, Señor, al partir el pan.
Llegando a la encrucijada, tú proseguías, Señor;
te dimos nuestra posada, techo, comida y calor;
sentados como amigos a compartir el cenar,
allí te conocimos al repartirnos el pan.
ORACIÓN
¿A qué podrá ser comparada
esta sed de ti que me abrasa?
¿A dónde echaré mano para decir,
siquiera remotamente,
el hambre de ti que me devora?
¡Dios mío, fuente de todas mis ansias!
¡Ojalá que mis ojos
se mantengan siempre abiertos
al misterio de tu presencia
que ilumina interiormente a todos los seres!
¡Ojalá mi corazón descanse y eche raíces
en ese amor tuyo que de todo me hiere!
Mi vida entera llegue a ser
alabanza de tu misericordia
y mis manos se eleven en plegaria
esperándolo todo de tu abundancia.
ORACIÓN
Dios te salve, María,
llena eres de gracia.
El Señor es contigo,
bendita tú eres
entre todas las mujeres.
Y bendito es el fruto
de tu vientre., Jesús.
JUEVES DE LA XXVI SEMANA
(Santos Arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael)
La
Iglesia,
ángeles
enviados
por el
Señor
CANTO
Alabad criaturas al Señor,
pregonad por los siglos su grandeza;
El es Dios, el que vive desde siempre,
y los años no arrugan su mirada.
Alabadle la luna y las estrellas,
alabadle lumbreras de los cielos;
alabadle los puentes y colinas;
alabadle montañas silenciosas.
Alabad criaturas al Señor.
Alabadle los peces y navíos,
los que aran el campo de los mares;
alabadle, los puertos apacibles,
los veleros y playas, alabadle.
Alabadle, los hijos de los hombres,
sacerdotes y reyes de la tierra;
calculad la hermosura de su rostro,
por las obras excelsas de sus manos.
Alabad criaturas al Señor.
PRIMERA LECTURA
Lectura de la profecía de Daniel 7, 9-10. 13-14
Durante la visión, vi que colocaban unos tronos, y un anciano se sentó; su vestido era blanco como nieve,
su cabellera como lana limpísima; su trono, llamas de fuego; sus ruedas, llamaradas. Un río impetuoso
de fuego brotaba delante de él. Miles y miles le servían, millones estaban a sus órdenes. Comenzó la
sesión y se abrieron los libros.
Mientras miraba, en la visión nocturna vi venir en las nubes del cielo como un hijo de hombre, que se
acercó al anciano y se presentó ante él.
Le dieron poder real y dominio; todos los pueblos, naciones y lenguas lo respetarán. Su dominio es
eterno y no pasa, su reino no tendrá fin.
Palabra de Dios.
El Hijo del hombre es Jesús, plenitud del Espíritu Santo, y también nosotros. Dios Padre
nos da poder de……querer, entusiasmar, ilusionar, dar felicidad, etc. Ese es el poder que
Dios nos da. Ejerzámoslo.
Ángeles que sirven
SALMO RESPONSORIAL Sal 137, 1-2a. 2b-3. 4-5. 7c-8
Delante de los ángeles tañeré para ti, Señor.
Te doy gracias, Señor, de todo corazón;
delante de los ángeles tañeré para ti,
me postraré hacia tu santuario.
Ángeles que oran
Daré gracias a tu nombre:
por tu misericordia y tu lealtad,
porque tu promesa supera a tu fama;
cuando te invoqué, me escuchaste,
acreciste el valor en mi alma.
Que te den gracias, Señor, los reyes de la tierra,
al escuchar el oráculo de tu boca;
canten los caminos del Señor,
porque la gloria del Señor es grande.
EVANGELIO
Lectura del santo evangelio según san Juan 1, 47-51
En aquel tiempo, vio Jesús que se acercaba Natanael y dijo de él:
-"Ahí tenéis a un israelita de verdad, en quien no hay engaño."
Natanael le contesta:
-"¿De qué me conoces?"
Jesús le responde:
-"Antes de que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera, te vi."
Natanael respondió:
-"Rabí, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel."
Jesús le contestó:
-"¿Por haberte dicho que te vi debajo de la higuera, crees? Has de ver cosas mayores."
Y le añadió:
-"Yo os aseguro: veréis el cielo abierto y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre."
Palabra del Señor.
Podemos acceder al cielo, a Dios; Él se abre por nosotros.
Cielo, lugar de presencia del Señor. Por tanto, hagamos de cada rincón de este mundo, un
cielo, un lugar donde el Señor se encuentra.
Ángeles que acogen
ORACIÓN DE LOS FIELES
Confesemos al Señor a quien asisten millares de ángeles, y aclamémosle gozosos:
Bendecid al Señor, ángeles suyos.
Oh Dios, que a tus ángeles has dado órdenes para que nos guarden en nuestros caminos,
condúcenos sin tropiezo por tus sendas.
Padre, cuyo rostro están siempre viendo nuestros ángeles en el cielo,
haz que busquemos continuamente tu rostro.
Oh Dios, cuyos hijos serán como ángeles del cielo,
danos la castidad del corazón y del cuerpo.
Oh Dios, haz que nuestras ofrendas sean llevadas a tu presencia,
hasta el altar del cielo, por manos de tus ángeles.
Oh Dios, envía a Miguel, príncipe supremo, en auxilio de tu pueblo,
a fin de que nos defienda de todo mal.
CANTO OFERTORIO
Te doy gracias, Señor, de todo corazón,
delante de los ángeles cantaré para ti.
Me postraré hacia tu santuario,
daré gracias a tu nombre:
por tu misericordia y tu lealtad,
porque tu promesa supera a tu fama.
CANTO DE COMUNIÓN
Se oye un ruido a nuestro al rededor
los ángeles llegando para recibir
nuestras oraciones y llevarlas a Dios.
Si tú el corazón abres y empiezas alabar
si sigues orando así vas a notar
los ángeles suben y te llevan a Dios.
Ángeles solidarios
Hay ángeles volando en este lugar
en medio del incienso encima del altar
subiendo y bajando en todas direcciones
no sé, no sé si la iglesia subí o el cielo bajó
sólo sé que está lleno de ángeles de Dios
porque el propio Dios está aquí
Cuando los ángeles pasan nuestra iglesia se alegra
ella canta, ella llora, ella ríe y congrega
apaga el infierno y disipa el mal;
ORACIÓN
A través de las tinieblas que me rodean
condúceme Tú, siempre más adelante.
La noche es oscura y estoy lejos del hogar;
condúceme Tú, siempre más adelante.
Guía mis pasos, no puedo ver ya lo que se dice ver allá abajo:
un solo paso cada vez es bastante para mí.
Ángeles que celebran
Yo no he sido siempre así,
ni tampoco he rezado siempre para que Tú me condujeras.
Deseaba escoger y ver mi camino,
pero ahora, condúceme Tú, siempre más adelante.
Ansiaba los días de gloria y, a pesar de los temores,
el orgullo dirigía mi querer;
no te acuerdes de esos años que pasaron ya.
Tu poder me ha bendecido tan largamente,
que aún sabrá conducirme siempre más adelante:
por el llano y por los pantanos,
sobre la roca abrupta y el bramar del torrente,
hasta que la noche haya pasado
y me sonrían en la mañana esas caras de ángeles
que había amado hace tanto tiempo
y que durante una época perdí.
Condúceme, dulce luz.
Condúceme Tú, siempre más adelante.
CANTO FINAL
Yo lo soñé y el corazón
me habló de amor con emoción.
Si vives la gracia y haces siempre el bien,
verás que el futuro sonríe también.
Creo en angelitos
que me cuidan siempre de caer,
creo en angelitos
que la vida linda me hacen ver.
Y llegaré, yo lo soñé.
(Y llegaré, yo lo soñé)
Yo lo soñé, no fue ilusión,
y me ayudó en mi aflicción.
Y la fantasía a la oscuridad,
la transforma en día, en una verdad.
Ángeles devotos de la virgen María
VIERNES DE LA XXVI SEMANA
CANTO
Abre mis labios, Señor,
para poderte alabar,
abre mi corazón
para poderte adorar.
PRIMERA LECTURA
Lectura del libro de Job 38, 1. 12-21; 39, 33-35
El Señor habló a Job desde la tormenta: ¿Has mandado en tu vida a la mañana o has señalado su puesto a
la aurora, para que agarre la tierra por los bordes y sacuda de ella a los malvados; para que la
transforme como arcilla bajo el sello y la tiña como la ropa; para que les niegue la luz a los malvados y se
quiebre el brazo sublevado? ¿Has entrado por los hontanares del mar o paseado por la hondura del
océano? ¿Te han enseñado las puertas de la Muerte o has visto los portales de las Sombras? ¿Has
examinado la anchura de la tierra? Cuéntamelo, si lo sabes todo.
¿Por dónde se va a la casa de la luz y dónde viven las tinieblas? ¿Podrías conducirlas a su país o
enseñarles el camino de casa? Lo sabrás, pues ya habías nacido entonces y has cumplido tantísimos
años.
Job respondió al Señor: Me siento pequeño, ¿qué replicaré? me llevaré la mano a la boca; he hablado una
vez, y no insistiré, dos veces, y no añadiré nada.
Palabra del Señor
Ante la inmensidad del Señor Job se siente pequeño; está Job conociendo a Dios y le falta todavía
alguna sorpresa. También nosotros, el Señor nos sorprende con frecuencia, sobre todo cuando
confiamos más en nosotros que en Él.
Salmo responsorial Sal 138, 1-3, 7-8. 9-10. 13-14ab
Guíame, Señor, por el camino eterno.
Señor, tú me sondeas y me conoces:
me conoces cuando me siento y me levanto,
de lejos penetras mis pensamientos;
distingues mi camino y mi descanso,
todas mis sendas te son familiares.
¿A dónde iré lejos de tu aliento,
a dónde escaparé de tu mirada?
Si escalo el cielo, allí estás tú;
si me acuesto en el abismo, allí te encuentro.
Los caminos del Señor siempre son caminos
de encuentro
Si vuelo hasta el margen de la aurora,
si emigro hasta el confín del mar,
allí me alcanzará tu izquierda
me agarrará tu derecha.
Tú has creado mis entrañas,
me has tejido en el seno materno.
Te doy gracias,
porque me has escogido portentosamente,
porque son admirables tus obras.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según San Lucas 10, 13-16
En aquel tiempo, dijo Jesús:
¡Ay de ti Corozaín, ay de ti, Betsaida! Si en Tiro y en Sidón se hubieran hecho los milagros que en
vosotras, hace tiempo que se habrían convertido, vestidos de sayal y sentados en la ceniza.
Por eso el juicio les será más llevadero a Tiro y a Sidón que a vosotras.
Y tú, Cafarnaún, ¿piensas escalar el cielo? Bajarás al abismo.
Quien a vosotros os escucha, a mí me escucha; quien a vosotros os rechaza, a mí me rechaza; y quien me
rechaza a mí, rechaza al que me ha enviado.
Palabra del Señor
Rechazaron no ya los milagros sino al único milagro que es el Señor, su presencia entre nosotros.
El don de hacer milagros también nos lo comunica el Señor; y no son cosas extraordinarias sino las
sencillas cosas que nos hacen personas, el agradecimiento, la palabra de ánimo, el abrazo….
No hay
mayor
milagro que
Dios en medio
de nosotros.
ORACIÓN DE LOS FIELES
Para que el anuncio del evangelio despierte la fe en las personas
y descubran el plan salvador de Dios sobre la humanidad.
Por los gobernantes, para que sean sensibles a la pobreza en que viven muchas personas
y promuevan la justicia y la paz.
Para que en medio de los sufrimientos los enfermos, emigrantes y marginados experimenten el auxilio
y consuelo del Señor, y la cercanía de los que creemos en el amor.
Para que renovemos nuestro propósito de convertirnos a Dios
y hacer su voluntad en las tareas de cada día.
CANTO OFERTORIO
Aclamad al Señor
con canciones de alegría,
celebremos su bondad,
él es nuestro Padre.
CANTO DE COMUNIÓN
Oí tu voz, en los gritos de la noche oí tu voz.
Oí tu voz, en el llanto de los hombres oí tu voz.
Oí tu voz anunciando a los pobres la justicia de Dios.
Eres el Camino, eres la Verdad, eres la Vida.
Oí tu voz, en el buen samaritano oí tu voz.
Oí tu voz, al servir a mis hermanos oí tu voz.
Oí tu voz, me sentí su invitado, compartí su amistad.
Oí tu voz en los ghetos del hambre
oí tu voz, llevaré tu mensaje de la liberación
Enraizados en el corazón de Dios
ORACIÓN
Bendeciré al Señor con toda mi existencia.
Gritaré que mi único orgullo es ser su servidor.
Salí de mi ceguera cuando miré al Señor.
Cuando más abatido estaba, cuando más sin camino,
cuando mi corazón era una fuente de amargura,
entonces miré al Señor, al Dios de mi libertad,
y mi amargura se me convirtió en torrente de delicias.
El Señor es la fuente liberadora para los que en El confían.
Probad los frutos de la intimidad con Dios
y todo lo demás se os hará camino para el abrazo.
CANTO FINAL
El ave cantemos, cantemos el ave,
a nuestra Señora la Virgen del Carmen.
Ave, ave, ave, María,
ave, ave, Virgen del Carmen.
Las flores alfombran tu monte Carmelo,
te sirven de orquesta las aves del cielo.
SÁBADO DE LA XXVI SEMANA
(Santa Teresita del Niño Jesús. Alençon, 2 enero 1873 – Lisieux, 30 septiembre 1897. Religiosa
carmelita descalza francesa, declarada santa en 1925 por Pío XI, y proclamada doctora de la
iglesia en 1997 por Juan Pablo II)
CANTO
Sois la semilla que ha de crecer,
sois estrella que ha de brillar.
Sois levadura, sois grano de sal,
antorcha que ha de alumbrar.
Sois la mañana que vuelve a nacer,
sois espiga que empieza a granar.
Sois aguijón y caricia a la vez,
testigos que voy a enviar.
Id, amigos, por el mundo
anunciando el amor,
mensajeros de la vida,
de la paz y el perdón.
Sed, amigos, los testigos
de mi resurrección,
id llevando mi presencia,
con vosotros estoy.
PRIMERA LECTURA
Lectura del libro de Job 42,1-3.5-6.12-16
Job respondió al Señor:
-Reconozco que lo puedes todo y ningún plan es irrealizable para ti, -yo, el que empaño tus designios
con palabras sin sentido-; hablé de grandezas que no entendía, de maravillas que superan mi
comprensión.
Te conocía sólo de oídas, ahora te han visto mis ojos;
por eso me retracto y me arrepiento, echándome polvo y ceniza.
El Señor bendijo a Job al final de su vida más aún que al principio; sus posesiones fueron catorce mil
ovejas, seis mil camellos, mil yuntas de bueyes y mil borricas.
Tuvo siete hijos y tres hijas: la primera se llamaba Paloma, la segunda Acacia, la tercera Azabache. No
había en todo el país mujeres más bellas que las hijas de Job. Su padre les repartió heredades como a sus
hermanos.
Después Job vivió cuarenta años, y conoció a sus hijos y a sus nietos y a sus biznietos.
Y Job murió anciano y satisfecho.
Palabra de Dios
Job no entendía al Señor porque quería racionalizarlo, comprimir a Dios en fórmulas o doctrinas;
hasta que lo ve, es decir, lo experimenta en propia carne. Y entonces cambia radicalmente la
percepción de Dios que pasa a ser vivencial, no doctrinal. Todavía hoy andamos por ahí muchos
Job.
O bien:
PRIMERA LECTURA
Lectura del libro de Isaías 66, 10-14c
Festejad a Jerusalén, gozad con ella, todos los que la amáis, alegraos de su alegría, los que por ella
llevasteis luto. Mamaréis a sus pechos y os saciaréis de sus consuelos, y apuraréis las delicias de sus
ubres abundantes.
Porque así dice el Señor: "Yo haré derivar hacia ella, como un río, la paz, como un torrente en crecida, las
riquezas de las naciones.
Llevarán en brazos a sus criaturas y sobre las rodillas las acariciarán;
como a un niño a quien su madre consuela, así os consolaré yo, y en Jerusalén seréis consolados.
Al verlo, se alegrará vuestro corazón, y vuestros huesos florecerán como un prado; la mano del Señor se
manifestará a sus siervos."
Palabra de Dios.
“Jerusalén”, con quien disfrutamos, es el Señor. Pero también es cada uno de los amigos de Dios,
como Teresita del niño Jesús. Porque la amistad con Dios nunca es de sacrificio, penitencias, sino
todo lo contrario, es de gozo y alegría. Como amigo que es.
Salmo responsorial Sal 130, 1, 2, 3.
Guarda mi alma en la paz, junto a ti, Señor.
Señor, mi corazón no es ambicioso,
ni mis ojos altaneros;
no pretendo grandezas
que superan mi capacidad.
Sino que acallo y modero mis deseos,
como un niño en brazos de su madre.
Espere Israel en el Señor
ahora y por siempre.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 10,17-24
En aquel tiempo, los setenta y dos volvieron muy contentos y dijeron a Jesús:
–Señor, hasta los demonios se nos someten en tu nombre.
Él les contestó:
–Veía a Satanás caer del cielo como un rayo. Mirad: os he dado potestad para pisotear serpientes y
escorpiones y todo el ejército del enemigo. Y no os hará daño alguno.
Sin embargo, no estéis alegres porque se os someten los espíritus; estad alegres porque vuestros
nombres están inscritos en el cielo.
En aquel momento, lleno de la alegría del Espíritu Santo, exclamó:
–Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y a
los entendidos, y las has revelado a la gente sencilla.
Sí, Padre, porque así te ha parecido bien.
Todo me lo ha entregado mi Padre, y nadie conoce quién es el Hijo, sino el Padre, ni quién es el Padre,
sino el Hijo, y aquél a quien el Hijo se lo quiere revelar.
Y volviéndose a sus discípulos, les dijo aparte:
–¡Dichosos los ojos que ven lo que vosotros veis! Porque os digo que muchos profetas y reyes desearon
ver lo que veis vosotros y no lo vieron; y oír lo que oís, y no lo oyeron.
Palabra del Señor
El Señor nos concede el poder de vencer todo aquello que nos aparta de ser personas, de crear
amistad y paz.
“Dichosos los ojos que ven lo que vosotros veis”, porque ahora es el momento de vivir la fe y
amistad con el Señor, no ayer ni mañana, cada día; y vivir desde la fe es ver con los ojos de Dios.
O bien:
EVANGELIO
Lectura del santo evangelio según san Mateo 18, 1-4
En aquel momento, se acercaron los discípulos a Jesús y le preguntaron:
-"¿Quién es el más importante en el reino de los cielos?"
Él llamó a un niño, lo puso en medio y dijo:
-"Os aseguro que, si no volvéis a ser como niños, no entraréis en el reino de los cielos. Por tanto, el que
se haga pequeño como este niño, ése es el más grande en el reino de los cielos."
Palabra del Señor
En la figura del niño está representado el Señor, quien es centro de la comunidad, y con Él la
humildad, la confianza, los más necesitados de la Iglesia (hospital de pecadores).
ORACIÓN DE LOS FIELES
Aclamemos con júbilo a Cristo, Señor de la gloria y corona de todos los santos, que nos concede celebrar
hoy la fiesta de santa Teresita y digámosle: Te alabamos, Señor.
Señor, fuente de vida y de santidad, que has mostrado en tus santos las maravillas de tu amor,
queremos cantar tus misericordias con santa Teresita.
Señor, que quieres que tu amor llegue a todas las personas,
haz que seamos servidores y testigos de tu amor.
Tú, que te manifiestas a los limpios de corazón, purifica nuestros ojos para que te descubramos en
todas las criaturas y acontecimientos.
Tú, que resistes a los soberbios y amas a los humildes,
haz que andemos en verdad y vivamos al servicio de la Iglesia.
CANTO OFERTORIO
"El mirar de Dios es amar,
el mirar de Dios es amar.
el mirar de Dios es amar.
"Mil gracias derramando pasó por estos sotos con presura,
y, yéndolos mirando con sola su figura, vestidos los dejó de su hermosura."
CANTO DE COMUNIÓN
Soy andador de caminos, seguidor de un destino
que un día en el silencio su voz me marcó,
soy como el grano de arena, como sal de la tierra,
como nieve en la sierra que anhela tan solo los rayos del sol.
Soy quien dejó padre y madre quien cambió tierra y aire,
prisionero de nadie tan solo de Dios,
soy misionero de Cristo que cambia su vida por una ilusión:
llevar a los hombres noticias de Dios.
Andador de caminos, mensajero de amor.
Soy compañero de viaje, con ligero equipaje,
de las penas del hombre siempre escuchador,
soy el que anuncia a las gentes que Jesús es la fuente,
es camino y es vida ,es agua escondida, refugio de amor.
Soy el humilde elegido que un tesoro escondido
encontró en su camino y fue y lo enseñó,
soy paloma mensajera que surca los cielos sin miedo al halcón
llevando en el pico noticias de Dios.
Andador de caminos, mensajero de amor.
ORACIÓN
Señor, quisiera ser de aquellos
que arriesgan su vida, que dan su vida.
Señor, tú que naciste al azar de un viaje,
y moriste como un malhechor,
tras haber recorrido, sin dinero,
todas las rutas del desierto,
del peregrinaje y las predicaciones caminantes,
arráncame de mi egoísmo y mi confort.
He de empeñar mi vida, Jesús, por tu palabra.
He de empeñar mi vida, Jesús, por tu amor.
Ya pueden los demás ser cuerdos.
Tú me has hecho que crea en el amor.
Otros creen que hay que conservar,
Tú me has dicho que más vale dar.
Otros se instalan,
Tú me has exhortado a marchar,
dispuesto a la alegría y al dolor,
al fracaso y al éxito,
a vivir la vida cristiana
sin preocuparme de sus consecuencias.
A no poner mi confianza en mí, sino en Ti,
y, finalmente, a arriesgar mi vida
contando sólo con tu amor.
CANTO FINAL
El ave cantemos, cantemos el ave,
a nuestra Señora la Virgen del Carmen.
Ave, ave, ave, María,
ave, ave, Virgen del Carmen.
Las flores alfombran tu monte Carmelo,
te sirven de orquesta las aves del cielo.
A los marineros en la travesía,
la Virgen del Carmen a puerto los guía.
Dejad que yo cante mis tiernos requiebros,
a nuestra Señora del monte Carmelo.
Paseo María Agustín, 8. Zaragoza
www.parroquiadelcarmen.es
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