UNIVERSIDAD FRANCISCO GAVIDIA

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UNIVERSIDAD FRANCISCO GAVIDIA
FACULTAD DE JURISPRUDENCIA Y CIENCIAS SOCIALES
CENTRO REGIONAL DE OCCIDENTE
MONOGRAFÍA
EL INSTITUTO DE LA NOTIFICACIÓN EL CÓDIGO
TRIBUTARIO SALVADOREÑO.
NOMBRE DEL ASESOR:
WILLIAM WALTER ALVANES AMAYA
PRESENTADO POR:
LUIS EMILIO RIVERA LINARES
PARA OPTAR AL TÍTULO DE
LICENCIADO EN CIENCIAS JURÍDICAS.
SANTA ANA, JUNIO DE 2005.
UNIVERSIDAD FRANCISCO GAVIDIA
FACULTAD DE JURISPRUDENCIA Y CIENCIAS SOCIALES
JURÍDICAS ESCUELA DE CIENCIAS
AUTORIDADES
RECTOR:
INGENIERO MARIO ANTONIO RUIZ RAMÍREZ
SECRETARIO GENERAL:
LICENCIADA TERESA DE JESÚS GONZÁLEZ
DE MENDOZA
DECANO DE LA FACULTAD DE JURISPRUDENCIA Y
CIENCIAS SOCIALES:
LICENCIADA ROSARIO MELGAR DE VARELA
DIRECTOR DE LA ESCUELA DE CIENCIAS JURÍDICAS:
DOCTOR JORGE EDUARDO TENORIO
SAN SALVADOR SEPTIEMBRE DE 2005
ÍNDICE
Introducción
Capitulo I
Capitulo Introductorio
I. Planteamiento del Problema……………………………………….1
II. Delimitación del Problema………………………………………...3
III. Justificación de la Investigación………………………………..4
IV. Objetivo de la Investigación……………………………………..5
V. Enfoque Metodológico…………………………………………….6
VI. Antecedentes del Problema……………………………………...7
VII. Marco de Referencia……………………………………………...9
Capítulo II
La Notificación en el Código Tributario
1. Actos a notificar……………………………………………………11
2. Finalidad de la Notificación……………………………………...12
3. Facultades de realización de las notificaciones……………..13
4. Medio de notificación……………………………………………..14
5. Reglas de realización de las notificaciones…………………..17
5.1 Lugar Señalado…………………………………………...17
5.2 Orden de Prelación………………………………………19
5.3 Obligaciones del Receptor……………………………..22
5.4 Obligaciones del Notificador…………………………..23
5.5 Un caso particular: notificación por conducta
Concluyente……………………………………………….25
5.6 Horas hábiles para efectuar notificaciones…………26
Conclusión…………………………………………………………….27
Bibliografía…………………………………………………………….28
INTRODUCCIÓN
La notificación de las actuaciones de la Administración Tributaria, es un
procedimiento que se desarrolló desde el momento mismo en que se reconocieron
derechos inalienables para los contribuyentes, entre los cuales se destacó el
derecho a ser informado de todas aquellas providencias emitidas por la entidad fiscal
que tengan incidencia sobre su patrimonio.
No obstante, la notificación ha sido históricamente, al tiempo que uno de los
garantes básicos de los derechos y garantías de los sujetos pasivos del tributo,
objeto de constantes impugnaciones ante los tribunales, sean éstos administrativos
o judiciales.
De esa manera, las reformas de ley han tenido como objeto dotar a la notificación
tributaria de los supuestos normativos que permitan el cumplimiento de su finalidad,
hacer del conocimiento de los sujetos afectados, los actos administrativos, así como
permitir a la Administración el desarrollo expedito del mandato encomendado a ella,
la gestión de control y recaudación de los tributos.
A la fecha, las últimas reformas de ley que han afectado la notificación tributaria, han
sido las aprobadas mediante Decreto Legislativo número 648, del 17 de marzo de
2005, publicadas en el diario Oficial número 55, Tomo 366, del 18 de marzo del
2005, las cuales son las que merecen su análisis actual, amén de que la
jurisprudencia analizada tenga incidencia sobre ellas, a pesar de haberse emitido
sobre normas previas a las reformas mencionadas.
CAPITULO I
CAPITULO INTRODUCTORIO
I.
PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA
Los actos de comunicación emanados de la Administración Tributaria se encuentran
revestidos de formalidades legales, que persiguen la satisfacción de los elementos
constitutivos de un estado garantista, debiendo cumplirse dichas formalidades pues
de lo contrario, el acto que se persigue dar a conocer se vuelve inválido, es decir sin
validez. De manera que, la comisión de hechos no reglados, o la omisión de alguno
de los supuestos de ley, vuelve nugatoria cualquier actuación administrativa,
debiendo en todo caso asegurarse el ente estatal, de que los particulares gocen de
todas las oportunidades para el real y oportuno ejercicio de sus derechos, y es allí
donde de forma insustituible se está en presencia del instituto de la notificación.
DESCRIPCIÓN DEL PROCEDIMIENTO
El delegado de la Administración Tributaria se apersona al lugar señalado por el
contribuyente para recibir notificaciones, el cual en ningún momento puede ser un
apartado postal. Una vez constatar que se encuentra en el lugar señalado, procede
a iniciar la búsqueda de los sujetos correspondientes, comenzando por el
destinatario del acto, para en ausencia de éste, proceder a buscar a los receptores,
según el orden de prelación establecido por el Código Tributario. Una vez se
constate la presencia de alguno de los sujetos facultados a recibir la notificación, el
delegado fiscal procede a la lectura del acto en cuestión, y una vez leído, procede a
levantar el acta donde se haga constar la diligencia practicada, teniendo cuidado de
relatar en forme precisa y respetando los requisitos que la norma establece al
respecto; acto posterior entregar otro ejemplar de la diligencia a la persona que ha
sido notificada, la que a su vez deberá estampar su firma al pie del acta levantada
por el delegado, el cual también firmará dicha acta, la cual una vez completada
pasará a formar parte del expediente del contribuyente al cual se dirige la diligencia
notificada, como atestado de su cometido.
Lo antes planteado representa solamente una de las modalidades de la notificación,
es decir cuando se realiza de manera personal por medio de una persona legitimada
por ley para recibir dicho acto. Sin embargo, y como se analizará en lo sucesivo,
pueden darse una serie de circunstancias que modifican la forma de proceder de la
Administración, conllevando según el casos inclusive a los otros medio de
notificación, cuales son la notificación por esquela y la notificación por edicto, ésta
última prácticamente desterrada del ámbito tributario según jurisprudencia emitida
por la Sala de lo Contencioso Administrativo de la Corte Suprema de Justicia en
sentencia del dieciocho de noviembre de mil novecientos noventa y ocho, con
referencia 131-C-97: Es primordial establecer que en orden a la finalidad de las
notificaciones, el edicto tiene o debe tener un carácter de última ratio dentro de las
posibilidades de la Administración, lo anterior ya que como lo expone Isodoro Eisner
la notificación por edicto ”difícilmente llega a conocimiento del destinatario”.
Asimismo, dependiendo de la persona que se encuentre en el lugar señalado –si se
encuentra alguna facultada a recibir el acto–,
será distinto el proceder del
notificador, y como resultado lo consignado en el acta correspondiente también
mutará un caso de otro.
En cualquier caso, la Administración debe agotar los medios de realización de una
notificación personal en el lugar señalado, de manera que solamente ante la falta de
cada una de las opciones legales, puede procederse a la siguiente, y así
sucesivamente.
De manera que, si bien existe un procedimiento específico, el mismo tiene a su vez
diversas variables, las que en sí mismas forman el cuerpo del presente trabajo.
II.
a)
RELIMITACIÓN DEL PROBLEMA
Delimitación Teórica:
La presente monografía se encuadra en el análisis de la figura de la notificación en
el Código Tributario, vista como el acto por medio del cual la Administración hace del
conocimiento del sujeto un acto de carácter singular emitido por ella dentro de las
potestades conferidas por la legislación respectiva, puesto que el mismo término
hace referencia a “noticia”, es decir publicación de algo.
b)
Delimitación Temporal:
En vista de las reformas fiscales que nuestro país ha experimentado en los últimos
meses de dos mil cuatro y primeros de dos mil cinco, en cuanto a norma legal debe
analizarse el articulado vigente a partir del día veintisiete de marzo de dos mil cinco.
No obstante, en cuanto a jurisprudencia y doctrina, el análisis de retrotraerá a tiempo
anterior, pues las mismas en muchos casos siguen siendo aplicables ya que dictan
principios básicos y razonamientos que a pesar de la modificación de la ley,
continúan adecuándose a las reglas fundamentales sobre las cuales tiene su
basamento el derecho tributario en cuanto al tema analizado.
III.
JUSTIFICACIÓN DE LA INVESTIGACIÓN
Importancia:
El estudio de la forma que la ley dicta deben realizarse las notificaciones en el
ámbito tributario sirve por una parte para establecer el proceder del Fisco en procura
que sus actuaciones se encuentren revestidas de un resguardo legal que las vuelva
efectivas y de obligatorio cumplimiento para sus destinatarios. Por otra parte,
advertir las circunstancias de indefensión o menoscabo infundado ante las que los
contribuyentes pueden verse, por un proceder inadecuado de la entidad fiscal. De
manera que, mientras mas se estudie la figura apuntada, será más viable que,
desde el lado fiscal, las actuaciones sean correctas y oportunas, y desde la posición
del contribuyente, que no se vean mermadas sus garantías fundamentales.
Utilidad:
De igual forma que la importancia, la utilidad tiene dos vías principales; la utilidad
para la Administración y para el administrado.
Para la Administración, pues mientras más sea posible recabar información y sentar
opinión al respecto, más amplio serán los referentes de que ésta gozará para llevar
a cabo sus cometidos, ya que la discusión académica normalmente rinde frutos
inesperados aún por los directamente involucrados con los temas debatidos.
Para el contribuyente, puesto que al estar consciente de los mandatos legales a los
cuales debe ceñirse el Fisco de la República, mayor será la oportunidad de ejercitar
sus derechos, especialmente el de reclamación ante un mal proceder administrativo,
velando de forma más efectiva por sus propios intereses, como centinelas del
Estado de Derecho, puesto que en todo caso se enfrentarán a circunstancias que los
atañen o pueden atañer en un momento específico. Mientras mayor sea la vigilancia
del imperio de la Legitimidad, mayores serán las oportunidades de subsistencia y
desarrollo del mismo.
IV.
OBJETIVOS DE LA INVESTIGACIÓN
OBJETIVOS GENERALES:
Proveer una herramienta de consulta que coadyuve a formar criterio en relación al
desarrollo de las notificaciones en materia tributaria, permitiendo delimitar los
alcances de la misma en el cometido de las actuaciones administrativas, bajo el
amparo de la legalidad, lo que posibilitará desentrañar el ejercicio de las potestades
conferidas al Fisco de la República y su adecuación a la legalidad, así como si las
mismas preservan los derechos de los contribuyentes, a los cuales les surgen
posibilidades impugnativas en caso de no satisfacerse con las exigencias normativas
que se prescriben para los casos específicos que se ventilen. Colaborando de esa
manera en la evolución del derecho tributario nacional, mediante al dotación de un
insumo de consulta y formación de opinión.
OBJETIVOS ESPECÍFICOS:
™ A través de la recopilación de información doctrinaria y jurisprudencial,
percibir los criterios aplicables respecto de las notificaciones tributarias, y su
concatenación con la legislación vigente, dotando de una herramienta de
consulta.
™ Contribuir al desarrollo de la institución de la notificación en materia tributaria,
y su conocimiento en el ámbito académico.
™ Fomentar la discusión e interés analista del procedimiento objeto de análisis.
V.
ENFOQUE METODOLÓGICO
Se utilizará en método bajo el enfoque analítico descriptivo, tomando en
consideración los elementos de reflexión que se recopilen, con el fin de alcanzar
o lograr los objetivos antes planteados.
El tipo de investigación es bibliográfica analítica, pues se disfruta de una gran
cantidad de doctrina y jurisprudencia aplicables al tema investigado, lo que
viabiliza el indagación y reflexión intelectiva, pues respecto a una figura jurídica
como la investigada, su estudio se hace factible con la incorporación al mismo de
exposiciones doctrinarias anteriores.
La técnica para la recolección de información partirá de la identificación de las
disposiciones legales atinentes al tema en cuestión, así como la jurisprudencia
emitida por Tribunales administrativos y judiciales que tengan incidencia con la
notificación tributaria, de igual forma lo que al respecto han descrito los
expositores del derecho, clasificándola para crear un trabajo ordenado y
sistemático por medio del cual sea factible un mayor conocimiento de lo
analizado.
VI.
ANTECEDENTES DEL PROBLEMA
La notificación de las actuaciones de la Administración Tributaria ha sido
históricamente uno de los procedimientos de mayor importancia en el quehacer del
aparato estatal. Asimismo, ha sido uno de los aspectos mas debatidos y con un alto
grado de impugnaciones ante los tribunales competentes, lo que en gran medida
deviene en un desmedro de los intereses fiscales, al haberse visto privada en
diversas ocasiones de montos dinerarios que correspondían pagar a los
contribuyentes, pero que por un vicio en la notificación respectiva, han sido
revocadas por contralor administrativo o tribunal jurisdiccional, impidiendo de esa
manera que la deuda tributaria determinada mediante una acto liquidatorio adquiera
las características de firmeza y liquidez, y por consiguiente no adquiere la
exigibilidad necesaria para conminar a su cumplimiento por vías de cobro coactivo.
Por ora parte, en algunos casos los sujetos pasivos del tributo han sido objeto de
actos liquidatorios respecto de los cuales no ha tenido oportunidad real de defensa,
al no haber tenido noticia cierta y oportuna de las decisiones fiscales, con lo que en
dichas ocasiones han sido a éstos los que, por un vicio de procedimiento, se han
conculcado sus derechos fundamentales.
En cualquiera de los casos anteriores, se ha roto con la justicia y equidad que debe
acompañar la relación fisco-contribuyente, teniendo por un lado el estado el derecho
de exigir de los particulares el cumplimiento de sus obligaciones tributarias,
especialmente las obligaciones sustantivas; y por parte de los sujetos pasivos,
teniendo éstos el derecho, que al mismo tiempo se constituye en un deber, de
contribuir a las cargas públicas en proporción a su capacidad económica, revelada
por la comisión de hechos generadores de los tributos.
Tanta es la importancia que la notificación en el ámbito tributario tiene, que la Sala
de lo Contencioso Administrativo de la Corte Suprema de Justicia la ha denominado
como: “piedra angular del sistema de garantías de los derechos del administrado,
especialmente en materia tributaria, y se considera que la obligación de notificar
deviene del principio de seguridad jurídica y de la necesidad de hacer posible el
derecho de defensa. Precisamente por su trascendencia, el legislador reviste de
solemnidades al acto procesal de la notificación, lo cual constituye una garantía en
favor de la parte notificada, a fin que ésta pueda efectivamente hacer uso de los
medios impugnatorios que la ley le franquea.”(Sentencia de las ocho horas quince
minutos del día diecinueve de marzo de dos mil tres, Referencia 101-G-2000).
Ante tal fundamentación de criterio, resulta palmario que la notificación se constituye
en una garantía de acción, por lo que no resulta extraño que la misma haya sido el
argumento por el cual se resuelven muchas controversias suscitadas entre el
particular y la Administración, en razón de lo cual todo estudio, análisis o discusión
que se promueva al respecto, debe ser vista con interés, máxime cuando las nuevas
reformas tributarias brindan nuevos parámetros de acción, muchos de ellos hasta la
fecha sin criterios definidos por autoridades superiores.
VII.
MARCO DE REFERENCIA
A. Fundamento doctrinario:
Los conceptos fundamentales que se utilizan dentro del presente trabajo,
indispensables para su comprensión y delimitación, los que se exponen a
continuación.
Notificación: Acto procesal por medio del cual la Administración Tributaria da
publicidad al acto emanado de su seno, dotando al mismo de oficia, la cual se
adquiere normalmente al día siguiente al de efectuada la comunicación respectiva.
Sujeto Activo: El sujeto activo de la obligación tributaria es el Estado, ente público
acreedor del tributo.
Sujeto Pasivo: Es el obligado al cumplimiento de las prestaciones tributarias, sea
en calidad de contribuyente o en calidad de responsable.
Administración Tributaria: En el presente trabajo se encuentra referida
especialmente a la Dirección General de Impuestos Internos del Ministerio de
Hacienda.
Jurisprudencia: Decisiones fundadas, emitidas mediante sentencia, por parte de
los entes encargados de impartir justicia en el ámbito tributario, ya lo sea en
instancia administrativa o jurisdiccional.
Doctrina Legal: La jurisprudencia establecida en los procesos de amparo de la Sala
de lo Constitucional, así como la proveniente de la Sala de lo Contencioso
Administrativo ambas de la Corte Suprema de Justicia y del Tribunal de Apelaciones
de los Impuestos Internos, en tres sentencias uniformes y no interrumpidas por otra
en contrario, siempre que lo resuelto sea sobre materias idénticas en casos
semejantes
Tribunal de Apelaciones de los Impuestos internos: Órgano administrativo
competente para conocer de los recursos de apelación que interpongan los
contribuyentes contra las resoluciones definitivas, en materia de liquidación de oficio
de impuestos e imposición de multas, que emita la Dirección General de Impuestos
Internos. Está integrado por un Presidente y dos Vocales nombrados por el Órgano
Ejecutivo en el Ramo de Hacienda, quienes desempeñan sus cargos con autonomía
funcional.
Informe de Auditoria o de Infracción: Informe emitido en función fiscalizador por
los auditores de la Dirección General de Impuestos Internos, en el cual se plasman
los procedimientos realizados y las conclusiones alcanzadas, producto de un estudio
realizado a la conducta de un contribuyente específico con relación al cumplimiento
de sus obligaciones respecto de un impuesto determinado, y el cual sirve de base
para emitir la correspondiente resolución sancionadora o liquidatoria del Impuesto.
Liquidación de oficio del impuesto: Denominase así, genéricamente, el acto
emitido por parte de la Administración Tributaria, que tiene por objeto la
determinación de obligaciones incumplidas por parte de los contribuyentes.
B. Fundamento Jurídico:
Ésta se encuentra conformada por las disposiciones legales de las cuales se servirá
para el desarrollo del tema desarrollado, las cuales se encuentran especialmente
dispuestas (aunque existen otras disposiciones relacionadas que no pueden
obviarse) en el Capítulo I del Título IV del Código Tributario; de igual manera, se
utilizan disposiciones constitucionales que rigen al respecto, especialmente
desarrolladas por la Sala de lo Constitucional de La Corte Suprema de Justicia en
jurisprudencia emitida por dicho Tribunal Superior, así como jurisprudencia proveída
por la Sala de lo Contencioso Administrativo de la Corte Suprema de Justicia;
utilizándose de manera particular los pronunciamientos del Tribunal de Apelaciones
de los Impuestos Internos. Todo lo cual es fuente del derecho, y por tanto constituye
fuente del ordenamiento jurídico nacional.
CAPITULO II
LA NOTIFICACIÓN EN EL CÓDIGO TRIBUTARIO.
1. Actos a notificar.
Tan importante es el procedimiento de la notificación dentro de la legislación
tributaria interna, que ha ameritado un acápite especial, el Capítulo I del Título IV del
Código Tributario, precisamente aquel con el cual se inicia la descripción normativa
de los Procedimientos Tributarios, y no es casual que el legislador haya partido de
esa manera, ya que en la generalidad, los procedimientos tributarios inician
precisamente con una notificación. Sobre dicha figura, se carece de una disposición
legal que la conceptualice dentro del Código Tributario, sin embargo, auxiliándose
del Derecho Común, se debe remitir al artículo 206 del Código de Procedimiento
Civiles, el cual dicta: Notificación es hacer saber a las partes las providencias del
Juez. De manera que transponiendo tal concepto en el ámbito administrativo,
notificar sería dar a conocer a los contribuyentes las providencias de la
Administración. De esa manera lo entiende la Sala de lo Contencioso Administrativo
de la Corte Suprema de Justicia en sentencia del día dieciocho de diciembre de mil
novecientos noventa ocho, Ref. 76-S-97, en la cual ha dejado sentado: Que la
naturaleza real de la notificación, es la de un acto de comunicación.
El Código Tributario, en su artículo 165 inciso primero establece: Todas las
actuaciones de la Administración Tributaria deberán notificarse, a lo cual debe
buscarse su auténtico significado, ya que lo literalmente establecido por dicho
artículo no es del todo cierto, considerando que no son todas las actuaciones de la
Administración las que deben notificarse, y para comprender ello basta decir que
dentro de dichas actuaciones pueden existir, por un lado actos administrativos
propiamente dichos y, por otro lado actos de administración, siendo estos últimos
por ejemplo, disposiciones que la Administración toma con carácter interno y para
asegurar su normal funcionamiento. Por el contrario: El acto administrativo
constituye una declaración unilateral de voluntad, que depende de un solo sujeto de
derecho -el Estado o ente público-, destinado a producir efectos jurídicos
individuales y concretos, es decir, crea derechos u obligaciones para la
administración y el administrado.1
En tales entendidos, son los actos administrativos aquellos que deben ser
notificados, dejando de fuera los denominados actos de administración. No se toca
lo referente a los actos políticos, puesto que se considera que la Dirección General
de Impuestos Internos no realiza dicho tipo de actos, siendo privativos de otros entes
estatales, siempre en función administrativa. Lo anterior es aceptado por la Sala de
lo Contencioso Administrativo, quien se ha manifestado: Los actos que de alguna
manera afecten derechos o intereses del administrado, deben hacerse del
conocimiento de los sujetos afectados, aún cuando tal exigencia no esté
contemplada en la ley; que es el conocimiento real del acto el que incide totalmente
en la decisión que pueda tomar el sujeto interesado respecto de la actuación
comunicada. La notificación va más allá de procurar el simple conocimiento de un
acto, pues lo que en definitiva deja expedita, es la oportunidad que se confiere al
particular para la defensa de sus derechos o intereses legítimos que pudiesen estar
en juego en la controversia de que se trate2.
2. Finalidad de la notificación.
El acto de comunicación tiene dos finalidades, por un lado dotar al acto
administrativo del requisito de validez que incorpora su publicidad, ya que sin ella, el
acto podría ser válido, más no desplegaría sus efectos. Si no se cumple la finalidad
que permita conocer al administrado la resolución, se aplaza el comienzo de la
eficacia del acto. En el caso de gravámenes, aunque cumplan todos los requisitos de
validez, es necesario la notificación, para desplegar sus efectos. En este marco de
ideas cabe distinguir la validez del acto y el momento de la eficacia.3
1
Sentencia de la Sala de lo Constitucional de fecha 11 de Diciembre de 2001. Ref. 427-2000.
Sentencia de la Sala de lo Contencioso Administrativo del 18 de diciembre de 1998. Ref. 76-S-97.
3
Sentencia de la Sala de lo Contencioso Administrativo del 7 de julio de 1998. Ref. 43-D-97.
2
Por otra parte, la notificación introduce la oportunidad del administrado de ejercer
sus derecho fundamentales, mediante hacer de su conocimiento un acto que afecte
sus intereses, y sobre el cual la Ley les concede oportunidades de impugnación.
Sobre las notificaciones, este Tribunal ha sostenido en anteriores resoluciones que:
"La notificación constituye piedra angular del sistema de garantías de los derechos
del administrado, especialmente en materia tributaria, y se considera que la
obligación de notificar deviene del principio de seguridad jurídica y de la necesidad
de hacer posible el derecho de defensa.4
3. Facultad de realización de las notificaciones.
El inciso segundo del artículo 165 del Código Tributario, reza: “Las notificaciones se
realizarán por el Departamento de Notificaciones, o por cualquier delegado,
funcionario o empleado de la Administración Tributaria”. Dentro de tal contexto, es
preciso expresar que la competencia de la comisión de dicha función corresponde
por ministerio de Ley al Subdirector General de Impuestos Internos, pues a éste
corresponde la realización del sistema operativo, así como el seguimiento y control
del sistema de funciones operativas a efecto de optimizar el cumplimiento tributario,
lo que incluye la emisión de actos y resoluciones administrativas, según lo dispuesto
en el artículo 7 literales b) y e) de la Ley Orgánica de la Dirección General de
Impuestos Internos. Competencia que puede ser delegada por dicho funcionario,
para lo cual lo habilita el artículo 8 inciso final de la Ley antes mencionada.
En consonancia, la Ley otorga facultad al Departamento de Notificaciones de la
Dirección General de Impuestos Internos, pero también puede el Subdirector
General, mediante la delegación de firma, autorizar que otros miembros de la
Administración autoricen dichos actos, lo cual no significa una pérdida de sus
funciones propias, pues la delegación de firma no representa una verdadera
transferencia de competencia, ya que ésta la sigue manteniendo el “órgano
delegante”, teniendo “el delegado” una parte de la tarea material que aquel debe
cumplir, como es el caso, suscribir resoluciones imputables a dicho “órgano
4
Sentencia de la Sala de lo Contencioso Administrativo de las 8 horas 15 minutos del día 19 de marzo de 2003.
Ref. 101-G-2000.
delegante”. Así lo cita el tratadista García Trevijano Fos, cuando expresa: “la
delegación de firma no es una verdadera delegación en el sentido jurídico, pues en
todo caso el acto emana de la autoridad delegante”.5
4. Medios de notificación.
Los medios a través de los cuales pueden realizarse las notificaciones de las
actuaciones de la Administración Tributaria son:
a) Personalmente;
b) Por medio de esquela;
c) Por medio de Edicto;
d) Por medio de correo electrónico o Correo Certificado;
e) Otros medios tecnológicos de comunicación que dejen rastro perceptible;
f) Publicación en el Diario Oficial o en cualquiera de los periódicos de circulación
nacional.
Lo antes apuntado es transcripción del artículo 165 inciso tercero del Código
Tributario, de manera que es obvia la modernización que ha experimentado tal
compendio legal, al reglar sobre medios de notificación propios de la tecnología de
punta, conservando de igual manera los que se pueden identificar como medios
habituales, como lo son la notificación personal, la esquela y el edicto.
Dentro de los medios antes señalados, y especialmente en lo referente a actos de
gravamen, las notificaciones se realizan por los tres medios tradicionalmente
aceptados, notificación personal, esquela y edicto. No obstante, estos se encuentran
dispuestos de tal manera que la Administración debe atender primero al medio que
asegure la notificación efectiva, es decir la personal, y solamente cuando no sea
posible realizar de esa forma la notificación, podrá intentarse a través de los medios
de notificación presunta (esquela y edicto). De esa manera se encuentra dispuesto
en el artículo 165 incisos noveno y séptimo del Código Tributario, los cuales en su
orden dictan: Cuando exista dirección señalada para recibir notificaciones y el sujeto
5
Sentencia del Tribunal de Apelaciones de los Impuestos Internos de las 13 horas del día 26 de agosto de 2003.
Inc. I0207005 TM
pasivo sea persona natural y no se encontrare en dicho lugar, se le notificará por
medio de persona que hubiese comisionado ante la Administración Tributaria para
recibir notificaciones, apoderado, su cónyuge, compañera o compañero de vida,
hijos mayores de edad, socio, dependiente o sirviente doméstico a su servicio, o por
medio de persona mayor de edad que esté al servicio de la empresa u oficina
establecida en el lugar señalado. La persona a quien se realice el acto de
comunicación deberá mostrar cualquiera de los documentos de identificación a que
alude este artículo y consignar su nombre y firma en constancia de su recibo.
Cuando los sujetos pasivos no hayan informado dirección para recibir notificaciones
o la dirección proporcionada sea falsa o inexistente, la notificación se realizará por
medio de edicto. Las notificaciones se realizarán por el mismo medio, cuando la
dirección informada sea incompleta y no se dieren las circunstancias para que la
actuación quede legalmente notificada.
Aún cuando dentro del Código en mención aparece primero lo referente a la
notificación por edicto, es ésta la última opción de la Administración, puesto que para
proceder de tal forma, es preciso que no se den las circunstancias para que la
actuación quede legalmente notificada, lo cual implica agotar todos los medios de
búsqueda posibles, por considerarse el edicto como “ultimo ratio legis”.
Sin embargo, a partir de criterio externado por la Sala de lo Contencioso
Administrativo el día catorce de octubre de dos mil tres, se pasó a discutir si
realmente la notificación por esquela es de ultima ratio, de manera que se deben
agotar todas las opciones de búsqueda, pues dicho Tribunal razonó: Por otro lado,
este Tribunal también ha declarado en múltiples resoluciones que para proceder a
notificar por esquela se requiere que exista un lugar señalado para tal efecto. No
obstante ser esto un principio general, no implica que deba interpretarse de forma
literal y rigorista como ha ocurrido en el presente caso, en el que si bien existía un
lugar señalado para oír notificaciones, la administración sabía que la destinataria del
acto no se encontraba en dicho lugar por estar ubicada en otra dirección, y así lo
hizo constar en el acto de notificación.
En este caso, para efectos de considerar la validez de la notificación que se
cuestiona, el Tribunal de Apelaciones debió tomar en cuenta que no obstante existir
un lugar señalado para oír notificaciones, el notificador también buscó a la
destinataria del acto en la 69 Av. Norte y 3ª Calle Poniente No. 213 Colonia Escalón,
por ser ahí donde actualmente se encuentra la referida sociedad demandante.
Este dato -de suma trascendencia- desnaturaliza totalmente el principio de que la
notificación por esquela procede como última ratio sólo en el lugar señalado para oír
notificaciones, puesto que es notorio que si bien existía tal lugar, la peticionaria ya
no se encontraba en el mismo, sino en otra dirección que era del total conocimiento
de la Administración Tributaria.
De lo anterior se desprende que la actuación de notificación, se realizó bajo un
marco de interpretación meramente literalista del precitado principio de la
notificación por esquela; se efectuó únicamente para cumplir con dicho requisito y de
modo alguno para que la interesada tuviera noticia real del acto y como
consecuencia pudiera ejercer su derecho de defensa. En conclusión, la notificación
hecha en tales términos frustró sin razón objetiva el derecho de audiencia.6
Tal pronunciamiento fue contrario a emitidos previamente por el Tribunal de
Apelaciones de los Impuestos Internos, el cual consideraba que no se justifica el
empleo de medios de búsqueda no prescritos por la Ley de la materia o el
reglamento para este tipo de notificación como tampoco se advierte la notificación a
los estrictos requisitos exigidos que son los que en verdad impregnan el acto de
notificación de certeza y seguridad jurídicas. La exigencia de búsqueda jurisdiccional
deviene según jurisprudencia de la Honorable Corte suprema de Justicia, conforme
sentencias de las nueve horas ocho minutos del día nueve de julio de mil
novecientos noventa y nueve con Ref. 131-C-97 y de las catorce horas veintinueve
minutos del día dieciocho de noviembre de mil novecientos noventa y ocho con ref.
35-I-98, específicamente aludida a materia de Transferencia de Bienes Raíces, en
ocasión de requerirse notificaciones por edicto como criterio último luego del
esfuerzo de la Administración materializado en realización de gestiones tendientes a
6
Sentencia de la Sala de lo Contencioso Administrativo de las 15 horas del día 14 de octubre de 2003. Ref. 172R-2002.
conocer el domicilio de la persona a quien se debe notificar y se contrae para casos
de no existir lugar señalado y que debe hacerse personalmente, lo que difiere del
hecho de notificar por vía de esquela en el lugar señalado, por las razones que la
misma Ley prevé, en donde se deberán dar las circunstancias propias de la
notificación, sin pretender adicionar otros medios distintos que riñen con la legalidad
como queda evidenciado, provocando total irregularidad jurídica en el acto de la
notificación al provocar un hiato en las formalidades mismas,... además que
evidentemente las búsquedas sólo se justifican en caso de que no se haya señalado
lugar para oír notificaciones.7
A pesar de la disparidad de criterios entre contralor administrativo y tribunal judicial
(el contralor está sometido a respetar las resoluciones emanadas de tribunal
superior), y en atención que se vuelve obligatorio el acatamiento una vez se haya
adquirido la categoría de doctrina legal (artículo 5 del Código Tributario), toda vez
que no ha sido emitido otro pronunciamiento en similares condiciones por parte del
la Sala antes mencionada, tanto la Dirección General de Impuestos Internos como el
Tribunal de Apelaciones de los Impuestos Internos, continúan manteniendo la
categoría de ultima ratio exclusivamente para la notificación por edicto.
5. Reglas de realización de las notificaciones.
5.1 Lugar señalado.
Las notificaciones en materia tributaria están revestidas de ciertas formalidades
especiales que deben cumplirse completamente para asegurar el perfeccionamiento
del acto, en tal sentido, el carácter estrictamente formal de las notificaciones
comporta una consecuencia capital, cual es el hecho que la notificación no realizada
en debida forma no produce efectos, de lo cual se sigue que la propia resolución
notificada tampoco podrá producirlos contra el interesado, ya que la notificación
demora el comienzo de la eficacia del acto, de la misma manera ante una
7
Sentencia del Tribunal de Apelaciones de los Impuestos Internos de las 14 horas del día 22 de abril de 2003.
Inc. No. I0207012 M.
notificación defectuosa, no comienzan a correr los plazos para interponer los
recursos pertinentes.8
Lo primero que debe identificarse y respetarse al momento de la realización de los
actos de comunicación, es el lugar que haya señalado el contribuyente para tal
efecto, es decir la dirección en la cual aquel ha manifestado su deseo de recibir las
notificaciones, en razón que en dicho lugar se le facilita su conocimiento del acto. Se
efectuarán en la dirección señalada para recibir notificaciones al sujeto pasivo o
deudor tributario, cuando ésta haya sido informada, ordena el inciso quinto del art.
165 del Código Tributario, en consecuencia una notificación que no se haya
realizado en el lugar señalado se considerará inválida, a menos desde luego que se
notifique personalmente al destinatario de tal acto (contribuyente), pues a éste se le
puede notificar en cualquier parte, a tal respecto el artículo 165 inciso sexto del
Código Tributario, dispone que la notificación al sujeto pasivo, representante legal,
apoderado, curador o heredero podrá efectuarse en dirección distinta al lugar
señalado para tal efecto cuando se realice personalmente a ellos. Sin embargo la
realización de las notificaciones en lugar diferente no significa que la misma sea
inválida, aún cuando no se haya notificado al destinatario, y al respecto la
notificación puede haberse notificado en un lugar diferente al señalado, pero se
demuestra el conocimiento real se demuestra cuando éste acude a la Dirección
General, mencionando con exactitud la carga impositiva, al reclamar la formalidad de
que no se le notificó en el lugar indicado. De ahí que no exista en estas
circunstancias la nulidad de la notificación.9 El criterio anterior tiene su par legal en el
artículo 171 del Código Tributario, disposición que prescribe: “Para todos los efectos,
la notificación se entenderá válidamente efectuada aunque carezca de alguna
formalidad, cuando el sujeto pasivo, dé cumplimiento a la misma, intervenga
después de su realización o interponga los recursos procedentes.
La ausencia de formalidades en la notificación se subsanará por ratificación tácita,
que consiste en intervenir o actuar posteriormente a la realización de la misma sin
alegar esa ausencia de formalidades. Cuando éstas sean alegadas deberá indicarse
puntualmente cuáles son las formalidades que se estiman ausentes.”
8
9
Op. Cit. 4.
Sentencia de la Sala de lo Contencioso Administrativo del 7 de julio de 1998. Ref. 43-D-97.
Existen tres excepciones a las reglas de realización de notificación en el lugar
señalado, las cuales son:
a) Cuando se realiza personalmente al destinatario del acto, artículo 165 inciso sexto
del Código Tributario: La notificación al sujeto pasivo, representante legal,
apoderado, curador o heredero podrá efectuarse en dirección distinta al lugar
señalado para tal efecto cuando se realice personalmente a ellos.
b) La notificación de inscripción de oficio como contribuyente, artículo 89 del Código
Tributario, Cuando los contribuyentes no solicitaren su inscripción en el Registro
dentro del plazo señalado en inciso segundo del artículo 86 de este Código: La
Administración Tributaria ordenará de oficio su inscripción con los datos,
antecedentes e información de que disponga, sin perjuicio de la sanción
correspondiente. En estos casos la Administración Tributaria notificará en el lugar
del local o establecimiento donde realiza sus actividades el contribuyente.
c) La notificación en los procesos de verificación del cumplimiento de obligaciones
formales por medio del fedatario, artículo 165 inciso catorce del Código Tributario:
En el caso de contribuyentes que sean sujetos de verificación por parte de fedatario,
la Administración Tributaria podrá notificar al sujeto pasivo, de no encontrarse se
notificará a la persona que realiza la respectiva venta de bienes o servicios, en el
lugar en el que se constate el incumplimiento, sin que se requiera que en el acta de
notificación se cite el orden de prelación previsto en el presente artículo para las
personas naturales o para cualquier otro sujeto pasivo; de tal forma, bastará con
citar el orden previsto en este inciso.
5.2 Orden de prelación.
El orden de prelación se define como la antelación o preferencia con la que una cosa
debe ser atendida respecto a otra con la que se compara10, en tal sentido, por tal
concepto aplicado a las notificaciones se entiende en orden lógico establecido por la
ley que detalla las personas legitimadas para recibir el acto de comunicación en
ausencia del destinatario, de manera que solamente en ausencia del anterior, puede
10
Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, 19 Edición, Madrid, Espasa-Calpe, 1970.
procederse a buscar al subsiguiente, puesto que como se vio anteriormente, las
formalidades de la notificación deben satisfacerse cabalmente, de lo contrario sería
inválida. Al respecto, por contralor tributario se expresa: Este Tribual en reiteradas
ocasiones, tomando como base la resolución pronunciada por la Sala de lo
Contencioso Administrativo de la Corte Suprema de Justicia de las ocho horas y dos
minutos del día veintinueve del mes de agosto de mil novecientos noventa y siete, se
evidencia que hay un orden de prelación en la notificación de las personas naturales,
Sucesiones y Sociedades, el cual en el caso que nos ocupa, la notificación aludida
debería de llevar los elementos establecidos en la referida norma11.
Dentro de los artículos 165 y 165-A del Código Tributario, encontramos regulados
los diferentes ordenes de prelación según la persona a notificar, teniendo en todo
caso mayúscula importancia la legitimación del receptor, para el caso, cuando se
notifica a un contribuyente persona natural, el destinatario lo será el contribuyente al
cual se dirige el acto, o en otras palabras, aquel sobre el cual desplegará sus efectos
jurídicos el acto a notificar, y el receptor lo puede ser el mismo destinatario u otra
persona que la Ley faculte para tal efecto. En síntesis, la recepción de un acto de
comunicación puede realizarlo el destinatario o un receptor, y atendiendo a quien se
considere destinatario así se deben realizar las búsquedas correspondientes.
Para el caso de las personas naturales, regula el inciso noveno del artículo 165 del
Código Tributario: Cuando exista dirección señalada para recibir notificaciones y el
sujeto pasivo sea persona natural y no se encontrare en dicho lugar, se le notificará
por medio de persona que hubiese comisionado ante la Administración Tributaria
para recibir notificaciones, apoderado, su cónyuge, compañera o compañero de
vida, hijos mayores de edad, socio, dependiente o sirviente doméstico a su servicio,
o por medio de persona mayor de edad que esté al servicio de la empresa u oficina
establecida en el lugar señalado. La persona a quien se realice el acto de
comunicación deberá mostrar cualquiera de los documentos de identificación a que
alude este artículo y consignar su nombre y firma en constancia de su recibo.
11
Sentencia del Tribunal de Apelaciones de los Impuestos Internos de las 11 horas del día 20 de noviembre de
2001. Inc. No. R0007012 T y M.
Entonces, en el caso en mención tenemos siete diferentes categorías de receptor
para realizar la notificación, (1) persona comisionada por el contribuyente para
recibir notificaciones; (2) apoderado; (3) cónyuge, compañera o compañero de vida;
(4) hijos mayores de edad; (5) socio; (6) dependiente o sirviente doméstico a su
servicio; (7) persona mayor de edad que esté al servicio de la empresa u oficina
establecida en el lugar señalado. El notificador está obligado, a buscar en primer
lugar persona comisionada, y solamente si ésta no existe o no se encuentra puede
proceder a buscar apoderado, y si éste no existe o no se encuentra puede proceder
a buscar cónyuge o compañera o compañero de vida –dependiendo desde luego del
estado familiar del o la contribuyente, ya que por ejemplo si se trata de una mujer
que lleve el apellido de casada, no se buscará compañero de vida, sino al cónyuge-,
y solamente si éstos no existen o no se encuentra puede proceder a buscar a un hijo
mayor de edad –aquí puede surgir una interrogante, ¿qué sucede cuando se trata de
un contribuyente que, por ejemplo no pase de veinte años (la fecha de nacimiento va
implícita en el NIT), se debe buscar hijo mayor de edad, cuando evidentemente es
imposible que lo tenga?. La respuesta está dentro de la exigencia de cumplimiento
de todas las formalidades que conllevan el acto de notificación, y en tal sentido es
obligación del notificador, realizar las búsquedas exactas que la Ley le obliga, puesto
que una omisión de requisito podría acarrear la invalidez del acto-, y así
sucesivamente agotando toda la prelación. Al final de la misma se encuentra una
categoría de persona que, aunque no tenga relación alguna con el contribuyente, la
Ley a facultado a recibir el acto, y es una persona mayor de edad que esté al
servicio de la empresa u oficina establecida en el lugar señalado, y es entendible
que el legislador haya dispuesto semejante previsión, pues en todo caso, si el
contribuyente señala un lugar determinado para recibir notificaciones es porque él
está consciente que en ese lugar debe existir algún interés en sus asuntos, como
para recibir el acto. Un buen ejemplo de lo anterior sería cuando se señala para
recibir notificaciones la oficina contable que maneja los asuntos del contribuyente,
obviamente allí difícilmente se encontraría alguna de las otras categorías de
receptor, sin embargo sí recibiría la notificación alguna persona al servicio de dicha
oficina.
En tanto, cuando se notifique a una persona jurídica, de tomará en cuenta la
categoría de ésta, si se trata de una sociedad, el inciso décimo de la disposición
legal antes relacionada, describe: Cuando se trate de una sociedad, la notificación
se realizará por medio de cualquiera de sus representantes, por medio de persona
que
hubiese
comisionado
ante
la
Administración
Tributaria
para
recibir
notificaciones, su apoderado, persona mayor de edad que esté al servicio de dicha
sociedad o por medio de persona mayor de edad que esté al servicio de la empresa
u oficina establecida en el lugar señalado para recibir notificaciones. La persona a
quien se realice el acto de comunicación deberá mostrar cualquiera de los
documentos de identificación a que alude este artículo y estampar su nombre y firma
en constancia de su recibo.
Al igual que en el caso de las personas naturales, encontramos dispuestas
diferentes categorías de receptores, y solo en defecto de la predecesora puede
pasarse a la subsiguiente.
Por otra parte, se prescriben dentro del artículo 165 del Código Tributario, reglas
específicas para diferentes entidades que por su particularidad no concatenarían en
los supuestos anteriores, tales como los casos de sucesiones (inciso once),
sociedades nulas, irregulares o de hecho (inciso doce) y fideicomisos (inciso trece),
las cuales tienen ordenes de prelación singulares.
El artículo 165-A por su parte, incorpora asimismo reglas que buscan permitir la
perfección del acto de comunicación en los casos que la misma deba realizarse por
medio de apoderado, curador o heredero, éstos ya no como receptores, sino como
destinatarios del acto. Y es que éstos se vuelven destinatarios cuando se muestran
parte para representar al contribuyente, acreditan su personería y señalan lugar para
recibir notificaciones en la calidad que los vincula al contribuyente, dotándolos de un
orden de prelación a partir de su calidad como destinatarios de la notificación, con
similares condiciones que las reglas del artículo 165 precedente.
5.3 Obligaciones del receptor.
Para ser considerada válida la notificación, el receptor de la misma debe cumplir con
ciertas obligaciones inherentes a la calidad con la que actúa en ese momento.
Básicamente las obligaciones impuestas por Ley son dos: identificarse y firmar el
acta donde conste la diligencia realizada.
Identificarse: Debe notarse que en todas las disposiciones que refieren el orden de
prelación correspondiente a las diferentes tipos de contribuyente a notificar, se
establece que la persona a quien se realice el acto de comunicación deberá mostrar
cualquiera de los documentos de identificación preestablecidos, los cuales se
encuentran detallados en el inciso décimo séptimo del artículo 165 del Código
Tributario, el cual reza: Los documentos que servirán para identificarse a efectos de
recibir notificaciones de carácter tributario podrán ser cualquiera de los siguientes:
Documento Único de Identidad, Pasaporte, Licencia de Conducir, Tarjeta de
Afiliación del Instituto Salvadoreño del Seguro Social y para los extranjeros
Pasaporte o Carné de residente, cualquier documento que a futuro sea el
documento de identificación personal oficial. Todo lo anterior en relación a lo
establecido en el artículo 149-A inciso primero del cuerpo legal en mención: Los
destinatarios y receptores de los actos de comunicación de la Administración
Tributaria están obligados a exhibir y presentar su documento de identidad a los
auditores, Fedatarios, notificadores o a cualquier delegado de la Administración
Tributaria, cuando sean solicitados por éstos en el desempeño de sus funciones.
Firmar el acta respectiva: Asimismo, se impone como obligación para el receptor del
acto de comunicación, de estampar su nombre y firma de constancia de su recibo.
Lo anterior se colocará al pie del acta levantada por el agente de la Administración
Tributaria que cumpla con la función de notificar, en donde se haga constar la
ejecución de la diligencia mencionada.
Si la persona que recibe el acto, aún aviniéndose a recibir el acto se niega a cumplir
con las obligaciones antes mencionadas, derivará en una notificación por esquela,
para lo cual se hará constar tal circunstancia en el acta respectiva.
5.4. Obligaciones del notificador.
Son mas amplias que las obligaciones del receptor, algunas se encuentran
claramente prescritas en la ley y otras se detraen de la figura de la notificación y la
finalidad del acto, la cual es otorgar pleno conocimiento del acto emitido por la
Administración, a la persona destinataria del mismo.
Ejecutar con diligencia y cuidado todas sus actuaciones, en pleno cumplimiento de
las disposiciones legales atinentes.
Comparecer a realizar el acto en el lugar señalado para recibir notificaciones,
debiendo asegurarse de cual es el que ha señalado el destinatario. Si bien la
notificación directa al destinatario puede realizarse en lugar diferente al señalado,
según el inciso sexto del artículo 165 del Código Tributario: La notificación al sujeto
pasivo, representante legal, apoderado, curador o heredero podrá efectuarse en
dirección distinta al lugar señalado para tal efecto cuando se realice personalmente
a ellos.
Respetar el orden de prelación en las búsquedas que realice atendiendo a la
persona a notificar y las particulares características del caso.
Identificarse previa la realización del acto de notificación, según lo dispuesto en el
inciso 149-A incisos segundo, tercero, cuarto y quinto del Código Tributario: Los
auditores y delegados de la Administración Tributaria en el ejercicio de las facultades
administrativas deberán identificarse al iniciar su cometido.
Quienes realicen notificaciones deberán identificarse antes de proceder a realizar
dicho acto.
Los Fedatarios deberán identificarse en el momento que las disposiciones
especiales que regulan dicha figura lo estipulan.
La identificación se acreditará por medio del carné que expida la Administración
Tributaria.
Levantar el acta en la cual se hagan constar todas las circunstancias bajo las cuales
se desarrolló la notificación, para dejar constancia de la misma. Dicha acta debe
contener el lugar, la fecha, el sujeto pasivo a nombre del cual se emitió la
providencia, el orden de prelación y la relación circunstancial de la realización de la
notificación, la lectura y entrega al receptor del acto notificado y las firmas tanto del
receptor como del notificador.
5.5 Un caso particular: Notificación por conducta concluyente.
El artículo 171 del Código Tributario, prescribe: Para todos los efectos, la notificación
se entenderá válidamente efectuada aunque carezca de alguna formalidad, cuando
el sujeto pasivo, dé cumplimiento a la misma, intervenga después de su realización o
interponga los recursos procedentes.
La ausencia de formalidades en la notificación se subsanará por ratificación tácita,
que consiste en intervenir o actuar posteriormente a la realización de la misma sin
alegar esa ausencia de formalidades. Cuando éstas sean alegadas deberá indicarse
puntualmente cuáles son las formalidades que se estiman ausentes.
Dicha disposición parte que, al cumplirse la finalidad de la notificación, las cual es
dar a conocer al interesado la resolución de la Administración, se ha cumplido con el
objeto de la misma, aún cuando no se hayan respetado las reglas a cabalidad. Al
respecto la Sala de lo Contencioso Administrativo ha emitido pronunciamiento: Si en
el escrito mediante el cual se interpone el recurso correspondiente, al expresar las
razones de su inconformidad con la tasación del impuesto, el administrado no alega
nulidad del acta mediante la cual se le notificó dicha resolución, ni presentó pruebas
encaminadas a objetar la validez de tal notificación, debe entenderse que cualquier
infracción en que se hubiere incurrido respecto de la formalidad prevista para dicha
actuación, se encuentra subsanada.12
Asimismo, el Tribunal antes referido expresa: El incumplimiento de las formalidades
que aseguran una adecuada notificación no hacen que la notificación sea
necesariamente inválida. Es suficiente que el administrado tenga real y pleno
conocimiento de la resolución y pueda ejercer las acciones que considere
12
Sentencia de la Sala de lo Contencioso Administrativo de las 12 horas 30 minutos del día 12 de enero de 1998.
convenientes. Por lo tanto, para considerar una notificación eficaz basta que la
notificación cumpla con la finalidad prevista por el legislador.13
5.6 Horas hábiles para efectuar las notificaciones.
Al respecto, el artículo 172 del Código Tributario, establece las regulaciones
atinentes: Las notificaciones deberán practicarse en horas y días hábiles, salvo
disposición en contrario. Para efectos de lo dispuesto en el presente artículo se
entenderá por horas y días hábiles las que comprendan de ocho de la mañana a
seis de la tarde de lunes a viernes.
Los términos se contarán a partir del día inmediato siguiente a aquel en que se haya
notificado el acto respectivo a los interesados.
La Administración Tributaria podrá practicar notificaciones en horas y días inhábiles
cuando los actos administrativos resulten favorables a los intereses de los
contribuyentes, en cuyo caso la notificación se tendrá por realizada la primera hora y
día hábil administrativos siguientes al de la comunicación del acto.
La Administración Tributaria se encuentra facultada para notificar en horas y días no
hábiles las actuaciones que realice mediante Fedatario, las que se realicen en el
ejercicio de las facultades de control, así como para el control de ingresos por
transferencias de bienes o prestaciones de servicios en el lugar en el que se realicen
las operaciones, las relativas al control y confección de inventarios y las que realice
en función de lo dispuesto en los literales c) y g) del artículo 173 y artículo 173-A de
este Código, independientemente de la naturaleza o de la actividad del negocio o
establecimiento, siempre que se realicen en días y horas en las cuales el
contribuyente está realizando la actividad económica.
En resumen, las notificaciones deben practicarse por regla general de las ocho de la
mañana a las seis de la tarde, de lunes a viernes. Sin embargo existen casos
13
Sentencia de la Sala de lo Contencioso Administrativo del día 7 de julio de 1998. Ref. 43-D-97.
especiales, como las notificaciones vía fedatario y aquellas que sean favorables al
contribuyente, que pueden romper dicha regla, en los términos antes detallados.
CONCLUSIÓN
Las notificaciones son el requisito que señala el momento en que adquieren validez
los actos emanados de la Administración Tributaria, en tal sentido es obligatoria su
realización cuando el ente estatal dicte actos administrativos, es decir aquellos que
de una manera singular afecten los intereses de un contribuyente específico.
Notificar en el ámbito administrativo es el acto procesal por medio del cual la
Administración hace del conocimiento del administrado los actos emanados de ella,
y para que cumplan su cometido la Ley ha dispuesto una serie de requisitos que
deben ser observados en todo momento por parte del Fisco, caso contrario resultan
inválidas.
Los medios de notificación más importantes, a pesar de las reformas tributarias,
siguen siendo la notificación personal, la notificación por esquela y la notificación por
edicto. Cada uno de dichos medios obedece a diferentes circunstancias particulares
de cada caso, debiendo procurarse la realización de la notificación personal, y
solamente en defecto de ésta proceder a intentar la notificación por los otros medios.
Asimismo, dada la importancia de la figura apuntada, el legislador ha tenido el
cuidado de dictar sus requisitos de manera detallada, incluyendo las personas
facultadas para recibir el acto, las obligaciones del notificador así como del receptor,
así como las horas hábiles para la realización de dichas diligencias, pues
la
prescripción de todos ellos posibilitan la realización del cometido de la notificación,
que el administrado realmente tenga conocimiento del acto emitido, debiendo la
Administración actuar de manera diligente y garantista.
BIBLIOGRAFÍA.
∗
Código Tributario.
∗
Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española.
∗
Jurisprudencia de la Sala de lo Contencioso Administrativo de la Corte
Suprema de Justicia.
∗
Jurisprudencia de la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de
Justicia.
∗
Jurisprudencia del Tribunal de Apelaciones de los Impuestos Internos.
∗
Código de Procedimientos Civiles.
∗
Ley Orgánica de la Dirección General de Impuestos Internos.
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