UNIVERSIDAD FRANCISCO GAVIDIA FACULTAD DE JURISPRUDENCIA Y CIENCIAS SOCIALES CENTRO REGIONAL DE OCCIDENTE MONOGRAFÍA EL INSTITUTO DE LA NOTIFICACIÓN EL CÓDIGO TRIBUTARIO SALVADOREÑO. NOMBRE DEL ASESOR: WILLIAM WALTER ALVANES AMAYA PRESENTADO POR: LUIS EMILIO RIVERA LINARES PARA OPTAR AL TÍTULO DE LICENCIADO EN CIENCIAS JURÍDICAS. SANTA ANA, JUNIO DE 2005. UNIVERSIDAD FRANCISCO GAVIDIA FACULTAD DE JURISPRUDENCIA Y CIENCIAS SOCIALES JURÍDICAS ESCUELA DE CIENCIAS AUTORIDADES RECTOR: INGENIERO MARIO ANTONIO RUIZ RAMÍREZ SECRETARIO GENERAL: LICENCIADA TERESA DE JESÚS GONZÁLEZ DE MENDOZA DECANO DE LA FACULTAD DE JURISPRUDENCIA Y CIENCIAS SOCIALES: LICENCIADA ROSARIO MELGAR DE VARELA DIRECTOR DE LA ESCUELA DE CIENCIAS JURÍDICAS: DOCTOR JORGE EDUARDO TENORIO SAN SALVADOR SEPTIEMBRE DE 2005 ÍNDICE Introducción Capitulo I Capitulo Introductorio I. Planteamiento del Problema……………………………………….1 II. Delimitación del Problema………………………………………...3 III. Justificación de la Investigación………………………………..4 IV. Objetivo de la Investigación……………………………………..5 V. Enfoque Metodológico…………………………………………….6 VI. Antecedentes del Problema……………………………………...7 VII. Marco de Referencia……………………………………………...9 Capítulo II La Notificación en el Código Tributario 1. Actos a notificar……………………………………………………11 2. Finalidad de la Notificación……………………………………...12 3. Facultades de realización de las notificaciones……………..13 4. Medio de notificación……………………………………………..14 5. Reglas de realización de las notificaciones…………………..17 5.1 Lugar Señalado…………………………………………...17 5.2 Orden de Prelación………………………………………19 5.3 Obligaciones del Receptor……………………………..22 5.4 Obligaciones del Notificador…………………………..23 5.5 Un caso particular: notificación por conducta Concluyente……………………………………………….25 5.6 Horas hábiles para efectuar notificaciones…………26 Conclusión…………………………………………………………….27 Bibliografía…………………………………………………………….28 INTRODUCCIÓN La notificación de las actuaciones de la Administración Tributaria, es un procedimiento que se desarrolló desde el momento mismo en que se reconocieron derechos inalienables para los contribuyentes, entre los cuales se destacó el derecho a ser informado de todas aquellas providencias emitidas por la entidad fiscal que tengan incidencia sobre su patrimonio. No obstante, la notificación ha sido históricamente, al tiempo que uno de los garantes básicos de los derechos y garantías de los sujetos pasivos del tributo, objeto de constantes impugnaciones ante los tribunales, sean éstos administrativos o judiciales. De esa manera, las reformas de ley han tenido como objeto dotar a la notificación tributaria de los supuestos normativos que permitan el cumplimiento de su finalidad, hacer del conocimiento de los sujetos afectados, los actos administrativos, así como permitir a la Administración el desarrollo expedito del mandato encomendado a ella, la gestión de control y recaudación de los tributos. A la fecha, las últimas reformas de ley que han afectado la notificación tributaria, han sido las aprobadas mediante Decreto Legislativo número 648, del 17 de marzo de 2005, publicadas en el diario Oficial número 55, Tomo 366, del 18 de marzo del 2005, las cuales son las que merecen su análisis actual, amén de que la jurisprudencia analizada tenga incidencia sobre ellas, a pesar de haberse emitido sobre normas previas a las reformas mencionadas. CAPITULO I CAPITULO INTRODUCTORIO I. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA Los actos de comunicación emanados de la Administración Tributaria se encuentran revestidos de formalidades legales, que persiguen la satisfacción de los elementos constitutivos de un estado garantista, debiendo cumplirse dichas formalidades pues de lo contrario, el acto que se persigue dar a conocer se vuelve inválido, es decir sin validez. De manera que, la comisión de hechos no reglados, o la omisión de alguno de los supuestos de ley, vuelve nugatoria cualquier actuación administrativa, debiendo en todo caso asegurarse el ente estatal, de que los particulares gocen de todas las oportunidades para el real y oportuno ejercicio de sus derechos, y es allí donde de forma insustituible se está en presencia del instituto de la notificación. DESCRIPCIÓN DEL PROCEDIMIENTO El delegado de la Administración Tributaria se apersona al lugar señalado por el contribuyente para recibir notificaciones, el cual en ningún momento puede ser un apartado postal. Una vez constatar que se encuentra en el lugar señalado, procede a iniciar la búsqueda de los sujetos correspondientes, comenzando por el destinatario del acto, para en ausencia de éste, proceder a buscar a los receptores, según el orden de prelación establecido por el Código Tributario. Una vez se constate la presencia de alguno de los sujetos facultados a recibir la notificación, el delegado fiscal procede a la lectura del acto en cuestión, y una vez leído, procede a levantar el acta donde se haga constar la diligencia practicada, teniendo cuidado de relatar en forme precisa y respetando los requisitos que la norma establece al respecto; acto posterior entregar otro ejemplar de la diligencia a la persona que ha sido notificada, la que a su vez deberá estampar su firma al pie del acta levantada por el delegado, el cual también firmará dicha acta, la cual una vez completada pasará a formar parte del expediente del contribuyente al cual se dirige la diligencia notificada, como atestado de su cometido. Lo antes planteado representa solamente una de las modalidades de la notificación, es decir cuando se realiza de manera personal por medio de una persona legitimada por ley para recibir dicho acto. Sin embargo, y como se analizará en lo sucesivo, pueden darse una serie de circunstancias que modifican la forma de proceder de la Administración, conllevando según el casos inclusive a los otros medio de notificación, cuales son la notificación por esquela y la notificación por edicto, ésta última prácticamente desterrada del ámbito tributario según jurisprudencia emitida por la Sala de lo Contencioso Administrativo de la Corte Suprema de Justicia en sentencia del dieciocho de noviembre de mil novecientos noventa y ocho, con referencia 131-C-97: Es primordial establecer que en orden a la finalidad de las notificaciones, el edicto tiene o debe tener un carácter de última ratio dentro de las posibilidades de la Administración, lo anterior ya que como lo expone Isodoro Eisner la notificación por edicto ”difícilmente llega a conocimiento del destinatario”. Asimismo, dependiendo de la persona que se encuentre en el lugar señalado –si se encuentra alguna facultada a recibir el acto–, será distinto el proceder del notificador, y como resultado lo consignado en el acta correspondiente también mutará un caso de otro. En cualquier caso, la Administración debe agotar los medios de realización de una notificación personal en el lugar señalado, de manera que solamente ante la falta de cada una de las opciones legales, puede procederse a la siguiente, y así sucesivamente. De manera que, si bien existe un procedimiento específico, el mismo tiene a su vez diversas variables, las que en sí mismas forman el cuerpo del presente trabajo. II. a) RELIMITACIÓN DEL PROBLEMA Delimitación Teórica: La presente monografía se encuadra en el análisis de la figura de la notificación en el Código Tributario, vista como el acto por medio del cual la Administración hace del conocimiento del sujeto un acto de carácter singular emitido por ella dentro de las potestades conferidas por la legislación respectiva, puesto que el mismo término hace referencia a “noticia”, es decir publicación de algo. b) Delimitación Temporal: En vista de las reformas fiscales que nuestro país ha experimentado en los últimos meses de dos mil cuatro y primeros de dos mil cinco, en cuanto a norma legal debe analizarse el articulado vigente a partir del día veintisiete de marzo de dos mil cinco. No obstante, en cuanto a jurisprudencia y doctrina, el análisis de retrotraerá a tiempo anterior, pues las mismas en muchos casos siguen siendo aplicables ya que dictan principios básicos y razonamientos que a pesar de la modificación de la ley, continúan adecuándose a las reglas fundamentales sobre las cuales tiene su basamento el derecho tributario en cuanto al tema analizado. III. JUSTIFICACIÓN DE LA INVESTIGACIÓN Importancia: El estudio de la forma que la ley dicta deben realizarse las notificaciones en el ámbito tributario sirve por una parte para establecer el proceder del Fisco en procura que sus actuaciones se encuentren revestidas de un resguardo legal que las vuelva efectivas y de obligatorio cumplimiento para sus destinatarios. Por otra parte, advertir las circunstancias de indefensión o menoscabo infundado ante las que los contribuyentes pueden verse, por un proceder inadecuado de la entidad fiscal. De manera que, mientras mas se estudie la figura apuntada, será más viable que, desde el lado fiscal, las actuaciones sean correctas y oportunas, y desde la posición del contribuyente, que no se vean mermadas sus garantías fundamentales. Utilidad: De igual forma que la importancia, la utilidad tiene dos vías principales; la utilidad para la Administración y para el administrado. Para la Administración, pues mientras más sea posible recabar información y sentar opinión al respecto, más amplio serán los referentes de que ésta gozará para llevar a cabo sus cometidos, ya que la discusión académica normalmente rinde frutos inesperados aún por los directamente involucrados con los temas debatidos. Para el contribuyente, puesto que al estar consciente de los mandatos legales a los cuales debe ceñirse el Fisco de la República, mayor será la oportunidad de ejercitar sus derechos, especialmente el de reclamación ante un mal proceder administrativo, velando de forma más efectiva por sus propios intereses, como centinelas del Estado de Derecho, puesto que en todo caso se enfrentarán a circunstancias que los atañen o pueden atañer en un momento específico. Mientras mayor sea la vigilancia del imperio de la Legitimidad, mayores serán las oportunidades de subsistencia y desarrollo del mismo. IV. OBJETIVOS DE LA INVESTIGACIÓN OBJETIVOS GENERALES: Proveer una herramienta de consulta que coadyuve a formar criterio en relación al desarrollo de las notificaciones en materia tributaria, permitiendo delimitar los alcances de la misma en el cometido de las actuaciones administrativas, bajo el amparo de la legalidad, lo que posibilitará desentrañar el ejercicio de las potestades conferidas al Fisco de la República y su adecuación a la legalidad, así como si las mismas preservan los derechos de los contribuyentes, a los cuales les surgen posibilidades impugnativas en caso de no satisfacerse con las exigencias normativas que se prescriben para los casos específicos que se ventilen. Colaborando de esa manera en la evolución del derecho tributario nacional, mediante al dotación de un insumo de consulta y formación de opinión. OBJETIVOS ESPECÍFICOS: A través de la recopilación de información doctrinaria y jurisprudencial, percibir los criterios aplicables respecto de las notificaciones tributarias, y su concatenación con la legislación vigente, dotando de una herramienta de consulta. Contribuir al desarrollo de la institución de la notificación en materia tributaria, y su conocimiento en el ámbito académico. Fomentar la discusión e interés analista del procedimiento objeto de análisis. V. ENFOQUE METODOLÓGICO Se utilizará en método bajo el enfoque analítico descriptivo, tomando en consideración los elementos de reflexión que se recopilen, con el fin de alcanzar o lograr los objetivos antes planteados. El tipo de investigación es bibliográfica analítica, pues se disfruta de una gran cantidad de doctrina y jurisprudencia aplicables al tema investigado, lo que viabiliza el indagación y reflexión intelectiva, pues respecto a una figura jurídica como la investigada, su estudio se hace factible con la incorporación al mismo de exposiciones doctrinarias anteriores. La técnica para la recolección de información partirá de la identificación de las disposiciones legales atinentes al tema en cuestión, así como la jurisprudencia emitida por Tribunales administrativos y judiciales que tengan incidencia con la notificación tributaria, de igual forma lo que al respecto han descrito los expositores del derecho, clasificándola para crear un trabajo ordenado y sistemático por medio del cual sea factible un mayor conocimiento de lo analizado. VI. ANTECEDENTES DEL PROBLEMA La notificación de las actuaciones de la Administración Tributaria ha sido históricamente uno de los procedimientos de mayor importancia en el quehacer del aparato estatal. Asimismo, ha sido uno de los aspectos mas debatidos y con un alto grado de impugnaciones ante los tribunales competentes, lo que en gran medida deviene en un desmedro de los intereses fiscales, al haberse visto privada en diversas ocasiones de montos dinerarios que correspondían pagar a los contribuyentes, pero que por un vicio en la notificación respectiva, han sido revocadas por contralor administrativo o tribunal jurisdiccional, impidiendo de esa manera que la deuda tributaria determinada mediante una acto liquidatorio adquiera las características de firmeza y liquidez, y por consiguiente no adquiere la exigibilidad necesaria para conminar a su cumplimiento por vías de cobro coactivo. Por ora parte, en algunos casos los sujetos pasivos del tributo han sido objeto de actos liquidatorios respecto de los cuales no ha tenido oportunidad real de defensa, al no haber tenido noticia cierta y oportuna de las decisiones fiscales, con lo que en dichas ocasiones han sido a éstos los que, por un vicio de procedimiento, se han conculcado sus derechos fundamentales. En cualquiera de los casos anteriores, se ha roto con la justicia y equidad que debe acompañar la relación fisco-contribuyente, teniendo por un lado el estado el derecho de exigir de los particulares el cumplimiento de sus obligaciones tributarias, especialmente las obligaciones sustantivas; y por parte de los sujetos pasivos, teniendo éstos el derecho, que al mismo tiempo se constituye en un deber, de contribuir a las cargas públicas en proporción a su capacidad económica, revelada por la comisión de hechos generadores de los tributos. Tanta es la importancia que la notificación en el ámbito tributario tiene, que la Sala de lo Contencioso Administrativo de la Corte Suprema de Justicia la ha denominado como: “piedra angular del sistema de garantías de los derechos del administrado, especialmente en materia tributaria, y se considera que la obligación de notificar deviene del principio de seguridad jurídica y de la necesidad de hacer posible el derecho de defensa. Precisamente por su trascendencia, el legislador reviste de solemnidades al acto procesal de la notificación, lo cual constituye una garantía en favor de la parte notificada, a fin que ésta pueda efectivamente hacer uso de los medios impugnatorios que la ley le franquea.”(Sentencia de las ocho horas quince minutos del día diecinueve de marzo de dos mil tres, Referencia 101-G-2000). Ante tal fundamentación de criterio, resulta palmario que la notificación se constituye en una garantía de acción, por lo que no resulta extraño que la misma haya sido el argumento por el cual se resuelven muchas controversias suscitadas entre el particular y la Administración, en razón de lo cual todo estudio, análisis o discusión que se promueva al respecto, debe ser vista con interés, máxime cuando las nuevas reformas tributarias brindan nuevos parámetros de acción, muchos de ellos hasta la fecha sin criterios definidos por autoridades superiores. VII. MARCO DE REFERENCIA A. Fundamento doctrinario: Los conceptos fundamentales que se utilizan dentro del presente trabajo, indispensables para su comprensión y delimitación, los que se exponen a continuación. Notificación: Acto procesal por medio del cual la Administración Tributaria da publicidad al acto emanado de su seno, dotando al mismo de oficia, la cual se adquiere normalmente al día siguiente al de efectuada la comunicación respectiva. Sujeto Activo: El sujeto activo de la obligación tributaria es el Estado, ente público acreedor del tributo. Sujeto Pasivo: Es el obligado al cumplimiento de las prestaciones tributarias, sea en calidad de contribuyente o en calidad de responsable. Administración Tributaria: En el presente trabajo se encuentra referida especialmente a la Dirección General de Impuestos Internos del Ministerio de Hacienda. Jurisprudencia: Decisiones fundadas, emitidas mediante sentencia, por parte de los entes encargados de impartir justicia en el ámbito tributario, ya lo sea en instancia administrativa o jurisdiccional. Doctrina Legal: La jurisprudencia establecida en los procesos de amparo de la Sala de lo Constitucional, así como la proveniente de la Sala de lo Contencioso Administrativo ambas de la Corte Suprema de Justicia y del Tribunal de Apelaciones de los Impuestos Internos, en tres sentencias uniformes y no interrumpidas por otra en contrario, siempre que lo resuelto sea sobre materias idénticas en casos semejantes Tribunal de Apelaciones de los Impuestos internos: Órgano administrativo competente para conocer de los recursos de apelación que interpongan los contribuyentes contra las resoluciones definitivas, en materia de liquidación de oficio de impuestos e imposición de multas, que emita la Dirección General de Impuestos Internos. Está integrado por un Presidente y dos Vocales nombrados por el Órgano Ejecutivo en el Ramo de Hacienda, quienes desempeñan sus cargos con autonomía funcional. Informe de Auditoria o de Infracción: Informe emitido en función fiscalizador por los auditores de la Dirección General de Impuestos Internos, en el cual se plasman los procedimientos realizados y las conclusiones alcanzadas, producto de un estudio realizado a la conducta de un contribuyente específico con relación al cumplimiento de sus obligaciones respecto de un impuesto determinado, y el cual sirve de base para emitir la correspondiente resolución sancionadora o liquidatoria del Impuesto. Liquidación de oficio del impuesto: Denominase así, genéricamente, el acto emitido por parte de la Administración Tributaria, que tiene por objeto la determinación de obligaciones incumplidas por parte de los contribuyentes. B. Fundamento Jurídico: Ésta se encuentra conformada por las disposiciones legales de las cuales se servirá para el desarrollo del tema desarrollado, las cuales se encuentran especialmente dispuestas (aunque existen otras disposiciones relacionadas que no pueden obviarse) en el Capítulo I del Título IV del Código Tributario; de igual manera, se utilizan disposiciones constitucionales que rigen al respecto, especialmente desarrolladas por la Sala de lo Constitucional de La Corte Suprema de Justicia en jurisprudencia emitida por dicho Tribunal Superior, así como jurisprudencia proveída por la Sala de lo Contencioso Administrativo de la Corte Suprema de Justicia; utilizándose de manera particular los pronunciamientos del Tribunal de Apelaciones de los Impuestos Internos. Todo lo cual es fuente del derecho, y por tanto constituye fuente del ordenamiento jurídico nacional. CAPITULO II LA NOTIFICACIÓN EN EL CÓDIGO TRIBUTARIO. 1. Actos a notificar. Tan importante es el procedimiento de la notificación dentro de la legislación tributaria interna, que ha ameritado un acápite especial, el Capítulo I del Título IV del Código Tributario, precisamente aquel con el cual se inicia la descripción normativa de los Procedimientos Tributarios, y no es casual que el legislador haya partido de esa manera, ya que en la generalidad, los procedimientos tributarios inician precisamente con una notificación. Sobre dicha figura, se carece de una disposición legal que la conceptualice dentro del Código Tributario, sin embargo, auxiliándose del Derecho Común, se debe remitir al artículo 206 del Código de Procedimiento Civiles, el cual dicta: Notificación es hacer saber a las partes las providencias del Juez. De manera que transponiendo tal concepto en el ámbito administrativo, notificar sería dar a conocer a los contribuyentes las providencias de la Administración. De esa manera lo entiende la Sala de lo Contencioso Administrativo de la Corte Suprema de Justicia en sentencia del día dieciocho de diciembre de mil novecientos noventa ocho, Ref. 76-S-97, en la cual ha dejado sentado: Que la naturaleza real de la notificación, es la de un acto de comunicación. El Código Tributario, en su artículo 165 inciso primero establece: Todas las actuaciones de la Administración Tributaria deberán notificarse, a lo cual debe buscarse su auténtico significado, ya que lo literalmente establecido por dicho artículo no es del todo cierto, considerando que no son todas las actuaciones de la Administración las que deben notificarse, y para comprender ello basta decir que dentro de dichas actuaciones pueden existir, por un lado actos administrativos propiamente dichos y, por otro lado actos de administración, siendo estos últimos por ejemplo, disposiciones que la Administración toma con carácter interno y para asegurar su normal funcionamiento. Por el contrario: El acto administrativo constituye una declaración unilateral de voluntad, que depende de un solo sujeto de derecho -el Estado o ente público-, destinado a producir efectos jurídicos individuales y concretos, es decir, crea derechos u obligaciones para la administración y el administrado.1 En tales entendidos, son los actos administrativos aquellos que deben ser notificados, dejando de fuera los denominados actos de administración. No se toca lo referente a los actos políticos, puesto que se considera que la Dirección General de Impuestos Internos no realiza dicho tipo de actos, siendo privativos de otros entes estatales, siempre en función administrativa. Lo anterior es aceptado por la Sala de lo Contencioso Administrativo, quien se ha manifestado: Los actos que de alguna manera afecten derechos o intereses del administrado, deben hacerse del conocimiento de los sujetos afectados, aún cuando tal exigencia no esté contemplada en la ley; que es el conocimiento real del acto el que incide totalmente en la decisión que pueda tomar el sujeto interesado respecto de la actuación comunicada. La notificación va más allá de procurar el simple conocimiento de un acto, pues lo que en definitiva deja expedita, es la oportunidad que se confiere al particular para la defensa de sus derechos o intereses legítimos que pudiesen estar en juego en la controversia de que se trate2. 2. Finalidad de la notificación. El acto de comunicación tiene dos finalidades, por un lado dotar al acto administrativo del requisito de validez que incorpora su publicidad, ya que sin ella, el acto podría ser válido, más no desplegaría sus efectos. Si no se cumple la finalidad que permita conocer al administrado la resolución, se aplaza el comienzo de la eficacia del acto. En el caso de gravámenes, aunque cumplan todos los requisitos de validez, es necesario la notificación, para desplegar sus efectos. En este marco de ideas cabe distinguir la validez del acto y el momento de la eficacia.3 1 Sentencia de la Sala de lo Constitucional de fecha 11 de Diciembre de 2001. Ref. 427-2000. Sentencia de la Sala de lo Contencioso Administrativo del 18 de diciembre de 1998. Ref. 76-S-97. 3 Sentencia de la Sala de lo Contencioso Administrativo del 7 de julio de 1998. Ref. 43-D-97. 2 Por otra parte, la notificación introduce la oportunidad del administrado de ejercer sus derecho fundamentales, mediante hacer de su conocimiento un acto que afecte sus intereses, y sobre el cual la Ley les concede oportunidades de impugnación. Sobre las notificaciones, este Tribunal ha sostenido en anteriores resoluciones que: "La notificación constituye piedra angular del sistema de garantías de los derechos del administrado, especialmente en materia tributaria, y se considera que la obligación de notificar deviene del principio de seguridad jurídica y de la necesidad de hacer posible el derecho de defensa.4 3. Facultad de realización de las notificaciones. El inciso segundo del artículo 165 del Código Tributario, reza: “Las notificaciones se realizarán por el Departamento de Notificaciones, o por cualquier delegado, funcionario o empleado de la Administración Tributaria”. Dentro de tal contexto, es preciso expresar que la competencia de la comisión de dicha función corresponde por ministerio de Ley al Subdirector General de Impuestos Internos, pues a éste corresponde la realización del sistema operativo, así como el seguimiento y control del sistema de funciones operativas a efecto de optimizar el cumplimiento tributario, lo que incluye la emisión de actos y resoluciones administrativas, según lo dispuesto en el artículo 7 literales b) y e) de la Ley Orgánica de la Dirección General de Impuestos Internos. Competencia que puede ser delegada por dicho funcionario, para lo cual lo habilita el artículo 8 inciso final de la Ley antes mencionada. En consonancia, la Ley otorga facultad al Departamento de Notificaciones de la Dirección General de Impuestos Internos, pero también puede el Subdirector General, mediante la delegación de firma, autorizar que otros miembros de la Administración autoricen dichos actos, lo cual no significa una pérdida de sus funciones propias, pues la delegación de firma no representa una verdadera transferencia de competencia, ya que ésta la sigue manteniendo el “órgano delegante”, teniendo “el delegado” una parte de la tarea material que aquel debe cumplir, como es el caso, suscribir resoluciones imputables a dicho “órgano 4 Sentencia de la Sala de lo Contencioso Administrativo de las 8 horas 15 minutos del día 19 de marzo de 2003. Ref. 101-G-2000. delegante”. Así lo cita el tratadista García Trevijano Fos, cuando expresa: “la delegación de firma no es una verdadera delegación en el sentido jurídico, pues en todo caso el acto emana de la autoridad delegante”.5 4. Medios de notificación. Los medios a través de los cuales pueden realizarse las notificaciones de las actuaciones de la Administración Tributaria son: a) Personalmente; b) Por medio de esquela; c) Por medio de Edicto; d) Por medio de correo electrónico o Correo Certificado; e) Otros medios tecnológicos de comunicación que dejen rastro perceptible; f) Publicación en el Diario Oficial o en cualquiera de los periódicos de circulación nacional. Lo antes apuntado es transcripción del artículo 165 inciso tercero del Código Tributario, de manera que es obvia la modernización que ha experimentado tal compendio legal, al reglar sobre medios de notificación propios de la tecnología de punta, conservando de igual manera los que se pueden identificar como medios habituales, como lo son la notificación personal, la esquela y el edicto. Dentro de los medios antes señalados, y especialmente en lo referente a actos de gravamen, las notificaciones se realizan por los tres medios tradicionalmente aceptados, notificación personal, esquela y edicto. No obstante, estos se encuentran dispuestos de tal manera que la Administración debe atender primero al medio que asegure la notificación efectiva, es decir la personal, y solamente cuando no sea posible realizar de esa forma la notificación, podrá intentarse a través de los medios de notificación presunta (esquela y edicto). De esa manera se encuentra dispuesto en el artículo 165 incisos noveno y séptimo del Código Tributario, los cuales en su orden dictan: Cuando exista dirección señalada para recibir notificaciones y el sujeto 5 Sentencia del Tribunal de Apelaciones de los Impuestos Internos de las 13 horas del día 26 de agosto de 2003. Inc. I0207005 TM pasivo sea persona natural y no se encontrare en dicho lugar, se le notificará por medio de persona que hubiese comisionado ante la Administración Tributaria para recibir notificaciones, apoderado, su cónyuge, compañera o compañero de vida, hijos mayores de edad, socio, dependiente o sirviente doméstico a su servicio, o por medio de persona mayor de edad que esté al servicio de la empresa u oficina establecida en el lugar señalado. La persona a quien se realice el acto de comunicación deberá mostrar cualquiera de los documentos de identificación a que alude este artículo y consignar su nombre y firma en constancia de su recibo. Cuando los sujetos pasivos no hayan informado dirección para recibir notificaciones o la dirección proporcionada sea falsa o inexistente, la notificación se realizará por medio de edicto. Las notificaciones se realizarán por el mismo medio, cuando la dirección informada sea incompleta y no se dieren las circunstancias para que la actuación quede legalmente notificada. Aún cuando dentro del Código en mención aparece primero lo referente a la notificación por edicto, es ésta la última opción de la Administración, puesto que para proceder de tal forma, es preciso que no se den las circunstancias para que la actuación quede legalmente notificada, lo cual implica agotar todos los medios de búsqueda posibles, por considerarse el edicto como “ultimo ratio legis”. Sin embargo, a partir de criterio externado por la Sala de lo Contencioso Administrativo el día catorce de octubre de dos mil tres, se pasó a discutir si realmente la notificación por esquela es de ultima ratio, de manera que se deben agotar todas las opciones de búsqueda, pues dicho Tribunal razonó: Por otro lado, este Tribunal también ha declarado en múltiples resoluciones que para proceder a notificar por esquela se requiere que exista un lugar señalado para tal efecto. No obstante ser esto un principio general, no implica que deba interpretarse de forma literal y rigorista como ha ocurrido en el presente caso, en el que si bien existía un lugar señalado para oír notificaciones, la administración sabía que la destinataria del acto no se encontraba en dicho lugar por estar ubicada en otra dirección, y así lo hizo constar en el acto de notificación. En este caso, para efectos de considerar la validez de la notificación que se cuestiona, el Tribunal de Apelaciones debió tomar en cuenta que no obstante existir un lugar señalado para oír notificaciones, el notificador también buscó a la destinataria del acto en la 69 Av. Norte y 3ª Calle Poniente No. 213 Colonia Escalón, por ser ahí donde actualmente se encuentra la referida sociedad demandante. Este dato -de suma trascendencia- desnaturaliza totalmente el principio de que la notificación por esquela procede como última ratio sólo en el lugar señalado para oír notificaciones, puesto que es notorio que si bien existía tal lugar, la peticionaria ya no se encontraba en el mismo, sino en otra dirección que era del total conocimiento de la Administración Tributaria. De lo anterior se desprende que la actuación de notificación, se realizó bajo un marco de interpretación meramente literalista del precitado principio de la notificación por esquela; se efectuó únicamente para cumplir con dicho requisito y de modo alguno para que la interesada tuviera noticia real del acto y como consecuencia pudiera ejercer su derecho de defensa. En conclusión, la notificación hecha en tales términos frustró sin razón objetiva el derecho de audiencia.6 Tal pronunciamiento fue contrario a emitidos previamente por el Tribunal de Apelaciones de los Impuestos Internos, el cual consideraba que no se justifica el empleo de medios de búsqueda no prescritos por la Ley de la materia o el reglamento para este tipo de notificación como tampoco se advierte la notificación a los estrictos requisitos exigidos que son los que en verdad impregnan el acto de notificación de certeza y seguridad jurídicas. La exigencia de búsqueda jurisdiccional deviene según jurisprudencia de la Honorable Corte suprema de Justicia, conforme sentencias de las nueve horas ocho minutos del día nueve de julio de mil novecientos noventa y nueve con Ref. 131-C-97 y de las catorce horas veintinueve minutos del día dieciocho de noviembre de mil novecientos noventa y ocho con ref. 35-I-98, específicamente aludida a materia de Transferencia de Bienes Raíces, en ocasión de requerirse notificaciones por edicto como criterio último luego del esfuerzo de la Administración materializado en realización de gestiones tendientes a 6 Sentencia de la Sala de lo Contencioso Administrativo de las 15 horas del día 14 de octubre de 2003. Ref. 172R-2002. conocer el domicilio de la persona a quien se debe notificar y se contrae para casos de no existir lugar señalado y que debe hacerse personalmente, lo que difiere del hecho de notificar por vía de esquela en el lugar señalado, por las razones que la misma Ley prevé, en donde se deberán dar las circunstancias propias de la notificación, sin pretender adicionar otros medios distintos que riñen con la legalidad como queda evidenciado, provocando total irregularidad jurídica en el acto de la notificación al provocar un hiato en las formalidades mismas,... además que evidentemente las búsquedas sólo se justifican en caso de que no se haya señalado lugar para oír notificaciones.7 A pesar de la disparidad de criterios entre contralor administrativo y tribunal judicial (el contralor está sometido a respetar las resoluciones emanadas de tribunal superior), y en atención que se vuelve obligatorio el acatamiento una vez se haya adquirido la categoría de doctrina legal (artículo 5 del Código Tributario), toda vez que no ha sido emitido otro pronunciamiento en similares condiciones por parte del la Sala antes mencionada, tanto la Dirección General de Impuestos Internos como el Tribunal de Apelaciones de los Impuestos Internos, continúan manteniendo la categoría de ultima ratio exclusivamente para la notificación por edicto. 5. Reglas de realización de las notificaciones. 5.1 Lugar señalado. Las notificaciones en materia tributaria están revestidas de ciertas formalidades especiales que deben cumplirse completamente para asegurar el perfeccionamiento del acto, en tal sentido, el carácter estrictamente formal de las notificaciones comporta una consecuencia capital, cual es el hecho que la notificación no realizada en debida forma no produce efectos, de lo cual se sigue que la propia resolución notificada tampoco podrá producirlos contra el interesado, ya que la notificación demora el comienzo de la eficacia del acto, de la misma manera ante una 7 Sentencia del Tribunal de Apelaciones de los Impuestos Internos de las 14 horas del día 22 de abril de 2003. Inc. No. I0207012 M. notificación defectuosa, no comienzan a correr los plazos para interponer los recursos pertinentes.8 Lo primero que debe identificarse y respetarse al momento de la realización de los actos de comunicación, es el lugar que haya señalado el contribuyente para tal efecto, es decir la dirección en la cual aquel ha manifestado su deseo de recibir las notificaciones, en razón que en dicho lugar se le facilita su conocimiento del acto. Se efectuarán en la dirección señalada para recibir notificaciones al sujeto pasivo o deudor tributario, cuando ésta haya sido informada, ordena el inciso quinto del art. 165 del Código Tributario, en consecuencia una notificación que no se haya realizado en el lugar señalado se considerará inválida, a menos desde luego que se notifique personalmente al destinatario de tal acto (contribuyente), pues a éste se le puede notificar en cualquier parte, a tal respecto el artículo 165 inciso sexto del Código Tributario, dispone que la notificación al sujeto pasivo, representante legal, apoderado, curador o heredero podrá efectuarse en dirección distinta al lugar señalado para tal efecto cuando se realice personalmente a ellos. Sin embargo la realización de las notificaciones en lugar diferente no significa que la misma sea inválida, aún cuando no se haya notificado al destinatario, y al respecto la notificación puede haberse notificado en un lugar diferente al señalado, pero se demuestra el conocimiento real se demuestra cuando éste acude a la Dirección General, mencionando con exactitud la carga impositiva, al reclamar la formalidad de que no se le notificó en el lugar indicado. De ahí que no exista en estas circunstancias la nulidad de la notificación.9 El criterio anterior tiene su par legal en el artículo 171 del Código Tributario, disposición que prescribe: “Para todos los efectos, la notificación se entenderá válidamente efectuada aunque carezca de alguna formalidad, cuando el sujeto pasivo, dé cumplimiento a la misma, intervenga después de su realización o interponga los recursos procedentes. La ausencia de formalidades en la notificación se subsanará por ratificación tácita, que consiste en intervenir o actuar posteriormente a la realización de la misma sin alegar esa ausencia de formalidades. Cuando éstas sean alegadas deberá indicarse puntualmente cuáles son las formalidades que se estiman ausentes.” 8 9 Op. Cit. 4. Sentencia de la Sala de lo Contencioso Administrativo del 7 de julio de 1998. Ref. 43-D-97. Existen tres excepciones a las reglas de realización de notificación en el lugar señalado, las cuales son: a) Cuando se realiza personalmente al destinatario del acto, artículo 165 inciso sexto del Código Tributario: La notificación al sujeto pasivo, representante legal, apoderado, curador o heredero podrá efectuarse en dirección distinta al lugar señalado para tal efecto cuando se realice personalmente a ellos. b) La notificación de inscripción de oficio como contribuyente, artículo 89 del Código Tributario, Cuando los contribuyentes no solicitaren su inscripción en el Registro dentro del plazo señalado en inciso segundo del artículo 86 de este Código: La Administración Tributaria ordenará de oficio su inscripción con los datos, antecedentes e información de que disponga, sin perjuicio de la sanción correspondiente. En estos casos la Administración Tributaria notificará en el lugar del local o establecimiento donde realiza sus actividades el contribuyente. c) La notificación en los procesos de verificación del cumplimiento de obligaciones formales por medio del fedatario, artículo 165 inciso catorce del Código Tributario: En el caso de contribuyentes que sean sujetos de verificación por parte de fedatario, la Administración Tributaria podrá notificar al sujeto pasivo, de no encontrarse se notificará a la persona que realiza la respectiva venta de bienes o servicios, en el lugar en el que se constate el incumplimiento, sin que se requiera que en el acta de notificación se cite el orden de prelación previsto en el presente artículo para las personas naturales o para cualquier otro sujeto pasivo; de tal forma, bastará con citar el orden previsto en este inciso. 5.2 Orden de prelación. El orden de prelación se define como la antelación o preferencia con la que una cosa debe ser atendida respecto a otra con la que se compara10, en tal sentido, por tal concepto aplicado a las notificaciones se entiende en orden lógico establecido por la ley que detalla las personas legitimadas para recibir el acto de comunicación en ausencia del destinatario, de manera que solamente en ausencia del anterior, puede 10 Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, 19 Edición, Madrid, Espasa-Calpe, 1970. procederse a buscar al subsiguiente, puesto que como se vio anteriormente, las formalidades de la notificación deben satisfacerse cabalmente, de lo contrario sería inválida. Al respecto, por contralor tributario se expresa: Este Tribual en reiteradas ocasiones, tomando como base la resolución pronunciada por la Sala de lo Contencioso Administrativo de la Corte Suprema de Justicia de las ocho horas y dos minutos del día veintinueve del mes de agosto de mil novecientos noventa y siete, se evidencia que hay un orden de prelación en la notificación de las personas naturales, Sucesiones y Sociedades, el cual en el caso que nos ocupa, la notificación aludida debería de llevar los elementos establecidos en la referida norma11. Dentro de los artículos 165 y 165-A del Código Tributario, encontramos regulados los diferentes ordenes de prelación según la persona a notificar, teniendo en todo caso mayúscula importancia la legitimación del receptor, para el caso, cuando se notifica a un contribuyente persona natural, el destinatario lo será el contribuyente al cual se dirige el acto, o en otras palabras, aquel sobre el cual desplegará sus efectos jurídicos el acto a notificar, y el receptor lo puede ser el mismo destinatario u otra persona que la Ley faculte para tal efecto. En síntesis, la recepción de un acto de comunicación puede realizarlo el destinatario o un receptor, y atendiendo a quien se considere destinatario así se deben realizar las búsquedas correspondientes. Para el caso de las personas naturales, regula el inciso noveno del artículo 165 del Código Tributario: Cuando exista dirección señalada para recibir notificaciones y el sujeto pasivo sea persona natural y no se encontrare en dicho lugar, se le notificará por medio de persona que hubiese comisionado ante la Administración Tributaria para recibir notificaciones, apoderado, su cónyuge, compañera o compañero de vida, hijos mayores de edad, socio, dependiente o sirviente doméstico a su servicio, o por medio de persona mayor de edad que esté al servicio de la empresa u oficina establecida en el lugar señalado. La persona a quien se realice el acto de comunicación deberá mostrar cualquiera de los documentos de identificación a que alude este artículo y consignar su nombre y firma en constancia de su recibo. 11 Sentencia del Tribunal de Apelaciones de los Impuestos Internos de las 11 horas del día 20 de noviembre de 2001. Inc. No. R0007012 T y M. Entonces, en el caso en mención tenemos siete diferentes categorías de receptor para realizar la notificación, (1) persona comisionada por el contribuyente para recibir notificaciones; (2) apoderado; (3) cónyuge, compañera o compañero de vida; (4) hijos mayores de edad; (5) socio; (6) dependiente o sirviente doméstico a su servicio; (7) persona mayor de edad que esté al servicio de la empresa u oficina establecida en el lugar señalado. El notificador está obligado, a buscar en primer lugar persona comisionada, y solamente si ésta no existe o no se encuentra puede proceder a buscar apoderado, y si éste no existe o no se encuentra puede proceder a buscar cónyuge o compañera o compañero de vida –dependiendo desde luego del estado familiar del o la contribuyente, ya que por ejemplo si se trata de una mujer que lleve el apellido de casada, no se buscará compañero de vida, sino al cónyuge-, y solamente si éstos no existen o no se encuentra puede proceder a buscar a un hijo mayor de edad –aquí puede surgir una interrogante, ¿qué sucede cuando se trata de un contribuyente que, por ejemplo no pase de veinte años (la fecha de nacimiento va implícita en el NIT), se debe buscar hijo mayor de edad, cuando evidentemente es imposible que lo tenga?. La respuesta está dentro de la exigencia de cumplimiento de todas las formalidades que conllevan el acto de notificación, y en tal sentido es obligación del notificador, realizar las búsquedas exactas que la Ley le obliga, puesto que una omisión de requisito podría acarrear la invalidez del acto-, y así sucesivamente agotando toda la prelación. Al final de la misma se encuentra una categoría de persona que, aunque no tenga relación alguna con el contribuyente, la Ley a facultado a recibir el acto, y es una persona mayor de edad que esté al servicio de la empresa u oficina establecida en el lugar señalado, y es entendible que el legislador haya dispuesto semejante previsión, pues en todo caso, si el contribuyente señala un lugar determinado para recibir notificaciones es porque él está consciente que en ese lugar debe existir algún interés en sus asuntos, como para recibir el acto. Un buen ejemplo de lo anterior sería cuando se señala para recibir notificaciones la oficina contable que maneja los asuntos del contribuyente, obviamente allí difícilmente se encontraría alguna de las otras categorías de receptor, sin embargo sí recibiría la notificación alguna persona al servicio de dicha oficina. En tanto, cuando se notifique a una persona jurídica, de tomará en cuenta la categoría de ésta, si se trata de una sociedad, el inciso décimo de la disposición legal antes relacionada, describe: Cuando se trate de una sociedad, la notificación se realizará por medio de cualquiera de sus representantes, por medio de persona que hubiese comisionado ante la Administración Tributaria para recibir notificaciones, su apoderado, persona mayor de edad que esté al servicio de dicha sociedad o por medio de persona mayor de edad que esté al servicio de la empresa u oficina establecida en el lugar señalado para recibir notificaciones. La persona a quien se realice el acto de comunicación deberá mostrar cualquiera de los documentos de identificación a que alude este artículo y estampar su nombre y firma en constancia de su recibo. Al igual que en el caso de las personas naturales, encontramos dispuestas diferentes categorías de receptores, y solo en defecto de la predecesora puede pasarse a la subsiguiente. Por otra parte, se prescriben dentro del artículo 165 del Código Tributario, reglas específicas para diferentes entidades que por su particularidad no concatenarían en los supuestos anteriores, tales como los casos de sucesiones (inciso once), sociedades nulas, irregulares o de hecho (inciso doce) y fideicomisos (inciso trece), las cuales tienen ordenes de prelación singulares. El artículo 165-A por su parte, incorpora asimismo reglas que buscan permitir la perfección del acto de comunicación en los casos que la misma deba realizarse por medio de apoderado, curador o heredero, éstos ya no como receptores, sino como destinatarios del acto. Y es que éstos se vuelven destinatarios cuando se muestran parte para representar al contribuyente, acreditan su personería y señalan lugar para recibir notificaciones en la calidad que los vincula al contribuyente, dotándolos de un orden de prelación a partir de su calidad como destinatarios de la notificación, con similares condiciones que las reglas del artículo 165 precedente. 5.3 Obligaciones del receptor. Para ser considerada válida la notificación, el receptor de la misma debe cumplir con ciertas obligaciones inherentes a la calidad con la que actúa en ese momento. Básicamente las obligaciones impuestas por Ley son dos: identificarse y firmar el acta donde conste la diligencia realizada. Identificarse: Debe notarse que en todas las disposiciones que refieren el orden de prelación correspondiente a las diferentes tipos de contribuyente a notificar, se establece que la persona a quien se realice el acto de comunicación deberá mostrar cualquiera de los documentos de identificación preestablecidos, los cuales se encuentran detallados en el inciso décimo séptimo del artículo 165 del Código Tributario, el cual reza: Los documentos que servirán para identificarse a efectos de recibir notificaciones de carácter tributario podrán ser cualquiera de los siguientes: Documento Único de Identidad, Pasaporte, Licencia de Conducir, Tarjeta de Afiliación del Instituto Salvadoreño del Seguro Social y para los extranjeros Pasaporte o Carné de residente, cualquier documento que a futuro sea el documento de identificación personal oficial. Todo lo anterior en relación a lo establecido en el artículo 149-A inciso primero del cuerpo legal en mención: Los destinatarios y receptores de los actos de comunicación de la Administración Tributaria están obligados a exhibir y presentar su documento de identidad a los auditores, Fedatarios, notificadores o a cualquier delegado de la Administración Tributaria, cuando sean solicitados por éstos en el desempeño de sus funciones. Firmar el acta respectiva: Asimismo, se impone como obligación para el receptor del acto de comunicación, de estampar su nombre y firma de constancia de su recibo. Lo anterior se colocará al pie del acta levantada por el agente de la Administración Tributaria que cumpla con la función de notificar, en donde se haga constar la ejecución de la diligencia mencionada. Si la persona que recibe el acto, aún aviniéndose a recibir el acto se niega a cumplir con las obligaciones antes mencionadas, derivará en una notificación por esquela, para lo cual se hará constar tal circunstancia en el acta respectiva. 5.4. Obligaciones del notificador. Son mas amplias que las obligaciones del receptor, algunas se encuentran claramente prescritas en la ley y otras se detraen de la figura de la notificación y la finalidad del acto, la cual es otorgar pleno conocimiento del acto emitido por la Administración, a la persona destinataria del mismo. Ejecutar con diligencia y cuidado todas sus actuaciones, en pleno cumplimiento de las disposiciones legales atinentes. Comparecer a realizar el acto en el lugar señalado para recibir notificaciones, debiendo asegurarse de cual es el que ha señalado el destinatario. Si bien la notificación directa al destinatario puede realizarse en lugar diferente al señalado, según el inciso sexto del artículo 165 del Código Tributario: La notificación al sujeto pasivo, representante legal, apoderado, curador o heredero podrá efectuarse en dirección distinta al lugar señalado para tal efecto cuando se realice personalmente a ellos. Respetar el orden de prelación en las búsquedas que realice atendiendo a la persona a notificar y las particulares características del caso. Identificarse previa la realización del acto de notificación, según lo dispuesto en el inciso 149-A incisos segundo, tercero, cuarto y quinto del Código Tributario: Los auditores y delegados de la Administración Tributaria en el ejercicio de las facultades administrativas deberán identificarse al iniciar su cometido. Quienes realicen notificaciones deberán identificarse antes de proceder a realizar dicho acto. Los Fedatarios deberán identificarse en el momento que las disposiciones especiales que regulan dicha figura lo estipulan. La identificación se acreditará por medio del carné que expida la Administración Tributaria. Levantar el acta en la cual se hagan constar todas las circunstancias bajo las cuales se desarrolló la notificación, para dejar constancia de la misma. Dicha acta debe contener el lugar, la fecha, el sujeto pasivo a nombre del cual se emitió la providencia, el orden de prelación y la relación circunstancial de la realización de la notificación, la lectura y entrega al receptor del acto notificado y las firmas tanto del receptor como del notificador. 5.5 Un caso particular: Notificación por conducta concluyente. El artículo 171 del Código Tributario, prescribe: Para todos los efectos, la notificación se entenderá válidamente efectuada aunque carezca de alguna formalidad, cuando el sujeto pasivo, dé cumplimiento a la misma, intervenga después de su realización o interponga los recursos procedentes. La ausencia de formalidades en la notificación se subsanará por ratificación tácita, que consiste en intervenir o actuar posteriormente a la realización de la misma sin alegar esa ausencia de formalidades. Cuando éstas sean alegadas deberá indicarse puntualmente cuáles son las formalidades que se estiman ausentes. Dicha disposición parte que, al cumplirse la finalidad de la notificación, las cual es dar a conocer al interesado la resolución de la Administración, se ha cumplido con el objeto de la misma, aún cuando no se hayan respetado las reglas a cabalidad. Al respecto la Sala de lo Contencioso Administrativo ha emitido pronunciamiento: Si en el escrito mediante el cual se interpone el recurso correspondiente, al expresar las razones de su inconformidad con la tasación del impuesto, el administrado no alega nulidad del acta mediante la cual se le notificó dicha resolución, ni presentó pruebas encaminadas a objetar la validez de tal notificación, debe entenderse que cualquier infracción en que se hubiere incurrido respecto de la formalidad prevista para dicha actuación, se encuentra subsanada.12 Asimismo, el Tribunal antes referido expresa: El incumplimiento de las formalidades que aseguran una adecuada notificación no hacen que la notificación sea necesariamente inválida. Es suficiente que el administrado tenga real y pleno conocimiento de la resolución y pueda ejercer las acciones que considere 12 Sentencia de la Sala de lo Contencioso Administrativo de las 12 horas 30 minutos del día 12 de enero de 1998. convenientes. Por lo tanto, para considerar una notificación eficaz basta que la notificación cumpla con la finalidad prevista por el legislador.13 5.6 Horas hábiles para efectuar las notificaciones. Al respecto, el artículo 172 del Código Tributario, establece las regulaciones atinentes: Las notificaciones deberán practicarse en horas y días hábiles, salvo disposición en contrario. Para efectos de lo dispuesto en el presente artículo se entenderá por horas y días hábiles las que comprendan de ocho de la mañana a seis de la tarde de lunes a viernes. Los términos se contarán a partir del día inmediato siguiente a aquel en que se haya notificado el acto respectivo a los interesados. La Administración Tributaria podrá practicar notificaciones en horas y días inhábiles cuando los actos administrativos resulten favorables a los intereses de los contribuyentes, en cuyo caso la notificación se tendrá por realizada la primera hora y día hábil administrativos siguientes al de la comunicación del acto. La Administración Tributaria se encuentra facultada para notificar en horas y días no hábiles las actuaciones que realice mediante Fedatario, las que se realicen en el ejercicio de las facultades de control, así como para el control de ingresos por transferencias de bienes o prestaciones de servicios en el lugar en el que se realicen las operaciones, las relativas al control y confección de inventarios y las que realice en función de lo dispuesto en los literales c) y g) del artículo 173 y artículo 173-A de este Código, independientemente de la naturaleza o de la actividad del negocio o establecimiento, siempre que se realicen en días y horas en las cuales el contribuyente está realizando la actividad económica. En resumen, las notificaciones deben practicarse por regla general de las ocho de la mañana a las seis de la tarde, de lunes a viernes. Sin embargo existen casos 13 Sentencia de la Sala de lo Contencioso Administrativo del día 7 de julio de 1998. Ref. 43-D-97. especiales, como las notificaciones vía fedatario y aquellas que sean favorables al contribuyente, que pueden romper dicha regla, en los términos antes detallados. CONCLUSIÓN Las notificaciones son el requisito que señala el momento en que adquieren validez los actos emanados de la Administración Tributaria, en tal sentido es obligatoria su realización cuando el ente estatal dicte actos administrativos, es decir aquellos que de una manera singular afecten los intereses de un contribuyente específico. Notificar en el ámbito administrativo es el acto procesal por medio del cual la Administración hace del conocimiento del administrado los actos emanados de ella, y para que cumplan su cometido la Ley ha dispuesto una serie de requisitos que deben ser observados en todo momento por parte del Fisco, caso contrario resultan inválidas. Los medios de notificación más importantes, a pesar de las reformas tributarias, siguen siendo la notificación personal, la notificación por esquela y la notificación por edicto. Cada uno de dichos medios obedece a diferentes circunstancias particulares de cada caso, debiendo procurarse la realización de la notificación personal, y solamente en defecto de ésta proceder a intentar la notificación por los otros medios. Asimismo, dada la importancia de la figura apuntada, el legislador ha tenido el cuidado de dictar sus requisitos de manera detallada, incluyendo las personas facultadas para recibir el acto, las obligaciones del notificador así como del receptor, así como las horas hábiles para la realización de dichas diligencias, pues la prescripción de todos ellos posibilitan la realización del cometido de la notificación, que el administrado realmente tenga conocimiento del acto emitido, debiendo la Administración actuar de manera diligente y garantista. BIBLIOGRAFÍA. ∗ Código Tributario. ∗ Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española. ∗ Jurisprudencia de la Sala de lo Contencioso Administrativo de la Corte Suprema de Justicia. ∗ Jurisprudencia de la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia. ∗ Jurisprudencia del Tribunal de Apelaciones de los Impuestos Internos. ∗ Código de Procedimientos Civiles. ∗ Ley Orgánica de la Dirección General de Impuestos Internos.