QUÉ ES UN PERIÓDICO El periódico como objeto

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QUÉ ES UN PERIÓDICO
El periódico como objeto
La prensa es originalmente la máquina que comprime lo colocado −−ya sea uvas
para hacer vino u hojas de papel−− entre dos planchas que se aproximan, tocan y
unen. El mecanismo de la prensa se incorporó al procedimiento para la impresión
de textos a partir de su composición con caracteres móviles en una caja (la
imprenta). Por extensión, el término prensa se utiliza para designar el conjunto
de técnicas y procedimientos utilizados en la producción y distribución
periódicas de textos, imágenes y sonidos, y de esta manera se habla de prensa
escrita, prensa filmada, prensa oral.
La prensa escrita se refiere al conjunto de las publicaciones impresas que
aparecen con un título y una periodicidad definidos y más o menos permanentes.
El término periódico se utiliza, desde mediados del siglo XVIII, para designar
a toda publicación impresa en numerosos ejemplares y que aparece de manera
regular y más o menos frecuente: diaria, semanal, quincenal, mensualmente.
En su acepción más general, el periódico o diario es un "sistema de difusión de
masas basado en la impresión de múltiples copias de noticias, es decir, de
relatos de acontecimientos".
El periódico es un medio de comunicación, pero también una organización que
sintetiza, a través de un trabajo de redacción y edición, las informaciones de
todo tipo que recibe de agencias de prensa, periodistas o cualquier otra fuente
de información. El equipo o departamento de redacción evalúa las informaciones y
las distribuye en las páginas del objeto−periódico.
Así, de manera precisa, y para los fines de este análisis, conviene distinguir
entre el objeto−periódico, el medio de comunicación−periódico, y el
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periódico−empresa u organización.
En la actualidad, se llama periódico o diario a un medio de comunicación de
masas complejo que organiza de manera característica los elementos dispares de
un lenguaje escrito−visual específico, para ofrecer cotidianamente una
multiplicidad de mensajes diversos estructurados en una serie de hojas impresas
de papel ligero producidas en forma industrial.
El periódico "es un conjunto de hojas de papel impreso a bajo precio, difundido
a partir de un centro, mediante venta por ejemplar, distribución por
concesionarios o envío postal (suscripciones), que materializa una selección de
acontecimientos particulares, considerados dignos de interés para un público".
La periodicidad es entonces una de las características esenciales del diario o
periódico, que lo distingue de publicaciones semejantes es un producto de
elaboración cotidiana y que renueva cotidianamente su contenido. Este carácter
inmediato determina la forma de su presentación material: el periódico aparece
como un documento de hojas grandes, dobladas y ordenadas secuencialmente, sin
encuadernar.
La forma material del objeto periódico determina sus relaciones específicas con
el universo de objetos materiales que rodean al hombre moderno, y define
asimismo sus funciones y su utilización sociales.
La función primera que como medio de comunicación y especialmente como paquete
de mensajes desempeña el periódico es hacer presentes hechos ausentes, mediante
la reproducción de esos hechos en un relato construido y la organización de
elementos escritos y visuales.
El periódico como objeto, como producto, surge de una carencia o necesidad
cultural, y se propone satisfacerla mediante su acción en la vida individual y
colectiva, dando a conocer un inventario necesariamente esquemático de hechos
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ocurridos en un contexto inmediato o lejano a través de la relación establecida
por la lectura. En este sentido, el periódico es un "mediador" en la relación
entre el individuo y la sociedad.
Esta práctica de comunicación influye en las funciones desempeñadas por el
periódico y se establece desde el momento en que el lector−consumidor entra en
contacto visual y manual con el objeto periódico, guiándose por la composición y
disposición de los títulos, las ilustraciones y los textos, para incorporarlo a
sus actividades cotidianas como un artículo de uso personal que, además, le
sirve para entrar en relación, en comunicación, con los demás individuos o
grupos sociales que le rodean.
En el plano individual, el periódico es un puente que impide el aislamiento y
que incorpora el hombre al mundo mediante la comprensión de las interrelaciones
entre los hechos y el interés hacia esos hechos que, de una manera u otra, le
afectan.
El periódico es aceptado en el grupo social, y en particular en la familia, como
un objeto que implica algo más que el consumo material: un comportamiento
determinado por ciertas pautas culturales. El periódico puede verse como un
intruso cuando no corresponde a la idea general que el sujeto se hace de él, es
decir, cuando el lector considera que no satisface adecuadamente sus necesidades
(muchas veces deseos o frustraciones: prestigio, situación social): "La imagen
de la mercancía crea la ilusión de que apropiándose de ella el individuo se
realiza".
El periódico es un objeto portador de signos sociales que desempeña una función
mediadora entre el universo personal y el colectivo, como vehículo de
experiencias sociales. El periódico, medio de comunicación, subraya su carácter
primario de objeto: se manipula y utiliza como tal.
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Sus cualidades materiales le permiten desplazarse en el espacio y conservarse en
el tiempo: se trata de un objeto transportable y más o menos duradero. El
periódico actúa en la casa, el lugar de trabajo, los centros de convivencia, y
en cada una de estas esferas es la voluntad del lector consumidor la que decide
sobre su utilización.
Es indudable que para algunos consumidores de periódicos, la compra (forma
principal de adquisición) se justifica sólo por la razón de poseer un ejemplar,
aunque no lo lean. El hecho de tenerlo, y de tenerlo presente, satisface la
necesidad de requerirlo en el momento deseado, o de disponer de él. Cuando esto
ocurre (y ocurre con frecuencia) el periódico desempeña, en el más amplio
sentido, su función de objeto: se utiliza como un exponente más en el decorado
de un complejo sistema de objetos designados para crear ambientes específicos de
estancia: sala, oficina, recámara.
En cuanto al lector de periódicos, el problema principal se presenta como una
elección: el nombre del diario o el tamaño pueden ser elementos importantes. A
ciertos grupos no les da lo mismo comprar un periódico cuya forma y contenido se
asocia con el sensacionalismo, que otro considerado como serio y prestigioso. La
selección de un diario se basa entonces en un complejo sistema de criterios más
o menos reconocidos que se refieren sobre todo a los aspectos connotados o de
significación, aunque también a los aspectos denotados o de presencia.
El periódico aparece en diversos aspectos: como objeto en sí mismo, como objeto
en relación con otros objetos y como objeto en relación con el consumidor.
En sí mismo, el periódico es una estructura relativamente autónoma: contiene y
transmite signos e imágenes reproducidos de la realidad social, registrados
mediante procedimientos artesanales, técnicos e industriales característicos; es
concebido y diseñado en un marco de producción en serie. Su contenido es
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susceptible de medición y cuantificación por lo que hace a su forma denotada: es
un soporte de figuras gráficas que se ensamblan simétricamente para dar la idea
de una vitrina, de un marco o pedestal en el que se exponen mercancías altamente
connotadas: las noticias.
En su relación con otros objetos, el periódico establece relaciones de
competencia con sus semejantes (los demás periódicos) y de complemento,
exclusión o indiferencia con sus desiguales (el universo total de objetos);
coexiste en espacios determinados y delimitados (el puesto, la mano, la casa, el
transporte) en los que desempeña su función comunicadora, o de uso específico.
Sin tener reservado un lugar fijo o especial, el periódico se identifica y
diferencia respecto de otros objetos semejantes (el puesto, la hemeroteca) o
distintos (entorno y escenario de la vida cotidiana: el periódico de días
pasados como envoltura de mercancías, el periódico de hoy como paraguas).
En su relación de competencia con objetos semejantes, el periódico es dispuesto
y permanece, visible en mayor o menor proporción, en la pantalla pública de los
quioscos o puestos donde se expone a la venta: murales multicolores en los que
se combinan portadas de revistas e historietas con los grandes titulares y
fotografías de los diarios. Esta exposición pública y callejera se presenta a
los espectadores consumidores que reconocen su diario entre una multitud de
objetos inmóviles. La distribución tipográfica y topográfica de los titulares,
las columnas y las ilustraciones identifican a cada periódico. Inclusive los
no−lectores de diarios, en las grandes ciudades, no pueden evitar leer por lo
menos algunos de los grandes titulares expuestos en los quioscos o mostrados por
los vendedores ambulantes.
Una vez adquirido, el periódico queda sujeto al uso que cada comprador le
asigne. Este uso, aunque diverso, se caracteriza por su brevedad: el periódico
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es recorrido más o menos rápidamente ("algunos minutos y hasta una hora") y, una
vez cumplida alguna o varias de sus funciones básicas (en principio: informar,
formar o distraer), es desechado. El carácter efímero del periódico se pierde
para adquirir una función documental irremplazable cuando es ordenado,
clasificado, sistematizado y conservado. En casos excepcionales, en las
hemerotecas y archivos, el periódico experimenta un proceso de revaluación
cultural que lo transforma en documento susceptible de identificación y
utilización para satisfacer necesidades de consulta de especialistas.
Los vendedores de periódicos ofrecen generalmente el producto en forma parcial
que no permite su reconocimiento, manipulación o sondeo antes de su compra, como
ocurre con otros artículos expuestos en mercados y almacenes. El comprador del
periódico conoce sólo lo inmediatamente visible y no demanda mayor demostración
de la calidad de lo que consume. El vendedor es, también en el caso de los
periódicos un intermediario entre la fábrica de noticias y mensajes y el público
receptor, pero en ningún momento podría suscitarse una reclamación del
consumidor que responsabilizara al voceador o al encargado del puesto sobre el
contenido de un diario.
A partir de esta situación de intercambio o transacción para la cual ha sido
concebido y fabricado, el periódico se entiende como algo mas que un mero
objeto; en efecto, se trata de un objeto producido para ser colocado en el
mercado, para ser vendido: se trata de una mercancía, estado económico de un
artículo que lo sujeta a la oferta y la demanda en un mercado de compraventa.
Al periódico se le asigna un precio, y mediante su paga puede ser adquirido.
Este precio no corresponde, por lo general, al costo total de producción: se
trata de un precio establecido con la finalidad de hacer accesible el producto a
la mayor cantidad posible de consumidores y a partir de ese consumo lograr un
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subsidio financiero por parte de aquellos que lo utilizan como soporte del
anuncio de sus productos (publicidad). Se presenta entonces una diferencia entre
el criterio de venta de un diario y el de otras mercancías u objetos de consumo,
en los que al costo de producción o valor real se agrega una ganancia.
El carácter mercantil del diario corresponde al carácter de la sociedad en que
se produce, en la que todos los objetos están sujetos a una lógica comercial que
no se restringe al ámbito de la producción económica, sino a todos los demás
campos de la producción social y cultural.
El periódico se ofrece como una mercancía cultural que es, simultáneamente, un
bien de consumo y un servicio. Para cumplir esta doble función, adopta una forma
física particular, manipulable por un público vasto y heterogéneo de lectores.
Su presentación esquemática supone que el consumidor dedica poco tiempo a la
lectura, y puede apreciarse una tendencia a reducir el espacio ocupado por el
texto a cambio de una mayor superficie llenada por ilustraciones, principalmente
fotografías; aunque también se mantiene y desarrolla la tendencia contraria;
presentar un mayor cúmulo de información seleccionada en la que se privilegia la
reflexión, la explicación y la opinión acerca de los acontecimientos.
Para finalizar, el desequilibrio entre la distribución de la información
noticiosa y la publicidad en la mayoría de los diarios es evidente, y merece una
reflexión sobre sus causas y efectos.
El periódico como empresa
La selección y registro de acontecimientos, su tratamiento y presentación en
relatos ordenados de hechos recientes (noticias), la impresión en serie de estos
mensajes en hojas de papel ligero y su distribución rápida y amplia a un público
diversificado de lectores, constituye una actividad compleja realizada gracias a
la conjunción específica de una variedad de conocimientos, habilidades, recursos
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humanos, financieros y materiales en lo que se denomina una organización
periodística, empresa periodística o, simplemente y por extensión del producto
característico, periódico.
La actividad periodística se organiza a partir de una fina división del
trabajo, de las funciones, atribuciones y responsabilidades de todos los
elementos del sistema (empresas, obreros, empleados, funcionarios, accionistas)
a través de criterios normativos generales y particulares.
El análisis de esta actividad productiva considera el proceso de fabricación de
noticias, mensajes y objetos−periódicos en el interior de una estructura de
producción determinada, de una institución social, de una empresa.
A partir de las revoluciones burguesas de los siglos XVIII y XIX, el proceso de
desarrollo industrial determinó la fabricación masiva de mercancías. El
periodismo, que originalmente había sido una actividad individual, artesanal, de
utilización de la imprenta por su propietario, se transformó rápidamente en una
empresa de mayor envergadura, en una organización que requería de la división
del trabajo y de condiciones técnicas y financieras particulares para fabricar
mensajes cotidianos en serie y llevarlos al mercado.
El periódico contemporáneo, que ofrece diariamente una abundante diversidad de
contenidos, que asume distintas funciones de información, formación y
distracción, y que pretende una difusión lo más amplia posible, requiere de un
intrincado sistema técnico de maquinaria y materiales, de un aparato
administrativo eficaz y, sobre todo, de profesionales en la recopilación y
elaboración de noticias.
La organización periodística distingue, distribuye y asigna diferentes
funciones y responsabilidades a sus miembros.
El director general del periódico es formalmente la persona que ocupa el puesto
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de mayor jerarquía en la empresa; asegura las relaciones internas y externas
necesarias y es responsable de la política editorial.
El gerente general es el encargado de la administración de las distintas áreas
de operación mercantil de la empresa.
El gerente general tiene como principales funciones la administración y el
control financiero de la empresa (ingresos y egresos), al asegurar su
funcionamiento mediante la obtención de recursos a través de la venta de
superficie para anuncios publicitarios y la venta de ejemplares, así como el
apoyo administrativo al personal técnico y profesional mediante el suministro
oportuno de los recursos necesarios para la producción. De la gerencia general
depende también el departamento de talleres, donde trabajan técnicos y obreros
especializados en el manejo de máquinas e instrumentos, y que se divide en tres
grandes secciones: composición, formación e impresión.
El gerente general, en colaboración con el gerente comercial, se ocupa de las
relaciones internas de la organización, así como de aquellas con los sistemas
externos, proveedores y clientes.
La dirección y la gerencia, responsables profesionales, técnicos y económicos
del periódico, están directa o indirectamente controladas por el director o
propietario, al que representan, y que puede ser una persona, una sociedad
anónima, una cooperativa, un partido político o una dependencia estatal, y que
determina a fin de cuentas los objetivos y las políticas de la publicación.
Director y gerente, para desempeñar sus funciones, se apoyan en responsables de
menor jerarquía, quienes coordinan las diferentes áreas de producción.
La mayoría de los periódicos separan actualmente las funciones de dirección y de
administración, y dividen a la empresa en departamentos, secciones y oficinas.
Los principales departamentos son: el editorial, el administrativo y el mecánico
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o de talleres.
El departamento editorial, con el director general del periódico a la cabeza,
está compuesto por dos grandes cuerpos. El primero, encargado de las políticas
editoriales, tiene a su cargo la presentación del punto de vista de la empresa,
así como el desarrollo de la reflexión del diario acerca de los acontecimientos
que se juzgan más importantes.
Este cuerpo se integra por un reducido número de periodistas y colaboradores
especializados en los principales temas y problemas de la información.
El segundo cuerpo constituye la redacción, encargada de una serie de actividades
tendientes a la recopilación, tratamiento, elaboración, montaje y presentación
de la información. Por lo general, en el departamento de redacción se distinguen
el jefe de redacción que, con el auxilio de secretarios de redacción, se encarga
de dar forma y estructura a la información proporcionada por los reporteros,
colaboradores, agencias, cables y otras fuentes, y de componer las planas del
periódico; y el jefe de información, que controla el registro de la materia
noticiosa y coordina el trabajo de los reporteros, fotógrafos y colaboradores a
través de los jefes de sección (deportes, sociales y culturales, y finanzas) y
de los encargados de las distintas fuentes de información que corresponden a los
rubros de la información general del periódico. El jefe de información elabora
un plan de trabajo diario a partir del conocimiento y evaluación de la situación
actual en los diversos campos de la vida social, y ordena a los reporteros lo
que habrán de registrar y entregar a la redacción como descripción y explicación
de acontecimientos.
El proceso de elaboración de los mensajes informativos, de las noticias, se
inicia a partir del acontecimiento: el reportero selecciona, evalúa y registra
información acerca de un hecho y la organiza en un relato de lo que desde su
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punto de vista constituye la esencia y los elementos más importantes. Esta
narración es suministrada por escrito, telefónica o verbalmente al departamento
de redacción del periódico.
Generalmente, el jefe de información asigna a cada reportero una fuente de
información determinada, es decir, un campo de actividad en el que se producen
acontecimientos y se generan noticias, que constituye un tema de exploración,
investigación, conocimiento y especialización para el periodista, y que
corresponde a un rubro del periódico. Las fuentes de información son grupos e
instituciones que intervienen e influyen de manera directa y decisiva en la vida
social y que proporcionan información reciente y significativa, como las
oficinas y dependencias del Estado, los sectores y organismos económicos, las
asociaciones políticas, sindicales, culturales, deportivas.
Además de la información que proporcionan los reporteros, el periódico obtiene
una cantidad apreciable de los servicios especiales de noticias que ofrecen las
agencias de prensa, principalmente a través de una máquina telefacsímil que
transmite a distancia y reproduce caracteres impresos de manera instantánea. "El
teleimpresor o teletipo es una máquina de escribir o, mejor dicho, un sistema de
dos máquinas de escribir: una emisora y otra receptora. El texto es teclado en
la primera, ...y transmitido a la segunda por impulsos electromagnéticos, por
hilos y por radio. Según el sistema de enlace, por lo regular se habla de telex
o de teletipo".
Este servicio de transmisión de noticias proporciona información a los diarios
en forma de boletines que contienen datos relevantes acerca de los
acontecimientos. De manera semejante, la telefotografía transmite imágenes a
distancia y las reproduce en una máquina que permite el uso inmediato del
documento gráfico.
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Para reseñar acontecimientos que tienen una importancia particular, el
periódico recurre a los corresponsales que se encuentran en distintos lugares
del mundo, o a los enviados especiales, con el propósito no sólo de describir,
sino de analizar y documentar los hechos.
El jefe de redacción concentra toda la información recopilada y planea y
organiza la presentación y distribución de las noticias en las planas del
diario, a través de la evaluación y selección de lo que habrá de publicarse y en
qué lugar será publicado. En colaboración con el departamento de publicidad, el
jefe de redacción decide el espacio total disponible para la información
noticiosa y la publicidad.
Para mantenerse y sobrevivir, el periódico tiene necesidad de la publicidad, que
tiende a ocupar un espacio cada vez mayor de la superficie del diario. La
publicidad, preocupada únicamente por la eficiencia del anuncio, se interesa
preferentemente en los periódicos de tiraje elevado, que son también los más
prósperos, y de esta manera acentúa el fenómeno de la concentración de la
prensa.
El formador o secretario de redacción diagrama la distribución equilibrada del
material a imprimir.
Las noticias son clasificadas, jerarquizadas, redactadas e incorporadas a las
distintas secciones y rubros de acuerdo con criterios temáticos, de
significación, interés e importancia. El secretario de redacción, auxiliado por
los redactores adjuntos, compone las páginas del periódico en el formato
previamente diseñado, distribuyendo de manera armónica los textos, los títulos,
las ilustraciones y los anuncios publicitarios.
La información recopilada y redactada se sujeta a una exigencia de presentación
particular: se conforma y titula para ser mostrada, exhibida en el escaparate de
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la plana. Con los principales datos de la noticia, y de acuerdo con un
muestrario de tipos, los cabeceros elaboran los títulos.
Las planas diagramadas pasan al jefe de talleres, para que se realice el proceso
mecánico de impresión del objeto periódico.
La redacción entrega el original, que es compuesto mecánicamente en los
linotipos o en la fotocomponedora, según el sistema de impresión utilizado. La
impresión tipográfica o composición en caliente utiliza una máquina llamada
linotipia, que funciona de manera semejante a una máquina de escribir, pero en
la acción del teclado libera una matriz (letra o signo gráfico) metálica que cae
en un componedor o galerín, formando palabras de acuerdo con el tipo, tamaño y
longitud deseados. La impresión en frío u offset es un sistema de reproducción
fotográfica: los textos e ilustraciones impresos mediante este procedimiento son
recortados y ensamblados para formar la página conforme a la diagramación
original.
Una vez realizada la composición mecánica o fotográfica, el material informativo
se compagina en una plancha metálica o en un bastidor con inserciones
fotográficas, al tamaño de la plana. Se colocan entonces, en orden, primero los
anuncios publicitarios, enseguida los titulares y después los textos e
ilustraciones, procurando ajustar los espacios escritos y los blancos en el área
disponible. Esta confección queda a cargo de los formadores.
Terminada la formación mecánica o fotográfica, se graba en relieve una hoja de
asbesto o se elabora un soporte fotográfico en una laminilla metálica, según el
sistema de impresión, y se obtiene un clisé maniobrable que puede adoptar una
forma cilíndrica e insertarse en la máquina rotativa.
Antes de la impresión definitiva de la edición del diario, se hace una prueba
que es revisada por el jefe de redacción, quien da la orden al jefe de talleres
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para que se tire el periódico.
Cuando el periódico sale de la prensa, cortado y doblado por unidades, se
entrega en grandes fajos a los centros distribuidores de envío de suscripciones,
puestos de venta y vendedores ambulantes. El jefe de distribución se ocupa de
fomentar la venta del diario a través de la promoción publicitaria en las
páginas del propio periódico o en otros medios, y vigila la distribución
adecuada de los ejemplares entre los suscriptores, así como la difusión que
hacen los compradores al mayoreo, los puestos y los vendedores ambulantes.
La promoción y la venta constituyen elementos esenciales para la existencia de
un periódico: para sobrevivir, el diario debe venderse. Si bien el producto de
la venta no es suficiente para financiar la empresa, el número de
lectores−compradores, traducidos en número de ejemplares consumidos (tiraje), es
el criterio básico de selección publicitaria, por lo que, para obtener mayores
ingresos por concepto de publicidad, el periódico debe aumentar su tiraje.
El costo elevado de la inversión necesaria para crear una empresa periodística,
y los costos de producción, rebasan con mucho a los ingresos obtenidos por la
venta del periódico, en la medida en que el precio del ejemplar no tiene
correspondencia con su valor real: los diarios se venden a un precio menor a su
costo, por lo que el monto de la inversión se recupera mediante la venta de
superficie de sus páginas para publicidad.
La búsqueda de financiamiento mediante la inserción de anuncios publicitarios en
las páginas del periódico ejerce una influencia negativa en la calidad del
diario, pues la superficie destinada a publicidad tiende a desplazar a la
superficie dedicada a la información.
En el marco de la producción industrial, la concentración de la prensa aparece
como la consolidación de monopolios informativos (cadenas) que ofrecen mayores
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espacios para publicidad sin tener que diversificar en igual medida su
información noticiosa. La información se centraliza y difunde por canales
internos de la cadena, hasta los centros locales que se sostienen con publicidad
propia.
El periódico como medio de comunicación
La empresa periodística produce de manera industrial un objeto−mercancía
característico, el diario, que es fundamentalmente un soporte de mensajes
diversos (sobre todo mensajes de información noticiosa y publicitaria)
destinados a un público amplio y heterogéneo. En este sentido, el periódico
constituye un importante instrumento de difusión social de mensajes: un medio de
comunicación de masas.
Un medio de comunicación es un intermediario entre el emisor y el receptor,
instrumento para el registro, la conservación, la multiplicación, el transporte,
la transmisión y la difusión de mensajes en el espacio y en el tiempo. Los
medios de comunicación de masas se caracterizan por la difusión, de manera más o
menos inmediata y simultánea, de mensajes diversos y renovados a públicos
cuantitativamente importantes.
El funcionamiento del medio de comunicación de masas denominado periódico
constituye un proceso susceptible de ser analizado en tres grandes fases:
producción, transmisión−conservación y emisión.
La producción del mensaje periodístico se descompone en una serie de
operaciones que se inicia en la captación−recepción del mensaje en bruto
(asistencia al acontecimiento, presencia del hecho) o semielaborado (notas del
reportero, narración telefónica) por el medio de comunicación. Esta operación
implica una codificación (transcripción y fundición tipográficas, por ejemplo).
Enseguida, es preciso organizar, montar y disponer los diversos elementos del
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mensaje en el mosaico escrito−visual característico del cuadro de la plana
periodística, cualquiera que sea su formato: el tratamiento o composición busca
el equilibrio o el contraste, la proporción, el ritmo o la armonía mediante
procedimientos que no sean la simple adición o sucesión lineales de textos e
ilustraciones, sino ante todo el producto de la proximidad o contigüidad de
elementos semejantes o dispares.
La transmisión del mensaje periodístico en el espacio, su transporte a distancia
y su correspondiente conservación temporal, comprenden operaciones de registro
en el soporte papel y de multiplicación del conjunto de mensajes que constituyen
el periódico−documento.
La difusión y emisión del mensaje son las últimas operaciones en el proceso, e
implican la recepción−decodificación−interpretación de los contenidos, a partir
de la distribución y venta de los ejemplares.
Periodismo y comunicación
La noticia es conocimiento (del latín noscere: conocer) de la realidad
inmediata, actual, más o menos presente, que se comunica a un público amplio. La
comunicación de las noticias es, desde su origen una actividad que cumple
diversas funciones, que satisface distintas necesidades del hombre y la
sociedad.
La posibilidad técnica del registro y multiplicación de hojas impresas facilita,
históricamente, "la aparición de unos órganos de comunicación informativa, de
orientación y entretenimiento que tuvieran periodicidad en su llegada a las
manos del lector". Es decir, que "el periodismo incluye comunicación por
esencia; información por necesidad; formación por deseo de orientar;
entretenimiento por naturaleza".
La idea de comerciar con las noticias aparece con la imprenta, y ya en el siglo
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XVI, los primeros impresores, que fueron también los primeros periodistas,
recopilaban, imprimían y distribuían los relatos de acontecimientos que
transmitían los viajeros, y en el siglo XVII, con el perfeccionamiento del
proceso de impresión y de los correos, se había establecido un sistema de intercambio.
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